El dengue, la minería, la inter-oceánica y el calentamiento global
Por: Augusto J. Mulanovich
En 1992 pise por primera vez Puerto Maldonado, capital de la región de Madre de Dios, donde encontré una ciudad cuyos pobladores se dedicaban a la recolección de castaña, pesca, extracción de madera, agricultura, ganadería, lavado de oro, y un pequeño porcentaje al ecoturismo. En ese entonces, el desastre ambiental de Huaypetue se sentía lejos, el precio del oro era menos atractivo y la contaminación de mercurio no llegaba a los peligrosos niveles actuales. Hoy, todos los peces carnívoros y de consumo humano, como los grandes bagres (zungaro, mota, doncella) y otros peces de gran potencial para la pesca deportiva como la dientuda “chambira”, están contaminados con concentraciones superiores a las recomendadas a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según recientes estudios de la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU o EPA, no solo los peces de Madre de Dios están contaminados con mercurio, también está el aire que respiramos. Los mineros, venden su oro en tiendas especiales localizadas en diversas calles de Puerto Maldonado, esto no tendría ningún efecto negativo a la salud local sino no fuera por el hecho de que el oro que llevan a las tiendas todavía tiene rastros de mercurio, el cual es liberado al hacer un re quemado o rehogado del oro con mercurio sin ningún tipo de extractor. Nuevamente, se han reportados niveles de contaminación sobre los recomendados por la OMS, a varias cuadras de distancia de las tiendas y sobre el mercado modelo. La minería informal no solo viene contaminando con mercurio a los hombre, la flora y la fauna de Madre de Dios, sino que además es responsable de la deforestación de más de 2 mil hectáreas en los últimos 3 años, dejando detrás cráteres lunares y aguas contaminadas de color oscuro, privando a las poblaciones asentadas a lo largo de la flamante asfaltada carretera inter oceánica sur de agua limpia. Todo este desastre es observable a simple vista desde la carretera.
Esta nueva marea de gente, que ha venido de los
andes y otras regiones del país con la esperanza de salir de pobreza, han fundado pequeños pueblos mineros a lo largo de la carretera donde se puede encontrar ferreterías, restaurantes, talleres de reparación, puestos de venta de gasolina y prostibares. Esta nueva migración impulsada por los altos precios del oro y la reciente accesibilidad dada por el asfaltado de la interoceánica, combinado con una precaria forma de vida y las altas temperaturas causadas por el calentamiento global, hacen de Puerto Maldonado el perfecto caldo de cultivo para las enfermedades infecto contagiosas. En los últimos meses una plaga de dengue viene azotando Madre de Dios; se dice que ya son más de mil casos (más del el 1% de la población actual). Mi esposa, mi hija de dos años y yo caímos con dengue hace unos meses. En la oficina donde trabajo ya ha habido como 10 casos y nos hemos visto forzados ha cerrar la oficina para realizar una fuerte fumigación. El dengue es una
Minería ilegal en Madre de Dios. Foto: Enrique Ortiz
enfermedad viral, transmitida por el mosquito Aedes aegypti que pones sus huevos en depósitos de aguas claras. Como enfermedad viral, no hay mucho que hacer, bajar las altas fiebres con panadol y reposar. Sin embargo, esta enfermedad puede ser muy peligrosa y ya se han reportado algunos casos de muertes en Madre de Dios. Hace unos días, el famoso surfista Andy Irons (de 32 años y varias veces campeón mundial) murió de un dengue que contrajo en Puerto Rico, ejemplo de que el dengue puede matar hasta los más fuertes. Cuando viví en Puerto Maldonado entre 1996 y el 2002, había una publicidad en la TV del Ministerio de Salud donde una voz tétrica de fondo decía literalmente “el dengue mata”, para luego ser acompañada de una canción disco de los 70s llamada “disco inferno”, recuerdo bien el comercial por lo bizarro y la risa que me causaba. Durante esos 6 años que viví en la región, no conocí ningún caso de dengue, y recuerdo también las campañas de fumigación que hacia el ministerio. Hoy, se pueden ver las colas de gente que se va hacer el despistaje de dengue, pero no se ve a los fumigadores por ningún lado. Todo indica que la pavimentación de la carretera interoceánica, promesa de desarrollo regional, viene trayendo migración descontrolada, contaminación ambiental y dengue. Se dice que el ecoturismo se ha incrementado notablemente en la región, pero no necesariamente debido al asfaltado de la carretera (la mayoría de los turistas llegan por avión), sino al esfuerzo de varios osados empresarios y una acertada política de concesiones para ecoturismo. Por el momento la carretera esta atrayendo algunas inversiones en manejo forestal sostenible y servicios ambientales, pero en general, los beneficios de esta nueva carretera están por verse. Por otro lado, los servicios que brinda el Estado y el sector privado en salud, educación, seguridad y justicia, telecomunicaciones, etc, son totalmente deficientes. No hay médicos especialistas en Es Salud, la atención es de muy mala calidad, los celulares colapsan a cada rato, los delitos ambientales son constantes y la delincuencia se ha incrementado notablemente, sacar tu DNI en la RENIEC puede tomar todo el día en colas y son frecuentes los cortes de luz y agua, por mencionar algunos ejemplos. Puerto Maldonado parece ser la única capital de región que todavía no tiene banda ancha y navegar en internet es más lento que una tortuga coja. Para que la pavimentación de carretera interoceánica tenga los efectos positivos que deseamos, tiene que venir acompañada de una inversión mucho mayor en servicios básicos, junto con políticas que propicien el desarrollo sostenible y un incremento significativo en la presencia y control del Estado sobre las actividades ilegales no sostenibles. Se espera la próxima visita de Alan y Lula para la inauguración del puente Billingurst sobre el rio Madre de Dios, el cual unirá por primera vez por una vía totalmente asfaltada el Atlántico con el Pacifico. Una recomendación para Alan y Lula, no se quede muchos días en Puerto Maldonado, no les vaya a dar dengue.