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MAS QUE DOS

Tema1

El propósito del matrimonio

Dios tiene un propósito para tu vida: que le conozcas y tengas una relación íntima con Él mediante
su Hijo Jesucristo.
Sin embargo; existe también otro gran propósito que no incumbe sólo tú vida en relación con Él;
sino también la vida de tu cónyuge.
¿Sabes? Dios es el más interesado en que tu matrimonio funcione bien ¡Él creó el matrimonio! No
fue un invento humano ni nace en la iniciativa humana. Es diseño de Dios.
Por eso es que Él quiere cuidar esta valiosa creación suya en nuestras vidas.
Hemos visto un video muy gracioso de una pareja a punto de casarse, supuestamente no son
honestos el uno con el otro y surgen muchas aparentes mentiras y al final todos se pelean. Este
gracioso video muestra una realidad de nuestra sociedad: muchos se casan, pero realmente no
piensan ni meditan antes de hacerlo. Es como lanzarse a una piscina sin saber nadar y esperamos
aprender en el camino.
Pregúntate y recuerda: cuando llegamos al matrimonio ¿teníamos un plan para que durara por el
resto de nuestras vidas?, ¿estuvimos conscientes de las presiones y ataques que vienen a los
matrimonios hoy en día?
Saben, estar casados hoy día es diferente que hace 50 años, pero no es más fácil. Pensemos en los
matrimonios de nuestros padres y, si puedes, en los matrimonios de sus padres ¡todos atravesaron
problemas y dificultades! Y es muy probable que en nuestras familias haya más de un divorcio o
separación, por no mencionar tremendos problemas y falta de comunicación entre los cónyuges.
¿Es el matrimonio fácil? De ninguna manera… pero esto tampoco es una novedad, sin embargo hoy
la gente se sigue casando sin pensar y considerar cómo van a hacer para que su matrimonio no
fracase.
Y si se diera el caso de que algunas parejas mediten en esto quizá lo hagan desde un enfoque idílico
o romántico “mientras nos amemos podremos enfrentar toda prueba” esto es irreal. O quizá hay
quien quiera planificar el éxito de su matrimonio mediante la psicología y las ayudas modernas de
terapias y consejeros matrimoniales; esto también es irreal ¿por qué?
Porque Dios es el que inventó el matrimonio; por lo tanto Él y sólo Él es el único que puede y sabe
hacerlo funcionar.
¡No hay otra forma!
Tu no compras una tele y cuando se arruina la llevas a repararla al panadero ¡Buscarás un buen
técnico de televisores! Y mejor aún será si puedes encontrar un representante del fabricante para el
servicio técnico.
Es lo mismo con nuestros matrimonios. Si queremos que funcionen tenemos que ir al inventor,
diseñador, fabricante y reparador; que es uno sólo: Dios.
Veamos cuál es el propósito para el matrimonio:
1. Reflejar la imagen de Dios
Dios nos creó para reflejar su imagen en el planeta tierra.
26 y dijo: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza… 27 Y Dios creó al ser humano
a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.
GÉNESIS 1
2. COMPLEMENTARSE, ACOMPAÑARSE Y AYUDARSE
18 Luego Dios el Señor dijo: “No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda
adecuada.” GÉNESIS 2
11 Sin embargo, en el Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer.
1 CORINTIOS 11
3. Multiplicar una descendencia digna de Dios
28 y los bendijo con estas palabras: “Sean fructíferos y multiplíquense…” GÉNESIS 1
Noten cómo en estos propósitos no es uno mismo el centro, siempre hay alguien más
involucrado en la unión y el matrimonio. El matrimonio no depende de una sola persona sino de
la unión que da Dios.

La fórmula o plan de Dios para el matrimonio


Lo da el Génesis, capítulo 2, versículo 24.
La Fórmula o Plan de Dios
24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre,
y se une a su mujer,
y los dos se funden en un solo ser.
GÉNESIS 2
Se trata de tres pasos fundamentales para la relación matrimonial:
Primer paso: DEJAR
Cuando llega el momento de casarse la relación más importante, intensa y profunda que era, hasta
entonces, con los padres; ahora ya no lo es. El matrimonio es una nueva y más importante relación.
Dejar también quiere decir que ambos deben dejar toda otra lealtad.
Ninguna otra cosa en mi vida debe merecer mayor lealtad que a mi esposa. Le soy leal a ella antes
que a cualquier otra persona, institución o compromiso fijado antes o después de mi matrimonio.
Segundo paso: UNIRSE
Quiere decir llegar a ser uno con la otra persona.
Quiere decir unirse en sus proyectos, anhelos, desafíos y compromisos. Implicará quizá a renunciar
a cosas, personas y pasatiempos que te gustaban pero que a tu cónyuge no. Si son una sola persona
deben vivir una vida en común y para esto es necesario crear nuevos gustos, pasatiempos y
renunciar a muchas cosas.
Tercer paso: SER UNA SOLA PERSONA
La unidad en el matrimonio es tan importante para Dios que se formula con este énfasis, debemos
unirnos a tal punto de llegar a ser una sola persona.
Cuando hablamos de nuestras cosas (dinero, trabajo, hijos, proyectos, problemas) ¿qué pronombre
usamos?, ¿”mí”, “mío”, o “nuestro”?
El camino del aislamiento
Hoy entendemos el matrimonio como una transacción: “si tu me das, entonces yo te doy”. ¡Cuán
lejos del plan de Dios para el matrimonio es este pensamiento!
Por esto muchas parejas están caminando de cabeza hacia el aislamiento, este camino conduce a la
desesperación y es básicamente así (5 fases): l
1. Fase Romántica (Enamoramiento, Luna de Miel)
2. Fase de transición (Llegan a conocerse más y a desencantarse un poco ¡no era como lo esperaba!
Pero esta fase se sobrelleva, aún hay sentimientos)
3. Fase de la Realidad (Nuestra relación llega a la rutina y empieza a ser pesada, las emociones ya no
son suficientes. En esta fase todo el énfasis se pone en tratar de cambiar al otro, surgen
manipulaciones y estrategias)
4. Fase de Represalias (Castigos emocionales y físicos. El hombre empieza a alejarse de la casa, esta
ya no le atrae ni satisface sino que se volvió una carga que hay que aguantar, la mujer se encierra y
ensimisma en los hijos o en otras cosas. Se evitan lo más que puedan)
5. Fase del Rechazo (Ya es intolerable, comienza la separación, nunca se entienden ni están de
acuerdo mutuo)

¡Este camino conduce a la desesperación!


Esta caída es inevitable si no usamos el plan de Dios. Si no nos sometemos a este plan para
nuestros matrimonios acabaremos cayendo en el camino del aislamiento.
El camino hacia la unidad
Este es el camino del plan de Dios. Nos lleva a la unidad y nos lleva a la esperanza, pero no es fácil.
¿Por qué es difícil?
Porque olvidamos algo muy importante que la Biblia nos recuerda en cada una de sus páginas: El
problema más grande que uno tiene ¡Es uno mismo! El ego. Y este enemigo es muy destructivo.
8 síntomas para saber si el ego controla el matrimonio:
1. Si busco controlar a mi cónyuge, moldearlo o moldearla a mí mismo.
2. Si soy reacio a servir. Si quiero mandar o quiero competir con mi cónyuge.
3. Si soy demandante con el énfasis puesto en “mis derechos”. (En la Biblia nunca aparece esta
palabra)
4. Si tengo explosiones de ira, palabras con el propósito de herir.
5. Si rechazo o traspaso la autoridad. La culpa es siempre del otro.
6. Si critico o acuso a mi cónyuge.
7. Si confundo mis prioridades, necesidades y deseos.
8. Si me entrego a la inmoralidad y la infidelidad (puede ser con miradas compulsivas y con deseo
a otras personas, la pornografía, el coqueteo a otras personas o el adulterio mismo).

Si nosotros tratamos de seguir con cualquiera de estos síntomas y pensamos que se solucionarán de
“forma natural” estamos muy equivocados. Nunca funcionarán nuestros matrimonios de forma
natural porque lo natural en nosotros, seres humanos, es el ego.
Necesitamos una ayuda SOBRENATURAL.
No importa cómo están sus matrimonios en este momento, necesitamos ayuda divina, necesitamos
ayuda sobrenatural. Y para esto necesitamos reconocer nuestra necesidad de ayuda.
Dios tiene un camino para nuestros matrimonios, es el camino de la unidad y tiene también cinco
pasos:
1. Conocer el propósito de Dios para el matrimonio y reconocer que necesitamos su ayuda.
2. Conocer el plan de Dios para el matrimonio y dedicarnos a seguir su voluntad y no la nuestra.
3. Recibir el poder de Dios para el matrimonio. No se trata de nuestros esfuerzos y buena
voluntad ¡Se trata de una obra del Espíritu Santo! Sin Dios en tu matrimonio, no tendrás el poder
para vencer tu ego.
4. Seguir el proceso de Dios para el matrimonio. Dios ha diseñado el matrimonio de manera muy
detallada, debemos seguir su Palabra y el proceso que Él nos ofrece para la restauración y
crecimiento de nuestros matrimonios.
5. El producto final de Dios para la unidad matrimonial. Será un matrimonio que nos lleve a la
unidad y de la gloria a Dios.

El plan de Dios para tu matrimonio es para toda tu vida


Hoy muchos se casan pensando que si el matrimonio no funciona se pueden divorciar.
Si se casan por la iglesia prometen se fieles “hasta la muerte”; pero adentro piensan: “… siempre y
cuando nuestros problemas no sean demasiado grandes” o “… si es que no se nos acaba el amor”.
En esos casos la mayoría está pensando que el matrimonio es un asunto de conveniencia, de suerte.

Pero Dios dice claramente que el matrimonio es una relación permanente.

No es un tema de suerte, sino una decisión de la voluntad.


No se trata de conveniencia, sino de compromiso.
Si están 100% comprometidos, hay un 100% de probabilidades de tener éxito. Si están 80%
comprometidos, hay un 20% de probabilidades de fracasar.
a) La esposa promete ser fiel al marido aún si a éste le aparecen rollos o se le cae el pelo; si le salen
juanetes o tiene que usar lentes bifocales. Aún cuando él pierda su salud, dinero, trabajo, su encanto
y aún si aparece alguien más emocionante y atractivo.
b) El marido promete ser fiel, aún cuando su esposa muestre arrugas, no sea tan ordenada o sumisa
como él quisiera, no cocine tan bien o gaste más de lo presupuestado.
c) El matrimonio significa que un marido y una esposa se comprometen en una relación por la cual
aceptan toda la responsabilidad sin importar qué problemas lleguen a surgir.
Finalmente se trata de la ayuda de Dios, sin Dios en nuestros matrimonios no tendremos el poder
para estar 100% comprometidos.

Preguntas para aprender y conversar


1. Estudien Mateo 5:31-32 y 19:1-9 para descubrir cuán permanente es la relación matrimonial.
a. ¿Qué indica Mateo 19:6 acerca de esta relación?
b. Aparte de la muerte (Romanos 7:1-4) ¿Cuál es la única causa para el divorcio según los pasajes
mencionados?
c. Hagan una lista de las implicancias para la vida diaria que surgen del hecho de que el matrimonio
es una relación permanente.

2. Conversen acerca de su matrimonio desde el punto de “abandonar” (tener otras lealtades) y


“unirse” (ser una sola persona)
a. ¿Has dejado realmente a tus padres?
b. ¿Es tu cónyuge la persona principal en tu vida?
c. Si tu respuesta a la anterior pregunta es “sí” ¿Lo siente y percibe tu cónyuge?
d. A veces nos damos cuenta que seguimos el ejemplo de nuestros padres cuando se trata de
enfrentar problemas, reaccionar ante la gente o una situación complicada. ¿Esto afecta el
matrimonio?, ¿de qué maneras?
e. ¿Estás realmente comprometido con tu pareja?

3. Evalúa tu matrimonio:
a. ¿Qué te gusta de tu matrimonio tal como es ahora?
b. ¿Cuáles son las fortalezas de tu matrimonio?
c. ¿Qué no te gusta de tu matrimonio?
d. ¿Cuáles son las debilidades de tu matrimonio?

4. Describe tu matrimonio en una frase, o si es posible en una palabra.

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