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La psicología de los personajes en las obras literarias, realidad o ficción.

Poder relacionar dos textos, aunque los separe un océano, aunque los separen las épocas es una de

las fuentes de análisis más frecuente de la literatura, ya que habiendo terminado de leer un texto y

pensarlo como un mundo aparte, siempre se tiene la oportunidad de volver a este pero esta vez

creando lazos y relaciones con otro texto. En la literatura es muy común recurrir a las

manifestaciones producto de la psiquis de algún individuo para darle un aire más interesante a la

realidad, para apreciar el mundo de esta forma es necesario tener la misma perspectiva del entorno

de este personaje.

En el cuento Los Objetos de Silvina Ocampo se aprecia este elemento narrativo en el que se

manifiesta el fuerte trastorno sufrido por la protagonista en relación con los objetos materiales y

su pasado, por lo que se puede hacer un seguimiento de la evolución mental del personaje y su

vínculo con los objetos materiales. Es común que las personas asocien los sentimientos y

experiencias vividas en el pasado a objetos físicos, que por lo general, en cierta medida son

atesorados, algunas veces de forma inconsciente dándole menor importancia a su existencia, ya

que solo son usados para verlos ocasionalmente y recordar esas experiencias que tanto suelen

causar nostalgia, en dado caso que sea una experiencia desagradable o que bien pudo ser agradable

pero ciertas circunstancias obligan a querer olvidar aquellos recuerdos incómodos, deshacerse del

objeto suele ser lo más común. En el cuento la relación de Camila con sus pertenencias materiales

es un poco de diferente a lo normal, ella vivía una vida aparentemente tranquila y acomodada, una

vida que tal vez ella no apreció mucho y en el futuro una lamentación por su indiferencia hacia los

momentos que acompañan las mejores épocas de la juventud, la llevarían al extremo de ser

atormentada por la agridulce mezcla de nostalgia e impotencia. La asociación de recuerdos y

objetos se fue presentando de manera paulatina en la protagonista, esto empieza a ser evidente
cuando comienza a presentir “con cierto malestar que los objetos la despojarían un día de algo muy

precioso de su juventud “, esto claramente debido a que Camila comienza a notar que su asociación

mental-material con el tiempo crece más y más, con el presente miedo de olvidar sus recuerdos, la

mujer se ve en la necesidad de aferrarse de los recuerdos, de los objetos de forma compulsiva, al

grado de otorgarles mentalmente de características típicas de las manifestaciones de un trastorno

psiquiátrico. Todo este cuadro mental es paralelo a la añoranza de Camila a su juventud,

probablemente el primero provoque la manifestación con tal intensidad del segundo, pero el

trastorno es claramente evidenciado por su familia por las reacciones que provoca al hablar de los

objetos. Claramente los objetos que acumula Camila no son los mismos que alguna vez extravió,

tal vez son objetos algo parecidos, distorsionados por la niebla mental de su mente, o simplemente

nunca existieron en su pasado y son producto de la espesa sopa de recuerdos, sueños y delirios que

va dejando tras de sí el su degradante situación médica. En el cuento, la indiferencia de su familia

a su situación da por entender que no se preocupaban para darle la atención profesional que

necesitaba, por lo que al final del relato, se da por entendido que que su estado de degradación llegó

a tal grado de pasar horas y horas apreciado los objetos de una forma en lo extremo obsesivo,

dejando en claro que en la obsesión y la nostalgia iba acompañado mucho sufrimiento.

Mercé Rodoreda, en su cuento “La Sala de las muñecas”, nos vislumbra como la psiquis de los

personajes puede adentrarnos en historias que viven en el mundo de la realidad y a la vez en el de

la ficción. Este cuento, precuela de la novela “Bearn o la sala de las muñecas” de Llorenç

Villalonga, se relata a través de una carta donde se relata la historia del joven Bearn, de cómo la

crianza que recibió y los caprichos de su madre terminaron trastornando al pequeño, trastornos que

lo acompañarían a lo largo de toda su vida, a veces de manera tenebrosa. La carta también relata

los sucesos casi fantásticos en las noches del joven Bearn en su sala de muñecas. Desde antes de
nacer el joven Bearn estaba destinado a sufrir los desmanes de su madre, ya que esta al quedar

embarazada deseaba con capricho único, ser madre de una hermosa niña. Tuvo un niño pero los

deseos de tener una hija no cesaron proyectando en su hijo cualquier característica femenina, pero

lo peor fue haberle regalado como primer juguete una muñeca con la cual lo obligaba no solo a

estar, sino a hablarle y a cuidarle, y así sintiéndola viva, Bearn no tuvo más opción que proyectarse

en la muñeca, creando un apego psicológico hacia ella. Con el pasar de los años la obsesión del

joven hacia las muñecas comienza a crecer y en cada viaje que hacia al exterior regresaba cargado

de numerosas muñecas, de diferentes tipos colores y tamaños. Así fue llenando la sala de las

muñecas, un lugar escondido en la casa, alejado de cualquier molestia que se interpusiera entre él

y sus muñecas, el único lugar donde le gustaba estar todo el día, o quizá se sentía obligado a estar,

ya que en el texto se logra intuir que además de obsesión por ellas, Bearn también sentía respeto y

miedo hacia ellas, lo que deja ver claro que este las sentía como seres que tal vez poseían vida.

Luego de esto, el cuento se va largo en describir la noche en la Bearn invita al autor de la carta a

mostrarle la sala de las muñecas en esta amplia descripción se afirma los trastornos psicológicos

que se le atribuyen al joven Bearn, en la manera en que le habla a las muñecas, como las cuida,

pero también como les teme, especialmente a la muñeca de estatura humana con los pies clavados

al piso. Pero también pone en duda la realidad o la fantasía del cuento; y esto se ve en la manera

en que el autor describe los sucesos de aquella noche y las sensaciones que a ese le provocaron. Al

decir “No se si fue un sueño, pero guardo el recuerdo de unas sombras difícilmente identificables

que cambiaban sin que nunca lograse ver como se movían” se abre la posibilidad, de que no todo

sea imaginación de joven Bearn y que las muñecas si tengan algo que esconder. La manera en la

que concluye el cuento también pone en tela de juicio lo hablado anteriormente, la muerte del joven

Bearn, que cae del balcón de la sala tiene pistas que permiten abrir dos explicaciones, la primera
que el joven Bearn se suicida y ubica de esa manera a las muñecas y la segunda es que posiblemente

estas lo han asesinado.

De esta manera se puede concluir que la utilización de recursos literarios como los mostrados

anteriormente, y el plasmar historias en las cuales los personajes presenten psicologías diferentes

y únicas, y trastornos; abre la posibilidad al lector de entender el cuento de dos maneras de

encontrar explicaciones científicas o dejarse llevar por la fantasía imaginativa propuesta, y le da la

oportunidad de disfrutar de historias interesantes.

Autores: Luis Arturo Solis

Carlos Antonio Jiménez.

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