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ANÁLISIS DE LOS EVANGELIOS DE MATEO Y JUAN.

EVANGENLIO DE MATEO.

AUTOR: Mateo. Su nombre significa: "regalo de Dios".

Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.

Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los


judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los
publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a
Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se
encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se
dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.

Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos


días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había
escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar
de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas,
quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer
frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta
totalmente inesperada: "Ven y sígueme".

Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan


productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir
altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San
Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que
todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han
llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden
dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto.

Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran


almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que
Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la crema y nata de los
pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y
llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación
de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y
pecadores?"

Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos
nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los
que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a
salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas
palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros,


oye sus sabios sermones y le colabora predicando y evangelizando por los
pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran
profeta de Nazaret.
TEMA Y PROPÓSITO.

El Tema principal en el Evangelio de Mateo es presentar a Jesús como el


Mesías, dando cumplimiento tanto a las profecías como a toda la ley del
Antiguo Testamento. En seguida, la renovación del Pacto y la nueva forma de
vivir de acuerdo a la nueva “estatura” (la del varón perfecto).

El Propósito del Evangelio de Mateo es evidenciar el linaje (genealogía) de


Jesús, que en lo natural acredita que Él es el Mesías de la promesa que Dios le
hizo a David. Y por supuesto, la salvación de los hombres a través del sacrificio
de Jesús y la Gran Comisión, que como cristianos recibimos por mandato del
Mesías y Maestro.

PALABRAS CLAVE.

1.- Reino de los Cielos


2.- Hijo del Hombre
3.- Hijo de Dios
4.- Cumplimiento
5.- Nuevo Pacto
6.- Jesús Sana
7.- Id y haced discípulos (Gran Comisión)

VERSOS CLAVE.
Mateo
1) 3.2-12; 4.17; 10.7; 6.10; 6.33; 11.12; 12.28

2) 12.8; 16.13-20; 16.27; 17.22-23; 24.27-30; 26.24-25

3) 14.33; 16.16; 26.63; 27.54;

4) 1.17; 2.5; 26.24; 26.31/39/42

5) 26.56; 22.41-46; 26.24-28

6) 8.5-13/14-17/28-34; 9.1-8; 12.1-8/15-21; 9.18-34; 14.34-36; 15.21/31;


20.17-19

7) 28.16-20
EVANGENLIO DE JUAN.

AUTOR: Juan. Su nombre significa: "Dios es misericordioso".

Este apóstol tuvo la inmensa dicha de ser el discípulo más amado por Jesús. Y
se ha hecho muy famoso por haber compuesto el cuarto evangelio.

Nació en Galilea. Era hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su


oficio era el de pescador. Parece que fue uno de los dos primeros discípulos de
Jesús, junto con Andrés. Los dos eran también discípulos de Juan Bautista y un
día al escuchar que el Bautista señalaba a Jesús y decía: "Este es el cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo", se fueron detrás de Él. Jesús se volvió y
les dijo: "¿Qué buscan?". Ellos le respondieron: "Señor: ¿dónde habitas?". Y
Jesús les dijo: "Vengan y verán". Y se fueron con él y estuvieron en su compañía
toda la tarde recibiendo sus enseñanzas. Durante toda su vida, jamás Juan
podrá olvidar el día, la hora y el sitio en que se encontró por primera vez con
Jesucristo. Fue el momento más decisivo de su existencia.

Juan estaba después un día con su hermano Santiago, y con sus amigos Simón
y Andrés, remendando las redes a la orilla del lago, cuando pasó Jesús y les
dijo: "Vengan conmigo y los haré pescadores de almas". Inmediatamente,
dejando a su padre y a su empresa pequeña, se fue con Cristo a dedicarse
para siempre y por completo a extender el Reino de Dios.

Juan evangelista hizo parte, junto con Pedro y Santiago, del pequeño grupo
de preferidos que Jesús llevaba a todas partes y que presenciaron sus más
grandes milagros. Los tres estuvieron presentes en la Transfiguración, y
presenciaron la resurrección de la hija de Jairo. Los tres presenciaron la agonía
de Cristo en el Huerto de los Olivos. Junto con Pedro, fue este apóstol
encargado por Jesús de prepararle la Última Cena.

Al ver la mamá de Santiago y Juan que Jesús los prefería tanto, y aconsejada
por ellos dos, que eran bien orgullosos, se atrevió a pedirle al Señor una gracia
muy especial: que cuando él empezara a reinar, nombrara a Juan primer
ministro y a Santiago ministro también. Jesús le respondió que el señalar los
primeros puestos en el Reino de los cielos le correspondía al Padre Celestial, y
que estos ya estaban determinados para otros. Los demás apóstoles se
indignaron contra estos dos vanidosos, pero Jesús aprovechó aquella ocasión
para recordarles que en el Reino de los cielos ocuparán los primeros puestos
los que se hayan dedicado a prestar servicios humildes a los demás.

A Juan y su hermano Santiago les puso Jesús un sobrenombre: "Hijos del


trueno". Y esto se debió a que un día fueron los apóstoles a pedir hospedaje en
un pueblo de samaritanos (que odiaban a los judíos) y nadie les quiso
proporcionar nada. Entonces estos dos hermanos, que eran violentos, le
propusieron a Jesús que les mandara a aquellos maleducados samaritanos
alguno de los rayos que tenía desocupados por allá en las nubes. Jesús tuvo
que regañarlos porque no habían comprendido todavía que Él no había
venido a hacer daño a ninguno, sino a tratar de salvar a cuantos más pudiera.
Más tarde estos dos hermanos tan vanidosos y malgeniados, cuando reciban
el Espíritu Santo, se volverán humildes y sumamente amables y bondadosos.
En la Última Cena tuvo el honor de recostar su cabeza sobre el corazón de
Cristo.

Juan Evangelista fue el único de los apóstoles que estuvo presente en el


Calvario al morir Jesús. Y recibió de Él en sus últimos momentos el más precioso
de los regalos. Cristo le encomendó que se encargara de cuidar a la Madre
Santísima María, como si fuera su propia madre, diciéndole: "He ahí a tu
madre". Y diciendo a María: "He ahí a tu hijo".

El domingo de la resurrección, fue el primero de los apóstoles en llegar al


sepulcro vacío de Jesús. Se fue corriendo con Pedro (al oír la noticia de que el
sepulcro estaba vacío), pero como era más joven, corrió a mayor velocidad y
llegó primero. Sin embargo por respeto a Pedro lo dejó entrar a él primero y
luego entró él también y vio y creyó que Jesús había resucitado.

Después de la resurrección de Cristo, cuando la segunda pesca milagrosa,


Juan fue el primero en darse cuenta de que el que estaba en la orilla era
Jesús. Luego Pedro le preguntó al Señor señalando a Juan: "¿Y éste qué será?".
Jesús le respondió: "Y si yo quiero que se quede hasta que yo venga, a ti qué?".
Con esto algunos creyeron que el Señor había anunciado que Juan no moriría.
Pero lo que anunció fue que se quedaría vivo por bastante tiempo, hasta que
el reinado de Cristo se hubiera extendido mucho. Y en efecto vivió hasta el
año 100, y fue el único apóstol al cual no lograron matar los perseguidores.

Después de recibir el Espíritu Santo en Pentecostés, Juan iba con Pedro un día
hacia el templo y un pobre paralítico les pidió limosa. En cambio le dieron la
curación instantánea de su enfermedad. Con este milagro se convirtieron
cinco mil personas, pero los apóstoles fueron llevados al tribunal supremo de
los judíos que les prohibió hablar de Jesucristo. Pedro y Juan les respondieron:
"Tenemos que obedecer a Dios, antes que a los hombres". Los encarcelaron,
pero un ángel llegó y los libertó. Otra vez los pusieron presos y les dieron 39
azotes a cada uno. Ellos salieron muy contentos de haber tenido el honor de
sufrir esta afrenta por amor al Señor Jesús, y siguieron predicando por todas
partes.

Fue desterrado de la isla de Patmos, donde fue escrito el Apocalipsis.

Después volvió otra vez a Éfeso donde escribió el Evangelio según San Juan,
que es el libro que lo ha hecho tan famoso. Este libro tiene un estilo
elevadísimo e impresionantemente hermoso. Agrada mucho a las almas
místicas, y ha convertido a muchísimos con su lectura.

TEMA Y PROPÓSITO.

El tema principal en el Evangelio de Juan es la salvación que nos da


Jesucristo POR AMOR. La vida (y vida en abundancia) a la que nos
hicimos acreedores por pura gracia y amor de Dios hacia su creación.
El propósito es dar a conocer a los cristianos la vida, el ministerio y sobre
todo, la manera de ser de Jesucristo. Introducirnos a las palabras y las
obras de Jesús para que tengamos vida en su nombre. Guiarnos para
conocer más de cerca a Jesús, su divinidad, su esencia y su
encarnación.

PALABRAS CLAVE.

1.- Amor

2.- Creer

3.- Dar testimonio/testificar

4.- Salvación

5.- Dar vida (eterna)

VERSOS CLAVE.
JUAN

1.) 3.16; 3.35; 3.35; 6.29; 11.36; 13.23; 17.26; 13.34; 14.23; 15.9y12

2.) 3.18; 10.38; 11.25 y 27; 11.45; 12.36; 12.44; 14.1; 17.20 y 21

3.) 3.11; 3.32; 7.7; 8.14; 8.17y18; 15.27; 18.37

4.) 3.17; 4.22; 10.9; 12.47; 14.6

5.) 3.15 y16; 3.13 y 14; 4.36; 5.21y25; 6.47y48; 10.27y28; 11.26; 17.2

DIFERENCIAS ENTRE EL EVANGELIO DE MATEO Y EL DE JUAN.

Mateo, fue sin duda un judío que también era publicano romano. Pareciera
que escribe su evangelio enfocado más a los judíos. Este punto de vista está
sustentado por la cantidad de referencias a las profecías judías y citas del
Antiguo Testamento Resalta especialmente la misión de Cristo a los judíos, Mt
10: 5 - 6 y 15:24

Es evidente que Mateo está más interesado en recopilar y presentar en su obra


el pensamiento y enseñanzas de Jesús en un marco histórico-cronológico, que
en dotarla de un contenido puramente narrativo. Consecuencia de este
enfoque es que el evangelista nos haya transmitido un enriquecedor cuadro
de la cristología de la iglesia primitiva, que convierte a su evangelio en un
excelente material didáctico para todo aquel dispuesto a seguir a Cristo.

Especialmente interesante es el tratamiento que Mateo da al aspecto


pedagógico de la actividad de Jesús. Mientras que Marcos y Lucas asocian las
palabras del Señor a la ocasión en que fueron pronunciadas, Mateo las
dispone de modo ordenado. A menudo las reúne en amplias unidades
discursivas, compuestas con objeto de ayudar a los creyentes a aprenderlas
de memoria. Cinco de ellas, muy conocidas, se destacan por su extensión:

El sermón del monte 5.3–7.27

El apostolado cristiano 10.5–42

El reino de los cielos 13.3–52

La vida de la comunidad cristiana 18.3–35

El final de los tiempos 24.4–25.46

El tema predominante en la predicación del Señor es el reino de Dios (9.35),


generalmente designado en este evangelio como «reino de los cielos» y
contemplado en su doble realidad presente (4.17; 12.28) y futura (16.28). La
proclamación de la proximidad del reino es también el anuncio que Jesús
encarga a sus discípulos (10.7), a quienes, después de resucitado, les
prometerá su presencia permanente en medio de ellos: «He aquí yo estoy con
vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (28.20).

Los relatos de Mateo, son de un estilo severo y pulcro, y mantienen cierto tono
ceremonial que induce a pensar en un escritor de formación rabínica. A ello
contribuye la presencia en el texto de no escasos elementos literarios que son
típicamente hebreos.

Juan, siendo muy joven (adolescente) decidió seguir a Jesús y seguramente El


Maestro se convirtió no solamente en su ejemplo a seguir, sino en su figura
paterna. La sensibilidad de Juan le permite describir en su Evangelio los rasgos
de la personalidad de Jesús y evidencia una mayor revelación del Hijo y de
Dios que el resto de los discípulos. Su evangelio es considerado por muchos
como el libro más profundo y más espiritual de La Biblia. Ya que invita a todos
por igual a creer en Jesús.

Quizás el más notable de todos los distintivos de su evangelio es el hecho de


que más de la mitad del espacio en el libro se dedica a los sucesos de la vida
de Cristo y sus palabras durante sus últimos días.

En la narrativa de Juan, destacan los siguientes elementos:

a) el lenguaje simbólico (ej.: el Verbo 1.1; el agua 7.37; el pan, 6.35; la luz, 8.12)

b) las imágenes tomadas del AT (ej.: el pastor y las ovejas: 10.1–18, cf. Sal 23; la
vid y los pámpanos 15.1–6, cf. Is 5.1–7)

c) las referencias culturales o a la naturaleza humana (ej.: la boda en Canaán,


la personalidad de Nicodemo, la mujer samaritana, el ciego de nacimiento).
Detalles como los indicados caracterizan al autor como un auténtico judío,
profundamente religioso y buen conocedor de las tradiciones y las
expectativas de su pueblo; pero un judío que ha encontrado en Jesús de
Nazaret al Mesías esperado, al Salvador y Señor «de quien escribieron Moisés,
en la Ley, y también los Profetas» (1.45; 12.32–34, 38; 15.25). Diríase, más bien,
que él mismo desea ocultar su identidad tras un anonimato apenas
quebrantado cuando se refiere a aquel discípulo «al cual Jesús amaba» (13.23;
19.26; 20.2; 21.20), del que en 21.24 se dice que fue quien «escribió estas
cosas». La tradición que atribuye el evangelio al hijo de Zebedeo, a «Juan,
hermano de Jacobo» (Mc. 3.17), se remonta al s. II.

Discursos y conversaciones encontrados sólo en el evangelio de Juan:

La conversación con Nicodemo (3:1-21).

La conversación con la mujer de Samaria (4:1-26).

Discurso a los judíos en la fiesta de los Tabernáculos (7:14-38).

La parábola del Buen Pastor (Cap. 10).

Serie de instrucciones privadas a los discípulos, sus palabras consoladoras y su


oración intercesora (Caps. 14 - 17).

Su encuentro con los discípulos en el mar de Galilea (Cap. 21).

Milagros registrados solamente en el evangelio de Juan:

El agua transformada en vino (2:1-11).

La sanidad del hijo de funcionario del rey (4:46 - 54).

La sanidad del hombre del estanque (5:1 - 9).

El ciego de nacimiento (9:1 - 7).

La resurrección de Lázaro (Cap. 11).

La segunda pesca milagrosa (21:1 - 6)

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