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ELZEARD, JUAN ANGEL -SUCESION-INCIDENTE EXCLUSION BIENES DE GRACIA

SQUILLACI- s/ RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD

Cita: 21273/12
Nº Saij:
Nº expediente: 00995
Año de causa: 2000
Nº de tomo: 212
Pág. de inicio: 469
Pág. de fin: 478
Fecha del fallo: 05/04/2006
Juzgado: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA (Santa Fe) - Santa Fe
Jueces
Raúl Juan CORDINI
María Angélica GASTALDI
Rafael Francisco GUTIERREZ
Mario Luis NETRI
Eduardo Guillermo SPULER
Rodolfo Luis VIGO

Texto del fallo

Reg.: A y S t 212 p 469-478.


En la ciudad de Santa Fe, a los cinco días del mes de abril del año dos mil seis, se reunió en
acuerdo la Corte Suprema de Justicia de la Provincia, integrada en el caso por los señores
Ministros doctores María Angélica Gastaldi, Mario Luis Netri, Eduardo Guillermo Spuler y
Rodolfo Luis Vigo, y por el señor Vocal doctor Raúl Juan Cordini, con la presidencia del
titular doctor Rafael Francisco Gutiérrez, a fin de dictar sentencia en los autos caratulados
"ELZEARD, Juan Angel -Sucesión - Incidente Exclusión Bienes de Gracia SQUILLACI-
sobre RECURSO DE INCONSTITUCIONALIDAD" (Expte. C.S.J. Nro. 995, Año 2.000). Se
resolvió someter a decisión las siguientes cuestiones: PRIMERA: ¿es admisible el recurso
interpuesto?; SEGUNDA: en su caso ¿es procedente?; y TERCERA: en consecuencia ¿qué
resolución corresponde dictar?. Asimismo, se emitieron los votos en el orden que realizaron el
estudio de la causa, o sea, doctores Spuler, Gutiérrez, Vigo, Gastaldi, Netri y Cordini.
A la primera cuestión -¿es admisible el recurso interpuesto?-, el señor Ministro doctor Spuler
dijo:
1. En el presente caso, la señora Gracia Squillaci viuda de Elzeard pidió la exclusión de los
bienes denunciados por su hijo, Ricardo Alberto Elzeard, a fojas 180 y 181 del juicio sucesorio

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del cónyuge y padre de los mencionados. Expresó que en esa causa, su hijo había iniciado una
serie de actuaciones tendentes a incluir dentro del acervo sucesorio el "producido del reclamo
judicial" de reajuste de haberes previsionales realizado por el causante, el cual, de acuerdo a la
legislación vigente, era propiedad exclusiva de su parte en su carácter de beneficiaria de la
pensión derivada del derecho jubilatorio de aquél. Entendió que sus hijos y coherederos
carecían de derecho alguno a tales prestaciones. Fundó el pedido en las leyes 14.370 y 18.037,
y citó jurisprudencia que avalaba su postura (fs. 7/13).
Al contestar el traslado corrido, Ricardo Elzeard manifestó que su padre, cuyo deceso se
produjo el 15.03.1992, había obtenido resolución definitiva a su reclamo mediante fallo del
29.05.1990 de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones de la Seguridad Social,
disponiéndose a su favor el pago de las diferencias resultantes de las liquidaciones ordenadas a
practicarse dentro de los 45 días de quedar firme la sentencia. Alegó que a partir de esa fecha,
había adquirido un derecho sobre ese retroactivo, bien al que calificó de ganancial, de acuerdo
a lo considerado por jurisprudencia y doctrina en la interpretación del artículo 1272 del Código
Civil. Por ello, destacó que no formulaba observación alguna respecto al derecho a pensión
que le correspondía a la viuda, pero que no ocurría lo mismo con lo devengado "durante" la
sociedad conyugal, y resaltó que de haber sido abonado el monto a su padre -y de haberlo éste
mantenido al día de su fallecimiento- habría sido distribuido entre los herederos como bien
ganancial (fs. 15/17).
Habiéndose ordenado la sustanciación de la causa mediante el trámite ordinario (conf. art. 607,
C.P.C. y C.) y la citación y emplazamiento a los herederos (fs. 17/17 vto.), compareció la otra
hija y coheredera, Marta Ana Elzeard, quien ratificó el reclamo de su madre (fs. 38/41).
Al dictar sentencia, la jueza de primera instancia, considerando a la cuestión de puro derecho,
se pronunció a favor de la actora por entender, entre otras razones, que del juego armónico de
los artículos 20 de la ley 14.370 y 38 de la ley 18.037, resultaba el derecho de la cónyuge del
causante a percibir los importes que a aquél se le liquidaran por reajustes de haberes
jubilatorios, por lo que correspondía su exclusión de la sucesión (fs. 62/65).
Dicha resolución fue impugnada por Ricardo Elzeard, en cuyo memorial de expresión de
agravios planteó, además, la inconstitucionalidad del citado artículo 20 de la ley 14.370 (fs.
78/81).
Contestado por la actora el traslado oportunamente corrido (fs. 93/97), la Sala Primera de la
Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de la ciudad de Rosario, integrada, resolvió: "...
revocar la sentencia de fjs. 62/65, declarar la inconstitucionalidad del artículo 20 de la ley

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14.270 (rectius: 14.370) y rechazar la demanda de exclusión de bienes promovida por la
coheredera Gracia Squillaci, con costas a ella en ambas instancias" (fs. 104/110).
2. Contra dicha resolución, interpuso la perdidosa el recurso regulado por la ley 7.055,
tildándola de arbitraria e injusta, por no reunir las condiciones mínimas necesarias para
satisfacer el derecho a la jurisdicción y por afectar, asimismo, los derechos de propiedad y de
defensa en juicio contemplados expresamente por la Constitución provincial y "el art. 1 de la
ley 7055 inc. 1, 2 y 3".
Explicó que la arbitrariedad aparecía en la sentencia de segunda instancia, "donde no se tuvo
en cuenta uno de los argumentos fundamentales que hacían caer los agravios de la demandada
y que era el diferente origen de los fondos en litigio".
Manifestó que el A quo produjo a su parte -a través de la decisión impugnada- "un perjuicio
patrimonial con implicancia constitucional, por atentar contra derechos previsionales,
amparados por la garantía constitucional de la propiedad ...": a) al declarar inconstitucional el
artículo 20 de la ley 14.370; y b) al no considerar en la parte resolutiva los diferentes orígenes
de las sumas denunciadas en el sucesorio, surgiendo una ostensible autocontradicción entre los
considerandos y esa parte del decisorio.
Al respecto, puso de resalto que las sumas denunciadas tenían dos diferentes causas: por un
lado, estaba el monto que provenía del reclamo iniciado por el causante a raíz de un reajuste en
sus haberes jubilatorios, el que no había sido cobrado; y por el otro, el monto ya percibido por
su parte en concepto de reajuste de su pensión derivada.
Sostuvo que la Sala había arribado a una conclusión errónea, porque si bien en los
considerandos la proposición era adecuada, se había equivocado en la parte resolutiva al
considerar a las sumas percibidas como devengadas durante la vida del causante, error que se
advertía claramente en el monto tenido en cuenta para la regulación de honorarios.
Luego, destacó el equívoco en que habían incurrido los juzgadores con la declaración de
inconstitucionalidad de la referida normativa por considerarla violatoria de la legítima de los
herederos y del derecho patrimonial de éstos. Explicó sobre este punto que, en definitiva, se
trataba de establecer, frente a la existencia de dos derechos -por un lado el derecho personal de
la viuda reconocido por la citada ley previsional y, por el otro, el derecho patrimonial de los
herederos reconocido en el Código Civil- cuál de los dos prevalecía y, en ese sentido, defendió
su derecho por emanar de una ley posterior, y porque la protección del viudo o viuda era de
orden público y tenía raigambre constitucional, en tanto que el orden sucesorio podía ser
modificado por cualquier ley.

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Aseveró que con dicha declaración de inconstitucionalidad, "el acuerdo que se impugna, por
sus características, pone en juego un interés constitucional grave, en cuanto por sus
implicancias puede afectar atribuciones de los otros poderes del estado ...".
Finalmente, bajo la tacha de arbitrariedad fáctica, imputó al pronunciamiento la causal de
"prescindencia de prueba decisiva", en referencia a constancias de la causa que demostrarían el
diferente origen de los montos mencionados en la denuncia de inclusión de bienes, obviadas
"sin ninguna explicación" (fs. 117/131).
3. La Sala denegó la concesión del remedio extraordinario deducido por la actora (fs.
142/143), decisión que motivó su presentación directa ante este Cuerpo, logrando la apertura
de esta instancia mediante resolución registrada en A. y S. T. 166, p. 185 (fs. 64/65, Expte.
C.S.J. nro. 221/99, agregado por cuerda).
4. En el nuevo examen de admisibilidad que prescribe el artículo 11 de la ley 7.055, ha de
propiciarse una rectificación del criterio adoptado en esa oportunidad, no obstante lo
dictaminado por el señor Procurador General (fs. 182/183).
En primer lugar, debe aclararse que la mera invocación de los incisos 1ro. y 2do. del artículo
1ro. de la ley 7.055 (f. 119), sin el sustento argumental suficiente en orden a explicar por qué
se configurarían en el sub lite las causales estatuidas en ellos, impide a este Cuerpo ingresar al
tratamiento de las mismas, quedando delimitado el ámbito impugnativo a la hipótesis prevista
en el inciso 3ro. de dicha norma, cual es "violación al derecho a la jurisdicción".
Desde esa óptica, ha de señalarse que la confrontación de la imputación a la Sala de error en la
declaración de inconstitucionalidad del artículo 20 de la ley 14.370, con los fundamentos
vertidos por el Tribunal para así resolver, conduce sin hesitación a concluir en que el planteo
no tiene cabida en esta instancia, desde que sólo trasluce la disconformidad con lo decidido
por el órgano jurisdiccional en el ejercicio de sus funciones propias, en un intento infructuoso
de persuadir de que el derecho de la viuda contemplado en el dispositivo tachado de
inconstitucional prevalecía -según lo expresado- sobre el derecho de los herederos -más
concretamente, el pretendido derecho del hijo del causante- normado en el Código Civil.
En efecto, la recurrente basó su postura en que su derecho representaba un interés superior que
el Estado había optado por tutelar con preferencia a los demás herederos, siendo la citada ley
-además de ser posterior al digesto de fondo- la que más se adecuaba a una equitativa
distribución patrimonial en la protección del viudo o de la viuda que "es de orden público y
tiene raigambre constitucional". Pero esas aseveraciones -tal como han sido expuestas- no
exhiben aptitud para poner en tela de juicio el razonamiento del A quo, a poco que se repare en

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que éste puso especial énfasis en dejar esclarecido, luego de un profundo análisis de la
doctrina sentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación -con distintas composiciones-
respecto a si la normativa aparejaba una transgresión constitucional ante la existencia de
causahabientes, que "... el criterio que preserva el orden sucesorio establecido en el Código
Civil para regular la transmisión del contenido de la herencia, integrado, en la especie, con
diferencias de haberes jubilatorios no percibidos en vida por el causante, no avanza sobre
consideraciones de índole previsional propias de la pensión que gozaría la cónyuge del
causante", remarcando la "finalidad absolutamente distinta" que tiene el derecho pensionario
frente a la transmisión "mortis causa".
Así, indicó la Sala que: "La vinculación existente entre la pensión -otorgada a la viuda- y las
sumas por diferencias jubilatorias no percibidas -que se disputan los herederos- sólo consiste
en que ambas se relacionan con la muerte de Juan Angel Elzeard, pero (...) mientras la pensión
no integra la herencia del causante y se otorga con independencia de la calidad hereditaria, las
diferencias por haberes integran el acervo y han de transmitirse conforme a las reglas de la
transmisión sucesoria".
Ello, en virtud de que tales sumas, si bien no percibidas en vida, eran una "expectativa real y
concreta" que conformaba el patrimonio del causante, resultando disvalioso que el orden
sucesorio establecido por el Código Civil, sea alterado como consecuencia del pago con
retardo efectuado por el Estado.
Y como necesaria derivación de lo expuesto, coligió que "... en cuanto detrae del caudal relicto
prestaciones previsionales que estaban pendientes de pago para someterlas a un especial orden
de transmisión por fallecimiento del beneficiario, el artículo 20 de la ley 14.370 resulta
violatorio de la propiedad y de la igualdad de los herederos con vocación sucesoria
concurrente".
La reseña precedente es demostrativa de que bajo ningún aspecto se presentó en el caso un
error hermenéutico capaz de dar curso al medio impugnatorio previsto en el referido inciso
3ro. del artículo 1ro. de la ley 7.055, siendo evidente que, se compartan o no, los motivos
brindados por la Sala sirven para sostener eficazmente la declaración efectuada en el caso.
Por lo demás, no habiendo la recurrente fundado su afirmación de que esa decisión en torno a
la inconstitucionalidad de la norma impugnada "... por sus características pone en juego un
interés constitucional grave, en cuanto por sus implicancias puede afectar atribuciones de los
otros poderes del estado ...", el planteo queda reducido a una mera conjetura -insuficiente para
la habilitación del remedio-, amén de que tampoco se observa en autos la concurrencia de las

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condiciones que permiten reputar configurado un supuesto de esa índole.
En cuanto al reparo consistente en que el A quo "no tuvo en cuenta uno de los argumentos
fundamentales que hacían caer los agravios de la demandada, y que era el diferente origen de
los fondos en litigio" (f. 118), cabe entender que la omisión endilgada no es tal.
Reiteradamente se ha dicho que esa falencia supone la marginación de planteos, peticiones,
argumentos, agravios o temas insoslayables "debidamente introducidos al debate" y de
importancia esencial para el resultado del pleito (cfr., por todos, A. y S. T. 73, p. 220).
En la contestación del traslado que prescribe el artículo 4 de la ley 7.055, la contraparte adujo
que "La recurrente pretende introducir en este acto un argumento nuevo, distinto y
contrastante con lo que ella inició toda esta acción manifestando que existen sumas de distinto
origen. Nótese lo incongruente (...) con lo pretendido en demanda (...) cambia el discurso y su
pretensión. Ello es inadmisible e imponderable. Asimismo nótese que la sentencia de Cámara
deriva del enmarcamiento que hizo la a-quo que sintetizó el tema de autos en una cuestión de
puro derecho ..." (fs. 136 in fine/136 vto.).
La revisión de las constancias obrantes en el expediente permite verificar la razón del
demandado, ya que de las mismas surge que la señora Squillaci nada afirmó respecto al
supuesto diverso origen de los bienes denunciados a fojas 180/181 del sucesorio en la
fundamentación de su demanda. Ciertamente, en ese escrito sustentó su pretensión de
exclusión de tales sumas en base a lo manifestado por la representante legal de la "A.N.S.E.S"
en la audiencia de fojas 173 de esa causa (Expte. Nro. 231/92, requerido por este Cuerpo "ad
effectum videndi", f. 186), respecto a que "los montos devengados y no percibidos por el
causante fueron liquidados en la pensión (...) no quedando pendiente formulario de recupero
alguno, vale decir no existe suma pendiente de pago (...) porque la legislación vigente en la
materia previsional así lo dispone a través del art. 14 de la L.N. 14.370", coligiendo "... que no
cabía ninguna duda de que los fondos puestos a (su) disposición (...) lo eran porque a ella le
correspondían legalmente ..." (fs. 8 vto./9); y en función de ello ajustó su conducta el
coheredero accionado en el responde, de tal suerte que para la jueza de baja instancia,
conforme quedara trabada la litis, el debate de autos giró en torno a una cuestión de puro
derecho, "... como es la de establecer si los reajustes de haberes jubilatorios que se liquidaron
por sentencia judicial a favor del causante constituyen bienes gananciales que como tales
deben ser incluidos en la denuncia de bienes de aquél, o bien son propios de la viuda que los
percibió al existir una pensión derivada del beneficio jubilatorio de aquél", señalando, a la luz
de la normativa que consideró aplicable, que la "A.N.S.E.S." había liquidado "... los importes

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adeudados en concepto de reajuste de haberes (...) a quien tenía un derecho excluyente ... esto
es la viuda ", y ordenó, en consecuencia, la exclusión de la sucesión de "... los bienes
denunciados a fs. 180/181 de los autos principales ...".
Frente a lo acontecido en autos, no puede ahora formular la impugnante válidamente una
acusación del tenor referido, si el extremo supuestamente omitido no fue oportunamente
alegado por ella.
No se configura así ningún déficit descalificatorio del pronunciamiento atacado; antes bien, lo
resuelto muestra, en definitiva, un adecuado respeto a los términos en los cuales las partes
definieron la litis y, por lo tanto, no hay cuestión constitucional aprehensible que habilite el
franqueo de esta instancia extraordinaria.
Por todo lo dicho, no corresponde ingresar al tratamiento de las tachas de "autocontradicción
entre el discurso de los considerandos con la parte resolutiva del decisorio" y de
"prescindencia de prueba decisiva", desarrolladas en relación al presunto diverso origen de los
fondos.
Las consideraciones precedentes conducen inevitablemente a juzgar inadmisible la presente
impugnación, toda vez que no concurren en el sub lite motivos que determinen la invalidación
de la respuesta brindada por la Sala, la que cumple satisfactoriamente con la exigencia
consagrada en el artículo 95 de la Constitución provincial.
Voto, pues, por la negativa.
A la misma cuestión, el señor Presidente doctor Gutiérrez y el señor Ministro doctor Vigo
expresaron idénticos fundamentos a los vertidos por el señor Ministro doctor Spuler y votaron
en igual sentido.
A la misma cuestión, la señora Ministra doctora Gastaldi dijo:
1. Mediante resolución registrada en A. y S. T. 166, pág. 185 esta Corte admitió la queja por
denegación del recurso de inconstitucionalidad interpuesto contra la sentencia del 24.11.1998
dictada por la Sala Primera -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de
la ciudad de Rosario, por entender que desde una apreciación mínima y provisional que
correspondía a este estadio, la postulación de la recurrente contaba -prima facie- con suficiente
asidero en las constancias de autos, resultando idónea para franquear esta instancia
extraordinaria.
El nuevo examen de admisibilidad previsto por el artículo 11 de la ley 7055 -efectuado esta
vez con los principales a la vista-, me lleva a considerar que están satisfechos los recaudos
formales de la presente impugnación, y que la materia recursiva ostenta perfil constitucional,

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de conformidad con lo dictaminado por el Procurador General (fs. 182/183).
1.1. Es que la labor desarrollada por la Alzada en la hermenéutica asignada a las normas en
cuestión luce, prima facie, descalificable desde la óptica constitucional, por cuanto, la misma
vulneraría el consabido principio según el cual la declaración de inconstitucionalidad de una
ley solo puede admitirse como última ratio del orden jurídico (Fallos: 247:387; 249:51;
303:248; 304:849 y 1069; 311:394, etc.), "la más delicada de las funciones que puedan
encomendarse a un tribunal de justicia" (Fallos:312:72), o sea, es un remedio al cual sólo cabe
acudir cuando no existe otro modo de salvaguardar el derecho o garantía que, amparado por la
Constitución, se ve obstaculizado -de manera indiscutible- por una norma de jerarquía inferior.

Asimismo, no puede dejar de recordarse que tratándose de la delicada misión de eliminar del
ordenamiento jurídico una norma, se erige con todo vigor la jurisprudencia de este Tribunal
-en consonancia con la Corte Federal- respecto de que tachar de inconstitucional una ley
impone una carga de fundamentar detallada y exhaustivamente la impugnación, por cuanto el
resultado pretendido es nada menos que la declaración de inoperatividad de una ley dentro del
ordenamiento esencial que rige en nuestra Provincia (vid., A. y S., T. 191, pág. 267).
Pues, constituye un principio democrático esencial que las leyes dictadas de acuerdo con los
mecanismos previstos por la Ley Fundamental, gozan de una presunción de legitimidad que
opera plenamente y que su posible nulificación obliga a ejercer dicha atribución de revisión
constitucional con sobriedad y prudencia, y únicamente cuando la repugnancia de la norma
con la cláusula constitucional sea manifiesta, clara e indudable. La jurisprudencia de la Corte
Suprema de la Nación ha señalado que en el ejercicio del elevado control de constitucionalidad
debe imponer la mayor mesura, mostrándose tan celosa en el uso de sus facultades como del
respeto que la Carta Magna asigna, con carácter privativo, a los otros poderes
(Fallos:242:2534; 256:386; 300:1087; "Marozzi", A. y S., T. 161, pág. 290).
Y de la lectura del decisorio recurrido no se observa que el Sentenciante haya brindado
suficientes razones para declarar la invalidez constitucional del artículo 20 de la ley 14370, lo
que descalifica al fallo por no resultar derivación razonada del derecho vigente.
Es que no puede soslayarse que la interpretación de la ley debía practicarse computando la
totalidad de sus preceptos, de manera que la hermenéutica propuesta armonice con todas las
normas del ordenamiento jurídico vigente y del modo en que mejor concuerde con los
principios y garantías de la Constitución Nacional.
Conforme a las pautas sentadas en precedencia, la indagación que correspondía efectuar era la

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de establecer si, conforme la naturaleza previsional y alimentaria que da origen a este tipo de
prestaciones, pudo una ley del Congreso, señalar como exclusivos beneficiarios de los haberes
jubilatorios del causante no percibidos por éste, a aquellas personas a quienes
concurrentemente les asistiera vocación al derecho de pensión.
Siendo esto último, el núcleo sobre el que gira el análisis de la cuestión discutida en el caso de
autos, las omisiones reprochadas al A quo admiten su consideración desde la perspectiva
establecida por el artículo 14 bis de la Constitución nacional, que tornaría admisible el recurso
interpuesto.
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión, el señor Ministro doctor Netri dijo:
1. Sucintamente, el caso.
1.1. Surge de las constancias de la causa que en fecha 22.3.1996 la señora Gracia Squillaci
-por apoderado- solicitó "la exclusión de bienes denunciados en la sucesión de Juan Elzeard
por no pertenecer al acervo hereditario". Expresó en dicha oportunidad que, tal como lo
aclarara la representante de la A.N.S.E.S., "del referido informe surge que los montos
devengados y no percibidos por el causante fueron liquidados en la pensión de Squillaci
Gracia, habiéndose depositado las sumas correspondientes". Agregó a continuación que, tal
como surgía de la documental acompañada por el Organismo previsional "los fondos
depositados a su orden -de Squillaci- lo son por haberes" (fs. 7/13).
Al contestar el traslado, Ricardo Elzeard puntualizó que su padre, cuyo deceso se produjo en
fecha 15.3.1992, había obtenido resolución definitiva a su reclamo mediante fallo de la Sala II
de la Cámara Nacional de Apelaciones de la Seguridad Social de fecha 29.5.1990,
disponiéndose en consecuencia, el pago a su favor de las diferencias resultantes de las
liquidaciones ordenadas a practicarse dentro de los 45 días de quedar firme dicho decisorio.
Sostuvo que a partir de esa fecha, adquirió un derecho sobre ese retroactivo, el que -dijo- no
podía ser considerado sino ganancial (fs. 15/17).
Sustanciada la causa con la otra coheredera -Marta Ana Elzeard- esta al comparecer ratifica el
reclamo de su madre. Señaló, asimismo, en dicha oportunidad que "la diferencia es porque las
sumas efectivamente percibidas, según constancias de autos, corresponden al cumplimiento de
la sentencia judicial recaída en las actuaciones promovidas ante el Anses por Gracia Squillaci
con posterioridad al fallecimiento del causante Elzeard y es en estas actuaciones, promovidas
por la Sra. Squillaci y referidas a la pensión derivada, donde se ha determinado su nuevo
haber, el que se liquida según puntual detalle efectuado supra, y obrante a fs. 189 de autos.

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Vale decir -añadió- que estas sumas, que son las únicas efectivamente cobradas por la madre
de los coherederos, son sumas que le corresponden por actuaciones promovidas con
posterioridad al fallecimiento de Elzeard, tendentes al reajuste de la pensión derivada por ella
promovidas" (fs. 38/41).
En fecha 30.10.1997 la Jueza de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la N°
14 de Rosario hace lugar a la reclamación de exclusión de bienes promovida por la cónyuge
del causante (fs. 62/65).
Apelada dicha resolución por el coheredero Ricardo Elzeard, la misma fue revocada por la
Sala Primera -integrada- de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial de esa ciudad (fs.
104/110).
2. Es contra ese decisorio que el representante de Gracia Squillaci deduce el recurso de
inconstitucionalidad previsto en el artículo 1 de la ley 7055.
De una síntesis del memorial introductorio se desprende que el achaque central reside en que
la Alzada soslayó ponderar una cuestión que a juicio del recurrente resultaba de vital
trascendencia, pues constituían uno de los argumentos fundamentales que hacían caer los
agravios de la demandada, esto es, "el diferente origen de los fondos en litigio".
Añadió, en tal sentido, que el A quo omitió considerar que las sumas denunciadas tenían dos
causas diferentes: por un lado, estaba el monto que provenía del reclamo iniciado por el
causante a raíz de un reajuste en sus haberes jubilatorios, el que aún no había sido cobrado; y
por el otro, el monto ya percibido por Squillaci en concepto de reajuste de su pensión derivada
y que, por ende, no correspondía su inclusión en la denuncia de bienes presentada por Ricardo
Elzeard (fs. 117/131).
Denegado el referido remedio impugnativo por la Alzada (fs. 142/143), el interesado ocurrió
en queja ante esta Corte, la que mediante resolución registrada en A. y S. T. 166, pág. 185, se
admitió por entender que desde una apreciación mínima y provisional la postulación de la
recurrente contaba -prima facie- con suficiente asidero en las constancias de autos, resultando
idónea para franquear esta instancia extraordinaria.
3. El nuevo examen de admisibilidad previsto por el artículo 11 de la ley 7055 -efectuado esta
vez con los principales a la vista-, me lleva a considerar que están satisfechos los recaudos
formales de la presente impugnación, y que la materia recursiva ostenta perfil constitucional,
de conformidad con lo dictaminado por el Procurador General (fs. 182/183).
Es que conforme un afincado criterio de este Cuerpo" una de las diversas formas o
modalidades que puede asumir la doctrina de la arbitrariedad la constituyen aquellas

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sentencias que omiten tratar y decidir cuestiones oportunamente propuestas y esenciales para
el resultado del proceso, como así también aquellos decisorios cuyos argumentos se
contradicen con las actuaciones obrantes en autos" (Fallos:248:487; 249:45; A. y S. T. 160,
pág. 1; entre muchos otros).
En un liminar análisis del caso traído a juzgamiento se advierte que el hilo conductor del
discurso de la accionante fue, desde un primer momento, dejar aclarado que una cosa eran los
importes que referían a la diferencia de haberes jubilatorios reconocidos por sentencia de
1990, luego de un juicio que había sido impetrado por Juan Elzeard; y otra muy distinta, lo
constituían aquéllas sumas, que también devenían como consecuencia de una solicitud de
actualización de haberes, pero de pensión. Esta pretensión, conforme se desprende del
expediente bajo examen, fue iniciada por la interesada -Gracia Squillaci- una vez fallecido su
esposo. Y, cabe destacarlo, de la lectura de las constancias de la causa se desprende que esa
postulación se mantuvo incólume a lo largo de todo el proceso.
En efecto, el examen de las articulaciones esbozadas por la recurrente en las pertinentes
oportunidades (vgr. demanda de exclusión de bienes, contestación de agravios), como así
también la contestación del traslado por parte de Marta Elzeard darían cuenta precisamente
que el fundamento de la pretensión tendente a excluir de la denuncia de bienes la suma de
dinero en discusión, residía en que la misma no obedecía al producto de un reclamo por
diferencias jubilatorias que fuera promovido en vida por Juan Elzeard, sino que en realidad
eran el fruto del reconocimiento por parte del Organismo Previsional a una presentación de
Gracia Squillaci en un pedido de reajuste de los haberes de pensión.
Sin embargo, de la lectura del decisorio impugnado se advierte que la Sala no habría
ponderado tal circunstancia que resultaba de trascendencia centrando, sin embargo, su análisis
en que el núcleo de la discusión residía en determinar la calidad que asumía la suma
reconocida mediante sentencia del año 1990; esto es, si de conformidad con lo estipulado por
el artículo 20 de la ley 14370, dichos bienes debían repartirse según lo previsto para el
régimen de las pensiones; o si, por el contrario, debían ingresar al acervo hereditario y
distribuirse de conformidad con lo estipulado para el régimen de las sucesiones.
Y es del caso que, si la Alzada hubiera atendido a las circunstancias que se desprenden no
sólo de las postulaciones de la partes, sino también de la prueba rendida en el proceso, se
podría haber decidido la cuestión atendiendo primordialmente al origen que presentaban las
sumas de dinero que integraban la denuncia de bienes cuya exclusión se pretendía.
Los argumentos reseñados en precedencia traerían aparejado la descalificación del

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pronunciamiento como acto jurisdiccional válido, desde que la Sala habría omitido considerar
los planteos esgrimidos por la interesada.
Voto, pues, por la afirmativa.
A la misma cuestión el señor Vocal doctor Cordini expresó idénticos fundamentos a los
vertidos por el señor Ministro doctor Spuler y votó en igual sentido.
A la segunda cuestión -en su caso, ¿es procedente?-, el señor Ministro doctor Spuler dijo:
Atento el resultado obtenido al tratar la primera cuestión, no corresponde pronunciarse sobre
ésta.
Así voto.
A la misma cuestión, el señor Presidente doctor Gutiérrez, los señores Ministros doctores
Vigo, Gastaldi y Netri, y el señor Vocal doctor Cordini expresaron idénticos fundamentos a los
vertidos por el señor Ministro doctor Spuler y votaron en igual sentido.
A la tercera cuestión -en consecuencia, ¿qué resolución corresponde dictar?-, el señor Ministro
doctor Spuler dijo:
Atento el resultado obtenido al tratar la cuestión anterior, corresponde declarar inadmisible el
recurso interpuesto, con costas (art. 12, ley 7.055).
Así voto.
A la misma cuestión, el señor Presidente doctor Gutiérrez, los señores Ministros doctores
Vigo, Gastaldi y Netri, y el señor Vocal doctor Cordini dijeron que la resolución que
correspondía dictar era la propuesta por el señor Ministro doctor Spuler y así votaron.
En mérito del acuerdo que antecede, la Corte Suprema de Justicia de la Provincia RESOLVIÓ:
Declarar inadmisible el recurso interpuesto, con costas.
Registrarlo y hacerlo saber.
Con lo que concluyó el acto, firmando el señor Presidente y los señores integrantes de la Corte
por ante mí, doy fe.
FDO.: GUTIÉRREZ-CORDINI-GASTALDI-NETRI-SPULER-VIGO-Fernández Riestra
(Secretaria)

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