Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
[-]
TEMA RELEVANTE
MARCO NORMATIVO
INTRODUCCIÓN
Se trata de una demanda de divorcio por la causal de adulterio con una reconvención
de divorcio por causal de separación de hecho. Comoquiera que la norma prevé
momentos distintos de fenecimiento de la sociedad de gananciales para cada causal,
se verifican pronunciamientos discordantes al respecto.
I. FECHAS RELEVANTES
• Abandono del hogar conyugal por parte del cónyuge: año dos mil.
Así, para las relaciones entre los cónyuges se considera que el fenecimiento de la
sociedad de gananciales se produce:
Ahora bien, es preciso recordar que la separación de hecho se incorporó como causal
de separación de cuerpos y subsecuente divorcio por medio de la Ley N° 27495
publicada en el diario oficial El Peruano el 7 de julio de 2001 y vigente desde el día
siguiente de su publicación.
La diferencia de fechas es provocada por los diferentes momentos elegidos por una y
otra instancia. Para la primera se aplica la Primera Disposición Complementaria y
Transitoria de la Ley N° 27495, la que se aplica a las separaciones de hecho
existentes al momento de su entrada en vigencia, por lo que la sociedad de
gananciales fenece a partir de la entrada en vigor de la mencionada ley, esto es, desde
el 8 de julio de 2001. Así, aunque es verdad que ambos cónyuges coinciden en que la
separación se produjo desde el año dos mil, la sociedad de gananciales fenece desde
el 8 de julio de 2001 por aplicación de la normativa señalada.
Entonces, la fecha desde la cual fenece esta sociedad es posterior, rigiéndose por la
causal del adulterio, vale decir, que debe tomarse en cuenta la fecha de la notificación
con la demanda de divorcio por adulterio, que data del dos de febrero del año dos mil
siete.
V. FALLO EN CASACIÓN
En contra de dicho parecer, la Sala Suprema advierte que los cónyuges habían
admitido que la separación de hecho se generó en el año dos mil, cuando el cónyuge
se retiró del hogar conyugal y procedieron desde ahí a desarrollarse de forma
independiente, salvaguardando la mínima comunicación por intereses en común.
Así que el hecho de que los cónyuges obtuvieran préstamos bancarios y compraran en
el año dos mil dos un inmueble a nombre de los dos, no evidencia la vida conyugal en
común. Tampoco la evidencia el hecho de que se encuentren o compartan
eventualmente el domicilio conyugal, siempre y cuando ambos admitan que prevalece
su estado de separados de hecho.