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NRFH, XXXVII RESEÑAS 255

M A R Í A BEATRIZ FONTANELLA DE W E I N B E R G , El español bonaerense, cuatro siglos


de evolución lingüística {1580-1980). Hachette, Buenos Aires, 1987;
174 pp.

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Wolfgang R o t h ha hecho recientemente varios interesantes señala-
mientos con respecto a la historiografía del e s p a ñ o l : se dispone de una
sola obra importante de consulta en este campo (la Historia de la lengua
española de Rafael Lapesa); buena parte de esta Historia (los ú l t i m o s ca-
pítulos) no constituye u n verdadero tratado historiográfico, pues se tra-
ta m á s bien de una exposición de las variantes del e s p a ñ o l ; así debe con-
siderarse el capítulo sobre el e s p a ñ o l americano en el libro de Lapesa.
Hace notar asimismo que el español americano es visto con frecuencia,
equivocadamente, como u n "resultado histórico de cuya historia pro-
piamente dicha se puede prescindir" (p. 266). Es destacable, a d e m á s ,
u n evidente eurocentrismo lingüístico en las pocas tentativas de carac-
terizar el español de A m é r i c a , por la manera de concebir los f e n ó m e n o s
lingüísticos y por la forma de interpretarlos. Es ya tiempo, a j u i c i o de
R o t h , de que se intenten esbozos de una historia de las variantes ameri-
canas del e s p a ñ o l en la aue los hechos históricos aueden caracterizados
como "elementos catalizadores de cambios l i n g ü í s t i c o s " (p. 267). Ha¬
ce ver m á s adelante la. necesidad de cjue, sin abandonarlas descripcio-
nes fonéticas —las m á s trabajadas en este tino de estudios— se atien-
dan con mayor detalle aspectos léxicos y morfosintácticos que inclu-
yan a d e m á s enfoques sociolingüísticos. '
Casi seguramente la profesora Fontanella de Weinberg, por obvias
razones de fechas de p u b l i c a c i ó n , no pudo conocer la ponencia de R o t h
antes de redactar su libro. Sin embargo su estudio, a m i parecer, viene
a convertirse en u n buen ejemplo del tipo de investigación que a h í se
sugiere. Algunas características notables: se trata de una exposición com-
pleta de la evolución de la lengua e s p a ñ o l a , desde la fundación definiti-
va de Buenos Aires (1580) hasta el a ñ o 1980, es decir exactamente cua-
tro siglos, lo que constituye, hasta donde sé, u n caso ú n i c o , en lo tocan-
te a la historiografía de la lengua española en A m é r i c a y quizá del español
general. L a totalidad de la obra es, en efecto, historia de la lengua es-
p a ñ o l a de Buenos Aires. M e explico: t ó m e s e como ejemplo la Historia
de Lapesa y c o m p á r e s e el tipo de contenido de los capítulos I a X I I I
con el de los capítulos X I V a X V I I y se v e r á que, mientras en los pri¬
meros se atienden asuntos que tienen que ver con el desarrollo de la
lenffua e s p a ñ o l a en .hispana durante u n periodo determinado de tiempo
(aunque t a m b i é n se dan muchas explicaciones de historia literaria) en
los ú l t i m o s se describe esencialmente el estado actual de la lemma en
ciertos territorios (America por ejemplo) aunque t a m b i é n se propor-

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W . R O T H , " L a problemática de la historiografía de la lengua y el español de
América", en ACIEA (2), pp. 265-272.
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cionan, en mucho menor medida, datos de c a r á c t e r d i a c r ó n i c o . E n el
libro de Fontanella de W e i n b e r g los capítulos referentes, sea por caso,
a los siglos x i x y x x , no difieren, en su estructura esencial, de los dedi-
cados a los orígenes mismos del español bonaerense (fines del x v i , xvn).
Parece particularmente interesante el hecho, comprobado por la autora
de manera fehaciente, de que no tenemos r a z ó n para suponer que, des-
p u é s del 1700, la lengua e s p a ñ o l a manifieste cambios (fonéticos, léxi-
cos o morfosintácticos) de poca monta, que no merezcan historiarse.
N o cabe duda de que la lectura del capítulo X I V ( " E l español moder-
no'") enLapesa deja esa i m p r e s i ó n pues pocos datos lineüísticos en sen-
tido estricto podemos encontrar a h í ya que quitadas algunas intere¬
santes observaciones sobre el léxico (de la ilustración, extranjerismos),
casi todo lo d e m á s tiene m á s bien que ver con historia literaria y estilística.
O t r a de las virtudes de la obra que comento la constituyen sin duda
las fuentes de las que la autora extrae sus datos: documentos de archi-
vos, observaciones de viajeros, memorias de misioneros. Puede incluso
precisar el nivel sociocultural de los autores (de las capas altas para los
siglos x v i y x v n ; m á s variado, sin dejar de ser alfabetizado, el del x v m
y m u y h e t e r o g é n e o el del xrx). Debe destacarse asimismo que para los
siglos x i x y x x pudo hacer uso de archivos familiares, lo que, s e g ú n
creo, garantiza en m u y buena medida la aplicación de las conclusiones
a la lengua hablada, de la cual este tipo de documentos está mucho m á s
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cerca de lo que puede estarlo la mejor literatura costumbrista .
Cada uno de los cuatro capítulos en los que está dividida la obra
(1580-1700, siglo x v m , 1800-1880, 1880-1980) tiene semejante confor-
m a c i ó n : se inicia siempre con u n marco histórico que efectivamente ayuda
a explicar los principales cambios lingüísticos del periodo considerado;
siguen observaciones fonológicas (y fonéticas, aunque no se haga esta
d i s t i n c i ó n en los encabezados), morfofonológicas, morfosintácticas y
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l é x i c a s ; al final de cada capítulo se resumen m u y útiles conclusiones.
Se trata de u n libro ordenado y conciso. Q u i z á parezca a algunos
una p r e s e n t a c i ó n incompleta de la historia del español de Buenos Aires,
q u i z á juzguen otros que carece de u n aparato crítico al que nos han acos-
tumbrado los estudios de esta naturaleza. Por m i parte creo que, efecti-
vamente, es u n primer acercamiento al tema, que sin embargo descri-
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No debe esto interpretarse como una crítica al trabajo de Lapesa, pues hay que
tener muy en cuenta que los problemas (y, necesariamente, el método) a los que se
enfrenta quien pretende historiar la lengua española son muy diferentes de los que supo-
ne la elaboración de la historia de la lengua española en sólo un lugar determinado.
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Esto no quiere decir que cierto tipo de obra literaria no resulte muy útil como
confirmación de datos lingüísticos obtenidos primeramente de los documentos de ar-
chivo y de otros igualmente informales.
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E n algunos capítulos se consideran secciones especiales: "el habla de la pobla-
ción negra, uso de lenguas africanas y posible existencia de variedades lingüísticas de
contacto" (siglo XVIII), "el caso del cocoliche", "el surgimiento de un argot delicti-
vo" (1880-1980).
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be con suficiente precisión la evolución de los rasgos m á s importantes


del dialecto. Nos presenta u n perfil lingüístico m u y bien trazado, pero
perfil al cabo. Es u n punto de partida y , s e g ú n creo, u n magnífico mo-
delo de trabajo para otras investigaciones a n á l o g a s , que tanta falta ha-
cen. Por otra parte viene a ser t a m b i é n una invitación para que otros
investigadores puntualicen o detallen todo lo que sea necesario ya sea
una é p o c a determinada, ya sea u n f e n ó m e n o lingüístico en su evolu-
ción completa. Generalmente empresas tales como r e d a c c i ó n de diccio-
narios, atlas lingüísticos, historias (de la lengua o de la literatura) son
ahora encomendadas a grupos de investigadores y a instituciones que,
se supone, garantizan la continuidad y el loero definitivo de trabajos
que se consideran necesariamente largos y costosos. Es m u y probable
que, al menos en nuestros países, cada vez sea m á s difícil contar con
los apoyos e c o n ó m i c o s v administrativos para la o r g a n i z a c i ó n de i m -
portantes grupos de trabajo Es posible que si la autora del libro que
r e s e ñ o hubiera esperado a tener este tipo de ayudas, a la fecha no ten-
d r í a m o s resultado alguno. Sin que se abandone de ninguna m a n e r a , l a
b ú s a u e d a de aoovos institucionales es indispensable aue el investiga-
dor se atreva a abordar asuntos que a p r i m e r a vista parecen inabarca¬
bles. Es necesario dar a c o n o c e r con honradez los resultados C j u e s e ob-
tengan v evitar así aue u n n r u r i t o perfeccionista cancele en definitiva
la p u b l i c a c i ó n .
E n esta descripción, breve pero no superficial, de la evolución del
e s p a ñ o l en Buenos Aires, hay importantes descubrimientos, de los que
me l i m i t o a proporcionar algunos ejemplos. Se nos explica que hubo
confusión y d e b ü i t a m i e n t o de líquidas, ampliamente documentados, du-
rante los siglos x v i , xvii y , sobre todo, x v m , f e n ó m e n o que decrece a
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partir del xrx hasta desaparecer ; el futuro de subjuntivo tiene plena v i -
gencia por lo menos hasta la p r i m e r a m i t a d del siglo x v m ; hay predo-
m i n i o del sufijo d i m i n u t i v o -tilo en los siglos x v i y x v n ( 5 2 % ) y de -ito
en adelante ( 8 6 % en el siglo x v m y " p r á c t i c a m e n t e exclusivo a lo lar-
go del siglo x r x " (p. 110); la e x t e n s i ó n casi total del seseo no es ante-
r i o r al siglo x v m ; se da el y e í s m o algo frecuente t a m b i é n apenas en el
x v m ; los testimonios sobre rehilamiento de y se producen a partir de
las primeras d é c a d a s del siglo x.x- a la primera m i t a d del x x pertenece
el f e n ó m e n o de ensordecimiento de l a / r e h i l a d a * , e t c é t e r a . Puede ver-
se en los ejemplos —brevemente enunciados— la rica i n f o r m a c i ó n que
reporta este trabajo, tanto sobre f e n ó m e n o s característicos de determi-
nada é p o c a cuanto sobre una verdadera d i a c r o n í a de la evolución l i n -
güística. '

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Esto permitiría ubicar al dialecto bonaerense, por lo menos hasta principios del
siglo XIX, "junto a las variedades más hipercaracterizadas del español adámico" (p. 92).
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U n poco antes Fontanella explica que el sistema de obstruyentes se había regu-
larizado con anterioridad, con la incorporación de lll debida a los numerosos présta-
mos léxicos {champagne, chic, chambre. . .) (cf. pp. 144 « . ) .
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A t e n c i ó n especial merece e l voseo. L a autora lo incluye en el capí-


tulo referente al siglo x i x . L o primero que uno se pregunta es si el vo-
seo existía o no durante los siglos anteriores. Parece que sí, si atende-
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mos lo que Fontanella misma h a b í a investigado antes : " l a publicación
de artículos basados en fuentes documentales [ . . . ] , que muestran con-
cluyentcmente el uso del voseo por parte de todos los niveles sociocul-
turales en forma continuada desde el periodo c o l o n i a l " (pp. 110-111).
¿ P o r q u é entonces n o aparece nada sobre el voseo colonial en esta his-
toria del e s p a ñ o l de Buenos Aires? Reconoce Fontanella que para ver
en detalle el tipo de voseo en uso hace centurias era necesario u n am-
plio material; sin embargo afirma inmediatamente después que ese ma-
terial ya lo tiene ubicado y analizado, " c o m o consecuencia del releva-
miento realizado para este estudio" (p. 111). E l libro nos muestra, em-
pero sólo el desarrollo del voseo durante el siglo x i x incluso con u n
m u y claro cuadro sinóptico (p 119) en el cual se desglosan las formas
pronominales propias del habla urbana y r u r a l , en tres periodos (1800¬
1830, 1830-1860 y de 1860 en adelante). H a y t a m b i é n alguna alusión
al complejo uso del tratamiento en las ú l t i m a s d é c a d a s del x v m , obser-
vable a t r a v é s de los sainetes gauchescos. Pero ¿cuáles eran las f ó r m u -
las de tratamiento en el Buenos Aires de los siglos x v i , xvn y xvm? N o
aueda suficientemente explicado a p e s a r de a u e en la o 83 se mencio-
na para el s i d o x v m el uso de nos como pronombre sujeto y de su mer-
cedcomo vocativo así como el tratamiento m u y generalizado de don y
doña. Es de suponerse cjue el VOS existía a h í durante los siglos X V I , X V I I
y q u i z á parte del x v m , como existía t a m b i é n en todo el d o m i n i o his-
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p á n i c o H u b i e r a sido conveniente especificar c u á n d o c o m e n z ó en
Buenos Aires a perderse la concordancia, en segunda persona del p l u -
ral del verbo con el pronombre vos y señalar asimismo si a h í el uso de
vos independientemente de la forma verbal a u e ririera se conservó inin-
terrumpidamente a partir de 1580 o si se Q u i e r e de otra manera sería
necesario r e s e ñ a r el uso del pronombre tú en Buenos Aires- coexistía
- c ó m o v en a u é D ™

el l i 3 d e F o n ^ S K ü Z o s u n a m u v b u e n a T ^ p l c a d ó n del voseo
sólopLr^
las f ó r m u l a s df^^r^ s ^ Z ^ o ^ s e r i T J ú c u l Z - a os
ItoiteTcronotógicos^ uro de T y T ^ ^ o ^ ' v ^ ^ d ^ c ^ -
bre vos
Algo semejante puede decirse t a m b i é n del uso de algunos nexos (que
y de que). L a autora señala que en documentos del siglo x i x se d a n ca-
7
M . B. FONTANELLA DE WEINBERG, " E l voseo en Buenos Aires, un problema
histórico-lingüístico", CdS, 8 / 9 ( 1 9 6 7 - 6 8 ) , 174-179.
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" A l generalizarse vuestra merced*usted como tratamiento de respeto, tú recobró
terreno a costa de vos en el coloquio familiar, hasta eliminarlo durante el siglo X V I I y
quizá parte del X V I I I " (RAFAEL LAPESA, Historia de la lengua española, 9 ed., Gredos, Ma-
A

drid, 1984, § 132).


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sos de complementos de nombre introducidos por que ( " y o sería de la


o p i n i ó n que...") y de subordinadas sustantivas sujetivas y objetivas en-
cabezadas por de que ( " l o cierto es de que los m a t a r o n " ) . ¿ P o r el hecho
de no mencionar estos f e n ó m e n o s en los capítulos que se refieren a cen-
turias anteriores debemos deducir que su inicio corresponde precisamente
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al siglo xix? V a l d r í a la pena especificarlo .
Las características del libro, su brevedad y concisión, explican que
no se haga uso, para todos los casos, de estadísticas y porcentajes. Cuando
ello sucede, los resultados, es obvio, quedan m á s satisfactoriamente ex-
puestos, como sería el caso de los sufijos diminutivos durante el siglo
xvm ( p p . 74 ss.). L o que no parece conveniente es proporcionar datos
n u m é r i c o s aislados, que no representen verdaderos porcentajes. Ejem-
plifico: cuando Fontanella explica la confusión de l í q u i d a s en el siglo
x v m , nos hace saber que " e l total de grafías confundidoras suma 289,
lo cual [ . . . ] indica que se trata de u n f e n ó m e n o ampliamente generali-
z a d o " ( p . 571. N o ponco en duda tal a f i r m a c i ó n pero para mayor se-
guridad hubiera convenido precisar c u á n t a s fueron las grafías no con-
fundidoras para destacar así el alto porcentaje que en el total de grafías
vienen a constituir las 289 confundidoras.
Estas ú l t i m a s observaciones de detalle no pretenden restar m é r i t o s
a una obra que, por múltiples razones, debe ser bienvenida: entre otras
porque, s e g ú n creo, es la p r i m e r a vez que se esboza la historia comple-
ta de la lengua e s p a ñ o l a en una ciudad determinada; y, sobre todo, por-
que se trata de una seria investigación documental, cuyos resultados que-
dan expuestos, con brevedad ciertamente, pero con m u y buen sentido
de lo que debe destacarse en u n primer acercamiento a la evolución de
u n dialecto.

JOSÉ G . M O R E N O DE A L B A
Universidad Nacional Autónoma de México

BEATRIZ G A R Z A C U A R Ó N , El español hablado en la ciudad de Oaxaca, México.


Caracterización fonética y léxica. E l Colegio de M é x i c o , M é x i c o , 1987;
169 pp.

C o n esta obra sigue adelante la serie "Estudios de dialectología mexi-


c a n a " que el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de E l Cole-

9
Puede señalarse que, por ejemplo, CONCEPCIÓN COMPANY y SERGIO BOGARD
("Las oraciones completivas de nombre sin preposición en el español de México", ACIEA
(2), pp. 243-248) encuentran casos de supresión de la preposición desde el siglo XVI:
"a partir de fines del siglo XVI convivirá el uso de la preposición con su ausencia en
las oraciones completivas nominales" (p. 246).

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