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REFRIGERANTES

Definición
De manera general, un refrigerante es cualquier cuerpo o substancia que actúe como agente de
enfriamiento, absorbiendo calor de otro cuerpo o substancia. Desde el punto de vista de la
refrigeración mecánica por evaporación de un líquido y la compresión de vapor, se puede
definir al refrigerante como el medio para transportar calor desde donde lo absorbe por
ebullición, a baja temperatura y presión, hasta donde lo rechaza al condensarse a alta
temperatura y presión. (Rey & Velasco, 2005)

Los refrigerantes son los fluidos vitales en cualquier sistema de refrigeración mecánica.
Cualquier substancia que cambie de líquido a vapor y viceversa, puede funcionar como
refrigerante, y dependiendo del rango de presiones y temperaturas a que haga estos cambios, va
a tener una aplicación útil comercialmente. (Rapin, 2002)

La distribución de frío utiliza dos tipos de fluidos:

Refrigerantes primarios: El mecanismo de acción de este fluido consiste en tomar calor del
recinto a enfriar cambiando de fase, de líquido a vapor, utilizando el calor latente de
vaporización en la producción de frío. Recibe el nombre de refrigerante o fluido frigorígeno y
se utiliza en sistemas frigoríficos de compresión mecánica.

Refrigerantes secundarios: No experimentan cambio de estado durante el proceso de


enfriamiento, sino que la transmisión de calor se realiza por medio del calor sensible, es decir,
mediante la diferencia de temperatura. Se denominan fluidos frigoríferos y se utilizarán
normalmente en sistemas donde no se puede usar el refrigerante como fluido caloportador. (Rey
& Velasco, 2005)

Desde el punto de vista energético es mejor el uso de refrigerantes primarios para evitar saltos
térmicos que hagan bajar la temperatura de evaporación. Sin embargo, en la mayoría de los
casos se selecciona un refrigerante atendiendo a otros aspectos técnicos como son el control de
temperatura, las presiones de trabajo, los costes de inversión, etc. (Rey & Velasco, 2005)
En cualquier caso, según el tipo de refrigerante primario o fluido frigorígeno que se utilice se
tendrá, para unas condiciones de trabajo determinadas (temperatura de evaporación y de
condensación), una eficiencia y una potencia frigoríficas específicas. (Rey & Velasco, 2005)

Designación
Los refrigerantes se identifican por números después de la letra R, que significa "refrigerante".
El sistema de identificación ha sido estandarizado por la ASHRAE (American Society of
Heating, Refrigerating and Air Conditioning Engineers). Es necesario estar familiarizado con
los números, así como con los nombres de los refrigerantes. (Rapin, 2002)

Cabe mencionar que las mezclas zeotrópicas, son refrigerantes transitorios que se desarrollaron
para substituir al R22 y al R-502, aunque algunas de estas, van a permanecer como sustitutos
de estos refrigerantes. (Rapin, 2002)

Codificación de los fluidos refrigerantes

Según el “Reglamento de seguridad para plantas e instalaciones frigoríficas”, los fluidos


refrigerantes frigorígenos (aquellos que aprovechan el cambio de estado para la producción de
frio), se denominarán por su fórmula química y no será suficiente su denominación comercial.
(Franco, 2006)

Pero memorizar las fórmulas no es nada fácil. Para solventar este problema se optó por una
denominación más asequible, es decir, más práctica. Por lo que se estableció un código para
cada fluido refrigerante, de tal manera que se codifica mediante un número precedido de la letra
R (refrigerante).
El número se determina de la siguiente manera:
- Las unidades indican la cantidad de átomos de FLÚOR contenidos en la molécula.
- Las decenas indican la cantidad de átomos de HIDRÓGENO, más 1.
- Las centenas indican el número de átomos de CARBONO, menos 1 (en el caso de la
serie de metano, como esta cifra es igual a cero no se menciona en su nomenclatura).
- Los átomos de CLORO no se consideran. (Franco, 2006)

Ejemplo de aplicación:
Nombre químico: Monoclorodifluormetano
Fórmula química: CHClF2

Aplicando el criterio anterior, tenemos:


Unidades (que indican la cantidad de átomos de FLÚOR): 2
Decenas (que indican la cantidad de átomos de HIDRÓGENO más 1): 2
Centenas (número de átomos de CARBONO menos 1): 0

La denominación del fluido será: R-22

La letra C que precede al número, designa los derivados cíclicos.


La letra B después del número, indica la presencia de Bromo. El número de átomos de bromo
se define por la cifra que sigue a esta letra. (Franco, 2006)

Ejemplo de aplicación
Nombre químico: Bromotrifluormetano
Fórmula química: CBrF3

Aplicando el criterio anterior, tenemos:


Unidades: 3
Decenas: 0 + 1 = 1
Centenas: 1 – 1 = 0

Por lo tanto, la denominación del fluido será: R-13B1

En el caso de los compuestos no saturados, la denominación se realiza mediante cuatro cifras,


de las cuales las tres últimas quedan determinadas como en el caso anterior pero precedidas del
número 1. (Franco, 2006)

Clasificación
En la clasificación de los refrigerantes utilizaremos el criterio de ASHRAE y las indicaciones
de la EPA (Environmental Protection Agency). La ASHRAE clasifica los refrigerantes de
forma muy general en los tipos siguiente:

- Derivados halogenados
- Mezclas zeotrópicas y azeotrópicas
- Hidrocarburos saturados e insaturados
- Compuestos orgánicos no alquílicos
- Compuestos inorgánicos. (Miranda, 2012)

Derivados halogenados saturados


Proceden del metano, etano y propano por sustitución parcial o total de los átomos de hidrógeno
por átomos de Cl, F. Pueden ser del tipo:

- CFC: Contienen Cl, F y C en su molécula. Se denominan clorofluorocarbonados. Estos


refrigerantes dejaron de utilizarse a finales de 1994 en la UEE, y a finales del 1995 en
el resto de países occidentales. (Miranda, 2012)
Se consideran los más dañinos, porque alcanzan la estratosfera intactos. Él átomo de
cloro reacciona con el ozono y con la luz del sol, haciendo que el ozono se
descomponga. (Whitman & Johnson, 2006)

El cuadro siguiente indica los CFC existentes, junto con el nombre químico y la fórmula
de cada uno:

Tabla N°01: Clorofluorocarbonos (CFC)


Número refrigerante Nombre químico Fórmula química
R-11 Triclorofluormetano CCl2F
R-12 Diclorodifluormetano CCl2F2
R-113 Triclorotrifluoretano CCl2FCClF2
R-114 Diclorotetrafluoretano CClF2CClF2
R-115 Cloropentafluoretano CClF2CF3

Fuente: (Whitman & Johnson, 2006)

- HCFC: Contienen H, Cl, F y C en su molécula. Se denominan


hidroclorofluorocarbonados. Dejaron de usarse en Europa a finales de 2014. (Miranda,
2012)

Estos refrigerantes tienen una pequeña cantidad de cloro, pero también tienen hidrógeno
en su composición, lo que hace que sean menos estables en la atmósfera. Estos
refrigerantes tienen un potencial mucho menor de agotamiento del ozono, porque
tienden a descomponerse en la atmósfera, liberando el cloro antes de que éste alcance
al ozono estratosférico y reaccione con él. Sin embargo, este grupo se encuentra en la
lista de productos que serán descartados, debido a su contenido de cloro. (Whitman &
Johnson, 2006)

Este grupo de refrigerantes incluye:

Tabla N°02: Hidroclorofluorocarbonos (HCFC)


Número refrigerante Nombre químico Fórmula química
R-22 Clorodifluormetano CHClF2
R-123 Diclorotrifluoroetano CHCl2CF3

Fuente: (Whitman & Johnson, 2006)


- HFC: Contienen H, F y C en su molécula. Se denominan hidrofluorocarbonados. Son
compuestos que no perjudican la capa de ozono. (Miranda, 2012)

Estos refrigerantes no tienen átomos de cloro y se cree que no dañan el entorno. Se


considera que son posibles refrigerantes de sustitución para el futuro. (Whitman &
Johnson, 2006)

A continuación, se incluye una lista de los refrigerantes del grupo HFC:

Tabla N°03: Hidrofluorocarbonos (HFC)


Número refrigerante Nombre químico Fórmula química
R-124 Clorotetrafluoroetano CHClFCF3
R-125 Pentafluoroetano CHF2CF3
R-134a Tetrafluoroetano CH2FCF3

Fuente: (Whitman & Johnson, 2006)

- PFC: Sólo contienen F y C. Se denominan perfluorocarbonados. El prefijo “per” hace


referencia a que el compuesto tiene el máximo número posible de átomos de flúor. Son
compuestos que no perjudican la capa de ozono. (Miranda, 2012)

- Mezclas refrigerantes (zeotrópicas y azeotrópicas)


Mezclas Zeotrópicas: Se llama así a las mezclas formadas por dos o más componentes
(refrigerantes puros) de diferente volatilidad. Cuando estas mezclas se evaporan o se
condensan en un sistema de refrigeración, su composición y su temperatura de
saturación cambian. La palabra zeótropo se deriva de las palabras griegas zein = hervir,
y tropos = cambiar. (Miranda, 2012)

Mezclas Azeotrópicas: Se llama así a las mezclas de dos o más componentes de


diferente volatilidad, las cuales, al ser utilizadas en un sistema de refrigeración, NO
cambian su composición ni su temperatura de saturación al hervir en el evaporador, o
se condensan a una presión constante. La composición del líquido es la misma que la
del vapor. Las mezclas azeotrópicas pueden inclusive ser destiladas, sin que cambie su
composición. El prefijo "a" antes de la palabra zeótropo, es de raíz latina, y significa
una negación, por lo que la palabra azeótropo se puede interpretar como que "no cambia
al hervir". Al combinar los componentes, la mezcla resultante se comporta en muchas
maneras, como si fuera un solo refrigerante puro, con una sola temperatura de saturación
correspondiente a una presión dada. (Miranda, 2012)

Propiedades

Los fluidos refrigerantes deben tener ciertas propiedades termodinámicas, físicas, químicas, así
como condicionantes en el ámbito de la seguridad, que les hacen recomendables para diferentes
aplicaciones. (Rey & Velasco, 2005)

Propiedades termodinámicas
Los refrigerantes deben tener unas propiedades para que condensen y evaporen a las
temperaturas adecuadas. Un fluido puede evaporar a mayor temperatura cuando se eleva su
presión, pero los compresores no pueden alcanzar cualquier presión y los evaporadores y
condensadores no deben trabajar en condiciones de presión o depresión elevadas. Las dos
características más importantes son:

Producción frigorífica específica: Es la cantidad de calor que absorbe 1kg de refrigerante en


el evaporador. Esta propiedad es aproximadamente equivalente al calor latente de vaporización
y cuanto mayor sea, mejor será el refrigerante.
Potencia frigorífica específica: Es la cantidad de calor que teóricamente absorbe el
refrigerante por unidad de trabajo del compresor. (Rey & Velasco, 2005)

Los refrigerantes más adecuados poseen calores latentes muy altos y densidades muy altas.
(Rey & Velasco, 2005)

Propiedades físicas
Las propiedades físicas que debe tener un refrigerante para operar de una forma adecuada son
las siguientes:

Tensión de vapor: Refleja el equilibrio entre el fluido frigorígeno líquido y gaseoso, para ello
hay que controlar los siguientes parámetros:
- Presión de evaporación: que debe ser superior a la presión atmosférica para evitar la
introducción de aire en el circuito.
- Presión de condensación: que no debe ser muy elevada, permitiendo además el empleo
de elementos constructivos con menores exigencias en cuanto a resistencia.
- Temperatura de solidificación: debe ser muy inferior a la mínima de trabajo.

Relación de compresión: Debe ser pequeña en las condiciones de funcionamiento pues la


eficacia volumétrica varía inversamente con la relación de compresión. Por tanto, cuanto menos
sea esta propiedad mejor rendimiento proporcionará la instalación.

Calor latente de vaporización: Es recomendable un valor alto pues será mayor la producción
frigorífica específica, como se ha comentado anteriormente.

Calor específico del refrigerante: En líquido debe ser bajo para evitar problemas en el sistema
de expansión al terminar de condensar. En vapor debe ser alto para no calentar el refrigerante
en exceso. Esta es una ventaja de las mezclas azeotrópicas. (Rey & Velasco, 2005)

Otras propiedades físicas:

No debe ser tóxico ni venenoso: Puesto que los refrigerantes son manejados por muchas
personas, desde el fabricante, al distribuidor hasta el usuario, no deben representar ningún
peligro. La mayoría de los refrigerantes sintéticos (hechos por el hombre, no encontrados en la
naturaleza) no son tóxicos, y el riesgo es muy leve o prácticamente inexistente. Sin embargo,
hay algunos refrigerantes que son realmente dañinos al hombre, aún en pequeñas
concentraciones. En altas concentraciones en el aire, cualquier refrigerante puede causar
asfixia, debido a que desplazan el aire y crean insuficiencia de oxígeno. La magnitud del daño
depende de la concentración de refrigerante, su naturaleza y del tiempo que se esté expuesto a
él. (Rapin, 2002)

No debe ser explosivo ni inflamable: Los refrigerantes varían extremadamente en cuanto a su


facultad para arder o soportar la combustión. En E.U. la organización National Refrigeration
Safety Code (NRSC), cataloga a los refrigerantes en tres grupos de acuerdo a su grado de
inflamabilidad o explosividad:

Grupo Uno: Los refrigerantes más seguros.


Grupo Dos: Refrigerantes moderadamente inflamables.
Grupo Tres: Refrigerantes inflamables. (Rapin, 2002)

No debe tener efecto sobre otros materiales: Los materiales empleados en la construcción de
equipos de refrigeración, generalmente no son directamente de interés para el técnico de
servicio, puesto que la elección de esos materiales la hacen los fabricantes de equipo. Sin
embargo, algunos refrigerantes tienen efecto sobre varios materiales representativos, tales como
metales, plásticos y elastómeros. (Rapin, 2002)

Fácil de detectar cuando se fuga: Todos los refrigerantes tienen una tendencia a fugarse, y
cuando esto sucede, el refrigerante seleccionado debe ser fácilmente detectable. En la
actualidad, esto ya no es una deficiencia en ningún refrigerante, ya que se han desarrollado
varios métodos para detectar fugas de cualquier refrigerante. Existen varios factores que
determinan la tendencia de los refrigerantes a fugarse. Presión, viscosidad y densidad, son
algunos de ellos. Cuando estas características son las mismas para diferentes refrigerantes, el
que tiene más tendencia a fugarse, es el de menor peso molecular. (Rapin, 2002)

Debe ser miscible con el aceite: La miscibilidad del aceite y el refrigerante, juega un papel
muy importante en el diseño de los sistemas de refrigeración. La miscibilidad del aceite con el
refrigerante, se puede definir como la capacidad que tienen estos para mezclarse. Aunque la
función del aceite es lubricar las partes móviles del compresor, no se puede evitar que algo de
aceite se vaya hacia el sistema junto con el refrigerante, aun cuando se cuente con un separador
de aceite. (Rapin, 2002)

No debe reaccionar con la humedad: Todos los refrigerantes absorben humedad en


cantidades variables. En un sistema de refrigeración, esta cantidad debe mantenerse por debajo
del límite máximo permisible, para que pueda operar satisfactoriamente. Por lo tanto, es
imperativo que se elimine la humedad de los componentes del sistema durante su manufactura,
y que se tomen precauciones para evitar que entre al sistema, durante las operaciones de
instalación o de servicio. Los refrigerantes y los aceites son abastecidos por los fabricantes, con
límites muy bajos de humedad. Se debe hacer un gran esfuerzo por mantener la humedad fuera
de los sistemas de refrigeración, por dos principales razones:
1. El exceso de humedad, como el "agua libre", puede congelarse a bajas temperaturas y
restringir o detener el paso de refrigerante, a través de la válvula de termo expansión o del tubo
capilar.
2. El exceso de agua puede reaccionar con el refrigerante formando ácidos corrosivos, los cuales
causarán atascamientos, corrosión, quemaduras del motocompresor, y en general, deterioro del
sistema de refrigeración. (Rapin, 2002)

Debe ser un compuesto estable: En sistemas normales que estén razonablemente limpios y
secos, la estabilidad del refrigerante no es un problema. La mayoría de los refrigerantes tienen
una estabilidad adecuada para las aplicaciones donde se utilizan. El amoníaco es un refrigerante
estable bajo condiciones normales de operación, aun cuando las temperaturas de descarga del
compresor, sean generalmente, más altas que las de los refrigerantes halogenados. (Rapin,
2002)
PROPIEDADES QUIMICAS
1. INFLAMABILIDAD
Un refrigerante NO debes ser explosivo ni inflamable. Los refrigerantes varían extremadamente
en cuanto a su facultad para arder o soportar la combustión.
Según (NRSC) cataloga a los refrigerantes en tres grupos de acuerdo a su grado de
inflamabilidad o explosividad:
 Grupo Uno - Los refrigerantes más seguros.
 Grupo Dos - Refrigerantes moderadamente inflamables.
 Grupo Tres - Refrigerantes inflamables.
(Barreras, 2012)
GRUPO UNO
Los refrigerantes en este grupo pueden utilizarse en cantidades mayores en cualquier
instalación. Según (ASSCMR), las cantidades permisibles son:
 Hasta 9 Kg (20 lb) en cocinas de hospitales.
 Hasta 23 Kg (50 lb) en concurrencias públicas.
 Hasta 23 Kg (50 lb) en uso residencial (si se toman precauciones).
 Hasta 9 Kg (20 lb) en sistemas de aire acondicionado residencial.
Algunos refrigerantes del Grupo Uno son:
1. R-11* Tricloromonofluorometano.
2. R-12* Diclorodifluorometano.
3. R-22 Monoclorodifluorometano.
4. R-500 Mezcla azeotrópica de R-12 (73.8 %) y R-152a (26.2 %).
5. R-502 Mezcla azeotrópica de R-22 (48.8 %) y R-115 (51.2 %).
6. R-503 Mezcla azeotrópica de R-23 (40.1 %) y R-13 (59.9%).
7. R-744 Bióxido de carbono.

* El R-11 y el R-12, junto con otros clorofluorocarbonos (CFC), están en proceso de


desfasamiento, ya que existe evidencia de que dañan la capa de ozono estratosférica (ver
capítulo 9). Hasta esta fecha, los refrigerantes van a substituirlos (R-123 y R-134a), aunque
tienen propiedades similares y se sabe que no son tóxicos ni inflamables, se les ha clasificado
provisionalmente en el Grupo Uno, hasta que se concluyan sus pruebas toxicológicas. Grupo
Dos. Los refrigerantes de este grupo pueden ser ligeramente inflamables, independientemente
de que sean o no tóxicos. (Barreras, 2012)

GRUPO 2
Algunos refrigerantes de este grupo son:
1. R-717 Amoníaco.
2. R-40 Cloruro de metilo.
3. R-764 Bióxido de azufre.
El amoníaco fue uno de los primeros refrigerantes utilizados, y en la actualidad, se
emplea solamente en grandes instalaciones industriales y en algunos refrigeradores de
absorción.
El R-40 y el R-764 ya no se usan en la actualidad. En un tiempo, el bióxido de azufre
era el refrigerante más utilizado en refrigeradores domésticos. Aún existen algunas
unidades trabajando cargadas con R-764 y R-40. (Barreras, 2012)
GRUPO 3
Los refrigerantes de este grupo forman mezclas combustibles, cuando se combinan con
el aire. Los más comunes son:
1. R-170 Etano.
2. R-290 Propano.
3. R-600 Butano.
Estos compuestos en la actualidad ya no se utilizan como refrigerantes; por el contrario,
debido a su alta inflamabilidad, algunos de estos refrigerantes, como el R-170, arden tan
bien y tan rápidamente, que se usan como combustibles. (Barreras, 2012)

2. TOXICIDAD Y SEGURIDAD
Los refrigerantes no deben de ser tóxicos ni venenosos, Puesto que los refrigerantes son
manejados por muchas personas, desde el fabricante, al distribuidor hasta el usuario, no deben
representar ningún peligro. La mayoría de los refrigerantes sintéticos (hechos por el hombre,
no encontrados en la naturaleza) no son tóxicos, y el riesgo es muy leve o prácticamente
inexistente. Sin embargo, hay algunos refrigerantes que son realmente dañinos al hombre, aún
en pequeñas concentraciones. En altas concentraciones en el aire, cualquier refrigerante puede
causar asfixia, debido a que desplazan el aire y crean insuficiencia de oxígeno. La magnitud del
daño depende de la concentración de refrigerante, su naturaleza y del tiempo que se esté
expuesto a él. (Barreras, 2012)
En muchos países, los refrigerantes están bien clasificados de acuerdo a su grado de toxicidad,
y también a su grado de inflamabilidad.
Según (UL) y (NBFU) en Estados Unidos, han clasificado los refrigerantes de acuerdo a su
toxicidad y concluyeron que, el amoníaco (R-717), es tan toxico que una exposición de 30
minutos en aire, con una concentración de 0.5% en volumen, se considera peligrosa y hasta
letal. El bióxido de azufre, que ya no se usa como refrigerante desde hace muchos años, es el
más tóxico, ya que la misma concentración, pero con menos tiempo de exposición, puede ser
letal. Un punto interesante es, que estos dos refrigerantes aunque son los más tóxicos, tienen la
ventaja de que su olor es muy ofensivo, y ponen alerta a la persona desde el momento que
aparece el primer rastro de refrigerante.
Sin embargo, otros refrigerantes inoloros, como el R-30 (cloruro de metileno) o el R-40
(cloruro de metilo), son muy tóxicos, pero a causa de su cualidad inolora, pueden ser
considerados aún más peligrosos, ya que no "avisan" como el amoníaco.
Otro factor que debe ser considerado en el tema de toxicidad de los refrigerantes, es la reacción
a la flama. Los refrigerantes halogenados como el R-11, R-12, R-22, R-502, etc., se
descomponen cuando se someten a altas temperaturas como las de una flama, formando vapores
altamente tóxicos, aunque estos refrigerantes en sí son inofensivos. Cuando se utiliza una flama
en presencia de estos refrigerantes, debe estar el área bien ventilada. (Barreras, 2012)

3. MISCIBILIDAD CON EL ACEITE


La miscibilidad del aceite y el refrigerante, juega un papel muy importante en el diseño de los
sistemas de refrigeración. La miscibilidad del aceite con el refrigerante, se puede definir como
la capacidad que tienen estos para mezclarse.
Aunque la función del aceite es lubricar las partes móviles del compresor, no se puede evitar
que algo de aceite se vaya hacia el sistema junto con el refrigerante, aun cuando se cuente con
un separador de aceite. Por lo tanto, hay dos partes del sistema donde esta relación es de interés:
el cárter del compresor y el evaporador.
Esta miscibilidad tiene sus ventajas y desventajas:
Las principales ventajas son: la facilidad relativa para retornar el aceite al compresor, y la
lubricación de diferentes partes del sistema, como válvulas.
Las desventajas son: la dilución del aceite en el cárter del compresor, disminución de la
transferencia de calor en el evaporador, falta de lubricación y problemas de control. (Barreras,
2012)

4. DETECTABILIDAD EN CASO DE FUGA


Todos los refrigerantes tienen una tendencia a fugarse, y cuando esto sucede, el refrigerante
seleccionado debe ser fácilmente detectable.
En la actualidad, esto ya no es una deficiencia en ningún refrigerante, ya que se han desarrollado
varios métodos para detectar fugas de cualquier refrigerante. Existen varios factores que
determinan la tendencia de los refrigerantes a fugarse. Presión, viscosidad y densidad, son
algunos de ellos. Cuando estas características son las mismas para diferentes refrigerantes, el
que tiene más tendencia a fugarse, es el de menor peso molecular.
El razonamiento de por qué sucede esto, es simple. El refrigerante con mayor peso molecular,
tiene moléculas más grandes. Esto significa que por una grieta de cierto tamaño, se fugaría más
fácilmente un refrigerante de bajo peso molecular, que uno de mayor peso molecular.
Un poco de olor en los refrigerantes puede ser una ventaja, ya que cualquier fuga, por muy
pequeña, podría ser notada de inmediato y efectuarse la corrección de la misma, antes de perder
todo el refrigerante o se haya ocasionado un daño mayor.
Aunque un olor fuerte y picante, como el de amoníaco, ayuda a indicar la presencia de una fuga,
también podría ocasionar pánico en lugares públicos, o sacar a la gente de sus casas, y en
general, crear problemas más importantes que la simple pérdida de refrigerante. Por lo tanto,
aunque un ligero olor pudiera ser ventajoso, un refrigerante sin olor será normalmente mejor
que un olor extremadamente ofensivo. La excepción a esto, son los refrigerantes que no tienen
olor y son muy tóxicos, como el R-170. Algunas veces se añaden a estos compuestos algún olor
irritante, como medida de precaución. (Barreras, 2012)

5. COMPATIBILIDAD CON LOS MATERIALES


El refrigerante a usarse debe ser compatible con el ambiente que se le rodea y NO DEBE
TENER EFECTOS sobre ellos.
Los efectos de algunos refrigerantes sobre varios materiales representativos, tales como
metales, plásticos y elastómeros son los siguientes:
COMPATIBILIDAD CON METALES
Debe seleccionarse un refrigerante que no tenga ningún efecto sobre los metales.
Algunos refrigerantes, afortunadamente muy pocos, bajo ciertas condiciones, tienen
efectos corrosivos sobre algunos metales o producen reacciones químicas que forman
productos indeseables o contaminantes.
Los refrigerantes halogenados, bajo condiciones normales de operación, pueden
utilizarse satisfactoriamente con la mayoría de los metales que comúnmente se usan en
los sistemas de refrigeración, tales como: acero, hierro fundido, bronce, cobre, estaño,
plomo y aluminio. Sin embargo, en condiciones severas de operación, como alta
temperatura y en presencia de humedad, se afectan sus propiedades y reaccionan con
los metales. No se recomienda utilizar refrigerantes halogenados con aluminio que
contenga más del 2% de magnesio o magnesio y zinc, aun cuando la presencia de
humedad sea muy pequeña.
Otras excepciones de reacciones con metales son las siguientes:
 El R-717 (amoníaco) no debe utilizarse con cobre o cualquier aleación de cobre
como bronce, estaño y zinc, ya que el amoníaco se combina rápida y
completamente con cualquier humedad presente, provocando la corrosión de
esos metales.
 El R-40 (cloruro de metilo) no debe utilizarse con aluminio en cualquier forma.
Se forma un gas altamente inflamable, y es grande el riesgo de explosión.
 El R-764 (bióxido de azufre) en presencia de agua forma ácido sulfuroso, el cual
ataca rápidamente al acero, al fierro, y en menor grado, a otros metales.

COMPATIBILIDAD CON PLASTICOS


La mayoría de los materiales plásticos, no son afectados por los refrigerantes
halogenados, por lo que se pueden utilizar en forma satisfactoria en la mayoría de las
aplicaciones. Una excepción es el poliestireno, ya que algunos refrigerantes como el R-
11 y el R-22, lo disuelven; el R-12 también, pero en menor grado.
En general, el efecto sobre los plásticos disminuye, a medida que aumenta el contenido
de flúor en la molécula de los refrigerantes. Antes de utilizar algún material plástico con
los refrigerantes, es conveniente realizar un ensayo de compatibilidad para una
aplicación específica.
La resistencia del plástico a los refrigerantes, se puede ver alterada por variaciones en
la estructura del polímero, agentes aglutinantes, plastificantes, temperatura, proceso de
moldeado, etc. (Barreras, 2012)

GRADOS ODP Y GWP


Cuando tenemos algún tipo de artefacto relacionado con la refrigeración o congelación, ya sean
neveras, congeladoras propiamente dichas, refrigeradoras, aparatos de aire acondicionado, se
recomienda generalmente destinarlos a la chatarrización cuando estos entran en estado obsoleto
o cuando tienden a descomponerse de manera frecuente, el motivo de esto es, como ya
habíamos mencionado antes en el presente informe, la existencia de una amplia gama de
refrigerantes los cuales son perjudiciales para el medio ambiente.
Dicho daño se mide a base de dos valores:
 Potencial para dañar la capa de Ozono (ODP)
 Potencial para calentar el planeta (GWP)

a) POTENCIAL PARA DAÑAR LA CAPA DE OZONO (ODP)


Según (Puerto, 2011), el ODP es medido tomando como referencia el potencial de daño del
refrigerante R-11, de manera tal que un refrigerante con ODP de 0.5 daña la mitad de lo que
daña el R-11 la capa de ozono.
En países latinoamericanos se ha trabajado en la eliminación de los refrigerantes que dañan la
capa de ozono como lo son el R-11 y el R-12, entre otros. Estos refrigerantes se conocen como
halocarbonados de tipo CFC los cuales contienen enlaces de Cloro, elemento que en la
atmósfera destruye los enlaces del ozono. No obstante, existen otros refrigerantes perjudiciales
para la capa de ozono como lo son el R-22 y el R141b, los cuales son muy utilizados en la
industria latinoamericana. Estos refrigerantes son conocidos como halocarbonados de tipo
HCFC y también contienen cloro, aunque en un nivel más bajo. El R-22 es el refrigerante más
utilizado para los equipos de aire acondicionado de baja gama, mientras que el R141b es
erróneamente utilizado para la limpieza de tuberías de cobre. En Latinoamérica se debe dejar
de producir estos refrigerantes a partir del 2010. (Puerto, 2011)
Para los equipos ya instalados con R-22 lo mejor es mantenerlos con ese refrigerante, un buen
mantenimiento y unas buenas prácticas de refrigeración ofrecerán un mínimo de exposición de
este refrigerante con el ambiente, su ODP es muy bajo y la vida útil puede alargarse mediante
procesos de reciclaje de refrigerante. Las neveras modernas trabajan con unos refrigerantes de
ODP nulo conocidos como refrigerantes halocarbonados de tipo HFC, los cuales no contienen
cloro.

b) POTENCIAL PARA CALENTAR EL PLANETA (GWP)


Según (Puerto, 2011), el GWP es medido con base en el potencial de daño del refrigerante R-
744 o mejor conocido como dióxido de carbono (CO2). Existen muchas discusiones respecto a
la medición del daño de los refrigerantes, ya que el planeta necesita cierta cantidad de dióxido
de carbono, la búsqueda de emisiones cero de dióxido de carbono implica que tampoco se aporta
el dióxido de carbono que el planeta necesita, de la misma manera no existe una prueba de que
los otros refrigerantes afecten de manera total al calentamiento global, lo único cierto es que el
calentamiento global es inevitable (es una consecuencia de la segunda ley termodinámica), y lo
único que podemos hacer es manejar con eficiencia estos gases.
Según (Puerto, 2011), durante la última década las empresas de refrigeración y aire
acondicionado han levantado banderas promocionándose como empresas ecológicas al utilizar
este tipo de refrigerantes aunque la realidad es que estos refrigerantes tienen un GWP muy alto
como es el caso del refrigerante R134a el cual se utiliza en las neveras y que tienen un GWP de
1300 (es decir, 1 kg de R-134a calienta el globo 1300 veces más que 1 kg de CO2), es por esta
razón que estos tipos de refrigerantes deben ser recuperados, y en lo posible reciclados para
volverlos a utilizar, ya que a pesar de su mejores condiciones con el ambiente, no son
completamente ecológicos.
Las empresas de refrigerantes también han trabajado en refrigerantes que tengan GWP, y ahora
existen unos nuevos tipos de refrigerantes menos perjudiciales clasificados como hidro-olefinas
(HFO). El refrigerante R513-A reemplaza los equipos con R-134a en un retrofit directo en que
no hay necesidad de cambiar elementos ni lubricante en los equipos. El R-449A es un reemplazo
para equipso con R404-A y R-22. A diferencia de los cambios entre R-11 por R134a, y R-22
por R-407C, los refrigerantes HFO son más eficientes en estos equipos y se debe hacer un
análisis entre el costo energético de mantener el refrigerante que tiene el equipo frente al costo
de realizar el cambio y la destrucción o almacenamiento del antiguo refrigerante.

c) EL AMONIACO, REFRIGERANTE NATURAL AMIGABLE CON EL PLANETA


Los refrigerantes naturales se han usado para producir energía fría (principalmente en la
producción y almacenamiento de alimentos) desde mediados del siglo 19. El amoníaco (NH3)
en particular ha probado su eficacia en la refrigeración industrial por más de 120 años. Pese a
que los “refrigerantes seguros” (como el ahora ilegal CFC) fueron altamente populares en
plantas construidas entre los años 1950 y 1960, el amoníaco siempre ha conseguido prevalecer
en las tecnologías de la refrigeración industrial. Debido en gran parte al debate medioambiental
relacionado con el daño del ozono y el calentamiento global, la participación del amoníaco en
el mercado está en alza una vez más, y compañías de gran tradición y experiencia prefieren
trabajar con él.
El amoníaco es un gas incoloro que se licua bajo presión y posee un olor penetrante y
desagradable. En la tecnología de la refrigeración, el amoníaco es conocido como R 717
(R=Refrigerante). Aunque es producido sintéticamente para su uso en refrigeración, el
amoníaco es considerado un refrigerante natural porque es encontrado en los ciclos de
materiales de la naturaleza.
El amoniaco no tiene potencial de destrucción del ozono (ODP = 0) y no tiene una incidencia
directa en el efecto invernadero (GWP = 0). Su incidencia indirecta en el efecto invernadero es
muy limitado debido a su alta eficiencia energética. El amoníaco es combustible solamente
hasta un grado limitado; su energía de ignición es 50 veces más alta que en gases naturales y el
amoníaco no se encenderá sin una llama. Debido a su alta afinidad con la humedad atmosférica
es considerado como “difícilmente inflamable”. El amoníaco es tóxico, pero tiene un fuerte y
característico olor que a su vez funciona como advertencia. Se comienza a notar en el aire desde
concentraciones de tan sólo 3 mg/m³. Esto significa que el amoníaco se comienza a notar desde
niveles muy inferiores a aquellos que producen daño para la salud (> 1750 mg/m³). El amoníaco
es más liviano que el aire y por lo tanto se eleva más rápido.
Según (ANTILHUE, 2016) el amoniaco es un refrigerante ideal ya que no contribuye al
deterioro del ozono ni tampoco al calentamiento global. De todos los refrigerantes conocidos,
el amoníaco requiere de una menor cantidad de energía para crear capacidad refrigerante gracias
a sus excelentes capacidades termodinámicas. Esto también significa que su potencial de
aportar al calentamiento global es muy bajo. Así, las plantas que usan amoníaco poseen un
mejor TEWI (Total Equivalent Warming Impact) que otras que usan otros refrigerantes.

CRITERIOS PARA EL SELECCIONAMIENTO DE REFRIGERANTES


Según (Hidalgo, 2015), cada refrigerante tiene un diagrama o campana de Mollier específico,
ya que estos diagramas expresan el comportamiento del refrigerante y el estado en el que se
encuentra en función de la temperatura, presión y entalpía del refrigerante.
Si colocamos la misma cantidad de varios tipos de refrigerante a las mismas presiones y
temperaturas, cada uno tendrá un estado diferente. No existe un gas que sirva para todas las
instalaciones, cada uno tiene prestaciones específicas que definen su comportamiento.
El diagrama es muy útil para el diseño de la instalación porque podemos saber en todo momento
en qué condiciones está trabajando el refrigerante y si está funcionando perfectamente en
nuestra instalación.
Es muy importante que al compresor sólo le llegue el gas, que el condensador licue todo el gas
del refrigerante que lo atraviesa y que el evaporador reciba el líquido a baja presión para poder
evaporarlo completamente. (Hidalgo, 2015)
Según (Dincer, 2015) los criterios a tener en cuenta son:
 Ozono - favorable al medio ambiente.
 Bajo punto de ebullición.
 Bajo consumo por unidad de energía.
 Presión de evaporación por debajo de la presión atmosférica.
 Alto calor de vaporización.
 No inflamable, no explosivo.
 Suministro de tóxico industrial.
 No reactivo con aceite lubricante del compresor.
 No ácida en el caso de una mezcla con agua o aire.
 Químicamente resistente.
 Propiedades termofísicas adecuados (por ejemplo, conductividad térmica, viscosidad).
 Comercialmente disponible.
 Fácilmente detectable en el caso de una fuga.
 Bajo costo.
Al seleccionar un refrigerante, deben tenerse en cuenta: La transferencia de calor a un precio
razonable, la diferencia de temperaturas del 5 al 10 C debe mantenerse entre el refrigerante y el
medio ambiente con el que intercambia calor. (Dincer, 2015)

Bibliografía
ANTILHUE. (26 de Junio de 2016). Amoniaco, refrigerante natural. Providencia, Santiago,
Chile.
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