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CLASE 10

Jean Piaget.
Desarrollo cognitivo.
Estadios sensorio-motor y preoperatorio.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Introducción

El niño y el adulto se encuentran en diferentes momentos del proceso evolutivo de


desarrollo. Partiendo de este hecho, las diferencias más notables que encontramos
entre uno y otro se evidencian en:

A. Encadenamiento del pensamiento y lenguaje:


El niño parte de la experiencia que le proporcionan sus sentidos, establece relaciones
entre las operaciones concretas. Posteriormente procede a elaborar relaciones
operacionales lógicas y formales, posibilitado por el desarrollo del pensamiento
abstracto.

La manera, forma, modo, etc. en que el niño habla refleja la manera en que piensa,
como encadena los pensamientos. Los niños se expresan de una manera espontánea,
interaccionan más a través de lo intuitivo, lo sensible, y de lo experimentado que a
través de la verbalización de razonamientos lógicos o conocimientos intelectuales. El
razonamiento del niño en una fase determinada de su desarrollo no es ni deductivo, ni
inductivo, sino que va de lo particular a lo particular sin aparente rigor lógico.

El estadio de desarrollo del lenguaje en el que cada niño se encuentra determinara el


modo en que nos comuniquemos con el, ajustando nuestro lenguaje al suyo, utilizando
términos concretos, plásticos; evitando un lenguaje ambiguo que contenga términos
abstractos, que el no sabe manejar ni comprender.

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B. Nivel de autonomía e independencia:


El niño se encuentra en una situación de dependencia con respecto a los adultos que le
rodean: depende de sus cuidados, afecto y amor, económicamente y un largo etc. Los
limites de su independencia y autonomía son mas restringidos que en el caso de los
adultos. La capacidad de tomar pequeñas decisiones que le atañen directamente a el,
a menudo pasan por el filtro, la valoración y el juicio de los adultos.

Una optima educación y un crecimiento adecuado darán como resultado que el niño
vaya adquiriendo progresivamente mayor nivel de autonomía e independencia,
adecuadas ambas a su momento evolutivo de desarrollo.

C. Intereses, necesidades y capacidades distintas:


Variables en dependencia de momento evolutivo en que se encuentra.

Los intereses y las necesidades del niño, la satisfacción o insatisfacción de las mismas
y la capacidad para lograrlos, va a determinar en gran medida el tipo de problemática o
dificultad que el niño presente.

Cada niño, cada persona, es un ser único, singular; por tanto, aunque conozcamos las
características evolutivas de cada estadio de desarrollo generales o aplicables a la
mayoría de los niños que se encuentran en el, conviene tener presente la singularidad
e individualidad propia y peculiar del niño con quien estamos.

D. Proceso evolutivo:
El adulto ha cumplido una serie de etapas de desarrollo, sus rasgos de carácter están
más cristalizados; el niño esta aun inmerso en un proceso en el que aún le quedan por
completar distintas etapas o estadios evolutivos.

Según Piaget el desarrollo cognitivo consiste en una marcha hacia el equilibrio. El


desarrollo es una progresiva equilibración, un perpetuo pasar de un estado de menor
equilibrio a un estado de equilibrio superior (en el desarrollo del niño aparecen, por este
orden: la inteligencia, los sentimientos y las relaciones sociales).

Existen dos aspectos complementarios en el proceso de equilibración:

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• Estructuras variables: definen las formas o estados sucesivos de equilibrio.


Son las formas de organización de la actividad mental bajo su doble aspecto:
motor e intelectual por un lado, y afectivo por otro lado; así como según sus dos
dimensiones: individual y social.

• Funcionamiento constante: es el que asegura el paso de cualquier estado al


nivel siguiente. La acción supone siempre un interés que la desencadena, ya
sea una necesidad fisiológica, afectiva, intelectual, etc. Las necesidades y las
explicaciones es lo que varia (estructuras variables).

Piaget distingue seis estadios en el proceso de desarrollo del niño.

Los tres primeros estadios corresponden al período lactante, desde el nacimiento hasta
1 año y medio-2 años:
1. Estadio de los reflejos, montajes hereditarios, primeras tendencias instintivas
(nutrición) y primeras emociones.

2. Estadio de los primeros hábitos motores y de las primeras percepciones


organizadas, primeros sentimientos organizados.

3. Estadio de la inteligencia sensoro motriz práctica (anterior al lenguaje), de las


regulaciones afectivas elementales y de las primeras fijaciones exteriores de la
afectividad.

De los 2 a los 7 años, segunda parte de primera infancia:


4. Estadio de la inteligencia intuitiva, de los sentimientos interindividuales
espontáneos y de las relaciones sociales de sumisión al adulto.

De los 7 a los 11 o 12 años:


5. Estadio de las operaciones intelectuales concretas, aparición de la lógica,
sentimientos morales y sociales de cooperación.

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A partir de los 12 años, la adolescencia:


6. Estadio de las operaciones intelectuales abstractas, de la formación de la
personalidad y de la inserción afectiva e intelectual en la sociedad de los adultos.

Según Piaget toda acción, entendida esta como movimiento, pensamiento, sentimiento,
etc., responde a una necesidad y una necesidad es siempre la manifestación de un
desequilibrio.

Rasgos definitorios de los estadios:

• Orden de adquisición: Según Piaget, la edad en la que se alcanza un estadio es


un dato meramente orientativo; el rasgo que define el estadio es su ubicación en
la secuencia de adquisición

• Estructura de conjunto: Cada estadio presenta una estructura de conjunto que


se puede describir según un modelo lógico; esto quiere decir que las
adquisiciones cognitivas propias de cada estadio no son productos intelectuales
aislados e inconexos, sino que guardan una estrecha relación entre si. De este
modo, la aparición y el dominio de ciertos contenidos permiten predecir y/o van
acompañados de la aparición y el dominio de otros.

• Integración: Los logros alcanzados en un estadio se integran en el siguiente, es


decir, quedan incorporados en un nuevo tipo de estructura, más amplia; en otros
terminos, cada estructura resulta de la precedente, a la que incluye como
subordinada, y prepara para la siguiente, en la que terminará integrándose.

• Preparación y completamiento: En cada estadio es posible distinguir un periodo


de preparación y otro de completamiento; en el primero, las estructuras
comienzan a construirse, mientras que en el segundo, se consolidan.

Estadios del desarrollo cognitivo

Los límites de edad que marcan cada estadio son orientativos y dependen del grado de
maduración de cada niño. Cada estadio responde a nuevas necesidades y estímulos

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del niño, que va adaptándose a las demandas del medio. Las estructuras que va
aprendiendo (esquemas) se acumulan y se incorporan en su mente en un triple nivel:
físico, intelectual y afectivo. Por ejemplo: un niño empieza a caminar (ámbito físico); ya
puede resolver problemas como el desplazamientos de objetos (ámbito intelectual) que
antes no podía hacer; y se ha adaptado a una nueva relación afectiva, como ir al
encuentro de sus padres (ámbito afectivo).

1. estadio sensorio-motriz (0-2 años)


2. estadio pre-operacional (2-7 años)
3. estadio de las operaciones concretas (7-12 años)
4. estadio de las operaciones formales (12-16 años)

1. El estadio sensorio-motriz (0-2 años)

Es un periodo fundamental en el desarrollo de la inteligencia, pues el niño pasa de


creer que el mundo termina en su propio cuerpo a descubrir que hay un mundo fuera
de él y a construir un lenguaje. El niño llega equipado al mundo con una serie de
sentidos y reflejos que le permiten sobrevivir, tales como llorar y mamar. Pero poco a
poco esos instintos se convierten en una manera de comprender el mundo e interactuar
con él; por eso el niño se lo lleva todo a la boca. Chupar pasa a ser un modo de
conocer la realidad. También los movimientos de brazos y manos comienzan siendo
reflejos físicos y acaban siendo medios cognitivos. Todas estas posibilidades aumentan
cuando el niño empieza a caminar (pues se amplía su horizonte exploratorio) y su nivel
intelectual da un giro gigantesco con la adquisición del lenguaje, al final de esta etapa.

Piaget estaba convencido de que el niño es capaz de resolver problemas (ser


inteligente) antes de ser capaz de usar el lenguaje. Con esta afirmación provocó una
gran discusión sobre si la inteligencia era anterior o posterior al lenguaje. ¿Podemos
pensar sin lenguaje? Si afirmamos que el pensamiento no es sino “lenguaje
interiorizado”, ¿cómo podemos decir que un bebé “piensa” si aún no dispone de
lenguaje? Piaget contesta demostrando que el niño resuelve problemas si tiene a mano
los elementos del problema (los objetos) y los puede manipular. Ya hacia el final del

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segundo año de vida, el niño construye las categorías de objeto, espacio, causalidad y
tiempo, propias de una conducta inteligente.

Para el niño de menos de un año el mundo se compone únicamente de imágenes que


aparecen y desaparecen. Si se le muestra un objeto y luego se oculta debajo de un
paño, el niño llorará, si el objeto le gustaba, pero no intentará levantar el paño. Para él
todavía no existen objetos permanentes (noción que no es innata y que deberá
aprender). En el segundo año de vida adquirirá esta noción y será capaz de levantar el
paño para buscar el objeto oculto. También aprenderá la noción de causalidad (tirar de
una cuerda para que suene el sonajero, por ejemplo).

Este primer periodo en el desarrollo del niño que abarca desde el nacimiento hasta los
dos años de edad aproximadamente. Tal y como el nombre "sensoriomotor" indica, lo
que caracteriza este periodo es que el bebe se relaciona con el entorno a través de:

• sus percepciones físicas


• su acción motora directa

Desde el momento de su nacimiento, el bebe no es un ser inactivo o mero receptor de


estímulos, sino que desde el primer momento el bebe actúa sobre su entorno e inicia
conductas. La cognición - la inteligencia - del niño en este momento toma la forma de
respuestas abiertas a la situación inmediata. El conocimiento del mundo que el bebe
tiene se basa en los reflejos con los que nace.

Estos mecanismos innatos reflejos (como el reflejo de succión o el reflejo de prensión)


se diferencian paulatinamente en esquemas sensoriomotores como:

• levantar cosas
• empujar cosas
• tirar de un objeto
• golpear algo

El bebe entiende su mundo en función de estos esquemas sensoriomotores; es decir,


entiende los objetos y personas de su entorno como "algo que es para.... succionar,

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golpear etc." Con el tiempo estos esquemas sensoriomotores se van coordinando en


estructuras más complejas, pero la conducta sigue dependiendo de la situación
inmediata.

Piaget distingue seis subestadios en este periodo. A continuación presentamos


esquemáticamente la secuencia de desarrollo cognitivo a través de estos seis
subestadios del periodo sensoriomotor:

Subestadio 1 (0 a 1 mes)
El niño nace con unos reflejos innatos, algunos delos cuales (chupar, mover las
manos) constituyen las bases de la cognición. estos reflejos se modifican y
diferencian ya en este primer mes de vida. El niño ejercita sus reflejos en todas
las ocasiones que puede por la tendencia de asimilación funcional, los generaliza
a distintas situaciones (por la tendencia de asimilación de generalización) y los
aplica también de forma diferencial (por la tendencia de asimilación de
reconocimiento). El niño es activo desde su primer mes de vida. Busca la
estimulación, se interesa por su entorno.

Subestadio 2 (1 a 4 meses)
Los esquemas motores se van perfeccionando con la práctica. Empiezan a
coordinarse esquemas distintos, por ejemplo el de visión-audición (oír un ruido y
volver la cabeza) y el de visión-prensión (coordinación viso-manual). Aparecen las
Reacciones o tendencia a repetir patrones de conducta que se han producido en
un primer momento por azar (por ejemplo, por casualidad un día el niño se mete
un dedo en la boca y, al resultarla una conducta placentera, intenta repetirla hasta
conseguir un movimiento coordinado de la mano a la boca).

Comienzan a darse las primeras anticipaciones (la capacidad de anticipar o


predecir conductas). Por ejemplo, el niño solo inicia la acción de mamar o abrir la
boca en presencia de la madre, no del padre u otras personas como le ocurría
antes. Demuestra curiosidad por su entorno, mirando a su alrededor etc. El bebe
presenta también conducta de imitación, en particular el contagio vocal o imitación
difusa de la actividad vocal del adulto.

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Subestadio 3 (4 a 10 meses)
Aparecen las Reacciones Circulares Secundarias o patrones de conducta que
establece el niño como consecuencia de alguna acción motora (por ejemplo,
aprender a mover con la mano el móvil que tiene sobre la cuna para repetir un
sonido que le resulta placentero). A partir de este momento, al niño le interesa
ejercitar sus esquemas en el entorno, no como un fin en si mismos. Le interesa
ver las consecuencias de sus acciones y explorar como responden los objetos.
Demuestra también en este periodo un concepto "primitivo" de lo que son las
clases de objetos, mediante lo que Piaget llama conducta abreviada, es decir,
esquemas abreviados. Por ejemplo, el niño realiza una conducta abreviada
cuando al ver un balón que esta lejos de el, hace ademan con el pie de darle un
puntapié. Para Piaget esto es una forma de decir, "mira un balón, eso el lo que
sirve para darle un puntapié!".También empieza a diferenciar tonos y puede
distinguir auditivamente “más" y "menos".

Subestadio 4 (10 a 12 meses)


Lo que caracteriza este periodo es la aparición de la conducta intencional. El niño
aprende a utilizar una acción como medio para conseguir otra acción. Por
ejemplo, el niño sabe buscar una caja de cerillas que esta oculta debajo de un
almohadón levantando el almohadón. En este subperiodo se inicia la coordinación
en integración de esquemas secundarios (los esquemas que tienen una
consecuencia sobre el entorno) para conseguir algún fin. La conducta es además
"original" porque el niño combina de forma nueva dos esquemas ya aprendidos.

Subestadio 5 (12 a 18 meses)


El niño empieza a entender conceptos de relación (una cosa que esta relacionada
con otra) y de cantidad. También empiezan a anticipar sucesos o acontecimientos
del mundo externo (como por ejemplo, el niño que llora cuando su mama de da la
vuelta porque anticipa que va a salir de la habitación).

A partir de este momento, al niño le interesa la novedad. Quiere descubrir como


funcionan las cosas de su entorno. Se dedica a experimentar con los objetos. Es
el caso del niño que deja caer una cajita 30 veces variando cada vez el ángulo de
caída para "ver que pasa si lo hago así". A esto le llama Piaget Reacciones

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Circulares Terciarias. El niño se ha vuelto progresivamente mas "extrovertido" en


el sentido de abierto hacia el entorno. Ha pasado de estar centrado
exclusivamente en sus esquemas (subestadio 1) a dirigir toda su atención a
descubrir lo que le rodea.

Subestadio 5 (18 a 24 meses)


El niño en este periodo empieza a entender algo fundamental, que desarrollara
plenamente en el Estadio Preoperacional: el uso de símbolos mentales. Empieza
a desarrollarse en el niño la, capacidad de utilizar palabras u otros símbolos para
referirse a objetos que están ausentes y que son por tanto entidades mentales.
Podemos hablar ya aquí de "pensamiento simbólico" porque el niño empieza a
pensar sobre sus entidades mentales, mas que a ejercer sus esquemas motores
directamente sobre el entorno como hacia antes. Se puede decir que el niño
"ensaya" en su mente los movimientos o acciones antes de hacerlos realidad.
Otra prueba de esta capacidad mental es la habilidad del niño en este periodo
para imitar modelos que no están inmediatamente presentes, lo que llamamos
“limitación diferida”.

2. Las operaciones pre-operativas (2-7 años)

El hecho dominante en esta etapa es la aparición del lenguaje, lo que provoca los
siguientes cambios: intercomunicación con los demás, inicio del pensamiento (al poder
“interiorizar” las palabras y hacer representaciones de las cosas). Es la génesis del
pensamiento, pero éste no nace de golpe, sino que es un largo proceso que dura
desde los dos años hasta el final de la etapa.

Al principio, el pensamiento del niño es egocéntrico, todo gira a su alrededor. Cree que
las cosas están hechas y pensadas para que él las utilice (la luna brilla para que yo
pueda ver la noche). Esta actitud de atribuir intencionalidad a todo, ya sea animado o
inanimado, se denomina animismo y nos retrotrae a viejos mitos de las culturas
primigenias que dotaban de voluntad (de “alma”) a las nubes, el sol, los ríos, etc.

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Otro aspecto de la inteligencia infantil es la persistente pregunta de por qué; y no aún


no distinguen el porqué causal del porqué final. ¿Por qué cae la pelota? Porque está en
una pendiente (causa) o porque la pelota es mía y se dirige hacia donde yo estoy
(finalidad).

En esta etapa el niño todavía no tiene razonamiento lógico, pero lo suple con una gran
intuición. Por ejemplo: si le enseñamos a un niño una hilera de fichas de color y al lado
le mostramos otro montón de fichas, y le pedimos que haga una hilera con el mismo
número de fichas que la nuestra, a los 4 ó 5 años hará una hilera de la misma longitud,
pero no tendrá en cuenta el número de fichas que coloca: es una intuición de la
igualdad. Las intuiciones son el paso previo a las operaciones lógicas que vendrán
después.

Esta etapa se denomina "pre-operacional" porque en ella el niño aún no puede realizar
operaciones mentales como analizar, comparar, etc.

Características:
a. La imitación diferida: posibilidad del niño de interiorizar un conjunto de actos de un
modelo determinado, y poder reproducirlos posteriormente.

b. El juego simbólico: por ejemplo, el uso de un pedazo de madera para representar


una locomotora.

c. El dibujo: el niño trata de representar cosas de la realidad, pero antes de los 8 ó 9


años los dibujos son confusos porque corresponden a cosas que imagina y no a la que
ve.

d. El lenguaje hablado: hacia los 2 años, el niño comienza a utilizar palabras como
símbolos de los objetos.

Piaget dice que el lenguaje tiene tres consecuencias importantes para el desarrollo
mental:

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a. Posibilita el intercambio verbal con otras personas con lo cual se inicia el proceso de
socialización.

b. Se produce la internalización de las palabras y con ello la aparición del pensamiento


mismo apoyado en el lenguaje interno.

c. El lenguaje social hacia los 6 ó 7 años.

Pensamiento egocéntrico (2 - 4 años)


Incapacidad que manifiesta el niño para salir de su punto de vista y asumir una
perspectiva diferente.

a. Animismo infantil: Tendencia del infante a pensar que las cosas tienen vida,
conciencia, sentimientos, etc.
Ejemplo: Hace dibujos del sol con ojos y boca.

b. Artificialismo: Tendencia del niño a pensar que las cosas y entes naturales han
sido construidos por el hombre.

c. Finalismo: Tendencia a pensar que el azar no existe y que todas las cosas
tienen una finalidad (están hechas para algo).
Ejemplo: El agua existe para que me bañe.

Pensamiento intuitivo (4 - 7 años)


Se basa en la intuición sensible; como vio las cosas, así siempre es.

Características:
. Centración: atiende solo a una característica o propiedad perceptual de dicha
situación, dejando de atender las demás propiedades.

. Irreversibilidad: incapacidad que muestra el niño para invertir mentalmente una


situación final a su situación inicial.

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3. Las operaciones concretas (7-12 años)

La etapa 6-7 años coincide, en la mayoría de los países, con el inicio de la enseñanza
básica. Esto es así porque es en ese momento cuando el niño comienza a desarrollar
un pensamiento lógico, su egocentrismo intelectual ha desaparecido y ya es capaz de
distinguir su punto de vista del de los demás. Esto permite una percepción del mundo
más equilibrada, el trabajo cooperativo, la discusión y el razonamiento con los otros,
aceptar y entender normas que hacen posible los juegos organizados, etc. Todo ello
provoca un progreso en la inteligencia.

A todo este repertorio de conductas respecto a los demás, tan importantes para el
progreso intelectual, Piaget lo llama socialización. El elemento clave es la discusión con
otros niños. Escuchar otros puntos de vista e intentar comprender sus razones provoca
la reflexión, y reflexionar es la clave del pensamiento y la inteligencia. Además del
egocentrismo, también desaparece poco a poco el animismo y el niño empieza a
buscar respuestas más causales y “lógicas”. Históricamente, esta etapa coincidiría con
la desaparición del mito como explicación del mundo y con la aparición de la reflexión
racional de los primeros filósofos griegos. El atomismo de Demócrito (s. IV a.C.) tiene
que ver con las concepciones atomísticas de los niños. Por ejemplo: si disolvemos
azúcar en un vaso de agua y preguntamos a un niño qué ha ocurrido con el azúcar,
escucharemos las siguientes respuestas: para un niño menor de 7 años, simplemente
el azúcar ya no está; para uno mayor de 7 años, el azúcar está en el vaso mezclado
con el agua, o bien, se ha roto en trocitos pequeños que están en el agua.

Esta es una explicación atomista que tiene en cuenta la conservación de la materia; lo


que a un niño de esta edad le cuesta aún mucho entender es que los átomos de azúcar
tienen volumen y masa, y, en consecuencia, el vaso de agua con azúcar pesará más y
tendrá más volumen. Este razonamiento tendrá lugar hacia los 9 ó 10 años. De todos
modos, el niño ya trabaja con las nociones de sustancia, peso y volumen, que son
fundamentales para ir construyendo el mundo. Mucho más complejo es todavía
entender longitudes y velocidades.

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El progreso del pensamiento más espectacular de esta etapa es el paso de las


intuiciones a las operaciones concretas. Una operación concreta es cualquier acción de
reunir, organizar o clasificar series de objetos. ‘Concretas’ significa que para poder
“pensar” estas operaciones hace falta tener los elementos delante, o sea, verlos y
tocarlos. Son las operaciones de sumar palitos o pelotas, pero no números; o bien,
hacer razonamientos sobre personas que están delante del niño, personas a las que
ve. El niño piensa “con los ojos y con las manos”.

Este razonamiento lógico consiste en hacer series más grandes o más pequeñas, en
agrupar elementos que estén incluidos unos dentro de otros y en relacionar la igualdad
de dos elementos siguiendo uno intermedio; o sea, la estructura silogística básica de la
propiedad transitiva: Si A = B y B = C, entonces A = C. Este esquema lógico lo
utilizamos continuamente en la vida diaria y nos facilita la comprensión del mundo. El
esquema intelectual que más nos cuesta adquirir, y lo hacemos durante etapa, es el de
la reversibilidad: ser capaz de invertir las operaciones lógicas. Por ejemplo: si
colocamos tres bolas A, B y C en un tubo y las dejamos rodar, el niño espera que
salgan en este mismo orden; pero si giramos el tubo, a la inversa, el niño menor de 7
años no entenderá que primero salga A. Si a un niño de 4 años, José, que tiene un
hermano, Pedro, le preguntamos si su hermano Pedro tiene un hermano, contestará:
“Somos dos hermanos, y Pedro no tiene ningún hermano”. A este niño de 4 años le
falta salir de su punto de vista y ver las cosas desde el otro: le falta reversibilidad. La
reversibilidad es fundamental en las operaciones matemáticas (7 + 4 = 11; 11 – 4 = 7).
Este esquema cognitivo de la reversibilidad se construye, precisamente, al mismo
tiempo que la socialización: admitir los otros puntos de vista (empatía).

4. Las operaciones formales (12-16 años)

El último cambio en la maduración intelectual es el paso del pensamiento concreto al


pensamiento abstracto. Hasta los 11 ó 12 años, las operaciones intelectuales son
concretas, o sea, siempre hacen referencia a objetos que se pueden manipular; pero, a
partir de esa edad, los niños ya pueden hacer operaciones sin tener los objetos
delante, solamente con sus símbolos o representaciones; es decir, con las palabras. A
este razonamiento que no necesita la presencia de las cosas y que puede funcionar

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con palabras o símbolos matemáticos, se le llama pensamiento formal o hipotético-


deductivo. Con él se pueden extraer conclusiones desde unas premisas sin que el
problema exista realmente. Ejemplo:

Eva tiene los cabellos más oscuros que Ana


Eva es más rubia que Sandra

Características:

• Aparición del pensamiento formal: Capacidad de operar con elementos


simbólicos.

• Aparición del pensamiento hipotético - deductivo: significa la posibilidad de ir


generando un conjunto de hipótesis o supuestos frente a un problema.

• Es capaz de entender el lenguaje metafórico.

En este momento, el individuo ya no solo es capaz de razonar sobre lo real, sobre lo


que conoce o tiene presente, sino que puede hacerlo también sobre lo posible. Estas
capacidades son las que le permitirán al adolescente entender el pensamiento
científico y razonar sobre problemas complejos. A pesar de que esta es la ultima etapa
del desarrollo, no quiere decir que el desarrollo se detenga sino que puede continuar,
se pueden aprender cosas nuevas, habilidades diferentes, etc. El sujeto puede seguir
formando nuevos esquemas, automatizando la forma de solución de situaciones
complejas, y esto constituye un progreso que puede proseguir toda la vida.

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Bibliografía

• Coll, C. y Martí, E. (2001). Aprendizaje y desarrollo: la concepción genético-cognitiva del


aprendizaje. En C. Coll, J. Palacios y A. Marchesi (Comps.), Desarrollo psicológico y
educación. 2. Psicología de la educación escolar. 2ª ed. (pp. 67-88). Madrid: Alianza
Editorial.

• García Madruga, J. A. (1991). Desarrollo y conocimiento. Madrid: Siglo XXI.

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de la inteligencia. Barcelona: Crítica, 1983).

• Piaget, J. (1970). Piaget’s theory. En P. H. Mussen (Comp.), Carmichael’s manual of child


psychology. Vol 2. Nueva York: Wiley.

• Piaget, J. (1979). Tratado de lógica y conocimiento científico (1). Naturaleza y métodos de


la epistemología. Buenos Aires: Paidós.

• Piaget, J. (1986). Seis estudios de psicología. (2ª ed.) Barcelona: Barral.

• Piaget, J. y B. Inhelder (1981). Psicología del niño. (10ª ed.) Madrid: Morata.

• Rivero, M. (1996). Cognició. En G. Martínez y C. Triadó (Eds.), Psicologia


del desenvolupament: adolescència (pp. 55-67). Barcelona: Publicacions Universitat de
Barcelona.

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