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Es la cicatrización permanente de los pulmones causada por la inhalación de polvo de

sílice (cuarzo).

 Las personas desarrollan dificultad respiratoria durante el ejercicio que a veces


progresa a una dificultad respiratoria incluso en reposo, y algunas personas
también tienen tos que puede ser o no productora de esputo.
 El diagnóstico se establece basándose en una radiografía de tórax o una
tomografía computarizada.
 Los médicos a veces pueden dar medicamentos para ayudar a despejar las vías
respiratorias.

La silicosis es la enfermedad pulmonar relacionada con el medio ambiente más antigua


que se conoce (ver Introducción a las enfermedades pulmonares de origen ambiental).
Es causada por la inhalación de pequeñas partículas de sílice (cuarzo por lo general) o,
con menos frecuencia, por inhalación de silicatos, como el talco.

Los trabajadores de mayor riesgo son los que trabajan con piedra y arena (mineros,
canteros, cortadores de piedra) o que utilizan sílice o abrasivos de arena (chorreadores
de arena, vidrieros, trabajadores de la fundición, de piedras preciosas, de cerámica y
alfareros). Recientemente, se ha identificado silicosis en los trabajadores que fabrican o
instalan encimeras manufacturadas a partir de silicatos (conglomerado de sílice). Los
mineros del carbón están en situación de riesgo combinado de silicosis y neumoconiosis
de los trabajadores del carbón (ver Neumoconiosis de los trabajadores del carbón).

La silicosis puede ser:

 Aguda
 Crónica

La silicosis aguda puede aparecer después de exposiciones intensas durante varios años
o meses.

La silicosis crónica es la forma más frecuente y generalmente se desarrolla solo tras la


exposición durante décadas.

La silicosis acelerada, que es poco frecuente, puede aparecer después de exposiciones


más intensas durante varios años o meses (igual que la silicosis aguda). La sílice es
también una causa de cáncer de pulmón.

El polvo de sílice, si es inhalado, entra en los pulmones, donde unas células


«limpiadoras», como los macrófagos, lo engullen (ver Introducción al sistema
inmunitario). Las enzimas liberadas por los fagocitos causan la formación de tejido
cicatricial en los pulmones.

La silicosis crónica simple es la primera etapa de la silicosis crónica. En esta etapa, las
áreas cicatrizadas son pequeños nódulos redondeados.
Finalmente, se produce la silicosis crónica complicada cuando las áreas con cicatrices
se fusionan en grandes masas. A veces, estas grandes masas se unen en masas aún
mayores (fibrosis masivas progresivas). Estas áreas fibrosadas no permiten el paso del
oxígeno a la sangre de forma normal. Así, los pulmones pierden elasticidad y se
requiere un mayor esfuerzo para respirar.

Silicosis

Síntomas
En la silicosis aguda, la dificultad respiratoria empeora rápidamente. La persona
también baja de peso y tiene cansancio. La insuficiencia respiratoria a menudo se
desarrolla en 2 años.

La silicosis crónica por lo general no causa síntomas durante años, pero muchas
personas con el tiempo desarrollan dificultad respiratoria mientras hacen ejercicio. A
veces, la dificultad para respirar progresa hasta la falta de aliento, incluso durante el
reposo. Algunas personas tienen tos con producción de esputo. La respiración empeora
incluso años después de que la persona haya dejado de trabajar con sílice. El daño
pulmonar deriva en niveles más bajos de oxígeno en la sangre y llega a sobrecargar el
lado derecho del corazón. Esta sobrecarga conduce a un tipo de insuficiencia cardíaca
denominada corazón pulmonar (con pulmonale, ver Hipertensión pulmonar), que puede
ser mortal.

La persona con silicosis acelerada experimenta los mismos síntomas que la persona con
silicosis crónica, pero los síntomas se desarrollan y empeoran en un periodo más corto.

Las personas con silicosis son varias veces más proclives a desarrollar tuberculosis o
nocardiosis cuando se exponen a los organismos que causan tales enfermedades que
quienes no tienen silicosis. Estos sujetos también están en riesgo de esclerosis sistémica
progresiva y cáncer de pulmón.
Diagnóstico
 Tomografía computarizada

El diagnóstico se realiza cuando a alguien que ha trabajado con sílice se le toma una
tomografía computarizada (TC) de tórax que muestra patrones distintivos acordes con la
enfermedad. También puede realizarse una radiografía de tórax para confirmar el
diagnóstico. Cuando los resultados de los estudios de imagen no son claros, las muestras
de tejido pulmonar ayudan a confirmar el diagnóstico. Para distinguir la silicosis de
otros trastornos se realizan pruebas adicionales.

Prevención
La clave para prevenir la silicosis es el control del polvo de sílice en los sitios de
trabajo. Cuando este no se puede controlar, como ocurre en el caso de la industria de
abrasión mediante chorros de arena, los trabajadores deben usar máscaras que
suministren aire externo limpio o que filtren por completo las partículas diminutas.
Dicha protección puede no estar al alcance de todos los trabajadores en una zona
polvorienta (por ejemplo, pintores y soldadores) y, en ese caso, siempre que sea posible,
se deben utilizar otros abrasivos en lugar de arena.

A los trabajadores expuestos al polvo de sílice se les debe realizar radiografías de tórax
de forma regular, para que los problemas se puedan detectar a tiempo. Los trabajadores
que fuman deben ser animados a abandonar el tabaco. Otras medidas preventivas
incluyen la vacuna neumocócica y la vacuna contra la gripe anual para ayudar a
proteger contra las infecciones a las cuales los trabajadores pueden ser más vulnerables.

Tratamiento
 Lavado pulmonar total
 Para la silicosis aguda o acelerada, corticoesteroides.
 Tratamiento de los síntomas y las complicaciones, como los fármacos que abren
las vías respiratorias y en ocasiones el trasplante de pulmón

La silicosis no puede curarse, pero su progresión puede retrasarse si se evita la


exposición a la sílice, especialmente en las fases iniciales de la enfermedad.

Puede efectuarse un lavado pulmonar completo para tratar tanto la forma aguda como la
forma crónica de silicosis. Para llevar a cabo el lavado, se llena el pulmón con una
solución salina (suero) y luego se drena para eliminar los sedimentos de las cavidades
respiratorias.

Algunas personas con silicosis aguda o acelerada experimentan mejoría tomando


corticoesteroides.

Las personas con dificultad respiratoria reciben tratamiento con fármacos que
mantienen las vías respiratorias abiertas y libres de secreciones (broncodilatadores, ver
Tratamiento de los síntomas). El trasplante de pulmón es el último recurso.
Dado que las personas que padecen silicosis tienen un alto riesgo de contraer
tuberculosis, deben someterse periódicamente a revisiones médicas que incluyan la
prueba cutánea para la tuberculosis.

Deben revisarse los niveles de oxígeno en sangre periódicamente para proporcionar el


tratamiento adecuado en caso de que desciendan. La rehabilitación pulmonar puede
ayudar a las personas a desempeñar actividades cotidianas.

LA SILICOSIS

¿QUE ES LA SILICOSIS?
Es una enfermedad del pulmón, producida por la permanente aspiración
De polvo de sílice libre cristalizada.
El polvo de sílice produce alteraciones fibrosas en los pulmones,
Disminuyendo la capacidad respiratoria porque el pulmón pierde
Elasticidad. Los alvéolos pulmonares se endurecen al ser reemplazados
por callosidades fibróticas, y el enfermo se hace más vulnerable
a Ia tuberculosis.

La silicosis es incurable, no hay un tratamiento definitivo, de ahí la importancia de la


prevención. Es fundamental detectarla precozmente y evitar la exposición al polvo de
sílice, la única opción válida para la progresión. Lo más aconsejable para tratarla es a
base de mucolíticos, broncodilatadores, oxigenoterapia y en casos determinados
antibióticos. Se están realizando pruebas con nuevos tratamientos, sin demasiado éxito.
Si la enfermedad se encuentra en un estado muy avanzado la única solución es un
trasplante de pulmón.

Como hemos dicho anteriormente y debido a las características de la enfermedad, el


tomar las correctas medidas preventivas así como la realización de exámenes de
salud periódicos de los trabajadores se hacen imprescindibles para reducir la
incidencia de la afección al máximo, y la forma más eficaz de evitar la aparición de la
silicosis en los trabajadores. Independientemente de las medidas de seguridad generales
(ventilación de los pozos, la inyección de agua…), para los trabajadores que estén
expuestos durante su jornada laboral a respirar polvo que contenga o pueda contener
sílice cristalina se hacen necesarias una serie de recomendaciones:

> Higiene personal, mínima exposición: lavado de manos, bañarse y cambiarse de


ropa al acabar la jornada. Dejar la ropa en el trabajo.
> Evitar comer en lugares expuestos.

> Reducir la cantidad de polvo en el ambiente: pueden utilizarse rociadores de


agua. Disminuir en lo posible remover el polvo (perforadoras, sierras o taladros que
humedezcan el polvo). Uso de campanas, extractores o colectores que ayuden a ventilar
y mejorar el ambiente de trabajo.

> ¡¡ojo!! a la ropa de trabajo: utilizar prendas protectoras y respiradores que se


adapten convenientemente a la cara.

> Realizarse los exámenes de salud periódicos.

> Evitar fumar en el lugar de trabajo.

A lo largo de la historia se han ido descubriendo numerosas enfermedades relacionadas


con el mundo laboral, la evolución y la tecnología así como numerosos estudios han
hecho que los avances tanto en los métodos diagnósticos y en los tratamientos hayan
sido muy importantes. Una de ellas, la silicosis, es la que nos ocupará en el siguiente
tema.

La Silicosis encabeza las listas de las enfermedades respiratorias de origen laboral


en países en desarrollo. Pese a que los controles y el conocimiento de la enfermedad es
importante, todavía se siguen observando formas graves en los trabajadores de
determinados sectores. La silicosis es una enfermedad pulmonar irreversible y es
considerada enfermedad profesional incapacitante en numerosos países.

Desde épocas muy antiguas se conocían los efectos nocivos que el aire contaminado
producía en la salud de los hombres, sobre todo en la respiración. Ya en tiempos antes
de Cristo, Hipócrates, célebre medico griego, encontró los primeros síntomas de
dificultades respiratorias que afectaban a los trabajadores del metal. No fue hasta
el año 1871 cuando Visconti utilizó el término de silicosis para definir la enfermedad
.Ya en esa época, la minería del carbón estaba en pleno apogeo en diversos lugares de
Europa, con lo que la presencia de la enfermedad en numerosas personas ya era
evidente. Si bien todavía persiste en la actualidad, las mejoras en medidas preventivas y
en técnicas de diagnóstico precoz han cambiado el panorama y hacen que cuando el mal
aparece sea detectado rápidamente, haciendo posible que no pase de su fase menos
grave, si bien es obligatorio alejar al trabajador del foco emisor y trasladarlo a otro lugar
sin influencia.

Los síntomas típicos de la silicosis crónica (ahogos, tos fuerte e intensa debilidad
general), no pudieron tratarse hasta que la llegada de los medicamentos contra la tos,
broncodilatadores y tratamientos de aportación de oxígeno. Muchas veces no quedaba
otra cosa que la resignación. Pero todo esto ya es historia.

Un hecho importante para el estudio, control y prevención de la enfermedad fue la


inauguración en la década de los 70 del Instituto Nacional de Silicosis en Oviedo
.Pronto, las mejoras en la ventilación de los pozos, la inyección de agua y la
obligatoriedad de medidas de protección/prevención hicieron que la silicosis fuese
disminuyendo su fatal incidencia y los síntomas se han ido controlando en fases
iniciales en la mayoría de los casos. Con la puesta en vigor en 1995 de la Ley de
Prevención de Riesgos Laborales, las empresas han ido extremando las medidas de
protección, a la vez que los casos o sospechas de la enfermedad se han ido detectando
de manera más precoz.

En el año 2001 se creó desde el Ministerio de Sanidad y Consumo el Protocolo de


Vigilancia Sanitaria Especifica de silicosis y otras neumoconiosis, aplicables a
todos los trabajadores expuestos a algún riesgo que pueda producir la enfermedad.

Pero…¿Qué es la silicosis?

La silicosis es una enfermedad ocupacional distribuida mundialmente, de


afectación pulmonar. Del grupo de las neumoconiosis (enfermedades pulmonares
secundarias causadas por inhalación de polvos orgánicos o partículas de carbón que
conllevan inflamación del tejido pulmonar), incurable, incapacitante y a menudo
mortal. Producida por contacto continuo al inhalar de un polvo que contiene pequeñas
partículas de un material duro que se denomina sílice .El sílice también puede ser causa
de otro tipo de enfermedades como tuberculosis, bronquitis, cáncer de pulmón y
enfermedades autoinmunes.

Cuando la persona respira polvo que contiene sílice, éste se deposita en los pulmones y
produce inflamación y fibrosis de los tejidos pulmonares, afectando a su elasticidad, su
estructura y por lo tanto a su función.

En el entorno laboral hay una serie de profesiones que deben considerarse como las
más propicias o con más posibilidades de contraer la enfermedad:

> Construcción, albañilería

> Minería

> Trabajo en astilleros o ferrocarriles

> Producción de detergentes o pinturas

> Demolición de estructuras de hormigón

> Aquéllas cuya función sea la de cortar, aplastar, demoler, taladrar rocas

> Aquéllas que trabajen con arena, grava, piedra, mampostería, mortero

> Limpieza abrasiva, fundición o fabricación de vidrio o abrasivos

> Agricultores; al remover la tierra aumenta la cantidad de polvo en el aire

Existen 3 formas de presentarse la enfermedad,

> Silicosis crónica: se produce tras una exposición prolongada (entre 10 y 15 años);

> Silicosis acelerada: se produce por exposiciones a grandes cantidades de sílice en


un plazo que varía entre 5 y 15 años. Es intermedia entre la crónica y la aguda;
> Silicosis aguda: la enfermedad aparece y evoluciona muy rápidamente. Una
exposición intensa al polvo cargado de partículas de sílice puede generar la enfermedad
en un año. Las consecuencias son bastante graves.

Es importante acudir a su médico cuando se presente algún síntoma propio de la


enfermedad, entre los cuales podríamos destacar la disnea (sensación de falta de aire,
dificultades para respirar), tos crónica, expectoración, astenia (sentimiento de debilidad
general), pérdida de peso por pérdida de apetito, espiración prolongada, sudores
intensos, fiebre, fatiga, dolores en el tronco, labios y lóbulos con coloración azul. Las
complicaciones de estos síntomas pueden derivar en riesgo de tuberculosis y fibrosis
masiva progresiva.

El diagnóstico de silicosis se hace con la presencia de:

> Cuadro clínico compatible (previa exposición a sílice del paciente)

> Pruebas de imagen: la radiografía simple suele ser suficiente (imágenes


características)

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