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Universidad Nacional Autónoma de México.

Facultad de Estudios Superiores Acatlán.


Licenciatura en Filosofía.
Filosofía Moderna III
Imparte: Ramos Argott Arturo.
Presenta: Laguna Medina Andrea Jazmín.

¿Amor o error?

1
Hablar del error no sólo como un golpe que duele y deja inconsciente, dejar de verlo como
un malestar de la vida, ¿Qué es el error? Si se piensa que se trata de una cuestión del hombre,
en dónde se adelanta la voluntad al pensamiento o, por el contrario, se dice que el error es
parte esencial y natural de la vida, se hace una referencia al ser, al hombre, al ser humano y
no sólo a él, al cuestionarse qué es el error, habrá que cuestionarse, ¿Qué es el hombre? Y en
todo caso, ¿Qué papel juega el error en la vida del hombre? pues el hombre pertenece al
mundo, forma parte de él, es miembro suyo- o como quiera decirse-, y ello no sólo como ser
1
que capta y conoce, sino como sujeto actuante y si es sujeto actuante, entonces estamos
hablando de un hacer, ¿El error hace al hombre o el hombre hace al error? Se trata de una
cuestión del hombre, pero, ¿Castigo o Fortuna?, ¿Es de eruditos, de filósofos o de hombres
normales?

Se pueden dar varias versiones acerca de lo que es el error, de cómo es que, a través
de la historia, la hermenéutica va haciendo su trabajo y aquello que se comprendía como un
avance, otros lo entiendan como una derrota, es por ello que n este trabajo se utiliza el texto
de El hombre y el mundo (Der Mensch und die Welt. 1945) en especifico el apartado A o La
concepción del mundo en la edición aquí citada de dicha obra, poniendo énfasis en la cuestión
del error como aquella puerta que nos permite seguir encerrados en la habitación de la duda,
o adentrarnos en el mundo de lo real, con la finalidad de realizar una breve comparación que
permita, con la teoría del error de Driesch, sostener que en las cuestiones del amor, el
enamorado se encuentra en un estado de duda, de error, del cuál se niega a salir.

Es la comprensión del error, una de las mejores muestras de la voluntad o del hacer
del hombre, del ser humano. Para tratar de mostrar lo dicho anteriormente, se realiza una
breve recopilación de ideas literarias y filosóficas con las que me ayudo al momento de hablar
sobre la cuestión del amor, las pasiones y un poco sobre las emociones2 especialmente sobre
Las penas del joven Werther y los Estudios sobre el amor de Ortega y Gasset. Busco pues,

1
Eduard Driesch, Adolf Hans. “El hombre y el mundo o Der Mensch und die Welt” . Universidad nacional
autónoma de México, centro de estudios filosóficos. Traducción de Eduardo García Máynez. Pág. 129.
2
Las emociones traten de dejarlas un poco más de lado por el momento, o al menos la palabra, el concepto
como tal, esto debido a que mis más recientes y breves investigaciones me remitieron a que unos estudios
acerca de la voluntad con relación a las emociones, necesitaba mucho más tiempo del que por el momento
dispongo. Las emociones no dejan de ser importantes en toda esta cuestión y menos si de pasiones se esta
hablando, sin embargo la forma que aquí presenta dicho concepto que tratara de ser lo menos usado, es con
referencia a los sentimientos, a las afecciones tanto físicas como sensoriales.

2
apoyarme en la teoría de Driesch sobre el error para ejercer lo que en un momento más
adelante y cuándo con más conocimiento de ambos temas, sería una crítica al romanticismo
y su idealización del amor. El sufrimiento del amor contra la belleza de la vida, y es que la
cuestión de las pasiones, el placer, los vicios o el amor, están tan cerca de la cuestión del
error que, muchas de las veces, resulta casi imposible encontrar el punto en el que convergen
la una con la otra, así como sus claras distinciones.

DRIESCH.,

El error

La cuestión del error como es expuesta por nuestro autor, nos permite desarrollar la
idea de que la cuestión del desamor, o el mal de amores, son cuestiones que remiten a una
falta de atención en este saber acerca de su error3, permite ver cómo es que aquel romántico
que se encuentra enajenado por el misticismo del amor, es el hombre que aún no inicia un
camino que lo conduzca a la propia crítica. El error que muestra Driesch es el amor pasional
e irracional contra el que el hombre, al afrontarse y encontrarse en su mundo, choca de frente.
La diferencia del cómo se sane ese golpe, va a depender de cómo se entienda lo sucedido.

Aquel que se encuentra en el estado del error, no sólo va de paso, lo que lo hace
encontrarse ahí es que el error es su forma de ser, de creer y de hacer. Ahora bien, hay dos
formas de pensar en el error. En primera instancia, el error podría ser considerado como un
mal, mientras más lejano se este de caer en el error, mejor será la vida. La segunda forma de
pensarlo es lo contrario a la primera, es verle como una superación de un estado inferior.

No es pues el hombre normal aquel que ve al error de esta forma, no es el hombre


normal quien adquiere un estado de reflexión. No actúa, no determina voluntariamente
ciertos procesos en el mundo4 sino que sólo se encuentra ahí, no obtiene nada de la
experiencia, ésta no le enseña nada no por ella en sí, sino por que e el hombre quien se niega
a verlo. El problema ontologíco que se presenta en el ser romántico, esta presente en Driesch

3
Eduard Driesch, Adolf Hans. “El hombre y el mundo o Der Mensch und die Welt” . Universidad nacional
autónoma de México, centro de estudios filosóficos. Traducción de Eduardo García Máynez. Pág. 7.
4
Ibidem. Pág. 79.

3
y él nos dice que hay una cuestión sobre el “yo”5 y que existe una especie de entendimiento
inmediato al que nuestra mente nos remite cada que se nos presentan ideas o sentimientos,
mismo que en la mayoría de los casos es tomado cómo único y verdadero, así, en el ejemplo
del amor, los suicidios y los desamores son a causa de que aquel enamorado, sólo es capaz
de comprender una forma de lo que el amor es. No se permite a si mismo voltear un poco la
mirilla, su enfoque es tan directo que prefiere seguir en la incertidumbre del dolor pasional
antes que aceptar que se encuentra en un error, que su comprensión, idea o forma de dar y
recibir el amor puede no ser la correcta. Por supuesto que el hombre “natural” también se
ha equivocado y lo ha sabido, pero no ha puesto especial atención en este saber acerca de
su error, ni ha hecho de él ningún “problema”; más bien le ha parecido “algo que por sí
mismo se entiende”6, el hombre “natural” se equivoca, pero rara vez aprende ello.

En este entendimiento inmediato, la libertad se hace vigente por medio de las


experiencias, las cuáles, en cierta medida, son responsables de las formas que tengamos de
comprender aquello que se no está mostrando. La voluntad por su parte, también se hace
presente, pero parece ser ella quien ejerce un poder más fuerte sobre la idea que generemos
de aquellos conceptos a los que nos enfrentamos, siendo pues la responsable de que el
enamorado no logre alejarse de aquel abismo de dolor al que regularmente le conduce el
amor. Al seguir con la idea que nos percibimos con un conocimiento que, si bien no es vasto,
nos parece suficiente para conocer las cosas, nos damos cuenta que el error a pesar de ser una
de las cosas más comunes en el camino del ser humano, es justamente uno de los conceptos
menos pensados. En el caso del enamorado, es la cuestión de negarse a creer que su forma
de amar puede resultar enfermiza o por el contrario demasiado fría, va tan ensimismado en
lo que siente, en sus miedos y metas, que olvida por completo percibir las consecuencias de
sus acciones. En el caso de la ciencia, es la idea de negarse a creer que ésta también se
equivoca, es seguir con la mentalidad de que todas las verdades a las que ésta conduce serán
verdades inmutables, casi leyes, a las que nos podremos entregar sin temor.

5
Revisar apartado C El hombre como miembro del mundo de la edición y de la obra citada de Driesch, ya que
ahí se ofrece una amplia explicación acerca de los problemas a los que el “yo” se enfrenta cuándo de hacer y
querer se trata.
6
Eduard Driesch, Adolf Hans. “El hombre y el mundo o Der Mensch und die Welt” . Universidad nacional
autónoma de México, centro de estudios filosóficos. Traducción de Eduardo García Máynez .Pág. 7.

4
AMOR EN ORTEGA Y AMOR ROMANTICO

“Hablemos de amor, pero comencemos por no hablar de amores” 7, y no pensemos


en las parejas tomadas por el brazo mano, ni en los grandes desamores que nos cuentan
cientos literatos, en el amor a la madre quizá, en el amor a la vida… preguntemos mejor ¿Qué
es el amor? Sin ser la pregunta y su resolución en cuestión lo que aquí nos atañe del ejemplo,
-ya que es tema mucho más grande y basto merecería un ensayo por separado- bastara, por
el momento, decir que el amor no está en los ojos de la madre o de la amada, ni en lo que
sentimos cuándo los vemos, el amor es muchas cosas, pero no aquella idea que durante años
se vendió al por mayor; el amor no es “felices para siempre” y tampoco es “Morir de amor”,
¿Por qué entonces que aún podemos ver cómo es que la gente se suicida a lo Werther?, ¿Por
qué se siguen escribiendo poemas, canciones, versos de desamor? y ¿Cómo es que se sigue
culpando al amor por todos los dolores que acontecen en el alma del hombre enamorado?
Amar es vivificación perenne, creación y conservación intencional de lo amado. Odiar es
anulación y asesinato virtual -pero no un asesinato que se ejecuta una vez, sino que estar
odiando es estar sin descanso asesinando, borrando de la existencia al ser que odiamos 8

Así como el amor es el contrario del odio, y en cada uno de ellos se pueden identificar
diferentes cúmulos de sentimientos o acciones, ambos tienen como hilo conductor el sentir
del hombre, la voluntad y el hacer. Al igual que la muerte, el error es parte de la vida. Es esta
convergencia entre todos lo que llamamos vida; lo que hacemos y lo que somos. Sin el error
la vida sería insípida, ¿Dónde queda la duda? ¿Cómo explicamos la fe?; sin el error, ¿Qué
sería del amor?

7
Ortega y Gasset, José. “Estudios sobre el amor” Editorial Círculo de lectores, Revista de Occidente. España,
1975. “Facciones del amor” Pág. 45.
8
Ibídem. Pág 40

5
Sin embargo, cualquiera que sea la investigación o el terreno sobre el cuál es que ésta
se va a llevar acabo, se presenta siempre una tendencia a la verdad. Sin embargo, la verdad
que aquí se requiere es aquella que no sólo coincida de buena forma con la realidad, sino que
además haga sentir bien a los miembros de la sociedad, se trata de una verdad que cumpla,
por un lado, el papel revelador y por otro, un papel curativo o reconfortante para el alma de
su fiel allegado. Es una verdad que pretende ser buena, así que su utilidad no sólo será para
con la propia experiencia de aquel que la ostenta, sino que además debe capaz de hacer
partícipe al otro de aquello que a ambos se les revela y, a su vez, les une en aquello que les
permite diferenciarse como individuos. “Esa convicción de que se capta el mundo, como es
“en sí”, es conmovida, y ello ocurre cuándo se tiene clara conciencia del hecho del error”9
Sin embargo es evidente que los seres humanos se niegan a aceptar la importancia del error,
se le ve cómo algo malo, algo que daña, y en lugar de aprovechar el avistamiento de una
próxima equivocación, el hombre generalmente se siente ofendido ante su caída en el error.
No se le concibe como parte importante de la experimentación ni se rinde cuenta de la
relevancia que tiene el caer en él, regularmente y con gran maña, el hombre se niega a ver
que es de sus fallas de quienes puede conocer y aprender.

Hoy día muchos de los conceptos a los que hacemos referencia cuándo de cualquier
tema hablamos, parecen estar comprendidos por completo, cada vez es más es cómo si cada
vez hubiera menos que aprender. Hambre, egoísmo, empatía, ciencia; no importa la palabra,
nuestra mente va a generar una idea que, a pesar de hacer referencia a lo mismo, en todos los

9
Ibídem. Pág. 7,8.

6
casos se verá diferente. El conocimiento se da por satisfecho debido a que no se atienden con
detenimiento las ideas aparentemente intuitivitas que nos conducen a él, sino que se les da la
bienvenida con gran agrado sin antes cuestionar su precedencia. Se cree que ya todo se sabe.

En el ejemplo del amor podemos identificar como es que el ser humano se vio –y así
sigue siendo- apresado por sus propias pasiones. Cómo es que se abandonó en el estado
hipnótico radical en el que entra el enamorado, hirviendo de sentimientos incontrolables y
llevando a su sociedad a presentar un modelo lleno de jóvenes que, antes de comprender que
las nociones que su entendimiento le había hecho amar no eran las correctas en cuánto a
forma de vida, prefería seguir lamentando y lamiendo las heridas que su alma incomprendida
gritaba con gran dolor, sin advertir siquiera que él mismo era quien se atormentaba los días
y no se permitía pasar las noches tranquilas. Que temor estar sin tu amor, pero que terrible y
tan doloroso temor el de aceptar que se tuvo un error. ¿Qué otros conceptos y hasta qué
grado es que afecta ésta falta de simpatía para con el error? Si bien es cierto que se puede
percibir dentro del campo de las ciencias, también me parece que lo es cuándo de amor se
trata. Ahora se sabe que los astros no son perfectos, que la naturaleza es imprevisible y que
los sistemas, religiones o sistemas bajo los que crecemos, pueden ser cuestionados casi por
cualquiera.

7
Bibliografía.

Ortega y Gasset, José. “Estudios sobre el amor” Editorial Círculo de lectores, Revista de Occidente.
España, 1975

Eduard Driesch, Adolf Hans. “El hombre y el mundo o Der Mensch und die Welt” . Universidad
nacional autónoma de México, centro de estudios filosóficos. Traducción de Eduardo García
Máynez.

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