Sunteți pe pagina 1din 17

Acto de contrición

Seññ or míío Jesucristo, Dios y hombre verdadero. Añte tu


diviña preseñcia recoñozco que he pecado muchas veces y porque
te amo sobre todas las cosas, me pesa haberte ofeñdido. Ayudado
de tu diviña gracia, propoñgo ño volver a caer maí s, coñfesarme y
cumplir la peñiteñcia que el coñfesor me impoñga. Ameí ñ.

Oración preparatoria

Dios te salve, Maríía, lleña de gracia y beñdita maí s que todas


las mujeres, Virgeñ siñgular, Virgeñ soberaña y perfecta, elegida
para Madre de Dios y preservada por ello de toda culpa desde el
primer iñstañte de tu Coñcepcioí ñ; asíí como por Eva ños viño la
muerte, asíí ños vieñe la vida por ti, que, por la gracia de Dios, has
sido elegida para ser madre del ñuevo pueblo que Jesucristo ha
formado coñ su sañgre.

A ti, puríísima Madre, restauradora del caíído liñaje de Adaí ñ y


Eva, veñimos coñfiados y suplicañtes eñ esta Noveña, para rogarte
ños coñcedas la gracia de ser verdaderos hijos tuyos y de tu Hijo
Jesucristo, libres de toda mañcha de pecado. Acueí rdate, Virgeñ
Sañtíísima, que fuiste hecha Madre de Dios, ño soí lo para tu
digñidad y gloria, siño tambieí ñ para salvacioí ñ ñuestra y provecho
de todo el geí ñero humaño. Acueí rdate que jamaí s se ha oíído decir
que uño solo de cuañtos hañ acudido a tu proteccioí ñ e implorado
tu socorro haya sido desamparado.

No me dejes pues a míí tampoco, porque si ño, me perdereí ;


que yo tampoco quiero dejarte a ti, añtes bieñ cada díía quiero
crecer maí s eñ tu verdadera devocioí ñ. Y alcaí ñzame priñcipalmeñte
estas tres gracias: la primera, ño cometer jamaí s pecado mortal; la
seguñda, uñ grañ aprecio de la virtud, y la tercera, uña bueña
muerte. Ademaí s dame la gracia particular que te pido eñ esta
Noveña, si es para mayor gloria de Dios, tuya y bieñ de mi alma.
¿Quieí ñ causa tañta alegríía?:
La Coñcepcioí ñ de Maríía
Oracioí ñ
Beñdita sea la sañta e iñmaculada Coñcepcioí ñ de
la gloriosa Virgeñ Maríía, Madre de Dios. Avemaría.

Oh Maríía, que has eñtrado eñ el muñdo siñ


mañcha de culpa, iñtercede añte de Dios, para que
podamos ñosotros salir tambieí ñ de este muñdo
siñ pecado. Avemaría.

Oh Virgeñ Maríía, que ñuñca tu cuerpo y tu alma se


vieroñ afeados coñ la mañcha del pecado origiñal,
ñi de ñiñguí ñ pecado actual, te eñcomeñdamos y
coñfiamos la pureza de ñuestros corazoñes.
Avemaría.

Por tu Iñmaculada Coñcepcioí ñ, oh Maríía, has puro


ñuestro cuerpo y sañta ñuestra alma. Avemaría.

Oh Maríía, coñcebida siñ pecado, ruega por


ñosotros, que recurrimos a Ti. Avemaría.
1. Aleí grate hija de Sioí ñ, que yo
veñgo
Zacarías 2, 14-17

Grita de gozo y regocíjate, hija de Sión, pues he aquí que yo vengo a morar dentro de ti,
oráculo de Yahveh.
Muchas naciones se unirán a Yahveh aquel día: serán para mí un pueblo, y yo moraré en
medio de ti. Sabrás así que Yahveh, el Señor, me ha enviado a ti.
Poseerá Yahveh a Judá, porción suya en la Tierra Santa, y elegirá de nuevo a Jerusalén.
¡Silencio, toda carne, delante de Yahveh, porque él se despierta de su santa Morada!

BENDITA SEA TU PUREZA

Beñdita sea tu pureza y eterñameñte lo sea, pues todo uñ Dios se


recrea, eñ tañ graciosa belleza. A Ti celestial priñcesa, Virgeñ Sagrada
Maríía, te ofrezco eñ este díía, alma vida y corazoí ñ. Míírame coñ
compasioí ñ, ño me dejes, Madre míía. Ameí ñ.
2. Establezco hostilidades eñtre tu
estirpe y la de la mujer
Génesis 3 9-15,20

"Yahveh Dios llamó al hombre y le dijo: «¿Dónde estás?»


Este contestó: «Te oí andar por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me
escondí.»
El replicó: « ¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del
que te prohibí comer?»
Dijo el hombre: «La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí.»
Dijo, pues, Yahveh Dios a la mujer: « ¿Por qué lo has hecho?» Y contestó la mujer: «La
serpiente me sedujo, y comí.» Entonces Yahveh Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho
esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu
vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la
mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.»"
El hombre llamó a su mujer «Eva», por ser ella la madre de todos los vivientes.
_________________________________________________________________________

OFRECIMIENTO A LA SANTIÍ SIMA VIRGEN

¡Oh Seññ ora míía! ¡Oh Madre míía! Yo me ofrezco eñterameñte a ti y eñ


prueba de mi filial afecto te coñsagro eñ este díía, mis ojos, mis oíídos,
mi leñgua, mi corazoí ñ; eñ uña palabra, todo mi ser. Ya que soy todo
tuyo Oh Madre de boñdad, guaí rdame y defieí ñdeme como hijo y
posesioí ñ tuya. Ameí ñ.
3. Maríía, troño de Sabiduríía
Eclesiástico 24, 1. 3-4, 8-12. 19-21

"La sabiduría hace su propio elogio, en medio de su pueblo, se gloría.


«Yo salí de la boca del Altísimo, y cubrí como niebla la tierra. Yo levanté mi tienda en las
alturas, y mi trono era una columna de nube."
"Entonces me dio orden el creador del universo, el que me creó dio reposo a mi tienda, y
me dijo: "Pon tu tienda en Jacob, entra en la heredad de Israel." Antes de los siglos, desde
el principio, me creó, y por los siglos subsistiré. En la Tienda Santa, en su presencia, he
ejercido el ministerio, así en Sión me he afirmado, en la ciudad amada me ha hecho él
reposar, y en Jerusalén se halla mi poder. He arraigado en un pueblo glorioso, en la porción
del Señor, en su heredad."
"Venid a mí los que me deseáis, y hartaos de mis productos. Que mi recuerdo es más dulce
que la miel, mi heredad más dulce que panal de miel. Los que me comen quedan aún con
hambre de mí, los que me beben sienten todavía sed."

ORACIOÍ N

Iñmaculada Madre de Dios, Reiña de los cielos, Madre de misericordia,


abogada y refugio de los pecadores: he aquíí que yo, ilumiñado y movido
por las gracias que tu materñal beñevoleñcia abuñdañtemeñte me ha
obteñido del Tesoro Diviño, propoñgo poñer mi corazoí ñ ahora y siempre
eñ tus maños para que sea coñsagrado a Jesuí s.

A Ti, oh Virgeñ Sañtíísima, lo eñtrego, eñ preseñcia de los ñueve coros de


los aí ñgeles (querubiñes, serafiñes, troños, domiñacioñes, virtudes,
potestades, priñcipados, arcaí ñgeles, aí ñgeles) y de todos los sañtos; Tu, eñ
mi ñombre, coñsaí gralo a Jesuí s; y por la filial coñfiañza que te teñgo, estoy
seguro de que hareí is ahora y siempre que mi corazoí ñ sea eñterameñte de
Jesuí s, imitañdo perfectameñte a los sañtos, especialmeñte a Sañ Joseí ,
vuestro puríísimo esposo. Ameí ñ.
4. Mirad, la virgeñ estaí eñciñta
Isaías 7, 10-14; 8, 10

Volvió Yahveh a hablar a Ajaz diciendo:


«Pide para ti una señal de Yahveh tu Dios en lo profundo del seol o en lo más alto.»
Dijo Ajaz: «No la pediré, no tentaré a Yahveh.»
Dijo Isaías: «Oíd, pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis
también a mi Dios?
Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que una doncella está encinta y va
a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel.
Trazad un plan: fracasará. Decid una palabra: no se cumplirá. Porque con nosotros está
Dios.

ORACIOÍ N

Vedme a vuestros sañtíísimos pies, oh Virgeñ Iñmaculada; me alegro


grañdemeñte coñ Vos, que desde la eterñidad hayaí is sido elegida Madre
del Verbo eterño y preservada de la culpa origiñal. Doy gracias y beñdigo a
la Sañtíísima Triñidad, que os eñriquecioí coñ tales privilegios eñ vuestra
Coñcepcioí ñ; y os suplico humildemeñte que me alcañceí is la gracia de
veñcer los tristes efectos que el pecado origiñal causoí eñ míí y que ñuñca
deje de amar a mi Dios.
5. La criatura que hay eñ ella vieñe
del Espííritu Sañto
Mateo 1, 1-16. 18-23

Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham:


Abraham engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus
hermanos, Judá engrendró, de Tamar, a Fares y a Zara, Fares engendró a Esrom, Esrom
engendró a Aram, Aram engendró a Aminadab, Aminadab engrendró a Naassón, Naassón
engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rajab, a Booz, Booz engendró, de Rut, a Obed,
Obed engendró a Jesé, Jesé engendró al rey David. David engendró, de la que fue mujer de
Urías, a Salomón, Salomón engendró a Roboam, Roboam engendró a Abiá, Abiá engendró
a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Joram, Joram engendró a Ozías,
Ozías engendró a Joatam, Joatam engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías,
Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amón, Amón engendró a Josías,
Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando la deportación a Babilonia.
Después de la deportación a Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a
Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliakim, Eliakim engendró a
Azor, Azor engendró a Sadoq, Sadoq engendró a Aquim, Aquim engendró a Eliud,
Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Mattán, Mattán engendró a Jacob,
y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo.
La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con
José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu
Santo.
Su marido José, como era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en
secreto.
Así lo tenía planeado, cuando el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José,
hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del
Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus
pecados.»
Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta:
- Ved que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,
-que traducido significa: «Dios con nosotros.»

Oremos: Oh Dios, que por la Iñmaculada Virgeñ, preparasteis digña


morada a vuestro Hijo; os suplicamos que, asíí como a ella la preservasteis
de toda mañcha eñ previsioí ñ de la muerte del mismo Hijo, ños coñcedaí is
tambieí ñ que, por medio de su iñtercesioí ñ, lleguemos a vuestra preseñcia
puros de todo pecado. Por el mismo Jesucristo, ñuestro seññ or. Ameí ñ.
6. Coñcebiraí s eñ tu vieñtre y daraí s a
luz uñ hijo
Lucas 1, 26-38

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el
nombre de la virgen era María.
Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David,
su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.»
María respondió al ángel: « ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?»
El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá
con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto
mes de aquella que llamaban estéril,- porque ninguna cosa es imposible para Dios.»
-Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel
dejándola se fue.

ORACIOÍ N

¡Oh, Maríía, Lirio iñmaculado de pureza! Me coñgratulo coñ Vos, porque


desde el primer iñstañte de vuestra Coñcepcioí ñ fuisteis colmada de
gracia, y porque, ademaí s, os haya sido coñcedido el uso perfecto de la
razoí ñ. Doy gracias y adoro a la Sañtíísima Triñidad por haberos
adorñado coñ doñes tañ sublimes, y me coñfuñdo todo delañte de Vos,
al verme tañ pobre de gracias. Haced a mi alma participe de ella y de
los tesoros de vuestra Iñmaculada Coñcepcioí ñ.
7. Dichosa tuí , que has creíído
Lucas 1, 39-47

En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una
ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e
Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las
mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a
mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.
¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!»
Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu - se alegra en Dios mi salvador -

ORACIOÍ N

¡Oh, espejo de pureza, Iñmaculada Virgeñ Maríía! Me complazco


sumameñte al coñsiderar que desde vuestra Coñcepcioí ñ os fueroñ
iñfuñdidas las virtudes maí s sublimes y perfectas, juñto coñ todos los
doñes del Espííritu Sañto. Doy gracias y alabo a la Sañtíísima Triñidad por
haberos favorecido coñ estos privilegios, y os suplico, oh Madre beñigña,
me alcañceí is la praí ctica de las virtudes para hacerme asíí digño de recibir
los doñes y la gracia del Espííritu Sañto.
8. Dio a luz a su hijo primogeí ñito
Lucas 2, 1-14

Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se
empadronase todo el mundo.
Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Cirino.
Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David,
que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María,
su esposa, que estaba encinta.
Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y
dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no
tenían sitio en el alojamiento.
Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno
durante la noche su rebaño.
Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se
llenaron de temor.
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el
pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto
os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.»
Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios,
diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se
complace.»

ORACIOÍ N

¡Oh Maríía Iñmaculada poñemos eñ tus maños ñuestras suí plicas, para que
tu que eres la Reiña de la Pureza, y lleña de Gracias, iñtercedas por mi
añte Dios ñuestro Seññ or.

Mira mis preocupacioñes, te pido, coñceí deme la paz; mira que teñgo
miedo…dame la fortaleza espiritual; mira que aveces pierdo la esperañza,
Maríía…que yo poñga toda mi coñfiañza eñ Dios.

Que a traveí s de tu corazoí ñ humilde, siñcero, ame yo cada díía maí s a Jesuí s.
Purifica mi alma, Madre Iñmaculada, para que pueda yo uñ díía glorificar a
Dios eñ el cielo por los siglos de los siglos. Ameí ñ
9. Eñvioí Dios a su Hijo, ñacido de
uña mujer
Gálatas 4, 4-7

Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido
bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la
filiación adoptiva.
La prueba de que sois hijos es que Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su
Hijo que clama: ¡Abbá, Padre!
De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de
Dios.

ORACIOÍ N

¡Virgeñ Sañtíísima, que agradaste al Seññ or y fuiste su Madre;


iñmaculada eñ el cuerpo, eñ el alma, eñ la fe y eñ el amor! Por piedad,
vuelve beñigña los ojos a los fieles que implorañ tu poderoso patrociñio.
La maligña serpieñte, coñtra quieñ fue lañzada la primera maldicioí ñ,
sigue combatieñdo coñ furor y teñtañdo a los miserables hijos de Eva. ¡Ea,
beñdita Madre, ñuestra Reiña y Abogada, que desde el primer iñstañte de
tu coñcepcioí ñ quebrañtaste la cabeza del eñemigo! Acoge las suí plicas de
los que, uñidos a ti eñ uñ solo corazoí ñ, te pedimos las preseñtes añte el
troño del Altíísimo para que ño caigamos ñuñca eñ las emboscadas que se
ños preparañ; para que todos lleguemos al puerto de salvacioí ñ, y, eñtre
tañtos peligros, la Iglesia y la sociedad cañteñ de ñuevo el himño del
rescate, de la victoria y de la paz. Ameí ñ.
10. Aparecioí uña figura porteñtosa
eñ el cielo, y la ñueva Jerusaleí ñ,
arreglada como uña ñovia que se
adorña para su esposo
Apocalipsis 11, 19a; 12, 1. 3-6a. 10ab 21, 1-5

Y se abrió el Santuario de Dios en el cielo, y apareció el arca de su alianza en el Santuario,


y se produjeron relámpagos, y fragor, y truenos, y temblor de tierra y fuerte granizada.
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y
sobre sus cabezas siete diademas.
Su cola arrastra la tercera parte de - las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. - El
Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto
lo diera a luz.
La mujer - dio a luz un - Hijo - varón, - el que ha de - regir a todas las naciones con cetro de
hierro; - y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí
alimentada 1.260 días.
Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el
poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el
acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
Luego vi - un cielo nuevo y una tierra nueva - porque el primer cielo y la primera tierra
desaparecieron, y el mar no existe ya.
Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada
como una novia ataviada para su esposo.
Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: «Esta es la morada de Dios con los hombres.
Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios con ellos, será su Dios.
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni
fatigas, porque el mundo viejo ha pasado.»
Entonces dijo el que está sentado en el trono: «Mira que hago un mundo nuevo.» Y añadió:
«Escribe: Estas son palabras ciertas y verdaderas.»

JACULATORIA

Beñdita sea la sañta e Iñmaculada Coñcepcioí ñ de la Sañtíísima Virgeñ Maríía, Madre de


Dios. Avemaríía.
CANTORAL

PRIMER DÍA. Por Señora de los cielos te aclaman


HIJA DE SIÓN alabando tu gloria inmortal.

HIJA DE SIÓN, ALÉGRATE Con los rayos de luz que te inundan,


PORQUE EL SEÑOR ESTÁ EN TI, los arcángeles besan tus pies;
SALVADOR Y REY las estrellas tu frente circundan
y hasta Dios complacido te ve.
Álzate y resplandece porque viene tu luz,
sobre ti se alza la Gloria del Señor. TERCER DÍA
Mientras las tinieblas se extienden por la HAZME MÚSICA DE DIOS
tierra
y yacen los pueblos en densa oscuridad. Me quedé sin voz con que cantar
Y mi alma vacía dormía en sequedad.
Hacia tu luz caminan las naciones Y pensé para mí: “me pondré en sus
y los reyes al fulgor de tu aurora, manos”
alza los ojos y mira en torno tuyo, Manos de Madre, me dejaré en su amor.
todos tus hijos vienen a Ti.
Y TU MARÍA, HAZME MÚSICA DE
Verás todo esto radiante de gozo, DIOS,
te llenarás de emoción, Y TU MARÍA, ANIMA TU
porque te llegan las vivezas de las gentes LAS CUERDAS DE MI ALMA,
y vienen a Ti los tesoros del mar. ALELUYA, AMÉN. (BIS)

Ya no será el sol tu luz en el día, María acompaña tu mi caminar,


ni te alumbrará la claridad de la luna yo solo no puedo ayúdame a andar.
porque el Señor será tu luz eterna Y pensé para mí: “me pondré en sus
y tu belleza será tu Dios. manos”
Manos de Madre, me dejaré en su amor.
SEGUNDO DIA
ERES MÁS PURA QUE EL SOL CUARTO DÍA.
LOS CIELOS Y LA TIERRA
ERES MÁS PURA QUE EL SOL,
MÁS HERMOSA QUE LAS PERLAS Los cielos y la tierra, en ti se encontrarán,
QUE OCULTAN LOS MARES. María, dulce abrazo que el hombre y Dios
ELLA SOLA ENTRE TANTO se dan.
MORTALES DEL PECADO
DE ADÁN DIOS LIBRÓ. Las viejas profecías que hablaban del
Señor,
Salve, salve, cantaba María, nutrían la esperanza de Israel
que más pura que tú, sólo Dios; la flor que nacería en tierra virginal,
y en el cielo una voz repetía, un hijo que sería el Emmanuel.
más que tú, sólo Dios, sólo Dios.
Quien hizo las estrellas te vino a
Toda hermosa le cantan los hombres, mendigar
tierna Madre, Reina Celestial. tu carne y tu latido de mujer.
El Dios omnipotente no quiso renunciar confiando siempre en Él.
al gozo de acunarse en tu querer.
Por su Espíritu de Vida,
Los magos y pastores que fueron al portal te dejaste transformar,
hallaron en tus brazos a Jesús. te abandonas en sus manos,
Sabemos que a tu lado le vamos a para hacer su Voluntad.
encontrar
lo mismo en la alegría que en la cruz.
QUINTO DÍA SEPTIMO DÍA
MARÍA VEN LLÉVAME DE LA EL SEÑOR HIZO EN MÍ
MANO A JESÚS MARAVILLAS

María ven, María ven El SEÑOR HIZO EN MÍ,


llévame de la mano a Jesús MARAVILLAS,
y enséñame amarle ¡GLORIA AL SEÑOR!
como le amaste tu (Bis)
¡Engrandece mi alma al Señor,
Tu fuiste dócil se alegra mi espíritu en Dios, mi
al Espíritu de Dios Salvador!
y así en tu vientre Se inclinó a la pequeñez de su esclava;
la palabra se encarno desde ahora dichosa, me dirán todos los
siglos.
Tú te entregaste
Madre del Salvador Maravillas hizo en mí el Poderoso
Como la esclava y Santo es su Nombre.
la esclava del señor Su bondad por los siglos de los siglos,
para aquellos que le temen.
SEXTO DÍA
ARCILLA SOBRE TUS MANOS Desplegó fortaleza su brazo,
dispersó a los soberbios.
Eres Madre muy sencilla, Derribó a los potentados de los tronos,
creatura del Señor, y encumbró a los pobres.
Virgen pobre, Madre mía,
llena de gracia y de Amor. A los hambrientos llenó de bienes
y a los ricos despidió vacíos.
Fuiste arcilla entre sus manos Acogió a Israel su siervo,
y el Señor te modeló, recordando su bondad.
aceptaste ser su esclava,
siempre dócil a su voz. Según habló a nuestros padres en favor de
Abraham
Yo quiero ser, arcilla entre sus manos. y su linaje para siempre.
Yo quiero ser, vasija de su amor. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu,
Quiero dejar lo mío, para Él, para Él. por los siglos de los siglos.

No entendías sus palabras, OCTAVO DÍA


pero respondes con fe, JUNTO A TI MARIA
dejas que su amor te guíe,
Junto a ti, María,
como un niño quiero estar,
tómame en tus brazos OH, VIRGEN PURA
guíame en mí caminar;
Quiero que me eduques OH, VIRGEN PURA, BRILLANTE
que me enseñes a rezar, FLOR,
hazme transparente lléname de paz. DE NUESTRAS PENAS CALMA EL
DOLOR.
MADRE, MADRE, MADRE,
MADRE. (BIS) Reina del cielo, Madre de Dios,
De tus amados oye la voz.
Gracias, Madre mía, por llevarnos a
Jesús. Madre querida, Madre de amor,
Haznos más humildes, tan sencillos como De nuestras penas oye el clamor.
tú.
Gracias, Madre mía, por abrir tu corazón, Y torna en lluvia de bendición
Porque nos congregas y nos das tu amor, La voz que exhala nuestro dolor.

NOVENO DÍA Te regalo, Madre, esta oración


QUIEN SERÁ LA MUJER Que nace, sincera, del corazón.
Quién será la mujer que a tantos inspiró
poemas bellos de amor.
Le rinden honor la música, la luz, LA LUZ QUE ME GUÍA
el mármol, la palabra y el color.
Un canto a Jesús, un canto María,
Quién será la mujer que el rey y el la luz que me guía.
labrador
invocan en su dolor; Son pascuas tras pascuas
el sabio, el ignorante, el pobre y el señor, Son días tras días
el santo al igual que el pecador. Y tu sigues siendo la luz que me guía
(bis)
MARÍA ES ESA MUJER
QUE DESDE SIEMPRE EL SEÑOR SE Llegó navidad todo es alegría,
PREPARÓ, Porque estás conmigo la luz que me guía
PARA NACER COMO UNA FLOR
EN EL JARDÍN QUE A DIOS Para ti mama, la luz que me guía,
ENAMORÓ./ (BIS) Para ti es mi canto y mi poesía. (bis)

Quién será la mujer radiante como el sol Si faltaras tú, de mi mundo un día
vestida de resplandor, Seguirás brillando la luz que me guía.
la luna a sus pies, el cielo en derredor
y ángeles cantándole su amor.
AVEMARIA (Kairoi)
Quién será la mujer humilde que vivió
en un pequeño taller, AVE MARÍA, AVE MARÍA,
amando sin milagro, viviendo de su Fe, AVE MARÍA, AVE MARÍA (bis)
la esposa siempre alegre de José.
Dios te salve, María, llena eres de gracia, porque estábamos tristes y nos dio la
el Señor es contigo, bendita entre las alegría.
mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre Jesús Mujer tan silenciosa y encumbrada,
(2). ahora más que el sol,
tú nutres con la leche de tu pecho
Santa María, --Madre de Dios, al que es tu creador.
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la hora Lo que Eva misteriosa en una tarde
de nuestra muerte, amén. buscando nos perdió,
Ahora y en la hora tú, madre, lo devuelves florecido
de nuestra muerte, amén. en fruto salvador.

Tú que eres blanca puerta del rey sumo,


MADRE DE LOS JÓVENES morada de la luz,
la puerta nos abriste de los cielos
Madre óyeme, mi plegaria es un grito en al darnos a Jesús.
la noche,
Madre mírame, en la noche de mi
juventud, TÚ ERES PURA
Madre sálvame, mil peligros acechan mi
vida, Tú eres pura porque Dios te hizo así,
Madre lléname, de esperanza, de amor y Porque él te enseñó a ser así,
de fe, Porque nadie como tú lo supo hacer
Madre guíame, en la sombra no encuentro María.
el camino,
Madre llévame, que a tu lado feliz QUISIERA SER, COMO FUISTE TÚ,
cantaré. IMITARTE SIEMPRE A TI,
Y CANTAR QUE SOY FELIZ, MARÍA.
Madre una flor, una flor con espinas que
es bella, Tú eres madre de Jesús el Salvador,
Madre un amor, un amor que ha La alegría que nos vino de Belén,
empezado a crecer, Tú, maría, nos lo diste a conocer. María
Madre sonreír, sonreír aun que llore en el SALVE, REGINA
alma,
Madre construir, caminar aun que vuelva Salve, Regina, Mater misericordiae:
a caer, vita, dulcedo, et spes nostra, salve.
Madre solo soy, el anhelo y la carne que Ad te clamamus exsules filii Evae.
luchan, Ad te suspiramus, gementes et flentes,
Madre tuyo soy, en tus manos me vuelvo in hac lacrimarum valle.
a poner. Eia, ergo, Advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos
MADRE DE LOS CREYENTES ad nos converte.
Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
Celebremos unidos a la Virgen María nobis post hoc exsilium ostende.
porque estábamos ciegos y nos dio a luz O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.
el día,
V. Ora pro nobis, Sancta Dei Genitrix.
R. Ut digni efficiamur promissionibus
Christi.

AVE MARIA

Ave María, eres de gracia un manantial


El rey celestial está contigo
Bendita y santa mujer sinigual
Llevas al Hijo de Dios en tu ser,
En tu ser virginal

Serás la Madre más dichosa,


La Virgen Madree de Cristo Jesús,
La más feliz, la más dolorosa
En el pesebre y al pie de la Cruz.

Santa María, Madre bendita del creador.


Perdón para todos los mortales,
Perdón en nombre de la redención,
Perdonar fue la misión de Jesús
A través de la Cruz.

Piedad, piedad en el instante


Cuando nos llame a su reino, el Señor.
Y así al final, con solo nombrarte,
Entremos al reino de Dios.

S-ar putea să vă placă și