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Diferencia entre
w(j y o(t
/ i
El griego no tiene una distinción tan clara entre la construcción conjuntiva y la infinitiva; y aun
dentro de la conjuntiva, la distinción entre w(j y o(t/ i, las dos conjunciones más empleadas, es
tenue, aunque en ático se observa un matiz más subjetivo con w(j, es decir, expresando no tanto la
realidad en sí (la realidad objetiva), sino el modo de sentir y de pensar de quien habla en el
contexto de la oración. Al respecto, Herbert Smyth (p. 582, párrafo 2,579) escribe: “En muchos
casos la elección es opcional. Oraciones afirmativas usualmente toman el infinitivo o o(t/ i; pero w(j
es aparentemente preferido a o(t/ i cuando un escritor desea marcar una declaración como una
opinión, como un pretexto, como falsa, y también cuando la oración principal es negativa o cuando
la oración subordinada es negativa (o ambas son negativas)”. Por su parte, Bizos (p.129) comenta:
“Se tiene en principio o(t/ i para un hecho cierto, w(j para un hecho incierto, falso o negado; pero
esta distinción está lejos de ser siempre observada [cursivas mías]”.
Muchos verbos pueden prácticamente emplear todas las construcciones posibles; pero, en
general, la lengua tiende al desarrollo de la conjunción en perjuicio de la construcción de
infinitivo o de participio.
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1.1. Con verbos de
percepción física o
intelectual
oiåda ga\r oÀtti kakoiì me\n a)poi¿xontai pole/moio (Il., 11, 408), “en efecto, sé que los
cobardes se apartan de la guerra”; nu=n de\ o(rw½ oÀti ou)de\n u(gie\j ouÃte h( mh/thr ouÃte oi¸ tw½n
¹Ammwni¿wn profh=tai eÃlegon (Luc., DMort., 13, 1, 13-15), “y ahora veo que nada sensato decían
ni mi madre ni los profetas amonios”.
1.7. o(t
/ i expletivo
La conjunción oÀti como expletivo (es decir, para hacer más llena o armoniosa la locución)
equivale a dos puntos: e)dh/lou de\ h( grafh\ oÀti ““Qemistoklh=j hÀkw para\ se/”” (Th., 1, 137,
4), “y manifestaba la carta: Yo, Temístocles, he venido ante ti.”
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2.4. Con valor
explicativo y para
introducir una oración
principal
Se usa también w(j como explicativo: wÔ po/poi hÅ ma/l' e)lafro\j a)nh/r, w¨j r(eiÍa kubist#= (Il.,
16, 745), “ay, pues; ciertamente muy ágil (es) el hombre, (porque; se deduce de) que fácilmente da
una voltereta”. De este uso proviene el valor “pues” de w(j para introducir una oración principal:
ti¿ pote le/geij, wÕ te/knon; w¨j ou) manqa/nw (S., Ph., 914), “¿qué dices, hijo?; pues (= que) no
entiendo.
2.5. En oraciones
subjetivas
Con expresiones impersonales y las personales correspondientes, formadas por verbo copulativo y
adjetivo, la conjunción ὡς introduce una oración sustantiva de sujeto: katafanh/j e)stin w¨j di'
eÃrwta th\n e)pime/leian au)tou= pare/laben (Aeschin., Tim., 143, 7-8), “evidente es que por amor
tomó el cuidado de él”.
La declarativa puede hacerse también mediante una oración de infinitivo. Hay que distinguir entre
“oraciones de infinitivo subjetivas/sujetivas” o como sujeto, y “oraciones de infinitivo objetivas” o
de complemento directo.
4.1. Declarativas de
infinitivo sujetivo
El infinitivo se emplea como sujeto sobre todo en oraciones declarativas con verbos impersonales
y expresiones con verbo copulativo, como dei=, xrh/, e)/cesti, prosh/kei, a)na/gkh e)sti/n,
kalo/n e)stin, kako/n e)stin, etc. Ejemplo: th=j ga\r e)piou/shj nukto\j pa/nta tau=ta deiÍ
pepra=xqai (Pl., Cri., 46, a, 5-6), “pues es necesario que todo esto quede hecho en la próxima
noche”. Por supuesto que puede aparecer el sujeto del infinitivo en acusativo: xrh/ me th=sd'
aÃrxein xqono/j; (S., Ant., 736), “¿es necesario que yo gobierne esta tierra?”
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Pero la tendencia de la lengua se dirige a evitar el giro impersonal a favor de la construcción
personal.
4.2. Declarativas
propias de infinitivo
objetivo
En algunas oraciones declarativas se halla propiamente el infinitivo objetivo o complementario.
Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que la separación entre la construcción de infinitivo y la
conjuntiva (o(t/ i, w(j e incluso o(p
/ wj, como ya anotamos) nunca es total o absoluta, y, por tanto,
pueden hallarse las dos construcciones con los mismos verbos. Se completan propiamente por
medio de infinitivo objetivo con bastante frecuencia los verbos que expresan el ejercicio o la
actualización de la voluntad: bou/lomai “querer”, proaire/omai “elegir”, pei/qw “persuadir”,
paraine/w “exhortar”, de/omai “rogar”, a)cio/w “estimar digno”, dida/skw “enseñar”; también los
que significan “empezar” como a)/rxomai, e “intentar” como peira/w. De igual manera se
construyen los verbos de significación opuesta o contraria a los anteriores: a)pagoreu/w
“prohibir”, kwlu/w “impedir”; con verbos de “decir”: le/gw “decir”, fhmi/ “afirmar”, o(mologw=
“reconocer”, etc., y con verbos de “opinión”: nomi/zw “considerar”, h(gou=mai “pensar”, oi)o / mai
“creer”, etc.
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4.7. Con verbos de
“opinión”
¸Hgou=mai ga\r [...] tou\j periì th\n a)strologi¿an kaiì gewmetri¿an kaiì ta\ toiau=ta tw½n
maqhma/twn diatri¿bontaj ou) bla/ptein (Isoc., Antid., 261, 1-4), “pues, yo considero […] que
los que se dedican a la astrología y a la geometría y a tales aprendizajes no hacen daño”.
El carácter verbal del participio hace a éste apto para expresar un suceso o una acción; al mismo
tiempo, su naturaleza nominal exige que vaya con una parte o elemento de la oración. La
diferencia con el infinitivo radica en que mientras con el infinitivo se “expresa una virtualidad,
una realidad en potencia, sea ésta pensada, deseada, aconsejada o permitida” --en fin, una idea más
abstracta--, con el participio se trata de una “realidad existente al momento en que se afirma la
actitud evocada por el verbo principal” [cursivas del autor], según nos explica Jean Carrière
(Estilística griega, México, UNAM, 2009, pp.64-65).
5.1. Declarativas de
participio con verbos
de percepción
La construcción típica de los verbos de percepción física o intelectual es la participial; ésta es
preferida a la infinitiva y a la conjuntiva, cuando la percepción es inmediata:
a) Participio concertado con el sujeto: åW basileu=, diabeblhme/noj u(po\ ¹Ama/sioj
ou) manqa/neij; (Hdt., 3, 1), “oh rey, ¿no comprendes que has sido burlado completamente por
Amasis?”; e(w¯rwn ou) katorqou=ntej (Th., 7, 47, 1), “(ellos) veían que (ellos) no tenían éxito”.
b) Participio concertado con el objeto: o( me\n Da/fnij... kaiì aÀma ta\j aiågaj
e)pesko/pei katakeime/naj kaiì wÐsper tw½n melw½n a)krowme/naj (Longus, Daphnis, 1, 13, 4),
“ciertamente Dafnis observaba que al mismo tiempo las cabras estaban echadas y como que
escuchaban las melodías”.
5.2. Declarativas de
participio con verbos
de sentimiento
Los verbos de sentimiento o afecto prefieren la construcción participial, cuando se resalta el estado
del sujeto que sufre la afección o sentimiento:
a) Participio concertado con el sujeto: meteme/lonto ta\j sponda\j ou) deca/menoi (Th.,
4, 27, 2-3), “se arrepentían de no haber aceptado la tregua”; kaiì tou=to me\n ou)k ai¹sxu/nomai
le/gwn (X., Cyr., 5, 1, 21), “y no me avergüenzo de decir esto”.
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b) Participio concertado con el objeto: kaiì tou\j cumma/xouj... ou) perioyo/meqa
a)dikoume/nouj (Th., 1, 86, 2), “y no miraremos con indiferencia que sean injuriados nuestros
aliados”.
5.3. Declarativas de
participio con verbos
de “empezar”,
“terminar”…
Con verbos de “empezar”, “terminar” y “continuar” (a)/rxomai, diatele/w, pau/omai);
“encontrar” (tugxa/nw, eu(ri/skw); “llegar antes” (fqa/nw); “estar oculto” (lanqa/nw); “hacer” y
“mostrar” (poie/w, dei/knumi), etc. La mayor parte de estos verbos rigen un participio concordado
con el sujeto; otros admiten la concordancia con el objeto:
α) Con verbos de “empezar”: aÃrcomai de\ a)po\ th=j i¹atrikh=j le/gwn (Pl., Smp., 186, b, 2-3),
“empezaré a hablar de la medicina”; pau/sasqe a(marta/nontej ei¹j th\n patri¿da (X., HG, 2, 4,
21), “(ustedes) dejen de cometer errores contra la patria”.
β) Con verbos de “encontrarse”: o( me\n ouÅn presbu/teroj parwÜn e)tu/gxane (Id., An., 1, 1, 2),
“ahora bien, el mayor estaba presente por casualidad”.
γ) Con verbos de “prevenir” y “llegar antes”: kaiì fqa/nousin e)piì t%½ aÃkr% geno/menoi tou\j
polemi¿ouj (Ib., 3, 4, 49), “y se adelantan a los enemigos estando en la parte alta”.
δ) Con verbos de “estar oculto”: eÃlaqon h(ma=j a)podra/ntej (X., Cyr., 4, 2, 5), “huyeron a
ocultas de nosotros”.
ε) Con verbos de “mostrar”: (h( yuxh/) a)qa/natoj fai¿netai ouÅsa (Pl., Phd., 107, c, 8), “(el alma)
es inmortal aparentemente”.
α) Con verbos de “hacer cesar”, “terminar”: Glau/kwna de\... ou)deiìj e)du/nato pau=sai
e(lko/meno/n te a)po\ tou= bh/matoj kaiì katage/laston oÃnta (X., Mem., 3, 6, 1), “nadie pudo
hacer cesar que Glauco fuera arrastrado de la tribuna y que fuera objeto de risa”.
β) Con verbos de “encontrar”: o( de\ kh=ruc a)fiko/menoj huÂre tou\j aÃndraj diefqarme/nouj
(Th., 2, 6, 3-4), “y el heraldo al llegar encontró que los hombres habían sido ejecutados”.
γ) Con verbos de “hacer” y “mostrar”: (o( àOmhroj) aÃklhton e)poi¿hsen e)lqo/nta to\n
Mene/lewn e)piì th\n qoi¿nhn (Pl., Smp., 174, c, 3), “(Homero) hizo que Menelao llegara al festín
sin ser invitado”; kaiì peira/somai t%½ lo/g% tou=ton (toìn kath/goron) me\n e)pideiÍcai
yeudo/menon, e)mauto\n de\ bebiwko/ta me/xri th=sde th=j h(me/raj e)pai¿nou ma=llon aÃcion
hÄ fqo/nou (Lys., Or24, 12, 9-13.2), “y con mi discurso intentaré mostrar que éste (mi acusador)
miente, y que yo mismo he vivido hasta este día más digno de alabanza que de envidia”.
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ORACIONES DE TEMOR Y CUIDADO
Las oraciones de temor y cuidado se estudian en un mismo apartado, pues tienen una construcción
casi igual, aunque el contenido sea sólo parecido. La oración de temor debiera ser incluida entre
las oraciones sustantivas o declarativas, ya que representa la declaración de un temor; pero,
atendiendo a su origen y construcción, suele estudiarse por separado. De igual manera, la oración
de cuidado puede ser tratada entre las oraciones finales de esfuerzo negativo, aunque, por otra
parte, pueden ser consideradas como una prolongación de las de temor, ya que los verbos de
“cuidar”, “reflexionar” y “guardarse” en esta clase de oraciones pueden encerrar un sentido de
temor.
6.1. Oraciones de
Temor
El origen posible de las oraciones de temor está en la parataxis o yuxtaposición, respecto de una
oración anterior prohibitiva independiente con mh/ y subjuntivo voluntativo, con sentido originario
de duda o deseo, como “acaso no”, “que no”. Así, peridei¿dia mh/ ti pa/qwmen (Il., 13, 52)
originariamente significa: “temo mucho, ¡(ojalá) que no suframos algo!” Pero, al considerarse la
oración con mh/ como explicación o causa del temor, las oraciones independientes se funden en un
grupo complejo íntimamente unido e intrínsecamente subordinado: “temo mucho que suframos
algo”. La negación mh/ se convierte así en instrumento de subordinación o conjunción
subordinativa. En español subsisten las dos formas de construcción de las oraciones de temor: la
primitiva, “tengo miedo, no sea que nos asalten”; la desarrollada, “tengo miedo de que nos
asalten”.
Conjunción principal
La independencia originaria de la regente y la subordinada se observa después en la frecuentísima
posposición de la oración con mh/ y en la constancia del subjuntivo. Al ser considerada la oración
pospuesta (con mh/) como contenido del temor, queda convertida al mismo tiempo en declarativa y,
por tanto, la partícula mh/ se transforma en mera conjunción declarativa semejante en valor a w(j y
/ i “que”. Así, desde Homero se usa mh£ ou) para la negación “que no” después de verbos de
o(t
temor.
Con verbos y expresiones de temor se emplea mh/ con el valor de “que”, mh£ ou) con el valor de
“que no”. Las construcciones son: con subjuntivo; con optativo oblicuo y potencial; y con
indicativo, esencialmente.
1) Con subjuntivo, después de tiempo principal o primario: De/doika..., wÕ Sw¯kratej, mh\ ou)k
eÃxw e)gwÜ tosau/thn sofi¿an (X. Mem., 2, 3, 10), “temo…, oh Sócrates, que no tenga yo tanta
sabiduría”; Deinw½j a)qumw½ mh\ ble/pwn o( ma/ntij vÅ (S., OT, 747), “temo terriblemente que el
adivino esté viendo”.
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2) Con optativo oblicuo, después de tiempo histórico o secundario. La sustitución del subjuntivo
por el optativo oblicuo se realiza ya desde Homero y llega a la época ática: eÃdeisan de\ mh\
lu/tta tij wÐsper kusiìn h(miÍn e)mpeptw¯koi (X., An., 5, 7, 26), “y temieron que un especie de rabia
nos haya atacado [o hubiera atacado] como a los perros”. Sin embargo, puede alternar optativo con
subjuntivo.
3) Con optativo potencial. A partir de Sófocles: ei¹ de/ tinej auÅ fobou=ntai mh\ matai¿a aÄn
ge/noito auÀth h( kataskeuh/..., (X., Vect., 4, 41, 1-2), “y si algunos temen que pudiera ser vana
esta preparación…”.
4) Con indicativo: Según el modelo o(p
/ wj mh/: fobou=mai de\ mh/ tinaj h(dona\j h(donaiÍj
eu(rh/somen e)nanti¿aj (Pl., Phlb., 13, a, 4-5), “y temo que encontremos (o encontraremos) unos placeres
opuestos a los placeres”.
7.1. Oraciones de
Cuidado
Las oraciones de cuidado expresan la intención de no realizar determinado hecho y, al mismo
tiempo, el temor de que se realice. Por esta razón participan de la construcción de los verbos de
temor y de los verbos de esfuerzo en las oraciones finales.
Estos verbos se construyen ordinariamente con mh/ y subjuntivo u optativo oblicuo. Como indican
un temor positivo o una intención negativa, admiten en español las traducciones “por si”, “no sea
que”: fra/zeo nu=n, mh/ toi¿ ti qew½n mh/nima ge/nwmai (Il., 22, 358), “reflexiona (tú) ahora, no sea
que me convierta en causa de enojo contra ti de parte de los dioses”; kaiì fronti¿zw mh\ kra/tiston vÅ
moi siga=n (X., Mem., 4.2.39.6), “y pienso por si es mejor para mí callar”.
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Verbos de “precaverse, cuidarse y guardarse”
Los verbos de precaución admiten tres construcciones fundamentalmente: mh/ con subjuntivo u
optativo; o(p
/ wj mh/ con subjuntivo e indicativo de futuro, y, tercera, con infinitivo. En estos verbos
es más acentuado el matiz intencional o de esfuerzo. a) Con mh/ con subjuntivo u optativo:
fu/lacai mh\ qra/soj te/kv fo/bon! (A., Supp., 498), “tener cuidado [infinitivo imperatival] de que la
excesiva confianza engendre miedo”; àOra, tiqeiÍsa to/nde to\n no/mon brotoiÍj, // mh\ ph=ma
sautv= kaiì meta/gnoian tiqv=j (S., El., 580-581), “ten cuidado de que, imponiendo esta ley a los
mortales, impongas daño y arrepentimiento a ti misma” (o mejor, “ten cuidado de causarte daño y
arrepentimiento a ti misma, al imponer esta ley a los mortales”); ou) me/ntoi ou)de\ a)pe/kline,
fulatto/menoj mh\ dokoi¿h feu/gein (X., An., 2, 2, 16), “ciertamente de ninguna manera desvió el
/ wj mh/ “de que no”, “para que no”,
camino, cuidándose de que pareciera que huía” [= huir]. b) Con o(p
y subjuntivo o indicativo de futuro: eÀn moi fu/lacon... oÀpwj aÄn mh\ Klutaimh/stra ta/de //
ma/q$ (E., IA, 538-540), “cuida de esto único en mi provecho…, que no se entere Clitemnestra de estas
cosas”; o(ra=te oÀpwj mh\ aiãsxion kaiì a)porw¯teron tv= Peloponnh/s% pra/comen (Th., 1,
82, 5), “cuiden ustedes que no hagamos algo más vergonzoso y difícil al Peloponeso”. c) Con infinitivo:
Kalw½j eÃlecen, eu)laboume/n% peseiÍn, // aÃnac (S., OT, 616-617), “Bien habló, a juicio de quien se
cuida de caer (= equivocarse), oh señor”; eiã ti e)mou= e)kh/dou, ou)deno\j aÄn ouÀtw me a)postereiÍn
e)fula/ttou w¨j a)ciw¯matoj kaiì timh=j (X., Cyr., 5.5.34.2-3), “si te preocuparas por mí en algo, de
nada te guardarías tanto de despojarme como de la dignidad y del honor ”.
La conjunción mh/ tras verbos de cuidado se construye en indicativo con el sentido de “examinar,
tratar de ver si no”. a) Con futuro: oÀra mh\ aÀma te euÅ poih/seij kaiì aÀma ou) fi¿lon
nomiou=si¿ se (X., Cyr., 3, 1, 27), “trata de ver si no al mismo tiempo harás bien y al mismo tiempo no te
considerarán como amigo”. b) Con presente: a)ll' o(rw½men mh\ Niki¿aj oiãetai¿ ti le/gein kaiì
ou) lo/gou eÀneka tau=ta le/gei. (Pl., La., 196, c, 1-2), “veamos si no cree Nicias decir algo (sensato) y
(si no) dice esto no con razón [= sin razón]”. c) Con imperfecto: oÀra mh\ pai¿zwn eÃlegen (Id., Tht.,
145, b, 10-c, 1), “mira si no lo decía bromeando”. d) Con perfecto: oÀra parou=sa, parqe/n'
¹Hle/ktra, pe/laj, mh\ katqanw¯n se su/ggonoj le/lhq' oÀde (E., Or., 208 ss.), “estando cerca,
¡doncella Electra!, examina si no te ha pasado por alto que este familiar murió.”
Las “interrogativas indirectas” son oraciones declarativas de tipo conjuntivo, que dependen en
general de verbos de pensamiento o de lengua. Separadas del verbo regente serían oraciones
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interrogativas directas, según vimos en el primer apartado. Se incluyen también aquí todas
aquellas exclamaciones dependientes, que obviamente deberían llamarse oraciones “exclamativas
indirectas”; la inclusión obedece a su equivalencia completa con las interrogativas propias.
Modos verbales
Elementos interrogativos
8.1. Oraciones
interrogativas simples
parciales
En estas interrogativas puede hallarse el relativo simple: ãEcoid' a)kou/wn tw½nd' oÀj e)sq' o(
prosta/thj (S., OC, 1171), “escuchando a éstos, sé exactamente quién es el jefe”.
8.2. Oraciones
interrogativas simples
totales
Las oraciones de posibilidad y deseo pueden convertirse en interrogativas indirectas, al depender
de un verbo de pensamiento, lengua, temor y afecto. La partícula que las introduce es
generalmente la condicional ei) y e)a/n.
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1) Con verbos de lengua y pensamiento: su\ de\ fra/sai eiã me saw¯seij (Il., 1, 83), “y tú di si
me salvarás”; tou=ton oiåsq' ei¹ zw½n kureiÍ; (S., Ph., 444), “sabes si éste está viviendo (=
vivo)”.
2) Con verbos de deliberación: o( de\ Kle/arxoj e)bouleu/eto... ei¹ pe/mpoie/n tinaj (X., An., 1,
10, 5), “y Clearco reflexionaba… si mandarían a algunos (soldados)”.
3) Con verbos de temor: Equivalen a “temer” y “preguntarse angustiosamente”: iãswj aÃn tinej
u(mw½n fobhqeiÍen, ei¹ deh/sei po/rrw th=j e(autw½n froureiÍn (X., Cyr., 6, 1, 17), “quizá
algunos de ustedes se pregunten con temor si será preciso montar guardia lejos de su tierra”.
4) Con verbos de afecto o sentimiento. Pueden ser consideradas como interrogativas indirectas o
dubitativas las oraciones introducidas por ei) (μή) dependientes de un verbo de afecto o
sentimiento, como θαυμάζω (preguntar con admiración), ἄχθομαι (afligirse), δεινόν ἐστι (es
digno de temerse), etc.: o( de\ Pila=toj e)qau/masen ei¹ hÃdh te/qnhken, kaiì
proskalesa/menoj to\n kenturi¿wna e)phrw¯thsen au)to\n ei¹ pa/lai a)pe/qanen
(Ev.Marc., 15, 44, 1-3), “y Pilato preguntó con admiración si ya había muerto (Jesús), y
habiendo llamado al centurión le preguntó si había muerto recientemente”.
8.3. Oraciones
interrogativas
indirectas dobles o
disyuntivas
En la oración interrogativa indirecta doble o disyuntiva, la pregunta abarca otra alternativa o la
posibilidad contraria de la primera. Los esquemas de las partículas o conjunciones son: po/teron
(po/tera)… h)/; ei)... h);/ ei)/te... ei)/te; ei)... ei)/te. Ejemplos: Su/ nun ma/qe [au)to\j] ei¹ le/gousi
Pe/rsai a)lhqe/a eiãte au)toiì le/gontej tau=ta parafrone/ousi (Hdt., 3, 35, 2-4), “ahora tú
mismo aprende si los persas dicen verdad o deliran cuando dicen esto”; skopeiÍte de\ po/tera
u(miÍn dokeiÍ Dhmosqe/nhj e)mou= kathgorhke/nai, hÄ tou)nanti¿on au)to\j au(tou= e)piì t%½
e)m%½ o)no/mati (Aeschin., Fals.Leg., 69, 1-3), “Observen si les parece a ustedes que Demóstenes me
acusa a mí o él mismo (se acusa) debido a mi nombre”.
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