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Reseña Histórica
Existen crónicas sobre el efecto de los sismos desde 1800 A.C. y leyendas que atribuían
su origen a monstruos que estaban en la tierra. Las primeras explicaciones no míticas de
filósofos, como Aristóteles y Seneca (300 A.C.) proponían el aire como el origen o fuente
de los sismos. Estudios sobre cuerpos sometidos a esfuerzos realizados por Galileo
(1600) fueron un gran aporte para el entendimiento del problema. en 1660 Hooke planteo
una relación entre tensión y deformación (Ley de Hooke). A principios de 1800 las leyes
de conservación de energía y masa fueron combinadas para desarrollar las ecuaciones
de movimiento de los sólidos: Naviery Cauchy entre 1821 y 1822 desarrollaron la teoría
de la elasticidad, en 1830 Poisson dedujo la existencia de dos tipos de ondas que se
propagan a través de los sólidos. En 1845 Stokes observo que la resistencia de un sólido
ante la solicitación puede dividirse en resistencia a la compresión y al esfuerzo cortante,
dedujo los módulos de compresibilidad y rigidez en la resistencia de los materiales. Mallet
en 1857, propuso un origen explosivo de los terremotos, a partir del cual desarrollo el
concepto de foco puntual. En 1888 a partir del trabajo de Schmidt sobre la propagación de
las ondas por el interior de la tierra, se dedujo que en general, la velocidad aumenta con
la profundidad (trayectoria curva de las ondas). Poco después, Suess reemplazo el
concepto de foco puntual por el de región focal, y se estableció una relación entre
fenómenos sísmicos, la formación de montañas y el movimiento de las placas tectónicas
(Shearer, 1999; Bolt, 1981).
El primer modelo mecánico -parcialmente empírico, parcialmente intuitivo- para los sismos
Se conoce como Teoría de Rebote Elástico y fue planteado por H.F. Reid en 1910. Este
modelo con algunas modificaciones, continua vigente y explica aproximadamente bien la
ocurrencia de sismos de foco superficial.
Sistemas de protección
La energía que recibe una estructura durante un terremoto puede ser soportada de tres
maneras diferentes:
Por resistencia: Consiste en dimensionar los elementos estructurales de tal modo que
tengan suficiente resistencia como para soportar las cargas sísmicas sin romperse. Este
método requiere unas sobredimensiones bastante importantes de los elementos
estructurales y tiene algunos riesgos de rotura frágil.
Por ductilidad: Consiste en dimensionar los elementos de tal manera que parte de la
energía del seísmo sea disipada por deformaciones plásticas de los propios elementos
estructurales. Esto implica que la estructura recibirá daños en caso de seísmo, pero sin
llegar a colapsar. Reduce el riesgo de rotura frágil y la dimensión necesaria de los
elementos estructurales es bastante menor.
Un mismo edificio puede mezclar varias técnicas para soportar un seísmo. La capacidad
final de un edificio bien planteado de soportar energía sísmica es la suma de las energías
que puede soportar cada uno de los apartados anteriores.
Un dato que avala a esta teoría es que casi todos los terremotos se producen en zonas
que coinciden con los límites de las placas lito esféricas, en especial con las zonas de
convergencia como la región andina o con zonas de transformación como la falla de San
Andrés, en California.
Una explicación podría ser que los movimientos de las placas no son continuos sino una
sucesión de desplazamientos separados entre sí por períodos de quietud en los que la
energía se va acumulando y que, luego al soltarse, genera una violenta dispersión de
ondas longitudinales y transversales.
La tectónica de placas (del griego τεκτονικός, tektonicós, "el que construye") es una teoría
geológica que explica la forma en que está estructurada la litosfera (porción externa más
fría y rígida de la Tierra). La teoría da una explicación a las placas tectónicas que forman
parte de la superficie de la Tierra y a los deslizamientos que se observan entre ellas en su
movimiento sobre el manto terrestre fluido, sus direcciones e interacciones. También
explica la formación de las cadenas montañosas (orogénesis). Así mismo, da una
explicación satisfactoria a por qué los terremotos y los volcanes se concentran en
regiones concretas del planeta (como el Cinturón de Fuego del Pacífico) o a por qué las
grandes fosas submarinas están junto a islas y continentes y no en el centro del océano.
Las placas tectónicas se desplazan unas respecto de otras con relativa lentitud, a una
velocidad nunca perceptible sin instrumentos, pero con tasas bastante diferentes. La
mayor velocidad se da en la dorsal del Pacífico Oriental, cerca de la Isla de Pascua, a
unos 3400 km de Chile continental, con una velocidad de separación entre placas de más
de 15 cm/año y la más lenta se da en la dorsal ártica, con menos de 2,5 cm/año. 23. Dado
que se desplazan sobre la superficie finita de la Tierra, las placas interaccionan unas con
otras a lo largo de sus fronteras o límites provocando intensas deformaciones en la
corteza y litosfera de la Tierra, lo que ha dado lugar a la formación de grandes cadenas
montañosas (por ejemplo las cordilleras de Himalaya, Alpes, Pirineos, Atlas, Urales,
Apeninos, Apalaches, Andes, entre muchos otros) y grandes sistemas de fallas asociadas
con estas (por ejemplo, el sistema de fallas de San Andrés). El contacto por fricción entre
los bordes de las placas es responsable de la mayor parte de los terremotos.
1.2.2. Vulcanismo
II. Sacudida sentida sólo por pocas personas en reposo, especialmente en los pisos altos
de los edificios. Los objetos suspendidos pueden oscilar.
III. Sacudida sentida claramente en los interiores, especialmente en los pisos altos de los
edificios, muchas personas no lo asocian con un temblor. Los vehículos de motor
estacionados pueden moverse ligeramente. Vibración como la originada por el paso de un
carro pesado. Duración estimable.
IV. Sacudida sentida durante el día por muchas personas en los interiores, por pocas en
el exterior. Por la noche algunas despiertan. Vibración de vajillas, vidrios de ventanas y
puertas; los muros crujen. Sensación como de un carro pesado chocando contra un
edificio, los vehículos de motor estacionados se balancean claramente.
V. Sacudida sentida casi por todo el mundo; muchos despiertan. Algunas piezas de
vajillas, vidrios de ventanas, etcétera, se rompen; pocos casos de agrietamiento de
aplanados; caen objetos inestables. Se observan perturbaciones en los árboles, postes y
otros objetos altos. Se detienen relojes de péndulo.
VI. Sacudida sentida por todo mundo; muchas personas atemorizadas huyen hacia
afuera. Algunos muebles pesados cambian de sitio; pocos ejemplos de caída de
aplanados o daño en chimeneas. Daños ligeros.
VII. Advertido por todos. La gente huye al exterior. Daños sin importancia en edificios de
buen diseño y construcción. Daños ligeros en estructuras ordinarias bien construidas;
daños considerables en las débiles o mal planeadas; ruptura de algunas chimeneas.
Estimado por las personas conduciendo vehículos en movimiento.
IX. Daño considerable en las estructuras de diseño bueno; las armaduras de las
estructuras bien planeadas se desploman; grandes daños en los edificios sólidos, con
derrumbe parcial. Los edificios salen de sus cimientos. El terreno se agrieta notablemente.
Las tuberías subterráneas se rompen.
X. Destrucción de algunas estructuras de madera bien construidas; la mayor parte de las
estructuras de mampostería y armaduras se destruyen con todo y cimientos;
agrietamiento considerable del terreno. Las vías del ferrocarril se tuercen. Considerables
deslizamientos en las márgenes de los ríos y pendientes fuertes. Invasión del agua de los
ríos sobre sus márgenes.
XI. Casi ninguna estructura de mampostería queda en pie. Puentes destruidos. Anchas
grietas en el terreno. Las tuberías subterráneas quedan fuera de servicio. Hundimientos y
derrumbes en terreno suave. Gran torsión de vías férreas.
XII. Destrucción total. Ondas visibles sobre el terreno. Perturbaciones de las cotas de
nivel. Objetos lanzados en el aire hacia arriba.
La escala sismológica de Richter, también conocida como escala de magnitud local (ML),
es una escala logarítmica arbitraria que asigna un número para cuantificar la energía que
libera un terremoto, denominada así en honor del sismólogo estadounidense Charles
Francis Richter.
La sismología mundial usa esta escala para determinar las fuerzas de sismos de una
magnitud entre 2,0 y 6,9 y de 0 a 400 kilómetros de profundidad. Aunque los medios de
comunicación suelen confundir las escalas, para referirse a eventos telúricos actuales se
considera incorrecto decir que un sismo «fue de magnitud superior a 7,0 en la escala de
Richter», pues los sismos con magnitud superior a 6,9 se miden desde 1978 con la escala
sismológica de magnitud de momento, por tratarse esta última de una escala que
discrimina mejor en los valores extremos.