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La inclusión educativa es un concepto propio de la pedagogía.

Plantea que la escuela debe ser capaz de


incluir a todos los individuos en el proceso educativo, sin importar su condición, origen, raza, religión o
género, etc.

Para la inclusión escolar, la diversidad es un valor positivo dentro de la escuela. Entiende que todos
somos diferentes y que, independientemente de nuestras características (físicas, psicológicas, sociales,
culturales), tenemos el mismo derecho a recibir una educación de calidad.

El fin de la educación inclusiva es lograr el bienestar individual y social de todos los sujetos que
participan dentro del sistema de educación formal.

En este sentido, la inclusión escolar o educación inclusiva considera la escuela y los centros
educativos como lugares equitativos y sin desigualdad ni discriminación para garantizar el aprendizaje.

La diversidad en el ámbito de la inclusión educativa abarca todos los aspectos, como son la
diversidad étnica, cultural, social, física, etc., teniendo como base la igualdad de oportunidades para
todos y el principio de la no discriminación.

Como exclusión nos referimos a la situación de marginación o segregación que afecta a grupos
específicos de la sociedad, como minorías étnicas, religiosas o raciales
La exclusión educativa es aquella relacionada con el acceso a la educación de todos los ciudadanos de
un país. Se pone de manifiesto cuando las circunstancias o condiciones de determinados individuos o
grupos sociales influyen en sus posibilidades obtener una formación integral y los recursos y
conocimientos para desarrollarse plenamente. De allí que la exclusión educativa derive en exclusión
social.

En algunos de nuestros países, pese a que en el marco de la constitución se sostenga la equidad en el


acceso a la educación de nuestros ciudadanos, la realidad es que factores como el nivel económico o la
clase social, e incluso la zona donde se resida (urbanizaciones o barriadas, campo o ciudad) propician
condiciones de marginación que tienen como resultado la deserción o el rezago en los grupos más
desprotegidos.
Factores que excluyen
Concepto de normalidad: La definición de normalidad contribuye al establecimiento de políticas que
tienen efectos sobre la exclusión educativa en la medida en que pautan un conjunto de criterios
sobre los cuales se dibuja el continuo inclusión/exclusión en el que se ubican los estudiantes
(Escudero, González y Domínguez, 2009). Esta normalidad como dimensión discursiva conlleva una
serie de valoraciones sobre lo que son el éxito y el fracaso escolar o sobre lo que son los buenos y
los malos alumnos que funciona como fuente de legitimación del propio orden escolar y de su
estructura desigual. En el plano de las políticas, se han detectado distintos mecanismos de
producción de exclusión educativa. De hecho, estos mecanismos se formulan políticamente y tienen
consecuencias claves en los centros educativos, que es donde más claramente se manifiestan. Es el
caso del planteamiento de la inclusión educativa a través de medidas de atención especial que
afectan tan solo a un grupo de alumnos clasificado como problemático, en riesgo, excluido, etc. pero
que no tienen incidencia sobre el conjunto del sistema educativo. La ausencia de medidas puede ser
considerada como mecanismo de exclusión educativa en la medida en que contribuye a reforzar la
definición de normalidad (sobre la que no es necesario actuar) agudizando el proceso de
individualización y culpabilización del fracaso educativo (sobre el que sí es necesario actuar).
La política educativa incide en que existe una igualdad de oportunidades e particulariza la exclusión
en la persona que la sufre por no haber sido capaz de aprovecharlas. Es la política de la meritocracia
y de la culpabilidad individual. Además, entraña falta de apoyo al profesorado, porque solo afecta a
los docentes que se relacionan con estos chicos y no al conjunto de la comunidad. Asimismo, “las
políticas que contribuyen a homogeneizar la composición del alumnado a través de su segregación y
concentración en determinados centros pueden considerarse como mecanismos de producción de
exclusión educativa”.
Los centros escolares toman una serie de medidas disciplinarias tendentes a proteger a los
alumnos “normales”, sin darse cuenta de que están excluyendo y dejando sin opciones a sus
compañeros, y homogeneizando las clases, en vez de apostar por la diversidad. También el choque
brutal entre la educación primaria, donde los niños tienen un vínculo especial con el profesor y se les
presta mayor atención, a la secundaria, en la que poco menos que pasan a ser invisibles, es causa
de exclusión y de aislamiento.
El currículo pudiera ser en muchas ocasiones, no una ayuda sino una barrera que dificulta las
dinámicas de pertenencia y participación en la vida escolar de determinados alumnos, así como un
serio impedimento para promover la igualdad de oportunidades de aprendizaje, estamos resaltando
otra faceta crítica de la inclusión educativa, cual es la relativa a sacar a la luz, precisamente, las
barreras de distinto tipo y condición que establecidas por la tradición escolar y reforzadas por
determinadas culturas escolares, limitan la presencia, el aprendizaje o la participación de algunos
alumnos en condiciones de igualdad con sus iguales en los centros escolares a los que acuden o
acudirían de no ser considerados alumnos vulnerable.
Conclusión
El ámbito escolar es la esfera donde se puede comenzar a rescatar los valores de equidad e
igualdad en la diversidad, a través de una educación fundamentada en los principios de inclusión.
Como docentes tomar el compromiso de generar aprendizajes que atiendan las necesidades
educativas de TODOS, en la búsqueda de un equilibrio social que permita el acceso en las tres
esferas sociales de inclusión, la ciudadanía, la producción laboral y las relaciones sociales.

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