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Los 10 hábitos en los que las personas mentalmente fuertes confían son:

Tienes que luchar cuando ya te sientas derrotado


Un reportero una vez le preguntó a Muhammad Ali cuántas abdominales
hacía todos los días. Él respondió: "No cuento mis abdominales, solo
empiezo a contar cuando comienza a doler, cuando siento dolor, porque
es cuando realmente importa". Lo mismo se aplica al éxito en el lugar de
trabajo. Siempre tienes dos opciones cuando las cosas empiezan a
ponerse difíciles: puedes superar un obstáculo y crecer en el proceso... o
dejar que te golpee. Los seres humanos son criaturas de hábitos. Si deja
de fumar cuando las cosas se ponen difíciles, es mucho más fácil dejar
de fumar la próxima vez. Por otro lado, si te obligas a superar un desafío,
la fuerza comienza a crecer en ti.

Tienes que retrasar la gratificación


Hubo un famoso experimento de Stanford en el que un administrador
dejó a un niño en una habitación con un malvavisco durante 15 minutos.
Antes de irse, le dijo al niño que podía comerlo, pero si esperaba hasta
que regresara sin comerlo, obtendría un segundo malvavisco. Los niños
que pudieron esperar hasta que el administrador regresó,
experimentaron mejores resultados en la vida incluyendo puntuaciones
SAT más altas, mayor éxito en la carrera e incluso índices de masa
corporal más bajos. El punto es que el retraso de la gratificación y la
paciencia son esenciales para el éxito. Las personas con fuerza mental
saben que los resultados solo se materializan cuando se les da tiempo y
renuncian a la gratificación instantánea.

Tienes que cometer errores, parecer un idiota, e


intentarlo de nuevo, sin vacilar
En un estudio reciente en el Colegio de William y Mary, los
investigadores entrevistaron a más de 800 empresarios y encontraron
que los más exitosos de ellos tienden a tener dos cosas críticas en
común: son muy malos concibiendo la posibilidad de fracasar y no se
preocupan de lo que otras personas piensan de ellos. En otras palabras,
los empresarios más exitosos no invierten tiempo ni energía en hacer
hincapié en sus fracasos, ya que ven el fracaso como un paso pequeño y
necesario en el proceso de alcanzar sus metas.
Tienes que mantener tus emociones bajo control
Las emociones negativas desafían tu fuerza mental a cada paso del
camino. Si bien es imposible no sentir emociones, está completamente
bajo tu poder manejarlas adecuadamente. Cuando dejas que tus
emociones sobrepasen tu capacidad de pensar con claridad, es fácil
perder la determinación. Un mal humor puede desviar la dirección
elegida con la misma facilidad que un buen humor provoca excesos e
impulsos.

Tienes que hacer cosas que temes


A veces tenemos que hacer cosas que no queremos, pero que sabemos
son lo mejor a largo plazo: provocar a alguien, llamar a un desconocido,
desechar un proyecto y empezar de nuevo. Es fácil dejar que un reto
inminente te paralice, pero la gente más exitosa sabe que en estos
momentos, lo mejor que pueden hacer es empezar de inmediato. Cada
momento que se pasa temiendo resta tiempo y energía para hacer una
tarea realidad. Las personas que aprenden habitualmente a tomar las
decisiones más difíciles destacan como flamencos en una bandada de
gaviotas.

Tienes que confiar en tu instinto


Hay una línea fina entre confiar en tu instinto y ser impulsivo. Confiar en
tu instinto es una cuestión de mirar las decisiones desde cualquier ángulo
posible, y cuando los hechos no presentan una alternativa clara, tienes
que creer en tu capacidad de tomar la decisión correcta; tú vas con lo
que parece y se siente bien.

Tienes que liderar cuando nadie más te sigue


Es fácil establecer una dirección y creer en ti mismo cuando tienes
apoyo, pero la verdadera prueba de fortaleza es lo bien que resuelves
cuando nadie más cree en lo que estás haciendo. Las personas con
fuerza mental creen en sí mismas y mantienen el curso hasta que ganan
a la gente y su forma de pensar.

Tienes que centrarte en los detalles, incluso


cuando tu mente esté aturdida.
Nada prueba tu fuerza mental como los detalles especialmente cuando
estás cansado. Estas personas, conforme tienen más retos, atacan y
reciben con satisfacción los desafíos. Los números y los detalles no son
una excepción a esto.

Tienes que ser amable con las personas que son


groseras contigo.
Cuando la gente te trata mal, es tentador bajar a su nivel y actuar igual
que ellos. Las personas con fuerza mental no permiten que otros pasen
por encima de ellos, pero eso no significa que sean groseros. Tratan a
las personas groseras y crueles con la misma bondad que a todos los
demás, porque no permiten que la negatividad de otra persona los
derribe.

Tienes que ser responsable de tus acciones, sin


importar cuáles sean.
Las personas son mucho más propensas a recordar cómo lidiar con un
problema, de lo que son para recordar cómo lo crearon. Al ser
responsable, incluso si das una excusa, demuestras que te preocupas
por los resultados más allá de tu imagen o tu ego.

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