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Teoría de la Historia.
Presentado a: Álvaro Acevedo Tarazona.
Presentado por: Zaida Ligia Acosta & Frank Alexander Giraldo.
PRIMERA PARTE
Otro paso en la reflexión sobre historia local
Francisco Uriel Zuluaga Ramírez
1
Zuluaga Francisco. Historia Local. En: Historelo Vol. 1, No. 2, diciembre 2009. Pag. 173.
Como lo menciona Zuluaga, en este punto la historia como acontecer y la Historia
como su proceso de conocimiento se unen para dar cabida a las
“representaciones del pasado” y a la construcción del “relato histórico”, proceso en
el cual las fuentes y la metodología de la Heurística y la Critica le permiten al
historiador traer esos hechos pasados a través de los cuales debe encontrar las
líneas que dan forma a la localidad.
De acuerdo con lo que plantea Zuluaga el estudio de la Historia Local debe partir
de comprender la localidad como un “colectivo singular” que es producto de la
unión de las historias individuales. Ese colectivo singular expresa una forma
específica de percepción y representación del mundo que se manifiestan por
medio de las practicas económicas, culturales, políticas y religiosas de una
determinada sociedad. Teniendo en cuenta la división entre Historia como
conocimiento e historia como acontecer, el autor identifica la correspondencia
entre el conglomerado de hechos que constituyen lo colectivo con la historia de lo
acontecido, por lo que en la labor histórica de traer ese acontecer pasado al
presente del historiador y darle un significado a través de una metodología es
donde se debe situar la aperturidad de lo local, en cuanto el historiador debe
develar el entramado que produce la unión de las historias individuales.
SEGUNDA PARTE
Según este autor2 el propósito del historiador sería que el lector abandone su
imaginación preexistente respecto a lo que aconteció, y adopte la visión que
él le presenta como muestra de una mejor representación de lo acontecido;
pero ¿qué sucede cuando un lector abandona una representación previa sobre lo
acontecido para adoptar la nueva que le ha presentado un historiador?, Martínez
indica que lo sucede es que el lector cambia su juicio y, con ello, su actitud y su
acción sobre el grupo historiado; es así que la representación histórica es
entonces una convocatoria al lector para que abandone un prejuicio y adopte el
nuevo juicio que es consecuencia de aquella.
En este sentido, según Martínez una de las motivaciones del historiador para
ocuparse de esto, es su no conformidad con los prejuicios sociales acerca de lo
acontecido, presionada por su particular lucha racional contra la evasión neurótica
de la sociedad que le es contemporánea, que se refleja como un síntoma de
2
MARTÍNEZ GARNICA Armando. ¿puede seguir existiendo la historia regional? Universidad Industrial de
Santander Colombia.p.4.
ansiedad, que no es otra que una “historia mal contada", originada en esa evasión
de la realidad presente que se llama neurosis; de esta manera, la representación
histórica quiere ser una historia bien contada para destruir la historia previa, para
restablecer en el lector su aceptación racional del presente, y para con ello curar
su ansiedad respecto del acontecer.
3
Ibíd.p.6
4
MARTÍNEZ, Op.cit p.7.
imperial y para las casas ennoblecidas de los conquistadores, así como el
traspaso de excedentes agropecuarios y artesanales para satisfacer las
necesidades del grupo social de los conquistadores.
De esta forma, la historia conceptual del término provincia nos advierte sobre su
movimiento semántico desde los tiempos del antiguo Imperio Romano hasta el
siglo XIX. A grandes rasgos, se trata del tránsito de un contenido social a una
simple connotación territorial. Cabe señalar, lo que destaca este autor es que la
determinación del concepto provincia en la circunstancia del "encuentro" del siglo
XVI provino de la experiencia medieval europea, en la cual no designaba un
ámbito territorial sino un grupo humano culturalmente diferenciado y puesto bajo el
señorío de un príncipe extranjero.
Desvelamiento del concepto de poblamiento.
Ahora bien, respecto al concepto de poblamiento este autor lo pone de manifiesto
a través de los interrogantes 5 los orígenes de los asentamientos humanos
concentrados desde el momento del "encuentro" de la colonización ultramarina
con los grupos aborígenes. Es entonces cuando, con toda naturalidad, elige el
concepto de poblamiento para organizar sus datos. Éstos le van imponiendo las
categorías jurídicas del poblamiento español (provincias, ciudades, villas,
parroquias) y las instituciones del Estado Indiano (cabildos y gobernaciones), así
como las categorías que corresponden al nuevo poblamiento de los aborígenes
(pueblos, repúblicas de indios, tierras de resguardo), seguidas por las formas
republicanas que innovaron, pero a la vez conservaron esas tradiciones del
poblamiento. Cada historiador decide libremente los temas que le interesan de ese
poblamiento "colonial" y de su continuidad republicana: sumisiones y revueltas,
crecimientos y abandonos, reformas administrativas y resistencias seculares,
mestizajes y etnogénesis, movilidades sociales y resistencias culturales, grupos de
distinción y gentes del común, imaginarios cristianos y mentalidades étnicas,
inmigraciones y expulsiones, etc
Para concluir, lo que el profesor Armando Martínez argumenta es que el estudio 6
de la historia regional abriría el camino a la historia política, es decir, a la
investigación sobre "el hecho de la pluralidad de los hombres", que es la base de
la política. Dado que toda relación entre los hombres y que toda experiencia del
estar entre los hombres es política, el examen de las experiencias de las
provincias respecto del Imperio, o de los estados federales respecto del Estado
nacional, es necesariamente historia política. Estar juntos en la diferencia, estar
junto a un poder que me sobredimenciona.
5
Ibid.p3.
6
MARTÍNEZ, Op.cit p.12.