Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
ESCUELA DE DERECHO
LIMA
2019
“Deberes y derechos del usufructuario utilizando la doctrina y la
legislación”
El usufructo
Concepto:
Justiniano definía al usufructo como el derecho de usar y disfrutar de las cosas ajenas dejando a salvo la
sustancia. El usufructo es el derecho de usar y disfrutar más o de disponer.
El usufructo (del latín usus fructus, uso de los frutos) es un derecho real de goce o disfrute de una cosa
ajena. El usufructuario posee la cosa pero no es de él (tiene la posesión, pero no la propiedad). Puede
utilizarla y disfrutarla (obtener sus frutos, tanto en especie como monetarios), pero no es su dueño.
Por ello no podrá enajenarla ni disminuirla sin el consentimiento del propietario.
La propiedad de la cosa continúa en quién concede el usufructo, al que en doctrina se le denomina
“nudo propietario”, que es quien puede disponer de ella, gravándola, enajenándola o mediante
testamento.
usufructuario
• Un bien
la voluntad
USUFRUCTUARIO:
Puede ser persona natural o jurídica. El usufructuario es la persona a cuyo a favor se constituye el
usufructo y adquiere la calidad de titular del uso y disfrute del bien objeto de usufructo. No existe
ningún obstáculo pueda recaer en un pluralidad de personas; sobre este particular nuestro Código
Civil en su artículo 1022 contiene la formula siguiente: El usufructo constituido a favor de varias
personas en forma sucesiva se extingue a la muerte de la última .si el usufructo fuera constituido
a favor de varias personas en forma conjunta ,la muerte de alguna de ellas determinara que las
demás acrezcan su derecho .este usufructo también se extinguen con la muerte de la última
persona”. Él usufructuario debe tener la capacidad para el ejercicio de sus derechos civiles (artículo
42 del código civil).
NUDO PROPIETARIO:
La denominación de nudo propietario es porque este se halla desnudo de los
poderes de uso y disfrute del bien de su pertenencia, por ende, carente de con
tenido económico de la propiedad, pero manteniendo el poder jurídico de
disposición. El constituyente puede tener la calidad de ser el propietario
individual del bien o puede ser el copropietario quien indiviso, también puede
ser el titular de la propiedad horizontal; en fin, será todo aquel que ejerza
plenamente el derecho de propiedad sobre bienes no consumibles.
Otro aspecto que cabe destacar del artículo 1006 bajo comentario es el relativo a la oportunidad
en que debe realizarse el inventario y la tasación. La norma dice "al entrar en posesión", es decir
cuando el usufructuario ya se encuentra en posesión de los bienes usufructuados, pudiendo
advertirse que tal obligación no se exige "antes de entrar en posesión", como un requisito previo.
De este modo, la falta de inventario o tasación no deberían impedir al usufructuario la toma de
posesión de los bienes, consecuentemente, de acuerdo a la norma, podría concluirse que el
constituyente no estaría facultado para oponerse a la entrega en caso que el inventario o la tasación
aún no estuviera hechos.
Esta garantía, evidentemente, se constituye con el fin de asegurar que el bien será restituido en
buenas condiciones al momento de la extinción del usufructo.
Para nuestro ordenamiento la garantía a que se refiere la norma bajo comentario puede revestir
cualquier modalidad, de acuerdo con el título constitutivo o a criterio del juez que la imponga. En
ese sentido, puede tratarse de una garantía personal o real, en cualquiera de las clases y
modalidades permitidas por el ordenamiento jurídico.
Por último, es claro que el monto de la garantía exigida por la norma, como señala Beatriz Areán
(p. 510), debe ser suficiente para cubrir, según el caso, el valor del bien mueble o el importe de los
eventuales deterioros que el usufructuario podría causar al inmueble objeto de usufructo. Y con
respecto al tiempo de la garantía, se entiende que debe cubrir todo el plazo del usufructo. No
obstante lo señalado, puede ser que en estas materias (monto y tiempo de la garantía) se acuerde
algo distinto.
Evidentemente, cualquier explotación del bien que fuese contraria a la naturaleza del mismo podría
determinar que éste sufra perjuicios que atenten contra los derechos del nudo propietario.
El usufructuario no debe hacer ninguna modificación sustancial del bien o de su uso (ARTICULO
1009).
El usufructuario "no podrá hacer un uso irracional que perjudique a la cosa misma, en su sustancia
material, ni al nudo propietario cuando éste vuelva a tener el dominio perfecto sobre la cosa...".
El usufructuario debe pagar los tributos, las rentas vitalicias y las pensiones de alimentos que
graven los bienes (ARTICULO 1010).
Se ha mantenido la norma que contenía el numeral 935 del Código Civil de 1936, estableciéndose
la obligación del usufructuario de pagar los tributos, las rentas vitalicias y las pensiones de
alimentos que gravan los bienes.
Se trata, empero, de una norma contra la que cabe pacto distinto al no ser de orden público.
Por otro lado, es pertinente señalar que en caso de inmuebles los tributos que gravan el bien son
básicamente el impuesto predial y las tasas por servicios públicos o arbitrios municipales.
En el caso del impuesto predial, de acuerdo al artículo 9 del D.Leg. N° 776, Ley de Tributación
Municipal, corresponde pagarlo al propietario del inmueble, que viene a ser el sujeto pasivo del
impuesto. En cuanto a las tasas (alumbrado público, parques y jardines, serenazgo), si bien éstas
tienen relación directa con el bien, el propietario no es designado expresamente en la ley como
sujeto pasivo del impuesto, limitándose a señalar el artículo 68 inciso a) de la referida norma, que
las tasas se pagan por la prestación o mantenimiento de un servicio público individualizado en el
contribuyente.
Sin embargo, tal como, suele ocurrir en la práctica, nada impide que la obligación de pago del
impuesto y/o de las tasas mencionadas sea trasladada al ocupante del inmueble si fuere persona
distinta al propietario; esto es al arrendatario, al comodatario o al usufructuario, según el caso.
Empero, y no obstante lo expresado, creemos que en caso que el usufructuario no cumpliera con
lo dispuesto en el artículo 1010, es decir no pagara o dejara de pagar las cuotas de la renta vitalicia
o de la pensión de alimentos, el rentista o el alimentista, según el caso, estarían legitimados para
exigir el pago tanto al nudo propietario como al usufructuario o a ambos a la vez; al primero en su
calidad de obligado directo y principal, y al segundo por haber asumido la obligación de pago en
virtud de la constitución del usufructo según mandato del artículo 1010.
Por otra parte, en lo concerniente a las rentas vitalicias y pensiones de alimentos que eventualmente
graven los bienes dados en usufructo, el artículo 1010 dispone que el usufructuario asume el pago
de las mismas. Cabe precisar que, desde el punto de vista técnico-jurídico, esta circunstancia no
otorga al usufructuario la calidad de deudor directo de tales obligaciones frente a los respectivos
acreedores (rentista o alimentista), pues él no es el constituyente de la renta y tampoco el obligado
a prestar alimentos conforme a ley, sino que ha recibido el bien usufructuado con las cargas ya
impuestas, las mismas que han sido establecidas para que las cumpla el nudo propietario.
6. BIENES HIPOTECADOS
Si el usufructuario paga la deuda hipotecaria o el interés que ésta de venga, se subroga en el crédito
pagado (ARTICULO 1011)
Sin duda la respuesta es afirmativa; no hay razón para dar trato distinto a estas situaciones. Sin
embargo, puede además afirmarse que bien vistas las cosas, era innecesario mantener una norma
como la del artículo bajo comentario en el Código vigente, ya que de todos modos en virtud de la
regla general antes mencionada (artículo 1260 inciso 2), el usufructuario tiene la posibilidad de
hacer el pago de la deuda hipotecaria o prendaria y subrogarse en el lugar del acreedor.
el usufructuario se subroga de pleno derecho en el lugar del acreedor hipotecario en razón del
importe pagado, sustituyéndose en todos los derechos, acciones o garantías de este último hasta
por el monto de lo que hubiese pagado (artículo 1262 del Código Civil).
7. DESGASTE ORDINARIO
8. REPARACIONES Y OBRAS
El usufructuario está obligado a efectuar las reparaciones ordinarias y, si por su culpa se necesitan
obras extraordinarias, debe hacerlas a su costo (ARTICULO 1011).
Se desprende del precepto que, en principio, las reparaciones ordinarias en el bien corresponden
al usufructuario, debiendo el propietario asumir aquellas que tengan carácter extraordinario, salvo
que se originen en hechos que sean culpa del primero.
Salvat (pp. 223 Y 224) afirma con acierto que "esta obligación es la consecuencia de la obligación de usar
y gozar de la cosa como lo haría el mismo propietario: el legislador ha considerado que todo propietario
prudente sufraga esta clase de reparaciones con el importe de los frutos que obtiene por la explotación
de la cosa; ellas constituyen la carga de los frutos y es por eso que la ha puesto a cargo del usufructuario,
porque teniendo éste el derecho de percibirlos, era justo que soportase también la carga de los mismos".
9. REPARACIONES ORDINARIAS
Se consideran reparaciones ordinarias las que exijan los desperfectos que procedan del uso normal
de los bienes y sean indispensables para su conservación.
Este artículo constituye una novedad de gran acierto, ya que no solamente precisa el concepto de
las reparaciones ordinarias, sino que faculta al propietario a exigir su ejecución sin necesidad de
esperar a que concluya el usufructo.
Esta facultad concedida al propietario es de toda justicia, ya que muchas veces existen desperfectos
cuya reparación debe ser hecha sin pérdida de tiempo, para evitar males mayores.
10. MEJORAS
Las reglas sobre mejoras necesarias, útiles y de recreo establecidas para la posesión se aplican al
usufructo (ARTICULO 1015).
En efecto, puede suceder que una mejora sea útil y, sin embargo, no constituya una modificación
sustancial del bien, en cuyo caso el usufructuario podrá realizarla y deberá recuperar su valor. Si
ocurriese a la inversa, o sea, que una mejora útil implicase una modificación sustancial,
evidentemente el usufructuario no tendría derecho a su valor y además estaría infringiendo la
prohibición del numeral 1009.
Un ejemplo puede ser de utilidad: imaginemos que el bien dado en usufructo es un local destinado
al funcionamiento de un hostal. En aplicación de las normas bajo estudio, el usufructuario no
podría, por ejemplo, instalar un restaurante en una parte del local, ya que, aunque pudiera
sostenerse que se trata de una mejora útil, estaría introduciendo una modificación sustancial en el
bien y en su utilización, salvo que medie autorización del usufructuante.
Como sabemos, los frutos naturales son aquellos que proceden del bien de manera espontánea sin
intervención humana. El ejemplo clásico lo constituyen las crías de los animales. Son industriales
los que produce el bien gracias a la intervención humana, como por ejemplo, la fabricación de
determinado bien o producto y son civiles los que se originan "... como consecuencia de haber
establecido con la cosa una relación jurídica..." (DIEZ-PICAZO y GULLON, p. 150). Es el caso
de los sueldos, pensiones, rentas, etc.
La regla general sobre percepción de los frutos viene dada por el artículo 892, según el cual se
perciben los frutos naturales cuando se recogen, los industriales cuando se obtienen y los civiles
cuando se recaudan. Por otra parte, en el régimen de la posesión la norma genérica es la contenida
en el artículo 908, que establece que "el poseedor de buena fe hace suyos los frutos". Ello supone
que para que el poseedor esgrima derecho a los frutos, deberá estar en posesión "en el instante de
cada percepción" (ARIAS-SCHREIBER, p. 144).
El usufructuario, siendo un poseedor, tiene un régimen que armoniza con los principios generales
antes descritos. Conforme al artículo bajo estudio, aquél percibirá los frutos naturales y mixtos que
estuvieran pendientes al comenzar el usufructo correspondiendo al propietario los pendientes a su
término. Obviamente, los frutos que se produzcan durante la vigencia del usufructo corresponden
al usufructuario.
El propietario puede oponerse a todo acto del usufructuario que importe una infracción de los
artículos 1008 Y 1009 Y pedir al juez que regule el uso o explotación. El pedido se tramita como
incidente (ARTICULO 1017).
Según hemos visto, los numerales 1008 Y 1009 imponen al usufructuario, respectivamente, la
obligación de explotar el bien en la forma normal ya acostumbrada, y de no hacer en él o en su uso
ninguna modificación sustancial.
El artículo 1017 confiere al nudo propietario un mecanismo para hacer cumplir efectivamente los
dispositivos antes mencionados, permitiéndosele acudir al juez, en la vía incidental (hoy proceso
sumarísimo), para oponerse a su infracción.
Se busca proteger el legítimo interés del propietario quien, a decir de Wolff, "puede demandar al
usufructuario que se abstenga de los actos lesivos, cuando aquél utilice la cosa contra derecho y
persista en ello a pesar de la intimación del propietario. No es necesario que exista de presente o
sea de temer una lesión importante del derecho" (ENNECCERUS, KIPP y WOLFF, p. 84).
DERECHOS Y OBLIGACIONES
ESQUEMATIZACIÓN:
Derecho a percibir los frutos (artículos 999 y 1008 del Código Civil).
Derecho a introducir mejores (artículos 916 a 919 y 1015 del Código Civil).
OBLIGACIONES.
OBLIGACIONES