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Importancia

del tratamiento en obesidad y sobrepeso.


Definición:
• Estado de salud anormal con un exceso de grasa corporal.
• Es la condición en la que un exceso de grasa se ha acumulado en los tejidos subcutáneos
del cuerpo.
• Obesidad: Persona que supera en un 20% el peso recomendado para su altura y
constitución.

Estadísticas:
Es un problema sanitario de primera magnitud. Según la OMS, será una verdadera epidemia
sanitaria en el siglo XXI. Actualmente, México ocupa el segundo lugar de prevalencia mundial de
obesidad en la población adulta (74 %). Hasta el año 2012, 26 millones de adultos mexicanos
tenían sobrepeso y 22 millones, obesidad. En la actualidad 74% de los adultos mexicanos padece
esta condición, con una prevalencia ligeramente elevada en las mujeres.

Clasificación de acuerdo a la distribución de la grasa:


• Androide: Predominio del tejido adiposo en la mitad superior del cuerpo; cuello, hombros,
sector superior del abdomen. Riesgo de desarrollar Diabetes tipo 2, ateroesclerosis,
hiperuricemia e hiperlipidemia; consecuencia directa del estado de insulinoresistencia.

• Ginecoide: Presenta adiposidad en glúteos, caderas, muslos y mitad inferior del cuerpo. Al
contrario de lo que sucede en la obesidad androide, y pese a que la obesidad
ginecoide también presenta riesgos para la salud, se la considera menos peligrosa. La
grasa en este tipo de obesidad es más estable y, por tanto, no trae consigo tantos riesgos
cardiovasculares ni probabilidades de sufrir enfermedades metabólicas y crónicas. Esto,
sin embargo, también tiene su lado negativo: el tejido graso, al ser menos activo, cuesta
más de ser eliminado.

Etiología:
Modificaciones en el estilo de vida, factores genéticos (gen OB), eventos socioculturales, factores
endócrinos (desequilibrio hormonal), hábitos alimentarios, factores psicológicos (perturbaciones
emocionales generan sobrealimentación): Ansiedad, culpa, frustración, depresión, sentimiento de
rechazo, vulnerabilidad, TCA-atracón, estilo de vida (actividad física, fármacos).

Los individuos con bulimia nerviosa se encuentran normalmente dentro del margen de peso
considerado normal, a pesar de que algunos presentan ligeras desviaciones por encima o por
debajo de la normalidad. El trastorno puede aparecer en individuos con obesidad moderada y
mórbida. Algunos datos sugieren que, antes de presentar el trastorno, los sujetos tienen más
probabilidad de mostrar sobrepeso que la gente sana.

Metabolismo de las grasas


El adipocito es la célula de nuestro cuerpo responsable de almacenar la grasa. La grasa
almacenada dentro de los adipocitos se acumula en forma de gotas lipídicas que se funden para
formar una vesícula única que ocupa y distiende la mayor parte de la célula. La grasa almacenada
dentro de los adipocitos se obtiene de tres fuentes: Grasa de la dieta que circula en la sangre,
triglicéridos sintetizados en el hígado y transportados por la sangre y triglicéridos sintetizados a
partir de la glucosa dentro de los mismos.
El ritmo de depósito y de utilización de grasas dentro del tejido adiposo está determinado por el
balance: ingesta de la dieta --- gasto energético.
Las principales hormonas responsables del crecimiento del tejido adiposo son la insulina y las
hormonas femeninas (17-B-estradiol).
Las personas con obesidad presentan un exceso en el número total de células grasas. La
incontrolada proliferación es debida a la existencia de clones de células precursoras con una
capacidad aumentada para multiplicarse y diferenciarse. Poseen una mayor capacidad de trabajo,
incorporan más lípidos del torrente sanguíneo que las células de una persona sin obesidad.

Tratamiento:
• Es necesario tratar adecuadamente las enfermedades subyacentes, si existen.

• Ajustes en la dieta. Su objetivo es lograr un balance calórico negativo.


• Adecuado programa de ejercicios.
• Quirúrgico.
• Farmacológico.
Si tenemos en cuenta que la obesidad es el resultado de un balance energético negativo, es
decir, ingesta calórica por encima de las necesidades, las dietas hipocalóricas pretenden
conseguir que la ingesta de calorías sea menor que las calorías consumidas. Es importante que
la pérdida de peso se produzca de una manera gradual, para favorecer el reajuste metabólico
que permitirá, una vez finalizada la dieta, que sea más fácil mantener el peso
Las dietas hipocalóricas deben contener entre 1200 y 1700 kcals diarias, de lo contrario, son
deficitarias en vitaminas y minerales.

Paciente con sobrepeso: reducir hasta un 50%. Paciente con obesidad: reducción hasta del
70%.

La pérdida de peso no debe exceder de 1 a 1.3 kg por semana, aunque la primera semana sea
mayor debido a la pérdida de agua que supone cuando los depósitos de glucógeno se reducen,
esta reducción de peso debe ser fundamentalmente a expensas de grasa.

Debido a que la pérdida de peso siempre se acompaña de una degradación proteica inevitable, es
importante que el aporte de proteínas sea algo superior a las cantidades recomendadas para una
dieta equilibrada.

Los carbohidratos son los nutrientes que más se limitan en dietas para adelgazar. Éstos deben
estar presentes en la dieta de un 50 a 60 % del requerimiento total.

La reducción de calorías se hará también disminuyendo el aporte de grasas, aunque no todas las
grasas van a ser tratadas de la misma manera. Algunas de las recomendaciones para reducir las
grasas de la dieta son: limitar aquellos alimentos con un alto contenido en grasas saturadas
(vísceras, embutidos, carnes de cordero, quesos madurados, lácteos enteros, panadería industrial)
y asegurar el aporte de ácidos grasos esenciales, como los omegas 3 y 6, presentes en pescados y
oleaginosas.

Las vitaminas serán aportadas a través de los alimentos, y una manera de asegurar estos
nutrientes consiste en realizar una dieta no sólo equilibrada, hipocalórica, sino también variada,
que no sea monótona; mucho tiene que ver la preparación y presentación de los alimentos.

La dieta será el eje principal para lograr una reducción de peso, pero debe estar acompañada de
actividad física. El objetivo que se pretende es el de mantener el tono muscular y aumentar el
gasto energético.

Recomendaciones
Realizar varias comidas al día, tres fuertes y algunas colaciones, planificar los menús
semanalmente, concretando alimentos que va a ingerir el paciente, lo más variados posibles,
comer despacio, masticando lentamente y sin prisas, beber suficiente agua, evitar técnicas de
cocción en las que haya mucho aceite, evitar aporte de calorías carentes de valor nutritivo,
proporcionar alternativas de comida para momentos en que se presente mucha hambre o
ansiedad fuera de las comidas acordadas.

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