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LAS SETENTA SEMANAS DE DANIEL

Por: Rigoberto Gómez López

Al escudriñar las escrituras nos damos cuenta de que Dios tiene un tiempo
específico en el cual tratara con el pueblo de Israel; pues en Daniel 9:24
dice: “Setenta Semanas están determinas sobre tu pueblo (Israel) y sobre
tu santa ciudad (Jerusalén)…”, estas semanas son en realidad septenios, es
decir, periodos de siete años. Teniendo esto en nuestra mente leemos: “…
que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén (Primer
acontecimiento) hasta el mesías príncipe (Segundo acontecimiento),
habrá siete semanas (7 x 7 = 49 años) y sesenta y dos semanas (62 x 7 =
434 años )”; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos
angustiosos”(Daniel 9:25), dando a entender que la santa ciudad (Jerusalén)
sería reedificada en tiempos de angustia y que desde que se diera la orden
empezaría a correr el tiempo.

PRIMER ACONTECIMIENTO

Sabemos que, después de la muerte de Salomón, Israel se convirtió en un


reino dividido, diez tribus emigraron hacia el norte y establecieron su
capital en Samaria; las otras dos se marcharon hacia el sur y se
establecieron en Jerusalén (su capital) y en sus zonas circundantes. Durante
este periodo, a las tribus del norte se les dio el nombre de Israel, y el grupo
del sur, Judá. Israel fue invadido por los Asirios (Nombre que recibieron los
de la parte norte de la antigua Mesopotamia y que actualmente se conoce
como Irak), esto sucedió en el año 722 A.C., pero la tierra de Judá fue
invadida hasta el año 586 A.C. por Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien
invadió a Jerusalén (y a toda Judá) y llevo cautivo a su pueblo dando
comienzo a la llamada “Cautividad en Babilonia”.

El relato bíblico de esta última invasión se registra en 2ª Crónicas 36: 17 y


19: “Por lo cual trajo contra ellos al rey de los caldeos (Caldea era la parte
sur de Mesopotamia), que mato a espada…” (v 17 ) “y quemaron la casa de
Dios, y rompieron el muro de Jerusalén, y consumieron a fuego todos sus
palacios, y destruyeron todos sus objetos deseables” (v 19); Sin embargo el
versículo 20 agrega algo más: “… hasta que vino el reino de los Persas.”

En relación a esto, los libros de historia de civilizaciones antiguas nos


relatan que en el año 549 A.C., Ciro se pudo titular rey de los Medas y de los
persas y que, después de un período de anarquía, Darío ascendió al trono.
También nos narran como el rey Baltasar, hijo de Nabucodonor, fue vencido
por los persas en el año 539.

El libro de Daniel menciona lo que se expresó anteriormente en el capítulo


5 versículo 28 cuando se le dice a Baltasar: “… tu reino ha sido roto y dado a
los Medas y a los Persas” y en el versículo 31 dice: “y Darío de Media tomó
el reino”; por tal razón, Esdras 4:5 habla de Ciro y de Darío como reyes de
Persia (La región de los Medos y los Persas es el actual Irán, los primeros se
establecieron en la parte norte y los otros en la parte sur)

Es durante el reinado de Ciro que se proclama: “Así dice Ciro, rey de los
Persas: Jehová el Dios de los Cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra
(sometieron bajo su dominio a los Asirios, Babilonios, colonias griegas,
Egipto); y él (Jehová) me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén, que
está en Judá. Quien haya entre vosotros de todo su pueblo, sea Jehová su
Dios con él, y suba.” El cumplimiento de este primer acontecimiento se da
tal y como lo narra Esdras y Nehemías, quienes se encargaron de
reedificar.

SEGUNDO ACONTECIMIENTO

Si sumamos a las primeras 7 semanas las 62 de este segundo


acontecimiento hacen un total de 69, es decir 483 años. Al final de este
tiempo sucederá lo siguiente: “… después de las sesenta y dos semanas
(para un total de 69), se quitara la vida al Mesías…y el pueblo de un
príncipe que ha de venir destruirá la ciudad (Jerusalén) y el santuario
(Templo)…” (Daniel 9:26). Jesucristo cumplió esta profecía al morir en la
cruz del calvario y también profetizo la destrucción del templo cuando dijo:
“…no quedará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada” (Mateo 24:2)
cumpliéndose en el año 70 D.C. cuando el general Tito (Romano) destruyó
el templo de Jerusalén; y por tales razones, podemos afirmar que se han
cumplido los dos primeros acontecimientos descritos en las 69 semanas.

TIEMPO DE LOS GENTILES

Israel se endureció y rechazaron al mesías, tal como lo leemos en Juan 1:1


“A lo suyo vino, y los suyos no lo recibieron” por lo cual Dios empezó a
tratar con el pueblo gentil. Isaías 65:1 declara: “Fui buscado por los que no
preguntaban por mí; fui hallado por los que no me buscaban. Dije a gente
que no invocaba mi nombre: Heme aquí, heme aquí” y Hechos 15:17 dice:
“para que el resto de los hombres busque al señor, y TODOS LOS
GENTILES, sobre los cuales es invocado mi nombre” dándose a entender,
por la escritura, que Dios trataría con nosotros los gentiles.

El apóstol Pablo aborda este tema en Romanos 11:25 diciendo: “…que ha


acontecido a Israel endurecimiento en parte, HASTA QUE HAYA ENTRADO
LA PLENITUD DE LOS GENTILES”, entendiéndose que Dios volverá a tratar
con Israel hasta que se complete el número de gentiles (refiriéndose a
todas las naciones, excepto Israel) que han de participar de la salvación “y
luego TODO ISRAEL SERÁ SALVO…” como se expresa en el versículo 26 del
capítulo 11 de la carta a los Romanos.

El tiempo para el pueblo judío se ha detenido en la semana 69, abriéndose


un paréntesis en el cual se escriben los tiempos de los gentiles, la era de la
iglesia, la dispensación de la gracia. Lucas 21:24 dice: “… hasta que los
tiempos de los gentiles se cumplan”, es decir, cuando “entre la plenitud de
los gentiles”; mientras esto no suceda el reloj de Dios se ha detenido. Se
puede decir, que para Israel, el tiempo ha dejado de correr por más de
2,000 años; pero para nosotros (los gentiles) no corre el tiempo, tarde o
temprano puede terminar la dispensación de la gracia e iniciar la semana
setenta con la cual, el reloj de Dios, volverá a marcar el tiempo para los
judíos.

El tiempo de los gentiles llega a su fin con el arrebatamiento de la iglesia,


“porque el señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado,
seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al
señor en el aire” (1 Tesalonicenses 4:16-17) ya que se completa el número
de gentiles y la iglesia se va con Jesucristo.

INICIO DE LA SEMANA SETENTA

El arrebatamiento de la iglesia trae, como consecuencia, la manifestación


del anticristo para dar inicio a la última semana de la profecía de Daniel. El
apóstol Pablo dice que se manifestará “el hombre de pecado, el hijo de
perdición” (2Tesalonicenses 2:3), pero también expresa: “…sabéis lo que lo
detiene…” (2Tesalonicenses 2:6) refiriéndose a la iglesia de su nombre,
quien está llena del poder del Espíritu Santo; sin embargo, después que la
iglesia sea levantada “para recibir al señor en el aire” aparecerá el
anticristo.

En Apocalipsis 6:2 Juan miró “… un caballo; y el que lo montaba tenía un


arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer”
representando, en forma simbólica, la aparición del anticristo, quien con un
arco sin flecha (sin arma, sin guerra) sale venciendo, y mediante un pacto,
triunfa imponiendo la paz. Daniel es quien lo expresa diciendo: “y por otra
semana confirmará el pacto con muchos…” dando inicio, con esta escena de
paz mundial, la semana número setenta de la profecía que se encuentra en
el versículo 27 del capítulo 9 del libro de Daniel. El tiempo para Israel
empieza a correr, son los últimos siete años, y los sacrificios y ofrendas se
ofrecen en el templo que ha levantado, una vez más, el pueblo judío.

A la mitad de la semana, es decir, a los tres años y medio, Satanás es


expulsado del cielo. En relación a esto Apocalipsis 12:10 dice: “…ha sido
lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche”, también se nos menciona: “…ha
descendido a vosotros con gran ira, SABIENDO QUE TIENE POCO TIEMPO”
(V12), Satanás sabrá que solamente le quedarán otros tres años y medio, y
cuando descienda a la tierra tomará posesión del anticristo, cumpliéndose
en su plenitud lo que Pablo llama “el misterio de la iniquidad” (2
Tesalonicenses 2:7).

1 Tesalonicenses dice: “que cuando digan: Paz y seguridad entonces


VENDRÁ SOBRE ELLOS DESTRUCCIÓN REPENTINA”, paz y seguridad que
estableció el anticristo al inicio de la semana setenta, pero la destrucción
repentina está relacionada con el segundo sello de Apocalipsis 6:4 “y salió
otro caballo bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de QUITAR de
la tierra la PAZ… y se le dio una gran espada” simbolizando la guerra que
traerá consigo, no solamente el fin del pacto de paz, sino también hambre,
peste y mortandad.

Daniel 9:27 dice: “A la mitad de la semana hará (el anticristo) CESAR EL


SACRIFICIO Y LA OFRENDA”, también Daniel 11:31 dice: “y se levantarán de
su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, Y QUITARÁN EL
CONTÍNUO SACRIFICIO Y PONDRÁN LA OBOMINACIÓN DESOLADORA”,
dándose a entender que con la invasión de las tropas del anticristo, el cual
es llamado la bestia en Apocalipsis, se le dará autoridad para actuar los
últimos 42 meses o tres años y medio (Apocalipsis 13:5).

DIOS TRATARÁ CON ISRAEL

En Apocalipsis 11:3 dice: “y daré a mis dos testigos que profeticen por mil
doscientos sesenta días (42 meses, tres años y medio), vestidos de cilicio”
(La mayoría piensa que son Moisés y Elías) y en el versículo 7 dice: “cuando
hayan acabado su testimonio…”, es decir que vienen a dar testimonio y a
profetizar durante ese último tiempo. Jesús dijo: “y será predicado este
evangelio del reino (El milenio) en todo el mundo PARA TESTIMONIO a
todas las naciones; y entonces VENDRÁ EL FIN” (Mateo 24:14). Nuevamente
el evangelio del reino, la venida del Mesías para reinar durante mil años,
será predicado tal como lo hizo Juan el bautista (Mateo 3:2).

En Apocalipsis 7:4 se menciona a los primeros judíos que despiertan y abren


sus ojos para unirse a dar testimonio de Jesús, el Mesías, su salvador: “y oí
el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados DE TODOS
LAS TRIBUS DE LOS HIJOS DE ISRAEL”. La Biblia dice que “…estos fueron
redimidos de entre los hombres como PRIMICIAS PARA DIOS Y PARA EL
CORDERO”.

Mientras esto ocurre, Satanás “con lisonjas seducirá a los violadores del
pacto…” (Daniel 11:32) “…más el pueblo (Israel) que conoce a su Dios se
esforzará y actuará y los sabios del pueblo INSTRUIRÁN A MUCHOS…” (v33),
el Israel endurecido empieza a despertar. Jesucristo dijo: “por tanto,
cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el
profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea,
HUYAN A LOS MONTES” (Mateo 24:15-16) afirmando que pondrán la
“abominación desoladora” en el templo judío, acontecimiento explicado
por el apóstol Pablo cuando dice: “el cual se opone (el anticristo) y se
levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que SE
SIENTA EN EL TEMPLO DE DIOS COMO DIOS, HACIÉNDOSE PASAR POR
DIOS” (2 Tesalonicenses 2:4). Este es el inicio de una persecución contra los
judíos (el pueblo de Dios) a quienes se les dice “HUYAN A LOS MONTES”
(Mateo 24:16).

Una parte de Israel es llevado al desierto, representado en Apocalipsis 12:1


con “una mujer vestida de sol con la luna debajo de sus pies, y sobre su
cabeza una corona de doce estrellas”, a quien en el versículo 14 del mismo
capítulo “se le dieron las dos alas de la gran águila, para que volase de
delante de la serpiente (Satanás) AL DESIERTO, A SU LUGAR, donde es
sustentada por un tiempo (1 año), y tiempos (2 años), y la mitad de un
tiempo (1/2 año). En Isaías 16:4, hablando de Israel, el profeta dice: “Moren
contigo mis desterrados oh Moab; sé para ellos escondedero de la
presencia del devastador…” Moab escapará de las tropas del anticristo y
podría ser un lugar de refugio para los israelitas ya que Daniel 11:41 dice:
“Entrará (el anticristo) a la tierra gloriosa (Jerusalén), y muchas provincias
caerán; más estas ESCAPARÁN de su mano: EDON Y MOAB Y LA MAYORÍA
DE LOS HIJOS DE AMÓN”.

Muchos piensan que en esta invasión del anticristo Rusia tendrá su


participación al igual que Inglaterra y Alemania ya que la bestia que
representa al anticristo en Apocalipsis 13:2 hace alusión a las que vio
Daniel, las cuales son descritas en el capítulo 7 del libro que lleva su
nombre. Daniel miró cuatro bestias y se le dijo que eran “REYES QUE SE
LEVANTARÁN EN LA TIERRA” (Daniel 7:17) refiriéndose a naciones en
nuestro tiempos; sin embargo, sean o no estas naciones, el anticristo
“extenderá su mano contra las tierras, y no escaparán el país de Egipto. Y se
apoderara de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas preciosas
de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán” (Daniel 11:42-43).

En este ambiente se hace presente la llamada “GRAN TRIBULACIÓN”


“porque habrá entonces gran tribulación; cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá” (Mateo 24:21). En Daniel 12:1
se le llama TIEMPO DE ANGUSTIA: “y será tiempo de angustia, cual nunca
fue desde que hubo gente hasta entonces; PERO EN AQUEL TIEMPO SERÁ
LIBERTADO TU PUEBLO…” Estas últimas palabras escritas en mayúscula, nos
dicen que es ese el momento en que Israel será libertado por su Dios. La
Biblia dice: “”…por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad y
despojo” (Daniel 11:33); también se nos menciona que “…algunos de los
sabios caerán para SER DEPURADOS Y LIMPIADOS Y EMBLANQUECIDOS…”
(Daniel 11:35). Juan en Apocalipsis 6:9 nos habla de lo mismo al decir:
“cuando vio el quinto sello vi bajo el altar las almas de los que habían sido
muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían” y
en el versículo 11: “y se les dieron VESTIDURAS BLANCAS, y se les dijo que
descansasen un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus
consiervos y hermanos, que también habían de ser muertos como ellos”.

Israel alcanza salvación en tiempo de angustia, y los gentiles están


condenados ya que el apóstol Pablo lo expresa diciendo: “…Dios les envía
un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean
CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, sino que se
complacieron en la injusticia” (2 Tesalonicenses 2:11-12). Muchos
(Israelitas) serán limpios, y emblanquecidos, y purificados; los impíos
(GENTILES) procederán impíamente; ninguno de los impíos (Gentiles)
entenderá, pero los entendidos (Judíos) comprenderán” (Daniel 12:10).
Israel será probado y los gentiles endurecidos tal como se endureció Faraón
con las plagas de Egipto. Así lo declara la escritura en Apocalipsis 9:20-21 “y
los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, NI AUN ASÍ SE
ARREPINTIERON de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los
demonios…”. También leemos en Apocalipsis 13:9 “y los hombres se
quemaron con el gran calor, Y BLSFEMARON EL NOMBRE DE DIOS, Y NO SE
ARREPINTIERON PARA DARLE GLORIA”. Se puede asegurar, por la escritura,
que todo gentil que no fue levantado en el arrebatamiento no tiene
oportunidad de ser salvo durante la gran tribulación, los tiempos de los
gentiles son ahora y no hay que esperar para ser salvo.
Jesús dijo: “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por
dignos de ESCAPAR de todas estas cosas que vendrán”, nosotros debemos
estar preparados para escapar de la gran tribulación. Apocalipsis 3:10 dice:
“por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también TE
GUARDARÉ DE LA HORA DE LA PRUEBA…”, es decir, que la iglesia escapa
antes de la hora de la gran tribulación , por eso el apóstol Juan, cuando
miro una gran multitud de todas las naciones, pueblos, tribus y lenguas,
que estaban delante del trono y en la presencia del cordero, vestidos de
ropas blancas y con palmas en las manos; preguntó diciendo: “…Estos que
están vestidos de ropas blancas ¿quiénes son y de dónde han venido?”
(Apocalipsis 7:13). La respuesta fue: “Estos son los que han salido (es lo
mismo que ESCAPAR) de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las
han emblanquecido en la sangre del cordero” (V14).

LA GUERRA DE ARMAGEDÓN

Recordemos que Satanás se apodera de Jerusalén cuando profana el


santuario y, como dice la palabra de Dios, “plantará las tiendas de su
palacio entre los mares y el monte glorioso y santo” (Daniel 11:45); sin
embargo noticias del oriente (Los Chinos) y del norte LO ATEMORIZARÁN, y
saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (Daniel 11:44). Los
orientales, específicamente los chinos, serán parte de la guerra de
Armagedón ya que también Apocalipsis 16:12 hace referencia a ellos
diciendo: “El sexto ángel derramó su copa sobre el gran río Eufrates (en el
actual Irak); y el agua de este se secó, para que estuviese preparado el
camino a los REYES DEL ORIENTE (chinos, orientales, asiáticos)”: pero el
anticristo pide ayuda a las otras naciones ya que en los versículos 13 y 14
dice: “y vi salir de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca
del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas ; pues son
espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra (las
otras naciones) en todo el mundo, para reunirlos a la batalla…”culminando
con lo que dice el versículo 16: “ y los reunió en el lugar que en hebreo se
llama Armagedón”.

Armagedón se deriva de Ar que significa monte, y Megido que es el


nombre de una ciudad situada en un monte de poca altura al pie del
Carmelo en el valle de Jezreel. Armagedón, literalmente, significa monte de
Megido o el alto de Megido.

Mientras Satanás reúne a las naciones en el monte Megido (Armagedón) y


los orientales piensan en cruzar el Eufrates, otro país del norte se prepara
para la guerra, lo leemos en Ezequiel 38 “Hijo de hombre pon tu rostro
contra Gog (líder ruso) en tierra de Magog (Rusia), príncipe soberano de
Mesec (Moscú) y Tubal (Turquía), y profetiza contra él” (v2) “Persia (Irán),
Cus (Etiopía) y Fut (Libia) con ellos…Gomer (algunos dicen que en el Talmud
judío es Alemania)… la casa de Togarma (Griegos, Turcos, Italianos,
españoles y portugueses)” (v5-6) “vendrás de tu lugar, de las regiones del
norte, tú y muchos pueblos contigo…” (v15).

En estas circunstancias se encuentra el mundo, dispuesto a tener otra


guerra mundial; sin embargo, “…aparecerá la señal del hijo del hombre en
el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al hijo
del hombre, viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.
Cuando esto ocurre las naciones en conflicto se reúnen para pelear contra
él, tal como nos lo narra Juan en Apocalipsis 19:19 “Y vi a la bestia, a los
reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que
montaba el caballo”. La Biblia dice: “…saldrá Jehová y peleará contra
aquellas naciones…” (Zacarías 14:3) “…y se afirmarán sus pies en aquel día
sobre el monte de los olivos” (v4) “…y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos
los santos” (v5). El señor Jesucristo “…enviará sus ángeles con gran voz de
trompeta, y juntarán a sus escogidos (judíos), de los cuatro vientos, desde
un extremo del cielo hasta el otro”. Así también se profetizó en Isaías
11:12”… y juntará los desterrados de Israel, y reunirá los esparcidos de Judá
de los cuatro confines de la tierra” “Y secará Jehová la lengua del mar de
Egipto; y levantará su mano con el poder de su espíritu sobre el río, y lo
herirá en sus siete brazos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá
camino para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la
manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de Egipto” (v15-
16).

La Biblia dice que en esta guerra, la bestia (el anticristo) será apresada al
igual que el falso profeta (la otra bestia) y que serán lanzados vivos dentro
de un lago de fuego que arde con azufre (Ap. 19:20). También el versículo
21 de Apocalipsis 19 dice: “Y los demás fueron muertos con la espada que
salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de
las carnes de ellos”. Jesús derrota a todas las naciones y se hace real la
escena de Apocalipsis 20:4 “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años”.

En la actualidad estamos en el tiempo de los gentiles, la era de la iglesia, la


dispensación de la gracia. Es tiempo de buscar nuestra salvación porque
mañana será demasiado tarde.

(Publicado en El Heraldo Pentecostal, órgano informativo de Iglesia


Pentecostal Unida Hispana INC.)

EL ARREBATAMIENTO Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


Por: Jorge Isaac Manzano

 El Arrebatamiento de la Iglesia

El arrebatamiento es la aparición de Jesucristo en el aire para levantar a Su


iglesia. Este evento es conocido también como “el levantamiento del iglesia”,
“el recogimiento de la iglesia”, “el rapto de la iglesia”, “el traslado de la
iglesia”, “la esperanza bienaventurada”, “nuestra reunión con Jesucristo”.

En el arrebatamiento Cristo viene por su iglesia, y sucederá antes de la Gran


Tribulación, los creyentes que han muerto resucitarán, y los creyentes
vivientes serán traspuestos para recibir al Señor en las nubes de gloria.

Desde que Jesucristo subió al cielo, ha estado preparando lugar para la


esposa. En la tierra Dios prepara una esposa bella para entrar al lugar
preparado. La nueva Jerusalén es un lugar preparado para un pueblo
preparado. El pecado no entrará allí. Jesucristo no arrebatará a la persona
que esté preparándose, sino a la que se ha preparado, que ha obedecido el
evangelio de salvación del Nuevo Testamento y que vive piadosamente.

1 TESALONICENSES 4:13-17 “Tampoco queremos hermanos, que ignoréis


acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que
no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así
también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os
decimos esto en palabra del Señor que nosotros que vivimos, que habremos
quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con
trompeta de Dios. Descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán
primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el
aire, y así estaremos siempre con el Señor”.

1 CORINTIOS 15:51-54 “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos;


pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de
ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es
necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista
de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y
esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra
que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.

FILIPENSES 3:20-21 “Más nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde


también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el
cuerpo de la humillación nuestra, para que semejante al cuerpo de la gloria
suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las
cosas”.

 La Segunda Venida de Cristo

Jesús viene por segunda vez en persona, tal como se fue. Está claramente
expuesto por el mismo Señor Jesús, y fue predicado y enseñado en la iglesia
primitiva por los apóstoles. Este evento es conocido también como “la venida
de Cristo en gloria”, “la venida de Cristo para gobernar”, “la manifestación
gloriosa”.

En la segunda venida el Señor vendrá con su iglesia y esto sucederá al final de


la Gran Tribulación, Jesucristo aparecerá para hacer juicio cuando vuelva a
reinar y a instituir Su reino milenial (milenio o milenial quieren decir “de mil
años).
MATEO 24:30 “Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y
entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre
viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

HECHOS 1:9-11 “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le
recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos
puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos
dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones
galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido
tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”.

APOCALIPSIS 1:7 “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los
que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él”.

 Cuadro Comparativo entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida

El Arrebatamiento de la Iglesia La Segunda Venida del Señor

Es la venida invisible de Cristo Es la venida visible de Cristo

“en un abrir y cerrar de ojos” “todo ojo le verá”

1 Corintios 15:52 Apocalipsis 1:7

Cristo viene por su iglesia Cristo viene con su iglesia

Juan 14:3 Apocalipsis 19:11-14

Cristo viene a recoger a sus santos Cristo viene a reinar con sus santos

1 Tesalonicenses 4:16-17 Zacarías 14:5

Cristo recibirá a su iglesia Cristo pondrá sus pies

en las nubes en el monte de los Olivos


1 Tesalonicenses 4:17 Zacarías 14:4

Sucederá antes de la Gran Sucederá al final de la Gran


Tribulación Tribulación

Apocalipsis 3:10 Mateo 24:29-30

No tiene señales precursoras, es un Tiene señales precursoras, está


hecho inminente rodeada de datos como tiempos,
días, semanas, etc.

EL MILENIO

Por: Rigoberto Gómez

En Zacarías 14:3 leemos: “…saldrá Jehová y peleará con aquellas


naciones…” refiriéndose a la batalla que Jesús tendrá con todas las
naciones que pelearán contra él, “juntará a los desterrados de Israel y
reunirá a los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra” (Isaías
11:12); “Y secará Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano
con el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete brazos, y
hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino para el remanente de
su pueblo, el que quedó de Asiria, de la manera que lo hubo para Israel el
día que subió de la tierra de Egipto” (Isaías 11:15-16). El señor recoge a sus
escogidos ya que “enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntará a
sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo de los cielos hasta el
otro” (Mateo 24:31); también es apresado el anticristo (la bestia) y el falso
profeta para ser lanzados vivos al lago de fuego (Apocalipsis 19:20). Jesús
derrota a todas las naciones (Apocalipsis 19:21) y Satanás es atado por mil
años (Apocalipsis 20:1-2).

¿QUIÉNES ESTARÁN EN EL MILENIO?

Sabemos, por la escritura, que Jesús “afirmará sus pies en aquel día sobre el
monte de los olivos” (Zacarías 14:5) tal como lo expresa Judas 14 al citar la
profecía de Enoc diciendo: “…He aquí, vino el señor con sus santas decenas
de millares” enseñándonos que la iglesia (los santos) estarán en el reino del
Mesías sobre la tierra. También el remanente de Israel, citado con
anterioridad (Isaías 11:15-16), estarán en el milenio ya que Jesús “juntará a
sus escogidos” (Mateo 24:31) incluyendo a aquellos que huyeron al desierto
durante la gran tribulación (Apocalipsis 12:14). Los dos testigos que
profetizaron durante el tiempo de angustia (gran tribulación), quienes
fueron muertos y resucitados según Apocalipsis 11:11 junto con los 144,000
sellados de Apocalipsis 7:4. También “TODOS LOS QUE SOBREVIVIEREN DE
LAS NACIONES (GENTILES) que vinieron contra Jerusalén, SUBIRÁN DE AÑO
EN AÑO PARA ADORAR AL REY” (Zacarías 14:16), dando a entender que los
gentiles tendrán su participación en el reinado de Jesús por mil años, y para
reafirmarlo aún más, el versículo 18 menciona a los egipcios como parte de
esas naciones gentiles. Además de esto, Juan menciona otro grupo que
estará en el reino milenario: “…vi las almas de los decapitados por causa del
testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la
bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus
manos; Y VIVIERON Y REINARON CON CRISTO MIL AÑOS” empezando así el
reinado del Mesías con todos aquellos que participan de “la primera
resurrección” incluyendo a los santos del antiguo testamento.
¿CÓMO SERÁ DURANTE EL MILENIO?

Será un gobierno teocrático, Lucas 1:34 dice: “…y su reino no tendrá fin”
significando que no estará limitado a fronteras. En este gobierno Jerusalén
será la capital y se convertirá en un centro de adoración mundial:
“…subirán de año en año para adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y a
celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16). La tierra de
Palestina será un paraíso, así lo leemos en Joel 3:18 “Sucederá en aquel
tiempo, que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche, y por
todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una fuente de la casa de
Jehová, y regará el valle de Sitim”. Israel edificará las ciudades asoladas y
las habitarán (Amós 9:14); pero “encenderán y quemarán armas, escudos,
paveses, arcos y saetas, dardos de mano y lanzas; y los quemarán en el
fuego por siete años” (Ezequiel 39:9); además, Israel limpiará la tierra de la
multitud de muertos que dejó la guerra y los enterrará en el valle de
Hamón-Gog durante siete meses (Ezequiel 39:11-12).

Durante este tiempo el reino animal sufrirá cambios, Isaías 11:6-8 dice:
“Morará el lobo con el cordero, y el leopardo con el cabrito se acostará; el
becerro y el león y la bestia doméstica andarán juntos, y un niño los
pastoreará. La vaca y la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león
como el buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva del
áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la caverna de la
víbora”. De igual manera Isaías 65:25 dice: “El lobo y el cordero serán
apacentados juntos, y el león comerá paja como el buey; y el polvo será el
alimento de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo
monte, dijo Jehová”.

Según Isaías 65:20-23 la vida se prolongará: “No habrá más allí niño que
muera de pocos días, ni viejo que sus días no cumpla; porque el niño morirá
de cien años, y el pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y
morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán
para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los
días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán
la obra de sus manos. No trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición;
porque son linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos”.

Durante el milenio Israel será servido por otras naciones (gentiles). Isaías
60:10 dice: “extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán…” ya
que como lo dice el profeta: “porque la nación o el reino que no te sirviere
perecerán, y del todo será asolado” (v12). A Israel le traerán de todas la
riquezas de la tierra (Isaías 60:6-16). La escritura declara: “Edom y Moab les
servirán, y los hijos de Amón les obedecerán” (Isaías 11:14). Las ciudades de
los edomitas, moabitas y amonitas estarán asoladas por los juicios de Dios
(Abdías 1:11-15; Sofonías 2:8-10). Con esto en mente entendemos lo que
dice Isaías 61:5: “Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños
serán vuestros labradores y vuestros viñadores”, no cabe duda que Israel
será servido por otras naciones.

FIN DEL MILENIO

La Biblia dice: “Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su
prisión, y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de
la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de
los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la
tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de
Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba
fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso
profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos”. Estos
versículos nos enseñan que al final del milenio Satanás vuelve a convocar a
todas las naciones para hacer guerra contra “el campamento de los santos y
la ciudad amada”, nuevamente es derrotado y lanzado al lago de fuego,
terminando así, el reinado del Mesías para continuar con la segunda
resurrección y el juicio del trona blanco.
Una eternidad con Jesús es lo que sigue después de todas estas cosas, y
debemos ser parte de la iglesia levantada en el arrebatamiento, para poder
participar de esa bendición de “verle cara a cara tal como él es”

ELIAS VIENE OTRA VEZ (EL PROFETA ELIAS COMO UNO DE LOS DOS
TESTIGOS DE APOCALIPSIS 11)

Por: Jason Dulle

“Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con


caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino.
Viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente
de a caballo! Y nunca más le vio; y tomando sus vestidos, los rompió en dos
partes” (2. Reyes 2:11-12).

¿Qué quiere decir la Biblia cuando dice que Elías viene de nuevo? ¿Es una
profecía cuyo cumplimiento será literal, o Juan el Bautista ya cumplió la
profecía en espíritu? ¿O será que la profecía tiene un cumplimiento doble:
uno por Juan el Bautista y otro por el propio profeta Elías. En este breve
documento se examinará este tema.

Las dos profecías sobre las que se basan todas las referencias del Nuevo
Testamento, se encuentran en Malaquías 3:1 y 4:5-6, que dicen así:

“He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y


vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel
del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los
ejércitos”. (3:1). [1]

“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová,
grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el
corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con
maldición”. (4:5-6).

Es evidente que los judíos de la Palestina del primer siglo, estaban esperando
que Elías regresara a la nación de Israel para preparar los corazones de la
gente para recibir a su Mesías. [2] Algunos de los fariseos le preguntaron a
Juan el Bautista si él era Elías que habría de venir (Juan 1:21-25). Juan negó
que él fuera Elías, y declaró que él era "la voz de uno que clama en el
desierto: Enderezad el camino del Señor" (Juan 1:21, 1:23), tal como fue
profetizado por Isaías (Isaías 40:3). Otros creyeron que Jesús era Elías
(Marcos 6:15). Incluso, los discípulos de Jesús testificaron que muchos en
Israel creían que Jesús era Elías que había venido de nuevo (Mateo 16:14,
Marcos 8:28 y Lucas 9:19).

Si ninguno de ellos, Juan el Bautista o el Señor Jesús, eran Elías que había
venido de nuevo, entonces ¿quién es ese Elías que vendrá otra vez?

Acerca de Juan el Bautista, Jesús le dijo a la multitud que éste era el


mensajero de Malaquías 3:1 y el Elías de Malaquías 4:5. (Ver Mateo 11:7-14,
enfocándose en los versículos 10 y 14). En otra ocasión, después de que Jesús
se transfiguró, apareció con Moisés y Elías en el monte. Pedro, Jacobo y Juan,
le preguntaron a Jesús sobre el por qué los escribas decían que es necesario
que Elías venga nuevamente antes de que todas las cosas sean restauradas
(Mateo 17:1-13, Marcos 9:2-13). Jesús les explicó a ellos: "A la verdad, Elías
viene primero, y restaurará todas las cosas. Mas os digo que Elías ya vino, y
no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron" (Mateo
17:11-12). Jesús pensó en Juan el Bautista, como el Elías de Malaquías 4:5
(Mateo 17:13). ¿Cómo puede ser esto? Esto se puede entender, cuando nos
percatamos de que antes de que Juan naciera, el ángel del Señor dijo esto a
Zacarías concerniente al ministerio de Juan: “Y hará que muchos de los hijos
de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. E irá delante de él con el
espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a
los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor
un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:16-17, énfasis mío). Juan el Bautista no
era la persona de Elías que se profetizó que volvería, pero Juan fue ordenado
por Dios para preparar el camino a Jesús en su primera venida, en el espíritu
y el poder que poseyó Elías. Esto no niega que el propio Elías venga de nuevo
en su presencia física, antes de que Jesús regrese a la tierra para establecer
su reino milenial. Entonces se puede decir que Juan el Bautista cumplió
parcialmente las profecías de Malaquías.

Puede parecer extraño o incluso incorrecto, decir que una profecía puede
cumplirse parcialmente. Sin embargo, nos encontramos con que las
Escrituras declaran muchas profecías que solo se han cumplido parcialmente
y que tienen cumplimientos múltiples. En la hermenéutica bíblica, esto se
conoce como el principio de la doble referencia profética. Muchas de las
profecías acerca de Jesús, son profecías de doble referencia, lo que significa
que tuvieron un cumplimiento inmediato, y tuvieron o van a tener un
cumplimiento futuro. Aquí hay algunos ejemplos.

Esteban afirmó que Jesucristo era el profeta del cual habló Moisés en
Deuteronomio 18:15 y 18:18-19. Sin embargo, cuando se lee el contexto de
Deuteronomio 18, podemos ver que Moisés estaba hablando de Josué, quien
iba a ser el próximo líder de Israel.

Mateo afirmó que en Jesucristo se cumplió la declaración de Oseas 11:1 que


dice: "De Egipto llamé a mi hijo", cuando Jesús vivió en Egipto hasta la
muerte de Herodes (Mateo 2:14-15). Sin embargo, cuando observamos este
versículo dentro del contexto de Oseas, se verá que Dios estaba hablando del
éxodo de los israelitas de Egipto.

Igualmente, Mateo dice que la masacre de los niños varones en Belén (Mateo
2:16-18), fue el cumplimiento de la profecía de Jeremías que dice: "Así ha
dicho Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel que
lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque
perecieron" (Jeremías 31:15). Sin embargo, desde el contexto de Jeremías 31,
sabemos que esta profecía fue dada por Jeremías a los judíos que estaban
cautivos en Babilonia, a los cuales les fue prometido que una vez más, sus
hijos habitarían en la tierra de Canaán (Jeremías 31:16-17).

Cuando Dios inspiró a Malaquías previó a Juan, reconociendo que Juan el


Bautista cumpliría en espíritu aquellas profecías durante la primera venida de
Jesús, pero Él se estaba enfocando sobre el propio Elías, sabiendo que éste
iba a dar cumplimiento a aquellas profecías durante la segunda venida de
Jesús.

Elías regresará de nuevo en su cuerpo físico a preparar el camino para el


regreso de Jesús. El contexto de las dos profecías de Malaquías, indican que
Elías va a venir de nuevo para hacer volver el corazón de Israel al Señor, antes
de que el Mesías venga a establecer su reino terrenal, de modo que la cólera
de Dios no repose sobre ellos cuando el propio Dios (manifestado en carne)
venga (Malaquías 3:1-3; 4:1-6).

Esto se cumplirá cuando Elías regrese como uno de los dos testigos durante
el período de la gran tribulación, antes de que Jesús regrese durante la
Batalla del Armagedón (Apocalipsis 11:2-12). Sabemos que su ministerio es el
de llevar juicio a los malvados, y dar un tipo de testimonio a las personas
(Apocalipsis 11:5-6).

Aunque el pasaje de Apocalipsis no menciona específicamente a Elías como


uno de los dos testigos, muchos estudiosos de la Biblia creen que él es uno
de ellos, porque las profecías de Malaquías se tienen que cumplir
completamente, y el único lugar de la Biblia donde encontramos que se
podría describir a Elías viniendo otra vez, es este pasaje.

Otra razón para esta persuasión, es el tipo de poder que se describe que
poseerán los dos testigos. El apóstol Juan dijo que si alguno quiere hacerles
daño "sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos" (Apocalipsis
11:5). El ministerio de Elías demostró poder para hacer descender fuego del
cielo y para devorar a los enemigos de Jehová (2. Reyes 1:9-14). Otra
descripción dice que ellos "tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no
llueva en los días de su profecía" (Apocalipsis 1:6). Recordemos que Elías oró
para que no lloviera por tres años y medio, y como resultado los cielos se
cerraron y no llovió (Santiago 5:17-18).

Aún hay otro argumento que se usa para respaldar esta teoría, y es la
creencia de que cuando Elías vuelva, él debe morir para que pueda ser
juzgado por Dios (Hebreos 9:27). Se argumenta que, dado que Elías nunca
murió, él tendrá que volver a la esfera natural y sufrir la muerte para cumplir
con hebreos 9:27 que dice: "está establecido para los hombres que mueran
una sola vez, y después de esto el juicio". Puesto que el cuerpo físico de Elías
fue llevado al cielo sin haber visto la muerte (2 Reyes 2:9-12), él debe
regresar a la tierra y morir. Puesto que los dos testigos son presentados
como asesinados y luego como resucitados (Apocalipsis 11:7-12), parece que
esta sería la ocasión perfecta para el cumplimiento de las Escrituras: Elías
vendría otra vez, y finalmente vería la muerte para que pudiera ser juzgado.
[3] La debilidad de este argumento, se encuentra en el hecho de que una
multitud de santos será glorificada en la venida del Señor, sin nunca haber
visto la muerte (1. Corintios 15:51-55; 1. Tesalonicenses 4:14-18), y sin
embargo serán juzgados en el tribunal de Cristo. Mientras que el juicio sigue
necesariamente después de la muerte, la muerte no es necesaria para el
juicio.

Vemos entonces que Elías, y no Juan el Bautista, es el que ha de venir de


nuevo. La nueva venida de Elías todavía no ha ocurrido, pero aún está por
ocurrir durante el período de la gran tribulación.

Notas al Pie

[1] Lea Malaquías 3:1-6, para apreciar el contexto de tiempo y lugar en el que
este mensajero vendrá. Se observará que será durante un tiempo de gran
tribulación para Israel. El período de tribulación (la semana 70 de Daniel -
Daniel 9:24-27) y el subsecuente reinado milenial parecen estar cercanos.

[2] Esto se basa en parte en Malaquías 4:5-6. Note que en el versículo seis, el
Señor dijo: "no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición". Esto indica
que Elías debe venir primero a preparar el camino para Dios como el Mesías.
Dios es el que está hablando en este versículo, y Él dijo que iba a venir a la
tierra. Sin embargo, antes de que Dios viniera, vendría Elías. Esta es la razón
por la que los judíos pensaron que Juan era Elías viniendo otra vez, porque
Juan dijo que estaba preparando el camino para el Señor en cumplimiento de
Isaías 40:3. Ellos razonaron que ya que Juan estaba preparando el camino
para el Mesías, él debía ser el Elías profetizado (Mateo 3:11-12, Marcos 1:8,
Lucas 3:16-17, Juan 1:21-25).

[3] Es por esta misma razón que a menudo Enoc es considerado como el otro
testigo. Él es el otro único ser humano que no ha visto la muerte, porque fue
transpuesto por el Señor (Génesis 5:24, Hebreos 11:5).

EL ESPÍRITU DE NIMROD, MISTERIO BABILONIA


Por: J. R. Davis

Apocalipsis 17:5, “y en su frente un nombre escrito, un misterio: BABILONIA


LA GRANDE, LA MADRE DE LAS RAMERAS Y DE LAS ABOMINACIONES DE LA
TIERRA”

Hay un poder misterioso trabajando en el mundo de hoy. 2 Tesalonicenses


2:7 lo llama el “misterio de iniquidad”. La palabra "misterio" significa
“secreto” u “oculto”. Este misterio es sutil y camuflado. No es fácilmente
comprensible a la vista y a menudo pasa inadvertido. El sentido común y la
decencia común han sido trastornados. La oscuridad nos está eclipsando y el
espíritu que seduce hacia el mal se arrastra y avanza en nuestro medio. Una
confusión entre lo bueno y lo malo prevalece en todas las instancias de
nuestra sociedad. Incluso ha invadido a congregaciones de iglesias que
proclaman la verdad. Es el síntoma de la Iglesia de Laodicea. El gran pecado
de Laodicea no era tanto su tibieza espiritual, sino que sus ojos estaban tan
borrosos que no podía ver su propia tibieza (Apocalipsis 3:14-22).
El mundo está acercándose rápidamente a la noche oscura. ¡Jesús viene
pronto! La caída de la noche es inminente. Isaías 21:12, proclama: “El guarda
respondió: La mañana viene, y después la noche...” Mientras que la mañana
del día de resurrección espera a la Iglesia, terribles telares de oscuridad
vienen sobre los que han quedado atrás. Hoy en día vemos que la oscuridad
está cerca. Vivimos en una especie de crepúsculo, justo antes de que llegue la
plena oscuridad. El crepúsculo es un momento misterioso del día. Es el
tiempo final de la tarde, el tiempo de transición de la luz a la oscuridad, que
disminuye el contraste visual entre los objetos. En la luz brillante del día, se
da un fuerte contraste entre la luz y la oscuridad. Incluso durante la noche se
da un contraste entre lo que es brillante y lo que es oscuro, como la luz del
semáforo que contrasta con el fondo oscuro de la noche. Pero cuando el
crepúsculo se instala, se reduce el contraste en todo. Las distancias son
difíciles de calcular, los colores se desvanecen, el blanco y el negro se tornan
en gris, y es difícil ver detallada y claramente. Este estado es el que se ha
instalado en la condición espiritual del hombre de hoy, quien no puede
distinguir entre lo que es correcto e incorrecto. El contraste de esta distinción
se ha desvanecido. No es de extrañar que Jesús haya dicho, "unge tus ojos
con colirio, para que veas" (Apocalipsis 3:18).

Sin embargo Dios aun tiene un pueblo sobre la tierra, que estará sólo por un
poco más de tiempo, y que no ha permitido que sus ojos hayan sido
enturbiados. Es su novia, que aun desconcertada por el cambio en las
actitudes de la sociedad, ha mantenido su visión y su enfoque en el camino
recto y estrecho, sin desdibujar lo que es un verdadero hijo de Dios. Nuestra
dirección es clara, puesto que sabemos que mayor es el que está en
nosotros, que el que está en el mundo (1. Juan 4:4).

Babilonia tiene sus raíces en el Génesis, el libro de los orígenes, siendo una
de las primeras sociedades de la humanidad. Continúa su camino a través de
los siglos y se encuentra en el libro del Apocalipsis, en la desaparición de las
sociedades humanas. Babilonia fue fundada por un hombre llamado Nimrod
(Génesis 10). En la Biblia, Babilonia es mucho más que una ciudad ¡Es un
espíritu! Es el espíritu de Nimrod. Se trata de una rebelión. Es una rebelión
contra todo lo que es bueno, contra Dios mismo. Es la búsqueda de la gloria
propia, un egocentrismo que busca solo lo individual, es un espíritu de
esclavitud. El espíritu de Babilonia es una pasión que afecta a otros con las
mismas prácticas corruptas y pensamientos que han afectado al propio ego.
No se contenta con corromper a uno solo, pues dicho espíritu se propone
seducir y esclavizar a otros que voluntariamente decidan someterse a su
incitación.

Se inició con Satanás, el progenitor del pecado. Isaías describe cómo Lucifer
deseó ser igual a Dios. “¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en
tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré
mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo” (Isaías
14:12-14). El principal deseo de Satanás (Lucifer) fue el de elevarse hasta ser
semejante al Altísimo. Dicha rebelión lo llevó a ser expulsado del cielo. Pero
Lucifer no estuvo satisfecho de rebelarse él solo. Así, condujo a la rebelión a
un tercio de los ángeles del cielo, y por eso ellos también fueron echados del
cielo. Una vez que aquellos ángeles se convirtieron en demonios, y que ellos
estuvieron obligados a hacer la invitación a lo malo, su esclavitud comenzó.

Cuando Dios creó a Adán y a Eva, los puso en un perfecto paraíso, el jardín
del Edén. La tentación de Eva por parte de la Serpiente, fue que ella podría
ser como Dios (Génesis 3:5). Este fue el mismo espíritu que causó la rebelión
en el cielo, y ahora también ocasionaba que la humanidad se rebelara contra
el Dios Santo. Por la caída de Adán y Eva, el hombre fue expulsado de aquel
jardín y ahora está vinculado con el pecado y la corrupción. La esclavitud
continúa.
Pasado el tiempo vino Nimrod. Si algún ser humano en la historia resume la
voluntad de Lucifer, este es Nimrod. Génesis 10:9 dice que “Este fue vigoroso
cazador delante de Jehová; por lo cual se dice: Así como Nimrod, vigoroso
cazador delante de Jehová”. ¿Por qué tomó el Señor advertencia especial
sobre este poderoso cazador? ¿Sería porque Nimrod cazó y mató a muchos
animales? No. La palabra “vigoroso”, en Génesis 10:8-9, puede ser traducida
del hebreo como “tirano”. Además, tenga en cuenta algunos de los
significados que el Diccionario Hebreo-Griego de Strong da en relación con la
palabra “ante”, como en el caso “delante del Señor”. Strong dice del hebreo
paním: “cara (como la parte que da vuelta); usado en una gran variedad de
aplicaciones (literalmente y figurativamente); también… como preposición
(ante, etc.):-…en contra… resistir… enfrentar… enojo… filo… ira… negar…
batallar… impudente… pernicioso…”. Esto parece indicar que Nimrod era algo
más que un hábil cazador de animales. Por el contrario, lo muestra
abiertamente obstinado contra el mismo Dios. Él emprendió una batalla
contra Dios por la fidelidad de los hombres. Él estuvo descaradamente en
contra de Dios. Él estuvo rebeldemente en contra de Dios, teniendo la misma
ambición de poder que tuvo Lucifer durante su intento del golpe de poder
celestial. El espíritu de esclavitud ya había encontrado un vehículo humano -
¡Nimrod! Este no sólo cazó animales, sino que también cazó a las almas de
los hombres. Él cazó y esclavizó a sus almas para que siguieran sus
perniciosos caminos. No es de extrañar que Pedro predicara, “Sed salvos de
esta perversa generación” (Hechos 2:40).

Nimrod quería construir una torre para llegar al cielo. Génesis 11:4 dice: “Y
dijeron: Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre, cuya cúspide llegue al
cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéremos esparcidos sobre la faz de
toda la tierra”. Aquí vemos un esfuerzo unificado de los pueblos del mundo
hacia un sólo propósito. Este propósito fue su problema. Ellos quisieron
hacerse un nombre para sí mismos y quisieron tomar por asalto las puertas
del cielo. Sus intenciones fueron promovidas por el mismo espíritu que
expuso Satanás antes de ser expulsado del cielo, y que también expuso en el
Jardín del Edén con Eva. Su deseo fue usurpar la autoridad de Dios. La ciudad
fue llamada Babel, que en hebreo significa “confusión”. Los babilonios
prefirieron utilizar un sentido que era más aceptable para ellos, como
significando “puerta de Dios”. “Babel” es la forma hebrea, y “Babilonia” es la
forma griega. Su plan fue frustrado cuando Dios confundió sus lenguas. Pero,
Satanás, a través de Nimrod, continuó esta insidiosa esclavización de la
humanidad para hacer batalla contra Dios. Al igual que Satanás tuvo ángeles,
Nimrod tuvo hombres.

Pasemos a través de los siglos hasta los últimos días. El mal, el espíritu
seductor de Nimrod y Babilonia sigue su curso el día de hoy. Al mirar en 2
Tesalonicenses 2:3-4, vemos a otro individuo. Este es llamado el “hombre de
pecado”, el “hijo de perdición” y el “Anticristo”. Este hombre es el arquetipo
de la rebelión. El cual se opone y se levanta contra Dios, exponiendo la
actitud de Lucifer y de Nimrod. Su osadía descarada lo llevará a sentarse en el
templo “haciéndose pasar por Dios” (2 Tesalonicenses. 2:4). Cautivará a otros
en sus malos caminos, y de acuerdo con Apocalipsis 13, hará que todos lo
adoren, exigiéndoles tener la marca de la bestia, “seis, seis, seis”. La
esclavitud continuará.

Este mismo espíritu de engaño se encuentra en la Iglesia Ramera de


Apocalipsis 17. Allí la encontramos ebria de la sangre de los santos y de los
profetas. El Anticristo caminará sobre Babilonia durante el gran día del
Armagedón. Hay tres divisiones de Babilonia: (1) La Babilonia eclesiástica o
religiosa (espiritual), (2) la Babilonia política o gubernamental; y (3) la
Babilonia económica y comercial. A través de la historia, estas tres
representaciones de Babilonia han formado su fea cabeza y manifestado el
espíritu de seducción y de engaño, han denigrado de Dios y de su iglesia, han
estado en contra de los mandamientos y consejos bíblicos, y han intentado
poner el humanismo en el trono del Dios Todopoderoso donde sólo Él debe
reinar. Tienen en efecto construida una torre de Babel, religiosa, política y
económicamente, y han bombardeado la puerta del cielo, buscando la
entrada para derrocar al Creador Omnipotente. Han depositado más estima
en la creación, en lugar de Aquel que los creó. En efecto, ellos han dicho
como su predecesor Lucifer, “Yo seré semejante al Altísimo”. Por otra parte,
han tratado de esclavizar a todos seduciéndolos para que les sigan, cazando y
atrapando sus almas con compromisos religiosos, políticos y económicos que
les hacen perder su honestidad y los hacen caer en trampas abrumadoras. La
esclavitud continúa - pero no por mucho tiempo.

La influencia de Babilonia es tan poderosa, que Apocalipsis 17:18 nos dice, “Y


la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra”.

Sin embargo, Dios tendrá la última palabra, y la victoria definitiva. Apocalipsis


18:11-13 muestra la desaparición de esa gran Babilonia que mercadeaba con
las almas de los hombres. “Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen
lamentación sobre ella, porque ninguno compra más sus mercaderías;
mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de
púrpura, de seda, de escarlata, de toda madera olorosa, de todo objeto de
marfil, de todo objeto de madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol;
y canela, especias aromáticas, incienso, mirra, olíbano, vino, aceite, flor de
harina, trigo, bestias, ovejas, caballos y carros, y esclavos, almas de
hombres”.

Gálatas 6:7 proclama, “no os engañéis, Dios no puede ser burlado…” La


sentencia sobre Babilonia se cumplirá. Apocalipsis 18:2 dice, “Ha caído, ha
caído la gran Babilonia”. Ella no podrá levantarse de nuevo. Apocalipsis 18:14
dice, “...y nunca más la hallarás”.
Muchos de los que gozan de los beneficios de su influencia harán lamento
por su destrucción. “Porque en una hora han sido consumidas tantas
riquezas. Y todo piloto, y todos los que viajan en naves, y marineros, y todos
los que trabajan en el mar, se pararon lejos; y viendo el humo de su incendio,
dieron voces, diciendo: ¿Qué ciudad era semejante a esta gran ciudad? Y
echaron polvo sobre sus cabezas, y dieron voces, llorando y lamentando,
diciendo: !Ay, ay de la gran ciudad, en la cual todos los que tenían naves en el
mar se habían enriquecido de sus riquezas; pues en una hora ha sido
desolada!” (Apocalipsis 18:17-19).

Sin embargo, los santos se regocijarán, porque la victoria final pertenece a


Dios. Apocalipsis 18:20-21 dice, “Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros, santos,
apóstoles y profetas; porque Dios os ha hecho justicia en ella. Y un ángel
poderoso tomó una piedra, como una gran piedra de molino, y la arrojó en el
mar, diciendo: Con el mismo ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad,
y nunca más será hallada”.

SE UNA MUJER CON LUZ PROPIA (PARA MUJERES EXTRAORDINARIAS

Por: Jorge E. Pino Valenzuela

https://clerigojpv.wordpress.com/
“Porque yo tengo pensamientos de bien y no de mal para ustedes para darles
el fin que esperan”.

LECTURA BIBLICA: RUT CAPITULO 1

Dios dijo: “y no de mal” porque ellos pensaban que les iba a ir mal. Si
pensamos así, lo más probable es que nos vaya mal, porque en lo que más
pienso es en lo que más crezco.

¿Qué tipo de mujer eres, hacia dónde diriges tus pensamientos cada día, te
cuesta tomar decisiones?

A)Hay mujeres que no toman decisiones, porque otros las toman por ellas

Noemí

Vivía en la ciudad de Belén que significa “casa de pan” símbolo de


prosperidad, pero un día hubo hambre en aquel lugar y la familia de Noemí
cometió el error de irse de la casa de pan a Moab, una ciudad maldecida. Su
esposo Elimelec dijo “vamos por un tiempito” y se quedaron a vivir, los dos
hijos se casaron con moabitas y finalmente se murieron los tres hombres.

Dios había dicho: si obedecen serán bendecidos, iba a haber abundancia en


todo, pero si desobedecen la maldición caerá sobre ustedes.

Actualmente no es así, porque la maldición nuestro Dios la cargó sobre su


Hijo, él nos redimió de la maldición de la ley. Entonces, ¿cómo es ahora? Es
sencillo:

Dios ama a todos, pero bendice a los que obedecen.


La Biblia, dice que Elimelec tomó la decisión de irse y su mujer no dijo nada,
simplemente lo siguió, pero el matrimonio está hecho para que juntos
lleguen a un acuerdo, siempre debe haber COMUNICACIÒN.

Podríamos pensar que como en aquel entonces la opinión de las mujeres no


era tenida en cuenta, entonces no valía la pena hablar, sin embargo hubo una
mujer que demostró todo lo contrario.

Recordemos a Abigail, cuyo esposo Nabal que significa “necio”, intervino


ante una amenaza de muerte para toda su gente. Ella al darse cuenta que su
marido se lo había puesto en contra a David, el futuro rey de Israel, tomó la
decisión de interceptarlo antes de que éste destruyera todo lo que tenía, le
pidió disculpas y le llevó la provisión que David necesitaba. Por eso él le dijo:
“Bendita tú y bendito tu razonamiento” es como si hoy te dijeran:

“realmente no tienes la cabeza de adorno, ere una mujer que piensa”.

Por eso:

B)Tienes que aprender a tomar tus propias decisiones, y no dejar que otros la
tomen por ti, porque la dependencia te ata y no te permite avanzar en la
vida.

Otras mujeres toman constantemente la decisión de mirar hacia el pasado

Orfa

Abrazó el pasado nuevamente, volvió a su pueblo y a sus dioses. Porque


estaba mentalmente desocupada, su mente estaba bloqueada. Pensar en
cambios trae mucha angustia, por eso preferimos dejar la mente vacía y
seguir haciendo lo mismo. Pensar que tu vida va de mal en peor, te trae
angustia, pero no haces nada.
Dios te dirá que sueltes la capacidad que te dio para revertir tu realidad.
El potencial lo podemos usar para bien o para mal, por eso podemos
transformar nuestro día. Si decidimos que a pesar de lo que escuchemos,
será un día bendecido, eso recibiremos. No aceptes la vida como viene,
esfuérzate.

Orfa prefirió volver a lo de antes, en vez de tomar las riendas de su propia


vida e ir hacia adelante.

“Deja de querer que se repita tu pasado, no hagas más de lo mismo,


pudiendo hacer algo, ¡cambia la estrategia!

C) Pero hay otras mujeres que siempre toman la decisión de mirar hacia el
futuro

Rut

Se asoció con Dios, se auto-motivó e hizo una declaración de fe:

Le dijo a su suegra: “no me pidas que te deje, tu Dios y las bendiciones de tu


pueblo serán sobre mi vida, la gloria de Dios rodeará mi vida”: DECIDIÓ que
iba a aprender todo lo que fuera necesario.

Esto es abrir tu mañana, es como si hoy dijeras: “mis hijos serán libres de la
droga, mi marido no va a emborracharse más, el maltrato se va a terminar en
mi familia”.

Fue un decreto de autoridad: “no me voy a morir por lo que me pasó”, ella
ejerció autoridad sobre su vida. Empezó juntando las espigas que otros
dejaban caer, pero en el fondo de su corazón, sabía que un día, la bendición
de Dios la alcanzaría.
Tienes que trabajar por tu sueño, ella no tuvo vergüenza, hoy probablemente
estés “levantando las espigas que caen al suelo” pero mañana vas a ser ¡la
dueña del campo!

Ella primeramente se amparó bajo la sombra del Altísimo, y luego fue


bendecida por un hombre que la amó y la tomó por esposa; ese hombre se
llamaba Booz y es figura del Señor Jesucristo.

Creo que la oración de esta mujer debe haber sido algo parecido a esto:
“Extiende sobre mí tus alas, como una mamá gallina, cúbreme Señor; quiero
que me cubras con el borde de tu manto, déjame entrar en tu propósito, en
tu bendición”

Sólo Jesús te acepta con tu pasado y con tus heridas. Rut no solo quedó
incorporada al pueblo de Dios, sino, más sorprendentemente aún, a la
estirpe misma de la monarquía davídica. ¿Sabes por qué? porque en el fondo
de su corazón ¡ella sabía que era una reina!

SI ALGUNO TIENE SED VENGA Y BEBA

Por: Rigoberto Gómez


En Juan 7:2 se nos dice que “Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de LOS
TABERNÁCULOS…”, y Jesús “…también subió a la fiesta…” (V10), por esta
razón leemos: “En el último y gran DIA DE LA FIESTA, Jesús se puso en pie y
alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba” (v37), es decir,
era el momento en el cual el pueblo judío estaba recordando que habían
habitado en tiendas en el desierto.

En el desierto de Shur anduvieron tres días sin encontrar agua, y cuando


encontraron, eran amargas; pero a Moisés “…Jehová le mostró un árbol; y
lo echó en las aguas, y LAS AGUAS SE ENDULZARON…” hasta llegar a Elim
“… donde había doce fuentes de agua, y setenta palmeras; y acamparon allí
JUNTO A LAS AGUAS” (Éxodo 15:22-27). Estuvieron en Sin de Refidim “… y
no había agua para que el pueblo bebiese…”, pero Dios le dijo a Moisés
“…golpearás la peña, y SALDRÁN DE ELLA AGUAS, Y BEBERÁ EL PUEBLO”
(Éxodo 17:3-7). Una vez más, en el desierto de Zin mientras acampaban en
Cades “no había agua para la congregación” Dios volvió a decir: “…HABLAD
A LA PEÑA A VISTA DE ELLOS; Y ELLA DARÁ SU AGUA…Y DARÁS DE BEBER A
LA CONGREGACIÓN Y A SUS BESTIAS” (Números 20:1-8).

Teniendo todos estos acontecimientos en nuestra mente, nos damos


cuenta que Jesús le recordó al pueblo que Dios les dio a beber agua en el
desierto, pero siendo él ESE DIOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO se atrevió a
decir: “…SI ALGUNO TIENE SED, VENGA A MÍ Y BEBA…” (Juan 7:37); Jesús es
quien ENDULZÓ LAS AGUAS y esa PEÑA DE HOREB en el desierto, tal como
lo expresa el apóstol Pablo: “…bebían de la roca espiritual que los seguía, y
LA ROCA ERA CRISTO” (1 Corintios 10:4), y si tenemos sed de Dios, tan solo
hay que acercarnos para beber, no importa el desierto en cual estemos,
Jesucristo es nuestra fuente y agua de vida.

AUN EN EL DESIERTO PODEMOS ESTAR EN MANANTIALES


En Números 24:2 Balaam, “alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus
tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él”; cuando esto sucedió, exclamó en
el espíritu: “¡Cuan hermosas SON TUS TIENDAS, oh Jacob, tus habitaciones,
oh Israel! COMO ARROYOS están extendidas, como huertos JUNTO AL RÍO,
como áloes plantados por Jehová, como cedros JUNTO A LAS AGUAS” (V 5-
6), porque el pueblo de Dios, aún en el desierto puede sentirse en
manantiales de aguas. No sé cómo te sientas, ni dónde tengas tu tienda,
pero Salmo 1:3 dice: “Será como árbol plantado JUNTO A CORRIENTES DE
AGUAS, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace,
PROSPERARÁ”.

ES EL AGUA QUE NECESITAMOS CUANDO HEMOS FALLADO A DIOS

David decía: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo


el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; se volvió MI
VERDOR EN SEQUEDADES DE VERANO” (Salmo 32: 3-4). Mientras estemos
con vida, aunque sean sequedales los que han quedado, aún el agua de vida
nos puede devolver ese verdor del cual habla David. Job 14:7-9 dice:
“porque si el árbol fuere cortado, aún queda de él ESPERANZA; RETOÑARÁ
AÚN Y SUS RENUEVOS NO FALTARÁN. Si se envejeciera en la tierra su raíz, y
su tronco FUERE MUERTO EN EL POLVO, al percibir EL AGUA REVERDECERÁ,
y hará copa COMO PLANTA NUEVA”, así que, no importa si te sientes en el
polvo, o si piensas que ya todo está perdido, solamente tienes que clamar
con sed “como el siervo brama por las corrientes de las aguas…” (Salmo
42:1) y pedirle a Dios como David: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y RENUEVA UN ESPÍRITU RECTO DENTRO DE MI” (Salmo 51:10); porque
“Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; AL CORAZÓN
CONTRITO Y HUMILLADO NO DESPRECIARÁS TÚ, OH DIOS” (Salmo 51:17).
DE NUESTRO INTERIOR CORRERÁN RÍOS DE AGUA VIVA

Estaba profetizado “sacaréis con gozo AGUAS DE LAS FUENTES de la


salvación” (Isaías 12:3); “…porque AGUAS SERÁN CAVADAS EN EL
DESIERTO, y torrentes en la soledad. El lugar seco SE CONVERTIRÁ EN
ESTANQUE, y el sequedal EN MANADEROS DE AGUAS…” (Isaías 35: 6-7);
aquella mujer Samaritana, con la cual habló Jesús, a pesar de tener una
terrible condición espiritual, se le dijo: “…cualquiera que bebiere de esta
agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del AGUA QUE YO LE DARÉ
será en él UNA FUENTE DE AGUA que salte PARA VIDA ETERNA” (Juan 4:13-
14); porque cuando esa fuente empieza a fluir nuestras vidas es COMO RÍOS
DE AGUA VIVA que emana en nuestro interior PARA VIDA ETERNA.

ES IMPORTANTE BEBER ESA AGUA DE VIDA

Es tan importante que esos ríos de agua viva fluyan en el corazón del
creyente, pues “… si alguno no tiene el Espíritu de Cristo NO ES DE ÉL”
(Romanos 8:9); es por ese Espíritu que seremos levantados cuando Jesús
venga por su iglesia ya que “si el Espíritu de aquel que levantó de los
muertos a Jesús MORA EN VOSOTROS, el que levantó de los muertos a
Cristo Jesús, VIVIFICARÁ TAMBIÉN VUESTROS CUERPOS MORTALES POR SU
ESPÍRITU que mora en vosotros” (Romanos 8:11), “…con el cual FUISTEIS
SELLADOS PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN” (Efesios 4:30), es decir, que hay
que buscar con sed de Dios ser llenos del Espíritu Santo porque “SI ALGUNO
TIENE SED, VENGA A MÍ Y BEBA” (Juan 7:37).

BURRO, NO ERA PARA TI LA GLORIA


Por: Rafael Pupo

Lucas 19:30 “diciendo: Id a la aldea de enfrente, y al entrar en frente hallaréis


a un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás; desatadlo, y
traedlo”

Este es un título que puede causar risa. La verdad es que a mí me causó


mucha risa. Mientras escudriñaba este pasaje, mis ojos estaban plasmados
en todos los personajes descritos: Un par de discípulos que no entendían
bien lo que pasaba, solo recibieron una orden y fueron en busca de aquel a
quien Jesús les había ordenado; un dueño del animal que no comprendía, y
quizás lleno de preocupación, presta su asnillo; y por último, el asnillo que no
tenía idea de lo que estaba ocurriendo. En fin, hacían algo que no
comprendían a cabalidad… Casi puedo ver los rostros de todos diciendo,
“¿Para qué un asnillo que nadie ha montado?”

Lo cierto es que había un asnillo llamado para hacer una poderosa obra, la
cual nunca alguien había imaginado. Además, nunca en la historia se le había
otorgado tal honor a un asno, pues eso era algo reservado solo para los
grandes y portentosos corceles, después que regresaban de la batalla.

Así que por primera vez a un burro sin experiencia para caminar con alguien
sobre sí, , ni conocer los caminos transitados, de un momento a otro
comienzan a colocar palmeras para que sus burdos cascos la pisen. Además,
comenzó a sentir lo suave de los mantos puestos en sus patas. Estaba
gozando de privilegios que nunca nadie de sus antepasados gozó. NADIE LO
HABÍA IMAGINADO. El asnito era ahora grande en medio de todos. Casi lo
puedo ver sacando pecho, ondulando sus grandes pero hermosas cejas,
mirando con aire de corcel a todos, y disfrutando cada paso como el grande
en medio de todos. Fue un recorrido de aproximadamente una hora y media,
lo suficiente para pensar que nunca terminaría… DE LO QUE NUNCA SE
PERCATÓ ES QUE ESA GLORIA NO ERA PARA ÉL…ERA PARA QUIEN ESTABA
SOBRE ÉL…

¿No es acaso algo similar, lo que sucede en muchas veces en muchos


lugares? A veces suponemos que somos merecedores de gloria y honra,
olvidándonos de quien es el verdadero merecedor de ella. La palabra de Dios
dice claramente que lo vil del mundo y lo menospreciado escogió él (1
Corintios 1:28). ¿Acaso no era así ese asnillo de Jerusalén?

Es bueno saber por qué somos escogidos en la iglesia. Es tremenda bendición


lo que podemos ser a la congregación, cuando desempeñamos nuestros
cargos con hermosa maestría; y no se siente nada mal cuando tocamos lo
suave de aquellos mantos debajo de nuestros cascos. Pero no podemos
olvidar a quien le corresponde realmente esos honores: A nuestro Señor
Jesucristo.

Soy una persona que me embeleso viendo la maestría de los que tocan los
instrumentos musicales. Me gusta oír voces entonadas en los cantos, y siento
gozo al ver como se exigen nuestros músicos para adorar al Rey de Reyes,
pero me molesto cuando les veo cantar como profesión, como si la iglesia les
debiera el aplauso a ellos, como si ellos no cantan entonces en la iglesia no
pasaría nada, no habría bendición.

A través de mi camino en el señor he visto como mantas se han puesto en


frente de mí; he visto como en ocasiones las palmas caen a mi paso, y
recuerdo una vez en especial cuando se me estaba olvidando para quien era
la gloria. Mi padre me dijo unas palabras que nunca se me olvidarán:
“RECUERDA QUE LO ÚNICO QUE DIOS NO COMPARTE ES SU GLORIA. Todo lo
demás puedes disfrutarlo”. Esas palabras me hicieron poner los pies en el
piso, y sentir que no era yo, sino que era quien estaba sobre mí… A JESÚS, A
ÉL SEA LA GLORIA.

Grandes predicadores han caído en este grave error sin detenerse a meditar
que su forma diestra de exponer la palabra de Dios es gracias y únicamente a
Dios, ya que lo que de él se conoce, él lo dio a conocer, su eterno poder y
deidad (Romanos1:20). Esas palmas unidas, esas lágrimas en los rostros de
quienes son impactados por el mensaje, son gracias a que el Espíritu de Dios
ha convencido de pecado. Nuestro estudio, preparación y esfuerzo por
sazonar la palabra es lo mínimo que como pastores y predicadores podemos
hacer. Lo realmente grande es lo que Dios hace con todo eso, acomodándolo
en el corazón de quienes escuchan el mensaje. Nuestra posición realmente
como vasos de Dios es solamente ser el recipiente utilizado por él para que la
gloria suya sea servida a todos los que oyeren. No sé hasta qué punto pueda
tocar las fibras sensibles de tu corazón, pero sé que solamente Dios es el que
coloca así el querer.

No quiero ser malinterpretado. Nuestro deber como hijos de Dios es


animarnos unos a otros a perseverar en la obra de nuestro gran Dios y
salvador Jesucristo. No es malo acercarnos a nuestros predicadores para
decirles que lo hicieron bien. Eso es lo mejor que podemos hacer. Además, es
bueno tener a nuestros pastores animados, ya que así seremos animados
nosotros también. El problema no es que me animen y me digan que lo hice
bien. El problema es que YO CREA QUE COMO PREDICADOR ES PARA MÍ ESA
GLORIA.

Las palmas, las mantas, los grandes gritos de júbilo, no son para nosotros;
son para el campeón del Gólgota, el que hizo la obra magna de nuestra
redención.
Como sería la reacción de aquel asnito, cuando todos comenzaron a irse…
“Hey, esperen… Aquí estoy… No se vallan… Si quieren puedo caminar mejor o
hago algo que les divierta…” Me imagino al burrito pensando que paso. ¿Qué
sucedió? Cuál sería su reacción cuando alguien susurró en el camino a casa
“BURRRO, NO ERA PARA TI LA GLORIA”.

¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE EL TRIGO Y LA CIZAÑA?

Por: Pastor Christian Duarte

Mateo 13:24-30;36-43 nos habla sobre la parábola del TRIGO Y LA CIZAÑA.

¿Pero q diferencias existe entre estos 2 granos?

*La investigación me ha enseñado, q los 2 crecen iguales y q NO TIENEN


DIFERENCIA AL PRINCIPIO. Hasta q el TRIGO MADURA.

*El TRIGO como la CIZAÑA CRECEN JUNTOS EN EL CAMPO DE DIOS. Q


TERMINAN MEZCLANDOSE.
Pero TEN CUIDADO PUES ESTE ÚLTIMO Q ES LA CIZAÑA, NO DEJARA CRECER
AL TRIGO.

*El trigo es un cereal de donde se saca la Harina y de ella se elabora el PAN q


será el alimento para SACIAR EL HAMBRE DE LA HUMANIDAD.

*el trigo nos nutre, nos da vida y energía para seguir. De ahí q Jesus se refirió
a los HIJOS DEL REINO COMO SEMILLA DE TRIGO Q ESTÁN EN ESTE MUNDO;
Q ES EL CAMPO DE DIOS para ser BENDICIÓN de muchos.

*LA CIZAÑA también tiene granos pero estos NO SON COMESTIBLES. Se


puede hacer harina y hasta elaborar el pan de ella. Pero quién lo coma
quedará ENVENENADO.

*Hay una sustancia en la CIZAÑA, llamada TELÚMINA q es muy venenosa y la


produce un parásito. Y quién consume esas semillas experimentará nauseas,
convulsiones e incluso la muerte. Así son los HIJOS DEL MALO. Pues la paga
del pecado es la MUERTE. Ellos sólo están para dañar el entorno en q ellos
crecen.

Ellos del mundo SE BENEFICIAN pero siempre CRITICAN al mundo.

Y sí están en una iglesia, se desarrollan y activan a la par del trigo. Pero tarde
o temprano sus raíces INTENTAN ahogar al trigo.
Ellos reciben bendiciones debido a q Dios se acuerda del trigo. Pero como
SON TAN DAÑINOS siempre perjudicarán EL ENTORNO del pastor o de la
iglesia q los ha ayudado. Y todo esto sucede en todas partes, xq ellos no
pueden cambiar su naturaleza de CIZAÑA.

*LA CIZAÑA fue sembrada x satanás. Y es una FORMA DE VENGARSE Y


DAÑAR EL CAMPO DE DIOS. Y los cristianos q reciben la CIZAÑA EN SUS VIDAS
son rencorosos, VENGATIVOS, no olvidan ni pueden perdonar sí alguien les
hace algo. Y permiteme recordarte q los siervos se ASOMBRARON PUES ERA
MUCHA LA CIZAÑA.

*Está vive CAMUFLADA en el mundo, como en la iglesia. Ella es IDÉNTICA AL


TRIGO. Pues puede MIMETIZARSE. Y nadie de nosotros puede ARRANCARLA.
Pues quién quiere quitar el pecado puede sin querer quitar al pecador.

*Nuestro trabajo es SEMBRAR trigo y NO ARRANCAR la cizaña. Es JUNTAR Y


NO DESPARRAMAR LA COSECHA.

*Sí alguien sembró mal en tú vida, eso no te da derecho de JUZGARLE Y DE


DETERMINAR SÍ ES TRIGO O CIZAÑA. Pues mientras estemos aquí alguien
puede arrepentirse y apartarse del pecado y de nosotros depende el
RESTAURARLO.

*Pero el derecho de JUZGAR, DIOS SE LO HA DADO A LOS ANGELES PARA EL


TIEMPO POSTRERO.

*Sólo cuídate porque la semilla es SEMBRADA MIENTRAS UNO SE DUERME.


*En cualquier momento alguien la SIEMBRA JUNTO A TÚ TRIGO Y TODA TÚ
VIDA PUEDE CONTAMINARSE.

*Se dice que El trigo es más pesado que la cizaña. Y debido a esto llega un
momento que el TRIGO SE INCLINA. PUES ES HUMILDE Y SE DOBLEGA ANTE
EL PESO. Así es el creyente q haga lo q haga sabe q la GLORIA ES PARA DIOS.

*Pero la CIZAÑA ES DIFERENTE. Por dentro es HUECA y ESTÉRIL. Sus granos


son oscuros. El 90% de sus vainas en su INTERIOR ESTÁN VACÍAS y el otro
10% son venenosas.

*Y es tan liviana q cualquier VIENTO LA LLEVA DE IGLESIA EN IGLESIA E


INCLUSIVE LA TIRA EN EL MUNDO. De ahí q leemos q es atada en manojos y
quemada en el infierno luego.

Sí ella es sacudida es xq le falta el peso del trigo. Ella crece ergida, como
sinónimo de ALTIVEZ, ORGULLO Y FALTA DE REVERENCIA.

*Ambas crecen juntas oran, cantan, saltan, trabajan, activan y hasta pueden
predicar. Y ante los ojos humano es imposible diferenciar.

*Ambos pronuncian el NOMBRE DE JESUS, PERO UNO LO ES DE LABIOS Y EL


OTRO DE CORAZÓN. Y jesus nos dijo: POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS. Es x
eso q la FE Y LA OBRA VAN JUNTAS. Xq más que las palabras q podamos
decir, están las OBRAS Q SIGUEN A NUESTRAS PALABRAS.
*Recuerde q cualquier persona q vive hablando de los demás, q es
autoritaria, q NO se SUJETA a un VERDADERO pastor y le obedece como lo
enseña He.13:17, Y Sigue en su orgullo. Por más q tenga una biblia vive como
sí fuera UNA CIZAÑA.

*El Trigo se humilla, se arrepiente. Y sí se equivocó abandona el pecado Y NO


DEJA DE CRECER.

Y aunque le critiquen, le persigan y vea a la CIZAÑA CRECER MÁS ALTO QUE


UNO MISMO. El trigo NO SE PREOCUPA. PUES RECONOCE Q LA CIZAÑA LE
GUSTA JACTARSE, Y MOSTRARSE ANTE LOS DEMÁS. Pero se olvida q hay un
día en donde a la cizaña se la separará para el fuego. Y al trigo para el
GRANERO DE DIOS en los cielos.

*Recuerde q quién a conocido a Jesucristo, es trigo. Y q esa ESENCIA NO SE


CAMBIA. *Pero cuidese pues la cizaña se siembra también sin q nos demos
cuenta. Es x eso q se nos enseña a NO JUZGAR. Pues TODOS los hombres
tienen ERRORES q a veces son HORRORES.

Pero nadie se valla a AUTOJUSTIFICAR en la tibieza con esta enseñanza.


Porque sí eres término medio dice Ap.3:16 SERÁS VOMITADO DE SU BOCA.
Así q retén lo q tienes y no te dejes mover para que otro no tomé tú corona.

EVITANDO QUE TE AMPUTEN LA OREJA Y LOS PULGARES


Por: Christian Duarte

Iglesia Pentecostal Unida De La Argentina

En el libro de Lev.14:25-29 como en Ex. 29:20 se menciona la limpieza de los


leprosos. Y la consagración de los SACERDOTES, Por medio de la sangre y por
medio el ACEITE.

En dicha ceremonia se colocaba la sangre y el aceite sobre el lobulo derecho


de la oreja y sobre el pulgar derecho de la mano y sobre el pulgar derecho del
pie.

Y de está manera se lo santificaba y luego se lo consagraba. Pero xq estás


ceremonias?

De las Escrituras hemos entendido que Dios no obra x accidente, ni por


casualidad. Sí El dijo así, y mandó que se haga así, es xq intento mandar un
cierto msj. A todos nosotros.

La expresión derecha o diestra significa: Poder, fuerza, dominio y autoridad.


A cada persona se lo limpiaba y se lo consagraba para tener dominio sobre el
pecado. Poder sobre toda circunstancia. Y para que use la autoridad que se le
había conferido. La sangre te limpia. Y representa la sangre de Jesucristo. Y el
aceite, era el símbolo del Espíritu Santo que te da ese poder.

Y cuando este aceite tocaba la oreja la consagraba para OÍR la voz de Dios. Y
al tocar su mano la consagraba para HACER la voluntad de Dios. Y al tocar su
pie lo consagraba para CAMINAR en la voluntad de Dios que es nuestra
santificación.

Está era una cadena de consagración. El lobulo de la oreja derecha, el dedo


pulgar de la mano derecha y el dedo pulgar del pie derecho formaba cada
eslabón de dicha cadena de consagración.

En Jn.18:10-11 leemos q Pedro corto la oreja del siervo del sacerdote llamado
Malco. Pero Jesus volvió la oreja derecha a su lugar. ¿Pero cual fue el motivo
que lo hizo?

Fíjese que Malco estaba ahí simplemente haciendo la voluntad de Dios. El


estaba ministrando y ejecutando lo que había oído como siervo del
sacerdote. El tenía su oreja derecha consagrada para oír. Pero Pedro en su
ímpetu carnal de siempre la corto. Pero Jesus lo reprendio y restauró su oreja
derecha. Xq no iba a permitir que este eslabón sea roto. Pues nada puede
interferir en la voluntad de Dios.

Para ser sacerdote es necesario OÍR. Y Para tener FE es necesario oír dice
Ro.10:17.

Cada persona elegida por Dios tiene que saber oír lo que el Espíritu Habla a
La iglesia.
Samuel, Moisés y otros dijeron heme aquí después de haber oído su voz. El
aceite te consagra el oído para oír la voz de Dios. Pero recuerde que no es
suficiente el oír sino que Sgo.1:22-25 nos enseña que debemos Hacer más
que oír. Y el HACER era la consagración que se hacia sobre el pulgar de la
mano y sobre el pulgar del pie.

La palabra PULGAR del hebreo es Bohen y significa: CERRAR Y CUBRIR. Tú


tienes el pulgar consagrado. Y tienes la tarea de agarrar, de cerrar y de no
soltar cada ministerio y dones que el Espíritu Santo te a dado.

Aún está consagración del pulgar sirve para para CUBRIR y proteger a otros.
Tanto tú vida, flia. Como ministerio. Eso significa el pulgar derecho. Es la
unción y la autoridad que tú ejecutas en obediencia a Dios.

Con el pulgar de la mano tú puedes tomar la TROMPETA y alertar al pueblo


de Dios de cualquier peligro existente. Aún puedes tomar la ESPADA del
Espíritu con mucha firmeza. Pero sí el pulgar no estuviera se te sería difícil
tocar la trompeta y estarías acomodando el msj según la conveniencia. Pero
el msj de Dios no es tuyo, ni mío, el Msj es de Dios y debemos transmitirlo
como está escrito.

Es por esto que somos sacerdotes y reyes dice 1 P.2:9 y Ap.1:6 somos
consagrados x Dios bajo la unción de su aceite. Pero sí miramos en Jue.1:3-7
leeremos que había un rey llamado ADONI-BESEC que había conquistado
reinos y atrapado a 70 reyes a los cuales les corto los pulgares de sus manos y
de sus pies. Y luego los arrojó bajo su mesa para recoger migajas. ADONI-
BESEC significa el Señor de las brechas o el Señor que hace divisiones. Estos
son demonios que fueron enviados para detener ministerio de reyes y
sacerdotes. Estos dividen el cuerpo de la iglesia para que los ministerios no se
desarrollen y para que no tengas un ministerio efectivo.

Ellos te van a dividir sí es posible tú matrimonio. Ellos van a dividir a tus hijos.
Te van a separar de los cultos y de toda actividad de la iglesia. Ellos cortaran
aún el pulgar de tú pie . La ciencia dice que cuando esto sucede el cuerpo
pierde estabilidad y equilibrio. Y eso te separa de la obra de Dios.

Este atacó a 70 reyes y le amputo sus pulgares. En número 7 representa la


plenitud, lo acabado y lo perfecto.

Cuando tú crees que está todo bien, perfecto. Estás con tú pulgar cerrado y
cubriendo lo que es tuyo. Ahí es cuando aparece este demonio con el deseo
de cortar tus pulgares. Pero es ahí donde debes recordar que en tú debilidad
tú eres fuerte en Dios. Es ahí donde debes actuar como la tribu de simeon y
de judá. Simeon significa:el que oye y judá significa: el que alaba. Sólo tienes
que recordar que el aceite tocó el lobulo derecho de tú oreja. Para que
puedas oír la voz de Dios. Y cuando empiezes a alabar y a actuar verás la
unción de Dios rompiendo los yugos satanicos.

¿ QUE FUE LO QUE JESUS ESCRIBIO EN EL SUELO CUANDO LA MUJER


ADULTERA ESTABA X SER APEDREADA?
Por: Pastor Christian Duarte

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* Y de algo Estoy seguro, q las Escrituras en el libro de Juan 8 no registran lo q


Jesus escribió en aquel día.

* también se q no debo pensar más allá de lo q está escrito.

* Pero como VEO ALGO ESCRITO es por eso q me ánimo a preguntar y con el
fin de seguir enseñando y enriqueciendo al pueblo de Dios con Sabiduría.

* Se q muchas predicaciónes se han hecho sobre este tema. Y q ninguna de


ellas dejó de tener mucho o poco de revelación sobre este asunto.
* Pues Pablo dijo en 1Co.13:9 Q en parte conocemos (lo q se permite
conocer) Y EN PARTE PROFÉTIZAMOS. (x eso se q hubo verdades q fueron
reveladas, pero en forma de suposición, y sin ningún texto q respalde).

* Pero hoy quiero mostrarle un texto de Jer.17:13.... LOS Q TE DEJAN SERÁN


AVERGONZADOS; Y LOS QUE SE APARTAN DE TI SERÁN ESCRITOS EN EL
POLVO...

*Nótese q se menciona a dos grupos de personas:

1) A LOS QUE TE DEJAN.

2) A LOS Q SE APARTAN

- Y el profeta afirma q los q te dejan "SERÁN AVERGONZADOS".

- Y los q se apartan "SERÁN ESCRITOS EN EL POLVO.

Los q habían DEJADO A JEHOVÁ, son los religiosos q venían trayendo a la


mujer adultera a piedrasos.

* Ellos habían dejado la verdadera ley a causa de sus tradiciones.


* Dice Mt.23:23 y Lc.11:42 q ellos diezmaban según la ley. Y Jesus les dice q lo
sigan haciendo.

* Pero les recuerda q ellos habían DEJADO LA JUSTICIA (Xq sí fueron ambos
los q habían sido encontrados en adulterio, ¿entonces donde estaba el
hombre?).

* Y habían DEJADO LA MISERICORDIA (Pues 2Cor.3:6 dice:q la letra mata pero


el espíritu da vida). según la Ley merecía ser muerta. Pero el espíritu de la ley
q es la misericordia le brindaba a ella y a esos religiosos una oportunidad de
arrepentimiento.

Bajo el título: VE Y NO PEQUES MÁS.

* Aún habían DEJADO LA FE.

Ellos dejaron de creer q alguien así pueda ser perdonado x Dios. Aún no
creían q ella podría cambiar y arrepentirse para ser restaurada.

* Y Lucas añade q no sólo habían DEJADO SINO Q HABÍAN PASADO X ALTO EL


AMOR DE DIOS.

* Pues sí se recordarán de sus padres, sabrían q ellos fueron adulteros


espirituales y Fornicaríos idolatras.
* Q cuando se volvían a Dios, el les perdonaba y les restauraba como nación.

* Inclusive a RAHAB LA RAMERA, se la incluye en Mt.1:5 en la genealogía del


rey David.

* Inclusive TAMAR q engaño a su suegro Judá haciéndose pasar x ramera, y


cometiendo incesto, fue introducida en Mt.1:3.

* Y aún Betsabe ex esposa de Urias Dios la bendijo con Salomón el rey más
sabio de Israel y la incluye en Mt.1:6. Junto con David en la genealogía del
Mesías.

* Toda genealogía introduce a los mejores, pero la biblia introduce a


pecadores arrepentidos y restaurados.

* Sí ellos sólo recordában el A.T. Y toda su historia encontrarían q todo


estaba lleno del AMOR DE DIOS Y DE SU JUSTICIA.

* Es x eso q al ver dejado TODA ESA MISERICORDIA, RESTAURACIÓN Y AMOR,


TERMINARON AVERGONZADOS como dice Jer.17:13. Y tirando las piedras y
yéndose del lugar con una conciencia q les redarguia de pecado.

* Y ella a igual q todos LOS QUE SE APARTAN DE LA LEY DE LOS 10


MANDAMIENTOS, De la Ley de Dios, SON ESCRITOS EN EL POLVO DE LA
TIERRA.
* Para q luego sean borrados tan pronto se arrepientan. Y decidan enmendar
y no volver a pecar.

Importante es recordar q Dios puede perdonar cualquier pecado del cual una
persona se arrepienta y aún hasta puede RESTAURARLO.

* Pero al hombre religioso y natural le cuesta perdonar, olvidar y ayudar a q


estos sean restaurados.

RESTAURANDO LOS MUROS CAIDOS

Preparado por:
Hna. Mary Aneth Alvarez De Pérez

“…y observé los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas
que estaban consumidas por el fuego” (Nehemías 2:13)

INTRODUCCIÓN

Cuando se habla de restaurar algo se hace referencia a volver una cosa al


estado o circunstancia en que se encontraba antes; asimismo, restaurar es
reparar algo que se ha dañado. También tiene la connotación de restablecer
algo que existía y que ha sido sustituido por otro.

Partiendo de este concepto y haciendo una lectura de la situación de crisis


que vive el hombre y la mujer, reconocemos la imperiosa necesidad de
volverse a Dios, de restaurar la comunión con Dios, para así restablecer la
comunicación que se ha venido deteriorando.

El libro de Nehemías es un claro ejemplo de restauración, Dios lo usó de


manera especial para levantar los muros de Jerusalén que habían sido
derribados. Los muros son símbolo de protección, eran construidos
alrededor de las ciudades para evitar la entrada de los enemigos y para
defenderla desde allí en caso de una confrontación. Los muros que protegen
y defienden a los hijos e hijas de Dios son la confianza en sus promesas y los
principios que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida cristiana.

No podemos desconocer la dura realidad del mundo que va en decadencia a


todo nivel: económico, social, físico y espiritual. De allí que, conscientes de lo
que está sucediendo a nuestro alrededor, de la pérdida de valores como el
pudor, el respeto, la obediencia, la honestidad, (pérdida de la ética y la
moral) sustituyéndolos por anti-valores como la falta de pudor, el irrespeto,
la desobediencia, la deshonestidad, entre otros, de lo cual no ha sido ajena la
iglesia, ni las mujeres que hacen parte de ella o que están llegando a ella, es
urgente empezar con un PLAN DE RESTAURACIÓN AL 100%.

Dios está empeñado en restaurar, en volver a su estado ideal a la mujer, pero


es necesario que por lo menos una persona esté dispuesta. La restauración
empieza con un hombre o con una mujer y para ello miremos el ejemplo de
Nehemías.

1. LA RESTAURACIÓN EMPIEZA CON UNA PERSONA SENSIBLE Y DISPUESTA

Nehemías estaba tranquilo en su trabajo en el palacio del rey Artejerjes a


quien servía en un puesto muy importante como copero, pero llegaron
noticias de su pueblo, de sus hermanos que lo inquietaron: ellos estaban en
la cautividad, en gran mal y afrenta. La actitud de Nehemías no fue
indiferente, por el contrario su sentido de pertenencia con el pueblo de Israel
salió a flote: “Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por
algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos” (Nehemías 1:4).

Miremos lo que hizo Nehemías:

a. SE SENTÓ Y LLORÓ: sus pensamientos, sus recuerdos de lo que había


sido su pueblo y la grandeza de su ciudad lo conmovieron y lloró de tristeza.

b. HIZO DUELO POR ALGUNOS DÍAS: en situaciones de crisis es necesario


“hacer duelo” (no solo por muerte, sino cuando ha habido una pérdida),
conmoverse, entristecerse, ser conscientes de la realidad.

c. AYUNÓ Y ORÓ: se sentía impotente, no tenía a quién quejarse, no podía


hacer nada y por eso elevó una oración en la que confiesa que se han
olvidado de Dios y de su ley, pero le menciona la promesa de restauración si
se vuelven a Él, y toca el corazón de Dios cuando le recuerda: “Ellos, pues son
tus siervos y tu pueblo que redimiste con tu gran poder, y con tu mano
poderosa” (v. 10), y termina la oración pidiendo su gracia y su bendición para
ejecutar su plan.

Cuánto sentido de pertenencia y cuánta sensibilidad nos falta cuando


escuchamos que nuestras hermanas, nuestras jóvenes, nuestras niñas,
nuestras ancianas están en gran mal y afrenta!, esto nos debe llevar a mirar
la realidad, a llorar con los que lloran, a conmovernos, a entristecernos y a
rogar la ayuda divina en ayuno y oración.

2. EL SENTIR PRODUCE CAMBIOS

Dios produjo un sentir en Nehemías y eso cambió su semblante; ya no estaba


ajeno ni indiferente a la condición de su pueblo, ahora estaba triste y el rey
notó que algo estaba le estaba sucediendo. Al verse descubierto sintió
temor, sin embargo, no pudo callar y en pocas palabras expresó el motivo de
su dolor: “¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los
sepulcros de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas por el
fuego?” (2:3).
LA REALIDAD DE NUESTRO PUEBLO TIENE QUE MOVERNOS: Cómo no vamos
a estar tristes escuchando historias de niñas abusadas, viendo las
adolescentes involucradas en tribus urbanas, viendo las jóvenes entrando en
la prostitución y en las drogas, viendo cantidad de adolescentes
embarazadas, viendo las madres solteras, viendo mujeres abandonadas,
golpeadas, viendo ancianas maltratadas y discriminadas…, viendo las mujeres
alejadas de Dios? No podemos callar ante esta realidad!

3. DIOS TIENE TODO DISPUESTO PARA LA RESTAURACIÓN

El rey supo que era serio lo que sentía Nehemías y le ofreció su ayuda: “Qué
cosa pides?” (2:4), pero antes de hacer la petición de permitirle ir a Jerusalén
a reedificarla, Nehemías oró. Halló gracia ante el rey y le pidió todo lo que
necesitaba y le fue concedido: cartas para los gobernadores y madera para
los trabajos, además no lo envió solo sino con capitanes del ejército y la
caballería.

Cuando Dios da el sentir y ese sentir es el motor para buscar la restauración,


él provee toda la ayuda necesaria y su gracia siempre estará con nosotros,
podemos contar con su respaldo ya que Él es el más interesado en restaurar
a la niña, a la adolescente, a la joven soltera, a la mujer protagonista, a la
mujer casada, a la mujer mayor, a la líder, a la esposa del pastor, a la esposa
del directivo.

Es que Dios ama a la mujer y aunque por mucho tiempo fue y quizá sigue
siendo discriminada, Jesús vino para reivindicarla, Jesús vino para restaurarla,
Jesús vino a devolverle el honor que había perdido y a darle la gran
oportunidad de ser protagonista en su propósito redentor al nacer de una
mujer, al prestar especial atención a la mujer durante su ministerio, al
permitirle anunciar su resurrección y en este tiempo, al concederle el
privilegio de testificar que Cristo salva, sana y viene otra vez y que a través de
ese mensaje muchas mujeres sean restauradas!

4. ADVERSIDADES QUE QUIEREN ESTORBAR LA RESTAURACIÓN


a. AMENAZAS: Contra Nehemías se levantaron Tobías y Sanbalat pero él
siguió con su proyecto restaurador. El enemigo siempre tratará de estorbar
el propósito de Dios y no quiere el bien para nuestras mujeres sino la
derrota, verlas desanimadas y apartadas del Señor. Aquellas que han pasado
por las drogas, por la prostitución, por las tribus urbanas han sufrido
amenazas al decidir salir de allí, porque el enemigo no quiere que sean
restauradas, él quiere acabar con sus vidas y las impulsa a destruir su cuerpo;
pero aunque el ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Jesús
dice: “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en
abundancia” (San Juan 10:10).

b. FALTA DE APOYO: A Nehemías el sueño se le escapó y aún de noche


salía a mirar la realidad de la ciudad en compañía de solo unos pocos
varones. La realidad que nos ha tocado vivir es tan fuerte que no podemos
dormirnos, el enemigo nos tiene amenazados de muerte y aunque seamos
pocos los decididos a enfrentarlo, no podemos atemorizarnos ni ser
compasivos con él porque él no tiene compasión de nosotros: “porque mayor
es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4).

CONCLUSIÓN:

Nehemías se persuadió de la tragedia de su ciudad: sus muros derribados,


sus puertas consumidas por el fuego, no había caminos, el pueblo lleno de
terror. Hoy también muchas mujeres viven una continua tragedia, muchas
hermanas de tu congregación sufren, muchas jóvenes están desorientadas,
todas necesitan ser restauradas, Dios quiere restaurarlas pero Él no lo hará
solo, Dios quiere contar con nosotros.

Nehemías calló por algún tiempo pero finalmente no pudo contenerse y


decidió acabar con el oprobio y la vergüenza de su pueblo. Nosotros
podemos ser portadores de buenas noticias, “el Dios de los cielos nos
prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y restauraremos”
(2:20). Nehemías siempre tuvo su confianza en Dios y nosotros también
creemos y confiamos que Dios nos ayudará.
En esta restauración podemos trabajar todos e invitar a muchos a que nos
acompañen. En la lista de los que restauraron con Nehemías estaban el
sumo sacerdote, los sacerdotes, los plateros, los comerciantes, los vecinos,
los gobernantes, los sirvientes del templo, los guardas, sólo unos cuantos
grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor (3:5) pero los que
se pusieron de acuerdo lo lograron y estoy convencida que todos aquí
estamos decididos a actuar por la restauración de la mujer.

Los programas de las Damas Dorcas van dirigidos hacia la restauración de la


mujer en todas las áreas de su vida: espiritual, moral, física, intelectual y
socio-afectiva, teniendo en cuenta que somos “VASIJAS LLENAS, ESCOGIDAS
PARA ESTA GENERACIÓN”, y que Dios nos ha llamado para esta hora (Ester
4:14).

Dios tiene todo para restaurar lo que está descuidado o dañado, solo hace
falta una persona sensible y dispuesta que atienda el sentir de Dios. Él ya ha
provisto lo necesario, así que…

VAMOS A RESTAURAR LOS MUROS QUE SE HAN DERRIBADO EN LA VIDA DE


LAS MUJERES!

“Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para


bien”

(Nehemías 2:18)

“Más Valiosas que las Piedras Preciosas”

ELOHIM Y LOS PASAJES PLURALES


Por Daniel L. Segraves

La primera vez que la palabra "Dios" es mencionada en la Escritura (Génesis


1:1), es traducida del hebreo ELOHIM. Esta palabra hebrea que aparece 2250
veces en el Antiguo Testamento, es traducida "Dios" cuando se usa en
referencia al único Dios verdadero [en los cinco primeros libros de la Biblia,
ELOHIM es usado 682 veces. En cientos de estas, la referencia es al único
Dios verdadero de Israel]. También es traducido "dios" cuando se usa en
referencia a un dios falso (Jueces 8:33, 11:24, 16:23; 2. Reyes 1:3, 19:37), o
"dioses" para indicar una multiplicidad de deidades falsas (Génesis 31:30, 32;
35:2, 4; Éxodo 12:12; 18:11; 20:3, 23; 22:28; 23:13, 24, 32-33; 32:1, 4, 8, 23,
31, 34:15-17; Levítico 19:4; Números 25:2; 33:4; Deuteronomio 4:28; 5:7;
6:14; 7:4, 16, 25; 8:19; 10:17; 11:16, 28; 12:2-3, 30, 31; 13:2, 6-7, 13; 17:3;
18:20; 20:18; 28:14, 36, 64; 29:18, 26; 30:17; 31:16, 18, 20; 32:17, 37).
Asimismo se traduce "dios" o "dioses", en referencia a "seres humanos"
(Éxodo 7:1; Salmo 82:6), "ángeles" (Salmo 8:5) y "jueces" (Éxodo 21:6; 22:8-9)
poderosos. Se usa en referencia a los "príncipes humanos" (Génesis 23:6), a
los "truenos" (Éxodo 9:28), y significando "grande" en referencia a la pugna
de Raquel con su hermana (Génesis 30:8).

Es esencial entender como ELOHIM se usa para el Dios verdadero, con el fin
de entender como este término es utilizado de maneras diferentes. ELOHIM
es un sustantivo masculino plural. La forma singular de la palabra ELOHIM es
ELOAH, y aparece en el Antiguo Testamento 54 veces, siendo usada también
en referencia tanto al Dios verdadero como a los dioses falsos. ELOAH
proviene de la raíz hebrea EL-, que aparece 226 veces. EL- significa fuerza y
poder.

El "im" sobre la terminación de una palabra hebrea (como en ELOHIM) la


hace un plural, tal como cuando se pone una "s" al final de muchas palabras
españolas. Pero a diferencia del idioma español, la forma plural de una
palabra hebrea no significa necesariamente más de uno. Aunque el plural en
el hebreo seguramente puede referirse a más de uno (y el idioma hebreo
también tiene una terminación doble, significando dos), igualmente el
hebreo usa formas plurales cuando sólo un sujeto está en vista, para indicar
intensidad (algo como el "ísimo" terminando sobre algunas palabras
españolas, como santísimo, excelentísimo, etc.), plenitud, engrandecimiento
o multiplicidad de atributos.

C. L. Seow, indica que cuando ELOHIM es usado "como un nombre propio, o


referido al Dios de Israel, es tratado como singular. De otra manera debería
ser traducido como 'dioses'" [1]. Cuando ELOHIM es usado para el Dios de
Israel, "la forma del sustantivo es plural, pero la referencia es singular. Esto
es a veces llamado 'plural de majestad'" [2]. Aunque ELOHIM sea plural, debe
estar acompañado por modificantes plurales y formas verbales plurales para
funcionar como un sustantivo plural. En caso de estar acompañado de
modificantes singulares y formas verbales singulares, este funciona como un
sustantivo singular [3].

Con exactitud, ELOHIM puede ser traducido de dos maneras: el singular


"Dios" (o "dios") o el plural "dioses". Para el único Dios verdadero, la forma
plural de la palabra no debe ser tomada para indicar una pluralidad de
dioses, sino una pluralidad de sus atributos majestuosos y que Él es
sumamente poderoso. Para el caso donde Elohim se refiere al único Dios
verdadero, la terminación plural hace una palabra plural que no se refiere a
más de uno, sino que hace más intenso el singular. Entonces
gramaticalmente hablando, el plural ELOHIM no sugiere que el Dios de Israel
sea más de uno. Si la razón de la terminación plural fuera indicar más de uno,
la palabra debería ser traducida "dioses". Esto no es aceptable al
monoteísmo del Antiguo Testamento (ver por ejemplo Deuteronomio 6:4).

Siempre que ELOHIM se refiere al único Dios verdadero, está acompañado


por verbos singulares, aunque ELOHIM sea plural. De otro lado, siempre que
ELOHIM se refiere a más de un dios falso, es acompañado por verbos
plurales. Esto es significativo gramaticalmente hablando, pues aunque la
palabra ELOHIM sea plural, esta se refiere a un solo Dios verdadero. La razón
nos comprueba que si los escritores bíblicos hubieran usado ELOHIM
queriendo indicar que el Dios verdadero es más de uno, tendrían que haberlo
acompañado de verbos plurales, pero ellos no lo hicieron así.

Por ejemplo, en el primer versículo de la Biblia, encontramos que el verbo


singular "creó", es usado con ELOHIM. Ya que el verbo es singular, indica que
Aquel que hizo la creación es singular. En este caso, la única opción que
tenemos para explicar la forma plural de ELOHIM, es que ELOHIM se refiere a
la plenitud e intensidad de los muchos atributos majestuosos del único Dios
verdadero.

En Éxodo 32:4, donde ELOHIM es usado para una pluralidad de dioses falsos,
el verbo "sacaron" apunta a la tercera persona del plural. El verbo plural
exige que ELOHIM se refiera a más de un dios falso. Aunque en este caso sólo
se registra que fue hecho un becerro de oro, este al parecer representó para
los israelitas la adoración de todo el ganado vacuno, considerado sagrado por
los egipcios. Así el becerro representó para ellos más que un solo dios, pues
este representó a los dioses de los egipcios. En Deuteronomio 4:28, una serie
de verbos plurales, tales como "ven", "oyen", "comen" y "huelen", son
usados para describir las incapacidades de los dioses falsos (ELOHIM). Esto
confirma que si la intención de ELOHIM es la de indicar más de uno, serán
usados verbos plurales, mientras que si la intención de ELOHIM es la de
indicar sólo uno, serán usados verbos singulares.

Es provechoso notar, que cuando el griego inspirado del Nuevo Testamento


cita textos del Antiguo Testamento donde ELOHIM es usado en referencia al
único Dios verdadero, el griego THEOS (Dios) aparece en singular (comparar
el Salmo 45:6-7 con Hebreos 1:8-9). Cuando el Nuevo Testamento hace citas
del Antiguo Testamento donde ELOHIM se refiere a personas o a los dioses
falsos, usa la forma plural de THEOS (comparar el Salmo 82:6 con Juan 10:34-
35 y Éxodo 32:1 con Hechos 7:40). El idioma griego no usa los plurales de la
misma manera como el hebreo, es decir indicando intensidad, plenitud y
pluralidad de atributos. Ya que ambos, el Testamento Hebreo y el
Testamento Griego son inspirados, si ELOHIM hubiera querido indicar que el
Dios verdadero es más de uno, entonces el griego usaría la forma plural del
sustantivo pero no lo hace. El hecho de que el griego use el singular THEOS
donde las escrituras hebreas usan el plural ELOHIM para referirse al Dios
verdadero, despeja cualquier cuestionamiento relacionado con la
singularidad del Dios verdadero. De verdad, en el ejemplo del Salmo 45:6,
ELOHIM es usado para referirse solamente al Mesías. Hay sólo un Mesías,
pero el sustantivo plural es usado para indicar su majestad inmensurable.

Todos esto nos ayuda a entender el plural "nosotros" en Génesis 1:26; 3:22;
11:7 e Isaías 6:8. Algunos podrían suponer que estos pronombres plurales
indican más de un Dios o que Dios es de algún modo más de uno. Pero la
gramática de los pasajes no indica nada de esto.

En Génesis 1:26, ELOHIM [plural] dijo [referido a la tercera persona singular


masculina], "Hagamos [4] [referido a la primera persona del plural] al hombre
[sustantivo masculino singular] a nuestra imagen ["imagen" es un sustantivo
masculino singular pospuesto a la primera persona del plural], conforme a
nuestra semejanza ["semejanza" es un sustantivo femenino singular
pospuesto a la primera persona del plural]".

Gramaticalmente, las palabras "hagamos" y "nuestra" en este versículo, no


pueden referirse solamente a Elohim, pero el verbo conectado directamente
con ELOHIM ("dijo") es singular. La doctrina de la inspiración plenaria de la
Biblia, implica que la inspiración se extiende a cada palabra de la Biblia. Esto
quiere decir que aún la intensidad y el número del verbo son inspirados. Si en
dicho versículo, ELOHIM hubiera tenido la intención de que todo apuntara
sólo hacia sí mismo, Él habría usado verbos y pronombres singulares. Si
ELOHIM fuera más de uno, lo apropiado hubiera sido usar la forma plural
"hagamos" y el pronombre plural “nuestra”, pero en este caso, el verbo
"dijo" obligatoriamente tendría que ser plural (algo que no ocurre en el texto
bíblico).

Así, la gramática aclara que cuando el singular ELOHIM habló, Él incluyó a


alguien más en su declaración. La gente judía, que desde luego es
estrictamente monoteísta, ha sostenido desde hace mucho tiempo que en
Génesis 1:26, ELOHIM se dirigió a los ángeles en una amable consideración
para los asistentes de su tribunal celestial, cuando Él dijo, "Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza". Esto no es
irrazonable, pues Job 38:7 indica que los ángeles estuvieron presentes en la
creación y se regocijaron en las obras de Dios. Otros proponen que
deberíamos tomar los pronombres plurales del mismo modo como el plural
ELOHIM, es decir como plurales de majestad. Apelan a Esdras 4:18 como
apoyo. Aquí, en respuesta a una carta, el rey Artajerjes dice, "la carta que nos
enviasteis fue leída claramente delante de mí". La carta fue dirigida
solamente a Artajerjes, y en la misma frase él usa tanto un pronombre plural
como un pronombre singular para referirse a sí mismo. Históricamente, los
reyes de la tierra han usado los pronombres plurales para referirse a sí
mismos. Quizá ese sea el empleo que el Gran Rey hace de verbos y
pronombres plurales en aquellos pocos versículos de la Escritura donde estos
aparecen. Pero uno tiene que preguntarse, ¿por qué en miles de casos
ELOHIM usa para Él verbos y pronombres singulares, y por qué en sólo cuatro
versículos de la Biblia entera Él usa verbos y pronombres plurales? ¿Por qué
Él no usa verbos y pronombres singulares exclusivamente, o verbos y
pronombres plurales exclusivamente? El escaso empleo de los verbos y
pronombres plurales, deben indicar algún objetivo específico, limitado. La
explicación más simple y que está más estrechamente de acuerdo con la
gramática inspirada, es que en estos pocos versículos, cuando ELOHIM habla,
incluye gentilmente a otros, a los seres angelicales. En realidad, los ángeles
no hicieron al hombre, así como los creyentes no son los que realmente
hacen los milagros (ver Juan 14:12; Mateo 10:8); Dios gentilmente ha
permitido que nosotros le colaboremos a Él (1. Corintios 3:9). Quizás haya
aquí alguna semejanza del modo en que Dios incluyó a los ángeles en su
trabajo.

Pero independientemente del significado exacto de Génesis 1:26, esto no


puede que significar que ELOHIM sea más de uno. En Éxodo 20:2, el Dios de
Israel declaró, "Yo soy el SEÑOR tu Dios". La palabra "SEÑOR" es "YHWH", la
tercera persona del singular en la forma del verbo hebreo para "ser"
(HAYAH). "YHWH" significa "Él es". Otra vez, una palabra singular es unida a
ELOHIM, que es plural. Gramaticalmente, el significado de "Yo soy el SEÑOR
tu Dios", no puede ser, "Yo soy el 'Él es' tus 'dioses'". Una palabra singular no
puede tener un objeto plural, a no ser que – en el cuidado con el uso común
hebreo – el plural deba indicar intensidad, plenitud o multiplicidad de
atributos, pero no pluralidad de personas o cosas.

Cada versículo que conduce hacia Génesis 1:26, emplea verbos y pronombres
singulares (ver los pronombres singulares en los versículos 5 y 10) que
muestran que la obra de creación fue exclusiva de Dios. Esto mismo se
evidencia en el verbo singular ("dijo") del versículo 26. La introducción de un
verbo plural ("hagamos") y un pronombre plural ("nuestra") en el mismo
versículo, debe significar el hecho de que el único Dios incluye a otros en su
declaración. Ya que no había ningunos otros seres inteligentes creados hasta
aquel entonces excepto los ángeles, sus palabras deben haber sido dirigidas a
ellos.

Génesis 3:22 tiene una construcción gramatical similar a Génesis 1:26. El


SEÑOR [YHWH, forma hebrea de la tercera persona del singular para el verbo
"ser"] Dios (ELOHIM) dijo [referido a la tercera persona del singular
masculino], "He aquí el hombre es como uno de nosotros [primera persona
del plural], sabiendo el bien y el mal". Gramaticalmente el "nosotros", debe
incluir a alguien más que a Dios, pues un pronombre plural no puede
referirse a un sujeto singular. Otra vez, Dios debe haber incluido a los ángeles
en su declaración; ellos seguramente eran conscientes de los asuntos del
bien y del mal, pues Lucifer ya se había rebelado contra Dios antes de esto
(ver Ezequiel 28:11-16). El hecho de que después de su declaración: "el
hombre es como uno de nosotros", Dios colocara querubines (ángeles) al
oriente del jardín del Edén con una espada encendida para impedir al
hombre volver al jardín, apoya la idea de que Dios usó el plural "nosotros",
para incluir a los ángeles en su declaración.
La gramática de Génesis 11:6-7 también cuenta. [La Biblia de las Américas,
traduce Génesis 11:7 así: “Vamos, bajemos y allí confundamos su lengua,
para que nadie entienda el lenguaje del otro”]. Aquí, ELOHIM no aparece.
Yahvé (traducido "SEÑOR"), cuyo nombre es la forma hebrea de la tercera
persona singular del verbo "ser", es registrado como habiendo dicho
[referido a la tercera persona singular masculina] "Vamos" [referido a la
segunda persona singular masculina], bajemos [referido a la primera persona
del plural] y confundamos [referido a la primera persona del plural] allí su
lengua". Es fascinante notar que la palabra traducida "vamos" (HAVAH), es un
imperativo, una orden. Es un imperativo referido a la segunda persona
singular masculina, que es entendido para significar "USTED [la segunda
persona del singular] vaya". También podría ser traducido "venga", como en
una orden imperativa, "venga USTED". "usted" es entendido como singular,
no plural. Gramaticalmente, aquí Yahvé habla a otro sujeto, dando a aquel
sujeto una orden. No hay nada, según la gramática, que indique que una
"persona divina" hable a otra "persona divina". Parecería verdaderamente
extraño, si una "persona divina" MANDARA a otra "persona divina" a hacer
algo. En cambio, Yahvé habla a alguien más. Cuando Yahvé dice
"descendamos", la forma verbal está referida a la primera persona del plural.
Así, cuando Yahvé (el único Dios verdadero, cuyo nombre es la forma de la
tercera persona singular del verbo ser) baja y confunde la lengua de la gente,
Él es acompañado por alguien más. Al parecer, en este caso Él fue
acompañado por un sólo ángel.

Esto no debe parecernos extraño, ya que en Génesis 18 Abraham fue visitado


por tres "hombres" (versículo 2). Uno resultó ser el SEÑOR ("Yahvé") en una
teofanía; Dios en forma de ángel (versículos 10, 13-15, 17) y los otros dos
quienes eran ángeles (versículos 18:16 y 19:1). Si Dios desea ser acompañado
por ángeles en cualquiera de las actividades que son de su prerrogativa, y si
Él desea hablarles para incluirlos en su actividad, Él indudablemente usará
palabras plurales para hacerlo así.

Isaías 6:8, es el otro único caso de la Escritura donde es usado un pronombre


plural de un modo en que algunos piensan que implica una pluralidad [de
personas divinas] en Dios. Aquí Isaías dice, "Después oí la voz del Señor, que
decía: ¿A quién enviaré [referido a la primera persona del singular], y quién
irá por nosotros [primera persona del plural]?" El pronombre plural
"nosotros", no puede tener el singular "Yo" como su antecedente. Es
evidente del contexto de Isaías 6:1-7, que hay mucha actividad angelical en
esta visión. Al parecer, el único Dios verdadero incluye otra vez al tribunal
celestial en su declaración. Es significativo que sólo Dios es quien envía, pero
se necesitaba de alguien que fuera de parte de todos los habitantes del cielo.
Dios no dice, "¿A quién vamos nosotros a enviar?", sino que dice "¿A quién
voy yo a enviar?". La preocupación de los ángeles por la santidad de Dios
como es subrayada en el contexto, muestra que la misión de Isaías dentro del
rebelde Israel, fue de interés para ellos así como lo fue para Dios.
Verdaderamente, la declaración que Isaías oyó en el verso 8, era dirigida por
el Señor a sus ángeles. En Isaías 6:7, un ángel habla directamente a Isaías. En
el versículo 8, no hay ninguna indicación de que el Señor se estuviera
hablando directamente a sí mismo. En cambio, el Señor se dirige a su tribunal
angelical, cuando Isaías ofrece su servicio. Esto refuerza que en Génesis 1:26,
3:22 y 11:7, Dios se dirige a ángeles.

El hecho de que Dios se dirige realmente a su tribunal celestial, es indicado


por 1. Reyes 22:19-23. Aquí, Yahvé se sienta sobre su trono (ciertamente en
una teofanía), con los ángeles que están de pie a su derecha y a su izquierda.
Yahvé pregunta, "¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de
Galaad?" Varios ángeles contestaron de formas diferentes, hasta que vino un
ser espiritual y estando delante de Yahvé dijo, "yo le induciré". Yahvé le
contestó, "¿de qué manera?" El espíritu respondió, "Yo saldré, y seré espíritu
de mentira en la boca de todos sus profetas". Yahvé contestó, "Le inducirás, y
aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así".

La gramática de la Escritura es inspirada. Cuando ELOHIM se refiere al único


Dios verdadero, son usados verbos y pronombres singulares. Cuando el único
Dios verdadero incluye a otros en sus actividades, son usados verbos y
pronombres plurales. Estos no indican ninguna pluralidad de dioses o que el
Dios verdadero sea más de uno. "Cuando [ELOHIM] se refiere al Dios de
Israel, el concepto es siempre singular, aunque se trate de un plural
masculino"

EXPLICACIÓN 1 CORINTIOS 15:20-24-28 EL HIJO ENTREGARÁ EL REINO AL


PADRE

. 1. Corintios 15:24-28
Por Julio César Clavijo Sierra

Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine
hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer
enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó
debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él,
claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que
todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará
al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos. (1.
Corintios 15:24-28).

Para entender adecuadamente esa porción de la Escritura que habla sobre


Cristo, nunca debemos apartarnos del misterio de la Piedad o de la Voluntad
de Dios, que nos enseña que desde la eternidad Dios mismo planeó
manifestarse en carne para salvarnos, y que cuando vino Jesucristo, esas
profecías fueron cumplidas. Por eso nunca podremos entender ese texto, si
primero no hemos aceptado que JESUS ES EMANUEL, DIOS CON NOSOTROS
(Mateo 1:23), DIOS MISMO VINIENDO Y SALVANDO (Isaías 35:4) PERO
MANIFESTADO EN CARNE COMO UN HOMBRE VERDADERO (1. Timoteo 3:16,
Colosenses 2:9).

Dios el Padre, utilizó un velo de carne, o un Templo de Carne, para


manifestarse en medio de la humanidad perdida y por eso Cristo Jesús dijo
que el Padre mora en Él. Aún más dijo "...Para que conozcáis y creáis que el
Padre está en mí y yo en Él" (Juan 10:38). Esto es, porque no hay distinción
entre Jesús y el Padre, sino que en Jesús, la humanidad y la divinidad se
fundieron perfecta e indisolublemente porque Jesús es Dios manifestado en
carne.

Con este conocimiento previo, aceptando el misterio de la voluntad de Dios o


el misterio de la piedad, podemos entonces pasar a encarar la interpretación
de esa porción de la Escritura.

Para interpretar cualquier texto bíblico, lo primero que se debe hacer, es


identificar el tema principal de lo que se está hablando, para no desligar el
texto de su contexto, haciendo interpretaciones que nada tienen que ver con
lo allí tratado.

El tema principal de 1. Corintios 15, es que Cristo como el varón perfecto y


sin pecado, ha resucitado y ha obtenido poder sobre la muerte para resucitar
y glorificar a los que creen en Él. Así que nuestra seguridad de la resurrección
victoriosa (y por ende de nuestra salvación) ha sido lograda por el Hijo de
Dios, que según Efesios 4:13 es también llamado el Varón Perfecto (Nota: El
Hijo es el Varón Perfecto, el Hombre Perfecto; pero nunca es llamado un
semidiós o una segunda persona divina, pues esas son ideas extrañas a la
Biblia).

Al haber identificado el tema principal, entonces podemos pasar a la porción


particular que se desea entender. Para mayor comprensión la
interpretaremos paso a paso:

Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido
todo dominio, toda autoridad y potencia (v. 24)
Cuando Jesús, en su papel de Hijo o de humano perfecto, haya destruído a
todos los enemigos de Dios, vendrá el fin de este siglo (mundo) y empezará el
reino eterno donde morarán los santos.

Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos
debajo de sus pies (v. 25)

Note que el Hijo fue una manifestación de Dios, que Él proveyó a nuestro
favor para poder salvarnos. Para el tiempo de la Gracia, Dios está operando
salvación por medio de su obra en el calvario, y por eso en estos postreros
días nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-2). Aún su obra en el calvario
sigue siendo predicada y continúa siendo eficaz para dar salvación a los
hombres. Por eso la manifestación de Dios en carne, está rescatando a los
perdidos hasta que los enemigos de Dios sean desechos.

Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte (v. 26)

La muerte es opositora al propósito de Dios relacionado con el ser humano,


porque Dios no creó al hombre para que muriera, sino para que viviera para
siempre. La muerte será el último enemigo vencido, porque los santos
entrarán al Reino Eterno donde no hay muerte, sino vida en abundancia.

Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas
las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a
él todas las cosas (v. 27)

Dios sometió todo dominio al Hijo de Dios, al Varón Perfecto, hasta que este
varón destruya a todos los enemigos de Dios. Es en esta función de Varón
perfecto, que Dios está derrotando a sus enemigos (a los enemigos de su
propósito inicial para con la humanidad).

La humanidad de Jesús está sometida a su Divinidad, pero nunca su Divinidad


está sometida a su humanidad. Por eso podemos decir que el Hijo está
sometido al Padre, pero no podemos decir que el Padre está sometido al
Hijo. Note usted que ninguna parte del texto dice que el Hijo sea uno y que el
Padre sea otro, porque el Padre está en el Hijo y el Hijo está en el Padre (Juan
10:38).

Dios no está sometido a Cristo, porque Dios continúa siendo Dios


Todopoderoso, aún sin necesidad de su manifestación en carne como el
Cristo.

Sin embargo, Cristo sí está sometido a Dios, porque Cristo es una


manifestación que Dios asumió en un determinado momento y que cumplirá
su objetivo primordial cuando los enemigos que han afectado el propósito de
Dios para con el hombre sean vencidos.

Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo
mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo
en todos (v.28)

Cuando todo lo que afectó el propósito de Dios para con el hombre esté
sometido al Hijo (el Varón u Hombre Perfecto), entonces el Hijo mismo se
sujetará al Padre. La manifestación como Hijo habrá alcanzado su propósito
máximo y la obra de Dios será consumada por completo, así que el Hijo habrá
logrado su propósito trayendo la gloria sobre los que aceptaron su obra en la
cruz, y Dios podrá ser TODO en todos los que vencieron haciéndolos entrar
en el Reino Eterno.

Esto no significa que el cuerpo humano y glorificado de Cristo se disolverá o


desaparecerá, sino que seguirá siendo usado por Dios para manifestarse a su
pueblo en medio de la Nueva Jerusalén.

La Biblia habla de un solo trono para Dios el Padre y el Cordero (Apocalipsis


3:21, 4:2, 22:3-4), porque el Padre y el Hijo constituyen un "Él" y no un
"ellos". Se dice que aquel que se sienta sobre el trono tiene un rostro que
podrá ser visto y un nombre que será conocido, porque Jesús es la
manifestación visible del Padre, y Jesús es el nombre del Padre (Apocalipsis
22:4). Ya que Jesús dijo que Él está sentado con su Padre en el trono, la
respuesta ahora debe ser evidente. Cuando Cristo, el templo visible del
Padre, se sienta sobre el trono, Dios el Padre también está allí, porque Él vive
y reside en el Cuerpo de Cristo. "El Padre que mora en mí, Él hace las obras"
(Juan 14:10). El Hijo puede ser visto, pero el Padre invisible también está ahí,
encarnado en Cristo. Esto constituye una prueba irrefutable en el libro de
Apocalipsis, de que Dios está en Cristo. El apóstol Juan no dijo: "He visto al
Padre, quien es una Persona, y al Hijo, que es otra persona, sentados en el
trono"; Juan habló sólo de uno.

La Doble Naturaleza de Cristo. Evitando los Talones de Aquiles del


Trinitarismo, el Monarquianismo Modalista y el Nestorianismo: El
Reconocimiento y el Entendimiento Adecuado de la Distinción entre el Padre
y el Hijo

Introducción

El cristianismo nació en el contexto del monoteísmo judío. En la mente de los


primeros discípulos de Cristo, estaba profundamente grabada la creencia de
que Dios es el creador singular y trascendente del universo. Y sin embargo, su
encuentro con Jesucristo les llevó a creer que Él era Emanuel, es decir, Dios
con nosotros. Entonces el desafío que enfrentó la iglesia primitiva, fue el de
encontrar una manera de reconciliar su creencia de que el Padre es Dios y
que Jesús es Dios, sin poner en peligro el monoteísmo. Ese mismo reto se nos
presenta hoy. ¿Cómo vamos a conciliar el monoteísmo con el hecho de que
el Nuevo Testamento hace cientos de distinciones entre el Padre y el Hijo, y
en menor medida, con el Espíritu Santo? Si Dios es uno, ¿Cómo podrían
ambos, el Padre y el Hijo ser Dios, tanto que vemos que se habla del Padre y
del Hijo como distintos?

Los Datos

Para dar una idea de la magnitud del problema que enfrentamos, tenga en
cuenta esta pequeña muestra de pasajes, en los que se hace una clara
distinción entre el Padre, el Hijo y el Espíritu: En la Gran Comisión, Jesús dijo
que todo el poder le ha sido dado en el cielo y en la tierra (Mateo 28:18). Dar
algo, implica una distinción entre quien da y quien recibe, y por lo tanto una
distinción entre Jesús y aquel que le dio todo el poder.

Jesús dijo que el Padre es mayor que Él (Juan 14:28). "Mayor", es un término
comparativo que implica la presencia de dos entidades distintas. ¡Sin duda,
Jesús no quiso decir que Él era mayor que Él mismo! En otra ocasión dijo: "No
puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque
todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el
Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que Él hace" (Juan 5:19-20;
Ver también 3:32). Aquí tenemos uno que muestra y uno que hace. Es
evidente que Jesús no es el mismo que muestra lo que Él debe hacer. En otro
contexto, Él dijo claramente de su propia capacidad, "No puedo yo hacer
nada por mí mismo" (Juan 5:30). Incluso las palabras que Jesús enseñó, le
fueron dadas originalmente por el Padre (Juan 12:49-50). Una vez más,
tenemos a uno que da y a uno que recibe. Todas estas declaraciones apuntan
a una verdadera distinción entre el Padre y el Hijo.

Además, Jesús dijo: "...así como yo he guardado los mandamientos de mi


Padre, y permanezco en su amor" (Juan 15:10 b). Uno no puede mantener
sus propios mandamientos y permanecer en su propio amor. Tal declaración
implica la existencia de alguien que da el mandamiento, y de alguien que
guarda el mandamiento, que lo ama y que permanece en su amor.

Jesús habló del Padre estando con Él (Juan 8:29), y de sí mismo como
proveniente del Padre y enviado por el Padre (Juan 8:42; 14:24; 16:27-28,
17:8, 18), habló de volver al Padre (Juan 16:5, 7, 10), y de ser santificado por
el Padre (Juan 10:36). Incluso se dice que el Padre honra al Hijo (2. Pedro
1:17).

Jesús dijo a sus discípulos que oren al Padre para que les envíe el Espíritu. Se
dice que el Espíritu procede del Padre, hablando no de sí mismo, sino en los
términos de que Él oirá (¿Oirá el testimonio de quién? ¿De sí mismo?). El
Espíritu aún, como se dice, glorificará a Jesús (Juan 14:16-17, 15:26; 16:13-
14).

En otra ocasión, Jesús dijo que si lo amamos, entonces su Padre nos amará,
y ellos vendrán y harán su morada en nosotros (Juan 14:23). Si hay un solo
Dios, y tanto Jesús como el Padre son ese Dios, ¿por qué Jesús habla del
Padre y de sí mismo en plural?

Finalmente, Jesús dijo: "no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago


siempre lo que le agrada" (Juan 8:29). ¿Quiso decir que Él siempre se
agradaba a sí mismo? Parece evidente que Jesús habló del Padre como
alguien que no era Él mismo.

Reconciliando el Dilema: Trinitarismo y Monarquianismo Modalista


Una forma de reconciliar este dilema, se produjo en la forma del trinitarismo.
Los trinitarios sostuvieron que el Padre, el Hijo y el Espíritu, son tres personas
distintas, que existen eternamente dentro de la única esencia [1] de Dios. Así
que mientras que ellos se preocuparon por mantener con éxito las dos
verdades -que Dios es uno y que Jesús es Dios- lo hicieron a expensas de la
redefinición de "uno" en el sentido de una "unidad" de personas dentro de la
única esencia de Dios. Tal redefinición del monoteísmo, condujo a la Iglesia
hasta las fronteras del triteísmo. Si bien mantuvo su creencia en el
monoteísmo a nivel semántico, abandonó al monoteísmo en el plano
conceptual.

Un intento muy diferente de reconciliar este dilema, se hizo en la forma del


monarquianismo modalista. [2] Este sostuvo que el Padre, el Hijo y el
Espíritu, son tres modos distintos de la revelación de una persona divina
singular. Algunos modalistas argumentaron que "el Hijo" sólo se refiere a la
humanidad de Jesús, mientras que "el Padre" sólo se refiere a la deidad de
Jesús. Por ejemplo, en la Refutación de Todas las Herejías IX, Hipólito dijo
sobre la enseñanza de Calixto que "no quiere decir que el Padre sufrió, sino
sólo el Hijo, y el Padre con él". Tal explicación demuestra claramente la
tendencia a atribuir al "Hijo" sólo la humanidad de Cristo, en vez de toda su
persona. Y otra vez en el capítulo X, Hipólito escribe de Calixto: "Y él está
dispuesto [a mantener], que el que fue visto en la carne y fue crucificado es
el Hijo, pero que el Padre es quien habita en él". Asimismo, en Contra
Praxeas XXVII, Tertuliano registró similares tendencias teológicas. El ángel
dijo a María: "Por tanto, el santo ser que nacerá de ti, será llamado Hijo de
Dios". Tertuliano dijo que los seguidores de un modalista llamado Práxeas,
argumentaron que dado que "era la carne la que había nacido, la carne debe
ser el Hijo de Dios". Prosiguió diciendo contra Práxeas y sus seguidores:

“Ellos se esfuerzan por interpretar esta distinción de una forma que sin
embargo coincidirá con sus propias opiniones: de modo que, en una sola
Persona, ellos distinguen a dos, al Padre y al Hijo, en su comprensión de que
el Hijo es la carne, que es el hombre, que es Jesús; y que el Padre es el
Espíritu, que es Dios, que es Cristo. Así ellos, afirmando que el Padre y el Hijo
son uno y el mismo, de hecho realmente comienzan por dividirlos más bien
que por unirlos. Ya que si Jesús es uno y Cristo es otro, entonces el Hijo será
diferente del Padre, porque el Hijo es Jesús, y el Padre es Cristo”.

Este uso de los términos bíblicos no se puede justificar con las Escrituras, y
los trinitarios, como Tertuliano, se apresuraron a señalar esto. (Véanse los
Apéndices I y II para una discusión más completa sobre el uso correcto de
"Padre" e "Hijo").

Otros modalistas intentaron resolver el enigma mediante la eliminación de


cualquier distinción entre el Padre y el Hijo. Ellos argumentaron que las
aparentes diferencias eran sólo nominales, aplicables a Dios en modos
diferentes, y que no eran indicativas de cualquier distinción metafísica real.
Debido a que estas denominaciones se refieren al mismo Dios, estas eran
igualmente intercambiables en su uso y capaces de ser utilizadas como
sinónimos virtuales. Dionisio, por ejemplo, en su tratado Contra los
Sabelianos, describe la enseñanza de Sabelio de la siguiente manera: "Ya que
el blasfema al decir que el Hijo es el mismo Padre, y viceversa". Hipólito, en
la Refutación de Todas las Herejías X, dijo que "Noeto supone que el Padre
mismo es llamado el Hijo (y viceversa), en referencia a los acontecimientos
que en sus propios períodos adecuados, les ocurrirán a ellos por separado".
Calixto continuó diciendo acerca de Noeto, que él reconoce que hay un Padre
y Dios... y que este (Dios) es pronunciado y llamado por el nombre del Hijo,
aunque en la sustancia Él es un Espíritu. Porque el Espíritu, como la Deidad,
no es, según dice, ningún ser diferente al Logos, o el Logos de la Deidad, por
lo que esta persona, (según Calixto) se divide nominalmente, pero no
sustancialmente". Al parecer, Sabelio, otro modalista, fue tan lejos como
para llamar a Dios el huiopater (Hijo-Padre). Los modalistas mantuvieron así
las dos verdades -que Dios es numéricamente uno y que Jesús es Dios-, pero
lo hicieron a costa de ignorar y/o explicar las declaraciones bíblicas que
hacen una distinción entre el Padre y el Hijo. [3]

Los trinitarios reaccionaron con fervor en contra de esta explicación, porque


sentían que desatendía las cientos de distinciones que encontramos en el
Nuevo Testamento entre el Padre y el Hijo. [4] Ellos sostuvieron que las
distinciones tenían que ser genuinas y en esto tenían razón. En lo que ellos se
equivocaron, fue en su comprensión acerca de la naturaleza y la duración de
las distinciones. Ellos las interpretaron erróneamente como eternas y
personales dentro de la esencia misma de Dios, en lugar de verlas como
temporales y justificadas en la encarnación.

En lo que se Equivocaron el Modalismo y el Trinitarismo

Tenemos pues, dos posiciones de los que trataron de hacer conciliar el


monoteísmo bíblico con las distinciones entre el Padre, el Hijo y el Espíritu, y
ambos fracasaron en su intento, ya que insistieron tanto en un aspecto del
testimonio bíblico, que al hacerlo tuvieron que redefinir o prácticamente
ignorar lo demás. Los trinitarios hicieron un fuerte hincapié en los pasajes de
la distinción, que tuvieron que redefinir los pasajes de la Unicidad, y los
modalistas hicieron un fuerte hincapié en los pasajes de la Unicidad, pero con
la deficiencia de que a nivel práctico llegaron a negar cualquier distinción real
entre el Padre y el Hijo. Si queremos hacer justicia a los datos bíblicos,
debemos adoptar una posición que reconozca plenamente la distinción
proporcionada por el Nuevo Testamento, e incorporarla con éxito al
monoteísmo del Antiguo Testamento. Esto no lo hicieron el modalismo y
el trinitarismo. [5]

El reconocimiento adecuado de las distinciones


Aunque los modernos creyentes de la Unicidad, acertadamente han
encontrado afinidad con el modalismo como el precursor histórico de la
teología de la Unicidad, no debemos identificarnos tan fácilmente con la
totalidad de su teología. Debemos abrazar su comprensión de Dios como una
persona singular, pero debemos evitar confundir al Padre y al Hijo. Del
mismo modo debemos reconocer la realidad y la autenticidad de las
distinciones del Nuevo Testamento al igual que lo hacen los trinitarios, pero
evitando la redefinición del monoteísmo en el proceso. Mientras que el
trinitarismo exagera y ha malentendido las distinciones, el modalismo no hizo
caso de estas y no las explicó. [6] La teología de la Unicidad puede elevarse
por encima de los errores de estas dos posiciones, reconociendo no
solamente la autenticidad de las distinciones, sino encontrando una mejor
manera de explicar la razón de su existencia, al mismo tiempo que mantiene
el carácter uni-personal de Dios.

Sin embargo históricamente hablando, la teología de la Unicidad ha tendido a


imitar la explicación modalista del Padre y del Hijo como meros dispositivos
nominales para referirse a la misma persona de Dios, ignorando la verdadera
distinción entre los términos. [7] Esto a su vez, ha causado que los creyentes
de la Unicidad, usen "Padre" e "Hijo", como sinónimos equivalentes,
intercambiando una denominación para la otra, y por lo tanto eliminando
cualquier distinción referencial entre el Padre y el Hijo. [8] La razón de esta
práctica, suele ser el temor a violar el monoteísmo estricto de la Escritura. Tal
precaución es fundada, pero ha hecho que algunos adherentes a la Unicidad
adopten una hermenéutica que niega cualquier distinción real entre el Padre
y el Hijo, y por lo tanto ignora una explicación convincente de los cientos de
pasajes que hacen tal distinción. La culpa no es de la precaución para
proteger a la Unicidad de Dios, sino del hecho de que algunos no sienten la
necesidad de explicar las diferencias bíblicas creyendo así proteger el
monoteísmo, en lugar de explicar el por qué las diferencias existen.
Evitando los Errores del Modalismo y el Trinitarismo: Estableciendo la
Correcta Distinción entre el Padre y el Hijo

La teología de la Unicidad, ha estado siempre en el dilema de encontrar una


manera sistemática de confesar a Dios como uni-personal, y sin embargo,
reconocer plenamente y explicar las diferencias bíblicas entre Padre e Hijo sin
tener que recurrir a una cristología nestoriana. Tanto a nivel académico como
de los miembros en general, los adherentes a la Unicidad han admitido una
verdadera distinción entre el Padre y el Hijo, diciendo tradicionalmente que
esta se encuentraentre las naturalezas divina y humana de Cristo, lo que
efectivamente destruye la unidad de su persona. [9] Tales sesgos nestorianos
son tan prominentes en el movimiento unicitario, que algunos han concluido
que es imposible abrazar la teología de la Unicidad sin adoptar alguna forma
de nestorianismo. Por supuesto, algunos teólogos de la Unicidad son muy
conscientes de dicha tendencia, y han formulado una cristología que es a la
vez carente de nestorianismo y de conformidad con el monoteísmo estricto.
Esto no sólo es posible, sino que también es necesario si se quieren explicar
adecuadamente los pasajes de la distinción. Podemos evitar el trinitarismo y
el nestorianismo, poniendo en su lugar estas distinciones.

Opciones para la Conciliación de las Diferencias

Cuando se trata de conciliar las diferencias bíblicas entre el Padre y el Hijo


con el monoteísmo bíblico, nos encontramos con unas pocas opciones
viables. Podríamos concluir que:

1. Se trata de una separación entre dos esencias divinas (Biteísmo, Triteísmo).


2. Se trata de una distinción entre dos personas divinas en una sola esencia
divina (Binitarismo, Trinitarismo).
3. Se trata de una distinción dentro de Jesús, entre su naturaleza divina
(identificada como "el Padre") y su naturalezahumana (identificada como "el
Hijo").
4. Se trata de una distinción entre el modo trascendente (cósmico) y el modo
encarnado de la existencia de YHWH.

Desde la perspectiva de la Unicidad, y para nuestros propósitos, las opciones


uno y dos son descartadas a priori, dejando sólo las opciones tres y cuatro. La
tercera opción plantea la distinción entre el Padre y el Hijo como interna a
Cristo, entre sus dos naturalezas (lo que yo llamo "el modelo internalista"),
mientras que la opción cuatro postula la distinción Padre-Hijo,
como externa a Cristo entre los dos modos de existencia de YHWH (en la
encarnación como hombre, y más allá de la encarnación, a lo que yo llamo "el
modelo externalista"). La distinción debe ser interna o externa a Cristo, pero
no pueden ser las dos a la vez. Ahora dirigimos nuestra atención a una
evaluación de estas dos opciones.

Una Distinción Interna Entre las Naturalezas de Cristo

Voy a argumentar que el modelo internalista de la distinción Padre-Hijo


produce resultados teológicamente desastrosos, y por lo tanto es preferible
el modelo externalista.

Socava la Redención

La localización de la distinción Padre-Hijo interna a Cristo entre sus dos


naturalezas, socava el poder redentor de Cristo. La redención no se basa
simplemente en la perfección moral de Jesús, sino también en su identidad
personal. Si un hombre moralmente perfecto era todo lo que se necesitaba
para la propiciación por nosotros, entonces la encarnación no era necesaria.
Dios simplemente podría haber creado desde la nada a un hombre
moralmente perfecto como lo hizo con Adán, si eso era todo lo que se
requería. Pero, ¿cómo podría la muerte de aquel hombre ser vicaria para
toda la humanidad? ¿Qué le daría valor infinito a su muerte para que fuera
suficiente para expiar el pecado de todo el mundo? A lo mejor, por ser libre
de pecado, podría asegurar su propia salvación personal, pero no la salvación
de todos los hombres. Sólo el sacrificio de una persona con un valor infinito,
podría expiar nuestros pecados, y por lo tanto la persona de Jesús debe ser
divina. Como señaló Anselmo, Jesús debe ser Dios y hombre para llevar a
cabo nuestra redención, porque "nadie puede pagar excepto Dios, y nadie
debe pagar excepto el hombre". [10] Si la humanidad de Jesús no es la
humanidad de Dios de una manera ontológica y personal, entonces el
sacrificio de Jesús no expía nuestros pecados.

Divide a Cristo en dos

En el modelo internalista, Jesús se convierte en dos seres que residen en un


solo cuerpo, como dos compañeros de habitación que comparten un
apartamento. Si la distinción entre el Padre y el Hijo es una distinción entre
las naturalezas divina y humana de Jesús, entonces cuando Jesús habló, Él
debería haber hecho referencia a "nosotros" y "nosotros", no a "yo" y "yo".
Sin embargo Jesús nunca habló en esos términos, porque era una sola
persona con un solo centro de conciencia. Una naturaleza no habla, ora, sana
y le enseña a la gente. Del mismo modo, no son las naturalezas de Cristo las
que hablaron, oraron, sanaron, ni enseñaron, sino el mismo Jesús, el Dios-
hombre. Todas las acciones y palabras de Jesús fueron las del Dios-hombre,
no las de un simple ser humano o las de una mera naturaleza divina.

Sería imposible que algunas de las acciones de Cristo sean las de un hombre y
otras las de Dios, ya que tal noción plantea dos personas en Cristo: una que
es Dios y una que es hombre. Esto es imposible a la luz de una verdadera
encarnación de Dios. Jesús es el mismo Dios existiendo como hombre, pero
no Dios y un hombre que existen juntos en un mismo lugar geográfico, no es
una persona divina y un ser humano que coexisten lado a lado. Como Jesús
es el modo humano de la existencia de Dios, necesariamente debe haber un
solo sujeto personal en Cristo -no dos-, y ese sujeto personal es Dios. [11] A
diferencia de Jesús quien es Dios que existe como hombre, nosotros somos
hombres que existimos como hombres. Del mismo modo en que nosotros
somos los sujetos de todas nuestras acciones, así Dios es el sujeto de todas
las acciones de Cristo. Dios es quien experimentó el sueño, el hambre, la sed
y el dolor. La humanidad de Cristo es la humanidad de Dios en virtud de la ley
de la encarnación por la que Él mismo se hizo hombre, y por lo tanto todos
los actos de Cristo son los de Dios mismo en una existencia humana
auténtica. Por lo tanto, Jesús no es la combinación de Dios actuando y
conociendo como Dios y un hombre que actúa y conoce como hombre -uno
al lado del otro-, sino Dios actuando y conociendo como hombre a través de
su modo humano de existencia.

Socava La Deidad Esencial de Cristo y Una Verdadera Encarnación

Aquellos que postulan la distinción Padre-Hijo como una distinción dentro de


Cristo entre sus dos naturalezas, creen que esta explicación es necesaria para
proteger la Unicidad de Dios y la divinidad de Cristo, pero en realidad esa
posición socava la deidad de Cristo y la humanidad de Dios. Como tal, es
incompatible con la teología cristiana en general y con la teología de la
Unicidad en particular.

Si Cristo son dos personas -una divina y una humana- que coexisten en un
mismo cuerpo, entonces Jesús no es un "él", sino un "ellos". Habría dos
centros de conciencia o dos sujetos activos en Cristo. De ello se sigue
entonces, que Cristo tendría dos tipos de experiencias. La persona humana
tendría un conjunto de experiencias, y otros la persona divina. Por ejemplo,
la persona divina tendría la experiencia de crear el mundo, pero no la
persona humana. La persona divina podría informarle de este acto pasado -
por lo que la persona humana llegaría a saberlo- pero el ser humano sólo lo
sabría proposicionalmente, no por la experiencia. Él mismo no tendría la
experiencia de crear el universo, porque no existía en la creación. Y si Él no
creó el universo, entonces no es Dios. Del mismo modo, la persona humana
contaría con la experiencia de consumir alimentos, pero la persona divina no.
La persona divina podría observar el acto de la persona humana, pero no lo
experimentaría personalmente. Su experiencia acerca de esto sería en
tercera persona, no en primera persona.

Si cada persona es el sujeto personal de las distintas experiencias, entonces


Jesús no sería Dios y Dios no sería hombre. Jesús podría cohabitar el mismo
cuerpo que Dios, pero Él no podría ser Dios, porque Él no compartiría la
identidad personal de Dios. De la misma manera, Dios podría cohabitar el
mismo cuerpo con Jesús, pero Él no podría ser hombre, porque Él no
compartiría la identidad personal de Jesús. Para que Jesús sea Dios y para
que Dios sea hombre, se necesita una unión ontológica, [12] y esa sería la
unión de las naturalezas divina y humana en la persona de Dios. Nada menor,
como una fenomenológica [13] una unión relacional, no sería suficiente.

Si la naturaleza humana de Jesús fuera el Hijo, de modo que esto significara


que cuando Jesús oraba, la naturaleza humana (el Hijo) estaba orando a la
naturaleza divina (el Padre) dentro de Él, entonces esto conllevaría a que
Jesús no sería Dios, sino una persona humana distinta que coexistiría junto a
Dios en un cuerpo compartido. Sería un simple hombre en quien el Padre
moraría, como un compañero de clases que comparte un
apartamento. [14] Pero seguramente esto no daría motivos para pensar que
Jesús es Dios. Tener a alguien habitando en ti, y ser ese alguien, son dos cosas
totalmente diferentes. La primera es una asociación de relación, mientras
que la segunda es una identidad ontológica/personal. Como mucho, uno solo
puede estar cerca de alguien que no es nuestra propia identidad. Entonces,
pensar en la distinción Padre-Hijo como una distinción entre las naturalezas
humana y divina de Cristo, quiere decir que Jesús de Nazaret tiene una
relación con Dios, pero que no es Dios mismo. Este punto de vista no es la
Unicidad, pero es similar a la antigua herejía del adopcionismo, en la que Dios
adopta a un ser humano con existencia independiente, llenándolo con su
Espíritu con tal capacidad que llega a ser "como-divino", pero no Dios.

Por lo tanto, o Jesús es la única persona divina en la existencia humana, o es


sólo un hombre lleno del Espíritu de Dios como nosotros pero en mayor
medida. En este último caso, entonces Jesús es diferente a nosotros
sólo cuantitativa, no cualitativamente. Para que Jesús sea Dios, -lo que
significa tener la naturaleza de Dios- requiere que su persona sea singular, y
que esa persona singular sea identificada como el mismo YHWH.

La Analogía Inexacta

Una analogía popular sobre la encarnación entre los adherentes a la


Unicidad, es que "Dios se puso un traje de carne". A pesar de que esta
analogía ilumina la verdad de la deidad de Cristo, enturbia la unidad de su
divinidad y humanidad. Para ilustrar, considere a un ser humano y su ropa.
Una cosa es decir que yo estoy en mi ropa, y un asunto completamente
diferente es decir que me he convertido en mi ropa. La primera describe una
relación de proximidad geográfica, mientras que la segunda describe una
identidad. Si la humanidad de Jesús no es más que un vestido de Dios,
entonces Jesús no comparte la identidad de Dios. Jesús, un hombre, no
podría pretender ser Dios. En el mejor de los casos, Él podría presumir ser
usado por Dios, o estar muy cerca de Dios, pero Él no podría
pretender ser Dios, así como nuestra ropa no podría reclamar ser nosotros.

Entonces, decir que la distinción entre el Padre y el Hijo es sólo una distinción
entre las naturalezas divina y humana, quiere decir que Jesús de Nazaret
tiene una relación con Dios, pero no es Dios mismo. Este punto de vista no es
pertinente a la teología de la Unicidad, pero es similar al adopcionismo en el
que Jesús es un hombre con existencia independiente, al cual Dios llena de su
Espíritu para que su capacidad se convierta en "cuasi-divina". Si las
reclamaciones de Cristo por la deidad tienen algún sentido ontológico, tiene
que haber una unión metafísica de sus naturalezas divina y humana –incapaz
de separarse- en una persona. Dios no se limitó a abrigarse en un cuerpo
humano, sino que trajo la naturaleza humana en la unión metafísica con su
naturaleza divina, para que pudiera personalmente y
realmente hacerse hombre.

La Adoración a Cristo Sería Idolatría

Si Cristo es sólo un hombre en quien Dios habita de una manera especial, en


lugar de ser la misma persona de Dios encarnada, entonces la adoración a
Cristo es idolatría, porque estaríamos adorando a alguien que no es Dios.
Solamente si la naturaleza humana de Jesús comparte una unión esencial y
metafísica con la persona/naturaleza divina, el hombre de Galilea
puede ser considerado Dios y ser digno de adoración.

Cristo no Sería la Imagen de Dios

Una proximidad geográfica de dos personas/naturalezas ontológicamente


independientes en Cristo, no puede testificar que la humanidad de Jesús es la
imagen misma de Dios (Colosenses 1:15, Hebreos 1:3). Sólo si Dios realmente
se convirtió en hombre, trayendo a la naturaleza humana en la unión con su
propia persona divina, podría la humanidad de Jesús, como se ha dicho, ser la
misma imagen del Dios invisible.

Una Distinción Externa de la Existencia

Si aseguramos que la distinción interna entre las naturalezas divina y humana


de Jesús (opción tres), no puede explicar satisfactoriamente la distinción
bíblica de Padre-Hijo, ya que socava esencialmente la deidad de Jesús y
nuestra redención, la otra explicación es necesaria. Voy a argumentar que
solamente la opción cuatro, puede hacer justicia a la distinción de Padre-Hijo,
y al mismo tiempo mantener la naturaleza uni-personal de Dios, la deidad de
Cristo y la unidad de su persona.

El "Hacerse", Encarnacional
Uno de los textos cristológicos más importantes de las Escrituras es Juan
1:14: "La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros" (Juan 1:14). Para
comprender mejor la naturaleza de la distinción Padre-Hijo, y la necesidad de
rechazar ciertas concepciones de la distinción, es necesario tener un
conocimiento básico del "hacerse" encarnacional. La cuestión céntrica en el
dilema cristológico, es lo que significó para Dios "hacerse" hombre. ¿Cómo
pudo Dios hacerse hombre sin dejar de ser lo que siempre ha sido, o
sin comprometer la integridad de la humanidad de Cristo?

A lo largo de la historia de la iglesia, los teólogos han entendido la


encarnación de varias maneras. Algunos como Eustaquio de Antioquía,
Diodoro de Tarso, Teodoro de Mopsuestia y Nestorio, han entendido la
acción de hacerse como "llegar a ser en" (vivir en) un hombre. Otros como
Arrio, los eutiques y los kenetocistas, entendieron la acción de hacerse como
"transformarse en" un hombre. Sin embargo, ambos puntos de vista son
soteriológicamente deficientes, debido a que ponen en peligro la capacidad
de Cristo para proveer la redención para la humanidad. Los primeros fallan al
pulverizar la deidad de Cristo en la práctica, mientras que los segundos no
preservan la inmutabilidad de Dios y/o la autenticidad de la humanidad de
Cristo.

Para que cualquier teología de la encarnación sea válida, debe sostener que
Dios es hombre, que Cristo es el Dios que es hombre, y que Cristo es el
hombre que es verdaderamente Dios. Estas tres máximas cristológicas se
pueden ampliar así: 1). La unión de las naturalezas divina y humana debe ser
ontológica para que Dios sea hombre; 2). Dios debe ser inmutable, para que
sea el Dios que es hombre; 3). La humanidad que Dios asumió debe ser
completa y genuina, para que sea el hombre que es Dios. [15]

El mantenimiento de las tres máximas, requiere que la encarnación de Dios


sea de un tipo determinado. En primer lugar, la unión de las naturalezas
divina y humana debe ser ontológica, no meramente funcional. Una unión
funcional de las naturalezas/voluntades divina y humana, no puede dar
cuenta de una verdadera encarnación en la que Dios viene a ser hombre,
pues esto sólo podría representar que Dios mora en, y trabaja a través de un
hombre. En dicha concepción del ser encarnado, la humanidad de Cristo
siempre tendría una existencia independiente de la persona divina, y se
perdería cualquier fundamento ontológico para la creencia de que Cristo es
Dios. Nos quedaríamos con un Cristo nestoriano en el que dos naturalezas
independientes se unen en voluntad, pero no en persona. Dos naturalezas
independientes que sólo coexisten en un mismo lugar geográfico, no son una
encarnación de Dios. Dios no vino a estar solamente en un hombre, sino que
vino a ser un hombre. El único fundamento sobre el cual se puede decir que
Dios llegó a ser hombre, y que se puede decir que el hombre que Él se hizo es
Dios, es si la unión es ontológica en la naturaleza.

En segundo lugar, las naturalezas divina y humana no podían sufrir cambios


en su unión. Si Dios hubiera cambiado durante el proceso de la encarnación,
ya no sería el Dios que es hombre, ni el hombre que es Dios. [16] Si Dios
hubiera experimentado cualquier cambio en su Ser cuando se hizo hombre,
habría dejado de ser quien es, y por lo tanto el hombre que Él se hizo, ya no
sería Dios, sino un hombre que alguna vez fue Dios. Jesús simplemente sería
la forma transmutada de Aquel que solía ser Dios, pero que ahora sería
alguien/algo diferente. Si se entiende la encarnación de Dios, diciendo que
Dios dejó de ser Dios para transformarse en un hombre, entonces se están
destruyendo las bases sobre las que se demanda que Jesús es Dios. Esto nos
conduciría a pensar en la acción de hacerse, como una unión composicional
de dos naturalezas en una nueva naturaleza o en un nuevo ser. Una unión
composicional siempre requiere un cambio de las naturalezas divina y
humana en una nueva naturaleza/ser, ya sea por la mezcla, la disminución o
la destrucción de las naturalezas humana y/o divina, y por lo tanto debe ser
rechazada.

Para que Dios sea hombre, y para que Cristo sea el hombre que es Dios, es
necesario que Dios sea inmutable. La inmutabilidad de Dios es la que
garantiza que Cristo es el Dios que es hombre, y el hombre que es Dios. Sin
embargo, a menudo se asume que la inmutabilidad de Dios le impediría
convertirse en hombre de algún modo ontológico. Se argumenta que una
acción ontológica de hacerse, implica cambio, y que ese cambio no es posible
si Dios es inmutable, por lo tanto la acción de hacerse, no puede ser
ontológica.

Por mucho que Nestorio viera la necesidad de una unión ontológica de las
naturalezas para establecer la deidad ontológica de Cristo, él no podía
concebir tal cosa sin destruir la inmutabilidad de Dios o la humanidad de
Cristo, y por lo tanto se conformó con una unión funcional de las
naturalezas/voluntades (una morada de Dios en el hombre). Otros, como los
eutiques y los kenoticistas, entendieron que la unión debe ser ontológica, por
lo que estuvieron dispuestos a sacrificar la inmutabilidad de Dios y la plenitud
de la humanidad de Cristo para alcanzar esto. [17] Y otros, como Apolinar,
Gregorio de Nisa y Gregorio Nacianceno, y los monofisitas, deseando
preservar una unión ontológica y la inmutabilidad de Dios, estuvieron
dispuestos a sacrificar la integridad y/o autenticidad de la humanidad de
Cristo. El primero sacrificó la unión ontológica para preservar la
inmutabilidad de Dios y la humanidad completa y auténtica de Cristo; los
segundos sacrificaron la inmutabilidad de Dios y la humanidad completa de
Cristo para preservar una unión ontológica; los terceros sacrificaron la
humanidad completa y genuina de Cristo para conservar la inmutabilidad de
Dios y la una unión ontológica. Todos los tres, sintieron la necesidad de
sacrificar una o dos de las tres máximas cristológicas, porque entendieron
incorrectamente la encarnación, como una unión composicional de dos
naturalezas en una sola, en lugar de una unión personal de la naturaleza
humana por el ser eterno de Dios. Ellos creyeron equivocadamente que una
acción ontológica de hacerse, requiere de una unión composicional, pero
esto no es necesario. La inmutabilidad de Dios no le impidió convertirse en
hombre de una manera ontológica. Por el contrario, esto garantiza que el
hombre que Él se hizo es totalmente Dios, y garantiza que la humanidad que
Él asumió conserva su integridad.

Ahora que hemos establecido las formas en las que no debemos entender el
devenir de la encarnación, ¿cómo deberíamos entenderlo? Parece mejor
comprender la encarnación de Dios como un acto personal y existencial, en el
que Dios trajo la naturaleza humana en la unión con su Persona divina, de
modo que Él mismo podría existir personalmente como hombre –
experimentando la existencia humana a través de las capacidades de la
naturaleza humana que Él asumió– al mismo tiempo que nunca dejó de ser
Dios. La acción de hacerse en la encarnación, no es una unión funcional de
dos naturalezas independientes, ni una unión composicional de dos
naturalezas en un nuevo ser, sino la tesis de Dios asumiendo la existencia
humana. Él sigue existiendo y funcionando como Dios, pero también vino a
existir y a funcionar como un hombre con una conciencia humana real y con
una psiquis humana. Este devenir personal y existencial, no amenaza la
inmutabilidad de Dios o la integridad de la humanidad de Cristo, pero
realmente proporciona una base ontológica para que Dios sea hombre y para
que Jesús sea Dios. Esto será explorado con más detalle en la siguiente
sección.

En resumen, la acción de hacerse en la encarnación, no era Dios viniendo a


estar en un hombre o Dios transformándose en hombre, sino Dios que vino a
existir como hombre a través del acto personal de la incorporación de la
naturaleza humana en su persona. Sólo mediante la comprensión del hacerse
encarnacional, como un hacerse personal y existencial en el que Dios asume
un modo humano de existencia, podemos mantener las tres máximas
cristológicas, una distinción real entre el Padre y el Hijo, y evitamos el
fraccionamiento de la unidad de la persona de Cristo. Es a una exploración de
esta distinción existencial, a la que ahora dirigimos nuestra atención.

Una distinción existencial entre el Padre y el Hijo


Debido a que los creyentes en la Unicidad reconocen que la deidad de Jesús
es la del Padre, esto podría tentarles a concluir que no existe una verdadera
distinción entre el Padre y el Hijo. Sin embargo, tal conclusión sería inexacta a
la luz de la unión hipostática. Mientras que la deidad del Padre y la deidad del
Hijo es la de la misma persona, el Hijo es distinto del Padre en su modo de
existencia. "El Padre" se refiere al modo divino de existencia, mientras que
"el Hijo" se refiere al modo de existencia de Dios encarnado; "el Padre" se
refiere a Dios como deidad solamente, mientras que "el Hijo" se refiere a
Dios como deidad y humanidad unidas en una existencia teándrica [18]. La
unión de las naturalezas divina y humana en Cristo, condujo a Dios a un
modo de existencia distinta de su existencia continua y normal más allá de la
encarnación como el Espíritu ilimitado trascendente. [19] Hay pues, una
distinción entre quién es Dios, y el modo en el que existe. [20] La distinción
no es una distinción eterna dentro de la esencia de Dios, sino una distinción
temporal que comenzó en la encarnación, debido a la recién adquirida
existencia humana de Dios; la distinción no es entre la deidad de Cristo y la
deidad del Padre (trinitarismo), o entre las naturalezas divina y humana de
Jesús (nestorianismo), sino entre los modos divino y humano de la existencia
de Dios.

Modo dual de la Existencia de Dios

Mientras que YHWH es la única persona que hay en la deidad, esta persona
ha llegado a existir en dos modos distintos simultáneamente: en la
encarnación como hombre, y en su existencia continuada más allá de la
encarnación como Dios. [21] Jesús es la misma persona divina que el Padre,
pero en un nuevo modo de existencia y auto-revelación (como hombre).
Como el Padre, YHWH experimenta su existencia en la forma divina; como el
Hijo, YHWH experimenta su existencia en la forma humana. Mientras que el
Hijo es modalmente distinto del Padre, Él no es personalmente distinto del
Padre. Jesús es la existencia personal de Dios como hombre, mientras que el
Padre es el modo continuado de la existencia de sí mismo como Dios más allá
de la encarnación. [22]
Después de la encarnación, entonces conocemos a Dios de dos modos
distintos: más allá de la encarnación como el Padre, y en la encarnación como
el Hijo. Entonces la distinción de Padre-Hijo, es una distinción entre los dos
modos de la existencia personal de un solo Dios. [23] Esto se puede ilustrar
de la siguiente manera: (Para ver mejor el contenido de la gráfica, de clic
sobre esta para ampliarla).

Esto está en contraste con una concepción nestoriana (opción tres) de


Cristo, en la que la distinción Padre-Hijo es interna a Cristo entre sus dos
naturalezas. El punto de vista nestoriano, puede ilustrarse de la siguiente
manera:

La distinción interna de las naturalezas


Localizar la distinción Padre e Hijo, como una distinción interna a Cristo entre
sus dos naturalezas, en última instancia separa a la persona de Cristo. Sólo
una distinción existencial externa a Cristo entre los dos modos de la
existencia de Dios, puede dar cuenta de la autenticidad de la distinción
Padre-Hijo, y evitar un punto de vista trinitario o nestoriano.

Dios existiendo como hombre

El modo humano de la existencia de Dios, no debe ser concebido


simplemente como Dios viviendo y actuando a través de un cuerpo humano.
Dios no ha venido sólo para estar en un hombre, sino que llegó
a ser hombre. [24] Dios ha utilizado los atributos de la naturaleza humana
para existir personalmente como hombre. Cuando Dios asumió una existencia
humana, Dios asumió todo lo que pertenece a la existencia humana
incluyendo el conocimiento, la psique y la voluntad humanas, etc. Entonces
en su existencia encarnada, Dios llegó a ser consciente de sí
mismo como hombre, y a conocer y actuar [25]como hombre. [26] Él ha
experimentado verdaderamente la existencia humana como cualquier otro
hombre, no sólo en su naturaleza humana, sino a través de su modo humano
de existencia/conciencia.

Una naturaleza no es un quien, sino un qué (un conjunto de capacidades


únicas para una especie particular). Las naturalezas están desprovistas de
personalidad. Para crear una instancia en la realidad, la naturaleza humana
generalmente deriva su personalidad de las personas humanas. Sin embargo,
en el caso de Cristo, la naturaleza humana deriva su personalidad a partir de
Dios mismo (llamado enhypostasis), no de un ser humano independiente.
Dios no asumió a un sirviente, sino la naturaleza de un siervo; Él no asumió a
un hombre, sino la naturaleza del hombre (Filipenses 2:7-8). Dios ha
personalizado la naturaleza humana que Él asumió, de un modo en el que él
pueda ser una persona humana. "Cristo no es una persona llena del Espíritu
como podemos llegar a serlo nosotros, que incluso somos capaces de vivir
como un ser humano sin tener el Espíritu". [27] La humanidad de Jesús
encuentra su subsistencia en la persona divina, y no tiene existencia
independiente de Él. [28] Dios se hizo hombre al personalizar la naturaleza
humana de Cristo, de modo que Él pudiera existir personalmente como
hombre. Así como nosotros somos el sujeto personal de todas nuestras
experiencias, del mismo modo Dios es el sujeto personal de todas las
experiencias de Cristo. Así que cualquier cosa que se pueda decir de la
naturaleza humana de Cristo, se puede decir de Dios mismo.

La existencia humana es finita en naturaleza. Entonces si Dios se hizo


hombre, estaba supeditada su aceptación voluntaria de las limitaciones
humanas (Filipenses 2:5-11): limitaciones espaciales, limitaciones
epistemológicas, etc. Él simplemente no podía desechar aquellas limitaciones
a la hora que fuese conveniente para Él, porque son inherentes a la
existencia que asumió. Deshacerse de aquellas limitaciones, requeriría
despojarse de su existencia humana. Al ver que la encarnación es
permanente, se deduce que en Cristo, Dios está siempre consciente de sí
mismo como hombre, y funciona siempre como un ser humano verdadero.
Sólo en su existencia cósmica trascendente a la encarnación, YHWH es
consciente de sí mismo como Dios, y experimenta las funciones divinas.

Lo importante a remarcar, es que la dualidad del conocimiento/función de


YHWH, no es interna a Cristo entre sus dos naturalezas, sino que es externa a
Cristo, entre los dos modos de existencia de YHWH. Como el Padre, YHWH es
consciente de sí mismo como Dios, y funciona como Dios a través de los
atributos de la naturaleza divina. Como el Hijo, YHWH es consciente de sí
mismo como hombre, y funciona como hombre a través de los atributos de la
naturaleza humana. Así que Jesús como Jesús, no experimenta tanto la
omnipresencia como la presencia limitada. Sólo como el Hijo, YHWH
experimenta una presencia limitada y un conocimiento limitado. Y sin
embargo, dado que la misma persona divina trasciende la encarnación como
el Dios ilimitado, en ese modo de existencia continúa experimentando la
omnipresencia y la omnisciencia.

Cuando Dios asumió la naturaleza humana, asumió todo lo que pertenece a


una existencia humana, incluyendo el funcionamiento mental humano, como
la conciencia, la psique, la voluntad, la mente, etc. [29] La mente de Cristo es
la mente divina, pero voluntariamente restringida por las limitaciones
inherentes a la naturaleza humana, de modo que es funcionalmente
equivalente a la mente de una persona humana. Esto no es ningún caso de
amnesia divina, sino más bien un acto de autolimitación divina y una
acomodación a la existencia humana. Como Garrett DeWeese, escribe:

“Él voluntariamente limitó a la mente divina, restringiéndola a operar a


través de una naturaleza humana y un cuerpo humano, siendo justamente
una mente humana... La "mente humana" de Cristo, se refiere al modo de
funcionamiento de la mente del Logos, que opera dentro de las restricciones
de (voluntariamente limitadas por) la naturaleza humana de Jesús y de los
órganos del cuerpo humano. Al mismo tiempo, la mente del Logos,
funcionando maravillosa y perfectamente de acuerdo a la naturaleza divina,
nunca duerme, nunca deja de ser omnisciente. Este abrojo en lugar de
constituir dos mentes, debe llevarnos a entender la mente humana como una
especie de subconjunto limitado de la mente divina”. [30]

En Cristo, YHWH tomó consciencia de sí mismo como hombre y funcionó


como hombre, no sólo en su naturaleza humana, sino a través de su modo
humano de existencia. Pero Él continuó siendo consciente de sí mismo como
Dios, y funcionando como Dios en su modo de existencia cósmica
trascendente a la encarnación. [31] Si bien personalmente es Él mismo, el
Padre y el Hijo son existencial, metafísica, sicológica, volitiva y
funcionalmente distintos.

En Marcos 5:30, es evidente que hay una distinción verdadera desde el punto
de vista sicológico, volitivo y funcional entre el Padre y el Hijo. Aquí leemos
de una mujer enferma de flujo de sangre, que recibió sanidad cuando tocó la
ropa de Jesús. Jesús respondió con una pregunta: "¿Quién me ha tocado?"
No estaba fingiendo ignorancia. Él verdaderamente era inconsciente de la
identidad de la mujer. Él sabía que alguien había sido sanado sólo porque
sintió el flujo de energía que salió de Él. Sabemos que los acontecimientos
sobrenaturales no son espontáneos, pues se producen sólo cuando Dios
quiere que sucedan. Pero parece claro que Jesús no ejerció ningún poder
voluntario para sanar a la mujer, ya que si lo hubiese hecho, habría sabido
quién era el que la quiso sanar, pero no lo supo. La experiencia de Jesús era
pasiva, no activa. ¿Pero quién la sanó? Ya que no fue un acto de la voluntad
de Jesús el que trajo como resultado la sanidad de la mujer, debe haber sido
un acto de la voluntad del Padre. Esto es muy significativo, ya que demuestra
una genuina diferencia sicológica, volitiva y funcional entre el Padre y el Hijo.
El Padre estaba haciendo una cosa (actuando para sanar), mientras que el
Hijo estaba haciendo otra – siendo totalmente inconsciente de lo que su
Padre estaba haciendo. Una comprensión internalista para la distinción
Padre-Hijo, no tiene en cuenta esto. ¿Después de todo, cómo podría Jesús
ser inconsciente de lo que el Padre había hecho, si la actividad del Padre
fuera interna a Jesús? Tiene más sentido entender "el Padre", como una
referencia a la existencia continua de Dios trascendente a Cristo, y su lugar
de actividad externa a Cristo.

No Asimilable al Trinitarismo
Entender la distinción Padre-Hijo, como una distinción existencial entre los
dos modos de existencia del Dios unipersonal, no es algo afín al trinitarismo.
A diferencia de la teología trinitaria, que plantea tres personas en la
Divinidad respectivamente, nosotros reconocemos a una sola persona divina,
pero vemos que esa única persona vino a existir en dos modos distintos
después de la encarnación. La encarnación no creó a una segunda persona
divina, sino que simplemente trajo un nuevo modo de existencia para esa
única persona. Lo que se distingue es la forma en la cual la única persona
divina ha llegado a existir/funcionar, pero no la persona misma. Cuando Dios
se hizo hombre en la encarnación, Él comenzó a existir como hombre además
de seguir existiendo como Dios. Jesús es el mismo Dios personal, YHWH, pero
existente en un nuevo modo (como hombre).

En principio, esto no parece diferente a la enseñanza de la trinidad en la cual


la segunda persona de la trinidad llegó a existir como hombre, y sin embargo
sigue existiendo como el Hijo ilimitado más allá de la encarnación, sin llegar a
hacerse dos personas. Donde se diferencian las teologías de la Unicidad y la
Trinidad, no está en la confesión de una existencia dual para una sola
persona divina, sino en la identidad de esa persona. La teología trinitaria
entiende que esa persona es la segunda persona de un Dios tri-personal,
mientras que la teología de la Unicidad entiende que esa persona es YHWH,
el propio Dios uni-personal. Sin embargo, en ambas teologías una sola
persona asume un modo doble de existencia, a la vez que queda como una
sola persona.

La comprensión de las similitudes entre estas dos teologías, tiene un gran


valor apologético. Cualquier trinitario que catalogue la comprensión de la
Unicidad –donde una sola persona asume una doble existencia– como algo
sin sentido, debe reconocer que este cargo sería igualmente aplicable al
trinitarismo, y cualquier acusación de que la teología Unicitaria introduce
sutilmente a otra persona en la Divinidad, no es más fundamento que la idea
de que la teología trinitaria introduce sutilmente a una cuarta persona en la
Deidad.
El siguiente diagrama sirve para demostrar cómo la comprensión de la
Unicidad, en la cual la única persona divina tiene una existencia dual, es de
algún modo similar a la comprensión trinitaria donde la (segunda persona de
la trinidad, o la) única persona del Hijo tiene una doble existencia; y también
cómo tal distinción no hace a Dios multi-personal en la teología de la
Unicidad: (Para ver mejor el contenido de la gráfica, de clic sobre esta para
ampliarla).

Una analogía

El modo dual de la existencia de Dios, puede ser comparado con un globo y el


aire. El aire es invisible, y sin embargo está presente en todas las partes de
nuestra atmósfera. Por otro lado, un globo es visible y tiene una localización
espacial definida y limitada. El aire no tiene forma o apariencia, pero cuando
éste llena un globo, toma una localización espacial finita y limitada, y se hace
visible para nosotros, no directamente, sino a través del globo. Sin el globo,
nosotros no seríamos capaces de ver el aire, y sin el aire el globo no sería
capaz de cumplir su telos (propósito).

Del mismo modo, Dios es invisible y omnipresente. Él no puede ser visto


directamente (Juan 1:18; 1 Timoteo 1:17, 6:16, Hebreos 11:27, 1. Juan 4:12).
Sin embargo, Jesús es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15, Hebreos
1:3). Jesús dijo: "El que me ha visto ha visto al Padre" (Juan 14:9; ver también
Juan 12:45). Aparte de Cristo, nosotros nunca podremos ver a Dios. Sin
embargo en Cristo lo vemos, no directamente, sino indirectamente a través
de la existencia humana que Él asumió.

El aire de un globo no se limita sólo al globo. Como una sustancia, el aire


también sigue existiendo más allá del globo. Del mismo modo, el Espíritu de
Dios en Cristo, sigue existiendo más allá de Cristo como el Espíritu
omnipresente. [32] Dios no dejó de habitar en el cielo cuando se hizo
hombre. Por así decirle, Él existe tanto en el globo como más allá del globo. Y
al igual que el aire en el globo es la misma sustancia que el aire que sigue
existiendo más allá del globo, del mismo modo el Espíritu de Cristo es el
mismo Espíritu que sigue existiendo más allá de Cristo. No es una persona
divina diferente, sino la misma persona en un modo diferente de existencia.

Aunque nosotros reconozcamos que el aire de un globo es la misma


sustancia que el aire que existe más allá del globo, no llamaríamos "aire" al
globo, ni tampoco nos referimos como "globo" al aire que existe más allá del
globo, porque reconocemos que en cada caso, el aire existe de una manera
diferente. El objeto material (globo) lleno de aire, es distinto del aire mismo,
aunque el mismo aire llena tanto al globo como a la atmósfera. De la misma
manera nosotros no debemos llamar al Padre "el Hijo", ni al Hijo "el Padre",
porque al hacerlo se confunde el modo personal de la existencia de
Dios como Dios, y el modo personal de la existencia de Dios como hombre.

¿Cambió Dios en la Encarnación?


Si Dios viene a existir de una nueva manera en la encarnación, ¿esto significa
que Dios ha cambiado? [33] No, Dios no ha cambiado en el sentido de que
haya dejado de ser lo que Él siempre ha sido, pues Dios mantuvo lo que Él es.
Sin embargo, Dios ha cambiado en el sentido de que Él asumió un modo de
existencia que no había asumido antes, y experimentó algo que nunca antes
había experimentado -ser humano- [34] Si bien, la Escritura afirma que Dios
no cambia (Malaquías 3:6), esto se refiere a su carácter y fidelidad, no a su
capacidad de experimentar algo nuevo. Mientras que la esencia y el carácter
de Dios es inmutable, la experiencia de Dios puede y ha cambiado a lo largo
de la historia, sobre todo en la encarnación. De hecho, es la inmutabilidad de
Dios la que garantiza que en la encarnación Cristo es el verdadero Dios que
es hombre. Si Dios no fuera inmutable, podría haber sufrido un cambio en la
encarnación, y por lo tanto habría dejado de ser Dios en este proceso.

Dios no renunció a nada de lo que es cuando llegó a encarnarse, sino que


añadió algo a su persona que Él nunca había tenido antes -la humanidad- y
por lo tanto llegó a experimentar algo que nunca había experimentado
anteriormente: la existencia humana (Filipenses 2:7, Hebreos 2:14, 2:16,
Colosenses 2:9). Dios continuó siendo lo que es, pero asumió lo que no era.
Como Orígenes lo escribió: "Él... llegó a ser hombre, y aunque es Dios se
encarnó, y al mismo tiempo que se hizo hombre, continuó siendo el Dios que
era". [35]

¿Cómo Puede una Distinción Existencial entre el Padre y el Hijo, Distinguirse


de una Distinción Trinitaria de Personas?

Uno podría preguntarse en donde el modelo de la Unicidad presentado en


este trabajo, difiere del modelo trinitario. Este se diferencia de las siguientes
maneras:
1. El trinitarismo sostiene que hay tres personas eternamente distintas
dentro de una esencia divina. Sin embargo, la teología de la Unicidad no
admite distinciones personales dentro de Dios.
2. Mientras que la teología trinitaria dice que la distinción Padre-Hijo es una
distinción entre dos personas divinas; en la teología de la Unicidad la
distinción Padre-Hijo se da entre los modos de existencia divino y humano de
la única persona divina.
3. Mientras que en la teología trinitaria la distinción Padre-Hijo es eterna en
su duración, en la teología unicitaria la distinción Padre-Hijo se originó en la
encarnación. Mientras que la distinción trinitaria es eterna y no está
relacionada con la encarnación, en la teología unicitaria la distinción es
temporal y exclusivamente ligada a la encarnación.

A la luz de estas diferencias, podemos afirmar que el hecho de confesar una


distinción existencial entre el Padre y el Hijo, no es una confesión cuasi-
trinitaria de una división interna de personas dentro de la naturaleza de Dios.
Más bien, es un reconocimiento de que cuando Dios tomó para sí una
existencia humana, tomó sobre sí un segundo modo distinto de existencia. Si
bien hay que rechazar una distinción eterna y personal dentro de la esencia
misma de Dios, no podemos rechazar una distinción temporal y existencial
entre el Padre y el Hijo, originada por la encarnación.

Conclusión

Debemos aprender de los errores tanto del modalismo como del trinitarismo,
con el fin de que no acentuemos tanto los pasajes de la Unicidad, de tal
manera que ignoremos o redefinamos los pasajes de la distinción Padre-Hijo;
o que acentuemos tanto los pasajes de la distinción, que ignoremos o
redefinamos los pasajes de la Unicidad. Tampoco vamos a continuar con el
error cometido por los modalistas, que vieron el reconocimiento de la
verdadera distinción Padre-Hijo como si fuera un ataque contra la Unicidad
de Dios. Debemos confesar la verdadera distinción a la luz de los datos
bíblicos, pero debemos procurar entender donde reside tal distinción.

Nosotros no debemos entender la diferencia Padre-Hijo, como estando


ubicada entre las naturalezas divina y humana de Cristo, ya que tal posición
destruye la unidad de su persona (nestorianismo), y socava los fundamentos
mismos sobre los cuales nuestra redención fue llevada a cabo, a la vez que
socava la deidad esencial y completa de Jesús, llegando a la incongruencia
con la teología de la Unicidad. La mejor manera de confesar la naturaleza
unipersonal de Dios, la verdadera distinción entre el Padre y el Hijo, la deidad
de Cristo, la unidad de la persona de Cristo y la realidad de nuestra
redención, es entendiendo la distinción entre el Padre y el Hijo como externa,
como la distinción entre la existencia encarnada del único Dios como
hombre, y la existencia continuada de Dios más allá de la encarnación, tal
como existe en sí mismo. Sólo una distinción encarnacional, metafísica y
existencial entre el Padre y el Hijo, es congruente con los principios básicos
de la teología de la Unicidad. Esta explica adecuadamente la razón de la
distinción Padre-Hijo, y mantiene la verdad de la naturaleza unipersonal de
Dios.

Apéndice I

Hijo

Cuando se trata de entender las denominaciones "el Padre" y "el Hijo", hay
sólo un número limitado de opciones desde la perspectiva de la Unicidad.
Podríamos decir que "el Hijo" se refiere exclusivamente a la naturaleza
humana de Jesús, mientras que "el Padre" se refiere exclusivamente a la
naturaleza divina de Jesús, pero tal explicación asume una definición no-
bíblica de "el Hijo", y amenaza con destruir la unidad de su persona. Aunque
la denominación: "el Hijo", tiene sin duda su origen en la encarnación y en la
participación de Dios de la naturaleza humana, no puede ser "asignada" a
cualquiera de las naturalezas de Jesús. "El Hijo" se refiere a toda la persona
de Jesús, tanto en la divinidad como en la humanidad, unidas en una sola
existencia.

Considere por ejemplo Hebreos 1:8-9. El autor conecta "Hijo" con "Dios",
diciendo: "Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios...". Si el Hijo se refiriera sólo a
la naturaleza humana de Cristo, tal declaración no tendría sentido. Es
evidente que el autor de hebreos atribuye la divinidad al Hijo. Otro ejemplo
se encuentra en Mateo 16:16-17, donde se nos dice que a Pedro le fue
revelado que Jesús es el Hijo de Dios. Si "el Hijo de Dios" se refiere sólo a la
humanidad de Jesús, ninguna revelación del Padre hubiera sido necesaria.
Cualquiera podría haber visto que Jesús era un ser humano con sólo mirarlo.
Incluso los judíos incrédulos comprendieron que era un ser humano genuino.
Lo que judíos no podían creer, y que fue lo que Pedro entendió por la
revelación de Dios, es que Jesús es divino, siendo Dios y hombre al mismo
tiempo.

Mientras que "el Hijo" se refiere a mucho más que a la naturaleza humana de
Jesús, no es adecuado aplicar este término a Dios aparte de la encarnación
de Cristo. "El Hijo" es un término relacional que surge únicamente a
consecuencia de la encarnación, haciendo hincapié en la humanidad que
surge en la encarnación, pero al mismo tiempo sin excluir a la naturaleza
divina. "El Hijo" no se refiere exclusivamente al Espíritu incorpóreo sin hacer
referencia a la humanidad de Cristo. Los creyentes en la Unicidad, están en
contra del término "Dios Hijo", porque este equipara el término "Hijo"
exclusivamente con la divinidad, ante lo cual no hay ningún apoyo bíblico. "el
Hijo", enfatiza la humanidad que Dios asumió en la encarnación, pero no
excluye la deidad de Jesús a partir de esta referencia. Sólo la persona entera
de Cristo, tanto en la divinidad como en la humanidad, puede ser llamada
razonablemente el Hijo.
Apéndice II

El Uso Bíblico de "Padre" e "Hijo"

Debido a que los pentecostales unicitarios entienden que la persona del


Padre es idéntica a la persona del Hijo, a menudo son tentados a utilizar " el
Padre" y "el Hijo" de manera intercambiable. Sin embargo, a la luz de la
distinción modal que estas denominaciones representan, creo que es
necesario superar esta tentación.

Si bien es cierto que el Padre y el Hijo son la misma persona, "el Padre" y "el
Hijo" se usan en las Escrituras para distinguir el modo divino de la existencia
de Dios (el Padre), de su modo humano de existencia (el Hijo). "El Padre"
habla del modo cósmico de la existencia de Dios, mientras que "el Hijo" habla
de la existencia del mismo Dios como hombre. Usar las dos denominaciones
indistintamente, sobre la base de que sabemos que el Padre y el Hijo son la
misma persona, no solo es una falta de respeto a la revelación de Dios, sino
que también tiende a confundir la distinción entre los modos cósmico y
humano de la existencia de Dios.

La deidad del Hijo se conoce como "YHWH" desde antes de la encarnación,


pero "el Hijo" sólo vino a la existencia después de la encarnación, y el título
se usa con el fin de distinguir la nueva existencia de Dios como un ser
humano, de la existencia continuada de Dios como Dios. "El Padre" y "el
Hijo", son términos relacionales que surgen en la encarnación para describir
la relación temporal entre los modos cósmico y humano de la existencia de
Dios.

Notas al Pie
[1] Es decir las cualidades y atributos que hacen que una cosa sea lo que es.
[2] Mis comentarios sobre el modalismo son de amplio alcance, y están
destinados a representar en su amplitud la teología de los modalistas, en
lugar de la teología particular de cualquier modalista, tales como Praxeas,
Noeto o Sabelio. Me he dado cuenta que cada uno de estos teólogos hizo su
contribución única a la teología modalista, pero estoy tratando de poner de
manifiesto el enfoque común y los supuestos subyacentes a todos. También
hay que señalar que es difícil determinar la teología exacta de los modalistas,
porque sus escritos/creencias sólo han sobrevivido dentro de los escritos de
sus adversarios teológicos. No podemos estar seguros de la exactitud con la
que los llamados padres de la iglesia, como Hipólito y Tertuliano, entendieron
y/o transmitieron la perspectiva teológica de los modalistas.
[3] Y/o también al afirmar que "el Hijo" se refiere únicamente a la humanidad
de Jesús, mientras que "el Padre" se refiere a la deidad de Jesús. Este uso de
los términos bíblicos es incorrecto. Véanse los Apéndices I y II para una
discusión más completa sobre el uso correcto de "el Hijo" y "el Padre".
[4] Aquí yo uso "trinitarios" en términos generales, en habida cuenta de que
la doctrina de la trinidad todavía no se había desarrollado plenamente
cuando los llamados padres de la Iglesia, como Tertuliano e Hipólito, hicieron
su evaluación del monarquianismo modalista.
[5] Mientras que encuentro un error en las teologías trinitarias y modalista,
estas no son iguales en su error. Estoy persuadido de que los modalistas
estaban más cerca de la verdad bíblica que los trinitarios. Sin embargo al
decir que estaban "más cerca", estoy reconociendo que ellos tenían un
margen para mejorar, y por lo tanto no están por encima de la crítica.
Personalmente, encuentro gran afinidad con el monarquianismo modalista,
pero he deseado señalar sus defectos, de modo que nosotros podamos
evitarlos en el desarrollo de nuestra propia cristología y teología apropiadas.
[6] Como se indicó anteriormente, también se recurrió a un punto de vista
como-nestoriano de Cristo, en el que "el Hijo" fue entendido para referirse
solamente a la naturaleza humana de Jesús, mientras que "el Padre" se
refiere sólo a la naturaleza divina de Jesús.
[7] Cuando hemos hecho una distinción referencial entre el Padre y el Hijo,
típicamente hemos seguido la explicación modalista en la que se dice que "el
Hijo" se refiere a la naturaleza humana de Jesús, mientras que "el Padre" se
refiere a su naturaleza divina. Véase el Apéndice I, para el uso adecuado del
Hijo.
[8] La elaboración teológica, es a menudo de naturaleza reaccionaria. Cuando
un grupo ve un error en la teología de otro grupo, a menudo lo compensan
poniendo un exceso de énfasis en un concepto verdaderamente bíblico, a tal
punto que su propia teología puede desequilibrarse y ya no ser bíblica. Temo
que los partidarios de la Unicidad han reaccionado contra la teología
trinitaria, de tal manera que han causado un desequilibrio a su propia
formulación teológica, lo que ha permitido al trinitarismo dar forma a
nuestra comprensión de Dios, en lugar de las Escrituras. Los adherentes a la
Unicidad, se dan cuenta de que el Padre y el Hijo no son dos personas
distintas en la Divinidad, pero reaccionan de forma exagerada al poner
demasiado énfasis en su unidad, debido a su propia reacción contra el punto
de vista contrario. Este es un ejemplo de cómo a menudo la teología de la
Unicidad ha reaccionado contra la Trinidad y sus adherentes, y esto ha hecho
que los creyentes de la Unicidad hayamos permitido al trinitarismo dar forma
a nuestra comprensión de Dios, en lugar de las Escrituras. Con demasiada
frecuencia se sobre-enfatizamos una enseñanza bíblica para distanciarnos de
una enseñanza trinitaria, o sub-enfatizamos una enseñanza bíblica por temor
a ser asociados con el trinitarismo. Ambas cosas nos llevan a postular una
teología reaccionaria, en lugar de una teología bíblica. Esto no quiere decir
que la teología se puede hacer en el vacío, o que no se debe hacer hincapié
en ciertas enseñanzas bíblicas en reacción contra los errores que se arrastran
en la iglesia, sino que quiere decir que no debemos dejar que esos errores
nos llevan a distorsionar o a hacer caso omiso de las facetas de la enseñanza
bíblica, por temor a "sonar trinitarios."
[9] Esto se evidencia por el uso tradicional de "el Hijo" para referirse
estrictamente a la naturaleza humana de Jesús, y no a la persona de Jesús en
su totalidad - tanto a la divinidad y a la humanidad unidas en una sola
existencia. Véase el Apéndice I para más información sobre el por qué
debemos rechazar la doctrina de que "el Hijo" se aplica únicamente a la
naturaleza humana de Jesús.
[10] Anselmo de Canterbury, Cur Deus Homo [¿Por qué Dios se Hizo
Hombre?] 2.6.
[11] Sí, es cierto que Cristo tiene tanto la naturaleza divina y la humana, pero
su naturaleza humana no es una persona humana distinta. Sólo hay una
persona en Cristo la cual es Dios, ya que sólo una persona incorporó una
naturaleza/existencia humana en su persona divina. Dios vino a existir como
hombre por asumir la naturaleza humana en su persona divina, no por unirse
a una persona humana ontológicamente separada y con otra
existencia personal individual.
[12] La ontología es una rama de la filosofía que estudia la realidad última.
Entonces hablar de una unión "ontológica", es hablar de una verdadera unión
de las sustancias, a diferencia del mero aspecto de una unión.
[13] Lo que significa "la apariencia de la realidad de acuerdo a la percepción
humana".
[14] La Escritura dice que Dios mora en Cristo y que el Padre está en Cristo
(Juan 10:38; 14:10-11; 17:21, 2. Corintios 5:19, 1. Timoteo 3:16), por lo que
en ninguna manera yo estoy condenando el uso de tal lenguaje. Simplemente
me limito a ofrecer un correctivo contra una compresión ilegítima de estas
declaraciones bíblicas. Cuando la Escritura habla de que Dios está en Cristo,
esto no sugiere que Dios sólo ocupa el "espacio" dentro del hombre Jesús.
Otros pasajes indican que la presencia de Dios en Cristo, va más allá de una
simple morada. Por ejemplo, Juan dice que "La Palabra se hizo carne" (Juan
1:1, 1:14). Mientras que "en" podría ser interpretado como una unión
moral/funcional, "hacerse" implica algo mucho más grande, es decir una
unión ontológica. Debemos entender la primera a la luz de esta última.
Cuando la Escritura habla del Padre habitando "en Cristo", no está tratando
de explicar la realidad metafísica de la persona de Cristo, sino más bien la
realidad funcional de la encarnación. Esta es una manera sencilla de expresar
la verdad de que Dios trabaja en y por Cristo, porque la humanidad de Cristo
es la humanidad de Dios, en virtud de la acción encarnacional de hacerse y de
la unión hipostática. Jesús es la existencia de Dios como un ser humano.
Se debe prestar especial atención a Juan 1:14, ya que algunos ponen el
énfasis en "habitar" en lugar de en "hacerse", sosteniendo que "habitar"
describe la manera en que Dios se hizo carne. Se ha dicho que la encarnación
es Dios que mora en, o tabernaculiza en un hombre. Creo que esta
interpretación confunde. Gramaticalmente la Palabra hizo dos cosas: "se
hizo" y "habitó", en ese orden. Una vez que la Palabra se hizo carne, entonces
vivió entre nosotros como hombre. "Habitó", no describe cómo la Palabra se
hizo carne, sino más bien lo que la Palabra hizo después de que se hizo carne,
es decir, que vivió entre los hombres.
[15] Thomas G. Weinandy, ¿Dios cambia?: El Hacerse de la Palabra en la
encarnación, Estudios de Teología Histórica, vol. IV (Still River, MA:
Publicaciones de San Bede, 1985), 82.
[16] Ibídem, 186-187.
[17] No todos los kenoticistas se ubicarían en este campo. Por ejemplo,
Thomasius y Charles Gore, niegan la inmutabilidad, pero confiesan una
humanidad relativamente completa y genuina. Ellos declararon que Dios se
despojó de sus atributos relativos (los omni-), pero no de sus atributos
esenciales (el amor, la justicia, la santidad, etc.). Otros como Weston, no
negaron la inmutabilidad de Dios, pero en realidad parecieron negar la
autenticidad de la humanidad de Cristo, al afirmar que Dios simplemente
ejerció el autocontrol de sus atributos divinos al nivel que la humanidad tenía
la capacidad de mediar. En esta línea de razonamiento, la conciencia de Jesús
es esencialmente una conciencia divina truncada, adaptada a un nivel
humano, no una conciencia humana. Al negar a Jesús una sicología humana
auténtica, se mitiga su humanidad verdadera.
También es difícil clasificar al kenoticismo en un solo campo, porque algunos
kenoticistas parecen negar la deidad completa de Cristo y confiesan su
humanidad completa antes de su glorificación, pero luego afirman su deidad
completa y niegan su completa humanidad después de su glorificación, al ver
una restauración completa de su deidad y una edificación de la humanidad
en su glorificación. Así que si es antes o después de la glorificación de Cristo,
los kenoticistas tienden a negar la inmutabilidad de Dios y la humanidad
verdadera en un momento u otro.
[18] Viene del griego theos (Dios) y anthropos (hombre).
[19] La unión de las naturalezas divina y humana de Cristo, no debe
concebirse como una mezcla o combinación de deidad y humanidad en un
ser compuesto que no es plenamente Dios ni plenamente hombre (a tertium
quid, o una "tercera cosa"). En el hacerse encarnacional (Juan 1:14), Dios
asumió una nueva forma de existencia, siendo todavía plenamente Dios, pero
también plenamente hombre durante este proceso. Si la deidad y la
humanidad hubieran formado una nueva sustancia en la unión, no se podría
decir que Cristo es el Dios que es verdaderamente hombre, o que Cristo es el
verdadero hombre que Dios se hizo.
[20] Algunos pueden malinterpretar la terminología "modo de existencia," en
el pensamiento de que ello implica una negación de la autenticidad o
integridad de la humanidad de Cristo. Quiero dejar claro que no hay tal cosa
siendo implicada por mi uso de esta terminología. Cuando digo: "modo de
existencia", la autenticidad de la existencia no está siendo descrita o
cuestionada, sino más bien el tipo de existencia. Si preguntara, ¿Cuál es su
modo de viajar?, se entenderá que yo estoy cuestionando la forma en la que
se viaja, no la autenticidad del viaje. El viaje es genuino, pero hay diferentes
maneras de viajar. Lo mismo se aplica a la existencia. La existencia es real,
pero hay diferentes tipos de existencia. Hay un modo humano de existir y un
modo divino de existir. Dios existe de un modo divino, mientras que los
humanos existen de un modo humano. Normalmente, las cosas siempre
existen como lo que son. Si usted es un pato, entonces existe en un "modo
de pato". Si usted es un hombre, existe de un modo humano. Pero cuando
llegamos a la encarnación nos enfrentamos con algo totalmente diferente.
Aquí hay algo: Dios, que llega a existir de una manera que está por "fuera de
su normalidad", por así decirlo. No podemos mirar al sujeto y asumir
automáticamente su modo de existencia, porque nunca antes en la historia
tuvimos al sujeto divino existiendo alguna vez como algo más que un ser
divino, pero manteniendo el modo divino. Sin embargo, en la encarnación del
sujeto divino, este llegó a existir como hombre sin dejar de existir de acuerdo
a su modo "normal" de existencia.
La terminología puede sonar muy extraña, porque la situación es muy
extraña. La encarnación es el único ejemplo que conocemos, donde existe
una identidad particular de un modo que es diferente a su identidad. ¿Cómo
es que Dios puede ser hombre? En el mundo nunca se ha visto una cosa
semejante. A lo único que puedo compararlo es con la oruga, pero incluso
esta es una analogía imperfecta. Una oruga comienza como una oruga, pero
al final se convierte en una mariposa. La identidad de este insecto es el de
una oruga, pero en el transcurso del tiempo viene a existir como una
mariposa. ¿La identidad personal cambió cuando cambió la oruga? No. Es la
misma cosa, "conclusivamente" la misma sustancia. ¿Qué ha cambiado? Lo
que cambió es el modo (la forma) en el que aquella mariposa existe. En la
actualidad existe de un modo diferente al de antes. Se podría decir entonces,
que la mariposa es el modo de existencia de la oruga "mariposeada". Y
cuando digo que la oruga "existe como una mariposa", tal declaración de
ninguna manera implica que la mariposa no es una mariposa real. El sujeto
sigue siendo el mismo -la mariposa-, pero el modo en el que la mariposa ha
llegado a existir ha cambiado. Ahora, por supuesto, Dios no dejó de existir
como Dios para existir como hombre, y ahí es donde la analogía se rompe. La
analogía sólo sirve para mostrar cómo un sujeto puede llegar a existir de una
manera nueva, conservando todavía su identidad personal.
[21] Weinandy, 59.
[22] Se podría decir que si Dios existe más allá de la encarnación, la
encarnación no existe más allá de Dios. Es decir, Dios no se transformó en un
ser humano (Él conservó sus atributos divinos y su identidad divina), y la
humanidad de Cristo tiene su subsistencia en la persona divina.
[23] Debido a que la distinción está ligada a la encarnación, entonces no es
eterna, y tampoco está arraigada en la divinidad esencial de Dios como en la
teología trinitaria. La divinidad del Hijo y la divinidad del Padre no son dos
personas divinas y distintas en la Deidad, pero sí son la misma persona en dos
modos distintos de existencia. Entonces hay una diferencia entre Dios, tal
como existe en sí mismo, y como Él ha llegado a existir como hombre. La
distinción no es entre Dios y Dios, Dios y un hombre individual, o entre una
naturaleza divina y una naturaleza humana, sino entre los dos modos de la
existencia personal de Dios. La existencia recién adquirida de Dios como
hombre, debe ser distinguida de la existencia normal de Dios como Él es en sí
mismo, que no se afectó debido a la adquisición de la naturaleza humana. La
adquisición de la naturaleza humana es la causa de la distinción, no el
lugar de la distinción (como en el nestorianismo).
[24] Mientras que la adquisición por parte de Dios de una naturaleza humana
en la encarnación es la causa de la distinción Padre-Hijo, esta no es la
posición de la distinción, ya que se basa en un punto de vista internalista.
[25] Weinandy, 171.
[26] Yo no uso "acto" o "actuar" en el sentido de "fingir", sino en el sentido
de llevar a cabo "acciones" (hablar, sanar, orar, dormir, comer, enseñar, etc.)
[27] La encarnación no debe ser concebida como Dios sabiendo y
actuando como Dios, sino como Dios sabiendo y actuando como hombre, en
virtud de su adquisición de una existencia/conciencia humana. Decir que Dios
como Dios sabe y actúa en Cristo, es negar a Cristo un conocimiento
verdaderamente humano, perdiendo así el sentido de muchos pasajes de la
Escritura, como los que hablan de Jesús creciendo en sabiduría y teniendo
falta de conocimiento. Sólo si Dios deliberadamente existió como hombre en
la encarnación, podríamos encontrar sentido a tales limitaciones humanas
que se aplican a Cristo (al menos sin recurrir al nestorianismo). Afirmar que la
conciencia de Jesús es divina y no humana, encaja en la antigua herejía de
Apolinar, en donde Cristo está desprovisto de una sique y personalidad
humana. Si Dios como Dios simplemente actuara a través de un recipiente
humano vacío, sin una verdadera mente/conciencia humana, entonces Jesús
no sería nada más que una bolsa de carne sin conciencia, animada y
controlada por la mente divina, pero no un ser humano genuino. Y si Dios en
Cristo fuera consciente como Dios, entonces también deberíamos concluir
que las oraciones de Jesús no eran nada más que Dios orándose a sí mismo,
porque el que ora y a quien se ora, son la misma persona. A menos que
estemos dispuestos a diagnosticar a Dios con esquizofrenia divina y a negar la
integridad de la humanidad de Cristo, debemos reconocer la conciencia de
Jesús como la de un ser humano. Sólo por medio de una verdadera
conciencia humana, Cristo tiene verdaderamente la necesidad de orar, y es
capaz de tener una relación genuina con el Padre.
[28] David Bernard, Clifford Readout y J.L. Hall, "La Verdadera Humanidad de
Jesucristo", Posición oficial de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional,
marzo de 2004.
[29] Por ello el nacimiento virginal es una doctrina tan importante de la
cristiandad. El nacimiento virginal no fue necesario para evitar la transmisión
de una naturaleza pecaminosa a Cristo (pues tal idea presupone que nuestra
predisposición hacia el pecado se transmite únicamente por varones, para lo
cual no hay ningún apoyo bíblico. Jesús se libró de esta predisposición a la
naturaleza humana caída, por un acto de Dios), sino que fue necesario para
evitar la creación de un ser humano independiente. Las personas humanas
comienzan a existir en la concepción, con la unión de los gametos masculinos
y femeninos. Sin la contribución de los gametos masculinos, ninguna persona
humana sería creada. En cambio la misma persona divina, tomó sobre sí la
existencia humana con la contribución biológica de María.
[30] Garrett J. DeWeese, "Una persona, Dos Naturalezas: Dos Modelos
Metafísicos de la Encarnación", Jesús, en la Perspectiva Trinitaria: Una
Introducción a la Cristología, eds. Fred Sanders y Klaus Issler (Nashville, TN: B
& H Academic, 2007), 145-146.
[31] ¿Significa esto, entonces, que Dios tiene dos conciencias? Sí y no,
dependiendo de cómo entendemos tal declaración. En efecto, Dios ha
adquirido otra conciencia en la encarnación, por lo que en cierto sentido se
podría decir que ahora Dios tiene dos conciencias. Aunque Dios ha adquirido
otra conciencia en la encarnación, esta es una conciencia humana, no
una segunda conciencia divina. No hay dualidad de conciencias en el Ser de
Dios después de la encarnación, por lo que no podemos decir que
Dios como Dios, tiene dos conciencias. Dios como Dios tiene una sola
conciencia, pero Dios como hombre tiene una conciencia humana. La recién
adquirida conciencia humana de Dios no es interna a su esencia divina, pero
es externa a esta, en virtud de su naturaleza humana asumida. Esto está en
contraposición al trinitarismo, que plantea tres conciencias personales
dentro de la esencia misma de Dios.
[32] Todas las analogías se estropean en uno u otro momento y ésta no es la
excepción. Explicar la encarnación como el aire que llena un globo, podría ser
tomado en un sentido nestoriano o apolinariano, dando a entender que Dios
sólo habitó en el hombre/cuerpo humano. Esto en ningún caso está siendo
deducido aquí. La analogía es también inexacta en otra área: Es obvio que
todo el aire no puede estar a la vez en el globo y sigue existiendo más allá del
globo al mismo tiempo, pero sabemos que la plenitud de la Deidad habita
corporalmente en Cristo, y aún Dios continúa existiendo más allá de la
encarnación en su plenitud. Vea mi artículo titulado: "¿Cómo Puede la
Plenitud de Dios "Caber" en un Lugar tan Pequeño Como el Cuerpo Cristo?"
[33] Este asunto de Dios hecho hombre en la encarnación, no es exclusivo de
la teología de la Unicidad. Es considerado por igual en las teologías de la
Unicidad y la Trinidad, porque ambas confiesan una verdadera encarnación
de Dios en la existencia humana. La cuestión es cómo Dios pudo hacerse
hombre sin experimentar el cambio, no importa si Dios hecho hombre es la
segunda persona de un Dios tri-personal, o el Dios uni-personal de la teología
de la Unicidad.
[34] ¿Cómo puede ser que Dios pudiera encarnarse como hombre sin
cambiar en algo? Debemos admitir que algo es diferente después de la
encarnación, de lo que era antes de la encarnación. Si dijéramos que en
realidad no había nada nuevo o diferente, entonces nos veríamos forzados a
conceder que Dios siempre ha estado encarnado, o a negar completamente
la realidad de la encarnación. Si interpretamos que algo "nuevo" para Dios,
significa que Dios cambia (por ejemplo, un nuevo modo de existir como
hombre), entonces seguramente Dios no se podría haber encarnado. Una
verdadera encarnación de Dios, exige que nosotros asumamos que hay algo
diferente para Dios después de la encarnación, de lo que era antes de la
encarnación. Ya que nos damos cuenta de que Dios debe permanecer como
Dios pese a su encarnación, entendemos que la encarnación implicó un
cambio en el modo existencia de Dios y por lo tanto en su experiencia, pero
no en su naturaleza esencial como Dios. Con ello se reconoce que algo
cambió cuando Dios se encarnó, pero se confiesa al mismo tiempo que Dios
no cambió en sí mismo.

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