Sunteți pe pagina 1din 17

Coleccion: Gaceta Civil - Tomo 16 - Numero 19 - Mes-Ano: 10_2014

Surge responsabilidad contractual cuando no se garantiza


buena fe de quien se beneficiaría con ejecución de
obligación

[-]

TEMA RELEVANTE

La responsabilidad civil contractual no siempre se genera por el incumplimiento de una


prestación principal que fue plasmada en un contrato, sino también surge por el
incumplimiento de deberes que subyacen de la relación obligatoria vinculados a su
ejecución; es decir, no se cumplen ciertos deberes que tienen el fin de hacer posible la
prestación asumida por los contratantes. En consecuencia, se genera responsabilidad
civil contractual cuando no se garantiza la seguridad, la protección y buena fe de quien
se beneficiaría con la ejecución de la obligación.

JURISPRUDENCIA

CAS. Nº 945-2009-CALLAO

Lima, trece de marzo de dos mil doce

LA SALA CIVIL PERMANENTE DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA


REPÚBLICA

Vista la causa en discordia número novecientos cuarenta y cinco - dos mil nueve, y con
el voto del señor Juez Supremo Calderón Castillo, quien se adhiere a los fundamentos
del voto de los señores Jueces Supremos Solís Espinoza, Aranda Rodríguez y
Valcárcel Saldaña; en audiencia pública de la fecha, y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia:

I. MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto a fojas


ciento tres por Lucio Teodoro Arcondo Surco contra la resolución de vista obrante a
fojas noventa y cinco, su fecha primero de octubre de dos mil siete, expedida por la
Segunda Sala Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao, que confirmó el auto
apelado obrante a fojas setenta y uno, su fecha veinticinco de enero de dos mil seis,
que declara fundada la excepción de prescripción extintiva, en consecuencia, nulo lo
actuado y por concluido el proceso.

II. FUNDAMENTOS DEL RECURSO: Esta Sala Suprema, mediante resolución de


fecha veinte de mayo de dos mil nueve, obrante a fojas treinta y siete del cuadernillo
formado por esta Sala, declaró procedente el recurso de casación por la causal de
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
sosteniendo que la resolución expedida por el Colegiado vulnera las normas y
garantías contenidas en el Título Preliminar del Código Procesal Civil, relativa a la
tutela judicial efectiva, al impedir el desarrollo del proceso, el artículo VII del Título
Preliminar del mismo Código, al inaplicar el inciso 8 del artículo 1994 del Código Civil,
que señala los casos de suspensión de la prescripción y, finalmente el artículo 139
incisos 3 y 5 de la Constitución Política del Estado que exige la observancia del debido
proceso y la motivación de las resoluciones judiciales, bajo los siguientes
fundamentos: a) la Sala Civil vulnerando el artículo IX y VII del Título Preliminar del
Código Procesal Civil, no ha considerado que desde que se interpuso la demanda en
la vía laboral, ha existido interrupciones por huelgas del personal a nivel nacional, así
como las aperturas del año judicial y día del juez, plazos que deben deducirse para
contar los diez años de prescripción; y, b) debe tenerse en cuenta que la fecha de
inicio de la prescripción no puede ser la fecha del despido, toda vez que se hizo bajo
aparentes causas objetivas, las que recién pudieron ser desvirtuadas a partir de la
sentencia del Tribunal Constitucional, es decir, a partir de su expedición que fue el
once de julio de mil novecientos noventa y siete, fecha a partir del cual recién puede
constatarse que se produjo el daño, venciendo entonces este plazo sin deducir los
periodos previstos en el inciso 8 del artículo 1994 del Código Civil el diez de julio del
dos mil siete; agrega que la resolución impugnada vulnera lo dispuesto en los artículos
I y VII del Título Preliminar del Código Procesal Civil al inaplicar el inciso 8 del artículo
1994 del Código Civil y artículo 139 incisos 3 y 5 de la Constitución, relativos a la tutela
jurisdiccional efectiva y la motivación de las resoluciones judiciales.

III. CONSIDERANDOS:

Primero.- En el presente caso se ha alegado vulneración a la tutela jurisdiccional


efectiva, sobre el particular con la finalidad de hacer el proceso un mecanismo ágil,
eficaz y garantista en defensa de los derechos de las personas, la Constitución Política
ha consagrado el derecho a un debido proceso y a la tutela jurisdiccional efectiva como
garantías procesales, por el cual toda persona debe tener la posibilidad de acceder a
un proceso o procedimiento con la finalidad de que el órgano competente se pronuncie
sobre su pretensión. El derecho a la tutela jurisdiccional efectiva consiste en un
atributo subjetivo que comprende una serie de garantías, entre ellos los que brindan
acceso a la justicia, donde destaca el derecho de acción, en virtud del cual cualquier
persona tiene derecho a promover la actividad jurisdiccional del Estado, sin que se le
obstruya, impida o disuada irrazonablemente; sin embargo, no toda limitación a este
derecho de acción importa una afectación a la mencionada garantía constitucional,
sino solo aquellas arbitrarias; lo que significa que si hay razonabilidad para evitar el
trámite de la petición, no se estará violando la mencionada garantía, sino que ello
armoniza con la Constitución, de allí que el derecho de acción tiene requisitos que
cumplir –presupuestos procesales y condiciones de la acción–. La facultad de la
revisión de los presupuestos procesales y las condiciones de la acción obedece a la
necesidad, entre otros, de establecer una relación jurídica procesal válida viable para
un pronunciamiento sobre el fondo de la controversia, contar con pretensiones material
y jurídicamente posibles, lo que implica contar con petitorios, vigentes no caducas, ni
prescritas, así evitar la sobrecarga procesal con pretensiones inviables.

Segundo.- Siendo ello así, advirtiéndose de autos que lo que viene a conocimiento en
esta Sede Casatoria es un auto inhibitorio que se pronuncia sobre la prescripción
extintiva de la acción, el cual guarda relación con el interés para obrar del demandante,
corresponde analizar si se ha afectado o no la tutela jurisdiccional efectiva, que a decir
del recurrente, por el hecho de no haberse aplicado el inciso 8 del artículo 1994 del
Código Civil que establece la suspensión de la prescripción mientras sea imposible
reclamar el derecho ante un Tribunal peruano.

Tercero.- Sobre el particular en el presupuesto previsto en el inciso 8 del artículo 1994


del Código Civil, entran aquellas situaciones que hacen imposible acudir a los órganos
jurisdiccionales por paralizaciones de las dependencias jurisdiccionales producidas por
caso fortuito o fuerza mayor, haciendo que el justiciable no encuentre una dependencia
judicial competente para hacer valer sus derechos. Eugenia Ariano Deho1 comentando
el referido numeral refiere que resulta razonable que, si el juez peruano competente
para conocer de la acción y esta no puede ejercitarse por algún motivo ante tal juez
(porque por ejemplo no existe atención de la dependencia judicial) el decurso
prescriptorio no corra. Agrega, la autora, que al parecer el legislador pensó en el
extremo de una imposibilidad de reclamar ante Tribunal peruano debido a invasión del
territorio nacional por fuerzas extranjeras. Sin embargo, es mucho más razonable
pensar en casos más comunes como el que tal imposibilidad se produzca debido a
calamidades naturales o eventos de otra naturaleza (huelga de empleado judiciales o
cierre de dependencias) donde es muy sensato que el titular del derecho no se vea
perjudicado con la maduración de la fase preliminar del fenómeno prescriptorio.

Cuarto.- En el caso que nos ocupa el recurrente invocando el numeral ante


mencionado alega que no se ha tenido en consideración que han existido
interrupciones por las huelgas de personal, inicio del año judicial y el día del juez
plazos que debe deducirse para contar los diez años de prescripción, sin embargo,
dicha alegación no resulta atendible en sede casatoria, por cuanto la alegación que se
esgrime está referida a determinar hechos (huelgas, paralizaciones, etc.); más aún si
de acuerdo al artículo 183 del Código Civil los plazos en años se computan desde la
fecha de su exigibilidad concluyendo al año de vencimiento, esto es, debe coincidir el
día y mes en que comenzó a computarse el plazo. Por tales razones debe
desestimarse la alegación formulada por el recurrente por estar destinada a establecer
hechos en sede casatoria.

Quinto.- Por otro lado, el recurrente también bajo la figura de afectación a la tutela
jurisdiccional efectiva alega que el plazo prescriptorio debe computarse desde la
emisión de la sentencia del Tribunal Constitucional, es decir, desde el once de julio de
mil novecientos noventa y siete. Sobre este aspecto, las instancias de mérito han
establecidos que el demandante con fecha veinticinco de diciembre de mil novecientos
noventa y dos fue objeto de despido como trabajador de Corpac, mediante Resolución
Subdirectoral número 148-92-SR-CALL, contra dicho acto administrativo el Sindicato
de Trabajadores interpuso una demanda de amparo, la misma que fue resuelta en
instancia definitiva por el Tribunal Constitucional mediante Sentencia número 048-
1995-AA, de fecha once de julio de mil novecientos noventa y siete, que dispuso la
reincorporación a su puesto de trabajo, entre otros, al recurrente, quien fue
efectivamente reincorporado el veintitrés de diciembre de mil novecientos noventa y
siete.

Sexto.- Expuesto así los hechos, para efectos del cómputo del plazo prescriptorio, es
necesario determinar si la responsabilidad civil que se reclama es de naturaleza
contractual o extracontractual. En principio la responsabilidad es la obligación de
soportar una desventaja a causa de un hecho dañoso. Augusto Morello2 señala que la
responsabilidad contractual como extracontractual difieren en razón a los hechos que
las originan y por los efectos que la ley les asigna, así la responsabilidad contractual
presupone la existencia de una obligación particular, concreta, es decir, convenida
libremente por las partes; se requiere también que esta haya sido incumplida por el
deudor. Agrega, que la reparación como medio de resarcimiento al acreedor
contractual implica una modificación o sustitución del contenido originario de la
prestación, mientras que el supuesto de resarcimiento al perjudicado por un hecho
extracontractual tiene carácter de obligación nueva. Lizardo Taboada Córdova3, sobre
este mismo aspecto refiere que cuando el daño se produce sin que exista ninguna
relación jurídica previa entre las partes, o incluso existiendo ella, el daño es
consecuencia, no del incumplimiento de una obligación voluntaria, sino simplemente
del deber jurídico genérico de no causar daño a otro, nos encontramos en el ámbito de
la responsabilidad extracontractual.

Sétimo.- En el caso que nos ocupa el actor reclama indemnización derivada de una
relación contractual (contrato de trabajo) por incumplimiento de un deber por parte de
su empleador. Por lo que a criterio del suscrito, lo que se reclama en la presente causa
es una indemnización por responsabilidad de carácter contractual, posición que se
asume teniendo en cuenta que en toda relación contractual no solamente las partes
tienen que cumplir con las prestaciones a las que se obligaron, sino además tienen
que cumplir ciertos deberes a fin de hacer posible la prestación asumida por los
contratantes. Así el acreedor tiene el deber de realizar ciertos actos necesarios para
facilitar que la prestación se cumpla a su favor con el cual se habrá satisfecho el deber
de cooperación que pesa sobre el deudor; por ejemplo en una relación obligatoria
laboral, además de la prestación principal de empleador, de remunerar al trabajador,
existe el deber de facilitar la labor del empleado. En otras palabras, la responsabilidad
contractual no necesariamente supone el incumplimiento de una prestación específica
o principal, sino también nace por el incumplimiento de deberes que subyacen de la
relación obligatoria ligados a su ejecución, como los de protección, de seguridad,
buena fe, entre otros, los cuales hacen posible la consecución del fin contractual –
satisfacción de los intereses de las partes–. A lo anterior cabe agregar la posición
asumida por Antonio Vásquez Vialard4, quien refiriéndose la responsabilidad
contractual laboral, señala que las normas de orden público laboral, resultan
obligatorias en virtud a un acuerdo de voluntades mediante el cual las partes
convienen que una de ellas podrá su capacidad de trabajo a disposición de la otra y
este la recibirá y remunerará y en virtud a ello, asumirán las demás obligaciones
pactadas y las determinadas en una norma legal, que al efecto se incorporan al
negocio jurídico, por tanto esta última se hacen obligatorias en razón del acuerdo. En
consecuencia, para el caso que nos ocupa habría incumplimiento derivada de una
relación contractual por parte de la demandada al no haber observado las normas que
regulan el cese colectivo, tal como lo hace notar la sentencia del Tribunal
Constitucional que sirve de sustento a la presente demanda.

Octavo.- Por otro lado, cabe precisar que si bien es cierto el proceso de amparo que
favoreció al recurrente se tramitó bajo los alcances de la derogada Ley Nº 23506, por
el cual se establecía –en el artículo 11– la posibilidad de indemnizar a la víctima por la
afectación a un derecho fundamental. Sin embargo, la sola verificación de la afectación
de un derecho constitucional no determina la naturaleza de la responsabilidad civil,
sino lo que determina son los antecedentes que produjeron dicha afectación; más aún
si el daño se origina desde el momento mismo de la violación o amenaza del derecho
cuya protección constitucional se tutela y no desde que el juez constitucional declare la
violación arbitraria al mencionado derecho. No puede sustentarse que el daño que se
reclama en el presente proceso es de naturaleza extracontractual como consecuencia
de una declaración de arbitrariedad de un despido dictado por el juez constitucional,
por cuanto el hecho generador del daño y consecuentemente para la reparación no es
propiamente la sentencia del juez constitucional, sino el despido, correspondiendo a
los órganos jurisdiccionales sea juez constitucional o ordinario verificar la antijuricidad
o no de aquel. De manera que para el caso que nos ocupa, la sentencia constitucional
que declara la ilegalidad del despido no es más que la verificación de un aspecto de la
responsabilidad civil, esto es, la antijuricidad del hecho. Por ello, a criterio del suscrito,
la responsabilidad que se reclama en el presente caso es una de naturaleza
contractual derivado del incumplimiento de deberes originados en la relación
contractual.

Noveno.- Habiéndose determinado la naturaleza de la responsabilidad civil que se


reclama mediante la presente acción, corresponde ahora determinar desde cuándo se
inicia el plazo prescriptorio. Al respecto el artículo 1993 del Código Civil establece que
la prescripción comienza a correr desde el día en que puede ejercitarse la acción y
continúa contra los sucesores del titular del derecho. De lo narrado es posible advertir
que la norma no hace referencia al momento de la producción del daño, sino cuando
se da o surge una situación de posibilidad efectiva de ejercicio de la acción. Para
Manuel Albaladejo5 no puede admitirse el comienzo de la prescripción mientras el
hecho que lo generaría permanezca oculto y el interesado no haya tenido medio
razonable de conocerlo; agrega el autor –citando una sentencia del Tribunal español–
que el tiempo prescriptivo corre desde el momento en que el hecho que lo engendra
conste de forma notoria, que es cuando en un sentido lógico y jurídico puede
ejercitarse, porque sería absurdo e injusto computar el plazo cuando el hecho
permanece oculto o clandestino y, por consecuencia, sin posibilidad de enervarlo o
contrarrestarlo en forma eficiente.

Décimo.- Para el caso de autos, se advierte que si bien el actor fue despedido en el
año mil novecientos noventa y dos como consecuencia de una Resolución
Administrativa de Cese Colectivo –Resolución Subdirectoral número 148-92-
SR.CALL–, por lo que podríamos decir que el hecho dañoso se produjo en aquella
data; sin embargo aquella situación no puede considerarse para el inicio del cómputo
del plazo prescriptorio, debido a que el acto administrativo de cese colectivo revestía
visos de legalidad al haber sido emitida por una entidad competente encargada de
autorizar los ceses colectivos, luego de un procedimiento administrativo, especial
circunstancia que en este caso impidió que el actor conociera la situación de ilegalidad
del mencionado hecho y por ende no podía formular su pretensión indemnizatoria
hasta que recién en forma notoria, con la sentencia del Tribunal Constitucional de
fecha once de julio de año mil novecientos noventa y siete, se vislumbró la situación de
ilegalidad del cese colectivo, por ello, en este específico caso –donde el acto dañoso
fue emitido por la autoridad administrativa competente, de quien se presume que sus
decisiones revisten visos de licitud– es posible concluir que a partir de esta última
fecha –once de julio del año mil novecientos noventa y siete– el actor pudo conocer de
manera notoria la situación de ilegalidad del acto de despido, estando en evidente
condición de poder ejercer su derecho reclamando los eventuales daños que habría
sufrido como consecuencia del mencionado acto ilegal. En tal sentido el plazo
prescriptorio debe computarse desde el once de julio del año mil novecientos noventa
y siete y a la fecha en que fue notificado Corpac con la presente demanda (ocho de
setiembre del dos mil cinco) aún no ha transcurrido el plazo previsto en el inciso 1 del
artículo 2001 del Código Civil, por lo que las decisiones emitidas por las instancias de
mérito no se ajustan a derecho, pues resultan impeditivas de la realización del derecho
a una tutela jurisdiccional efectiva.

Décimo primero.- Estando a lo anteriormente expuesto queda configurado la causal


prevista en el inciso 3 del artículo 386 del Código Procesal Civil, por lo que
correspondería el reenvío de la causa a tenor de lo dispuesto por el artículo 396 inciso
2 del citado Código (antes de la modificatoria). Sin embargo, el suscrito discrepa de la
forma de fallo asumido por los demás Jueces Supremos que asumen esta posición;
pues considera que en aras de hacer efectivo los principios de tutela jurisdiccional
efectiva, economía y celeridad procesal previstos en los artículos I y V del Título
Preliminar del Código Procesal Civil y en atención a anteriores decisiones en este
sentido, excepcionalmente debe fallarse en sede de instancia pronunciándose sobre el
fondo de la excepción deducida.

Décimo segundo.- Finalmente de conformidad con lo dispuesto por el artículo 22 del


Texto Único Ordenado de la Ley Orgánica del Poder Judicial el suscrito en adelante
asume estos fundamentos como sustento de su posición para casos homogéneos o
similares, apartándose de todo criterio contrario anterior; por las consideraciones
expuestas declararon: FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Lucio
Teodoro Arcondo Surco, en consecuencia NULA la resolución de vista de fojas
noventa y cinco, del primero de octubre de dos mil siete, expedida por la Segunda Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia del Callao; y actuando en sede de instancia SE
REVOQUE el auto apelado de fojas setenta y uno, su fecha veinticinco de enero de
dos mil seis, que declaró fundada la excepción de prescripción extintiva;
REFORMÁNDOLA se declare INFUNDADA la referida excepción, debiendo
proseguirse con el trámite de la causa; en los seguidos con Corpac sobre
indemnización por daños y perjuicios. SS. SOLÍS ESPINOZA, ARANDA RODRÍGUEZ,
VALCÁRCEL SALDAÑA, CALDERÓN CASTILLO.

LA JUEZA SUPREMA ARANDA RODRÍGUEZ, AÑADE EL SIGUIENTE VOTO


SINGULAR EN CUANTO AL DÉCIMO FUNDAMENTO Y ES COMO SIGUE:

Primero.- La fecha de inicio del plazo prescriptorio se considera –según invoca el


demandante desde el momento en que se expide la resolución del Tribunal
Constitucional de fecha once de julio de mil novecientos noventa y siete, que dispone
la inaplicación de la resolución Subdirectoral número 148-92-SR-CALL y por
consiguiente ordena la reincorporación de los asociados del Sindicato de Corpac, entre
ellos, el demandante a sus puestos de trabajo en Corpac.

Segundo.- El plazo para el cómputo del decurso prescriptorio es de diez años por
tratarse de una responsabilidad contractual, criterio que mantiene la suscrita, desde
que, tratándose de una demanda de indemnización por daños y perjuicios, en la cual
precisa que el daño sufrido por el accionante es haber sido cesado en forma colectiva
de su centro de trabajo sin justificación alguna, estamos ante el incumplimiento de un
deber del empleador, en este caso Corpac.

Tercero.- Respecto a los momentos inicial y final que deben tenerse en cuenta para el
cómputo del plazo de la prescripción, la suscrita considera que conforme lo señala en
artículo 1993 del Código sustantivo, la prescripción comienza a correr desde el día en
que puede ejercitarse la acción y continúa contra los sucesores del titular del derecho.
Dentro de ese contexto, se tiene que el término inicial se considera según coinciden
ambas partes procesales, desde el once de julio de mil novecientos noventa y siete,
que es la fecha de la resolución Subdirectoral número 148-92-SR-CALL que ordena la
reincorporación de los asociados del Sindicato de Corpac, siendo este el inicio del
término prescriptorio, porque a partir de dicho momento hasta el último día de plazo
(diez de años) correrá el tiempo requerido para determinar si ha operado la
prescripción extintiva.

Cuarto.- Se considera que la citación con la demanda constituye un hecho que


produce la interrupción del decurso prescriptorio según lo establece el artículo 1996
inciso 3 del Código Civil6, cuando este acontecimiento se ha dado mientras discurre el
plazo primigenio, por tal razón, el periodo de tiempo que ya se había dado, queda sin
efecto y vuelve a iniciarse el plazo. Sin embargo cuando no se ha producido ninguna
circunstancia que afecte el normal transcurso del tiempo (interrupción o prescripción)
entre el momento inicial y el final del plazo, no resulta razonable estimar que el último
día del plazo no ocurre el día que se ejercita el derecho de acción, esto es con la
interposición de la demanda, sino con la notificación de la misma, si se tiene en cuenta
en primer término, que el acto de notificación como sucede siempre, no tiene lugar el
mismo día que se presenta la demanda sino mucho después, así entonces, para que
no opere el instituto de la prescripción extintiva, tendría que considerarse el tiempo que
tomará notificar a la parte demandada, lo que evidentemente reduce el plazo
prescriptorio, y en segundo término, porque las demoras en que incurra el personal
encargado de las notificaciones no puede ser de responsabilidad del justiciable debido
a que afecta el ejercicio del derecho de acción, el mismo que no puede tener
limitaciones, ni restricciones conforme así lo establece el artículo 3 del Código
Procesal Civil7 porque se trata de un derecho humano, y por tal merece total
protección.

Quinto.- En consecuencia desde el once de julio de mil novecientos noventa y siete,


hasta la fecha en que se interpone la demanda, no se han producido causales de
suspensión o interrupción en el decurso prescrito, por consiguiente a la fecha de
interpuesta la misma aún no ha transcurrido el plazo previsto en el inciso 1 del artículo
2001 del Código Civil, razón por la cual corresponde que continúe el trámite de la
causa, según su estado. Lima, tres de setiembre del dos mil nueve: SS. ARANDA
RODRÍGUEZ.

LA SEÑORA JUEZ SUPREMO VALCÁRCEL SALDAÑA, AGREGA LAS SIGUIENTES


PRECISIONES:

Primero.- Que, en el presente caso la demanda obrante de fojas veinte a veintiséis


interpuesta por Lucio Teodoro Arcondo Surco el nueve de abril de dos mil dos ante el
Juzgado Laboral correspondiente, versa sobre indemnización de daños y perjuicios por
responsabilidad contractual, habiéndose declarado por resolución número veintiocho
corriente de fojas treinta a treinta y uno dictada el treinta y uno de agosto de dos mil
cuatro, atendiendo a la materia, nula la recurrida que declara fundada en parte la
demanda, consecuentemente, insubsistente lo actuado desde el auto de admisorio,
ordenándose remitir los autos al juez competente a fin de que renovando el acto
procesal realice la calificación respectiva.

Segundo.- Que, admitida la demanda incoada mediante Resolución número treinta y


tres obrante a fojas cuarenta y tres la parte demandada Corporación Peruana de
Aeropuertos y Aviación Comercial S.A., CORPAC S.A. propuso la excepción de
prescripción extintiva por escrito corriente de fojas cincuenta y uno a cincuenta y tres
presentado el trece de setiembre de dos mil cinco, señalando que al demandarse una
responsabilidad extracontractual, el plazo prescriptorio acorde a lo dispuesto por el
artículo 1993 del Código Civil se cuenta desde que el actor fue cesado en el cargo,
esto es, desde el veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos, siendo
esto así, al haberse notificado la demanda recién el ocho de setiembre de dos mil
cinco se ha excedido ampliamente el mínimo establecido para que opere la
prescripción conforme lo establece el artículo 1996 inciso 3 del antes citado cuerpo de
Leyes.

Tercero.- Que, el Juez del Quinto Juzgado Especializado en lo Civil de la Corte


Superior de Justicia del Callao, por resolución número cuatro, expedida en la Audiencia
de Saneamiento Procesal y Conciliación cuya acta corre de fojas setenta y uno a
setenta y cuatro, declara fundada la antes citada excepción, consiguientemente nulo
todo lo actuado y por concluido el proceso; señalando que la relación laboral concluyó
el veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos, por lo que la relación
contractual también concluyó en dicho acto, en tal sentido la pretensión de
indemnización por el lapso posterior sería de carácter extracontractual y por ende nulo
lo actuado ante el Juez Laboral quedando sin efecto la interrupción del plazo de
prescripción conforme a lo previsto por el artículo 439 inciso 3 del Código Procesal
Civil, continuando el cómputo de la prescripción hasta el ocho de setiembre de dos mil
cinco, fecha en que se notificó a Corpac con la demanda, consecuentemente, estando
a lo establecido por el artículo 2001 inciso 4) del Código Civil, el plazo de dos años
para demandar venció el veintiséis de diciembre de mil novecientos noventa y cuatro,
habiéndose interpuesto la demanda el nueve de abril de dos mil dos.

Cuarto.- Que, apelada dicha decisión, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia del Callao confirma la recurrida por Resolución número nueve, obrante de
fojas noventa y cinco a noventa y ocho, dictada el primero de octubre de dos mil siete;
considera que al tratarse de una responsabilidad contractual, el comienzo del plazo de
prescripción comienza a partir del día en que el demandante fue despedido, esto es, a
partir del veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos, por tanto, al
demandarse ante el Juzgado Laboral se produjo el primer emplazamiento, siendo que
al declarar la Sala Superior nulo lo actuado hasta el auto admisorio por considerarse
incompetente para conocer la pretensión indemnizatoria planteada, la interrupción de
dicho primer emplazamiento resulta ineficaz de conformidad a lo dispuesto por el
artículo 439 inciso 3) del Código Procesal Civil, continuando el plazo prescriptorio
hasta la notificación con la demanda, esto es, al ocho de setiembre de dos mil cinco
fecha en la que habría vencido el plazo previsto por el artículo 2001 inciso 1) del
Código Civil para interponer la acción personal.

Quinto.- Que, el demandante Lucio Teodoro Arcondo Surco interpone recurso de


casación contra la precitada decisión, declarando esta Sala Suprema procedente dicho
recurso según Resolución dictada el veinte de mayo de dos mil nueve, solo por la
causal prevista en el artículo 386, inciso 3) del Código Procesal Civil referente a la
contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso; alega el
recurrente que debe tenerse en cuenta que la fecha de inicio de la prescripción no
puede ser la fecha del despido, toda vez que este se hizo bajo aparentes causas
objetivas, las que recién fueron desvirtuadas a partir de la sentencia expedida por el
Tribunal Constitucional, esto es, a partir del once de julio de mil novecientos noventa y
siete, fecha en la que recién pudo constatarse el daño producido, venciendo dicho
plazo el diez de julio de dos mil siete sin deducir los periodos previstos en el inciso 8
del artículo 1994 del Código Civil, vulnerándose los artículos I y VII del Título
Preliminar del Código Civil.

Sexto.- Que, en el caso de autos, estando a que el acto administrativo por el que se
dispuso el despido del demandante dictado el dieciséis de octubre de mil novecientos
noventa y dos, fue materia de cuestionamiento vía acción de amparo, el plazo de
prescripción de diez años para interponer la demanda de indemnización por daños y
perjuicios por responsabilidad contractual previsto en el artículo 2001, inciso 1 del
Código Civil, se interrumpió con la citación con la demanda de amparo acorde a lo
preceptuado por el artículo 1996, inciso 3 del acotado, proceso en el que con fecha
cuatro de mayo de mil novecientos noventa y tres se dictó sentencia de primera
instancia, corriendo nuevamente el plazo de prescripción conforme a lo preceptuado
por el artículo 1998 del precitado Código Sustantivo, desde la fecha en que el Tribunal
Constitucional dictó sentencia final amparando el reclamo formulado por el Sindicato
Único de Trabajadores de la Corporación Peruana de Trabajadores, esto es, el once de
julio de mil novecientos noventa y siete, publicada en el diario oficial El Peruano el tres
de setiembre de mil novecientos noventa y siete.

Sétimo.- Que, siendo esto así, al haber el actor interpuesto la presente demanda el
nueve de abril de dos mil dos, lo ha hecho dentro del plazo previsto por Ley,
consecuentemente, configurándose la causal denunciada sobre contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso denunciada, correspondería el
reenvío de la causa a tenor de lo dispuesto por el artículo 396 inciso 2, del Código
Procesal Civil vigente antes de la modificatoria establecida por Ley número 29364, no
obstante, en atención al principio de economía y celeridad procesales previsto en el
artículo V del Título Preliminar del antes citado Código, procede excepcionalmente, en
sede de instancia, emitir pronunciamiento sobre el fondo de la presente controversia,
respecto a la excepción propuesta; fundamentos por los cuales MI VOTO es porque se
declare FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Lucio Teodoro Arcondo
Surco, consecuentemente NULA la resolución de vista obrante de fojas noventa y
cinco a noventa y ocho, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia del Callao, el primero de octubre de dos mil siete; y actuando en sede de
instancia SE REVOQUE el auto apelado corriente de fojas setenta y uno a setenta y
cuatro de fecha veinticinco de enero de dos mil seis, que declaró fundada la excepción
de prescripción extintiva y REFORMÁNDOSE el mismo se declare INFUNDADA la
referida excepción, debiendo proseguirse con el trámite de la causa según su estado;
en los seguidos con CORPAC S.A., sobre indemnización por daños y perjuicios;
constituyendo este voto, al amparo de lo establecido por el artículo 22 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, un cambio de criterio de la suscrita en relación a casos
anteriores en los que me haya pronunciado respecto a la excepción de prescripción: S.
VALCÁRCEL SALDAÑA.

LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES JUECES


SUPREMOS SALAS VILLALOBOS E IDROGO DELGADO SON COMO SIGUEN Y
CONSIDERANDO:

Primero.- La Doctrina ha conceptuado “el debido proceso” como un derecho humano o


fundamental que le asiste a toda persona por el solo hecho de serlo, y que le faculta a
exigir al Estado un juzgamiento imparcial y justo ante un juez responsable, competente
e independiente, toda vez que el Estado no solamente está en el deber de proveer la
prestación jurisdiccional a las partes o terceros legitimados, sino a proveerla con
determinadas garantías mínimas que le aseguren tal juzgamiento imparcial y justo, en
tanto que el debido proceso sustantivo no solo exige que la resolución sea razonable,
sino esencialmente justa.

Segundo.- Para efectos de determinar si en el caso en concreto se han infringido o no


las normas que garantizan el derecho a un debido proceso, es necesario hacer las
siguientes precisiones. La presente controversia gira en torno a la pretensión del
demandante, Lucio Teodoro Arcondo Surco, quien reclama a Corporación Peruana de
Aeropuertos y Aviación Comercial (en adelante Corpac), le pague una indemnización
por la suma de sesenta y ocho mil nuevos soles por concepto de daños y perjuicios;
entre los fundamentos de su demanda, el actor sostiene que ingresó a laborar a dicha
entidad el catorce de mayo de mil novecientos setenta y cinco, sin embargo, fue
despedido el veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos y restituido el
veintitrés de diciembre de mil novecientos noventa y siete; precisa que contra la
Resolución Directoral número 148-92-SR-CALL, de fecha dieciséis de octubre de mil
novecientos noventa y dos, el Sindicato Único de Trabajadores de Corpac, al cual
pertenecía, interpuso una acción de amparo, proceso que concluyó con sentencia
favorable de fecha once de julio de mil novecientos noventa y siete, emitida por el
Tribunal Constitucional, en la que se estableció la inaplicabilidad de la mencionada
resolución y además se ordenó la reincorporación de los asociados, entre ellos, el
demandante; la misma que se produjo el día veintitrés de diciembre de mil novecientos
noventa y siete, conforme se observa del acta de reincorporación.

Tercero.- La demandada Corpac, propone excepción de prescripción, argumentando


que la demanda se sustenta en una responsabilidad extracontractual, por lo que de
acuerdo con el artículo 1993 del Código Civil, el plazo de prescripción comienza a
contarse desde que el actor fue cesado en su cargo, esto es, desde el veinticinco de
diciembre de mil novecientos noventa y dos; en tal sentido, a la fecha de interposición
de la demanda, han transcurrido más de trece años, por lo que la acción ha prescrito,
al haberse excedido el plazo de dos años contemplado en el inciso 4 del artículo 2001
del Código Civil.

Cuarto.- El juez, mediante resolución obrante a fojas setenta y uno, su fecha


veinticinco de enero de dos mil seis, declaró fundada la excepción de prescripción
extintiva de la acción, sustentando su decisión, básicamente, en que la relación laboral
del demandante culminó el veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos;
por tanto, la relación contractual también concluyó en ese acto, por lo que la pretensión
de una indemnización por el lapso de tiempo posterior sería de carácter
extracontractual, derivado del daño ocasionado por haber terminado la relación laboral,
aunque en el petitorio se haya consignado como responsabilidad contractual, ya que la
indemnización solicitada deriva de la obligación genérica de no dañar, prevista en el
artículo 1969 del Código Civil; en tal sentido, la demanda fue interpuesta el nueve de
abril de dos mil dos en la vía laboral y fue notificada a la demandada el diecinueve de
abril de dos mil dos, pero al declararse nulo lo actuado ante el juez laboral, quedó sin
efecto la interrupción del plazo en atención a lo previsto por el artículo 439 inciso 3 del
Código Procesal Civil, por lo que el plazo de prescripción continuó corriendo hasta el
ocho de setiembre de dos mil cinco, fecha en que fue notificada a Corpac con la
demanda por el juzgado; por consiguiente, de conformidad con el inciso 4 del artículo
2001 del Código Civil, el plazo para interponer la demanda era de dos años, siendo
que en el caso de autos el plazo comenzó a correr desde el veintiséis de diciembre de
mil novecientos noventa y dos y venció el veintiséis de diciembre de mil novecientos
noventa y cuatro; por lo que debe declararse fundada la excepción; en consecuencia,
nulo todo lo actuado y por concluido el proceso.

Quinto.- Apelada dicha decisión, la Sala Superior mediante resolución de vista obrante
a fojas noventa y cinco, su fecha primero de octubre de dos mil siete, confirmó la
resolución antes mencionada, sustentando su decisión en que la presente demanda es
por responsabilidad contractual, remitiéndose al petitorio de la demanda; en cuanto al
plazo de prescripción, considera que esta comienza a correr a partir del día en que el
demandante fue despedido, esto es, a partir del veinticinco de diciembre de mil
novecientos noventa y dos; siendo que el actor interpuso la presente demanda el
nueve de abril de dos mil dos ante el juzgado laboral, quien produjo el primer
emplazamiento, pero que fue declarado nulo hasta el auto admisorio de la demanda
por la Sala Civil del Callao conforme es de verse de fojas treinta y dos, al declarar la
incompetencia del juzgado laboral para conocer la pretensión de indemnización por
daños y perjuicios solicitada por el trabajador, lo que incluye la nulidad de la
notificación del admisorio de la demanda, en esa medida, la excepción deducida se
encuentra dentro del supuesto contenido en el inciso 3 del artículo 439 del Código
Procesal Civil, que regula los casos de ineficacia de la interrupción de la prescripción,
por tanto, la interrupción producida por el primer emplazamiento resulta ineficaz,
continuando el plazo prescriptorio hasta la notificación de la demanda que hace el
juzgado civil el que se realizó el ocho de setiembre de dos mil cinco, fecha en la que ya
habría vencido el plazo que contiene el artículo 2001 inciso 1 del Código Civil, esto es,
el plazo de diez años.

Sexto.- Este Supremo Tribunal considera necesario señalar que si bien no ha sido
materia de cuestionamiento la conclusión de la Sala Superior consistente en que la
presente demanda se encuadra dentro del sistema de responsabilidad civil contractual,
toda vez que ni el impugnante ni la parte demandada han cuestionado dicha afirmación
del Colegiado; sin embargo, esta Sala cree conveniente hacer algunas precisiones al
respecto.
Sétimo.- En nuestro ordenamiento jurídico existe una clara delimitación entre el
régimen jurídico de la responsabilidad contractual y la extracontractual, pues el Código
Civil de mil novecientos ochenta y cuatro ha optado por un sistema bipartito, sin
embargo, en la doctrina se tiende a la unificación de dichas responsabilidades, toda
vez que ambas gozan de los mismos elementos que la configuran, como son la
antijuricidad, el daño, la relación de causalidad y los factores de atribución, no
obstante, existen diferencias marcadas como la extensión del daño, la relación de
causalidad, los factores de atribución, la graduación de la culpa y la prescripción.

Octavo.- Para poder distinguir las diferencias de ambos sistemas de responsabilidad,


es necesario analizar los siguientes comentarios. El italiano, Renato Scognamiglio,
manifiesta que “si se quiere orientar la perspectiva hacia los elementos o motivos de
fondo de la distinción, se pueden plantear los siguientes y bien significativos, puntos de
divergencia y de encuentro entre las dos formas de responsabilidad: cuando preexiste
una relación obligatoria, derivada de la autonomía contractual o de la ley, ella
constituye el criterio de acuerdo con el cual se realiza la regulación de los intereses de
las partes (involucradas en la relación); en tal supuesto, la responsabilidad es
considerada solo a causa de la inobservancia del vínculo y en cuanto constituye un
medio sucedáneo para restablecer la fuerza del mismo para producir efectos.
Contrariamente, si tiene lugar un daño injusto y si concurren los presupuestos de la ley
para que este sea asumido por un extraño, la determinación de la responsabilidad
produce la obligación que tiene por objeto la remoción de todos los daños
(jurídicamente) relevantes, según la exigencia del conflicto de intereses entre
lesionado y dañador, y con el fin de componer dicho conflicto, en los términos de una
nueva solidaridad”8. El italiano Guido Alpa sostiene que “es muy fácil efectuar la
distinción entre responsabilidad contractual y responsabilidad extracontractual, porque
la primera nace del incumplimiento de una obligación, mientras que la segunda nace
de la comisión de un acto ilícito”9. El español José Luis de los Mozos citando a Díez-
Picazo comenta al respecto que “la única forma de resolver el problema de la supuesta
concurrencia de las normas de la responsabilidad contractual y de la extracontractual,
“es considerar que siempre que entre las partes exista una relación contractual y el
daño es consecuencia del cumplimiento defectuoso o del incumplimiento de cualquiera
de los deberes contractuales que de dicha relación derivan, sean obligaciones
expresamente pactadas o deberes accesorios de conducta nacidos de la buena fe o de
los usos de los negocios, la responsabilidad es de carácter contractual y los tribunales
deben así declararlo haciendo uso en lo necesario de la regla iura novit curia”10.

Noveno.- En virtud de lo expuesto precedentemente, este Supremo Tribunal considera


que en el presente caso no hay duda de que estamos ante una responsabilidad civil de
carácter contractual, toda vez que la responsabilidad contractual es efecto de las
obligaciones, mientras que la extracontractual es fuente de obligaciones. En el caso en
concreto, tenemos que se presenta el primer supuesto, pues tenemos la preexistencia
de un vínculo jurídico (contrato laboral), celebrado entre Corpac y el demandante, el
cual habría sido incumplido por uno de los contratantes (empleadora) al poner término
a dicha relación en forma arbitraria; por tanto, dicho incumplimiento es un efecto de la
mencionada obligación. No obstante dicha conclusión, es cierto que en materia
indemnizatoria pueden presentarse zonas grises que dificultan la posibilidad de
determinar ante qué tipo de responsabilidad estamos, por lo que ante dicha situación
debemos tener en cuenta que no importa el origen del daño sino cómo solucionar las
consecuencias del mismo, para lo cual los juzgadores deberán recurrir a las soluciones
que la doctrina correspondiente plantea para dichos casos. Empero, como ya hemos
señalado, dicha conflicto no se presenta en el caso de autos, pues los elementos de la
responsabilidad contractual son evidentes.

Décimo.- Ahora bien, quedando zanjado el tema respecto al sistema de


responsabilidad ante el cual estamos, corresponde retornar al análisis de los
argumentos del presente recurso. Es objeto de cuestionamiento, las conclusiones de
las instancias de mérito consistentes en que en el presente caso habría operado la
prescripción de la acción de indemnización de daños y perjuicios. En el caso de la
resolución impugnada, la Sala Superior considera que el plazo de prescripción
comienza a partir de la fecha de despido del demandante, esto es, a partir del
veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos. Este criterio también es
asumido por el juez; discrepando respecto al sistema de responsabilidad contractual,
pues, según este último, estaríamos ante un caso de responsabilidad extracontractual,
mientras que la Sala considera que es un caso de responsabilidad contractual.

Undécimo.- En tal virtud, ya sea que estemos en cualquiera de los dos sistemas de
responsabilidad civil, es imprescindible que los juzgadores observen lo prescrito en el
artículo 1993 del Código Civil, según el cual: “La prescripción comienza a correr
desde el día en que puede ejercitarse la acción y continúa contra los sucesores
del titular del derecho”11. Respecto al numeral glosado, Juan Espinoza Espinoza
comenta que “una interpretación estrechamente literal, haría entender que el plazo
comienza a correr después de haberse producido el daño. Sin embargo, no siempre
ambas fechas coinciden: a veces “el día en que puede ejercitarse la acción” es aquel el
cual la víctima es conciente (o recién se entera) que ha sufrido daño. Entonces, el
hecho que la víctima esté en la posibilidad de ejercer la acción no coincide,
necesariamente, con la fecha en la cual se le produce el daño”12. Marcial Rubio
Correa sostiene que “el día en que puede ejercitarse la acción, no es una expresión
que suponga un referente de hecho sino uno de naturaleza jurídico-conceptual. Es
decir, la norma no exige que de hecho pueda ejercitarse la acción sino que, de
Derecho, la acción pueda ser interpuesta. Por ejemplo, si me causan un daño
extracontractual hoy, yo estoy en condiciones de ejercitar mi acción por
responsabilidad civil desde hoy mismo y, por consiguiente, es desde ahora que
empieza a correr el término de prescripción (...)”13.

Duodécimo.- En tal sentido, se advierte que los juzgadores al resolver la excepción de


prescripción de la acción no han observado lo dispuesto en el numeral 1993 del
Código Civil, el cual regula el término inicial del plazo de prescripción, pues es evidente
que no siempre coincide dicho plazo y el momento en que se ocasiona el daño. En el
presente caso, se desprende que si bien al demandante se le ocasionó daño con el
despido arbitrario, esto es, el día veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y
dos; sin embargo, en dicho momento no podía interponer la presente acción, pues el
acto administrativo mediante el cual se efectúa el despido mantenía validez, la cual
recién perdió a raíz de la sentencia expedida por el Tribunal Constitucional, de fecha
once de julio de mil novecientos noventa y siete, que dispone la inaplicación de la
Resolución Subdirectoral número148-92-SR-CALL y por extensión la Resolución
Directoral número 187-92-DR-LIM, por consiguiente, ordena la reincorporación de los
asociados del Sindicato de Corpac, entre ellos, el demandante, a sus puestos de
trabajo en Corpac.

Décimo tercero.- Es a partir de dicha fecha que recién puede empezar a correr el
plazo de prescripción, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 1993 del Código Civil;
por consiguiente, al haberse determinado que estamos ante un caso de
responsabilidad civil contractual, es de aplicación el plazo previsto en el numeral 2001,
inciso 1, del mencionado Código, según el cual prescriben a los diez años, la acción
personal, la acción real, la que nace de una ejecutoria y la de nulidad del acto jurídico.
En el caso en concreto, teniendo en cuenta que el término inicial del plazo de
prescripción comenzó a correr recién a partir del once de julio de mil novecientos
noventa y siete; siendo que la demandada, Corpac, fue notificada con la presente
demanda el ocho de setiembre de dos mil cinco; por consiguiente, se llega a la
conclusión de que todavía no ha transcurrido el plazo de diez años que estipula la ley
para que prescriba la presente acción.

Décimo cuarto.- En suma, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que los
juzgadores han infringido las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
al concluir que la presente acción habría prescrito, sin tener en cuenta el término inicial
del plazo de prescripción, regulado en el artículo 1993 del Código Civil, careciendo de
objeto pronunciarse respecto a lo alegado por el recurrente en cuanto a las causales
de suspensión e interrupción del plazo prescriptorio por ser impertinentes al caso en
concreto; por consiguiente, el recurso merece ser amparado al evidenciarse la
infracción de lo dispuesto en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del
Estado, referido a la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional y el
artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, referido al derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Por estas razones nuestro voto es porque se declare
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Lucio Teodoro Arcondo Surco; a
fojas ciento tres NULA la resolución de vista obrante a fojas noventa y cinco del
primero de octubre de dos mil siete, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia del Callao e INSUBSISTENTE la resolución obrante a fojas
setenta y uno, de fecha veinticinco de enero de dos mil seis, ORDENARON al juzgado
de origen proseguir con el trámite de la presente causa. Lima, tres de setiembre del
dos mil nueve: SS. SALAS VILLALOBOS, IDROGO DELGADO.

LOS FUNDAMENTOS DEL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES JUECES


SUPREMOS PALOMINO GARCÍA Y ÁLVAREZ LÓPEZ SON COMO SIGUE Y
CONSIDERANDO:

Primero.- Que, en el caso de autos, la demandada Corpac, propone la excepción de


prescripción extintiva, argumentando que la demanda se sustenta en un supuesto de
responsabilidad extracontractual, por lo que de acuerdo con el artículo 1993 del Código
Civil, el plazo de prescripción comienza a computarse desde que el demandante fue
cesado en su cargo, esto es, desde el 25 de diciembre de 1992; en tal sentido, a la
fecha de interposición de la demanda, han transcurrido más de 13 años, por lo que la
acción ha prescrito, al haberse excedido el plazo de 2 años contemplado en el inciso 4
del artículo 2001 del Código Civil.
Segundo.- El juez, mediante resolución de fojas setenta y uno, de fecha veinticinco de
enero de dos mil seis, ha declarado fundada la excepción de prescripción extintiva,
sustentando su decisión en que la relación laboral del demandante culminó el
veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos; por tanto, la relación
contractual también concluyó en ese acto, por lo que la pretensión de una
indemnización por el lapso de tiempo posterior sería de carácter extracontractual,
derivado del daño ocasionado por haber terminado la relación laboral, aunque en el
petitorio se haya consignado como responsabilidad contractual, ya que la
indemnización solicitada deriva de la obligación genérica de no dañar, prevista en el
artículo 1969 del Código Civil; en tal sentido, la demanda fue interpuesta el nueve de
abril del dos mil dos en la vía laboral, y fue notificada a la demandada el diecinueve de
abril de dos mil dos, pero al declararse nulo todo lo actuado ante el Juez Laboral,
quedó sin efecto la interrupción del plazo en atención a lo previsto por el artículo 439
inciso 3 del Código Procesal Civil, por lo que el plazo de prescripción continuó
corriendo hasta el ocho de setiembre de dos mil cinco, fecha en que el juzgado notificó
a Corpac con la demanda; por consiguiente, de conformidad con el inciso 4 del artículo
dos mil uno del Código Civil, el plazo para interponer la demanda era de dos años,
siendo que en el caso de autos, el plazo comenzó a correr desde el veintiséis de
diciembre de mil novecientos noventa y dos, y venció el veintiséis de diciembre de mil
novecientos noventa y cuatro; por lo que debe declararse fundada la excepción; en
consecuencia, nulo todo lo actuado y por concluido el proceso.

Tercero.- Apelada dicha decisión, la Sala Superior mediante resolución de fojas


noventa y cinco, su fecha primero de octubre del dos mil siete, confirmó la resolución
antes mencionada, sustentando su decisión en que la demanda es por responsabilidad
contractual, remitiéndose al petitorio de la demanda; en cuanto al plazo de
prescripción, considera que este comienza a correr a partir del día en que el
demandante fue despedido, esto es, a partir del veinticinco de diciembre de mil
novecientos noventa y dos; siendo que el actor interpuso la presente demanda el
nueve de abril de dos mil dos ante el Juzgado Laboral, quien produjo el primer
emplazamiento, pero que fue declarado nulo hasta el auto admisorio de la demanda
por la Sala Civil del Callao, conforme es de verse de fojas treinta y dos, al declarar la
incompetencia del Juzgado Laboral para conocer la pretensión de indemnización por
daños y perjuicio solicitada por el trabajador, lo que incluye la nulidad de la notificación
del admisorio de la demanda, en esa medida, la excepción deducida se encuentra
dentro del supuesto contenido en el inciso 3 del artículo 439 del Código Procesal Civil,
que regula los casos de ineficacia de la interrupción de la prescripción, por tanto, la
interrupción producida por el primer emplazamiento resulta ineficaz, continuando el
plazo prescriptorio hasta la notificación de la demanda que hace el Juzgado Civil, el
que se realizó el ocho de setiembre de dos mil cinco, fecha en la que ya habría
vencido el plazo que contiene el artículo 2001 inciso 1 del Código Civil, esto es, el
plazo de diez años.
Cuarto.- En cuanto al tipo de responsabilidad civil se deben efectuar algunas
precisiones, en la decisión de primera instancia se indicó que la responsabilidad
calificaba como extracontractual, en la apelación se denunció que la responsabilidad
era contractual, y en la segunda instancia se indicó que, según el petitorio de la
demanda, es contractual; en ese sentido, en el recurso se casación, la fundamentación
de la denuncia casatoria declarada procedente tiene como presupuesto que se está
ante un supuesto de responsabilidad contractual; sin embargo, el juez supremo que
suscribe este voto tiene ya sentada la posición, según reiterada jurisprudencia
suprema que, la indemnización que se reclama como consecuencia de despidos
arbitrarios así declarados por el juez especial, son de naturaleza
extracontractual, dado que no se refiere al resarcimiento de un daño producido
por la inejecución o incumplimiento de un contrato de trabajo, sino que es
consecuencia de la declaración de arbitrariedad de un despido, dictado por el
Juez Constitucional.

Quinto.- En ese sentido, se está ante un supuesto de responsabilidad


extracontractual, siendo que cuando el cómputo del plazo es previsto por años, según
el artículo 183 del Código Civil (de aplicación supletoria al cómputo de los plazos
procesales), si el plazo legal está previsto por años, el plazo se cumple en el año de
vencimiento, y en el mes y día de este correspondiente a la fecha del mes inicial; en
ese sentido, no resulta aplicable lo previsto en el inciso 8 del artículo 1994 del Código
Civil, para buscar deducir del plazo por los días de huelga del personal a nivel
nacional, los días de apertura del año judicial y el del día del juez; y segundo, porque al
haber señalado el criterio ya sentado en el considerando anterior, el cómputo del plazo
se inicia, en este caso, a partir de la decisión tomada por el Tribunal Constitucional, la
que se afirma data del once de julio de mil novecientos noventa y siete; entonces,
habiéndose declarado la nulidad del inicial emplazamiento con la demanda operado en
sede laboral, la fecha válida a tomarse en cuenta (para efectos de la interrupción del
plazo prescriptorio) es el emplazamiento en sede civil, el mismo que se produjo el
ocho de setiembre del dos mil cinco (según fecha indicada en las decisiones de
primera y segunda instancia); entonces, entre el once de julio de mil novecientos
noventa y siete y el ocho de setiembre del dos mil cinco han transcurrido más de los
dos años previstos para la prescripción extintiva, en sede de responsabilidad
extracontractual.

Por tales razones expuestas, MI VOTO es porque se declare INFUNDADO el recurso


de casación interpuesto por Lucio Teodoro Arcondo Surco; en los seguidos con Corpac
Sociedad Anónima sobre indemnización por daños y perjuicios. Lima, diecinueve de
octubre del dos mil nueve: S. PALOMINO GARCÍA, ÁLVAREZ LÓPEZ, el secretario de
la Sala que suscribe certifica: Que, el señor Juez Supremo Solís Espinoza no vuelve a
suscribir su voto que efectuara el tres de setiembre de dos mil nueve por fallecimiento;
la señora Juez Supremo Aranda Rodríguez vuelve a suscribir su voto que emitido el
tres de setiembre de dos mil nueve que obra de fojas cincuenta y ocho a sesenta y
ocho del cuaderno de casación; los señores Jueces Supremos Salas Villalobos e
Idrogo Delgado no vuelven a suscribir su voto que fuera emitido el tres de setiembre de
dos mil nueve que obran de fojas cincuenta a cincuenta y ocho por haber renunciado a
esta institución del Estado, y por haber cesado en sus funciones, respectivamente; el
señor Juez Supremo Palomino García no vuelve a suscribir su voto que fuera emitido
el tres de setiembre de dos mil nueve que obra de fojas sesenta y ocho a setenta y dos
por haber cesado en sus funciones.

___________________________
1ARIANO DEHO, Eugenia. Código Civil Comentado por los 100 Mejores Juristas.
Tomo X, 2005, p. 284.

2MORELLO, Augusto. Indemnización del daño contractual. Ed. Abeledo-Perrot, 1974,


p. 12.

3TABOADA CÓRDOVA, Lizardo. Elementos de la responsabilidad civil. Grijley, 2005, p.


30.

4VÁSQUEZ VIALARD, Antonio. La responsabilidad en el Derecho del Trabajo. Editorial


Astrea, Buenos Aires, 1988,

p. 48.

5ALBALADEJO, Manuel. Derecho Civil I, Introducción y Parte General. Volumen


Segundo, Editorial Bosh, 1996, p. 484.

6Código Civil

Artículo 1996

Se interrumpe la prescripción por: inciso 3: Citación con la demanda o por otro acto
con el que se notifique al deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad
incompetente.

7Código Procesal Civil

Artículo 3

Los derechos de acción y contradicción en materia procesal civil no admiten limitación


ni restricción para su ejercicio, sin perjuicio de los requisitos procesales previstos en
este Código.

8“Responsabilidad Civil Contemporánea”. En: Ius Et Veritas. Ara Editores, Lima, 2009,
p. 249.

9Nuevo Tratado de la Responsabilidad Civil. Alpa, Guido Jurista Editores, Lima, 2006,
p. 160.

10Responsabilidad Civil. Derecho de Daños. Instituciones de Derecho Privado. Grijley,


Lima, p. 200.

11Sombreado es de esta Sala Suprema.

12ESPINOZA ESPINOZA, Juan. Derecho de la responsabilidad civil. Gaceta Jurídica,


Lima, 2003, p. 244.
13Prescripción y Caducidad. La extinción de acciones y derechos en el Código Civil.
Vol. VII. Biblioteca para leer el Código Civil. Fondo Editorial, Lima, 2003.

Gaceta Jurídica- Servicio Integral de Información Jurídica


Contáctenos en: informatica@gacetajuridica.com.pe

S-ar putea să vă placă și