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Salmo 1

Feliz el hombre…
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Salmo 1
Feliz el hombre…
1. Posible composición

a) Esquema

+ 1 ¡Feliz el hombre
- que sigue el consejo de los ,

- se detiene en el de los ,
- se sienta en la de los ,
---------------------------------------------------------------------------------------------
+ 2 sino que se complace en la ley de
- y la medita de día y de noche!

+ 3 Él es como un árbol
- plantado al borde de las aguas,

- que produce fruto a su debido tiempo,


- y cuyas hojas se marchitan:

○ todo lo que haga .


-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
+4 sucede así con los , sucede así:
- son como paja que se lleva el viento.

+ 5 Por eso, triunfarán los en el juicio,


- los en la de los justos;
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
+ 6 porque cuida el de los justos,
- pero el de los .

b) Lectura del esquema

El salmo 1 presenta una construcción concéntrica, en la cual los vv. 3-4 son el centro.

Las tres partes del Salmo (vv. 1-2; 3-4; 5-6) resaltan el mismo tema: existe en la vida del
hombre la posibilidad de elegir dos realidades distintas, la de la vida con Dios (complacerse en la
Ley de YHWH, el árbol plantado, el camino de los justos) y la de la vida sin él (el camino de los
impíos, la paja, el juicio). En el centro del esquema encontramos los frutos de la elección que el
hombre haga.

Tres son las afirmaciones principales sobre los justos:


a) Será feliz (vv. 1-2)
b) Prosperará (v. 3)
c) YHWH lo cuida (v. 6)
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Y solo una cosa se le pide: amar y meditar la ley de YHWH (v. 2). En definitiva, quien obra
en la vida del justo es YHWH. Y es él el fundamento de su felicidad.

Tres son también las afirmaciones principales sobre los impíos:


a) Son como paja (v. 4)
b) No resisten el juicio, ni comparten la suerte de los justos (v. 5)
c) Sus caminos perecen (v. 6)
Y en el v. 1 se ejemplifica su obrar. A diferencia de los justos, quienes obran en la vida de
los impíos son ellos mismos. Y son, por tanto, causantes de su propia ruina.

2. Notas al texto

Introducción
Los Sal 1 y 2 (y especialmente “Bienaventuranza” la del Sal 1) son como el prólogo de todo
el Salterio, cuya doctrina moral e ideas mesiánicas resumen. La exclamación inicial de Sal 1,1 –
“¡Feliz el hombre...!”– se explicita a lo largo del Salmo mediante la contraposición de dos imágenes
poéticas: el árbol desbordante de vitalidad simboliza la felicidad de los justos; la paja arrastrada por
el viento representa la ruina final de los impíos. Así se expresa uno de los temas centrales del
Salterio y de toda la Biblia: la conducta de cada hombre (su “camino”) está sometida al Juicio de
Dios, y el mundo está gobernado por la justicia divina.

v. 1:
¡Feliz el hombre..!: las «bienaventuranzas» son exclamaciones gozosas que declaran felices
a una persona o a un grupo de personas, unas veces por lo que son (por ej., los pobres en Lc 6,20) y
otras por lo que hacen (por ej., los que trabajan por la paz en Mt 5,9). Las «bienaventuranzas» son
una forma característica de los escritos sapienciales (cf. Pr 14,21; 16,20; 20,7; 28,14; 29,18), que
también aparece con frecuencia en Salmos, (hasta veintiséis veces, cf. Sal 2,12; 32,1-2; 34,9; 41,2;
84,5-6.13; 112,1; 119,1-2; 128,1; etc.), en los Evangelios (cf. Mt 5,3-12; Lc 6,20-23) y en
Apocalipsis (cf. Ap 1,3). Para Jesucristo pertenecer al Reino de los Cielos es la bienaventuranza por
excelencia (cf. Mt 5,1-11).
…no sigue…ni se detiene…ni se sienta…: estos tres términos indican tres estadios
sucesivos de alejamiento de la conducta recta (seguir los malos ejemplos [seguir el consejo], caer en
el vicio [detenerse en el camino], justificar el pecado [sentarse con los impíos]).
…el camino de los pecadores…: la imagen del “camino” designa la conducta de los
hombres. Según la orientación que cada uno da a su propia vida, se establece la distinción entre el
“camino de los justos” y el “camino de los malvados” (v. 6; cf. Jr 21,8; Pr 4,18-19; Sal 119,1; Mt
7,13-14; cf. tb Dt 30,15-20).
…en la reunión de los impíos…: el hebreo ‫( לֵץ‬lēṣ) traducido aquí por “impío” puede
significar “burlón”, “insolente”, “cínico”, “descarado”, “desvergonzado”, “procaz”. Esta expresión
aparece con frecuencia en los escritos sapienciales, y se aplica a los que se burlan del Señor y de sus
fieles. En Sal 73,8-11, se puede ver una descripción del lenguaje y las actitudes de estos “burlones”.

v. 2:
…se complace…: lit. …(está) su deleite… El término hebreo ‫( חפֶץ‬hēp̄ eṣ) implica aquí algo
más que mero placer o complacencia; es voluntad, deseo, adhesión gozosa y obediencia fundada en
el amor.
…la ley de YHWH…: la “ley del Señor” no es un conjunto impersonal de normas y
preceptos jurídicos. En su sentido original, la palabra hebrea ‫ּתֹורה‬
ָ (torah), además de “ley”,
significa “instrucción” o “enseñanza” y designa la revelación de la voluntad divina, que ordena la
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vida del hombre en sus relaciones con Dios y con el prójimo. Para los israelitas, esta “instrucción”
está contenida especialmente en los primeros cinco libros de la Biblia. En Sal 119, se describen más
detenidamente las excelencias de esta “Ley”. Y en Sal 19,8-15 se explicita cómo actúa la Ley de
YHWH en el justo.
…y la medita…: lit. …y la susurra… Es una recitación en voz baja, hecha a modo de
meditación (cf. Sal 63,7; 77,13; 143,5), que se contrapone al clamor de la oración en la prueba (cf.
Sal 3,5; 5,3; etc.).
…de día y de noche: Cf. Jos 1,8.

v. 3:
…como un árbol plantado al borde de las aguas…: esta misma imagen se vuelve a
encontrar en Jb 29,19; Jr 17,7-8.

v. 4:
…como paja…: lit. …como tamo… El “tamo” (en hebr. ‫מֹ ץ‬, mōṣ, cf. Sal 35,5; Is 17,13;
41,15; Os 13,3; Sof 2,2) es el resto, la pelusa o la cascarilla vacía de la semilla que queda después
de la cosecha. Es signo de lo superficial, sin valor y fácilmente destruible.

v. 5:
…no triunfarán…: lit. …no se levantarán… o …no permanecerán de pie…, es decir, no
podrán resistir al juicio de Dios.
…en el juicio…: puede ser tanto el juicio escatológico (en el que se efectuará la separación
entre buenos y malos), como un juicio cualquiera de Dios en esta vida. En el uso de los términos, el
hebreo (‫ ִּמ ְׁשפָט‬, mišpāt) parece inclinarse por el primer sentido, mientras que el texto griego (κρίσις,
krísis) lo haría por el segundo.

v. 6:
….cuida…: lit. …conoce… El verbo “conocer” (en hebr. ‫ֵָידֵע‬, yāda‘) se emplea muchas
veces en la Biblia para designar una relación personal estrecha e incluso muy íntima (cf. Mt 11,27;
Jn 1,48; 10,14-15).

3. Bibliografía:

ELLIGER, K. – RUDOLPH, W., ed., Biblia Hebraica Stuttgartensia, Stuttgart, 1966/77, 19975

RAHLFS, A. – HANHART, R., ed., Septuaginta: Editio altera, Stuttgart, 2006

LEVORATTI, A J. – TRUSSO, A. B., La Biblia. Libro del Pueblo de Dios, Nankín, 20182

ESCUELA BÍBLICA DE JERUSALÉN, Biblia de Jerusalén. Nueva Edición, Bilbao, 2017

SOCIEDADES BÍBLICAS UNIDAS – CELAM, La Biblia. Palabra de Dios, Bahía Blanca, 2003

CANTERA, F. – IGLESIAS, M., Sagrada Biblia, Madrid, 2009

ALONSO SCHÖKEL, L., Diccionario bíblico hebreo-español, Madrid, 1994, 19992

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