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para explicar el funcionamiento del aparato psíquico y las defensas que se ponen en juego para
recuperar el equilibrio ante una excitación de magnitud considerable. Y ubica la disposición a
laangustia como un mecanismo indicador del peligro que se cierne sobre el psiquismo. Esta
disposición moviliza la energía psíquica ante la excitación traumática, comenzando un trabajo de
ligadura de la energía que ingresa al aparato con el objetivo de drenar el plus de excitación y
restablecer el equilibrio abruptamente amenazado.
.
Cuando Freud habla de angustia, en este texto, indica que la misma constituye un estado de espera
del peligro y de preparación para el mismo, mientras que el susto es un estado resultante de
unpeligro que no está previsto y se presenta en forma brusca
Aún nos queda algo por explicar en la vesícula viviente y su capa cortical receptora de estímulos.
Este trocito de sustancia viva flota en medio de unmundo exterior cargado de las más fuertes
energías, y sería destruido por los efectos excitados del mismo si no estuviese provisto de un
dispositivo protector contra las excitaciones (Reizschutz).
Este dispositivo queda constituido por el hecho de que la superficie exterior de la vesícula pierde la
estructura propia de lo viviente, se hace hasta cierto punto anorgánica y actúa entonces como una
especial envoltura o membrana que detiene las excitaciones, esto es, hace que las energías del
mundo exterior no puedan propagarse sino con sólo una mínima parte de su intensidad hasta
lasvecinas capas que han conservado su vitalidad. Sólo detrás de tal protección pueden dichas
capas consagrarse a la recepción de las cantidades de energía restantes.
La capa exterior ha protegido con su propia muerte a todas las demás, más profundas, de un
análogo destino, por lo menos hasta tanto que aparezcan excitaciones de tal energía que
destruyan la protección.
Para el organismo vivo, la defensa contra las excitaciones es una labor casi más importante que la
recepción de las mismas.
El organismo posee una provisión de energía propia y tiene que tender, sobre todo, a preservar las
formas especiales de la transformación de energía que en él tienen lugar contra el influjo nivelador
y, por tanto, destructor de las energías excesivamente fuertes que laboran en el exterior
En los organismos más elevados se ha retraído hace mucho tiempo a las profundidades del
cuerpo la capa cortical, receptora de excitaciones, de la célula primitiva; pero partes de ella
han quedado en la superficie,inmediatamente debajo del general dispositivo protector. Son estas
partes los órganos de los sentidos, que contienen dispositivos para la recepción de
excitaciones específicas, pero que además poseen otros dispositivos especiales destinados a
una nueva protección contra cantidades excesivas de excitación y a detener los estímulos de
naturaleza desmesurada.
Constituye una característica de estos órganos el hecho de no elaborar más que escasas
cantidades del mundo exterior, no tomando de él sino pequeñas pruebas. Quizá pudieran
compararse a tentáculos que palpan el mundo exterior y se retiran después siempre de él.
Me permitiré, al llegar a este punto, rozar rápidamente un tema que merecería ser fundamentalmente
tratado. El principio kantiano de que el tiempo y el espacio son dos formas necesarias de
nuestro pensamiento, hoy puede ser sometido a discusión como consecuencia de ciertos
descubrimientos psicoanalíticos.
Hemos visto que los procesos anímicos inconscientes se hallan en sí «fuera del
tiempo». Esto quiere decir, en primer lugar, que no pueden ser ordenados
temporalmente, que el tiempo no cambia nada en ellos y que no se les puede
aplicar la idea de tiempo. Tales caracteres negativos aparecen con toda claridad al
comparar los procesos anímicos inconscientes con los conscientes. Nuestra abstracta
idea del tiempo parece más bien basada en el funcionamiento del sistema P-Cc *[L
a
conciencia sería – según la teoría metapsicológica de Freud – la función de un sistema: Sistema
Percepción-Conciencia (Pc-Cs).]. y correspondiente a unaautopercepción del mismo. En
este funcionamiento del sistema aparecería otro medio de protección contra las
excitaciones. Sé que todas estas afirmaciones parecerán harto oscuras; mas por ahora
nos es imposible acompañarlas de explicación alguna.
Hasta aquí hemos expuesto que la vesícula viva se halla provista de undispositivo protector
contra el mundo exterior. Antes habíamos fijado que laprimera capa cortical de la misma tiene
que hallarse diferenciada, como órgano destinado a la recepción de excitaciones procedentes
del exterior. Estacapa cortical sensible, que después constituye el sistema Cc., recibe también
excitaciones procedentes del interior; la situación del sistema entre el exterior y el interior y la
diversidad de las condiciones para la actuación desde uno y otro lado es lo que regula la función del
sistema y de todo el aparato anímico. Contra el exterior existe una protección, pues las cantidades
de excitación que a ella llegan no actuarán sino disminuidas. Mas contra las excitaciones
procedentes del interior no existe defensa alguna; las excitaciones de las capas más profundas
se propagan directamente al sistema sin sufrir la menor disminución, y determinados caracteres de
su curso crean en él la serie de sensaciones de placer y displacer. De todos modos, las
excitaciones procedentes del interior son, por lo que respecta a su intensidad y a otros caracteres
cualitativos -y eventualmente su amplitud-, más adecuadas al funcionamiento del sistema que las que
provienen del exterior.
Pero dos cosas quedan decisivamente determinadas por estas circunstancias. En primer
lugar, la prevalencia de las sensaciones de placer y displacer sobre todas las
excitaciones exteriores, y en segundo, la orientación de la conducta contra
aquellas excitaciones interiores que traen consigo un aumento demasiado
grande de displacer. Tales excitaciones son tratadascomo si no actuasen desde
dentro, sino desde fuera , empleándose así contra ellas los medios de defensa de
la protección. Es éste el origen de laproyección, a la que tan importante papel está
reservado en la causación de procesos patológicos. pp. 17-19
La primera teoría pulsional , aparece el 1905 , en “tres ensayos para la sexualidad infantil”
Este primer esquema opone , las pulsiones sexuales y las pulsiones de autoconservación .
Las pulsiones sexuales son fruto de todo el desarrollo freudiano sobre la sexualidad
humana y se asimilan a un empuje cuyo origen está en el cuerpo , fundamentalmente en las
zonas erógenas.Las pulsiones de autoconservación están más referidas a las necesidades
biológicas.
La segunda teoría pulsional aparece el “más allá del ppio del placer” Este nuevo dualismo :
pulsión de vida / pulsión de muerte o eros /tánatos . Los pilares que permiten a Freud
construir esta teoría son la compulsión a la repetición , la persistencia del sufrimiento por vía
del síntoma , la reacción terapéutica negativa y las neurosis de guerra.
En primer lugar la compulsión a la repetición. Los diversos fenómenos de repetición
difícilmente pueden reducirse a la búsqueda del placer o de una satisfacción libidinal, o a
una tentativa de dominar las experiencias displacenteras. Por el contrario, son vividas por el
individuo como extremadamente penosas. ¿Pero qué es lo que se repite? Según Freud, son
experiencias manifiestamente displacenteras y resulta difícil comprender qué instancia del
sujeto podría hallar satisfacción en ellas.
“En la vida anímica existe realmente una obsesión de repetición que va más allá del
principio de placer y a la cual nos inclinamos ahora a atribuir los sueños de los enfermos de
neurosis traumáticas y los juegos de los niños”. La obsesión de repetición y la satisfacción
instintiva directa y acompañada de placer parecen confundirse aquí en una íntima
comunidad. Los fenómenos de la transferencia se hallan claramente al servicio de la
resistencia por parte del Yo que, obstinado en la represión y deseo de no quebrantar el
principio de placer, llama en su auxilio a la obsesión de repetición. Esta parece ser más
primitiva, elemental e instintiva, que el principio de placer al que sustituye.
Es necesario destacar que el estadio del espejo es una instancia fundamental para la constitución
subjetiva, Silvia E Casado (2003) comenta que para Winnicot este estadio se da desde que nace
porque la madre le funciona de espejo: esta es una experiencia evolutiva y estructurante que le
permite al niño acceder a su esquema corporal consciente, pero además una imagen inconsciente de
su cuerpo que se contrapone con la incoordinación propia del periodo sensorio-motriz por el que
transita el pequeño.
Lo que se está jugando en este periodo tan temprano es la constitución de un yo-cuerpo del que
posteriormente derivará un yo que estará puesto como función en el sujeto del inconsciente. Para
Lacan el yo es una construcción imaginaria que tiene una estructura paranoica fragmentada antes de
los seis meses y que sólo a través de la identificación con la imagen de otro, podrá asumir el propio
cuerpo con una sensación imaginaria de completud y dominio (Jiménez Ramírez, 2004). Este
momento de la subjetivación es desarrollado por Lacan (2003) en "El estadio del espejo como
formador de la función del yo tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica", e implica el
momento jubiloso en que el niño observa su imagen unificada en el espejo, Lacan (2003) dice que "el
hecho de que su imagen especular sea asumida jubilosamente por el ser sumido todavía en la
impotencia motriz y la dependencia de la lactancia que es el hombrecito en ese estadio infans, nos
parecerá por lo tanto que manifiesta …. la matriz simbólica en la que el yo (je) se precipita en una
forma primordial, antes de objetivarse en la dialéctica de la identificación con el otro y antes de que el
lenguaje le restituya en los universal su función de sujeto" (pp.87) . "La función del estadio del espejo
se nos revela entonces como un caso particular de la función de la imago, que es establecer una
relación del organismo con su realidad, o como se ha dicho, de la Innenwelt con el Unwelt" (pp.89).
Para Lacan (2003) el estadio del espejo consiste en una "captación por la imago de la forma
humana….la que entre los 6 meses y los 2 años y medio domina toda la dialéctica del
comportamiento del niño en presencia del semejante. Durante todo ese periodo se registraran las
reacciones emocionales y los testimonios articulados de un transitivismo normal." (pp. 105)
Morales Ascencio, H. (2001), sobre el estadio del espejo hace las siguientes precisiones: "En el
primer momento se constituiría el yo en relación con su propia imagen, y en el segundo momento
éste se objetivaría como tal con la identificación con el otro. El segundo momento, al objetivar la
primero, lo constituye. Pero sin ese primer momento no habría segundo. Resumiendo, sólo a partir
del segundo momento el primero se constituye, pero el primero implica para el segundo una
precondición lógica. Se trata así de un solo tiempo de configuración del yo con dos momentos
constitutivos. Estos dos momentos darían lugar a dos modalidades del yo, que serían: el yo (moi)
imaginario y el yo (je) social. Dos modalidades pero una sola instancia" (pp. 62)
Es este periodo el pequeño "juega" a aventar algo para que se lo recojan y a volverlo a aventar
después, esta experiencia lúdica es de gran importancia ya que se convierte en modelo por el cual se
representa el acceso a la simbolización en el niño. En este juego se articula algo del orden de la
llamada, dirigida a la madre, en tanto ausente, así como la fabricación de imagos. La posibilidad de
simbolizar, hace esa ausencia soportable, permiten una espacialidad fuera del cuerpo materno. El
fort-da introduce esta dimensión simbólica pues más allá de la madre real, el niño encuentra a través
del vocablo a la madre simbólica, luego ese mismo niño experimentará con su propio cuerpo el juego
de su propia pérdida y retorno, estableciendo las bases de su identidad. Como se dijo anteriormente,
el juego del fort-da tiene relación con el logro de la constancia objetal, posterior a la indiferenciación
característica de la relación narcisista del bebé con la madre.
Para finalizar este apartado, se dirá que la noción de infante que se ha ido construyendo desde la
teoría psicoanalítica, no concibe a éste como un producto de su propia natura, es decir su herencia
genética y biológica, sino de éstas más aquellas condiciones significantes que inscribirán al bebé en
el mundo de lo simbólico, adviniendo si todo sale bien, en un sujeto del inconsciente. En este proceso
la función materna y paterna por parte de quienes cuiden y rodeen al bebé es fundamental, casi
siempre dándose estas condiciones significantes dentro del seno de una familia, Freud describe a la
familia como "matriz primordial del desarrollo psíquico del niño y de los conflictos planteados entre él
y las imágenes introyectadas de sus padres y hermanos". Destaca, además, la importancia de las
relaciones familiares en el desarrollo del carácter y la actividad del individuo. Por su parte Lacan
(1978) sostiene que "la familia gobierna los procesos fundamentales del desarrollo psíquico, la
organización de las emociones (...) y transmite estructuras de conducta y de representación cuyo
desempeño desborda los límites de la conciencia". Silvia E. Casado (2000) comenta acerca de la
importancia de la familia, y sostiene que en todos los casos no sólo se habla de un Otro que deba
prestar su presencia real como soporte sino que además, aquello que dé, debe darlo con amor y
dentro de un interjuego relacional. El sujeto psíquico se constituye en la alteridad, es decir a partir de
un Otro, y es a partir de éste que el niño debe constituir un mundo representable y comunicable,
mundo que debe ser reconocido como exterior a él y capaz de ser significado.
Freud expone la pulsión de muerte en dos situaciones de la vida anímica. La primera de
ellas es la neurosis traumática, en la cual una tensión irrumpe en el psiquismo con una
intensidad tan fuerte que desborda su capacidad de defensa. Por ejemplo: accidentes,
guerras o cualquier tipo de situación traumática. Después de la Primera Guerra Mundial
eran muchas las personas afectadas. Se observaba que en la vigilia el tema se tocaba con
naturalidad, o simplemente no se trataba. Mientras que muchos de estos sujetos tenían
sueños recurrentes que reconducían a la circunstancia traumática. En estos casos, los
sueños no cumplen la función de realización de deseos inconscientes, pues despiertan el
terror de la situación temida.
Sumado a esto, Freud observa el juego infantil de uno de sus nietos de año y medio de
edad. El Fort-Daconsiste en lanzar un objeto pequeño a un rincón de la habitación, o debajo
de la cama. Al mismo tiempo, el niño producía un sonido, cuyo significado era fort o fuera.
En otras ocasiones, repetía el juego con un carretel de madera, que tenía una cuerda con la
que lo lanzaba y lo hacía volver emitiendo la palabra da o aquí. Después de observarlo
durante un tiempo, Freud concluyó que el pequeño repetía un escenario que no es
agradable para él: la partida de la madre. Empero, ahora el niño tomaba papel activo, en
una vivencia donde fue pasivo. Aunque sea revivir una experiencia dolorosa, va conectada
a la ganancia de un placer de otra índole.
) Pulsiones de muerte
Se trata de la gran novedad introducida por Freud en su segunda y última teoría pulsional.
Pulsiones de muerte
Definición:
Freud definió la pulsión de muerte como la tendencia de los organismos y de sus células a
volver al estado inanimado (Kaplan, 76), o, para usar las mismas expresiones de Freud, las
pulsiones de muerte son aquellas que tratan de conducir lo que está vivo a la muerte
(Freud, Más allá del principio del placer).
Freud indica que la tendencia de la pulsión de muerte aparece expresada en el Principio del
nirvana, que designa algo distinto al principio de constancia u homeostasis: el nirvana es la
tendencia radical a llevar la excitación a nivel cero, es decir a la muerte (Freud, El problema
económico del masoquismo).
Así como ‘Eros’ tiene relación con las pulsiones de vida,‘Tanatos’ tiene relación con las
pulsiones de muerte:
Tánatos: Palabra griega (la Muerte) utilizada en ocasiones para designar las pulsiones de
muerte, por simetría con el término de Eros; su empleo subraya el carácter radical del
dualismo pulsional, confiriéndole una significación casi mítica.
Federn habría introducido el término en psicoanálisis, aunque Jones dice que Freud lo
usaba en sus conversaciones (Laplanche, 425).
Freud había indicado que las pulsiones de muerte se dirigen primero hacia el interior, en
una dirección autodestructiva, y sólo secundariamente, después, se dirigen hacia el exterior,
en una dirección agresiva.