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topografía de la arquitectura contemporánea


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72.036 lgnasi de Sota-Morales
S-684 Prólogo de Peter Eisenman

2.003
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Editorial Gustavo Gilí, SA


08029 Barcelona· Rosselló, 87-89. Tel. 93 322 81 61
México, Naucalpan 53050 Valle de Bravo, 21. Tel. 55 60 60 11
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Versión castellana del prólogo: Moisés Puente


Fotografía de la cubierta: Congrexpo, Euralille (Rem Koolhaas)
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contenida en este libro, razón por la cual no puede asumir rnngun tipo
de responsabilidad en caso de error u omisión.

1' edición 1995, Colección "Hipótesis"


© del prólogo: Peter Eisenman
© de Jos textos: Eulalia Serra, 2003
© de esta edición: Editorial Gustavo Gili, SA, Barcelona, 2003

Printed in Spain
ISBN: 84-252-1912-4
Depósito legal: B. 408-2003
Impresión: Hurope, si, Barcelona
índice

Prólogo de Peter Eisenman 8

Introducción
Topografía de la arquitectura contemporánea 15

Mies van der Rohe y el m1nimalismo 31

Arquitectura y existencialismo 43

Arquitectura débil 61

De la autonomía a lo intempestivo 79

Lugar: permanencia o producción 101

Diferencia y límite: individualismo


en la arquitectura contemporánea 117

High tech. Funcionalismo o retórica 129

Sadomasoquismo. Critica y práctica arquitectónica 147

La obra arquitectónica en la época


de su reproductibilidad técnica 155

Créditos fotográficos 164


prólogo La prematura muerte de lgnasi de Solá-Morales en
2001 marcó el fin de su existencia física, de su sonrisa de
autonomía- y sus respectivas definiciones; dos de estos
temas afloran en su texto "Arquitectura débil".
complicidad y de su amable presencia. Puesto que él
Solo a Sola-Morales La definición de arquitectura débil de Solá-Morales, o
creyó y practicó la arquitectura más en sus escritos que
forma débil, está relacionada directamente con el uso del
construyendo, sus ideas perduran. No siempre estuve de
Peter Eisenman concepto "pensamiento débil" de Gianni Vattimo. Para
acuerdo con sus ideas, pero son ideas que deben ser
Vattimo, pensamiento débil significa que ya no es posible
consideradas, incluso rebatidas, cuando uno mira la his-
una narrativa lineal fuerte o superior. Para Sola-Morales,
toria y la teoría de la arquitectura de las últimas décadas
arquitectura débil es una experiencia estética débil,
del siglo xx. Así, escribir una introducción a esta nueva
pragmática pero periférica, marginada en una sociedad
edición de Diferencias es una oportunidad para intentar
obsesionada con lo real y lo verdadero. Más aún, para
llegar a un acuerdo, no sólo con el desaparecido lgnasi,
Sola-Morales la idea de lo débil está en oposición al fun-
sino con las ideas que nos dejó.
damentalismo de la arquitectura de los años sesenta y
Más que el recuerdo personal, lo interesante de este setenta, cuando la búsqueda de un simbolismo se retro-
cometido, y también lo más problemático, es que lgnasi traía hasta la Ilustración (sus críticas a Aldo Rossi y su
y yo fuimos buenos amigos. Sin embargo, no puedo decir Arquitectura de la ciudad, y a los tropos del movimiento
que él fuera un paladín de mi obra. Con pocas excepcio- moderno de Richard Meier, podían, por entonces, apli-
nes, como Alvaro Siza, Tadao Ando y Frank O. Gehry, en carse también a mi obra). La oposición de Sola-Morales
cuya obra encuentra "un modo elocuente y pleno la reso- a cualquier forma de condición fundacional. desde Le
nancia de la situación cultural contemporánea", la opinión Corbusier a Siegfried Giedion, proviene de su idea de que
de Solá-Morales fue, como mucho, ambivalente sobre la la cultura contemporánea metropolitana se manifiesta
mayor parte de arquitectos coetáneos. Por otro lado, se como una diversidad de tiempos. Esta diversidad de
podría decir que yo tampoco fui un paladín de su obra; tiempos pasa a ser esencial en su comprensión de la
cada vez que leía algún texto crítico de lgnasi, acababa arquitectura débil pues, para Solá-Morales, ésta se ubica,
diciendo con consternación: "¡no!, ¡no!, ¡no!". Una de las en última instancia, en su idea de evento.
razones de mi reacción exagerada es que muchos de los Encuentro dos problemas en su definición de "débil". El
temas que trató son también temas que me preocupaban primero es asociar débil a una posición antifundacional.
en mi propia obra. La agitación que me causa tiene dos
En este sentido discutiría que, en una época de fragmen-
caras: primero, que esos temas son cercanos a mi sentir
tación y dispersión, podría ser necesario algún interés por
y, segundo, que no me gusta cómo los interpreta. De los principios, aunque sólo sea por los primeros princi-
hecho, y en parte, éramos amigos porque estas grandes pios. El segundo es que uno debe discernir entre funda-
diferencias nos ofrecieron muchas oportunidades para mentalismo y fundamental. El fundamentalismo es una
conversar, si no para debatir.
ideología antimoderna; lo fundamental es quizá un con-
Tres de los temas interrelacionados que serpentean por cepto metafísico que trata con ciertas condiciones radi-
entre esta recopilación de ensayos constituyen buenos cales. Cualquier disciplina próspera se transforma
ejemplos de nuestros desacuerdos. Giran alrededor de constantemente a si misma, pero, para que haya cambio,
ideas contemporáneas -arquitectura débil, arqueología y la transformación debe comenzar en alguna parte. La
idea de lo fundamental, o fundacional, no otorga necesa-

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riamente valor a un origen; es más, es sólo un momento cio como en el tiempo histórico. Esta erosión de prioridad
para comenzar. Tales momentos son vitales; no tienen va unida a mi deseo de desdibujar la distinción entre figu-
nada que ver ni con el evento ni con el fundamentalismo. ra y fondo, una distinción implicita en el término superim-
En oposición a la idea de lo débil de Solá-Morales, mi posición.
uso de la idea de forma débil, o de arquitectura débil, La idea de autonomía constituye uno de los temas mas
tiene que ver con la descomposición de la asi llamada importantes que Solá-Morales suscita. En "De la autono-
fuerte relación entre forma y función, entre la imagen y su mía a lo intempestivo" introduce su argumento al decir
significado y, en última instancia, entre figura y fondo. que hay dos modos de ver la autonomía; una respecto a
En mi obra, la forma débil desdibuja las relaciones condi- las artes plásticas y otra respecto a la arquitectura. Cita
cionales que se manifiestan en la arquitectura. A la larga, la obra de artistas conceptuales cuyo distanciamiento de
la arquitectura actual sólo puede ser un medio de comu- la autorreferencia moderna se realiza hacia la autonomía
nicación débil, de manera que este emborronamiento de del procedimiento, donde el proceso es más importante
la relación vís-á-vís de la forma con el significado, debili- que la obra de arte en sí. Contrasta esto con la obra de
ta a este último aún mas en un sentido posttivo. Aldo Rossi: "Una arquitectura que ni empieza ni acaba en
Otra área que concierne tanto a lgnasi como a mi pro- el objeto. La arquitectura de Rossi se muestra como un
pia obra es la idea de una arqueología arquitectónica. intercambiable juego estructural entre tipos e imágenes";
Para Solá-Morales tal idea surge de la condición de lo una obra en la que "el discurso desde el interior de la
fragmentario y, de nuevo, de su obsesión por el tiempo. arquitectura en un universo donde la interrelación de las
Relaciona la idea de arqueología con los procesos de tipologías principales o el juego de una figuración reduci-
deconstrucción de Jacques Derrida. Solá-Morales escri- da a los rasgos esenciales constituyen e! procedimiento
be que la arqueología es otra condición del tiempo múlti- de su hacer arquitectura". Tanto en arte como en arqui-
ple o débil: "una discontinuidad en el tiempo cuya lectu- tectura, Solá-Morales se interesa por el proceso, una idea
ra como yuxtaposición es la mejor aproximación que nos de proceso que sugiere la idea análoga de tiempo que se
es posible dar a la realidad". Este solape o diversidad de traspone en su idea de lo intempestivo. Al hacer el salto
tiempos define su idea de contemporaneidad. Aquí nues- de lo incierto a lo inoportuno, Solá-Morales traslada a su
tras diferencias son sutiles pero no menos significativas, propio terreno la así llamada autonomía practicada por
y se centran en el uso de los términos por parte de Solá- Rossi: sostiene que las imágenes de Rossi representan
Morales de sµperimposición y ausencia. Es posible que una idea de co/Jage en la que el tiempo de dicho proceso
tal terminología sea menos precisa de lo que él hubiera produce un nuevo contenido temporal y, en consecuen-
deseado, puesto que algo debe perderse en su traduc- cia, objetos transitorios. Para Solá-Morales, tales objetos
ción al inglés, versión en la que leo sus escritos. Sin transitorios son autónomos, fuera del tiempo y del lugar.
embargo, hay que hacer una importante distinción Para mi, la autonomía significa hurgar en un objeto para
entre la idea de superimposición y la de superposición. encontrar esas características que puedan considerarse
Irónicamente, superimposición implica un original del que sólo arquitectónicas. Esta autonomía no reside en tipolo-
deriva el resto de capas; superposición sugiere que no gías conocidas y en sus formas imaginadas consiguien-
hay original sino sólo una oscilación entre capas del tes como teteras, zepelines o cosas del tipo, sino que
mismo valor, sea cual sea su situación tanto en el espa- busca formas asemantizadas y desemantizadas de ima-
genes; en otras palabras, imágenes débiles. Sí son algo,
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las imágenes de Rossi son fuertes y casi autónomas a la etapa interesaba a personajes como Rafael Moneo, .s.ola-
arquitectura pues se toman prestadas de otros contex- Morales continuó trabajando sobre las problemáticas
tos. Mientras puedo tomar procesos externos a la arqui- propuestas por el proyecto hermético de Tafuri.
tectura, tales como la teoría del caos y los fractales,
Esta búsqueda condujo a Sola-Morales a argumentar
dichos procesos se injertan en las formas de tal modo
continuamente contra la necesidad de cualquier tratado o
que pasan a ser autónomas y hablan sólo de su propio
discurso fundacional. Resumiendo, para Sola-Morales no
silencio interno.
hay necesidad de un discurso teórico coherente'. de nin-
El distanciamiento de Sola-Morales de ciertos temas gún "gran proyecto", sino sólo de una serie de discursos
arquitectónicos contemporáneos es similar al alejamien- divergentes pero solapados; asi acaba apoyando una
to de Manfredo Tafuri de la escena contemporánea. De forma del pragmatismo de Gilles Deleuze, es decir, si el
hecho, es imposible mirar la producción escrita de Sola- mundo es asi, ¡que sea!
Morales sin invocar a Tafuri, quien ofreció el modelo para
Pero siempre habra interpretaciones de este mundo.
una crítica de la arquitectura de vanguardia (o de orienta-
Por ejemplo, al final de "De la autonomía a lo intempesti-
ción izquierdista) de posguerra. Si bien no puede consi-
vo", Sola-Morales presenta una notable visión del tiempo.
derarse que Sola-Morales fuera de izquierdas, del mis-
Compara a Cronos con Aion, sosteniendo que Cronos
mo modo en que sí lo es Josep Quetglas, tampoco se le
representa el presente corpóreo, "el tiempo en plenitud".
deberia asociar con el centro-derecha de la revista Ar-
Por otro lado, Aion "es sólo el instante sin espesor ni
quitecturas bis que, siendo vanguardista en la España de
extensión". es "a-tópico, carece de lugar", E:ste es el
entonces, no era realmente de izquierdas.
mejor lgnasi. La carencia de lugar describe también su
Hubo tres aspectos en la trayectoria de Tafuri y todos propia situación en el mundo de la arquitectura. Quizá
ellos afectaron a Sola-Morales de un modo u otro. El pri- lgnasi no estuvo en Arquitecturas bis a causa de la pre-
mero trata sobre una crítica a la crítica operativa de Bruno sencia de su hermano, o quizá se trataba de una diferen-
. Zevi, donde la crítica intenta dirigir la obra; este periodo cia generacional. En todo caso, fue ajeno a la cultura
puso a Tafuri en contacto con la obra de Aldo Rossi, arquitectónica dominante en Barcelona por aquel enton-
James Stirling y los Five Architects de Nueva York. Parece ces; incluso a la cultura de Oppositions en la que estuve
que a Tafuri le fascinó la coherencia interna que surge de involucrado en Nueva York. Pero fue esta oposición a la
la obra de éstos, lo cual hizo aún mas difícil su propia lec- cultura dominante de los años setenta la que le formó.
tura. Esta dificultad quiza condujo a la segunda fase de la Era un outsider y fue en el exterior donde encontró la dis-
obra de Tafuri, el periodo que ha influido mas en Sola- tancia positiva suficiente para formar sus puntos de vista.
Morales. Quiza fue la fase más interesante y también la
Tristemente, el tiempo, en su ultimisima instancia, se lo
más radial, pues ahora el crítico ya no cree que su labor
llevó. Pero el tiempo todavía no puede apagar sus ideas.
recaiga en el objeto arquitectónico. Es más, la labor de
la critica es su propio objeto. Para Tafuri, el objeto de la
arquitectura y su manejo pasa a ser menos importante
que el acto crítico en si mismo. La tercera y última fase de
la obra de Tafuri consistió en apartarse de la teoria y la
crítica y dirigirse hacia una historia pura. Mientras esta

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topografía
de la arquitectura
contemporánea
El papel de la crítica de arquitectura ha variado subs- Situaciones
tancialmente a lo largo del siglo xx. La actividad crítica no
es algo bien definido, que ocupe un lugar determinado en
relación a la producción arquitectónica y a la valoración
que de ella se hace culturalmente. Por el contrario, si ana-
lizamos lo que ha sido la crítica arquitectónica desde los
momentos de la vanguardia hasta la actualidad, detecta-
remos situaciones cambiantes y relaciones entre la pro-
ducción y el consumo de la arquitectura ante las cuales el
crítico ha tomado actitudes diversas.
Hubo una actividad crítica comprometida con el pro-
yecto moderno. Fueron aquéllos que acuñaron una serie
de conceptos precisamente para legitimar las obras de la
Juan Navarro Ba!deweg. Palacio
de Congresos y Exposiciones, nueva arquitectura. Desde Adolf Behne hasta Siegfried
Salamanca
Giedion o Bruno Zevi la crítica es cómplice del proyecto
que intentan desarrollar los arquitectos de la vanguardia.
No se coloca frente a ellos o al margen, sepa-radamente.
Por el contrario, su discurso es siempre el de la demos-
tración de los nuevos valores contenidos en la nueva
arquitectura; hasta donde sea posible se trata de un dis-
curso que aspira a generalizar sus criterios tendiendo a
establecer un cuerpo doctrinal que acompañe al trabajo
proyectual; su tarea es la de convencer, a una cultura no
preparada para ello, de la novedad, bondad, adecuación,
de los nuevos hallazgos; a menudo se trata de un discur-
so histórico por el cual, con caracter de necesidad, se
explica el proceso que ha llevado de la tradición clásica a
la "nueva tradición" de la que habla Giedion; no hay dis-
tancia entre la practica y la teoría; los objetivos de arqui-
tectos, diseñadores y críticos coinciden; se estimulan
recíprocamente; se justifican buscando una legitimidad
histórica, cultural y técnica que haga de la nueva arqui-
tectura una contribución valiosa al conjunto de la socie-
dad y de la cultura.
La pérdida de confianza entre estas dos partes, los
arquitectos prácticos y los críticos, tiende a alejarlos, a
ignorarse, a sentirse ajenos unos a otros. Es la situación

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topografta de la arquitectura contemporánea topografta de la arquitectura contemporanea

de suspensión crítica que se produce en el clima poste- La situación actual parece haber perdido el rigor y la
rior a la 11 Guerra Mundial y al existenciali~mo como pen- seguridad del radicalismo sin haber sellado un nuevo
samiento individualista y descentrado. pacto de colaboración con la practica. Es el resultado de
una situación intelectual en la que no hay sistemas gene-
A esta perplejidad, sobre la que volveremos más ade-
rales ni de valores rn de principios políticos desde los que
lante, sigue una nueva concepción de la crítica como cri-
enjuiciar la arquitectura. Ésta, por otra parte, se muestra
tica radical. Si la practica arquitectónica ha tomado el
escasa y dubitativa a la hora de razonar sus propias pro-
camino de la autosuficiencia, de la reflexión interna y de
puestas. La afluencia de declaraciones de intenciones va
la tradición como únicos parámetros válidos y justificati-
acompañada de una falta de razonamientos fundamenta-
vos, la critica radical se desplegará como alegato global
dos. Las obras de arquitectura actuales y sus autores pre-
a esta construcción ideológica. En los años sesenta y
sentan deseos, intenciones, propuestas limitadas. La críti-
setenta hemos vivido las continuas descalificaciones glo-
ca contemporánea no puede acercarse a ellas con la fuer-
bales a la actividad arquitectónica: la arquitectura es un
za de un ejército organizado ni con la contundencia de una
constante discurso mixtificador; los mensajes de funcio-
división clara entre actores y críticos de la arquitectura.
nalidad, servicio público, honestidad, racionalidad y lógi-
ca constructiva son un engaño; las palabras de la arqui- Más que cuerpos teóricos lo que encontramos son
tectura son fruto de una retórica falaz; prometen lo que no situaciones, propuestas de hecho que han buscado su
dan, proponen utopías, modelos de vida que son imposi- consistencia en las condiciones particulares de cada acon-
bles; la arquitectura es ahora cómplice de las fuerzas tecimiento. Ni tiene sentido hablar de razones globales ni
mitificadoras de la sociedad; en el capitalismo hay una de raices profundas. Una difusa heterogeneidad llena el
intrínseca necesidad de recubrir la realidad de las cosas mundo de los objetos arquitectónicos. Cada obra surge
con discursos, llenos de trampas, añagazas, manipula- de un cruce de discursos, parciales, fragmentarios. Más
ciones que ocultan la verdadera perversidad de los pro- que hallarnos ante una obra, parece que lo que se nos
cesos de construcción de la ciudad y de los espacios presenta es un punto de cruce, la interacción de fuerzas
para la vida privada y pública; el critico debe ser la con- y energías procedentes de lugares diversos cuya defla-
ciencia lúcida, distante, separada de la vacuidad retórica gración momentánea explica una situación, una acción,
de los discursos. La crítica de la ideologia arquitectónica una producción arquitectónica concreta.
es una llamada a que la actividad crítica se constituya en
En estas condiciones de posestructuralismo episte-
denuncia, desenmascaramiento, juicio negativo. El crítico
mológico y de nihilismo político la crítica no puede ser
se aleja de la práctica de la arquitectura, se desentiende
otra cosa mas que un sistema provisional.
de ella. Más todavía, se alza ante ella, apoyado en las
razones de otra historia que es la que, en este caso, legi- Desde una multiplicidad de plataformas la crítica actual
tima las intenciones desmitificadoras a las que el crítico puede acometer la construcción de mapas, de descrip-
aspira. El crítico no es un juez neutral y carente de cual- ciones que, como en las cartas topográficas, muestren la
quier prejuicio. Es la voz de lo otro, de aquello contra lo complejidad de un territorio, la forma resultante de agen-
que la arquitectura atenta. No promueve una determina- tes geológicos que, silenciosamente, se enfrentan a una
da corriente sino que las descalifica en nombre de una masa aparentemente inmóvil pero surcada por corrientes,
global desconfianza ante lo que el discurso arquitectóni- flujos, cambios e interacciones que provocan incesantes
co promueve. mutaciones.

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topografia de la arquitectura contemporánea topografía de la arquitectura con1emporanea

La explicación de la arquitectura no se hace de ma- risticos de la cultura de los años cincuenta, tanto en
nera arborescente, entendiéndola como las ramas de un Europa como en los Estados Unidos, proponemos la
arbol que crecen de un tronco común y se alimentan a posibilidad de atrapar estos mismos rasgos en la arqui-
través de sus raices en un suelo propio. La arquitectura tectura de aquel momento de modo que aspiraciones y
no es un arbol sino un acontecimiento resultante del cru- problemas, concepciones del mundo y del sujeto sirvan
ce de fuerzas capaces de dar lugar a un objeto, parcial- tanto para la filosofía o la literatura como para trazar la
mente significante, contingente. La critica no es el reco- topografía arquitectónica de aquellos años.
nocimiento o Ja manifestación de ramas, tronco y raices
Hoy no estamos en la misma situación. Pero el retorno
sino que ella misma es también una construcción, pro-
del sujeto, de la psicologia de la percepción global, de la
ducida deliberadamente para iluminar aquella situación,
experiencia del vacio, de las inevitables presencias de
para llegar a dibujar la topografía de aquel punto en el
la función y del lugar, del movimiento y la ausencia de cual-
que se ha producido alguna arquitectura.
quier tipo de límite parecen tener nuevas formulaciones
El propósito de este texto no es otro que el de abordar en el contexto actual.
una de estas construcciones criticas. Armar un dispositi- A la voluntad de silencio y la intención de evitar cual-
vo con instrumentos de diversa procedencia con el que
quier tipo de explicación articulada también hoy, como en
dibujar el relieve de la situación contemporanea.
el pasado, la crítica contrapone su pretensión de cons-
Partiendo de la convicción de que no hay criterios fijos truir un discurso, de instalar un dispositivo desde el cual
con Jos que acercarse a las obras de arquitectura, sean atrapar rasgos, perfiles, actitudes y valores que formen
actuales o del pasado, este ejercicio tratara de encontrar una parte esencial de aquello que reiteradamente apare-
analogías entre la situación actual y Ja de Ja arquitectura ce en las propuestas contemporáneas.
occidental después de la 11 Guerra Mundial. Eviden-
temente se trata de una hipótesis que no pretende
demostrar que estemos de nuevo en el mismo Jugar o
que se repita Ja historia. Sabemos que las condiciones
históricas no se repiten jamás pero también sabemos que . Mi propuesta de comparación consiste en analizar por Analizando edificios,
las analogias son un procedimiento conspicuo para seña- un lado una selección de edificios tales como la casa estableciendo
Farnsworth de Mies van der Rohe (1945-1950); el Museo conexiones
lar estructuras del comportamiento y de la significación
que se hacen mutuamente inteligibles precisamente por de Arte de New Haven de Louis l. Kahn (1956); la iglesia
las semejanzas y las diferencias entre ellas. en !matra de Alvar Aalto (1956-1959); la casa Ugalde en
Caldes d'Estrac de José Antonio Coderch (1950-1951) y
Tratando de mostrar ciertas conexiones y ciertas trans- los apartamentos Borsalino en Alessandria de lgnazio
formaciones, estableceremos el paradigma de una y otra Gardella (1950-1952). Todos ellos son edificios construi-
situación y Jos criterios que se han mostrado eficaces dos en la década de los años cincuenta, por arquitectos
para descubrir aquel y este momento de la arquitectura cuya capacidad queda fuera de toda duda y que, apa-
del siglo xx. f¡ rentemente, no se presentan más que como una res-
Proponemos, en otro capitulo de este libro, la noción ' 'I puesta determinada a unas condiciones particulares, sin
de arquitectura exístencialista. Al trasladar una expresión ningún género de universalidad, ni de aplicación de un
que sirvió para describir un conjunto de rasgos caracte- cuerpo común, único, de conocimientos, teorias o reper-
torios lingüísticos.
20 21
topograíla de la arquitectura contemporanea topografia de la arquitectura contemporanea

Junto a esta serie de cinco edificios de los años cin- Zonificadas, organicas, constructivas, las razones funcio-
cuenta se propone otra selección, también de cinco edi- nales articulaban la forma arquitectónica y su expresión.
ficios, de los años ochenta. Son el edificio comercial en Criticado el funcionalismo como doctrina ingenua,
Kioto de Tadao Ando (1983-1990); los almacenes para
como mecanicismo expositivo, en los años actuales el
Ricola en Basilea de Jacques Herzog & Pierre de mensaje de los edificios parece producirse de un modo
Meuron (1986-1987); la casa Schnabel en Santa Mónica,
mucho mas mediato. A través de la noción de carácter y
Los Angeles, de Frank O. Gehry (1988-1990); el Auditorio por la mediación de las imagenes, procedentes sobre
en Salamanca de Juan Navarro Baldeweg (1989-1992) y
todo de las experiencias de las artes plásticas, las obras
la Facultad de Arquitectura de Oporto de Avaro Siza actuales despliegan su forma a través de contenedores
(1988-1992).
formales que actúan como los arquetipos jungianos. Las
Una preocupación común parece recorrer las obras de referencias al perfil elemental de la casa como noción
los años cincuenta. No sólo adecuar su forma a la clara natural; la cúpula como envolvente de cualquier espacio
definición de un programa sino hacer del programa fun- monumental, público, trascendente; las geometrias bási-
cional un punto de apoyo de la forma del edificio. Si cas como referencias a lo congénito, esencial; la eviden-
hablamos del funcionalismo como si fuera una doctrina, cia de los materiales como retorno a lo originario. Todos
pocas cosas aclararemos. El conocido libro de Edward estos rasgos, que ha experimentado el minimalismo en
de Zurko, publicado en aquellos años, demostraba preci- las artes plásticas, parecen ser el soporte de arquitectu-
samente que el funcionalismo en arquitectura era tan ras como las de Gehry, Siza, Ando, Herzog & de Meuron
antiguo como la arquitectura misma. Aparentemente anu- o Navarro Baldeweg. Ya no se trata de hacer evidente la
laba el caracter específico de esta posición en aquellos utilidad practica del edificio sino que su justificación
años pero en realidad lo que estaba llevando a cabo, como como forma apela a estructuras profundas de nuestro
teórico, era la legitimación histórica de una tendencia. psiquismo, evocandolas a través de imagenes arquetípi-
Funcionalista no quería decir precisamente útil, practico, cas mediante las cuales se desvele el caracter de las
eficaz. Proponía que el cometido funcional del edificio arquitecturas de un modo tan poderoso como anterior a
fuese explícito: Más todavía, que se hiciese comunicable, todo discurso lógico o narrativo.
fácilmente reconocible. Significaba también que la nove- Se trata, evidentemente, de un desplazamiento desde
dad o la riqueza de usos constituyesen el valor añadido la superficie hacia lo protundo pero, en ambas situacio-
de la arquitectura y que ésta se ordenase visualmente nes, se conserva la búsqueda del significado se constru-
en función del orden programático de sus funciones. El ye con un código peculiar y propio, particular en cada
núcleo técnico y el espacio transparente de la casa caso. No se trata del uso de códigos estilísticos, de esti-
Farnsworth, los espacios sirvientes y servidos de Kahn, lemas a través de los cuales un edificio se reconozca
el maclaje de volúmenes de la iglesia aaltiana de !matra, como caso particular de un lenguaje común sino de la
las rupturas morfológicas de la casa Ugalde o los leves búsqueda, en cada caso, para cada obra, de la presencia
gestos de los apartamentos Borsalino pretendían hablar y manifestación que le son propias.
de espacios para usos distintos y de la evidencia percep-
tible de estas diferencias. Una arquitectura nacida de la La inseguridad con la que se plantea a la arquitectura
abstracción buscaba, en la particularidad de cada pro- moderna la definición formal del objeto tuvo, en la crisis
grama, una de las razones de su justificación formal. de los años cincuenta, la respuesta panteísta de disolu-

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topografía de la arquitectura contemporanea topografia de la arquitectura contempoffinea

ción del objeto en el paisaje. El renovado interés por Ja decir con el mundo. Del panteismo organicista se ha
tradición pintoresquista tal como fue desarrollada por pasado al agnosticismo desarraigado. En una y otra
Nikolaus Pevsner en diversos articulas claramente doctri- situación la arquitectura no puede ocultar la profundidad
nales recogía Ja experiencia moderna de la inconsisten- de su herida: la ausencia de una relación feliz con el terri-
cia de los objetos en si mismos y resolvía este problema torio, con la naturaleza, con la vida.
a través de la idea de que su mejor resolución era su El psicologismo gestaltista, que impregna todas las
disolución en el paisaje. Integración, continuidad, cone- concepciones de la forma en los origenes de la arqui-
xión entre el interior y el exterior, adaptación, fueron los tectura del movimiento moderno, se desplaza de lo
tópicos con los que se explicaron opciones en las que la simplemente visual a lo complejo cinestésico precisa-
desmaterialización, fragmentación o camuflaje constitu- mente en la cultura posterior a la 11 Guerra Mundial. La
yeron estrategias recurrentes para la nueva arquitectura. Fenomenología de la percepción (1945), de Maurice
En los edificios de nuestra colección, como en tantos Merleau-Ponty, resume sintéticamente una investigación
otros, estas preocupaciones eran entendidas como valo- que, desde los estudios sobre estructura del comporta-
res positivos y como una necesaria descarga que la miento (1942) y el primado de la percepción (1946), ha-
arquitectura debia hacer de su propia presencia en bene- bian desplazado lo meramente visivo hacia una idea de
ficio de un continuum paisajístico del cual la arquitectura que nuestra experiencia del mundo que nos rodea se
no debla ser más que uno de sus múltiples componentes. hace con la totalidad del cuerpo, espacio-temporal.
·Hoy tampoco el paisaje constituye un fondo en el cual sexual, móvil y expresivo.
pueda pensarse que se inserta, integra, difunde el objeto La dicotomia visual-táctil propuesta por Alors Riegl a
arquitectónico. Poderosos procesos de aquello que Gilles comienzos de siglo para analizar las diferentes experien-
Deleuze llama desterritorialización colocan a los objetos cias estéticas se convertía, en los fenomenólogos, en una
arquitectónicos en no-lugares, en no-paisajes. Las arqui- teoria mucho más general y básica. Ni siquiera lo estéti-
tecturas contemporáneas surgen ex-abrupto, inespera- co podía entenderse como aquello que tiene que ver con
damente, sorprendentemente. Su presencia no está conec- la percepción artistica sino más ampliamente con todo
tada a un lugar. La recepción que leñemos de ellas está tipo de interacción entre el yo y el mundo.
casi siempre mediatizada: por las imágenes fotográficas,
por las visiones posibles, por la desconexión entre ellas y Estas ideas se reflejarán en la arquitectura de los mis-
lo que se produce en su entorno. Se diria que estamos en mos años en el abandono del discurso artístico tradicio-
el polo opuesto de la integración pintoresquista a la que nal y en la preocupación por toda suerte de fenómenos
aludíamos anteriormente si no sucediese que esta inte- globales de percepción. El interés por lo arcaico, por las
gración y aquel extrañamiento deben considerarse como culturas primitivas, por la etnologia estuvieron presentes
las dos caras del mismo problema. La fusión panteísta en en los debates del Team X como lo estaban también en
el paisaje o estupor aislado del objeto; ambas son mani- los grupos creativos del Art Brut o Cobra. En conjunto se
festaciones de que el objeto arquitectónico ya no esta- ponía en crisis no sólo la separación académica entre el
blece una relación estable y jerárquica entre él mismo y arte y la vida cotidiana sino también el final de una con-
su entorno. Por el contrario, la condición, repitámoslo cepción según la cual el objetivo de la arquitectura era
mediatizada de la arquitectura lleva a una relación siem- producir efectos ligados a una idea de belleza como
pre advenediza, impropia, extrinseca con el entorno, es orden superior de lo estético formal.

24 25
topcgrafia de !a arquitectura contempoffinea topogralia de la arquítectura contemporánea

La crisis y la crítica de los años cincuenta en el terreno De entre los ideales de la arquitectura moderna uno de
estético no se recuperaría con el frustrado renacimiento los más celebrados por sus exegetas ha sido el de la in-
de las formas clásicas en los setenta. Es evidente que el corporación del movimiento a un tipo de objeto que a lo
efecto buscado por Mies, Kahn, Aalto, Coderch o Gardella largo de la historia había sido, por definición, estático,
en sus obras ya no tiene que ver con la persecución de inamovible. Se decía que la arquitectura de la era científi-
una idea de lo bello que todavia encontramos, por ejem- ca de la relatividad einsteniana incorporaba el movimien-
plo, en Le Corbusier. to y por tanto el tiempo como una cuarta dimensión.
Cuando la relación entre el sujeto y el mundo se hace En términos más precisos esto significaba que esta
problemática ni siquiera valen las encuestas empíricas de arquitectura potenciaba los efectos de recorrido en su in-
la investigación fenomenológica. Hoy vivimos en la extra- terior y exterior llegándose por esta vía a la experiencia
ñeza entre el yo y los otros, entre el yo y el mundo, en el reiterada de que la arquitectura era sobre todo un espa-
límite incluso entre el yo y uno mismo. Nuestra percep- cio para la movilidad, un contenedor donde el movimien-
ción no es estructurante sino nomádica. La experiencia to estaba prefigurado produciéndose, gracias a ello, un
del propio cuerpo y de lo que le es exterior está hecha de inevitable efecto de vacuidad. Las arquitecturas que
ingredientes heterogéneos, de átomos que no constitu- hemos tomado como ejemplos de la nueva situación cri-
yen moléculas, de porciones que no encajan unas con tica producida en la cultura arquitectónica posterior a la 11
otras. Esta percepción errática y nómada de la realidad Guerra Mundial tienden a mostrarnos un vacio, un molde
es un rasgo tan caracteristico de nuestra crisis que la negativo para nuestra experiencia de la permanente
arquitectura lo manifiesta en multitud de aspectos. No es movilidad.
sólo la fragmentación que rompe los proyectos en partí- Transparencia, dilatación, ausencia de límites, interco-
culas difícilmente recomponibles. Es también que lo in- nexión espacial son siempre síntomas de que la arquitec-
acabado, parcial, acumulativo domina en un modo de tura actúa más como forma negativa que como proposi-
hacer que se presenta incapaz de proponer niveles supe- ción de contenidos figurativos precisos. La espacialidad
riores de integración. que parece hacerse categoria hegemónica en los cin-
Acumulación, reiteración, diferencia o desconexión, cuenta se radicalizará en nuestros días hasta convertir el
son algunos de los adjetivos más repetidos a la hora de vacio de sus lineas de construcción virtual en la pura
hablar de arquitecturas como las que hemos propuesto ausencia.
como muestra representativa de la situación actual. No Nunca como hoy la arquitectura ha sido interpretada
se trata sólo de que las fuentes de nuestra relación con como el testimonio de una emigración, el solar abando-
el mundo se hayan extendido y multiplicado. Se trata nado de dioses y hombres que ya no están más entre
también de que, al hacerlo, se han demostrado como nosotros. La filosofía nietzscheana del desamparo, del
una tarea inalcanzable los ideales de integración, cohe- abandono y del ocaso parece encontrar una resonancia
rencia y síntesis que habian presidido la producción clara en las obras más sensibles de nuestros días.
artística del pasado. Al desvanecerse estos ideales la
tarea de la arquitectura se presenta, modesta y frágil, El espacio que antaño era capaz de desencadenar en
como una permanente tentativa, como una insuperable el usuario o en el espectador experiencias en el vacio,
provisionalidad. en la abstracta cinestesia de la percepción dinámico-
temporal, parece haberse vuelto menos compulsivo,
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27
-:i-
topografía de Ja arquitectura contemporanea topografia de ta arquiteclura contemporanea

1
menos proyectivo. En vez de suscitar estímulos nuevos De poco sirve hacer un diagnóstico de la situación
la arquitectura actual parece reiterar, con una voz can- 1 actual si carecemos de una idea de salud compartida. La
sada, que estas novedades y aquellas excitaciones ya única tarea de la crítica es la de medir y acotar con toda
no son posibles o son, en todo caso, inútiles. Un viento la precisión que sea posible el estado de cosas en el que
nihilista recorre la arquitectura actual deshaciendo los 1 nos hallamos. Porque al dibujar el relieve de este territo-
gestos, las palabras, las imagenes que todavía proponía rio vacuo donde se encuentra la arquitectura, se hace
la arquitectura de la crisis de los años cincuenta. Aquel pública y colectiva una situación que voluntariamente se
momento estaba alimentado por el pathos de la insegu- quiere vivir como individual y privada.
ridad, de los horrores de la guerra, de las contradiccio- Publicar la cartografía de la arquitectura actual es la
nes de la vida social. única posibilidad de someterla al juicio de cualquiera, de
En la arquitectura de Ando o de Navarro Baldeweg el la multitud. en cualquier tiempo, en cualquier lugar.
tiempo se ha suspendido y las pasiones parecen acallar-
se. Ni siquiera hay un sujeto que grite y gesticule. Con la
desaparición de los dioses, de los mitos, de las ilusiones,
también la arquitectura se ha vaciado de individualismo y
subjetividad. Es cierto que no hay una voz colectiva que
la sustituya. Todavía es mas evidente que la sensibilidad
de los mejores artistas no recoge mas que una tercera
persona que no es ni yo, ni tú, ni él. La calidad de la obra
de arte y, por tanto, también de la arquitectura ya no
De Zureo, Edward R. Origins of Functionalist Theory, Bibliografía
puede medirse ni con un patrón objetivo ni por la fuerza
de la invención, de la novedad o de la peculiaridad del Columbia University Press, Nueva York, 1957; (versión
sujeto. El silencio de la arquitectura actual es aquel que castellana: La teoría del Funcionalismo en arquitectura,
corresponde, como en las obsesivas imágenes de la cien- Nueva Visión, Buenos Aires, 1958).
cia-ficción, a los espacios lunares, en los que el recono- Giedion, Siegfried, Space, Time and Architecture. The
cimiento de su topografía nos aporta un conocimiento tan Growth of a New Tradition, Harvard University Press,
inquietante como inútil. Cambrigde (Mass.), 1941; (versión castellana: Espacio,
La topografía de la arquitectura contemporánea que tiempo y arquitectura. El futuro de una nueva tradición,
hoy puede levantar y dibujar la crítica es la de los pai- Dossat, Madrid, 1982~.
sajes desolados, naturalezas muertas en las que el vacío Jung, Carl Gustav, Psychologische Typen, 1921; (ver-
es sólo una intensidad que se resuelve en la imaginación sión castellana: Tipos psicológicos, 1935).
y en la memoria.
Merleau-Ponty, Maurice, "Le primal de la perception et
des conséquences philosophiques", en Bulletin de la
Société Franr;aise de Philosophie, 4, octubre-diciembre
de 1947.
Pevsner, Nikolaus, "The Picturesque in Architecture",
en Journal of the RIBA, Vol. LV, diciembre de 1947.
29
28
mies van der rohe
y el minimalismo

Publicado orig1nalmt:nte en:


Mertins, Detlef {ed.),The Presence
of Mies, Princeton Archi!ectural
Press, Nueva York, 1994, pags.
149-155.
1

En la crisis de identidad del movimiento moderno en


arquitectura, en Ja década de los sesenta, una de las ta-
reas teóricas más comprometidas fue la revisión de Ja
obra de Jos maestros de la arquitectura moderna. Esta
operación cultural se iniciaba en un momento de crisis no
sólo arquitectónica sino también de las artes plásticas. La
situación post-painterly significaba la eclosión de líneas
de trabajo diversas, alternativas, radicales.
Entre ellas minimalismo y pop-art constituían explora-
ciones en direcciones opuestas a partir de una misma
1nsatisfacción por el subjetivismo de la tradición expre-
sionista y por el formalismo de la pintura sobre soportes
convencionales. La cuestión del significado estaba en el
centro de las preocupaciones de los artistas que trabaja-
ban tanto en una como en otra dirección. Para los mini-
malistas se trataba de regresar a un punto cero, a un
grado cero de la escritura, para decirlo con el titulo del
famoso texto de Roland Barthes de 1953, a partir del cual
construir, cautelosamente, unos mínimos significados esté-
ticos. Para el pop-art, simétrica y opuestamente, el sig-
nificado podía hallarse en Ja imitación de los modelos
establecidos por la tradición o en unos nuevos reperto-
rios leónicas evidentes, populares, difundidos por los
nuevos medios de comunicación de masas.
En arquitectura el fenómeno era paralelo. Ante la invia-
bilidad de los tópicos de la tradición moderna unos bus-
caban de nuevo en los orígenes, en las fuentes puras de
la arquitectura iluminista o del purismo del movimiento
moderno, las palabras esenciales, Jos gestos fundaciona-
les del lenguaje arquitectónico. Otros, por el contrario,
creían encontrar en la difusa popularidad o en el prestigio
de la arquitectura clásica una fuente renovadora de signi-
ficación.
Curiosamente el retorno a Mies se ha producido desde
estas dos ópticas no siempre bien delimitadas y a menu-
do conviviendo una con otra.

33
mies van der rohe v el m:nilTl13l1smo mies van der rohe v el minima!ismo

No se trata exactamente de que hayan existido una en Mies, a la manera de Marcel Duchamp, como el autor
lectura pop y otra minimalista de la arquitectura de Mies de unos ready made arquitectónicos en los cuales el sig-
van der Rohe. Pero lo que ahora ya es evidente es que el nificado se produciría por una suerte de moderno nomi-
problema del significado ha provocado la poderosa nece- nalismo gracias al cual la redundancia de los iconos clá-
sidad de ver en la arquitectura de Mies algún tipo de sicos utilizados constituiría la garantía del sentido de la
reminiscencia, sobre todo de la tradición de la arquitectu- obra de arquitectura. Thierry de Duve, en un reciente e
ra clásica provocada por una equivocada lectura de su inteligente libro sobre Duchamp, acuña la expresión
obra. Basándose en su aprendizaje junto a Peter Behrens nominalismo pictórico. Con ella describe el procedimien-
y en su simpatía berlinesa por la obra de Karl Friedrich to convencional por el cual los objetos estéticamente no-
Schinkel, se ha presentado en los últimos años un Mies significantes, la fontaine por ejempio, se transforman en
van der Rohe clasicísta, un atípico maestro del movi- obras de arte. Este nominalismo basado en la acepta-
•'.,_
miento moderno empapado de tradición clásica mas allá ción, de hecho, de la condición artística para cualquier
de la apariencia moderna del acero y cristal de sus edifi- objeto, sustituye al platonismo esencialista según el cual
cios. Es una operación que hoy conviene denunciar. Se es el orden entre naturaleza y arte en la armonía de un
asemeja demasiado a la que también se ha querido hacer cosmos único, el que garantiza el significado profundo de
con Frank LI. Wright o con Le Corbusier. Se ve detrás de la obra de arte. El procedimiento semántico se basa, en
ellas el interés de los arquitectos y de la crítica por encon- este caso, en la condición imitativa -ars símiae naturae,
trar un significado consistente en la obra de un arquitec- el arte imita la naturaleza- propia del modo de operar
to cuyas soluciones, estandarizadas y manipuladas, se clásico. El nominalismo arquitectónico toma el clasicis-
habían convertido en la más representativa retórica de la mo convencionalmente como señal, como revestimien-
arquitectura comercial. to de artisticidad de la misma manera como la llamada
arquitectura posmoderna, en el sentido de Charles Jencks,
Pero en Mies el clasicismo que puede detectarse en
alguno de sus edificios no es un argumento que permita lo ha realizado hasta la náusea.
explicar toda la intensidad estética de su obra. Las re- ·En Mies no existe la referencia a la totalidad del cos-
ferencias a los templos dóricos y al Erecteion, los parale- mos con la que el arte clásico construía el sentido, los
los con el Altes Museum o la Neue Wache de Schinkel, órdenes, los tipos, las proporciones, la perspectiva. No
las sorprendentes visiones del pabellón de Barcelona a tiene sentido, por tanto apelar a Mies como el último cla-
través de columnas jónicas o el despiece de las colum- sicista. Pero tampoco existe un Mies pop, capaz de apro-
nas de la Neue Nationalgalerie de Berlín como rediseño piarse libremente de los significados de la tradición clási-
de los órdenes clásicos, corresponden a una ansiosa ca con la audacia de quien lleva a cabo un golpe de
búsqueda de significado por la vía de la imitación, de la mano, un secuestro. Por el contrario, en la construcción
mimesis clásica, en una operación ideológica difícil de de un grado cero de la escritura arquitectónica el proce-
justificar a partir de la actitud, los escritos y el conjunto dimiento es completamente distinto.
de la obra miesiana.
La obra de Mies no parte de imágenes sino de mate-
La obra de Mies no nace de la recreación de una na- riales. Materiales en el sentido fuerte de la palabra. Por
turaleza permanente y transhistórica basada en los órde- supuesto de la materia con la que están construidos sus
nes clásicos y en su gramática. Tampoco es licito pensar objetos. Una materia abstracta, general, geométricamen-

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mies van der rohe y el minimalismo rnes van der rohe v el mínimalismo

te cortada, lisa y pulida, pero materia consistente, evi- (1991) (¿Qué es la filosofía?), es un bloque de sensacio-
dente, sólida. Pero también una materialidad mas amplia nes, es decir un compuesto de percepciones y de afec-
que abarca la gravedad y el peso de los elementos cons- ciones (percepts et affects). Las sensaciones no nos
tructivos, las tensiones de sus comportamientos estáti- envian a otros objetos o imágenes que sirven de referen-
cos, la dureza o la fragilidad, la artificiosidad material de cia. El material y su durabilidad son los que soportan y
la técnica que prepara y manipula los elementos con los pro-ducen tanto las percepciones que recibimos a través
que se levanta el edificio. Una materialidad. por último, de los sentidos como las afecciones que no son mera-
que parte desde el comienzo de los problemas materia- mente subjetivas ni pueden considerarse puras reaccio-
les de la iluminación, el aire acondicionado, la estanquei- nes del individuo frente a la obra. La arquitectura radical
dad de los cerramientos, el funcionamiento adecuado de míesiana es un bloque consolidado, permanente, de pro-
los edificios en relación al uso al que estan destinados. ducción de sensaciones a través de las cuales pasan los
Toda la enorme carga de innovación miesiana ni procede materiales y se llega a los conceptos.
de la imitación ni es el discurso abstracto de conceptos
La condición abstracta de la sensibilidad miesiana
sobre el espacio, la luz o el territorio. En Mies las realida-
refuerza el paso de la sensación a la percepción y de la
des físicas son desde el principio el material para la obra
percepción al concepto. Un concepto que no tiene nada
de arquitectura y sus llamadas a entender la arquitectura
que ver ni con la ciencia ni con la filosofía, pero que se
únicamente como edificación, como bauen, no son un
aleja del peligro de lo que ha sido el llamado arte concep-
tributo ligero a una moda funcionalista sino la demostra-
tual. Efectivamente éste ha tendido, por la extrema des-
ción de que para el autor de la casa Tugendhat las condi-
materialización de sus mensajes, a la pura información, a
ciones perceptivas creadas por la materialidad de los
la taxonomia, a la formulación de propósitos o proyectos
edificios estan en el origen del significado espiritual de los
generales. El arte miesiano, al igual que las obras de
mismos. Sólo pasando a través de las condiciones ma-
Donald Judd o Dan Flavin, tiene un componente material
teriales se pueden alcanzar "las fuerzas que actúan en su
que lo delimita. Esta materialidad concreta no les hace
interior" y "el auténtico campo de actuación que es, sin
generales sino particulares. Sus obras no son la expre-
duda, el de los significados" (Mies 1953).
sión de una idea general sino óbjetos físicos, tangibles,
Ahora bien la relación que se establece entre la ma- productores de percepciones y de afecciones.
terialidad de los objetos arquitectónicos y su recepción
Es erróneo pensar en la arquitectura de Mies como en
como significado espiritual no se produce para Mies en
un escenario, aunque sea vacio. La metáfora, tal como la
un tejido conceptual previamente establecido para con-
ha utilizado Manfredo Tafuri y alguno de sus discipulos al
formar los elementos abstractos tales como el ritmo, el
referirse al pabellón de Barcelona, traiciona, una vez más,
equilibrio, la proporción y la medida. Estos valores son,
la modernidad de la obra miesiana reconduciéndola a un
en todo caso, un resultado. En otras palabras: el arqui-
entramado -el escenario- que es por definición una
tecto no adecua las formas de sus materiales a leyes o convención visual previamente establecida. Hablar de
convenciones preexistentes a imitar, reproducir.
escenario vacio es ver las descargas perceptivas forma-
Nuestra relación con la arquitectura es inmediata. La das por los edificios miesianos como el último residuo de
obra de arte moderna, han escrito Gilles Deleuze y Félix una tradición de la obra de arte como representación.
Guattari en su último libro ¿Qu'ést-ce que la phi/osophie? Pero la sensibilidad moderna ha abandonado este proce-

36 37
mies v-an der rohe y el m1nimalismo m:es van der rohe y el rninimal1srno

dimiento. Desde el empirismo del siglo xvm, desde David miento o un tiempo histórico, la colectividad o los orige-
Hume y Edmund Burke, desde Uvedale Price y Richard nes, determinados valores civiles o morales. Mies van der
Payne Kníght, la experiencia estética surge desde la con- Rohe apela en sus escritos una y otra vez al significado
moción inesperada provocada por un recorrido aleatorio, espiritual que debe alcanzar la obra de arquitectura. Fritz
por una acumulación de imágenes, por un exceso de Neumeyer en su excelente exégesis de las fuentes del
sensaciones. pensamiento miesiano ha subrayado la importancia que
tiene la tradición fenomenológica de los discípulos de
Walter Benjamín, en su Pequeña historia de la fotogra- Max Scheler en Mies van der Rohe. Romano Guardini y
fía decia: "El cine proporciona materia para una recepción Paul Landsberg son dos de los pensadores contemporá-
colectiva y simultánea, de la misma manera que, desde neos cuya influencia en Mies parece fuera de toda duda.
siempre, lo ha hecho la arquitectura". En la obra de Mies Tal vez, sin embargo, Fritz Neumeyer no ha puesto sufi-
la percepción que nos es ofrecida no presupone ni un cientemente de manifiesto que tanto uno como otro.
punto de vista ni un orden de lectura ni una jerarquia. La tuvieron en el centro de sus preocupaciones una proble-
visión moderna desarrollada por la fotografía, ha escrito matica religiosa. En el caso de Guardini, sacerdote católi-
Paul Virilio, ha hecho desaparecer no sólo la distancia co, una búsqueda permanente de relaciones significativas
espacial sino también la distancia en el tiempo. No es
entre el hombre, las cosas, la técnica. Se trataba de re-
casual el interés de Mies por el fotomontaje y por el con- construir el sentido en un mundo posnietzscheano en el
trol de las fotografías de sus edificios, unas fotografías, que no sólo Dios habia muerto sino también en el que
por cierto, para las que las nociones de escenografía o de
el anuncio hegeliano de la muerte del arte estaba en la
teatralidad, resultan completamente inadecuadas. raíz de los comportamientos de la vanguardia. Guardiní,
De la misma manera, hablar del contexto en la obra de en cuyos textos sobre la liturgia y los simbolos sagrados
Mies es introducir un paradigma conceptual también ina- se encuentra su pensamiento estético mas desarrollado,
decuado. Sus obras no se hacen en relación al contexto reflexionó a lo largo de toda su vida sobre el significado
ni constituyen un comentario o una mimesis del lugar en trascendente, mas allá de su materialidad concreta pero
el que se encuentran. Una vez más ver las cosas de este desde ella misma, de los objetos, los gestos y las pala-
modo es un artilugio para llevar la obra miesiana fuera de bras de la vida humana. Landsberg de origen judío y ase-
sus propias intenciones. Como dijera Harold Rosenberg sinado en un campo de concentración en 1944, amigo de
refiriéndose a las obras de arte minimalistas, éstas "afir- Emmanuel Mounier y de los personalistas franceses,
man la existencia independiente del objeto artístico como había dedicado sobre todo sus esfuerzos a pensar una
significativo por si mismo" mas que relacionandose con antropología filosófica, un pensamiento que reconstruye-
obras del pasado o con ideas sociales o emociones indi- se un lugar para el hombre, su producción y sus relacio-
viduales. nes interpersonales.
Esta condición aislada, autónoma, de la experiencia Es en este contexto en el que Mies desarrolla su con-
estética tiene que ver con el carácter autorreferencial de cepción autorreferencial de la obra de arte. Tal vez la di-
la arquitectura miesiana. En Mies la arquitectura no es ferencia de esta noción entre Mies y el minimalismo de
nunca un monumento. No lo es en el sentido etimológico los años sesenta y posteriores estribe precisamente en el
de la palabra monumento: una obra que se refiere, que sentido abierto o cerrado que la autorreferencia compor-
recuerda, a otra cosa fuera de ella misma, un aconteci- ta en relación a otros valores. Para los minimalistas la
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mies van der rohe v el minimal!smo mies van der rolle y e! minimal1smo

obra no apela ni evoca nada que no sea ella misma. suya es la contribución de la verdad, de la honestidad.
Participa de la pura aleatoriedad heredada de Stéphane Este es su mensaje.
Mallarmé y del silencio final de Casimir Malevich. La 1968 es el año emblemático del fin del movimiento mo-
obra de arte es autorreferente porque empieza y acaba derno y de explosión de la cultura posmoderna, cuando el
en ella misma y sólo explica su materialidad, su factua- minimalismo como corriente había ya recibido no sólo el
lidad, su evidencia. En Mies hay mucho de esta misma nombre sino la definición a través de los textos críticos
ascesis que mantiene la obra de arquitectura fuera de claves de Ciernen! Greenberg, Barbara Rose, Harold
cualquier tentación por hacerla vehiculo de otro signifi- Rosenberg, lrving Sandler y Richard Wollheim, entre otros
cado o expresión de otros contenidos. También en Mies y cuando se inauguraba la Neue Nationalgalene en Berlín,
su arquitectura se refiere a ella misma. Explica cómo es el último de los edificios terminado en vida de su autor.
y hace de su presencia el acto primordial de su signifi-
cación. Pero en Mies hay un proyecto ético que se rea- En este mismo año Deleuze publicaba su libro filosófi-
liza precisamente en la obra. Todo el debate sobre la co más importante: Dífférence et repétítíon (Diferencia y
técnica del periodo de entreguerras es un debate ético. repetición). "Durante mucho tiempo creo que esta obra
Tanto Oswald Spengler como Martin Heidegger, Hein- girará sobre nuestras cabezas. Tal vez un dia el siglo será
rich Mann o Ernst Jünger, al reflexionar sobre la técnica deleuziano" habia profetizado Michel Foucault.
y sus productos lo hacen desde un punto de vista ético Citar ahora el texto de Deleuze es pertinente porque
en la perspectiva de una reconstrucción después del contiene un pensamiento figurativo capaz de formular los
nihilismo nietzscheano. Los análisis de las diferencias nexos evidentes que hay entre la experiencia estética del
entre tecné y poesis en el pensamiento griego tal como minimalismo y la obra miesiana. Concebido como una
los desarrolla Werner Jaeger nacen de una preocupa- salida de la rigidez del pensamiento estructuralista y tam-
ción contemporánea de la que participa Mies van der bién de la pura descomposición del carnaval posnietzs-
Rohe. La reconsideración de la estética medieval, en la cheano, Deleuze establece las bases de un proceso de
que la producción y el sentido se daban inseparablemen- significación y de construcción del sentido a partir del
te constituye para los pensadores citados y también para desequilibrio que en la idea monista de lo igual, lo mismo,
Mies, una referencia indiscutible. La autonomia de la introduce la repetición y la diferencia.
obra de arquitectura, el proyecto de volver a hacer de la
obra "un compuesto sólido y duradero" como había La repetición como novedad, como mecanismo de
libertad, de muerte y vida; la repetición como voluntad,
dicho Paul Cézanne de su proyecto para la pintura, es el
como lo contrario a las leyes de la naturaleza; la repeti-
corazón del trabajo de Mies. Esta es la idea que surge
ción como nueva moral más allá del hábito y de la memo-
de la obra. La arquitectura no debe ser solipsista, ence-
ria. Una repetición que sólo se hace tensa y creativa con
rrada en si misma, autocomplacida con sus propios
las grietas de Ja diferencia, con el desequilibrio, la in-
intereses ni tampoco puramente empírica, el "yo no
novación, la apertura y el riesgo.
busco, encuentro" de Picasso. El proyecto arquitectóni-
co miesiano se inscribe en un proyecto más amplio, ético,
en el que la contribución del arquitecto a la sociedad se
hace precisamente a través -de la transparencia, econo-
mia y obviedad de sus propuestas arquitectónicas. La

40 41
rrues van der rohe v e! mlnimal:sma
1
1

Bibliografía Barthes, Roland, Le degré zero de l'ecriture, Editions


du Seuil, París, 1953; (versión castellana: El grado cero de arquitectura
la escritura, siglo XXI, Madrid/Ciudad de México, 1996").
De Duve, Thierry, Nominalisme pictural, Les Editions de
y existencialismo
Minuit, París, 1984.
Deleuze, Gilles, Différence et repétition, P.U.F., París,
1968; (versión castellana: Diferencia y repetición, Júcar,
Madrid, 1988).
Deleuze, Gilles; Guattari, Félix, ¿Qu'ést-ce que la philo-
sophie?, Les Editions de Minuit, París, 1991; (versión cas-
tellana: ¿Qué es la filosofía?, Anagrama, Barcelona,
1993).
Neumeyer, Fritz, Mies van der Rohe: das Kunst/ose
Worl. Gedanken zur Baukunst, Siedler, Berlín, 1986; (ver-
sión castellana: Mies van der Rohe. La palabra sin arlifi-
cio. Reflexiones sobre arquitectura 1922/1968, El Croquis
Editorial, Madrid, 1995).

Publicado ortginalmenle en:


Casabe/la, 583, octubre 1991,
págs. 38-40.

42
La explicación del desarrollo a lo largo del tiempo de la
arquitectura del movimiento moderno se ha hecho siem-
pre con bastante debilidad conceptual.
Primero fueron los protagonistas de la fase fundacional
quienes pensaron que este desarrollo era prácticamente
un proceso natural. Más tarde se pensó que lo único que
sucedía, dentro de una supuesta ortodoxia, eran movi-
mientos de crecimiento y extensión de los mismos princi-
pios, en un proceso orgánico que extendía las mismas
doctrinas hacia nuevas áreas y nuevos problemas. Por
último, porque con la explicación de una visión biográfica
y generacional se pasó de las ideas a las personas pro-
duciéndose una versión de dicho desarrollo como si fuera
e! traspaso de un testimonio en una carrera de relevos en
la cual la segunda, la tercera o la cuarta generación eran
eslabones de una misma cadena.
Arata !sozaki. Palau Sant Jordi,
Barcelona. En los últimos años una idea más radical de crisis hizo
pensar que aquella continuidad se habia roto, de modo
que el hilo de aquella "moderna tradición", como la lla-
mara Siegfried Giedion, se cortaba ante el radicalismo de
quienes abomínaban de ella o ante quienes, para refun-
darla, retrocedían de nuevo a los origenes, fueran éstos
los heroicos años de la vanguardia o los no menos fun-
dacionales tiempos de la cultura ilustrada.
Hoy por hoy creemos necesario explorar esta situa-
ción aportando algunas hipótesis que permitan colocar-
se fuera de la lógica descrita.
Para ello es necesario partir de dos supuestos. En pri-
mer lugar que no hay una crisis de la arquitectura del
movimiento moderno sino muchas.
Crisis distintas que forman parte de las contradiccio-
nes que la misma idea de un movimiento moderno, cohe-
rente, unitario comporta. Pero también crisis distintas
porque, en la medida en que fuese posible reconocer
unos principios y unos métodos comunes éstos fueron
puestos en entredicho desde el mismo momento de su
formulación.
45
arquitectura v ex1stencia!ismo 1 arquitectura v existenctahsmo

No pretendemos hablar de todas y cada una de las cri- arquitectos alemanes entre los cuales se contaban
sis que se pueden detectar en la cultura arquitectónica Max Taut, Willi Baumeister, Lilly Reich, Otto Bartning o
del movimiento moderno en los últimos sesenta años, Heinrich Tessenow, hacen un llamamiento a ocuparse de
sino analizar uno de estos distintos puntos de inflexión a las necesidades fundamentales. El punto primero de este
causa del cual los cambios en las formas y repertorios texto afirma: "Las grandes ciudades deben reconstruirse
figurativos no son producto de una simple mutación del con nuevas unidades residenciales capaces de vida autó-
gesto sino el resultado de cambios epistemológicos que noma. Sólo los centros de antiguas ciudades deberim
afectan a la cultura del momento y por extensión tam- adquirir nueva vida como corazón cultural y político".
bién a la arquitectura.
La afirmación de la prioridad de la residencia en las
La hipótesis que se propone es la de considerar la in- nuevas ciudades o en las zonas que deben ser recons-
cidencia del existencialismo no como estricta corriente filo- truidas se acompaña de una afirmación de consecuen-
sófica sino como un clima cultural en el cual se reordenan cias estéticas destacables. "Para las víviendas sólo hay
los puntos de vista éticos y estéticos que incidirán en cam- que buscar aquello que sea simple y válido".
bios profundos en la arquitectura posterior a la 11 Guerra
Advirtamos cuáles son los adjetivos empleados para
Mundial.
caracterizar la nueva residencia. No se trata de llamar a lo
Lo que se pretende examinar es cómo una reorganiza- racional, lo tecnológicamente nuevo o lo minimo indis-
ción de objetivos culturales ligados a una distinta con- pensable sino que se utilizan adjetivos bastante distintos.
cepción del individuo y de la sociedad socavan la es- La sencillez y la validez apelan prácticamente a lo contra-
tructura teórica de la arquitectura del movimiento moder- río de lo nuevo y lo experimental. El soporte de la expe-
no desplazándola hacia valores distintos y cómo este riencia, la apelación a lo auténtico, confirmado por un
desplazamiento en los valores tiene consecuencias de- cierto tipo de retorno a los orígenes están en la mente de
cisivas en la concepción que, fundamentalmente en la quienes firman el texto de 1947.
década de los años cincuenta, dominaron la arquitectura
En el mismo año, en Bridgewater, en Inglaterra, se re-
europea y americana.
únen de nuevo los CIAM. En una de las ponencias Aldo
van Eyck toma la palabra para formular una cerrada criti-
ca a toda suerte de mecanicismo en arquitectura. El
mecanicismo que critica el arquitecto holandés es identi-
Habitar La Carta de Atenas de 1933 había dividido la actividad ficado con una palabra hasta entonces clave: el funciona-
arquitectónica en cuatro grandes áreas. Habitación, Ocio, lismo. De esta manera se abre una grieta profunda entre
Trabajo y Transporte eran competencias diferenciadas de las inamovibles convicciones funcionalistas de preguerra
la arquitectura que se traducian en investigaciones tipo- y el nuevo clima representado por los jóvenes arquitec-
lógicas diversas y en zonificaciones urbanas separadas tos incorporados al debate de la arquitectura moderna.
entre si. Para Van Eyck lo que se trata de conseguir no son res-
A raiz de las destrucciones producidas por la 11 Guerra puestas concretas a necesidades puntuales cuantifica-
Mundial el tema de la habitación se hace prioritario por bles por su incidencia física sino, por el contrario, lo que
razones evidentes. En el manifiesto de 1947 publicado hay que buscar es una arquitectura que satisfaga las
en Baukunst und Werkform, un grupo representativo de necesidades humanas de tipo emocional (man 's emotio-

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1
arquitectura y existencialismo arquitectura v existencialismo

nal needs). El mismo cambio de tono y de registro de inte- blema de la identidad urbana un sutil pero contundente
reses se encuentra en la intervención de Jacob Bakema. ataque a los criterios canónicos de la arquitectura del
El futuro reconstructor de Rotterdam clama también por movimiento moderno.
una arquitectura cuya intención fundamental sea la de Cuando en 1959 se convoque el último congreso de los
estimular el crecimiento espiritual del hombre. Los nue- CIAM en Oterloo el cambio está consumado. El enfrenta-
vos términos del lenguaje del existencialismo -humanis- miento de los "jóvenes" Van Eyck, Sert, Giancarlo de
mo, emociones, crecimiento espiritual, auténtico, váli- Cario, Ernesto N. Rogers y los Smithson con los Giedion,
do...- han hecho su aparición en escena. Su aplicación Grop1us y Le Corbusier es algo más que una pequeña
al discurso de la arquitectura empieza a empapar los tex- batalla doméstica. La llamada a la identidad y la difusión
tos de los autores más permeables al nuevo clima cultu- de otros conceptos como core o cluster no puede ser
ral. Con ellos, en un lento pero inexorable desplazamiento interpretada sólo como una sustitución de un lenguaje
de las coordenadas desde las que pensar la arquitectura, metafórico de la máquina por un lenguaje metafórico de
se inicia un proceso de traslación conceptual que será lo organico. Más allá de la formalización inspirada por
dominante en la próxima década. modelos del mundo natural el core es un corazón, el
Es en el CIAM de 1954, en Aix-en-Provence, donde núcleo germinal y profundo de las cosas, la razón última
este cambio de valores se refuerza en relación explícita y de su modo de ser, mientras que el cluster es no sólo un
prioritaria a la vivienda. Alisan y Peter Smithson formulan, racimo de uvas o un manojo de flores sino la reunión, la
por primera vez, su teoria de la estructura urbana. Una asociación de aquello que vive conjuntamente, intercam-
teoría pensada desde y para la residencia. Habitar es el biando sus flujos vitales en una convivencia que da sen-
paradigma de la vida urbana y el sistema articulado de la tido al individuo como parte inseparable de un grupo
casa, la calle, el distrito y la ciudad es una conceptualiza- humano mas amplio.
ción de la forma urbana que abandonando la división Que todos estos términos se conviertan en claves
cuatripartita de la ciudad tal como se concebia en la para hablar de los problemas de la ciudad y de la arqui-
Carta de Atenas sitúa al individuo en el centro de la orga- tectura de la reconstrucción europea, en los albores de
nización del espacio habitable. los milagros económicos que provocarán las grandes
La llamada a la construcción de millones de viviendas expansiones urbanas, significa no sólo la prioridad del
lanzada por Josep Lluis Sert no pone sus esperanzas en habitar como motor de la transformación urbana sino
la producción senada o en la mecanización de los ser- también que, durante por lo menos dos décadas, será
vicios sino en una estructura a la medida del individuo, en la casa, en la vivienda donde se concentrará la bús-
del habitante de la ciudad como sujeto. queda de una arquitectura acorde con estas solicitacio-
nes existenciales.
En el siguiente congreso, el de 1956, en Dubrovnik, un
nuevo concepto clave se coloca en el centro de la refle- El tan divulgado texto de Martin Heidegger: Construir,
xión de los arquitectos y urbanistas: identidad. habitar, pensar (Bauen, wohnen, denken) no es un texto
salido de las cavilaciones de un filósofo al margen de
La identidad adquiere un rango primordial precisa- cuanto sucedía en la Europa posbélica sino una res-
mente porque su carencia es interpretada como el mal puesta concreta del antiguo rector de Heidelberg a una
más grave de la ciudad existente y de la que está por iniciativa que en torno al problema de la ciudad y la
venir. Evidentemente hay en la reflexión en torno al pro-
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í
arquitectura y existenc1ahsmo arquitectura v exislencial1smo

vivienda reunía en el Darsmstadt Gesprach a expertos que reuniendo, congregando, el hombre cuida de las
procedentes de áreas diferentes con el fin de aportar sus cosas, las promueve, se hace con ellas. El fin del habitar
sugerencias desde campos diversos. La conferencia pro- '
es morar y el proceso del construir es levantar una mora-
nunciada en 1951 y en la que, por cierto se encontraba da, es decir un lugar en el que la vida se entretenga con
presente José Ortega y Gasset, fue publicada en 1952, 1 las cosas y en la que este habitar constituya un germen
por una revista de Darsmstadt y posteriormente en el espiritual, moral.
volumen de Ensayos y conferencías (1954).
La conferencia de Heidegger está salpicada de refe-
Ningún escenario más dramatice que la ciudad re- rencias a la construcción y a la arquitectura. El puente de
ducida a ruinas por Jos bombarderos aliados en los últi- Heidelberg, las autopistas, su casa en la Selva Negra son
mos días de la guerra para provocar una reflexión dirigi- imágenes que el pensador trae a colación para ilustrar su
da a constructores, arquitectos, urbanistas y políticos. pensamiento. También su reflexión sobre el espacio del
Heidegger comienza su conferencia tomando nota de la habitar lleva hacia lo radical y fundamental. Siguiendo la
vivacidad del problema del habitar en el momento en que crítica husserliana del espacio abstracto cartesiano, Hei-
está hablando, no ya como problema teórico sino como degger liga la esencia de la espacialidad a la experiencia
algo en lo que se está manos a la obra. Pero el filósofo da del sujeto que está en el mundo. El espacio del habitar no
inmediatamente un giro de lo coyuntural a Jo esencial. es un espacio more geométrico sino existencial, resultado
Para Heidegger el habitar se ha vuelto problemático. El de la percepción fenomenológica de los lugares y una
hombre contemporáneo no habita en la ciudad y en el construcción a partir de esta experiencia. Como en tantos
mundo con una relación plausible y fecunda. La necesi- otros textos heideggerianos Ja reflexión sobre el hab1-tar
dad de reconstruir la habitación no es un problema de es un alegato contra la civilización técnica y su pérdida de
falta de viviendas sino una consecuencia de la condición autenticidad. Una llamada a quienes estan manos a Ja
del hombre moderno. El hombre contemporáneo es un obra para que piensen la vivienda como la respuesta a la
apátrida, carece de morada, de un lugar en el que la lla- necesidad esencial del habitar enraizado, esencial, cons-
mada al habitar pueda darse de un modo inmediato. tituyente. Contra la habitación cuantitativa inesencial,
Por el contrario habitar es una tarea. Los mortales tie- Heidegger, en su conferencia, apela a un habitar cualitati-
nen que aprender a habitar y pueden hacerlo a partir del vo, que coloque a los hombres entre la tierra y los dioses.
mismo momento en que advierten que su situación desa- Que al mismo tiempo y ante el mismo panorama de
rraigada debe ser cambiada. Hay un camino, un proceso destrucción y reconstrucción, aunque sea en contextos
por el cual el hombre debe llamarse al habitar. Pero este separados, se formulen intenciones similares tanto en el
proceso no es otra cosa sino una construcción. Algo que caso de los arquitectos revisionistas de los mecanismos
está por hacer y que se hara paso a paso, reuniendo los productores de las ciudades ideadas por Jos primeros
elementos necesarios. Por esta razón el habitar lleva al CIAM como en el caso de un filósofo invitado a reflexio-
construir y la construcción es el proceso por el cual el nar sobre el problema de la habitación en el mundo con-
hombre congrega cosas, objetos, pero también se reúne temporaneo, pone de manifiesto la correlación de intere-
con otros. De modo que el habitar que comienza como un ses y de puntos de vista en uno y otro caso.
proceso por el que nos esforzamos por salir del desarrai-
go nos lleva a la construcción. Una construcción en la Tanto para Jos arquitectos como para los pensadores
del existencialismo -con toda Ja imprecisión y diversidad
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arquitectura v existencialismo arquilec!ura y existencialismo

de posiciones que se reunen tras este término- no sólo plifica exactamente el tipo de preocupaciones que mueve
el habitar es una actividad fundamental -fundante- a los jóvenes revisionistas de la Carta de Atenas.
sino que ésta debe ser repensada no técnicamente sino
Efectivamente core es a la vez el núcleo central de al-
a partir de la experiencia vivida del individuo. Sólo desde
guna cosa y muy especialmente el núcleo germinal de
estos puntos de partida cabe reconsiderar la arquitectura
una fruta pero también es el corazón humano o cuanto
de las ciudades en el momento en que éstas se aprestan
menos de todo organismo viviente. La discusión más
para el gran crecimiento de los años cincuenta.
renovadora de estos años sobre el core de las ciudades
como una nueva zona a contemplar en la disposición
separada de las distintas funciones urbanas, significa
establecer no sólo la necesidad de un centro pluriforme y
Humanismo El referente último del sistema de valores que pre- máximamente social para la ciudad sino, sobre todo, la
domina en la nueva escena arquitectónica europea es el caracterización de esta centralidad como corazón, es
que puede denominarse con el término humanismo. decir, como el lugar físico en el que parecen encontrar
Ciertamente ésta es una palabra aplicada a situaciones asiento los sentimientos humanos más elevados y más
históricas diversas pero que renueva su eficacia sinteti- necesarios para la plenitud de una arquitectura en busca
zadora en el clima existencialista en favor del hombre de un nuevo humanismo.
concreto, con su experiencia, su vivencia en espacios y
tiempos determinados y bajo la angustia producida por la El core centralidad física se descubre como corazón
pregunta sobre su destino. humano en una discusión sobre la arquitectura en la cual
la función parece dejar paso a la pasión.
Si en el periodo de entreguerras los términos clave fue-
ron posiblemente los referidos a nociones como pro- En uno de los textos más significativos de la produc-
greso, racionalidad, felicidad en la situación de los años ción teórica de estos años, The Heart of the City, se pro-
posteriores a la 11 Guerra Mundial las claves éticas que duce exactamente este desplazamiento humanístico en
legitimaron la arquitectura estarán ligadas a esta noción el modo de pensar la arquitectura y la ciudad.
en la cual el universo personal de cada uno de los indivi- Cuando Van Eyck, en 1959 planteó su contribución a la
duos, su intimidad y subjetividad sobresalen como las reflexión actual sobre los problemas de la arquitectura lo
finalidades principales a las que la construcción de la hizo desde la pregunta: "Is architecture going to reconcí-
arquitectura y de la ciudad deben estar encaminadas. liate basic values?". Desde su convicción de que. en la
En Josep Lluis Sert, por ejemplo, la preocupación recu- naturaleza humana hay unos principios arcaicos que son
rrente en los textos de estos años será la de lograr una fundamentalmente siempre los mismos se estará colo-
ciudad más humana y será precisamente este problema cando en la perspectiva del humanismo existencialista.
el que constituirá el tema del CIAM 8 en Hoddenson de Con citas de Martín Buber y con el trasfondo de su apa-
1951 con el título La humanización de la ciudad. sionado interés por la antropologia, Van Eyck muestra su
voluntad de lograr que esta nueva arquitectura respire
La noción clave de las reflexiones de estos arquitec- -según su expresión- al unisono con el respirar del
tos, supuestos representantes de la más genuina tradi- hombre haciéndose contenedor y espacio plausible para
ción moderna será la noción decore. La ambigüedad de que estas condiciones del respirar-vivir humanos encuen-
esta palabra inglesa y su pluralidad de significados ejem- tren su envoltorio adecuado.
arquitectura y existencialismo arquitectura v existencialismo

Nuestro José Antonio Coderch, fugaz miembro del réplicas, Heidegger, con su no menos famosa Caria sobre
grupo de arquitectos reunidos bajo el epíteto del Team X, el humanismo, en la cual bajo el pretexto de la corres-
no representa otra cosa sino esta prioridad de lo espiri- pondencia con su amigo ... , Heidegger retoma la fluida y
tual existencial que se resuelve aparentemente con el re- prestigiosa categoría del humanismo para llevarla a un
chazo de toda teoría general y la llamada a la dedicación lugar problemático aunque necesario. El humanismo
concreta para situaciones concretas. Desde su humanis- heideggeriano está en el método: fenomenológico; está
mo cristiano Coderch representa otra voz en el conjunto también en el objetivo: la búsqueda de la conciliación del
de llamadas a lo esencial del hombre -así en singular- hombre contemporáneo con su mundo técnico. Pero se
como correctivo necesario a la abstracción, generalismo trata de un humanismo por hacer, por conquistar. Más
y mecanicismo de los puntos de vista heredados de los que un dato es un objetivo a conseguir, problemático, tal
maestros de la vanguardia. vez imposible.
Este programa del humanismo no es casual ni exclusivo Las metáforas del corazón, la llamada a lo humano, la
de los arquitectos. No es sino la versión específica con la creciente atención a la antropología pueden ser referen-
que eri este campo de la actividad práctica se pretende cias que ayuden a entender un fenómeno importante de
responder a las llamadas al humanismo y a la reflexión estos años. Nos referimos al nuevo auge del pensamien-
sobre su significado que se están produciendo contempo- to organicista en arquitectura.
ráneamente entre los filósofos, artistas e intelectuales. Mecanicismo u organicismo son, en la tradición in-
Un pensador discipulo de Edmund Husserl y enmar- telectual de la arquitectura del siglo xx, la contraposición
cado por tanto en su orientación fenomenológica como de los modelos. Dos metáforas con las que el hacerse de
pueda ser Max Scheler conocerá en estos momentos la arquitectura busca un modelo formal que le permita
una máxima difusión y popularidad. Su libro El Jugar del una explicación conjunta.
hombre en el cosmos se convierte en un besi-seller de
Muchos historiadores de la arquitectura del siglo xx han
estos años. Su obra se presenta como una antropo- teorizado sobre una contraposición entre mecanicistas y
logía filosófica, es decir como el intento de explicar no organicistas, como si esta explicación fuese definitiva y
los principios o categorías generales de la realidad y el excluyente. Parece incluso posible el establecer la gene-
pensamiento sino lo concreto, personal, intimo del alogía de estas dos tradiciones de modo que a la co-
hombre situado en el infinito del cosmos y del tiempo rriente mecánica (constructivista-schlemmeriana-pica-
histórico. biana-lecorbusieriana) se contrapondría otra tradición
El debate sobre el humanismo conoce en 1946 la con- (wrightiana-vandeveldiana-scharouniana-maxernstiana-
tribución de Jean Paul Sartre con el texto "El existen- aaltiana).
cialismo es un humanismo", donde el existencialismo, En nuestro discurso está claro que desconfiamos de
es decir, su propia filosofía, se presenta como el aban- esta explicación morfo-simbólica y que nos parece nece-
dono de toda tradición metafísica para construir otro sario llevar esta posible dualidad cuya formulación más
modo de pensamiento basado en la experiencia, lo per- polémica llevaran a cabo Lewis Mumford, Richard Neu-
sonal, lo particular y lo vivido de los hombres concretos. tra o Bruno Zevi, hacia otra vertiente: la de la asociación
A este texto largamente difundido contestará de un del organicismo y humanismo.
modo oblicuo, como gustó siempre de proponer sus
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arquitectura v existencialismo arquitectura y existencialismo

"El organicismo es un humanismo" es una frase que arte es un gesto emanado del cuerpo. En Sartre o en
podrían haber dicho Alvar Aalto o Richard Neutra, para Maurice Merleau-Ponty lo que se produce no es la aper-
los cuales la naturaleza no era la arquitectura pero si el tura del sujeto hacia los valores ideales. La intencionali-
modelo desde el cual producir una arquitectura acorde dad del sujeto en Sartre es mundana, se queda en un
con el hombre y con la tantas veces mencionada escala mundo que se construye desde la percepción, la imagi-
humana que se proponía como tarea para las nuevas edi- nación y la emoción. Lo otro del cuerpo del sujeto es con-
ficaciones. cebido como una producción del propio cuerpo. En
Contra la abstracción, una voluntad de realismo que Merleau-Ponty todo el problema en torno al cual giran sus
encontraba en lo vernacular lo esencial humano, antes de textos filosóficos fundamentales es el de la superación
toda contaminación cultural o técnica, como si las arqui- del solipsismo. Es decir, el cuerpo del sujeto establece el
tecturas sin arquitectos de las cuales hablaría Bernard mundo a partir de algo que le hace salir de si, y que no es
Rudofsky fuesen el único referente posible desde donde otra cosa que el comportamiento. Las nociones idealistas
producir lo humano esencial, antes de los estilos, desde de concepto, idea, espíritu y representación son sustitui-
· la fuerza telúrica de la naturaleza de la cual la sustancia dos en Merleau-Ponty por las de articulación, borde,
humana es considerada corno una emanación. dimensión, mvel y configuración, cuya fundamentación
empírica ha establecido la psicología de la Gestalt y cuya
Plantear el organicismo como humanismo no es casual evidencia procede de la experiencia estético-perceptiva.
sino una clara consecuencia de la crisis de la arquitectu- Asi lo plantea el filósofo francés desde los primeros tex-
ra racionalista, del funcionalismo y de la nueva técnica. El tos sobre la naturaleza y la primacía de la percepción
humanismo problemático de Heidegger se podía materia- hasta su último texto filosófico, Inacabado, sobre lo visi-
lizar en la búsqueda organica de la perdida escala hu- ble y lo invisible.
mana de los edificios y las ciudades.
Merleau-Ponty es el mas sistemático de los ex1sten-
cialistas en el momento de poner las bases de una rela-
ción no normativa sino productiva de nuestra relación con
los objetos que constituyen nuestro entorno.
La nueva estética El existencialismo, hijo de la fenomenología produce un
sistema estético renovado cuya difusión afectará de un Quien conozca la obra reflexiva de arquitectos como
modo central a la arquitectura y al modo de pensarla y Ernesto N. Rogers o Paul Virilio, podra hacerse cargo
explicarla en la crisis de los años cincuenta. inmediato del impacto del pensamiento fenomenológico
de los exlstencialistas en la arquitectura de mediados del
Para la tradición fenomenológica el primer dato es el de siglo xx.
la intencionalidad de la conciencia. Es decir el postulado
de que no existe un sistema de objetos regulables por Todavía en Le Corbusier la máxima debilidad de su
leyes formales que· garanticen la eficacia estética sino concepción estética estaba en su dependencia del idea-
que lo que hay, en el principio, es la voluntad del sujeto lismo del siglo XIX, recibido a través de la teoría estética
por relacionarse con el mundo todavía por construir a tra- académica. Con la crisis posterior a la 11 Guerra Mundial
vés· dé la mediación del cuerpo. El sujeto que es una qué aquí estamos analizando se desvanecen las estéticas
nada, una pasión inútil, construye el mundo a través de la basadas en la psicología empírica o en la de la simpatía
mirada hacia, la apertura, la conciencia de. La obra de simbólica. De lo visual se pasa a la percepción total,

57
arquitectura v existencial1smo arquitectura v existencial1smo

cinestésica, productiva. Al destruirse los principios gene- serán puntos de apoyo de un sinnúmero de obras arqui-
rales lo estético pasa a ser, no la adecuación a una norma tectónicas en las que la experiencia individual, la primacía
ni la imitación de un modelo sino la producción desde el de lo privado, el antimonumentalismo, la incorporación de
sujeto de experiencias perceptivas elementales capaces materiales y técnicas antropológico-vernaculares, la bús-
de generar significados a través de las emociones. La queda, en definitiva, de un grado cero para la arquitectura
obra teórica de Rudolf Arnheim o de Sven Hesselgren tie- constituyen el lugar común que aúna arquitectos y obras
nen como punto de partida la fenomenología de la per- aparentemente tan dispares como las de Aalto, Neutra,
cepción y como consecuencia la liberación de toda exi- Van Eyck, Rogers, Kahn, Nervi o FuUer.
gencia previamente determinada. Las fronteras entre lo
El paso posterior sera el de la crítica al individualismo
artístico y lo estrictamente emotivo quedan borradas de
fenomenológico así como el desplazamiento hacia una
torma que la arquitectura ya no tiene como cometido ni
lógica social determinante de la forma arquitectónica. En
la creación de determinados efectos ni la adecuación a
Sartre o Merleau-Ponty, ya no en Heidegger o Karl
determinados contenidos. La arquitectura, al igual que
Jaspers, pero si en Gyorgy Lukacs o en Erich Fromm, el
todos los ciernas campos de la creación estética, adquie-
impacto del marxismo sera decisivo para explicar la
re la absoluta libertad de experimentación perceptiva, lo
nueva situación de los años sesenta.
cual se traduce no sólo en el abandono de unos determi-
nados estilemas codificados por la tradición moderna De la crítica de la ortodoxia moderna se pasara a la cri-
sino la apertura a posiciones especialmente experimen- tica social de la arquitectura. El compromiso ético desde
tales en los afectos de las formas, los materiales y los la lucha de clases llevará a las primeras críticas radicales
espacios. de la arquitectura. La Internacional Situac1onista de Asger
Jorn, Guy Debord y Raoul Vaneigheim tratara de sustituir
El aparente desmembramiento del lenguaje moderno
a la internacionalidad de los últimos CIAM y del Team X.
que se produce en estos momentos tiene una explica-
ción plausible en la nueva concepción estética, hija de la El consumo como motor de la producción estética, la
fenomenología existencialista. Colores, texturas, luces, ideología de clase de toda producción artística, la invia-
formas, espacios, sin olvidar un renaciente decorativis- bilidad de la ciudad moderna como nuevo marco de la
mo y una apertura hacia el libre juego de los experimen- confrontación y segregación social, la crítica a las imáge-
tos provocara tanto el brutalismo como el neoliberty, nes del inconsciente colectivo hechas desde la herencia
tanto el organicismo vernacularista como el hipertecnolo- del surrealismo y desde una lectura -fenomenológica-
gismo experimental de Félix Candela, Pier Luigi Nervi o R. de la vida cotidiana producirán una nueva Bauhaus, la
Buckminster Fuller. Bauhaus lmaginista, en la que, al revés, como crítica ne-
gativa, los situacionistas intentan organizar un proceso
sistemático al nuevo orden producido en el arte, la arqui-
tectura y la ciudad a partir del milagro económico de los
Del individuo a la El humanismo ético y la fenomenología estética ten- paises desarrollados. Ésta ya no es una historia de las
sociedad drán su época de maxima influencia en la arquitectura de relaciones de la arquitectura con el sistema de referentes
los años cincuenta. Realización personal, producción creado por el existencialismo. Tampoco es la historia de
experimental, plena libertad estética, disolución de la tra- la crisis existencialista en la arquitectura moderna. Otro
dición moderna como método racionalmente elaborado episodio crítico, el del marxismo situacionista, será el que
cancelará aquella ambivalente y promiscua experiencia.
58 59
Bibliografía
arquitectura y existenc1ahsmo

Heidegger, Martin, Über den Humanísmus, France


Verlag, Berna, 1947; (versión castellana: Carta sobre el
Humanismo, Taurus, Madrid, 1954).
r
!
i arquitectura débil
Merleau-Ponty, Maurice, Humanisme et Terreur, N.R.F.,
Gallimard, Paris, 1947; (versión castellana: Humanismo y
terror, La Pléyade, Buenos Aires, 1968).
Tyrwhitt, J.; Sert, Josep Lluis y Rogers, Ernesto N.
(eds.), The Heart of the City. Towards the Humanisation of
Urban Life, CIAM 8, Londres, 1952; (versión castellana: El
corazón de la ciudad: por una vida más humana de la
humanidad, Hoepli, Barcelona, 1961 ').

Publicado onglnalmente en:


Ouadems d'Arquitectura i Urba·
msme, 175, noviembre-<lidembre
de 1987, pags. 72-85.

60
; ,,f
Álvaro Siza. Escuela de
Arquitectura, Oporto.
___ ...:;._....,...

.-ª~i~:-:""-"i::-.~....
.
;;-:::-;-~, -· T Propongo el término arquitectura débil. En esta expre-
sión ya hay una alusión (nada difícil de adivinar) al térmi-
no pensamiento débil u ontología débil que, en primer
lugar, Gianni Vattimo y por extensión otros pensadores
coetáneos italianos y también franceses y alemanes, han
puesto en círculación en los últimos años. Me parece que
detrás de las propuestas de la filosofía débil en realidad
lo que hay es un cierto enunciado: una interpretación de
la situación intelectual y particularmente estética de la
cultura contemporánea. Por este motivo cabe la posibili-
dad de preguntarse en qué sentido se produce la obra de
arte arquitectónica de acuerdo con esa estética afín al
pensamiento débil contemporáneo.
Manfredo Tafuri, en un recíente ensayo sobre el tema
del realismo en la arquitectura moderna, plantea el pro-
blema interpretativo de lo que comúnmente llamamos la
arquitectura moderna concluyendo que la experiencia
contemporánea, la de toda la arquitectura del siglo xx, ya
no puede ser leida hoy de una forma lineal. Por el contra-
rio, se nos presenta como una experiencia pluriforme,
compleja, en la que es licito seccionar en diversas direc-
cíones recorridos no sólo de arriba abaJO, del comienzo al
fin, sino también transversales, oblicuos o en diagonal.
Porque, de alguna manera, esa experiencia diversa, plu-
ral, de la arquitectura del siglo xx, permite sólo a través de
aproximaciones de este tipo destejer, deshacer la com-
plejidad intrínseca de la propia experiencia moderna.
También es en este sentido en el que propongo la utili-
dad del término arquitectura débil. Lo propongo como un
corte diagonal, sesgado, como un corte no exactamente
cronológico, ni estrictamente generacional, sino, por el
contrario, como el intento de detectar, en situaciones
aparentemente muy diversas, una constante que me pare-
ce que ilumina muy particularmente la situación actual.
La interpretación de la crisis del Proyecto Moderno,
sólo puede hacerse desde aquello que Friedrich-Wilhelm
Nietzsche llamó "la muerte de Dios", es decir desde la

63
arquitectura débil arquitectura débil

desaparición de cualquier tipo de referencia absoluta que mento. En el campo estético las experiencias literarias,
de algún modo coordine, "cierre" el sistema de nuestros pictóricas, arquitectónicas ya no podrán producirse a
conocimientos y de nuestros valores, a la hora de articu- partir de un sistema. No sólo desde un sistema. c_errado y
larlos en una visión global de la realidad. económico como era el sistema de la edad clas1ca, smo
La crisis del pensamiento de la Edad Clásica, como la ni siquiera desde la ilusión de un nuevo sistema que los
llamarla Michel Foucault, es la crisis producida por esta Pioneros del diseño moderno pretendieron establecer.
pérdida de fundamento y, también, por la pérdida, en el Por el contrario, la arquitectura contemporánea, igual que
campo del arte, de un proyecto artístico que se producía las demás artes, se encuentra con la necesidad de cons-
desde un propósito de representación. truir sobre el aire, de construir en el vacío. Las propues-
tas del arte contemporáneo se deberán construir no a
En Las palabras y las cosas, Foucault explica con partir de una referencia inamovible, sino con la necesi-
morosidad y detalle cómo el sistema de la representación dad de proponer para cada paso, simultáneamente el ob-
pertenece a la episteme de la edad clásica. Una cierta jeto y su fundamento.
manera de articular el mundo de lo visual y por lo tanto
también el mundo de la arquitectura según la cual esa Quisiera insistir en el papel que en esta situación de cri-
articulación se producía representando una visión del uni- sis de la cultura contemporánea asume precisamente lo
verso cerrado y completo como totalidad acabada. estético. Efectivamente, como se reconoce, por ejemplo,
en el pensamiento nietzscheano, de igual modo que en la
Pero el fin de la edad clásica. que en Nietzsche se apropiación que hace Martín Heidegger del pensamiento
anunciaba como un final sin retorno era, en realidad, el nietzscheano, lo estético constituye, en la experiencia
agotamiento de algo que todavia alienta, por lo menos contemporánea, una referencia especialmente signifi-
parcialmente, en lo que hemos dado en llamar el pro- cativa. En el sistema de la edad clásica, lo estético era, en
yec-to moderno: se trata de la ilusión, en el doble senti- todo caso, un área especifica precisamente ligada a la
do que en castellano tiene esta palabra, ilusión como práctica de lo concreto, lejos de la pretensión de totalidad
esperanza e ilusión como engaño, de que existe un pro- de un sistema ontológico. En la experiencia contemporá-
ceso y de que este proceso está dirigido hacia una nea, lo estético tiene sobre todo el valor de un paradig-
determinada finalidad. En este sentido el proyecto de la ma. A través de lo estético se reconoce el modelo de
Ilustración, base de la modernidad, participa todavia de nuestras experiencias más ricas, más vivas, mas verda-
un teísmo laico, de la idea de que es posible encontrar deras en relación con una realidad de perfiles borrosos.
un absoluto de la realidad, por el cual el arte, la ciencia, Si, como advirtiese Heidegger en su meditación sobre la
la práctica social y política, se pueden construir en base técnica, la ciencia acaba convirtiéndose en una rutina, no
a una racionalidad global. En el momento en que este resulta inexplicable que la cultura contemporánea haya
sistema entra en crisis (y entra en crisis precisamente desplazado el centro de sus intereses hacia regiones en
por la imposibilidad de establecer un sistema global), otros tiempos consideradas, con toda evidencia, periféri-
estamos frente a la verdadera crisis del proyecto moder- cas. Lo más pleno, lo más vivo, aquello que es sentido
no y ante la situación perpleja, si se quiere'crítica, de la como la "experiencia misma", en la cual se funden el
contemporaneidad. 1
sujeto perceptor de la realidad y esa misma realidad, de
Nietzsche todavía, en Humano, demasiado humano, 1
un modo fuerte, intenso, está en la obra de arte.
habla de la necesidad de una fundamentación sin funda-
1
64
1 65
arquitectura débil arquitectura déb;¡

No se trata de que las experiencias estéticas en el de la experiencia de la realidad la experiencia del arte.
mundo contemporáneo estén en el centro del sistema de Pero justamente en el esfuerzo prometeico por apropiar-
referencias. Por el contrario, siguen ocupando una posi- se de algo que era fugitivo, que estaba siempre un poco
ción periférica. Pero esta posición periférica no tiene pre- mas alla del alcance de nuestra mano, se diluyó la capa-
cisamente un valor marginal, sino un valor paradigmático. cidad articuladora de la experiencia estética y por eso
Las expenenc1as estéticas son, de alguna manera, el hoy esta experiencia se presenta como fragmentaria y
modelo mas sólido, mas fuerte de, valga la paradoja, una marginal y sólo es desde esta posición desde donde
construcción débil de la verdad de lo real, y por tanto sigue manteniendo su influjo seductor, su poder de des-
adquieren una posición privilegiada en el sistema de refe- velamiento, su capacidad de insinuar mas que de resol-
rencias y valores de la cultura contemporanea. ver la comprensión intensa de la realidad.
(Entre paréntesis podemos recordar la fortuna que lo Este marco de referencias que se relaciona especial-
artistico tiene en la sociedad de masas y en los tiempos mente con el pensamiento mas maduro de Heidegger es
recientes. La explosión de los museos, la magnificación iluminante respecto a ciertas propuestas de interpreta-
de los artistas, el consumo masivo impreso, televisado de ción de la situación presente, también en el campo de la
imagenes artisticas, las informaciones que interesan a arquitectura.
amplias capas de la sociedad, evidentemente tienen que Para clarificar más este punto de vista quisiera, ante
ver con una sociedad cada vez más ociosa, pero también todo, confrontar lo que acabo de exponer con otras pos-
tienen que ver precisamente con el hecho de que, frente turas e interpretaciones de la situación presente en las
al aburrimiento de la experiencia de la vida cotidiana y cuales las respuestas me parecen mucho menos satis-
real, de la ilusión científica, del trabajo y de la producción, factorias. En el ámbito de la cultura arquitectónica y a
el mundo del arte aparece como una especie de reserva
partir de la experiencia de la crisis, las primeras respues-
de realidad, de la cual todavía pueden alimentarse los tas, las respuestas que podemos detectar a lo largo de
humanos. El arte es entendido como el espacio en el que
los años sesenta, son respuestas sobre todo fundamen-
la fatiga del hombre contemporaneo puede ser resarcida). talistas. El fenómeno del fundamentalismo no es sólo un
Pero debemos recordar que esta experiencia estética fenómeno que se dé en el campo religioso, en la reacción
contemporanea no es normativa: no se constituye como política o en ciertos sectores de la sociedad, sino que
un sistema desde el cual pueda deducirse la organización desde el punto de vista del pensamiento ha habido tam-
de toda la realidad. bién un fundamentalismo en el campo de la teoría y la
Por el contrario, el universo artístico actual es perci-bido práctica arquitectónicas.
desde experiencias que se producen puntualmente, diver- Se trata de fundamentalísmos en dos direcciones: por
sificadamente, con la máxima heterogeneidad y, por tanto, un lado aquéllos que frente a la crisis llamaban al orden
nuestra aproximación a lo estético se produce de una para volver a las esencias de la experiencia moderna.
manera débil, fragmentaria y periférica negando en todo Desde algunos discursos teóricos sostenidos por presti-
momento cualquier posibilidad de que la misma acabe giosos profesores de la influyente Facultad de Arquitec-
convirtiéndose definitivamente en una experiencia central. tura de Venecia, pero también desde ciertas posiciones
de la arquitectura americana de finales de los 60, del gru-
El esteticismo de finales del siglo x1x consistió precisa-
po de los Five Architects de Nueva York, se desarrollaba
mente en la ilusión de proponer como columna vertebral
)
66 67

arquitectura débil arquitectura débíl

la pretensión de que sólo volviendo a lo esencial, a lo ger- unas raíces supuestamente verdaderas, ya fuese en el Le
minal y a lo inicial de la experiencia moderna, era posible Corbusier de la Ville Savoie o en los desolados bloques
recuperar el paso, volviendo a tomar el hilo de la verda- de viviendas de Ludwig Hilberseimer, ya fuese en los
dera experiencia. En este sentido se clamaba por una dibujos de Claude Nicolas Ledoux o en cualquier otra
línea conductora ortodoxa, correcta, frente a la desvia- fuente iconográfica considerada como el origen de la ver-
ción y a la diversificación del tiempo presente. Había, a mi dadera tradición.
juicio, un fundamentalismo de lo moderno, de la tradición
Frente a esta ilusión fundamentalista, una postura mas
moderna, entendida por unos como la recuperación del
dialéctica y por lo tanto menos monista, menos cerrada
lenguaje más prístino de las vanguardias de los años
en sí misma ha sido la que en tiempos recientes ha pro-
veinte mientras que para otros esta experiencia les lleva-
puesto Kenneth Frampton. Con su idea del Critica/ Regio-
ba más lejos, buscando la perdida tradición de lo moder-
nalism Frampton ha propuesto un término a mi juicio bas-
no en momentos todavía mas originarios: los de la funda-
tante desafortunado, pero ha introducido por lo menos
ción de la modernidad en la época ilustrada.
una visión dual para la interpretación de la situación con-
La arquitectura de la Tendenza en Italia no significó otra temporánea. La propuesta de Frampton, tiene dos caras
cosa que una llamada fundamentalista: un intento por claramente diferenciables: por una parte la idea (a mi jui-
releer la arquitectura más dura, más programática, más cio más atractiva) de la resistencia. Frampton es en esto
radical tanto de los maestros más estrictos de! racio- fiel a sus lecturas francfortianas y a su convicción de que
nalismo de los años de entreguerras como de los arqui- sólo mediante una actitud crítica frente a la realidad se
tectos de la Ilustración. No era casual que en aquella puede desarrollar una posición exigente, inconformista
situación se divulgasen una y otra vez las imágenes apo- para la arquitectura contemporánea. Una actitud capaz
logéticas de los arquitectos más intensamente iluministas de distinguirse de la cultura trivial, sometida a la perver-
como una llamada a los orígenes y como una exigencia sidad de los mecanismos de mercado y frente a la cual
de retorno a la pureza originaria. sólo cabe la resistencia. Pero junto a la noción de resis-
tencia parece bastante más ingenua la idea del regiona-
Ciertamente personajes como Aldo Rossi se han en-
cargado ellos mismos de desmentir la posibilidad de este lismo. Un concepto, por cierto, también basado en la lec-
propósito. Cada vez más la obra de Rossi hay que verla tura de Heidegger, pero en una lectura del Heidegger mas
discutible y ambiguo, mas rural y·menos urbano, proclive
como un proceso sobre todo autocrítico y como una pér-
al pensamiento arcaizante y que encuentra en el texto de
dida progresiva de confianza en ese fundamentalismo
Constrwr, pensar, habitar, su formulación más paradig-
que era decisivo en su libro La arquitectura de la ciudad
mática. Cuando Frampton reclama para el nuevo verna-
y que, sin embargo, en la obra reciente se ha convertido
cularismo las resonancias de la reapropiación del sentido
en un juego intimista y personal.
del lugar, de la luz, de la tectonicidad y de lo táctil sobre
Sea a través del fundamentalismo iluminista sea a tra- lo estrictamente visual, las categorías con las cuales
vés del fundamentalismo de un Richard Meier, repitiendo caracteriza el nuevo regionalismo, ciertamente está reali-
una y otra vez los lenguajes del purismo de los años 20, zando una operación útil: la de entender que ya no es
estas respuestas, a pesar de sus buenas intenciones, no posible un sistema y por tanto que hay que entender la
eran otra cosa mas que puro historicismo, Eran, cargadas realidad arquitectónica desde una estrategia policéntrlca.
de buenas intenciones, intentos nostálgicos de recuperar Pero, en cambio, creo que es enormemente ingenuo al
68 69
arqu;tectura débil arquitectura débil

aceptar la viabilidad de unas categorias que de alguna El uso del término arqueologia procede del posestruc-
manera sólo se explicarian en el orden de la vieja cultura turalismo francés, básicamente de los textos de Foucault
urbana de la edad clásica, una cultura en la cual construir y ha sido retomado por pensadores como Jacques
habitar y pensar constituían una unidad. Lo que e~ Derrida a partir del análisis de la comunicación literaria
Heidegger es la temblorosa verificación del desvaneci- como proceso de deconstrucción. Pero la noción de ar-
miento de un mundo ya periclitado, en Frampton, como queologia ha hecho fortuna para describir, de modo casi
en otros teóricos de la arquitectura actual, se convierte en físico, la lectura superpuesta de la realidad tectónica: de
una recuperación ingenuamente fenomenológica alejada una realidad que ya no puede verse como un todo unita-
de cualquier sentido de la crisis contemporanea. rio sino que, por el contrario, aparece como la yuxtapo-
Massimo Cacciari en un texto feroz, como son a menu- sición de capas diversas ante las cuales la obra de arte
do los suyos, y brillante, entra en picado contra esta lec- no hace otra cosa más que releer, redistribuir este sistema
tura demasiado inmediata de ciertos textos de Heidegger. de superposiciones. La noción de arqueología introduce
Para Heidegger, dirá Cacciari, la experiencia metropolita- con toda evidencia la idea de que no estamos ante una
na es una experiencia que se hace, no desde el habitar realidad que se presenta como una esfera cerrada, sino
en la poesia, sino desde su deshabitación; desolación frente a un sistema entrecruzado de lenguajes. No habría
que de alguna manera constituye la raíz de la condición nadie tan ingenuo como quien pensase que para la
metropolitana. Tomando precisamente un texto tardío del arqueología el sistema del conocimiento del pasado se
mismo Heidegger, Cacciari plantea que la experiencia puede hacer por simple acumulación de objetos hallados
metropolitana contemporánea no es, en realidad, una en las excavaciones. Por el contrarío, estos objetos se
experiencia que permita hablar del habitar en los térmi- presentan como resultado de un proceso de descompo-
nos en los que podía hablar un habitante de la Atenas de sición de sistemas superpuestos, sistemas que no se
Pericles o de la Roma de Sixto v sino que, por el contra- tocan, sistemas que se mueven autónomamente según
rio, el habitar metropolitano es un habitar escindido. su propia lógica. También el lenguaje es una diversidad
diversificado, sometido a la ausencia más que a la pre~ que ya no puede ser leida de una manera lineal, pensan-
senc1a y donde la poesia, es decir lo vivificante y !undan- do que a la realidad de un significado responde la preci-
te, no es algo que construya nuestro entorno cotidiano sión de un significante, dirá Derrida, sino que se presen-
global, sino que sólo es la experiencia de la ausencia. Es ta como un magma simultáneamente producido y que
la experiencia de una ausencia la que, por decirlo asi sólo una labor de deconstrucción, una labor de análisis y
dibuja el contorno del hombre metropolitano. ' de comprensión de los procesos de yuxtaposición, es la
que puede clarificar algunas relaciones.
Si las propuestas de Frampton tienen interés en la
medida en que han diversificado la visión de la realidad y Este modo de pensar tiene ciertamente una traduc-
han introducido la necesidad de aceptar sin controversia ción bien clara en la experiencia de la producción de la
la diversidad de las experiencias modernas, la crítica de .forma, y por tanto también de la forma arquitectónica.
Cacciari, subrayando el sentido de la ausencia, nos acer- Porque, efectivamente, la experiencia de ciertas arquitec-
turas recientes es la experiencia de la superposición. El
ca a un .concepto fundamental en la critica contemporá-
nea nacido de la experiencia de lo fragmentario. significado no se construye a través de un orden sino a
través de piezas que acaban tal vez tocándose; que se
acercan, a veces sin tocarse; que se aproximan sin llegar
70
71
arquitectura débil arquitectura débil

nunca a encontrarse; que se superponen; que se ofrecen vista lineal, a la manera del encadenamiento propio de las
en una discontinuidad en el tiempo cuya lectura como secuencias cinematográficas. En Le Corbusier, la prome-
yuxtaposición es la mejor aproximación que nos es posi- nade architectura/e no es una diversidad, sino que es un
ble dar de la realidad. recorrido que tiene la posibilidad de ser controlado. Ésta
Por otra parte la relación entre arqueología y lenguaje es una ilusión engañosa que al igual que en Le Corbusier
ha introducido en el discurso contemporáneo una nove- podríamos encontrar en otras arquitecturas fundaciona-
dad fundamental, la centralidad de la noción del tiempo. les de la experiencia moderna. Lo cierto es que cada vez
Se trata precisamente de un tiempo distinto al tiempo de más la cultura metropolitana nos ofrece tiempos como
la edad clásica. El tiempo contemporáneo se presenta en diversidad y éste es un reconocimiento que una aproxi-
mación arqueológica a los lenguajes de las arquitecturas
James Joyce, en Robert Musil, en Mario Vargas Llosa, en
ha puesto de manifiesto en no pocos aspectos.
tantas obras literarias o artísticas, precisamente como
yuxtaposición. Una discontinuidad; algo completamente Esta diversidad de los tiempos en lo que he querido lla-
distinto de un sistema único, cerrado y acabado. El tiem- mar arquitectura débil es algo absolutamente central que
po en la arquitectura de la edad clásica, podía o estar convierte la experiencia estética de la obra de arte y en
simplemente reducido a cero (era la experiencia de la concreto de la arquitectura, en acontecimiento.
centralidad renacentista) o en todo caso ser un tiempo
La teml!Joralidad no se presenta como un sistema sino
controlado, un tiempo que tenia un principio y un orden
como un azaroso instante que, guiado sobre todo por la
en la expansión (y ésta es toda la experiencia de la tem- casualidad, se produce en un lugar y en un momento
poralidad barroca). imprevisible. En ciertas obras de arte contemporáneas,
Pero el tiempo moderno no es asi sino que se pre- en la danza, en la música o en las instalaciones, la expe-
senta como una explosión difractada en la que no hay un riencia de lo temporal como acontecimiento dado de una
tiempo único como material con el que podemos cons- vez y, después, desvanecido por siempre jamás, explica
truir la experiencia, sino que lo que hay son tiempos, bien una noción de la temporalidad que tiene en el acon-
tiempos diversos, los tiempos con los que se nos produ- tecimiento su mejor forma de expresión. Lo temporal
ce la experiencia de la realidad. En la confrontación con y conecta con la aceptación de la debilidad de la experien-
en el intento de entender este problema de la diversifica- cia artística, no reforzando sus posiciones dominantes,
ción de los tiempos está toda la lucha del arte del siglo xx. sino aceptando la verdad de su frágil presencia.
El tiempo en la experiencia cubista, el tiempo futurista, el Si la noción de acontecimiento permite aproximarnos a
tiempo en el dadaísmo, el tiempo en las experiencias for- una de las características de lo que hemos decidido lla-
malistas de tipo óptico y gestáltico son experiencias de mar arquitectura débil no menos definitiva será la noción
un tiempo diversificado, yuxtapuesto, que constituye una deleuziana de pliegue.
condición básica de la modernidad. Pero esta condición,
por cierto, no fue siempre bien entendida por los maes- Gilles Deleuze ha publicado recientemente un libro en
tros de la arquitectura moderna que en muchos casos el que bajo la apariencia inocua de un resumen del pen-
pensaron que lo que convenía era un tiempo alejado del samiento de Foucault se desarrolla toda una propuesta
centralismo de la visión perspectiva, pero que podía ser constitutiva de una visión contemporánea de la realidad.
un tiempo perfectamente organizado desde el punto de Lo seductor de este texto estriba, entre otras cosas, en la
comprensión de cómo en el pensamiento contempo-
72 73
arquitectura débil arqultectura débil

ráneo lo objetivo y lo subjetivo no son campos distantes, que realza, enriquece, hace soportable la realidad, sin la
opuestos, sino que, como Deleuze los llama, constituyen pretensión de imponerse, de ser central, de exigir el aca-
pliegues de una misma, única realidad. La noción de plie- tamiento que la totalidad demanda. Decoración por tan-
gue resulta para la arquitectura actual enormemente to, o condición decorativa del arte y de la arquitectura
esclarecedora. La realidad aparece como un continuo en contemporáneas, no en el sentido de la vulgaridad, de la
el cual el tiempo del sujeto y el tiempo de los objetos trivialidad, de la repetición de estereotipos establecidos,
exteriores están circulando en una misma cinta sin fin y sino como discreto repliegue a una función si se quiere
donde el encuentro entre lo objetivo y lo subjetivo sólo se secundaria, a una función que sobrevuela el hipotético
produce cuando esa realidad continua se pliega en un fondo de las cosas. El texto que Heidegger escribe sobre
desajuste de su propia continuidad. la escultura en el espacio, un bello texto basado en un
Eugenio Trias en su reciente libro Los límites del mundo diálogo con Eduardo Chillida y que además fue publica-
do con unos preciosos aguafuertes del escultor vasco,
habla del carácter Intempestivo de la situación y del arte
contemporáneos. Intempestivo, como coágulos de la rea- afronta precisamente esta cuestión: la de que la condi-
lidad, como acontecimientos que se producen no a tra- ción decorativa no es necesariamente una condición de
vés de la organización lineal y previsible de lo real, sino la trivialización de lo vulgar, sino que simplemente
a través de pliegues, de grietas, otro término utilizado a constituye el reconocimiento de que para la obra de
veces por Foucault, que permiten de alguna manera el arte -escultórica o arquitectónica- la aceptación de
refugio, el aleteo, de un pequeño momento de intensidad una cierta debilidad y por tanto, su colocación en un lugar
poética y creativa. secundario es, posiblemente, la condición de su mayor
elegancia y, en el fondo, de su máximo peso.
Pero junto a la precariedad del acontecimiento y del
Todavía, para acabar, quisiera glosar una última carac-
pliegue intempestivo de la realidad la que yo denomino
arquitectura débil, es siempre decorativa. Que nadie se terística de la arquitectura débil: la monumentalidad.
asuste: la palabra decoración es una palabra maldita en De nuevo hay que jugar con las palabras. No se trata
la tradición moderna y sin embargo hay que volver a refle- de la monumentalidad como representación de lo abso-
xionar sobre el significado de esta palabra y sobre el sen- luto. El monumento en la edad clásica es el centro, es la
tido fundamental que la noción de decorum tiene por imago Dei, es la figuración de una divinidad trascendente
debajo del término decoración. Soy consciente del signi- que garantiza la consistencia del tiempo. La figura del rey,
ficado decisivo que este término tiene, por ejemplo, en el en el centro de la Plaza Real, constituye asi el emblema
pensamiento de León Battista Alberti y en general en la del poder que jerarquiza el orden de cualquier espacio
estética del humanismo. La acepción que aqui se propo- público. El obelisco en el punto central de la perspectiva
ne de esta palabra es otra. En su significado más común, es el monumento que garantiza la coherencia y la inmo-
aquel que divulgan las revistas de decoración, el que se vilidad de la estructura visual representativa. No es de
usa cotidianamente, lo decorativo es lo inesencial. Es este monumento del que quiero hablar, porque evidente-
aquello que se presenta no como una sustancia, sino mente es éste el que ha hecho crisis en la realidad con-
como un accidente. Un complemento que permite inclu- temporánea. La monumentalidad de la arquitectura débil
so una lectura, a la manera de Walter Benjamín, no aten- no mantiene con los monumentos de la edad clásica ni su
ta sino distraída y que por tanto se nos ofrece como algo geometría ni su valor ideológico sino únicamente lo que

74 75
arquitectura débil

quede en el contexto actual de aquella condición del tér-


mino monitu, es decir: del recuerdo.
Heidegger, de nuevo, en el mencionado texto sobre el
r
!
1
arquitectura débil

Oeleuze, Gilles, Foucau/t, Les Editions de Minuit, París,


1986; (versión castellana: Foucau/t, Editorial Paidos,
Barcelona, 1987).
Bibliografía

espacio y la escultura cita unas palabras de Goethe, que Heidegger, Martin, Die Kunst und der Raum, Erker
quisiera repetir: "No es necesario que lo verdadero tome Verlag, St. Gallen, 1969.
siempre cuerpo, es suficiente con que aletee alrededor, Trias, Eugenio, Los límites del mundo, Ariel, Barcelona,
como si fuera un espíritu y que provoque una suerte de 1985.
acorde; como cuando el tañido de una campana suena
amistosamente aportándonos un poco de paz". La idea Vattimo, Gianni, La fine della modemita, Garzanti,
de monumento que quiero traer a colación es aquella que Milán, 1985; (versión castellana: El fin de la modernidad,
podemos encontrar en cualquier objeto arquitectónico Gedisa, Barcelona, 1994').
que, siendo ciertamente una apertura, una ventana a una
realidad mas intensa, al mismo tiempo su representación
se produzca como un vestigio, como el aleteo de Ja músi-
ca de la campana que queda después de sonar; como
aquello que se constituye sólo en residuo, en recuerdo.
Aldo Rossi en La arquitectura de la ciudad, utilizaba el tér-
mino monumento para significar la permanencia, porque
se movía todavia en una concepción monística de la rea-
lidad y en una definición inmovilista de la ciudad. Por el
contrario la noción de monumento que propongo aqui
esta ligada al gusto de la poesía después de haberla
leido, al sabor de la música después de haberla oido, al
recuerdo de Ja arquitectura después de haberla visto.
Es la fuerza de la debilidad. Aquello que el arte y la
arquitectura son capaces de producir precisamente cuan-
do no se presentan agresivas y dominantes, sino tangen-
ciales y débiles.

77
76
T
1

· de la autonomía
a lo intempestivo

( --

Publicado originalmente en:


Anyone, Aizzoli, Nueva York,1991,
pags. 172-185.
La concepción lineal de la historia como progreso ilimi- Autonomía
tado de la humanidad fue destruida por el pensamiento
estructuralista. Más que una filosofía, el estructuralismo
se presentaba como un método. Un instrumento explica-
tivo de Ja realidad que, nacido de la lingüística formalista
del Círculo de Praga, se hacia extensivo con toda facili-
dad a la antropologia, las ciencias sociales, el derecho, la
literatura y el arte.
A partir de las analogias con el lenguaje verbal el estruc-
turalismo descubria procesos similares en cualquier campo
de Ja realidad y muy especialmente en el de la cultura.
Frank O. <Gehry. Museo Vrtra,
Wel! am Rhe1m, Alemania. Dos eran las consecuencias más inmediatas de la di-
fusión del paradigma lingüístico. La primera consistía en
entender cualquier proceso o producto cultural como un
lenguaje en si mismo y por lo tanto sometido a la interde-
pendencia entre el significante y lo significado. Y puesto
que todo era lenguaje todo era también proceso de signi-
ficación; en definitiva, de comunicación. El arte, los com-
portamientos sociales, los mecanismos económicos de
producción y consumo o bien la arquitectura eran canales
de comunicación, mass-media a través de los cuales se
emitían mensajes específicos según las caracteristicas
del medio, tal como afirmaba Marshall McLuhan.
La visión estructuralísta de la cultura y de Ja sociedad
llevaba a la pan-semiología y a la concepción mediática
de la realidad.
Umberto Eco, Jean Baudríllard o Roland Barthes difun-
dían la buena nueva del estructuralísmo como comunica-
ción. Pero la adopción de este pensamiento entendido
como un método científico y neutral, como una simple
derivación objetivista de la fenomenología husserliana,
tenia otro rasgo fundamental. Las estructuras, Jos len-
guajes, los procesos de significación eran ¡¡iutónomos por
definición, encerrados sobre sí mismos, sometidos pura y
exclusivamente a su autoalimentación.
Puesto que desde el principio existen Ja totalidad de las
relaciones de producción, o de los lazos de parentesco, o
81
de la eutonom:a a lo intempestivo de la autonomia a !o intempestivo

de los repertorios arquitectónicos, aquello que el análisis tes propios de la producción artística. No se trata de una
estructural nos muestra son los mecanismos de autorre- tautologia como no es tautológica la proposición "Art as
gulación que actúan en el interior de esta totalidad. idea as idea" que se convierte en el mayor Jeit motiv de
Un principio metodológico fundamental consiste en los artistas del momento.
que una vez reconocido un sistema estructural lo que Todavia más. El arte no es el objeto, no puede identifi-
debe conocerse es su mecánica interna, los protocolos carse con un artefacto del que nos apropiamos con inde-
que rigen la economia de sus movimientos y las posibili- pendencia del proceso a través del cual se ha llegado
dades que este sistema, de alguna manera ya dado total- hasta él. Más importante que la obra es el proceso. Más
mente desde el comienzo, tiene para desplegarse. importante que el objeto acabado, aislado, son las ideas
La emergencia del estructuralismo tiene consecuen- que io han hecho posible. La comunicación artistica se
cias fundamentales en la producción artistica. Cuando produce desde el momento en que nos es posible enten-
Joseph Kosuth escribe en 1969 "Art indeed ex1st for its der el objeto como el resultado de una estructura, como
own sake" ("El arte existe para si mismo") está formulan- un estadio siempre provisional, que viene de estadios
do de nuevo el principio de la autonomia del arte. El anteriores y posibilitará nuevos niveles de desarrollo pos-
redescubrimiento de la obra de Marce! Duchamp por los terior. Sólo a partir de la estructura del conjunto y desde
artistas conceptuales es bien significativo de la desapari- el sistema sucesivo de significantes-significados nos es
ción de toda referencialidad exterior al propio universo de dada la posibilidad de recibir la idea, de participar en el
los productos artisticos y, por otra parte, es indicativo de mensaje autorreferencial y autónomo de los procesos de
la orientación comunicativo-lingüística que aparece como producción artística.
prioritaria en el modo de entender la actividad artística. Asimismo, en la arquitectura, desde mediados de la
El arte conceptual antepone la idea a la materialidad década de los sesenta, encontramos un modo de enten-
del objeto. Manifestar el procedimiento lógico por el cual der sus objetivos paralelo al que acabamos de describir
se transmiten las ideas en la comunicación artística cons- para las artes plásticas.
tituye el objetivo principal del programa estético concep- En La arquitectura de la cíudad (1966), Aldo Rossi
tualista. En la obra de Dennis Oppenheim, Robert Morris, somete a crítica la tradición del funcionalismo, es decir la
Jan Dibbets, Bruce Naumann, Edward Ruscha o Joseph dependencia de la forma arquitectónica de algo exterior a
Kosuth no interesa el mensaje político, ecológico o for- su propia lógica y a los procesos internos de su transfor-
mal. Lo que alimenta la obra de los artistas conceptuales mación.
es la autorreflexión sobre su actividad de productores de
Para Rossi "la explicación de los hechos urbanos a tra-
arte y la autorreferencia que el arte tiene en relación a si
vés de su función ha de ser rechazada cuando trate de
mismo, a sus diversas manifestaciones a lo largo de la
ilustrar su constitución y su conformación [... ] esta expli-
historia, a la permanencia que la comunicación de las
cación en vez de ser ilustrativa es represiva porque impi-
ideas del arte ha tenido en todo tiempo y lugar.
de estudiar las formas y conocer el mundo de la arqui-
"El arte es una proposición sobre el arte, presentada en tectura según sus verdaderas leyes".
el contexto del arte como un comentario sobre el arte",
La petición de un conocimiento autónomo de la arqui-
escribe también Kosuth para remachar el clavo de la
tectura basada en el cuerpo teórico que le ha sido propio
autonomia de los procedimientos, contenidos y referen-
82 83
l
de la autonomia a lo intempestivo de la autonomia a lo mtempestivo

-la tratadística y la manualística- y la definición de los sus figuras esenciales. Es el juego de los repertorios que
datos morfológicos y tipológicos como las referencias la historia interna de la arquitectura moderna ha puesto
esenciales para el análisis de las obras arquitectónicas y en manos de unos arquitectos. Su principal preocupación
urbanísticas, constituyen una inteligente transposición es la sintaxis de unos repertorios cuyo contenido semán-
de las preocupaciones del pensamiento estructuralista al tico más que un objetivo a alcanzar constituye un punto
territorio de la arquitectura. de partida.
No sólo las referencias a autores como Claude Lévi- No sólo las afirmaciones de Colín Rowe sobre el fraca-
Strauss o a Reman Jakobson son indicios claros de qué so de la arquitectura moderna son bien significativas sino
tipo de so-porte hay detrás de las teorías rossianas sino también su insistencia en que es la idea quien reúne las
que también su práctica como arquitecto demostrará obras de unos arquitectos, antes y después, tan dispares
cuáles son sus verdaderos intereses. Con el paso de los como los cinco nombres reunidos en la exposición.
años hemos podido ver la obra de Aldo Rossi como el Autonomía de nuevo. Juego interior desde el campo de
discurso desde el interior de la arquitectura en un univer- acción establecido por la arquitectura moderna en sus
so donde la interrelación de las tipologías principales o el
momentos iniciales. No importa que después esta misma
juego de su figuración reducida a los rasgos esenciales autonomía se haya dispersado por caminos distintos. En
constituyen el procedimiento de su hacer arquitectura. dirección hacia la experimentación de nuevos repertorios
Una arquitectura, por otra parte, que ni empieza ni acaba
semánticos en el caso de Michael Graves. En la investi-
en el objeto. La arquitectura de Rossi se muestra como gación sintáctica tal como se ha dado durante los años
un interminable juego estructural entre tipos e imágenes setenta en el trabajo de Peter Eisenman o en busca del
en constante interacción, de modo que el objetivo funda- mito originario y del acontecimiento fundacional tal como
mental de su trabajo arquitectónico es la presentación de ha sido emprendido por John Hejduk. En todos ellos la
la idea, como juego de figuras. arquitectura era un universo suficiente en sí mismo, que
La desilusión que muchos han sufrido al ver construi- se alimentaba de su propia historia y que surgía desde el
dos en un lugar y con unos materiales concretos los edi- interior de sus propias reglas y protocolos al modo como
ficios rossianos tiene su origen en el hecho de que éstos Minerva, recreando el mito del hermafrodita en la elegan-
se han querido considerar objetual o funcionalmente cuan- cia del mundo clásico, nació de la cabeza de Júpiter.
do lo que su autor nos propone es la atención al proceso
que sus dibujos nos muestran por el cual la construcción
del edificio es un episodio más de una idea, de un dis-
curso arquitectónico entendido autónomamente y por lo El repliegue estructuralista no era sino la otra cara de Crítica radical
tanto indiferente a la construcción o al uso. una crítica de la cultura y del arte mucho más radical. El
También en el momento en el que Arthur Drexler, Colín pensamiento europeo había formulado la vía de una auto-
Rowe o Kenneth Frampton identifican unos rasgos comu- crítica sin límites en los pensadores de la Escuela de
nes a la arquitectura de cinco arquitectos neoyorkinos en Francfort. Las heridas producidas por los horrores de la
la exposición y catálogo titulada Five Architects (1971), 11 Guerra Mundial -destrucción y holocausto- se salda-
asistimos a un manifiesto en favor de la autonomía disci- ban con una desconfianza total en los valores culturales
plinar y de la dependencia exclusiva de la arquitectura de del llamado mundo occidental. Si el existencialismo cons-

84
de !a aulonomla a lo intempestivo

tituyó la respuesta subjetiva e individual, la Teoría Crítica de


l
'
de la au!onom1a a lo intempestivo

Ante tal evidencia la producción artística debe ser sus-


los frankfurtianos pretendió ser la respuesta objetiva. El tituida por la acción crítica. El trabajo de los operadores
programa cultural desarrollado por Theodor-W. Adorno y artisticos no puede consistir en seguir acumulando pro-
Max Horkheimer, el hipercritícismo de Herbert Marcuse ductos ideológicos sino, mas plausiblemente, en desa-
y Jürgen Habermas proponian una actitud intelectual en la rrollar la crítica de las ideologías subyacentes a todos los
que el objetivo principal de su discurso no era ninguna pro- discursos artisticos.
puesta nueva sino la única acción intelectual honesta en Renace el discurso neohegeliano sobre la muerte del
toda producción artística o filosófica. arte. Lo que hasta entonces ha sido considerado con-
La especial atención al campo de la producción estéti- vencionalmente producción artística debe transformarse
ca de la teoria crítica la hace mas importante en nuestro en acción critica, desenmascaradora, destructiva.
análisis. La producción de grupos como Cobra, Fluxus y mas
No es posible un arte progresista, ni una literatura pro- tarde el neodadaismo de los happenings o de las accio-
gresista, ni una arquitectura progresista. Todo es mixtifi- nes antiarte deben ser contemplados como la expresión
cación. El mensaje de los productos artísticos propios de en la propia practica artística de la desconfianza que los
la modernidad es mixtificador. Encierra el engaño que artistas tienen de su medio para cualquier cosa que no
procede de una sociedad alienada. Propone valores que sea su propia destrucción.
pertenecen sólo a una clase, que encierran intereses par- Tomar las formas de la vida cotidiana para irrumpir en
tidistas, que refle.ian la contradicción social no resuelta ellas agresivamente es el método habitual de Allan
en lo que Adorno gustará denominar capitalismo tardío Kaprow, Wolf Vostell, Al Hausen, Herman Nitsch pero
(Spatkapitalismus). también en alguna de sus etapas, Yoko Ono, Joseph
La única posibilidad para la inteligencia es la función Beuys, Claes Oldenburg, Walter de Maria, etc.
crítica. Ningún intento de proposición de nuevos progra- Arruinar automóviles o televisores, ensangrentar y lle-
mas. Ningún espacio para definir el futuro. Ninguna posi- nar de vísceras el espacio pulcro de un teatro o bien una
bilidad para la utopía. Karl Manheim ponía los límites al galeria de arte, amontonar cuerpos desnudos vulgares y
pensamiento utópico retomando, al igual que los pensa- fláccidos, amalgamar música electrónica, manchas de
dores de la Escuela de Francfort, la crítica marxista al pintura, ruidos mecanices, deformaciones ópticas produ-
socialismo utópico y a las ideologías. cidas fotográficamente. Todas estas acciones de vanda-
La teoría crítica provocó una reacción en el campo de lismo y aniquilación, de exterminio y ruina, son la traduc-
la producción artística y en el de la reflexión sobre el ción "artística" del programa crítico. La muerte del arte
mismo hacia el nihilismo y hacia la sustitución de la prac- anunciada filosóficamente se visualiza recuperando, de
tica artística por la llamada practica teórica según la afor- forma agresiva y brutal, recursos dadaistas recibidos
tunada expresión de Louis Althusser. sobre todo a través de la mitificación cada vez mayor de
Marce! Duchamp y Walter Benjamín.
Nihilismo en el sentido de desacreditar cualquier activi-
dad productiva. Toda producción es ideológica, conse- Duchamp como productor de objetos sarcasticos ante
cuencia de las fuerzas dominantes en la estructura las convenciones del arte: contra su valor retiniano, con-
económica que se basa en la lucha de clases. El arte y la tra su irrepetibilidad. Benjamín como el pensador hetera-
arquitectura son exclusivamente su reflejo superestructura!.
86 87
de fa autonomia a lo 1ntempest¡,,'O de la autonomta a !o intempestivo

doxo, fuera de la academia, montador de un discurso ina- En último término es la crítica global al arte moderno tal
cabable hecho de fragmentos, profeta de la ruina del como Ge6rgy Lukács había formulado en su extensa obra
mundo capitalista, evocador amargo del pasado. teórica y muy especialmente estética, la que interesa a
El situacionismo de Guy Debord y Raoul Vaneigheim se Tafuri. Es también la conexión entre critica a la arquitec-
desarrolla también en estas condiciones de la crítica radi- tura y crítica a la sociedad la que fundamenta su discur-
cal como práctica teórica. El urbanismo moderno y su so. Poner en evidencia la condición ideológica, es decir
relación con la psicopatología de la vida cotidiana. La dic- mixtificadora, del lenguaje arquitectónico moderno es
tadura de los principios del diseño "racional" nacidos de una acción, en definitiva, política. Es una llamada a la
una Bauhaus determinista y parafascista. Una incipiente destrucción de la arquitectura. Por esta razón la justifica-
crítica ecológica. La vulgarización de los mitos eróticos ción histórica que estructura Tafuri, desde Brunelleschi
difundidos por medio de las imágenes de la publicidad. hasta el presente, es presentada como una historia de la
mixtificación y el engaño. Es el reincidente mecanismo
La experiencia del espacio urbano no como resultado por el cual, por debajo de los grandes propósitos eman-
de un orden compositivo sino más bien como derive, es cipadores de las propuestas arquitectónicas y urbanísti-
decir como acumulación errática de experiencias sinesté- cas, aparecen siempre las ruinas, la desolación y el vacio.
sicas. En todas estas proposiciones predomina la critica
a la cultura contemporánea. No se trata de la gran cultu- No es posible trazar el recorrido de las experiencias de
la arquitectura contemporánea sin ofrecer un lugar prefe-
ra de los museos, los conciertos, la literatura y el arte ofi-
ciales. Lo que interesa a los situacionistas es la cultura rente al pensamiento negativo y a la crítica radical. Y ello
de las masas, la cultura de la vida cotidiana producida tanto en el marco más general de la teoría estética como
en su traducción particular en los ámbitos de las artes
por los poderosos medios de la publicidad, la televisión,
los cómics, la arquitectura y el urbanismo. figurativas y en el de la arquitectura.

También será consecuencia de la teoria critica de la La crítica radical de la ideologia arquitectónica, cuyas
ramificaciones a partir de la potente formulación venecia-
Escuela de Francfort el radicalismo de los historiadores y
críticos de la arquitectura de la Escuela de Arquitectura na no serian difíciles de recordar tanto en Europa como
de Venecia. en Estados Unidos, está presente en la mala conciencia
de los arquitectos que ejercen la práctica de la arquitec-
Manfredo Tafuri, con el apoyo intelectual de Asar Rosa, tura y en el enfrentamiento agresivo entre éstos y quienes
Mario Tronti y Antonio Negri primero y de Massimo Cacciari practican el discurso teórico-crítico. Sea a través de la
y Franco Rella ya en los años ochenta, ha sido el porta- reconstrucción tendenciosa de la historia moderna, sea
voz de la crítica radical de la arquitectura moderna. Para también a través de la producción de proyectos críticos,
una crítica de la ideología arquitectónica, publicada por es decir de proyectos que se plantean como una pura
primera vez en 1969 y más tarde reelaborada en el especulación sobre el papel y cuyo objetivo no es otro
pequeño libro Progetto e utop!a de 1973, es el manifies- que demostrar la imposibilidad de la arquitectura. En los
to más significativo de una posición de critica global a la dibujos de John Hejduk, los de Massimo Scolari, o los de
producción moderna de la arquitectura como ideologia los miembros de Superstudio, de los años juveniles de
en el sentido negativo que esta palabra tiene en la tradi- Hans Hollein o Bernard Tschumi, la evocación de arqui-
ción marxista y en el sentido más preciso que este térmi- tecturas imposibles, de ruinas, de absurdos espaciales o
no significa en el pensamiento de la Escuela de Francfort. de paradojas conceptuales participan también del mismo
ªª 89
de la autonomia a lo intempestivo
de la autonom1a a !o intempestivo

clima radical y de la misma pérdida de confianza en la sertrand Russell, Karl R. Popper o Alfred J. Ayer, incluso
posibilidad de una arquitectura realmente construible v Ludwig Wittgenstein por citar nombres bien significativos
culturalmente válida. ,
del pensamiento contemporáneo se pueden considerar a
un tiempo rigurosos analistas de los limites de la veraci-
dad·tanto en el lenguaje científico como en los lenguajes
que organizan los comportamientos éticos y sentimenta-
Liberalismo En el polo opuesto al radicalismo crítico se encuentran les. Su repugnancia por la tradición metafísica o por la
todas aquellas opciones cuyo origen hay que buscarlo en construcción hegeliana de la historia les lleva a rechazar
posiciones culturales de tipo liberal. El término "liberal" el método histórico como camino de verificación de las
no tiene en el mundo anglosajón el mismo significado que leyes que rigen el presente, mientras que su cautela
en el área cultural latina. Mientras que en el primero "libe- metodológica en las ciencias humanas y sociales les
ral" se refiere a una postura políticamente abierta. pro- suele colocar más cerca de las afirmaciones basadas en
gresista e incluso acompañada de un cierto radicalismo la comprobación cuantificable de los hechos que en la
en nuestra tradición "liberal" corresponde más estricta~ confianza en las grandes afirmaciones generales.
mente a la pervivencia de las doctrinas políticas del libe-
Poca simpatía, en principio, encontraremos en el libe-
ralismo del siglo x1x. Primacía de lo individual sobre lo
ralismo estético en relación al arte de vanguardia o a las
colectivo. Tolerancia ideológica teñida de una buena
proposiciones mas arriesgadas de los grupos experi-
dosis de subjetivismo. Realismo pragmático frente a las
mentales.
grandes construcciones totalitarias del socialismo o de
los antiguos regímenes predemocráticos. Es por todo ello En personajes del tipo de Ernst Gombrich o en Colín
por lo que, en nuestra terminologia política, con el térmi- Rowe, por citar dos personalidades vinculadas a la gran
no "liberal" se entienden aquellas posiciones que en lo tradición intelectual del Warburg lnstitute, José Ortega y
filosófico están marcadas por un cierto realismo empírico Gasset, Georges Santayana. lsaiah Berlin o Thomas S.
ante los principios y la sociedad y en lo político se colo- Elliot son nombres recurrentes a los que remite el discurso
can en una posición ilustrada, es decir heredera de los estético liberal. Un discurso que, en la década de los
ideales democráticos de los reformadores sociales ante- setenta e incluso de los ochenta, ha tenido un renovado
riores a la revolución francesa, convencidos defensores vigor gracias a la situación de crisis del proyecto moderno.
de la propiedad privada y la organización democrática de La autonomía estructuralista y la crítica radical han
la sociedad.
convivido con el realismo civilizado de los liberales que
Es en este sentido en el que puede hablarse de un neo- en el terreno del arte y la arquitectura si bien han sido
liberalismo cultural en ciertas posiciones aparentemente proclives a la tolerancia de hecho, han impulsado el
diversas en el campo de la creación artística y arquitec- nuevo realismo de la representación al que aquí debe-
tónica. mos referirnos.
Los referentes filosóficos de este liberalismo hay que Sólo desde estos supuestos es comprensible en la cre-
encontrarlos en la tradición del empirismo inglés y mas ación plástica el hilo del hiperrealismo como una alterna-
concretamente en aquellos pensadores en quienes el • tiva a la abstracción y el expresionismo. La exposición
estudio de la lógica y de la filosofía del lenguaje constitu- parisina denominada Les rea/ismes, realizada en el Centre
yen el fundamento de cualquier posterior consideración. Georges Pompidou en 1980 significaba la recuperación
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91
de la autonom1a a lo intempestivo de la autonomía a lo intempestivo

de la tradición figurativa académica, anterior a la analítica El discurso teórico dé Venturi o el de Rowe se asienta,
del impresionismo, seguida por todos aquellos artistas para la complejidad o para el col/age, en la firmeza de los
del siglo xx que se colocaron al margen de las renovacio- códigos establecidos al mismo tiempo que en la convi-
nes impulsadas por las vanguardias. vencia yuxtapuesta de los mismos en un mundo de
comunicación social en el que nadie puede atribuirse la
Este realismo tiene una fundamentación teórica precisa.
exclusiva de un determinado lenguaje. Desde la toleran-
La relación entre el sujeto y los objetos es clara, estable y
cia, con el sentido de la eficacia de la economía política
descriptible a través de procedimientos imitativos. El rea-
de la concurrencia, aceptan y promueven un sistema dis-
lismo pictórico y escultórico no tiene dudas sobre la reali-
cursivo rico, variado, múltiple pero finalmente transparen-
dad ni sobre la verdad de nuestra percepción de la misma.
te, descodificable, transmisible y veraz.
La representación es el resultado de una atenta observa-
ción de la realidad y de su ordenada imitación en el volu- Los arquitectos high tech son también liberales, con-
men de un bronce o sobre la superficie de un lienzo. vencidos de la correspondencia clara y definible entre la
función y su forma, entre la exigencia constructiva y su
También en arquitectura el realismo liberal ha tenido
resolución técnica.
sus éxitos más sonados a través de dos orientaciones
aparentemente diversas pero. en realidad, unidas por la Las obras de Norman Foster, Renzo Piano, Jean Nouvel
misma concepción del conocimiento y de la representa- o David Chipperfield no son problemáticas. Corresponden
ción. La reutilización de los repertorios de la arquitectura a aquel ideal de comunicación de los inmateriales detec-
histórica por la llamada arquitectura posmoderna o el tado por Franc;:ois Lyotard en su reflexión sobre la comu-
sentido de evidencia y de verdad desarrollado por la nicación en la cultura contemporánea.
arquitectura high tech tienen en común la misma con- Un ideal, convencido y seguro, de la posibilidad real de
cepción de la realidad y la misma confianza en Ja comu- controlar cuantitativamente los requerimientos de un pro-
nicación entre los sujetos y esta realidad. grama arquitectónico para darle respuesta de un modo
En el caso de la arquitectura posmoderna el procedi- elegante y económico. Ésta es la base de una arquitectu-
miento realista se manifiesta en los siguientes puntos. El ra que se presenta con la falsa modestia de ser simple-
aparente historicismo de la reutilización de estereotipos mente la respuesta técnica adecuada a la solicitación
estilísticos del pasado no es más que un acto de plena bien definida. Confianza técnica, realismo en la figuración
confianza en la posibilidad de su repetición, al margen de de esta relación limpia entre forma y función, tensión y
la historia -es el liberalismo de El fin de la historia de rigor pero también seguridad y confianza, son el conteni-
Francis Fukuyama- asi como una demostración de la do de una arquitectura tan bien recibida por los tecnó-
seguridad en la consistencia comunicativa de los signos. cratas como por quienes necesitan conjurar el temor per-
Desde Robert Venturi y Philip Johnson hasta Robert Krier manente de la amenaza técnica.
y Ricardo Bofill el talante liberal de su actitud ética se La crisis de la modernidad denunciada por los nihilistas
corresponde perfectamente con su seguridad en poder y engañosamente superada por los cultivadores de las
disponer verazmente de los signos de la arquitectura de imágenes comunicacionales o técnicas no tiene su solu-
otras épocas. Su seguridad es el resultado del realismo, ción en el ensimismamiento del estructuralismo, es decir
de Ja adecuación entre forma y significado como algo en la autorreflexión.
estable, permanente y eficaz tanto en el presente como
pudo serlo en el pasado. 93
92
de la au!onom1a a lo m1empeslivo de la autonom1a a lo intempestivo

Un arte El pensamiento posestructuralista ha iniciado la tarea artística se apela a la intercambiabilidad de las interpreta-
intempestivo de pensar el mundo desde la ausencia de fundamento y ciones producidas por quienes reciben las obras de arte.
desde la descomposición del tiempo histórico. Pensadores Es éste, ciertamente, un giro copernicano en la medida
como Gilles Deleuze han puesto de manifiesto la inexis- en que se relativiza o incluso se pone entre paréntesis la
tencia de una plataforma desde la que sea posible cons- fuente de la que surge el objeto estético y sólo se atien-
truir una visión del mundo. No hay una plataforma, sino de a los vasos en los que ésta es recibida y apropiada a
mil/e plateaux, una multiplicidad ilimitada de posiciones través de procesos de decodificación hermenéutica. La
desde las cuales sólo es posible montar construcciones deconstrucción no seria de este modo más que la tecno-
provisionales. Tampoco la realidad de los hechos se logía y el resultado de la recepción hermenéutica. Una lla-
ordena a lo largo de un hilo conductor basado en la suce- mada a la cancelación del autor para poner en primer
sión ordenada del tiempo. No es cierto que lo que hace- plano el poder de los receptores.
mos hoy se vuelve consistente por su referencia a la
Pero esta posición carece de legitimidad en la medida
experiencia del pasado ni tampoco disponemos de la
en que no enseña de qué manera se lleva a cabo la
ordenación necesaria para justificar lo que producimos
recepción y cual es, finalmente, el modo de apropiación
ahora en relación a lo por venir. La noción de pli, de plie-
de los textos considerados como objetos flotantes, desa-
gue, glosada por el mismo Deleuze, supone que el
rraigados, fuera del espacio y del tiempo.
espacio en esta situación posestructural está hecho de
plataformas, grietas, pliegues, raspaduras, superficies y La experiencia del mínima! art desde los años sesenta
profundidades que dislocan por completo nuestra expe- y de su versión europea menos rigorista y más .comuni-
riencia espacial. También en el tiempo nuestra experien- cativa en el arte pavera nos introducen en la experimen-
cia es una experiencia de acontecimientos. En el dolor de tación artística desarrollada a partir de una reducción
sentirse sólo actor de una interpretación instantánea halla hasta el límite inferior de la producción del sentido en la
el hombre actual el significado provisional de un tiempo. obra de arte. No se trata del problema de la expresión tal
No es un presente eterno, como el de Dios. No es un pre- como se planteaba en el subjetivismo expresionista, ni en
sente en continuidad entre el pasado y el futuro, como el patético aislamiento de! existencialismo. Lo que el
seria vivido en el humanismo optimista de la Ilustración. minimalismo ha puesto en acción es la actividad produc-
Se trata de un presente intempestivo, es decir, de una tiva desde los datos elementales de la percepción del
temporalidad carente de justificación, casual, y por esta mundo exterior. La visión minimalista, como hiciera notar
misma razón gratuita, carente de finalidad. Rosalynd Krauss, es fenomenológica y no metafísica. No
procede de la idea sino de la experiencia. Elimina toda
Se hace verdadera, en la situación reciente, la vieja
pretensión universal y se vuelve acontecimiento. En una
noción kantiana de que lo que pretende lo estético es la
instalación, en una propuesta espacial de Donald Judd,
producción de ob.ietos cuya finalidad se agota en el acon-
Richard Serra, Robert Morris o Richard Artschwager no
tecimiento de la producción, convirtiéndolos en finalida-
sólo se ha retrocedido a un momento perceptual sinesté-
des sin fin.
sico previo a la distinción retiniana de las artes plásticas,
El pensamiento hermenéutico de Hans-Georg Gadamer sino que no hay ninguna voluntad de establecer tipologí-
o Hans Robert Jauss, ha propuesto, para comprender el as permanentes ni de evocar estructuras profundas reco-
significado de la obra de arte, la experiencia de su recep- nocidas en la interpretación del objeto artistico.
ción. En vez de conocer las estructuras de la producción
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95
de la autonom1a a lo mtempestivo de fa autor.om1a a lo intempestivo

Es el instante, provisional. El acontecimiento intransiti- gués es la novedad provisional de cada proyecto. La lige-
vo. La proposición levantada en un lugar. reza sutil de sus intenciones y la reducción al mínimo de los
recursos semánticos privilegiando, en cambio, todos los
La indefinición de la condición urbana y metropolitana
contenidos sintácticos.
de los productos minímalistas es significativa. Demuestra
la imposibilidad de atraparlos desde una concepción Desde un registro completamente distinto también la
organizada y planificada de los lugares o de la estructura obra de Tadao Ando participa de la condición intempes-
urbana. tiva que intento caracterizar.
Irrumpen intempestivamente. Son gratuitos. La fina- El juego de los volúmenes de hormigón y el control reti-
lidad de estos artefactos está en su rechazo a Justifi- cular de las dimensiones de sus edificios no tienen nada
caciones funcionales, lingüísticas o miméticas. que ver ni con los restos de la metafísica universal de los
elementos tal como se produce en Louis l. Kahn ni con
También hay una arquitectura intempestiva. Es la que
una supuesta mathesís universa/is procedente de las
nace a la intemperie de cualquier sistema de principios, de
arquitecturas modulares descendientes de Le Corbusier.
tradiciones o de códigos lingüísticos. Es la que por este
motivo, presenta una radical desolación, falta de suelo, En Ando su producción son todas y cada una de sus
presentándose desde la singularidad de un acontecimien- obras. Cada una como un experimento autónomo. Cada
to. En el capitulo anterior he señalado la debilidad de esta una perfectamente separable de las demás. Son arqui-
arquitectura. Debilidad que no tiene nada que ver con poca tecturas en buena parte autodefinitorias. No obedecen a
capacidad para manifestar las condiciones del mundo y la ningún contexto. No imitan la tradición. Si pueden referir-
cultura contemporimeas. Por el contrario la debilidad se se a la cultura local lo hacen como ausencia, como vacío,
interpreta precisamente como la manifestación arquitectó- como cancelación de toda afirmación. Son artefactos que
nica de la situación cultural contemporimea. debemos experimentar psicofísicamente en su realidad y
que no nos son dados a través de su representación ni
Quisiera fijarme, por un momento, en la obra de tres
siquiera de sus imágenes. El acontecimiento tiene lugar
arquite-ctos actuales. Álvaro Siza, Tadao Ando y Frank O.
en un punto y en un instante. No tiene sentido explicarlos
Gehry.. En los tres creo encontrar de un modo elocuente
ni desde el antes ni desde el después.
y pleno la resonancia de la situación cultural contempo-
ránea. Al igual que en las obras minimalistas, en Álvaro Aunque procedente de una aproximación distinta tam-
Siza la sintaxis de los elementos constructivos que dis- bién la arquitectura de Gehry comporta un mensaje in-
pone en el espacio es abstracta, temporal. No hay ningu- tempestivo. Procede como un creador plástico y de
na pretensión de fijar un procedimiento ni tampoco de hecho, en muchos aspectos. el método de configuración
elaborar la arquitectura como deconstrucción de un texto de sus obras se aproxima extraordinariamente a los pro-
arquitectónico previamente existente. cedimientos de los creadores de otros campos de las
artes plásticas.
Las dislocaciones geométricas, los deslizamientos, las
distorsiones en el paralelismo, los maclajes incompletos No tiene sentido hablar ni de perversión, ni de exceso.
de sus formas son expresión de una arquitectura que se Sus obras son lo que son y no se refieren a otras obras
produce ex novo en cada ocasión. Lo que provoca admi- distintas, anteriores o comparables. Es una arquitectura
ración, es decir sorpresa, en la obra del arquitecto portu- de instalación incluso por la deliberada fragilidad de sus

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de !a aulonom1a a lo 1ntempastivo
de la autonom1a a lo intempestivo

materiales y por el descuido deliberado que hay en su


obra de lo tectónico, por la ausencia de la firmitas vitru- 1 Oeleuze, Gil\es; Guattari, Félix, Mil/e Plateaux.
Capitalisme et Schizophrénie, Les Editions de Minuit,
Bibliografía

biana. Paris, 1980; (versión castellana: Mil mesetas. Capitalismo


y esquizofrenia, Editorial Pre-Textos, Valencia, 1988).
Sus configuraciones tienen su origen en formas abs-
tractas. Son opacas a la expresión de necesidades, de la Gadamer, Hans-Georg, Wahrheit und Methode, J.C.B.
misma manera que nada nos dicen de la persona de su Mohr Verlag, Tübmgen, 1960; (versión castellana: Verdad
autor. Están en el polo opuesto de cualquier arquitectura y método, Sígueme, Salamanca, 1996').
contextual o autobiográfica. Irrumpen inesperadamente Jauss, Hans Robert, Asthetische Erfahrung und
en un punto. En cualquier momento, de modo intempes- Uterarische Hermeneutil<, W. Fink Verlag, Múnich, 1977;
tivo. Cada obra se agota en si misma estando totalmente (versión castellana: Experiencia estética y hermenéutica
al margen de cualquier intención normativa. No nos propo-
literaria, Taurus, Madrid, 1986).
nen ningún método. No afirman ninguna verdad absoluta.
Judd, Oonald, Architel<tur, Edition Cantz, Múnich, 1989.
Gilles Deleuze en su Lógica del sentido (1969) contra-
ponía la obra del dios del tiempo, Cronos, a la de Aion la
divinidad rescatada por la filosofía estoica de Marco
Aurelio.
Cronos es el presente corporal. Mide la acción de los
cuerpos y enlaza indisolublemente pasado, presente y
futuro; es el movimiento reglado, cósmico, infinito, garan-
tizado en último término por Zeus, el padre de todos los
dioses. Es el tiempo en plenitud.
En Aion, en cambio, el tiempo es sólo el instante sin
espesor ni extensión. Con él todo sube a la superficie y
se hace acontecimiento instantáneo. No necesita de la
garantía de los dioses. Es volátil y provisional. Huye
antes de que lo hayamos atrapado. Como dice Platón es
atópico, carece de lugar. Es lo sin-causa, lo aleatorio. El
lenguaje no viene a él sino que en él se despliega. Su
sentido es imprevisible. La experiencia de Aion no es
codificable. Irrumpe intempestivamente. Como el relato
del actor sobre la escena de teatro, como los giros ines-
perados de una grácil bailarina.

99
98
lugar: permanencia
o producción

Publicado ortginalmente en:


Anywhere, Rlzzoli, Nueva
York,1992, pags. 112·115.
La noción de espacio como una categoría propia de la
arquitectura es una noción moderna. Emerge en la cultu-
ra centroeuropea al mismo tiempo que en el ámbito de la
ciencia, entra en crisis la concepción euclidiana del espa-
cio como una continua, homogénea y estable determina-
ción del universo tridimensional en el cual nos movemos. A
partir del momento en que ni el espacio puede ser conside-
rado como una categoria a priori de nuestra organización
perceptiva, tal como todavía Emmanuel Kant establecía
en su Crítica de la razón pura, ni su determinación puede
aceptarse como un dato fiio e inmutable inevitablemente
ligado a las tres coordenadas perpendiculares de anchu-
ra, altura y profundidad, entra en crisis una concepción
del espacio y por tanto del lugar, de cualquier lugar, cuya
vigencia en la cultura occidental había permanecido bási-
camente inalterada desde el pensamiento aristotélico y
su pervivenc1a hasta en la física newtoniana.
La teoria de la relatividad de Einstein modificó sus-
tancialmente la moderna noción de espacio, asociándo-
la inseparablemente a la de tiempo y estableciendo una
permanente mutabilidad del mundo físico entre los
parámetros espacio-temporales. De esta revolución
científica se s1gu1eron evidentes analogías en el ámbito
de las artes y la arquitectura donde, por lo menos desde
el cubismo, espacialidad y temporalidad aparecían
como dos variables siempre interrelacionadas. Pero
también en las ciencias de la naturaleza Henri Poincaré
había establecido la deformabilidad del espacio que
realmente perciben los individuos de modo que, desde
el su¡eto, ya no tenia sentido seguir imaginando un uni-
verso estable ante el cual el observador debía adecuar
sus instrumentos receptores con la máxima fidelidad.
Tampoco las teorías biológicas del Umwelt de Jakob
von Uexküll dejaban en pie la estabilidad del espacio
biológico desde el momento en que, científicamente, se
demostraba que la vida vegetal y animal realmente se
desarrollaba no en territorios vastos e ilimitados sino
gracias a la definición de entornos en los cuales la inte-
103
lugar: permanencia o producción lugar: permanencia o producción

racción entre el individuo viviente y el mundo exterior En definitiva la noción de espacio arquitectónico como
quedaba conformada de manera inseparable. guia adoptada por la cultura y la crítica de la vanguardia,
de Adolf Behne a Siegfried Giedion, de Wright a Mies van
Para la arquitectura la noción de espacio está ligada al
der Rohe, de Picasso a Marcel Duchamp, proponía las
desarrollo de la cultura moderna. Podemos afinmar que la
novedades fundamentales para el nuevo arte nacido de la
arquitectura como producción de espacio, de espacios
crisis del clasicismo. Por una parte el espacio no era un
poseuclidianos, en el repertorio infinito de posibilidades
dato inicial, un punto de partida previo sobre el que la
abierto por las modernas ciencias físicas, biológicas y
obra del arquitecto intervenía sino que era el espacio
psicológicas, es exactamente paralela al desarrollo de las
mismo el que resultaba, finalmente, de una proposición
investigaciones a las cuales nos acabamos de referir.
arquitectónica. El espacio, las infinitas experiencias espa-
Fue Adolf van Hildebrand quien estableció la relativi- cio-temporales que la arquitectura podía crear, eran el
zación del espacio artístico, especialmente del entorno objeto final de la invención artistica de esta disciplina. No
de la escultura, al determinar que nuestras visiones leja- er~n la causa sino la consecuencia, en un universo en el
nas y próximas crean situaciones objetivamente distin- que la relatividad no sólo físico-matemática, sino biológi-
tas en la experiencia de cualquier obra de modo que es ca, psicológica y filosófica constituian un punto de vista
el espacio percibido aquel que finalmente determina completamente nuevo para la concepción de la realidad.
dicha experiencia.
En segundo lugar esta creatividad espacial debia produ-
Los razonamientos de Hildebrand que pronto se desa- cirse fundamentalmente a través de mecanismos psicoló-
rrollarian en August Schmarsow y Alors Riegl destruían la gicos. La visión próxima y remota, el tacto, el movimiento
estabilidad con la que todavía Gottfried Semper intenta- del cuerpo, establecen las condiciones de la experiencia
ba explicar la génesis de las artes a partir de sus condi- del espacio de modo que la producción de nuevos espa-
ciones materiales. El Raumgefühl schmarsowiano apela- cios y de nuevas experiencias espaciales está indisolu-
ba a un sentimiento global en el momento perceptivo que blemente ligada a la explotación de los mecanismos per-
no podía reducirse a los puros datos cuantitativos, mate- ceptivos del sujeto humano. De la misma manera que en
riales, del espacio y de los objetos. Movimiento, visión y ciertas corrientes de las artes plásticas se extreman las
tacto actúan inseparablemente produciendo una expe- condiciones de la percepción para obtener nuevos efec-
riencia global, sentimental según este autor, lo cual signi- tos estéticos -la vigilia estimulada artificialmente por las
fica tanto como que la realidad de la obra arquitectónica, drogas en el surrealismo o las experiencias ópticas meca-
por ejemplo, es inseparable de la percepción humana y nizadas iniciadas por Duchamp--, también la arquitectu-
de sus mecanismos activos frente al mundo. En Riegl la ra tendrá abierto el camino de la innovación espacial a
noción de Kunstwollen, voluntad artística, significaba que través de la exploración de todas las posibles vias psico-
las obras de arte a lo largo de la historia eran tales no a lógicas del sujeto.
causa de las condiciones técnicas, geográficas o de los
El clima cultural posterior a la 11 Guerra Mundial cambia
materiales constructivos, como habia pensado Semper,
por completo la noción de espacio como producción
sino que eran el resultado de una voluntad, un deseo de
basada en los estimulas psicológicos del individuo e ini-
manifestar una visión del mundo no sólo a través de sím-
cia un largo proceso de revisión basado, aparentemente,
bolos o imágenes sino también a través de nuevas y cam-
en el retorno a los datos empíricos.
biantes experiencias espaciales.

104 105
lugar: pennanenc:a o producción lugar: permanencia o producción

Es la sustitución del empirismo psicológico, fundamen- un paciente reconocimiento, un laborioso cultivo de se-
talmente de la psicologia de la percepción gestáltica por millas que sólo esperan la mano de quien será capaz de
la fenomenología husserliana la que propondra la sustitu- hacerlas crecer y fructificar.
ción de la noción de espacio por la de lugar. El cambio que las filosofías existenciales introducen en
En todos los ámbitos de la arquitectura se despliega la arquitectura europea y americana es mucho más radi-
una nueva sensibilidad. Es la crítica del carácter abstrac- cal que lo que se pensó en aquellos momentos. Tras una
to de la noción de espacio utilizada hasta entonces y, apariencia de continuidad con matizados cambios ge~e­
más en general, del mecanicismo por un lado y del origen racionales, la obra de Alvar Aalto primero, la del empms-
puramente inventado de las experiencias espaciales que mo nórdico a continuación y la de los nuevos fenomenó-
la nueva arquitectura proponía. logos del Team X y del historicismo italiano significaban la
entrada triunfal de la historia, de la complejidad estructu-
Frente a ello las filosofías de la existencia proponen
ral, del ambientalismo, de la atención a las cualidades
poner en práctica la máxima husserliana de volver a las
particulares por encima de los enunciados generales Yd.e
cosas mismas. La arquitectura está referida a las condi-
fa convicción de que la arquitectura no es tanto una acti-
ciones particulares concretas de cada situación dada en
vidad productiva semejante a la industrial basada en
un espacio y un tiempo preciso.
principios y técnicas, cuanto una práctica artesanal
La tarea de la arquitectura es la de edificar lugares para necesanamente comprometida con los datos previamen-
el habitar. De la misma manera que no hay esencias uni- te existentes del genius /oci, de la historia, los mitos, el
versales sino existencias históricas, particulares, y con- simbolismo y la significación de un sitio.
cretas, tampoco hay espacios elaborados in vitro, experi-
El personalismo francés de Gabriel Marce! o Emmanuel
mentos de tipo general.
Mounier, el arqueologismo mental de Karl Jaspers, o la
La arquitectura actúa trazando límites a cielos y tierras investigación de la psicología de la percepción que acaba
que tienen cualidades determinadas. Estas dimensiones abocada a un radical encapsulamiento, al solipsismo del
cualitativas son esenciales. La tarea de la arquitectura es lenguaje, en Maurice Merleau-Ponty, son otras líneas de
recolectarlas, hacerlas visibles, solidarias, ponerlas en el desarrollo de una cepa común. Es el decepcionado pen-
universo de la palabra. Si el hombre es el cuidador de las samiento de una generación que, perdida la fe en los
palabras y sólo de ellas emerge el sentido de las cosas, grandes proyectos, en el futuro y el progreso, en los prin-
la arquitectura tiene un cometido preciso: hacer de las cipios generales, propone una filosofía del comprom.iso
condiciones ya dadas de cada lugar palabras que signifi- particular, del sentido de lo que ya existe y de una radical
quen las cualidades de la existencia, y que desvelen la inseguridad de que sea posible hacer otra cosa mas que
riqueza y los contenidos que en ellas se contienen poten- volver una y otra vez sobre nosotros mismos, nuestra
cialmente. identidad desvanecida, nuestra historia ineludible, nues-
Es una labor que no se hace con principios generales, tras ciudades milenarias.
ni desde el vacío de la innovación. Surge, por el contra- Para el pensamiento arquitectónico el existencialismo
rio, de tierras y cielos, de luces y sombras, de imágenes difuso y la influencia especialmente determinante de
e historias que existen antes de la arquitectura, que son Martín Heidegger y de Merleau-Ponty marcan la inflexión
literalmente ancestrales. La obra de arquitectura es sólo crítica de las ideas del movimiento moderno a través de
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lugar: permanencia o producción lugar. permanencia o producción

deslizamientos conceptuales aparentemente inocuos En Robert Venturi el contextualismo es también el


pero, en realidad, preñados de radicales cambios que se resultado de una concepción por la cual ni Jos cambios
desarrollarán en la cultura arquitectónica de los años cin- son mucho más que ligeros deslizamientos, ni la pervi-
cuenta y sesenta. vencia de una suerte de clasicismo difuso, popular, culto.
áulico o doméstico, no es otra cosa sino la demostración,
Christian Norberg-Schulz ha sido el historiador y critico
en clave lingüística, de la condición central de Ja arqui-
más representativo de esta posición. Desde su lejano
tectura como una meditación reflexiva sobre un mundo
Intenciones en arquitectura (1963) hasta el libro Genius
de palabras ya escritas.
loci (1976), de título bien significativo, su obra se desa-
rrolla bajo la inspiración heideggeriana. La arquitectura es Ha habido una trivialización de los estilos históricos, y
vista desde la noción central que encuentra en ella, sobre ésta es Ja parte más banal de Ja cultura posterior a la cri-
todo, una actividad destinada a señalar Jugares. Lugar es sis existencialista, pero ha habido tanto en Europa como
reconocimiento, delimitación, establecimiento de confi- en América un retorno sincero a los lenguajes ya dados y
nes. El genius /ocies evidentemente una divinidad mítica, a los lenguajes ya determinados por el tiempo y la histo-
un daimon particular que habita un determinado sitio y a ria que ha producido una cultura conservadora de la ciu-
quien la obra de arquitectura pone de manifiesto, celebra, dad, mimética del pasado y comprometida sobre todo
examina y atiende. La tarea de Ja arquitectura está siem- con cualquier idea de recuperación, permanencia, custo-
pre anclada a algo previamente existente. La geografía y dia y rememoración del genio del Jugar.
la historia se dan la mano en el Jugar que, de este modo, Hoy la situación parece haberse modificado sustancial-
determina de manera precisa Ja idea general de espacio mente. Estamos ante la experiencia de una cultura
y tiempo. La noción de Jugar corresponde a una con- mediática en la cual las distancias se acortan hasta con-
cepción continuista del proceso de Ja arquitectura. Su vertirse en instantáneas y en la que la reproducción de las
vocación es Ja de servir al descubrimiento de lo que ya imágenes mediante todo tipo de mecanismos conlleva
existe, previamente, como un fondo permanente del cual que éstas ya no estén ligadas a un lugar preciso sino que
la arquitectura ilumina raíces, trazas, invariantes. deambulen erráticas a lo largo y a Jo ancho del planeta.
La noción de Jugar como categoría central para la defi- Al mismo tiempo Ja sociedad de la ubicuidad, la aldea
nición de la arquitectura ha sido fundamental en el pen- total, el mundo de los inmateriales, si bien desencadena
samiento de arquitectos aparentemente tan diversos experiencias de simultaneidad, de presencia múltiple y
como Aldo Rossi o Robert Venturi. El primero ha teoriza- constante generación de nuevos estímulos perceptivos.
do la arquitectura como un continuo retorno de arqueti- al mismo tiempo ha producido sentimientos profundos de
pos, de formas permanentes e inmutables que constitu- extrañeza. "Somos extranjeros de nuestra propia patria"
yen su identidad más allá de los cambios que son sólo ha escrito Julia Kristeva reconociendo la paradoja de que
aparentes. La arquitectura de la ciudad es, en clave Ja moderna ubicuidad provoca desarraigo. Somos bárba-
estructuralista, una reivindicación de la permanencia his- ros en Jugares en Jos que se supone que deberíamos ser
tórica. El análisis morfológico y tipológico son el sustrato ciudadanos y el arte y Ja literatura no cesan de volver
. de aquellos lugares que el. arquitecto debe reconocer recurrentemente sobre las experiencias de aislamiento y
antes de cualquier actuación, una intervención que siem- soledad del hombre contemporáneo.
pre debera ser una labor hermenéutica, una lectura de un
texto ya dado por el tiempo pasado.
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lugar: permanencia o producción lugar: permanencia o producción

El retorno de Friedrich-Wilhelm Nietzsche como pensa- En Hans Blumberg, Massimo Cacciari, Eugenio Trias,
dor central en la filosofía mas reciente, un retorno produ- en la teologia desmitificadora de los discípulos de Rudolf
cido de la mano del último Heidegger, es un sintoma mas Bultmann no sólo Dios ha muerto sino que el vacio de su
de que es en una filosofía de la negación y en el nihilismo ausencia crea un ineludible torbellino en el que sucumben
donde la cultura contemporanea reconoce sus propias los compromisos colectivos y las razones morales de una
dolencias. arquitectura que se sentia llamada a restablecer los ges-
tos esenciales, la vigilancia del habitar humano, la aten-
El fenómeno del deconstructivismo ha sido ilustrativo.
ción al sentido profundo de los lugares.
Nacido como una etiqueta ideada por la joven crítica
americana, ha reunido, durante unos pocos años, algu- El formalismo un tanto hueco del deconstructivismo
nas experiencias comunes en arquitectura que sólo te- experimenta la desolación, el desorden, la ruptura, el impa-
nían que ver metafóricamente con el homónimo movi- rable deslizamiento, la dislocación de las cosas. Son las
miento de critica !iteraría patrocinado por Jacques metáforas de un vacio que tiene que ver con ausencias y
Derrida y la escuela de crítica literaria de Yale. Mark desilusiones políticas, religiosas, personales.
Wigley, en el texto de presentación de la exposición del En la arquitectura de estos últimos años no hay luga-
MoMA de 1988, reconocia la distancia entre el decons- res, moradas en las que detenerse. Los monumentos
tructivismo literario y el arquitectónico. Acercaba este para la memoria son arqueología, fragmentos inconexos
último a la tradición moderna especialmente como una sólo parcialmente excavados, mas llenos de interrogantes
reconsideración de la tradición del constructivismo ruso y dudas que de confortables presencias.
frente al objetualismo de Le Corbusier o Mies.
Marce! Detienne, desde la antropología, ha planteado
En la arquitectura llamada deconstructiva, la descom- la cuestión de qué es un lugar. A través de una encuesta,
posición, distorsión, desplazamiento y ambigüedad son a lo largo de las diversas culturas actuales o históricas se
valores comunes. Es una reacción al orden estructuralis- cuestiona la facilidad heideggeriana con la que se postu-
ta, a la agobiante presencia de los arquetipos y a la con- laba la existencia y la necesidad de estos puntos fijos
tinuidad como valor primordial en el espacio y en la con- capaces de organizar el espacio y la memoria.
ciencia histórica.
"¿Qué es un lugar? ¿Tiene nombre? ¿Es algo fijo? ¿Qué
Las arquitecturas deconstructivistas han sido el corre- quiere decir habitar? ¿Habitar, ordenar, construir es una
lato de la extrañeza a la que antes hemos aludido y una cadena continua? Hay lugares que hablan, otros que actu-
consecuencia de liberar energías destructivas, negativas, an como signos, lugares que son como bocas que hay
en una situación cultural en la que cada vez mas, la que alimentar, como vientres que hay que saciar. Hay
ausencia de principios se convierte en una angustiosa lugares libres, vacantes, disponibles[...]. Primeros gestos,
experiencia sólo soportable desde manifestaciones priva- pasos iniciales: empezar, inaugurar, establecer".
das de rechazo y de individualismo.
La noción de lugar aparece indisolublemente ligada a la
El formalismo evidente que empapa las experiencias noción de tiempo. Los lugares de las culturas históricas
de este breve pero significativo fenómeno arquitectónico han sido, casi siempre, desafíos al tiempo, monumentos
a finales de la década de los ochenta es más un reflejo que acumulan la memoria combatiendo el olvido, evoca-
del vacio y del nihilismo cultural que una manifestación ciones permanentes de personas, gestos o instituciones
de ensimismado esteticismo.
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T
lugar: permanencia o producción !ugar: permanencia o producción

fundacionales. El lugar como fundamento, como fons El pensamiento deleuziano apunta, con la poderosa
aquello que está debajo, que pertenece a culturas qu~ fuerza de sus imágenes, hacia la sugerente idea de una
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encuentran la identidad luchando contra el paso del tiem- arquitectura del acontecimiento. En un mundo incesante
po, tratando de atraparlo a través del rito y del mito. La consumidor de imágenes, en una cultura metropolitana
arquitectura de estas culturas es también parte de estos constantemente expansiva, en un universo en el que los
mitos y ritos de la fundación, de la memoria y de la per- edificios no son otra cosa más que algunas entre las infi-
manencia. nitas moradas figurativas e informativas que nos rodean,
existe, sin embargo, el acontecimiento arquitectónico.
Pero hay también una cultura del acontecimiento. Una
cultura que en el momento de la fluidez y de la descom- Es como un acorde extensivo, como una intensidad en
posición que lleva hacia el caos es capaz de generar un cruce energético de los flu1os comunicativos, como
momentos energéticos capaces de cribar este caos, de una subjetiva aprehensión que el arquitecto ofrece en la
'--· tomar algunos de sus elementos para construir, desde el alegria de producir un instante polifónico en el seno del
presente, hacia el futuro, un nuevo pliegue en la realidad caos de la metrópolis.
múltiple. Lo que eran muchos (many), se repliega en un
Franc;:ois Lyotard ha explicado con agudeza la oposi-
alguno (any) que puede detenerse en un único (one).
ción entre la noción de sublime, propia de la estética
El acontecimiento es una vibración, ha escrito Gilles moderna y la noción de belleza propia de la cultura clási-
Deleuze a propósito del pensamiento de Alfred Whitehead ca. Esta oposición, ya estudiada por Kant en la Crítica del
en torno a esta noción. Es la ondulación de un elemento jUícío, significa para Lyotard la oposición entre una esté-
que se extiende sobre los siguientes estableciendo en.el tica aristotélica cuya última finalidad era la elevación
aire, como una onda sonora o luminosa, un sistema de moral y otra experiencia estética cuyo único objetivo es la
armónicos que permanecen antes de disiparse. captación de lo intenso.
A su vez el acontecimiento es también un punto de En la cultura clásica la belleza estaba ligada al esplen-
encuentro, una conjunción en la que líneas de recorrido dor del orden del mundo y a la captación esencial de la
ilimitado se entrecruzan con otras creando puntos noda- verdad de las cosas. Para la metafísica occidental, a lo
les de una intensidad emergente. Finalmente el aconteci- largo de siglos. lo verdadero, lo bueno y lo bello se inter-
miento es una aprehensión, el resultado de la acción de penetraban y eran, en último término, inseparables. En
un sujeto que en el fluir caótico de los acontecimientos los tiempos modernos, desde Edmund Burke y Kant, lo
atrapa los que más le atraen o más le conmueven para sublime constituye otra forma de experiencia estética la
retenerlos. Es una acción subjetiva. Produce un momen- cual es, de nuevo, un puro acontecimiento: que suceda
to de gozo y de una frágil plenitud. algo nuevo, que se produzca, aunque sólo sea instantá-
nea, ficticiamente, un mundo paralelo, un Zwischenwelt
Aunque el acontecimiento es siempre algo que sucede
como lo denominaba Paul Klee.
en el desorden global carente de sentido, este momento
feliz, a veces casual a veces resultado de una inteligente Desde la indeterminación esencial del mundo moder-
voluntad, constituye un instante emergente en un fluir no, conflictivo y siempre cambiante, el arte abre espacios
constante, un acorde armónico, polifónico en una situa- de intensidad visual, sonora o emotiva en busca de un
ción de pérmanente transición. choc, de una experiencia desnuda de referencias, desar-
mada en relación a la imitación de la naturaleza. Sólo la
112 113
l
fugar: permanencia o producción lugar: permanencia o producción

intensidad del choque garantiza la potenció de la obra de Deleuze, Gilles, Pourparlers 1972-1990, Les Editions Bibliografía
arte de vanguardia. Acontecimiento puro que es el resul- de Minuit, Paris, 1990; (versión castellana: Conversacio-
tado de una acción deliberada. nes: 1972-1990, Pre-Textos, Valencia, 1999').
Los lugares de la arquitectura actual no pueden ser Detienne, Marce!, (ed), Traces de fondation, Peeters,
permanencias producidas por la fuerza de la firmitas Lourain, Paris, 1990.
vitrubiana. Son irrelevantes los efectos de duración, de
Lyotard, Frangois, Leqons sur l'ánalytique du sublime,
estabilidad, de desafío al paso del tiempo. Es reacciona-
Galilée, Paris, 1991.
ria la idea del lugar como cultivo y entretenimiento de lo
esencial, profundo, de un genius Joci difícil de creer en Norberg-Schulz, Christian, Genius /oci, Oslo, 1979.
una época de agnosticismo. Pero estas desilusiones no Rykwert, Joseph, The Idea of a Town, Princeton Uni-
tienen por qué llevar al nihilismo de una arquitectura de la versity Press, Princeton (N.J.),1976; (versión castellana:
negación. La idea de ciudad, Hermann Blume Ediciones, Madrid,
Desde mil lugares distintos sigue siendo posible la pro- 1985).
ducción del lugar. No como el desvelamiento de algo per-
manentemente existente sino como la producción de un
acontecimiento. No se trata de proponer una arquitectu-
ra efímera, instantánea, deleznable y pasajera. Lo que se
defiende en estas líneas es el valor de los lugares produ-
cidos por el encuentro de energías actuales, gracias a la
fuerza de dispositivos proyectuales capaces de provocar
la extensión de sus ondulaciones y la intensidad del cho-
que que su presencia produce.
El lugar contemporáneo ha de ser un cruce de caminos
que el arquitecto tiene el talento de aprehender. No es un
suelo, la fidelidad a unas imágenes, la fuerza de la topo-
grafía o de la memoria arqueológica. Es mas bien una
fundación coyuntural, un ritual del tiempo y en el tiempo,
capaz de fijar un punto de intensidad propia en el caos
universal de nuestra civilización metropolitana.

114 115
diferencia y lfmite:
individualismo
en la arquitectura
contemporánea

Publica.do origma!mente en:


Domus, 736, marzo 1992, págs.
17*24.
/
/
El efecto de nivelación producido por tos mecanismos
de difusión y consumo ha tenido la paradójica conse-
cuencia de vaciar de contenido precisamente aquellos
valores de los que, aparentemente, se hacia portadora.
Palabras como razón, lógica, economía, democracia o
progreso, de tan difundidas y usadas se han convertido
en simples fonemas cuyo significado es como mínimo
dudoso y cuya fundamentación se hace problematica
para quienes honestamente creen en la validez de las
mismas.
No es éste el momento de llevar a cabo una reflexión
filosófica con el fin de protundizar en el diagnóstico de la
situación actual. Se trata, en nuestro caso, de hacer
patente que nuestro tiempo carece de un sistema claro
de valores en cuya vigencia haya el suficiente acuerdo
colectivo como para que sirva de fundamento de las acti-
vidades practicas, tales como la producción artistica y
arquitectónica, las cuales son siempre la manifestación
sensible de las ideas dominantes en el seno de una civi-
lización.
Y sin embargo sigue habiendo arquitectura y creación
artistica. Nada más ale.iado de las ideas que aqui se
quieren exponer que la crítica radical según la cual la
mixtificación de los valores en la vida social comporta
inevitablemente la imposibilidad de una producción artís-
tica capaz de mostrar desde su precaria situación algún
significado.
La intención es precisamente la contraria. Se trata de
investigar cómo se constituyen las obras de arte carga-
das de significado en una situación de crisis. En otras
palabras, se tratará de analizar algunas de las arquitectu-
ras recientes precisamente como el esfuerzo por cons-
truir no ya una edificación, sino un sentido, partiendo pre-
cisamente de la precariedad de la situación presente, de
la dispersión de los valores, de la ausencia de referentes
inconmovibles sobre los que asentar las obras.

119
diferencia v limite: !ndMduaftsmo en la arquitectura contemporanea dilerenaa v limite: !nrfividuahsmo en !a arquitectura contemporánea

Con el pensamiento nietzscheano se quiebra la seguri- viduales a Ja crisis contemporánea. Pero, aun cuando tie-
dad del proyecto ilustrado y la confianza en que la rela- nen la misma condición común del individualismo de sus
ción del sujeto con el mundo sea una relación fluida, esta- respuestas, en cambio el modo de manifestarlo es com-
ble y finalmente constructiva. Por el contrario: ni el obje- pletamente distinto en uno y otro caso.
tivismo de las ciencias positivas desarrolladas a lo largo El desfondamiento teórico de la arquitectura del mo-
del siglo x1x y que darán soporte a la revolución científico- vimiento moderno llevó a una ansiosa búsqueda del tiem-
técnica, ni el sujeto hegeliano, a través de cuyo creci- po perdido. Durante unos años hemos visto proliferar
miento dialéctico se incorpora el mundo objetivo en la esfuerzos historiográficos de toda índole, impulsados por
marcha imparable del Espíritu Absoluto, son convincen- los propios arquitectos proyectistas y destinados a resta-
tes en el primer anuncio del declinar de la cultura greco- blecer una suerte de códigos objetivos, transhistóricos,
cristiana. El mundo es voluntad y representación, según en los. que tipos y modelos habían de fundamentar tanto
Ja conocida expresión de Arthur Schopenhauer y el suje- el conocimiento de los lugares en los que habia que
to ya no es sujeto trascendental sino el empírico ser-arro- construir como las referencias a cómo debía configurarse
jado-en-el-mundo del pensamiento existencialista. dicha nueva construcción. Morfología y topología pare-
, Al final del siglo xx, rota la confianza en el progreso cían situarse en el centro de una refundación teórica a
científico-técnico y en los valores del su¡eto, el arte y la través de la cual la práctica podía escapar de la arbitra-
arquitectura se presentan desde su desolación, desde su riedad y el desatino.
ausencia de solar, sólo justificados desde la experiencia y Pero la experiencia de aquella fundamentación nos
las proposiciones del sujeto empírico, sensible testimonio permite entenderla hoy de un modo bastante menos lite-
de la pérdida de la totalidad, sólo capaz de transmitir ral e inocente del que sus formulaciones podnan sugerir.
desde la frágil limitación de sus condiciones, contenidos Entendiéndola como lo que el filósofo Miguel Merey ha
relativos, parciales, individuales. llamado una forma de psicopatologia superior, adverti-
La arquitectura más sensible de este momento ya no mos unos significados bien distintos y que nos llevan de
es la expresión de un proyecto colectivo en el que los la consideración de lo objetivo a lo subjetivo.
valores de racionalidad, progreso o emancipación colec- En primer Jugar tal como el posestructuralismo ha podi-
tiva se transmiten al paisaje urbano sino sólo la modesta do comprobar en otros ámbitos de la cultura, la recom-
presencia de discursos particulares que exponen públi- posición de toda Ja historia de la arquitectura a parti.r de
camente lo que sólo debería ser considerado como expe- estas fantasmagorías significa principalmente un posicio-
riencia privada, pero que, en el declinar de los grandes namiento de! sujeto ante el abrumador peso de un tiem-
proyectos y sistemas, se convierte en el último reducto po pasado al cual la historiografía convencional sólo es
de una débii pero respetable veracidad. capaz de entender en términos de evolucionismo orgáni-
Sobre estos supuestos quisiéramos analizar dos tipos co en el sentido de un proceso ilimitado de transforma-
de experiencias arquitectónicas bien conocidas y difundi- ciones cada vez más valiosas.
das en los últimos años, señalando la diversidad de posi- La palabra fantasmagoría viene aquí utilizada en el pre-
ciones que en uno y otro caso representan. Ambas tomas ciso sentido que tiene en la psicología del pensamiento
de posición participan de la crisis de los valores ya men- clásico. Phantasmata como proyección figurativa median-
cionada y sólo pueden entenderse como respuestas indi- te la cual se sintetizan estados indefinidos de ansiedad o
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diierencta y !imite: lnó1Vidual1smo en la arquitectura contemporanea diferencia v limite: !ndMdual1srno en la arqu;tectura contemporánea

de deseo. Estos tipos y modelos reelaborados a modo de sugerencias episódicas estrictamente autobiográficas
phantasmata se extienden enseguida a toda suerte de encontrará el simulacro de una huella a partir de la cual
referencias arquitectónicas del tiempo pasado. Una establecer la diferencia que evite la repetición o, como
recherche verdaderamente proustiana del tiempo pasado dirá Gilles Deleuze, invertirá el platonismo, es decir
es la consecuencia de carecer de historia o, lo que es lo negará el primado del original sobre la rememoración
mismo, de encontrarse en una situación cultural que ha de su imagen.
perdido definitivamente la experiencia de la historicidad Las inteligentes obras de Aldo Rossi, Michael Graves,
como una realidad envolvente en la que el sujeto se sien- Rafael Moneo, Mario Bolla y de tantos otros son valiosas
te confortado e incardinado a una realidad más amplia y arquitecturas contemporáneas que ya no pueden ser
ob.ietiva. entendidas como bien fundamentadas aplicaciones del
La recherche del pasado es, en su versión más burda y conocimiento de la historia y de sus estructuras profun-
banal, el historicismo reaccionario de la arquitectura lla- das -repetición- sino que aparecerán como propuestas
mada posmoderna. En sus versiones más inteligentes, hechas desde la distancia insalvable de su condición
lúcidas y activamente contrapuestas al comercialismo contemporánea -diferencia-.
sentimental del post-modern se trata de lo que llamare- Es necesario convenir que el mecanismo de repetición
mos la arquitectura de la identidad y la diferencia. y diferencia que subyace a este tipo de obras es el resul-
No es extraño que en el campo de la filosofía el pro- tado exclusivo de una operación que empieza y acaba en
blema de la identidad y diferencia haya sido uno de los el sujeto y que nos transmite, desde su soledad, la angus-
temas que más ampliamente han reclamado la atención tiada situación de disponer aparentemente de todas las
del pensamiento contemporáneo. De Martin Heidegger a lecciones de la historia pero de carecer, en cambio, de
Jacques Derrida, de Hans-Georg Gadamer a Jürgen cualquier otra pauta que no sea la del talento personal a
Habermas, a Emmanuel Levinas, Gianni Vattimo o Gilles la hora de reproducirnos una imagen metafórica de su
Deleuze, ésta es una cuestión fundamental directamente propio recuerdo.
ligada al problema del sujeto y a la posibilidad de una fun- , De la misma manera que el arte pavera europeo ha sido
damentación ontológica del pensamiento moderno. en los últimos años el vehiculo a través del cual las artes
¿Qué ha significado repetición y diferencia en la arqui- plásticas han enviado el mensaje de una poética indigen-
tectura reciente sino la constante problematicidad por la cia, utilizando en todo momento el valor evocativo de los
cual la nueva obra arquitectónica debía establecerse residuos de objetos relacionables con los arquetipos del
precisamente en la encrucijada de estos dos términos arte y de la vida cotidiana, también esta arquitectura de la
opuestos? En una acción de construir que se presenta repetición y de la diferencia ha apostado por la imagine-
como una eventualidad, como algo innecesario y al ria reelaborada, estilizada, de cualquier momento de la
mismo tiempo deseado, el arquitecto contemporáneo, en historia de la arquitectura. No se trata de un historicismo.
su soledad, se confronta individualmente con la historia. Tampoco de un fácil mercado de elementos significantes.
Su relación no va a ser ingenuamente contextual o fácil- Es una elaborada operación en la que el sujeto y desde si
mente imitativa. La suya va a ser una solitaria decisión mismo establece el sentido radical de la diferencia, la
ante los fantasmas, los phantasmata, de la arquitectura. moderna distancia entre el presente y cualquier pasado,
Con el análisis del lugar, con la propia memoria, con y la elaborada figuración de una repetición que quiere
123
122
dferencia v fimiteo fndNidual>Smo en la arr¡uiteclura contemporánea '*if .· diferencia v limite: Individualismo en la arquitectura contemporanea

evocar un imposible mundo permanente de lo esencial grafía existente, especialmente aquélla que procede del
arquitectónico. conocimiento de la historia y de la experiencia acumula-
da por la memoria.
Junto a esta actitud, forjada en la tensión entre lo impo-
sible y lo necesario promovido desde el sujeto, se desa- El mlnimalismo artístico es una operación ambiciosa
rrolla otra poética distinta. Es la de aquello que el filósofo de refundación de las artes plásticas. Su método es
Eugenio Trias ha explicado como lógica del límite. claro: retroceder hasta los límites. Llevar la experiencia
estética y por lo tanto significativa, hasta las fronteras
Las características de las obras de arte modernas con- de lo insignificante y de lo obvio. Este grado cero de la
sisten en que, una vez alcanzada la condición sintética en significación estética se resuelve en general de un rr;odo
la misma obra, lo que éstas pretenden ser es a la vez reductivo, basándose sobre todo en la abstracc1on y
objetos concretos y manifestaciones sensibles de una abriendo la grieta del significado gracias a los leves ges-
idea, en un proceso de mediación por el cual la forma y tos. los movimientos o los acontecimientos que el suje-
la idea parecen necesitarse mutuamente. to es incapaz de e-liminar, es decir de sacar del limes,
Ésta es la lógica hegeliana que lleva al arte a su propio del límite.
ocaso, a su muerte en el diseño, la publicidad, la moda o El limite es un lugar sólo definido por la contraposición
la edificación. La arquitectura, arte simbólico originario, entre un centro institucionalizado, poderoso, tecnificado
habrta muerto en la modernidad merced a su necesidad de y una periferia que acaba por disolverse en un territorio
enajenarse en una racionalidad colectiva, que la subsume virgen, Incontrolado, vacuo. El límite existe por la tensión
en algo que a la vez la aniquila y la trasciende. entre quien quiere instrumentalizarlo y lo indefinido donde
La experiencia objetiva de la muerte del arte, del fin de desaparecer.
la arquitectura, es tan cierta como pueda serlo la necesi- El minlmalismo es la experiencia del límite en una
dad de la dialéctica hegeliana. Lo es de manera objetiva dimensión refleja. Es estar en el límite conscientemente.
en el tardocapitalismo, donde la arquitectura se diluye en Por la voluntad de alejarse del centro y por el esfuerzo de
el housing o las técnicas de publicidad o en la razón de desaparecer en territorios nunca cultivados. El límite es
estado. Sin embargo, no es menos cierto que esta situa- una experiencia subjetiva. No existen límites fijados de
ción desencadena un nuevo proceso de refundación de la una vez por todas. El límite surge en el mismo momento
arquitectura en tanto que renovada experiencia de ciertos en que se hace la experiencia individual de acercarse a él
datos básicos de la conducta y de la percepción. arriesgando la propia identidad.
De la misma manera que se ha producido una subjeti- El límite no constituye un programa generalizable. No
va refundación de la arquitectura a través de sus estruc- es una respuesta a las necesidades técnicas de la socie-
turas históricas, también se ha producido un movimiento dad ni de la ciudad. No ofrece perspectivas de futuro.
de nueva fundamentación basado en los datos elementa-
les de la experiencia. De la misma manera que hay un arte minimallsta que se
define precisamente por su proximidad al límite, existe
Lo que separa el arte minlmallsta del arte pavera es que también una arquitectura que puede arriesgarse en la
el primero parte de experiencias cinestésicas elementa- aventura hacia el grado cero de la conformación geomé-
les: la geometría, el color, el espacio, mientras que el trica y espacial.
segundo reelabora, del modo antes apuntado, la icono-
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diferenCJa v limite: !nd1viduahsmo en la arquitectura contemporánea diferencia v límite: lndlviduahsmo en la arquitectura contemporanea

En las arquitecturas lacónicas de Herzog & de Meuron, En la crisis contemporánea, la arquitectura del límite es
en el reduccionismo de Eduardo Souto de Maura o de el más frágil y el más certero de los caminos para volver
Juan Navarro Baldeweg, en la gestualidad controlada a encontrar la experiencia estética profunda, es decir téc-
de Jordi Garcés y Enrie Soria, en la estricta monumenta- nica y poética, tecné y poesís de la arquitectura.
lidad de Francesco Venezia o de Roberto Collova, descu-
brimos un proceso de refundación de la arquitectura tan
alejado de la eficacia moderna como de la memoria his-
tórica posmoderna.
En muchos de sus edificios lo que establece el signifi-
cado no es el contexto, ni la tectonicidad, ni el sentido del
lugar ni las referencias tipológicas o figurativas a otras
arquitecturas del pasado. No se proponen afirmarse pasan-
do por esta rememoración. Su arquitectura es, en cierto
sentido, mucho más inmediata, directa, perceptible a tra-
vés de la experimentación cínestésica de quienes la con-
templan.
De la misma manera que una pieza de Dan Flavin o de
Donald Judd carece de referencias, por lo menos como
procedimiento a través del cual producir el significado,
también estas arquitecturas se hacen presentes, en pri-
mer lugar, por la estricta materialidad de sus volúmenes y
de sus materiales. En segundo lugar por la tensión pre-
sente en estas estructuras materiales en las cuales está
siempre inscrita alguna vibración, algún leve gesto, una
casi casual distorsión, la fractura de alguna geometría. En
definitiva la experiencia de que la forma no puede redu-
cirse hasta un punto cero y de que el significado, no exis-
tiendo en el vacio, se hace en cambio intenso en el
momento en que se le concede sólo un espacio liminar,
una minima apariencia. Deleuze, Gilles, Différence et repetition, P.U.F., París, Bibliografía
Que este descenso a los fundamentos o vertiginosa 1968; (versión castellana: Diferencia y repetición, Júcar,
aproximación a los límites es una experiencia individual, Madrid, 1988).
hecha desde el riesgo del suieto y que se desvanece en Derrida, Jacques, L'écriture et la différence, Le Seuil,
el momento en que se quiere hacer extensiva, masiva o París, 1967; (versión castellana: La escritura y la diferen-
comercial, es algo intrínseco a su propio fundamento. cia, Anthropos, Barcelona, 1989).
Trias, Eugenio, Lógica del límite, Ediciones Destino,
Barcelona, 1991.
127
126
high tech ..
funcionalismo
o retórica

Publicado originalmente en:


Functiana/ísm-Utap1a ar the Way
Forward {5º Simposio Jntemac1ona!
Alvar Aalto}, Jyváskyla, agosto
1991, pags. 126·135.
Una simple observación general pone de manifiesto
que, en los últimos años, una corriente arquitectónica aca-
para de nuevo la atención de muchos. Estamos viviendo
en el auge de la arquitectura llamada hígh tech que actúa
como alternativa "seria" frente a la banalidad ya desgas-
tada del clasicismo posmodernista o del experimentalis-
mo de laboratorio de los llamados deconstructivistas.
Ciertamente todos estos términos son imprecisos, el
fruto de las convenciones que la moda y las corrientes de
la crítica más actualista tienden a producir. Pero intentan-
do observar los hechos con un mayor deternmiento des-
cubrimos que en el maremágnum de la situación presen-
te las arquitecturas que apuestan por el conterndo de alta
tecnologia como su rasgo característico ganan día a día
en aceptación y difusión tanto en los círculos profesiona-
les como en la opinión pública más amplia.
Poner énfasis en la relación tecnología-arquitectura
no es nada nuevo. Tampoco lo es el hecho de proponer
la caracterización de la arquitectura de nuestro tiempo
como el resultado de las nuevas tecnologías en el
campo de la edificación. En otras palabras, existe una
verdadera tradición de lo nuevo, como la llamara Harold
Rosenberg, por la cual esta novedad de la arquitectura
se manifiesta en la novedad técnica en la que aquélla
está fundamentada.
Desde el pensamiento progresista de Gottfried Semper
o de Eugéne Viollet-le-Duc la relación entre tecnología y
arquitectura ha adquirido, en la tradición moderna, rango
de problema fundamental. Abandonado el discurso del
estilo, la arquitectura de los tiempos modernos parece
que debe estar caracterizada por su capacidad de apro-
vechar las innovaciones que la ciencia y la técnica del
tiempo presente ofrecen como logros específicos de esta
misma modernidad.
La relación nueva tecnología-nueva arquitectura queda
ratificada como dato fundamental también en las que lla-
mamos arquitecturas de las vanguardias, de tal manera
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high tech. tuncionahsmo o retórica
high tech. !unc1onahsmo o retórica

que éste ha sido un tópico difuso pero dominante en el Analicemos brevemente un texto central de la moderna
pensamiento de los innovadores y en la figuración de las tradición arquitectónica. Le Corbusier en 1923 publica
nuevas arquitecturas. Hacia una arquitectura, "el libro más influyente en la
arquitectura del siglo xx", tal como lo definiera Peter
El modelo conceptual en el cual esta tradición del Collins en 1965. Como es sabido este libro-manifiesto de
movimiento moderno parece haberse basado consistiría los ideales de la arquitectura moderna es, en realidad,
en lo siguiente: las nuevas tecnologías son el punto de una recopilación de una serie de articulas publicados por
partida de las nuevas arquitecturas. Las sucesivas inno- el mismo Le Corbusier entre 1920 y 1921 en la revista
vaciones técnicas serian el acicate de las sucesivas L'Esprit Nouveau. A lo largo de los siete capitulas que
innovaciones arquitectónicas. La llamada afta tecnoio- componen el libro se estructura un pensamiento comple-
gia -high tech-, es decir la de la electrónica y el con- jo en el que el problema de las nuevas tecnologías ocupa
trol energético global. estaría en el origen de la arqui- un lugar central en la definición de una arquitectura de
tectura del mismo nombre. nuestro tiempo.
Conviene advertir inmediatamente lo que significa esta La estructura del discurso global de la nueva arquitec-
corriente de pensamiento. En el contexto generalizado de tura queda planteada por Le Corbusier en tres momentos
la crisis del proyecto moderno por la que desaparece la bien diferenciados.
confianza en la innovación como manifestación del pro-
greso, resulta excepcional una corriente arquitectónica Los capitulas 1, 11 y 111 contienen la confrontación entre
que confía en el proyecto moderno, en el progreso y en la la ingeniería y la arquitectura. A una apología de la
innovación técnica como expresión de este progreso, moderna ingeniería por su radical sumisión a la economía
constituya la base conceptual de su aportación. y al cálculo se opone la arquitectura que es presentada
coino pura producción del espíritu. Las formas y las rela-
Si, por una parte, en los ortgenes ilustrados del proyec- ciones que establece la arquitectura se distinguen de las
to moderno que hoy ponen en duda pensadores como estrictas formas ingenieriles porque en éstas la innova-
Gianni Vattimo. Gilles Deleuze o Jean Baudrillard, está la ción está permanentemente abierta a aquello que la cien-
idea de que es la ciencia, es decir el progreso racional del cia y la técnica dicten en cada momento. La arquitectura,
hombre y de la sociedad, la que provoca la innovación tec- sm embargo, a pesar de recibir una llamada para que
nológica; y si, por otra parte, es la innovación tecnológica aprenda del modo de operar de los ingenieros debe bus-
la que sustenta el progreso de la arquitectura, entonces car un cometido distinto: expresar lo absoluto. Se ha visto
debemos concluir que las intenciones de la arquitectura en la posición lecorbusieriana una cautelosa reacción
high tech, hoy de nuevo en auge en la cultura actual, no ante el radical tecnologismo sostenido por el materialis-
son otras que una puesta al día de aquel proyecto moder- mo de la vanguardia. Por los constructivistas-productivis-
no, optimista, cientifista y pretendidamente racional. que tas rusos y por la nueva objetividad alemana.
ha desarrollado sus ideas a lo largo de dos siglos en el con-
texto de la cultura occidental. Ciertamente lo que inicialmente parece un panfleto a
favor de la ingeniería moderna como guia para la nueva
Pero las relaciones entre tecnologia, progreso y arqui- arquitectura queda de inmediato matizado en la dialécti-
tedura no son ni han sido tan simples como parece mos- ca entre identidad y diferencia, entre ingeniería y arqui-
trar el modelo lineal que acabamos de formular. tectura.
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high tech. tunc1onalismo o retórica high tecil. luncional1smo o retórica

Los capítulos IV, V y VI son un aparente alegato en puede hallarse. Estos objetivos de elocuencia, verosimili-
favor de una arquitectura nueva que debe comportarse tud y convicción son los objetivos del arte retórico. Una
como las ingenierías: el diseño de los grandes artefactos actividad creativa que tiene por objeto la comunicación
y la producción en serie. Barcos, aviones, automóviles, eficaz de un mensaje. La arquitectura como mediación es
turbinas, silos, muebles mecanizados aparecen en las retórica, arte de la comunicación, elocuencia.
paginas de Hacia una arquitectura como los iconos de la Entender en estos términos el efecto mediador de la
moderna civilización. Pero inmediatamente su posición arquitectura es también proponer para ésta un objetivo
queda matizada por los apartados sobre "La lección de fundamental. Hacia una arquitectura se cierra con un
Roma", "La dinamica del plan" y "La arquitectura como capitulo aparentemente sorprendente: "Arquitectura o
pura creación del espíritu".
revolución". Diriase que esta cuestión es extemporanea si
¿Cómo puede entenderse la diferencia arquitectónica a no nos diésemos cuenta de la dicotomia que Le
la que Le Corbusier hace referencia una y otra vez? Corbusier esta planteando. Para él revolución es no tanto
Digamos que para el arquitecto de la Ville Savoie la arqui- el desorden social o el cambio violento que las masas
tectura constituye una mediación. Una operación de sig- pueden producir sino sobre todo la inseguridad y el
nificado por la cual el nuevo universo tecnológico queda temor, el descontrol y la amenaza que las fuerzas de la
incorporado a la manifestación arquitectónica pero sin revolución científico-técnica comportan si no es posible
constituir su finalidad última. conformarlas, mediar en su ciega energía, para convertir-
las en socialmente asimilables, colectivamente disponi-
Debemos descubrir que en el texto que estamos exa-
bles, fenomenológicamente pacificables.
minando la arquitectura no es la tecnología, ni la ingenie-
ría, pero tampoco es las formas del pasado. Antes y La disyuntiva entre arquitectura y revolución es la tra-
ahora la arquitectura es mediación entre las técnicas, las ducción del optimismo del que Le Corbusier hará gala a
imágenes, el panorama que la cultura de cada momento lo largo de toda su obra por el cual la innovación y los
ofrece y lo que Le Corbusier llamará el orden del univer- cambios científico-técnicos no tienen por qué ser consi-
so. Se trata de una palabra mas genérica, mas allá de la derados como amenazas inhumanas, peligros destructi-
determinación técnica o practica de cada obra. Es una vos del individuo y de la vida social sino benéficos pro-
mediación entre el entorno técnico al cual los ojos del ductos capaces de reconciliar al sujeto con su entorno,
arquitecto deben estar bien abiertos y la finalidad estéti- introduciendo una dimensión mediata entre unos y otros
ca que constituye el último objetivo de la obra arquitectó- a través de la arquitectura.
nica. La mediación de la arquitectura no se juega, en últi- El pensamiento y el arte de entreguerras fue, en buena
mo término, en el nivel practico, productivo, particular de
parte, desconfiado y temeroso frente a las nuevas técni-
los objetos sino en el discurso, expresión, mensaje que cas, la producción masiva y la creciente automatización
desde ellos puede establecerse como manifestación del de los procesos vitales.
tiempo presente.
Se podría recorrer la literatura, el cine o la filosofía de
El objetivo de la arquitectura no es la literalidad de las
aquellos años para encontrar una reiterada y obsesiva
funciones o de las técnicas sino la exposición elocuente, preocupación por el nuevo mundo mecánico y técnico
la presentación convincente, la manifestación verosímil
que se despliega con la nueva civilización. En auto-
de un mensaje de universalidad que en estas técnicas
res como H.-G. Wells, George Orwell, Aldous Huxley la
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high tech. tunc1onal1smo o retórica high tech. funcionalismo o retórica

visión apocalíptica del futuro es la única imaginable ante Subsunción de los datos de Ja nueva situación técnica y
un proceso imparable de sofisticación técnica de la vida social a través de operaciones específicamente artísticas.
social y privada del hombre metropolitano moderno. En una palabra: retóricas según la terminología que aqui
Incluso en autores como Ernst Junger, aparentemente proponemos dando al término retórica el significado que,
decididos cantores del nuevo hombre de la civilización en Ja tradición occidental, ha tenido siempre. Una aporta-
técnica no puede olvidarse la profunda inestabilidad ción positiva, certera, para Ja creación de un lenguaje y
emocional que estas nuevas situaciones -en el trabajo 0 para Ja explicación de una realidad de la que no es posi-
en la guerra- provocan. ble apropiarse sin su mediación.

Falta encontrar algo todavía inexistente para que el En 1962, Alan Colquhoun, en un artículo publicado en
nuevo poder no sea una amenaza sino un instrumento de Architecturaf Design distinguía entre Jo literal y Jo simbóli-
crecimiento individual y colectivo. Es la misma actitud co en los aspectos técnicos de Ja arquitectura moderna.
que expresa Martin Heidegger ante el problema de la téc- Era una distinción en cierto sentido paralela a la que Colin
nica al que dedica un lugar central en su reflexión en Jos Rowe y Robert Slutzky sostenían en otro texto memora-
años próximos a Ja JI Guerra Mundial. La ruptura entre el ble cuando establecían una diferencia completa entre
hacer y el ser, entre Ja tecne y la poesis es, en Heidegger, transparencia literal y transparencia fenoménica, concre-
la expresión, a través de la exploración de estas catego- tamente en un trabajo escrito en 1956 y publicado en
nas en el ·mundo antiguo, de un esencial malestar del Perspecta, en 1963.
hombre y de la sociedad modernos. Un malestar cuya En ambos textos, ante problemas distintos -la tecno-
superación está en Ja dirección del arte, del hablar, del logía o la transparencia- pero siendo ambos tópicos de
construir, del habitar. la arquitectura moderna, unos y otros autores establecí-
Mientras en el ámbito germanice Georg Simmel o Walter an la diferencia entre un significado inmediato, obvio,
Rathenau, Otto Wagner o Peter Behrens, Siegfried Giedion evidente y un significado sólo comprensible en un dis-
o Ernst May pregonaban una adhesión inevitable al mundo positivo de significación por el cual lo tecnológico o lo
tecnificado del siglo xx, con no menos fuerza el temor y el transparente eran tales en tanto que expresión o mani-
pavor se instalaban en intelectuales y artistas para matizar festación de una intención o de un propósito. A la inme-
el optimismo de la vanguardia intelectual y estética. diatez del significado literal contraponían la mediación de
fyláquinas célibes surrealistas, absurdos chaplinianos del todo un sistema lingüístico gracias al cual entraban en
taylorismo, expresionismo arquitectónico contra el horror acción resortes típicamente retóricos como pueden ser la
de la sociedad industrial, son algunas de las pruebas de metáfora, la redundancia o la euritmia.
que la relación entre la nueva tecnología y el progreso no Un ejemplo de presentación literal de las relaciones
siempre fue vivido como algo evidente y casi natural. existentes entre tecnología y arquitectura en el periodo
Tampoco en el caso de Le Corbusier, como represen- de transición en lo que Reyner Banham llamó la primera
tante de una inteligente y matizada posición, esta relación y la segunda era de Ja maquina podemos encontrarla en
era algo inmediato, señal inequívoca de progreso. Antes las celebradas proposiciones del inventor R. Buckminster
bien, para Le Corbusier entre la tecnología nueva y el Fuller.
orden social que para él constituía la arquitectura, debia Este autodidacta, en la tradición de La mecanización
haber mediación, superación de todo tipo de equivoco. toma el mando de Giedion, y ensalzado como un pionero
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high tecf7. tuncionaiismo o retórica high tech. lunc1ona!1smo o retórica

por los actuales apologetas de la arquitectura tecnológi- sus proyectos. El paso más importante fue, probable-
ca, es el mejor ejemplo de una relación inmediata entre mente, que todos los repertorios formales utilizados por
tecnología y arquitectura, si es que con este nombre pue- el grupo de arquitectos reunidos en torno a la publicación
den denominarse los artefactos producidos por R. que llevaba aquel nombre, compartían una concepción
Buckminster Fuller. mediática de la producción arquitectónica.
A través de desarrollos simplificados de ciertos proble- Los repertorios tomados de la imaginería de las tecno-
mas -el movimiento urbano, el transporte, la flexibilidad, logías punta tales como, por ejemplo, los cohetes espa-
el control unitario del clima, etc.-, Fuller creó todo un ciales, los pozos petrolíferos instalados en el mar, la
repertorio de artefactos que pronto se convertirían en la vivienda nómada del caravaning, la explosión de la tec-
mejor imaginería del tecnologismo reciente. nología de los electrodomésticos, el consumo acelerado
No por casualidad ligado en muchas ocasiones a la de imágenes producido por la televisión. Todos estos
industria bélica, sus inventos respondían unidireccional- ingredientes dieron como resultado unas propuestas de
mente a un problema bien delimitado gracias a una eficaz arquitectura que, como alternativas que pretendían ser,
simplificación de los múltiples ínputs que de este mismo contraponían la movilidad a la tradicional estabilidad de
podrían derivarse. los edificios históricos; los colores y formas de la cultura
El resultado fueron sus casas, automóviles, sistemas pop a los repertorios y cánones de la arquitectura con-
de baños compactos, unidades de habitación transpor- vencional; el mensaje multimedia a la comunicación insti-
tables, conocidos todos ellos con el nombre comercial tucionalizada propia de la arquitectura del pasado.
Dímaxíon. En todos estos objetos la complejidad, la per- Acumulación, montaje, contenedor, cambio, multiplici-
manencia, la relación con el lugar eran inexistentes. Se dad de los impulsos, tensión, duración instantánea, son
trataba de artefactos en los que, al igual que en las algunos de los valores propuestos a través de los irónicos
máquinas de guerra, el objetivo a conseguir había sido y a veces utópicos dibujos y proyectos de una serie de
deliberadamente simplificado con el fin de presentar de arquitectos para los cuales era tan importante ofrecer una
un modo más evidente la inmediata relación entre nece- alternativa a la arquitectura establecida -no ya la clásica
sidad y respuesta tecnológica. Pero lo que podría haber sino también la moderna- como lo era la exigencia de res-
pasado como la prolongación del pionerismo científico- ponder de este modo a una situación social y cultural en la
técníco, a la manera de las invenciones de Jules Veme, se que una nueva era técnica, mecánica y electrónica había
convirtió en el paradigma de una relación considerada irrumpido por todas partes en la civilización occidental. La
como el máximo exponente de los ideales modernos: el arquitectura, nuevamente, buscaba la expresión del espíri-
feliz encuentro entre tecnología y arquitectura. tu del tiempo y una verdadera condición moderna que no
Cuando en los años sesenta el grupo Archígram repre- tenia que llegar por la adhesión a repertorios formales sino
sentó el desarrollo de una arquitectura desinhibida desde más bien por el encuentro, siempre renovado, entre nuevas
el punto de vista de la incorporación de las novedades tecnologías y artefactos arquitectónicos.
tecnológicas, Fuller se convertiría en el gurú de todos los Los teóricos de este renovado optimismo entre técnica
radicalismos neovanguardistas previos a los clamores de y arquitectura se agruparon en Gran Bretaña primero en
la crisis del movimiento moderno. el circulo del lndependent Group, un grupo de artistas,
Archigram enriqueció el esquematismo fulleriano intro- arquitectos, teóricos y críticos en el que se encontraban
duciendo muchos otros parámetros en la invención de Alisan y Peter Smithson, Richard Hamilton, Eduardo
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high tech. !uncionalismo o retórica
high tech. tunoonahsmo o retórica

Paolozzi y los jóvenes James Stirling y Colin St John contexto técnico era la utilización de la cultura de masas
Wilson. Desde el punto de vista teórico la personalidad como material de reflexión. Pero mientras que en e! clima
más destacada desde mediados de los años cincuenta y pop de Archigram o más tarde en el mcluhanismo de
cuya influencia se extenderla a lo largo de los sesenta fue Robert Venturi, la nueva situación era valorada funda-
sin duda, Reyner Banham. ' mentalmente de un modo positivo, en el situacionísmo lo
Con una sólida formación académica en el Courtauld que se planteaba era la miseria y la banalidad de lo que
lnstitute, Banham revisaría en su tesis doctoral sobre la Guy Debord llamaría la sociedad del espectáculo.
arquitectura en la primera edad de la máquina precisa- Asi como en el periodo de entreguerras los filósofos y
mente el fiasco de la programática intención de los maes- teóricos del arte y de la arquitectura hablan intentado
tros del movimiento moderno de establecer una arquitec- racionalizar el impacto incontrolado de la mecanización
tura que respondiese directamente a las condiciones del asumiendo sus aspectos positivos como alternativa al
mundo mecanizado contemporáneo. temor y terror provocados por ella, también en los flore-
Al criticar la inconsistencia de aquella relación en la cientes años cincuenta y sesenta, los años de los mila-
primera edad de la máquina, proponia, de manera implí- gros económicos y del gran desarrollo del mundo occi-
cita, que debla ser en la segunda edad de la máquina, dental, se trataba de criticar con fuerza el urbanismo de
es decir en el momento en el que estaba escribiendo su masas de las nuevas periferias de las ciudades, el consu-
libro, la que debía, finalmente, alcanzar una intima rela- mo indiscriminado de objetos e imágenes, la alienación
ción entre máquinas y arquitectura. Banham se coloca- de la vida colectiva, a través de llamadas a la liberación
ba en una posición de llamada a la ortodoxia, si por tal individual, a la reconstrucción del espacio de la vida pri-
debia entenderse la exigencia de inventar la arquitectu- vada y al privilegio de las situaciones, acontecimientos
ra del tiempo presente como resultado de una civiliza- instantáneos en los que, en una temporalidad limitada,
ción maquinista. era posible el reencuentro del individuo consigo mismo.
Marshall Mcluhan complementaba este cuadro teórico En el situacionismo la teoría de la derive contenía la
con la afirmación de que la comunicación a través de las valoración positiva no de una experiencia espacial orga-
imágenes era el nuevo centro de la realidad en una cul- nizada, clara y simple, sino la riqueza del divagar errático,
tura que había pasado de la producción de objetos a la de la movilidad sin finalidad definida: posibilidades de
producción de mensajes. La llamada a la conversión pan- enriquecimiento personal en el contexto de la moderna
semiótica era, en Mcluhan, el soporte teórico para la pro- vida metropolitana.
ducción de arquitecturas efímeras, instantáneas, cam- Otro tipo de crítica naciente en esta misma situación de
biantes, puramente comunicacionales. lo que Alain Touraine habia llamado la sociedad postín-
A este panorama, el de las teorias, la posibilidad de una dustria/, la constituía la del naciente movimiento ecolo-
arquitectura hija inmediata de las condiciones también gista. Inicialmente antiurbano y antitecnológico, fijaba su
nuevas de la tecnología, debemos contraponer los más mirada crítica en la part maudíte de la sociedad de la
sombríos análisis de esta misma situación hechos, por abundancia, mostrando la miseria de sus detritus, el des-
ejemplo, por los situacionistas y los grupos afines tales control de sus residuos y el consumo ilimitado de los
como Cobra y la lnternational lettriste. En todos ellos • el · recursos y de la energia como el presagio de un nuevo
único punto de contacto con los apologetas del nuevo holocausto.
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/1igh tech lunciona!ismo o retórica high tech. tunciona!1smo o retórica

Posiblemente del movimiento ecologista las más inme- una parte en la eficacia con la que los nuevos artefactos
diatas consecuencias fueron las indagaciones de ener- explican sus funciones, exhiben sus objetivos, muestran
gías, materiales y también arquitecturas alternativas. No su lógica técrnca. Es el triunfo de la comunicación a tra-
se trata ahora, en este texto, de analizar todo lo que dio vés de las imágenes de una arquitectura de la transpa-
de sí la directa aplicación de los presupuestos teóricos del rencia y de la inmaterialidad creciente.
ecologismo en la arquitectura de los últimos veinte años.
Por otra parte, se llama la atención sobre los procedi-
Lo que se pretende señalar es el contexto teórico de mientos de gestión mediante los cuales se llega a tan
luces y sombras que la nueva situación tecnológica del sofisticados y perfectos artefactos. Las técnicas empre-
mundo occidental ha provocado en ciertas arquitecturas sariales, de management, colaboración interdisciplinar y
recientes. de nueva división del trabajo, parecen ser la clave que
La misión que la arquitectura llamada hígh tech parece explica la novedad y la modernidad de estos edificios.
haberse propuesto es justamente la de responder positi- Ideológicamente todo este cuadro conceptual desem-
vamente, con el optimismo de los profetas, a la necesi- boca en un mensaje retórico bien definido. En un mundo
dad de una renovada relación entre nueva tecnologia y conflictivo como es el del final del siglo XX estas arqui-
nueva arquitectura pero también, en ciertos casos, a la tecturas se muestran, en primer lugar, como algo obvio,
posibilidad de recoger las críticas de situacíonistas o evidente, lógico, racional y económico. No hay otro pate-
ecologistas proponiendo arquitecturas limpias, energéti- tismo que el de la victoria de la técrnca sabiamente
camente controladas y, en definitiva, portadoras de con- administrada. Una victoria a la que se llega por caminos
fort y felicidad para sus usuarios. de claro signo conservador: integración social, profesio-
Sorprende encontrar, en repetidas ocasiones, que los nalismo, "arquitectura de la bata blanca". En ella se con-
comentarios que hacen Richard Rogers, Norman Foster o suma la felicidad completa. Los desequilibrios ecológicos
Jean Nouvel, por citar nombres bien conocidos, están parecen haber desaparecido y se olvidan los altos costes
mucho más interesados en mostrar los valores ecológicos productivos y de mantenimiento en favor de imágenes de
y comunicativos de sus obras que no en hacer la apología adecuación al paisaie, al trabajo de las personas, a la
de la tecnología como adaptación al espíritu del tiempo integración urbana. La arquitectura hígh tech no es, por
presente. tanto, algo que se cierra sobre si misma sino que es el
anuncio de un camino a través del cual los objetivos
En primer lugar estos arquitectos presentan sus obras sociales de una cultura altamente desarrollada son conse-
al margen de la crisis que desde Jürgen Habermas a guidos por la inteligente aplicación de la racionalidad de
Baudrillard ha sido denominada posmoderna. La suya es unas tecnologías sabiamente utilizadas.
una arquitectura en continuidad con Gaudí, Mies, Le
Corbusier y Aalto pero también, sin mayores dificultades, El resultado es siempre una exaltación retórica de las
con Fuller y Archigram. instituciones. Muy particularmente de las grandes corpo-
raciones en las que la costosísima producción de estos
La innovación que pretenden aportar estas arquitec- grandes artefactos arquitectónicos encuentra sus más fir-
turas no es sólo constructiva, es decir de aplicación de mes aliados. Más que el sector público o el mundo priva-
las nuevas posibilidades mecánicas, sino sobre todo do de la casa y la habitación el espacio privilegiado para
de comunicación y de gestión. En todos los arquitectos la arquitectura hígh tech es el de las grandes empresas
de esta tendencia el énfasis más destacado se pone por
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high tech. !uncionalismo o retórica

monopolistas, las firmas multinacionales que representan Unión, tensión, ligereza, provisionalidad, flexibilidad,
los poderes de hecho de las sociedades del capitalismo yuxtaposición de escalas de intervención, ambiente total,
más desarrollado. continuidad, transparencia son los criterios predominan-
tes que parecen presentarse como una metamorfosis de
Paradójicamente lo que en el origen era pionerlsmo y los vitrubianos principios de utilitas, firmitas, venustas.
actitud de vanguardia desemboca ahora, en continuidad
con el discurso de la más feliz tradición moderna, en una En muchos arquitectos la adicción a la continuidad del
retórica exaltación de la técnica precisamente como un proyecto moderno no pasa de ser un inarticulado balbu-
camino de pacificación personal y social. ceo de tópicos mecanicistas. En la obra de Foster, sin
embargo, con el tiempo, podemos advertir hasta qué
Se cumple de este modo la vocación permanente de la punto la aproximación tecnológica ha ido creciendo en
retórica tecnológica, en el sentido positivo que hemos articulación y en riqueza sintáctica. No hay, en el panora-
propuesto en este texto. El arte de la elocuencia con la ma actual, nada tan elaborado ni tan coherente con el
que un mensaje -integrador en este caso- es confor- principio de adecuación entre nuevas tecnologías y nue-
mado por el creador de las formas arquitectónicas. vas arquitecturas. Lo que resulta paradójico, si no fuese
Se trata de una retórica que, de nuevo, muestra la cua- evidente, es que esta arquitectura acabe siendo la mues-
lidad que habíamos detectado desde los origenes de esta tra más refinada de la ideologia conservadora y el más
aporía de la modernidad. Una retórica que puede ser lite- estable soporte de la sociedad establecida.
ral o mediada, una traducción inmediata de iconos tec- La razón tal vez se encuentre en el hecho de que esta
nológicos acumulados como redundante llamada a su arquitectura se encuentra en las antípodas de aquel pathos
legitimación o una elaborada arquitectura en la cual los crítico, de disconformidad, que recorre otras corrientes de
repertorios que la tecnología ofrece son objeto de una la modernidad. Por el contrario, en este caso estamos ante
mediación a través de reglas, protocolos y codificaciones la paradoja de que la más refinada retórica con la que el
que acaban construyendo un sistema bien elaborado de mundo técnico se nos presenta hoy a través de cualquier
comunicación a través de la arquitectura. mediación arquitectónica, constituye precisamente el más
No sería difícil desvelar, por ejemplo, en la más elabo- eficaz antidoto al temor y a la inseguridad que el desarro-
rada de las arquitecturas high tech, la de Norman Foster, llo ilimitado de la técnica sigue provocando en la mayoría
todo un cuidadoso procedimiento por el que cada vez de los individuos.
más sus edificios se producen como verdaderas arqui- A/e¡ar la angustia, como en las famosas palabras inicia-
tecturas mediáticas. les de Manfredo Tafuri en el libro De la vanguardia a la
No precisamente mediáticas por la utilización de los metrópoli; Revolución o arquitectura, como planteara Le
mass-media, sino porque entre el dato en bruto de la tec- Corbusier en 1923, pueden haber sido, desde el comien-
nología punta adoptada y el resultado final arquitectónico zo, el verdadero objetivo de la apropiación de la técnica a
hay todo un procedimiento sabio y elaborado de defini- través de la arquitectura.
ción tipológica, de jerarquia de escalas en el tratamiento
de los problemas, en la utilización recurrente de ciertas
formas de resolución estética, válidas para las decisiones
de gran escala y para las adoptadas en los detalles, el
mobiliario o los elementos complementarios.
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hig/1 /ech. lunc1ona\1smo o retórica

Bibliografía Heidegger, Martín, Die Technik und die Kehre,


Pfüllingen, 1962; (versión castellana: "La pregunta por la
técnica", en tpoca de Filosofía, 1, Barcelona, 1985).
sadomasoquismom
Jünger, Ernst, Der Arbeiter: Herrschaft und Gestalt, crítica y práctica
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y figura, Tusquets, Barcelona, 1990). arquitectónica
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Freal, Paris, 1923; (versión castellana: Hacía una arqui-
tectura, Editorial Poseídón, Barcelona, 1977).
Tafuri, Manfredo; Caccíari, Massímo; Dal Co, Francesco,
De la vanguardia a la metrópoli. Crítica radical a la arqui-
tectura, Editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1972.

Publicado ongina!mente en:


Casabe/la, 545, abril 1988, pags.
40-41.
146
El género literario llamado Crítica Arquitectónica no
tiene un status olímpicamente distante y consolidado
como el término podría hacer pensar. Crítica -de
xpwi~- es el juicio. Pero desde hace tiempo sabemos
que el enjuiciar y dispensar la justicia no es tanto un acto
soberano de la razón pura sino una práctica que encauza
el comportamiento social a través de dispositivos que
son fruto de la convención, el poder y la casualidad for-
tuita de la confrontación entre el juez y su reo.
En los tiempos presentes la crítica es, cada vez más,
un cuerpo a cuerpo: un pulso entre los hechos mismos
que tratan de alcanzar un público reconocimiento y la
sanción colectiva depositada en quienes se supone pue-
den dispensarla. En una sociedad cambiante, que cues-
tiona sus propios fundamentos, y en una cultura que
debe componer cotidianamente de nuevo sus propias
estructuras de pensamiento, lo que más se parece a la
confrontación crítica es cualquier tipo de encuentro mar-
cado por la violencia.
En la cultura moderna los que ejercen la crítica arqui-
tectónica no pueden llevar a cabo fácilmente aquel ale-
jamiento de la angustia al cual se refería lúcidamente
Manfredo Tafuri en la primera frase del libro De la van-
guardia a la metrópoli.
No hay un saber histórico, ni técnico, ni visual. La his-
toria científica del positivismo ha dado paso a la narración
y la articulación de las condiciones materiales que estruc-
turaban la necesidad de los hechos ha sido sustituida por
la microhistoria, los universos de las mentalidades y la
aparición de un nuevo subjetivismo.
Es imposible hoy escribir un tratado de arquitectura
puesto que es imposible ordenar jerárquica y homogénea-
mente los conocimientos técnicos cambiantes, en cons-
tante innovación, desplegándose según estrategias que
ya nada tienen que ver con el soporte protector de la
ciencia, sobre todo cuando esta ciencia busca sus pro-
pios fundamentos en la impredictibilidad y la catástrofe.
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sadomasoquismo. crítica y practica arquitectónica
sadomasoquismo. critica y práctica arquitectónica

No hay una visión, sino muchas. Las imágenes que nos que llenan de incertidumbre la conciencia de los indivi-
rodean y bombardean nuestra sensibilidad con fragmen- duos. El bello trabajo del alfarero que hace vasijas con
tos de sistemas diversos y la construcción de la memoria sus manos diestras constituye la prueba de un ajustado
visual es completamente distinta en el medio rural que en acoplamiento entre las condiciones de la materia y una
el urbano, en un taxista que en un pintor, en un fotógrafo sabiduria implícita, no verbalizable ni responsable de las
que en un piloto de avión. consecuencias de sus propios actos.

En esta situación la crítica se despliega, desparramán- En Jos años recientes hemos vivido las ansiosas lla-
dose, buscando razones en aquellos que Gílles Deleuze madas a volver al oficio: era el deseo de encontrar en Ja
ha llamado pliegues del conocimiento, coagules provisio- destreza del ojo y de la mano del arquitecto el alivio con
nales de veracidad desde los cuales instalar la balanza el que, de nuevo, alejar la angustia de una actividad for-
del juicio. mativa que, de pronto, se encontraba a si misma muda y
ciega. Desde el momento en que cae el sistema ideológi-
En su alejamiento del objeto y en la inseguridad de sus co construido por las vanguardias históricas y el proyec-
argumentos el critico controla su angustia compensándo- to moderno se hace problemático no es posible diseñar
la con agresividad. El sadismo latente en la critica con- desde una silla a una ciudad con la misma seguridad con
temporánea no es perversidad personal de quienes la la que lo hacian los arquitectos de la generación de Jos
ejercen sino un mal du síec/e, una patente manifestación maestros.
de un síndrome que afecta sus relaciones con el univer-
so de los hechos y por Jo tanto también con el mundo Entender el propio trabajo, poderlo problematizar, exige
de los objetos arquitectónicos. un cierto extrañamiento, una operación de alienación en el
mas estricto sentido etimológico de esta palabra.
Pero al sadismo de los críticos corresponde, simétrica-
mente, el masoquismo de los autores. Pacientes produc- Puesto que la práctica aislada carece de discurso, Ja
tores de artefactos cuyo sentido no se desvela de modo arquitectura se ve, muy a su pesar, necesitada de ensa-
natural y evidente, los arquitectos, con sus obras a cues- yos de entendimiento más allá del marco concreto de las
tas, se muestran resignados a recibir los golpes de sus condiciones de una determinada obra. Las revistas de
castigadores. arquitectura, casi todas, muestran, en Ja incómoda diso-
ciación de textos e imágenes, la real disociación entre
¡Ojalá existiese una disciplina arquitectónica! Si hubie- objeto y discurso, entre práctica y crítica.
se un saber no artesanal y empírico sino general y lógi-
camente transmisible las inseguridades de quienes están La invitación resignada y perversamente masoquista,
del lado de la práctica se verian con gozo aliviadas. con la que el autor invita al crítico a que tome la palabra
muestra con absoluta evidencia Ja patología de una rela-
Hubo un tiempo en el que el saber necesario para ción más basada en el alejamiento y el temor que en un
hacer arquitectura podía limitarse a los consejos decan- paradisiaco diálogo animado armoniosamente por el res-
tados por la experiencia de un oficio. El mar~o general, plandor de la verdad.
cultural y social de esta practica no se ponía en cuestión,
estaba fijado. La arquitectura podía ser un exquisito tra- ¿Se puede desarrollar una crítica interna, un discurso
bajo material capaz de producir bellos resultados. Pero articulado a cubierto de los grandes debates del pen-
no era un discurso global soore las grandes cuestiones samiento contemporáneo y de las crisis que en ellos se
generan?
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151
sadomasoqu1smo. critica y práctica arquitectóruca sadomasoqwsmo. critica y práctica arquitectónica

Es una ilusión pero es también una necesidad. Los jui- No es la crítica; no es la historia; no es el tratado; tal vez
cios no se pueden sustraer a los parámetros mas gene- tampoco deban serlo. Pero es el esfuerzo por escapar del
rales del debate cultural. Pensar que puede acotarse un aislamiento del estudio profesional y del cerco de los tra-
espacio de análisis, de problematización y de articulación bajos y de la pura experiencia con el deseo de encontrar
interna de la disciplina al margen de las corrientes del una palabra digna de ser escuchada.
pensamiento contemporaneo es un puro engaño, un
defensivo posicionamiento que autoexcluye la arquitectu-
ra y los arquitectos del universo de la cultura.
Quienes dicen hastiados: "¡dejadnos hablar, entre no-
sotros, de lo nuestro!", no sólo demuestran su absoluta
falta de coraje sino que pertenecen a la legión de aque-
llos que Nietzsche llamara hijos de la resignación. Y, sin
embargo, hay algo que es absolutamente posible y que
en estos momentos esta bloqueado por el sadismo de
unos y por el masoquismo de otros.
Es posible pues la construcción de discursos internos,
desde la experiencia, sobre la practica pero con intención
de razonarla, sopesando las palabras que se utilizan y
huyendo de la pura autobiografía. Porque el discurso de
los arquitectos sobre la arquitectura no es todavía un
juicio crítico, no es la confrontación global en la que
consiste la cultura pero es una voz necesaria, tan im-
prescindible como la de cualquier otro agente cultural
que quiera intervenir en la construcción del sentido.
La obra de Eugéne Viollet-le-Duc, de Gottfried Semper
o de Otto Wagner son el ejemplo del discurso de unos
arquitectos sobre la arquitectura.
Nunca llegan, por fortuna, a constituir tratados; su obra Ginzburg, Cario; Prosperi, Adriano, Giochi di Pazienza, Bibliografía
no es valiosa por la perfección de un sistema sino porque
Giulio Einaudi Editare, Turin, 1975.
representan la reflexión explícita de una experiencia. En la
crisis de las enciclopedias aquellos arquitectos compro- Tafuri. Manfredo; Cacciari, Massimo; Dal Co, Francesco,
metidos ante todo con la practica fueron capaces de arti- De la vanguardia a la metrópoli. Crítica radical a la arqui-
cular un discurso. Experiencia, historia y proyecto se tectura, Editorial Gustavo Gilí, Barcelona. 1972.
entrecruzaron en sus textos en los que nadie debe bus- Warning, Rainer (ed.), Rezeptionsai!sthetik. Theorie und
. - car otra cosa que la articulación verbal, transmisible .y Praxis, Wilhem Fink Verlag, Múnich, 1979; (versión caste-
lógica, de una practica cuya comprensión se acrecienta llana: Estética de la recepción, Visor Distribuciones,
precisamente por el esfuerzo de su formulación general. Madrid, 1989).
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la obra
arquitectónica
en la época de su
reproductibilidad
técnica

Publicado onginalmente en:


Lotus lntemaciona/, 71, 1972,
pags. 129~131.
El famoso texto de Walter Benjamín, publicado, en fran-
cés, gracias a una traducción de Pierre Klossowski en
1936 y que conoció otras versiones anteriores y poste-
riores por obra del propio Benjamín y de sus "amigos"
(Theodor-W. Adorno, Max Horkheimer) tenia como objeti-
vo "entender determinadas formas artísticas, especial-
mente el cine, desde el cambio de funciones a que el arte
en general está sometido en los tirones de la evolución
social", según el texto de un currículum vitae redactado
por el mismo Benjamín y en el que explica el alcance de
Rern Koolhaas. Congrexpo, este trabajo.
Euralme, Lil!e.
En cierto sentido el artículo La obra de arte en la época
de su reproductibilidad técnica es la reflexión más amplia
que Benjamín hace desde los presupuestos de la van-
guardia -dadaista, constructivlsta, surrealista- sobre la
común convicción de la muerte del arte y su sustitución
por otro tipo de operaciones cuyas condiciones de pro-
ducción y de recepción son completamente nuevas a
causa de las condiciones sociales, perceptivas y comuni-
cativas del moderno universo capitalista.
Mientras que la obra inacabada de los Passages pare-
ce dedicada a la arqueología de esta misma modernidad,
leyendo paradójicamente el ocaso de los panoramas, del
feuilleton, del interior o de las exposiciones universales
como anticipaciones de lo que el capitalismo desarrolla-
do provocaría, en cambio el texto que comentamos es
uno de los más explícitos en la formulación de estas nue-
vas condiciones y de las características de las artes téc-
nicas que van a ser las propias de la nueva civilización.
Aunque el tratamiento que Benjamín da a la arquitectu-
ra está referido sobre todo a las condiciones de su re-
cepción (percepción distraída frente a percepción atenta,
percepción táctil frente a percepción óptica), muchas de
las observaciones relativas a la obra cinematográfica ilu-
minan las condiciones de producción de la moderna
arquitectura y, por lo tanto, los nuevos significados que
estas condiciones producen.

1.1\7
La cbra arqu1!ectón:ca en la epoca de su reproductibilidad técnica La obra arqui!ectornca en la época de su reproduc!lbi!iclad técnica

"El rodaje de una película y especialmente de una pelí- arquitectura del pasado permitían al arquitecto obrar co-
cula sonora ofrece aspectos que antes eran completa- mo médium, como mago capaz de formular las hipótesis
mente inconcebibles". El rasgo específico de esta nove- generales, los rasgos sobresalientes del edificio, las deci-
dad está en la tecnificación del proceso y en la mediación siones formales esenciales, con Ja seguridad de que la
que Jos mecanismos utilizados producen entre la reali- materialización de las mismas debería producirse sin la
dad filmada y la proyección cinematográfica. Esta dife- más mínima dificultad. El grado de integración de Jos dis-
rencia es la que BenJamin explica inmediatamente con Ja tintos procesos técnicos de edificación los convertía en
sugerente contraposición entre el mago y el cirujano. pasos irrelevantes, en una inmediata relación entre quien
formulaba la idea y el resultado final.
Mientras que el mago intenta curar por la autoridad de
su propia personalidad individual y gracias al poder espe- La división social del trabajo en arquitectura, s1 por un
cial que él representa, ~ ciruj§o._o, por el contrario, se lado tiende a alejar de las manos inmediatas del arqui-
i¡¡tro_duce en el paciente, lo toca, lo manipula pero lo. hace_ tecto muchas de las operaciones a realizar, por otra lo
a través de una operación, es decir, de un procedimiento convierte en el responsable de la mediación, es decir de
tecn1C:o tan objetivo como impersonal, decisivo en cada los mecanismos técnicos, múltiples y descoordinados,
·üno ·de los contactos que establece con el rnerpo q·ue con lógicas no coincidentes, operados por especialistas
quiere curar pero alejado de la pretensión de colocarse que carecen de toda idea de integración. La labor del
1 como hombre global frente a otro hombre global.< La arquitecto, en algún sentido nueva, es la de producir la
nueva condición técnica, fruto de la división social del tra- acción coordinada de estos mecanismos técnicos dis-
bajo define la manera según la cual se produce la acción. persos. De nada sirve la idea o el diagnóstico si el pro-
Sólo la coordinación de estas acciones directas sobre el yecto arquitectónico no pone las manos, hasta el fondo,
enfermo conducen al buen resultado quirúrgico. en la dirección concreta de las distintas energías dispares
La obra arquitectónica no es hoy el resultado de una que surgen de cada uno de los fragmentos en los que Ja
división social del trabajo ha roto la otrora unidad prácti-
mágica acción a distancia, globalizadora, sino que se
ca de la arquitectura, desde el proyecto hasta el objeto
produce, en primer lugar, previo trámite de la división
acabado.
social del trabajo y, en segundo lugar, por la determina-
ción precisa de las características técnicas -dimensio- El montaje se ha convertido en la operación central
nales y materiales-, gracias a las cuales el edificio es el para la producción cinematográfica y para la producción
resultado de una manipulación controlada en todas y arquitectónica. El arquitecto ya no es, como el pintor, al-
cada una de las fases del proceso que lleva a su pro- guien que produce por si mismo, directamente, puesto
ducción. que en arquitectura ni siquiera la obra es el resultado de
El arquitecto en la producción de la arquitectura actual la extensión de los poderes fáusticos de los que el arqui-
no es sólo el responsable de algunas decisiones for- tecto dispone a través de sus colaboradores.
males o técnicas sino de la puesta en marcha de un pro- El proyecto es un documento complejo en el que se
ceso, complejo, articulado, de múltiples operadores que ensamblan la descripción de las acciones a realizar por
actúan directamente en partes determinadas de la mate- parte de cada uno de los agentes que van a intervenir en
rialidad del objeto arquitectónico. La estabilidad de las el edificio. Más que el diseño de una acción coral en Ja
técnicas, de los modos de oper_ar, de los materiales en la que todos los esfuerzos van a integrarse en el objeto
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La obra arquitectónica en ta época de su reproductibfüdad técnica La obra arquitec!ón1ca en Ja época de su reproductibílidad técnica

arquitectónico, la definición del proyecto debe. asemejar- Todas forman parte de la difracción técnica del ob¡eto
se al guión cinematográfico es decir al documento que arquitectónico, ninguna puede ni debe tener un papel
debe preestablecer el campo de acción de los múltiples principal o decisivo. Sólo el montaje, la artificiosa, fati-
agentes técnicos desplegados en la obra. gante y conflictiva reunión de todos ellos es decisivo. Una
En el límite, en el proyecto, deben estar todas las de- reunión que jamás puede llegar a ser un Gesamtkunstwerk,
terminaciones del objeto final: no sólo su descripción for- la feliz reunión de todas las artes y de todos los oficios,
mal sino también la logística de su puesta en escena. sino únicamente la trabajosa articulación de diseños, deci-
siones espaciales, componentes, etc.
La naturaleza de la ilusión cinematográfica es de se-
gundo orden, escribe Benjamín en el punto 9 del articulo Que todo se decida en el montaje no quiere decir que
que comentamos. Porque en ella ni existe un emplaza- la obra -cinematográfica o arquitectónica- deba ser
miento definido ni existe un lugar en el que realmente la anónima, irrelevante, falta de significado.
filmación de cada una de las escenas se haya dado de un Todo lo contrario. La importancia que Walter Beniamin
modo cierto. Para la obra arquitectónica moderna el lugar da al montaje tiene que ver con la entusiasta recepción
y los modos de acción de cada técnica deben ser fingi- que el filósofo habia hecho de la experiencia contempo-
dos en el proyecto de modo que la producción real no ránea de la cinematografía rusa.
deba confiar ni en las circunstancias del momento rn en
De la misma manera que en Serguéi M. Eisenstem el
las decisiones que el lugar reclame a la hora de actuar. El
plano y la iluminación, la música y el cromatismo del film
operar arquitectónico debe estar del todo decidido en el
blanco y negro no son más que componentes de una
escenario ficticio del proyecto de modo que los agentes
obra en cuyo montaje están todas las decisiones capita-
que van a intervenir en la producción se ajusten al guión
les del guión, también en la arquitectura actual el momen-
previamente determinado por el propio proyecto.
to decisivo está en la habilidad y astucia con los que el
Sólo de forma retrógrada podemos imaginar una arqui- arquitecto monta las contribuciones de todos los opera-
tectura confiada en la benevolente acción de un inatrapa- dores a través de la ficción completa del edificio en el
ble genius Joci porque éste debe estar técnica, abstracta espacio y el tiempo del proyecto.
y descompuestamente controlado en el programa de
Un proyecto que, por definición, es un instrumento téc-
acciones que el proyecto determina.
nico que permite la reproducción de la obra arquitectó-
Montaje como:proyecto significa que el arquitecto no nica después de que ésta se haya montado por primera
es autor material de ninguno de los múltiples aspectos vez en el espacio virtual y ficticio del proyecto: un con-
que concurren en la materialización del objeto arquitec- junto de protocolos elaborados en oficinas profesionales
tónico. De la misma manera que el director de cine no a las que muchos, no por casualidad, llaman estudios.
tiene por qué ser el responsable material ni del vestuario,
ni del guión, ni de los escenarios, ni de las tomas de cada
secuencia, tampoco el arquitecto tiene un papel más pri-
vilegiado en las decisiones de implantación, volumetria,
·estructuras, cerramientos o materiales de revestimiento.

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La obra arquitectórnca en la época de su reproductibilidad técnica

Bibliografía Benjamín, Walter, "Das Kunstwerk 1m Zeitalter seiner


technischen Reproduzierbarkeit", en Schriften. Suhrkamp
Verlag, Francfort, 1955; (versión castellana: "La obra de
arte en la época de su reproductibilidad técnica", en
Discursos interrumpidos /. Filosofía del arte y de la histo-
ria, Taurus, Madrid, 1973).

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Créditos Javier Azurmendi: pág. 16
fotográficos Werner Blaser: pág. 32
Thomas Dix: pág. 80
lan Lambot: pág. 130
Phot'R: portada, pág. 156
Hisao Suzuki: págs. 44, 62, 118, 148
Hiroshi Veda: pág. 102

,.
Otros títulos de la colección:

lgnasi de Sola-Morales
Territorios
Prólogo de Saskia Sassen
ISBN 84-252-1864-0

lgnasi de Sola-Morales
Inscripciones
Prólogo de Anthony Vidler
ISBN 84-252-1913-2

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