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- Descuidos en la foto
La fotografía es un elemento muy delicado en
el CV porque es tu imagen directa en un
documento. Lo mejor es sólo presentarla
cuando lo solicitan y en esos casos, debes
elegir alguna imagen nítida y reciente en la
que te muestres profesional (postura,
vestimenta, sonrisa moderada). Evita las fotos
borrosas, pixeladas, recortadas de otras fotos,
informales o tomadas en lugares que
destaquen más que tú.
- No actualizar el Currículum
Procura tener toda tu información al día, no
hacerlo es enviarle el mensaje a tu reclutador
de que no tienes tiempo para tu marca
personal.
ERRORES HABITUALES EN UNA ENTREVISTA
Como ya te he enseñado en otros artículos sobre la entrevista de trabajo, actualmente
cualquierentrevista laboral puede ser decisiva. Quizás hace unos años bastaba con tener un
buen curriculum vitae y encajar en el puesto para optar al mismo, pero de un tiempo a esta parte
las cosas han cambiado mucho y ya no es suficiente tener estudios.
Esta la pongo por las preguntas e historias que recibo casi a diario de todos vosotr@s. Llegar a
una entrevista de trabajo es difícil, pero superarla es todo un reto de preparación y solvencia
contigo mismo. Un error muy común, desde mi punto de vista, es que hay personas que se
ilusionan en exceso, y eso puede llevarles a un exceso de confianza que haga crecer
los errores que vas a ver a continuación.
En primer lugar tienes que saber bien a qué puesto estás optando y cómo es la empresa que te va
a hacer la entrevista. Esto parece baladí, pero lo cierto es que mucha gente acude a los
procesos de selección sin saber muy bien donde se está metiendo. Para prepararse
correctamente una entrevista de trabajo hay que investigar lo máximo posible sobre la empresa a
la que se acude. No está de más saber quiénes son sus accionistas, qué perfil ideológico tienen
los dirigentes, cuántos empleados tiene, si el negocio va bien o mal, la reputación que tiene en el
sector… Cualquier información puede ser útil en el transcurso de la entrevista, y los
responsables de recursos humanos valorarán positivamente a aquellos candidatos que se hayan
preocupado por conocer la empresa.
Gran parte de esta información podrás encontrarla en Internet, pero mucha otra no, por lo que no
es mala idea buscar algún contacto en la empresa con el que podamos hablar antes de
enfrentarnos a la entrevista. Con un poco de suerte incluso puede que conozca al entrevistador y
pueda darnos alguna pista que nos sea útil.
Nunca acudas a la cita con el entrevistador sin haberte informado previamente acerca de la
persona con la que te vas a encontrar. Tampoco debes presentarte en una empresa sin haber
recopilado información sobre la misma y las últimas noticias publicadas en prensa.
#3 Llegar tarde
Aunque parezca increíble, es un error tan habitual que merece un punto aparte. Antes de ir a
una entrevista de trabajo debemos saber perfectamente dónde va a tener lugar y cuánto
vamos a tardar en llegar allí. Lo mejor, claro está, es que vayamos con tiempo de sobra,
aunque tengamos que estar dando vueltas a la manzana hasta que llegue la hora acordada.
No llegar en hora a la entrevista de trabajo significará perder unos puntos muy positivos frente
al entrevistador y empezar con muy mal pie el proceso.
Lo mejor para evitar este error es acudir a las entrevistas viéndolas más como un encuentro
entre profesionales que como un paso ineludible para que te den un trabajo. No es sencillo,
pero se trata de una buena técnica que, además, puede evitarte numerosos malentendidos. Si en
el transcurso de una entrevista te das cuenta de que el puesto no es como creías, que la empresa
tiene unos horarios imposibles, que el sueldo no es nada del otro mundo… ¿Realmente quieres
optar por el puesto? Tal y como están las cosas, quizás sí, pero desde luego no es lo ideal. Y si
mientes, lo van a notar y va a ser peor.
Volviendo al consejo del anterior punto, es mejor pensar en las entrevistas de trabajo como
si fueran reuniones profesionales, donde cada uno está haciéndolo lo mejor que puede.
Esto liberará muchas tensiones y te hará sentir que estás tratando con alguien en igualdad de
condiciones.
#7 Exagerar en tu formación o experiencia
Este es un error previo a la entrevista, que se comete en la elaboración del currículum vítae,
pero que sale a relucir siempre en ésta. Es, quizás, el peor de los fallos que se pueden cometer e,
inexplicablemente, el más habitual. Lo primero que hace un responsable de recursos
humanos es comprobar que lo que se dice en el CV es cierto.
Mentir solo sirve para que el entrevistador se lleve la peor de las impresiones. Sin embargo, si
uno es sincero en el currículo, puede llegar a sorprender de forma muy positiva a la persona que
hace la entrevista que, casi por defecto profesional, se espera que el CV
esté sobredimensionado y exagerado. En definitiva, eso de poner “nivel de inglés alto” y no
saber mantener una conversación no cuela. Y lo normal es que te pillen.
#8 Dejar que el entrevistador haga todas las preguntas
Aunque el entrevistador es quien, obviamente, va a dirigir la entrevista, es un error dejar que sea
él el que haga todas las preguntas. Al fin y al cabo, lo que está en juego es un contrato, un
acuerdo entre dos partes, por lo que el candidato también tiene preguntas que hacer: ¿cuáles son
las condiciones? ¿Qué responsabilidades concretas tiene el puesto? ¿Es necesario viajar? ¿El
horario es fijo o podría cambiar en el tiempo? Plantear este tipo de cuestiones no resulta una
intromisión, sino algo legítimo que el entrevistador va a valorar positivamente, en la
medida en que va a ver un interés y una motivación genuina por el puesto.
No hacer una sola pregunta en toda la entrevista, sobre todo si, tras finalizarla, como es habitual,
el entrevistador dice “¿Tienes alguna pregunta?” es un error gigantesco que no se debe pasar
por alto.
#9 Interrumpir al interlocutor
Espera el momento para intervenir, deja que el consultor formule las preguntas y tómate tu
tiempo antes de contestar, evita cometer el error de precipitarte. Recuerda que deberías haber
preparado la entrevista y tener un cierto “guión y discurso” para resultar estructurado y
coherente.
Preguntar por la hora durante la entrevista es un método infalible para que no te contraten
En el medio está la virtud. No conviene hablar poco, pero tampoco es bueno hablar demasiado.
Una clave es saber escuchar e ir ofreciendo poco a poco datos de tu trayectoria profesional.
Nota: Si hablas mal de alguien, debes dar motivos razonados, evitar los descalificativos y
excusas. No hay que mostrarse como un trabajador conflictivo.
Crear una imagen que no encaja con lo que realmente eres, puede llegar a despistarte también
con respecto a lo que quieres llegar a ser. Es mejor apostar por expresar en el currículo y
durante la entrevista de trabajo quiénes somos, cuáles son nuestras cualidades más
destacadas y a qué estamos dispuestos a renunciar para ponerlas en marcha –en función de
nuestras circunstancias personales–, que tratar de ajustar agrandando o rebajando nuestra
experiencia, formación, conocimientos y habilidades a los requisitos que creemos que se están
buscando.
Por nuestro bien, y por el del resto de trabajadores, no debemos tolerar que se hagan
preguntas ilegales en las entrevistas -¿planeas quedarte embaraza? ¿Eres de derechas o de
izquierdas? ¿Qué religión prácticas?–, que nos traten sin respeto o se nieguen a contestar
preguntas esenciales sobre el puesto de trabajo. Pasar por el aro en este tipo de cosas solo puede
costarnos un disgusto. Por mucho que necesites el empleo, lo mejor en estos casos es abandonar
la entrevista.
No se debe gesticular en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o reclinarse
demasiado en el respaldo de la silla
El momento de hablar sobre ello, si se desconocen las condiciones antes, ha de iniciarlo el
entrevistador. O bien cuando ofrezca la posibilidad de plantear alguna duda, al final de la
entrevista. Pero hay que ser consciente de que, según la política de algunas empresas, es posible
que no traten este tema en la primera prueba.
Gracias a ellas, los profesionales obtienen una gran cantidad de aptitudes y actitudes del
candidato. Entre las recomendaciones destacan: reflejar seguridad en uno mismo, evitar
gesticular en exceso o cruzar los brazos, apoyarse sobre la mesa o reclinarse demasiado en el
respaldo de la silla y los gestos que demuestren fragilidad o confusión.
1. "Busco
Desarrollarme Como
Profesional"
Evidentemente, si estás buscando un trabajo, es
porque quieres desarrollar tu carrera profesional.
Pero, ¿qué es realmente lo que buscas? Si quieres
hablar de crecimiento profesional, especifica en qué
quieres especializarte o qué es lo que quieres
aprender. Fija un objetivo, "desarrollarse como
profesional" quiere todo el mundo.
2. Capacidad De
Liderazgo
¡Demuéstralo!
No sirve de nada que pongas que tiene capacidad de
liderazgo si resulta que hasta el momento nunca has
tenido personal a tu cargo. "¿De quién eras líder
entonces? ¿Cómo sabes que tienes esa capacidad?",
se preguntarán los reclutadores. Piensa las cosas
antes de ponerlas y sé coherente.
3. Experiencia De X
Años.
Puedes llevar un siglo trabajando en un sector, pero
al reclutador lo que le interesa saber es qué has
aprendido a hacer durante todo ese tiempo. No
calcules tu valía en años, calcúlala en conocimientos.
No digas cuántos años llevas haciendo lo mismo,
cuenta qué es eso qué has estado haciendo y que tan
bien sabes hacer.
4. Orientado Al Logro
De Resultados.
Puedes estar todo lo orientado que quieras, pero a un
reclutador lo que le interesa es si alguna vez
conseguiste realmente resultados. No utilices esto a
modo de adjetivo como si fuera una cualidad propia,
facilita datos y preséntalo como un logro real. Por
ejemplo, cuenta aquella vez que conseguiste que
aumentara el porcentaje de venta.
5. Exceso De
Información
Personal.
A menos que te lo exijan, no es recomendable poner
datos excesivamente personales como son por
ejemplo tus hobbies o intereses fuera del ámbito
profesional. En cuanto a los datos de contacto, con
un teléfono y un correo electrónico basta. Por
ejemplo, poner tu dirección puede cerrarte puertas
aunque estés dispuesto a desplazarte.
6. Explicar Situaciones
Negativas De Las Que
Salimos Airosos.
Aunque aquella vez que conseguiste no perder a unos
clientes fuera toda una gesta, no es recomendable
que lo cuentes todo. Hay que destacar siempre lo
positivo, así que no relates cómo estuviste a punto de
perderlos, menciona cómo lograste conquistarlos.