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Zoncera N° 11: “Gobernar es Poblar”

Esta frase fue escrita por primera vez por Juan Bautista Alberdi en su libro
“Bases y puntos” publicado en 1852 y del cual se tomaron muchos elementos
para redactar la constitución nacional. Sin embargo la relevancia de esta frase
no solo descansa en la contundencia de su expresividad sino que su
importancia va más allá, puesto que sirvió de premisa para la organización
nacional propugnada por los gobiernos de estirpe liberal que se hicieron con el
poder una vez que el territorio argentino como lo conocemos en la actualidad
se terminó de conformar. Incluso se podría decir que las consecuencias de
esas políticas y el pensamiento de Sarmiento y Alberdi acerca de lo propio
siguen arraigadas en la cosmovisión argenta por excelencia.

Debe tenerse en cuenta que por aquellos años la republica argentina terminaba
de conformarse a nivel geográfico y por supuesto político. El problema con los
caudillos provinciales, la guerra civil y los conflictos fronterizos con los indios
había desaparecido. Entonces el paso siguiente consistía en poblar el extenso
territorio argentino, por ello desde un gobierno influenciado por las ideas de
Alberdi y Sarmiento se fomentó la llegada de inmigrantes europeos, pero el
verdadero objetivo de fondo era la llegada de una determinada población
europea: la anglosajona. Es en este momento donde esta voluntad de
ocupación se convierte en una de las zonceras más características de nuestra
sociedad.

No hace falta aclarar que el tipo de población que llego a nuestro país no fue la
esperada por Alberdi sino que por el contrario a nuestras tierras llegaron,
españoles, italianos alemanes, eslavos, etc. todos ellos considerados inferiores
en relación a sus compatriotas ingleses. ¿Pero cuál era el motivo de preferir a
los ingleses por encima del resto de la población europea en particular?
Sucede que muchos de los pensadores de la famosa generación del 37
admiraban y estaban profusamente influenciados por el pensamiento inglés y
francés de aquella época, por ende sostenían una intensa vocación
europeizante. Por ello es que consideraban que el suelo argentino tenía que
llenarse de manos laboriosas provenientes de aquellos países, los cuales
enseñarían a los argentinos las mejores formas de trabajar la tierra pero
también serían formados en cuestiones culturales.

Esta pensamiento portaba en su interior un profundo desprecio y desconfianza


de lo originario, y tuvo su evidencia en el enfrentamiento entre campo y ciudad,
la famosa expresión “civilización y barbarie” de Sarmiento en la cual el gaucho
era visto como un incivilizado sintetiza este pensamiento. Pero lo que
queremos destacar es como estas ideas se arraigaron de forma consciente o
inconsciente en nuestro pensamiento colectivo. En nuestra vida cotidiana en
más de una oportunidad seguramente escuchamos frases como “lo de afuera
tiene mejor calidad”, “lo que nos falta por aprender”, “las mujeres de allá son
más hermosas” o “estamos a años luz de suiza”. Toda oportunidad es
aprovechada para destacar las virtudes de lo extranjero y denostar lo propio.
Se da en nosotros de forma tan natural que culmina en una comparación
permanente, por eso preferimos ir a vacacionar a otros países en vez de
conocer el nuestro y también por eso también optamos por comprar productos
provenientes de China u EE.UU por que suponemos son de mejor calidad que
uno nacional. No tenemos en cuenta como esto afecta nuestra economía, ni
mucho menos como esto podría ayudar a sostener y generar trabajo para
nosotros mismos.

Otro aspecto en el que se hizo visible esta zoncera es en nuestro famoso


“complejo de superioridad”, ese por el cual nos creemos superiores al resto de
los países de Latinoamérica, es que en efecto estamos acostumbrados a
reproducir (y creernos) el discurso por el cual el “crisol de razas” en nuestro
país tuvo como resultado una “especie superior” producto de la mezcla con la
sangre europea en detrimento de la aborigen. Este pensamiento también se
evidencia en expresiones como “nuestras mujeres son más bonitas que las del
resto de américa”, “nuestros escritores y músicos son mejores”, pero muchas
otras también vienen con una carga peyorativa y xenófoba: “los mexicanos y
los peruanos son feos”, “los bolivianos son sucios”. De este modo nosotros
siempre estamos por delante del resto de américa pero por detrás de los
europeos, como si estuviéramos en una especie de franja intermedia. Nos
olvidamos la importancia de contar con el apoyo y la ayuda de nuestros
hermanos latinoamericanos y ponemos los ojos en quienes por el contrario
históricamente han perjudicado a nuestro país.

Por estas cuestiones es que pienso que esta zoncera se ha convertido en una
de las más nocivas para nuestra sociedad, impidiéndonos ver y apreciar lo
bueno que tenemos, enemistándonos con quienes deberíamos apoyarnos e
impidiéndonos lograr ese crecimiento que tanto anhelamos.

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