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Interpretación Constitucional

Daniela Carolina Aguirre


Daniela Carolina Estrella
Angela Gabriela Guerrero Paredes
Jessica Nathalia Timaná Urbano

Profesor
Esteban Palacios León

Universidad Mariana
Facultad De Humanidades
Programa De Derecho
Pasto, 2018
Diversos factores como la globalización, avances científicos y tecnológicos o la
internacionalización de derechos humanos han dado lugar al surgimiento de nuevos derechos,
entre ellos el acceso a Internet.

1. Identificación de problema jurídico


¿Debe considerarse el acceso a internet como derecho fundamental, necesario para asegurar el
respeto de otros derechos, como el derecho a la educación, la atención de la salud y el trabajo, el
derecho de reunión y asociación, y el derecho a elecciones libres?

2. Principios y valores en colisión


El uso de internet se está convirtiendo en una herramienta imprescindible para la libertad de
expresión y para el acceso a la información. Más que una posibilidad de comunicación se está
convirtiendo en una necesidad debido al periodo de globalización que hoy se vive. El
surgimiento de nuevas tecnologías como internet que facilitan la utilización del correo
electrónico, las redes sociales y la firma digital son muestras que han influido en los derechos
fundamentales pues han cambiado el ejercicio de derechos como acceso a la información,
libertad de asociación, libertad de expresión y pensamiento, el derecho a la educación, la
salud, pero a la vez han incidido o entran en colisión con el derecho a la intimidad de las
personas, el derecho a la seguridad pública, la moral pública, y demás conexos que puedan
existir.

El progreso tecnológico representa un desarrollo de las libertades; podemos con ello entrar a las
nuevas fronteras de la actuación humana propias y no solo producen libertad, sino que sirve de
herramienta para el cumplimiento de otros derechos.

3. Valores y principios que entran en procedencia e improcedencia

En algunos países se han comenzado a tratar de implementar en su legislación interna a los


principios internacionales los cuales según la (HUMANOS, 2013) son principios generales:

Acceso: “Todas las personas deben contar con igualdad de oportunidades para recibir, buscar e
impartir información por cualquier medio de comunicación sin discriminación, por ningún
motivo, inclusive los de raza, color, religión, sexo, idioma, opiniones políticas o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición
social” (Expresión, 2013, pág. 7).

Pluralismo: “Las políticas públicas sobre la materia deben proteger la naturaleza


multidireccional de Internet y promover las plataformas que permitan la búsqueda y difusión de
informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, en los términos del artículo
13 de la Convención Americana” (Expresión, 2013, pág. 9).

No discriminación: “De conformidad con los artículos 1.1 y 24 de la Convención Americana,


los Estados están obligados a “adoptar medidas positivas (legislativas, administrativas o de
cualquier otra naturaleza) para revertir o cambiar situaciones discriminatorias existentes que
comprometan el goce y ejercicio efectivo del derecho a la libertad de expresión de ciertos
grupos, en condiciones de igualdad y no discriminación” (Expresión, 2013, pág. 9). Esta
obligación de no discriminación se traduce, entre otros, en el deber del Estado de remover los
obstáculos que impidan a los ciudadanos o a un sector en particular a difundir sus opiniones e
informaciones (ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS, 2011, pág. 87).

Privacidad: El artículo 11 de la Convención Americana de Derechos Humanos establece que


“Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su
familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”,
y que “Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o esos
ataques”. De esta forma, le corresponde al Estado respetar la privacidad de los individuos y velar
por que terceras personas no incurran en conductas que puedan afectarla arbitrariamente
(Expresión, 2013, págs. 19,10).

Igualdad: Todo el mundo tendrá acceso universal y abierto a los contenidos de Internet, libre de
discriminación (de paquetes), filtrado o control de tráfico por razones comerciales, políticas o de
otro.

Expresión y Asociación: Toda persona tiene derecho a buscar, recibir y difundir información
libremente en Internet sin censura ni interferencias. Todo el mundo tiene derecho a asociarse
libremente a través de Internet, con fines sociales, políticos, culturales o de otro tipo.
4. Métodos de interpretación Constitucional

Método Literal

Desde el punto de vista literal o semántico el problema jurídico radica en que, si debe
considerarse el acceso a internet como derecho fundamental, como una herramienta necesaria
para asegurar el respeto de otros derechos, como el derecho a la educación, la atención de la
salud y el trabajo, el derecho de reunión y asociación, y el derecho a elecciones libres y otros
derechos.
Al establecer este problema jurídico nos damos cuenta de que se compone de los verbos “deber”
que significa obligación; seguido de infinitivo de otro verbo; “considerar”, que representa
ponerse a pensar en un asunto reflexionando con atención para así “asegurar” que representa otro
verbo de hacer que alguien o algo quede libre de daño o perjuicio, en este caso hace referencia a
proteger, salvaguardar, custodiar otros derechos esenciales de la persona humana.
Por otro lado, el derecho de acceso a Internet es el derecho humano (derecho digital) que posee
toda persona para acceder a Internet para ejercer y disfrutar de sus derechos a la libertad de
expresión, de opinión y otros derechos humanos fundamentales que conforman la democracia, de
forma que los Estados y las Naciones Unidas tienen la responsabilidad de garantizar que el
acceso a Internet sea ampliamente disponible, y no restringir injustificadamente el acceso de una
persona a Internet.
En la actualidad, el debate jurídico se centra primero en la "funcionalidad" del acceso a Internet,
para poderlo en si declarar derecho fundamental.
Es necesario tener en cuenta que diversos factores como la globalización y todos los avances
científicos y tecnológicos, la internalización de los derechos humanos, las garantías para tutela y
la existencia de problemáticas comunes que cada vez se presentan dan surgimiento a “nuevos
derechos” entre ellos el “acceso a internet”; y si hablamos de derechos fundamentales es
importante determinar que son aquellos inherentes al ser humano, que pertenecen a toda persona
en razón a su dignidad dentro de lo cual el concepto objetivo hace referencia a que el Estado
está ligado a las leyes, normas y otros; por lo cual, ya es un Estado de derecho, y el concepto
subjetivo hace referencia a que son los derechos imprescindibles para el desarrollo y la libertad
de las personas.
Los nuevos derechos en este caso “el acceso a internet” se puede enmarcar dentro los
establecidos en documentos nacionales e internacionales quizás de efectividad limitada pero que
cada vez es mayor su funcionalidad que presenta grandes retos en cuanto a su accesibilidad y
universalidad.
Finalmente, sobre este punto debe tenerse en cuenta lo que se estableció en el Consejo de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas (ONU) que aprobó una resolución para la
promoción, protección y el disfrute de los derechos humanos en internet; el documento establece
que “el acceso a internet será considerado de ahora en adelante un derecho básico de todos los
seres humanos”.
Así mismo es de tener en cuenta que el relator especial de las Naciones Unidas para la libertad de
opinión y de expresión se pronunció sobre la libertad de expresión e internet en la que
manifiesta: “Los Estados tienen la obligación de promover el acceso universal a internet para
garantizar el disfrute efectivo del derecho a la libertad de expresión, el derecho a internet
también es necesario para asegurar el respeto de otros derechos como el derecho a la educación,
el derecho a la atención de la salud y el trabajo, el derecho de reunión y asociación y el derecho a
elecciones libres” por lo tanto prohibir o impedir el acceso a internet será considerado una
violación de los derechos humanos.
De donde resulta que, la promoción, protección y el disfrute de los derechos humanos en
Internet es un derecho básico de todos los seres humanos que en concordancia con la
interpretación literal anima a todos los países a proveer a sus ciudadanos de acceso a la red y
condena a las naciones que alteran esta libertad por motivo de estar en conexión con otros
derechos fundamentales.

Método Histórico

El acceso a internet es cada día más indispensable por todo el mundo, años atrás no se hablaba
del internet; ahora el tema principal es el acceso a las redes de comunicación. Por tanto, es
importante señalar que éste se convirtió en la base esencial de comunicación e intercambios de
información con el fin de favorecer y proteger el desarrollo de un país a través de los individuos.

Hay que mencionar que, en la actualidad; para que una persona pueda desarrollar sus actividades
normales y disfrutar de sus derechos, es indispensable el acceso a internet.
Este medio de comunicación genera conexidad con derechos fundamentales como el derecho a
la información, el derecho al trabajo y el más importante de todo el derecho a la educación pues
de ahí se desprenden los anteriores y otros más.

Primeramente, es necesario destacar que La Internet Rights and Principles Dynamic Coalition
(IRPC), elaboró un documento donde se menciona y aclara principios y derechos fundamentales
que deben entrar a regir el internet los cuales fueron expresados en “La Carta De Derechos
Humanos Y Principios Para Internet” (Coalition I. R., 2015, pág. 2).
La Coalición Dinámica de Derechos y Principios de Internet es una red abierta de personas y
organizaciones con sede en el Foro de Gobernanza de Internet de las Naciones Unidas (IGF)
comprometido a hacer que Internet funcione para los derechos humanos.
Es así, como se establecieron las bases de los nuevos derechos y principios con el fin de
garantizar el acceso a internet de todos los individuos y sin posibilidad alguna de discriminar
poblaciones, señalando que “El derecho de acceso a Internet se garantizará para todos y no
podrá ser objeto de restricciones” (Coalition I. R., 2015, pág. 15). Pero este derecho no dejó
excluido a la administración para que se protejan otros derechos fundamentales que se podrían
considerar vulnerados con este nuevo derecho, como lo serian; el derecho a la seguridad pública,
la moral pública, y demás vínculos que puedan encontrarse.
El internet no solo ha favorecido la comunicación entre las personas, sino que promueve el
acceso a la libertad de expresión pues con ella se puede “buscar, recibir y difundir informaciones
e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma
impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección” (CIDH, 2009., pág. 224).

Es así, como algunos países fueron implementando poco a poco derechos humanos basados en
principios que buscan garantizar el derecho al internet, como por ejemplo aplicación de la “Ley
26.032 de Servicio de Internet, donde se consagra la garantía de amparo de la libertad de
expresión para la búsqueda, recepción y difusión de información e ideas de toda clase a través
del servicio de Internet” (Ley 26.032. Servicio de Internet. Pág. 1).

Bajo la interpretación histórica, conviene subrayar que el relator especial de las Naciones

Unidas para la Libertad de Opinión y de Expresión, se pronunció sobre la Libertad de Expresión


e Internet en la que manifiesta, que “los Estados tienen la obligación de promover el acceso
universal a Internet para garantizar el disfrute efectivo del derecho a la libertad de expresión. El
acceso a Internet también es necesario para asegurar el respeto de otros derechos, como el
derecho a la educación, la atención de la salud y el trabajo, el derecho de reunión y asociación, y
el derecho a elecciones libres” (Frank LaRue. Declaración conjunta sobre libertad de expresión e
internet. Pág. 4).

Por consiguiente, podemos decir que la obstaculización o detener el acceso a Internet no puede
estar justificada en ningún caso, ni siquiera por razones de orden público o seguridad nacional.
Ya que “la negación del derecho de acceso a Internet, a modo de sanción, constituye una medida
extrema que solo podría estar justificada cuando no existan otras medidas menos restrictivas y
siempre que haya sido ordenada por la justicia, teniendo en cuenta su impacto para el ejercicio
de los derechos humanos” (LaRue, 2011, pág. 4).

Al mismo tiempo, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas aprobó la


“promotion, protection, and enjoyment of human rights on the internet”, esté documento
determina que el acceso a Internet debe ser de ahora en adelante considerado como un derecho
de todos los seres humanos. Esta resolución pretende que todos los países implementen el acceso
a internet en todo el territorio gobernado y sanciona a las naciones que alteran esta libertad
poniendo obstáculos al acceso, sin ser obligatoria para ningún país, pero esta iniciativa tomada
por la ONU para proteger el acceso a internet para todas la personas en el mundo debería ser
tomada como ejemplo de las naciones que garantizan la protección de los derechos humanos,
pues con ella se busca facilitar las oportunidades de vinculación laboral, educación globalizada
y progreso humanístico.

Varios países con el tiempo se han acogido a darle la importancia justa y necesaria al acceso a
internet como derecho fundamental; México, por ejemplo, en materia de derechos humanos
presentó un proyecto para reformar su constitución política, donde en su artículo 7 señala: “el
principio de inviolabilidad de la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de
cualquier medio, incluyendo la prohibición de restringir este derecho por vías o medios
indirectos” (Diputados., 1917, pág. art. 7).
Así mismo, en Argentina “se ratificó la Ley 26.032 de Servicio de Internet, que se dedica
expresamente la garantía de amparo de la libertad de expresión para la búsqueda, recepción y
difusión de información e ideas de toda índole a través del servicio de Internet” (Expresión,
2013, pág. 4).

En Perú, el 4 de noviembre el Partido Aprista presentó la iniciativa legislativa (04434/2010-CR)


que pretende declarar derecho fundamental el acceso a la banda ancha para tota la ciudadanía
peruana. Pero aún no ha sido declarado derecho fundamental.

Finlandia con su iniciativa de ley se convirtió en el primer país en tomar esta medida y Suiza dio
un paso similar en 2006, cuando estableció que a partir de enero de 2008 garantizaría una
conexión de 600 kbit/s de descarga y 100 kbit/s.

Aunque se debe señalar que hay varios países que no comparten la política de la ONU, por lo
que han tomado medidas violatorias del acceso al internet. Por ejemplo; Francia, China,
Egipto e Irán, bloquearon páginas durante las actividades de manifestación o políticas para
evitar revueltas sociales que perjudiquen el gobierno.

Como se puede observar, a través del tiempo no ha sido declarado derecho fundamental, pero las
altas cortes y los entes legisladores coinciden al decir que el acceso a internet se convierte en
una herramienta fundamental para facilitar el ejercicio de derechos fundamentales de los
ciudadanos.

Si hablamos de Colombia, en nuestro país se radicó el primer proyecto de ley “Por el cual se
constituye el acceso a Internet como derecho fundamental, se modifica el artículo 20 de la
Constitución Política y se dictan otras disposiciones. Acceso a Internet como derecho
fundamental” (CHAVES, 2011). Con ese proyecto se buscaba una reforma al artículo 20 de
nuestra constitución, con el fin de disminuir la desigualdad en cuanto a la información que llega
a todos los colombianos y el beneficio o uso que pueden hacer de ella.

En ese entonces se argumentaba que: “Establecer en Colombia la banda ancha como derecho
fundamental era dar un paso adelante en el crecimiento personal y en el progreso y desarrollo
integral de los colombianos” (PACHÓN, 2011).
Y basados en los artículos 20, 40,70 y 75 de la Constitución de 1991 se procuró exponer y
demostrar que el internet es un mecanismo que ayuda, facilita y salvaguarda la libertad de
expresión y que por ende debía garantizarse su acceso a toda la población colombiana. En esta
ponencia, se resalta que el Secretario General de la ONU recalcó con respecto a la promoción y
la protección del derecho a la libertad de opinión que, aunque “el acceso a internet aún no es un
derecho humano como tal... los Estados tienen la obligación positiva de promover o facilitar el
disfrute del derecho a la libertad de expresión y los medios necesarios para ejercer este derecho,
lo que incluye a Internet” (UNIDAS A. G., 2012, pág. 18).

Además de lo anterior, se puede deducir que “El acceso a internet no sólo es esencial para gozar
del derecho a la libertad de expresión, sino también otros derechos como el derecho a la
educación, el derecho al a libertad de asociación y de reunión, el derecho a la plena participación
en la vida social cultural y político y el derecho al desarrollo social y económico” (Asamblea
General De Las Naciones Unidas, 2011, pág. 3 y 6). Esto género que el debate presentado ante
la Comisión Primera del Senado de la Republica de Colombia, se plantearan puntos de vista
diferentes, conllevando a que esta iniciativa fuera aprobada en esta instancia; y tomando como
base que Las Naciones Unidas en la actualidad ya consideran el derecho a acceder a internet
como un derecho fundamental.

Por otra parte, en el 2011 la iniciativa, que se inclinaba por establecer en la Carta Política el
acceso a internet como derecho fundamental, declinó en la comisión primera del Senado, pues
era necesario que los analistas jurídicos determinaran y regularan las nuevas realidades
tecnológicas con el fin de garantizar los derechos de los colombianos y de manera flexible.

Tomando como base la importancia de los derechos para el sistema democrático, el Estado
colombiano debería autorizar el acceso a las comunicaciones y a datos de diversa índole, para lo
que el ciudadano necesite. Ahora bien, se examinó en el debate que cuando se invocaran
causales más o menos abiertas como la seguridad nacional como razón para vigilar la
correspondencia y los datos personales, “la ley debe especificar claramente los criterios que
deben aplicarse para determinar los casos en los cuales este tipo de limitaciones resulta
legítimo” (Rue, 2013, pág. 81).

Finalmente podemos concluir que frente a un contexto evolutivo del Internet dentro de la
sociedad colombiana podemos ver como algunos sectores de la población han podido tener
acceso a este servicio pero también sabemos que hay sectores en los cuáles la presencia del
estado nunca ha estado presente y por consiguiente el acceso a internet en estas regiones es algo
imposible, está claro que dentro de nuestro país hacer uso de algo tan normal e indispensable
como lo es el internet se ha convertido en un gusto que sólo algunos pueden costear.

Los índices de pobreza presentes en nuestro país hacen que sea imposible el poder adquirir el
uso de un medio tecnológico para los sectores más desfavorecidos en Colombia, por tanto, el
estado debe garantizar que el uso de internet llegue hasta los rincones más lejanos de nuestra
región para que también se hagan efectivo y no se vulneren otros derechos que tienen conexidad
con este derecho que si debe considerarse como fundamental.

Método Teleológico

Sobre este tipo de interpretación se han dado diferentes explicaciones que han quedado expuestas
en la interpretación histórica, en donde se explicaron las motivaciones, objetivos y finalidades
que se buscaban.
La interpretación teleológica se refiere a la finalidad o el objetivo de la norma.
El telos o la finalidad de considerarse el acceso a internet como derecho fundamental pretende
hacer el análisis y conlleva a controvertir la idea de constituir el acceso a internet como
facilitador del derecho a la educación, el servicio a la seguridad social y el servicio a la justicia,
que no solo se encontraban en la constitución de 1991, sino que también en las demás normas
concordantes. Pero tras lo anterior también podemos señalar que, si se considera el acceso a
internet un derecho fundamental, los ciudadanos tendrán mecanismos como la acción de tutela,
para que se les respete ese derecho a sabiendas que este no es de primera necesidad.
Adicional a ello también tiene razón la Unión Internacional De Telecomunicaciones (UIT), al
señalar que “el internet, elemento capital de la infraestructura de la sociedad de la información,
ha pasado de ser un recurso de investigación y académico para convertirse en un recurso mundial
disponible para el público”. Por consiguiente, debe ser estudiado desde todas las esferas posibles
para garantizarlos a la población gobernada.
Método Sistemático

El método sistemático de interpretación nos posibilita una comprensión del contexto y de la


conexión de las normas constitucionales entre sí.
Desde la perspectiva sistemática de interpretación se pueden hacer una interpretación que
relacione el problema jurídico en estudio con algunas normas que lo estipulan en conexión con
la protección de otros derechos fundamentales. El Artículo 20 de nuestra constitución, por
ejemplo, garantiza a toda persona la libertad de expresar y difundir su pensamiento y opiniones,
la de informar y recibir información veraz e imparcial, a lo que quería adicionarse con un
proyecto de ley “disponer de acceso a banda ancha en internet” y fundar medios de
comunicación masiva.
Estos son libres y tienen responsabilidad social. Se garantiza el derecho a la rectificación en
condiciones de equidad. No habrá censura.
Aquí vemos quizás en relación con este artículo la importancia de no vulnerar la libertad de
expresión y que por ende debe el acceso a internet garantizarse a toda la población colombiana.

Como dijimos anteriormente, se destaca que el Secretario General de la ONU recalcó que la
promoción y la protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión es necesaria en el
que se señala que, aunque “el acceso a internet aún no es un derecho humano como tal... los
Estados tienen la obligación positiva de promover o facilitar el disfrute del derecho a la libertad
de expresión y los medios necesarios para ejercer este derecho, lo que incluye a Internet”
(UNIDAS A. G., 2012, pág. 18).

En el ámbito normativo encontramos una serie de antecedentes normativos que reconocieron la


influencia del internet en el ámbito de los derechos fundamentales. Al respecto, la Convención
Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de la Organización de
Naciones Unidas (ONU) en el artículo 21 inciso c) dispone:

Los Estados Partes adoptarán todas las medidas pertinentes para que las personas con
discapacidad puedan ejercer el derecho a la libertad de expresión y opinión, incluida la
libertad de recabar, recibir y facilitar información e ideas en igualdad de condiciones con
las demás y mediante cualquier forma de comunicación que elijan: c) Alentar a las
entidades privadas que presten servicios al público en general, incluso mediante Internet, a
que proporcionen información y servicios en formatos que las personas con discapacidad
puedan utilizar y a los que tengan acceso.

Por otra parte, en el ámbito de la Unión Europea, el Parlamento Europeo en la resolución del 18
de abril del 2008 determinó que:

Internet es una vasta plataforma para la expresión cultural, el acceso al conocimiento y a la


participación democrática en la creatividad europea, que crea puentes entre generaciones
en la sociedad de la información, y consecuentemente, es importante evitar la adopción de
medidas contrarias con los derechos civiles, los derechos humanos y con los principios de
proporcionalidad, eficacia y disuasión, como la interrupción del acceso a internet.
(BADOCCO, 2009)

Además, encontramos una serie de sentencias que han reconocido una especial protección al
acceso a internet a través de un “activism”, en particular por giurisdizioni costituzionali que han
sido pioneras en la materia. Al respecto, el Consejo Constitucional Francés en la histórica
sentencia No. 2009-580 DC de 10 de junio de 2009 reconoció como un derecho básico el acceso
a internet, al desprenderlo de lo dispuesto en el artículo 11 de la Declaración de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano de 1789 que tutela la libre comunicación de pensamientos y opiniones.
Posteriormente, la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica en la
sentencia número 12790- 2010 fue más allá reconoció el acceso a internet como un derecho
fundamental. En el ámbito legal encontramos como en Finlandia se aprobó una ley que entró en
vigor el 1 de julio del 2010 que reconoció el acceso a internet como un derecho. Nótese incluso
que el presidente de la Comisión Europea (U.E.) recientemente prometió durante su discurso
sobre el estado de la Unión Europea equipar “cada pueblo y ciudad con wifi gratis”, cubriendo
toda la Unión Europea con acceso a la red inalámbrica. La propuesta se enmarca en una mayor
reforma de las telecomunicaciones que también incluye un despliegue de la tecnología 5G a
nivel continental para el 2025.

El acceso a internet tiene una serie de principios orientadores dentro de los que se destaca:
1. Acceso; 2. Pluralismo; 3. No discriminación. 4. Privacidad de acuerdo con la (COMISIÓN
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, 2013).
La accesibilidad se impone en cuanto a tres tipos de medidas: las medidas positivas de
inclusión, o cierre de la brecha digital; los esfuerzos de desarrollar planes para asegurar que la
infraestructura y los servicios tiendan a garantizar, progresivamente, el acceso universal; así
como medidas para prohibir el bloqueo o la limitación al acceso de internet o a parte de esta.
En la motivación por considerar el acceso a internet como derecho fundamental citamos como
un precedente extranjero, la sentencia No. 2009-580 DC de 10 de junio de 2009 del Conseil
Constitutionnel que reconoció como un derecho básico el acceso a internet, al desprenderlo,
directamente de lo dispuesto en el artículo 11 de la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano de 1789. Lo anterior, al sostener lo siguiente:
Considerando que de conformidad con el artículo 11 de la Declaración de los derechos del
hombre y del ciudadano de 1789: “La libre comunicación de pensamientos y opiniones es uno de
los derechos más valiosos del hombre: cualquier ciudadano podrá, por consiguiente, hablar,
escribir, imprimir libremente, siempre y cuando responda del abuso de esta libertad en los casos
determinados por la ley”; que en el estado actual de los medios de comunicación y con respecto
al desarrollo generalizado de los servicios de comunicación pública en línea así como a la
importancia que tienen estos servicios para la participación en la vida democrática y la expresión
de ideas y opiniones, este derecho implica la libertad de acceder a estos servicios...

Teniendo en cuenta la interpretación sistemática de dichas normas y ese precedente extranjero


podemos concluir que puede tener un peso en la ratio decidenci de la decisión, de considerar el
acceso a internet como derecho fundamental, pues la apertura del mercado de las
telecomunicaciones incide en el ejercicio y disfrute de otros derechos fundamentales como la
libertad de expresión, y una de las garantías del estado social de derecho y democrático
condensado en la sociedad de la información es que los beneficios de las tecnologías de la
información y las comunicaciones TIC sean accesibles a todos los ciudadanos en condiciones de
igualdad.

Entendemos por TIC las tecnologías, la información y las comunicaciones conectadas por
Internet, lo cual tiene un efecto integrado significativo en la globalización y la sociedad de la
información, lo cual se manifiesta como un fenómeno a través del cual se produce el
conocimiento de la humanidad a nivel mundial de los eventos económicos, culturales, políticos,
etc.

El respeto al derecho fundamental a la igualdad, como lo dicta la Constitución Política,


“comporta una exigencia a los poderes públicos para el trato igual a todas las personas en el
acceso a los servicios públicos esenciales como lo son las TIC; atendiendo a su tipificación de
servicio universal” (Ferro C.M., 2001).

Las TIC se refieren a aquellas tecnologías o plataformas tecnológicas que posibilitan el


conveniente y oportuno manejo de todo tipo de información o datos de la que puede valerse la
sociedad para mejorar sus condiciones de vida. Las TIC integran múltiples elementos y
herramientas tanto de tecnologías duras (hardware, equipos, redes de telecomunicaciones,
infraestructura), como blandas (software, aplicaciones, procesos) que permiten el manejo y
utilización de información en diversos formatos (datos, imágenes, videos, voz, texto).

Nuestra Corte Constitucional ha sido enfática en ratificar el derecho fundamental a la igualdad


de todos los ciudadanos frente a la ley principalmente en su Sentencia T-590/96; a su vez el
artículo 365 C.P. establece que los servicios públicos son inherentes a la función social en
Colombia y es deber del Estado asegurar la prestación eficiente a todos los habitantes del
territorio nacional. En este sentido todos los ciudadanos tienen el derecho a acceder a las TIC, a
comunicarse con cualquier otro usuario de la red de banda ancha de internet, como desarrollo a
su garantía al “acceso universal”. Adicionalmente, el artículo primero de la Constitución Política
establece que Colombia es un estado social de derecho, donde el ciudadano es el último fin. Por
lo anterior, es indispensable que se privilegie la protección del usuario, el respeto a su
privacidad, el sano esparcimiento, así mismo los conceptos de valores humanos de ética, paz,
derechos de la libre competencia y la libertad de empresa como valores constitucionales del
desarrollo social y económico.
De lo anterior se deduce que la regulación debe funcionar como herramienta para lograr la
igualdad entre los ciudadanos ante la revolución digital y la globalización (Álvarez P., 2007),
que traen las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), reconocidas
como vía indudable de desarrollo social y económico.
En conexión con la totalidad de nuestro ordenamiento jurídico, es obvio que, bajo derechos
como la libertad de expresión, la libertad de información, la igualdad entre otros; el internet
debería ser tenido en cuenta como un derecho de carácter fundamental ya que tiene como
finalidad el facilitar el disfrute de ciertos derechos fundamentales. Podemos decir entonces que
el internet por conexidad a los otros derechos de carácter fundamental si debe ser considerado
como fundamental dentro de nuestro ordenamiento jurídico.
Interpretación Sociológica

Desde el punto de vista sociológico, tal interpretación se hace con respecto el acceso a internet
teniendo en cuenta los requerimientos de la realidad social del momento actual.
El factor clave de la modernización está marcado por la sociedad de la información. Hoy en día
el internet juega un papel importantísimo en nuestra sociedad al ser la herramienta más recurrida
y con mayores potencialidades para el acceso y generación de información. A partir de ello
pensamos que con considerar el acceso a internet como un derecho fundamental se pretendería el
desarrollo normal de los demás derechos en conexidad, que han evolucionado con el internet en
la sociedad; por ejemplo ha evolucionado la manera de estudio por lo que por medio de internet
se puede acceder a la educación y por otra parte por medio de redes sociales se puede acceder a
una libertad de opinión y de igual manera de información ya que por este medio se difunde
inmensidad de comunicaciones que las personas tienen derecho tanto a difundir como recibir.
Este derecho no solo regularía la vida en sociedad, su influencia en el contexto social adecúa las
necesidades tecnológicas, de información y de conocimiento, el acceso a internet puede
considerarse entonces como motor de progreso, expansión y cooperación para así enfrentar los
desafíos que nos presenta la globalización. El énfasis está puesto entonces en establecer el
acceso a internet como una herramienta de desarrollo y crecimiento de los países a partir de
generarse como un derecho fundamental de las personas.

Conclusión sobre la interpretación literal, histórica, sistemática, teleológica y sociológica

Una vez analizado el problema jurídico desde el punto de vista literal, histórico, sistemático,
teleológico y sociológico, se puede concluir que en virtud del mandato contenido en los artículos
94 de la Constitución Política de Colombia, y 2 del decreto 2591 de 1991, la Corte
Constitucional ha entendido que existen derechos que si bien no se precisan en sí mismos en la
categoría de derechos fundamentales, pueden ser objeto de protección a través de la acción de
tutela siempre que su vulneración, en el caso concreto, apareje una violación o amenaza de un
auténtico derecho fundamental.
En este caso el acceso a internet hace parte de estos derechos en referencia puesto que no ha sido
determinado como derecho fundamental susceptible de ser amparado a través del mecanismo de
la acción de tutela, argumentando precisamente su indeterminación, porque para su efectivo
cumplimiento requeriría de un desarrollo legal y la implementación de ciertas políticas que ha
pesar de haberse dado aun no es vinculante. Sin embargo, la Corte y otras disposiciones
salvaguardan y dan garantías constitucionales para defender derechos que pueden terminar
afectados como resultado de su desconocimiento. Por tanto, se adopto la “tesis de conexidad”
en virtud de la cual un derecho como el acceso a internet puede ser exigible a través de la acción
de tutela cuando su desconocimiento compromete derechos consagrados en la Constitución como
fundamentales como por ejemplo el derecho a la educación, al trabajo, a la libertad de expresión,
derecho a la igualdad, libertad de enseñanza, aprendizaje, investigación y cátedra, el derecho a la
libre asociación, por mencionar algunos.
De todas maneras, coincidimos en pensar al decir que el acceso a internet se ha convertido en
una herramienta fundamental para facilitar el ejercicio de derechos fundamentales de los
ciudadanos y sería útil que sea determinado como fundamental.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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