Sunteți pe pagina 1din 8

COMPETENCIAS DIGITALES EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA PROVINCIAL

Lic. Ma. Laura Pagani, Ing. Valeria Pau y Lic. Noelia Quintans

Introducción

Los cambios globales y locales de los últimos tiempos hacen que el compromiso del Estado
en la provisión de bienes y servicios de calidad, se enfrente a grandes desafíos. La
necesidad de generar impactos positivos en la ciudadanía, mediante la aplicación de
tecnologías y herramientas de gestión que nos permitan prestar más y mejores servicios a
un número siempre mayor de ciudadanos, se hace cada vez más presente.

Por consiguiente, las organizaciones públicas deben estar atentas a las necesidades del
ciudadano, visualizando lo que la sociedad espera y necesita de ellas, estableciendo sus
objetivos y los resultados esperados y, en función de estos, realizar las adecuaciones
estratégicas necesarias para responder de manera ágil y eficiente a las nuevas y crecientes
demandas.

Competencias

En este contexto, una de las dimensiones a la cual se debe prestar atención y que
contribuye al éxito de las instituciones públicas, son una serie de competencias que
requieren los empleados públicos para el desempeño de sus tareas.

Se entiende por competencias la combinación integrada de conocimientos, habilidades y


actitudes conducentes a un desempeño adecuado y oportuno en diversos contextos.

Las competencias se manifiestan en comportamientos observables, por lo cual se pueden


identificar dos dimensiones del concepto que constituyen una definición clara del mismo:

- competencias como conjunto de saberes que las personas ponen en acción en


situaciones laborales y sociales,

- y que involucran valores, conocimientos y actitudes.

Según Ramirez-Alujas (2011: 30): “Ser competente permite realizar una actividad con un
nivel de dominio considerable correspondiente a un criterio establecido. El nivel de dominio
que un individuo puede alcanzar en una tarea depende de los recursos con los que cuenta,
involucra sus conocimientos, creencias, habilidades en diversos campos, destrezas,
actitudes, valores, etc.”

La provincia de Buenos Aires ha definido tres áreas de competencias consideradas


necesarias para un desempeño eficaz de sus agentes1:

1
Estas competencias están mencionadas en el artículo elaborado por el Consejo Federal de la
Función Pública (COFEFUP). “Documento comisión de empleo público y carrera” en Documentos
aprobados 2006. Secretaria de la Gestión Pública, Jefatura de Gabinete de Ministros.

Pág. N° 1
• Competencias ético-institucionales: conjunto de comportamientos observables
referidos a los valores y concepciones que la persona asume desde su cultura, los
cuales le hacen tomar posición respecto del mundo, la sociedad y las instituciones.

• Competencias técnico-profesionales: son las competencias específicas y


necesarias para el cumplimiento de las acciones correspondientes a un puesto de
trabajo determinado. En ellas se pueden distinguir tres componentes:

- los conocimientos teóricos, metodológicos y técnicos referidos a los temas para


los que ha sido convocado, adquiridos por formación profesional y/o la experiencia;

- las habilidades para la utilización de herramientas o instrumentos técnicos propios


de una profesión, oficio o especialidad;

- las destrezas o entrenamientos físicos e intelectuales que permiten actuar con


pericia, arte o ingenio, incluso en situaciones nuevas o no previstas.

• Competencias actitudinales: son el conjunto de actitudes y estrategias que pone


en juego una persona a la hora de relacionarse con su entorno laboral y social. Se
constituyen a partir de la personalidad del individuo.

A su vez, las competencias pueden agruparse en:

• Competencias genéricas: son las que permiten a la organización llevar adelante los
procesos centrales, claves, sustantivos, más relevantes, aquellos que la diferencian
de otras organizaciones y les permiten tener éxito. Todos los miembros de la
organización deben poseer estas competencias.

• Competencias específicas: nos permiten identificar cuáles son los atributos


distintivos que debe tener el ocupante de un puesto de trabajo. En general estas
competencias requieren indagar de manera profunda en las tecnologías de
operación de ese puesto.

De esta manera, cada una de las competencias nombradas anteriormente pueden


encontrase en forma genérica para todos los miembros de la organización o en forma
específica según las características del puesto o de la tarea.

Desarrollo de competencias digitales

El uso de las TIC representa un motor de cambio para los gobiernos y las administraciones
públicas, no sólo en la modificación de los elementos técnicos (tecnología, estructuras,
procesos, etc.), sino también en el cambio en los valores y comportamientos que configuran
la cultura organizativa existente (Ballart y Ramió, 2000). En este marco, es imprescindible en
el presente de las administraciones públicas la incorporación de tecnologías, la
informatización de los trámites, el uso de la web 2.0 y la gestión del conocimiento. Es decir,
fortalecer las organizaciones públicas con capacidad de gestión para que optimicen los
sistemas de información, promuevan la incorporación de las nuevas tecnologías, así como la
interoperabilidad de los sistemas asociada a una gestión integrada y coordinada en todo el
ámbito de la Provincia y sus municipios e interconectada con el nivel nacional.

Pág. N° 2
En este sentido, desde la provincia de Buenos Aires se promueve:

• Un nuevo paradigma de Estado, cada vez más inclusivo, capaz y resolutivo.

• Un Estado que se moderniza y reconoce la importancia de ser el espacio común


para la construcción e integración de proyectos.

• La recuperación, como sociedad, del valor de las instituciones.

• Incorporar y difundir el uso de las nuevas tecnologías de la información y de la


comunicación (NTIC), no como un fin en sí mismo, sino como un medio para acercar
el Estado a la ciudadanía y fortalecer sus capacidades de gestión. Simplificar un
trámite, digitalizar un servicio, transparentar la gestión o abrir espacios para la
participación ciudadana son acciones modernizadoras en la medida que se
concretan sobre la base de una visión política que abraza lo institucional y reconoce
lo propio de nuestra realidad como sociedad y como Estado.

Para lograr este Estado es indispensable disponer de perfiles laborales que desarrollen
competencias ético-institucionales, técnico-profesionales y actitudinales relacionadas con el
conocimiento y manejo de las NTIC. Es decir, perfiles que contribuyan a estructurar nuevas
estrategias de gestión orientadas a facilitar las relaciones inter-gubernamentales, la gestión
de redes y la transversalidad, la innovación pública, la participación ciudadana y las
estrategias de gobierno electrónico y gobierno abierto, entre tantas otras.

Consideraciones sobre las competencias:

• Deben ser medibles de manera objetiva y estandarizables.

• Deben situarse en un contexto determinado y con la utilización de la tecnología al


alcance de las personas.

• Estar en relación con el uso de la tecnología, no con la tecnología en sí, evitando un


modelo asociado al uso de determinadas herramientas.

• El enfoque de las competencias digitales debe ser dinámico y revisarse


regularmente, teniendo en cuenta que las tecnologías y sus usos evolucionan y se
modifican continuamente, y que con ellos surgen nuevas habilidades y
competencias.

• Es importante reconocer heterogeneidad de situaciones: trabajadores con una


diversidad de experiencias en el uso de la computadora que van desde los que no
conocen su funcionamiento, hasta los que pueden hacer uso de programas de
ofimática, tales como procesadores de texto, planilla de calculo, base de datos,
presentaciones multimedias, etc, y algunos otros con conocimientos y experiencias
específicas de la disciplina informática.

Algunas definiciones

Pág. N° 3
Cobo (2010) identifica una serie de competencias vinculadas al uso de tecnologías digitales
y la gestión del conocimiento que puedan apoyar y sustentar el desempeño laboral actual,
arribando así a la definición de “e-competencias”, entendiéndolas como capacidades para
la gestión de conocimiento tácito y explícito, empoderadas por la utilización de las TIC y el
uso estratégico de la información.

Otra definición es la de competencias digitales, ligada al tratamiento de la información, que


consiste en “disponer de habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar
información, y para transformarla en conocimiento. Incorpora diferentes habilidades, que van
desde el acceso a la información hasta su transmisión en distintos soportes una vez tratada,
incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como
elemento esencial para informarse, aprender y comunicarse. El tratamiento de la
información y la competencia digital implican ser una persona autónoma, eficaz,
responsable, crítica y reflexiva al seleccionar, tratar y utilizar la información disponible,
contrastándola cuando es necesario, y respetar las normas de conducta acordadas
socialmente para regular el uso de la información y sus fuentes en los distintos soportes”.2
Esta definición, como puede observarse, implica una perspectiva más amplia, que incluye no
sólo la dimensión de las competencias técnicas, sino también las actitudinales y las éticas.

Además, los términos de “competencia digital” y de “e-competencias” van más allá de la


utilización de TIC en particular, ya que también incluyen conocimientos y actitudes
orientadas al trabajo colaborativo, la innovación y el aprendizaje constante, así como la
creación de nuevas ideas para enfrentar problemas desconocidos en diversos contextos.

Retomando a Cobo (2010), a continuación describimos el perfil de un trabajador e-


competente que propone este autor, el cual estaría constituido por cinco habilidades
fundamentales:

1) E-Conciencia: Esta habilidad cognitiva se caracteriza por la comprensión del papel que
juegan las TIC en la sociedad de la información. Está basada en el entendimiento de cómo
estos instrumentos pueden resultar perjudiciales y/o benéficos para el desarrollo de la
sociedad. Es un entendimiento incluye la habilidad para vincular los ámbitos sociales,
culturales, legales y éticos relacionados a las TIC (“ciudadanía digital”).

2) Alfabetismo Tecnológico: Este alfabetismo guarda relación con el uso de los medios
electrónicos en la vida cotidiana de las personas. Está representado por la habilidad de
interactuar tanto con hardware y software así como con aplicaciones vinculadas con la
productividad, la comunicación o la gestión. Este alfabetismo incluye el uso estratégico de
Internet y otras vías electrónicas de comunicación. Las tecnologías incluidas en esta
competencia evolucionan de acuerdo a la transformación de las TIC.

3) Alfabetismo Mediático: Esta habilidad incluye el entendimiento de cómo funcionan los


medios, cómo evolucionan hacia nuevos formatos, sus plataformas y modos de interacción.

4) Alfabetismo Informacional: Es la habilidad de comprender, evaluar e interpretar


información proveniente de diferentes fuentes. Significa leer con significado, entender

2
Instituto de Tecnologías Educativas Departamento de Proyectos Europeos (2011: 2). Competencia
Digital, Ministerio de Educación, Gobierno de España. Accesible en
http://recursostic.educacion.es/blogs/europa

Pág. N° 4
críticamente y al mismo tiempo ser capaz de analizar, ponderar, conectar e integrar
diferentes informaciones, datos y conocimientos. Requiere la capacidad de hacer juicios
informados en relación a aquello que se encuentra dentro o fuera de Internet. Incluye la
capacidad de evaluar el grado de confiabilidad y calidad de la fuente, determinando cómo y
cuando la información es apropiada para una determinada audiencia o contexto.

5) Alfabetismo Digital: Es la capacidad para generar nuevo conocimiento apoyado en el


uso estratégico de las TIC. Los principales aspectos vinculados con la alfabetización digital
combinan la habilidad para conseguir información relevante (dimensión instrumental), así
como producir y administrar nuevo conocimiento (dimensión estratégica). Estar alfabetizado
digitalmente implica utilizar las TIC para acceder, almacenar, organizar, integrar, y compartir
información y conocimiento en múltiples formatos.

Como se puede observar estas habilidades planteadas por el autor integran las áreas de
competencias definidas previamente, es decir, no es suficiente tener conocimiento sobre
tecnologías, sino también poder aplicarlas en las situaciones y momentos oportunos,
comprendiendo el contexto y actuando con la ética e integridad que requiere la función
pública.

Por otro lado encontramos en la administración pública -en tanto conjunto de actividades
ajustadas a un ordenamiento jurídico determinado, organizadas en el Estado con el fin de
ejecutar las tareas y acciones que atienden el interés común-, diversos organismos con
objetivos cabalmente diferentes entre sí. Con lo cual, si bien se pueden definir algunas
competencias genéricas, se evidencia también la necesidad de identificar competencias
específicas para cada puesto de trabajo. Como bien plantea Le Boterf (1993) las
competencias están siempre en función del contexto profesional en que se ejercen, se trata
de situaciones de trabajo concretas.

Competencias adaptadas al contexto laboral de la administración pública

Para el desarrollo de este apartado nos centramos en las competencias de alfabetismo


informacional y digital, que a nuestro entender integran la e-conciencia, el alfabetismo
tecnológico y mediático que propone Cobo, y son:

- Competencias actitudinales y técnicas:

1) Actitud proactiva en la búsqueda de información y capacidad para obtener


información, en función de su puesto de trabajo, relevante para la organización
pública. Requiere de la e-conciencia, es decir, la comprensión del papel que juegan
las TIC en la sociedad de la información.

2) Búsqueda estratégica de información. En este punto retomamos la concepción de


Alfabetismo Mediático, que apunta al entendimiento de cómo funcionan los medios
en sus diferentes formatos.

Incluye la capacidad para comparar y evaluar la información obtenida de diversas


fuentes y seleccionar la más relevante. Además considera si el trabajador es capaz
de administrar diferentes fuentes de información generando sinergias en el proceso.

Pág. N° 5
3) Capacidad para gestionar y relacionar la información relevante para la organización e
integrarla con la cotidianeidad laboral.

Capacidad para: dar forma a la información, interpretarla, comentarla, agruparla y


contextualizarla y combinar diversos formatos digitales sencillos para facilitar la
comprensión de la información (incluye el alfabetismo tecnológico)

4) Capacidad para apropiar la información en conocimiento útil para el cumplimiento de


su función en la organización. El trabajador requiere de habilidades y una actitud
proactiva hacia la búsqueda de información, favoreciendo un trabajo ordenado y
sistematizado de utilidad para generar nuevo conocimiento.

Es capaz de analizar las experiencias adquiridas e incorporarlas en la organización.

5) Capacidad para presentar la información, compartir el conocimiento generado y


enriquecerlo con el aporte de otros.

Actitud de trabajo en equipo, elaboración colectiva de conocimiento en tareas y


proyectos.

También incluye la capacidad y disposición al trabajo en red y la habilidad para


establecer estrategias y gestionar la cooperación en entornos virtuales.

Por último se considera si el trabajador promueve, gestiona y dinamiza comunidades


y redes de conocimiento para alcanzar los objetivos.

- Competencias técnico-profesionales: se refiere a los conocimientos teóricos y/o


prácticos, habilidades y destrezas, adquiridos por formación profesional y/o la experiencia
laboral, referidos al desempeño de las siguientes actividades:

Confección de documentos (informes, notas, memos, etc).

Elaboración y gestión de: bases de datos, planillas de cálculo, correo electrónico


institucional / listado de contactos (mailing), sistema de información geográfica,
presentaciones multimedias.

Organización de agendas institucionales.

Producción de información estadística e instrumentos de relevamiento de


información (ejemplo encuestas o formularios).

Diseño y/o presentación de páginas web.

Diseño gráfico.

Elaboración y gestión de proyectos.

Búsqueda de información en Internet.

Búsqueda u operación en sistemas de gestión interna (expedientes, compras).

Diseño de flujogramas, organigramas, etc.

Programación.

Pág. N° 6
Elaboración y seguimiento de proyectos.

Trabajo colaborativo o en grupo /intranet

- Competencias ético-institucionales:

Comprende las prácticas sociales de internet en general y de las redes sociales en


particular, resguardando los diferentes ámbitos de propiedad de los contenidos digitales.
Respeta el grado de privacidad y de seguridad de los datos personales y de la información
en internet.

Es capaz de preservar una correcta identidad digital propia y de su organización/institución


en consonancia con las competencias de la misma, siendo reconocidos como referentes en
el mundo digital.

Por lo cual se pueden definir algunas competencias ético-institucionales:

Valoración del rol del Estado en materia de desarrollo e inclusión social.

Conocimiento y valoración de la misión del organismo y de su estrategia digital para


el cumplimiento de la misma.

Compromiso ético en el uso de los contenidos digitales.

Capacidad para manejar información con confidencialidad y respeto.

Reflexiones finales

El agente público no puede estar fuera de esta realidad que se impone, por lo cual para
concluir podemos realizar una síntesis superadora integrando y alineando estos conceptos
con la organización de competencias propuesta por el Estado provincial.

Es indispensable contar con competencias digitales en el nuevo contexto laboral en el que


se desarrollan las administraciones públicas.

Ahora bien, ¿podemos definir una serie de competencias digitales comunes a todos los
empleados públicos?

Es necesario identificar y definir los perfiles de competencias para cada organización y para
cada puesto, definiendo -en relación a cada conocimiento tecnológico y de gestión del
conocimiento- las tres áreas de competencias (ético-institucional, técnico-profesional y
actitudinal) por organismo y en el caso de puestos muy técnicos para cada puesto.

Bibliografía

Ramirez-Alujas, Alvaro (2011). “El rol del Administrador Público en Chile: ¿Vale la pena vivir
para este oficio? Una reflexión abierta sobre los desafíos que enfrenta la formación
profesional universitaria de cara al siglo XXI”. Revista Chilena de Administración Pública

Pág. N° 7
Alles, Martha (2009): Diccionario de Competencias (la trilogía, tomo 1). Buenos Aires,
Editorial Granica.

Ballart, Xavier y Ramio, C. (2000). “Ciencia de la Administración”, Valencia, Tirant lo Blanch.

Cobo Romani, Cristobal (2010). “Cultura digital y nuevos perfiles profesionales: desafíos
regionales”,@tic. Revista d’innovació educativa No 5, pp-1-7
http://ojs.uv.es/index.php/attic/article/view/187 (Fecha de consulta: 1/06/12)

Consejo Federal de la Función Pública (2006). “Documento comisión de empleo público y


carrera” en Documentos aprobados. Secretaria de la Gestión Pública, Jefatura de Gabinete
de Ministros.

INAP (2002): “Competencias laborales en la Administración Pública”, en Serie para la


Mejora Continua en las Organizaciones Públicas. Buenos Aires, Setiembre.

Instituto de Tecnologías Educativas Departamento de Proyectos Europeos (2011).


Competencia Digital, Ministerio de Educación, Gobierno de España. Accesible en
http://recursostic.educacion.es/blogs/europa (Fecha de consulta: 1/06/12)

Le Boterf, Guy (1993). Cómo gestionar la calidad de la formación, Ediciones Gestión 2000,
Barcelona.

Subsecretaria de Gestión Pública (2007), Guía orientadora para la cobertura de cargos y


funciones mediante procesos de selección de personal en la Administración Pública
Provincial. Aprobada por Resolución N° 08/07 de la SSGP. Provincia de Buenos Aires,
Mayo.

Pág. N° 8

S-ar putea să vă placă și