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enfermos/
El Retiro, Colombia
Nació en Medellín, Colombia, en el seno de una familia profundamente católica.
Naamán habló con el rey de Siria que le concedió permiso para ir a Israel. Le
entregó una carta para el rey que decía: «Cuando te llegue esta carta, verás que
el portador es Naamán, uno de mis oficiales. Te lo envío para que lo sanes de su
lepra». (2 Reyes 5:6)
El rey de Israel se puso muy nervioso, vio esto como un acto con intención de
comenzar una guerra ya que él se sabía incapaz de sanar. Eliseo le envió un
mensaje tranquilizador al rey y le dijo que él recibiría a Naamán. Eliseo le dio
instrucciones a Naamán para que pudiera recibir sanidad en el nombre del Señor.
Naamán siguió las instrucciones, fue sanado y reconoció al Dios de Israel como el
Dios verdadero.
Pedro le contestó: "No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy. En el nombre de
Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!" Y tomándolo por la mano derecha, lo
levantó. Al instante los pies y los tobillos del hombre cobraron fuerza.
(Hechos 3:6-7)
El padre de Publio estaba en cama, enfermo con fiebre y disentería. Pablo entró a
verlo y, después de orar, le impuso las manos y lo sanó. Como consecuencia de esto,
los demás enfermos de la isla también acudían y eran sanados.
(Hechos 28:8-9)
El ministerio de Jesús
Los Evangelios detallan muchos de los milagros que hizo Jesús durante sus tres
años de ministerio y una buena parte de esos milagros fueron sanidades. Veamos
algunas de esas sanidades y aprendamos del ministerio de Jesús.
Referencia
Enfermedad bíblica La petición Qué hizo Jesús, cómo oró Resultado
Podemos ver que Jesús no tenía un patrón específico o una fórmula para sanar.
Algunas veces los enfermos le pidieron sanidad; otras veces lo hicieron sus
amigos o familiares. Pero en algunas ocasiones él decidió sanar sin que se lo
pidieran. Lo que sí vemos en Jesús es la certeza de que era el momento
adecuado para que llegara la sanidad a esa persona.
Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. Porque todo el
que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. ¿Quién de
ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? ¿O si le pide un pescado, le da una
serpiente? Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!
(Mateo 7:7-11)
Pero no debemos exigir lo que queremos ni pedir cualquier cosa que se nos
antoje. Debemos pedir con humildad (2 Crónicas 7:14-15), dentro de la
voluntad de Dios (1 Juan 5:14-15), con fe (Santiago 5:14-15), confiando en que
lo que Dios hace (o no hace) es lo mejor para nosotros.
El orar por sanidad debe formar parte de nuestra vida como cristianos pues está
dentro de la misión que Dios ha encomendado a los que creemos en él.
Recordar que los pensamientos de Dios son diferentes a los nuestros y lo que él
más anhela es darnos aquello que nos ayuda en nuestro crecimiento espiritual.
Porque mis pensamientos no son los de ustedes, ni sus caminos son los míos —
afirma el Señor—.
(Isaías 55:8)
Recibe ánimo al leer estos 10 versículos que hablan sobre la sanidad divina.
20 Versículos Bíblicos de
Sanidad Divina Realizada por
Jesús
https://recursoscristianosweb.com/versiculos-de-la-
biblia/sanidad-divina-realizada-por-jesus/
By James Sandoval 29 noviembre, 2017 Versículos Bíblicos 12 Comments
Mateo 8:2-3
Y he aquí vino un leproso y se postró ante él diciendo: ¡Señor, si quieres,
puedes limpiarme! Jesús extendió la mano y lo tocó diciendo: Quiero. ¡Sé
limpio! Y al instante quedó limpio de la lepra (Mt 8:2-3).
Mateo 8:16-17
Al atardecer, trajeron a él muchos endemoniados. Con su palabra echó fuera a
los espíritus y sanó a todos los enfermos, de modo que se cumpliera lo dicho
por medio del profeta Isaías, quien dijo: Él mismo tomó nuestras debilidades
y cargó con nuestras enfermedades (Mt 8:16-17)
Mateo 9:35
Jesús recorría todas las ciudades y las aldeas, enseñando en sus sinagogas,
predicando el evangelio del reino y sanando toda enfermedad y toda
dolencia (Mt 9:35).
Mateo 12:13
Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Él la extendió, y su mano
fue restaurada sana como la otra (Mt 12:13).
Mateo 12:22
Entonces fue traído a él un endemoniado, ciego y mudo; y lo sanó, de manera
que el mudo hablaba y veía (Mt 12:22).
Mateo 14:35-36
Y cuando los hombres de aquel lugar lo reconocieron, mandaron a decirlo por
toda aquella región, y trajeron a él todos los que estaban enfermos. Y le
rogaban que solo pudieran tocar el borde de su manto, y todos los que lo
tocaron quedaron sanos (Mt 14:35-36).
Mateo 15:30
Entonces se acercaron a él grandes multitudes que tenían consigo cojos,
ciegos, mancos, mudos y muchos otros enfermos. Los pusieron a los pies de
Jesús, y él los sanó (Mt 15:30).
Mateo 17:18
Jesús le reprendió, y el demonio salió de él; y el niño fue sanado desde
aquella hora (Mt 17:18).
Mateo 19:2
Grandes multitudes lo siguieron, y las sanó allí (Mt 19:2).
Mateo 21:14
Entonces ciegos y cojos vinieron a él en el templo, y él los sanó (Mt 21:14).
Lea También: 37 Versículos de Animo y Aliento en la Biblia.
Marcos 10:51-52
Y Jesús le respondió diciendo: ¿Qué quieres que te haga? El ciego le dijo:
Rabí, que yo recobre la vista. Jesús le dijo: Vete. Tu fe te ha salvado. Al
instante recobró la vista y seguía a Jesús en el camino (Mr 10:51-52).
Lea También: 44 Versículos Sobre la Fe en la Biblia.
Lucas 13:11-13
Y he aquí una mujer que tenía espíritu de enfermedad desde hacía dieciocho
años andaba encorvada y de ninguna manera se podía enderezar. Cuando
Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, quedas libre de tu enfermedad. Puso
las manos sobre ella, y al instante se enderezó y glorificaba a Dios (Lc 13:11-
13).
Lucas 17:12-14
Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres leprosos los
cuales se pararon de lejos y alzaron la voz diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten
misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Vayan, muéstrense a los
sacerdotes. Aconteció que, mientras iban, fueron limpiados (Lc 17:12-14).
Lucas 22:49-51
Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja
derecha. Entonces respondiendo Jesús, dijo: ¡Basta de esto! Y tocando su
oreja, lo sanó (Lc 22:49-51).
Lea También: 25 Salmos sobre la Fe en Dios.
Versículos Bíblicos de Sanidad Divina por Jesús en
el Evangelio de Juan
Juan 4:49-51
El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que muera mi hijo. Jesús le
dijo: Ve, tu hijo vive. El hombre creyó la palabra que Jesús le dijo y se puso
en camino. Mientras todavía descendía, sus siervos salieron a recibirlo diciendo
que su hijo vivía (Jn 4:49-51).
Juan 5:8-9
Jesús le dijo: Levántate, toma tu cama y anda. Y en seguida el hombre fue
sanado, tomó su cama y anduvo. Y aquel día era sábado (Jn 5:8-9).
Juan 9:6-7
Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó los
ojos del ciego. Y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa
enviado). Por tanto fue, se lavó y regresó viendo (Jn 9:6-7).
Lea También: Versículos de Fortaleza en la Biblia.
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https://es.catholic.net/op/articulos/18619/cat/756/jesus-y-los-
enfermos.html#modal
Jesús ve el dolor con realismo. Sabe que no puede acabar con todo el
dolor del mundo. Él no tiene la finalidad de suprimirlo de la faz de la
tierra. Sabe que es una herida dolorosa que debe atenderse, desde
muchos ángulos: espiritual, médico, afectivo, etc.
¿Y ante el enfermo?
Quinto: con los ancianos tiene comprensión de sus dificultades, les alaba
su sacrificio y su desprendimiento, su piedad y su amor a Dios, su fe y
su esperanza en el cumplimiento de las promesas divinas (cf. Mc 12, 41-
45; Lc 2, 22-38).
Juan Pablo II en su exhortación "Salvifici doloris" (108) del 11 de
febrero de 1984 dice que Jesucristo proyecta una luz nueva sobre este
misterio del dolor y del sufrimiento, pues Él mismo lo asumió. Probó la
fatiga, la falta de una casa, la incomprensión. Fue rodeado de un círculo
de hostilidad, que le llevó a la pasión y a la muerte en cruz, sufriendo
los más atroces dolores. Cristo venció el dolor y la enfermedad, porque
los unió al amor, al amor que crea el bien, sacándolo incluso del mal,
sacándolo por medio del sufrimiento, así como el bien supremo de la
redención del mundo ha sido sacado de la cruz de Cristo. La cruz de
Cristo se ha convertido en una fuente de la que brotan ríos de agua
viva. En ella, en la cruz de Cristo, debemos plantearnos también el
interrogante sobre el sentido del sufrimiento, y leer hasta el final la
respuesta a tal interrogante.
¿Cuál debería ser nuestra actitud ante el dolor, la enfermedad y ante los
enfermos?
Además de consolar al que sufre, hay que hacer cuanto esté en nuestras
manos para aliviarlo y solucionarlo, y así demostrar nuestra caridad
generosa(109) El buen samaritano nos da el ejemplo práctico: no sólo
ve la miseria, ni sólo siente compasión, sino que se acerca, se baja de
su cabalgadura, saca lo mejor que tiene, lo cura, lo monta sobre su
jumento, lo lleva al mesón, paga por él. La caridad no es sólo ojos que
ven y corazón que siente; es sobre todo, manos que socorren y ayudan.
CONCLUSIÓN
Así Jesús pasaba por las calles de Palestina curando hombres, curando
almas, sanando enfermedades y predicando al sanarlas. Y las gentes le
seguían, en parte porque creían en Él, y, en parte mayor, porque
esperaban recoger también ellos alguna migaja de la mesa. Y las gentes
le querían, le temían y le odiaban a la vez. Le querían porque le sabían
bueno, le temían porque les desbordaba y le odiaban porque no
regalaba milagros como un ricachón monedas. Pedía, a cambio, nada
menos que un cambio de vida. Algo tiene el sufrimiento de sublime y
divino, pues el mismo Dios pasó por el túnel del sufrimiento y del
dolor...ni siquiera Jesús privó a María del sufrimiento. La llamamos
Virgen Dolorosa. Contemplemos a María y así penetraremos más
íntimamente en el misterio de Cristo y de su dolor salvífico.
Somos seres humanos y vivimos en cuerpos físicos que fallan y decaen con el
paso del tiempo. A lo largo de la vida enfrentamos toda clase de retos a nuestra
salud sea un resfriado, miopía, presión alta o alguna otra enfermedad más grave.
¿Qué nos dice la Biblia sobre la sanidad? ¿Está bien ir delante de Dios para
presentarle nuestras enfermedades y pedirle que nos conceda salud? Sí, Dios
escucha todas nuestras oraciones y desea obrar en nuestras vidas trayendo
sanidad espiritual, emocional y, en algunas ocasiones, la sanidad física.
En la Biblia encontramos versículos bíblicos que hablan sobre este tema. Veamos
algunos de ellos.
1. La sanidad y la obediencia
Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero
justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de
las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la
salud».
(Éxodo 15:26)
Dios declara que daría salud a su pueblo. Él les había librado de la esclavitud en
Egipto y ellos conocían bien su poder, su amor y su cuidado. Dios les dice que les
libraría de todas las enfermedades o plagas que habían visto en Egipto pero ellos,
como pueblo de Dios, debían escuchar su voz, obrar en justicia y vivir en
obediencia a sus mandatos.
Recibe ánimo al leer algunas de las razones que tenemos para alabar a Dios.
Aprende más sobre los dones del Espíritu Santo y cómo usarlos.
8. El rol de la fe
¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó.
Rabí, quiero ver —respondió el ciego.
Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado.
Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.
(Marcos 10:51-52)
Los versículos 46 al 50 dicen que tan pronto Bartimeo se enteró de que Jesús
estaba cerca comenzó a gritar diciendo "¡Hijo de David, ten compasión de mí!". No
tuvo vergüenza ni reparos. Él sabía lo que quería, sabía que Jesús lo podía sanar
y estaba dispuesto a gritar hasta recibir lo que anhelaba. Jesús le escuchó y le
llamó, así que Bartimeo dio un salto y se puso de pie, se despojó de su capa y se
acercó a Jesús.
¿Por qué Jesús le pregunta qué quiere? Era obvio que él deseaba ser sanado.
Pero hay momentos en los que Dios desea que le digamos exactamente lo que
queremos que él haga, y en el caso de Bartimeo, Jesús concedió la sanidad. Le
dijo "tu fe te ha sanado" y en ese instante el ciego pudo ver. A veces Dios solo
está esperando una muestra de fe de nuestra parte para realizar el milagro que él
ya ha decidido hacer.
Los enfermos deben llamar a los ancianos de la iglesia para que oren y les unjan
en el nombre de Jesús. La mención del aceite, muy usado en ese tiempo para
tratar dolencias y enfermedades, parece indicar que no debemos descartar la
medicina ya que Dios puede usar a los médicos y los medicamentos para traer
salud a nuestros cuerpos.
Aquí el apóstol Pedro hace referencia a Isaías 53:4-5 y la profecía sobre Jesús y
su muerte. Jesús llevó todos nuestros pecados y los clavó en la cruz sufriendo el
castigo que cada uno de nosotros debía haber sufrido. Cuando aceptamos a
Jesús como nuestro Señor y Salvador recibimos la vida eterna que él ya obtuvo
para nosotros.
Las heridas que Jesús sufrió en la cruz y la sangre que él derramó nos conceden
la sanidad espiritual o salvación. En Cristo recibimos también toda la sanidad
física que necesitamos, pero el anhelo principal de Dios es salvarnos de la muerte
eterna, que dejemos atrás el pecado y vivamos para él.
Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento
ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.