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LA ALEXIA

Recibe el nombre de alexia un trastorno del lenguaje escrito caracterizado por la


pérdida parcial o completa de la capacidad de lectura, siendo esta producida por la
aparición de algún tipo de lesión cerebral. Se trata pues de una afectación de tipo
secundario, es decir derivada de otra alteración, que incluso puede interpretarse como
síntoma de ésta.

Se considera un tipo agnosia visual, es decir la ausencia de reconocimiento de algún


tipo de estimulación perceptible a través de la vista. En el caso que nos ocupa, el
sujeto pierde la capacidad de comprender las palabras escritas, siéndole imposible o
al menos suponiendo una gran dificultad el hecho de codificarlas para poder
transformar la grafía en fonema, si bien ha poseído dicha capacidad previamente.

POSIBLES CAUSAS
Se considera que la alexia es un tipo de agnosia y una alteración de la lectoescritura
generada por algún tipo de lesión cerebral. Pero las causas de dicha lesión puede
variar enormemente. Hay también que tener en cuenta que la lesión puede aparecer
en diferentes localizaciones del sistema nervioso, desde en los giros angular y/o
supramarginal hasta las fibras procedentes de lo lóbulos occipital o temporal, pasando
por los giros lingual y fusiforme entre otros. Entre las principales causas de
aparición de la alexia podemos encontrar los siguientes acontecimientos.

1. Accidente cerebrovascular
Una de las principales causas de alexia es el padecimento de algún tipo de accidente
cerebrovascular o ictus, estemos hablando de una isquemia (bloqueo del vaso
sanguíneo que impide que la sangre llegue a determinadas zonas) o hemorragia
(ruptura del vaso). Dependiendo de las zonas afectadas, la muerte del tejido
cerebral puede provocar la pérdida de la capacidad de lectura.

2. Traumatismo craneoencefálico
Otro motivo clásico para la aparición de la alexia es el hecho de haber sufrido algún
tipo de traumatismo craneoencefálico. Accidentes de tráfico, accidentes laborales o
agresiones son algunas de las causas que hacen que puede aparecer algún tipo de
alexia.

3. Demencias y otros trastornos neurodegenerativos


La alexia puede aparecer a lo largo del deterioro generado por algún tipo de
demencia, como el Alzheimer, o de otros trastornos semejantes. Dependiendo del
trastorno en sí la dificultad, empeoramiento e imposibilidad para la lectura puede
aparecer en diferentes fases de la enfermedad.
Artículo relacionado: "Tipos de demencias: las 8 formas de pérdida de cognición"

4. Tumor cerebral
Otra posible causa de la alexia se encuentra en la aparición de tumores cerebrales
que afecten, pincen o compriman las áreas cerebrales y fibras nerviosas
implicadas en el proceso de lectura.
5. Infecciones cerebrales
También puede aparecer la alexia ante determinados procesos infecciosos que
terminen afectando al cerebro. Algunas típicas son la meningitis o la encefalitis.

TRATAMIENTO DE LA ALEXIA
El tratamiento de la alexia no es sencillo, teniendo en cuenta que estamos ante un
fenómeno derivado de algún tipo de lesión cerebral, y de hecho podemos estar ante
un daño permanente. Sin embargo ello no implica que no sea posible lograr diferentes
niveles de recuperación, en función de las áreas lesionadas o el grado de afectación
de la lesión, o bien de compensación de funciones.

El tipo de tratamiento dependerá de estos y otros factores, y para su realización se


precisará de un equipo multidisciplinar en el que trabajen disciplinas tales como
la neurología o la psicología, además de otras especialidades sanitarias o incluso
sociales.

Lo primero será determinar y tratar la causa de la aparición de la alexia. En su


mayoría un diagnóstico temprano permitirá un mejor trabajo a nivel de tratamiento y
puede llegar a evitar un empeoramiento (por ejemplo, si estamos ante una infección o
ante un tumor estos pueden crecer y generar más daños).

Será necesario emplear un programa de rehabilitación individualizado, siendo


habitual el uso de terapias de lenguaje y diferentes tipos de estimulación cognitiva. La
psicoeducación también ser hará importante tanto para la personas como para su
entorno, de cara a que pueden comprender qué ha ocurrido y que sepan aplicar
diferentes medios para que las dificultades no supongan una limitación. También
puede ser importante trabajar la esfera afectiva, el autoconcepto y la autoestima, que
pueden verse alterados por la presencia de déficits.

DISLEXIA

Es una dificultad de aprendizaje en la que la capacidad de un niño para leer o escribir


está por debajo de su nivel de inteligencia. Se tiende a usar este término de manera
amplia ante cualquier problema de lectura. Hablando con propiedad, la dislexia es la
dificultad para leer causada por un impedimento cerebral relacionado con la
capacidad de visualización de las palabras. En lenguaje médico se llama ceguera
congénita de las palabras; los maestros la suelen denominar impedimento para leer.
La gente con dislexia suele invertir las letras cuando trata de escribir una palabra
aunque sepan deletrearla. También suelen escribir algunas letras al revés o
invertidas. La lectura es difícil porque no pueden distinguir determinadas letras o las
invierten mentalmente. Aunque hasta hace poco se calificaba a los niños con dislexia
como "incapacitados para aprender", la mayoría pueden aprender y sus problemas no
están relacionados con la inteligencia. De hecho, muchos disléxicos son muy
inteligentes y algunos alcanzan un éxito extraordinario.

CAUSAS
No hay ninguna seguridad sobre la causa de la dislexia. Se cree que el origen es una
falta del sistema nervioso central en su habilidad para organizar símbolos gráficos.
SÍNTOMAS

Los niños y adultos con dislexia pueden presentar algunos de estos síntomas:
Dificultad para leer oraciones o palabras sencillas. Suelen presentarse problema
frecuentes con palabras cortas como del o por.

Invierten las palabras de manera total o parcial, por ejemplo casa por saca.
Escriben la misma palabra de distintas maneras.
Invierten las letras, por ejemplo p por b, o d por b.
Tiene dificultadas para ver que una palabra está mal escrita.
Cometen errores de ortografía raros, como merc por comer.
Copian las palabras mal aunque están mirando cómo se escriben.
Conocen una palabra pero usan otra, como gato por casa.
Tienen dificultades para distinguir la izquierda de la derecha.

TRATAMIENTOS

Una vez se ha diagnosticado dislexia un tutor en fonética puede elevar al niño hasta el
nivel de lectura apropiado para su inteligencia. Se debe informar al maestro del niño y
pedirle que sea comprensivo. Existen versiones de exámenes adaptados para
estudiantes con dislexia. La dislexia puede superarse cuando está correctamente
diagnosticada y se la trata con paciencia y fuerza de voluntad. Las dificultades en la
educación suelen ser el resultado de un diagnóstico equivocado y la consiguiente
frustración del niño al sentirse incapaz. Busque las áreas en las que el niño se
destaca y ponga el énfasis en ellas.

Un niño puede tener problemas para leer, pero ser un genio en matemáticas, música
u otros campos. Los ordenadores y las nuevas tecnologías son herramientas de
aprendizaje especialmente útiles para los niños que tienen dislexia, ya que permiten
desarrollar habilidades para escribir que de otra manera no se podrían lograr. Muchos
niños disléxicos son capaces de compensar sus desventajas con relativa facilidad; sin
embargo, suelen tener más dificultades para superar el problema emocional de
sentirse incapaces.
ECOLALIA
La ecolalia, que consiste en imitar y repetir frases y sonidos de forma involuntaria, es
un síntoma de trastornos como el autismo o la afasia. Conoce cómo puedes ayudar a
los afectados y comunicarte mejor con ellos.
La ecolalia es un trastorno del habla que consiste en la repetición involuntaria e
inconsciente de palabras, frases, e incluso conversaciones, diálogos o canciones, que
el paciente ecolálico haya escuchado, ya sea en personas cercanas, la radio o la
televisión.
El origen de esta perturbación del habla se encuentra en otra patología mayor, siendo
la ecolalia un síntoma de otras enfermedades como los Trastornos del Espectro
Autista (TEA), el síndrome de Tourette, la afasia, la esquizofrenia, la demencia, la
epilepsia, una lesión cerebral…
Los seres humanos aprendemos a hablar por imitación repitiendo lo que escuchamos
en nuestro entorno, pero si un niño a partir de los 30 meses de edad, de media, sigue
manteniendo esta pauta es necesario consultar con un especialista del lenguaje como
el logopeda, para descartar que lo que se están produciendo son ecolalias, ya que
pasados los tres años se considera una patología.
En consecuencia, el diagnóstico de la ecolalia siempre va a asociado a las
enfermedades citadas anteriormente y, en ausencia de éstas, cuando un niños de
más de tres años mantiene este tipo de repeticiones puede ser un simple retraso del
lenguaje.
Las ecolalias se caracterizan no solo por la imitación de palabras o frases, sino por la
prosodia (entonación y articulación) que emplea el afectado mientras las repite. Su
discurso suele ser monótono, mecánico, como el de un robot, y siempre mantiene un
mismo ritmo y tono. A partir de los 6 o 7 años de edad, la ecolalia puede ser una
repetición exacta de una frase o texto, con una imitación perfecta de la entonación, e
incluso de los gestos (ecopraxia), observados por el paciente.
SINTOMAS
Repetición continua
Algunas personas con ecolalia repiten continuamente casi todo lo que oyen. Por lo
general, se trata de un fenómeno episódico y se producen exacerbaciones en
respuesta a factores desencadenantes como el estrés o ciertas palabras o
expresiones. La persona repite continuamente la última palabra o frase corta de lo
que ha oído. La duración de esta repetición varía en función de la gravedad del
trastorno y del entorno en el que se expresa.
Imitación repetida de los movimientos de los demás
Los síntomas de la ecolalia no se limitan a la voz. Algunas personas con este
trastorno también tienden a imitar los movimientos de otras, por lo general
involuntariamente e inconscientemente. Esto ocurre con muchos trastornos del
espectro autista, así como con el síndrome de Tourette. Los movimientos son a
menudo muy sutiles, por lo tanto menos visibles que el habla repetida y a veces sin
diagnosticar. Este trastorno se conoce como ecopraxia.
Problemas del habla
Las personas con ecolalia también suelen tener problemas de lenguaje que no tienen
nada que ver con la ecolalia. A veces esto incluye un vocabulario limitado, errores de
sintaxis y dificultades para construir oraciones gramaticalmente correctas. La
distorsión de la voz también puede ocurrir en algunos casos. Algunas veces, una
persona con ecolalia involuntaria distorsiona intencionalmente su voz durante los
ensayos para tratar de reprimirla, a menudo causando confusión para aquellos a su
alrededor que son incapaces de descifrar lo que se está diciendo.
Tartamudez
El tartamudeo a veces ocurre a través de repeticiones o simplemente en el habla
diaria. Esto también es muy común para los trastornos del espectro autista y no está
relacionado ni es independiente de la ecolalia en algunos casos. La gravedad de este
síntoma varía enormemente. Este síntoma es un tartamudeo constante o episódico
que ocurre sólo en respuesta a ciertos desencadenantes ambientales.
Estos son los signos y síntomas más comunes de la ecolalia, pero tener uno o más de
estos problemas no implica un diagnóstico definitivo. Si usted tiene inquietudes acerca
de la ecolalia en su casa o en alguien que usted conoce, hable con su médico. Como
equipo, tienen opciones para manejar, minimizar o incluso erradicar problemas con la
terapia del habla y otros tratamientos. Los tipos de tratamiento más eficaces varían
considerablemente de persona a persona, y los médicos a menudo intentan múltiples
enfoques antes de llegar a la mejor opción.

TRATAMIENTO
Actualmente, no existe cura para la ecolalia, aunque el tratamiento del problema
subyacente puede ayudar a reducir el número de casos de ecolalia.
En casi todos los casos, la ecolalia no se considera una enfermedad mental
independiente, sino que está relacionada con otra enfermedad.
DISGLOSIAS

Las disglosias son trastornos del habla, más comunes de lo que en un principio
podemos pensar y no deben confundirse con los problemas de lenguaje. Una
disglosia es la dificultad de pronunciación oral ocasionada por alteraciones fisiológicas
o anatómicas de los órganos del habla.

En primer lugar, citaremos las causas más frecuentes de las disglosias:

Malformaciones congénitas craneofaciales,


Labiales (labio leporino)
Del paladar (paladar óseo, ojival)
Cavidad nasal
Anomalías adquiridas por lesiones en los órganos fonatorios.
Trastornos de crecimiento.
Extirpaciones quirúrgicas.

Síntomas
Entre los síntomas de la disglosia, podemos distinguir, por un lado, la sintomatología
nuclear, y por otro lado, la sintomatología asociada.

a) Sintomatología nuclear
La sintomatología central se caracteriza por una alteración en la articulación de
distintos fonemas por malformaciones anatómicas de los órganos periféricos del habla
y de origen no neurológico central.

b) Sintomatología asociada
La sintomatología asociada a la disglosia son la presencia de rinofonías, que son
alteraciones de la voz derivadas de lesiones en las cavidades de la resonancia.

Además, encontramos trastornos psicológicos consecuentes a la problemática del


habla, como por ejemplo, que la persona con este trastorno presente rechazo a
hablar.

Además, este trastorno puede presentarse asociado a retraso escolar, dificultades en


la lectoescritura, dificultades en la fluidez normal del habla, hipoacusias
(especialmente en fisura palatina) y otras dificultades que se relacionan con las
estancias largas en hospitales.

Por otra parte, encontramos también la falta de estimulación adecuada a su nivel de


desarrollo y la creencia errónea de que la disglosia viene unida inevitablemente con
un retraso intelectual.

Tratamientos
En el tratamiento de las disglosias, es importante que se realice una intervención
multidisciplinar dada la naturaleza y el carácter de este trastorno del lenguaje.
Debido a que la disgloisa es un trastorno que afecta a diversas áreas del individuo, a
través de la coordinación de un equipo de profesionales podemos conseguir que el
paciente pueda alcanzar un desarrollo normativo.

Los profesionales que integrarían este equipo multidisciplinar

DISFONÍA

La disfonía es la pérdida del timbre normal de la voz por trastorno funcional u orgánico
de la laringe.

La afonía es la alteración máxima de la disfonía, la pérdida total de la voz.

La hiperfunción vocal es origen de patologías como los nódulos de cuerdas vocales,


los pólipos o el edema de cuerda vocal.

Es necesario realizar una exploración física de la laringe en toda disfonía recidivante o


que se prolongue más allá de 15 días, sobre todo si existe hábito tabáquico. Puede
mostrar la existencia de una tumoración de cuerda vocal.

¿Cuáles son las causas?

Los problemas en los niños suelen ser debidos a malformaciones congénitas, como
las membranas laríngeas, angiomas o alguna otra alteración más infrecuente.

En edades más avanzadas, pueden aparecer papilomas laríngeos, originados por una
infección viral. Cuando el niño ya habla, pueden empezar a presentarse alteraciones
relacionadas, en la mayoría de los casos, por hiperfunción vocal.

En el adulto, la mayoría de las disfonías son causadas por hiperfunción vocal.


También puede originarse la disfonía en un trastorno neurológico de la laringe, como
puede ser en la disfonía espástica, que se caracteriza por espasmos de la voz que
impiden el flujo vocal regular, en el Parkinson o la miastenia gravis, entre otras.

Dentro de las alteraciones endocrinológicas responsables de una alteración de las


cuerdas vocales y por tanto de la presencia de una disfonía, cabe destacar el
mixedema del hipotiroidismo o los cambios producidos en el climaterio.

¿Cuáles son los síntomas?

La alteración cuantitativa y cualitativa de la fonación se acompaña de una serie de


características vocales (signos) que difieren según el tipo de disfonía, sea ésta de
origen orgánico o funcional.

Los signos en las disfonías pueden manifestarse de forma aislada o combinados entre
sí y es frecuente que coincidan los síntomas (quejas del paciente) con los signos
presentes.
Los síntomas referidos más frecuentes son: ronquera, voz monótona, voz temblorosa,
episodios de afonía, variaciones en la intensidad, frecuente pérdida de los agudos o
sensación de falta de aire al fonar.

Además, el paciente con disfonía suele referir o presentar los siguientes síntomas no
fonatorios: tos, picazón, uso del carraspeo para aclarar la voz, sensación de cuerpo
extraño al tragar y dolor leve o moderado de garganta al hablar.

Tratamiento

Ante un dolor de garganta o una afonía es habitual acudir a la farmacia. El


farmacéutico recoge la máxima información posible en cuanto a la edad, los síntomas,
la aparición brusca o gradual de los mismos, si es una mujer embarazada o en
periodo de lactancia, si toma otra medicación, si tiene enfermedades de base como
diabetes, alergias, problemas cardiacos, respiratorios, renales, etc., de manera que se
discrimine la causa que origina la afección.

Según la causa que las provoca, existen dos tipos de tratamiento:

• Sobre la causa de la infección: cuando existe infección bacteriana.

• Sobre los síntomas: cuando se trata de infecciones virales y afecciones por otras
causas como irritación, sequedad, etc.

Independientemente de la causa, es necesario instaurar una serie de medidas


higiénico-sanitarias que ayudan a paliar y mejorar los síntomas además de limitar el
contagio:

Proteger la boca y la nariz con pañuelos al toser o estornudar. Preferiblemente


pañuelos desechables.
Lavarse bien las manos, con frecuencia cuando se manipulan alimentos, se tiene tos,
se sufre un resfriado, etc. El lavado se hará con agua y jabón o con soluciones
hidroalcohólicas.
No permanecer en ambientes cargados.
Evitar la exposición al aire acondicionado y a la calefacción excesiva.
Protegerse del frío y evitar los cambios bruscos de temperatura ambiental.
Ventilar adecuadamente las habitaciones y usar humidificadores.
Evitar el tabaco y el alcohol.
Evitar las comidas picantes, copiosas o muy calientes.
Ingerir alimentos de consistencia blanda o pastosa.
Aumentar el consumo de líquidos (tibios o fríos, no calientes) para hidratar, evitando
los zumos cítricos pues son muy ácidos e irritantes.
No realizar un uso abusivo de la voz, evitando hablar o, si se habla, haciéndolo en voz
muy baja.
Tomar caramelos suavizantes y bebidas endulzadas con miel.
Además de estas medidas, el farmacéutico puede instaurar un tratamiento
encaminado al alivio de los síntomas. Esto contribuye a acortar el curso de la
enfermedad, a prevenir las complicaciones y a evitar la diseminación de la misma. Los
tratamientos sintomáticos más adecuados son de aplicación local:

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