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Cortés Leopoldo • I Polo Jos(-' Toribio ' wj
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Fuentes Hildebrando g Bi ina Baldomcro
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Izcne José Augusto de ,r * Villnrreal Federico
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La Puente Ignacio 3y Whilar Agustín T.
* * EL ATENEO * *
ÓRGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. I plata
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el extranjero redirán Ion mirtinos precios con sólo el recargo postal
' a-
2 EL ATKNKO
primeros fijando, por decirlo así, en términos concretos la
filosofía de la educación en las leyes sobre la materia. A los
jefes de la administración pública corresponde aplicar el princi
pio de adaptación, y á los inmediatamante encargados de la
enseñanza el de selección personal en los educandos.
Esta distribución demuestra por sí sola la gran importan
cia, la importancia superior que tiene la misión del que dirige
la enseñanza pública como administrador de sus variados me
dios. Esa misión pertenece, en primer lugar, al Jefe del Estado,
en seguida al Ministro del Ramo, y en tercero al hombre espe
cialmente encargado de estudiar las necesidades propias de esa
institución nacional, de secundar las miras del Poder Ejecutivo
y llevar á feliz término Mis ideas, auxiliado por diversas autori
dades, por todas las autoridades de la República, puede decirse.
Es en esa dirección en donde se concentra el interés que
ella merece. El Jefe del Estado, por grande que pueda ser su
competencia en esta materia, no puede consagrarle toda su ac
tividad, ni atenderla en todos sus detalles. Necesita descansar
en la labor del Ministro. Pero los Ministros, aquí como en
todas partes, son víctimas de las agitaciones políticas, que em
bargan su atención é imprimen ese carácter de instabilidad pre
dominante en los gobiernos republicanos más ó menos parla
mentarios. Por otra parte, la acumulación en el mismo Despa
cho de las atribuciones políticas relativas á los ramos de justicia
y de culto, que se consideran generalmente de mayor valor,
perjudica al ramo de instrucción, que necesitaría de Ministros
pedagogistas, muy raros, aun en los países más cultos. Nues
tros ministros de instrucción, casi siempre abogados. con la
experiencia exclusiva de su profesión, y expuestos á cada mo
mento á los cambios bruscos de nuestra política revolucionaria,
no pueden tener, no tienen ni el bagage de una ilustración pe
dagógica, ni el interés para formarla durante su permanencia en
el Ministerio.
El Consejo Superior de Instrución Pública, compuesto en
casi su totalidad de hombres en las mismas condiciones que las
nuestras, más estables, es cierto, pero menos interesados en la
administración de este ramo, tiene todos los inconvenientes de
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4* ,' EL ATENEO
entre todas las categorías pedagógicas, y ese principio dejaría
de ser práctico si la instrucción primaria, media y superior
siguiesen viviendo, como hasta ahora, sin un centro que tienda
á unificar sus fines, protegiendo la reciprocidad de sus influen
cias benéficas.
Con una legislación sencilla, de líneas muy generales, y
dada la composición política de nuestros gobiernos, no es posi
ble organizar convenientemente una Dirección técnica y admi
nistrativa sin acordarle ese grado de autoridad, esa amplitud de
funciones, y además una gran libertad de acción. Encadenada
esta por una reglamentación estrec ha, tiene que volverse ineficaz
necesariamente; porque esa reglamentación será puramente
teórica, y por muy previsora que pretenda ser, tiene que estre
llarse ante la variedad incalculable de nuestro medio natural y
social, y la carencia de formas habituales que determinen su cri
terio acertado. Ya hemos hablado de esa libertad necesaria en
la época de organización en la cual se encuentra este ramo de la
administración pública, época de estudios y de experiencias, en
que la amplitud de los detalles y la carencia de antecedentes
no permite afirmar nada sobre el éxito de los efectos de una
reforma.
Pero no bastan estas consideraciones para que la autoridad
del Director sea tan prestigiosa como necesita ser para su ma
yor eficacia. Se requiere, además, que cuente con la confianza
absoluta del Jefe del Estado y de su Ministro, y con el apoyo
decidido de ambos durante su labor de reformas. Sin ese apo
yo, sin la garantía de un porvenir asegurado, es muy difícil
que la Dirección haga de su libertad todo el provechoso ejercicio
que puede hacer de ella, ni que acometa obras de aliento, de
aquellas para las cuales se consagra una prolongada, asídua y
enérgica atención. Para luchar con todo el esfuerzo de la vo
luntad, no bastan el entusiasmo por un ideal, y una naturaleza
dispuesta para vencer resistencias; casi siempre esas virtudes se
asocian á la garantía de la estabilidad, á la conciencia de una
defensa permanente, fundada en un sentimiento de estricta jus
ticia y en un concepto claro de la bondad de lo que se defiende.
Cuando los empleos carecen de un título que represente esa
'
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN
garantía, no pueden ser bien servidos sino con ese apoyo oficial
que reemplaza al título con ventaja. Sin el uno, ni el otro, la
Dirección continuaría siendo, como es hoy, una rueda que se
mueve en el vacío.
La primera y más urgente labor de una acertada dirección
sería estudiar, conocer la realidad de la vida escolar de toda la
República, tarea muy fácil, á primera vista, pero difícil, muy
difícil, entre nosotros, en donde todos conspiran para ocultarla,
' para disfrazarla con mentirosas y hasta con halagüeñas formas,
aun aquellos mismos que predican la verdad como ejemplo de
moral, y hacen de ella una profesión educadora. La debilidad
de nuestro carácter y un sentimiento de muy mal entendida
filantropía, han hecho, al fin, de la mentira una necesidad; y
si no tiene ella todavía la fuerza imperativa del deber moral,
tiene al menos la suficiente para proteger el abuso tradicional,
«pie ha llegado á extender aquí ramificaciones profundas que
envuelven los órganos sanos de la vida normal participando en
cierto modo de su rol esencial en la economía de esa vida. Esto
hace excepcionalmcnte difícil la obra de conocer y estudiar la
realidad, y da también una excepcional importancia á la misión
de los inspectores, encargados de informar á la Dirección Gene
ral sobre los hechos que se realizan en el mundo pedagógico, y de
esparcir en el seno de éste las ideas y enseñanzas de la Di
rección.
Para salvar esa dificultad, ó para cortarla hasta donde es
posible, existen dos medios: la designación de inspectores entre
lo más selecto del personal disponible en el país, ó el empleo de
hombres educados especialmente para esa función en sociedades
mejor constituídas (pie la nuestra, Pero los primeros carecerían
de la preparación de los segundos, y estos no se adaptarían á
nuestro medio tan fácilmente como los primeros. El ideal, á
este respecto, sería educar, formar aquí, con nuestros mejores
elementos, hombres ilustrados en la labor pedagógica, con un
carácter adecuado á las necesidades de esa labor y con la inde
pendencia que dan esa educación y las garantías eficaces de la
estabilidad y el progreso en el orden económico. Pero ese ideal
es irrealizable mientras no tengamos maestros y profesores capa
(i EL ATENEO
ees de merecer la honrosa y delicada posición de inspectores;
mientras las penurias del Fisco no permitan la suficiente y per
petua remuneración de sus grandes servicios; mientras no se
acometa la reforma fundamental en la enseñanza con la crea
ción de escuelas normales.
Sin verdadero» maestros, sin verdaderos profesores, toda
reforma tiene un carácter provisional y transitorio. ¿De qué
servirán una legislación adecuada, que señale nuevos y más
convenientes rumbos á la educación nacional, una dirección
competente, que se inspire en esa legislación, y una inspección
eficaz que secunde las miras de la Dirección, revelando lo que
somos y enseñando lo que debemos ser, si todas estas influencias
se ejercitan sobre la masa inerte de maestros y profesores, que
repiten lo que aprendieron, y que no quieren ó no pueden salir
dela rutina por indolencia ó ignorancia, ó por ambas cosas al
mismo tiempo? De nada, casi de nada servirán esas influen
cias si, para hacerlas fructíferas, no se cuenta con un personal
de directores y maestros capaces de comprender lo que significa
la educación del hombre, de aplicar los recursos ofrecidos por la
ciencia y la experiencia contemporáneas para obtener una edu
cación apropiada, y de practicar en los educandos la selección
de aptitudes que favorece las distintas vocaciones, impide el ex
travío del criterio juvenil en la elección de su destino, y asegura
así, con el orden en el desarrollo de las fuerzas morales, la armo
nía, la reunión de las fuerzas semejantes y su acción poderosa
en el progreso nacional.
Esto basta para calcular el grado de importancia y el carác
ter urgente que tienen en la reorganización de nuestra enseñan
za los establecimientos dedicados á la formación de maestros y
profesores. Pero no basta para conocer los errores y abusos
que han hecho de la enseñanza normal, en algunas repúblicas
sudamericanas, una institución extraña á su objeto, destinada á
favorecer la ineptitud, ó encaminada á preparar alumnos para
carreras distintas del profesorado, ó á satisfacer, con títulos fácil
mente adquiridos, la vanidad de institutrices ó profesoras pura
mente teóricas, llenas de ideas inútiles, ó con la utilidad que tie
nen las joyas.
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN 7
Nuestra legislación debe recoger esas experiencias para sa
tisfacer esta imperiosa y primera necesidad de la enseñanza nor
mal, de modo que ella produzca maestros, profesores y directores;
pero que solo sean maestros, profesores, y directores, y no puedan
ser otra cosa al terminar su educación profesional. Esto se
conseguirá especializando hasta donde sea posible las escuelas
normales, separando de su enseñanza cuanto tenga carácter
preparatorio para otras profesiones. Debe hacerse con estos es
tablecimientos lo que con las escuelas de artes y oficios: impe
dir que el artesano pueda pretender convertirse en ingeniero,
mediante una instrucción superior y más amplia de la que debe
recibir.
Con verdaderos maestros, la inspección será eficaz hasta
donde debe serlo, la dirección llenará su fin, la legislación se
adaptará á las necesidades nacionales, la educación adquirirá
las formas que convienen á su progreso, y tras algún tiempo de
esfuerzos reunidos, sostenidos y tenaces, podrán las generacio
nes nuevas adquirir nuevas ideas, perseguir fines prácticos por
caminos accesibles, y entrar de lleno en la vía del progreso efec
tivo modificando la estructura de nuestro organismo social.
#
* *
más los bienes que el país puede reportar de esa misión educa
dora, confiada á las facultades madres, fundamentos de la ense
ñanza universitaria.
La supresión de la Universidad del Guzeo responde á su
inutilidad. Nadie sostendrá de buena fe que sea necesario con
servarla, existiendo otra en Arequipa en mejores condiciones de
progreso.
No se consideran en la Universidad de Arequipa más que
las facultades de ciencias y de filosofía y letras; porque esa ciu
dad recibe mayores males que bienes con las otras facultades.
Arequipa es una ciudad que por su posición geográfica y el ca
rácter de sus habitantes está llamada á tener una gran impor- .
tancia comercial y manufacturera. El brillo de la carrera del
foro; las facilidades ofrecidas para obtener el título de abogado;
la influencia política que han tenido algunos abogados arequi-
peños; la propaganda fanática mantenida por el clero de esa
ciudad en su exclusivo provecho, y el éxito feliz de las revolu
ciones germinadas allí, han desviado la corriente de la actividad
local, empujándola hacia el foro y la política, los conventos,
los cuarteles y los empleos públicos. Combatidas esas intíueu-
cias y fomentadas las profesiones comerciales 6 industriales, la
energía del carácter arequipeño, la vivacidad de su inteligencia
obrarán verdaderos prodigios en esa vía práctica, haciendo de
Arequipa, y por su grandeza, lo que no han hecho hasta ahora,
lo que no harán abogados influyentes, frailes fanáticos, genera
les valerosos ó funcionarios felices salidos de su seno. Un cam
bio radical en el sentido de la actividad social imprimirá al
fin un cambio notable en la fisonomía moral de ese pueblo ex
plotado por sus caudillos.
La Universidad de Arequipa continuará siendo ortodoja y
conservadora seguramente; pero eso no será un mal si en oposi
ción á esa corriente de ideas se levanta, en Trujillo, por ejemplo,
una universidad con ideas opuestas, y la de Lima llega á conci
liar esa oposición con sus enseñanzas de tolerancia. Quizás si
eso sería un bien; porque echaría las bases de partidos políticos
con cierto grado de solidez en sus adherentes, y las evoluciones
futuras dejarían de ser el fruto de combinaciones más ó menos
estrechas del egoismo personal.
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN
No se ha considerado la Facultad de Teología en la Univer
sidad de Lima, porque de hecho esa facultad está separada de
las demás, y porque á medida que la ciencia recupere en la en
señanza universitaria la autonomía que tieue ó debe tener en
toda universidad, esa separación será más profunda. Al no
considerarla, por consiguiente, en la composición propuesta, no
se hace más que consignar un hecho necesario.
La Facultad de Ciencias Políticas y Administrativas no tie
ne razón científica de existir como facultad independiente de las
de Filosofía y Jurisprudencia, con cuyos materiales se ha for
mado para satisfaser una necesidad que la Facultad de Filosofía
y Ciencias Sociales puede llenar con ventaja, mucho más si se
la organiza como la de Ginebra, agregándole cursos de Derecho
Natural, Derecho Constitucional y Legislación Comparada.
Refundida en las facultades de Filosofía y Jurisprudencia, dará
á estas mayor importancia, sin dejar vacío en la enseñanza, y
sus cursos serán más frecuentados que ahora por los nuevos ob
jetos á que deben dirigirse.
Pero una organización como la propuesta en las anteriores
líneas, ó cualquiera otra más adecuada á nuestras condiciones
actuales y á las necesidades de nuestro porvenir, no producirá
beneficios prácticos en el desarrollo del espíritu nacional si no la
preside la unidad de un pensamiento director, si no la secunda
una estrecha solidaridad entre todos los órganos de la enseñan
za. y si directores, profesores y maestros no prestan todo el con
curso de su buena voluntad para destruir la rutina existente y
dar á la instrucción un giro diferente del que sigue hace tan
tos años.
A este fin contribuirá poderosamente una reforma radical
en la comprobación de la suficiencia de los educandos.
Toda la enseñanza actual, se ha dicho antes, no se dirige á
otro fin que á preparar á los alumnos para los exámenes anua
les, ya sea con el objeto de fascinar al público mal educado, ex
hibiéndole formas brillantes que desea, que espera y con las que
se dá por satisfecho, aun cuando esas formas contengan ideas las
más superficiales, ya sea para atrapar, por cualquier medio, un
título que dé entrada en el movimiento social y permita la parti
cipación de los provechos que ofrece. Salir bien en el examen,
24 EL ATfiNKO
(Continuará.)
Boeeíog del Mo XMI
( CTTAKTO BOCETO )
'
t
30 EL ATENEO
—La única esperanza que teníamos de conservar á Voltaire
en Francia consistía en que .al rey de Prusia no le halagaba la
idea de que fuese á Berlín ó á Postdam esa respetable madama
Denis, sobrina del autor de La Pucelle, cuya fealdad tiene ya
fama europea. Voltaire, que la estima como á un ama de lla
ves modelo, no quiere separarse de ella. A fin de obligarle á
que lo haga, Federico consiente en dar mil luises para los gastos
de viaje de nuestro insigne compatriota, pero se resiste á entre
gar otros mil para la decorosa traslacion de la tal sobrina. El
primero de nuestros escritores, que á despecho de la nobleza de
su carácter suele ser voluntarioso y terco, se siente herido en su
amor propio por esa actitud del monarca prusiano, y aunque
sus recursos de millonario y su habitual desprendimiento den
colorido cómico al mal humor que por dicha razón manifiesta,
ha declarado que no saldrá de Francia sin llevarse consigo á la
hacendosa madama Denis.
—Con (pie, por lo visto, si el rey de Prusia no cede
—¿Cree usted que el viaje se quedará en proyecto? Así lo
he pensado yo, sin contar con que Federico es mucho hombre.
Sepa usted que ese escéptico soberano, comentador de Maqpia-
velo, tiene más terquedad ingénita que Voltaire, y se ha pro
puesto, por una parte, que éste vaya solo á Berlín, y por otra
no remitirle ni un sueldo más de los consabidos mil luises.
—¡ Hum ! Lo primero me parece difícil.
—Es que ha ideado con tal fin una diabólica estratagema.
Usted conoce á d'Arnaud, ese joven poete á quien Voltaire ha
socorrido en más de una ocasión con su acostumbrada generosi
dad. Pues bien, Federico se ha dicho Pero no, es mejor
que juzgue usted personalmente acerca del éxito del ardid ger
mánico. El domicilio de Voltaire está próximo. Vamos á vi
sitar á nuestro susceptible grande hombre.
Y diciendo esto, golpeó familiarmente Thiriotcon la diestra
el hombro izquierdo de su interlocutor, y ambos se dirigieron
apresuradamente al departamento de garlon que ocupaba en
París el émulo famoso de Corneille y de Racine.
Voltaire trabajaba sentado en su lecho cuando Thiriot y
Marmontel entraron en aquel lujoso dormitorio donde solían
BOCETOS DEL SIGLO XVIII 31
rendir homenaje de admiración al primer génio literario de
Francia las más encumbradas personalidades del país y dei
extrangero.
El dramaturgotde Zulima y de Nomine tenía entonces cin
cuenta y seis años. Los achaques propios de una organización
delicada, excepcionalmente impresionable, no habían logrado
afectar todavía, ni su maravillosa constancia para el estudio, ni
la vivacidad que le era característica.
—Acabo de recibir—dijo á los dos amigos—una carta del
rey de Prusia. Expresa en ella que no le desagradaría que
madama Denis me acompañara en el viaje á Berlín, pero que
no exige tal cosa. ¡ Qué tacañería tan vergonzosa en un monar
ca ! Guarda el oro en toneles, y no quiere pagar con la mise
rable suma de mil luises el placer de saludar en Berlín á madama
Denis. ¡ Y tendrá, tendrá que hacerlo, ó renunciaré al proyectado
viaje ! Pero hablemos de París. ¿ Qué noticias me da el amigo
Marmontel?
—Ninguna traigo de verdadero interés. En cambio el ex
celente Thiriot
—Sepamos, sepamos: ¿ Con que usted, Thiriot, puede ob
sequiarme alguna nueva cuya importancia
'—No le será posible desconocer, amigo mío— articuló con
sonrisa irónica y gangueo de capuchino el interrogado.
—¡ Oh ! Ese aire
—Es el que conviene para avisarle á usted que Arnaud
Baculard, el paupérrimo poeta á quien ha sacado más de una vez
de ahogos monetarios, llegó hace pocos días á Postdam, donde
el rey de Prusia lo ha recibido con los brazos abiertos.
—¡ Con los brazos abiertos !
—Y que Arnaud le ha dirigido una epístola en verso
—¿ Llena de ripios y de hinchazones ?
— Nada de eso. Muy bella en su fondo, y muy bien escri
ta, tanto que el rey le contestó con otra en francés correcto.
—¡ Bah, bah ! ¡ El rey de Prusia una epístola á d' Arnaud !
Se han burlado, se han burlado de usted al decirle tal cosa,
inocente y crédulo Thiriot.
i
32 EL ATENEO
—Tal vez me han hecho objeto de una chanza —replicó el
apostrofado—pero traigo en el bolsillo ambas epístolas.
—Démelas, démelas usted pronto: quiero leer sin tardanza
esas dos obras maestras.
Voltaire [recorrió apresuradamente con la vista la epístola
de Amaud, y muy luego se dibujó en sus labios una sonrisa
despreciativa.
—¡ Qué insulsez ! ¿ Qué vulgaridad ! ¡ Qué bajeza !— dijo
al terminar su lectura.
Leyó después la del rey en silencio, y con aire de compa
sión, hasta que se detuvo en aquellos versos que decían:
(*) Histórico.
\
MilthiiifhiíilthiiiffimrrfTnntmirr^
©OO^ G 0 O ©'© O O O© O OO © Q00QO©OOQ OGOGQOOOOOOO ©O O O OO G ©
EL FRACASO DE LA VACUNA
LA VACUNA
LA VACUNA OBLIGATORIA
LA VIRUELA
42 EL ATENEO
«El doctor Loarte alega, en su informe, que á él no le afecta
responsabilidad alguna, por cuanto la linfa empleada ha sido
la famosa glicerolada de último sistema
« Bueno está defender la profesión, termina el señor Hels-
by; pero la vida de nuestros semejantes, es cosa muy sagrada.»
Esto no necesita comentarios, y cada cual puede, pues, con
entera libertad, juzgar esas razones del autor, según se lo permita
su criterio.
« Antes de concluir, dice, por fin, el señor Helsby (pág.
176), me permitiré llamarla atención hacia uno de los últimos
descubrimientos de la microbiologia y que se relaciona con la
naturaleza y funciones del corpúsculo Manco en la sangre, punto
que durante largos años había tenido perplejo al mundo cientí
fico. Parece, 6egún una reciente publicación de M. Duclaux
—sucesor de M. Pasteur— que este corpúsculo blanco no es
otra cosa que un organismo vivo, que cumple el primer manda
miento creciendo y multiplicándose dentro de la sangre sana y
que su misión consiste en devorar todos los microbios que se intro
duzcan al organismo (incluso el de hivacu.nn, se entiende.)
«Siendo esto así ¿dónde queda entonces la teoría de nece
sitarse un microbio especial dentro de la sangre, para defender el
organismo contra tal ó cual contagio específico? El cuerpo sa
no posee, pues, el medio de defenderse contra todos los micro
bios diversos!
« Así ha venido la misma microbiología, á completar el
círculo ó espiral de su evolución y á correjirse de las fantásticas
aberraciones sufridas durante el ancho órbito de sus crudos é
incompletos conocimientos.
« Vuelva, pues, el clásico ideal de la salud: meas sana in
corpore sano.
« NO QUEREMOS CONTAJIOS ESTRAÑOS.»
Entre las numerosas citas que exhibe el señor Helsby, se
encuentran, en fin, al pié de cortas sentencias y pensamientos no-
tables,los nombres de Farr, Sohweninger, Humboldt, Garth,
Wilkinson, Creighton, Bohm, Kranighket n.
Hé aqui, á continuación, lo que los cuatro últimos piensan
de la vacuna:
EL FRACASO DE LA VACUNA 4:;
i Yo pensaba, en un tiempo, que la cuestión vacuna no era
de gran importancia.
« He tenido, sin embargo, que convencerme de que ella re
viste una gravedad imponderable. La vacuna ataca y destruye
la integridad sanitaria de nuestras generaciones, último recurso y
esperanza de naciones». — Carth Wilkinson.
(t Es difícil concebir cuál será la escusa alegada en defensa
de todo un siglo de contaminar al género humano con el tal
cowpox La vacuna se difiere de otros errores de la profe
sión, en lo de haber sido mantenida, como ley de la nación, ba
jo garantía de la autoridad médica. Por este motivo, el golpe
al prestigio de la profesión tendrá que ser muy terrible; y, por
esto, los esfuerzos hechos por barajar dicho golpe, han sido y
continúan siendo tan injeniosos. ' — Creighton.
''También yo he vacunado á mis catorce hijos, en un
tiempo en que no sabía cuán perjudicial es esta práctica: hoy
día me resistiría á las autoridades yá las ordenanzas policiales.»
—Kranichkld.
' • Xi la pólvora, ni el plomo, ni la lanza, ni el sable, han des
truido tantas vidas, como la lanceta del médico vacunador." —
BoHM.
Mario Centore.
* *
* *
48 EL ATENEO
en el que otra? flores han crecido en la mañana siguiente, para
caer arrastradas por el viento en la misma tarde, y dice:
—Ya no está aquí la bella flor de la mañana?
Pues así fué el fin de Artemisa, candida flor, suave rosa
de ese solitario pueblo de las alturas.
» *
HlLDEBRANDO FUENTES.
7
BATALLA DE JUNIN
Helos aquí:
El Virrey la Serna al General en Jefe del Ejército del Norte. —
Mi estimado amigo Canterac: Considero á U. sumamente incó
modo con la y cobardía de la caballería, que á la
verdad merecía se hiciese con ella un ejemplar; pero tengamos
paciencia y vamos á ver si podemos remediar el gran mal que
nos ha causado.
De oficio manifiesto á U. cuanto creo conveniente por
ahora; y así debe U. arreglarse á las circunstancias, que no son
otras, sino no comprometer y si procurar ir conteniendo á los
enemigos para dar tiempo á que llegue Valdés: como digo á U.
de oficio, hago ya marchando hacia Puno la mayor parte de las
fuerzas que llevó; así, no se fíe U. de palabras de ardor, pues
repito que en nuestra actual situacion necesitamos obrar con
mucha circunspección para poder batir á Bolívar, que más ha
ce con la intriga que con las armas. En este supuesto, demos
tiempo al tiempo, que aunque se apodere del Valle, puede que
consigamos batirlo luego que se reuna Valdés.
Compadezco á U., pues veo que lo ha comprometido la
caballería; en cuya arma debíamos tener alguna confianza.
Creo, como digo á U. de oficio, que lo mejor, por ahora, es si
tuarse en Andahuaylas, pues nada se adelanta con ir á abrazar
á U. éste su siempre afectísimo amigo q. s. m. b. —Pincos, 13
de agosto de 1824.
P. D. A más que considero que parque y todo lo emba
razoso debe reunirse en Andahuaylas y situarme yo allí, no
me hallo en el día en disposición de emprender una campaña;
y en fin, que tampoco lo hallo decoroso para U. Mi amigo,
vamos á ver lo que puede hacer cada uno en su destino.
Carlos A. Romero.
EL TRIUNFO DE LA GLORIA
CANTO A BOLOCNESI
La fragorosa y rápida
corriente de la vida,
devastará la cúspide
de la montaña erguida,
como el terral los pétalos
marchita en el vergel.
Todo caerá al insólito
choque encontrado y rudo,
y ni aun el Tiempo incólume
con su infrangible escudo,
podrá salvar las épocas
que pasan en tropel.
i
Como la antigua Nínive,
prez del Asirio Imperio,
yace entre rotos mármoles,
cubierta de misterio,
callada ante el asiático
murmullo universal;
sin que la planta alígera
del pertinaz viandante,
huelle el derruido pórtico,
ni el musgo exuberante,
agreste, inmóvil túnica
de ese antro funeral;
La refulgente bóveda,
por su inflamado seno
miró pasar relámpagos,
sintió el fragor del trueno,
y en ondulantes ráfagas
el éter rebullir.
Diríase que Júpiter
con gritos furibundos,
rugía ante los férvidos
titanes iracundos,
con invencible cólera
sus rayos al blandir.
Bronco rumor metálico
la playa ensordecía,
mayor que el golpe undísono
de la ola que moría
rasgando su alba clámide
la orilla al transponer.
Y envuelto en brumas ígneas
sobre un corcel brioso,
veíase al magnánimo,
anciano generoso
con inmortales lágrimas
su acero humedecer.
Al proceloso Atlántico,
por virginales zonas,
llevó cón estentóreo
clamor el Amazonas
la nueva sobre láminas
fugaces de cristal.
Y, al sordft hervir volcánico •
de la ardua cordillera,
los Andes, con gran júbilo
rompieron su cimera,
llegando hasta el empíreo
su hosanna colosal.
TTTS CABELLOG.
«'ere pvpiiAS-
TO" FEE1TTE.
TVS LABIOS.
Alberto Salomón.
Lima.
# %zai?o TBaeional *^ $
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VENDIMIARIO
DRAMA EN THF.S ACTOS Y EN PROSA
Po« JOSE SANTOS CHOCANO
PEESOKAJES
Don Juan — Don Lorenzo — Antonio — Felipe — Pedro — Doña Antonia
Magdalena — Inés — Margarita
ACTO II
LA MISMA DECORACION DEL ACTO PRIMERO
ESCENA I
Margarita y Pedro
Al levantarse el telón, aparecen bajo el emparrado ante tina délas
mesas, escogiendo y limpiando racimos de uvas dentro de un ancho cesto.
ESCENA II
ESCENA III
Pedro y Antonia
ESCENA IV
D? Antonia y D. Juan
ESCENA V
ESCENA VI
Don Juan
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
ESCENA X
D. Lorenzo y Magdalena
ESCENA XI
Magdalena y D? Antonia
VENDIMIARIO 81
D? Ant. —De él te venía á hablar. ¿ Verdad que lo perdonarás ?
Magd. — Pues ya lo creo ! Si no necesitaba mi perdón.
Ant.—»(Ni se resiste ..es extraño !) ¡ Que buena eres!
Magd. —Ud. D? Antonia sabe mejor que yo que no lo nece
sitaba
D? Ant. —¿Cómo? (Aquí hay algo)... ¿ Xo necesitaba '? Pues
entonces
Magd. — (Con risa burlona.) Y ¡ qué bien finje Ud., doña An
tonia
D» Ant.—¿Yo?
Magd. —Ud. ¡ Si lo se todo !
D? A.nt. — ( Con sorpresa. ) ¡ Todo ! !
Magd. —Ya lo creo: Juan tuvo que contármelo. ¿ Que cree Ud.
entonces queme iba á decir? Así es que no necesita
Ud. pedirme perdon para lo que Antonio tiene derecho....
D'í Ant. — (Suplicante.) Por Dios, por Dios, calla ! ¡ Que na
die lo sepa ! Yo te lo ruego, ¡ Tu eres tan buena !
( Va hacia la puerta derecha.) (¡ Ah ! el infame !)
Magd. —Callaré, D* Antonia, callaré
D? Ant. — Que no lo sepa él, que no lo sepa Antonio
Magd.— ¡ Cómo ! ¿ El ?
D? Ant. —No, no: ¡Si lo llegara á saber! ¿Comprendes?...
¡ Deshonrado !
Magd. —Es verdad: ¡ deshonrado !
D?Avr. — Y ¿por quién? Por su padre
Magd. —¿Su padre? Sí... sí... ¿Su padre había así de des
honrarlo? No... no... me callaré. ¿Conque Antonio
era hijo de... ? ¡Y no haberlo sabido antes !
m Ant.—¿Antes?
Magd. —Si: que Juan no me hubiese dicho hasta ahora que An
tonio era su hijo... (¡ Con razon: su hijo !)
D? Ant.— Calla por favor. ¡ Calla !
Magd. —Sí, sí... pero yó ¿que diré ? ¿ Que podré decir?
D? Ant. —(Ve á todos lados con picardía.) Favor por favor...
( Con ritinún. ) Felipe
Magd. — (Con miedo.) ¡Felipe!
D? Ant. —Ahí lo dejo afuera con Inesita y con Antonio. (Con
11
S2 KL ATENEO
ESCENA XII
ESCENA XIII
'
D! Antonia, Inés, Pedro y Margarita
ESCENA XIV
ESCENA XV
ESCENA XVI
Flp. — (Al foro con Antonio del brazo. Viste traje de paseo cam-
pestte. ) ¡ Si llueve, llueve !
D'? Ant. —¡ Cómo ! ¿ Con Antonio ? •
Ant. —(Con la mirada extraviada, cabellos revueltos y ropas en
86 EL ATENEO
desorden.) Pues claro ! Si te quiero preguntar una co
sa que me anda aquí, ( Golpea la frente) y que me tie
ne preocupado. Mira tú que he bebido y estoy triste
Pdr. —(Lo de siempre !) (Hace señal de beber, y retirase á la
verja. )
Flp. — Se ha empeñado
D? Ant. —Pero has hecho mal en beber así
Ant. —Por ahogar esto. (Golpéase otra vez) Y ¡nada! no se
ahoga: nada, nada
D? Ant. —¿Pues que es?
Flp. —¡ Tonterías !
Ant. —Tonterías ? Mira tú que eso de que el señor D. Juan
haya consentido Primero me dejó ir ¡ Como que
me chocó !... Y ahora, ahora ¿ por que consiente así tan
fácil? ¿Porqué? Esplícame, Antonia, tú...
D? Ant. —Nada. Que es bueno ! .
Pdr. —(¡ Este se va escamando ?...)
Ant. —¿Bueno!... ¿Y que le dijiste tú? ¿Qué te dijo él?
¿ Y que dijeron ustedes de mí ? Porque yo quiero saber
lo? ¿Entiendes? Yo debo saberlo. ¡ Díme Antonia,
díme !...
D? Ant. —Ahora nó: yo te lo diré luego, cuando estés bien ; aho
ra no, ahora vete. (¿Que pensará?) Porque Felipe
debe quedarse aquí. (^4 Felipe.) Quédate aquí ! (A
Pedro.) Llévate á Antonio: acompáñalo.
Flp. —Si: debo quedarme aquí.
Ant. —Pues, entonces
Pdr. — (Tomándolo del brazo.) Entonces, vamos! (A que lo
echo á un lagar para que lo pisoteen !) ( Váse Antonio
del brazo de Pedro, por el foro, mascullando palabras in
coherentes. )
VENDIMIARIO 87
ESCENA XVII
D? Antonia y Felipe
Flp. —¿ Y para qué ?
D? Ant. —¿ Para qué te quedas ? Para que veas á
Flp. —¿ Magdalena ?
D? Ant. —¡ Y que pronto has dado ! Como que yo te hablé de
ella, y le hablé á ella de tí, y les hice hablar el uno al
otro. ¿ Eh ? Pues debes de saberte que no ha sido á
tontas lo que he hecho: bien sabía yo que ella te tenía
simpatías, y que á tí te gustaba ella.
Fr.p. —¡ Claro ! como todas.
D? Ant. —Y desde que yo quería que mi Antonio volviera, me
dije: si yo le doy gusto á ella, ella tendrá que darme gus
to á mí; y así fué que empecé á fijarme en que tú
le gustabas. Y como yo sé que eres lo mismo que Juan
cuando era mozo, que no se enamoró nunca de nadie y
enamoraba á todas Pues, ya te sabes que no ha sido
á tontas lo que he hecho.
Flp. —Bueno ¿ y qué ?
D* Ant. —Que has de hablar con ella ahora; pero ni le pregun
tes cómo ha consentido en que Antonio..., porque ya
sabes que lo hecho ha sido para eso.
Flp. —Bueno. Pero que venga, llámela, que venga !
D* Ant. —Voy (Camina haciala puerta derecha.) Si ahí
está. (Hace señas con la mano llamando.) Ya viene
ya viene
Flp. —(Llegando hasta la puerta derecha.) ¡Magdalena!
ESCENA XVIII
Magdalena, Felipe y D? Antonia
Magd. —(Á la puerta derecha dándole ambas manos á Felipe.)
Chit ! que no nos oigan
88 EL ATENEO
Fel. — (Llevándola entre sus brazos, hasta bajo el emparrado.)
Magdalena, qué encantadora estás !
Maiid. —Qué engañador eres! ( Ve á todos lados.)
D? Ant. — (Sube las gradas y se coloca al umbral de la puerta de
recha.) Yo vijilaré desde aquí: seré la guardia de
amor. (¡ De honor, iba á decir !)
Fel. —( Estrechando á Magdalena. ) Si te juro que eres la única
Magd. —¿A cuántas habrás dicho lo mismo?... (Siempre de
sasosegada. )
D? Ant. —(Que hablen ! Yo me voy por la otra. ¡ Por la
otra ! ) ( Váse derecha. )
ESCENA XIX
Felipe y Magdalena
VENDIMIARIO 89
amigo de Antonio con decirle la verdad. Sepa él lo que
es y escoja lo que deba hacer.
Magd. —¿Y si D? Antonia habla también ?
Fei,. —Peor para D. Juan, si la escucha.
Magd. —Peor para nosotros, si la cree.
Fel. —Terminaría esto de una vez; y del desasosiego pasaría
mos á la seguridad. Yo no me acomodo á verte en
instantes perdidos, yo no me conformo con sentirte in
tranquila á mi lado, yo no me convengo á oirte la voz
temblorosa, ni á estrecharte las manos temblorosas tam
bién. La cobardía dista poco del arrepentimiento. El
miedo impresiona más que el amor; y así los amantes
que empiezan por tener miedo á otro, concluyen por te
nerselo entre sí. Es verdad que á veces el miedo no se
para, sino que une ¡ Ah ! pero entonces yá no nos junta
ríamos como amantes, sino que nos uniríamos como cóm
plices. Yo no tengo, ni quiero que tú tengas más miedo:
el amor por el amor, no por el miedo. En todas partes
se te aparece la sombra de D. Juan: ¡ más valiera que se
apareciera él mismo! (Con energía.) Así concluiría
mos, de una vez, por tener la seguridad de nuestra dicha
ó de nuestra desdicha. Tocaría á la suerte saber qué vale
más: el amor de dos ó el amor de uno solo !
Magd. —Calla, calla, que siento venir á alguien.
Fel. —Es el ruido del viento.
Magd. —Mira, mira, queme parece él. (Señala al campo.)
Feu — Es la sombra de los árboles.
Magd. —Verdad que siento miedo.
Fei.'—¿Verdad que te sientes cómplice mía? ¿Verdad que
quisieras romper conmigo, y no tienes fuerzas para ello ?
¿Verdad que en vez de gozar, te martirizas á mi lado?
Ah ! Tu miedo es miedo vivo, miedo que toma cuerpo,
miedo hecho mujer: es doña Antonia, que te une á mí
como cadena de presidio; es doña Antonia, que como la
serpiente te silbó primero, y luego se te ha enroscado al
cuerpo y no te deja libre; es Doña Antonia, que te tiene
el corazón entre su puño y se goza en oprimírtelo: el co
90 EL ATENEO
razón se oprime menos cuanto más grande es ! Mira tú
como el mío no cabe entre ese puño !
Magd. —Quisiera decirte algo, y nada te digo; torpe soy. No,
no es torpeza: es miedo. A veces el miedo se parece al
arrepentimiento, como tú dices; y quisiera huir de tí.
¡ Ese es el miedo á él ! A veces el miedo se parece á la
complicidad; y temo que D? Antonia se disguste, si nos
ve disgustados. ¡ Ese es el miedo á ella ! A veces el miedo
se parece al amor; y se me ocurre que tú puedes obli
garme, si pretendiera huirte. ¡ Ese es el miedo á tí !
¡ A tí ! ¡ á ella ! ¡ á él ! No sabes cuan horrible tormen
to es el que padezco á solas, el que padezco al lado de él,
el que contigo padezco A veces pienso que mal hice
al empezar esto, esto que tú llamas amor: llamémoslo de
algún modo pero ¿sabes tú lo que es sentirse empujada
hacia lo mismo que le atrae?... Vida infeliz vivía; hoy
vivo vida culpable, aunque la culpa no haya venido to
davía. ¡ Sentirse culpable, sin cometer la culpa ! El
que pensó robar, y no robó, no es ladrón ; el que pensó
matar, y no mató, no es asesino; pero la esposa que pen
só como yo, aunque no lo haya llegado á hacer, adúl
tera es siempre, con el adulterio del alma ! (Llora.)
Fel. —Sosiégate, Magdalena, sosiégate. Piensa que lo que
haces con él ahora, lo hizo él mil veces antes. Pien
sa que si el esposo cree tener derecho á exijirle fide
lidad á la esposa, derecho tiene ésta para exijirle á él lo
mismo. ¿Con qué título el hombre, que prostituye á la
mujer cuando de ella habla en frases licenciosas, que elo
gia su hermosura y se burla de su virtud, que ve las ten
taciones de cuerpo y nunca los atractivos de alma, que
la corrompe con su propio ejemplo; con qué título ha de
pedirle lo que él le niega, ha de exigirle que tenga para
él lo que él no tiene para ella, ha de imponerle á ella
todas las esclavitudes, tomándose él todas las libertades?
¡ Instrumento de placer es la mujer para el hombre!
¿ Porqué no ha serlo también el hombre para la mujer ?
El placer es el mismo para todo; y la igualdad en el
VENDIMIARIO 91
placer es la libertad en el amor ! (Pama.) Acábese de
una vez tanto desasosiego ! Me tienes mucho miedo;
pero. . . ¿ me amas un poco ?
Magd. —Por mi desgracia !
Fkl. —Por mi ventura!
ESCENA XX
ESCENA XXI
ESCENA XXII
TELON
BIBLIOGRAFIA BEL ATENEO'
-v
13
y l Ateneo de Lima promueve un certamen científico y H-
-"~ terario, para la conclusión del presente año. Sus condi
ciones son las siguientes:
1? Habrá dos temas científicos y uno literario, á saber:
a) Saneamiento de Lima —Obras públicas que deben eje
cutarse para realizarlo.
b) Saneamiento de Lima. —Condiciones higiénicas, públi
cas privadas, que debe tener la ciudad.
c) Una norela cuyo género, forma, extensión y fondo se
dejan al arbitrio del autor.
2? El Directorio del Ateneo nombrará un jurado especial
para cada una de las tres clases de trabajos correspondientes á
las tres materias de este concurso.
3? Los trabajos han de ser inéditos, y se suscribirán con
pseudónimos, debiendo consignarse por separado, bajo sobre ce
rrado, el nombre de cada autor. Los sobres correspondientes á
los escritos que no resulten premiados se incinerarán sin abrirlos.
4* Para cada una de las tres secciones del concurso, el
Ateneo acuerda una medalla de oro y un premio pecuniario
que serán adjudicados por el jurado respectivo á los trabajos que
obtengan la calificación más alta. Se reconoce á los jurados el
CRÓNICA DEL ATENEO 99
derecho de no conceder premio si juzgan que no lo merece nin
guno de los escritos presentados.
5? El Ateneo se reserva el derecho de hacer la primera pu
blicación de las producciones que se presenten al concurso.
6? El dia 1? de diciembre de 1900 se vence el término pa
ra hacer la entrega de los trabajos, que serán recibidos hasta esa
fecha en la Secretaría del Ateneo.
**#
Abril 21 de 1900.
Montevideo.—Vi. Oriental.
ERRATA NOTABLE
•• * *oaMog¿ ..
€1! /llcnco
Artículos Varios
Oavino Pacheco Zeuarka . La Musa x. >
*** El problema de la educación.
Clemente Palma Andrónico.
Fundación de Pisco.
PABLO Patrón Caltura Preulsaanlca.
Poesías
i. ARTURO MüNTOYA A loe bardas.
i
Hirvió rio 3Vlen*o de Cima
■
*#=<-- —
—-'.m V O C A. L E S •
Amézaga Carlos G. * Leguía y Martínez Germán
Astete Luis § Lisson Caros I.
Astete Pedro O Manzanilla José Matías
Balta José o Muurtua Victor M.
Castro y Oyanguren Enrique S Miró Quesada Antonio
Cazaneuve Felipe G. a Osma Felipe de
Cisneros Carlos B. § üyague J. Octavio de
Cornejo Mariano H. Ó Pazos y Varela Juan Francisco
Corpancho Teobaldo E. * Pérez Heráclides
Cortés Leopoldo É Polo José Toribio
Chaves Francisco Gerardo a Pi ado y Ugarteche Mariano I.
Chocano José Santos § Rebagliati Claudio
Fuentes Hildebrando ñ Reina Baldomero
Guzmán y Valle Enrique © Ulloa Alberto
Izcue José Augusto de g Vülarreal Federico
Lama y Ossa Jerónimo de $ Vivero Domingo de
La Puente Ignacio X Whilar Agustín T.
* * EL ATENEO * *
ORGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. i plata
„ (semestral) 5 „
TOn el extranjero rejiran Ion mismos precios con hóIo el recargo poHt&l
El, ADJETIVO
*
104 EL ATENEO
Dos maneras de producir hay entre los que dan cima en
verso ó prosa á una composición literaria de más ó menos
aliento. Unos tienen plena posesión del argumento, asunto
ú objetivo que determina la producción, saben su necesidad
artística y poseen los elementos estéticos indispensables á
su objeto. Esto les pasaba sin duda alguna á Bello, Montalvo,
Pardo, Olmedo y otros, cuyos escritos tienen positiva consisten
cia en el terreno del arte. Con más razón, en España son del
número los Jovellanos, Larras y Esproncedas de todas las épo
cas. El principal distintivo que á estos artistas de la pluma
los coloca en grupo aparte — sin atender á la diversidad de es
cuelas, de géneros literarios, de épocas ó países en que florecen,
ni aun á la índole de su talento respectivo — como si dijéramos
vulgarmente la marca de fábrica de los ingenios, consiste para
mí, en que todos ellos saben y pueden sujetar á la idea la frase
ó palabra que le sirve de expresión, sin transacciones ni debili
dades que sólo acusan impotencia.
Este gran principio reza á mi entender no sólo con la pluma
de la poesía, sino con el pincel y el cincel de las otras artes, que
sólo presentan obras maestras cuando ajustan el cuadro ó la es
tatua al objetivo del artista, que no es por cierto el modelo que
tiene por delante, sino el ideal de su alma. El modelo no es
más que un auxiliar muy útil para la parte mecánica y para los
detalles de la ejecución. También es aplicable el principio,
aunque de muy diversa manera, dada la naturaleza especial del
arte, á la música; pero no es de este lugar el probarlo.
La otra manera de escribir consiste en el procedimiento
contrario. Sin haberse tomado la molestia de meditar lo que
es el arte, ni de definir lo que constituye la necesidad artística,
que por cierto no es política, social, económica ni aun de estó
mago, se ponen muchos—y en ellos el número es infinito—á la
labor literaria. Por lo común, éstos se producen en verso:
mejor dicho, adaptan al ritmo y á la rima las ideas que general
mente no tienen; ya que no son ni pueden ser tales, en la esfera
del arte escrito, los pensamientos que á menudo se encadenan
sin ilación ni concierto, pero que se buscan ad hoc con el fin
único de que suene bien al oído la frase rimbombante ó el verso
LA MUSA X 105
Sé que ha llegado con diez cañones por banda una hermosa fragata.
En un lugar de la Mancha,
-
LA MUSA X 115
¡Oh musa del dolor! Fiel companera
De las lúgubres horas de mi vida,
Dale á mi voz tu nota dolorida
Para exhalar mi queja lastimera.
PREDICADOS
siempre mi hermano
Generoso y leal era conmigo.
Quintana.
Pendenciero y reñidor
El poeta en su misión
Sobre la tierra que habita,
Es una planta maldita
Con frutos de bendición.
Zorrilla.
Samanikoo.
*
4
126 EL ATENEO
q. s. m. b.
Gabino Pacheco-Zegarra.
EL PROBLEMA DE LA EDUCACION
( Conclusión )
***
n
"Es preciso saber desprenderse del fardo de las opiniones
hechas, de las fórmulas á la moda; es necesario curarse de esta
incapacidad muy general de producir ideas, de esta capacidad
de producir solamente palabras. Se ha dicho muy bien: "La
penuria de ideas es un mal del que se muere como de la penu
ria de hombres."
)>
' 'Por último para querer la vida, es preciso amarla, creer
en ella, estar seguro de que merece ser vivida. ' '
"La verdad es que este mundo no es ni radicalmente malo,
ni absolutamente perfecto La verdad todavía es
que la vida no es triste y mala sino para quien no ha sabido
merecer su premio. Cada uno de nosotros es el principal arte
sano de su felicidad El trabajo es el gran remedio,
el gran consuelo; digamos mejor: es la inagotable fuente de
los más sólidos goces. Sed hombres honrados, y la vida os pa
recerá fácil. Creed que ella vale lo que ella cuesta cuando el
deber la ennoblece; creed que la vida feliz sólo tiene una base:
la persecución de lo verdadero y lo bueno. Una vida así es
grave sin duda; pero es buena, y su austeridad no carece de dul
zura; para el hombre de bien las cosas son clementes."
"Un último consejo: permaneced jóvenes. Esto no significa
llegar á ser viejos niños, conservar hasta la edad madura la in
EL PROBLEMA DE LA EDUCACIÓN 139
diferente ligereza, la irreflexión imprevisora de los primeros
años, desdeñar las lecciones de la vida, abandonarse sin reserva
á todas las influencias del exterior, permanecer en una especie
de perpetua minoridad intelectual y moral. Debéis ser hom
bres, verdaderamente hombres por el vigor y la serenidad de la
inteligencia, por la energía de la iniciativa, la firmeza perseve
rante del querer, la rectitud y la elevación del carácter. Pero
sabed también conservar la valentía y la confianza, la esponta
neidad y el afecto del corazón : "ese algo de ligero, de alegre,
de alado," que constituye á la vez la fuerza y la gracia de la
juventud."
***
Clemente Palma.
Lima,—1900.
DE
^^^^^^
(Sultura prehispánica
Pablo Patrón.
Arturo Montoya.
VENDIMIARLO
DRAMA. EN TRES ACTOS Y EN PROSA
PEESONAJES
Don Juan — Don Lorenzo — Antonio — Felipe — Pedro — Doña Antonia
Magdalena — Inés — Margarita
(LA ACCION EN UN VIÑADO: EPOCA DE LAS VENDIMIAS )
ACTO III
La misma decoración del acto primero.
ESCENA I
Magdalena y Felipe
ESCENA II
Felipe y Antonio
ESCENA III
ESCENA IV
Margarita y Pedro
ESCENA V
ESCENA VI
Margarita y Pedro
ESCENA VII
ESCENA VIII
ESCENA IX
Don Juan é Ines
ESCENA X
Don Juan, Inés y Don Lorenzo
ESCENA XI
Don Juan, Ines, Don Lorenzo y Magdalena.
ESCENA XII
Don Juan, Inés y Don Lorenzo.
D. Lor. —¿Y ahora?
D. Juan. —¡Ahora, el otro! A ese ¡matarlo!
Inés. —No, por Dios, no. ¡Es mi marido!
D. Juan. —¡Soy tu padre!
D. Lor. —Déjelo Ud. ¡Te acompaño! Dónde estará?—¡Si habrá
huído!
D. Juan. —Afuera debe estar.
ESCENA XIII
Don Juan, Inés, Don Lorenzo y Doña Antonia.
ESCENA XIV
Doña Antonia y Felipe.
Felp. (Aparece á la puerta de la izquierda, viniendo del lado con
trario al que toman don Juan, etc. Observa hacia este lado
VENDIMIARIO 187
cautelosamente. —Se van. —(Con voz ahogada) ¿Magdalena?
(Adelantándose á doña Antonia) ¿Dónde está Magdalena?
D? Ant. —(Con espanto.) —¿Ud?
Felp. —Lo oí todo oculto Se van Magdalena ¿dón
de está Magdalena?
D? Ant. —No sé
Felp. —Estará adentro? Pronto! Llámela! Vaya Ud...
D* Ant.—¿Yó?
Felp. —Sí! ¿Ud. no tiene la culpa de todo? ¿Ud. no les avisó?
¿Ud ?
D* Ant.—¿Yo ?
Felp. —Sí! Ud Vaya Ud! Pronto! Porque de lo contrario,
muere Ud., bruja del infierno!
Ant. —¿Y para qué?
Felp. —Para huir los dos si ella quiere, para huir yo, si ella no
quiere.
Ant. —¡Máteme Ud! Yo no voy.
Felp. (Corre hasta el foro y ve á la derecha) —¡Diantre! Ahí vie
ne Antonio Entraré yo donde ella: el todo por el to
do ¡Para ser feliz es preciso ser libre! (Váseporla
puerta derecha. )
D? Ant. —Eso no ¡Eso nó!
ESCENA XV
Doña Antonia y Antonio
Ant. —Aquí estoy. ¿Y mi padre, don Juan?
Ant. —No está aquí. Se fué tras de Felipe y Felipe es
tá adentro.
Ant.—¿Tras de Felipe?
D* Ant. —Sí, porque lo sabe todo; quiere matarlo: lo deshon
raba.
Ant. —¿Lo deshonraba?
D? Ant. —Con Magdalena. Y él ha entrado por ella. Quieren
huir.
Ant. —¿Huir? ¡Ah! Verá el miserable. (Asómase á la puerta
derecha) Miserable!
188 EL ATENEO
Ant. —¿Qué vas á hacer?
Ant. —¡Castigarlo! Aquí viene. Déjame á mí... (Después de en
trar cierra la puerta. )
D? Ant. (Golpea la puerta) —¡Antonio! Por Dios! ¡Soco
rro! (Corre hacia el foro) ¡Socorro! (Oyénse voces y ruido
de lucha dentro. )
ESCENA XVI
Doña Antonia, Don Juan, Don Lorenzo e Ines
ESCENA XVII
Doña Antonia, don Juan, don Lorenzo y Antonio
ESCENA XIII
Don Juan y don Lorenzo
ESCENA XIX
Don Juan, don Lorenzo e Ines
Inés. — (Llorando.) Padre! ¡Padre mío! (Lo abraza.)
D. Juan. —Llora, hija, llora sobre las ruinas de este hogar que
es el tuyo: quédate en él, si quieres; y si no, también
huye. ¡Huyamos todos! Este hogar se deshace Allá
está la ciudad que me espera; allá me voy á manchar
honras y á deshacer hogares. Déjame ser feliz, ya que no
pude ser honrado. Déjame reir, ya que no podría llo
rar: ¡ahora soy yo quien se ríe! ¡Ja, ja, já! Suéltame,
hija, suéltame! Yo también me voy, á ser como antes!
¡Llora tú, que yo río! A ser como era antes!... ¡Ja, ja, ja, ja,
já! Tú eres la inocencia que llora, yo soy la culpa que se
ríe! (Logra desasirse de Inés, que cae de rodillas llorando;
empuja hacia afuera á Lorenzo, y se aleja riendo con gran
des carcajadas de sarcasmo. )
TELON
12
Grónica del ^fteneo
,.'S/'i.''i<'i.''u'vSi'i.'\rt.'\i'i.'\«'t.'S),i.'i,rv«.iv<.'wvi.''i/'.''i
LEGISLACION i La prensa.
\ La literatura precolombina,
Historia de la legislación. \ Los poetas.
Legislación civil común. \ Las bellas artes.
Legislación criminal. §La lengua castellana en el Perú.
Legislación comercial y minera.
Legislación privativa. 5 VIDA SOCIAL
La magistratura y el foro nacional
J La sociabilidad.
INSTRUCCION §El pueblo.
§ La m ujer.
La primera enseñanza. \ La vida religiosa .
La segunda enseñanza. \Las fiestas nacionales.
La instrucción universitaria. - El teatro.
La instrucción técnica. Las costumbres indígenas.
VIDA INTELECTUAL VIDA INDUSTRIAL Y COMERCIAL
Las ciencias matemáticas. \ Industria agrícola
Las ciencias físico-naturales. \ Irrigaciones.
La medicina. \ Industria minera.
La cirujía. § Industria manufacturera.
Los sabios peruanos. \ Comercio.
La imprenta y prosadores de la épo 5 Vías y medios de comunicación.
ca colonial. 5 Institución bancaria.
Los prosadores de la época republi \ Sociedades anónimas.
cana. | Inmigración.
Los estudios históricos.
Los oradores. \ EL PORVENIR DEL PERU
TITULO I
DEL OBJETO DE LA ASOCIACIÓN
Art. 1? El Ateneo de Lima, reorganizado sobre la base
del antiguo Club Literario establecido en esta Capital en
1871, cultiva las Bellas Artes y las Ciencias.
Art. 2? Para el logro de este fin:
1? Dará conferencias y promoverá certámenes;
2? Publicará una revista que llevará el nombre de la
Institución.
3? Establecerá relaciones con Institutos análogos;
4? Fomentará las producciones nacionales, propagará
los conocimientos útiles, y premiará las obras que conceptúe
meritorias.
TÍTULO II
de la constitución de la sociedad
Art. 3? Los miembros del Ateneo son de tres categorías:
activos, honorarios y correspondientes.
Art. 4? Para ser miembro de la Corporación se requiere:
Cultura intelectual, consagración especial á cualquiera de
los ramos del saber humano, y gozar de buena reputación.
Art. 5? El ingreso se verificará mediante propuesta suscri
ta por dos miembros, presentada al Presidente.
Leída la propuesta en la primera Junta de Directorio, se
someterá á escrutinio secreto en la segunda, debiendo ser apro
bada por los dos tercios de votos, cuando menos.
Aceptado el nuevo miembro, se le expedirá un diploma fir
mado por el Presidente y el Secretario.
Art. 6? Las obligaciones de los miembros son:
1* Cooperar á la consecución de los fines del Ateneo
aceptando comisiones.
(1) Habiéndose agotado hace meses la edición del N? 1 de "El Ateneo" en que
se publicaron Iob Estatutos de la Boclednd, la Dirección a dispuesto que dichos
Estatutos se reimpriman en el presente número de la Revista.
CRÓNICA DEL ATENEO 193
2? Satisfacer la cuota de inscripción, la mensual y las
extraordinarias acordadas por el Directorio.
3? Contribuir con alguna obra importante al aumento
de la biblioteca del Ateneo.
4* Concurrir á las Juntas Generales y las reuniones es
peciales á que fueren invitados;
5* Entregar al Secretrio los originales de los trabajos leí
dos en el Ateneo, cuya primera publicación ha de hacerse en la
revista del Instituto, si así lo acuerda la Junta Directiva ó el
Presidente.
6? Asistir á las reuniones, fiestas y ceremonias públicas
á las que fuere invitada la Corporación, y á los funerales y tras
lación de los restos de los colegas que fallecieren.
Art. 7? Son miembros honorarios quienes por sus rele
vantes méritos ó por la importancia de los servicios prestados al
Ateneo, hayan sido elegidos para tal categoría. Tendrán todos
los derechos y prerrogativas determinados en los Estatutos para
los miembros activos, sin estar sujetos á ninguna imposición
pecunaria.
Art. 8? Son miembros correspondientes los que residen
fuera de Lima. Se considerarán como activos al hallarse en
esta ciudad.
Art. 9? Son obligaciones de los miembros correspondien
tes:
1? Prestar al Ateneo sus servicios en el lugar donde re
siden.
2? Satisfacer las cuotas establecidas en el inciso 2? del
art. 6?
3? Promover la remisión y cange de las publicaciones en
tre los escritores del lugar en que residen y los miembros del
Ateneo.
4? Evacuar los informes, comunicar las noticias y remi
tir las correspondencias que se les pidieren.
Art. 10. El Directorio del Ateneo podrá exceptuar á los
miembros correspondientes de las cuotas, atendida la impor
tancia de los servicios que presten á la asociación.
Art. 11. Se pierde el títuio de miembro del Ateneo:
194 EL ATENEO
TÍTULO III
TÍTULO IV
DE LA DIRECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
TÍTILO V
DISPOSICIONES TRANSITORIAS
*
* »
***
llItmilllIIIIWIIHIIHHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIInilinilllIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIlllItlIIlIIHIIIIIIIIIIIII
illHIIIIIIIlItlIIirtltlIIIIIIIIIIflIII .',!
- . - -•
* /
1
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)/
ARTICULOS VARIOS
-^-WV OCALES*^
Araézaga Carlos G. Leguía y Martínez Germán
Astete Luis Lisson Caros I.
Astete Pedro Manzanilla José Matías
Balta José Maurtua Víctor M.
Castro y Oyanguren Enrique Miró Quesada Antonio
Cazaneuve Felipe G. Osma Felipe de
Cisueros Carlos B. Oyague J. Octavio de
Cornejo Mariano H. Pazos y Varela Juau Francisco
Corpancho Teobaldo E. Pérez Heráclides
Cortés Leopoldo Polo José Toribio
Chaves Francisco Gerardo Prado y Ugarteche Mariano I.
Chocano José Santos Bebagliati Claudio
Fuentes Hildebráudo Reina Baldomero
Guzmán y Valle Enrique , ülloa Alberto
e
Izcue José Augusto de 0 Villarreal Federico
Lama y üssa Jerónimo de o Vivero Domingo de
o
La Puente Ignacio Whilor Agustín T.
* * EL ATENEO * *
ÓRGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. I plata
„ n » (semestral) „ 5
TCn el extranjero rejirán los mismos precios con sólo el recargo postal
Señeras y Señores:
J. Prado y Ugarteche.
Septiembre de 1900.
ENSEÑANZA OBLIGATORIA
DE LA
"315?
Señoras y Señoritas:
Señores:
Señores:
II
Señores:
III
A. T. Whilar.
)caoras uy .Deacres
Se
" Sin embargo del limitado tiempo que me dejan las tareas públi
cas, para llenar en parte las confidenciales, especialmente las que res
pectan á U., me es satisfactorio colocarlo en el lugar más preferente.
Tengo el honor de anticipar esta carta que caminará por el Paquete del
1!» de Junio próximo, con la cual voy á contestar su apreciable do 15 de
Febrero último, por haber únicamente acusado su recibo el 19 del
que expira.
" Muy sensible me es saber por su estimada citada carta que á
consecuencia de la instabilidad de la paz en Francia, y de la confirma
ción de su enfermedad en la vista, nos priva U. de la satisfacción de
verle entre nosotros durante sus días. Quizá restableciéndose la pri
mera, y mejorando la segunda en este último tercio de mi período cons
titucional, se resigue U. á vivir en un país que, aunque pequeño por su
reducida población, es sincero amador de U. por los servicios que le
debe como á su caudillo en la lucha du la independencia.
" Antes de haber castigado al General Iguaín por el crimen de cons
piración que cometió en Julio del anterior, el 21 de Febrero último fué
sofocada, sin una goto de sangre, una segunda conspiración capitanea
da por los Generales San Román y Torrico, y de acuerdo con Ballivián
y Flores, que no pueden conformarse con la pérdida de sus presiden
cias ni con la continuación de la paz de que tienen positiva necesidad
estos pueblos. Felizmente, descubierto el plan, en cuyo desarrollo el
Perú habría perdido su nacionalidad, nos proponemos destruirlo, si no
para siempre, al menos por mucho tiempo. Con tal motivo fué que
convoqué un Congreso extraordinario que del 11 al 12 do Junio próxi
mo quedará instalado. Espero fundadamente que este cuerpo, no obs
tante, como U. sabe, que el mayor número de los de su clase son propen
sos á los desórdenes, ayudará al Gobierno á la conservación de la paz
pública, bien precioso que, por mi parte, me propongo mantener á todo
tranco, apoyado en los buenos peruanos que conocen demasiado la mag
nitud de la tempestad que acaban de conjurar.
" Principalmente los marinos franceses, obstáculo de la cesación
de la guerra en el Río de la Plata, y de su prosperidad, que no puede
haber sin paz, han cuasi intervenido con su conducta parcial en favor
de los enemigos del Perú y Bolivia, trayendo á bordo de sus buques al
234 EL ATENEO
General Ballivián. Los ingleses han observado una conducta diversa
y perfectamente neutral.
" Aún cuando estos pueblos, infantes en la carrera de las naciones,
marchan de obstáculo en obstáculo hacia el objeto que se han propues
to alcanzar, nos prometemos que fijando su atención en el_tiempo perdi
do obren en el sentido que más convenga á sus intereses, en toda la ex
tensión de la palabra. Yo por mi parte he jurado continuar exclusi
vamente dedicado, en todo el tiempo que me resta de mando constitu
cional, á la consecución de aquel objeto.
" En mi carta del 13 me tomé la libertad de llamar la atención de
U. sobre otro diverso é importante objeto: hablo del estandarte de Pi
zarra y el expediente de Santa Rosa de Lima, que cuando U. se retiró
del Perú llevó consigo, como recompensa más distinguida á los servicios
que U. había prestado á la República.
" Suponiendo, como debo suponer, que U. quiso poseer aquellos
trofeos por un tiempo determinado, ó á lo más durante sus días, que
celebraría fuesen perdurables, y tomándome la confianza de ser intér
prete de su voluntad, que siempre juzgué honrosa y amigable al Perú,
creo que U. recibirá con agrado mi indicación, y se servirá decirme su
opinión y última disposición respecto del estandarte de Pizarro y ex
pediente de Santa Rosa, que creo deben volver á esta República, sino
antes, inmediatamente después de los días de U.
" Rogando á U. dispense la franqueza que he usado al hablarle de
un asunto que para otros era concluido por el silencio que han guar
dado acerca de él, me repito de U. afectísimo amigo y obsecuente
servidor,
Ramón Castilla.
J. A. de Izcue.
£teñci' presidente:
peñeras: peñares:
*
* *
Señores:
Num. 1.
Ampliación: Leyenda:
Num. 2.
ampliación: LEYENDA :
Ncm. 3.
AMPLIACIÓN: leyenda:
Ni M. 4.
Inclusos
Num. 5.
Cristalitos
*
* *
Num. 6
Microlino de Quilca
ampliación: leyenda:
25 diámetros 1, microclino
Luz polarizada 2, albita
Nuif. 7
Cenicero de Arequipa
ampliación: 5 LEYENDA :
25 diámetros $ 2, sanidina presentando la ma-
Luz natural ? cla de Carlsbad.
^ 3, hypersteno
J 5, mica negra
; 6, obsidiana
y VIS. 8.
Cenicero de Arequipa
ampliación: LEYENDA :
25 diámetros 2, sanidina, presentando las
Luz polauizada zonas de crecimiento en
la macla.
8, hipersteno
5, mica negra
Num. 9.
Cenicero de Arequipa
ampliación: | leyenda:
40 diámetros $ 1, sanidina
Luz polauizada | 3, hypersteno
$ 4, labrador
§ ñ, mica negra
!; 7, felspato alterado
***
Num. 10
Globigerinas vivas.
Num. 11
Globigerinas fósiles
Num. 12.
ampl-ación: I leyenda:
225 diámetros * Cosoinudiscus
Luz natural ¡¡
Num. 13.
Diatomáceas del Rímac
Num. 14.
Radiolarios de Haiti
***
***
Num. 15.
Raíz de lepidodendron
a=tejido celular; h — huevecillo de insecto acuático
en cuyo interior se distinguen algunas células; c=
LEYENDA.— membrana vitelina; í/=superficie exterior del huevo
I con apariencia reticular.
El tamaño natural de los huevecillos es entre 1 y 2 décimos
de milímetros. La otra fotografía se refiere á algo increíble; á
las bacterias del carbón. El sabio Regnault, entre otros descu
brimientos, ha encontrado colonias eiliciadas de bacilus, espon-
jiarios y esporas; y lo que es más raro aun, ha logrado su
clasificación. He aquí, señores, el interior de un esponjiario
cuya epidermis está cubierta por el bacilus ozodeus, y que ve
mos con un aumento de 16.200 diámetros. (22)
Num. 16.
Bacilus azodeus
El tamaño natural de esos microbios es apenas de 7 millo
nésimos; en la proyección estaban pues aumentados 16.200 nú
mero de veces.
Num. 16.
***
Señores, concluyo. Como á manera de lección de cosas he
puesto ante los ojos los principales descubrimientos del micros
copio que marcan una evolución correlativa en varias ciencias
importantes del ingeniero. Esta evolución tiene ya más de 30
años de existencia en Europa, y viene esta noche á presen
tarse ante el público de Lima, ante el Perú, después de recorrer
años ha, Chile con Machado, Méjico con Ordoñez, y Argentina,
Brasil y Uruguay. De reciente instalación en la Escuela de In
genieros, el gabinete Microlitológico, cuya creación debe el país
al progresista ex-presidente D. Nicolás de Piérola secundado por
el señor Director de la Escuela, Ingeniero D. Eduardo Habich
y de nuestro malogrado compañero señor Ingeniero Pedro F.
Remy, apenas si hoy puede ofrecer esta pública manifestación
de su vida, debido á la falta de protección que se le ha dispen
sado. (24) Por doloroso que sea proferirlo, el Perú no recupera
el antiguo puesto de distinción que antes ocupara entre las na
ciones del Continente. Parece que las fronteras internacionales
fuesen pantallas á la ciencia, cuya luz detenida nos obliga
á vivir á oscuras. Y sin embargo, después de contemplar las
proyecciones que hemos visto, esa procesión de hechos vi
vos ¿no puede compararse el estudio de minerales y rocas á la
simple vista, con la remota astrología de los tiempos de la anti
güedad, en que se investigaba el secreto de los cielos sin telesco
pio? O con aquellos otros, más próximos por cierto, en que la
patología ignoraba la existencia de los microbios y fermentos''
MICROLITOLOGÍA 269
Es que como la lente de aumento dota al hombre de un nuevo
criterio de conocimiento, todas las ciencias de observación, tales
como la astronomía, mineralogía, petrografía, patología, etc.
tienen que sufrir cambios substanciales ó alteraciones más ó me
nos profundas, de acuerdo con los nuevos é inesperados docu
mentos de información aportados por el objetivo.
Es verdad que nuestro atrazo intelectual nos coloca más
lejos de los centros propulsores de Europa y Norte América, de
lo que, en realidad, están las nuevas nacionalidades del Africa;
pero, en cambio, darnos cabal concepto de ello y apreciar las
consecuencias que se desprenden, con honrada conciencia y
elevado propósito, es el primer paso de nuestro acercamiento.
Las ideas, valiéndome de un tropo, son como los panecillos
de pinturas. Cuando caen en medios inapropiados permanecen
insolubles y al parecer perdidos; al paso que cuando se ponen
en contacto con medios debidamente preparados, entran fácil
mente á formar parte integrante y constitutiva de éste, en una
rápida y milagrosa asimilación. Quizás si nuestro medio am
biente no tiene todavía la capacidad disolvente que requieren
ciertos progresos de la ciencia, pero no importa; esa capacidad
se genera y alimenta con el roce de la civilización, lenta pero
constantemente, y, en proporción, la idea nueva va incorporán
dose en silencio, poco á poco, en la masa del público ilustrado.
Contribuyamos cada uno de nosotros á vulgarizar la Microlito-
logía; pongamos de nuestra parte nuestro pequeño contingente
en la obra de rehabilitación de nuestra perdida primacía en el
Continente, cada cual en su ramo y con acción solidaria, á fin
de levantar la postración de nuestra patria. Tengamos fé en el
resultado final, en la suma de nuestras limitadas fuerzas; que
los más poderosos cables se componen de delgados y finos alam
bres; y no de un solo empuje, sino emergiendo oculta é insen
siblemente, se levantaron desde el fondo de profundos mares
prehistóricos, las elevadas altiplanicies de nuestra cordillera.
(2) Minerales del Perú ó Catálogo razonado de una colección que re-
présenla los principales tipos minerales de la República, con muestras de
huano y restos de ares que lo han producido.—A. Raihokdi.
(3) Para mayor conocimiento puede acudirse al artículo que publi
qué en la Revista de Ciencias N.° 5 año 1899, bajo el rubro El Memo
randum del señor doctor José S. Barranca, en que señalo la mayor parte
de las especies peruanas.
(4) Véase A system of Mineralogy por J. D. Dana y A. Diclionary
of the ñames of minerals por A. H. Chester.
(5) Los que con Dana y Chester tratan de desprestigiar la inmen
sa labor de Raihokdi, poniendo en duda, la homogeneidad de las espe
cies nuevas, cometen un acto injusto tanto porque sólo desde 1882 (Dana)
se reconoció la importancia de la observación microscópica para la cla
sificación mineralógica, cuanto porque una gran mayoría de esas mis
mas especies están consideradas por el insigue microlitólogo A. Lacroix
como perfectamente características y homogéneas, según puede verse
en el folleto Collection de Mineralogie du Mutéum d'IíiMoire Xaturelle
año 1896.
(6) Third appendix le the óth. edition of Dana System of mineralogy
—New York, 1882.
(7) Puede consultarse mi publicación en el "Boletín de Minas,"
titulada: Minerales y Rocas de Santo Domingo, N.° vni año 1899.
(8) , (9), (16), (17), (19), (21), (32) Las figuras correspon
dientes no ha sido posible insertar, contentándonos con las más impor
tantes.
(10) . EzeQüiel OrdoKes—Las obsidianas de Méjico—Soc. Ant.
Alz. vi T. p. 33.
(11) Fouqué y Levy dicen en los preliminares de su clásica obra
Mineralogie Micrographiuue el año 1879:—"En esta rama de estudios la
ciencia ha alcanzado tales progresos, desde hace una quincena de años,
que las mismas bases de la petrografía han sido renovadas."
(12) . Tempere—Paris.
(13) Según Elie de Beaumont, las rocas eruptivas pueden atri
buirse á una copelación natural de un núcleo fluido metálico (probable
mente muy rico en fierro). Las rocas ácidas serían los laitiers y las
basicas las escorias.—Véase Traté de Geologie por Lapparent ed. 1900
—pág. 65
(14) Para detalles sobre este mineral y el cenicero de Arequipa
véase mi estndio publicado en el "Boletín de Minas," titulado Rápido
itinerario geológico de la costa comprendida en Moliendo y Pescadores de
Ocofía, ario 1900.
(15) M. F. Paz-Soldan asegura enfáticamente que el cenicero
no es deyección volcánica/—Geografía de la República del Perú, pág. 447.
MIC'ROLITOLOGIA 271
( 18) Preparaciones facilitadas galantemente por el Sr. Dr. Ricardo
L. Flores.
(20) Rafael Machado—Estudio de un fragmento de tronco del
THagni'.n—Revista Comercial de Minas é Industrias—año 1900. N.° 6.
(23) La importancia cada día mayor que toman las observaciones
geológicas tendentes á establecer las oscilaciones de nuestro Continente
y á averiguar si durante el período histórico continúan verificándose,
dan un valor difícil de exagerar á este balénido. Recuerdo que al
practicar las escavaciones para poner al descubierto esta osamenta, en
contré bajo las capas que extraía, restos de vasijas de barro incaico ó
huacos. El señor Dr. F. Remy, que durante esos días tuvo la bondad
de acompañarme, puede testificar el hecho, así mismo como la ninguna
fé que tuve en que ese resto de industria humana fuese coetánea del
varamiento del cetáceo en la antigua orilla que entóuces explorábamos .
Hoy, después de varios años, me asaltan dudas, y temo no haber
prestado al caso suficiente atención, debido al temor que siempre me
asiste de deducir conclusiones sin tener hechos comprobados que las
justifiquen. Desgraciadamente, parece que trascurrirán muchos años
todavía antes que alguien se interese por estudiar las pampas y terrazas
de Ocucaje y Calango. Da una idea exacta de nuestra incultura cientí
fica el hecho de que no exista corporación ni individuo alguno, que, sa
biendo que en aquella comarca se encuentra un inmenso osario de fó
siles, haya pensado siquiera en visitarlo. Para detalles puede consul
tarse mi estudio: Los Fosfatos de Ocucaje que registra el Boletín de Minas.
(24) Sería un acto injusto no recordar con esta oportunidad el de
cidido apoyo que tuvo esta nueva dependencia en el entonces Ministro
de Fomento Dr. Ricardo L. Flores.
Carlos I. Lisson.
OOOCXXXXXXXXX>OOOOOGO^
Luego la paz.
II
PARTE PRIMERA
CAPITULO I
(*) Este trabajo, es el primer informe que el señor doctor don Alejandro O.
Deustua ha presentado al .Supremo Gobierno, en cumplimiento de la comisión
oficial que se le ha encargado pura estudiar en Europa la- Instrucción Publica, y
las reformas de la enseñanza que convenga Introducir en el Perú. El Ateneo
considerando siempre como problema fundamental para la vida y porvenir del
país el de la Instruclón; trata de preferencia de dirigir la atención hacia él, cre
yendo con ello contribuirá una obra de vital Interés nacional.
284 EL ATENEO
ideal republicano, que entraña aspiraciones más concretas que
las engendradas por el movimento revolucionario de 1789. La
reconstitución, hace tiempo perseguida al través de vicisitudes
que han amenazado el orden público existente, sin comprometer
seriamente su estabilidad, está muy lejos todavía de su defini
tiva victoria en el estado moral de la sociedad, adherida como
se halla ésta al pasado por un vivo amor á sus gloriosas tradi
ciones.
El contraste entre ese pasado, con sus simpáticas formas
clásicas, su poderosa fuerza sugestiva y sus tendencias á resur
gir, y el presente, con sus aspiraciones positivas y utilitarias,
encaminadas hacia una perfección extraña á los ideales encar
nados en la nación francesa; esa dualidad de corrientes, que
arrastran la actividad social en sentidos casi inconciliables, im
prime á ésta un carácter marcado de transición, que permite
distinguir y apreciar, en su heterogeneidad sociológica, los prin
cipales factores de esta nación, en cuyo seno germinan, con más
ó menos fecundidad, los sentimientos depositados por su acción
colectiva en las diversas y ricas etapas de su vida secular.
Dentro de formas políticas republicanas, que consagran los
principios de libertad, igualdad y fraternidad, se mueven dife
rentes clases sociales antagónicas, que tienden á resucitar in
fluencias gastadas ó privilegios perdidos, á mantener la dirección
de los intereses públicos, alcanzada por la fuerza de los aconte
cimientos, ó á sacudir el peso de esas influencias, áfin de llegar
al ejercicio de una suprema libertad, predicada por el idealismo
como una perfección accesible.
2. Un escritor contemporáneo (1) ha determinado el valor
de esa concurrencia de fuerzas sociales, demostrando la partici
pación que en la vida nacional tienen el clero, la nobleza, la
burguesía y el pueblo, ias cuatro clases sociales que constituyen
la sociedad francesa contemporánea.
El clero francés actual, infinitamente superior al de otro
tiempo, al menos respecto al porte y decencia exterior, no ejer
ce, sin embargo, una influencia social proporcionada á su valor.
(1 ) Berenger—L'aristocratie lntelectuelle—1S95.
LA INSTRUCCIÓN PUBLICA EN FRANCIA 301
pues, en una situación intelectual más crítica todavía que sus
antepasadas. Ninguno de los conflictos del siglo se le ha eco
nomizado. Ha llegado al campo de batalla de la historia sin co
nocer el sólido ideal al rededor del que puede agruparse.
9. La población de la Francia, según el censo de 1886, es
de 38.218,903 habitantes y su densidad de 72,3; agregando á
esa suma los habitantes de las colonias, se obtiene una suma
total de 71 millones en números redondos. (1)
En el total de 38.218,003 habitantes de la Francia en 1886,
los extranjeros figuran por 1.126,000, ó sea un 30% próxima
mente. Esta proporción ha ido aumentando constantemente.
La mayor parte de los franceses, casi un 83% de la pobla
ción total, residen en el departamento en que han nacido; pero
en el interior de muchos departamentos hay una emigración
notable de los campos á las ciudades, que aumenta sin cesar,
con detrimento de las comunas rurales. Esto pasa principal
mente en los departamentos manufactureros.
Los 38 millones de habitantes de la Francia se distribuyen
así: hombres 18.900,000, mujeres 19.100,000.
El sexo femenino en Francia no ha dejado de predominar,
numéricamente, desde el principio del siglo; aunque en una pro
porción variable según los tiempos y lugares. Lo contrario pasa
en las colonias.
Las personas casadas forman el grupo más numeroso de la
población; el grupo de los niños viene en seguida. Los celiba-
tarios adultos alcanzan á 8 millones y medio, y los viudos y
viudas á 3 millones.
El número total de nacimientos ha sido casi de 25 por mil
de 1872 á 1888, y para toda la Francia de 950,009 próxima
mente.
* *
ADVERTENCIA
TITULO I
TÍTULO II
de la constitución de la sociedad
MORENO
lima, mm-
T=> T7 T?. TT
A
I
POESIAS
José S. GhoCAKO A un Hoñador.
O ahí no Pachbco-Zigarra. Una ilusión.
— VOCALES
Amézaga Carlos G. <i Leguía y Martínez Germán
Astete Luis | Lisson Caros I.
Astete Pedro Manzanilla José Matías
Bal ta José Maurtua Víctor M.
Castro y Oyangnren Enrique Miró Quesada Antonio
Cazaneuve Felipe G. i , Osma Felipe de
Cisueros Carlos B. Oyague J. Octavio de
Cornejo Mariano H. Pazos y Várela Juan Francisco
Corpancho Teobaldo B. Pérez Heráclides
Cortés Leopoldo ] Polo José Toribio
Chaves Francisco Gerardo \ Prado y Ugarteche Mariano I.
Ohocano José Santos j Rebagliati Claudio
Fuentes Hildebrando Reina Baldomcro
Guzmán y Valle Enrique ¡ Ulloa Alberto
Izcue José Augusto de Villarreal Federico
Lama y Ossa Jerónimo de i i Vivero Domingo de
La Puente Ignacio y Whilar Agustín T.
* * EL, ATENEO * *
ÓRGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. i plata
» i» » (semestral) „ 5 „
TS¡n el extranjero rejirára los miamos pr-eoios con sólo el recargo postal
( Continuacion )
CAPITULO I I
CAPITULO III
Alejandro O. Deustua.
(Om timiará)
OBRAS INÉDITAS
DEL
EN LENGUA QUECHUA
II
EN CASTELLANO
TEATRO
NOVELAS
POESÍA
OBRAS VAKIAS
BALADA
MI VIDA
RITMOS SUBLIMES
LA CITA
POEMA ETERNO
Entonces silenciosa,
Sonriendo dejas
Que juegue conmovido
Con tus guedejas;
Y si á tus ojos
Miro asomar el llahto,
¡No es, nó, de enojos!
INÉDITAS DEL DR. G. P. Z.
¿ Ausencia, olvido ó muerte,
Piensas que un día
Borrará tu memoria
Del alma mía?
¡Tu imagen bella,
Siendo inmortal mi alma
Será cual ella!
SINIESTRO ENCUENTRO
RETRATO
YARAVI
(Elegía gemilnamente incaica, que se cantaba al son
de una melodía, lúgubre en extremo, que lleva también el nombre Ae yaraví,
y con acompañamiento de quena:)
Desdichado pajarillo
Que con cántico sencillo
A tu amor buscando vás;
Como tú también yo lloro
El bien perdido que adoro,
A quien no veré ya más,
¡Jamás, jamás,
Corazón !
Fuentes, arroyos y ríos,
Llorad, llorad, ojos míos;
La muerte venga además!
Si se apagó la centella
OBRAS INÉDITAS DEL DR. G. P. Z. 371
Del vivir, que solo es ella,
¿Dejará dichas detrás?
¡Jamás, jamás,
Corazón !
Sin ella, ni el sol fulgores,
Ni aromas tienen las flores,
Ni el canto dulce compás,
Ni hay estrellas en el cielo!
¡ En la tierra hay un consuelo :
No olvidar nunca, jamás!
¡Jamás, jamás,
Corazón!
Según la Estética del autor, cualesquiera asuntos al tra
ducirse en ideas artísticas, tienen por su naturaleza que ser
esencialmente diferentes, y en la ejecución, ó sea en la forma
material del verso, esa heterogeneidad debe resultar claramente.
Según esta teoría, las diversas obras que tienen una constante
uniformidad en el modo de rimar, en sus dimensiones, ó en el nú
mero de las estrofas, es decir un patrón común para todas ellas,
así como los varios poemas de un mismo autor, sujetos á deter
minado número de versos ó de páginas, tienen que ser forzosa
mente amanerados. Con este motivo debemos consignar que
no sólo estas producciones sino todas las del señor Pacheco-
Zegarra están en estrecha relación con las teorías científicas,
enteramente experimentales, que sirven de base á dicha Estética
y aún á la Métrica, que también figura entre las obras del an
terior catálogo.
Ojalá que la pronta publicación de todos estos trabajos, y
muy especialmente de los relativos á la lengua de los Incas, pue
da dar una completa idea de su mérito filológico, científico y
artístico. Mientras tanto, el catálogo mismo que publicamos,
ya es por sí solo una página interesantísima de la Revista del
Ateneo, que ella con entusiasmo ofrece á todos los que se preo
cupan del progreso do las letras peruanas.
MARIA ABASCAL
(reminiscencias)
» #
***
# *
* »
Ricardo Palma. ,
Á UN SOÑADOR
José S. Chocano
1899.
OOOOOOCXXiOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO
G. Pacheco-Zegarra.
(3roñica del ^teneo
AL QUE LEYERE
***
***
***
Bajo una luz simpática, que podría tal vez mitigar siquiera
los odios del sectario, aparece en esta galería parlamentaria el
perfil intelectual y moral del doctor Vigil. El sembrador de
392 EL ATENEO
ideas, el ciudadano avezado á las luchas del pensamiento en el
silencioso retiro del hogar; el hombre modesto lleno de manse
dumbre y tolerancia, nacido para has discusiones académicas
bajo un ambiente de disciplinaria obediencia, encuéntrase de
improviso envuelto en la atmósfera de las contiendas políticas,
entre los agresivos desmanes del caudillaje, sosteniendo con pe
ligro de la vida, como representante del pueblo, la inaplazable
urgente necesidad de hacer efectiva la responsabilidad del Su
premo Mandatario, rebelado en el vértigo de la ambición con
tra la ley fundamental de la República.
¡Extraordinario acontecimiento en estos tiempos de cobar
des transacciones y de infames apostasías!
La tribuna parlamentaria conviértese en el Tabor del pa
triotismo; el apóstol de paz se transfigura en el propagandista de
la guerra de purificación, tormenta de libertad que arranque
de cuajo el árbol siniestro de menguadas dictaduras!
"Debo acusar y acuso" exclamó Vigil, palabras que por vez
primera resonaban en el santuario de las leyes, y si bien, como
afirma la historia— triunfó la iniquidad, sólo pudo borrar el
legicida la afrenta de aquel solemne veredicto derramando su
propia sangre hasta morir gloriosamente en los campos de In-
gavi.
Años más tarde, próximo á dormir el último sueño, ante el
criterio sereno del hombre que el estudio, la meditación y el
curso de los tiempos purifican de las terrestres miserias—el
acusador de Gamarra en el memorable Congreso del año 34
aparecía á sus ojos como acreedor al aplauso y al respeto de la
posteridad.
Vigil, como la vía láctea, como el mar sin límites, como
los nevados colosos andinos, infunde en el espíritu, al contem
plar su vida inmaculada, esa veneración profunda, ese senti
miento religioso que inunda nuestro sér cuando admiramos en
plácido arrobamiento esas obras sublimes de la impenetrable y
misteriosa naturaleza.
¡Cuánta energía moral, cuán arraigadas virtudes, existían
en el alma y en la mente de ese hombre para salir sin mancha
de las orgías de odio y de sangre que estremecieron el suelo de
CRÓNICA DEL ATENEO 393
la patria en esa época tenebrosa, en que las Euménides de la
guerra fratricida llevaban la tea del incendio por todos los ám
bitos de la República!
***
* *
***
***
***
* #
Cerramos esta galería, obedeciendo al orden cronológico de
los sucesos, con la venerable personalidad del doctor Antonio
Arenas, autor de la reforma constitucional de 1860.
400 EL ATENEO
En esa obra, que todavía subsiste, se reflejan las ideas y el
carácter del estadista que buscaba en un término medio la
estabilidad de las instituciones, y la manera práctica de llegar,
sin estrépito, á la conquista de esas mismas innovaciones que
perseguían los que, á su juicio, habían errado el camino de ob
tenerlas.
Pensaba que es sagrado deber del legislador fijarse en las
peculiares circunstancias de los pueblos. y que en la ciencia
política, como en el arte de Hipócrates, no es cuerdo prestar
ciega fe á reglas absolutas de gobierno, como no es sensato dar
entero crédito á la pregonada eficacia de ciertos específicos.
El doctor Arenas fué en la Constituyente del 60 el Néstor
de sus deliberaciones.
Muy poco significaría esta afirmación, de rigurosa exacti
tud histórica, si aquella asamblea no hubiese respondido á la
cultura moral é intelectual de nuestra patria. Felizmente, á ella
ingresaron ciudadanos eminentes; en sus luminosos debates ini
ciáronse á la vida pública los Irigoyen, los Gómez Sánchez, los
Calderón, los Lavalle, los Cárdenas, predilectos discípulos del
leader conservador, y en los bancos de la minoría, nobles repre
sentantes del liberalismo disputaron palmo á palmo el terreno
á sus poderosos adversarios.
La moderación y la prudencia fueron los rasgos distintivos
de la actuación parlamentaria del doctor Arenas.
En cuarenta años de constante y activa participación en los
negocios públicos, nunca, dentro ni fuera del Parlamento, vibró
su elocuente palabra para ensañar á los combatientes en esas
estériles refriegas personalistas que sólo han dejado maldecidos
trofeos de fáciles victorias sobre los escombros de la demo
cracia.
Cuando despejado el horizonte, disipado el humo de fratri
cidas combates, vencedores y vencidos, desilusionados los pri
meros y ávidos de verdad política y de reposo los segundos, vol
vían sus miradas al Maestro, reconocían en sus relevantes cuali
dades, en su personalidad irreprochable, el centro común donde
debían replegarse para comenzar, en beneficio de todos, fecunda
labor de unificación y de progreso. Como el anciano de la tri
CRÓNICA DEL ATENEO 401
bu, pedíanle la justiciera sentencia, el consejo salvador de la
sabiduría, iluminada y fortalecida por la virtud.
Hoy, al entregar su nombre á la perpetuidad del libro, que
remos consignar en estas páginas las frases con que nos despe
dimos de sus restos venerandos junto al sepulcro que iba á
guardarlos para siempre.
«La gratitud que mueve mis labios no da á mis palabras
la miel de la lisonja; correligionarios y adversarios políticos la
mentan tu desaparición; sus lágrimas riegan hoy coronas de
inmarchitables flores que recojerá la posteridad para ornar tu
memoria.»
Domingo de Vivero.
*
* #
***
Rfprfsenlant da Péron
rd XII Congiti An AméricaniiU*
París, Octubre 5 de 1900.
(52, Avenue d'Jtna. )
S. P.
J. A. de Izcue.
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TQKQ III * ftís!, I? * H07IEM
ARTICULOS VARIOS
ALEJANDRO O. DEC3TUA... La initiucción pública en
Francia (Continuación)
Manuel A. San Juan Bocetos del Siglo XVIII —
Quinto boceto. — Didtrot
POESIAS
Felipe Pardo . ^^^^^^^W^^^^^^^
TEATRO NACIONAL.
Uahino Paciieco-Zeüahra. Cambiar pareja*
— ' r*^? " ' "
Presidente Javier Prado y Vgarteclte
Vicepresidente Pablo Patrón
Secretario Clemente Palma
Prosecretario Scipión Liona
Tesorero Manuel A. San Juan
Bibliotecario Cario* A. Homero
* * EL ATENEO * *
ÓRGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. r plata
(semestral) „ 5
"Fin el extranjero rejírán los miltmos preoioB oon «ólo el recargo postal
( Continuacion )
PARTE SEGUNDA
LEGISLACIÓN V ADMINISTRACION ESCOLAR
CAPITULO I
CAPÍTULO II
CAPITULO III
PERSONAL DOCENTE DE LA INSTRUCCION PRIMARIA
Alejandro O. Deustua.
(Continuará)
( «TriiTaro BOCETO )
DIDEROT EN RUSIA
MARIONETES
Site?
£0.mo, Arlequín y Pulsinella, grandes chambelanes de
S. M. Pierrot hacían inauditos esfuerzos para desva
necer la inmensa é inexplicable tristeza del rey—¿Qué
tiene Su Magestad?—era la pregunta que, llenos de
estupor, se hacían en los pasillos y corredores de Pala
cio los cortesamos. En vano era que las sotas de oros, de copas,
de espadas y de bastos, ministros del rey, intentaran todo gé
nero de distracciones, con el fin disipar su misteriosa congoja:
el gorro puntiagudo de Pierrot no se agitaba ya como antes,
haciendo sonar alegremente los cascabeles de oro. Ni Colom
bina, cuando saltaba á través de los aros de papel, lograba con
mover la melancólica apatía del pobre monarca.
— No hay duda de que el rey está enamorado pero ¿de
quién?—se preguntaban los palaciegos.
Pierrot subía todas las noches á la terraza y pasaba allí
largas horas contemplando el cielo, sumido en incomprensible
extasis. Pasada la media noche regresaba á su alcoba; en un
MARIONETES 447
vestíbulo encontraba á Colombina, quien le aguardaba con la
esperanza de que Pierrot, la diera su pañuelo al pasar. Pero el
rey parecía no usar esta prenda y cruzaba indiferente. Toda la
noche la pasaba Colombina llorando como una loca; al día si
guiente, excitada por el despecho, hacía un escándalo en Pala
cio, azotaba á sus perros sabios. abofeteaba á los chambelanes,
consultaba á los gitanos la buena ventura, ofrecía incendiar el
Palacio y comerse una caja de fósforos, se desmayaba cada cin
co minutos y concluía por encerrarse en sus habitaciones en
donde se emborrachaba con champagne y kirschenwater.
Corrían mil conjeturas en Palacio respeto la persona que
había impresionado tan profundamente el corazón de Pierrot.
Unos aseguraban que el rey había perdido su ecuanimidad des
de que la Serpentina, Miss Fuller, se había ido á Cracovia: para
otros no cabía duda de que Pierrot estaba enamorado de Sarah
Bernard, á quien había visto hacerla Cleopatra; no faltaba quien
jurara por Hércules Melcarte y los Siete Cabires que la mortal
afortunada era Ivette Guilbert, la deliciosa bailarina que había
sido el encanto de la ciudad en el pasado invierno; pero para
otros era cosa tan digna de fé como el credo que la mujer que
había turbado la paz del corazón de Pierrot, era ni más ni me
nos que la princesa de Caramún Chimay. Lo cierto es que to
das estas conjeturas tenían visos de posibilidad y nada más,
que las rabietas de Colombina eran más frecuentes, y que el rey
estaba cada día más mustio y entristecido.
II
III
IV
MARIONETES 451
Envío
Clemente Palma
Una leírilla de don Felipe Pardo
l?
Tu que cabalgas encima
De ese paciente animal,
Que lleva en sendo tamal
Portátil almuerzo en Lima,
Dí al punto quien es el taita
Que hoy el galpón abandona,
Y de entendido blasona
Y de escritor da en la gaita.
Puede ser que le derrengué,
Si por ventura me apura. . . .
—Señó ; yo no só Ventura
Yo só José Camulengue.
¡Miamo, porió, no enojá!
Yo no faltá á sumesé
Puque solo pregoná:
/ Ta má ! . .¡tamá! . . lama lee ! !
2'}
—Pues bien: desenvuelve un bulto
De esos ¡oh negro cuitado!
Que en juncos llevas atado
Y en hojas verdes oculto.
Quítale al punto esa capa,
Esa faja, ese follaje,
Ese historiado ropaje
Que al moreno cuerpo tapa.
Hojas y hojas son el cerco .
¿Qué hay al fin bajo la enjalma?
Masa y no más, que por alma
Recibió carne de puerco.
¿No es eso un tamal, jumento?
—¡ Ah seño! rejá vendé.
Lon branco só saca -cuento. . . .
/ Tamá! ¡tamá! ¡tamaleé. . . . I
456 EL ATENEO
3?
4?
Removiste la piscina:
Pues tápete las narices,
Que tu casta y tus deslices
Van á oler á trementina.
Ego SUM.
I?
¿Quién me manda este tamal?
Responde pronto, macuitn.
—¡Mi amo señó Benarito.
—Acabaras, animal!
Está bien: se loagradczco:
¡Fó! ¡que oliscón! ¡porquería!
Dile á tu amo que otro día
Regale un tamal más fresco.
¡Jesús! á náuseas me incita.
—Rico: tú probé, señó;
A mi amo el señó oiró
Se lo hacía asi mi amita.
2.a
Quita de aquí, negro, al punto
Ese envoltorio que hostiga,
Pues tendría una barriga
De perro tu amo el difunto.
Sin tantas hojas ni enredos,
(Como Jusepe me llamo),
Le mandaré yó uno á tu amo (*)
Que se ha de chupar los dedos.
La masa será esquisita,
Con su puntita de ají.
—Lom propio, lom propio, así
Lo sabía hacé mi amita.
(*) De manos de Juan José.
458 EL ATENEO
3?
Llevará dentro un pichón
Relleno de sopa en vino,
Pnes no me gusta el tocino,
Porque no soy chapetón.
El maní debe ir molido;
Aceitunas, pasas, queso,
En fin, un tamal de á peso
Con lo demás deducido.
—Sabrosa iá señoíta:
En diabro só sumecé,
Lom propio, lom propio hacé
En otro tiempo mi atnita.
6.a
Capricho Cómico
EN UN ACTO Y VERSO PENTASILAVO
POR
(1) Agotada hace años la edición de esta obrlta, hecha en Madrid por esa
fecha, puede considerarse como una curiosidad bibliográfica, sobre todo cu Lima
donde es rarísima la persona que la conoce.
ACTO UNICO
ESCENA I
Boas, i 6oachH&
Doña Bárbara Y un relojillo;
Y en estas cajas
¡Cuántos presentes Cuántas alhajas!
De cumpleaños! ¡Qué rico anillo!
No son tacaños Y un par de aretes
Los pretendientes; Con dos corales
Ni es bufonada Grandes é iguales!
Lo que hoy te envía. Y en los paquetes...
Trajes de gala
Conchita Para la boda,
Gorras de moda...
(ap.) (Sólo mi tía Nadie le iguala!
No me dá nada) ¿Quién generoso,
En nuestros días,
Dona Bárbara Cual don Matías?
Será tu esposo.
Una docena
De finos guantes; Conchita
De oro y brillantes
Una cadena Nunca! Aceptarlo
464 EL ATENEO
Fuera un desliz: No se fabrica
Soy infeliz, Perfecto novio.
Xo puedo amarlo.
Conchita
Doña Bárrara
Si cual lo anhelo
Pues, hija mía No lo dá el cielo,
No sé que esperas. ¿Crees que es ovio
Ni que más quieras Darle mi mano
Que lo que hoy día Al primer ente
Se proporciona. Que se presente?
¿No es excelente
Tu pretendiente? Doña Bárbara
Conchita Si así es, en vano
Ha padecido
Buena persona, Tus esquiveces:
Lo es, no hay duda, Ya por dos veces
Muy rico; pero... Le has ofendido;
Yo no le quiero. Ni era cordura
Darle esperanza
Doña Bárbara Si hoy solo alcanza
¡Qué caprichuda! Respuesta dura.
Si no le amas,
Conchita A qué fingir
¡Bravo capricho: Ni consentir
Si el hombre cuenta Correr proclamas,
Más de setenta! Como lo hiciste,
Con tal doblez,
Doña Bárbara Aquella vez
En que fingiste
Quién te lo ha dicho? Las calenturas
Conchita Por no casarte:
Con ver su facha... Todo eso aparte
De que te curas
Doña Bárbara Cuando recibes
La que desea Regalos tantos...
Que el novio sea Conchita
Hombre sin tacha; Mas, por los santos!
Joven, gracioso, ¿Tú no concibes
De gran fortuna, Los mil disgustos
De noble cuna, Que eso me cuesta?
O poderoso, Doy mi respuesta
Si no es muy rica Libre de sustos:
Es una loca, Pobre y oscura,
Pues con la boca Veo muy claro
CAMBIAR PAREJAS 465
Que es caso raro, El destruir
Mucha ventura, Tu porvenir
Verme la esposa Por tal recuerdo,
De hombre tan rico , Por niñerías
Que un milloncico Sin importancia
No es poca cosa: Que en tu ignorancia
Fijo ya el día Ciega creías.
Del casamiento Si ese Canuto
Mas cuando siento De quien me hablaste
Su cercanía, Te ha dado al traste
Pierdo la calma, Con su absoluto
Tiemblo de miedo... Olvido, y años
Y al fin no puedo Tras años vuelan
Darle la palma. Sin que te duelan
Los desengaños,
Doña Bárbara Sólo me admira
Que por tal necio
Tu obstinación Tengas aprecio,
Que hoy no se explica, Eso da ira!
Te perjudica;
Pues la ocasión, Conchita
Lo habrás oido,
La pintan calva, (Con despecho mal reprimido)
Y una se salva Ya es excusado
Si halla marido. Hablar de él,
¡Presto aceptaba Si ha sido infiel
Yo á don Matías! Está olvidado;
Conchita Pues sabes, tía,
iAp. Irónicamente) Que nada espero
Del caballero
(Y bien hacías... Que antes quería.
Quién lo dudaba. ) Mas al entrar
(Alto) Por otra puerta
Mi corazón Temo inexperta
Tiene una tela Desacertar;
Que se rebela Y.si hoy me hastia
Contra esa unión El buen anciano,
Tal vez mi mano
Doña Bárbara Tendrá otro día.
Si aquella llama Doña Bárbara
Que en tu alma ardía
Hoy todavía ( Mirando al reloj de la chimenea)
Tu seno inflama, Más... la hora avanza!
No fuera cuerdo Debo partír,
466 EL ATENEO
Y tú escribir Doña Bárbara
Esta mudanza
A tu exfuturo. Él que esperaba
Cuánto dolor Respuesta tuya,
Para el señor! Y hacerte suya
Tal vez pensaba
Ahora, muy serio,
Conchita No se imagina
Que mi sobrina
Me lo figuro. Es un misterio!
( Tono declamatorio ridiculo, al irse por la derecha. )
ESCENA II
Conchita.
ESCENA III
Conchita Conchita
Conchita
Conchita
Muy graciosa.
Sí... muy esbelta!...
Doña Bárbara
Conchita
Conchita
(ap.) (Hacen chacota
Cuántos la miran, Hasta la vuelta.
Y piensa ella
Que es una estrella Doña Bárbara
Por quien deliran. )
(Ap. desde la puerta)
Doña Bárbara (Tarde ó temprano,
Niña orgullosa,
(Ap. paseándose garbosamente.) Serás la esposa
(Si á perseguirme Del escribano!)
Vuelve esta tarde ( Vase por el foro)
CAMBIAR PAREJAS 469
ESCENA IV
Canchila
ESCENA V
Ca.nuto
Por el foro, observando cárnicamente cuanto vi en la casa de Dofla Bárbara
ESCENA VI
Conchita, Ca.au.ta
Conchita Canuto
(Ap. Viendo á Ctnuio; pero *in Si soy un bruto!
conocerlo de pronto. )
Cuando me dijo
(Advierto ahora Vuestra portera
Que yo esa puerta Que es la casera
Me dejé abierta...) Bárbara Arquijo,
(Alto) No di en la cuenta
Quién es? Que otro apellido
Nunca ha tenido
Canuto Doña dementa,
Tu madre, y que,
Señora... Si quizá el ama
Cielos!! (Conociéndola)
Es de esa rama,
Fácil me fué
Conchita Luégo inquerir
Por tí y por ella,
Canuto ! ! Por vuestra estrella.
Canuto Conchita
Qué es lo que miro? Me haces morir...
Conchita Canuto
Fué?...murió?... Conchita
ESCENA VII
O&nato
ESCENA VIII
ESCENA IX
Canuto Conchita
Desde el crepúsculo,
Para mí límpido, (Ap.) (Estoy atónita,
En que los dos Vino por Bárbara,
Nos vimos, súbito Me engaña así!)
De impulso mágico,
De amor frenético Canuto
Presa me ví.
Doña Bárbara Sea benévola,
(Ap.) (Le escucho en éxtasis!) Y uó tan áspera.
cambiar parejas 479
Canuto Conchita
ESCENA X
OonchíU
ESCENA XI
ESCENA XIV
Conchita Conchita
Conchita Sí.
ESCENA XV
ESCENA XVI
Dichos, Canuta
Canuto No sé el negocio;
( Me encuentro en ascuas ! Pero Conchita
Como termina Lo habrá enredado
CAMBIAR PAREJAS 495
Pues es ladina. Aunque severo
En el encierro Usted cubría
Ya no cabía : Nueva tan grata,
Salir es fuerza; Mi alma se excita,
Me martiriza Compartir quiere
La incertidumbre: Sus alegrías.
Razón fingida
No ha de faltarme.) D. Matías
D. Matías (Ap.) (Todos son ángeles
En este día!)
Mas, se aproxima ( Alto ) pues aquí viene,
Aquí Canuto, Bella Conchita,
¿Cómo, á fe mía, Mi hijo... Canuto.
Me has encontrado?
Qué me querías? Conchita
Canuto Muy buenos días.
(Como inventando una mentira) Canuto
Muy casualmente Los piés le beso
Ví que decían Mi señorita.
Cerca de casa
Que usted se iba (Alvo embarazado. Ap.)
A casar luego, (Estoy á oscuras,
Y aun añadían ¿Cómo se explica?...
Que aquí habitaba Mas, sus miradas
La prometida. Me tranquilizan.)
ESCENA XVII
Conchita Canuto
ESCENA XVIII
Boa MtiUs
(8c dirige A la mesa, examina el boteolllo, toma una pildora y la disuelve en
agua, en el mismo vaso en que Conchita bebió.)
D. Matías (Señalando a las regalo* que se hallan
tobre la meta, )
Parece broma,
Pero esta toma, Si han sido latos
Fortificante Los alegatos;
Y estomacal, Si pretensiosa
En este instante, Todo lo osa
No me hará mal. La contraparte:
Busca con arte
(Bebiendo) Fórmulas meras,
Y otras esperas;
Dice Canuto Si el actuario,
Que el diminuto (La buena tía
Globo disuelto Que me servía)
Ya me habrá vuelto Siguió el sumario
Todo vigor... Siempre constante,
Mejor. . . mejor, Al litigante
Si mi expediente Empedernido,
De pretendiente Y lo ha batido
Termina hoy. En cada instancia,
(Pauta) Qué feliz soy! En concordancia
Pues este juicio Con mi deseo,
Que en mi perjuicio No es devaneo,
Se prolongaba, Ni orgullo vano
Ya pronto acaba! De un escribano!
Si en el litigio Mi afan prolijo
Gasté prestigio; Hace de fijo
Pruebas notorias, Que, aunque con pausa,
Y perentorias; Gané la causa!
ESCENA XIX
Conchita, Boa Matías
Conchita Y vendrá el coche,
(Dirigiéndose
la calle,) ' d la ventana y mirando d Que vVa es de noche. ')
UP.) (Ya el caminito Matías
Está expedito; Mi sol ya sale:
CAMBIAR RAREJAS 501
Más que él no vale D. Matías
Ningún lucero!
Qué necesitas?
Conchita
Conchita
(Con zalameríafingida)
Estas cajitas;
Sí?... lisonjero,
Pues yo querría, ( Tomando las cajitas de alhajas.)
En este día,
Ser más hermosa, Que mi tocado
Para la esposa No he acabado.
Del que me ama.
D. Matías
D. Matías
No tardes mucho:
Fuera en mi dama Música escucho
Muy vano empeño. Y ya el piano
Conque. . . no sueno?. . . Se oye lejano;
Por fin me amas? Será la gente
Que diligente
( Comienza a oirse música en el exterior. Tu tía trae,
Conchita, como burlándose, le tienda Que se contrae
la* (/o* manos a I), Matiax y contesta
cantando, siguiendo con lo voz lo me A tu festejo,
lodía que oye. )
Y no me quejo:
Conchita Más de un amigo,
Que ya contigo
Verme querrán,
Si lo reclamas, Y bailarán
Caro Matías, En la ligera
Toma las mías: Fiesta casera,
Te doy las dos. Según barrunta.
1). Matías Conchita
(Enajenado, besa las violtos que Con
chita le tiende, y la quiere atraer ha Pues vuelvo al punto.
cia si como pal a acariciarla.)
(Ap. oyéndose)
Eres mi Dios!
(Hoy que le dejo,
Conchita Seré mi viejo
El que más dance
(Si? deshace de íl y se dirige ú la mesa.) Y...que me alcance..
Cálmate; alguno ( Kntraie por la derecha, empuja la
Puede importuno... puerta y se oye el cerrojo que por
dentro corre. )
13
502 EL ATENEO
ESCENA XX
Don Matías
( Con entusiasmo coreclente )
ESCENA XXI
ESCENA XXII
Doña Bárbara
Doña Bárbara
Nuestro himeneo
(ap.) (¡Al fin la dí!) Alegremente
Verá la gante?
D. Matías
D. Matías
Y ahora, aquí,
Nada ha mudado Siempre, en verdad,
Del nuevo estado Hilaridad
Sino la novia, Causa el casorio
Y eso no oprobia. De un vejestorio;
508 EL ATENEO
Más... ¿qué he oído? D. Matías
No es un silbido?
( Mirando hacia los espectadorcs Pues, con marcharnos...
como si hubiese oído silvar.) Nuestros amigos
Dona Bárbara No han de silbarnos!
Quizá enemigos ( Yanse d prisa)
CAE EL TELÓN
V) ÍO
LIMA, ti-^-
Hiretidrio ^ten**» &x Cima
* * EE ATENEO * *
ÓRGANO DEL ATENEO DE LIMA
CONDICIONES DE SUSCRICIÓN
En Lima y provincias (al mes) S/. i plata
(semestral) „ 5
En el extranjero rejirán los» mismos precios con sólo el recargo postal
Y SUS
INTRODUCCION
PARTE PRIMERA
II
A LE M AN I A
FRANCIA
INGLATERRA
ESTADOS UNIDOS
AMERICA ESPAÑOLA
ESPAÑA
ITALIA
LA PEDAGOGÍA 523
Si no ocupa hoy la escuela italiana el primer lugar en Eu
ropa, no puede dejarse de reconocer y de confesar que rivaliza
con las mejores del continente por su excelente constitución,
llevándose la palma por la sincera y patriótica dedicación de su
profesorado, digno de consideración y estima de los poderes
públicos, que le honran, y de la veneración del pueblo, que le
respeta. Es el único país de Europa, dice Fracao, en el que el
profesorado primario se halla mejor colocado á la altura de su
misión.
¡Feliz el gobierno que cuenta con la cooperación de tan
dignos funcionarios! ¡Dichoso el pueblo que es dirigido por
tales guías!
SUIZA Y SUECIA
PARTE SEGUNDA
III
PEDAGOGOS FRANCESES
Enriqueta Gent de Campan. (1752-1822). Educacionista
de gran talento, de ilustración poco común en la mujer y de
especiales dotes para la enseñanza. Fundó el colegio de San
Germán en París, que en breve tiempo reunió las señoritas más
distinguidas de Francia y del extranjero. La fama allí adquiri
da le valió el nombramiento de directora del colegio de Ecomn,
fundado por Napoleón paralas familias de los individuos de la
legión de honor.
Expuso sus principios é ideas sobre educación en una im
portante obra dedicada á sus discípulos, obra que en aquella
época era un gran progreso, y que hoy se consulta con provecho
en algunos puntos.
Madama de Remusat (1780-1821 ). Mujer de talento supe
rior, escribió un Ensayo sobre la Educación de las mujeres, libro de
principios generales y muy elevadas reflexiones; obra postuma
publicada por su hijo, y que obtuvo en 1825, una medalla de
oro adjudicada por la Academia. Presintiendo el porvenir social,
supone que es ya llegado el tiempo de que todo francés sea
LA PEDAGOGÍA 545
p
ciudadano y que el destino de la mujer será el de «esposa y
madre de un ciudadano». Considera á la mujer como un ser li
bre sin otro regulador de sus actos que la conciencia.
Madame Paulina de Mellan de Guizot— (1773-1827).
Primera esposa del célebre Guizot.
Ha dejado una colección de cuentos rotulados Los niños
(1812), la novela pedagógica Rour y Víctor (1821) y la Educa
ción Doméstica ó Cartas de fam ilia (1826.)
Esta es su mejor obra y de gran importancia.
Estefanía Genlis— (1746-1830) Institutriz de Luis Felipe,
mujer de gran sentido práctico y de no poco ingenio. Es inven
tora de una serie de juegos y ejercicios gimnásticos.
Ejercitaba pronto á sus discípulos en las lenguas vivas, de
modo que en el jardín hablaban alemán; en la comida, inglés;
en la cena, italiano, y en los demás actos de la vida, francés.
En el paseo aprendían botánica, y una serie de dibujos hechos
de intento servían para la enseñanza de la historia sagrada y la
profana. De esta manera los instruía en todas las cosas útiles y
en todo orden de conocimientos.
Son sus mejores obras sobre educación : Nuevo método de en
señar á la primera infancia; Proyecto de una escuela rural de ni
ñas.
Esta mujer singular escribía novelas y comedias lo mismo
que trataba de cocina; bailaba y tocaba el arpa, practicaba la
cirujía y discurría sobre Bellas Artes, montaba á caballo y prac
ticaba la jardinería, hablaba de todo y pretendía enseñar á to
dos. Estaba siempre dispuesta para todo género de aventuras.
Su esposo subió al cadalso con los Girondinos.
Madame Albertina Necker de Saussure. —(1765-1841).
Dotada de raro talento, profesó la Pedagogía por vocación. En
1828 escribió la inspirada obra Educación Progresiva. Su encan
tadora narración principia por la dulce mirada que el niño pasea
sobre el mundo que le seduce, y concluye por la melancólica de
los últimos días, cuando más allá de las sombras de la muerte
se ven las radiantes puertas de la inmortalidad. Esta hábil edu
cadora debe á Rousseau las inspiraciones capitales de su obra.
Nada en este libro de educación tiene aquel aspecto triste y mez
546 ' EL ATENEO
t
quino de las obras de su género. Al abrirse el campo de la vida
no parece sino que se ofrecen á la vista vastas y risueñas regiones,
senderos sin fin, arroyos que serpean, el dulce arrullo de la exis
tencia por todas partes, y la luz eterna en el fondo del cuadro.
Las observaciones acerca de la imaginación constituyen
una de las partes más originales de la obra.
Dejó muchos manuscritos que abundan en miras elevadas,
en encantadoras imágenes, expresiones felices é ideas nuevas,
pero carecen de ilación: pueden considerarse como riquísimos
materiales de un edificio cuyo plán se ha perdido.
Juan José Jacotot—(1776-1840). Fué profesor de la es
cuela central de Dijon. La enseñanza universal á que se dedicó
el último día de su vida resume su existencia. Voluntad, he
aquí la palabra que al entregar, su alma á Dios, repetía á su hijo
apretándole la mano.
Las vicisitudes políticas le llevaron á Bélgica, donde des
cubrió y publicó su método de Enseñanza Universal, siendo pro
fesor de la Universidad de Lovaina, método al cual se dió su
nombre, á pesar suyo. Al ver que sus doctrinas se abrían paso
en el mundo, no se curaba de los que le combatían, y con el
más completo desinterés y la mayor paciencia daba consejos á
cuantos llegaban á pedírselos. Algunos de sus primeros discípu
los no entendían absolutamente el francés. Para obviar esta
dificultad, les dió el Telémaco con una traducción en su lengua
nativa. Los alumnos estudiaban solos, sin explicaciones, sin re
glas. El profesor repitió las experiencias, acudieron á su memoria
sus estudios, recordó los grandes hombres de la antigüedad y de
los tiempos modernos que no tuvieron otros profesores que ellos
mismos. Finalmente, dió á conocer el método que la casualidad
le había sugerido en un libro famoso: Enseñanza Universa
(1823).
Observando Jacotot que nada resiste á una voluntad firme
y perseverante, sentó esta máxima: el quiere pxiede. De los resul
tados de los discípulos de voluntad decidida, dedujo que Dios
ha hecho el alma humana capaz de instruirse por sí sola, sin el
auxilio del maestro.
Había observado que sus discípulos tomaban por punto
LA PEDAGOGÍA 547
de partida lo que sabían, á fin de referir á ello lo que no sa
bían; que para aprender la lengua francesa, por ejemplo, ha
bían tomado por base el poco francés aprendido simplemente
de memoria, comparándolo con su idioma materno para apren
der lo demás del texto, y de todo esto dedujo el principio:
Apréndase 6 sépase alguna cosa, y refiérase á ello iodo lo demás.
Como no hay individuo que no sepa alguna cosa, y por consi
guiente no pueda compararla con cualquier otra, sea lo que fue
re, y apreciar las relaciones de semejanza entre ambas, infería
naturalmente el principio: todo está en todo; esto es, que todo se
alcanza en la naturaleza, y que la misma inteligencia que hace
una máquina, una casa, un cuadro, es la que hace una aguja,
un libro, una canción, etc.
Había observado Jacotot que todas las personas que se
guían este proceso proponiéndose un objeto, se aproximaban á
él, aun cuando no le alcanzasen, como si tuvieran una misma
inteligencia, Por eso se atrevió á firmar como opinión particular
suya, sin comprometerse á probarlo y sin tomarse el trabajo de
sostenerlo: todas las inteligencias son iguales.
La proposición puede enseñarse lo que se ignora, es conse
cuencia natural de las precedentes.
P. I. de Sepres expone los principios del método en estos
términos:
La enseñanza universal es un nuevo experimento sobre el
espíritu humano conforme á un principio también nuevo, en
lo cual hay que distinguir dos cosas:
1? El hecho, que es incontestable.
2? La opinión que ha producido el experimento y que no
puede discutirse formalmente, porque no es más que una opi
nión.
El jacotismo obtuvo inmensa boga. Creáronse numerosos
establecimientos para ensayarlo. Profesores de todos los países
acudían á Lovaina para estudiarle á la luz de las explicaciones
del autor.
El método es obra genial, pero de un genio que, como Pes-
talozzi, no supo dar á sus ideas forma bastante práctica. Es evi-
pente, desde luego, que por medio de él puede instruirse por sí
548 EL ATENEO
mismo cualquiera que haya sido iniciado en el camino de los
estudios. Falta encontrar la manera de adaptarlo á la enseñan
za de niños de tierna edad.
El método, finalmente, no sólo conduce á saber, sino tam
bién á obrar. Saber, no es nada, obrar es todo.
En París existe un monumento que perpetúa la memoria
del conspícuo fundador de la enseñanza universal.
José María barón de Gerando— (1772-1842) Distinguido
pedagogo, que de simple soldado llegó á ser miembro del Con
sejo de Estado en 1811. Principió su carrera literaria con su
Memoria de los signos y del arte de pensar en sus relaciones mutuas.
(1800). Fué premiada por la Academia, con gran sorpresa de
sus miembros al tener conocimiento que se trataba de un solda
do del 6? regimiento de cazadores.
Fué el alma de la Sociedad para la educación elemental, se
ocupó en la organización y progreso de la enseñanza primaria.
Se asoció á todos los esfuerzos cuando se investigaron los mejo
res métodos y se trató de propagarlos, y no tuvo poca parte en
ese tesoro de experiencias y de resultados, que sirvieron de
grande ilustración al legislador para promulgar la ley que viene
á ser la constitución de la instrucción popular. Fundó las es
cuelas de adultos, y se le debe también la admirable organiza
ción por la cual comprende en la enseñanza cuanto puede con
tribuír a extenderen las clases obreras el bienestar y la morali
dad. Escribió la Educación de los sordos-mudos (1827). Curso
normal para los institutores primarias (1832), en que define con
la mayor exactitud el verdadero carácter de la primera ense
ñanza.
Luis Aimé Martín. — (1786-1847). Sobremanera descui
dada la educación de la mujer, abogó por ella el filósofo racio
nalista Aimé Martín en el hermoso libro Educación de las Madres
de Familia. Tiene esta obra por objeto convencer y persuadir de
que el medio de moralizar las clases inferiores es penetrar con
la educación en el hogar doméstico, llevándola al regazo mater
no, para que desde allí se vaya formando el hombre.
Marco Antonio Jullien de París. —(1775-1848). Publicis
ta, colaborador de varios periódicos, y autor de obras importan
LA PEDAGOGÍA 549
tes sobre educación, sin haber ejercido habitualmente la ense
ñanza, Son sus mejores libros: el Ensayo General de Educación
(1808), seguía las doctrinas de Locke, Rousseau, Condillac;
Ensayo sobre el empleo del tiempo, destinado especialmente á la
juventud; Exposición del sistema de educación de Pestalozzi (1812).
Apareció este libro en los momentos en que el Gran Reforma
dor llamaba la atención de Europa. Publicó también Jullien va
rios artículos sobre educación comparada en el Diario de educa
ción popular.
Sus trabajos contienen excelentes ideas y conceptos, aun
que pequen de complicados, difusos y sean á veces poco prác
ticos.
Gregorio Girard. — (1765-1850). —Solo los esfuerzos de
Pestalozzi son comparables á los nobles del modesto é ilustrado
fraile franciscano Girard. En 1814 aceptó el nombramiento de
prefecto de la escuela pública de Forbuigo, su pueblo natal.
Dióle celebridad el método que lleva su nombre, y que no es
más que el de Pestalozzi con ciertas modificaciones. Hace de la
lengua materna el fundamento de la educación, en vez de las
matemáticas. Pía inmortalizado su nombre el libro intitulador
Enseñanza de la lengua Materna, (1844). Trató en él de forma,
sobre todo, la regularidad del espíritu y la rectitud del corazón:
Animado siempre del gran pensamiento de mejorar la con
dición humana por la educación, vió también en la enseñanza
de la geografía un medio de educación moral, y la publicación
del librito Explicación delplano de Inburg tuvo por objeto reali
zar, su noble propósito.
Francisco Luis Naville. —(1784-1846). Su notable obra,
que lleva por título De la Educación Pública considerada en sus
relaciones con el desarrollo de las facultades, el progreso dela civili
zación y las actuales necesidadess de Francia, ha iniciado muchos pe
dagogos distinguidos en tan importante estudio. Admira en esta
obra la unidad y simetría del sistema escolar que en ella propo
ne su autor, y la disciplina rigurosa del espíritu filosófico que
en ella palpita.
Está la obra dividida en cinco partes y termina con inte
resantes notas. Expone en la primera las necesidades de la so
550 EL ATENEO
ciedad, subordinando los intereses morales á los materiales. En
la segunda, sobre la organización de la enseñanza pública, se ocu
pa en estudiar lo relativo á los conocimientos, al desarrollo de
las facultades intelectuales y á la influencia de la instrucción en
la vida.
La tercera parte está destinada á la aplicación de los prin
cipios, á la clasificación de los estudios, al proceso que deben se
guir y á la organización moral y pedagógica de las escuelas.
La cuarta parte versa acerca de los maestros y de los cuerpos
superiores de enseñanza.
La quinta se ocupa en el estudio de los gastos de la instruc
ción pública, y en la manera de plantear el sistema de instruc
ción expuesta en su obra.
Víctor Cousin.— (1702-1867). Escritor y filósofo eminente
que se ocupó con vivo interes en estudiar los asuntos referentes
á la educación común, como lo testifican sus obras intituladas:
La Instrucción Pública en Alemania (1833). La Instrucción Pú
blica en Holanda (1837). Sirvió la primera de preparación para
la ley expedida en 1833, aunque no logró Cousin conseguir que
prevalecieran sus opiniones sobre enseñanza obligatoria é ins
trucción de las niñas.
Miguel Charbonneau. — (1817-1870). Este distinguido ins
titutor normalista siguió las huellas del P. Girard en su Curso de
Pedagogía (1862). Dió sin embargo mucho más desarrollo al
estudio de la naturaleza del niño, como lo hacen los pedagogos
psicólogos, para quienes es imposible la educación sin el exacto
conocimiento del orden en que las facultades se desenvuelven.
Alenjandro Vinet. — 1897-1847). Distínguensen los didác
ticos franceses por la perspicuidad del estilo y la precisión en
los conceptos, sin aquella nebulosidad tan corriente en los escri
tores alemanes. Vinet y los que siguen pueden tenerse como
cumplidos dechados de loque dejamos expuesto.. La Educación,
la Familia y la Sociedad, obra postuma de Vinet (1855) contie
ne interesantes datos y advertencias para los institutores.
Luis Braille. — (1806-1852). Este notable profesor ciego
es autor de un Procedimiento para escribir las palabras por medio
de puntos (1829). Expone en este libro el autor, el sistema de su
LA TEDAGOCÍA 551
invención que facilita extraordinariamente á los ciegos la lectu
ra y la escritura (anagliptografia). Este sistema requiere un apa
rato que consiste en una punta de madera ó metal con una re
gi Ha móvil y un punzón. Los ciegos escriben y leen con admi
rable facilidad.
Teodoro E. Barrau. — (1704-1863). Distinguido publicis
ta que ejerció por más de treinta años el magisterio. Compuso
algunas obras muy recomendables, distinguiéndose por cierta
originalidad, Educación Moral de la Juventud (1840), Dirección
Moral delos institutores (1841), Libro del pueblo ó Consejos á los
Obreros (1S50) y La Patria (1858). El primero es un precioso
tratado relativo á las escuelas normales, en el cual encuentra el
futuro institutor cuanto ha menester para formarse clarísimo
concepto de su alto ministerio; el segundo, puede considerarse
como una especie de Pedagogía teórica, llena de excelentes pre
ceptos; y el último, un hermoso libro de lectura para los edu
candos en el que palpitan los sabios consejos y los nobles senti
mientos que todo corazón patriota debe alimentar.
Ambrosio María Rendu. — (1778-1860). Este distinguido
tratadista, se consagró á servir exclusivamente los progresos esco
lares, publicando obras importantísimas como Ensayo sobre la
Instrucción pública (1810) y Consideraciones sobre las Escuelas
Normales (1858). Fué abogado.
Ambrosio Rendu. — (1821-1864). Continuador de la obra
benemérita de su padre, escribió el importante Censo de Pedago
gia (1841) que tanto ha contribuído á mejorar la enseñanza
primaria, sobre todo en los países que ha servido de texto.
Eugenio Rendu. —(1824). Hermano del anterior, Inspec
tor de escuelas de París y jurisconsulto como su hermano, es
autor del Manual de la Enseñanza Primarii (1857) Guia de es
cuelas (1862), y Pedagogía General (1868).
Dionisio Cochin. —(1789-1841). Merced á los humanita
rios esfuerzos de este pedagogo, hicieron las escuelas de párvulos
rápidos progresos, y se le tuvo por fundador de esos estableci
mientos en Francia. Compuso un precioso Manual de las salas
de asilo (1833), que parece ser obra de una madre, tal es la de
licadeza y ternura de los pensamientos que informan el libro.
552 EL ATENEO
Fermín Marbeau. — (1798-1875). Este noble filántropo
creó en 1844 las cunas ó salas de lactancia (créches) donde se
reciben los niños desde su nacimiento hasta la edad de asistir á
las escuelas de párvulos. Cuidan, pues, estas cunas ó estas sa
las de asilo, que el niño crezca distante de las fatales influencias
del hogar desgraciado, donde la miseria, los sufrimientos, los
castigos, le anonadan para siempre. En estas salas espaciosas,
henchidas de aire, de luz y alegría, los pequeñuelos aprenden á
cantar, jugar y evolucionar.
María Pape Carpentier. —(1815-1878). Habilísima é
instruída institutriz, en cuyas numerosas obras brilla su raro ta
lento. Enseñanza Práctica, (184-9) Historias y Lecciones de cosa*.
(1858) Curso Completo de Educación (1874): sou 'os libros más
importantes con que enriqueció la bibliografía pedagógica uni
versal.
Julio Simón—(1814). Distinguido publicista, autor de
excelentes obras pedagógicas con las que ha contribuído al pro
greso de la Instrucción Pública de su patria: La Escueta pu
blicada en 1864, y que en 1881, estaba en la décima edición, trata
magistralmente de los siguientes asuntos: Legislación de la Ins
trucción primaria ; La educación de las niñas; La instrucción
obligatoria; La enseñanza libre. En 1874 dió á la estampa La
Reforma de la en*eñanza secundaria, hermoso libro lleno de no
bles aspiraciones, juicios profundos, y no escaso caudal de
ciencia pedagógica. Consta de tres partes: la primera trata del
objeto de enseñanza secundaria; la segunda, de la educación física;
la tercera, de la educación intelectual. Cada una de estas partes se
subdivide en numerosas cuestiones de capital importancia,
campeando de la crítica amplia y serena, que no tiene más
guía que el deseo patriótico de levantar la enseñanza popular.
Con aquella sencillez que caracteriza la tranquilidad del espí
ritu y la pureza de los móviles que la solicitan, acepta uno
sin resistencia, los nuevos estudios que propone, las conclusio
nes á que llega después de la discusión de los métodos de ense
ñanza. Es libro que ha llenado su objeto, y que presta aún úti
les servicios.
Octavio Greard. —Fué Rector de la Academia de París,
LA PEDAGOGÍA 553
miembro de la Academia francesa. Este sabio y renombrado
escritor ha publicado, en diversas ocasiones y formas, notables
escritos sobre instrucción, que se ocupan casi por iguales par
tes en las tres órdenes de enseñanza. En ellos afirma el pro
pio autor haber tratado de poner en claro las cuestiones de direc
ción intelectual y moral, las cuestionen de método. El objeto
común de estos estudios es el desarrollo de la inteligencia y la
formación del carácter.
El primer tomo contiene los estudios sobre salas de asilo ó
escuela* maternales. (1867-1875); La escuela, (1868); Clases de
adultos la enseñanza primaria superior (1875-1878); la cuestión
del aprendizaje (1871-1878); los resultados. El tomo segundo
se ocupa en el estudio de la enseñanza clásica en París en 1880; de
la secundaria especial en 1881; de la enseñanza secundaria de
lasjóvenes en 1882; de los ensayos de organización de la enseñan
za secundaria de las niñas; de la ley de Diciembre y la tradición
del espíritu francés. El tomo tercero comprende la cuestión de
los programas (18N4), la sucesión de los planes de estudios y el
desarrollo de los programas, las resoluciones propuestas para reme
diar el recargo de los programas, el espíritu de disciplina en lá edu
cación (1885).
El tomo cuarto abraza La enseñanza superior en París
en 1881, y el bachillerato (1885). Llevan todos los libros impor
tantes anexos que ilustran los puntos tratados en el cuerpo de
la obra, y atesora valiosos datos estadísticos que dan clara idea
del estado de la cultura pedagógica de la época á que se refieren.
Los que deseen orientarse en todas las cuestiones capitales
referentes á los tres grados de la Instrucción Pública, y quieran
conocer las soluciones acertadas de cada una de ellas, no puede
menos de leer con interés La Educación é Instrucción de Greard.
Al conocimiento profundo de la materia, auna la solidez del jui
cio y la excelencia de la doctrina. Esta obra es el basamento
en que descansa la Pedagogía francesa contemporánea.
Gabriel de Compayre. —Notable profesor normalista, au
tor de obras pedagógicas magistrales que le colocan en primera
línea entre los tratadistas franceses.
Distínguense sus libros por la claridad en la exposición, la
554 EL ATENEO
elevación de miras y el copioso caudal de ciencia con que dilu
cida los más escabrosos puntos referentes á la educación. Ha
compuesto una Historia de la Pedagogía (1887), libro adecuado
para servir de texto en las escuelas normales: un Curso de Pe
dagogía (1888). Historia crítica de las doctrinas *obre Educa
ción en Francia desde el siglo XVIII, (1885). El objeto de
esta obra es exponer el progreso de la Pedagogía francesa,
desde el siglo XVIII hasta los reformadores contemporáneos.
Estudios sobre la Enseñanza y la Educación (1891). Preciosa co
lección de artículos críticos referentes á los más complicados y
difíciles temas nacionales y extranjeros acerca de la enseñanza
primaria, media y superior. Es en este libro donde campea el cri
terio amplio y sereno del autor, y brilla su talento iluminado
por la luz de la ciencia pedagógica que, con tanta maestría, cul
tiva y difunde. Psicología aplicada á la educación. Precioso ma
nual que inicia al maestro en los estudios psicológicos y le seña
la rumbos seguros para educar eficazmente á la niñez, impidien
do que la ciega rutina ó las miras sistemáticas marchiten en flor
la inteligencia infantil. La evolución intelectual y moral del niño
Sábia monografía de psicología infantil llena de observaciones
curiosas é importantes. Organización pedagógica y legislación
de las escuelas primarias (1894). Es un interesante curso de Pe
dagogía Práctica y de administración escolar, que ningún maes
tro puede dejar de consultar. La enseñanza secundaria y su-
perior en los Estados Unidos (1896). Dos volúmenes muy intere
santes que contienen atinadísimas observaciones, y que dán
clarísima idea de la organización, adelantos y defectos de los
grados de enseñanza que estudia con talento y erudición.
Celestino Hippeau.— (1803-1883). Este literato ha pu
blicado interesantes libros sobre Instrucción Pública, que han
tenido grande y merecida acojida. Brillan en sus obras la fina
observación, el entusiasmo por los progresos de la enseñanza, y
una crítica sagaz y bien intencionada. Muchos y muy notables
escritores han encontrado en las publicaciones de Hippeau
abundantes datos para componer discursos, proyectos de ley,
reformas, etc., viniendo á constituír dichos libros un tesoro que
no puede dejar de enriquecer la mejor biblioteca.
LA PEDAGOGÍA 55Ó
Estas obras de fama universal justificada son: La instrucción
pública en los Estados Unidos (1869) en Inglaterra (1872), en
Alemania C1873), en Italia (1875), en los Estados del Norte,
Suecia, Noruega y Dinamarca (1876), en Rusia (1878), en la
América del Sur, República Argentina (1878), en Francia du
rante la Revolución (1881).
Félix Dupanloup— (1802-1878). Obispo de Orleans, cons
picuo representante de la Pedagogía católica. Combatió con ar
dor el proyecto de enseñanza obligaria de M. Simón, y pro
movió en la prensa una polémica en favor de la enseñanza li
bre, religiosa y gratuita, en contraposición á la obligatoria, gra
tuita y laica. Sus servicios á la instrucción pública no carecen
de importancia; y ha dejado las notables obras que siguen: De
la Educación (1851) Alta Educación intelectual (1855) Instruc
ción Primria en Prima (1872) Educación de las hijas (1878) y
Cartas sobre la Educación intelectual.
Formar hombres de fé, los hombres de la Providencia; he
aquí el objeto de la escuela según este ilustre prelado.
Pablo Rousselot. — Este fecundo, elegante y erudito es
critor, laureado por la Academia francesa, ha compuesto nu
merosas é importantísimas obras pedagógicas, que han contri
buido poderosamente á difundir dentro y fuera de Francia la
verdadera doctrina que debe informar la enseñar popular.
Las obras que han sido adoptadas por las bibliotecas esco
lares y pedagógicas y honradas con una suscripción del Ministe
rio de Instrucción Pública, son: Lecciones de cosas y Lecturas,
8? edición. Feliz combinación de nociones en extremo útiles y
necesarias para iniciar al niño en el mundo de la ciencia. Li-
eratura, historia, moral. Ejercicios de recitación y de composi
ción francesa. Tercera edición. Libro bien concebido, y dis
puesto admirablemente para que los niños aprendan con facili
dad á enunciar sus ideas de palabra y por escrito. La Escuela
Primaria, 4? edición. Esta es un verdadero curso de Pedagogia
elemental, en el que se estudian los principios fundamentales de
la ciencia con relación al niño y á la enseñanza. La Pedagogía
femenina, que como su nombre lo indica, contiene todo lo rela
tivo á la educación é instrucción del bello sexo sabiamente es
556 EL ATENEO
tudiado. Historia de la Educación (h las mujeres en Francia, dos
volúmenes, obra premiada por la Academia francesa. Trata
do de la Educación niñas de Fenelón, con una notable introduc
ción y notas del autor. Pedagogía para el uso de enseñan
za primaria. Notable curso de Pedagogía general, en el cual
se estudian con profundidad y singular maestría todos los pun
tos de psicología pedagógica, como los referentes á la edu
cación en todos sus aspectos. El libro consta de una introduc
ción y dos partes. En la introducción, el autor trata de la Psi
cología, de la Moral y de la Pedagogía. La parte primera estu
dia al niño, y abraza la educación física, intelectual y moral en
doce capítulos. La parte segunda, está consagrada á la Escuela
y consta de ocho capítulos. Esta obra es una feliz aplicación
de la psicología á la educación: Pedagogía Histórica. Es ésta
una bellísima, interesante é intructiva obra de pedagogía ge
neral compuesta con suma habilidad, valiéndose el autor de los
conceptos de los principales pedagogos, filósofos y moralistas de
todos los tiempos.
No sólo se viene en conocimiento de lo que pensaban aque
llos sabios acerca de los asuntos pedagógicos, sino que puede
apreciarse fácilmente la evolución de las ideas, de las teorías y
de los sistemas en tan importante materia, los progresos rea
lizados en cada época, quedando al mismo tiempo determina
das las relaciones que unen la ciencia de la educación con la
ciencia del hombre, la pedagogía, la psicología y la moral, el
arte de formar á la juventud y de gobernar álos pueblos.
Es también Rousselot autor de las siguientes notables mo
nografías: Proyecto de organización pedagógica de taa escuelas pri
marias del Jura (1869). — Organización pedagógica de las escuelas
primarias de Douh (1870). — Organización pedagógica de las es
cuelas primarias de Meurthe—et—Moselle (1874). — Organización
pedagógica de las escuelas de Puy-De-Dume (1878). —La Ins
trucción Primaria en el Departamento de Puy- -De—Dume. (1878
y 1879). —La Enseñanza Primaria obligatoria (1879). —Mme.
Guizot y sus doctrinas sobre educación. (1887).
J. M. Guyau— (1888). Uno de los más simpáticos y origi
nales filósofos franceses, arrebatado á la existencia cuando ape
nas contaba treinta y dos años. Deja obras filosóficas notables,
LA PEDAGOGÍA 557
PEDAGOGOS INGLESES
PEDAGOGOS ESPAÑOLES
Manuel José Quintana. —(1772-1857). Este inspirado
poeta redactó un plan que manifiesta su competencia en mate
ria de enseñanza.
578 EL ATENEO
En su Informe de la junta creada por la regencia para propo
ner lo* medios de proceder al arreglo de los diversos ramos de ins
trucción pública (1813), pidió la enseñanza universal y gratuita.
Presenta la primera enseñanza como la más importante y la que
el Estado debe atender con especial predilección. Determina las
materias de su plan, las escuelas que deben establecerse, las cua
lidades y la elección y separación de los maestros.
Considera la enseñanza secundaria como destinada á prepa
rar el entendimiento de los discípulos para entrar en el estudio
de las carreras liberales y á sembrar en sus ánimos la semilla de
todos los conocimientos útiles y agradables que constituyen la
ilustración de una nación civilizada y culta. Propone la funda
ción de Univcrmdades de provincia que se ocupen solamente en
imbuír á los jóvenes en esta enseñanza, reuniendo en una escuela
más completa y sistemática todo lo que se denominaba huma
nidades. El programa de las universidades debería comprender
las ciencias matemáticas y físicas, las ciencias morales y políti
cas, la literatura y las artes.
Muchos y muy importantes trabajos de esta índole se elabo
raron al principio del siglo, pero ninguno llegó á, efectuarse.
No pudo introducirse siquiera el sistema lancasteriano, que un
oficial español había estudiado por comisión del Gobierno.
Francisco Amoros y Ondeano. — (1770-1848). Coronel y
Marques. Obtuvo éxito brillante en el ensayo que practicó del
sistema pestalozziano en el Instituto creado en Madrid, del
cual era director; y que la abdicación de Carlos IV, vino á des
truir las más lisonjeras esperanzas con sobrado fundamento con
cebidas. Refugiado en Francia, después de haber desempeñado
en España elavados cargos durante la dominación francesa, su
pensamiento dominante fué la instrucción pública, y especial
mente la gimnástica. En el colegio de M. Dierdan en París,
estableció una clase de gimnasia; fué nombrado después indivi
duo de la sociedad para la instrucción elemental; publicó una Me
moria sobre el sistema de PesbUozzi, y otra sobre su método de
educación física y gimnástica segiudo en Madrid.
Octuvo la concesión de un inmenso terreno en el parque de
Granelle, donde estableció cursos de gimnasia muy concurridos
LA PEDAGOGÍA 579
PEDAGOGOS HISPANO-AMERICANOS
*
* *
He aquí las inteligencias vigorosas, los corazones magnáni
mos, las voluntades firmes á quienes debemos el progreso rápi
do de la Educación Popular, colocándola, al mismo tiempo, en
588 EL ATENEO
vías de extenderse y perfeccionarse en los pueblos de menos
avanzada cultura.
Débese á tan egregios ciudadanos que la Escuela Primaria
haya evolucionado favorablemente, dejando de ser lugar de
martirio, foco de infección, caberna obscura de palabras, donde
no penetraba la luz de la idea, y sólo se escuchaba el chasquido
del látigo, y el llanto de las víctimas.
La obra de la educación está, pues, cimentada en anchas
bases; nuestras esperanzas en sus conquistas definitivas son fun
dadas, por lo que podemos juzgar de lo pasado, y nuestros vo
tos para lo porvenir deben circunscribirse á no desfallecer un
solo instante, á que el pensamiento que crea, la mano que eje
cuta lleven á término feliz la grande obra de la civilización:
Contribuir al bien universal.
Agustín T. Whilar.
Enero 12—1901.
Jílengaje de J?mor
A VIOLA
Este es, pobre niña romántica, el cruel mensaje que te trai- '
go. Deberes de amistad para con el hombre que amas me obli
gan á cumplir tan doloroso encargo. Llora el desventurado
fracaso de tu amor, pero no odies al mensajero.
Clemente Palma.
Clónica írel Ateneo
* *
604 EL ATENEO
DEL
TOMO TEECEEO
NUMERO 13
ARTICULOS VARIOS
*** El problema de la educación
Manuel A. San Juan Bocetos del siglo XVIII—Cuar
to boceto— Un ardid de Fe
derico el Grande.
Mario Centon El fracaso de la vacuna
Hildebrando Fuentes Artemisa.
Carlos A. Romero Batalla de Junín.
POESIAS
Teohaldo E. Corpancho El triunfo de la gloria.—Oanto
á Bolognesi.
Alberto Salomón La majestad de Venus.
TEATRO NACIONAL
José Santos Chocano Vendimiarlo—(Acto 2.")
BIBLIOGRAFIA DEL ATENEO.—CRÓNICA DEL ATENEO
606 ÍNDICE
NUMKKf) 14
ARTICULOS VARIOS
Gatuno Pacheco 7.egarra La MusaX.
*** El problema de la educación.
Clemente Palma Andrónico.
Fundación de Pisco.
Pablo Patrón Cultura Prehispánica.
POESÍAS
Arturo Montoya A los bardos.
TEATRO NACIONAL
José Santos Chocano Vendimiario— (Acto 3.°)
CRÓNICA DEL ATENEO
NUMKEO 15
NUMERO 1G
ARTÍCULOS VARIOS
Alejandro 0. Deustua La Instrucción Pública en Francia
(Continuación).
Feo. Tudela y Varela Obras inéditas del Dr. D. Gabino Pa
checo Zegarra.
Ricardo Palma María Abascal (Reminiscencias).
POESÍAS
José S. Chocano Aun soltador.
Gabino Pacheco Zegarra Una ilusión.
CRÓNICA DEL ATENEO
NUMERO 17
ARTÍCULOS VARIOS
Alejandro 0. Deustua La instrucción pública en Francia
(Continuación) .
Manuel A. ,San Juan Bocetos del siglo XVIII.—Quinto bo
ceto.—Diderot en Rusia.
Clemente Palma Marionetes.
POESÍAS
Felipe Parda Una letrilla.
TEATKO NACIONAL
Gabino Pacheco Zegarra Cambiar parejas.
608 ÍNDICE
NCMKRO 1©
ARTÍCULOS VARIOS
Agustín T. Whilar La pedagogía y sus eminentes colabo
radores en el siglo XIX.
Pedro López Aliaga Ollanta (primera ópera peruana).
Clemente Palma Mensaje de amor.
CRÓNICA DEI, ATENEO
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