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La salud en el ministerio sacerdotal

y la vida religiosa

Pbro. Dr. Pedro Astorga Guerra

Segunda Edición
Obra impresa en los Talleres Gráficos de Tradición Impresa
Ave. Lázaro Cárdenas 503 Col. Fátima C.P. 34060 Durango, Dgo. Mex.
Tel.: (618) 810 12 09 y 818 84 00 /tradicionimpresa@gmail.com
Tiraje 300 libros más sobrantes de reposición
04 de Febrero de 2018
INTRODUCCIÓN

En el contexto bíblico, la palabra shalom expresa la


salud integral del israelita. Realidades como plenitud,
alegría, satisfacción y paz, giran en torno a esta palabra
y la sitúan como una de las más importantes en la
Historia de la Salvación. Sin embargo, esto no quiere
decir que enfermedades, necesidades, tristezas, vacíos
y conflictos estén ausentes. Todo lo contrario, en
medio de estas situaciones, se abre paso la salvación de
Dios, que incluye precisamente la salud del alma y del
cuerpo.
En el presente libro queremos hablar sobre la salud
en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa,
basados en algunos estudios realizados y experiencias
de vida colaborando en la Comisión del Clero. Hoy en
día, tenemos una fuerte necesidad de promover la salud
entre los sacerdotes y religiosas, tanto en el período de
formación inicial como en el tiempo de la formación
permanente después de la consagración. Si queremos
vivir la paz de Dios y la paz que trae Jesús Resucitado,
tenemos que luchar con esfuerzos redoblados por una
salud integral de presbiterios e institutos religiosos.
A este propósito, el Directorio para el Ministerio y
la Vida de los Presbíteros subraya como conveniente
que, el clero joven, crezca en un ambiente espiritual de
auténtica fraternidad, manifestada en la atención
2 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

personal, especialmente en lo que respecta a la salud


física y a los diversos aspectos materiales de la vida.
Salvando las circunstancias, estas afirmaciones bien
pueden aplicarse a todos los sacerdotes. Por su parte, el
Decreto Perfectae Caritatis exhorta a no omitir los
medios naturales, que favorecen la salud del alma y del
cuerpo de religiosas y religiosos.
Con la intención de responder a estos retos y
buscando la mayor claridad, optamos por considerar en
este libro diversos aspectos que puedan dar una
imagen, más o menos completa, de lo que implica la
salud en sacerdotes y religiosas. En este sentido,
podrían ser de utilidad las palabras de un sacerdote
jesuita español, José María Fernández Martos, quien
habla de diversos tipos de pobrezas y enfermedades
necesitadas de sanación en su libro Cuidar el corazón
en un mundo descorazonado. Una es la pobreza
vinculada a la humanidad, pues, lo aceptemos o no, el
ser humano es frágil y pobre desde muchos puntos de
vista. Por supuesto, el más evidente es que es un ser
para la muerte, lo quiera o no. Otras son las duras
enfermedades, inesperadas o no. También están las
limitaciones psicológicas más o menos graves, como
depresión, adicción, obsesión, etc., que entristecen, y
muchas veces, oscurecen el alma. En otros casos, son
carencias afectivas, en forma de soledad, desamor,
desamparo, e ingratitud. Y también está la pobreza
económica que trae mil calamidades, por ejemplo falta
de techo, pérdida de salud, escasez de alimentación,
etc., así como la falta de cultura mínima para
comprender la vida o adquirir una profesión.
SALUD FÍSICA 3

De acuerdo con esto, hablaremos de la salud


espiritual como una manera de vivir la pobreza integral
que experimentamos simplemente por ser humanos.
Enseguida trataremos de la salud física como una
forma de mantenernos sanos en cuerpo y alma.
Después dedicaremos la atención a la salud integral,
necesaria para conocer y reconciliarnos con las
limitaciones psicológicas de cada uno, y de los demás,
así como vivir en profundidad algunas realidades
estrechamente vinculadas al ministerio sacerdotal y a
la vida religiosa. Enseguida se presentarán los
beneficios de una salud cultural. Finalmente, se verán
las oportunidades de vivir de una manera saludable y
digna en las casas sacerdotales y de religiosas,
verdaderos santuarios de salud integral.
Agradezco los escritos, participación, aportaciones y
sugerencias de los autores y autoras que cito en la
bibliografía, así como a la Hermana Martha Magallón
Trujillo, mjh, y a los sacerdotes Rafael Villareal Ordaz
y Christian A. Contreras Jacquez. Dios recompense su
ayuda, generosidad y valioso tiempo.
SALUD ESPIRITUAL

1. Contar bien nuestros días

Dentro del Salterio solo hay un Salmo atribuido a


Moisés, el Salmo 90. Desde su nacimiento, Moisés
experimentó el peligro de muerte y durante el desierto,
mientras guiaba al pueblo de Dios, seguramente
muchas veces tuvo conciencia de la caducidad
humana. Contar los días de la vida, como Moisés lo
propone este Salmo, es el inicio de una sabiduría, que
aquí llamamos salud espiritual. El salmista goza de
salud espiritual porque ha tomado conciencia de que
vivir es un don de Dios, y de que saciado de su amor
por la mañana, podrá cantar de alegría todos los días de
su vida:

«Señor, tú has sido nuestro refugio generación tras


generación. Desde antes que nacieran los montes y que
crearas la tierra y el mundo, desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios. Tú haces
que los hombres vuelvan al polvo, cuando dices:
“¡Vuélvanse al polvo, mortales!”. Mil años, para ti, son
como el día de ayer, que ya pasó; son como unas
cuantas horas de la noche. Arrasas a los mortales. Son
como un sueño. Nacen por la mañana, como la hierba
6 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

que al amanecer brota lozana y por la noche ya está


marchita y seca.

Tu ira en verdad nos consume, tu indignación nos


aterra. Ante ti has puesto nuestras iniquidades; a la luz
de tu presencia, nuestros pecados secretos. Por causa de
tu ira se nos va la vida entera; se esfuman nuestros años
como un suspiro. Algunos llegamos hasta los setenta
años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las
fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin
embargo, sólo traen pesadas cargas y calamidades:
pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros. ¿Quién
puede comprender el furor de tu enojo? ¡Tu ira es tan
grande como el temor que se te debe!

Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro


corazón adquiera sabiduría. ¿Cuándo, Señor, te volverás
hacia nosotros? ¡Compadécete ya de tus siervos!
Sácianos de tu amor por la mañana, y toda nuestra vida
cantaremos de alegría. Días y años nos has afligido,
nos has hecho sufrir; ¡devuélvenos ahora ese tiempo en
alegría! ¡Sean manifiestas tus obras a tus siervos, y tu
esplendor a sus descendientes! Que la bondad del
Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en
nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra
de nuestras manos».

Entre las expresiones de caducidad presentes en el


Salmo están las siguientes: regresar al polvo; como las
flores, brotar, florecer y marchitarse; los afanes son
fatiga inútil, pasan pronto y desaparecemos. Se pueden
descubrir algunas alusiones al libro del Génesis. Adán,
el primer hombre, fue formado del polvo de la tierra y
ya en el capítulo 3 del mismo libro se pronostica que al
SALUD ESPIRITUAL 7

polvo ha de volver (Gn 3,19). Se dice que Dios creó


también todas las flores, pero el tiempo pasa y se
marchitan, pasó una tarde, pasó una mañana, día
tercero (Gn 1,13). Y paso a paso que se recorren las
páginas de este primer libro de la Biblia, aparecen
personajes que nacen, crecen, engendran y mueren.
Ellos experimentan la fuerza (prosperidad de Jacob),
pero también la debilidad (ceguera de Isaac), y a pesar
de todo, como melodía de fondo, cuentan sus días
reconociendo al Señor y derramando bendiciones,
manifestando así una gran salud espiritual:

«El Dios en cuya presencia caminaron mis antepasados


Abraham e Isaac, El Dios que me ha guiado desde mi
nacimiento hasta hoy, el ángel que me ha librado de todo
mal, bendiga a estos muchachos; que se les llame con mi
nombre, y con el nombre de mis antepasados Abraham e
Isaac; que crezcan y se multipliquen en la tierra… Yo
estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y
los llevará de nuevo a la tierra de sus antepasados»
(Gn 48,15-16.21).

En este sentido, aunque las expresiones de


caducidad sean frecuentes en el Salmo, estas siempre
son contrastadas con una fuerza divina que hace
aparecer con claridad la luz de la salud espiritual. Por
eso, el salmista pide sabiduría de parte del Señor:
«enséñanos a contar nuestros días». De alguna forma,
es el Señor quien enseña al hombre a valorar los días
de vida, quererlos, disfrutarlos, y vivirlos con felicidad.
Esta es la motivación más importante para buscar la
salud espiritual. Basta que el Señor sacie al orante de
8 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

su amor por la mañana para que se tenga alegría todos


los días de la vida.
El fundamento para que el salmista ore de esta
forma aparece claramente: «desde los tiempos antiguos
y hasta los tiempos postreros, tú eres Dios». El orante
no sólo mira su fragilidad, sino reconoce que Dios es
desde siempre y para siempre. Es decir, hay un
fundamento que sostiene precisamente su fragilidad.
Lo que el salmista experimenta como mil años, apenas
es un día para Dios, más aún, una hora de la noche.
Aparece aquí la dimensión temporal, la experiencia
psicológica del tiempo, tiempo largo para el hombre,
tiempo brevísimo para Dios. Esto lo conduce a pensar
en el tiempo de su vida, setenta años, y hasta ochenta
los más fuertes, pero reconoce que pasan aprisa. No
obstante, todo esto no es una mera reclamación a Dios,
como si se quisiera vivir para siempre, sino una
oportunidad para pedir a Dios el don de disfrutar cada
día de la vida que conceda.
Finalmente, en el Salmo se destaca la situación de
pecado. Hombres y mujeres son humanos, y también
pecadores. El salmista no duda en reconocer que Dios
ha puesto las culpas de su pueblo ante Él, y que todos
los secretos están descubiertos a la luz de su mirada.
Por eso, pide la compasión de Dios. El salmista
experimenta que con el pecado se ha debilitado, es
decir, ha perdido salud. Y se pudiera decir que por la
culpa ha disminuido sobretodo su salud espiritual. Esto
lo expresa hablando de Dios en términos de ira. El
enojo de Dios ante lo que no está bien, provoca
debilidad y también trastornos. El salmista ha
descubierto que vivir en el pecado no es una situación
SALUD ESPIRITUAL 9

que traiga bienestar espiritual. Y como consecuencia,


son muy importantes estas peticiones: «Compadécete
ya de tus siervos»; «que el favor del Señor nuestro
Dios, esté sobre nosotros».
Esta petición del favor del Señor hace recordar
algunas expresiones del Salmo 27, lleno de contenidos
relacionados con la salud espiritual: «Una cosa pido al
Señor; esto es lo único que busco: vivir en la casa del
Señor todos los días de mi vida, disfrutar de la bondad
del Señor frecuentando su templo» (v. 4). La palabra
hebrea ~[n traducida por «favor» en el Salmo 90 y por
«bondad» en el 27 también podría traducirse como
«dulzura», «amabilidad» «ternura» «gozo» «placer», lo
cual manifiesta la riqueza de esta palabra. Si en el
Salmo 90 se pide que descienda el favor del Señor para
tener salud espiritual, en el 27 se responde diciendo
que eso sucede en la casa del Señor.
En el templo el salmista encuentra la mayor salud
espiritual. Hay hombres malvados, adversarios,
enemigos, pero a pesar de esto, no hay temor; incluso,
aunque surja la guerra, el orante se siente seguro. Dios
le da refugio, Dios lo oculta en lo más escondido de su
tienda, y Dios le concede la victoria. Existe también la
posibilidad de ser abandonado por su padre y madre,
signo de la mayor pobreza y fragilidad, pero el
salmista insiste: «El Señor me recibirá» (v. 10). Estar
con el Señor se revela como la mayor fuente de salud
espiritual, y por eso el orante termina proclamando su
esperanza: «Espero gozar de los bienes del Señor en la
tierra de los vivos». Aquí el salmista manifiesta que ya
desde ahora, habiendo recibido la bondad del Señor,
tiene la suficiente confianza para esperar gozar de los
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bienes del Señor. Por eso con justa razón puede animar
a los demás a continuar en esta misma tónica de
oración: «Espera en el Señor, sé fuerte; ten ánimo,
espera en el Señor» (v. 14).

2. Crecer en salud y espiritualidad

En el Nuevo Testamento quien mejor refleja lo que


significa la salud espiritual es San Pablo. Las imágenes
que utiliza el apóstol manifiestan que, el encuentro con
Jesús Resucitado, ha redimensionado toda la salud que
el hombre puede tener gracias a su esfuerzo y cuidado.
Ya no se trata sólo de nacer y crecer, sino de hacerlo
espiritualmente: «Yo, hermanos, no pude dirigirme a
ustedes como a espirituales sino como a inmaduros,
apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían
asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún
son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y
contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están
comportando según criterios meramente humanos?»
(1 Cor 3,1-3).
La Carta a los Hebreos y la Primera de Pedro
continúan con esta tradición iniciada por San Pablo:
«El que sólo se alimenta de leche es inexperto en el
mensaje de justicia; es como un niño de pecho. En
cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los
que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y
lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción
espiritual» (Heb 5,13-14); «Por lo tanto, abandonando
toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda
calumnia, deseen con ansias la leche pura de la
SALUD ESPIRITUAL 11

palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de


ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado
lo bueno que es el Señor» (1 Pe 2,1-3).
A la luz de estos textos se puede percibir que
avanzar en salud espiritual significa madurar en la fe.
Un cristiano saludable no se deja dominar por celos y
contiendas, es capaz de distinguir entre lo bueno y lo
malo, y se decide a abandonar toda maldad, engaño,
hipocresía, envidia y calumnia. Además, este cristiano
saludable está atento, con inteligencia descubre la
Verdad y razonablemente se deja conducir por ella
para responsabilizarse de su vida y de la de los demás.
Parece difícil alcanzar una vida saludable
espiritualmente, teniendo en cuenta que, casi
naturalmente, se tiende a realizar lo que critican San
Pablo y los autores de las otras Cartas. Pero el cristiano
no ha de darse por vencido, sino seguir entrenando con
perseverancia, como indica San Pablo:

«Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los


débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a
algunos por todos los medios posibles. Todo esto lo
hago por causa del evangelio, para participar de sus
frutos. ¿No saben que en una carrera todos los
corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio?
Corran, pues, de tal modo que lo obtengan. Todos los
deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo
hacen para obtener un premio que se echa a perder;
nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre»
(1 Cor 9,22-25).

Esta exhortación a correr la carrera también es


reafirmada por la Carta a los Hebreos:
12 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

«Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de


una multitud tan grande de testigos, despojémonos del
lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos
asedia, y corramos con perseverancia la carrera que
tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el
iniciador y perfeccionador de nuestra fe» (Heb 12,1-2).

Como indican los textos, para el cristiano hay toda


una carrera por delante y por eso es necesario
despojarse de ese “lastre” acumulado a lo largo de la
vida. La mejor manera de hacerlo, será trabajando
mucho la dimensión humana del ministerio sacerdotal
y de la vida religiosa.
Esta vinculación entre el crecimiento saludable,
tanto en lo humano como en lo espiritual, también se
presenta en otros escritos del Nuevo Testamento. Por
ejemplo, en el saludo de la Carta de Judas, donde
aparecen estrechamente unidos la salud y la
espiritualidad:

«El anciano, al querido hermano Gayo, a quien amo en


la verdad. Querido hermano, oro para que te vaya bien
en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como
prosperas espiritualmente. Me alegré mucho cuando
vinieron unos hermanos y dieron testimonio de tu
fidelidad, y de cómo estás poniendo en práctica la
verdad. Nada me produce más alegría que oír que mis
hijos practican la verdad» (Jud 1-4).

Gayo, goza de buena salud y prospera


espiritualmente. ¿Cuál es su método? Ser fiel y poner
en práctica la verdad. En este texto, la fidelidad y la
SALUD ESPIRITUAL 13

verdad se revelan como fuente de salud espiritual. El


engaño y la mentira cansan y debilitan, pues exigen un
esfuerzo muy grande para vivir entre dos mundos, o
entre dos vidas. Por eso la salud se deteriora. Se podría
decir incluso que se trata de bombas de tiempo que es
necesario desactivar lo más pronto posible. Siempre
será mejor vivir en fidelidad y verdad en lo poco y en
lo mucho que el Señor Jesús haya encomendado, pues
traerá como consecuencia mucha paz y salud
espiritual, como le sucedió al querido hermano Gayo.
De acuerdo con esto, si practicar la verdad está
estrechamente relacionado con el cuidado de la salud,
entonces hay que hacer el esfuerzo de unificar lo más
que se pueda la vida. Con esto se hace referencia a
tratar de servir al Señor con una unidad de vida interior
y exterior, de pensamientos y acciones, de realidad y
de ideales, de recepción y de don. Muchas veces, por
mantener una doble vida, y no vivir la verdad, resulta
difícil tener una salud integral.
Anselm Grün, O.S.B., y Christiane Sartorius,
Dominica misionera, a propósito de esto, señalan que
la doble vida no es necesariamente moral, como si se
viviera entre vida de pecado y vida de gracia, sino
también psicológica, entre una vida ideal y una vida
real. Ciertamente que un componente moral también a
veces puede estar implicado, pues sacerdotes y
religiosas están llamados a integrar en su vida
vocacional lo que no se puede y que bien es legítimo
en otros estados de vida. Pero aquí más bien se habla
de la doble vida como una experiencia de separación
14 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

entre el ideal espiritual y la dimensión humana y


realista de sacerdotes y religiosas 1.
Numerosas enfermedades en sacerdotes y religiosas,
incluso entre los más jóvenes, proceden de haberse
propuesto o de proponerles ideales espiritualizados
hostiles al cuerpo y a la vida. Si el ideal espiritual y la
realidad humana no van juntas, siempre se correrá el
riesgo de la doble vida, que llevará involuntariamente a
una mentira ambulante, y a una vida falsa que
destrozará a la persona internamente. Se ha notado,
que una reacción frecuente por parte del cuerpo a esta
doble vida, es la sensación de vértigo, o también
continuos dolores de cabeza, espalda, estómago,
piernas, etc.
Se podrían enumerar otros síntomas, pero lo más
importante es captar que, en determinados momentos
de la vida, el cuerpo está revelando una especie de
mareo existencial, es decir, un estrés de tipo espiritual
o eclesial con manifestaciones somáticas. El sacerdote
y la religiosa están presionados por el ideal espiritual,
que en sí no está mal, pues ayuda a crecer, pero el
problema está en el contraste implacable que se puede
crear en la conciencia entre el ideal y la realidad. Aquí
está el núcleo del asunto y esos vértigos físicos son los
mensajeros de que es necesario cuanto antes, para vivir
la verdad, empezar a reconciliarse con la realidad
humana de la vida, tal cual es, tal como la vivo, tal
como me sale al encuentro, teniendo en cuenta
espiritualidad y corporalidad; y, a partir de ahí, volver
a mirar nuevamente el ideal, esa parte alta de la

1
Cf. A. GRÜN – C. SARTORIUS, Para gloria en el cielo y en la tierra, 91-92.
SALUD ESPIRITUAL 15

montaña, pero convencido de lo que se es, de lo que se


tiene y de cómo se podría ir subiendo 2.
Además de lo mencionado, vivir la verdad conlleva
la aceptación de uno mismo y de los demás, así como
la práctica de la humildad. En un mensaje de Cuaresma
al Clero de Roma decía el entonces Papa Benedicto
XVI:

«Esto es el inicio del ser cristiano: vivir la verdad. Y


sólo vivo bien viviendo la verdad, el realismo de mi
vocación por los demás, con los demás, en el cuerpo de
Cristo. Vivir contra la verdad siempre es vivir mal.
¡Vivamos la verdad!

Aprendamos este realismo: no querer aparentar, sino


agradar a Dios y hacer lo que Dios ha pensado de mí y
para mí, aceptando así también al otro. Aceptar al otro,
que tal vez es más grande que yo, supone precisamente
este realismo y amor a la verdad; supone aceptarme a
mí mismo como “pensamiento de Dios”, tal como soy,
con mis límites y, de este modo, con mi grandeza.

Aceptarme a mí mismo y aceptar al otro van juntos:


sólo aceptándome a mí mismo en el gran entramado
divino puedo aceptar también a los demás, que forman
conmigo la gran sinfonía de la Iglesia y de la creación.
Yo creo que las pequeñas humillaciones que día tras día
debemos vivir son saludables, porque ayudan a cada
uno a reconocer la propia verdad, y a vernos libres de la
vanagloria, que va contra la verdad y no puede hacernos
felices y buenos.

2
Cf. Ibid., 92.
16 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Aceptar y aprender esto, y así aprender y aceptar mi


posición en la Iglesia, mi pequeño servicio como grande
a los ojos de Dios. Precisamente esta humildad, este
realismo, nos hace libres. Si soy arrogante, si soy
soberbio, querré siempre agradar, y si no lo logro me
siento miserable, me siento infeliz, y debo buscar
siempre este placer. En cambio, cuando soy humilde
tengo la libertad también de ir a contracorriente de una
opinión dominante, del pensamiento de otros, porque la
humildad me da la capacidad, la libertad de la verdad.

Así pues, pidamos al Señor que nos ayude, que nos


ayude a ser realmente constructores de la comunidad de
la Iglesia; que crezca, que nosotros mismos crezcamos
en la gran visión de Dios, del «nosotros», y que seamos
miembros del Cuerpo de Cristo, que pertenece así, en
unidad, al Hijo de Dios» 3.

¿A dónde pudiéramos acudir para vivir en la verdad,


para crecer y ser de verdad constructores saludables de
la comunidad? Es necesario revisar los programas de
formación inicial y permanente para que la salud
espiritual se haga una realidad y efectivamente
sacerdotes y religiosas puedan llevar a cabo de mejor
manera la nueva evangelización.

3
Encuentro del Santo Padre Benedicto XVI con el Clero de Roma por el
inicio de la cuaresma. Lectio divina Aula Pablo VI Jueves 23 de febrero de
2012. Cursiva mía. [Consultado 12.12.2017]
SALUD ESPIRITUAL 17

3. San Agustín y la salud espiritual

Entre los santos que destacan por su experiencia de


salud espiritual está San Agustín. En las Confesiones,
comparte que Dios fue su fuente de salud desde que
nació y era pequeño:

« Y ¿qué es lo que quiero decirte, Señor, sino que no sé


de dónde he venido aquí, a esta, digo, vida mortal o
muerte vital? “No lo sé. Mas recibiéronme los
consuelos de tus misericordias, según tengo oído a mis
padres carnales, del cual y en la cual me formaste en el
tiempo, pues yo de mí nada recuerdo. Recibiéronme,
digo, los consuelos de la leche humana, de la que ni mi
madre ni mis nodrizas se llenaban los pechos, sino que
eras tú quien, por medio de ellas, me daban el alimento
aquel de la infancia, según tu ordenación y los tesoros
dispuestos por ti hasta en el fondo mismo de las cosas»
(I,6,7).

San Agustín, también recuerda el momento de su


bautismo como un acontecimiento de salud, y su
retraso, como experiencia de la enfermedad:

«Mas quisiera saber, Dios mío, te suplico, si tú gustas


también de ello, por qué razón se difirió entonces el que
fuera yo bautizado; si fue para mi bien el que aflojaran,
por decirlo así, las riendas del pecar o si no me las
aflojaron. ¿De dónde nace ahora el que de unos y de
otros llegue a nuestros oídos de todas partes: “Dejadle;
que obre; que todavía no está bautizado”; sin embargo,
que no digamos de la salud del cuerpo: “Dejadle; que
reciba aún más heridas, que todavía no está sano”?
18 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

¡Cuánto mejor me hubiera sido recibir pronto la salud y


que mis cuidados y los de los míos se hubieran
empleado en poner sobre seguro bajo tu tutela la salud
recibida de mi alma, que tú me hubieses dado! Mejor
fuera, sin duda; pero como mi madre preveía ya cuántas
y cuan grandes olas de tentaciones me amenazaban
después de la niñez, quiso ofrecerles más bien la tierra,
de donde había de ser formado, que no ya la misma
imagen» (I,11,18).

Asimismo, cuenta San Agustín, que al escuchar la


predicación de San Ambrosio, entonces Obispo de
Milán, era como recibir enseñanzas saludables de salud
eterna:

«Aquel hombre de Dios me recibió paternalmente y se


interesó mucho por mi viaje como obispo M. Yo
comencé a amarle; al principio, no ciertamente como a
doctor de la verdad, la que desesperaba de hallar en tu
Iglesia, sino como a un hombre afable conmigo. Oíale
con todo cuidado cuando predicaba al pueblo, no con la
intención que debía, sino como queriendo explorar su
facundia y ver si correspondía a su fama o si era mayor
o menor que la que se pregonaba, quedándome colgado
de sus palabras, pero sin cuidar de lo que decía, que más
bien despreciaba. Deleitábame con la suavidad de sus
sermones, los cuales, aunque más eruditos que los de
Fausto, eran, sin embargo, menos festivos y dulces que
los de éste en cuanto al modo de decir; porque, en
cuanto al fondo de los mismos, no había comparación,
pues mientras Fausto erraba por entre las fábulas
maniqueas, éste enseñaba saludablemente la salud
eterna. Porque lejos de los pecadores anda la salud, y yo
SALUD ESPIRITUAL 19

lo era entonces. Sin embargo, a ella me acercaba


insensiblemente y sin saberlo» (V,13,23).

Sin embargo, a pesar de esto, San Agustín se resistía


a la conversión. Y todo esto lo experimentaba como
una enfermedad:

«Es verdad que podía sanar creyendo; y de este modo,


purificada más la vista de mi mente, poder dirigirme de
algún modo hacia tu verdad, eternamente estable y bajo
ningún aspecto defectible. Mas como suele acontecer al
que cayó en manos de un mal médico, que después
recela de entregarse en manos del bueno, así me sucedía
a mí en lo tocante a la salud de mi alma; porque no
pudiendo sanar sino creyendo, por temor de dar en una
falsedad, rehusaba ser curado, resistiéndome a tu
tratamiento, tú que has confeccionado la medicina de la
fe y la has esparcido sobre las enfermedades del orbe,
dándole tanta autoridad y eficacia» (VI,4,6).

Después de varios años de búsqueda, San Agustín


finalmente se convirtió. Surge la pregunta: ¿Gracias a
su esfuerzo? o ¿Gracias a Dios? Más bien gracias a las
lágrimas de su madre que Dios recogió. San Ambrosio
lo había intuido: «Vete en paz, mujer; ¡así Dios te dé
vida!, que no es posible que perezca el hijo de tantas
lágrimas» (III,12,21). Y ciertamente esas lágrimas
fueron las que consiguieron la salud espiritual que
tanto anhelaba San Agustín:

«¿Habías tú de despreciar las lágrimas con que ella te


pedía no oro, ni plata, ni bien alguno frágil y mudable,
sino la salud de su hijo? ¿Habrías tú, digo, por cuyo
20 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

favor era ella tal, de despreciarla y negarle tu auxilio?


De ningún modo, Señor; antes estabas presente a ella, y
la escuchabas, y hacías lo que te pedía, mas por el modo
señalado por tu providencia» (V,9,17).

4. Importancia de la vida espiritual para la salud

A la luz de algunos estudios realizados a sacerdotes


y religiosas, básicamente se puede decir que a mayor
vida espiritual, mayor es la salud que se puede tener.
Por supuesto que no se trata solamente de salud física,
sino de la salud entendida de manera integral. De esta
forma se puede evitar el malentendido de relacionar a
tal grado la vida espiritual con la salud que no quedara
lugar para la enfermedad. Más bien hay que decir que
la enfermedad también es parte de la vida espiritual, y
es posible vivirla de manera cristiana.
Lo que se pretende al relacionar la vida espiritual
con la salud es motivar a los sacerdotes y religiosas a
recuperar una auténtica vida espiritual para mejorar su
salud integral. Entre las conclusiones de algunos
estudios se encuentran las siguientes:

«La religiosidad intrínseca, la madurez espiritual y la


auto-trascendencia han demostrado ser factores
predictores de un mejor bienestar físico y emocional,
salud mental y funcionamiento positivo, tanto en
población normal, de la que los sacerdotes forman parte,
como en personas que presentan diferentes
enfermedades» 4.

4
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
SALUD ESPIRITUAL 21

Por el contrario, sacerdotes y religiosas agotados


física y emocionalmente, corresponden, por lo general,
a sacerdotes y religiosas con una vida espiritual
deficiente. Un estudio del Centro de Investigación
Social CISOC-Bellarmino, realizado con sacerdotes en
Santiago de Chile, muestra que un número
significativo de presbíteros declara sentirse sobre-
exigido en su trabajo pastoral y hay un buen número
que afirman estar “vacíos”, “fundidos” y “agobiados”.
Esto sucede sobre todo con los párrocos de tiempo
completo, comprendidos entre los cuarenta y cuarenta
y nueve años de edad. Lo significativo es que
normalmente cuando los sacerdotes se sienten así,
también es porque llevan una vida de oración pobre,
hay desencanto de la función sacramental, se descuida
la vida personal, la vida comunitaria y el ministerio en
general 5.
A la luz de esto, es necesario que la vida espiritual
ocupe el lugar de primacía que debe tener en el
ministerio sacerdotal y en la vida religiosa. Es muy
importante que la espiritualidad sea algo que forme
parte de manera natural de la vida del sacerdote y de la
religiosa. Por lo tanto, no se trata de usar la vida
espiritual como arma de lucha contra crisis, desánimos,
desamores y desesperanzas, pues estudios también
demuestran que hay sacerdotes y religiosas que debido
al agotamiento emocional y las crisis, incrementan las
actividades espirituales. Sin embargo, aunque obtienen
resultados altos en espiritualidad, también aparecen
con un alto grado de desilusión y desgaste. Lo cual
5
Cf. G. I. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 164.
22 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

sugiere que, sacerdotes y religiosas emocionalmente


agotados, pueden estar recurriendo a la espiritualidad
para enfrentarse a dicho desgaste 6.
Más bien, en lugar de seguir haciendo vida espiritual
como sinónimo de incremento de las actividades
espirituales, lo que habría que hacer es dotar de sentido
espiritual a las actividades realizadas por sacerdotes y
religiosas. Esto significa que la vida espiritual no se
limita a lo que pueda suceder en las actividades
denominadas o consideradas espirituales, sino que ha
de permear todo el ministerio y la vida religiosa. Se
trata sobre todo de tener la certeza de la presencia del
Señor. El sacerdote y la religiosa nunca están solos. El
Señor acompaña su vida. La salud espiritual brota de
esta conciencia de la presencia actuante del Señor.
Entonces el sacerdote y la religiosa se llenan de
confianza, de esperanza, de fe, y conscientes de que el
Señor está presente en su vida, le hablan, le oran, y le
rinden adoración especialmente en el Santísimo
Sacramento.
En definitiva, una vida espiritual saludable exige
una revitalización constante del encuentro con el
Señor. Es preciso descansar con el Señor, contarle
cómo va avanzando la misión, ofrecer la propia vida
para que el Señor la transforme y pedirle que haga de
ella un instrumento digno de salvación. La verdadera
salud espiritual brota de la profunda intimidad con
Dios, del encuentro consigo mismo, con la
sacramentalidad del amigo, y sobre todo con el
confesor y el director espiritual.
6
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
SALUD ESPIRITUAL 23

Terminemos escuchando la exhortación del Papa


Francisco:

«Queridos hermanos, os exhorto a mantener el equilibrio


entre la salud física y espiritual. Sobre todo, os animo a
crecer cada día en la oración y en la experiencia del
amor reconciliador de Dios, porque es la base de vuestra
identidad sacerdotal, la garantía de la solidez de vuestra
predicación y la fuente de la caridad pastoral con la que
conducís al Pueblo de Dios por senderos de santidad y
de verdad. Con gran afecto invoco la gracia del Señor
sobre vosotros, los sacerdotes, los religiosos y todos los
laicos de vuestras Iglesias locales. Os pido, por favor,
que no os olvidéis de rezar por mí» 7.

7
PAPA FRANCISCO, Viaje apostólico de su santidad Francisco a Myanmar y
Bangladés (26 de noviembre - 2 de diciembre de 2017) encuentro con los
obispos de Myanmar. Complejo de la Catedral, Rangún Miércoles, 29 de
noviembre de 2017.
SALUD FÍSICA

1. La salud de Naamán

Entre los personajes más necesitados de la salud


física en la Biblia, está Naamán, enfermo de lepra:

«Naamán, jefe del ejército del rey de Siria, era un


hombre de mucho prestigio y gozaba del favor de su rey
porque, por medio de él, el Señor le había dado
victorias a su país. Era un soldado valiente, pero estaba
enfermo de lepra. En cierta ocasión los sirios, que salían
a merodear, capturaron a una muchacha israelita y la
hicieron criada de la esposa de Naamán. Un día la
muchacha le dijo a su ama: «¡Ojalá mi señor fuera ante
la presencia del profeta que hay en Samaría! Él lo
curaría de la lepra”. Naamán fue a contarle al rey lo que
la muchacha israelita había dicho. El rey de Siria le
respondió: “Bien, puedes ir; yo le mandaré una carta al
rey de Israel”. Y así Naamán se fue, llevando treinta mil
monedas de plata, seis mil monedas de oro y diez
mudas de ropa. La carta que le llevó al rey de Israel
decía: “Cuando te llegue esta carta, verás que el
portador es Naamán, uno de mis oficiales. Te lo envío
para que lo sanes de su lepra”. Al leer la carta, el rey de
Israel se rasgó las vestiduras y exclamó: “¿Y acaso soy
Dios, capaz de dar vida o muerte, para que ese tipo me
pida sanar a un leproso? ¡Fíjense bien que me está
26 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

buscando pleito!”. Cuando Eliseo, hombre de Dios, se


enteró de que el rey de Israel se había rasgado las
vestiduras, le envió este mensaje: “¿Por qué está Su
Majestad tan molesto? ¡Mándeme usted a ese hombre,
para que sepa que hay un profeta en Israel!”. Así que
Naamán, con sus caballos y sus carros, fue a la casa de
Eliseo y se detuvo ante la puerta. Entonces Eliseo
envió un mensajero a que le dijera: “Ve y zambúllete
siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y
quedarás limpio”. Naamán se enfureció y se fue,
quejándose: “¡Yo creí que el profeta saldría a recibirme
personalmente para invocar el nombre del Señor su
Dios, y que con un movimiento de la mano me sanaría
de la lepra! ¿Acaso los ríos de Damasco, el Abaná y el
Farfar, no son mejores que toda el agua de Israel?
¿Acaso no podría zambullirme en ellos y quedar
limpio?”. Furioso, dio media vuelta y se
marchó. Entonces sus criados se le acercaron para
aconsejarle: “Señor, si el profeta le hubiera mandado
hacer algo complicado, ¿usted no le habría hecho caso?
¡Con más razón si lo único que le dice a usted es que se
zambulla, y así quedará limpio!” Así que Naamán bajó
al Jordán y se sumergió siete veces, según se lo había
ordenado el hombre de Dios. ¡Y su piel se volvió como
la de un niño, y quedó limpio» (2 Re 5,1-14).

Al leer este texto bíblico, lo primero que llama la


atención es la participación de una criada.
Aparentemente un personaje de rol inferior no tendría
por qué tener una influencia tan grande. Sin embargo,
las palabras que dirige a su señora, esposa de Naamán,
son decisivas en el relato: «¡Ojalá mi señor fuera ante
la presencia del profeta que hay en Samaría! Él lo
curaría de la lepra» (2 Re 5,3). Aquí la cuestión de la
SALUD FÍSICA 27

salud se convierte en una cuestión de acatar órdenes y


ponerse en camino. Naamán podría haber dado poca o
ninguna importancia a la muchacha, pues no era al fin
y al cabo más que una criada extranjera. Pero Naamán
obedece. Y pide permiso al rey de Siria para visitar al
profeta. El rey apoyó la propuesta de Naamán: «Bien,
puedes ir; yo le mandaré una carta al rey de Israel» (2
Re 5,5). El rey, de alguna manera, ratifica el modo
propuesto por la muchacha para obtener la salud:
seguir órdenes y ponerse en camino hacia Israel.
Naamán, poniéndose en camino, llegó con el rey de
Israel y más tarde a casa del profeta Eliseo. Hasta
ahora, Naamán ha hecho todo lo que se le ha indicado.
Sin embargo, sucede algo que enfurece a Naamán.
Eliseo no sale a recibirlo, sino que manda un
mensajero para decir a Naamán: «Ve y zambúllete
siete veces en el río Jordán; así tu piel sanará, y
quedarás limpio» (2 Re 5,10).
Este es uno de los momentos relevantes del relato en
cuanto a la salud, pues habiendo visto la actitud de
Naamán, uno esperaría que se dirigiera a cumplir lo
que dice el profeta. Pero para sorpresa del lector,
aparece una faceta desconocida de Naamán: se niega a
cumplir esta orden. Y como el narrador ofrece la
perspectiva de Naamán, entonces se pueden conocer
las razones de su negativa.
Lo primero que dice Naamán es que Eliseo no salió
a recibirlo. Aquí aparece un problema de hospitalidad.
Según Naamán, Eliseo debería haber salido a recibirlo.
Es interesante que Naamán se fije en este aspecto.
Aunque está enfermo de lepra, también se nota que
quiere recibir atención.
28 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Luego, lo que dice Naamán, es que la forma de curar


de Eliseo no es la que esperaba. Según él, el profeta
debería haber invocado a su Dios, enseguida tocarlo y
así sanarlo de la lepra. Quizá esta sería la manera
conocida de Naamán para curar este tipo de
enfermedad, pero la propuesta de Eliseo es otra. De ahí
que, si Naamán quiere curarse, tendrá que acatar lo que
le dice el profeta y no lo que él cree que sería la mejor
forma de curarse. Entonces Naamán está ante dos
tareas por cumplir: aceptar no haber sido recibido
personalmente por el profeta y acatar la orden de ir al
Jordán.
Además de esto, Naamán revela algo muy llamativo
en este proceso de curación. Él está orgulloso de los
ríos de Damasco, el Abaná y el Farfar, a tal grado que
los considera mejores que todas las aguas de Israel.
Naamán cree que si sus ríos son mejores, allí es donde
puede recobrar la salud. En definitiva, minimiza las
aguas de Israel y esto es el último obstáculo a vencer si
desea ser sanado de la lepra. A este respecto, debería
recordar Naamán que si no despreció las palabras de la
muchacha por ser joven y criada de su esposa, tampoco
debería haber motivo para despreciar las aguas de
Israel. Desde lo que considera pequeño o peor,
Naamán también debería de esperar salud. A este
punto, son de alta relevancia las palabras de los
siervos, nuevamente personajes de rango inferior, para
cambiar la perspectiva de Naamán: «“Señor, si el
profeta le hubiera mandado hacer algo complicado,
¿usted no le habría hecho caso? ¡Con más razón si lo
único que le dice a usted es que se zambulla, y así
quedará limpio!” (2 Re 5,13).
SALUD FÍSICA 29

Aquí está el punto más importante para el tema que


se está considerando acerca de la salud física. Naamán
está en la encrucijada de querer hacer o no hacer lo
necesario para sanar. No se trata de nada
extraordinario, pero Naamán tendrá que vencer su
orgullo, motivarse con las palabras de los siervos e ir a
bañarse al Jordán. Y Naamán lo logró, se puso en
camino dejando de lado sus expectativas, su orgullo, y
sus molestias internas, para concentrarse en lo
realmente importante: «Así que Naamán bajó al Jordán
y se sumergió siete veces, según se lo había ordenado
el hombre de Dios» (2 Re 5,14a). Y efectivamente
quedó curado, pero después de ponerse en camino y
obedecer al profeta: «¡Y su piel se volvió como la de
un niño, y quedó limpio!» (2 Re 5,14b). El ejemplo de
Naamán manifiesta que recobrar la salud física implica
hacer camino, acatar órdenes, motivación, esfuerzo,
permanencia, constancia, perseverancia, fuerza de
voluntad y sacrificio, a veces ante situaciones
extraordinarias, y en otras, más bien sencillas, pero no
por ello, menos importantes.

2. La salud dentro de la Dimensión humana

En este apartado se presenta básicamente lo que


Armando de León Rodríguez, sacerdote diocesano de
la Arquidiócesis de Monterrey ha venido exponiendo
en diversos encuentros ante el clero de México. Desde
su perspectiva, la salud y el desarrollo físico
constituyen la base de un crecimiento armónico para
que el presbítero pueda desempeñar de la mejor
30 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

manera su ministerio sacerdotal en vistas a la


evangelización 1.
Una primera pregunta importante es: ¿Por qué debo
cuidar la salud? Entre las posibles respuestas está el
hecho de verlo como un acto de amor a los fieles. Otra
sería mayor disponibilidad a las mociones del espíritu.
Sin embargo, entre las fundamentales, está concebir el
cuidado de la salud como un acto de aceptación de sí
mismo, de cómo se siente alguien consigo mismo y de
cómo quisiera estar.
Por eso, antes que nada, conviene comenzar por un
proceso de aceptación de la propia constitución física
externa: estatura, forma de cuerpo, facciones de la
cara, nariz, orejas, dientes, ojos, color de la piel,
genitales, senos, espalda, glúteos, brazos, piernas y
pies. Después conviene que cada persona acepte su
propia constitución física interna: funcionamiento de
su organismo, aparatos digestivo, circulatorio y
respiratorio; así como de su mente, es decir, sus
capacidades intelectuales.
Cuando ya se ha avanzado en este proceso, es
necesario tener en cuenta también los tipos de
valoración que maneja cada persona. Por ejemplo, si
ve objetiva y realísticamente su situación, cómo
considera su pasado y presente, si percibe las
posibilidades de cambio que tiene y, sobre todo, las
áreas de oportunidad. Si por caso alguien tiene una
enfermedad física o una infección y solo observa, o
reconoce que la ha tenido desde antes, e incluso

1
Cf. A. DE LEÓN RODRÍGUEZ, Dimensión Episcopal del Clero. Arquidiócesis
de Durango. Salud y Desarrollo Físico. Enero 2016; La formación humana
sacerdotal.
SALUD FÍSICA 31

percibe que puede mejorar su situación, pero no hace


nada, esto no se puede convertir en un área de
oportunidad. Llega a ser esto cuando la persona
reflexiona sobre su enfermedad, cuando analiza la
situación que está viviendo y cuando busca los medios
adecuados para superar el estado de salud en el que se
encuentra.

3. Educación en el cuidado de la salud

Entre sacerdotes y religiosas un área de oportunidad


que es necesario recalcar y promover de la mejor
manera es el peso y la alimentación. En este sentido,
hay que tener en consideración que se trata de una
situación biológica, voluntaria y sintomática. Biológica
porque muchas veces el propio organismo es y
funciona de una forma determinada (constitución
física) que es difícil saber hasta qué punto puede ser
modificado el peso que se tiene. Voluntaria porque
sigue habiendo momentos en que la persona puede
decidir de alguna u otra forma qué peso quiere
mantener, cuál peso desea alcanzar, cuánto y qué va a
comer, ya sea por experiencia o ayudado de los
especialistas. Finalmente, sintomática porque el peso y
la alimentación manifiestan si la persona está bien no
sólo física sino psíquica, emocional y espiritualmente.
Con respecto a la situación biológica del peso (o
constitución física de la persona), sería recomendable
consultar con un especialista si la falta de peso no es
debido a problemas de salud, pues es probable que, a
pesar de tener un bajo peso, esto sea parte de la
32 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

estructura corporal y no existan problemas de salud.


También sería deseable tratar los problemas de
sobrepeso con un especialista para que contemple si no
se trata de una obesidad endógena, provocada por
problemas endocrinos o metabólicos del individuo.
La que es más importante en el caso de sacerdotes y
religiosas es la parte voluntaria que existe en la
cuestión del peso y la alimentación. Conviene que cada
sacerdote y religiosa revise sus hábitos alimenticios.
Entre los criterios a tener en cuenta están la cantidad
de alimentos que se ingieren, la selección de los
mismos, los horarios en que son consumidos, así como
las formas de gastar la energía, principalmente en el
trabajo, deporte y descanso 2.
En relación con la cantidad de alimentos, se trata de
tomar únicamente la que el cuerpo necesite. Algunos
síntomas, pero no los únicos, de que el cuerpo no
necesita de alimento son malestar estomacal, reflujo,
acidez, gastritis, entre otros. Obviamente, siempre es
recomendable consultar a los especialistas para
descubrir si efectivamente los problemas de salud
derivan de la ingesta de alimentos o son otras las
causas.
Con respecto a la selección de alimentos hay que
potenciar la ingesta de agua, muchas veces natural, y
otras, distribuida entre las bebidas que se toman
durante el día: té, café, jugos, etc. Hay que tomar
carbohidratos (más o menos 40%): pan y cereales,
arroz y pastas. También consumir verduras y frutas

2
Cf. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD. Informe de expertos
independientes sobre dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas
[consultado 01.08.2009].
SALUD FÍSICA 33

(más o menos 30%). Casi en la misma proporción


alimentos con proteínas (más o menos 20%): leche,
yogurt, queso, pollo, carne, huevos, frutos secos.
Finalmente, en menor cantidad, alimentos grasos (más
o menos 10%): dulces, mantequilla, aceite, pasteles,
helados. Cada persona puede balancear estas
cantidades ayudada por los expertos o por quien
prepara los alimentos en vistas a la salud física. A
veces no es tan sencillo, pero siempre puede motivarse
la voluntad para elegir y comprometerse con un
programa de alimentación.
Sin lugar a dudas, una de las dificultades más
comunes entre sacerdotes y religiosas es el horario de
las comidas. Muchos logran llevar una vida ordenada,
pero hay quienes encuentran dificultades por una u otra
razón para establecer un ritmo saludable. Contar con
un horario facilita los procesos de digestión y evita las
infecciones gastrointestinales. Por supuesto, en el caso
de sacerdotes y religiosas estos horarios no sólo están
relacionados con la comida, sino que algunas veces
tienen que ver con la comunión con la comunidad, el
buen desempeño laboral, la actividad física y mental, y
el descanso adecuado durante la noche.
Entre las motivaciones para mantener un estilo de
vida saludable están los resultados de los exámenes
clínicos, pues allí se indican niveles de hipertensión
arterial, diabetes, colesterol, triglicéridos, así como el
estado de salud del organismo en órganos vitales como
corazón, cerebro, riñones, ojos, arterias, estómago,
intestinos.
Otros exámenes importantes hoy en día son los
relacionados con la posibilidad de cáncer y otras
34 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

enfermedades (teniendo en cuenta edades y


circunstancias que indiquen los especialistas). En el
caso de los hombres es importante realizar el examen
rectal digital y de antígeno prostático específico en
sangre, exámenes para evitar cáncer de testículo,
examen cropológico, colonoscopía, sigmoidoscopía,
exámenes de la piel para evitar melanoma, y
densitometría ósea. Y en el caso de las mujeres,
mastografías, papanicolaou, histerosalpingografía,
ecografía genital, ecotomografía, examen de colon y
recto, citología,y densitometría ósea. Sin olvidar, por
supuesto, los cuidados indispensables de higiene
personal, higiene bucal y visitas al dentista, así como el
cuidado indispensable para vivir saludablemente.
A partir de estos exámenes se pueden tomar muchas
decisiones para lograr un estilo de vida saludable, pero
es fundamental que sacerdotes y religiosas valoren
realmente sus motivos, criterios y convencimientos
sobre por qué se quiere o no se quiere poner empeño
en un estilo de vida saludable. Si la persona encuentra
dificultad para motivarse a sí misma, se puede recurrir
a un equipo interdisciplinar que pueda ayudar en el
convencimiento para un mayor cuidado y atención de
la salud. A veces todo este proceso empezará por la
alimentación, pero en otros casos será necesario
organizar mejor la rutina diaria, revisar la jornada
laboral, manejar el estrés, revisar los malestares
emocionales y psicológicos, atender a la confianza,
autoestima, imagen personal, etc., y sobre todo,
realizar ejercicios físicos y respetar el descanso.
Particularmente entre los sacerdotes y las religiosas
resulta cada vez más complicado comprometerse a la
SALUD FÍSICA 35

realización de los ejercicios físicos. Cada quien podría


expresar las causas por las cuales no realiza o
abandona el ejercicio físico, pero lo más importante es
recobrar una motivación para llevarlo a cabo siempre e
implementar todo lo que sea necesario para que se
cumpla con este compromiso. Es muy importante que
tanto el sacerdote como la religiosa incluyan dentro de
su rutina diaria, al menos 30 minutos de ejercicio
físico.
Entre los ejercicios físicos los hay de muchas formas
y tipos, pero el básico es caminar y respirar de forma
beneficiosa, es decir, lentamente y acelerando,
lentamente y acelerando, lentamente y acelerando,
hasta que el sistema neuroquímico se purifique y
mejore los procesos perceptivos, mentales,
emocionales, y se prevengan infartos cardiacos,
enfermedades cerebro vasculares, insuficiencia renal,
así como problemas digestivos, musculares y
articulares. Si se practica algún deporte, sea el futbol,
basquetbol, frontenis, beisbol, atletismo, taekwondo,
natación, voleibol, gimnasio, etc., es recomendable que
haya un responsable que motive a los demás a hacer
equipo y participar.
Además es necesario contar con los espacios
necesarios para la realización de estas actividades. En
la construcción o remodelación de edificios, sacerdotes
y religiosas han de prever que se destinen espacios
para el ejercicio físico. Si no es posible, habría que
aprovechar los espacios en los colegios de religiosas o
incluso los espacios públicos destinados para ello en
bien de la salud. Téngase en cuenta que siempre será
limitado un plan de formación inicial y permanente
36 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

que no incluya el ejercicio físico o la práctica de algún


deporte. Procúrese, por lo tanto, no anteponer a la
salud criterios relacionados con la falta de tiempo,
ganas, vestido, calzado, pudor, etc., y otras tantas
excusas que surgen con tal de no hacer ejercicio físico.
Sobre el descanso, la mejor forma que el organismo
tiene para descansar es dormir, por lo menos de 7 a 9
horas diarias. Investigaciones sobre el sueño, han
establecido una clara relación entre la cantidad y la
calidad del sueño y el estado de salud de las personas.
Sobre todo se trata de una reparación psíquica y en la
medida que el cuerpo ya obtuvo un descanso
significativo podrá desarrollar mejor sus actividades y
relacionarse de mejor manera con las personas de su
entorno. Lamentablemente, por un motivo u otro,
sacerdotes y religiosas, se desvelan o se levantan muy
temprano, lo que trae como consecuencia un estado de
salud muy precario: falta de energía, falta de
concentración, alteración del sistema nervioso central,
debilitamiento del sistema inmunológico, dispersión
espiritual y desgaste vocacional:

«Hoy día, más que en el pasado, se debe tener en cuenta


el ritmo de la vida, el estrés, la mayor fragilidad
psíquica, que se da especialmente en los jóvenes. Estas
situaciones crean una necesidad de distensión que puede
ser debidamente satisfecha con el sueño o con la
creación de una atmósfera acogedora y serena en la
comunidad. Con frecuencia se encuentran religiosas que
reducen las horas de sueño, y acumulan así un
permanente estado de cansancio y tensión nerviosa que,
a su vez, hace cada vez más difícil conciliar el sueño. Se
crea así un círculo vicioso que agrava la situación hasta
SALUD FÍSICA 37

llevar al derrumbamiento de las energías y al conocido


estado de agotamiento nervioso» 3.

«Además de la necesidad de dormir las horas necesarias,


hay que tener también en cuenta el reposo físico y
psíquico. Esta necesidad varía con la edad y con el
estado de salud y presenta un ritmo personal a lo largo
de la jornada, de la semana, del mes y del año. Es
necesario tomar nota del ritmo propio de vida y
concederse el tiempo y la modalidad para el conveniente
reposo, para evitar que la fatiga vaya acumulándose
hasta poner en peligro el equilibrio psíquico y
orgánico» 4.

Por último, también es indispensable que, además


del descanso nocturno, se encuentren diversas formas
de descanso individual y comunitario. Por ejemplo,
acudir al parque, campos, montañas, playas, leer libros,
escuchar música, convivir con amistades, siesta,
levantarse más tarde, rezar con serenidad, comer con
tranquilidad, festejar cumpleaños, aniversarios,
celebrar fiestas importantes sacerdotales y de los
diversos institutos. Todo esto creará un clima favorable
de comunión, diversión y salud física.

3
B. GIORDANI, La formación de las consagradas, 38-39.
4
Idem.
SALUD INTEGRAL

Por salud integral entendemos la relación que se


establece entre la situación interna y las reacciones que
se manifiestan al exterior. En otras palabras, sacerdotes
y religiosas están llamados a tener una salud emocional
y mental que les permita interiorizar sus vivencias
espirituales, físicas y psicológicas de tal forma que se
conozcan, se reconcilien y puedan atender
favorablemente la misión que se les ha encomendado.
Sacerdotes y religiosas experimentan muchas veces
una serie de crisis, pero eso no quiere decir que
necesariamente las cosas estén mal. Todo lo contrario,
las dificultades son más bien una exigencia intrínseca
de una verdadera vocación. Factores como avanzar en
edad, experimentar diversos cambios emocionales,
hacer modificaciones en el ejercicio del ministerio o en
la misión, lograr relaciones estables y otras menos
estables, hacen que la crisis sea algo inevitable. De ahí
que sea necesario mantener una suficiente fortaleza
para no decaer ante las diversas situaciones que afectan
la vida emocional y mental.
Esto se puede lograr sobre todo trabajando en
unidad aspectos como la dimensión humana y la
espiritual, la naturaleza y la gracia, el cuerpo y el alma.
Por eso, aúnense todos los esfuerzos posibles para que
la madurez humana pueda ser un reflejo de la madurez
40 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

espiritual y viceversa 1. Que el cuerpo, las emociones, y


la mente trabajen juntamente con el espíritu, y en el
caso de sacerdotes y religiosas, sobre todo con el
Espíritu Santo, recibido en la consagración y que
labora incesantemente para hacernos hijos e hijas de
Dios llamados a la santificación.
Primero nos fijaremos en varios aspectos de salud
integral que aparecen en dos textos de la Sagrada
Escritura y después desarrollaremos algunos elementos
de salud integral que sean relevantes en el ministerio
sacerdotal y la vida religiosa.

1. Buscar el agua viva

Un encuentro muy importante con Jesús aconteció


en el pozo de Jacob, así lo relata el evangelista san
Juan:

«Llegó, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar,


cerca de la parcela de tierra que Jacob dio a su hijo José;
y allí estaba el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado
del camino, se sentó junto al pozo. Era como la hora
sexta. Una mujer de Samaria vino a sacar agua, y Jesús
le dijo: “Dame de beber”. Pues sus discípulos habían ido
a la ciudad a comprar alimentos. Entonces la mujer
samaritana le dijo: “¿Cómo es que tú, siendo judío, me
pides de beber a mí, que soy samaritana?” (Porque los
judíos no tienen tratos con los samaritanos). Respondió
Jesús y le dijo: “Si tú conocieras el don de Dios, y quién

1
Cf. E. PAROLARI – A. MANENTI, «Disagio dei preti e coscienza ecclesiale: è
ora di voltare pagina», 59-61.
SALUD INTEGRAL 41

es el que te dice: ‘Dame de beber’, tú le habrías pedido a


Él, y Él te hubiera dado agua viva”.

Ella le dijo: “Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo


es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Acaso
eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio el
pozo del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus
ganados?” Respondió Jesús y le dijo: “Todo el que beba
de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del
agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el
agua que yo le daré se convertirá en él en una fuente de
agua que brota para vida eterna”.

La mujer le dijo: “Señor, dame esa agua, para que no


tenga sed ni venga hasta aquí a sacarla”. Él le dijo: “Ve,
llama a tu marido y ven acá”. Respondió la mujer y le
dijo: “No tengo marido”. Jesús le dijo: “Bien has dicho:
‘No tengo marido’, porque cinco maridos has tenido, y
el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la
verdad. La mujer le dijo: “Señor, me parece que tú eres
profeta. Nuestros padres adoraron en este monte, y
vosotros decís que en Jerusalén está el lugar donde se
debe adorar”. Jesús le dijo: “Mujer, créeme; la hora
viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis
al Padre. Vosotros adoráis lo que no conocéis; nosotros
adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene
de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en
verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca
que le adoren. Dios es espíritu, y los que le adoran deben
adorarle en espíritu y en verdad”.

La mujer le dijo: “Sé que va a venir el Mesías, el


llamado Cristo. Cuando venga nos lo desvelará todo”
Jesús le dijo: “Yo soy, el que habla contigo”. En esto
42 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

llegaron sus discípulos y se admiraron de que hablara


con una mujer, pero ninguno le preguntó: ¿Qué tratas de
averiguar? o ¿Por qué hablas con ella? Entonces la
mujer dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los
hombres: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho
todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Y
salieron de la ciudad e iban a Él» (Jn 4,5-30)

En este texto evangélico destacan varios aspectos


relacionados con la salud integral. Indudablemente que
la imagen del agua viva es la más relevante, porque
aúna el don de Jesús con los más profundos anhelos
humanos 2. Sacerdotes y religiosas tienen sed, y beben
agua para calmar la sed. Es interesante constatar en
este texto cómo Jesús mismo experimenta esta sed.
Jesús estaba cansado de tanto caminar y tenía sed. Esto
es muy importante desde el punto de vista de la salud.
Una salud integral parte de lo más básico, de las
necesidades más inmediatas. Y es aquí precisamente
donde Dios se hace presente, en lo más básico: calmar
la sed. Sacerdotes y religiosas, como la samaritana,
también tienen sed, después de tanto caminar. Este
cansancio y esta sed, hacen posible el encuentro. El
Catecismo de la Iglesia Católica explica:

«“Si conocieras el don de Dios” (Jn 4,10). La maravilla


de la oración se revela precisamente allí, junto al pozo
donde vamos a buscar nuestra agua: allí Cristo va al
encuentro de todo ser humano, es el primero en
buscarnos y el que nos pide de beber. Jesús tiene sed, su
petición llega desde las profundidades de Dios que nos

2
Cf. P. ASTORGA GUERRA, «Con sed a la espera de Dios», 485-494.
SALUD INTEGRAL 43

desea. La oración, sepámoslo o no, es el encuentro de la


sed de Dios y de la sed del hombre. Dios tiene sed de
que el hombre tenga sed de Él» (CEC 2560).

La sed de Jesús da lugar al encuentro con la


samaritana, pero poco a poco el diálogo pasa a otros
niveles de profundidad, como si se descendiera a las
profundidades del pozo de Jacob, imagen en realidad
de las profundidades que tienen cada uno de los
personajes. «Si conocieras el don de Dios y supieras
quien es el que te dice “dame de beber” tú se lo habrías
pedido a él y él te habría dado agua viva» (v. 10). Jesús
pidió de beber, ese fue el punto de partida, pero ahora
revela que también puede dar agua viva, si se le pide.
Basta conocer el don de Dios y quién es el que pide de
beber para que esto se haga realidad. Se necesita saber
primero quién es Jesús, para pedirle después el agua
viva.
Conocer a Jesús en este texto tiene algunas
características. Jesús, por ejemplo, no revela su
identidad hasta que el corazón de la samaritana queda
al descubierto y con esto, su situación emocional y
mental. El inicio de todo este proceso está en las
interrogantes de la samaritana: «¿Cómo es que tú,
siendo judío, me pides de beber a mí, que soy
samaritana?» (v. 9). Luego: «Señor, no tienes con qué
sacarla, y el pozo es hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa
agua viva?». Y enseguida: «¿Acaso eres tú mayor que
nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo del cual bebió
él mismo, y sus hijos, y sus ganados» (v. 12).
Estas preguntas de la mujer giran en torno a lo que
ella sabe, es decir, según esquemas establecidos: judíos
44 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

y samaritanos, pozo hondo para sacar el agua, nuestro


padre Jacob, etc. De acuerdo con esto, podemos decir
que la mujer está saludablemente bien, al menos en sus
esquemas mentales. Pero de repente, mientras dialoga,
Jesús rompe esta aparente normalidad: «Vete, llama a
tu marido y vuelve acá» (v. 16). Aquí es donde
pasamos a las profundidades de la mujer. Digamos que
hasta este momento la samaritana ha hablado desde la
mente o desde los conocimientos, pero ahora entramos
en terrenos del corazón.

«El corazón es la morada donde yo estoy, o donde yo


habito (según la expresión semítica o bíblica: donde yo
“me adentro”. Es nuestro centro escondido, inaprensible,
ni por nuestra razón ni por la de nadie; sólo el Espíritu
de Dios puede sondearlo y conocerlo. Es el lugar de la
decisión, en lo más profundo de nuestras tendencias
psíquicas. Es el lugar del encuentro, ya que a imagen de
Dios, vivimos en relación: es el lugar de la Alianza»
(CEC 2563).

Cuando se instaura el diálogo desde el corazón,


entonces se revelan otras profundidades. Dijo la
samaritana: «No tengo marido» (v. 17). Desde el punto
de vista bíblico, especialmente en los libros históricos,
el marido está relacionado con el Dios que Israel tiene.
Especialmente en el profeta Oseas aparece la
insistencia de Dios por ser el marido de Israel. Allí se
manifiesta como el que da el trigo, el mosto y el aceite
virgen, así como quien multiplica la plata y da el oro
(Os 2,10). Si interpretamos esto en un contexto de
salud integral, podemos decir que tener un marido
genera un contexto saludable. Israel, sin trigo, mosto,
SALUD INTEGRAL 45

aceite virgen, plata y oro, está vacío. En el contexto del


encuentro con la samaritana, sería tener sed. En
cambio, si se tiene marido, en definitiva, si se tiene a
Dios, hay todo lo necesario para vivir saludablemente.
La mujer samaritana reconoce que algo falta en su
vida para estar bien: está sin marido. Sin embargo, para
sorpresa del lector, Jesús, que conoce el corazón de la
mujer, le revela que no sólo no tiene marido sino que
ha tenido cinco. Los antecedentes veterotestamentarios
del número cinco hacen recordar a los cinco príncipes
filisteos con los que Israel estuvo en lucha (Jos
10,16ss; Jue 3,3; 1 Sam 6,16ss), o la descendencia de
varios israelitas famosos del libro de las Crónicas, en
los que se repite continuamente «cinco en total» (1 Cro
2,4ss). Teniendo esto en cuenta, se puede decir que la
samaritana ha vivido luchas y al mismo tiempo ha
generado vida.
Pero ahora, en el momento del encuentro con Jesús,
hay un vacío: «no tengo marido». Más aún, desde el
punto de vista de la salud integral, se ha llegado a un
punto que no parece nada bueno, pues le dice Jesús:
«el que ahora tienes no es marido tuyo» (v. 18). Estas
palabras hacen pensar no sólo en el vacío de la mujer
al no tener marido, sino en la falsa vida que se puede ir
creando. Eso de tener un marido que no es marido
suscita toda la problemática emocional y mental que se
puede generar durante las crisis en el ministerio
sacerdotal o en la vida religiosa. Esta frase de Jesús
sintetiza la situación en la que se pueden encontrar
sacerdotes y religiosas. Puede haber dioses, príncipes
enemigos, frutos, etc., que se consideren maridos
cuando en realidad no lo son. Fuentes de agua que en
46 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

realidad no sacian. La samaritana no niega lo que dice


Jesús, está efectivamente con alguien que no es su
marido. Ha llegado el momento en que se abre el
corazón a Jesús y se revela realmente la situación que
se está viviendo.
Es aquí entonces cuando comienza el camino de
sanación y de adoración al único Dios verdadero:
«Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos
adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad
Llega la hora, ya estamos en ella, en que los
adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y
en verdad» (v. 23). Estas dos últimas palabras
culminan todo el proceso de recuperación de salud
integral por parte de la samaritana. Los que tienen a
Dios por marido, lo adoran en espíritu y en verdad. En
este sentido, hacia el final del encuentro, se manifiesta
realmente de dónde procede en definitiva el agua viva
y cuáles son las disposiciones más importantes para
saciarse: adorar en espíritu y verdad.
Entonces, escuchando esto, la samaritana abre de
nuevo su corazón a Jesús y le comparte su esperanza
en el Mesías: «Sé que va a venir el Mesías, el llamado
Cristo. Cuando venga nos lo desvelará todo» (v. 25).
Todo está listo para que Jesús se dé a conocer: «Yo
soy, el que habla contigo» (v. 26). Entonces, «la mujer
dejó su cántaro, fue a la ciudad y dijo a los hombres:
“Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que
yo he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Y salieron de la
ciudad e iban a Él» (v. 28-29). Ahora la samaritana
suscita una pregunta entre sus contemporáneos,
comenzando así de nuevo la búsqueda de otros
sedientos que quieran abrir su corazón al Mesías y
SALUD INTEGRAL 47

entonces les dirá también todo lo que han hecho y


alcanzarán así la salud integral.

2. Al partir el pan

Otro encuentro apasionante con Jesús donde se pone


de relieve la salud integral aconteció camino a Emaús.
San Lucas lo narra de la siguiente manera:

«Y he aquí que aquel mismo día dos de ellos iban a una


aldea llamada Emaús, que estaba como a once
kilómetros de Jerusalén. Y conversaban entre sí acerca
de todas estas cosas que habían acontecido. Y sucedió
que mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se
acercó y caminaba con ellos. Pero sus ojos estaban
velados para que no le reconocieran. Y Él les dijo:
“¿Qué discusiones son estas que tenéis entre vosotros
mientras vais andando?”

Y ellos se detuvieron, con semblante triste.


Respondiendo uno de ellos, llamado Cleofas, le dijo:
“¿Eres tú el único visitante en Jerusalén que no sabe las
cosas que en ella han acontecido en estos días?”
Entonces Él les dijo: “¿Qué cosas?” Y ellos le dijeron:
“Las referentes a Jesús el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obra y en palabra delante de Dios y de todo
el pueblo; y cómo los principales sacerdotes y nuestros
gobernantes le entregaron a sentencia de muerte y le
crucificaron. Pero nosotros esperábamos que Él fuera
quien iba a liberar a Israel. Pero además de todo esto,
éste es el tercer día desde que estas cosas acontecieron.
Y también algunas mujeres de entre nosotros nos
asombraron; pues cuando fueron de madrugada al
48 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

sepulcro, y al no hallar su cuerpo, vinieron diciendo que


también habían visto una aparición de ángeles que
decían que Él vivía. Algunos de los que estaban con
nosotros fueron al sepulcro, y lo hallaron tal como
también las mujeres habían dicho; pero a Él no le
vieron”.

Entonces Jesús les dijo: “¡Oh insensatos y tardos de


corazón para creer todo lo que los profetas han dicho!
¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas
cosas y entrara en su gloria?” Y comenzando por
Moisés, y continuando con todos los profetas, les
explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. Se
acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba
más lejos. Y ellos le instaron, diciendo: “Quédate con
nosotros, porque está anocheciendo, y el día ya ha
declinado”. Y entró a quedarse con ellos. Y sucedió que
al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y
partiéndolo, les dio. Entonces se les abrieron los ojos y
lo reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de
ellos. Y se dijeron el uno al otro: “¿No ardía nuestro
corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el
camino, cuando nos abría las Escrituras?” Y
levantándose en esa misma hora, regresaron a Jerusalén,
y hallaron reunidos a los once y a los que estaban con
ellos, que decían: “Es verdad que el Señor ha resucitado
y se ha aparecido a Simón”. Y ellos contaban sus
experiencias en el camino, y cómo le habían reconocido
al partir del pan» (Lc 24,13-35).

Como en el caso de la samaritana, tampoco aquí


Jesús revela inmediatamente su identidad. De alguna
forma, es como si lo más importante no fuera la
identidad de Jesús sino lo que experimentan los
SALUD INTEGRAL 49

discípulos en su mente y corazón. En este episodio, dos


discípulos comentan entre sí, camino a Emaús, todo lo
que ha pasado. El diálogo inicial no es entre Jesús y los
discípulos, sino entre los discípulos. Esto quiere decir
que un paso importante de la salud integral pasa por el
diálogo entre los discípulos. De alguna forma, es
necesario que cuando Jesús se presente ya haya habido
un diálogo entre sus discípulos. El lector no sabe los
contenidos de este diálogo, pero puede imaginarlo:
gozos, esperanzas, alegrías, tristezas, cambios,
inconformidades, satisfacciones, proyectos, etc.
Sin embargo, el diálogo entre los discípulos no lo es
todo. Esto es llamativo, porque si bien es cierto que el
diálogo es un paso importante de la salud integral,
especialmente con otro sacerdote o religiosa, al final es
insuficiente. En este episodio se refleja que la
presencia de Jesús puede hacer que efectivamente ese
diálogo sea sanador. Para esto hay que tener en cuenta
la ceguera de los discípulos y la tristeza que tienen por
lo sucedido. Estos elementos dan la clave para
entender este relato desde un punto de vista de salud
integral.
La ceguera para reconocer a Jesús apunta a una
dificultad de salud mental de los discípulos. En
cambio, la tristeza tiene que ver más bien con un
problema de salud emocional. En este sentido, la
situación de los discípulos exige sanación a un doble
nivel: mental y emocional. Ellos tenían ciertas ideas
sobre Jesús, y lo mismo puede suceder con sacerdotes
y religiosas. Tener ciertas ideas, pero que no
corresponden con la realidad, o ciertas ilusiones, pero
que no son realmente las que Jesús quiere o desea:
50 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

«Nosotros esperábamos» (v. 21). Esta frase es la más


importante para la interpretación en clave de salud,
porque muestra el contraste entre lo que los discípulos
pensaban y lo que Jesús hizo o les dijo. Los discípulos
tienen dificultad para comprender el Misterio Pascual,
y probablemente el origen de esta situación sea la
siguiente: falta de esperanza cristiana. Los discípulos
únicamente visualizan la muerte, pero falta
experimentar también la Resurrección. Es necesario
pasar de «nosotros esperábamos» a «estamos
esperando». No basta solamente esperar que Jesús
fuera el libertador de Israel, ahora se requiere esperar
que sea el Resucitado. Allí es cuando acontece la
verdadera liberación y cuando se manifiesta en
plenitud el libertador.
La sanación de las emociones es más lenta. No sólo
se trata de cambiar pensamientos, o esperanzas, sino
que es muy importante la presencia, la compañía, la
relación con Jesús. Los discípulos quizá empezaron a
notar que su tristeza iba desapareciendo conforme
avanzaban en el camino con Jesús. Esto es lo que
explica su petición: «Quédate con nosotros, porque
está anocheciendo, y el día ya ha declinado» (v. 29).
Por supuesto que en el texto la noche hace relación a
una situación temporal, pero en la pista de la salud
emocional, refleja un cambio en los discípulos: ya no
es necesario avanzar, hay que darse un tiempo para
permanecer, estar juntos, cenar, etc. La noche de Dios
se revela como el espacio para sanar. Por eso, Jesús se
queda en la noche para cenar con ellos. Él sabe que
puede curar a los discípulos cenando con ellos,
podríamos decir, en lo más ordinario:
SALUD INTEGRAL 51

«Así que los sentidos se curan cuando se vuelven de


veras humildes, como lo decíamos, y sencillos: por un
lado, no pretenden las cosas extraordinarias,
descuidando las ordinarias, por el otro, abandonan toda
presunción y no consideran que existe solo aquello que
cae bajo su presunción» 3.

Y efectivamente, cuando Jesús tomó el pan, lo


bendijo, lo partió, y lo dio, se abrieron los ojos de los
discípulos y lo reconocieron. Verdaderamente Jesús
había Resucitado, y los ojos de los discípulos estaban
sanados para ver y contemplar esta magnífica realidad.
Sus esperanzas no eran infundadas. Hay vida y
liberación para Israel. Y al mismo tiempo,
recuperación de la salud mental y emocional, hasta
entonces oscurecida, apagada y fría: «¿No ardía
nuestro corazón mientras nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras? La presencia de Jesús y
sus palabras iban generando calor en el corazón de los
discípulos. Esto puede interpretarse como una sanación
del corazón, centro de toda sanación mental y
emocional. Un corazón ardiente está sano, vigoroso,
lleno de ilusión y de esperanza cristiana. Como los
discípulos, sacerdotes y religiosas están necesitados de
la Presencia y Palabra del Señor Jesús, para recorrer el
camino y permanecer junto a Él cuando llegue la
noche, de manera que se pueda mantener sana la mente
y ardiente el corazón.

3
A. CENCINI, ¿Perdimos los sentidos? En búsqueda de la sensibilidad
creyente, 34.
52 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

3. Conocimiento y reconciliación

Los sacerdotes y las religiosas experimentan


malestares psicológicos como los que se enumeran a
continuación: Desequilibrios al afrontar situaciones
difíciles a nivel institucional e individual; depresiones
por las experiencias de soledad; cansancio generado
por las condiciones de estrés en la actividad pastoral;
modo de entender la religión basada en rituales como
solución a las inquietudes personales; fobias;
dependencias afectivas, sexuales y digitales; desilusión
y frustración ante las realidades desafiantes de la
misión, entre muchas otras 4.
En relación con esto, la Instrucción de la
Congregación para el Clero El Presbítero, Pastor y
Guía de la comunidad parroquial del 2002, señala:

«Puede suceder también que algunos sacerdotes, tras


haber comenzado su ministerio con un entusiasmo
cargado de ideales, experimenten el desinterés y la
desilusión, e incluso el fracaso. Muchas son las causas:
desde la deficiente formación hasta la falta de
fraternidad en el presbiterio diocesano, desde el
aislamiento personal hasta la ausencia de interés y
apoyo por parte del Obispo mismo y de la comunidad,
desde los problemas personales, incluso de salud, hasta
la amargura de no encontrar respuestas y soluciones,
desde la desconfianza por la ascesis y el abandono de la
vida interior hasta la falta de fe» (n. 11).

4
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 5.
SALUD INTEGRAL 53

Aunque la Instrucción se refiera a problemas,


incluso de salud, o problemas físicos, ciertamente que
las otras situaciones que enumera también tienen que
ver con un estado poco saludable de las emociones.
Emocionado significa precisamente tener interés,
ilusión, y fuerza para vencer el fracaso. Todo eso se va
terminando si el presbítero o la religiosa no luchan por
descubrir qué es lo que está pasando realmente para
que las cosas que interesaban ya no interesen, o que
poco a poco se vayan aislando de la comunidad,
incluso hasta llegar a la amargura no solo de no
encontrar respuestas, sino de amargura hacia los
demás. De alguna manera, podemos decir que
desaparecen los altos deseos.
Además de esto, otras dificultades emocionales que
se presentan tienen que ver con el manejo de las
relaciones y el ejercicio del poder. En el caso de las
relaciones, conviene valorar cómo se relacionan los
sacerdotes y las religiosas con los demás, qué tipo de
relación establecen con sus iguales, con los que son
más grandes en edad, experiencia o cargo y qué sucede
cuando se encuentran con más pequeños en edad,
experiencia o cargo. Asimismo, es conveniente revisar
la calidad de las emociones experimentadas cuando se
recibe algo, cuando se tiene que cuidar de alguien con
respeto y delicadeza, si hay lealtad en la gestión de
bienes y relaciones, si existe la firmeza y la capacidad
de afrontar las dificultades, si se manifiesta pasión y
creatividad al educar en la fe, si se da lugar a la
gratuidad para desgastarse en los servicios más
54 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

modestos, si hay coraje para arriesgarse en favor de la


justicia y el testimonio del Evangelio 5.
En relación con el ejercicio del poder y del servicio,
sacerdotes y religiosas han de prestar atención a
situaciones de desgaste. Ir más allá de los límites,
abusando en el ejercicio del poder; o sirviendo de más
cuando no hay necesidad no genera una buena salud
emocional 6. Probablemente, el mal ejercicio del poder
y del servicio esté en el origen de muchos males
relacionados con el estrés, el cansancio emocional e
incluso el burnout. Analicemos esta posibilidad.
Se considera que la salud mental se refiere a la
capacidad personal de ajustarse al mundo a tres
niveles: individual, relacional y laboral. A cada nivel,
corresponden ciertas tareas. En el caso del nivel
individual, alcanzar la capacidad de comprender y
controlar las propias emociones. A nivel relacional,
conocer la capacidad de dar y recibir afecto. Y en
cuanto al nivel laboral, descubrir la capacidad de
adaptación al estrés, evitando así sus consecuencias
sobre la salud 7.
Poco a poco, la sociedad se ha ido acostumbrando al
mencionado estrés, y sus causas las pudiéramos
enumerar de la siguiente forma: presiones, frustración
y conflicto 8. Esto es algo cotidiano en cualquier estilo

5
Cf. E. PAROLARI – A. MANENTI, «Disagio dei preti e coscienza ecclesiale: è
ora di voltare pagina», 56-57.
6
Cf. Idem. Se puede ver también sobre el ejercicio del poder, L. VALDEZ
CASTELLANOS, Plenitud Sacerdotal, 273-275.
7
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 48.
8
Cf. H. LÓPEZ DE MÉZERVILLE, Sacerdocio y burnout, el desgaste en la vida
sacerdotal, 28.
SALUD INTEGRAL 55

de vida en nuestro tiempo, y son pocas las personas


que se encuentran ajenas a esta situación. Muchas
veces no se logra distinguir la presión, la frustración y
el conflicto, no digamos a nivel de misión, sino en la
propia persona. Es el caso de un sacerdote o religiosa
que se encuentra bajo muchas demandas pastorales,
experimentando presión ante esas súplicas que no
puede atender, ya que no tiene tiempo para hacerlo.
Entonces la frustración surge cuando siente la
necesidad de descanso y tampoco logra obtenerlo,
dándose una situación de conflicto ante la
autoexigencia de cumplir con todo sin poder lograrlo 9.
En la vida presbiteral y religiosa, con el afán de
ejercer una presencia de guía espiritual en medio de
una comunidad que vive bajo el estrés, también se
asumen estilos de vida estresados, como los de las
demás personas. La visión de la vida del presbítero o
de la religiosa como de quien ha de ser una presencia
ejemplar humanamente, una fuente de espiritualidad en
la que los demás han de beber lo que alivie su realidad,
una persona con la que hay que contar para las
actividades parroquiales, o quien ha de saber todo
cuanto le preguntan, es factor para que se activen las
causas del estrés.
María P. Vicente-Galindo, de la Universidad de
Salamanca, por su parte, añade otros estresores que
sacerdotes y religiosas sufren diariamente y que
pueden afectar su salud. Entre ellos están la falta de
apoyo social, el exceso de trabajo, las condiciones
particulares de su estilo de vida o problemas de
9
Cf. H. LÓPEZ DE MÉZERVILLE, Sacerdocio y burnout, el desgaste en la vida
sacerdotal, 28.
56 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

autoestima, entre otros. Como resultado de estos


estresores, existe la posibilidad de que sacerdotes y
religiosas desarrollen crisis personales. Dichas crisis
evidencian una ruptura del equilibrio interno ya
adquirido, probablemente por estilos de vida
inadecuados, que hacen necesaria una reorientación de
esquemas básicos de vida. Aunque los sacerdotes y
religiosas pueden experimentar una gran variedad de
crisis, las afectivo-sexuales, los problemas con la
autoridad, las relacionadas con problemas laborales o
problemas en relaciones interpersonales y
vocacionales, aparecen como las más frecuentes. Las
evidencias sobre la influencia que estas variables
pueden ejercer sobre el bienestar subjetivo, la salud
mental y el compromiso han sido demostradas en
múltiples contextos10.
Ciertamente, es necesario decir que hay un estrés
positivo y que cierto grado de estrés ayuda a la persona
a responder a los retos que se le proponen en el campo
laboral. Christian A. Contreras, sacerdote diocesano, a
este propósito, apunta que las personas presentan
cansancio por las actividades y los esfuerzos
necesarios para una vida de calidad. Asimismo,
experimentan cierta insatisfacción con lo que se ha
logrado y creen que vale la pena esforzarse cada vez
más con el fin de mejorar la situación personal o
familiar. Aparentemente nada criticable, pero hay
veces que esto va provocando un malestar en la
persona, pues vive en tensión por la búsqueda de
intereses y la imposibilidad de alcanzar todo lo que
10
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 47.
SALUD INTEGRAL 57

desearía. Es una realidad de la persona humana, vive


bajo el estrés, y muchas veces no sabe cómo
manejarlo, o lo niega, optando por encontrar salidas
con actividades que le permiten momentáneas
satisfacciones; o con pequeños placeres que,
desapareciendo, provocan un agotamiento que se
manifiesta todavía con mayor vigor11.
Continúa diciendo Christian Contreras que,
desgraciadamente, las acciones mismas que se derivan
de este análisis no permiten que el consagrado se dé
cuenta de esa realidad. Suele ser el ejercicio pastoral el
desahogo del estrés, o bien, se buscan o inventan
actividades apostólicas como si fueran una oportunidad
de relajación, sin darle respuesta adecuada a esa
realidad, mucho menos al apostolado, en cuanto
proyecto planteado desde la espiritualidad cristiana.
El riesgo de no conocerse o reconciliarse con los
factores que generan estrés, ansiedad, y depresión
puede traer incluso como consecuencia el burnout.
Como indica el jesuita Gabriel Ignacio Roblero, fue
Herbert J. Freudenberger, quien comenzó a estudiar
este síndrome en 1984, mientras trabajaba en una
clínica de Nueva York para drogadictos. Allí observó
en los voluntarios y profesionales una progresiva
pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento, así
como falta de motivación para el trabajo y síntomas de
ansiedad y desánimo. Según su definición, el burnout
es «(…) una sensación de fracaso y una experiencia
11
Cf. CH. A. CONTRERAS JACQUEZ, Caridad pastoral. Impulso para la
realización personal del sacerdote, fuerza del seguimiento de Cristo.
Dinámica integradora para una misión auténtica. Tesis para la obtención del
grado de Licenciatura en Teología Espiritual. Universidad Pontificia de
México.
58 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

agotadora que resulta de una sobrecarga por exigencias


de energía, recursos personales o fuerza espiritual del
trabajador». Dicho de otra manera, «se trata de una
experiencia subjetiva de carácter negativo compuesta
por cogniciones, emociones y actitudes negativas hacia
el trabajo, hacia las personas con las que se relaciona el
individuo en su trabajo, en especial los clientes, y hacia
el propio rol profesional»12.
A la luz de los estudios realizados, el burnout se
considera como un síndrome tridimensional, pues está
caracterizado por un agotamiento emocional,
despersonalización, y una reducida realización
personal. El agotamiento emocional puede definirse
como sensaciones de cansancio físico y hastío
emocional, que surgen como consecuencia de las
interacciones en el ámbito profesional, entre los
mismos trabajadores y con los clientes. Por su parte, la
despersonalización es el desarrollo de actitudes
ambivalentes en el compromiso hacia las personas a
quienes los profesionales o trabajadores prestan sus
servicios. Y la reducida realización personal apunta a
una pérdida de confianza precisamente en esta
realización, y manifiesta la presencia de un negativo
auto-concepto, muchas veces inadvertido 13.
A este respecto, es importante diferenciar entre
burnout, depresión, ansiedad y estrés:

«Mientras que la depresión tiene consecuencias sobre las


relaciones interpersonales, el burnout se presenta como

12
Cf. G. I. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 162.
13
Cf. Ibid., 163.
SALUD INTEGRAL 59

consecuencia de relaciones interpersonales y


organizacionales que son vitalmente desgastantes. Por su
parte, la ansiedad se manifiesta cuando la persona no
posee las habilidades para manejar la situación en la que
está inmersa. En el burnout, en cambio, las exigencias
son superiores a las habilidades de la persona. Por
último, es distinto del estrés, pues mientras que éste
produce efectos negativos y positivos, los producidos
por el burnout sólo son negativos» 14.

Teniendo esto en cuenta y pensando en sacerdotes y


religiosas, es de desear que se mejore en el manejo del
estrés, a fin de evitar situaciones de mayor gravedad.
Hay ocasiones en que forzados por las excesivas
exigencias derivadas de la vida ministerial o religiosa,
tanto internas como externas, se continúa con el mismo
ritmo de vida, sin caer en la cuenta de que se puede
caer en la despersonalización. Y cuando esto sucede,
entonces las personas a las que debería servir en el
ministerio o en la misión empiezan a ser percibidas
como una amenaza para el propio bienestar, y
frecuentemente surgen las molestias, los enojos y hasta
un sentimiento de ser agredidos. Llegados a este punto,
el sacerdote o la religiosa normalmente se culpan, y en
ocasiones llegan incluso a cuestionar su realización
como consagrados, sufriendo en su autoestima y
perdiendo el sentido de la vocación y la misión a la que
han sido llamados. Atendiendo a todo esto, es de vital
importancia hacer periódicamente un examen de
conciencia relacionado con el estado de salud integral.
Seguramente, a través de esto y con el

14
Cf. Idem.
60 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

acompañamiento del director espiritual, se evitarán


mayores males derivados de un deficiente manejo del
estrés.

4. Áreas de oportunidad

4.1 La fatiga por el Reino de los cielos

Podemos decir que la actitud pastoral depende en


parte del cuidado que se tiene en el manejo del estrés y
del sentido que se le dé a la fatiga en el apostolado. La
caridad pastoral y la vida de oblación no deberían en sí
mismos causar estrés, pero la forma en la que se realiza
el apostolado, y la manera se activen como fruto de
este estilo de vida. Sin embargo, cuando el sacerdote o
la religiosa hacen un esfuerzo para conocerse más a sí
mismos y reconciliarse con las propias emociones y
afectos, entonces es posible dar otro sentido al
cansancio. Cuando la fatiga es consecuencia de una
vida apostólica como generosidad sin medida, a
ejemplo de Cristo, entonces el cansancio se convierte
en oración, es decir, en escenario para el encuentro con
Dios. Al respecto, el Papa Francisco recuerda:

«Nuestro cansancio, queridos sacerdotes, es como el


incienso que sube silenciosamente al cielo (cf. Sal
140,2; Ap 8,3-4). Nuestro cansancio va directo al
corazón del Padre. […] Sucede también que, cuando
sentimos el peso del trabajo pastoral, nos puede venir la
tentación de descansar de cualquier manera, como si el
descanso no fuera una cosa de Dios. No caigamos en
esta tentación. Nuestra fatiga es preciosa a los ojos de
SALUD INTEGRAL 61

Jesús, que nos acoge y nos pone de pie: «Venid a mí


cuando estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré»
(Mt 11,28). Cuando uno sabe que, muerto de cansancio,
puede postrarse en adoración, decir: “Basta por hoy,
Señor”, y rendirse ante el Padre; uno sabe también que
no se hunde, sino que se renueva porque, al que ha
ungido con óleo de alegría al pueblo fiel de Dios, el
Señor también lo unge, “le cambia su ceniza en
diadema, sus lágrimas en aceite perfumado de alegría, su
abatimiento en cánticos”» (Is 61,3) 15.

4.2 Un sano narcisismo

Vivir mejor mental y emocionalmente, también


dependerá, en gran medida, de la decisión de un mejor
comportamiento y actitudes, con un nivel de
autoexigencia que no haga caer en el agotamiento
emocional. Es decir, evitando caer en la pasividad, o
viviendo con excesiva prisa. Para conseguir esto,
habría que lograr una competencia en la organización
de la vida que permita a la persona sentirse
vocacionalmente implicada en lo que hace, logrando al
mismo tiempo puntualidad en los deberes; constancia
en las actividades y perseverancia ante los fracasos y
desilusiones.
Por esto, es deseable que entre los sacerdotes y
religiosas haya un “sano narcisismo”. Es decir, hay que
recuperar la capacidad para enfrentar desafíos, la
confianza en la propia capacidad de pensar, de
aprender, y sobre todo de elegir y tomar decisiones
15
PAPA FRANCISCO, «Homilía Misa Crismal Jueves Santo 2 de abril de
2015», 351-356.
62 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

adecuadas, sabiendo de antemano que tiene el derecho


personal de ser reconocido por los demás, y si esto no
sucediera, por lo menos de reconocerse a sí mismo.
Entre las causas por las que alguien deja de hacer lo
que le emocionaba están la falta de atención y
agradecimiento de los demás. Pero si se establece una
autoestima en base a lo que digan los demás, se corre
un gran riesgo, pues entonces la autoestima puede
bajar de un momento a otro o incluso desintegrarse.
Por ejemplo, en una comunidad religiosa, estaba
decidido que la comida se preparaba por turnos, y que
cada quien cocinaría según el orden que le tocase, pero
por diversas circunstancias, al final de cuentas solo una
persona terminó preparando la comida. Sin embargo,
comenzó a molestarse y a echarle en cara a los demás
que solo venían a sentarse y a comer cuando ya sabían
que estaba todo listo. Entonces decidió un día no
preparar la comida, llegó tarde y para su sorpresa no
había nadie en la mesa. Se fue a su cuarto, regresó y
sólo encontró a una persona viendo la televisión y
comiendo un sándwich. Se preparó algo de comer y se
sentó junto a quien estaba viendo la televisión. «Por fin
estamos un poco juntos» le dijo quien estaba viendo la
televisión. Esto no le gustó nada y le dijo que si no
podía apagar la televisión mientras estaban comiendo.
Entonces quien antes estaba viendo la televisión se
levantó, apagó el aparato, y dejo a la otra persona allí
sola, la cual murmuró: «Aquí me siento tratado como
un esclavo. Me siento utilizado, mientras los otros
hacen lo que quieren, sin ningún tipo de respeto para
mí. Mira, se va, por ejemplo, hace lo que le da la gana
SALUD INTEGRAL 63

y se desinteresa de los demás». «Paciencia» –dice en


su interior– «las cosas podrían ir peor»16.
Aparece aquí claramente una baja autoestima o
autoestima desintegrada, y entonces la persona pasa al
ataque. Como no la valoran, entonces fastidia a los
demás, no les hace de comer. Además, critica con
dureza a quien lo abandona con la televisión apagada,
en lugar de ponerse a reflexionar sobre lo que está
pasando. Al final de cuentas, la comida debía ser
preparada por turnos y solo una persona terminó
cumpliendo con esto. Sin embargo, en lugar de aceptar
su error, quien hacía la comida prefirió construirse
defensas emotivas para no sentirse «comido» por los
demás. Lo mejor hubiera sido descubrir dónde estaban
fallando las cosas, pero se optó por la indiferencia,
aunque le llame paciencia, o santa recíproca armonía.
De todas formas, como las cosas se dejan como están,
poco a poco los problemas en las relaciones van
carcomiendo a la comunidad hasta llegar al
sufrimiento, un sufrimiento destinado a permanecer
silencioso, no comunicado y oculto 17.
En este sentido, es muy útil lo que propone el jesuita
G. I. Roblero. La persona que se ama a sí misma, se
valora, se acepta y así puede “funcionar” con plenitud.
Se siente a gusto con su propio cuerpo, sus emociones,
sus pensamientos y deseos. Es alguien abierto a nuevas
sensaciones, experiencias y emociones. Por ello, no
ambiciona ser otra persona. Acepta su lado positivo,
talentos y cualidades, y es consciente de sus
limitaciones. Por ello, valora sus cualidades y disfruta
16
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 9.
17
Cf. Ibid., 12.
64 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

sus logros, sin arrogancia. Respeta sus anhelos y


deseos, sabe expresarlos, defiende sus convicciones,
valores y sentimientos. Quien se ama a sí mismo no
está a la defensiva y asume el riesgo de equivocarse.
No necesita aparentar y no vive en dinámicas de
dominación ni control a los demás, sino de
colaboración. Con algunas de estas características otra
sería la situación de las relaciones en el caso narrado
anteriormente.
Por eso, un “sano narcisismo” tiene que eliminar
necesariamente algunas dinámicas psicológicas insanas
como la comparación con los otros, el perfeccionismo
y la necesidad imperiosa del reconocimiento de los
demás 18. Si se evita la “comparación con los otros” eso
quiere decir que no se ambiciona ser otra persona, ya
que se está a gusto consigo mismo. Además, puede
desarrollar y potenciar sus propias capacidades. Y si se
trabaja solo movido por el “perfeccionismo”, entonces
siempre estará al acecho la posibilidad de la
frustración, o de la decepción y la amargura, por no
conseguir nunca las metas propuestas. Y si siempre se
espera que los demás reconozcan algún servicio,
entonces se cae en una dependencia insana e inútil,
porque muchas personas, sin mala voluntad, están tan
ocupadas o preocupadas en sus cosas que no atienden a
lo que alguien hace, aunque esté muy bien hecho. O
también muchas personas, como ven en cualquier
misión y servicio simplemente lo que se esperaba o se
tenía que hacer, pues tampoco creen necesario ofrecer
un reconocimiento.
18
Cf. G. I. ROBLERO CUM, «Conflictos y resoluciones en el sacerdocio
ministerial jesuita», 172.
SALUD INTEGRAL 65

De todas formas, hay que decir que ojalá hubiera


comparaciones sanas, donde se imitaran virtudes y las
personas quisieran ser mejores para parecerse a los que
perseveran y van en camino de santificación. Ojalá
también los esfuerzos por hacer cada día mejor las
cosas no fueran solo por perfeccionismo, sino para
mayor gloria de Dios y mejor servicio a la comunidad.
Y ojalá siempre hubiera personas agradecidas con las
demás, que valoraran y apreciaran sus servicios
realizados con fidelidad a Dios y a la Iglesia. A este
respecto, quisiéramos aprovechar la oportunidad para
agradecer a todas las personas que, con solicitud y
gratuidad, cuidan la salud de sacerdotes y religiosas,
que Dios misericordioso y fiel les recompense al ciento
por uno.

4.3 Salud emocional y afectiva

Antes de desarrollar este apartado, es necesario decir


que, ciertamente, considerar todo a partir de una
autoestima integrada o desintegrada es muy reductivo.
El problema de fondo muchas veces está en la
incapacidad de saber manejar las emociones. Por eso,
es importante recordar, a este respecto, diversos puntos
que puedan ayudar a sacerdotes y religiosas a trabajar
sus emociones de tal forma que se pueda alcanzar una
suficiente salud emocional y afectiva.
Rafael Villarreal, sacerdote diocesano, presenta lo
que dice Anna Bissi como una ayuda para entender
aquello que llamamos madurez afectiva u ortopatía, es
66 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

decir, aprender a sentir correctamente 19. Ante todo, se


trata de sentir lo que está sucediendo en las personas
sin que se dejen llevar por el miedo, el orgullo, la culpa
u otros motivos que no permiten entrar en contacto con
los sentimientos; a esto se le conoce como fase de la
experiencia (elemento empírico): «no somos
plenamente humanos si no escuchamos nuestro propio
mundo interior»20. La meta de esta primera fase es
llegar a contestar estas preguntas: ¿Qué siento? ¿Qué
experimento? Y la obediencia a los propios
sentimientos llevará a la formulación de la pregunta
¿Qué emociones tengo en mi interior? Por ejemplo,
identificar que se siente rabia.
Damos luego paso a un segundo elemento, aquel de
la inteligencia (Intelectual). Es el momento de
individuar y comprender los propios sentimientos. Se
trata de indagar, individuar y formular lo que sucede
en el Yo. Ahora es necesario determinar: este
sentimiento ¿a qué emociones pertenece? Es entonces
cuando se puede dar nombre concreto a aquello que se
siente y saber de dónde proviene, por ejemplo, siento
la rabia, y sé que proviene de una frustración en las
relaciones interpersonales. No basta decir, estoy
enojado con, sino precisar los motivos por los que
estoy enojado. Por tanto, los porqués no se deben
dirigir al exterior, sino hay que buscarlos en el interior
de nosotros mismos, posiblemente, en el ejemplo

19
Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana», 90-94;
A. BISSI, El palpitar de la Vida. Conocer y administrar las propias
emociones, 225-252.
20
A. BISSI, El palpitar de la Vida. Conocer y administrar las propias
emociones, 125.
SALUD INTEGRAL 67

propuesto, el problema es que no estoy siendo amado


como yo lo necesito.
El tercer elemento será el de la razón (racional).
Aquí se da la valoración de la propia experiencia que
ya ha sido individualizada y a la que ya se le ha dado
nombre. Es decir, ahora se pasa a la reflexión y el
juicio, y el sentimiento de rabia que se ha
experimentado e individuado sufre una revisión para
ver si verdaderamente concuerda con la verdad del
déficit afectivo. Todos estos pasos se hacen con
espontaneidad, no son procesos largos en el tiempo,
suelen ser instantáneos; aunque si se trata del
discernimiento, entonces sí serán procesos más
prolongados. En el ejemplo dado, ya que se descubrió
el déficit afectivo, se tratará de buscar la manera más
razonable de vivirlo. Es decir, «no basta entender lo
que se vive para vivirlo bien, hay que preguntarse
sobre lo que se vive para decidir cómo vivirlo» 21. Así
se da paso al siguiente elemento.
Es el de la responsabilidad (ámbito moral). Se trata
de llegar a tomar decisiones sabias, orientadas al bien
propio y común, es decir, a la búsqueda del propio bien
y el ajeno en la gestión de las emociones. Es cuando
aparecen estas preguntas: ¿Es justo? ¿Está bien? ¿Me
ayuda o ayuda a los otros? Las simples emociones no
son responsables, es decir, vienen sin que las
evoquemos. Para esto se necesita una suficiente
libertad como para poder descubrir en todo este
proceso la conveniencia o inconveniencia de actuar.
Así se toman en cuenta las expectativas del otro y no

21
Ibid., 231.
68 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

se concentra la persona en sí misma. Estoy enojado,


luego, después de este último elemento, mi reacción
será en responsabilidad, según una suficiente madurez
afectiva.
Todo el proceso anteriormente mencionado está
inspirado en el camino que presenta Bernard Lonergan,
teólogo canadiense22. La Hermana Martha Magallón
Trujillo, mjh, explica este camino a manera de
niveles 23. Se propone para este proceso el método
trascendental, a través del cual se propone un camino
hacia el mundo de la interioridad, con el fin de realizar
la apropiación de la estructura dinámica del ser
personal que es capaz de conocimiento y acción moral.
Este método explica cómo, mediante la auto-
apropiación, descubrimos en la estructura dinámica de
nuestro ser personal, un esquema fundamental de
operaciones que ayudan a alcanzar un grado cada vez
mayor de conciencia, precisamente objetivándola24.
Esta objetivación consiste en la aplicación
intencional y consciente de un esquema normativo de
operaciones recurrentes y relacionadas entre sí que
produzcan resultados acumulativos y progresivos 25.
Las operaciones son: experimentar, entender, juzgar y
decidir. De aquí se deduce que la conciencia tiene

22
Cf. B. LONERGAN, Método en Teología, 16-17; L. RULLA, Antropología de
la Vocación Cristiana, I, 130-131.
23
Cf. M. MAGALLÓN TRUJILLO, mhj, La vivencia oblativa del carisma en la
formación permanente de la Misionera de Jesús Hostia. Tesis para la
Maestría en Formación Vocacional, 2016. Pontificia Universidad
Gregoriana.
24
Cf. P.M. FIGUEROA TURIENZO, «La cuestión de los fundamentos en la ética
de Lonergan». Artículo publicado en la revista de Teología de la UCA en
2011.
25
Cf. B. LONERGAN, Método en teología, 13.
SALUD INTEGRAL 69

cuatro niveles diferentes que están en íntima relación y


van dirigiendo el proceso de conocimiento 26.
- En el primer nivel –empírico– experimentamos,
tenemos sensaciones, percibimos, imaginamos,
sentimos, hablamos, nos movemos. Esta experiencia
hace que surja la pregunta sobre lo que sucede, e
introduce al segundo nivel.
- En el segundo nivel –intelectual– indagamos,
entendemos, manifestamos lo que hemos entendido,
elaboramos presuposiciones e implicaciones.
Expresamos hipótesis que buscan ser verificadas, lo
cual conduce al tercer nivel.
- En el tercer nivel –racional– juzgamos, somos
empujados a afirmar o negar la realidad que
alcanzamos en el nivel anterior. El juicio acepta o
rechaza las hipótesis y teorías que surgen de la
comprensión y los datos. Esto es posible si se han
cumplido todas las condiciones que permiten evaluar la
hipótesis. Este juicio permite que la experiencia vivida,
se valore o no, como buena y valiosa, lo cual confronta
con el cuarto nivel.
- En el cuarto nivel –responsable– decidimos; es el
nivel existencial, a este punto se tiene que deliberar,
evaluar, decidir y actuar. No sólo se trata de realizar
cosas, sino de que con las decisiones que se toman, la
persona va haciendo, de sí misma, lo que ella está
llamada a ser. Se valoran los datos y la persona se
dispone a hacer opciones en conformidad con los
valores aceptados.

26
Cf. G. NEIRA, «El dinamismo de los juicios de valor en la
autotrascendencia moral», 165.
70 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Finalmente, cuando la persona se encuentra en


terreno religioso, experimenta otro tipo de
trascendencia. Va más allá de lo intramundano, y
recibe como don el amor sin fronteras que Dios
infunde en los corazones 27.
Los cuatro niveles son sucesivos y relacionados
entre sí. No se puede entender una cosa sin haberla
experimentado; no se puede hacer un juicio sin
entender aquello que se pretende juzgar; no se puede
tomar una decisión sin tener la certeza que proviene
del juicio. Cualquier falla en un nivel hace que los
otros también comiencen a dar resultados equivocados.
En todos los niveles, la persona es consciente de sí
misma, pero la calidad de la conciencia aumenta de
nivel a nivel. La experiencia en el ser humano, es el
primer paso para entender, juzgar y decidir. El
entender se expresa en el lenguaje; el juicio lleva a la
búsqueda de la verdad; mientras que la decisión
conduce a la realización personal y de la organización
social como fruto de una libertad orientada
decisivamente por los valores.
Los cuatro niveles constituyen la estructura
dinámica o conciencia intencional que hace al ser
humano capaz de conocimiento y de acción moral. El
ser humano que presta atención a los datos de los
sentidos, pasa a la investigación y a la comprensión
para hacer posible la aprehensión del mundo a través
de la significación. La reflexión y el juicio llevan a
reconocer lo que realmente es así, y lo que es
independiente del sujeto. Y por la deliberación,

27
Cf. A. J. BRAVO GALLARDO, Una introducción a Lonergan, 91.
SALUD INTEGRAL 71

evaluación, decisión y acción, se hace no solamente lo


que agrada, sino también lo que es verdaderamente
bueno y valioso 28.
De este modo se llega a ser un humano auténtico,
puesto que «el hombre realiza su autenticidad en la
auto-trascendencia»29. Así el ser humano se convierte
en principio de bondad y amor. La intencionalidad
humana es la garantía de estar tendiendo al bien,
porque ella empuja, acosa, invita, y solamente
encuentra descanso cuando va alcanzando el bien al
que tiende30. Este es el proceso por el cual todo
formador, guía o director espiritual, puede ir
conduciendo a quien inicia la formación inicial y quien
continúa la formación permanente, precisamente para
que los acompañados sean capaces de conocerse,
reconciliarse, decidirse y responsabilizarse.
De hecho, la formación del sacerdote o religiosa
tiene por objetivo ayudar a la persona a desarrollar
todas sus capacidades, favoreciendo el mayor grado de
conciencia posible, a fin de que se trascienda, crezca
en sensibilidad y disponibilidad respecto a los valores
elegidos como estado de vida, y adquiera las actitudes,
conocimientos, y habilidades que lo hagan competente
en la opción tomada 31.
Por eso, a través de este proceso, sacerdotes o
religiosas serán capaces de salir de sí mismos 32, y
trascenderse hasta su plena realización en el más alto
nivel de conciencia, ahí donde se experimenta el amor
28
Cf. B. LONERGAN, Método en teología, 40-41.
29
Ibid., 105.
30
Cf. O.C. VÉLEZ, «Método y teología latinoamericana», 135.
31
Cf. G. NEIRA, «El dinamismo de los juicios de valor… 209.
32
Cf. B. LONERGAN, Método en teología, 105-107.
72 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

de Dios que actualiza y hace realidad las aspiraciones


más profundas del ser humano. «Sólo mediante una
continua conversión del corazón, el ser humano puede
desterrar los desórdenes egoístas de su interior y
alcanzar así su autenticidad» 33.
Por eso, como señala Rafael Villarreal, si hay falta
de salud emocional, es que la persona no ha atravesado
serenamente por los estadios de desarrollo, teniendo
reacciones afectivas con frecuencia desproporcionadas
a los estímulos que despiertan una memoria afectiva de
privación, ausencia, abandono, agresión, y situaciones
vividas en el pasado, principalmente en los primeros
meses y años de desarrollo 34. Pero también las
experiencias vividas y sufridas durante los períodos de
formación, en el ministerio, o en la vida consagrada
pueden ir aminorando este tipo de salud. En estos
casos se percibe que la persona se deja guiar más por el
principio de placer que por los valores, siendo
intolerante a la frustración, como un niño que desea
que sus necesidades sean satisfechas al instante 35.
Concluimos este punto diciendo que, gran parte de
las situaciones incómodas emocionales que viven
sacerdotes y religiosas es por la falta de una suficiente
madurez en este ámbito afectivo. Y en el caso de una
respuesta en la vivencia de la vocación, sin abundar
demasiado, se puede decir que un déficit en la esfera
afectiva provoca respuestas inadecuadas a la
interpelación divina; se dificulta dar un sí a Dios y al

33
B. LONERGAN, Método en teología, 56-57, citado en P.M. FIGUEROA
TURIENZO, «La cuestión de los fundamentos… 94.
34
Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana», 93.
35
Cf. B. GOYA, Psicología y vida espiritual, 186-189.
SALUD INTEGRAL 73

servicio de los demás, o no se toman decisiones a favor


de Dios y de su Iglesia. El aspecto emocional y
afectivo va de la mano con el aspecto volitivo 36. Este
elemento es fundamental en la toma de decisiones a
favor de Dios, pues no hay respuesta vocacional sin un
elemento afectivo que sea el inicio, el sostenimiento y
el término de ésta. De ahí la necesidad de procesos
formativos para la integración saludable del dolor y del
sufrimiento. Crisis, dificultades afectivas y falta de
madurez no han de bloquear el crecimiento
indispensable para replantear las cosas. Todo lo
contrario, hay que hacer del dolor y sufrimiento
emocional una oportunidad para responder de otra
manera al llamado que Dios dirige a amarlo con todo
el corazón, con toda la mente y con todas las fuerzas.

4.4 Manifestaciones de buena salud integral

Aprovechando algunas perspectivas de Rafael


Villarreal y Christian Contreras, se presentan algunas
de las manifestaciones de salud integral a trabajar entre
los sacerdotes y las religiosas.
Lo primero a mencionar es que la persona requiere
de un equilibro suficiente en tres niveles de la vida
psíquica para vivir con salud integral. Uno es el nivel
fisiológico del organismo, y significa estar bien en
relación con el hambre, la sed, el sueño, el descanso,
etc. Después está el nivel psicosocial, cuyo ámbito es
el de las relaciones: filiación, amistad, ayuda, cuidado,

36
Cf. R. VILLARREAL, «La fe y el camino de madurez humana», 94;
L. RULLA, Antropología de la Vocación Cristiana, I, 152.
74 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

dependencia, servicio, relación con el superior o


superiora, con el decano, con los vicarios, con el
Obispo, con los amigos y amigas, reuniones,
celebraciones, etc. Y finalmente aparece el nivel
espiritual, donde la persona expresa su libertad, su
obligación moral y la capacidad de encontrarse con
Dios. Aunando los tres niveles, es posible construir un
proyecto de vida en el que la salud integral juegue un
papel importante.
Si al sacerdote y a la religiosa les interesa realmente
esta salud, entonces deben ayudarse personalmente y
dejarse ayudar por expertos y buenos directores
espirituales para que los tres niveles vayan
entrelazándose unos con otros. Si la persona vive por
niveles o sólo hace lo que corresponde a un nivel sin
atender a los demás, poco a poco su salud integral se
va deteriorando. La persona necesita cuidarse a sí
misma a nivel fisiológico, pero igualmente requiere
desarrollarse social y comunitariamente junto con los
demás, y por supuesto, necesita del encuentro con Dios
para alcanzar la plenitud psíquica.
Otro elemento fundamental, que manifiesta buena
salud integral, es la suficiente autonomía que posee
una persona para regir su vida y tomar decisiones.
Cuántas veces, los desequilibrios psíquicos vienen
precisamente de una mala asunción de la formación,
entendiéndola solamente como hacer lo que otros
digan que haga. O también hacer lo que otros esperan
que haga. Todo se concentra en las necesidades de los
formadores, de los superiores o del Obispo, pero no en
lo que la persona realmente quiere, o de lo que
verdaderamente está convencida. Especialmente hoy
SALUD INTEGRAL 75

en día no hay tanta disposición para aceptar estilos de


vida y de obediencia impuestos, sino de asentir
propuestas pero críticamente, con discusión, y en dado
caso obedecer, pero por convicción o con obediencia
activa, y no solamente motivados por el espíritu de
sumisión 37.
Ciertamente la atmósfera actual en el ámbito de las
decisiones es muy confusa, y muchas personas no
toman decisiones para no adquirir responsabilidades, o
simplemente no pueden asumirlas porque no han
madurado lo suficiente para llevarlas a cabo. De ahí
que hoy más que nunca sean necesarios buenos y
buenas acompañantes espirituales, que ayuden a
sacerdotes y religiosas a enfrentar con suficiente
autonomía los retos de la nueva evangelización que se
vayan presentando.
De igual forma, es expresión de equilibrada salud
integral la actitud de permanencia en las acciones
emprendidas. Sacerdotes y religiosas podrían revisar
qué tan constantes son, si son puntuales, si se termina
lo que se comenzó, si se persevera a pesar de las
dificultades. Este es un punto delicado, pues muchas
circunstancias influyen para que un sacerdote o una
religiosa dejen de cumplir con sus compromisos, o
poco a poco abandonen la misión que se les ha
confiado, e incluso pidan abiertamente un cambio de
apostolado. Sin embargo, la persona no estará bien si
es la inconstancia lo que domina, si los olvidos se
repiten continuamente, o los errores son frecuentes.
Entre sacerdotes y religiosas a veces es común darle

37
Cf. G. CREA – F. MASTROFINI, Preti sul lettino, 36.
76 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

prioridad a cosas que objetivamente son buenas, pero


que no corresponden con lo que se debe hacer en un
momento determinado o no es parte de la misión que
se les ha encomendado. En este sentido, es de vital
importancia, para tener un grado aceptable de salud (en
este rubro de la permanencia y la constancia) hacer una
revisión personal de la falta de constancia en la que se
ha caído, o si no hay lugar en el que alguien se sienta
contento, pedir la ayuda de otros sacerdotes o de otras
religiosas para ver qué se puede hacer. Aquí la
corrección fraterna juega un papel fundamental, pues
en ocasiones habrá que aceptar las correcciones y
sugerencias que se hagan para mejorar en la
permanencia y constancia con el compromiso
adquirido en la evangelización.
En este tenor, también se podría decir que una buena
salud integral tiene que ver con el buen ejercicio de la
prudencia. Debido a lo que significa ser sacerdote o
religiosa, no se puede vivir de una determinada forma
que ponga en peligro la salud integral. En ocasiones,
por falta de prudencia, se realizan actividades o se
dicen cosas que no ayudan para nada a la salud.
Corresponde especialmente a sacerdotes y religiosas
hacer un esfuerzo para ver si lo que se está llevando a
cabo en la misión tiene su dosis de prudencia, o
normalmente se cae en actuaciones y palabras
imprudentes, dañando así la propia salud y la del
entorno. Desgraciadamente, por no poner atención a
esto, han surgido muchos episodios tristes y hasta
delictivos, mayormente entre los sacerdotes que entre
las religiosas, fruto de diversas adicciones (alcohol,
redes sociales, etc.), problemas de tipo psicológico,
SALUD INTEGRAL 77

actividades malsanas y sobre todo imprudencias que


incapacitan para tener una relación sana consigo
mismo y con los demás.
Finalmente, aunque ya se mencionó anteriormente,
conviene saber manejar sanamente las emociones para
gozar de un grado aceptable de salud integral. Después
de varios estudios realizados con sacerdotes y
religiosas, parece razonable establecer que la
Inteligencia emocional tiene un rol relevante a la hora
de intentar reducir el riesgo de desarrollar posibles
problemas de salud, tanto somáticos como
psicológicos. Esto es muy importante, pues las
personas que comprenden y gestionan adecuadamente
sus emociones muestran un menor riesgo de sufrir
problemas somáticos y psicológicos en la medida en
que saben cómo analizar y afrontar sus posibles efectos
y evitar, de este modo, el desarrollo de una patología.
Incluso sacerdotes que fueron capaces de conocer sus
emociones, y también cómo enfrentar las dificultades
que se presentaban con ellas, mostraron un menor
riesgo de sufrir trastornos específicos como el
síndrome de burnout, asociado, como se vio
anteriormente, a la falta de habilidades para afrontar
las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo38.

4.5 La tarea de la comunidad

En los últimos años, dentro del tema de la salud


integral, ha cobrado importancia la labor de la

38
Cf. M. P. VICENTE-GALINDO, et al., «Estimating the Effect of Emotional
Intelligence in Wellbeing among Priests», 53.
78 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

comunidad. Hoy en día, la enfermedad no es


considerada un asunto sólo del individuo, sea sacerdote
o religiosa, sino de la comunidad eclesial a la que
pertenece. A. Grün y C. Sartorius lo subrayan
expresamente. Las enfermedades no solamente
expresan cómo anda el alma y el cuerpo de cada uno,
sino que reflejan también, con frecuencia, la situación
de una comunidad. Si en cada uno de nosotros aparece
un tendón de Aquiles –su propia vulnerabilidad–, que
reacciona a las tensiones, así hay también en las
comunidades miembros que física o psíquicamente
reaccionan de forma muy sensible a conflictos duros o
reprimidos39.
Se puede decir que una comunidad se beneficiaría
mucho si se mirara como tal en el espejo del miembro
enfermo. Por ejemplo, en la terapia familiar no se trata
nunca de atender sólo al miembro enfermo, sino a todo
el conjunto familiar. Un número elevado de enfermos
en una comunidad siempre debería entenderse como
una señal de que en la comunidad, como conjunto, algo
no funciona. Sin embargo, se necesita una gran
humildad y una gran sinceridad para no cargar las
enfermedades sobre un solo individuo, sino para verlas
como expresión del clima de la comunidad 40. Además,
no hay que olvidar que cuando un sacerdote o religiosa
necesita ayuda y no la recibe o no la quiere recibir, hay
factores personales que deben ser revisados, pero
también es una oportunidad para evaluar las relaciones
institucionales y pastorales que no estén funcionando y

39
Cf. Para gloria en el cielo y testimonio en la tierra, 96.
40
Idem.
SALUD INTEGRAL 79

tampoco estén generando un ambiente saludable entre


los miembros de la comunidad.
Teniendo esto en cuenta, se plantea la urgente
necesidad de equipos interdisciplinares que entren en
acción para ayudar a sanar a individuos y comunidades
religiosas. Es verdad que en ocasiones habrá lugares y
tiempos precisos dedicados a la atención de un
sacerdote o religiosa en particular, pero el proceso
terapéutico va más allá. Es necesaria sin lugar a dudas
la participación del Obispo y de los Superiores
Generales. También se requiere que sacerdotes y
hermanas religiosas se preparen y ayuden a sus
hermanos en un proceso de sanación a veces largo y
complicado. Asimismo, es fundamental la
participación de laicos que generosamente y con
caridad cristiana asuman el cuidado de sacerdotes y
religiosas necesitados de una atención más
especializada que la que sacerdotes y religiosas puedan
ofrecer. Nunca hay que caer en la tentación de creer
que el proceso de sanación de un sacerdote o de una
religiosa se reduce a su estancia en una comunidad
terapéutica, pensando que con eso ya todo está
cumplido.
Entre las propuestas de ayuda comunitaria en el
proceso de sanación están la de hacer memoria de las
situaciones de enfermedad que se han vivido en la
comunidad, para que no se fije la atención sólo en la
enfermedad, sino en una trama que ayude a ver con
mayor amplitud la situación. De esta forma se podría
iniciar un proceso real de conversión y de cambio del
estilo de vida, sea del sacerdote o religiosa, sea del
presbiterio o de los institutos religiosos. También, la
80 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

comunidad y un equipo especialmente dedicado a esto,


deberían prever posibles enfermedades de sacerdotes y
religiosas, de tal forma que se pudieran establecer
protocolos de prevención y actuación a la hora de
afrontar diversas situaciones dolorosas o que puedan
poner en peligro no sólo al consagrado en particular,
sino a toda la comunidad eclesial.
Para que se lleve a cabo un verdadero proceso de
conversión hacia la salud integral, se necesita sobre
todo mucha comunión. Es decir, tiempo para estar
juntos, de gratuidad y de atención, para la
comunicación, para rezar y planear juntos; tiempo para
interrogarse sobre la cultura y los cambios culturales
relacionados con la evangelización; y para desatar
juntos los nudos más difíciles, compartiendo fatigas y
responsabilidades. Por supuesto que esto cada vez es
más difícil en estos tiempos de individualismo, pero
con mayor razón hay que apostar por articular
continuamente nuevas formas de comunión entre los
presbiterios o institutos religiosos.

4.6 Equipo interdisciplinar

Para ofrecer una ayuda más especializada a


sacerdotes y religiosas que presentan enfermedades
relacionadas con la estructura psíquica, es
especialmente útil un equipo interdisciplinar. Entre las
recomendaciones para la labor de este equipo resaltan
las siguientes 41: se requiere ante todo, mucha

41
Propuestas de A. PARTINI, franciscano, sacerdote, psicólogo,
psicoterapeuta y maestro en el Istituto Superiore per Formatori, colaborador
SALUD INTEGRAL 81

privacidad, lo cual no hay que confundir con falta de


comunicación entre las diversas instancias del proceso
terapéutico. Además, se recomienda que existan líneas
claras del recorrido terapéutico, sobre todo entre el
responsable profesional de todo el proceso, una especie
de psicoterapeuta, y el responsable de la comunidad
residencial donde esté la persona enferma, así como
tener en cuenta al responsable profesional de la
institución religiosa. La comunicación entre estas
personas ha de girar en torno a la propuesta y la
verificación del recorrido de rehabilitación; los pasos a
dar, las etapas a seguir, las oportunidades de cambio en
el ambiente, etc.
Por ejemplo, sería muy bueno que entre el
psicoterapeuta y el responsable de la institución
religiosa se pusieran de acuerdo para ver cuáles serían
los encargos que en la comunidad o en una parroquia
donde estará el sacerdote o la religiosa podrían llevarse
a cabo o cuáles no serían de ninguna ayuda en su
proceso de rehabilitación. Asimismo, podrían
complementar las informaciones de cada uno para que
el proceso de sanación sea lo más eficaz posible,
teniendo en cuenta la mayor parte de los datos y
elementos importantes para la rehabilitación.
Por supuesto, como en todo proceso de sanación,
especialmente entre sacerdotes y religiosas, deberá
estar implicada la vida espiritual. Por lo tanto, es
importante contar con un acompañante espiritual. La
comunión entre el acompañante y los otros

en la comunidad «Agape» para sacerdotes y religiosos en dificultad.


Cf. «L’accompagnamento psicologico e spirituale dei confratelli in gravi
difficoltà», 315-325.
82 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

responsables también es fundamental. Esto no quiere


decir que se rompa la privacidad necesaria y el secreto
profesional, pero sí hay que llegar a propuestas que no
vayan contrapuestas. Sería muy lamentable que el
sacerdote o la religiosa se enfrentaran a diversas
visiones, de tal forma que su confusión y malestar
derivara precisamente de la mala relación o falta de
comunión entre quienes se supone lo deberían de estar
ayudando. No se trata de tener direcciones opuestas, a
veces provocadas por el mismo sacerdote o religiosa
enfermos, sino de captar qué está sucediendo, sea
desde un punto de vista espiritual, sea desde una
perspectiva psicológica, para poder hacer una
propuesta más completa de ayuda a quien está
necesitado de salud integral. Lo mismo se podría pedir
a los demás responsables: un acuerdo en el proceso
terapéutico. De ahí que, especialmente en momentos
clave, han de reunirse y confrontarse para evaluar lo
que está sucediendo, si se va por buen camino, o si es
necesario replantear las propuestas y decisiones.
SALUD INTEGRAL 83

5. Cuestionario de Salud General

CUESTIONARIO DE SALUD GENERAL DE


GOLDBERG (GHQ – 28)

Últimamente…
A. 1. ¿Se ha sentido perfectamente bien de salud
y en plena forma?
 Mejor que lo habitual  Peor que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho peor que lo habitual
2. ¿Ha tenido la sensación de que necesitaba un
reconstituyente?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
3. ¿Se ha sentido agotado y sin fuerzas para
nada?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
4. ¿Ha tenido la sensación de que estaba
enfermo?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
5. ¿Ha padecido dolores de cabeza?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
6. ¿Ha tenido sensación de opresión en la cabeza,
o de que la cabeza le va a estallar?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo
habitual
7. ¿Ha tenido oleadas de calor o escalofríos?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
84 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

B. 1. ¿Sus preocupaciones le han hecho perder


mucho sueño?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
2. ¿Ha tenido dificultades para seguir durmiendo
de un tirón toda la noche?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
3. ¿Se ha notado constantemente agobiado y en
tensión?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
4. ¿Se ha sentido con los nervios a flor de piel y
malhumorado?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
5. ¿Se ha asustado o ha tenido pánico sin motivo?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
6. ¿Ha tenido la sensación de que todo se le viene
encima?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
7. ¿Se ha notado nervioso y “a punto de explotar”
constantemente?
 No, en absoluto  Bastante más que lo habitual
 No más que lo habitual  Mucho más que lo habitual
C.1. ¿Se las ha arreglado para mantenerse
ocupado y activo?
 Más activo que lo habitual  Bastante menos que lo
habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
2. ¿Le cuesta más tiempo hacer las cosas?
 Menos tiempo que lo habitual  Más tiempo que lo
habitual
 Igual que lo habitual  Mucho más tiempo que lo habitual
SALUD INTEGRAL 85

3. ¿Ha tenido la impresión, en conjunto, de que


está haciendo las cosas bien?
 Mejor que lo habitual  Peor que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho peor que lo habitual
4. ¿Se ha sentido satisfecho con su manera de
hacer las cosas?
 Más satisfecho que lo habitual  Menos satisfecho
que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos satisfecho que
lo habitual
5. ¿Ha sentido que está desempeñando un papel
útil en la vida?
 Más útil que lo habitual  Menos útil que lo habitual
 Igual de útil que lo habitual  Mucho menos útil que
lo habitual
6. ¿Se ha sentido capaz de tomar decisiones?
 Más que lo habitual  Menos que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
7. ¿Ha sido capaz de disfrutar de sus actividades
normales de cada día?
 Más que lo habitual  Menos que lo habitual
 Igual que lo habitual  Mucho menos que lo habitual
SALUD CULTURAL

1. La lectura

Hay un episodio de la vida de Jesús que subraya el


valor de la lectura en un contexto de salud: «Fue a
Nazaret, donde se había criado, y un sábado entró en la
sinagoga, como era su costumbre. Se levantó para
hacer la lectura, y le entregaron el libro del profeta
Isaías. Al desenrollarlo, encontró el lugar donde está
escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por
cuanto me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los
pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los
cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a
los oprimidos, a pregonar el año del favor del Señor”»
(Lc 4,16-19).
Efectivamente, cuando se lee, una nueva realidad
aparece y la buena nueva se hace escuchar a los oídos
de los que están atentos. Además, cuando la lectura es
hecha por Jesús, los cautivos tienen la esperanza de ser
liberados, los ciegos de recuperar la vista, y todos los
demás de experimentar la gracia del Señor.
De la misma forma, llama la atención que entre las
recomendaciones de las Cartas Pastorales, destaque la
lectura pública de las Escrituras: «Entretanto que llego,
ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y
la enseñanza. No descuides el don espiritual que está
88 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

en ti, que te fue conferido por medio de la profecía con


la imposición de manos del presbiterio. Reflexiona
sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu
aprovechamiento sea evidente a todos. Ten cuidado de
ti mismo y de la enseñanza; persevera en estas cosas,
porque haciéndolo asegurarás la salvación tanto para ti
mismo como para los que te escuchan» (1 Tim 4,13-
16).
Atendiendo a las palabras de San Pablo a Timoteo,
puede ser importante recordar que buena parte de la
vida de los sacerdotes y de las religiosas pasa por la
lectura pública de la Escritura. En cada celebración de
la Palabra y en cada Eucaristía se lee alguna parte del
Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, Salmos,
y siempre el Evangelio. Junto con esto, San Pablo
habla de cuidarse uno mismo y de enseñar a los
hermanos. Esto quiere decir que la lectura de la
Escritura tiene un doble efecto: enseñanza y salud.
Teniendo en cuenta la exhortación de San Pablo, una
cuestión interesante sería preguntarnos sobre la calidad
de la lectura de la Escritura que tienen sacerdotes y
religiosas. Probablemente aquí esté un área de
oportunidad importante para aprovechar y tratar de que
desde los periodos de formación la lectura de la
Palabra de Dios llegue a calar hondamente en el alma
de seminaristas y religiosas. Quizá, si se sigue la
recomendación de San Pablo, otra podría ser la
situación con respecto al bienestar personal. Habría
que hacer la prueba y descubrir cómo una lectura de
calidad, especialmente una lectura orante de la Palabra
de Dios, puede generar un bienestar espiritual, físico,
mental y emocional en sacerdotes y religiosas.
SALUD CULTURAL 89

A este respecto, es interesante cómo Pastores Dabo


Vobis acentúa el valor de la lectura:

«Elemento esencial de la formación espiritual es la


lectura meditada y orante de la Palabra de Dios (lectio
divina); es la escucha humilde y llena de amor que se
hace elocuente. En efecto, a la luz y con la fuerza de la
Palabra de Dios es como puede descubrirse,
comprenderse, amarse y seguirse la propia vocación; y
también cumplirse la propia misión, hasta tal punto que
toda la existencia encuentra su significado unitario y
radical en ser el fin de la Palabra de Dios que llama al
hombre, y el principio de la palabra del hombre que
responde a Dios. La familiaridad con la Palabra de Dios
facilitará el itinerario de la conversión, no solamente en
el sentido de apartarse del mal para adherirse al bien,
sino también en el sentido de alimentar en el corazón
los pensamientos de Dios, de forma que la fe, como
respuesta a la Palabra, se convierta en el nuevo criterio
de juicio» (n. 47).

Aquí hay tres aspectos dignos de destacar en el tema


de la salud. El primero es que la lectura de la Palabra
de Dios hace descubrir, comprender, amar y seguir la
propia vocación. El segundo es que, con la lectura, la
existencia encuentra un sentido unitario y radical. Y el
tercero es que, leyendo, el corazón se alimenta de los
pensamientos de Dios. Cada uno de estos elementos,
están muy relacionados con la salud. No sería extraño
que quien no descubra, comprenda, ame y siga su
vocación, tampoco cuide de su cuerpo y alma. Lo
mismo pasa con quien no logra tener una existencia en
la que se haga presente la unidad. Vivir continuamente
90 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

en dispersión y fragmentariedad difícilmente genera


personas saludables. Y finalmente, sin lugar a dudas,
mucha de la calidad de vida depende del alimento del
corazón. Basta pensar en tantas cosas que entran en el
corazón para darse cuenta del peligro de alimentarlo
solo de enojos, corajes, rencores, falta de perdón,
críticas, y todo tipo de insatisfacciones. Todo esto no
alimenta el corazón, lo daña. En cambio, la lectura de
la Palabra de Dios alimenta el corazón con
pensamientos de Dios y esos no pueden ser sino de
salvación, perdón, y paz.
Indudablemente que otro tipo de lecturas, además de
la Palabra de Dios, también tienen grandes cuotas de
salud. Por ejemplo, en Inglaterra se está llevando a
cabo una iniciativa denominada Reading Well 1, que
consiste en leer libros recomendados a diversos tipos
de personas y de diferentes edades para que mejoren en
la comprensión y manejo de su salud y bienestar. Entre
los títulos se incluyen novelas, poesía y ciencia ficción.
Los motivos para llevar a cabo esto son los beneficios
que la lectura produce, pues entre los testimonios,
especialmente de personas cuya salud mental no es tan
buena, o conviven con personas con dificultades de
salud, a través de este programa, han encontrado
mejores condiciones de vida y de convivencia.
Otro testimonio muy importante para motivar a la
lectura como experiencia de salud lo ofrece uno de los
críticos literarios más reconocidos en el mundo, Harold
Bloom, quien narra su experiencia:

1
Cf. «University of Westminster Evaluation of Reading Well for Young
People». [Consultado 10.01.18]
SALUD CULTURAL 91

«No hay una sola manera de leer bien, aunque hay una
razón primordial por la cual debemos leer. A la
información tenemos acceso ilimitado; ¿dónde
encontraremos la sabiduría? Si uno es afortunado se
topará con un profesor particular que lo ayude; pero al
cabo está solo y debe seguir adelante sin más
mediaciones. Leer bien es uno de los mayores placeres
que puede proporcionar la soledad, porque, al menos en
mi experiencia, es el placer más curativo. Lo devuelve a
uno a la otredad, sea la de uno mismo, la de los amigos o
la de quienes pueden llegar a serlo. La lectura
imaginativa es encuentro con lo otro, y por eso alivia la
soledad. Leemos no sólo porque nos es imposible
conocer bastante gente, sino porque la amistad es
vulnerable y puede menguar o desaparecer, vencida por
el espacio, el tiempo, la comprensión imperfecta y todas
las aflicciones de la vida familiar y pasional» 2.

Harold Bloom centra su atención en los beneficios


de la lectura sobre todo en relación con la soledad,
pero se podrían enumerar otros más. Quizá no se trata
sólo de aliviar la soledad, sino de encontrarse más con
uno mismo precisamente en esa soledad. Y a partir de
allí, leer sería como una manera de vivir
fructuosamente la soledad y generar nuevos ojos para
ver el mundo, al hombre, y a Dios. La lectura ensancha
los horizontes y transforma poco a poco al lector. La
persona que lee, amplía sus perspectivas, y es capaz de
enfrentar de manera siempre nueva los retos que el
mundo le va presentando. Sacerdotes y religiosas, por
vocación, y por formación, están llamados a hacer de

2
Cf. H. BLOOM, How to Read and Why, 19.
92 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

la lectura una actitud de vida, y sobre todo una


respuesta generosa a la llamada de Dios.

2. La música

Una buena parte de los sacerdotes y religiosas desde


los periodos de formación inicial saben cantar y tocar
algún instrumento, y otra parte, adquiere la habilidad
con los estudios y la práctica cotidiana. La música
podría parecer una actividad más entre las demás, pero
en cuanto arte, favorece de manera especial la salud
cultural de las personas. Sacerdotes y religiosas que
cantan, tocan algún instrumento o simplemente saben
disfrutar de la música, manifiestan la alegría, y
revitalizan su corazón.
Desde la antigüedad, la música ha sido un factor
importante para el bienestar de las personas. En el
Antiguo Testamento, está el episodio del rey Saúl,
atormentado por un mal espíritu. Sin embargo, gracias
a David, que tomaba el arpa y la tocaba, Saúl se
calmaba y recobraba la salud (1 Sam 16,23).
En la cultura griega hay algunos mitos relacionados
con el origen de la música que también ponen de
relieve sus efectos curativos. José Luis Espinar subraya
algunos3. Se narra que Anfión, hijo de Zeus y Antíope,
recibió de Apolo en su nacimiento el regalo de una lira,
con la que adquirió tal maestría que, cuando levantaba
las murallas de Tebas con su hermano gemelo Zeto,
mientras éste arrastraba las piedras con su gran fuerza,

3
Cf. J. L. ESPINAR OJEDA, «Una aproximación a la música griega antigua»,
142-144.
SALUD CULTURAL 93

Anfión las transportaba haciéndolas flotar con la


poderosa magia de su música.
Otro mito cuenta que Orfeo, hijo de Eagro, rey de
Tracia, y de Calíope, musa de la poesía lírica, recibió
de parte de Apolo una lira. En este caso, fue su madre
y sus hermanas, las demás musas, quienes le enseñaron
a tocar. Fue tal la habilidad de Orfeo, que su música
hechizaba por igual a dioses y humanos, amansaba a
las fieras e incluso hacía que árboles, plantas y rocas se
movieran de sus lugares acercándose a él para oír
mejor los sones de su lira.
Por último, un mito narra que cuando una serpiente
mordió a Eurídice, esposa de Orfeo, y le causó la
muerte. Orfeo intentó lo imposible: bajar a los
infiernos en busca de su amada. Por fin logró entrar
por las puertas del inframundo amansando con su lira a
Cerbero, el monstruoso perro de tres cabezas que
custodiaba la entrada. Y cuando Hades, el dios de los
infiernos, se negó a devolverle a Eurídice, Orfeo tocó
una melodía tan encantadora, que obtuvo como
recompensa la liberación de Eurídice, aconteciendo
así, prácticamente una resurrección.
Entre los filósofos, José Luis Espinar destaca a
Platón, quien pensaba que la música, no solo influía en
el alma y el carácter de los hombres, sino que también
lo hacía en sus cuerpos 4. Cantar o escuchar música, era
una terapia que devolvía el equilibrio a la mente y al
cuerpo. Y en este sentido, se empleaba música
estimulante para que se activaran los aletargados,
autistas y débiles, y en cambio, música suave para

4
Cf. Ibid., 155.
94 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

calmar a los nerviosos, hiperactivos y coléricos. Y en


el caso de la educación, se proponían música y ritmos
equilibrados con la finalidad de que los alumnos
alcanzaran moderación.
Dentro de la teología, podríamos a mencionar a
Benedicto XVI, quien hace una reflexión sobre la
música que merece la pena ser citada:

«¿Qué es en realidad la música?, ¿de dónde viene y a


qué atiende? Pienso que se pueden localizar tres
‘lugares’ de los cuales proviene la música. Una primera
es la experiencia del amor. Cuando los hombres fueron
atrapados por el amor, se dio en ellos otra dimensión del
ser, una nueva grandeza y amplitud de la realidad. Y ella
empuja también a expresarse de un modo nuevo. La
poesía, el canto y la música en general nacieron de este
ser ‘tocados’, de este quedar afectados por una nueva
dimensión de la vida.

Un segundo origen de la música es la experiencia de la


tristeza, el ser tocados por la muerte, por el dolor y por
los abismos de la existencia. También en este caso se
producen, en dirección opuesta, nuevas dimensiones de
la realidad que no pueden encontrar respuesta sólo en los
discursos.

El tercer lugar del origen de la música es el encuentro


con lo divino, que desde el inicio es parte de lo que
define al humano. La mayor razón es que aquí está
presente totalmente el Otro y totalmente lo grande que
suscita en el hombre nuevos modos de expresarse. Quizá
sea posible afirmar que en realidad también en los otros
dos ambientes –el amor y la muerte– el misterio divino
nos toca y, en este sentido, es el ser tocado por Dios lo
SALUD CULTURAL 95

que en conjunto constituye el origen de la música.


Encuentro conmovedor observar cómo, por ejemplo, en
los salmos a los hombres no les basta sólo con el canto y
se apela a todos los instrumentos: la música escondida
de la creación despierta su lenguaje misterioso. Con el
Salterio, en el cual obran también los dos motivos del
amor y de la muerte, nos encontramos directamente con
el origen de la música de la Iglesia de Dios. Se puede
decir que la calidad de la música depende de la pureza y
de la grandeza del encuentro con lo divino, con la
experiencia del amor y del dolor. Cuanto más pura y
verdadera es esta experiencia, tanto más pura y grande
será también la música que de ella nace y se
desarrolla» 5.

3. La Creatividad

Finalmente, presentamos como una realidad


importante a tener en cuenta para una mayor salud
cultural, a la creatividad. Sacerdotes y religiosas, según
estudios, también gozan de mejor salud cuando son
creativos. En general, la creación artística se considera
como un hacer saludable, ya que pone en juego los
recursos, las capacidades y los deseos de una persona 6.
Esto ya es muy positivo. En la creatividad, sacerdotes
y religiosas tienen la oportunidad de poner en juego las
capacidades que Dios les dio o las que han adquirido
con destreza a lo largo de la vida.
5
Cf. Discurso de Benedicto XVI sobre la música sacra en la liturgia
www.fondazioneratzinger.va [Consultado 12.01.2018].
6
Cf. M DEL RÍO DIÉGUEZ, Creación Artística y Enfermedad Mental.
Memoria para optar al Grado de Doctor. Madrid 2006, 105.
96 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Pero hay otro aspecto a destacar, no menos


importante, con la creatividad la persona es capaz de
convertir y convertirse. Puede convertir materiales,
objetos, ideas, etc, para acometer un proyecto de
cualquier tipo, pero especialmente, en el caso de
sacerdotes y religiosas, un proyecto evangelizador. Se
trata de ir más allá (pro-yectar), de argumentar el
movimiento y la transformación. En este sentido, la
creatividad está muy relacionada con la conversión
pastoral. Si se trata de cambiar esquemas, de revitalizar
las estructuras que se tienen, entonces se necesita
creatividad. Idear nuevas formas para evangelizar,
discernir diversas circunstancias en vistas a la
celebración de los sacramentos, elegir la mejor opción
pastoral, ayudar a madurar a los fieles en su fe y en sus
decisiones, será siempre un reto para la creatividad. Y
que mejor, si haciendo esto, se consigue una mayor
salud cultural, y por supuesto, también una mejor salud
física, espiritual, mental y emocional.
CASAS DE SALUD INTEGRAL

En esta parte vamos a presentar la riqueza


inestimable que ofrecen las casas para sacerdotes y
religiosas en relación con la salud integral. Cada día
son más las Casas que se van acondicionando o
construyendo con esta finalidad. Veremos un texto de
San Pablo donde aparecen algunas características que
ayudarán a comprender la labor de estas casas.
También se expondrán algunos testimonios de casas
sacerdotales y de religiosas con un acento en los
sacerdotes y religiosas de mayor edad, pero que
deberían ampliar sus objetivos a todo el presbiterio y
las religiosas en general. Por último, se tendrán en
cuenta algunos aspectos relacionados con una calidad
de vida en momentos de necesidad.

1. La casa de Onesíforo

Hay un texto muy interesante en la Segunda Carta


de San Pablo a Timoteo que vale la pena traer a
colación para ilustrar, desde el punto de vista bíblico,
lo que podría significar una casa de salud integral:

«Conceda el Señor misericordia a la casa de Onesíforo,


porque muchas veces me dio refrigerio y no se
avergonzó de mis cadenas, antes bien, cuando estuvo en
98 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Roma, me buscó con afán y me halló; que el Señor le


conceda hallar misericordia del Señor en aquel día.
Además, los servicios que prestó en Éfeso, tú lo sabes
mejor» (2 Tim 1,16-18).

San Pablo habla de una casa donde muchas veces


recibió refrigerio. Esta palabra en el griego es avnayu,cw,
solo aparece aquí, y tiene una relevancia especial
porque implica todo lo relacionado con revitalizar,
revivir, y encontrar una nueva forma de estar
psicológicamente. Esto es lo que se pediría de una casa
de salud integral: dar refrigerio para revitalizar a los
sacerdotes y religiosas.
Otra característica que señala San Pablo de la casa
de Onesíforo es que no se avergonzó de sus cadenas.
Claramente se trata aquí de la prisión de Pablo. Pero
teniendo en cuenta la interpretación de salud que
estamos realizando, la situación de Pablo en cadenas,
podría representar todas las experiencias que
encadenan a sacerdotes y religiosas. Ambientes que no
los dejan ser libres, que los aprisionan, que no les
permiten moverse con facilidad. Pablo dice que
Onesíforo no se avergonzó de él. Esto es muy
importante, las casas de salud han de ser precisamente
los espacios donde no se sientan avergonzados los
sacerdotes y religiosas. Deben ser más bien lugares de
encuentro para ver esas cadenas, para hacer la lucha de
liberarse de ellas, para revivir, en definitiva, con
nuevos bríos, y seguir adelante con el ministerio
sacerdotal y la vida religiosa.
También llama la atención en este texto de San
Pablo que Onesíforo no se quedó esperando a Pablo a
CASAS DE SALUD INTEGRAL 99

ver si algún día pasaba por su casa para recibir


refrigerio, sino que fue a buscarlo con afán y lo
encontró. Ese buscarlo con afán se expresa con un
adverbio griego spoudai,wj, que aparece en otros tres
textos del Nuevo Testamento e intensifica la acción
que se realiza: «Cuando ellos llegaron a Jesús, le
rogaron con insistencia, diciendo: El centurión es
digno de que le concedas esto» (Lc 7,4); «Así que lo
he enviado (a Epafrodito) con mayor solicitud, para
que al verlo de nuevo, os regocijéis y yo esté más
tranquilo en cuanto a vosotros» (Fil 2,28); «Encamina
con diligencia a Zenas, intérprete de la ley, y a Apolo,
para que nada les falte» (Tit 3,13).
Las diferentes acepciones del adverbio ayudan a
configurar la imagen de una casa de salud integral. Así
como Onesíforo buscó con afán a Pablo, es necesario
buscar a los sacerdotes y religiosas que necesiten de
ayuda. A veces es difícil recibir con gusto la visita de
alguien del que desconfiamos. Pero en el caso de los
colaboradores de una casa de salud integral, no debería
haber juicios negativos sobre el hermano o hermana.
Por eso los Obispos y superiores tienen que estar muy
atentos para ver a quienes encargan velar por la salud
de sus hermanos. Sobre todo que sean personas con
gran espiritualidad, con sentido de comunidad y de
fraternidad que de verdad ayuden, de tal forma que no
se queden solamente con juicios negativos y críticos,
sino que ofrezcan también soluciones. Ciertamente se
puede juzgar lo negativo de la situación para prevenir o
remediar lo más pronto posible lo que se está viviendo,
pero lo más importante es buscar una y otra vez
diligentemente al hermano hasta encontrarlo, e intentar
100 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

una y otra vez cómo se le podría hacer para salir


adelante. Onesíforo da un ejemplo muy grande de
apoyo al hermano o hermana que está en situación
difícil, pues buscó a Pablo con afán cuando estaba en
cadenas.
Finalmente, todos los que hagan esta labor como la
de Onesíforo, hallarán misericordia de parte del Señor
en aquel día. Esto es grandioso, servir a los hermanos y
hermanas y obtener de eso la misericordia del Señor.
Sacerdotes y religiosas, por vocación, están al servicio
de los demás, pero especialmente de sus hermanos en
ministerio y vocación. Muchas veces se establece una
fraternidad grande desde el período de formación y eso
ayuda en los años siguientes, pero si fuera difícil llegar
a un grado de fraternidad satisfactorio, eso no debe ser
impedimento para colaborar con los demás en un
proyecto de salud integral. La Casa del Clero y de las
Religiosas deberá ser una realidad ante todo de
comunión y de ayuda mutua, para poder recibir un
premio siempre grande e inmerecido: la misericordia
del Señor.

2. Las casas sacerdotales y de religiosas

2.1 La preocupación de la Iglesia

A lo largo de la historia de la Iglesia, ha existido una


preocupación por atender la salud de sacerdotes y
religiosas. Siempre, de alguna u otra forma, se ha
intentado educar para la salud. Sin embargo, ya sea por
la propia condición humana, el descuido personal,
CASAS DE SALUD INTEGRAL 101

institucional, u otras circunstancias, se hace presente la


enfermedad. De ahí que se perciba como necesario un
lugar donde puedan atenderse las diversas dolencias
físicas, espirituales y psicológicas de los sacerdotes y
religiosas.
De antemano, un punto de partida muy importante
es que la persona acepte que necesita de un espacio
donde pueda educarse para la salud, sanar su
enfermedad si así lo requiere, y vivir sacerdotal y
religiosamente este momento de su vida. No es
necesario que se trate de sacerdotes y religiosas
ancianos y enfermos. Muchos ancianos podrían estar
mejor físicamente y espiritualmente que otros de
menor edad. Si se pregunta por un espacio saludable
para sacerdotes y religiosas no hay que pensar
inmediatamente que es para los mayores. Ciertamente
que ellos pueden necesitar de forma apremiante este
lugar, pero no hay que olvidar que la función de estas
casas va más allá de la atención para los mayores. En
realidad, han de ser centros de salud integral para que
todos, sacerdotes y religiosas, gocen de espacio y
tiempo para vivir saludablemente. Todavía más, en el
caso de sacerdotes y religiosas, la enfermedad debería
de ser una oportunidad para hacer examen de
conciencia y descubrir efectivamente qué se puede
estar revelando no sólo de su situación física, sino
también emocional, psicológica y teológica.
Es un hecho que necesitamos educación para la
salud. Entre sacerdotes y religiosas es común que si se
posee un fuerte umbral del dolor, se acepte la
enfermedad, se sufra, pero no se haga nada por
remediarla, simplemente se aguanta. En muchos casos
102 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

también es habitual que se tomen medicamentos al por


mayor y se busquen recetas aquí y allá, sin recibir la
atención de un especialista. Asimismo, también hay
bastantes ocasiones en que se sabe la causa de la
enfermedad, se descubre qué se está haciendo mal,
pero no se corrige, entonces se come lo que hace daño,
no se descansa como se debería descansar, y se
renuncia a hacer lo que se debería de hacer. En cierta
forma, sería tolerable esto si, por lo menos, sucediera
por falta de voluntad, pero lo malo es que muchas
veces se hace casi hasta inconscientemente, casi como
estilo de vida ya fijo que no se puede cambiar o
modificar. Desgraciadamente, a veces intervienen
motivos espirituales de mortificación, estilos de
formación que no tienen en cuenta la dimensión
humana, o de plano mala voluntad para no arreglar los
espacios y lugares donde sacerdotes y religiosas se
encuentran o las casas que habitan.
En este sentido, es bueno recordar que la necesidad
de un espacio saludable en que pudieran habitar
sacerdotes y religiosas fue una preocupación de los
santos. Ya Santa Teresa de Jesús tenía pendiente de sus
religiosas que estaban enfermas por la humedad de la
casa, como muestra la carta escrita al ilustrísimo señor
don Teutonio de Braganza, arzobispo de Ébora, en
Salamanca:

«Yo tengo ahora alguna salud, para como he estado;


que a saberme quejar tan bien como V. S. no tuviera en
nada sus penas. Fue extremo los dos meses de gran mal
que tuve; y era de suerte, que redundaba en lo interior,
para tenerme como una cosa sin ser. Desto interior ya
estoy buena; de lo exterior, con los males ordinarios
CASAS DE SALUD INTEGRAL 103

bien regalada de V. S. Nuestro Señor se lo pague, que


ha habido para mí, y otras enfermas, que lo vinieron
harto algunas de Pastrana, porque la casa era muy
húmeda. Mejores están: son muy buenas almas, que
gustaría V. S. de tratarlas, en especial la priora» 1.

Este desvelo de Santa Teresa por mejores espacios


para que las hermanas no se enfermaran o las enfermas
recobraran la salud, también ha sido una preocupación
de la Iglesia a lo largo de los siglos. Parroquias,
comunidades y monasterios han buscado la manera de
atender a sacerdotes, religiosas y religiosos enfermos,
unas veces facilitando condiciones de espacio y tiempo
para la recuperación, y otras tantas evitando contagios
con cierta separación de las personas para que no se
generara mayor enfermedad en la comunidad. Ejemplo
claro de ello fue la creación de las enfermerías:

«En el plano de la abadía de Sankt Gallen, fechado en


la primera mitad del siglo IX, se detalla la lista de
estancias que componen la enfermería monástica, a
saber: un claustro propio, una capilla, una sala de
enfermos, una estancia destinada específicamente a los
enfermos más graves, un refectorio, un calefactorio,
unas letrinas, la vivienda del enfermero, una
dependencia de funcionalidad dudosa (camera), una
sala dedicada a la toma de baños, una cocina, una
construcción destinada a la práctica de la flebotomía, la
vivienda del médico y un jardín de plantas medicinales.
A esta serie de posibles dependencias integrantes de la
enfermería cabe añadir el pasaje cubierto que, a
menudo, unía el pabellón claustral capitular con el

1
SANTA TERESA, Carta II, en: Obras de Santa Teresa, III.
104 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

recinto de la enfermería; y las salas de muertos, donde


eran lavados los cadáveres de los monjes fallecidos
antes de proceder a su enterramiento. Sin embargo, hay
que recalcar que el de Sankt Gallen es un plano ideal,
que con seguridad jamás se llevó íntegramente a efecto,
de manera fiel. En la práctica, las enfermerías
plenomedievales de las que se han conservado vestigios
no suelen presentar un número tan elevado de estancias,
conformándose por norma general con las
imprescindibles: sala de enfermos, capilla, refectorio,
cocina, letrinas, en ocasiones claustro y vivienda para el
enfermero. Sirva como ejemplo el solar hispano, en el
que han sobrevivido pocos restos materiales de
enfermerías monásticas medievales» 2.

Además de contar los espacios imprescindibles para


la recuperación de la salud, un aspecto a subrayar es
que sacerdotes y religiosas no estaban totalmente
ausentes de las actividades de la comunidad.
Especialmente en la liturgia, los enfermos
experimentaban que la última palabra en lo relativo a
la salud, estaba únicamente en manos de Dios:

«Por otra parte, conviene resaltar el hecho de que, a


pesar de que los usuarios de la enfermería se veían
dispensados de sus obligaciones relacionadas con el
trabajo material, en ningún caso estaban exentos del
seguimiento de la liturgia comunitaria. No en vano,
para la mentalidad medieval no podía existir ningún
remedio curativo de mayor infalibilidad que los oficios
litúrgicos, dado que –aunque durante la Edad Media no

2
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios de
curación en la plena edad media», 143.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 105

fue en absoluto obviado el poder de la medicina– en el


fondo del pensamiento cristiano yacía la idea de que la
última palabra en lo relativo a la salud estaba
únicamente en manos de Dios. En el mundo
cluniacense, el Liber tramitis aevi Odilonis establece
que tanto los enfermos capaces de desplazarse por sí
mismos como aquellos otros que precisen de ayuda para
hacerlo deben asistir a los oficios en la capilla de la
enfermería; en cuanto a aquellos malatos que de ningún
modo puedan moverse de su lecho, dos monjes sanos
deben acudir a la sala de enfermos terminados los
oficios nocturnos para recitarlos de nuevo para ellos.
Aunque el Consuetudines aevi sancti Hugonis también
erige la capilla de la enfermería de Cluny como el lugar
primordial de culto de los monjes enfermos, establece
asimismo que aquéllos de éstos que disfruten de
movilidad se desplacen hasta la iglesia abacial para
participar en determinados oficios divinos.

Ya en ámbito cisterciense, los Ecclesiastica officia


indican que los monjes cuya salud se lo permita pueden
acudir a la iglesia abacial para la celebración de los
oficios, donde deben situarse en su propio coro (in
ordine suo in choro), esto es, en el coro de los
enfermos; por su parte, los malatos que no puedan
caminar celebrarán los oficios en el propio recinto de la
enfermería. También los minuti cistercienses debían
repartir su asistencia a los oficios entre la iglesia
abacial, donde estaban presentes durante la mayor parte
de las horas litúrgicas, y la capilla de la enfermería,
donde acudían a la celebración de vigilias. Así pues, los
enfermos cistercienses que disfrutaban de buena
movilidad se desplazaban por norma general hasta la
iglesia abacial para asistir allí a los oficios; y quienes
106 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

tenían movilidad reducida, por el contrario, solían


celebrar los oficios en la capilla de la enfermería.

En cuanto a los monjes ancianos y aquejados de


enfermedades crónicas, residentes permanentes de la
enfermería monástica pero no atacados por dolencias
perentorias, parece ser que debían asistir a los oficios
litúrgicos en la iglesia abacial y no hacer uso de la
capilla de la enfermería (así como acudir a las reuniones
capitulares en la sala capitular y a las comidas
comunitarias en el refectorio junto al resto de la
comunidad), tal y como especifica el costumbrario de la
canónica agustiniana de Benevívere. Finalmente,
quienes de ningún modo podían levantarse de su cama
en la sala de enfermos podían disfrutar allí mismo de
las propiedades curativas de la liturgia gracias al
empleo de altares portátiles» 3.

Por último, conjuntamente con la participación en la


liturgia, los enfermos también recibían algunas visitas
que favorecían su recuperación física y espiritual:

«En el contexto cluniacense, la visita a los enfermos era


permitida tanto a los monjes de la propia comunidad,
hermanos del monje malato, quienes para poder rendirla
tenían que obtener el permiso expreso del prior, tal y
como se detalla en el Liber tramitis aevi Odilonis
(primera mitad del siglo XI); como a aquellos amigos o
parientes laicos del monje convaleciente, según recogen
las Constitutiones Hirsaugienses seu Gengenbacenses
compiladas a finales del siglo XI por el abad del
monasterio de Hirsau Wilhelm. Un ejemplo de la
3
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios de
curación en la plena edad media», 141.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 107

primera modalidad de visita puede ser encontrado, ahora


en el marco cisterciense, en el caso de Guillaume de
Saint-Thierry –instigador de la redacción de la famosa
Apologia ad Guillelmum abbatem–, quien no solamente
fue visitado, sino también atendido en 1148 en su lecho
de muerte en la abadía Bernarda de Signy por un
miembro de la comunidad con quien tenía una profunda
relación de amistad (quidam frater amicus eius
precipuus). Tras estas visitas, y de forma muy particular
tras las visitas de los laicos, subyacía la noción de que el
aspecto emotivo y sentimental que implica el contacto
con los seres queridos desempeñaba un papel terapéutico
beneficioso para la salud de los enfermos. Por otro lado,
volviendo al escenario cluniacense, hay que subrayar
que este tipo de visitas individuales y voluntarias se
transformaban en el momento de la defunción de un
monje enfermo en una visita colectiva y ritualizada
llevada a cabo por el conjunto de la comunidad
monástica, puesto que ninguno de sus miembros debía
encontrarse solo ante las puertas de la muerte, de suerte
que el moribundo pudiera affrontare il trapasso
carezzato dal conforto della comunità. Disposiciones del
mismo tipo fueron asimismo previstas en el ámbito
cisterciense, siendo recogidas en los Ecclesiastica
officia» 4.

2.2 Algunas propuestas de actualidad

Los testimonios sobre la atención a los enfermos en


las enfermerías de los siglos pasados, suscitan una
cuestión apremiante hoy en día para saber cuáles son
4
P. ABELLA VILLAR, «Las enfermerías monásticas: espacios comunitarios de
curación en la plena edad media», 134.
108 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

los lugares más adecuados para seguir atendiendo a


sacerdotes y religiosas ancianos y enfermos, así como
ofrecer un espacio al presbiterio y a las religiosas para
continuar su formación permanente. Además,
vinculadas a esta situación, están también las
problemáticas relacionadas con la calidad de vida que
se puede ofrecer a sacerdotes y religiosas que por
diversas circunstancias necesitan de la ayuda de los
demás y de un espacio confortable para continuar
viviendo su ministerio sacerdotal o vida religiosa.
A este propósito, el Directorio para el Ministerio y
la Vida de los Presbíteros, señala:

«Es deseable, donde sea posible, erigir una “Casa del


Clero” que podría constituir lugar de encuentro para
tener los citados encuentros de formación, y de
referencia para otras muchas circunstancias. Esta casa
debería ofrecer todas aquellas estructuras organizativas
que puedan hacerla confortable y atrayente. Allí donde
aún no existiese ese centro y las necesidades lo
sugirieran, es aconsejable crear, a nivel nacional o
regional, estructuras adaptadas para la recuperación
física, psíquica y espiritual de los sacerdotes con
especiales necesidades» (102).

La situación en México sobre la realidad de estas


casas y cómo van avanzando todavía es muy dispar y
las experiencias son diversas. Coincidimos en que son
necesarios estos espacios, pero en la organización de
las casas y la atención económica a los sacerdotes
ancianos hay bastantes opiniones. Alguna idea
podemos obtener gracias a informaciones aparecidas
en los diferentes medios y en coloquios tenidos entre
CASAS DE SALUD INTEGRAL 109

sacerdotes durante las reuniones de la Dimensión


Episcopal del Clero (Por favor tener en cuenta la
siguiente información con las debidas reservas, pues
faltan muchos datos por confirmar):

2.2.1 Casa Sacerdotal de Durango

La casa abrió sus puertas el 10 de agosto del 2012 y


se encuentra ubicada a un costado del Seminario
Mayor con el objetivo de que los seminaristas visiten a
los sacerdotes y estos a su vez vayan al Seminario. De
la fecha mencionada hasta el día de hoy la casa
sacerdotal ha albergado a varios sacerdotes de los
cuales algunos de ellos ya fallecieron. También han
residido sacerdotes por algún tiempo convaleciendo de
algunas cirugías o problemas médicos. Muchos han
visitado la casa para hacer oración, visitar a los
sacerdotes y hacer reuniones de Decanato. Asimismo,
sacerdotes de otras Diócesis han estado en la casa
sacerdotal recibiendo las atenciones por cuestiones de
salud. Se cuenta con un patronato de construcción de la
casa y está por iniciar la segunda etapa de la
construcción que comprende comedor, sala de
rehabilitación y más villas.
Es un proyecto muy ambicioso pero muy necesario
para la Iglesia particular de Durango por la urgente
necesidad de los sacerdotes enfermos o ancianos, así
como de espacios idóneos para realizar las actividades
que exige la formación permanente.
Objetivo: Atender a las necesidades humanas y
espirituales de los sacerdotes adultos o enfermos,
110 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

brindando un acompañamiento integral, en vistas a su


promoción personal y sacerdotal (o en vistas a la
calidad de vida digna adulta).
Visión: Ofrecer un espacio realmente de vivencia
sacerdotal a todos los sacerdotes que han desgastado su
vida en el servicio pastoral de la Arquidiócesis de
Durango, en el que el Ordinario, el Presbiterio
(Consejo Presbiteral y comisión del clero) y los laicos,
reconociendo el gran don de los pastores enviados por
Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, muestren
agradecimiento y amor por sus sacerdotes.
Misión: Cuidar de cada uno de los sacerdotes
adultos y enfermos de nuestra Arquidiócesis a través
de un equipo especializado que les brinde la
posibilidad de una vida digna 5.

2.2.2 Casa Sacerdotal de Guadalajara

La Casa Sacerdotal está edificada a la sombra de la


Concatedral de Santa María en la diócesis de Sigüenza
- Guadalajara. En la actualidad en la casa sacerdotal de
Guadalajara residen varios sacerdotes y algunos
familiares de estos sacerdotes, que han dedicado sus
vidas a cuidarlos. El Sr. Obispo Don Laureano Castán
pidió a la Madre María de Jesús una Comunidad de
Hermanas que se encargasen de esta obra que, ya en
sus comienzos, se adivinaba como bella misión para
vivir su Carisma. El apostolado que se realiza
principalmente en esta casa, desde septiembre de 1971,
es el cuidado de sacerdotes ancianos y enfermos, y la
5
Cf. Página Web Arquidiócesis de Durango [Consultado 13.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 111

atención a todas las labores de la casa. Estos sacerdotes


después de gastar su vida por las almas, encuentran en
esta casa, un nuevo hogar donde se brindan las
atenciones necesarias, junto a sus compañeros de
seminario y sacerdocio. Además se cuida que puedan
cumplir con su ministerio sacerdotal todos los días 6.

2.2.3 Casa Sacerdotal de Aguascalientes

Como parte de uno de los cuatro compromisos


ministeriales de la Diócesis de Aguascalientes, se
bendijo y se colocó la primera piedra de lo que será la
Casa Sacerdotal, que permitirá dar albergue a los
clérigos de edad avanzada y quienes padecen
enfermedades que requieren cuidados especiales.
Así lo informó el presidente de la Comisión
Diocesana pro construcción de la Casa Sacerdotal,
Monseñor Ricardo Cuéllar Romo, quien destacó que
con este proyecto se pretende responder a necesidades
reales y sentidas por todos, sacerdotes y fieles; por lo
pronto son ocho los candidatos que podrían ser los
primeros en ocupar este lugar.
La realización de este proyecto, cuya construcción
iniciará en lo inmediato con nada de recursos pero con
el involucramiento de todas las instituciones y
personas con el principio de: “es mejor que muchos
den poco y no pocos, mucho”.

6
Cf. Casa Sacerdotal Guadalajara. Testimonio de Instituto Religioso de
Derecho Pontificio Hijas de Santa María del Corazón de Jesús - 2016 ·
2017. [Consultado 13.12.2017].
112 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

El proyecto se pretende esté construido totalmente


en un lapso de tres años, lo cual implicará mucho
esfuerzo, trabajo y organización, además del cuidadoso
empleo de los recursos que se obtengan de manera
paulatina. Contará con 15 pequeños departamentos
para los sacerdotes ancianos.
Se buscará que algunos espacios estén listos para ser
usados aún sin estar la construcción plena, sean
abiertos en cuanto sea posible y poner en operación
este proyecto que se inscribe entre las obras de caridad
que la Diócesis ha emprendido como expresión y
resonancia concreta del año de la misericordia.
Entre los compromisos emprendidos el año de la
misericordia están el Banco de Alimentos, la Facenda,
la Casa del Migrante y ahora la Casa Sacerdotal,
“confiamos en la providencia de Dios y en la
generosidad de todos los fieles para llevar a feliz
término todos estos proyectos”.
En rueda de prensa destacó que la intención es que
esta casa sea sustentable por sí misma, es decir, que se
autofinancie con una buena administración una vez que
quede totalmente construida.
La idea es que este espacio destinado principalmente
para los sacerdotes ancianos y enfermos también esté
abierta a grupos o movimientos que organicen retiros
espirituales, jornadas de reflexión o de estudio en las
áreas que no sean ocupadas por los padres, aunque
contará con espacios privados y exclusivos para ellos.
El ex Rector del Seminario Diocesano dio a conocer
que hace un año fue integrada la Comisión Diocesana
por seis sacerdotes y fue enriquecida con el
nombramiento de un patronato formado por siete
CASAS DE SALUD INTEGRAL 113

laicos, esto para ayudar a la realización del proyecto y


la mecánica para hacerse de los recursos necesarios
para ello.
En este tiempo se ha trabajado para conseguir el
terreno que al fin se tiene por el rumbo de la
comunidad de Montoro, consta de tres hectáreas; ya se
han hecho los proyectos arquitectónicos y ejecutivos,
de ahí que sus espacios serán austeros pero dignos de
ser ocupados por los sacerdotes ancianos y enfermos.
La Casa del Sacerdote contempla tres espacios como
es el destinado para la formación permanente, en
donde se realizarán ejercicios espirituales y retiros;
talleres y cursos de actualización pastoral; el de
atención a sacerdotes mayores que tendrá inicialmente
15 departamentos pequeños y se pretende lograr los 30
en un futuro, así como el área de recreación y
descanso 7.

2.2.4 Casas Sacerdotales Arquidiócesis de México

La Arquidiócesis de México abrió a partir de este


año (2017) las puertas de la Casa Sacerdotal Cardenal
Ernesto Corripio Ahumada. Así como las hermanas
Marta y María recibían a Jesús y a sus apóstoles
cuando las visitaban, brindándoles todo tipo de
atenciones y muestras de cariño, las religiosas de la
congregación Cooperadoras de Betania, están listas
para acoger en la nueva Casa Sacerdotal Cardenal

7
Cf. Casa Sacerdotal. Aguascalientes. Informa Laura Elena Rivera
Manzanares de El Sol del Centro del 6 de junio de 2017. [Consultado
15.12.2017].
114 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Ernesto Cardenal Corripio Ahumada a los presbíteros


jubilados, o que por alguna enfermedad requieren de
cuidados especiales.
Este hogar abrió sus puertas a inicios del presente
año, como una respuesta a la preocupación del
cardenal Norberto Rivera Carrera por los sacerdotes
ancianos y enfermos de la Arquidiócesis de México,
explicó el diácono Antonio Ortega Pardo. Por
instrucciones de él se creó este proyecto y el Arzobispo
de México personalmente fue ayudando a su
construcción, apuntó.
La Casa Sacerdotal está ubicada en la calle
Guatemala Núm. 22, en el Centro Histórico, detrás de
la Catedral Metropolitana, y cuenta con 12
habitaciones individuales muy bien acondicionadas,
con bastante espacio y baño privado.
El diácono Ortega Pardo explicó que muchos
sacerdotes, cuando son mayores, se encuentran solos, y
esa es la preocupación del Sr. Cardenal. De ahí su
interés de que éste sea un lugar con todas las
condiciones necesarias para que los que vivan aquí
encuentren un hogar agradable, donde se les acoja y
cuide con esmero y cariño.
«En la Arquidiócesis de México hay muchos
sacerdotes que tienen necesidad de un lugar donde
vivir, especialmente cuando dejan de estar adscritos a
una parroquia, y esta casa es para los que son eméritos,
y aunque sean jóvenes, si están enfermos y necesitan
cuidados, la casa está abierta para ellos», agregó.
Explicó que el único requisito para recibir a los
presbíteros es que se encuentren en las condiciones ya
descritas y que el Obispo de la Vicaría a la que
CASAS DE SALUD INTEGRAL 115

pertenecen haga la solicitud correspondiente al Card.


Rivera Carrera.
«Siguiendo el ejemplo de Marta y María cuando
recibían a Jesús y a los apóstoles en su casa, en
Betania, así nosotras atendemos a los sacerdotes, nos
ocupamos de los quehaceres de la casa, de que tengan
su habitación limpia y ordenada, de prepararles sus
alimentos y lavarles su ropa», explicó la hermana
Hilda Ríos de la Cruz.
Junto a ella, otras hermanas también se ocupan de
administrar los medicamentos a los presbíteros
enfermos, y si es necesario les hacen curaciones, los
inyectan, toman muestras de glucosa, les preparan
dietas especiales, los acompañan a sus citas médicas y
también se ocupan de orar por su santificación y por
sus necesidades.
«Cuando llegamos a la casa, la meta para nosotras
era crear un ambiente familiar; al principio los padres
se sorprendían al vernos, algunos ni se conocían, pero
ahora la casa ya se ve como un hogar, los sacerdotes se
platican sus experiencias, se ayudan entre sí, bromean,
nos reímos, cantamos y hasta celebramos los
aniversarios», comentó la hermana Hilda.
«Las Religiosas Cooperadoras de Betania han
logrado darle un toque femenino que da alegría y
colorido a la casa, desde las plantas y flores que
adornan, hasta las frases que colocan en murales para
motivar la espiritualidad sacerdotal, es algo que sin
duda faltaba», compartió el P. Amado García, vicario
de la Catedral Metropolitana, quien es huésped en este
hogar.
116 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Expresó que «es muy grato contar con personas tan


generosas y entregadas como ellas, que siempre tienen
el alimento puesto calientito en la mesa. En muchos
momentos nos consienten. Por todo esto, las hermanas
son una bendición de Dios. Gracias hermanas» 8.
Además, bajo el lema Iglesia unida, Iglesia viva, un
grupo de laicos católicos mexicanos que buscan
agradecer a los sacerdotes su consagración a Dios
mediante la donación de su vida por la Iglesia han
formado la Fundación Ars, asumiendo que los laicos
tienen una importante responsabilidad frente al
ministerio sacerdotal.
En ese sentido, la Fundación Ars se encuentra
construyendo en la Ciudad de México, con el apoyo de
la Fundación IGMA para el Desarrollo Integral de la
Persona A.C., la Casa Sacerdotal San José para
sacerdotes ancianos, enfermos, retirados, solos.
Es un proyecto que incluye una sección de asilo y
otra recreativa para que los sacerdotes vayan ahí en sus
días libres y puedan cultivar la amistad y la
confraternidad con otros hermanos suyos.
¿Por qué Ars? Los miembros de la Fundación -una
Fundación ejemplar en más de un sentido- se han
inspirado en la figura y la concepción sacerdotal y de
Iglesia del cura de Ars, San Juan Bautista Maria
Vianney (1786-1859).
El cura de Ars era muy humilde, pero también
consciente de ser, como sacerdote, un inmenso don
para los feligreses de su parroquia y de toda la región
aledaña a Ars.
8
Cf. Arquidiócesis de México. Semanario desde la Fe. 8 de junio de 2014.
[Consultado 15.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 117

Él solía decir: «Un buen pastor, un pastor según el


Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen
Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los
dones más preciosos de la misericordia divina».
Justamente con ese objetivo está fundada la
iniciativa mexicana que también conlleva otro tipo de
acciones para garantizar una vejez cuidada y
agradecida a los sacerdotes ancianos.
Conservando la esencia de la misión sacerdotal y
laical exaltada por el cura de Ars, la Fundación que
lleva su nombre ha definido como misión devolver a
los sacerdotes, «hoy que nos necesitan», el apoyo que
ellos dieron a los laicos durante todo su caminar
sacramental, desde el bautismo hasta la extremaunción
de los moribundos, «apoyándolos primero que nada
con nuestro amor fraterno ayudándolos a cubrir sus
necesidades materiales y médicas y buscando renovar
el compromiso de los laicos con los ministros de la
Iglesia».
¿Qué servicios proporciona? La Fundación Ars da
atención personal a los sacerdotes ancianos: a través de
la oración; la asignación de voluntarios que visiten y
acompañen a los sacerdotes; la búsqueda (y encuentro)
de sacerdotes jóvenes o en condiciones para brindarles
apoyo espiritual y con becas para que asistan a
ejercicios espirituales y cursos de actualización.
Pero, también, da apoyo y atención en lo material
costeando los gastos médicos, las medicinas, consultas
médicas, aparatos de audición, sillas de ruedas
etcétera. Además, colecta despensa para los sacerdotes
necesitados y la mejora de sus viviendas y les
proporciona vestimenta y calzado.
118 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

La casa sacerdotal -en terrenos de la arquidiócesis


de la Ciudad de México- contará con 40 habitaciones,
una capilla, un área de cómputo, biblioteca, una sala de
entretenimiento, un área de ejercicio, así como el
comedor, y espacios propicios para que los sacerdotes
puedan tener lugar para la oración y meditación 9.

2.2.5 Casas Sacerdotales en Colombia

La situación del sacerdote anciano en Medellín es


preocupante. Una vez cumple 75 años, deja sus oficios
y sale a descansar, pero un buen número de ellos vive
su retiro en medio de la enfermedad, la pobreza y la
falta de cuidados.
Algunos asumieron el cargo de rectores en colegios,
otros fueron capellanes en instituciones y tuvieron la
oportunidad de devengar una jubilación digna. Sin
embargo, un amplio número de sacerdotes que
dedicaron toda su vida al trabajo pastoral en las
parroquias, no tienen beneficios en materia de
seguridad social y solo reciben 400 mil pesos (más o
menos 2658.20 pesos mexicanos) de la Iglesia
Católica, destinados para medicamentos o
tratamientos. Muchos se ven forzados a vivir con sus
familias y así atender sus necesidades. Más aún,
algunos religiosos que poseen recursos económicos, no
podrían vivir solos por sus dolencias físicas. Tampoco
cuentan con la ayuda de personas preocupadas por su
cuidado. Para solucionar este problema, la Parroquia

9
Cf. Arquidiócesis de México. Informa Jaime Septièn el 27 de abril de 2015.
[Consultado 15.12.2017]
CASAS DE SALUD INTEGRAL 119

Santa María de los Ángeles auspicia desde hace 13


años el Hogar Sacerdotal Pedro Pablo Isaza, ubicado al
lado de la Transversal Inferior antes de San Lucas. Es
un lugar especializado en la atención de sacerdotes
ancianos y en la actualidad se encuentra en la segunda
etapa de ampliación.
«Las obras empezaron en marzo de 2006 y nos
sabemos la fecha de terminación, pues eso lo
determinan las donaciones y aportes de los feligreses»
explica Elías Lopera, párroco de Santa María de los
Ángeles. Calcula que la construcción, sin dotación de
muebles y accesorios, puede llegar a un presupuesto de
1.100 millones de pesos (aproximadamente 7 millones
de pesos mexicanos). La mayoría de los recursos son
aportados por los fieles de la parroquia y los vecinos
de San Lucas; la Iglesia también colabora con algunos
aportes.
La edificación tiene 1.300 metros cuadrados
construidos. Está diseñada para albergar 30 sacerdotes
que podrán disfrutar de una capilla de oración, una sala
de enfermería, 16 habitaciones dobles y 2 sencillas. No
obstante, la nueva obra no está pensada solo para el
cuidado de los religiosos; también incluye la
construcción de una biblioteca, en la que también
operará una sala de juegos de mesa y de música.
Además cuenta con balcones ideales para apreciar la
panorámica del sector del Campestre. Para facilitar la
movilidad de los nuevos huéspedes, los tres niveles de
la casa, no están comunicados por escaleras, sino por
un sistema de rampas. Con esta particularidad es más
fácil caminar o desplazarse en una silla de ruedas.
120 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

«Don Pedro Pablo Isaza, antes de morir, cedió su


finca para esta obra social… en esta vivienda antigua
recibimos al primer padre, ahora viven en ella las
religiosas que cuidan a los sacerdotes», comenta el
padre Elías Lopera. En este momento, 10 religiosos
son atendidos por las Hermanas Auxiliadoras de Cristo
Sacerdote, una comunidad especializada en amparar a
sacerdotes necesitados. En un principio, los servicios
en el Hogar comenzaron con el traslado a la finca del
padre Mario Morales en 1993. Unos meses después,
cuando Elías Lopera fue nombrado párroco, el
Arzobispo lo puso al frente del proyecto, con la
finalidad de sacarlo adelante. Hasta la fecha 13
hombres de fe han muerto en la antigua finca de los
Isaza que se fue quedando pequeña para recibir a los
beneficiados. Por eso se vieron en la necesidad de
realizar la primera ampliación hace 5 años, con 11
habitaciones, corredores y un patio central donde una
fuente relaja los sentidos, con el crepitar continuo del
agua.
Cómo transcurre la vida allí. Una de las premisas del
lugar radica en respetarle al sacerdote, su libertad y su
estado de ánimo. Se levantan temprano, desayunan y a
las 8:00 a.m., asisten a misa. Luego leen e
intercambian opiniones sobre las lecturas. También
aquellos que gozan de buenas condiciones físicas
hacen ejercicio. Almuerzan, rezan en la tarde, hay otra
eucaristía a las 5:00 p.m. y se acuestan temprano.
Algunos fines de semana, los transportan afuera de
Medellín, con la intención de hacer turismo en los
pueblos de Antioquia.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 121

Los vecinos de San Lucas le tienen cariño a la obra.


Van a la misa de la mañana y de la tarde, conversan
con los sacerdotes sobre temas de vida y religión y
llevan donaciones en especie.
Los sacerdotes opinan: «Este es un sitio donde
recibimos amor y consideración, es el lugar perfecto
para vivir cuando la muerte se siente cercana, cuando
muy pronto el Señor nos llame a su presencia», afirma
monseñor Jesús Giraldo, al describir su ritmo de vida.
Cerca de su habitación, el padre Jaime Giraldo inicia
su caminata vespertina: «Mantenemos una relación de
respeto y oración entre los sacerdotes… las hermanas
nos ponen mucho cuidado y están atentas a nuestras
necesidades», reflexiona el sacerdote para luego
seguir, con su andar lento y contemplativo por los
rincones de la vieja finca10.

2.2.6 Casas Sacerdotales en España

Sergio Palazón, de la Diócesis de Cartagena,


describe así la casa sacerdotal: «muchos recuerdos
quedarán en mi memoria el día que deje el seminario.
Destaca uno entrañable y aleccionador: las visitas a
una residencia de tercera edad, en la que se alojan
varios sacerdotes mayores o enfermos. El inicio del
Año de la Misericordia me ha traído a la memoria estas
gustosas ocupaciones.
Este es mi sexto año en el seminario. Hace dos
meses que soy diácono, y mi tiempo se reparte ahora

10
Cf. Diócesis de Medellín. Periódico Vivir en el Poblado. 29 de junio de
2007. [Consultado 16.12.2017].
122 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

entre el seminario (de lunes a viernes) y la parroquia


(el fin de semana). Todos los años, el rector del
seminario, al repartir los encargos pastorales a los
seminaristas, señala a algunos el cometido de acudir a
esas residencias, y en particular el de interesarse por
los sacerdote presentes, acompañarles, atender diversos
servicios que necesitan, etc.
En mi segundo año me enviaron a una residencia de
ancianos llevada por religiosas. Solemos ir de dos en
dos, pero esa vez me tocó ir solo. Recuerdo que el
primer día, de pie, antes de entrar, me encomendé a la
Santísima Virgen. No sabía qué podría hacer allí, ni
cómo. Es siempre una suerte saber que el Señor está en
todo momento con nosotros, y con más razón si, como
en este caso, hay una capilla y un sagrario. Siempre
tenemos, en cada situación nueva, al menos una
Persona conocida y esto, para los que nos cuesta el
primer paso, es siempre motivo de confianza.
Me paseaba por la residencia, observaba, y me iba
dando a conocer a la gente. En alguna ocasión hicimos
una escapada a un santuario mariano para rezar juntos
el rosario o hacer una romería; en esos momentos,
pienso, es cuando estamos más fuertemente unidos.
Otra sorpresa fue encontrarme en la residencia con el
sacerdote, ahora ya fallecido, que celebró la boda de
mi hermana.
Ellos pasan por nuestra vida derramando la gracia de
Cristo, colmándonos con sus bendiciones, y llega un
momento en que, precisamente por ello, por haberse
entregado plenamente a Cristo, se han quedado solos…
¡Pero no! Dios está con ellos, y pregustan ya aquí la
felicidad eterna que les espera en el cielo, y se refleja
CASAS DE SALUD INTEGRAL 123

en sus rostros. Les hacemos un gran favor


acercándonos a ellos, compartiendo nuestro tiempo;
pero mucho mayor es el tesoro que tienen y pueden
dejarnos, si lo aprovechamos.
Algunos casos ejemplares. Hay un sacerdote
enfermo y prácticamente ciego, que lleva escritos más
de media docena de libros. Naturalmente necesita
ayudas; pero su limitación no disminuye un ápice su
interés por los libros y su espíritu emprendedor. Algún
otro sacerdote y algún seminarista le ayudamos lo que
podemos. Y quizá esa misma pasión le ha ayudado a
superar la situación temporal de decaimiento que tuvo
hace unos años, producida por sus enfermedades.
También residió allí un tiempo, hasta su
fallecimiento, un sacerdote con alma de artista. En su
periodo final se vio disminuido psíquicamente por una
dura enfermedad. Mientras fue consciente le atendimos
con todo el afecto posible, y también cuando dejó de
reconocer a las personas. Siempre he pensado que toda
la diócesis está en deuda con él por los esfuerzos
realizados para recuperar y restaurar imágenes antiguas
de valor.
Otros sacerdotes no tienen ningún distintivo
especial, aparte de haber dejado casi sesenta o setenta
años de su vida en el servicio pastoral de los fieles. No
es poco mérito. ¡Cuánta gente habrá llegado al cielo
gracias a los desvelos de buen pastor de estos
sacerdotes! Me parece que no es poca misericordia la
demostrada por ellos.
Pudiera pensarse que ya han hecho mucho por la
Iglesia y que, a su edad, ya no les queda más por hacer;
pero sería una equivocación. Estoy pensando en uno de
124 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

ellos, que todavía vive, y en cómo gasta las horas de su


tiempo rezando sin descanso. ¿Quién puede decir que
fueron más valiosas las horas que empleó en su labor
pastoral activa, que las oraciones que ahora suben al
cielo desde sus labios y desde su corazón? Y, aparte de
este caso concreto, ¡cuánto rezan todos ellos! En
especial por las vocaciones al sacerdocio y a la vida
consagrada.
Recientemente han operado de cáncer a un sacerdote
muy conocido. Una operación larga (once horas) y
complicada, que gracias a Dios ha salido bien. Después
de los primeros días de incertidumbre, se fue
recuperando progresivamente a pesar de su edad
avanzada. Lo cuento porque, durante su larga
convalecencia, estuvo presente una pariente próxima; a
la que no resultaba posible atender al sacerdote día y
noche, ella sola. Pero con buena voluntad y un poco de
sacrificio, todo se arregla. En este caso, apoyándose en
la realidad de una fraternidad sacerdotal vivida con
esmero.
Un grupo de sacerdotes amigos establecieron los
turnos necesarios para cuidar al enfermo, de modo que
estuviera siempre acompañado. No parecía fácil al
principio, dados los trabajos que cada uno lleva
adelante; pero con la gracia de Dios y ese “plus” de
sacrificio que digo, todo fue saliendo. Las enfermeras
del hospital estaban asombradas de la cantidad de
sacerdotes que pasaron por allí para cuidar al enfermo.
Me comentaba uno de ellos el gran bien interior que
produjo a su alma cuidar de ese hermano sacerdote; ver
su paciencia, su sentido sobrenatural, incluso su buen
humor humano, fue para él una lección inolvidable. Y
CASAS DE SALUD INTEGRAL 125

lo mismo experimentaron todos. Siempre enriquece


más dar que recibir 11.
En la Diócesis de Córdoba, hay una residencia para
sacerdotes ancianos y circunstanciales visitantes. La
Casa Sacerdotal Medina y Corella, hoy «San Juan de
Ávila» es la residencia de los sacerdotes ancianos que
se retiran, están enfermos o que circunstancialmente
tienen que residir en la ciudad.
Estas obras que se iniciaron allá por 1583 en el que
fuera el edificio del Seminario «San Pelagio» y luego
de sucesivas reformas y modificaciones, fue
reinaugurado como tal en el año 1977, por quien fuera
el Obispo de Córdoba Don José Antonio Infantes
Florido (1920/2005) un sacerdote doctor en Derecho
Civil y Derecho Canónico y que tuvo a su cargo
importantes obras dentro de la Diócesis. Mediante un
contrato que firmara con la Superiora de la
Congregación de las Hermanas Mercedarias en el año
1980, éstas se hicieron cargo de prestar los servicios de
higiene, comida y limpieza de la Residencia que consta
de dos plantas con enfermería, habitaciones, salones de
reunión, comedores, gimnasio, etc. y un sótano en el
que se llevan a cabo tareas de aseo, almacén y las
dependencias de la cocina utilizada para la preparación
de los alimentos de acuerdo a las necesidades médicas
de los que allí habitan 12.
En la Diócesis de Murcia, la casa sacerdotal, se
presenta como el proyecto de constituir una familia de

11
Cf. Artículo de Revista Palabra del 27 de enero de 2016. [Consultado
16.12.2017].
12
Cf. Diócesis de Córdoba. Nota aparecida en una página de turismo de la
ciudad. [Consultado 17.12.2017].
126 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

hermanos en la que se sientan a gusto los sacerdotes


que se acojan a ella. Pretendemos adecuarla y
organizarla de manera que sea un lugar de encuentro y
un cauce para compartir la vida, el trabajo, las
inquietudes y las experiencias. Esto puede – y debe-
constituir una enorme riqueza para la vida sacerdotal.
Guiados por el espíritu fraterno- esencial exigencia
evangélica- la Casa Sacerdotal pone su especial
atención y preocupación en la problemática de los
sacerdotes mayores, los enfermos, los que atraviesan
momentos de especial dificultad o de aislamiento.
Ojala seamos capaces de hacer verdad las palabras de
Jesús: «Venid, retirémonos a un lugar tranquilo y
descansad un poco» (Mc 6,31).
La Casa Sacerdotal quiere ser lugar de encuentro.
Está gustosa y gozosamente abierta a todo tipo de
asambleas, reuniones, juntas etc… Acepta, asimismo,
toda corrección, advertencia o sugerencia que pueda
contribuir a mejorar el sincero deseo de servir a los
curas. Con salón comedor, al servicio de todo
sacerdote que lo desee. Con sala de estar para
sacerdotes en el que te puedes encontrar con
periódicos, revistas, información diaria, ilustraciones,
toda clase de información sobre la diócesis, últimas
novedades en libros y fuentes de nuestra cultura, etc.
Lugar de descanso y tertulia. Con salón de televisión,
donde los sacerdotes pueden disfrutar la retransmisión
de eventos importantes (Papa, Misas...), partidos de
fútbol, películas en DVD, y demás programas de
televisión 13.

13
Cf. Diócesis de Murcia. 2 de Diciembre de 2009. [Consultado 17.12.2017].
CASAS DE SALUD INTEGRAL 127

2.2.7 Casas para religiosas y religiosos

a) España

En el caso de la vida religiosa, Miguel Ángel Millán


Asín, Director del Programa de Atención a la Vida
Consagrada de la Fundación Hospital Residencia San
Camilo, en España, publicó en el 2015 el artículo que
presentamos a continuación:
«Los institutos religiosos en España tienen un gran
número de miembros en edades muy avanzadas y con
necesidad de algún tipo de cuidados. Se les suele
atender en un tipo de comunidades especialmente
preparadas para atenderles de la mejor manera posible
(que suelen llamar “enfermerías”). A la hora de
organizar este tipo de comunidades las congregaciones
se encuentran ante diversos dilemas y, de hecho, en la
práctica se han tomado decisiones muy distintas no
sólo entre congregaciones sino entre provincias
canónicas de la misma congregación. El esfuerzo
económico y humano que están dedicando a esta
situación es ingente. Pero el debate de fondo más
relevante gira en torno a dos modelos: a) el modelo de
envejecimiento que se tiene como referencia y b) el
modelo de atención que se aplica a la hora de gestionar
este tipo de comunidades de mayores.
No conocemos que haya estudios sociológicos
publicados –al menos en España- sobre el
envejecimiento en la vida religiosa y sobre los sistemas
de apoyo que tienen los religiosos ante situaciones de
enfermedad y dependencia.
128 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

El envejecimiento de los religiosos (usamos el


término refiriéndonos tanto a varones como a mujeres)
en España debiera preocupar a toda la sociedad. La
mayoría de ellos trabajan en el campo educativo,
sanitario o con colectivos socialmente vulnerables,
especialmente con los más marginados, con un
beneficio para la sociedad significativo. Y esto sin
restar importancia a la labor espiritual que desempeñan
los religiosos de vida contemplativa. Pero, a pesar de
todo su encomiable sacrificio personal, su
envejecimiento pone en riesgo la continuidad de
muchos de sus centros y servicios. Incluso la posible
desaparición de algunas de las congregaciones por falta
de revelo generacional.
En este contexto, adquiere una especial relevancia la
situación de los religiosos que se encuentran enfermos
o, más aún, en situación de dependencia. La
dependencia, aunque abarca todas las edades, incide
especialmente en la población mayor de 65 años. Lo
que, en el caso de los religiosos, considerando los
datos anteriores, significa que repercute en la vida de
las diferentes comunidades religiosas de modo
significativo.
No hay datos estadísticos públicos sobre el
porcentaje de religiosos que superan los 65 años ni
sobre su estado de salud. Según nuestros contactos con
gran número de Superiores/as Provinciales o
Generales, en la mayoría de las congregaciones los
religiosos mayores de 65 años suponen entre el 70% y
el 80% del total (al menos en España). En algunas
congregaciones sabemos que ese dato llega al 100%. Si
tenemos en cuenta que, según los datos del 2014, en
CASAS DE SALUD INTEGRAL 129

España hay aproximadamente 59.000 religiosos


(contando los misioneros), estimamos que puede haber
al menos 42.000 religiosos mayores de 65 años
(aplicando el dato del 70% para ser prudentes).
Según el Libro Blanco de la Dependencia, el 32% de
los mayores de 65 años poseen algún tipo de
discapacidad. Aplicado a la estimación anterior, esto
supondría un total de 13.440 religiosos con algún tipo
de discapacidad. Si nos centramos específicamente en
las situaciones de dependencia, el mismo Libro Blanco
afirma que un 19,6 % de los mayores de 65 años son
dependientes (no toda discapacidad implica
dependencia). En el caso de los religiosos, esto nos da
una cifra de 8.232 religiosos en situación de
dependencia para las actividades de la vida diaria. Así
pues, estaríamos hablando de que puede haber en
España entre 8.232 y 13.440 religiosos necesitados de
algún tipo de cuidados.
En general, conforme han ido aumentando los casos
de demencias y trastornos de conducta, así como la
gravedad de la necesidad de cuidados, ha aumentado la
tendencia de las congregaciones a crear comunidades o
centros específicos (enfermerías o casas de mayores)
para atender estas situaciones. No hay datos conocidos,
pero estimamos que puede haber 400 comunidades de
este tipo en España, la mayoría de ellas con personal
contratado, sea directamente o a través de proveedores
externos.
Las reflexiones y planteamientos que realizo en esta
publicación surgen de mi relación con múltiples
congregaciones religiosas y de haber visitado
aproximadamente 180 enfermerías o casas de
130 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

religiosos mayores. Todo un privilegio que me ha


permitido conocer con cierta amplitud la manera en
que las congregaciones abordan el cuidado de sus
mayores.
Desde esta experiencia he podido constatar que las
comunidades religiosas enfocan el cuidado de sus
mayores desde opciones muy diversas, pero que todas
tienen en común la preocupación por cuidar bien a sus
mayores y hacer todos los sacrificios que hagan falta
por ellos. Como dicen algunos fundadores: «aunque
haya que vender los vasos sagrados del altar».
Y el coste de estos cuidados es muy alto. Según los
datos del 2014 que nos han pasado diferentes
congregaciones, el coste de atender a los religiosos
mayores necesitados de cuidados oscila entre 1.000 y
2.000 euros al mes por persona. La moda entre las
diferentes congregaciones estaba en 1.200 € por
persona y al mes (sin contar amortizaciones). La
amplia diferencia de costes depende de variables como
el número de personas contratadas, la calidad de los
cuidados, el número de personas a atender, las
dimensiones de los edificios, etc. Si cogemos el dato
de la moda y lo aplicamos a 10.000 religiosos, esto
supone un gasto mensual básico de 12.000.000 € al
mes. Aun siendo prudentes con los datos, es una cifra
muy importante y que pone de manifiesto el gran
esfuerzo económico y humano que están haciendo las
comunidades religiosas para atender a sus mayores.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 131

El modelo de envejecimiento y sus consecuencias

La situación que encontramos en muchas


“enfermerías” o comunidades de religiosos mayores
depende mucho del modelo de envejecimiento que se
tenga. Algunos religiosos comparten un modelo social
de envejecimiento que lo considera como algo triste y
muy negativo. Es un modelo antiguo que se intenta
superar, pero todavía muy extendido. Quien comparte
esta visión, lo más probable es que lo manifieste en los
siguientes comportamientos:
Abandono personal, con conductas pasivas, pereza y
hábitos poco saludables. Desinterés mental, que
conlleva apatía, aburrimiento y tristeza. El aislamiento
personal que fomenta soledad, incomunicación y
desinterés por las relaciones grupales. Pesimismo,
irritabilidad, instalación en la queja y la crítica
excesiva.
En preguntas realizadas por mí a religiosos en
diferentes cursos de formación ha habido un gran
porcentaje de coincidencia en identificar tres
problemas principales en las comunidades de
religiosos mayores: el individualismo, el aislamiento y
la pasividad. Puede ser un síntoma de varias cosas,
pero también puede responder a tener interiorizado este
modelo negativo del hecho de envejecer. Gestionar el
cuidado a los religiosos mayores es difícil cuando nos
encontramos con comunidades con un número
importante de miembros compartiendo esta visión.
Pero también hay un modelo positivo del
envejecimiento. Este modelo se fundamenta en que
envejecer bien es posible y depende de uno mismo.
132 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Requiere seguir convencidos de que la actividad es un


aspecto relevante en la vida. Esto es lo que queremos
decir cuando hablamos de “envejecimiento activo”.
Activo para conservar la vitalidad, activo para sentirse
útil, activo para participar en la vida social. Activo
como persona, activo como grupo de mayores dentro
de la congregación (aun estando enfermos).
La Organización Mundial de la Salud define así el
Envejecimiento Activo: Es el proceso de optimización
de las oportunidades en relación con la salud, la
participación y la seguridad para mejorar la calidad de
vida a medida que se envejece. Permite a las personas
desplegar el potencial de bienestar físico, social y
mental a lo largo de todo el ciclo vital y participar en la
sociedad de acuerdo con sus necesidades, deseos y
capacidades, mientras se les proporciona protección,
seguridad y cuidado adecuados cuando necesitan
asistencia.
En definitiva, es un modelo que se centra en las
fortalezas y oportunidades en la vejez y no tanto en las
carencias y debilidades. Cuando uno mismo tiene esta
percepción del envejecimiento, el hecho de tener
problemas de salud y necesitar de cuidados
asistenciales (salvo en situaciones extremas) no le
impide trabajar sobre sus capacidades preservadas y
optimizar todas las oportunidades que la vida le brinda.
Aunque esto requiere que el Superior de la comunidad
de mayores (y la curia provincial) crea sinceramente en
este modelo de envejecimiento y tome las decisiones
operativas coherentes con este enfoque.
Este planteamiento que defendemos está
preciosamente expresado en el siguiente testimonio del
CASAS DE SALUD INTEGRAL 133

P. Cosme Robredo, un misionero salesiano español que


trabajó muchos años en Perú y que era un gran músico.
A los 83 años de edad, pocos meses antes de morir, le
hicieron una entrevista y, entre otras cosas, le
preguntaron cómo se sentía al estar en silla de ruedas.
Respondió: «Cosas de la vejez. Sigo teniendo muchas
músicas en el alma y muchas notas en el corazón, pero
ya no soy capaz de dirigir una orquesta. Dios me ha
dado la claridad de mente y espíritu despierto, pero el
cuerpo ya no acompaña. No lamento lo que no puedo
hacer, hago todo lo que puedo en esta situación. Puedo
arrastrar los pies, no quiero arrastrar el espíritu, ni
quiero que mi espíritu camine en silla de ruedas».

La percepción de las enfermerías por los


religiosos

Al hablar de “enfermerías” nos referimos a los


espacios donde se atiende a los religiosos con
necesidad de cuidados asistenciales, sea en una
comunidad específica o formando parte de una
comunidad más amplia. Es una manera de entendernos.
También se usa a menudo la expresión “casa de
hermanas/os mayores”, aunque es difícil encontrar hoy
día en España una comunidad de religiosos que no
sean mayores. En fin, se buscan expresiones
alternativas a la de enfermerías porque esta palabra
tiene una connotación negativa para muchos y, de
hecho, la mayoría de religiosos no quieren ser
destinados a este tipo de comunidades. ¿Por qué este
rechazo? ¿Qué sienten y piensan los religiosos ante la
134 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

perspectiva de ser destinados a una enfermería o casa


de mayores? Veamos algunos testimonios:
Me da miedo que me destinen a la comunidad de
enfermería: allí nos llevan para morir, es el corredor de
la muerte.
Me han educado para servir y cuidar a otros, no para
que me cuiden a mí. Llevo muy mal el depender de
otros y me angustia estar en una comunidad de
dependientes.
Me cuesta aceptar mis limitaciones. Me siento inútil
y una carga para la comunidad.
Es mi fin, me siento abandonada y rechazada por la
congregación si me envían a la enfermería.
Siento frustración, rabia, ansiedad sólo de pensar en
que me destinen a una enfermería.
Pero no todos tienen esta percepción. Aquí expongo
testimonios en otra línea totalmente distinta ante la
misma pregunta:
Ahora ya podemos realmente priorizar el ser sobre
el hacer y prepararnos con paz al encuentro con el
Padre.
Por primera vez en mi vida religiosa estoy en una
comunidad donde dispongo de tiempo libre. ¡Qué gran
riqueza y don disponer de tiempo!
Me alegra y me da seguridad el poder ir a una
comunidad donde todo está preparado para poder estar
bien atendida ante problemas de salud.
Lo importante es no perder la ilusión con los años y
las enfermedades. La clave de un buen envejecimiento
es mantener la ilusión, la mente abierta y la mirada
positiva en una comunidad.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 135

Es la única comunidad de la provincia realmente


preparada para acogernos a quienes tenemos algún
problema de salud. Es un lujo que tenemos que valorar
y saber aprovechar.
¿Cómo puede haber percepciones tan distintas? Está
claro que en buena medida esto depende de factores de
personalidad de cada sujeto, pero también se adivina
detrás de estas expresiones que hablamos de modelos
de enfermerías muy distintos. Basta visitar estas
comunidades y, nada más entrar, se percibe la
diferencia.
Lo que sí es cierto es que estas casas de mayores
necesitados de cuidados no siempre responden a lo que
los propios religiosos mayores desean. Cuando les
pregunto a los religiosos cómo querrían que fuesen
este tipo de comunidades me encuentro con respuestas
como las que expongo a continuación (recuerdo que
con un sesgo de género, ya que han respondido más
religiosas que religiosos):

¿Cómo sería tu comunidad de mayores deseada?

Una comunidad que promueve la creatividad,


expansión, estímulos, alegría… para crear un ambiente
feliz.
Vivir con personas positivas, vitales, que mantengan
la ilusión por la vida, el carisma… Prohibido hablar de
enfermedades. Potenciar la “positividad” (las
“riquezas” frente a las carencias)
Tener cubiertas las necesidades vitales y un buen
nivel de cuidados asistenciales en caso de necesidad.
136 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Una comunidad en la que se conjugue la calidad de


cuidados con la calidez en las relaciones.
Que se tenga en cuenta mi historia personal, mi
“biografía”, a la hora de cualquier “planificación” que
me afecte. Sentirme valorada y querida.
Tener tiempo disponible para mí mismo y para los
demás. Tiempo sereno lleno de saberes vivenciales que
pueden enriquecer a otros. Qué hermoso regalo es el
tiempo.
Asumir tareas y responsabilidades, aunque sean
pequeñas, que me permitan sentirme útil.
Tener como referente a Jesús y valorar el sentido de
testimonio, “ofrenda” y mediación salvífica que tiene
nuestro dolor, enfermedad, sufrimiento, postración…
hasta la muerte.
Crear espacios para el encuentro, el diálogo, la
reflexión, la oración, el juego… que nos permitan
expresarnos y escucharnos.
Mantenernos conectados con la vida de la
congregación y con lo que ocurre en la Iglesia y en la
sociedad. Aprovechar internet y las nuevas
tecnologías.
Seguir participando en la vida comunitaria y que se
nos tenga en cuenta en la toma de decisiones.
Que venga gente de fuera a vernos y salir nosotras al
exterior, relacionarnos con el entorno.
Mirar de cara y sin miedo a la muerte y prepararnos
espiritualmente, con serenidad y esperanza, para este
proceso de morir. Así damos testimonio de nuestra fe
hasta el final.
Tener un tiempo estructurado y un proyecto
comunitario.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 137

Es muy importante la figura del Superior. Ha de ser


un animador de la vida personal y comunitaria y saber
“acompañarnos” con cariño y cercanía en esta etapa
vital tan transcendental.
Una comunidad en la que nos tratarán siempre
respetando nuestra dignidad en todos los sentidos,
aunque estemos encamados o tengamos una demencia
avanzada.
El paso a este tipo de comunidad no ha de ser
brusco, necesita hacerse un proceso previo.
Que el edificio y las instalaciones estén adaptados a
las características propias de esta comunidad:
accesibilidad, luz, color, olores, espacios amplios,
flores y plantas…
Y termino con un último testimonio de una religiosa
que quiero resaltar porque expresa mi propio
convencimiento de lo que deberían ser este tipo de
comunidades y supone todo un reto para las
congregaciones:
La comunidad de mayores dentro de la congregación
ha de ser un espacio de vida y de testimonio de la
belleza y alegría de una vida consagrada al
seguimiento de Jesús. Con nuestra manera de vivir la
enfermedad, la vejez y la cercanía de la muerte hemos
de ser testimonio misionero y motores de ilusión que
muestren al mundo –especialmente a los jóvenes– que
vale la pena consagrarse a Dios. No sentirnos como
una comunidad “aislada”, de “terminales”, sino como
el corazón de nuestra congregación que bombea vida al
resto de la congregación, a la Iglesia y a la sociedad.
138 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Los dilemas institucionales en la toma de


decisiones

Desde el punto de vista institucional, los diferentes


institutos religiosos no lo tienen fácil a la hora de
tomar decisiones sobre la mejor manera de atender a
sus miembros necesitados de cuidados. En general, las
comunidades se enfrentan a los siguientes dilemas:
¿Envejecer en las propias comunidades o en
comunidades específicamente preparadas para esta
situación de enfermedad o dependencia? Para algunos,
sacar a los mayores de “casa” y llevarlos a una
“enfermería” es un acto de abandono y contrario a la
caridad fraterna.
¿En pequeñas comunidades dispersas
geográficamente o agrupando en comunidades más
numerosas? Es un difícil equilibrio entre la parte
afectiva/emocional (permanecer cerca de entornos
conocidos) y la racional que nos indica que el agrupar
en comunidades de mayor tamaño rentabiliza los
costes y mejora la calidad del servicio.
¿Centros sólo para los propios religiosos o abiertos a
personas del exterior? ¿Incluimos a los familiares y
colaboradores laicos de la institución? ¿Compartimos
espacio con otras congregaciones?
¿Qué perfil ha de tener el superior o superiora que se
va a destinar a estas comunidades? ¿Estará solo o con
un equipo de apoyo? Cada vez es más difícil elegir a la
persona adecuada ante la falta de vocaciones y de
personas disponibles y preparadas para esta función.
¿Gestionamos el personal y el servicio directamente
o recurrimos a proveedores externos? ¿A qué tipo de
CASAS DE SALUD INTEGRAL 139

empresas pedimos presupuesto? ¿Con qué criterios?


Esto no exime a la congregación de la responsabilidad
moral de preocuparse por las condiciones laborales en
que están los trabajadores.
¿Nos conformamos sólo con la calidad asistencial
(que los religiosos estén aseados, coman bien y se
tomen sus medicinas) o aspiramos a que sean
comunidades ricas de estímulos, donde se pueda vivir
en plenitud hasta el final de la vida desde una visión
holística de la salud? Es el problema de fondo de los
modelos que ya hemos mencionado y que condiciona
el resto de decisiones.
La vida consagrada está volcada en el cuidado de
sus miembros ancianos, frágiles o en situación de
dependencia. Siempre ha sido así, pero cada día son
más los religiosos en esta situación y su porcentaje
aumentará en los próximos años. Esto plantea grandes
retos a los institutos religiosos: la visión que se tiene
del envejecimiento, el modelo de atención a prestar, la
sostenibilidad económica de las “enfermerías”, la falta
de religiosos “jóvenes”, la necesidad de apoyarse en
los laicos, el futuro de sus obras, etc. En todo caso, el
futuro está siempre abierto a las sorpresas» 14.

b) Italia

En Italia, en 2011, se inauguró la primera casa


intercongregacional para religiosas ancianas. Se

14
M. Á. MILLÁN ASÍN, «La vida consagrada y su atención a los religiosos
ancianos enfermos». [Consultado 10.01.2017].
140 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

consideró como una concretización de una realidad de


comunión y de solidaridad que permite decir que se
puede colaborar juntas y de que es posible el diálogo.
Además esta casa es signo de que es posible hacer
camino juntas y dar testimonio en la Iglesia y en el
mundo de verdadera fraternidad y unidad. La Hermana
Viviana Ballarin, presidente de la USMI, ha calificado
así el acontecimiento de la inauguración de la primera
Casa Intercongregacional para religiosas ancianas,
situada en Casalotti, en la zona norte de Roma,
Diócesis de Porto-Santa Rufina, en Ancelle della SS.
Trinità de Via Trofarello 64.
La fiesta de la inauguración inició la tarde del 27 de
junio de 2011 con la celebración eucarística precedida
por el Obispo de la Diócesis, Mons. Gino Reali, y
concelebrada por cinco sacerdotes, entre los cuales se
encontraba Alberto Lorenzelli, presidente CISM, el
capellán de la casa y el Párroco de la zona. Los niños
de la Scuola Materna, que se encuentra en el primer
piso del edificio, animaron la celebración con sus
cantos y sobre todo con su presencia. También las
ancianas laicas que viven en otro piso del edificio
participaron en la Eucaristía junto con las religiosas.
La bendición, la alabanza y la acción de gracias fueron
dadas al Señor por quienes han sabido afrontar las
dificultades, resistencias y obstáculos para realizar una
experiencia que es profundamente evangélica y de
fraternidad.
Mons. Reali concluyó la celebración eucarística
concediendo a esta “comunidad de comunidades” un
ministerio especial: hacer un contrato o una alianza
con Dios, que quiere entrar en la historia de los
CASAS DE SALUD INTEGRAL 141

hombres, como Abraham que se hizo cargo también de


Sodoma y Gomorra. A todos los que viven en esta casa
y en particular a las religiosas ancianas, el Obispo les
encargó la tarea de interceder ante Dios para que tenga
misericordia y compasión de todos nosotros y del
mundo entero. Enseguida se brindó, se cortó el listón y
no se hicieron esperar las fotografías y los aplausos.
Finalmente se hizo el recorrido por el edificio donde
vivirán las hermanas ancianas. Resaltan los espacios,
caracterizados con los elementos típicos de cada
Instituto, organizados, módulos independientes y
autónomos. En cada uno de ellos, la familia religiosa
continúa haciendo visitas a sus hermanas, siguen su
propia regla y al mismo tiempo entran en relación con
las demás religiosas ancianas. La comunidad goza de
servicios comunes (alimentos, limpieza, lavandería,
asistencia nocturna, animación religiosa y espiritual),
así como oportunidad de asistir a servicios para salud y
mejor calidad de vida (fisioterapia, asistencia médica,
servicio de transporte, visitas de enfermeras y
doctores).
Grazia Fioretti, presidente del Consorzio Charis,
coordinó el momento celebrativo y concedió la palabra
a los protagonistas principales de esta experiencia
inédita en la vida consagrada. Narraron sus testimonios
y dieron a conocer las principales etapas del proyecto,
las conquistas alcanzadas y los valores
experimentados. Sobre todo manifestaron la fe que
todos tenían en el futuro y en el bien que se haría con
esta obra, contando con la bendición del Señor.
El proyecto, fuertemente querido por la Presidencia
Nacional de la USMI y apoyado por CISM, ha sido
142 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

promovido por la Fundación Talenti, que presentó las


dificultades del proyecto. Entre las expresiones que se
escucharon fueron las siguientes: «Hemos aprendido a
no desanimarnos, a entender que el resultado puede ser
diferente y también mejor que el pensado al inicio, que
la unión ayuda a enfrentar la crisis… estamos en tierra
de misión. Talenti ha sido solo un instrumento de
encuentro. Ha construido un camino. Ahora
entregamos esta casa a la Iglesia local». El Consorzio
Charis preocupado siempre por el bien de las personas,
entró en el proyecto porque responde a necesidades
reales y porque la casa presenta una estructura ideal
para ayudar a las religiosas. Se ha podido enriquecer
también la propia experiencia personal y de grupo.
Algunos institutos religiosos femeninos abandonaron
reservas y miedos desde el inicio para comenzar este
proyecto eclesial. Se dieron las gracias a quienes
creyeron en un proyecto de comunión, signo
importante de la Iglesia de hoy, hasta esta etapa. Las
religiosas ancianas y quienes desean una salud integral
desde las etapas de formación inicial manifestarán en
esta casa el camino de la fe y de la esperanza.
El Obispo concluyó agradeciendo a todos los
presentes y se terminó la celebración festiva con el
tradicional brindis.

c) México

En el caso de México, diversas órdenes e institutos


han empezado a educar para una salud integral desde
las primeras etapas de formación, pero aún queda
mucho por hacer. También han aumentado las
CASAS DE SALUD INTEGRAL 143

iniciativas para acondicionar las casas con el fin de


ofrecer una mejor atención de las religiosas que
requieran una ayuda especial por problemas de salud u
otras necesidades.
Por el momento, en la mayoría de los Institutos las
religiosas que necesitan atender su salud siguen
habitando junto con otras hermanas en las diferentes
casas de formación o de misión. Pero se están haciendo
intentos para tener casas en las que verdaderamente
pueda ofrecerse una atención integral.
La religiosa mexicana tiene una sensibilidad muy
grande hacia el sufrimiento. Normalmente las
religiosas atienden a muchas personas que casi nadie
quiere atender o están con las personas con las que casi
nadie quiere estar. Y muchas veces también están al
cuidado de la salud de sus familiares, especialmente de
su papá y mamá. Con frecuencia, también las
religiosas están en misiones difíciles, donde se hace
palpable la falta de salud. Para muchas, evangelizar va
de la mano con la mejora de las condiciones de vida y
salud de los feligreses.
Esto se hace más patente cuando la enfermedad se
hace presente entre las mismas hermanas con las que
se convive. Acompañar a una hermana con una
enfermedad temporal es una experiencia que se realiza
continuamente. Asistir a la que tiene una enfermedad
crónica también. Hermanas jóvenes y mayores son
cada vez más conscientes de la necesidad de cuidarse y
apoyarse en la enfermedad. Por eso, en el fondo de
cualquier iniciativa entre las religiosas mexicanas para
la atención de la salud está la fraternidad. Sufrir con
144 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

quien sufre y alegrarse con quien se alegra será fuente


de mucho consuelo y de entrega oblativa.
A este respecto, son muy importantes algunas
palabras de la Carta circular a los consagrados y
consagradas como preparación al año dedicado a la
Vida consagrada:

«El estar con Jesús nos forma a una mirada


contemplativa de la historia, que sabe ver y escuchar en
todo la presencia del Espíritu y, de modo privilegiado,
discernir su presencia para vivir el tiempo como tiempo
de Dios. Cuando falta la mirada de fe, la propia vida
pierde gradualmente el sentido, el rostro de los
hermanos se hace opaco y es imposible descubrir en
ellos el rostro de Cristo, los acontecimientos de la
historia quedan ambiguos cuando no privados de
esperanza.

La contemplación abre a la aptitud profética. El profeta


es un hombre que tiene los ojos penetrantes y que
escucha y dice las palabras de Dios, [...] un hombre de
tres tiempos: promesa del pasado, contemplación del
presente, ánimo para indicar el camino hacia el futuro.

Por último, la fidelidad en el discipulado pasa y es


probada por la experiencia de la fraternidad, lugar
teológico, en el que estamos llamados a sostenernos en
el sí gozoso al Evangelio: Es la Palabra de Dios la que
suscita la fe, la nutre, la regenera. Es la Palabra de Dios
la que toca los corazones, los convierte a Dios y a su
lógica, que es muy distinta a la nuestra; es la Palabra de
CASAS DE SALUD INTEGRAL 145

Dios la que renueva continuamente nuestras


comunidades» 15.

La fraternidad es el lugar teológico en el que


estamos llamados a sostenernos en el sí gozoso al
Evangelio y esta ha de ser también la motivación
principal para que las religiosas se cuiden, apoyen a
sus hermanas y cada día, de manera profética,
visualicen lo que sea mejor para sus comunidades en
vistas a que lleguen a ser verdaderas casas de salud
integral.

2.3 Retiro, pensiones, y otras situaciones

Las casas sacerdotales llamadas a ofrecer una salud


integral han de velar también por la atención especial a
quien se encuentre más necesitado de salud, sea por
circunstancias de la vida o por ancianidad. Ciertamente
cada Presbiterio o Instituto debe discernir lo que más
convenga para servir con mayor alegría en este ámbito,
pero es bueno conocer lo que la Iglesia expresa al
respecto.
En el Decreto Christus Dominus se habla de lo que
implica el peso de la edad y su repercusión en las
tareas pastorales:

«Siendo de tanta trascendencia y responsabilidad el


ministerio pastoral de los Obispos, los Obispos
diocesanos y los que en derecho se les equiparan, si por
la edad avanzada o por otra causa grave se hacen menos

15
Alegraos. [Consultado 10.01.2018]
146 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

aptos para el cumplimiento de su cargo, se les ruega


encarecidamente que ellos espontáneamente o invitados
por la autoridad competente presenten la renuncia de su
cargo. Si la aceptare la autoridad competente, ella
proveerá de la congrua sustentación de los renunciantes
y del reconocimiento de los derechos especiales que les
atañen» (n. 21)

«Tengan en cuenta el Obispo, cuando trate de formarse


el juicio sobre la idoneidad de un sacerdote para el
régimen de alguna parroquia, no sólo su doctrina, sino
también la piedad, el celo apostólico y demás dotes y
cualidades que se requieren para cumplir debidamente
con el cuidado de las almas.

Siendo, además, la razón del ministerio pastoral, el bien


de las almas, con el fin de que el Obispo pueda proveer
las parroquias más fácil y más convenientemente,
suprímanse, salvo el derecho de los religiosos, cualquier
derecho de presentación, de nombramiento o de reserva,
y donde exista, la ley del concurso sea general o
particular.

Pero cada párroco ha de tener en su parroquia la


estabilidad que exija el bien de las almas. Por tanto,
abrogada la distinción entre párrocos movibles e
inamovibles, hay que revisar y simplificar el proceso en
el traslado y separación de los párrocos, para que el
Obispo, salva siempre la equidad natural y canónica,
pueda proveer mejor a las exigencias del bien de las
almas.

A los párrocos, empero, que por lo avanzado de la edad


o por cualquier otra causa se ven impedidos del
CASAS DE SALUD INTEGRAL 147

desempeño conveniente y fructuosos de su oficio, se les


ruega encarecidamente que renuncien a su cargo por
propia iniciativa o si son invitados por el Obispo. El
Obispo provea la congrua sustentación de los
denunciantes» (n. 31).

El Decreto Presbyterorum Ordinis, por su parte,


aporta algunas indicaciones:

«Téngase siempre presente el ejemplo de los cristianos


en la primitiva Iglesia de Jerusalén, en la que “todo lo
tenían en común” (Hch 4, 32) “y a cada uno se le
repartía según su necesidad” (Hch 4,35). Es, pues, muy
conveniente que, por lo menos en las regiones en que la
sustentación del clero depende total o parcialmente de
donativos de los fieles, recoja los bienes ofrecidos a este
fin una institución diocesana, que administra el obispo
con la ayuda de sacerdotes delegados, y, donde lo
aconseje la utilidad, también de seglares peritos en
economía. Se desea, además, que, en cuanto sea posible,
en cada diócesis o región se constituya un fondo común
de bienes con que puedan los obispos satisfacer otras
obligaciones, y con que también las diócesis más ricas
puedan ayudar a las más pobres, de forma que la
abundancia de aquellas alivie la escasez de éstas. Este
fondo ha de constituirse, sobre todo, por las ofrendas de
los fieles, pero también por los bienes que provienen de
otras fuentes, que el derecho ha de concretar.

Además, en las naciones en que todavía no está


convenientemente organizada la previsión social en
favor del clero, procuren las Conferencias Episcopales
que, consideradas siempre las leyes eclesiásticas y
civiles, se establezcan, o bien instituciones diocesanas,
148 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

también federadas entre sí, o bien instituciones


organizadas a un tiempo para varias diócesis, o bien una
asociación establecida para todo el territorio, por las
que, bajo la atención de la jerarquía, se provea
suficientemente a la que llaman conveniente seguro o
asistencia sanitaria, y a la debida sustentación de los
presbíteros enfermos, inválidos o ancianos. Ayuden los
sacerdotes a esta institución una vez erigida, movidos
por espíritu de solidaridad para con sus hermanos,
tomando parte en sus tribulaciones, considerando, al
mismo tiempo, que así, sin angustia del futuro, pueden
practicar la pobreza con resuelto espíritu evangélico y
entregarse plenamente a la salvación de las almas.
Procuren aquellos a quienes competa que estas
instituciones de diversas naciones se reúnan entre sí,
para que consigan más consistencia y se propaguen más
ampliamente» (n. 21).

Posteriormente, el Motu Proprio Ecclesiae Sanctae


volvió a insistir en proveer debidamente a la
sustentación conveniente de todos los clérigos que han
ejercido su ministerio en servicio del pueblo de Dios:

«Cuiden los Sínodos Patriarcales y las Conferencias


Episcopales que se establezcan normas, bien sea para
cada una de las diócesis en particular, para varias de
ellas en común o para todo el territorio, mediante las
cuales se provea debidamente a la sustentación
conveniente de todos los clérigos que ejercen o han
ejercido su ministerio en servicio del Pueblo de Dios. La
remuneración asignada a los clérigos ha de ser
principalmente la misma para todos los que se
encuentren en las mismas circunstancias, teniendo en
cuenta ciertamente la naturaleza del oficio mismo y las
CASAS DE SALUD INTEGRAL 149

circunstancias de tiempo y lugar, y ha de ser suficiente


para que los clérigos puedan conducir una vida
respetable y puedan también ayudar a los pobres.

La reforma del sistema de beneficios queda


encomendada a la Comisión encargada de la revisión del
Código de Derecho Canónico. Entretanto los Obispos,
oído el parecer de los Consejos de presbíteros, cuiden
que se proceda a una equitativa distribución de los
bienes, incluso de las rentas que provienen de los
beneficios.

Las mismas Conferencias cuiden que, al menos en


aquellas regiones en que la sustentación del clero
depende totalmente o en su mayor parte de las ofertas de
los fieles, exista en cada una de las diócesis una especial
institución encargada de recoger los bienes donados a
este fin y cuyo administrador sea el mismo Obispo
diocesano, ayudado por sacerdotes delegados y, cuando
la utilidad lo pida, también por laicos expertos en
cuestiones administrativas.

Cuiden finalmente las mismas Conferencias episcopales


que, atendiendo siempre a las leyes eclesiásticas y
civiles, existan en cada nación bien sea instituciones
diocesanas, incluso confederadas entre sí, o bien
instituciones fundadas para varias diócesis o una
asociación para toda la nación, mediante las cuales y
bajo la vigilancia de la sagrada Jerarquía, se provea
suficientemente a la conveniente previsión y asistencia
sanitaria y a la decorosa sustentación de los clérigos que
padecen enfermedad, falta de salud o vejez.

Es de la competencia de la Comisión encargada de la


revisión del Código de Derecho Canónico definir las
150 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

normas según las cuales se ha de proceder a la


constitución, en cada una de las diócesis o regiones, de
un fondo común, del que puedan servirse los Obispos
para satisfacer otras obligaciones contraídas hacia
personas que sirven a la Iglesia y remediar otras
necesidades de la diócesis, y del que puedan servirse las
diócesis más ricas para ayudar a las más necesitadas» (n.
8).

El Código de Derecho de 1983 hace referencia en el


canon 281 §2 al cuidado de los clérigos dedicados al
ministerio eclesiástico para que gocen de la asistencia
social mediante la que se provea adecuadamente a sus
necesidades en caso de enfermedad, invalidez y vejez.
Además, el canon 1274 §2 establece que se incluya al
clero en el sistema público de seguridad, o según los
casos, sean las mismas Conferencias Episcopales las
que generen instituciones que provean suficientemente
la seguridad social de los clérigos 16.
En relación con los institutos religiosos,
salvaguardando los casos particulares u otras
circunstancias, también se ha de insistir en que se
lleven a cabo de la mejor forma, no solamente la
subsistencia cotidiana, sino también los cuidados en
caso de enfermedad. Velasio de Paolis, señala que la
vida económica moderna ha provocado también
diversos cambios en las costumbres de los religiosos.
Hoy se habla de pensiones, de subsidios, de seguros,
etc., y los motivos por los cuales un religioso accede a
ellos pueden ser diversos: por el trabajo prestado, por

16
Cf. M. VIDAL GALLARDO, «Jubilación del clero diocesano y titularidad de
oficios eclesiásticos», 239-257.
CASAS DE SALUD INTEGRAL 151

donaciones, por herencias, pero también por el simple


hecho de ser ancianos o enfermos.
En este sentido es muy importante que cada
comunidad haga también un discernimiento sobre lo
que mejor convenga a sus miembros. Las religiosas
tienen que encontrar, ante todo en su comunidad, el
sustento y la seguridad de los cuidados en caso de
enfermedad 17. Ahora bien, si hubiera modalidades que
mejor convengan, ténganse en cuenta que la salud es
un aspecto que reclama atención y exige que se tomen
las decisiones pertinentes al respecto. No hay que caer
en la tentación de la indiferencia, de dejarlo todo en las
manos de Dios y mucho menos hacer oídos sordos a
las voces que pidan ayuda y solidaridad bien
justificada. Sacerdotes y religiosas habremos de actuar
siempre con buena voluntad y más en cuestiones de
solidaridad. Y más bien es triste constatar actitudes de
reclamos y no de agradecimientos hacia la comunidad
eclesial; actitudes de exigencias ilimitadas y no más
bien propuestas para conservar la solidaridad y la
comunión.
Entre las iniciativas para los cuidados de salud y de
ancianidad de las religiosas, está una de Estados
Unidos. Aunque hay que reconocer que es una nación
muy diferente a México y muchas otras, a veces se
pueden tomar algunas cosas como ejemplo o al menos
de lo que se podría o no hacer. Allí existe una oficina
encargada de promover un Fondo para la Jubilación de

17
Cf. V. DE PAOLIS, La vida consagrada en la Iglesia, 346-348.
152 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

Religiosos, y da la siguiente información sobre lo que


se está trabajando 18.
En 1988, los obispos católicos de los Estados
Unidos lanzaron el Fondo para la Jubilación de
Religiosos (RFR, sigla en inglés) para responder a la
preocupante falta de fondos que los hermanos,
hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas requieren.
Durante la mayor parte de su vida, los religiosos
ancianos trabajaron recibiendo escasos salarios o
ninguno. No tenían planes ni pensiones.
Las comunidades religiosas tienen la
responsabilidad financiera del sustento y atención de
todos los miembros. Los ingresos, las ganancias y los
gastos se manejan en forma independiente a la
parroquia y demás estructuras diocesanas de la Iglesia
Católica.
La escasez en los fondos se ve agravada por los
costos en aumento de la atención médica y los ingresos
reducidos. Y, a medida que más religiosos vayan
alcanzando la edad de jubilación y dejen el ministerio
compensado, los ingresos se irán reduciendo mientras
que las necesidades de atención aumentarán.
Para el año 2027 se proyecta que los religiosos
mayores de 70 años superarán en número a los
religiosos menores de 70 en una proporción mayor de
tres a uno. Hay más de 32 mil religiosos mayores de 70
viviendo en Estados Unidos. En 2016, el costo anual
promedio para su atención fue superior a 42 mil
dólares por persona.

18
Cf. HERMANA S. SCHORSTEN, HM, Directora ejecutiva interina. National
Religious Retirement Office. Más información en https://retiredreligious.org
/stories-news/campaign-material/.../rfr17_facts_spn/
CASAS DE SALUD INTEGRAL 153

Desde 2009 el costo anual para mantener a las


religiosas y religiosos ancianos ha superado $1 mil
millones. En 2016, el 67 por ciento de las comunidades
religiosas que aportan datos a la Oficina Nacional de
Jubilación de Religiosos (NRRO, sigla en inglés) tenía
una edad promedio de 70 o más. El beneficio anual
promedio del Seguro Social para un religioso es de
6,116.22 dólares, mientras que el beneficiario
estadounidense promedio recibe 16,321.56 dólares.
Los católicos en Estados Unidos han donado más de
$816 millones al RFR desde la primera petición.
Aproximadamente el 94 por ciento de los donativos a
RFR ayudan a los religiosos mayores, y el resto se
utiliza para promover la petición.
Desde 1989, más de 775 millones de dólares se han
distribuido para sustentar la atención diaria de
hermanos, hermanas y sacerdotes de órdenes religiosas
ancianos. Unos 91 millones de dólares adicionales se
han distribuido para proyectos de autoayuda iniciados
por comunidades religiosas, incluidas las instalaciones
de atención médica colaborativa.
Además de la asistencia financiera directa, los
ingresos de la petición anual garantizan los programas
educativos, los servicios y los recursos que permiten
que las comunidades religiosas evalúen y se preparen
para las necesidades de jubilación a largo plazo.
El respaldo del Fondo para la Jubilación de
Religiosos ayuda a las comunidades religiosas a cuidar
a los miembros ancianos mientras continúan sus
importantes ministerios para el Pueblo de Dios.
Si se dirige la mirada a Italia, hay una iniciativa que
también puede ser útil para continuar mejorando la
154 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

atención a quien lo necesite. La USMI (Unione


Superiore Maggiori d’Italia), además de atender el
aspecto económico, ofreció en el 2016 una propuesta
formativa para las religiosas responsables de
comunidades con hermanas ancianas 19. Esto es muy
interesante, porque ahora sacerdotes y religiosas,
especialmente quien vaya a colaborar en las Casas de
Salud Integral o en ámbitos relacionados con la salud
de sus hermanos y hermanas, tiene que recibir una
preparación especial.
Los objetivos de esta propuesta eran ofrecer en una
óptica intercongregacional, a las hermanas religiosas
responsables de servicios de animación y atención de
las religiosas ancianas, una oportunidad de encuentro y
discernimiento. También se querían proponer
reflexiones y promover buenas prácticas en el ámbito
de la atención y de la gestión de los cambios en la
organización de las comunidades para la atención de
las religiosas ancianas.
Los contenidos propuestos fueron: la relación
interpersonal con la religiosa anciana; la centralidad de
la persona, las necesidades y las expectativas de las
religiosas ancianas, el proyecto personalizado y la
labor de equipo; el acompañamiento de la religiosa
anciana en una actitud de proximidad y la imagen de la
comunidad como “casa abierta” y no como “casa de
reposo basada en el modelo de un hospital”; modelos
organizativos de las comunidades para la atención de
las religiosas ancianas; escenarios futuros y
perspectivas para la atención de las religiosas ancianas;
19
Cf. La página web de USMI http://lnx.usminazionale.it/usminazionale/
[Consultado 10.01.18]
CASAS DE SALUD INTEGRAL 155

análisis de las experiencias de animación y de atención


de las religiosas ancianas de las congregaciones
participantes en el recorrido formativo.
Quizá lo más valioso de esta iniciativa sea la de
establecer una formación para la salud integral. En este
caso, ya no se trata sólo de educar para vivir una vida
saludable, sino de aprender a atender las necesidades
de salud de los hermanos y hermanas.
Concluyendo, se puede decir que toda la comunidad
presbiteral o de vida religiosa está implicada en un
proceso formativo de atención a quien lo necesita. En
estos momentos es difícil permanecer indiferente ante
las necesidades que se van presentando. Quizá en
muchos casos no se intervenga directamente en el
cuidado de otro hermano o hermana, pero sí hay
muchas cosas por hacer: discernir diversas situaciones,
aconsejar para tomar decisiones, administrar de la
mejor manera los bienes, estudiar las tendencias y
megatendencias en materia de salud, acompañar en
cercanía y fidelidad a quien sufre, ofrecer las propias
actividades por la salud de los enfermos, y sobre todo,
orar mucho por ellos.
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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................ 1
SALUD ESPIRITUAL ..................................................... 5
1. Contar bien nuestros días.......................................... 5
2. Crecer en salud y espiritualidad ............................. 10
3. San Agustín y la salud espiritual ............................ 17
4. Importancia de la vida espiritual para la salud ....... 20
SALUD FÍSICA .............................................................. 25
1. La salud de Naamán ............................................... 25
2. La salud dentro de la Dimensión humana .............. 29
3. Educación en el cuidado de la salud ....................... 31
SALUD INTEGRAL ...................................................... 39
1. Buscar el agua viva ................................................. 40
2. Al partir el pan ........................................................ 47
3. Conocimiento y reconciliación ............................... 52
4. Áreas de oportunidad .............................................. 60
4.1 La fatiga por el Reino de los cielos...................... 60
4.2 Un sano narcisismo .............................................. 61
4.3 Salud emocional y afectiva .................................. 65
164 SALUD: MINISTERIO SACERDOTAL Y VIDA RELIGIOSA

4.4 Manifestaciones de buena salud integral ............. 73


4.5 La tarea de la comunidad ..................................... 77
4.6 Equipo interdisciplinar ......................................... 80
5. Cuestionario de Salud General ............................... 83
SALUD CULTURAL ..................................................... 87
1. La lectura ................................................................ 87
2. La música ................................................................ 92
3. La Creatividad ........................................................ 95
CASAS DE SALUD INTEGRAL .................................. 97
1. La casa de Onesíforo .............................................. 97
2. Las casas sacerdotales y de religiosas .................. 100
2.1 La preocupación de la Iglesia ............................ 100
2.2 Algunas propuestas de actualidad ...................... 107
2.3 Retiro, pensiones, y otras situaciones ................ 145
BIBLIOGRAFÍA .......................................................... 157
ÍNDICE .......................................................................... 163
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Mayor
de Durango

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