Sunteți pe pagina 1din 16

vestigación

e625

RENUEVO ESPIRITUAL
MÁS QUE UNA TRANSFORMACIÓN INTERIOR
P O R F E R A L T A R E

W W W. E 625. CO M /E625COM
IN

Un importante paso hacia


la renovación interior sería
abandonar el auto engaño de
que nuestra realidad espiritual
es solo la que proyectamos.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
¿Existe la fórmula infalible para mantener siempre al tope la
plenitud de Dios en nuestras vidas? ¿Hay grupos cristianos
que últimamente han descubierto algo clave que el resto
todavía se está perdiendo? ¿Ciertas actividades o prácticas
espirituales directamente han caducado y necesariamente
deben dar lugar a otras en la actualidad? ¿Todo lo que sue-
ne a conservador es malo y todo lo que diga ser renovado es
bueno? No faltará por supuesto quien tenga respuestas ca-
tegóricamente afirmativas para estas y otras preguntas simi-
lares, en mi caso prefiero declararme un caminante que en
su peregrinar diario sigue buscando conocer más a un Ser
infinitamente inabarcable, incluso a veces con más pregun-
tas que respuestas.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN

El solo hecho de mencionar la expresión «renovación espiritual» hace que inmediatamente y casi sin decidirlo se disparen dentro
nuestro distintas asociaciones mentales. Algunos pensarán en poderosos y evidentes fenómenos espirituales que se dieron en épocas
y lugares determinados, comúnmente conocidos como «avivamientos»; otros recordarán fuertes cambios que sacudieron la liturgia y
las costumbres de algunas iglesias o denominaciones; estarán quienes lo relacionen con nuevos paradigmas doctrinales, reformas en
la alabanza y la adoración, el recuerdo puntual de algún suceso personal o también por qué no, quizás venga a nuestra mente la pu-
blicidad de diversos eventos cuyos organizadores prometen a los asistentes que sus vidas jamás volverán a ser las mismas. De hecho
un tema como este podría abordarse desde múltiples ángulos pero te invito a que dejemos de lado por un momento las realidades de
nuestros grupos e iglesias para dedicarnos a pensar en nuestra propia espiritualidad personal y su posible renovación.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
El diagnóstico
Si por una de esas «casualidades» suele pasarte a veces que por tener que ocuparte de acompañar espiritualmente a tus jóvenes,
gran parte de tu contacto con Dios termina girando en torno a ellos y tu comunión con Él queda un poco relegada, entonces
debo decirte: ¡Bienvenido al club de los que luchamos con eso! Cuántas veces nos pasa que vamos a la Biblia mayormente para en-
contrar aquello de lo que vamos a hablar en alguna reunión y no para nuestro alimento individual, oramos principalmente por las
actividades de nuestro ministerio y poco y nada por nuestra propia vida, usamos muchas neuronas y energías en pensar y diagramar
procesos sabios y coherentes para el crecimiento y desarrollo espiritual de nuestros discípulos pero ni nos acordamos del nuestro, es-
tamos realmente pendientes de los cambios necesarios que muestren el obrar de Dios en la vida de otros pero no tenemos esa ex-
pectativa al mirarnos en el espejo.

Si a esto le sumamos las presiones y obligaciones cotidianas de las otras áreas de nuestra vida, el combo que atenta contra el cuida-
do de nuestra vida interior se hace más potente aun, y de repente un día descubrimos en el medio de la vorágine que nos propone
nuestra agenda que ya no sentimos lo mismo. Puede haber frutos o no, las metas pueden cumplirse en mayor o en menor medida,
pero el hecho es que nos sorprendemos a nosotros mismos hablando, predicando y enseñando acerca de un Dios que ya no senti-
mos tan cercano. Es triste asumirlo, pero puede sucedernos que mientras por fuera nuestro ministerio público está rodeado de pa-
sión, acción y avance, al mismo tiempo quizás nuestra relación privada con Dios atraviesa una época de frialdad, ausencias, posterga-
ciones y un estancamiento que empieza lentamente a traer sus primeras consecuencias por distintas vías.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
Puede haber frutos o no, las metas pueden cumplirse en mayor
o en menor medida, pero el hecho es que nos sorprendemos a
nosotros mismos hablando, predicando y enseñando acerca de
un Dios que ya no sentimos tan cercano.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN

La soledad
El notorio aislamiento y soledad en el marco íntimo donde se toman las
decisiones más importantes y la marcada ausencia de personas a las cua-
les rendir cuentas, viene haciendo estragos en la vida y en el ministerio
de muchos líderes. No importa cuántas personas tenga alrededor, cuán
grande sea mi equipo de trabajo, a cuántas multitudes ministre o cuántos
miles de personas me vivan halagando; precisamente me refiero a lo con-
trario, a un grupo minúsculo que me conoce muy bien detrás de escena
y que puede hacerme observaciones y críticas constructivas para mejorar
rumbos torcidos.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
Necesitamos ser mentoreados, aconsejados y al menos alguien Lamentablemente viene costando mucho revertir esta tenden-
debe velar por cómo nos está yendo espiritualmente en lo pri- cia en el liderazgo, porque se da automáticamente por defecto,
vado. Necesitamos escuchar de la boca adecuada preguntas es decir que si no hacemos nada al respecto con seguridad su-
incómodas, de esas que tienen que ver con nuestra intimidad cederá. Y aunque duele decirlo, el contexto a veces no ayuda ya
más reservada y que a la vez son las que definen esa integridad que algunos líderes que admiramos y por quienes nos sentimos
que nos mantendrá de pie frente al resto. Al menos una perso- inspirados no nos vienen dando un buen ejemplo en este senti-
na debe ocupar este rol en nuestras vidas y no debe ser nuestro do. No hace falta que te diga que grandes caídas, escándalos y
cónyuge porque tranquilamente podríamos caer ambos en la decepciones que ha sufrido el cuerpo de Cristo al descubrir de
misma trampa de hermetismo nocivo. La soledad en el lideraz- manera grotesca la humanidad y fragilidad de sus referentes, po-
go hace que nadie me pregunte cómo viene mi vida de oración drían haberse evitado si alguien cercano hubiera percibido esas
esta semana, o qué pasaje de la Biblia me viene cautivando en cuestiones a tiempo. Seamos parte de un cambio y de un nuevo
estos últimos días, o qué tentaciones o ideas raras están gol- tiempo que nos refresque a nosotros y bendiga a toda la iglesia.
peando la puerta de mi imaginación últimamente, etc. Un importante paso hacia la renovación interior sería abandonar
el auto engaño de que nuestra realidad espiritual es solo la que
proyectamos.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
La rutina
Cierta dinámica de nuestra relación con Dios es en parte semejante a otro tipo de relaciones como puede ser por ejemplo la del
matrimonio. A medida que pasan los años una pareja estará en serios problemas si no encuentra alternativas para no caer en la
rutina absoluta. Si necesitamos abordar este tema es porque muchos líderes necesitan renovar una comunión con Dios que len-
tamente y sin querer puede haber ido resbalando hacia el terreno de lo monótono, predecible, desapasionado y hasta religioso,
produciendo así un desgaste esperable en la relación.

Un sano consejo para esposos podría ser que ambos busquen compartir juntos tiempos de calidad. Ahora lo que nadie jamás
podría decirme exactamente es haciendo qué cosas mi esposa y yo realmente vamos a disfrutar, porque no hay dos parejas
iguales y además porque no todos disfrutamos hacer las mismas cosas. Lo importante es que haciendo lo que sea nos sintamos
conectados y fortalezcamos nuestra relación. Si es saliendo a cenar, caminando juntos por el parque, mirando películas o to-
mando café, ya será un tema nuestro que tendrá más que ver con nuestros gustos personales, con nuestras posibilidades y con
nuestras preferencias en este momento de nuestras vidas. ¿Dónde está escrito lo que mi esposa y yo tenemos que hacer? Mu-
cho menos qué día y a qué hora.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
La estandarización
Creo que uno de los problemas de nuestros tiempos devocionales es la fuerte estan-
darización que nos viene dada de algún lado. ¿Cómo debe ser nuestro tiempo de
contacto personal con Dios según la Biblia? Si somos honestos deberemos reconocer
que como en muchas de las cosas que se nos pide en la Palabra de Dios, aparece muy
claro el «qué» pero no hay muchos detalles acerca del «cómo». No creo que tengamos
problemas en coincidir en que diariamente necesitamos conversar con Dios, entién-
dase por conversar al hecho de pasar tiempo hablando con Él y escuchándolo a Él,
básicamente en eso consiste la esencia de la oración y de la lectura de la Biblia. ¿Cómo
hacerlo y en qué lugar? Es aquí precisamente donde se abre un panorama clave y muy
interesante que puede llevarnos silenciosamente hacia el letargo o por el contrario
puede ser una oportunidad para revitalizar lo nuestro con Dios trayendo frescura a una
relación un tanto apagada.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
Los detalles
Si sentimos que nuestros momentos con Dios han entrado en una zona un tanto desértica, quizás sea el momento de darle un giro a
eso que hacemos cuando nos detenemos a estar con Él. Podemos cambiar de lugar o de posición de tanto en tanto. Descubramos qué
pequeños detalles le pueden dar un condimento especial a nuestra cita con Dios. Somos tan distintos unos de otros y a su vez pasamos
por etapas tan diferentes en nuestra propia vida, que por momentos algunos elementos pueden estar totalmente de sobra, y en otros
pueden ser de una ayuda muy motivadora. En ocasiones querremos tener algo para anotar, algo para beber mientras tanto, una música
que nos eleve, algún apoyo literario, una buena vista o lo que fuera; mientras que en otros casos solo desearemos no tener ningún ele-
mento en las manos. Quizás a veces nos conectemos con el cielo de una manera muy poderosa caminando, trotando, conduciendo o
simplemente mirando la naturaleza. Como en el matrimonio, nadie podrá indicarte cuál es la manera que en este momento de tu vida
te acerca más a Dios.

Del mismo modo en el que solemos necesitar movernos buscando una mejor área de conexión para nuestros dispositivos, salgamos de
la pasividad y busquemos en la práctica qué nos conecta mejor con nuestro Creador. No estoy hablando de inventar algo necesariamen-
te inédito o excéntrico, tampoco sirve querer imitar lo que hacen otros; se trata más bien de encontrar el mejor momento y espacio para
comunicarnos con Dios de una forma disfrutable.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN
La hora
Y hablando de encontrar el mejor momento es oportuno recordar que no encontramos en la Biblia una indicación certera y específica
acerca de cuál sea el horario del día en el que tenemos que encontrarnos con el Señor. Sí tenemos algunas referencias de personajes
bíblicos como David que en el Salmo 5 expresa que buscará a Dios muy temprano. No sabemos si esta fue una costumbre circunstan-
cial o permanente en su vida, lo que sí queda claro es que esta fue su experiencia. Pero yo no soy el rey David, ni mi pastor, ni mi vecino;
y dado que las Escrituras no me dicen lo contrario, debo encontrar el momento del día más propicio para mi realidad. Una realidad que
está condicionada por mi trabajo, mi familia, mis obligaciones, los espacios físicos de mi casa, los horarios de quienes viven conmigo y la
manera en la que funciono internamente.

Algunos al amanecer están en el momento de mayor lucidez intelectual y espiritual. Otros alcanzan ese estado a medida que la jornada
va transcurriendo, mientras que otros, no por eso menos espirituales, son más noctámbulos y prefieren estudiar, pensar y meditar por la
noche. Nadie está en condiciones de decretar en qué momento del día estamos más abiertos, dispuestos, atentos y con el mejor cora-
zón para disfrutar a Dios y ofrecerle lo mejor de nosotros. Si lo hacemos de mañana está muy bien. Y si nos funciona mejor a otra hora,
hagámoslo en otro momento sin pensar por ello que será un tiempo de inferior calidad. La muy buena noticia es que nuestro Señor está
bien despierto, listo, atento y deseoso de juntarse con nosotros durante las 24 horas de cada jornada. A la cita la fijamos nosotros.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
IN Las «vidas»
Si esto nos suena a cristianismo «light» o a herejía, es porque nos estamos imaginando que si
no tenemos nuestro devocional a la mañana saldremos a vivir el día sin siquiera haber orado.
Pero nadie está hablando de eso. Una clara tendencia peligrosa que tenemos los cristianos es
la de dividir nuestra vida a su vez en varias vidas. Decimos tener nuestra vida laboral, otra fa-
miliar, otra social (la lista podría seguir), y finalmente también tenemos una vida espiritual. En
esta última incluimos el tiempo que pasamos con Dios, la asistencia a la iglesia, los espacios
de servicio, etc. Algo así como un pequeño botón en el que hay que activar el «modo vida es-
piritual» cada vez que vamos a realizar alguna actividad relacionada al tema. Dios no nos mira
según esta segmentación exagerada, Él nos ve como una sola pieza con una sola vida, vida
que quiere impregnar y atravesar con su presencia durante la totalidad del día. Cuando nos
pide que oremos sin cesar, nos trata de decir por ejemplo que no necesitamos organizar ofi-
cialmente un acto devocional para abrir los ojos cada amanecer e instantáneamente agrade-
cerle por estar vivos, encomendar sinceramente nuestro día y nuestras actividades en sus ma-
nos. Que independientemente del momento que elijamos para estar a solas con Él, podemos
y debemos literalmente caminar con Él, trabajar con Él, jugar con Él, reír y llorar con Él, etc.
IN
El Test
¿Te gustaría hacer un pequeño test acerca de cómo está tu espiri-
tualidad? ¿Acaso existe un cuestionario que arroje una calificación
respecto de cuán lleno de Dios puede estar uno? La Biblia que es
el espejo por excelencia, nos dice cuál es la evidencia externa de lo
que internamente está pasando en una vida, y a diferencia de lo que
muchos piensan, no se trata de grandilocuentes hechos sobrena-
turales. Pablo dice en Gálatas 5:22-23 que el resultado del obrar del
Espíritu Santo en alguien es que mientras camina contagia: amor,
alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y
dominio propio. En realidad, si bien se trata de cosas cotidianas no
deja de ser sobrenatural el andar por la vida irradiando estas virtu-
des. ¿Qué imagen te devuelve el espejo?
IN

La Conclusión
invitación del Amo del universo a que lo busquemos, se termina transformando en la pista principal para no caer en el des-
gaste repetitivo que propone la religión. Convirtámonos en verdaderos y apasionados buscadores suyos. Dios no cataloga a
ciertas prácticas o dinámicas espirituales como viejas o nuevas, tradicionales o modernas; lo único importante es si a través de
ellas logramos acercarnos a Él de una manera propicia para nuestra realidad hoy. Él quiere sentarse a cenar contigo (Ap. 3:20)
tiene muchas ganas de escucharte y también de hablarte, por eso será importante que la oración sea un diálogo franco de
ida y vuelta y no tan solo un monólogo en el que tu voz sea la única que se escuche. Probablemente a la renovación espiritual
no la encuentres en un evento internacional o en la impartición de un gran ministro de Dios, quizás esté en tu cuarto, en tu
vehículo o en la caminata a tu trabajo.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM
vestigación
e625

No avances solo, permite que personas sabias y


maduras tengan acceso a tu corazón. Eso no te
quitará autoridad, todo lo contrario. Si te dejas
ayudar estarás en perfectas condiciones de
ayudar no solo a tus jóvenes sino también a un
mundo que sigue clamando desesperado por
gente que desparrame el auténtico fruto del
Espíritu Santo por las calles de tu ciudad.

W W W. E 6 25. CO M /E625COM

S-ar putea să vă placă și