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FILIAL ILAVE
TRABAJO ENCARGADO
PRESENTADO POR:
ILAVE-PUNO-PERU
2017
DEDICATORIA
El sentido común considera que aquello que se prueba son hechos; mientras
que el sentido jurídico, respaldado por la lógica, asevera que lo que se prueba
son afirmaciones sobre los hechos. La idea de prueba del sentido común está
muy difundida, tanto que muchos secretarios, abogados y algunos magistrados
lo usan sin preocuparse incluso por penetrar en sus implicancias jurídicas. En el
subtítulo “Nuevos aportes para una Doctrina sobre el valor probatorio de la
conducta procesal de las partes”, Jorge Peyrano dice: Como se sabe toda prueba
no es más que un modo de confirmar la existencia de los hechos afirmados por
las partes. A todas luces, el comportamiento de los litigantes no viene a confirmar
tal o cual hecho. Su relevancia para la suerte del pleito es otra: ejerce influencia
sobre el ánimo del juzgador, contribuyendo a formar su convicción. Se trata,
entonces, de una fuente de convicción. Nada más y nada menos.
Es posible que existan, pero están prohibidas por lo que carecen de eficacia
probatoria. Son ejemplos de pruebas ilícitas aquellas pruebas que violentan
derechos humanos; también son pruebas ilícitas aquellas que violentan las
libertades fundamentales. El adelanto tecnológico puede contribuir a crear una
condición negativa para el respeto de los derechos fundamentales de las
personas; es el caso de las investigaciones de determinados hechos, pero
violentando la esfera de la privacidad, la intimidad de las personas. En caso de
que se recepciones pruebas ilícitas, corresponde al funcionario judicial
considerarlas como tales y por lo tanto corresponde estimarlas como ineficaces,
lo cual significa que no sirven para fundamentar las decisiones judiciales.
¿Qué debe ocurrir con los jueces cuando toleran pruebas ilícitas?
Principios de la prueba
- En los casos de presunción de paternidad del artículo 402° del código civil
por ejemplo “3. Cuando el presunto padre hubiera vivido en concubinato con la
madre en la época de la concepción…” concordado con el artículo 414° del
código civil “en los casos del artículo 402° (…) la madre tiene derecho a
alimentos durante los sesenta días anteriores y los sesenta días posteriores al
parto, así como el pago de los gastos ocasionados por éste y por el embarazo…”.
Al respecto es simbólica la jurisprudencia recaída en la Ejecutoría Suprema 24-
04-90 (Normas Legales Trujillo, 1995, N° 227, p.J-12) “si el demandado ha
admitido haber mantenido relaciones sexuales con la demandada y que, estando
a la afirmación contundente de la parte actora en el sentido de que el emplazado
es el autor del embarazo en que se encontraba a la fecha de interposición de la
demanda, se presumirá que el demandado es el obligado a cubrir los gastos de
embarazo y los alimentos pre y post natal”. Esta presunción es iuris tantum,
puesto que admitiría prueba en contrario, sin embargo, la carga de esta prueba
debería recaer en el demandado.
- El artículo 361° del código civil señala una “presunción de paternidad”, pues
el hijo nacido durante el matrimonio o dentro de los 360 días siguientes a su
disolución tiene por padre al marido; la negación de la paternidad (en juicio)
según el artículo 363° del mismo cuerpo de leyes le corresponderá al marido,
para ello este artículo contiene un plexo de supuestos, como demostrar por
ejemplo la incapacidad o imposibilidad de haber cohabitado con su mujer en los
primeros 121 días de los 300 anteriores al del nacimiento del hijo, o cuando esté
judicialmente separado durante el mismo período indicado líneas arriba, o
adolezca de impotencia sexual, entre otros.
Así, estos son sólo unos ejemplos de los muchos que existen en la jurisprudencia
y normas tanto en el derecho civil, comercial, laboral e incluso el penal, ejemplo
de esto último lo encontramos en el delito residual de “Enriquecimiento Ilícito”
donde el fiscal (el acusador) no tendría que probar el enriquecimiento ilegal del
acusado, bastaría con dar señas, y mencionar la teoría del caso en juicio, por
tanto contrarrestar esta acusación y probar su inocencia (prueba diabólica) le
corresponderá al encausado.