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LAS ETN ÍAS DEL VALLE DEL CHIL LÓN

a. El señorío de Collique

LAS EVIDENOAS sobre el señorío de Collique en la costa central en tiempos


prehispá nicos han permane cido desconoc idas hasta la fecha, pues los cronistas
silenciaron su existencia.
Los españole s en sus relaciones se ocuparo n sobre todo de los Incas y d el
Cusco, pasando por alto la realidad provinci ana. La costa central sufrió de este
ol vido, d ebido seguram ente a su rápida aculturac ión y a la baja d emográfica de
sus naturales pues desaparecieron prácticam ente en tiempos inmediat os a la
invasión europea.
Es sólo a través de los documen tos de archivos que poco a poco se pued e
reconstru ir la etnohisto ria de los valles costeños. En dos trabajos anteriores
hemos tratado de levantar las incógnita s que envolvía n a aquel señorío yunga
que otrora fue importan te. En el presente trabajo refundim os esos artículos y
añadirem os nuevos datos encontra dos en el Archivo General de Indias, y ellos
ampliara n la visión anterior.
Desde que iniciamo s la investiga ción sobre el señorío de Collique, hemos
ido aprendie ndo paulatin amente su historia; primero a tientas, rastreand o las
noticias que contenía n los documen tos, luego buscand o en el campo sus hitos,
centro ceremonial, pueblos que lo constituí an, sus tierras, acequias y tomas de
agua de lugares mencion ados en los testimonios. Tan importan te es hacer
trabajo de campo, como es la investiga ción en archivos¡ ambos se comr.lem entan
y son indispen sables al estudio de la etnohisto ria. Todo aquello requirió pacien-
cia y bastante dedicaci ón, sobre todo al principio , cuando no sabíamos el método
a emplear. ·

Originalme nte publicado en la Revista del Museo Nacional, tomo XXXVIII, 1972.
J 1 ' )

24 María Rostworowski 25
1 ¡Las etnías del Valle del Chillón

Antes de la conquista incaica de la costa central, la situación política de los Hol ín (1952 : 669) como Sallca y sus moradores era sallca runa; y 1~ serranía
tres valles, o sea del Chillón, Lima y Pachacamac o Lurín, era la siguiente. En el muftría, puna; en cuanto al idioma Muchic decían a los serranos cuntt (Fernan-
Chillón el señorío de Colli se extendía desde el mar a lo largo del valle, hacia la
do de la Carrera 1944). · ,
sierra, incluyendo el curacazgo de Quivi, y estaba compuesto por varios pe- Este juicio, iniciado en la Real _Audienci~ _de los Reyes_ en ~558, pa~ en
queños señoríos, todos ellos yungas y supeditados al Jefe Colli. grado de apelación al Consejo de Indias en Espana y duro vanos ano~. Contiene
Los valles de Lima y el de Lurín formaban un solo curacazgo llamado numerosas probanzas, tanto de los Canta como de los Chaclla, y una Importante
Ychma, cuya sede fue el centro religioso de Pachacamac, y que a su vez com- "Información de Oficio" realizada en 1559.
prendía una diversidad de señoríos subalternos, cada uno con su propio jefe, Al principio, los encomenderos de cada un~ de las etnías trataron de que se
involucrados todos ellos en una macroetnía. lle ara a un acuerdo sobre la tierras, y convencieron al curaca ?e Chacll~ para
La formación política parece fue similar en el reino de Chimor en el norte, u~ vendiera las chacras de coca al cacique de Canta por el preCio de doscientas
y responde quizá a un patrón yunga de organización social (Rostworowski govejas de la tierra". La venta llegó a firmarse, pe~o a_ l~ hora que los Ch~clla se
1976). vieron sin sus sementeras, comprendieron lo que s1gmhcaba vender sus b1enes y
La primera no ticia sobre la existencia del curacazgo de Collic ue la tuvimos protestaron, alegando que fueron inducidos al arreglo por sus amos. Esto~
a través de un voluminoso legajo del Archivo de Indias de Sevilla, que trata de hechos dieron lugar a un prolongado litigio, donde cada una de las part~s_ probo
un largo y prolongado juicio seguido por dos grupos étnicos distintos, los Canta sus derechos rem ontándose a tiempos antiguos, ~n_t~riores_ a _1~ dorrunac10n Inca
y los ChacHa, pues ambos reclamaban el derecho a unas tierras aptas para el de la zona. Por ese moti vo, por lo temprano del m_ICIO del JUICIO, se ?esprenden
cultivo de cocales en lo que es hoy día el pueblo de Santa Rosa de Quives, del documento importantes noticias y bien val?n~ qu~ fues~ pu_bhcado ;n un
situado en el valle del río Chillón, en el Km. 64 de la carretera de Lima a Canta. futuro pues es valiosa in fo rmación sobre las mst1tuc10nes mcaicas, etn_l?S, el
Las tierras en juicio formaron parte, en tiempos anteriores a la conquista inca, cultiv~ de los cocales y su explotación, los ritos de la Ca pacocha, la reacc~or: de
d el antiguo señorío de Collique, que comprendía todo el valle del río Chillón, los naturales d el lugar ante las sublevaciones de Manco II, y de los aconte~lml~;'­
desde el mar hasta Quives1. tos que tuvieron lugar antes de las redu~cio_nes ~e. !oled o y de la organ~zac_JOn
El interés por las tierras que se encuentran a una altitud que va desde los del virreinato que, naturalmente, distorsiOno la VlSlon de las costumbres mdlge-
300 a 1,000 metros de altura era que en ellas se cultivaba coca, planta muy
nas2. _ , ·
importante para el indígena, no sólo para su masticación, sino como ofrenda a Con la primera noticia de la existencia de un gran senor:o de Col_l~que,
las huacas. En toda la época prehispánica estas tierras fueron muy estimadas y anterior a la conquista cusqueña de los llanos, buscamo~ mayor mfor~acJOn en
su tenencia codiciada por todos los señores comarcanos. Más tarde los sobera- la Biblioteca Nacional, Archivo Arzobispal y en _el Arch1vo de la ~aoon. Poste-
nos cusqueños se adjudicaron muchas de ellas, poniendo en estas tierras a riormente tuvimos la oportunidad de pasar un tiempo en el Archivo General de
mitmaq especiales para cultivarlas. Justamente los ChacHa pertenecían a esta Indias y a través de una minuciosa investigación se puc:.de,_ a la fecha, llegar a
clase social que laboraba en las chacras del Inca. Los indígenas llamaron esta reconstruir algo de la historia de Collique y la de los senonos subalternos que
zona "Chaupi yunga", por pertenecer a la ecología entre las tierras bajas y las
quebradas de más altura. Haremos hincapié que la terminología empleada para habitaron el valle. .
Para mayor facilidad, he~os divido ~a historia de los pobladores d~ Colh-
la ecología de la costa es mencionada en los documentos con la voz yunga y de ue en tres épocas bien distintas: la pnmera, la de su apogeo en tiemp?s
igual manera se refiere a sus habitantes. Tambien Cieza de León decía: ~nteriores a la dominación cusqueña a la costa;_la_segund_a c~mprende la su¡e-
"y los que moran en todos estos llanos y costa del Perú se llaman ción al poderío serrano del Tahuantinsuyu ~la ultima el virr~mato, do~~e poco
yungas, por vivir en tierras cálidas" (La Crónica de Perú 1932, cap. LX: a poco fue desapareciendo el curacazgo debido a la fuerte ba¡a demograhca Y la
197).
pérdida total de sus tierras.
La zona chaupi yunga mencionada en los testimonios y en el habla de los
naturafes designa los lugares situados más o menos entre los 300 y 1,200 m.
sobre el nivel del mar. Por ese motivo conservamos la nomenclatura indígena en Los Colli preincaicos
lugar de las sugerencias modernas para los diversos pisos ecológicos que resul- /.1 final de la última fase del Intermedio Tardío existía en el valle del_
tan arbitrarias cuando se trabajan documentos de archivos.
La voz para designar la sierra figura en el diccionario quechua de González 0
Chillón de Carabayllo un extenso seño~o que pertenecí~ a un pueblo q~e a
mismo se llamaba Culli, Colli o Collec, mas tarde castellamzado como Colhque .
;1
1. En tiempos prehispánicos los ríos no tenían un mismo nombre desde su nacimiento hasta su 2. Este importante documento ha sido publicado ~n la Universidad de Michigan con el
desembocadura, sino que iban tomando diversos nombres. El Chillón se llamaba río de Carabayllo
título de: Conflicts over coca Fields in XVI"'-Century Peru (1988).
de Collique y también de Qtúvi. Acerca del río Chillón, Stiglich, 1913 dice: "nombre que cerca de su
desembocadura toma el río de Carabaillo ... ". 3. Fray Domingo Santo Tomás 1951:
Colliruna -diligente
26 27
María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chillón

. El dilatado curacazgo de Collique se extendía desde el mar hasta más Es importan te subrayar dos aspectos, primero, el entendim iento entre los
arnba del actual pueblo de Santa Rosa de Quives hasta un lugar llamado señores que necesitab an del trueque establecido entre ellos; y segundo , el alcan-
Chuqicoto (AGI, Justicia 413 Probanz a Canta fols. 19Ó-190v). Ahí se alzaba un ce de las pretensio nes serranas al agua: La falta de Il~vias es el terna ~u e marca ~a
c.erro, al que decián Judcung a que marcaba el lindero entre este señorío y las historia de los yungas, ellos estaban siempre supedita dos a sus peligroso s veo-
tierras de l~s Canta, lo que no impedía vivieran en permane ntes luchas, robán- nos.
dose y rnatando se mutuame nte. Según los datos que proporci ona otro expedien te del Archivo de Indias,
Los coste~os ~~ntaban en sus probanza s de una incursión efectuada por la parece que las posesion es del señor de Colliqu~ no .se limitaban al actual valle
quebrada en direcciOnal mar y al enterarse el curaca de Colli de la cercanía de de Chillón sino que, en un momento de su histona, ocuparon por la fuerza
los guerrero s serranos, este jefe juntó a su gente armada y marchó hacia las parte del valle de Lima. Esta noticia es rnencion.ada ~n una pro~anza realizad ;
alturas don~e aguardab an l?s de Canta refugiad os en unos cerros. Todos estos por el cacique de Lima, don Gonzalo, ante el licenciad? Alta~rano en ~555 .
hechos confirma n las :epehda s incursiones, que efectuaban los serranos a la En este testimonio se asegurab a que el curaca de Colhque hizo suyas ciertas
costa, en son de conqmsta o de rapiña. Mientras se trató de enemi os comarca - tierras d el valle de Lima e incluía en ellas parte del lugar donde está asentada
nos, los Colli lograron recharza r esos ataques; estaban protegid os por una hoy día la ciudad de Los Reyes. To,~o esto s~cedió: s~gún el exp~diente, en
fortale~a y por elevadas murallas. En. su recinto contaban con amplios campos tiempos tan antiguos que por eso de los dichos mdiOS de Colh ya no ay
de cultivos, Y el agu~ de dos n:an.a_ntJales,_ lo que les permitía resistir un cerco memoria ".
prolongado y no temian la desviaCion del no, método emplead o por los habitan- Sólo la arqueolo gía podrá decir en qué medida es verídica la afirmaci ón d el
tes de la altura. testimonio y si en algún momento los Colli conquist aron parte del valle del
. ~uando se cansaban de las guerras los curacas se enviaban mensajeros y Rírnac.
deCidr~n llegar a un acuerdo para tratar sobre sus diferencias. El curaca de Canta Dada la estructur a política de los yungas, el señorío de Collique compren-
sost~ma sus d erechos ?1 río que regaba las chacras de los Collique y decía que día un número de curacazg os menores, sujetos al jefe principal. No conocernos
graoas a sus aguas teman los costeños sus semen teras (AGI, Justicia 413 Proban- el mecanism o que unía tales señores, pero hay noticias de que el cacique yunga
za Canta, f_?ls. 2~?-25_9 v). Cuando había alguna sequía se juntaban los serranos de Quivi tributaba al de Colli "algodón coca y maíz y otras cosas" (AGI, Justicia
y los costenos y abna~ unas l.agunas que se hacen allá arriba en la syerra de la 413-Pro banza Canta, año 1559, fol 198).
nye?~ que cae y las hazian vemr el agua dellas por el dicho rio de Quibi ... " (AGI, Es un hecho fundame ntal la existencia de señores de menor jerarquía
Jus~I~Ia 413 Proban~a ~anta, f~l. 2_?6). Esta noticia es interesante para la investi- dominad os por otros más poderoso s, quizá una alianza guerrera los unía, en el
gaciOn de los conocimientos hidraulic os de los naturales y de los recursos que caso de Collique cuando aparecie ron los ejércitos incaicos, los de Quivi fueron
empleaban. en su ayuda.
. En. tiempos .de paz dejaban los canteños y los Colli sus resentimientos y Hasta aquí hemos analizad o los testimon ios que figuran en los documen -
drfe.rencras.y real.rzaban sus re~~tes y _trueques. A los yungas les era permitid o tos administ rativos y judiciales referentes a la existencia del señorío de Colli
subir a la Sierra sm temor a reCibrr algun daño, y lo mismo los canteños bajaban durante el Intermed io Tardío. Sin embargo , gracias a los informan tes de Avila
a c.~ntratar con_ los costeñ~s
4
• Cabe pre.guntarse cómo realizaba n el trueque y (1966) nuestra visión del pasado se amplía y nos podernos remonta r a tiempos
quienes lQ hacr~n;. es posible que al Igual que en la costa norte existieran aún más remotos, cuando los yungas dominab an las vertientes occident ales de
mercaderes. de di.stmtos status; algu~os ~nivel de señores intercambiarían obje- la cordillera marítima .
tos suntuano s mientras otros se dedicana n a producto s agrícolas. Durante el Intermed io Tempran o aprovech aron los yungas para dominar
la sierra cercana a la costa y asegurar se el control de las cabeceras de los valles.
Diego González Holgtún 1952: Los intentos de parte de los yungas, para dominar sus serranías contigua s,
Kull~ runa- el ~e much~ brío y e~fuerz~ en el trabajo, diligente incansanbl e parece fueron de duración relativam ente corta, siempre nuevos grupos serranos
Kull1cuna y Kulhycach~m-:- trabaJar casi con brillo y diligencia sentían necesida d de una expansió n territorial y echaban a los costeños.
~1eg~ Torres Rubio y anad1do del P. Juan de Figueredo 1754: Los datos transmit idos hasta nosotros por Avila parecen a primera vista
Cull1 runa- hombre ágil, vivo efficaz".
Honorio Mossi 1860 purar.1ente legendar ios, pero no dejan de tener una base verídica y se apoyan
"Co!linm a- hombre muy oscuro". sobre hechos que sucedier on en el tiempo, y corno indica Trirnbom (1953: 135~
Como noticia curiosa se puede señalar que en el antiguo Perú se deáa "Kcul!i" a una van e a
· d d 146): "Nos explican la estructur a étnica de la región".
hoy extinguida de maíz morado. Según Avila, los Colli junto con otros grupos yungas habitaba n la sierra
Ver: Ale~ander Grobman, Wilfredo Salhuana y Ricard~ Sevilla 1961: 154, 158. antes del movimie nto migrator io iniciado por los Yauyos. Todo el texto es la
4. AGI, 1dem. Probanza Canta 1559, f. 254v.
narració n de la lucha entre los adorado res del dios Pariacaca contra los fieles de
Testi?o Ltús Zacalla ~umbi, principal del pueblo de Guaravi f.189 "con los yndios de
Canta
canta obeja
grand ami:tad e son companero s por que trata con ellos éste testigo en bendelles coca y los
y papas ... S. Rostworow ski, 1978; 1981-1982.
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Guallallo, los diversos episodios de la guerra y la final derrota de los costeños por los Colli, pero referente a la etnía de los Calango y de los Chilcas, que
ante la fiereza serrana. habitaban el valle de Mala en las quebradas río arriba. Los hechos cobran otro
Según Damián de la Bandera (1881, t. 1: 96-104), el famoso cerro de aspecto y arrojan nueva luz sobre las luchas de los yungas y sobre todo explican
Pariacaca se llamó antiguamente Yaro, nombre que tenía antes de la dominación la manera serrana de constituir sus enclaves verticales que, corno requisito
de los Yauvos. previo, necesitaban primero de una conquista y sólo después se formaban los
Los i'i1formantes de Avila (cap.25: 149) contaban que los Colli huyeron archipiélagos.
arrasados por el viento, perdieron b razón y murieron, mientras algunos logra- El cacique principal de San Francisco de Calaguaya, reducido en los
ron ~aer en el actual pueblo de Carabayllo. Este dato permite relacionar a los pueblos de Chorrillos y Huarochiri, pidió en 1582 al Arzobispo de Lima, Toribio
Colh de la leyenda con los que formaban el curacazgo situado en el río Chillón. de Mogrovejo, se hiciese una averiguación sobre sus antiguos pueblos, la cual se
La derrota Colli si~ificó para ellos a.bondonar sus posesiones en la sierra y realizó años más tarde. Dos testigos pertenecientes al grupo étnico de los Yauyos
replegarse a su habitat de la costa. El texto de Avila insist~que: "la vida de todos de los ayllus Guarochirí y Chiripa, contaron la forma cómo dichos serranos se
los Yungas era una sola" (cap. 9: 64). apoderaron antiguamente del lugar de Callaguaya, habitado en tiempos remo-
¿Los Colli poseían ya el señorío, o se formó éste a raíz de la dprrota frente a tos por costeños, y dijeron que:
los Yauyos? En todo caso, el hecho que los Colli se mencionen cerca de los "este asiento de Callaguaya es y está en tierra yunga y como tal antigua-
Carabayllo permite identificar al grupo étnico del mito con el señorío del que mente era tierra, mojón y chacra de los yndios de Calango y Chilca y que
h.ablan los docume~~os del _siglo xyt También los yungas de Lima ocuparon la saben que sus antepasados de este dicho pueblo bencieron a los dichos
srerra de Huarochm y teman vanos pueblos, entre ellos uno llamado Limac yungas y los echaron de dicho asiento y que desde entonces ysieron
(Dávila Briceño 1881: t. 1,72). Quizás un día se podrán identificar estos lugares repartimientos todos los principales ... " (AAL Papeles Importantes,
arqueológicamente; los sitios habitados por los Colli, en plena sierra, fueron los Leg. 2, año 1594).
pueblos de Yarutini, Huayquihusa y el de Colli, conquistado posteriormente por
los Checas (Avila, caps. 6, 9, 11, 24). Expulsados los costeños, decidieron los Yauyos poblar el lugar y:
, Entre los episodios a subrayar en la lucha de los Colli frente a los Yauyos, "ernbiaron de cada ayllu gente que senbrase las chacras del dicho
esta el hecho de que, según la misma relación de A vila, no todos los Yunoas asiento de mays y otras cosas para el sustento de todos y que estos
log:aron escapar a la costa. Quizá les cortaron el acceso hacia el mar, y se vie~on yndios nombrados para este efecto que eran nombrados para ello tres
obhgados a op!ar por otra solución. En todo caso unos Colli huyeron al Anti yndios de cada ayllu de este di cho pueblo que fueron nombrados ayllus
(cap. 16: 97), nuentras un tercer grupo se refugió en la región Huanca, y desde Lupo-Guarochiri, Ninaguanca y Anpilla ñaucayle y Saga ñaupa ... "
entonces data la costum.b re Hu;~ne-1 de comer perros (cap. 16: 99; cap. 9: 63). Dos De estas parcialidades d escendían los que habitaban el lugar de Callagua-
hem1anos del d1~s. Panacaca quedaron guardando las abras para impedir el ya en el siglo XVI. Más adelante afirmaron también los testigos que en Callagua-
retorno de los fug1tJ vos yungas, el uno Sullcayllapa vigil aba bruta hacia el Anti, ya vivieron igualmente los Llacuas y que fu eron también echados de ahí por los
mientras Pariacarto defendía el cJmino Huanca. Yauyos.
No todos los yungas huyeron, algunos corno los Huanri y los Chauti se Una derrota de los Calango frente a los Yauyos está también narrada por
qued~!on en .sus pueblos a condición de adorar;~ Parbcaca (cap. 24). Contaban los informantes de A vila, pero en tiempos incaicos (Avila, cap. 23). Según parece
tam?ren .los mfo~mantes que el _grupo de los Sutca fue sorprendido por una la rebelión de los Calango tuvo lugar durante el gobierno del Inca Tupac
lluvra roJa que ~ara desde una nube posada sobre el cerro llamado Colli; aterra- Yupanqui, y junto con ellos se sublevaron los Alancuna y Chaqui; pasaron doce
dos abandonaron sus casas como los otros yungas, pero más adelante regresa- años y los ejércitos cusqueños no llegaban a dominarlos. Entonces decidió el
r~n algunos y vivieron en ti~rnpos virreinales en San Damián (cap. 26). Ahora soberano reunir las huacas más poderosas en la plaza de Aucaypata, para pedir
b1en, un ayllu Sutca es menCionado en un documento de 1586 corno establecido ayuda. El dios Pariacaca no fue a la capital, sino envió a su hijo Macahuisa. El
junto con los Chuquitanta, en la margen derecha del río Chillón (AGN Títulos Inca habló a los ídolos reunidos y sus palabras fueron recibidas en silencio;
de Propiedad, cuad. 745: fol. 7r). ' después de un rato Pachacama se excusó diciendo que si él se movía destruiría
La relación de ~vila viene. a ser la narración épica de b conquista realizada no sólo al enemigo sino a todos los demás, pues tenía poder para acabar con el
por ur: pueblo gue hrzo ~';!ya~ tierras que no lo eran; y la leyenda se mezcló con mundo entero. Las huacas seguían silenciosas hasta que Macahuisa habló y
la r~ahdad . La mforn:acwn tiene a no dudarlo una base verídica que se puede cuentan que de su boca salía un extraño humo y sus palabras retumbaban en la
cotqar c?r; lo cont~r;tdo en la ?o.cumentación colonial, quizá un día se pueda plaza. El ofreció al monarca vencer sin ayuda de nadie a los rebeldes, y partió en
consegmr mformac10n arqueolo_gtca, excavando en los antiguos pueblos yungas las andas del mismo Inca. El dios luchó contra los Calango por medio de rayos,
que se encuentran en las serramas. truenos, lluvias y torrentes de agua que aniquilaron a sus adversarios. Desde
Un~ confirm~ción más a lo señalado hasta aquí se halla en un documento entonces el Inca reverenció aún más a Pariacaca y a su hijo y se hizo amigo de los
del Arthrvo Arzobrspal de Lima, que describe una situación análoga a la sufrida Yauyos. Este mito complementa los datos expuestos más arriba e indica que los
30 María Rostworowski 1 /Las etnías del Valle del Chillón 31

Yauyos, aliados del Inca, consiguieron dominar aún más a los Yungas y en puso por señor a un yanacon yanayacu que formó una nueva dinastía. Es intere-
premio recibieron tierras de los rebeldes. sante el hecho de ser un yana promovido a ocupar un cargo semejante, y no
parece tampoco un caso inusitado. Ya Wal~~rmar Espinoza (19_67: 242) lo señaló
Los Colli bajo el dominio Inca para el Señorío de los Chachapoyas y tambien los curacas de Lim~ f.~eron yana,
el uno de Mama Vilo, mujer de Huayna Capac, y el de la otra moztte lo era del
La situación entre costeños y serranos estaba más o menos equilibrada al mismo Inca.
final del Intermedio Tardío, pero cambió completamente al aparecer los ejércitos Estas noticias son importantes para la investigación sobre la clase servil de
del Inca Tupac Yupanqui pues venía el soberano cusqueño con tropas experi- los yana, a la que algunos.estudiosos llar:'~n ind~bidame_nte .esclav?s, hecho que
mentadas en la lucha y respaldadas por la fama de sus conquistas. muestra el peligro de aphcar para la regwn and.m a los termmos e 1de~s de o~ras
El señor de Colli, constantemente amenazado por los canteños y por los latitudes. Ahora bien, la palabra yanayacu añadida a la voz yana deb1a refenrse
Chaclla, rama de los Yauyos, decidió ofrecer resistencia a esta nueva agresión a alguna indicación especial, en cuanto al status de que gozaba el yana, amplian-
que deseaba someterlo a la órbita serrana. A su ayuda acudieron los curacas do la ya extensa gama de lo que era un individuo o un grupo de aquella
supeditados al Colli Capac, pero pocos son los detalles que tenemos de la forma categoría social.
como se efectuaba este socorro. Conocemos sólo el caso del cacique de Quivi que Naturalmente se podría dar la etimología de:
vino con su gente, por ser subalterno (AGI, Justicia 413, Probanza Canta 1559: yana-negro
198-198v). yacu- agua (en idioma Chinchaysuyu)
En el encuentro perdieron los yungas; el señor de Colli fue muerto, mien- sin embargo, esta traducción no satisface, quizá la etimología de la voz yana no
tras sus ejércitos contaban numerosas bajas. Poco tiempo después, aún durante perteneció originalmente al ~una simi. ~owe (19~~) señaló el significado de
el reinado de Tupac Yupanqui, el curaca yunga de Quivi fue acusado de conspi- Yaná-yanahó en idio~a Muchik.como el cnado fam1ha:, qu.e ~ormaba una de las
rar contra la salud del Inca por intermedio de una huaca del pueblo de Acupay- clases sociales del remo de Chimor. Esta palabra paso qmza al quechua como
llata (AGI, Justicia 413-Probanza Canteña, año 1559: 266V).
Según Cristóbal de Albornoz (1967: 36-37) nada temían tanto los naturales
?e
préstamo con la misma id e~, a la que se .l.e añadió el c_onc;pto ayudar.~ esta
raíz se vinieron a sumar diferentes sufiJOS que exphcanan diversas funciOnes
como a los hechiceros de las huacas, porque sabían envenenar con yerbas y vinculadas a la misma voz. Para traducir la palabra yanayacu, pedimos la
ponzoña y creían que tenían poder para matar a quien quisiesen, aunque fuese a colaboración del doctor José Pérez Villar cuyo análisis es el siguiente:
distancia. "yana -el que sirve, ayuda
Sobre esta conspiración existen varias versiones, los Canta se la achacaban ya- sufijo continuativo
a los Yauyos, los Yauyos a los Quivi, esta última versión parece la más verídica. ku- sufijo dativo, para mí".
Enterado el Inca de los sucesos envió al lugar a un orejón llamado Apo Yupan- Así se desprende que se trató de una categoría de servidores personales y
qui a realizar una pesquisa y enviarle una información de lo que ocurría en continuos; de un status especial que indicaba una condición peculiar dentro del
Quivi. Como resultado, el curaca Chaume caxa fue conducido preso al Cusco estado yana. Posiblemente, los yanacuna yanayacu no podían servir a otra persona
con varias personas más, donde lo condenaron a ser ejecutado por traición. La que no fuese el mismo soberano, y a los que él indicaba.
represión en Quivi fue sangrienta, y contaban los declarantes y testigos que Una prueba de nuestra suposición sobre este vocablo la tenemos en el caso
todos los hombres fueron asesinados y sólo quedaron las mujeres y niños. En de los Yanacuna Yanayacu Yungas de Xultin de Collique cerca de Chiclayo, que
1559 había sólo unos cuantos yungas en Quivi; estos hechos concuerdan con las fueron enviados en época incaica a la región de Cajamarca para fabricar loza de
noticias que contienen los cuadernos de la "Visita General", ordenada en 1549 barro para el Estado (Espinoza 1970; AGI, Escribanía de Cámara 501-A). En la
por el licenciado Pedro La Gasea. En ellos, Quivi es mencionado como pueblo información hecha por el cura ca don Sebastián Ninalingon, señor principal de la
canteño, había dejado de ser un lugar habitado por costeños. Guaranga de Guzmango, encontramos la afirm~ción de que el: .
Impuesto el dominio cusqueño en el valle, procedieron los vencedores a "Ynga subió de los Llanos muchos yndws yungas para efectos contero-
reorganizar el señorío. La primera medida fue establecer en sus tierras a mitmaq dos en la pregunta y los llamauan mitimaes y yanayacos, criados d~l
de otras naciones. En las mejores chacras de Quivi, las que eran especialmente Ynga quien servían con sus officios y que entendió quel Inga se serma
apropiadas para el cultivo de la coca, instalaron a una rama de los Yauyos, los dellos" (AGI, Escribanía de Cámara 501-A, fols 99-99v).
Chaclla muy adicta a los Incas y que desde hacía tiempo codiciaba esos lugares En el documento mencionado le dan a esta voz el significado de artesanos
y deseaba instalarse en ellos. También los Canta recibieron en Quivi amplias con el status de yana dedicados a un oficio determinado para el Inca y supervigi-
tierras. lados por un Tocricamayoc, eso se desprende de otro testimonio de don Sebastián
No sabemos qué otras transformaciones territoriales sufriera el señorío de Ninalingon quien declaró que:
Colli, pero sí cabe subrayar qué, a la muerte de su jefe, no continuó en su "cierto numero de yndios que eran oficiales de muchos y diversos
gobierno ningún otro miembro de sus tradicionales curacas, sino que el Inca oficios como eran cumbiqueros, olleros, chacreros, ovejeros, alpargate-
32 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chz1lón 33

ro~ y finalmente de otros oficios los guaJes eran sacados de los reparti- tres depósitos llevan la firma autógrafa del marqués y son documentos origina-
Iruentos de las Guarangas y Pachacas de cada provincia como mitimaes les.
a estos llamauan yanayacos que era como dezir yanaconas (AGI Escri- El documento más temprano sobre un señor de Collique data de 1559
banía de Cámara 501-A, fol. 62). ' cuando su curaca don Francisco Yauyi fue testigo en el largo y dilatado juicio
y en otro lugar: entre los Chaclla y los Canta. En otro trabajo hemos publicado sus declaraciones
"estos yndios oficiales olleros que estauan poblados en el asiento de en la "Información de Oficio" de dicho pleito (Rostworowski 1970).
Xul~in que sólo se ocupauan en hacer ollas y otra loza para el Ynga y sus Un importante documento es el testamento del mismo curaca de fecha
cap1!anes y gente ... " (AGI, Escribanía de Cámara 501-A, fol.99). del 25 de agosto de 1564, otorgado poco tiempo antes de su fallecimiento. Lo
A la ca1da del Tahuantinsuyu estos yana volvieron a sus tierras de origen interesante en el testimonio es constatar la gran extensión de tierras propias
pero algunos 9ued~r?n y: "lo~ caciques principales y de Guaranga se apodera~ que declaró poseer don Francisco, a pesar de haber sufrido ya la pérdida de
ron_ de los ynd1os m!timaes, cnados del Inga ... "y fueron sometidos a los señores muchas de sus haciendas (BN-A-185). Sus chacras se derramaban en ambos
reg10nal~s. Los test1gos en la "Información" aseguraron que: lados del río Chillón y comprendían, en la margen izquierda desde Comas,
todas las Guarangas de este repartimiento de Caxaman:a tienen yndios Collique, Con-Con, hasta Punchauca y Guacoy y, en la banda derecha, buena
yan~c~mas" (AGI, Escribanía de Cámara 501-A, fol. lOOr). parte de lo que hoy día es el valle de Carabayllo, hacia los cerros de Lomas, la
para el serviCIO de los señores del lugar. Así del servicio exclusivo al Inca Ysleta y Omas.
pasaron al ~ e. Ios _curacas provincianos que ambicionaban tenerlos en su poder. Cabe hacer la pregunta de cómo se trabajaban tantas tierras del curaca y
E_I_rnv1~egw que otorgaba el soberano a un yana al nombrarlo señor de tan extensas chacras propias, este hecho nos hace suponer como hipótesis de
una reg~on_esta dentro del poder ilimitado de que gozaba el Inca. Un ejemplo de trabajo que, al igual que en Piura, todas las tierras del valle pertenecían al señor
las dJstmciOnes acordadas por un monarca es mencionado por Cabello de del lugar y
Valboa 0951: 3~1) al refenrse ~ Huayna Capac y a sus preferencias por los "en algunos valles de yungas tenían por propias las tierras y heredades
yanayacu, despues de que los ore¡ones cusqueños lo dejaron caer de sus andas, y que había los caciques, y las daban a indios por manera de arrendamien-
lo abandonaron durante la guerra contra los Caranguis en el norte. to, para que les acudiesen con cierta parte de los que en las dichas tierras
En ~enor esca~a, un jefe étnico podía colmar también a sus yana de ciertas cogiesen; y no había indio particular que tuviese propiedad de la tierra;
prerrogativas especiales, tal el caso de don Juan Chuchuyauri señor de Jos esto en los valles de los Llanos y yungas, como está dicho .. . " (Re l. Geog.
Yachas, que poseía dos yana que gozaban ambos de: ' de Ind. 1881, t. II: 240).
"~ogares poliginias en una sociedad donde la norma era la monoga- Sólo así se explicaría la declaración testamentaria de don Francisco Yauyi,
Irua" (Murra 1967: 390). suposición que está en parte confirmada por una declaración del cacique de
Lo dicho ~ás arriba es una prueba de las enormes diferencias que existían Collique, don Hemando Nacar, hijo del anterior, en una averiguación que se
en el status S~Cial de los yana. _Durante el virreinato esta distinción especial de hizo en 1568, según la cual:
yanayacu cayo en desuso al de¡ar de haber soberanos nativos. "este testigo da a los dichos yndios de sus mismas tierras en que siem-
bran lo que ellos quieren ... " (AGI, Justicia 482: fol. 6708r).
Los Colli en el virreinato La Relación de Castro-Morejón (1936: 146) menciona que, al conquistar los
cusqueños el valle de Chincha, los señores provincianos daban de sus propias
Los Colli que, en tiempos re~otos sufrieron una derrota aplastante ante Jos tierras las que habían de ser del Inca y se entiende de la información que todas
Y~u~os, Y fueron dura~ente castigados por la conquista incaica, iban a quedar las tierras pertenecían a los señores locales. Una confirmación a esta suposición
e!1n:unados con la vemda de los españoles. Su fuerte baja demográfica será se halla en un documento referente a un juicio seguido por el cacique de Huar-
Similar_? la d_e ?:~chos otros ~:'gas, con el agravante de que la mengua de la mey y los naturales de La u paca contra un hacendado español, por 197 fanegadas
poblac10n se IniCIO con el dommw de los cusqueños. de tierras. En la "visita" que realizó Fray Domingo de Valderrama, declaró
Un pequeño grupo étnico persistirá durante los primeros años del virrei- pertenecer a la Corona todas las tierras vacas, y a los naturales les adjudicó las
nato _para luego de~pa:ecer_prácticamente a fines del siglo XVI. No quedará del que necesitaban como propias de su comunidad, hecho que contentó a los
antano poderoso Senono mas que toponimias y datos dispersos en documentos indígenas pues según parece a:
de archivos. · "los yndios comunes antiguamente no tenian propiedad de tierras sino
El prim~r en~omendero de_ Collique fue Domingo de la Presa, y a su el uso de las que sus caziques necesariamente les señalaban para culti-
muerte FranCisco P1zarro lo otorgo a su hermano Francisco Manuel de Alcántara bar y bibir (BN, B-1289, año 1605).
el8 de octubr~ de 1540. En el Archivo General de Indias se hallan los títulos de Si en el principio la totalidad del suelo era del curaca, y él la "arrendaba" a
las tres encom1enda_s que poseía Alcántara y ellas fueron, además de Collique, la los miembros del común percibiendo el señor una parte de las cosechas como
de Mancha, en Lunn, dada en 1535 y la de Jauja en 1541 (AGI, Justica 448); los forma de pago, es natural que exista una voz que los indique. En el Lexicon de
34
María Rostworowski 1 ¡Las etnías del Valle del Chillón 35

Fray Domingo de Santo Tomás se encuentran las palabras cacay-alcauala o "treinta fanegadas de sembradura de maiz a mano ... "(AGI, Justicia 482:
tributo juntar y también significa contribución y:
fol. 6719 r) . .
"cacani, gui o cacacuni, gui- contribuir con tributo
cacac -el que contribuye" El modo de cultivar el maíz a mano y con lampa, significa gue no_tr~taban
de arar toda la extensión de tierra que deseaban sembrar, y que solo se hrmtaban
En cambio el diccionario de González Holguín no contiene ninguna voz .
relativa al tributo, alcabala o tasa, hecho que apoya la hipótesis de que en la costa a escarbar un hoyo en el que echaban los granos.
El documento referido no es el único en el cual hay refereno~ a este modo
el mecanismo de la tenencia de la tierra y del trabajo era distinto al modo
de cultivar antaño el maíz en los yungas. En el Lexicon de Fray Dormngo de Santo
serrano. O sea que el señor principal percibía de sus súbditos una especie de
tributo en especies, por el otorgamiento de las chacras. Esto no significa que los Tomás diccionario confeccionado en la costa y que refleja el habla de los valles
hatun runa o miembros del común no tuviesen señalados para sí ciertos campos, central~s figuran dos voces para indicar instrumentos de labranz~, uno es e!
" a¡;a d o n ~ cuzpana" y "a¡;adon de pala. -lampa".
, . d La taclla, arado mdtgena, es
los documentos del siglo XVI indican los lugares donde se encontraban, sino que . ,
ellos trabajaban también en tierras cacicales fuera de las suyas y entregaban una mencionada por Santo Tomás con un smomm?, e yar:ana.
Si uiendo con el tema de la organizaoon social del valle, del Chillan,
informfción que se debe rastrear a través de los documentos, esta el hecho dd~
parte de las cosechas en forma de "pago". '!"
Este sistema de posesión y del cultivo de la tierra no es una costumbre
extraña en el mundo andino, con variantes se encuentra en diversos lugares y que los viejos del lugar, aquellos que ya no tributaban, quedaban a cargo e
merece una mayor investigación (Rostworowski 1974). curaca. d ·, d · d · natural de
Hay una indicación de ello en una ec1aracwn e un m 10
El resto del señorío, que no pertenecía directamente al curaca principal, ,
Collique, quien dijo que:
estaba en manos de una serie de pequeños cacicazgos vecinos, supeditados al
"al uiejo, su cacique le sustenta y esto es lo que an menester.· · (AGI,
jefe de mayor jerarquía y ellos tenían a su vez una similar tenencia de las tierras
y forma de trabajo. Justicia 482: fol6710r). , . . , ,
La gran baja en la población indígena de la costa, en el siglo XVI, así como Una ratificación de lo anterior se desprende de la avenguacwn hecha en
los trastornos que sufrió su organización social ante la invasión europea, cambió Guarauni, valle arriba en 1571, ahí los indígenas declararon:
seguramente cualquier tipo de sistema local de trabajo de la tierra. Durante la "que les dan los dichos caoques · d e comer y de beber e vestir"
primera parte del virreinato, al desaparecer los indígenas, quedaron eriazos los (W.Espinoza 1963: 66). , .
campos, se quebraron las acequias y grandes extensiones se volvieron cañavera- Esta visión provinciana de la protección a la qu~ teman derecho l?s anoa-
6
les y chilcales • Hay fruecuente mención en los documentos, de este abandono y nos es distinta a la estatal mencionada por los crom~tas.Se trat~ aqm de ~na
retroceso de la agricultura (AGI, Justicia 482 y AGN, Títulos de Propiedad, cuad. institución rural anterior al dominio Inca y que func10naba a mvel _del ~;ol
745). local y se mantenía aún después de la invasión eur?pea. La reoproc1 a
También mencionan los testimonios que en la banda derecha del valle, en funcionaba en el sentido que los viejos cumplían tareas_hgeras, y en el caso que
Carabayllo, existían gramadales y lagunas que, al igual que en los demás valles citamos el de la recolección de las hojas de coca en las tierras d~l cura~a. ,
costeños, se debían a la mayor abundancia de agua en la capa freática. A medida Durante el gobierno del virrey Toledo ~e procedió a reduor a los mdtgenas
que creció el sistema europeo de estancias y haciendas, las tierras pantanosas se a pueblos a la usanza española, y se fundo el de San Pedro de Carabay_llo, ~
cultivaron y se anexaron a los campos de cultivos. consta en diversos expedientes que se construyó en tierras que perteneoan a
7
En 1586, gran parte de las tierras que pertenecían a los indígenas en la curaca de Collique • , f 1
Rinconada de Omas no tenían dueño por el fallecimiento de todos ellos. Las Varios son los grupos que quedaron establecidos en el, el~os ueron os
chacras comprendían numerosas fanegadas y hay varias referencias a ser bue- Chuquitanta, Seuillay, Sutca, Guancayo, Maca, Ca:abayllo Y Colhque.
nas para: Sobre los Guancayo y Maca hablaremos mas adelante, en :uanto a _os 1
Chuqúítanta y Seuillay es poco lo que se puede decir. En l?s pr~meros an~s
"sembradura de maiz a lampa como lo siembran los yndios ... "(AGI,
Justicia 482: fol. 6719r). después de la conquista fueron encomendados en doña Franc~~ca Pt_za_rro y mas
y más adelante: adelante pasaron a Vasco de Guevara y en segunda vida a su h1 ¡o Jerommo (AGI,
Patronato 1 Ramo 43).
6. Chilca nombre vemacular de una Baccharis de la familia Compositae.
Según Margaret A. Towle -1 961 : 95; las Baccharis son un genus americano que comprende 7. AGN, título de Propiedad, cuad. 745.
más de 300 especies.
AGI, Justicia 482
. ':Veberbau~r- 1945: 252, en un recorrido por los montes ribereños de los valles de Lurín y del
Chillon reconocw las Bacchans Lanceolata y Salicifolia. En cuanto a los cañaverales Yacovleff 1934,
señala la caña brava como Gynerium Sagittatum y la caña hueca o carrizo Phrag:miti cornmunis
rg:~~~~Ón del curaca de Carabayllo, don Juan Quivi: "este testigo save el pueblo de ~rau~~
Frin. llo donde al presente están reducidos los yndios de Cararuaill,? y Collique e Guancayo e uqw
tanta eran tierras de don Fernando Nacara curaca de Colhque ·
36
María Rostworowskí 1 f Las etnías del Valle del Chillón 37
b. Población y ubicación de las etnías indígenas
Chinqui Yanga
Chuquitanta
Escasas son las cifras sobre la población indígena del valle del Chillón. A la
llegada de los españoles existía una Guaranga de los Colli, o sea mil tributarios, todas ellas llevan nombre netamente quechuas, la voz "tanta" es característica
número que parece bajo teniendo en cuenta la afirmación de Cobo de haber un de ser apellido de señores costeños, y significa según Arriaga: ,
hunu en Carabayllo, lo que significa que en la región habitaban diez mil tributa- "unos alzacuellos de plumas que llaman huacras y en otras parte tamta
rios. Es posible que la guaranga correspondiera a los tiempos incaicos después de (1968: 213). o , o "

la derrrota de los Colli frente a los ejércitos cusqueños. Lo mismo sucedía con la palabra chumbz que esta relacronada con prenda_
En el Archivo General de Indias hemos encontrado la "visita" de Juan usadas por señores o sacerdotes (Rostworowski 1961). Estas pac':a_~a pueden
Martínez Rengifo, uno de los encargados de realizarla en la provincia de Lima hermanarse de dos en dos, lo que daría quiza un sistema dual de mozties. Un ~ato
por orden de Toledo, y ella se llevó a cabo en el valle del Chillón en el año de importante que se desprende de los nombres de las "parcialidad~s" es su ongen
1571. El13 de marzo se hizo la de Collique y unos días más tarde, el18 del mismo indiscutiblemente quechua, e indica el idioma usado por los Colh. Ha_st~ la fecha
mes, se efectuaba la de los pequeños señoríos de Guancayo, Máca, y Guarauni, no existía ningún documento que probara y m~s ~ien ciertas topom~as de la
río arriba (W. Espinoza 1963). Es sorprendente la menguada población que tenía región parecían norteñas. Posiblemente ellas md1caban un asentarruento de
Collique compuesta por sólo 15 tributarios, 7 muchachos y 2 niños, sin contar mitmaq mochicas puestos por los Incas, como los hemos encontrado en Maran-
con las mujeres casadas y una que otra vieja. La mayoría de los hogares indíge- ga, Guarco, lea y otros lugares. Cobo menciona que.~esde Carabayllo al sur se
nas declararon no tener hijos; se debía seguramente a la alta mortandad infantil, hablaba una lengua, y de ahí al norte otra, aseveracwn que nos parece dudosa
y a los estragos causados por la invasión europea entre los costeños. Situación (1956: t.II). o, d h h
que se traduce unos años más tarde en la aniquilación total de los naturales de La seguridad de que el señorío d7 Collique fu_es: u~a regwn e quec ua a-
Collique. blantes prueba, una vez más, la veraCidad de la hipotes1s de Alfredo Torero de
En 1586, quince años después, en una averiguación hecha por orden del ser la zona central la cuna de ese idioma.
virrey Fernando de Torres Portugal, conde del Villar, y a pedimento de Baltazar
de la Cruz Aspetía, quien solicitaba la donación de tierras en la Rinconada de QUE PERSONAS
RESERVA· MUCHA· TOTAL TOTAL TOTAL
PAGAN Y SEG.
Omas en Carabayllo por estar eriazas, tenemos nuevas noticias sobre la pobla- NOMBRE DOS CHOS HOMBRES MUJERES PERSONAS
TR IBUTARIO CACIQUES
ción del lugar. Estas chacras pertenecían al cacicazgo de Collique y estaban sin
cultivar por el fallecimeinto de sus naturales. De las declaraciones de los testigos
se desprende que del antiguo señorío no quedaban más que el curaca don Chuquitanta 69 1 13 53 136 144 280
Hernando Nacar, dos mozos llamados Francisco Nacar y Rodrigo Asmat, el
Comas y
mismo que figura en el patrón de la "Visita" de 1571, como de edad de siete años
y un viejo dispensado de todo trabajo por su avanzada edad. Todos dijeron que Carayballo 36 1 2 18 57 80 137
de los indios de Collique no quedaban más que los declarantes. Guancayo 68 1 13 86 168 213 381
Es interesante la afirmación de Alonso Cuy Cuy, único anciano sobrevi- Collique 8 - 04 2 14 12 26
viente, quien recordaba haber en su juventud visto 600 indios en Collique, y que
antiguamente había:
"tantos que no se contauan por ser muchos" (AGI, Justicia 482: fol. TOTAL 181 3 32 159 375 449 824
6710v y 6711r).
Los nombres de las antiguas pachaca de Colli son mencionadas en la Detalles tardíos sobre los habitantes del valle del Chillón está~ consigna-
''Visita" de Martínez Rengifo y ellas son las siguientes: dos en una hoja suelta que, indebidamente, se encu~~tra en el Lega¡o de Testa-
Chuquiruro mentos de Indios, en el Archivo General de la Nac10n. ~o l_leva fecha y en el
Caxa Chumbi encabezamiento dice lo siguiente: "Repartimiento- ProvmCias de la Inten~en-
Vilca Tanta .a de Lima" lo cual permite fechar la hoja por el año de 1784. El censo tiene
Vilca Chumbi f~formación ~bre la composición por edades de las etnías. Se obse~~ el repunt_e
Chumbi Guarco demográfico de los Gua_ncayo y de l_o~ C~uquita~ta, la baja poblac10~ ~e Coll~­
Chumbi Tanta que y el hecho significativo de que m s1qmera tema ya un curaca propiO . La ba¡a
Cama Guanco
Carua Chumbi 8. Para la información sobre los descendientes de don Fernando Nacara, señor de Collique,
existen varios documentos en el Archivo Nacional.
38 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chillón 39

demográfica f~e general en la costa y sus motivos fueron múltiples, complejos y Horkheimer (1955: 51) en un resumen de identificación y bibliografía de
escapan a los fmes del presente trabajo. sitios prehispánicos dice del mismo lugar:
La investigación de los títulos de propiedad de las haciendas del valle es "Fortaleza sobre un peñón. Un muro tapial con base de piedras no la-
int~resante por cuanto permite obtener la ubicación de las etnías, de los pueblos bradas sube serpenteando en 3 vueltas. A su lado varios depósitos de
antiguos, de huacas y, en general, de un gran número de toponimias que ayudan pequeñas piedras para las hondas. En la cumbre paredones. En la
a reconstruir el pasado. quebrada al sur del peñón se observan plazoletas similares a las que
La dificultad con que se tropieza es la vaguedad de los límites en los forman parte en el complejo de las marcas de Nazca. Otras hubo en
documentos mencionados. Los deslindes de las chacras son referidos colindan- quebradas vecinas, pero fueron destruidas por urbanizaciones y otras
tes con las de tal o cual vecino, indicación que no aclara en nada la localización, ocupaciones modernas. Frente a Collique, al otro lado de la carretera,
por lo menos para nos~tros; también suele referirse a un árbol viejo, un paredón, montículos naturales con restos de construcciones prehispánicas".
una cruz o una a~eqma, o sea a mojones sólo inteligibles para los que vivían El mencionado autor señala la existencia de plazoletas y marcas parecidas
entonces y conoCian perfectamente el lugar. Por eso es importante valerse de a las de Nasca, que observó tiempo atrás, y que ahora están destruidas como
ciertos hitos que sirvan para orientarse ahora como antaño. U o de ellos es la muchas otras estructuras del valle. Sin embargo, en una quebrada árida de la
Fortaleza de Collique y, ~1 otro lado del río, el cerro de Choqué y el cerro Blanco. hacienda Torre Blanca, a unos kilómetros de la Fortaleza valle arriba, hay unas
La Fortaleza esta Situada al borde de la moderna avenida Túpac Amaru, rayas que tienen una similitud con otras del valle de Lima y con las de Nasca.
entre los kms. 16 y 17; ha sido descrita por Squier, en 1877, y de ella ha dejado un Hugo Ludeña presentó al XXXlX Congreso Internacional de Americanis-
plano somero. Más tarde Villar Córdova la cita como alzándose sobre las tas una ponencia sobre la Fortaleza o Palacio de Collique, que domina los
llanuras de Con-Con y de Comas, y señala muros que han desaparecido ante el alrededores así como el complejo ceremonial que se extiende en pleno valle.
avance de las urbanizaciones populares. El citado autor supone erróneamente Según testimonios en el Archivo Nacional, el "pueblo viejo de Collique"
que se trata de una fortaleza incaica (Squier 1877; Villar Córdova 1935: 171). estaba situado en el lugar del mismo nombre y sus linderos eran, por un lado,
hacia el valle, las tierras de Martín Pizarra y por el otro lado lo eran los cerros, lo
. . En su test_amento (Derecho Indígena, ruad. 57) don Fernando dejó por herederos suyos a su que indica que se alzaba en la parte eriaza de la quebrada (AGN, T. de prop.
h1¡o y a su mu¡er Juana de Rivera, en el mismo testimonio declaró tener una hija natural llamada cuad. 745: 72 año 1586 fol. 84 y 62).
Magdalena Guaica~ pero no le dejó bienes. A la muerte del curaca se inició un juicio entre Otro documento precisa el lugar, al referirse al deslinde de las haciendas
Magdalena y la mu¡er de don Fernando por la herencia, pues mientras tanto el hijo legítimo había de este mismo Martín Pizarra de las chacras de Francisco de Tala vera, realizado
fallecido.
En un auto del24 ~e nov~embre ?e 1606 hay mención de la gran disminución de la herencia ya
en 1546. Del expediente se desprende que las tierras de Pizarra estaban situadas
que, gran parte de las lierras 1as teman algunos españoles con mal título". en "los límites de Comas y Collique" y:
Unos años después, en1611, las dos mujeres llegaron a un acuerdo para dividirse la herencia "questando el rostro hazia la fortaleza de Collique una acequia que
y ev1tar largos y costosos ¡wc1os. En el auto de transacción hay mención de las: corre de hazia la dicha fortaleza hazia el puerto de la mar, lo questá
"haziendas, chacaras e tierras, casas, estancias, bienes e muebles del dicho don Fernando hazia el camino real de Collique queda para el dicho Martín Pizarra, e
Nacar. Así en_ esta dudad como ene! dich? pueblo de Carabayllo, valle de Macas, Comas e Collique
y en las demas partes donde los dichos bienes y haziendas estubieron ... " desde la dicha acequia ques una acequia bieja de la grande syn agua,
E~ interesan~~ n~tar que d~n Fernando tenía tierras a lo largo de todo el valle. Entre los bienes hazia el río e camino de Truxillo, queda para el dicho Francisco Talave-
del cac¡que tamb1en Ílguran var1os censos impuestos a sus bienes. Uno de los motivos del concierto ra" (AGN. Títulos de Propiedad, cuad. 346, año 1546).
entre los _dos herederos d_el c~aca es que Magdalena Guaica tenía pendiente pleitos con hacenda- La estancia de Pizarro daba a lo largo del camino real que iba a Canta,
dos espanoles que se hab1an mstalado en sus tierras. Ellos fueron Juan Guerrero que llegó a poseer
~ gran fundo en Carabayllo llamado Guerrero o Chacra Grande, y en esta hacienda creó un
mientras las tierras de Tala vera quedaban paralelas al río. El pueblo viejo estaría
vmculo. Los otros dos hacendados Juan de Uribe y Francisco Severino de Torres. emplazado en una de las quebradas eriazas, cerca de la Fortaleza, entre el
En el siglo X_! X, los here~eros de don Fernando v!vían en el pueblo de Santiago de Surco donde camino actual y los cerros.
eran gente prmapal, se hab1an div1d1do en var1as líneas y descendían todos de los dos hijos de Un pueblo más es mencionado en los títulos de propiedad y es el de
Magdalena Guaica, a saber Constanza y Francisco Huaicho (ANL, cuad. 679, años 1809- 1814). Guarnec, situado sobre el mismo camino real, más adelante de la chacra de
. Es de notar que entre los censos en disputa figuraba uno en Sapán y según la declaración del
F1scal, Protect_or de Naturales: "se aplicaron a los indios Guancayo unas tierras de Nacar, y a los
Martín Pizarra, junto a un corral antiguo. Hasta ahora existen sus ruinas en el
herederos de_ es~e unos censos que aque_llos tenían en la caxa, cuyos intereses han estado perdvien- km. 19 de la Avenida Túpac Amaru, que Horkheimer denomina Paredones y
do ~no el prma~al por n~ ~a verlo r;m11!do el_ centuatario en su principio o por no ha verlo pedido describe como:
los ,~teresa~os, s1en~o diÍ!cil _despue:' de dosaentos años saber quienes sean los legítimos herede- "resto de una gruesa y larga muralla tapial de circunvalación y de otros
ros . Ademas se hab1a extraviado elmstrumento de la fundación del censo.
muros, correspondientes a una población preincaica de considerable
En 1829 seguía otro juicio entre Manuel Martínez Nacar, principal del pueblo de Santiago de
Surco, como heredero d; don Fernando Nacar, contra María Espíritu Santo Montes por unas tierras extensión. Portada imponente al lado del fragmento de un camino pre-
en el valle. Esta es la úlhma noliaa sobre descendientes del señor de Collique (ANL Derecho hispánico, de que se han conservado varios trechos a lo largo del valle
Indígena, ruad. 682, año 1829). ' inferior''.
40 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chil!ón 41

(AGN. Títulos de Propiedad, cuad. 745, f. 7r. Horkheimer Arqueológicas Mayor dificultad ofreció encontrar el cerro de Alpacot?, que ningún i~or­
n° 9: 51, año 1965). mante recordaba ni estaba indicado en mapa alguno. Por diversos manuscntos
El avance y la expansión de la gran Lima ha destruido mucho este conjun- sabíamos que en la hacienda de Colliqu~ ,existía_n dos fuentes importantes, pues
to, que se encuentra al borde del pueblo joven llamado Progreso. regaban con sus aguas una vasta extens10n de berras (AGN, Aguas 3-3-6-1~). A
Quizás lo más importante de las noticias de los diversos expedientes sean una fuente le decían Alpacoto y a la otra Talavera, por el nombre de su pnmer
los límites de la hacienda Collique. Estos deslindes se realizaron en 1642 por dueño español, pero su nombre indígen~ era Guacan .Llaneo ~A.G~, T. ~e Prop.,
mandado del señor Fernando de Saavedra, oidor de la Real Audiencia y Juez de cuad. 745-105). De este último puquio salla una aceqma que dividia las tierras de
la medida, venta y composición de tierras del distrito de Los Reyes. La medida la comunidad de las del cacique y corría derecho a dar en el cerro de Alpacoto.
corrió a cargo de Pedro de Noguera, medidor oficial, y se hizo partiendo del Teniendo este dato, lo primordial era hallar las fuentes. De gran ayuda fue la
cerro de Alpacoto, regresando a él después de dar la vuelta a los linderos. El total antigua dueña de Collique, señorita Inés Alvarez Calder?n,.quien muy amable-
del fundo comprendía 78 fanegadas antiguas que equivalen a 234 de las moder- mente proporcionó un plano del fundo donde estaban md1cados las fuentes y
nas, y es como sigue: los potreros por sus nombres. En una salida al campo recorrimos las chacras .Y
"desde la punta del Zerro de Alpacoto, el rostro azía a .~ima llebando a vimos los manantiales y efectivamente del de Talavera arrancaba una aceqm~
la mano derecha tierras de Don Rodrigo Campusano, y a la isquierda las que se dirigía de frente hacia dos cerritos en el actual fun?o de Chacra Cer~o. SI
de Collique, hasta dar en las de Francisco Lorenzo y Albaro Alonso traducimos del runa simi la voz Alpacoto tenemos allpa-herra y coto-mon~on de
Moreno que quedaron a la mano derecha, haviendo venido linde de alguna cosa (Domingo. St. Tom,ás 1951), justam:nt.e el nombr~ de la haoen?a.
una azequia por la qual se fue hasta el remate de las tierras del dicho Con estos hitos era posible no solo entender los hmltes de C:o~hque de ~642~ smo
Albaro Alonso, linde de las cuales se bolbió azia al camino Real de que era factible recorrerl~s en el }~gar, h~c.ho que realizo el Serrunano de
Chancay, y hasta dar a otra acequia por la cual se bolbió azia la mano Arqueología de la Universidad Catohca, dmg¡do por la Dr~. Ramos de Cox. Lo
isquierda y se fue por ella hasta llegar hasta la punta de un zerrillo importante en dicha salida era encontrar las huacas de Colhque, cosa que fue ya
redondo, linde del cual pasa la dicha azequia, y de la punta de dicho
relativamente fácil.
?:errillo se bolbió sobre mano isquierda linde la falda de los dichos Según Squier, de la base de la Fortaleza, a la mano derecha, arrancaba ~m
~erros, por el camino Real de Guánuco por el qual se fue hasta dar con pesado muro de adobones que cruzaba el valle hacia u~ cerro al frente (S~mer
'ierras del secretario Lucas de Capdevilla, que se dejan a la mano 1877: 88). Esta descripción concuerda con la de los lm~eros de. la haoendz
ierecha y se fue el Rostro al Serro de Choqué por unos Paredones del Collique cuando dicen que las tierras de Lucas de Capdev1lla se de¡an a la mane.
{nga, hasta dar á las Huacas de Collique que dejaron por dentro y se fue por
taparte de fuera linde de ellas y del dicho Secretario Lucas de Capdevi-
y
derecha se va el rostro hacia el cerro Choqué por unos "paredones ~el Ynga".
Restos de este muro existen hasta la fecha y, aunque muy destruido, se V€
lla, hasta dar en tierras de Juan Sambrano de Becerra que quedan a la claramente que iba desde la Fortaleza hacia el valle describiendo una gran
mano derecha, y se fue hasta dar en el zerro de Alpacoto, quedando curva. También se advierten dobles escaleras en forma de V, que daban acces? a
como va dicho, a la mano derecha tierras del dicho Zambrano .. ." (AGN, la parte de arriba permitiendo camina~ sobre él. Desde la cu~bre del paredon,
Juzgado de Aguas 3-3-8-29, fs. 24 r. y 24 v). que en sus partes mejor conservadas rrude unos tres metros c.mcuenta,de alto, se
A primera vista esta descripción es bastante compleja y por eso, antes de contempla a la izquierda de la Fortaleza y a la derecha vanos montlculos que
seguir los linderos de la hacienda, es necesario aclarar y ubicar ciertos hitos que debían ser las huacas, pues el deslinde indicaba que ellas quedaban por dentro
hacen comprensibles las demarcaciones. Se impone una corta explicación sobre mientras la mesura seguía hasta las tierras de Zambrano, y al llegar a esta
las tierras de Lucas de Capdevilla, cuya hacienda lindaba con la de Collique y hacienda el medidor se volvía dando una vuelta y se encontraba de nuevo en el
que tomó el nombre modernizado de Caudivilla, con el cual se le conoce hoy en
cerro de Alpacoto. .
día. Según el mismo expediente que comentamos, este fundo medía en aquel Al dirigirnos a los montículos, vistos desde el muro, nos dimos cuer:ta que
entonces ciento trece y media fanegadas o sea trescientas cuarenta y media de las eran varias estructuras de adobones y adobe, muy mermadas por los agncult.<_>-
actuales. Lindaba por una parte con el camino real a la sierra; por el lado res deseosos de nivelar sus tierras. Un campesino que trabajaba en el campo diJO
opuesto, con el río; al norte, con la estancia de Con-Con y hacia Lima con la de apellidarse Teófilo Yupanqui y dijo haber venido a Collique aún niño, en 1921.
Collique y la de Zambrano, conocida también con el nombre de Buenaventura Le preguntamos por el nombre del lugar y contó que el potrero se llamaba
(AGN tierras y haciendas leg. 6, cuad. 41 año 1807 AGN, Aguas 3, 3, 8, 29)9 • Zancudo y que pertenecía a la hacienda Collique y efectivamente en el plano del
Otro hito es el cerro de Choqué que está situado al otro lado del río en la fundo en su extremo se hallaba una estructura que no podía ser otra que una de
banda derecha del Chillón (Bonavia 1966: 32). las hu~cas que buscában;os. Varios restos arque?lógicos ~ en~uentran. cerca y el
señor Yupanqui se refirio a que una antigua ladnllera hab1a ba¡ado el mvel de los
9. La antigua fanegada usada en los valles cercanos a Urna medía 288 varas de largo por 144 de potreros y para nivelar el terreno habían arrasado dos huacas.
ancho y correspondía a tres de las actuales.
Parece que en Chacra Cerro la cooperativa campesina ha eliminado hasta
1 f Las etnías del Valle del Chillón 43
42 María Rostworowski

lindaban con un cerro llamado Pullan Vilca, cerca del lugar que se decía Omas,
cinco e~tructuras y en vista de. la situación se impone un trabajo arqueológico de
y vecinas de las chacras del común de los indios de Collique. Omas estaba al
salvata¡.e, pues d.e lo contrano dentro de poco tiempo no quedará nada del
comple¡o de Colhque. parecer cerca de los cerros áridos que se extienden detrás de las haciendas La
Malina y Pueblo Viejo, siguiendo la acequia principal que salía del río y llevaba
Antes de seguir adelante cabe hacer un paréntesis para analizar el nombre
agua a la hacienda Copacabana (AGN, T. de Prop. cuad. 745: 12).
de ~as dos fu~ntes de c;ollique. Lo interesante es que revelan un culto al agua y a El padre Villar Córdova (1935: 170) supone pertenecer esta voz al idioma
la tierra. Segun el. Lextcon de Fray Domingo de Santo Tomás, el significado del aymara, pero el origen del nombre es totalmente diferente y merece una aclara-
nombre del puqmo de Guacan Llanc sería el siguiente:
Guaca- Templo de Ydolo, o el mismo Ydolo ción para evitar graves errores de interpretación. El marqués de Cañete hizo
N - sufij~ que indica el lugar donde se hace algo
merced a Nufrio Soles, su repostero, de unas 60 fanegadas de tierras junto al
Llanc, Cum - Afeytarse el varon con cierto afeyte. tambillo de Carabayllo. Este personaje vendió sus tierras al doctor Alonso
Huerta, presbítero y capellán de Nuestra Señora de Copacabana, quien puso el
De estas etimología_s se desprende que el manantial de Guacan LJanc era nombre de Copacabana a su hacienda10 . En 1608, el presbítero vendió el fundo a
sagrado Y sus aguas servian para cumplir ciertos ritos mágicos reservados a los Alonso de Villamedina 11 y en aquel entonces la estancia tenía tan sólo sesenta
varones. r
fanegadas de tierras, pero ya en 1728la hacienda había aumentado a doscientas
. El otro puquio, el de Alpacoto, debía representar lo relacionado con la fanegadas, de las de Lima, a expensas de las tierras de indios. En ~sa época los
tie~ra, pues e~ el mundo and~no la imagen de la tierra era un concepto femenino
naturales del valle casi no tenían chacras debido a los hacendados, que poco a
urudo ~la agncultura. Se deoa Mama Pacha o madre tierra y también el maíz era
femeruno pues se le decía Mama Zara. poco se las quitaron empleando diversos métodos, como por ejemplo, suprimir
el suministro de agua, al extremo de faltarles hasta para beber (AGN, Aguas, 3,
. El agua ~e, la fuente masculina corría de frente al cerro de Al acoto
rela.cwnada qmza con ce~emonias de fertilidad. El segundo cerro y sus~ierra~
3, 4, 15) 12•
vecmas era llamado.Comic ay, cuya etimología sería: Hasta aquí hemos narrado todo lo que sabemos sobre los Collique, pero
Come o Co;m --: hembra estéril, que no pare queda en pie la pregunta principal. ¿Quiénes fueron y de dónde vinieron?
Cay - este,. esta, aquello o aquélla No hay a la fecha un estudio integral de Collique, pero sí un naciente
Proyecto Integral que trata de obtener lo típico que caracterizara a esta etnía,
y nos trae.en n:~nte la Imagen de un mundo femenino que no ha sido fecundado.
distinguiendo sus testimonios figurativos de los de otras etnías con los que,
La srtuacw~ .de las fuentes y cerros, dentro del ámbito de las huacas, indica
un culto a la fertilidad, a la agricultura. según los recorridos de superficie efectuados, estaría relacionada en esta etapa
tardía.
. Existía un ce:cado !!amad? :J.e Co~lique o de Alpacoto situado cerca de los El llamado estilo Huancho, de Villar Córdova (1935), mencionado también
d1chos cerr?s, hacia el no y qmzas tema relación con estas ceremonias o culto
(AGN, T. Titulas de Propiedad cuaderno 745: f. 10v). por Ludeña e Iriarte (1960) y Stumer (1954a: 171, 178; 1954b: 130, 148; 1958) está
presente desde el Horizonte Medio hasta la penetración Inca, tanto en los sitios
_c:>tro hecho a_ subray~ es que en varios lugares de la costa central, y colindantes como en avances hacia el sur y hasta el norte.
tamb1en en la no~tena, se rep1te la toponimia de Alpacoto, quizá relacionada con
este culto~ c~mun a otros lugares. Por ejemplo, según Kosok, hay un Alpacoto Horkheimer y Trimborn, en sus trabajos sobre la zona, hacen descripciones
e~ !a provmoa de Chancay, en el distrito de Supe, pueblo a más 0 menos seis de edificaciones y de asociaciones de superficie, pero el contenido expuesto de
k1.lometros de. la hacienda "Llama Huaca" y frente a la quebrada de Chupa documentación reclama un análisis más exhaustivo de sectores urbanos, no sólo
C1garro. Cons1ste ~~un grupo grande de ruinas de adobe (Kosok 1965: 225). para determinar lo típicamente cultural, sino para ver cómo se integran dentro
L~ comparacwn de las fotografías aéreas de 1958 con las de 1970, de la zona de las mismas urbes sectores serranos y costeños y se intercomunican las pobla-
de Colhq~e, mue~tran claramente la tremenda destrucción que se ha cumplido ciones. Esto sí se puede obtener con excavaciones que muestren la secuencia
en esos anos, Y.SI no se P.rocede a un salvataje nada quedará de lo que fue el
centro ceremomal de Colhque. 10. El tercer catedrático en la recién fundada Cátedra de Lengua Quechua en la Catedral de
E': la margen. derecha del río Chillón los principales hitos son el cerro de Lima fue el célebre quechuista Alonso de Huerta, criollo, natural de Huánuco, maestro en artes y
Choque, que menciOnamos más arriba, y el cerro Blanco del cual nos ocupare- doctor e¡, Teología, capellán de la iglesia de Copacabana de Lima y más tarde cura del Cercado.
mos cuando se trate de l~s etnías Guancayo instaladas en el valle. Huerta se hizo cargo de la cátedra hada 1592 y en 1616 publicó, con aprobación del maestro don
Francisco de Avila, un "Arte de Lengua Quechua General de los Indios de este Reyno del Perú" (8
En esta b~n?a del no estaban diseminadas, en diversos lugares, las tierras Comercio 28 de julio de 1949).
de los grupos etmcos reducidos en el pueblo de Carabayllo en tiempo del virrev 11. A la muerte de Alonso Pérez de Villamedina, heredó la hacienda su mujer Francisca de
Toledo. El curaca de esta etnía en 1617 era Juan Anaquibe y poseía 40 fane ada's Aguilar, que casó en segundas nupcias con el contador Tomás de Paredes (AGN, T. de P., cuad.
(120 ~e las mode~as) en Cassio y Concotón, chacras que fueron codiciad!s or 644).
12. En este documento se encuentra el nombre de todas las bocatomas de la acequia principal,
Fra!losca ?e Agullar, dueña de l.a hacienda de Copacabana (BN, B-1029)./ste que hasta la fecha se emplean en el campo.
cacique aun conservaba en el siglo XVII buena cantidad de tierras y ellas
44 María Rostworowski 1 ¡Las etnías del Valle del Chillón . 45
cultura l del sitio y las asociac iones mueble s e inmueb les que permita quebra das secas hacia la sierra. Squier señala este camino como traficad
n dicho o en el
análisis.
La magni tud de un progra ma integra l sobre la etnía de Colliqu
año de 1877 (Squier 1877: 80).
e se percibe
aprecia ndo los recorri dos de superfi cie efectua dos durant e un año,
como pro- c. Los Gu ancayo
grama prelim inar. La presen cia de un centro ceremo nial, ubicad o
a base de do-
cumen tos y recorri dos, en el cual la llamad a Fortale za de Colliqu e
es parte inte- El grupo del medio Chillón
grante de un variado conjun to de edificios, acequi as y muros curvos,
hace sentir
la exigen cia de explica r la ubicac ión de la poblac ión, en coordin ación Los Guanc ayo formab an un grupo que habitab a en el medio Chillón
con este , en
centro ceremo nial. Los pueblo s subsid iarios empiez an a tener una
explicación ambas márgen es del río, y compr endían varios pequeñ os curacaz
consec uente en su patrón urbano , en proyección a este espacio planific gos que eran
ado que los Macas, Missais, Guarau ni, Sapán y los mismo s Guanca yos. En
viene a ser un núcleo con el que estas poblac iones tienen una la margen
relación de derech a, princip iando más o menos desde el kilómetro_ 39 de la
gobiern o. carrete ra de
Lima en direcci ón a Canta, se extiend en cinco poblad os almea dos cerca
Este centro ceremo nial plantea ya otras variant es origina les si la compar del valle,
a- dentro de los lindero s de la actual hacien da Macas . Este complejo de
mos con la planifi cación contem poráne a de Chinch a, o PandÓ que estruct uras
le es muy pertene ce al grupo étnico de los Missai s y de los Macas, estudia
próxim a; es p-or ello que merece especia l atenció n su estudio , ya que do por el Dr.
destaca la Trimbo rn y llevaba el mismo nombr e que el fundo (1970). La prueba
origina lidad de cada uno de estos centros de servicios comun ales, de ello la
cuyo estudio tenemo s en un docum ento del Archiv o Nacion al, se trata de un resume
no puede ser fragme ntario; ya que cada edificio tiene razón de ser n de las
en relación al tierras y chacra s que poseía n las cofradí as y los indios del común en
conjun to de edificio s y a la poblac ión que lo gestó. el pueblo de
San Pedro de Caraba yllo, jurisdic ción de la ciudad de Los Reyes,
Median te los recorri dos de superfi cie se ha aprecia do una gran remode y _f~chado en
la- 1631. Este expedi ente, confec cionad o a base de testame ntos, compo
ción urbana , adecua da a las exigen cias de su tiempo . Para despeja r slclones y de
lo correspon- otros testimo nios de la época, dice como sigue:
diente a Colliqu e, sincron izable con los docum entos comen tados, , .
se requiere el "item quaren ta fanega das de tierras poco mas o menos perte~e~tentes
estudio de los restos materia les; ya que los pueblo s no abando a
nan en corto los caciqu es e yndios del antiguo pueblo de Macas y pamah dad
tiempo valles que siguen siendo fértiles, sino que de acuerd o a los de
cambios de Misay, donde estubie ron reducid os antes de traslad arse a este pueblo
planific ación un edificio puede variar radical mente de función
o puede ser de Caraba yllo" (AGN, Derech o Indíge na, cuad. 637) 13 •
remode lado para adecua rlo a nuevas finalid ades.
Siguien do río arriba habitab an los Guarau ni, en las haciend as que
Con sólo los recorri dos se aprecia un contex to típico para Collique, hoy en
que por día llaman Huarab í alto y bajo.
encont rarse en la costa central , lugar de encont radas influen cias, . , . . . . .
viene a ser un Sobre la mano izquier da, a la altura del kilo metro 44, se truoaba el domm1
gozne que ayudar á a explica r mucho de las relacio nes longitu dinales 0
y transver- de los Sapán que tambié n constit uían v~ri?s pobla? os escalon ados
sales. a la vera de
los campo s de cultivo y, a su vez, estos último s ~ohnd~b_an con los
Posteri orment e se darán a conoce r los avance s en este conocimiento G~ancay_o.
de los El docum ento de Justicia 413 (AGI) trae vanas not1c1as que perrruten
restos materia les mientr as se progre sa en su estudio , trabajo que ubiCar
no se puede y delimi tar las tierras pertene cientes a los Guanca yo. En la inform
posterg ar debido al rápido desarro llo del repobla miento urbano . ación de
Los caminos a Oficio, hecha en 1559 por Fray Gaspar de Carvaj al, Provincial Genera
que se refiere n los docum entos tambié n son import antes, pues no l de los
sólo indican Domin icos 1 f. 113 1 uno de los testigo s fue:
las rutas seguid as y usadas por los habitan tes, sino que sus nombr .
es señalan la "Chris tobal Cacalla uca, yndio del pueblo de Guarau m del repartlr. ruen- .
meta que perseg uían. En 1546, se decía "camin o a Guanc ayo"
del que unía to de Guanc ayo".
Comas y Colliqu e con la etnía Guanc ayo del alto Chillón; iba . ., . .,
por la banda de la encom ienda del contad or Juan de Cácere s, y su tnform
izquier da del río, pegado a los cerros. Más adelan te, los españo les aoon perrrutlo
lo llamaron deslind ar las tierras del curaca zgo de Quivi de las
"camin o real a Guánu co". Duran te la época del reparti miento de
tierras, hecho
en ,1595 por el licenci ado Francisco Coello, se decía "camin o de
Quivi" al que 13. En otro documen to hay otra mención sobre los Macas que aclara
urua ese p~eblo con e~ de Caraba yllo por la margen izquier da del aún más su ubicación en
río, ruta hoy el valle del Oüllón. Se trata de una petición de 1592 de los curacas reducido
desaparec1da. El carruno al valle de Chanca y arranca ba de la actual s en Carabayllo, par~ que
hacienda se les otorgara dinero de la caja de censos y del arrendam iento de sus
!r~piche, por el cost_ado de Tembl adera, a través del tierras a fin de celeb~ar.la fiesta
Cuello de Huacho c y zonas de Corpus Cristi. En la lista figura el monto de los pesos entregad os
a los cuatro Repartinuentos Y
artdas, llegaba a Qmlca , en el valle de Chancay, donde según Hans es como sigue:
Horkhe imer
existía una conver gencia de rutas tanto de la costa como de la sierra. Collique 10 pesos
Es de notar
q~e las ruinas de Trapic he tienen un muro protect Carabayllo y Comas 40 pesos
or del lado que mira esa ruta,
rru~ntras que, el carruno a Cerro de Paseo, nombr e Chuquit anta y Seuillay 20 pesos
moder no de una ruta, quizás Macas y Guaraun i 30 pesos
antigua , partia del lado derech o de la "Fortal eza" de Colliqu e y se
dirigía por las AGN, Derecho Indígena, cuad. 791
1 /Las etnías del Valle del Chillón 47

"tierras de los Guancayo y con tierras de los yndios de Martín Pizarra


que se llaman Socos, y que los dichos Yauyos están de las dichas tierras
en una comarca tras un cerro, y los dichos yndios de Canta ansy mysmo
alindan con las dichas tierras de Quivi, en otras tierras que eran de los
dichos yndios Yungas de Collicapa ... las quales dichas tierras dejó Inga
~
a los dichos yndios de Canta, quando dió Quivi a los yndios de Chaca-
'-
~
.
a: .
!!
...J
...J lla" /f. 123v/ .
o
1'- u Este texto se refiere a una serie de linderos que permiten mostrar a los
~. Guancayo del medio Chillón vecinos de Quivi, que a su vez lindaban con los
'· Canta y los Socos, al otro lado de la quebrada. Según la Probanza ChacHa,
··.... preguntas añadidas, el testigo Christobal Caxallaupe, señaló el pueblo de Quiso
como el lindero entre los Quivi y los Canta (AGI, Justicia 413, f.286).
En tiempos coloniales el cacique principal y gobernador de Quivi lo era
también de los pueblos de "San Phelipe de Mattu, Santiago de Araguay, San
Juan de Viscos, San Lorenzo de Codsabamba, San Pedro de Yaso y San Francisco
hl
...J
de Quisu corregimiento de Canta" (AAL. Curatos, legajo 7, año 1664) .
...J Otros testigos de la misma Información de Oficio confirmaron la declara-
o ción anterior: don Felipe Taulichumbi, señor yunga de Quivi, mencionó que las
o
LLJ tierras de Quivi lindaban con los Canta, los Guancayo, los Socos de la otra banda
o del río y los Chaclla tras de una sierra pelada 1f. 126/. El mismo sentido tiene el
o testimonio de don Pedro, cacique de Guancayo, presentado por los ChacHa
a: como testigo suyo en una probanza de 1559. Este personaje dijo conocer las
o
IZ tierras de Quivi:
LLJ "porque las a visto y estado en ellas muchas bezes y su río alinda con las
(/)
tierras desde que es una legua de Quivi" (AGI, Justicia 413, ff. 183-187) .
...J
Por lo tanto, los Guancayo a los cuales se refieren, vivían en el Chillón y no
~ tenían nada que ver con la moderna ciudad del mismo nombre situada cerca de
Jauja.
Quedaba ubicar a los Guancayo. Sólo sabíamos que lindaban por el sur con
las tierras de Sapán y por el norte con las de Quivi, así que decidimos con los
miembros del Seminario de Arqueología de la Universidad Católica salir al
campo y tratar de averiguar su situación. Llegamos al pueblo de Yangas, que se
extiende desde el kilómetro 55 al 57 de la carretera de Lima a Canta, distrito de
Santa Rosa de Quives, provincia de Canta. Un caminante al azar fue el primer
informante; a la pregunta sobre si existía algún lugar llamado Guancayo, señaló
la carretera y dijo que al final del pueblo había un potrero sembrado de paltas al
cual llamaban así. Con este dato encontramos el campo indicado que está a un
extremo del pueblo y que se inicia cerca del puente que cruza el río hacia la
hacienda Magdalena, en el km. 58. De ese mismo lugar sale la toma de la acequia
que riega parte de los campos de Yangas.
La señora Cenobia Arredondo, otra informante, confirmó lo dicho ante-
riormente y nos aconsejó hablar con el Sr. Daniel Huamán, conocedor de la
región. Regresamos otro día y la charla con esa persona resultó muy interesante
e instructiva pues, entre otras cosas, contó que desde la carretera para arriba, del
Km. 56 al 57, se decía Guancayo Alto a todas las tierras, y que las ruinas de
Yangas quedaban en dicha zona.
Estas ruinas son bastantes extensas y comprenden construcciones de ado-
48 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chz1lón 49

bones sobre base de piedra, y otras de sólo piedras unidas con barro, con la La ''Visita" de Martínez de Rengifo comprende una "Averiguación" hecha
particularidad que hacia las tierras de cultivo están las estructuras de barro y a a los caciques y entre otras preguntas se les pidió decir quiénes habían sido sus
medida que suben por el cerro las viviendas son de piedra. Una pared alta se encomenderos. Ellos dijeron que Fray Vicente de Valverde fue su encomendero
levanta contra el cerro y cierra la aldea, mientras un pucara de piedra se yergue durante un año aproximadamente y luego pasaron a poder del contador Juan de
en un lugar alto que domina la quebrada. Unos kilómetros más allá de Yangas, Cáceres, a quien le fue quitado más tarde el repartimiento para otorgárselo al
sobre el Km. 59, existe otro pucara o fortaleza de piedra cuya función parece ser Arzobispo Jerónimo de Loayza, que lo poseyó durante cinco meses. En 1543,
defender a los Guancayo de ataques de la parte norte del valle, y suponemos que Pedro de Avendaño, en nombre de Juan de Cáceres, protestó por el despojo y
pertenece a este mismo grupo étnico por la declaración de que sus tierras llega- más tarde le fue devuelta la encomienda al contador, quien la gozó el resto de
ban hasta una legua de las de Quivi. sus días y la heredó su hijo Gonzalo en segunda vida15 •
Con la ubicación física de los Guancayo en el medio Chillón, divididos en En la ''Visita" que realizó en 1591 Luis Morales de Figueroa, cuyo docu-
Alto y Bajo, se resolvían varios problemas pendientes. Unos de ellos, el más mento original se encuentra en la Biblioteca de la Universidad de Sevilla, no sólo
grave, era encontrar el lugar geográfico de la encomienda del c0ntador Juan de figuran los naturales por provincias y distritos sino que se menciona a los
Cáceres a quien estaban encomendados los Guancayo. Una serie de documen- encomenderos, dato que ayuda enormemente a la investigación. En este expe-
tos se referían a él como el poseedor de este grupo étnico, pero la duplicidad de diente figuran los Guancayo de Gonzalo de Cáceres, y también son nombrados
los nombres había llevado a historiadores modernos a situarlos en la región los mitmaq del mismo encomendero que habitaban el bajo Chillón.
Wanka 14 • En la "Colección Harkness", de la Biblioteca del Congreso de Washington,
Waldermar Espinoza encontró y publicó la Visita de Guancayo, Maca, existe una cédula de fecha 16 de junio de 1542, por la cual el licenciado Cristóbal
Guarauni que formó parte de la "Visita" de la provincia de Los Reyes que realizó Vaca de Castro daba en encomienda los indios Guancayo al contador Juan de
Juan Martínez de Rengifo junto con Alvaro Ponce de León y el capitán Juan Cáceres, vecino y regidor de Los Reyes; y entre los méritos del contador se
Maldonado de Buendía en 1571, por orden del virrey Toledo. Según este mismo especifica que:
autor, el trozo de la Visita de Martínez de Rengifo, que él publica, se guarda en "le aveis servido 1 a su majestad 1 e podeys servir y en alguna enco-
el Archivo Silva de Cajamarca, y es una copia de 1584; sin embargo, en la mienda y remuneración dello e por que no teneis yndios yungas en este
bibliografía al final de su trabajo indica que se encuentra en el Archivo Ceballos, valle de Lima para el servicio de vuestra casa e por que mejor tengais
en Junín. Quizá convendría aclarar esta discrepancia. con que sustentaros para poder mejor serbir a su magestad por la
Sin mayores evidencias, asegura Espinoza que los Guancayo en cuestión se presente, en nombre de su magestad hasta tanto que mi voluntad sea de
encontraban en la región Wanka y saca naturalmente las conclusiones del caso proveher otra cossa, vos deposito y encomiendo al cacique Chuquyn
(Espinoza 1963). parco con todo sus prencepales e sujetos en cualquier manera que sean
A la fecha gracias a una exhaustiva investigación, tanto en el campo como en el valle de Guancallo según e por la forma e manera que los tenya e
en archivos, y un análisis más detallado de la ''Visita" de Martinez de Rengifo, poseía don Fray Bicente de Valverde obispo del Cuzco ya difunto,
puedo afirmar categóricamente que este expediente no se refiere a la región húltimo posehedor que fue delles, los cuales son en términos desta
Wanka sino al medio Chillón, veamos las pruebas: c;ibdad ... " (Col. Harkness. Lib. Congress Washington, N 2 458, p.115).
Un punto básico para dilucidar de qué Guancayos se trata, es recurrrir a la Otro dato que trae la ''Visita" de Rengifo, en apoyo del hecho de que se
persona a quien estaban encomendados, porque naturalmente en la cédula de trataba de indios yungas y no de un grupo serrano, es la mención de los produc-
encomienda se tenía que aclarar el lugar geográfico. También es importante la tos de sus tierras que eran de lugares cálidos como coca, algodón, ají y mates
información de los naturales, que en diversos testimonios tenían que declarar a (Espinoza 1963: 63,65). También cabe subrayar la indicación del río de Collique ·
quien estaban encomendados. El primer documento de importancia es el del y el hecho que la construcción del puente del Inca estaba a cargo de los Quivi y
Archivo General de Indias (Justicia 413). En la Información de Oficio atestigua- de los Yangas. Además en 1572, fecha del Informe, habían acudido los naturales
ron. los más conspicuos personajes indígenas. Todos ellos eran principales o de Guama tanga y de Canta a ayudar a su reparación, pues aprovechaban de él.
caciques; uno de ellos, don Antonio Chumbiquiby, del pueblo de Sapán, dijo Todas estas etnías y lugares señalados más arriba pertenecen al valle del Chillón.
estar encomendado al contador Juan de Cáceres, el mismo sentido tuvo el En el mismo documento, al averiguar qué extranjeros trabajaban en el
testimonio del principal Cacallauca del pueblo de Guarauni, del repartimiento lugar, los caciques mencionaron la chacra de Francisco Tala vera, que sabemos se
de Guancayo, o sea ambos tenían al mismo encomendero. encontraba en Collique (AGN, T. de Prop., cuad. 346). En cuanto a Antonio de
Ribera, que también es nombrado como poseedor de una hacienda, fue casado
14. James Lockhart (1968: 74). Se refiere al notario Pedro Salinas y dice: ''From time to time he
took e~tended trips to Huancayo in the highlands, where he kept a herd of goats. (Huancayo was the 15. Agradecemos al Sr. Philip Blair, quien por intermedio del Dr. John V. Murra tuvo la gentileza
enconuenda of his friend Juan de Cáceres, Perú's account general, who was from his home town of de enviamos un xerox del citado documento de otorgamiento de la encomienda, cuyo original se
Madrid).
encuentra en la Colección Harkness. Library of Congress, Washington, N° 458.
.,,_

1 f Las etnías del Valle del Chill6n 51


50 María Rostworowski

con Inés Muñoz, que heredó de su primer marido Francisco Martín de Alcánta- tantas piezas de ropa o de sandalias, lo que indica que se llevó u.na c?n.tabilidad
ra hermano materno de Francisco Pizarro, las encomiendas de Hananguanca, de lo suministrado al Estado. Quizás fue una forma de hacer mtehg¡ble a los
S<{nta y Carabayllo y por lo tanto es nombrado junto con Juan P izarro Y: T~lavera españoles los ingresos cosechados en las tierras del Inca o del culto, así como de
como hacendados del valle del Chillón (BN, 1569: A-185)16• Por último, la los objetos manufacturados por el recurso humano. ~or ~so, los mont.os pueden
distancia que dijeron existía desde Los Reyes era tan sólo de seis leguas, otro no corresponder a cifras exactas, sino explicadas en terrmnos de rendirmen.to de
indicio que no podía tratarse de la región Wanka. la energía humana en lugar de señalar el número de personas que est~v1eron
Más arriba hemos indicado la ubicación geográfica de la etnía Guancayo atareadas en elaborarlos.
en Yangas, dato confirmado por la cédula de encomienda otorgada a Juan de De todo esto se desprende que el Estado Inca necesitó de dos cosas:. prime-
Cáceres al asegurar que eran indios yungas en términos de la ciudad de Lima, ro, contar con una energía suficiente de trabajo por t~rnos pa.ra realizar las
todo lo cual nos permite afirmar que la confusión que se formó alrededor del faenas administrativas; y segundo, disponer de una cantidad de tierra.s estatal~s
nombre de Guancayo queda aclarada y que se trata de un grupo yunga cuyo lo bastante extendidas como para que con el producto de ellas se pudiese cubnr
nombre es similar a otra toponimia en la región de Jauja. ,... la demanda del gobierno. La materia prima y los objetos manufacturados ~onse­
Con esta explicación sobre los Guancayo, podemos analizar la "Visita" de guidos de ese modo se almac~naba~ e~ lo~ depós~tos reales Y. eran un capital en
Martínez de Rengifo sabiendo que se trata de la etnía instalada en el Chillón, y manos del gobierno, que pod1a red~stnb~1~lo segun ~~ necesidad. . .
este documento aumenta nuestros conocimientos sobre la región. Mientras se trató de un señono, qmzas fue sufioente este traba¡o de mtta,
La "Visita" hecha a los Guancayos nos permite apreciar el tributo que tenía pero después, al existir un dilatado Estado, creció también la de~anda de mayor
que entregar cada pachaca al Estado en tiempos prehispánicos. Los infor~antes fuente de energía, y hubo que buscarla aumentando en proporciones enormes la
dijeron que tributaban al Sol, al Inca y a las Mamacona. En cuanto al ob¡eto ~el población de los mitmaq y yana, pero esos problemas no entran en este tema
tributo se puede dividir en: productos agrícolas como eran la coca, algodon, (Murra 1972)
maíz, ají, frijoles, mates, zapallo y yuca; y los productos man~facturado~ que :1
El cupo de energía humana exigido por incario a los puebl':s s~byuga­
dos varió seguramente de un lugar a otro, se~~ se tratara de un seno.r;o some-
comprendían 26 piezas de algodón, la mitad de hombre y la rmtad de mu¡er, 2
piezas de cumbi galanas, 10 ollas grandes y chicas, 10 rodelas de ~adera ~sadas tido pacíficamente, aliado o al que se conqmsto por las armas. Tamb1en J?Od~­
para las orejas y 20 pares de sandalias u ojotas. Aparte de estos ob¡etos, cmdaban mos suponer que fluctuó entre la sierra y la costa, quizás en los yungas peso mas
de 300 cabezas de ganado en las tierras del Inca, cuya carne llevaban al Cu~~o duramente la paz cusqueña que en la sierra, de hecho se no~~ que a la llegada de
para comida de las mamaconas. En cuanto al tributo de personas para el serviCIO los españoles los costeños se plegaron al lado de, l?s rec1en lleg~dos, lo que
administrativo, contribuían con "tres indios valientes hijos de caciques" para _el muestra un descontento o disconformidad con el re¡pmen estableCido.
servicio del Inca, otros tres para el cuidado y guarda de las mamaconas, sm Otro problema que se plantea con el hallazgo de Murra, es el .~e la exte~­
contar el número de diez muchachas hermosas elegidas para ser mamaconas. sión y el modo de conseguir tierras para el Estad~ en los lugares rec1en conqms-
Según las investigaciones realizadas por John V. Murra la lista de tributos tados· debieron ser varios los modos de conseguirlas.
que los Guancayos entregaban al Inca, no correspondía a la realidad del Tahuan- Una de las medidas fue ampliar la cantidad de tierras de cultivo por medio
tinsuyu, sino que representaba una versión elaborada por el criterio europeo de de empresas hidráulicas, algunas de bastante envergadura, como en la costa
la época. norte o en el Cusco desviando un río 17 • También se puede suponer que se
Murra encuentra que los ingresos de las autoridades andinas era el tener hicie;on en la sierra obras de andenerías, pero cuando el sistema no correspon-
dió a la necesidad del momento es de suponer que se empleara la fuerza y se
acceso al recurso humano, y el llamado tributo consistía únicamente en suminis-
trar gente, ya fuese para el ejército, labores de campo o cualquier otro trabajo. procediera a quitar la tierra que tenían unos para dársela a otros que la trabaja-
"No existió el tributo sino la mita, energía vertida cíclicamente en terre- ban para el Estado (~1~rra _1972: 401). Otr? modo de I?:oceder es el caso de las
nos del estado" (Murra 1967: 403). tierras de coca de Qm VI; alu el Estado lanzo una acusac10n contra los yu ngas que
poseían las chacras deseadas, al decir que conspiraban co~tra la salud .d el Inca
Así el hombre andino no tenía que dar ningún producto de sus parcelas de
por intermedio de los hechizos de una huaca. La represalia fue sangner:ta, se
tierras, ya fuesen éstas del núcleo familiar o comunal.
eliminó a los varones y quedaron sólo las mujeres y los niños. En las tierras
En el tributo que señala la "Visita" a los Guancayo, se puede ver que no
vacantes se instaló a unos mitmaq ChacHa; así las tierras para el Inca quedaron
indica tan sólo un tributo en especie, ni sólo una entrega de energía humana. La
lista menciona a campesinos encargados de cuidar del ganado del Inca, a hijos aseguradas.
Tampoco podemos decir si la energía humana fue la únic~ fuent~, de
de los señores étnicos sirviendo al soberano y doncellas que se convertían en
mamaconas. ingresos del Estado~ si este modo.se aplicó.~iempre en todo lugar y SI no vano en
Parte del tributo es nombrado en especies bien definidas como tantas y el tiempo, faltan mas fuentes de mformac10n.

17. Ver en la Bibliografía: Schaedel, Rodríguez Suy Suy, Farrington, Rostworowski 1962.
16. Pleito entre don Fernando, Cacique de Collique contra Juan Pizarra sobre unas tierras.
52 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chillón 53

Una cuestión interesante referente a estos Guancayo es que habitaban la coca les; y más tarde el Inca desplazó al cacique costeño y se adjudicó para sí las
región donde se cultivaba la coca, planta primordial en la economía indígena, no tierras y no contento con ello instaló en ellas a una etnía extraña a la región,
sólo para su masticación sino para los ritos y ofrendas a los dioses y huacas. Por encargada de cultivar especialmente la tierra para él y llevar al Cusco la cosecha.
eso mismo la tenencia de la tierra era importante y muy codiciada. Se trata de Fuera de estos cocales de los poderosos, también los había de los jefes
una franja ecológica, longitudinal a la costa, que se encuentra entre los 300 y étnicos locales. En el pueblo de Guarauni, el curaca obtenía 20 cestillos de coca
1,000 metros de altura sobre el nivel del mar y bien merece que se investigúe en por mita y en estas chacra~ trabajab~n los viejos del r~pa~timiento y ~n re~ibu­
cada valle costeño a los grupos étnicos que tenían acceso a ella (Pulgar Vida! ción recibían comida, bebida y vestido. Hechos que mdican una reciprocidad,
1967). La información en el caso de Quivi es bastante buena y se puede apreciar una obligación entre el jefe étnico y los que habían pasado la edad de tributar y
el valor que le daban los indígenas. También es importante ver la prioridad de estaban a cargo del señor (Espinoza 1963).
los sembríos de coca sobre las demás plantas. Según declaraciones de lo;; testi- Por último, en la categoría más baja de tenencia estaba el campesino del
gos, las tierras de Quivi servían sobre todo para el cultivo de la coca. lugar, que también tenía derecho a la coca. En la misma ''Visita" se rne~ciona
"e que no siembran ni cojen maíz por que es tierra hecp ada propia de que los runa del común de Guarauni tenían, cada uno de ellos, una chacanlla de
coca" (AGI, Justicia 413, Información de Oficio f. 119). coca (W. Espinoza, 1963).
Las partes altas formaban andenes y eran regadas por acequias y otras por "algunos las tenían y los demás non".
jagüeyes o sea pozos y zanjas artificiales18 • En los recorridos por el campo en el Bien señala Murra (1967: 385) que el cultivo de la coca no fue un monopolio
valle del Chillón, que realizamos con la colaboración de los miembros del Semi- del Estado y que los campesinos tuvieron acceso a ese producto. Lo que sí se
nario de Arqueología de la Universidad Católica, encontrarnos varios conjuntos puede subrayar es que el Estado poseyó tierras de coca en toda la franja
de andenes, uno de los mejores conservados en Huarhuar, cerca del pueblo de ecológica y que existieron diversas categorías entre los poseedores de las cha-
Santa Rosa de Quives, sobre el río Arahuay. En el mismo lugar de Santa Rosa cras.
hay testimonios de que también existieron andenes y estructuras antiguas, pero A través de la ''Visita" de Martínez de Rengifo sabemos que en tiempo del
todos han quedado destruidos cuando se edificó el nuevo hotel y se procedió a Inca el número de habitantes del grupo de los Guancayo era de novecientos
nivelar un lugar de estacionamiento para autos. En la otra banda del río, sobre el tributarios, repartidos en cinco pachacas. Si analizamos el texto encontramos
camino que conduce desde la hacienda Huarabí a la de Macas, se pueden que las nueve pachas estaban repartidas entre cinco jefes, sólo uno de ellos
apreciar también una serie de andenes bastante erosionados. gobernaba una pachaca mientras los demás ejercían el mando sobre dos. El
El hecho de que estas tierras especialespara el cultivo de la coca estuviesen cuadro entonces era como sigue:
limitadas a un factor altura y clima las hacía de un inapreciable valor para los Mongoy gobernaba 2 pachacas
indígenas. De ahí que los poderosos de todo tiempo se adjudicasen siempre Cancay gobernaba 1 pachaca
tierras en aquella franja ecológica, en cualquier época prehispánica. En la catego- Chunquitunga gobernaba 2 pachacas
ría de poderosos hay que incluir a los dioses, ídolos y huacas, pues sus sacerdo- Chumbillan gobernaba 2 pachacas
tes ejercían presión para poseer tierras en tan apreciado lugar. Antachumbi gobernaba 2 pachacas
Arriaga menciona en el valle de Barranca, cocales pertenecientes a unas El hecho de que sólo un señor de los nombrados gobernara una pachaca y
huacas (1928: 210) en Colambay, cerca de Trujillo, existieron tierras de coca del que los demás tuvieran mando sobre dos de ellas muestra que la teoría ideal que
Sol (comunicación personal de Patricia Destua); en el Chillón, la etnía Guancayo se elabora sobre la organización social del Tahuantinsuyu no corresponde a la
cultivaba y remitía al Cusco coca para las mamaconas y también cuidaban una realidad vivida, y que los cuadros administrativos estaban muy lejos de ser
huertecilla de coca para el Sol, cuya hoja verde llevaban hasta el Cusco donde la rígidas cifras como lo preconizan algunos textos.
quemaban en ofrenda al dios (Espinoza 1963). También de la "Visita" se desprende que existía un jefe étnico que ejercía la
En el valle de Lima es significativo que la mujer de Pachacamac fuese una supremacía sobre los demás señores. En cuanto a la sucesión del poder, se
huaca que habitara Mama, región comprendida en esta zona privilegiada. En observa que la herencia pasaba de un hermano a otro en lugar de ir directamente
cuanto a la categoría de poderosos del momento, durante el Intermedio Tardío, de una generación a otra, o sea de padre a hijo. Se trata de una modalidad
el señor de Collique dominaba más allá de Quivi y, por lo tanto, tenía acceso a los característica de la costa, y que numerosos yungas practicaban (W. Espinoza
1963).
18. AGI, Justicia 413. Probanza de Canta. Testigo Francisco Yauyi, Cacique de Colli. Las tierras ·
En tiempos virreinales la baja demográfica de la costa afectó igualmente a
de Quivi: los Guancayo. Si bien antes de la conquista hispana ellos contaban con 900 hatun
"se riegan parte de ellas por acequias y otras por xagüeyes", f.36v. runa, unas décadas más tarde, en 1591, quedaban tan sólo 46 tributarios entre los
Probanza Chacalla. Testigo Rodrigo Ampuero (negro), f. 54v. las tierras de Quivi: Guancayo del medio Chillón y 86 mitmaq instalados en Carabayllo (Morales
"hazia la parte de abaxo son buenas e lo d e arriba es andenes". Figueroa 1591).
lo mismo aseguró otro testigo Diego Chumbicaxa y don Pedro Xuyo.
54 María Rostworowski 1 J Las etnías del Valle del Chillón 55

Los Guancayo de Carabayllo 3422, año 1796, f. 10v).


y como era grande tenía un segundo frente en o_tra. calle principal_. .
Durante el gobierno del virrey Toledo se fundó el pueblo nuevo de San Más detalle sobre las tierras de este grupo etruco los consegu1mos graoas a
Pedro de Carabayllo, situado en la margen derecha del río Chillón. En ese un testamento, el de doña Pascuala Choqué, natural del pueblo de Carabayllo de
entonces el camino real de Trujillo a Lima, llamado también camino real de los la "parcialidad de Huarabí", hecho en 1692. En este testimonio están especifica-
Llanos pasaba por él y este hecho daba movimiento a la población. En él q~eda­ das sus chacras que están situadas en diversos lugares. Como se trata de parcelas
ron reducidos numerosos grupos étnicos, entre ellos los Guancayo, y segun un relativamente pequeñas, es posible que formen parte de tierras comunales,
expediente de Tributos del Corregimiento del Cerc~do de 1629, ~n Carabayllo vecinas unas de otras y de propiedad de diversos miembros del ayllu. En esa
no sólo habitaban Guancayos sino los Macas, Missa1s, y Guaraum (BN, A-433). forma podemos darnos cuenta en qué lugar se encontraban las tierras de los
Correspondían a los curacazgos del mismo nombre que vivían en el medio Guancayos en esta zona del valle. Así tenía doña Pascuala cinco fanegadas en la
Chillón y su número era de 86 mitmaq tributarios a fines d~l siglo XVI, cifra que hacienda de San Lorenzo, otra chacra lindaba con la hacienda Copacabana sin
fue en disminución, pues Vásquez de Espinoza en 1629 af!rmab$1 que eran solo contar con dos fanegadas cerca de Choqué, cerro que se encuentra al sur de la
46 (párrafo 1832). En la misma aldea estaban también reducidas otras etnías ya hacienda Puente de Piedra, cerca de la carretera Panamericana; otra tierra estaba
mencionadas, como los Colli, Carabayllo, Chuquitanta, Seuillay y Su tea. cerca de:
En 1692, el pueblo contaba con ciento veinticinco ranchos y un considera- "la acequia principal que va a Copacabana, y por la parte de arriba con
ble número de habitantes, pero en aquella época los indígenas carecían de las tierras de Señor San Diego y las Huacas ... "
tierras; poco a poco las habían perdido debido a la codicia de los hacendados, y también poseía un rancho en un lugar llamado La Laguna (BN, C-3422: 57v) .
sus chacras fueron a engrosar los fundos del valle, en perjuicio de los naturales Las noticias sobre los Guancayo del bajo Chillón son bastante escuetas y
(BN, C-3422: 62 r.) queda la interrogante d:l motivo d~ la exist:ncia de este grupo. étnico en aquel
Existe un largo juicio iniciado en 1600 por el curaca de Collique, don lugar. ¿Cuándo se f~rmo esta colorua? y ¿.cuales ~ero~_ lo~ motivos? Caben dos
Fernando Nacar contra ciertos indios que le habían invadido sus tierras en el posibilidades ..L~ pnmera q~e fuese antenor .a la ~nv.as!On mea~ la costa y haber
valle de Carabayllo (A,GN, T. de Prop. cuad.745). Durante la visi~a Y. composi- obedecido qmza a la neces1dad de tener el ¡efe etmco de Colh a unos rehen~s
ción de tierras que realizó el licenciado Francisco Coello en el d1stnto de Los para asegurar la fidelidad de los curacas del grupo Guancayo de la parte med1a
Reyes, en 1586, sufrió el cacique don Fernando el despojo de ciertas tierras por del valle.
tener sólo cinco indios de comunidad, y decidir el visitador que le sobraba La segunda hipótesis es que su instalación en Carab~yllo datar~ de tiem-
hacienda. pos incaicos y su fin debilitar el poderío del cu:aca de Colhque y castil?arlo por
En 1605, don Fernando seguía el juicio y su opositor era entonces don su oposición armada a las fuerzas cusqueñas, 1mplantando una coloma en sus
Diego Sacllachumbi, cacique de los indios Guancayo que habitaban 5=arabayllo mismas tierras. Quizás la sanción hecha a la población masculina de los Colli
(ídem) . Las tierras en pleito estaba delimitadas entre la barranca del no al este, al
hiciese necesaria una nueva mano de obra para cultivar las tierras del Inca en el
norte Omas, al oeste otras chacras Guancayo y al sur con la hacienda de Juan valle. Lo más probable es que haya sido una reducción colonial de los indígenas
Guerrero o Chacra Grande (f.16). La indicación del río y de la estancia de comarcanos.
Guerrero orientan más o menos para poder encontrar a los Guancayo, pero hacía
falta más precisión. En la probanza que se realizó para sustentar los derechos de d. Los Yauyos
cada litigante, los testigos indicaron los linderos y según ellos:
"por la dicha acequia alta desde la barranca del río hasta dar a un cerrillo Los Yauyos fueron un grupo que primero habitó tan sólo la serranía del
blanco ques de tierra blanca con que blanquean las cassas e desde el valle costeño de Cañete, el antiguo Huarco, y por sentirse estrechos en su
dicho cerrillo blanco va a la linde deiias por unas acequias torcidas ... " territorio se lanzaron a lo largo de la cordillera marítima del actual departamen-
(ANL, Títulos de Propiedad, cuad. 745.f. 4r.). to de Lima, región accidentada y abrupta que domina la costa desde consid.era-
En la confusión sobre los linderos del siglo XVI, resulta de gran ayuda un ble altura. Fueron fieros y aguerridos y sostuvieron luchas con todos sus vecmos
dato tan exacto como puede ser un "cerro de tierra blanca" . Para encontrar las venciéndolos y apoderándose de sus haciendas. Parece que esa fue la situación
tierras de los Guancayo era entonces necesario salir al campo y buscar el cerrillo. de la sierra central en un momento dado del Intermedio Tardío.
Así lo hicimos y después de unos días de búsqueda, un informante de la hacien- En el litigio por las tierras de coca de Quivi, entre los Chaclla y los Canta, en
da La Malina, José Ypanaqué, nos Ilevó al cerro aislado en el valle que efectiva- una de las "probanzas" realizada en 1559, un testigo aseguró que antes de que:
mente tiene esas características. El curaca Diego Sacllachumbi poseía diez y seis "Vinyesen los yngas thenyan por costumbre de que quando heran en
fanegadas que lindaban con el "cerro blanco" y también entre otros bienes una una tyerra muchos yndios de juntarse e yr de guerra a conquistar otros
casa en el pueblo de Carabayllo: yndios que la tubiesen sobrada ... " (AGI, Justicia 413)
"calle en medio que hace frente con la casa donde vive el cura" (BN, C- En algo tenían razón los cronistas cuando mencionaban las behetrías exis-
; . :

56 María Rostworowski 1 ¡Las etnías del Valle del Chillón 57

tentes antes de la dominación incaica, los períodos Intermedio fueron épocas de noticias trae el documento de Quivi sobre los tiempos antiguos, anteriores a la
luchas y de rivalidades sangrientas entre etnias vecinas. aparición de los Incas por tierras costeñas.
Sobre los Yauyos poseernos dos excelentes fuentes de información, sin Al conquistar los Yauyos gran parte de la serranía de la costa central, se
contar con los documentos de archivos, ellas son la "Relación" de Dáviia Briceño toparon en su marcha hacia el norte con los Canta que eran tan aguerridos como
y la que recogió Francisco Avila sobre Huarochirí (1966). Según el informe del ellos, y que los detuvieron en su avance a lo largo de la cordillera marítima,
corregidor Dávila Briceño, los Yauyos mantenían constantes ataques contra los entonces intentaron repetidas veces incursionar hacia la costa. :.
Yungas de la costa; con los Chocorbos, sus vecinos del sur; los Guancas, Xauxas "y llegaron hasta junto a Collique y después tomaron a dar vuelta . .. "
y Tarmas al este; y los Atavillos y Canta al norte. (AGI, Justicia 413, Probanza ChacHa, pregunta añadida, f. 169).
Estaban los Yauyos divididos en Anan y Urin o sea alto y bajo y compren- todo aquello tuvo lugar, según parece, dos vidas antes de la llegada de Tupac
dían varias Guarangas y señoríos pequeños, con la supremacía del señor de Yupanqui a los Llanos. Lo importante es notar que los Colli fueron lo suficiente-
Huarochirí sobre los demás. Según las Relaciones Geográficas de Indias, Huarochirí mente fuertes corno para rechazar los avances de los Yauyos en su valle, dato
fue: importante porque lo compararemos más adelante con la misma situación en el
"cabeza de toda esta provincia y en él vevia el casique l"l!ayor della ... " de Lima.
(Torno 1 p. 75). .,.. Más tarde durante la gran expansión incaica, se aliaron los Yauyos a los
A pesar de ser los Chaclla un grupo bastante importante dentro de los cusqueños que
Yauyos y dominar su jefe una regular extensión de tierras, quedaba él supedita- "los querían mucho por que eran sus criados ... " (AGI, Justicia 413, Pro-
do al cacique de Huarochirí al cual visitaba y llevaba "comida, maíz, coca y ají" banza Canta, f. 185).
a pesar de tener también el señor de Huarochirí sus propias tierras de coca en y es sólo entonces que los Chaclla después del aniquilamiento del señor de Colli
Quivil 9• En repetidas ocasiones hemos visto a un jefe de menor categoría llevar a pudieron instalarse en Quivi corno mitmaq, para cultivar coca para el Inca.
su señor estas dádivas corno presentes, quizá se trataba de un acto simbólico de La ocupación de las chacras de coca del valle del Chillón por un grupo de
sumisión. Cuando en 1549, por deseos de sus encomenderos, vendieron los los Yauyos, de la Guaranga de Chaclla, enemistó definitivamente a estos últimos
Chaclla sus tierras a los Canta al precio de 200 "ovejas de la tierra", el curaca de con los Canta que codiciaban las mismas tierras y que también, en varias oportu-
1
Huarochirí llamó al de Chaclla para reñirle por el arreglo hecho. nidades, habían amenazado con sus ejércitos a los Collique2 • Mientras duró el
Con la conquista española y el reparto de encomiendas se hicieron en dominio impuesto por los Incas, el temor a las represalias cusqueñas mantuvo
Yauyos cinco repartimientos siguiendo las divisiones étnicas, contando cada quietos a los Canta22 .pero, al entrar los españoles, el equilibrio indígena se
uno con varios pueblos. El primero, de sur a norte, fue el de Mancos y Laraos en quebró, volvieron las querellas y los deseos de apropiarse de las tierras de coca.
las serranías del valle de Lunahuana; el segundo quedó formado por once Un testigo de origen Guancayo, vecino de Quivi, declaró en la "Información de
pueblos que se hallaban en la cabecera del río Ornas que baja al valle de Asia; el Oficio" de cómo los Canta: . .
tercero comprendía el mismo Huarochirí y pueblos aledaños; el cuarto reparti- "Quisieron venyr e binyeron con inano armada a hechar los yauyos de
miento fue el de Mama y se extendía a lo largo del río Mama, actual río Rírnac las dichas tierras diziendo que estas tierras heran sus tierras y su río y
mientras el quinto repartimiento de los Yauyos y último al norte fue el de entrada de sus pueblos y carnynos y sus yungas, y que los dichos yndios
Chaclla20 • de chacalla thenyan su río y entrada por el río de mama y sus yungas, y
Ya hemos visto, cuando se trató de los Colli, de cómo los Yauyos despoja- se querían matar cada día sobre ello ... " (AGI, Justicia 313. Información
ron a los yungas de sus tierras en la sierra. Toda la información de A vil a es el de Oficio f. 124).
relato de las conquistas de Pariacaca, dios de los Yauyos, sobre Guallallo y sus Es una declaración interesante porque muestra el sentido de propiedad
seguidores, por eso no volveremos a insistir sobre ello, y más bien veremos qué que los serranos tenían sobre los valles yungas, por el simple hecho de que la
costa se regaba con las aguas que bajaban de sus territorios. Era un derecho
adquirido que e~taban listos a sostener con las armas. Al alegar que los Chaclla
19. AGI, Justicia 413. Probanza de don Christoval Vilcapoma cacique de Chacalla 1558: f. extendían sus dominios en otro valle, se referían a la quebrada de Santa Eulalia
16v. Probanza Chacalla de 1559, f. 148. Testigo christoval Malea Chagua, indio de Huarochirí dijo donde esa etnía era dueña de toda la zona, desde las alturas hasta Mama y
que en tiempo de "Guaspar Ynga hera cacique del dicho pueblo de Chacalla Vilcapoma, el qua!
yba algunas vezes a Guarochirí en donde éste testigo es natural, a visitar al cacique del dicho Chichirna, los actuales pueblos de Ricardo Palma y Santa Inés, respectivamente.
pueblo que se llamaba Nynav!lca y al qua! llevaba mazorcas de mays, e ají e otras cosas.
20. AGl, Justicia 413, Probanza Chacalla 1559. Testigo, Anton Cacharure, natural de Chaca-
lla, cacique de Huarochirí, f. 142v. 21 . AGI, Justicia. Probanza Canta de 1559. Testigo don Francisco Arcos, natural de Canta, ff. 211
y 211v. · ·
_Probanza Ch~c~la de 1559, f. 143v. En otro párrafo del mismo do~ento, sobre la supre-
22. Probanza Chacalla 1559, f. 296. Testigo Curaubilca, indio infiel, después de la venida de los
maaa ~e J-:Iuarochm como ~de del curaca principal de todos los Yauyos. Parece que el Inca sacó
españoles: '1os dichos yndios de Canta por fuerza hecharon de las dichas tierras de Quivi todos los
a unc:>s m;I1~s de Huarochm y los puso de mitmaq en Jauja y desde aquel lugar siempre tributaron
a su ¡efe etmco aunque estuviesen en un sitio distante. dichos yndios de ChacHa Yauyos".
58 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chillón 59

Al tratar de las conquistas de los Chaclla y de los Yauyos en general, se f. 7 Tassa del Repartimiento de Chacalla
impone comparar su entrada y asentamiento en cada valle costeño y cotejarlo "Los yndios del rrepartimiento de Chacal la que es término y juridicción
uno con otro. Por ejemplo, se nota que su establecimiento en el valle de Lima fue desta ciudad de los rreyes, tienen en depósito Francisco de Ampuero,
distinto al del Chillón, donde los Yauyos no pudieron ocupar tierras antes de la vezino de la dicha ciudad, a quien el marqués don Francisco Picarro,
llegada de los ejércitos incaicos y de su alianza con los cusqueños. Sólo al quedar gouernador que fue deste reyno depositó hasta tanto que se hisiese el
vencido el señor de Collique les fue posible instalarse en una zona limitada y rrepartimiento general, el cacique Vilcapoma con todos sus prencipales
poco extendida. Situación diferente a la imperante en el valle del Rúnac, donde e yndios, según que se seruia dellos Francisco de Sauzedo que antes los
encontramos a los Yauyos disponiendo de bastante tierra y bien avanzados en tenía que en la provincia de los yauyos que parece por la visita que de
dirección al mar. Esto se debía seguramente a la pérdida de la supremacía de los dichos yndios hizo Antonio (f. 7v) de Luzio que son mil treszientos y
Pachacamac. ochenta y seis yndios cassados, biudos y solteros de edad de diez y ocho
Nuestra investigación sobre las etnías del valle de Lima está lejos de años hasta cincuenta años, útiles para pagar tassa.
quedar concluida y sólo ahora se puede afirmar ciertos hechos. Sabemos que los Yten ciento y noventa e quatro viejos e ynpedidos demas de cincuenta
ChacHa poseían todo el valle de Santa Eulalia, que comprendía 1?.. confluencia de años que no ande pagar tassa.
los ríos ChacHa con el de Mama (hoy día Santa Eulalia y Rúnac). Yten mill e quinientos mo<;os y muchachos de edad de dies y ssiete años
Los informantes de Avila recordaban que una famosa huaca llamada para abajo.
Mamañamca o Manañamca habitaba en aquel lu gar en tiempos anteriores a la Yten tres mil y setecientos quarenta mugeres de todas las hedades y
invasión de los Yauyos. Se decía que esta huaca había creado a los hombre y era estados.
mujer de Guallallo Carhuincho. Cuando la avanzada de los Yauyos, Pariacaca Que son por todos seis mil y ochossientas y veinte personas, todos los
luchó y venció a la diosa, que fue arrojada en dirección del mar, mientras en su quales dichos yndios esta van antes poblados y dibididos en qua renta e
lugar Pariacaca puso a otra huaca en forma de piedra llamada Chaupiñamca, y un pueblo distancia de más de doze leguas, doctrinábalos un sacerdote
los habitantes de ambas quebradas le traían la primera coca que se daba (Avila y al pressente quedan poblados y rreducidos en seis pueblos que se
1966: 73). Según la Relación de Dávila Briceño, en Mama vivía la mujer de llaman:
Pachacama y tenía un templo famoso. El mismo corregidor asoló el santuario y Ssan (sic) Francisco de Chacalla, Santiago de Carampoma, Ssan Pedro
construyó en él la casa del corregidor, el hospital y la cárcel por: de Casta, Santa Eulalia de Acopaya, Ssanta Ynes de Chichuma y Ssan
"tener buenas paredes, vaciando los terraplenes" (Rel. Geog. de Indias, Gerónimo ..." (AAL, Sección Papeles Importantes, Leg. 4 años, 1600).
T.1, p. 75). Esta tasa ordenada por Toledo es ya tardía para observar la baja demográ-
En este relato se ve que se volvió a repetir la derrota de los yungas ante fica ocurrida después del contacto con los europeos; la disminución en la costa
grupos étnicos serranos, y la instalación de estos últimos en las tierras conquis- en la primera década después de la conquista fue sumamente violenta, pero en
tadas a los costeños. Pero los Yauyos bajaron más aún en el valle; los ChacHa la sierra no acusó la misma magnitud.
poseían el lugar llamado Chichima y unas tierras en Huampaní y Carapongo, Uno de los factores mayores para la disminución de la población fueron las
mientras la Guaranga de Carampoma y la de Casta tenían haciendas en Pariachi. epidemias. En los alrededores de los años de 1589 una peste de sarampión y de
Se trata de auténticos archipiélagos verticales y seguramente existían muchos viruela se extendió por la costa central, desde Lunahuaná hasta Supe, y se
más, que iremos encontrando a medida que avancen los estudios. Para un propagó también por la sierra. Las cifras de los tributarios que ofrece la "Visita
mayor conocimiento y apreciación del conjunto de los Yauyos se tendrá que de Luis de Morales Figueroa" en 1591 es como sigue:
realizar una investigación detallada de los valles, hacia el sur, hasta Lunahuaná, "Mitrnac Chaclla de Ampuero 80 tributarios
y apreciar el modo como se desarrolló en ellos la relación costa-sierra y cómo se Yaclla de Martín de Ampuero 102 tributarios"
influenciaron mutuamente. Se pueden comparar estos cómputos con los de Toledo citados más arriba
En tiempos coloniales, los Chaclla fueron encomendados primero a Fran- y con los que ofrece Vásquez de Espinoza, que da una tabla para la provincia y
cisco de Sauceda, hermano del veedor y luego pasó la encomienda a Francisco corregimiento de Huarochirí, dividida en tres repartimientos, que son los si-
de Ampuero, casado con Inés Yupanqui Huaylas. En 1604 era encomendero en guientes: (Vásquez de Espinoza 1942: 1842)
segunda vida el capitán Martín de Ampliero, hijo de don Francisco y de la ñusta Trib. Viejos Mozos Mujeres
doña Inés. Según un documento de esa fecha, el capitán sostuvo un pleito con el
cura ~e su repartimiento que quería formar una nueva doctrina. En esa ocasión ChacHa 854 203 1,105 2,399
exhibió_ la ''Visita" a los naturales hech~ en tiempo del virrey Toledo y que es Mama 551 192 387 1,047
como sigue:
Guadachiri 1,481 474 2,206 4,936
TOTAL 2,886 869 3,698 8,382
60 María Rostworowski 1 f Las etn(as del Valle del Chillón 61

En esta lista los ChacHa están mencionados con un total de 854 y los Mama dones que pueden ser tratadas con mayor detalle en un estudio aparte (Derecho
con 551, en comparación con los 703 tributarios que tenían en 1591. Indígena 1725: cuad. 307; 1752: cuad. 26a; 1726: cuad. 232).
Debido a diversas circunstancias y cambios efectuados a través del tiempo, Uno de los hechos que nos hace suponer que la lista de ayllus es incomple-
corno nuevos límites de un repartimiento o de una encomienda, disminución o ta es que ciertos pueblos corno el de Cararnporna y Collata ofrecen un número
aumento de doctrinas, se modificaron las áreas de ciertas zonas y por lo tanto se alto de parcialidades, mientras otros corno Jicarnarca y el mismo ChacHa deno-
enmendaron los números de pueblos comprendidos en una tasa o visita. De ahí tan cifras reducidas. La primera observación que se puede hacer es que algunos
la dificultad cuando se trata de cifras parciales de compararlas unas con otras. nombres de ayllus se vuelven a mencionar en varios pueblos y quizás se deba a
Por ejemplo, los ChacHa, Cararnporna y Casta fueron en una época tres guaran- que un mismo ayllu habitaba en diferentes lugares, o podría indicar también
gas distintas, pero al disminuir la población se procedió a reagruparlas en un una determinada organización social. ·
solo repartimiento. El segundo punto es que se repiten las parcialidades de Allauca e Ichoca,
La máxima disminución demográfica tuvo lugar cuando la epidemia de división existente en la región de los Chupaychos de Huánuco, cuyas voces
1720 que afectó todo el reino e hizo necesario nuevos padrones de población y significan derecha e izquierda. Habría que añadir un tercer término, el de
proceder a revisitar las regiones afectadas. .,. Chaupi, el medio, en relación con los dos anteriores y puede que responda a una
Gracias a estas circunstancias poseernos una serie de informaciones sobre división tripartita. · ·
el número de habitantes para la región de ChacHa. En el padrón de 1752 que Varios ayllus se llaman Callan. Ahora bien, según Arriaga (1968: 249) esta
figura a continuación se puede apreciar los pueblos comprendidos en el reparti- voz indica los lugares donde se realizaban las hechicerías y confesiones; también
miento y el total de 2,571 personas, de los cuales 397 tenían edad para tributar. el ayllu Yañac, que se menciona en varios pueblos muestra un tipo determinado
Los Chacallas o ChacHas habitaban el pueblo de San Francisco y compren- de sacerdotes, esto supone un estudio de la etimología de las voces (Avila 1966:
dían grupos afines que fueron los Cullata o Col1ata, los Jicarna y Quinoa, según 258).
el documento del Archivo de Indias, Igualmente hay que señalar que en Jicamarca había un ayllu que se llama-
'1ós yndios del pueblo de Cullata y Xicarna yndios Yauyos del reparti- ba Culli, y vale hacer hincapié sobre el hecho que en el padrón de naturales
miento de Francisco de Arnpuero que eran pobres y no thenyan donde ningún miembro de dicho ayllu figura con apellidos autóctonos, sino que tienen
sembrar ... " (AGI, Justicia 413, Probanza Chacalla de 1559, f. 147v). nombres castellanos (AGN, Derecho Ind., cuad. 286, año 1752).
Ellos recibieron unas tierras de mano de su encomendero y todos ellos Como en el caso de Canta24, donde uno de los anexos del pueblo de Pati se
formaron parte de la antigua y pujante guaranga que poco a poco vino a menos. llamaba también Colli, se podría concluir que se trataba simplemente de archi-
Durante los siglos XVI y XVII los Jicarna, Cullata, Punán y ChacHa poseían piélagos verticales de la costa a la sierra. Más de un antropólogo afirmaría el
pastos en común, esto se desprende de un pleito entre los indios del común y el hecho y quizá estaría en lo cierto, pues la verticalidad podía ser una práctica
cacique de Chaclla en 1772. La estrecha relación que unía los cuatro pueblos está impuesta en la costa por la influencia serrana, después de sufrir los yungas una
confirmada por el hecho de celebrar juntos la fiesta de su santo patrón, San tremenda presión venida desde la cordillera durante los dos horizontes; primero
Francisco, rotando cada año la ceremonia en uno de sus cuatro pueblos 23 • el de Wari y luego el Inca. La presencia de los Culli en Jicamarca podría indicar,
.En los testimonios sobre las nuevas tasas de población, que se hicieron en también, el resto de una población primitiva que se quedó en su antiguo habitat;
el siglo XVIII para Chaclla y la región circunvecina, encontrarnos una enumera- no todos migraron, ni quedaron aniquilados cuando la conquista de los Yauyos
ción de los habitantes por ayllus: No se trata de un solo documento sino que a la región.
estas noticias son incompletas o parciales, pues no se refieren a toda una región, Est~ última suposición estaría confirmada por el hecho de existir en Ca-
sino a áreas limitadas. A pesar de todo, hemos confeccionado una lista de ayllus rarnporna un ayllu Guari y en Huanza una parcialidad llamada Liviac. Tanto los
reuniendo datos dispersos y, a continuación, publicarnos este primer intento Culli éomo los Guari y los Liviac indican restos étnicos anteriores a los Yauyos,
porque puede servir de hipótesis de trabajo y merece una investigación detalla- de tiempos muy antiguos, que aún habitaban la región y sobrevivían entre una
da que escapa al presente trabajo. Sólo nos limitaremos a hacer algunas observa- población establecida posteriormente en la misma zona. En efecto los Guari,
según Pierre Duviols (1972), representaban un remoto pueblo de agricultores,
23. AGN. Documentos dados en custodia por la Comwüdad Campesina de Chaclla. Títul~ del adoradores de un dios también Guari. Numerosas son en la zona andina toponi-
dicho pueblo. . · mias y ayllus Gu~ri que indican pueblos de tiempos pasados. .
Como observación sobre los Chacalla cabe señalar que este grupo étnico cumplía, entre otros En cuanto a los Liviac, según diversos testimonios referentes a la extirpa-
trabajos, el de la mita de la nieve para abastecer la dudad de Los Reyes. Las canteras de hielo se
encontraban en Quicamaw.'lay y Punapampa, y los arrieros bajaban por la quebrada de Jicamarca, ción de las idolatrías, no serían más que los Llacuas, pastores nómadas que
pas~b~_por cajamarquilla y la hacien da Nievería. En total esta mita comprendía treinta hombres que
se diVIdían por turnos de tres hombres para el corte de la nieve, y seis que estaban en el toldo d e la
Plaza qe Lima, sin contar con los encargacos de su transporte. La mita estaba a cargo de tres 24. Provincia de Canta tenía nueve curatos; el tercero del pueblo de Parí, tenía 12 anexos uno de
repartimien tos (AGN, DE!recho Indígena 1705: cuad. 188; 17Q5: cuad.189). ellos llarnacio Culli (Bueno 1951: 35).
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62 María Rostworowski 1 f Las etnías del Valle del Chillón 63

adoraban al rayo cuya voz en el idioma de la sierra central es Llibiac. Restos de Los artesanos también fueron objeto de traslado según la necesidad de
estas gentes se encuentran en muchos lugares de la cordillera (Duviols 1972). poseer objetos manufacturados en determinados sitios, como fueron los yanas
Estas parcialidades de Culli, Guari y Llacuas de tiempos pretéritos y de yungas del Collique norteño, llevados a Cajamarca para confeccionar loza de
desaparecidos señoríos encuentran una comparación más cercana a nosotros y barro para el Estado, o los plateros yungas de la costa central enviados al Cusca
de más asequible investigación en los numerosos ayllus de indios Cusca, dise- (Espinoza 1970 y AGI, Escribanía de Cámara 501-A).
minados por el Tahuantinsuyu, a los cuales hay que añadir los Cañari, Chacha- Actualmente la comunidad campesina de ChacHa, del distrito de Santa
payas y las parcialidades de artesanos llevados de una región a otra para Eulalia, provincia de Huarochirí, departamento de Lima, está legalmente reco-
satisfacer fines estatales. nocida e inscrita oficialmente desde 1933. En ese entonces contaba con 295
habitantes, de los cuales ciento veinte varones adultos25 •
AYLLUS
Lo interesante es lo sucedido con los Jicama, que ahora llaman Jicamarca e
igualmente inscritos en el Ministerio de Trabajo26• Ellos reclaman en nombre
CASTA COLLATA HUANZA LARAO propio todos los antiguos dominios de los Chaclla a base de títulos supletorios
Ya capar
Yanac
Ayna michuy
Huanca yanac
Sulca Churi
Tres Casas
.,. Pauza
A llauca
formados posteriormente. Según ellos sus derechos se extienden sobre una ex-
tensión de aproximadamente cien mil hectáreas, que incluyen tierras de los
Binquiguamo Paucartambo Pariac Chaupin distritos de Ate, Carabayllo, Chosica, el cerro San Cristóbal, la zona del Polígono
Allauca Mango Vilca Liviac de Tiro y cuarteles del Ejército, Huarhuar, la quebrada de Río Seco, y en los
Huchu Vilca Capcha OTAO valles de Rímac y Chillón. En el juicio que tienen pendiente los campesinos de
Guallacocha
Colea Callan O tao Jicamarca con el Gobierno, ellos reclaman las tierras que fueron de su antigua
CARAPOMA Mango rraqui Icho ca Chauca Guaranga.
Capani Collata Chaupin Binqui
Guari Yacarpar CONCLUSIONES
Callana CHACALLA IRIS Yanac
Murra en su ensayo del tomo segundo de la Visita a la provincia de León
Allauca Julca Chulla Cura ca de Huánuco (1972), analiza y presenta varios casos de verticalidad, entre ellos el
Julcamarca PUNAN
Su lea Callan de las tierras de Quivi donde el núcleo, según él, estaría en la costa o sea en
Callan Chaupin Xipu
STA.
Collique. Muy acertadamente se pregunta si fue éste un caso más de "archipiéla-
Tres Casas Araui go vertical", pregunta que se merece toda atención y un minucioso examen de la
EULALIA situación política del valle.
Pariac
DEAPOCAYA JICAMARCA Como ya hemos visto, antes de la invasión cusqueña el dominio territorial
Iapani
Mitmaq de la Xipu Cullí del Collicapa se extendía desde el mar hasta más allá de Quivi y también en un
guaranga de Vicas Chullas momento dado fue suyo parte del valle de Lima. Por lo tanto, la franja que
Chacalla, ayllu Namoc Yechaca comprendía la altura adecuada para el cultivo de cocales quedaba controlada
por los Colli. Por otro lado, sabemos la constante presión ejercida por los serra-
Los ayllus cusqueños los trasladaban por varios motivos, entre otros para nos para apoderarse de esta zona coquera, o sea que si los yungas dominaban la
seguridad del incario en zonas fronterizas; para enseñar el idioma en regiones región lo conseguían gracias a un ejército activo que podía defender los cultivos
donde no se hablaba el runa simi y también se procedía a un traslado de gentes de ataques foráneos.
cuando sus tierras cercanas al Cusca eran deseadas por los "poderosos". Tanto ¿Cómo podían proteger colonias aisladas del núcleo central? Hemos visto
el soberano, como las reinas y las Panacas o ayllus reales disfrutaban de tierras las pasiones y la violencia que se desataban cuando se trataba de esta región.
propias en los lugares vecinos al Cusca, pero como las momias de los Incas Ahora bien, parece que el señor de Collique tenía a señores subalternos a
fallecidos seguían conservando sus haciendas, cada día escaseaban más las él, que le proporcionaban acceso al recurso humano. Un caso similar lo encon-
estancias que los nuevos señores podían hacer suyas. De ahí que se expropiaran tramos en el valle vecino del Rímac, donde el jefe étnico del curacazgo de Lima
tierras de ayllus cusqueños y se les enviara con diversos pretextos a lugares estaba sujeto al señor de Pachacama, pe~o g~ardaba su autonomía. Probable-
lejanos. Estas chacras de los "poderosos" eran trabajadas por una mano de obra
a tiempo completo, liberada de los tumos y de las obligaciones de la mita. Eso 25. Comunidad Campesina de Chacclla. Distrito <;le Santa Eulalia, prov. de Huarochiri, Opto.
explica el gran número de yanas en los valles más amenos y de mejor tierra del Lima. Reconocida en 1933. Expediente N° 1558. Ministerio de Trabajo. ,
Cusca, podemos citar los ejemplos de gente de Yuca y, y Ama y enviada al Cusca 26. Comtu1idad Campesina de"jicamarca Prov. de Huarochirí. Opto. Lima, reconocida en 1929.
(Rostworowski 1962, 1963, 1970a, 1970b). Expediente 97-70. Para linderos ver AGN. Escritura 1175, año 1884, f. 81v. y 93 siguientes.
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mente se trate sólo de una relación de reciprocidad entre el señor de menor productos serranos y selváticos y un trueque de materias primas más que de
categoría al de ~yor poderío, o sea que el caso de Collique no fue un fenómeno objetos manufacturados entre las diversas ecologías. ¿Este intercambio era diri-
aislado sino lo usual en la costa. gido por los jefes étnicos o practicado por grupo de personas especializadas?
No conocemos la relación que_unía los Colli con los Guancayo. Quizá fue Muchas son las incógnitas que se presentan en la investigación etnohistóri-
algún tipo de confederación de etnías que respondían a la presión serrana y po- ca de la región de los yungas, y sólo un estudio detenido de los otros valles
día existir una alianza int_eresada entre ellos, con el predominio Colli sobre los costeños podrá resolver los numerosos problemas y contestar a las preguntas.
Guancayo.
Por la importancia de la zona coquera suger{mos que el grupo étnico que
gozaba del poder era el que de hecho poseía los cultivos, controlaba y dominaba
su producción. El poderoso no tenía que ser forzosamente un jefe étnico; podía
ser un dios o una huaca, suficientemente respetada o temida para que nadie
osara disputarle la tenencia de los cocales (ej. el dios Pachacama de Mama).
Con el advenimiento de los cusqueños, el poder o contra pasó a manos de
los Incas y ellos establecieron colonias o mitmaq que venían a trastocar el orden
anterior.
La implantación de enclaves por los Incas en el valle del Chillón muestra lo
que sucedía cuando la costa quedaba bajo la hegemonía serrana. Otro caso típico
de esa modalidad y de su aplicación en unas tierras yungas es el de los CaJangos.
Los Yauyos echaron a los Calangos de sus tierras que codiciaban, e instalaron en
ellas a una colonia rnultiétnica de sus mismos ayllus para trabajar las chacras;
haremos hincapié sobre el hecho fundamental de que la formación de la colonia
Yauyo ocurrió después de una guerra de conquista y del consiguiente despojo
de tierras al vencido. En esa ocasión, la invasión de la tierra fue la base para la
aplicación de la verticalidad. .
Si la verticalidad fue un modelo andino, ¿qué sucedió durante el Horizonte
Medio? ¿cuántas etnías serranas de aquel entonces se habrían instalado en la
costa y convertido con el pasar del tiempo en costeñas?
A través de los documentos hemos logrado señalar ciertas etnías en el valle
del Chillón impuestas por los Incas, pero, ¿qué podemos decir de la presión se-
rrana ejercitada anteriormente? Sin ir muy lejos, ¿qué sabernos sobre los Cara-
bayllos? ¿serían yungas o quizás fueron advenedizos establecidos en el lugar en
tiempo Wa.ri? y qué decir de los Chuquitanta, Seuillay o de los Sutca, ¿quiénes
fueron? .
Cada invasión serrana en el tiempo instaló quizás sus gentes en la costa
para tener acceso a los recursos yungas.
¿Existió violencia, corno lo hemos visto en Quivi?
Es innegable que a la llegada de los hispánicos los señores Yungas nor-
teños los visitaron y se plegaron a ellos. Vieron, sin duda, en los invasores a
quienes los podían librar de _los Incas y de su dominación. A la llegada de
H~rnando ~izarro a Pachacarna; sólo rnenciona _a los importantes curacas cos-
teños y nada dice de la presencia en aquel Santuario, de altos dignatarios
incaicos. ¿Acaso fueron eliminados o hechos prisioneros por los yungas? No
podían dejar de existir en un lugar de la importancia de Pachacama (Femandez
de Oviedo 1945). - -
Si la guerra y la fuerza fuero~ ~l prinCipio de la adaptación de "archipiela-
gos verticales':. en la costa, cabe preguntarse si existía ~a verticalidad en úna
cultura libre de la presión serrana. Desde muy temprano aparecen en la costa

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