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Fujimori fue el producto de una situación desesperada donde las otras alternativas parecían mucho
menos atractivas. Su aparición como alternativa a los otros candidatos en la primera vuelta de las
elecciones fue principalmente consecuencia de una votación táctica sin precedente, cuyo rasgo más
notable fue el ser considerado como una alternativa viable en sí misma. En la segunda vuelta,
Fujimori pudo contar con el apoyo de todos aquellos que querían bloquear el camino a la coalición
derechista de Mario Vargas Llosa, FREDEMO, la cual salió como vencedora en la primera vuelta. Una
de las ventajas de Fujimori fue que no era un político profesional con un plan de gobierno bien
trazado . Tampoco contaba con una gran arca para comprar votos , por lo tanto, no
necesitaba pagar deudas po-líticas a intereses creados.
Fujimori demostró ser capaz de forjar una relación nueva con el pueblo. Durante la mayor parte
de su primera administración, y los primeros años de la segunda, mantuvo niveles de popularidad
extremadamente altos. El suyo no era un carisma nacido de una oratoria ampulosa, sino más bien
un atractivo derivado de su conducta modes-ta y una reputación basada en cualidades ‘japonesas’
como la honestidad, el trabajo y la eficacia. Por supuesto, su popularidad también se basaba en los
éxitos que había logrado: primeramente, detener la inflación y más tarde, a partir de 1992, vencer a
Sendero Luminoso
La sostenibilidad fue claramente una de las mayores preocupaciones detrás del autogolpe de 1992, el
cual consolidó la relación entre las Fuerzas Armadas y el gobierno civil34. Carente de un sucesor
obvio dentro de las filas de su propio séquito (algo que Fujimori no estaba interesado en alentar) o
entre los partidos de la oposición (aun menos), había que encontrar un mecanismo para eliminar la
prohibición constitucional sobre la reelección presidencial inmediata. Entre otras cosas, el
autogolpe alcanzó este objetivo, y abrió el camino para que Fujimori se presentara de nuevo a las
elecciones de 1995 y derrotara al candidato de la oposición, Javier Pérez de Cuéllar
Entonces, los que planeamos ese shock no usamos el ancla del tipo de
cambio, sino el ancla monetaria. Y esta fue magistralmente manejada
por el viceministro de ese entonces, Alfredo Jalilie. Funcionaba
básicamente como una bodega: entraba el dinero de un día, y ese era
el dinero que se gastaba. Esa ancla fue eliminando la inflación y, en
tres años, llegó a un dígito. Ese fue el primer logro económico.
Faltaba, entonces, hacer las reformas que van con esa economía de
mercado: liberalizar otras cosas junto con los precios, como la entrada
y salida de capitales del país; se liberaron los aranceles, se quitaron las
prohibiciones a importar y se estableció un tratamiento igualitario a la
inversión nacional y a la extranjera. En la constitución que dio
Fujimori en 1993, el capítulo económico consagra ese nuevo régimen.
En los cinco años siguientes, la economía creció a 7,1% en promedio.
En 1995, se realizan las elecciones y gana abrumadoramente Fujimori.