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TEMA RELEVANTE
JURISPRUDENCIA
CAS. Nº 945-2009-CALLAO
Vista la causa en discordia número novecientos cuarenta y cinco - dos mil nueve, y con
el voto del señor Juez Supremo Calderón Castillo, quien se adhiere a los fundamentos
del voto de los señores Jueces Supremos Solís Espinoza, Aranda Rodríguez y
Valcárcel Saldaña; en audiencia pública de la fecha, y producida la votación
correspondiente de acuerdo a ley, emite la siguiente sentencia:
III. CONSIDERANDOS:
Segundo.- Siendo ello así, advirtiéndose de autos que lo que viene a conocimiento en
esta Sede Casatoria es un auto inhibitorio que se pronuncia sobre la prescripción
extintiva de la acción, el cual guarda relación con el interés para obrar del demandante,
corresponde analizar si se ha afectado o no la tutela jurisdiccional efectiva, que a decir
del recurrente, por el hecho de no haberse aplicado el inciso 8 del artículo 1994 del
Código Civil que establece la suspensión de la prescripción mientras sea imposible
reclamar el derecho ante un Tribunal peruano.
Quinto.- Por otro lado, el recurrente también bajo la figura de afectación a la tutela
jurisdiccional efectiva alega que el plazo prescriptorio debe computarse desde la
emisión de la sentencia del Tribunal Constitucional, es decir, desde el once de julio de
mil novecientos noventa y siete. Sobre este aspecto, las instancias de mérito han
establecidos que el demandante con fecha veinticinco de diciembre de mil novecientos
noventa y dos fue objeto de despido como trabajador de Corpac, mediante Resolución
Subdirectoral número 148-92-SR-CALL, contra dicho acto administrativo el Sindicato
de Trabajadores interpuso una demanda de amparo, la misma que fue resuelta en
instancia definitiva por el Tribunal Constitucional mediante Sentencia número 048-
1995-AA, de fecha once de julio de mil novecientos noventa y siete, que dispuso la
reincorporación a su puesto de trabajo, entre otros, al recurrente, quien fue
efectivamente reincorporado el veintitrés de diciembre de mil novecientos noventa y
siete.
Sexto.- Expuesto así los hechos, para efectos del cómputo del plazo prescriptorio, es
necesario determinar si la responsabilidad civil que se reclama es de naturaleza
contractual o extracontractual. En principio la responsabilidad es la obligación de
soportar una desventaja a causa de un hecho dañoso. Augusto Morello2 señala que la
responsabilidad contractual como extracontractual difieren en razón a los hechos que
las originan y por los efectos que la ley les asigna, así la responsabilidad contractual
presupone la existencia de una obligación particular, concreta, es decir, convenida
libremente por las partes; se requiere también que esta haya sido incumplida por el
deudor. Agrega, que la reparación como medio de resarcimiento al acreedor
contractual implica una modificación o sustitución del contenido originario de la
prestación, mientras que el supuesto de resarcimiento al perjudicado por un hecho
extracontractual tiene carácter de obligación nueva. Lizardo Taboada Córdova3, sobre
este mismo aspecto refiere que cuando el daño se produce sin que exista ninguna
relación jurídica previa entre las partes, o incluso existiendo ella, el daño es
consecuencia, no del incumplimiento de una obligación voluntaria, sino simplemente
del deber jurídico genérico de no causar daño a otro, nos encontramos en el ámbito de
la responsabilidad extracontractual.
Sétimo.- En el caso que nos ocupa el actor reclama indemnización derivada de una
relación contractual (contrato de trabajo) por incumplimiento de un deber por parte de
su empleador. Por lo que a criterio del suscrito, lo que se reclama en la presente causa
es una indemnización por responsabilidad de carácter contractual, posición que se
asume teniendo en cuenta que en toda relación contractual no solamente las partes
tienen que cumplir con las prestaciones a las que se obligaron, sino además tienen
que cumplir ciertos deberes a fin de hacer posible la prestación asumida por los
contratantes. Así el acreedor tiene el deber de realizar ciertos actos necesarios para
facilitar que la prestación se cumpla a su favor con el cual se habrá satisfecho el deber
de cooperación que pesa sobre el deudor; por ejemplo en una relación obligatoria
laboral, además de la prestación principal de empleador, de remunerar al trabajador,
existe el deber de facilitar la labor del empleado. En otras palabras, la responsabilidad
contractual no necesariamente supone el incumplimiento de una prestación específica
o principal, sino también nace por el incumplimiento de deberes que subyacen de la
relación obligatoria ligados a su ejecución, como los de protección, de seguridad,
buena fe, entre otros, los cuales hacen posible la consecución del fin contractual –
satisfacción de los intereses de las partes–. A lo anterior cabe agregar la posición
asumida por Antonio Vásquez Vialard4, quien refiriéndose la responsabilidad
contractual laboral, señala que las normas de orden público laboral, resultan
obligatorias en virtud a un acuerdo de voluntades mediante el cual las partes
convienen que una de ellas podrá su capacidad de trabajo a disposición de la otra y
este la recibirá y remunerará y en virtud a ello, asumirán las demás obligaciones
pactadas y las determinadas en una norma legal, que al efecto se incorporan al
negocio jurídico, por tanto esta última se hacen obligatorias en razón del acuerdo. En
consecuencia, para el caso que nos ocupa habría incumplimiento derivada de una
relación contractual por parte de la demandada al no haber observado las normas que
regulan el cese colectivo, tal como lo hace notar la sentencia del Tribunal
Constitucional que sirve de sustento a la presente demanda.
Octavo.- Por otro lado, cabe precisar que si bien es cierto el proceso de amparo que
favoreció al recurrente se tramitó bajo los alcances de la derogada Ley Nº 23506, por
el cual se establecía –en el artículo 11– la posibilidad de indemnizar a la víctima por la
afectación a un derecho fundamental. Sin embargo, la sola verificación de la afectación
de un derecho constitucional no determina la naturaleza de la responsabilidad civil,
sino lo que determina son los antecedentes que produjeron dicha afectación; más aún
si el daño se origina desde el momento mismo de la violación o amenaza del derecho
cuya protección constitucional se tutela y no desde que el juez constitucional declare la
violación arbitraria al mencionado derecho. No puede sustentarse que el daño que se
reclama en el presente proceso es de naturaleza extracontractual como consecuencia
de una declaración de arbitrariedad de un despido dictado por el juez constitucional,
por cuanto el hecho generador del daño y consecuentemente para la reparación no es
propiamente la sentencia del juez constitucional, sino el despido, correspondiendo a
los órganos jurisdiccionales sea juez constitucional o ordinario verificar la antijuricidad
o no de aquel. De manera que para el caso que nos ocupa, la sentencia constitucional
que declara la ilegalidad del despido no es más que la verificación de un aspecto de la
responsabilidad civil, esto es, la antijuricidad del hecho. Por ello, a criterio del suscrito,
la responsabilidad que se reclama en el presente caso es una de naturaleza
contractual derivado del incumplimiento de deberes originados en la relación
contractual.
Décimo.- Para el caso de autos, se advierte que si bien el actor fue despedido en el
año mil novecientos noventa y dos como consecuencia de una Resolución
Administrativa de Cese Colectivo –Resolución Subdirectoral número 148-92-
SR.CALL–, por lo que podríamos decir que el hecho dañoso se produjo en aquella
data; sin embargo aquella situación no puede considerarse para el inicio del cómputo
del plazo prescriptorio, debido a que el acto administrativo de cese colectivo revestía
visos de legalidad al haber sido emitida por una entidad competente encargada de
autorizar los ceses colectivos, luego de un procedimiento administrativo, especial
circunstancia que en este caso impidió que el actor conociera la situación de ilegalidad
del mencionado hecho y por ende no podía formular su pretensión indemnizatoria
hasta que recién en forma notoria, con la sentencia del Tribunal Constitucional de
fecha once de julio de año mil novecientos noventa y siete, se vislumbró la situación de
ilegalidad del cese colectivo, por ello, en este específico caso –donde el acto dañoso
fue emitido por la autoridad administrativa competente, de quien se presume que sus
decisiones revisten visos de licitud– es posible concluir que a partir de esta última
fecha –once de julio del año mil novecientos noventa y siete– el actor pudo conocer de
manera notoria la situación de ilegalidad del acto de despido, estando en evidente
condición de poder ejercer su derecho reclamando los eventuales daños que habría
sufrido como consecuencia del mencionado acto ilegal. En tal sentido el plazo
prescriptorio debe computarse desde el once de julio del año mil novecientos noventa
y siete y a la fecha en que fue notificado Corpac con la presente demanda (ocho de
setiembre del dos mil cinco) aún no ha transcurrido el plazo previsto en el inciso 1 del
artículo 2001 del Código Civil, por lo que las decisiones emitidas por las instancias de
mérito no se ajustan a derecho, pues resultan impeditivas de la realización del derecho
a una tutela jurisdiccional efectiva.
Segundo.- El plazo para el cómputo del decurso prescriptorio es de diez años por
tratarse de una responsabilidad contractual, criterio que mantiene la suscrita, desde
que, tratándose de una demanda de indemnización por daños y perjuicios, en la cual
precisa que el daño sufrido por el accionante es haber sido cesado en forma colectiva
de su centro de trabajo sin justificación alguna, estamos ante el incumplimiento de un
deber del empleador, en este caso Corpac.
Tercero.- Respecto a los momentos inicial y final que deben tenerse en cuenta para el
cómputo del plazo de la prescripción, la suscrita considera que conforme lo señala en
artículo 1993 del Código sustantivo, la prescripción comienza a correr desde el día en
que puede ejercitarse la acción y continúa contra los sucesores del titular del derecho.
Dentro de ese contexto, se tiene que el término inicial se considera según coinciden
ambas partes procesales, desde el once de julio de mil novecientos noventa y siete,
que es la fecha de la resolución Subdirectoral número 148-92-SR-CALL que ordena la
reincorporación de los asociados del Sindicato de Corpac, siendo este el inicio del
término prescriptorio, porque a partir de dicho momento hasta el último día de plazo
(diez de años) correrá el tiempo requerido para determinar si ha operado la
prescripción extintiva.
Cuarto.- Que, apelada dicha decisión, la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia del Callao confirma la recurrida por Resolución número nueve, obrante de
fojas noventa y cinco a noventa y ocho, dictada el primero de octubre de dos mil siete;
considera que al tratarse de una responsabilidad contractual, el comienzo del plazo de
prescripción comienza a partir del día en que el demandante fue despedido, esto es, a
partir del veinticinco de diciembre de mil novecientos noventa y dos, por tanto, al
demandarse ante el Juzgado Laboral se produjo el primer emplazamiento, siendo que
al declarar la Sala Superior nulo lo actuado hasta el auto admisorio por considerarse
incompetente para conocer la pretensión indemnizatoria planteada, la interrupción de
dicho primer emplazamiento resulta ineficaz de conformidad a lo dispuesto por el
artículo 439 inciso 3) del Código Procesal Civil, continuando el plazo prescriptorio
hasta la notificación con la demanda, esto es, al ocho de setiembre de dos mil cinco
fecha en la que habría vencido el plazo previsto por el artículo 2001 inciso 1) del
Código Civil para interponer la acción personal.
Sexto.- Que, en el caso de autos, estando a que el acto administrativo por el que se
dispuso el despido del demandante dictado el dieciséis de octubre de mil novecientos
noventa y dos, fue materia de cuestionamiento vía acción de amparo, el plazo de
prescripción de diez años para interponer la demanda de indemnización por daños y
perjuicios por responsabilidad contractual previsto en el artículo 2001, inciso 1 del
Código Civil, se interrumpió con la citación con la demanda de amparo acorde a lo
preceptuado por el artículo 1996, inciso 3 del acotado, proceso en el que con fecha
cuatro de mayo de mil novecientos noventa y tres se dictó sentencia de primera
instancia, corriendo nuevamente el plazo de prescripción conforme a lo preceptuado
por el artículo 1998 del precitado Código Sustantivo, desde la fecha en que el Tribunal
Constitucional dictó sentencia final amparando el reclamo formulado por el Sindicato
Único de Trabajadores de la Corporación Peruana de Trabajadores, esto es, el once de
julio de mil novecientos noventa y siete, publicada en el diario oficial El Peruano el tres
de setiembre de mil novecientos noventa y siete.
Sétimo.- Que, siendo esto así, al haber el actor interpuesto la presente demanda el
nueve de abril de dos mil dos, lo ha hecho dentro del plazo previsto por Ley,
consecuentemente, configurándose la causal denunciada sobre contravención de las
normas que garantizan el derecho a un debido proceso denunciada, correspondería el
reenvío de la causa a tenor de lo dispuesto por el artículo 396 inciso 2, del Código
Procesal Civil vigente antes de la modificatoria establecida por Ley número 29364, no
obstante, en atención al principio de economía y celeridad procesales previsto en el
artículo V del Título Preliminar del antes citado Código, procede excepcionalmente, en
sede de instancia, emitir pronunciamiento sobre el fondo de la presente controversia,
respecto a la excepción propuesta; fundamentos por los cuales MI VOTO es porque se
declare FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Lucio Teodoro Arcondo
Surco, consecuentemente NULA la resolución de vista obrante de fojas noventa y
cinco a noventa y ocho, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte Superior de
Justicia del Callao, el primero de octubre de dos mil siete; y actuando en sede de
instancia SE REVOQUE el auto apelado corriente de fojas setenta y uno a setenta y
cuatro de fecha veinticinco de enero de dos mil seis, que declaró fundada la excepción
de prescripción extintiva y REFORMÁNDOSE el mismo se declare INFUNDADA la
referida excepción, debiendo proseguirse con el trámite de la causa según su estado;
en los seguidos con CORPAC S.A., sobre indemnización por daños y perjuicios;
constituyendo este voto, al amparo de lo establecido por el artículo 22 de la Ley
Orgánica del Poder Judicial, un cambio de criterio de la suscrita en relación a casos
anteriores en los que me haya pronunciado respecto a la excepción de prescripción: S.
VALCÁRCEL SALDAÑA.
Quinto.- Apelada dicha decisión, la Sala Superior mediante resolución de vista obrante
a fojas noventa y cinco, su fecha primero de octubre de dos mil siete, confirmó la
resolución antes mencionada, sustentando su decisión en que la presente demanda es
por responsabilidad contractual, remitiéndose al petitorio de la demanda; en cuanto al
plazo de prescripción, considera que esta comienza a correr a partir del día en que el
demandante fue despedido, esto es, a partir del veinticinco de diciembre de mil
novecientos noventa y dos; siendo que el actor interpuso la presente demanda el
nueve de abril de dos mil dos ante el juzgado laboral, quien produjo el primer
emplazamiento, pero que fue declarado nulo hasta el auto admisorio de la demanda
por la Sala Civil del Callao conforme es de verse de fojas treinta y dos, al declarar la
incompetencia del juzgado laboral para conocer la pretensión de indemnización por
daños y perjuicios solicitada por el trabajador, lo que incluye la nulidad de la
notificación del admisorio de la demanda, en esa medida, la excepción deducida se
encuentra dentro del supuesto contenido en el inciso 3 del artículo 439 del Código
Procesal Civil, que regula los casos de ineficacia de la interrupción de la prescripción,
por tanto, la interrupción producida por el primer emplazamiento resulta ineficaz,
continuando el plazo prescriptorio hasta la notificación de la demanda que hace el
juzgado civil el que se realizó el ocho de setiembre de dos mil cinco, fecha en la que ya
habría vencido el plazo que contiene el artículo 2001 inciso 1 del Código Civil, esto es,
el plazo de diez años.
Sexto.- Este Supremo Tribunal considera necesario señalar que si bien no ha sido
materia de cuestionamiento la conclusión de la Sala Superior consistente en que la
presente demanda se encuadra dentro del sistema de responsabilidad civil contractual,
toda vez que ni el impugnante ni la parte demandada han cuestionado dicha afirmación
del Colegiado; sin embargo, esta Sala cree conveniente hacer algunas precisiones al
respecto.
Sétimo.- En nuestro ordenamiento jurídico existe una clara delimitación entre el
régimen jurídico de la responsabilidad contractual y la extracontractual, pues el Código
Civil de mil novecientos ochenta y cuatro ha optado por un sistema bipartito, sin
embargo, en la doctrina se tiende a la unificación de dichas responsabilidades, toda
vez que ambas gozan de los mismos elementos que la configuran, como son la
antijuricidad, el daño, la relación de causalidad y los factores de atribución, no
obstante, existen diferencias marcadas como la extensión del daño, la relación de
causalidad, los factores de atribución, la graduación de la culpa y la prescripción.
Undécimo.- En tal virtud, ya sea que estemos en cualquiera de los dos sistemas de
responsabilidad civil, es imprescindible que los juzgadores observen lo prescrito en el
artículo 1993 del Código Civil, según el cual: “La prescripción comienza a correr
desde el día en que puede ejercitarse la acción y continúa contra los sucesores
del titular del derecho”11. Respecto al numeral glosado, Juan Espinoza Espinoza
comenta que “una interpretación estrechamente literal, haría entender que el plazo
comienza a correr después de haberse producido el daño. Sin embargo, no siempre
ambas fechas coinciden: a veces “el día en que puede ejercitarse la acción” es aquel el
cual la víctima es conciente (o recién se entera) que ha sufrido daño. Entonces, el
hecho que la víctima esté en la posibilidad de ejercer la acción no coincide,
necesariamente, con la fecha en la cual se le produce el daño”12. Marcial Rubio
Correa sostiene que “el día en que puede ejercitarse la acción, no es una expresión
que suponga un referente de hecho sino uno de naturaleza jurídico-conceptual. Es
decir, la norma no exige que de hecho pueda ejercitarse la acción sino que, de
Derecho, la acción pueda ser interpuesta. Por ejemplo, si me causan un daño
extracontractual hoy, yo estoy en condiciones de ejercitar mi acción por
responsabilidad civil desde hoy mismo y, por consiguiente, es desde ahora que
empieza a correr el término de prescripción (...)”13.
Décimo tercero.- Es a partir de dicha fecha que recién puede empezar a correr el
plazo de prescripción, de acuerdo a lo estipulado en el artículo 1993 del Código Civil;
por consiguiente, al haberse determinado que estamos ante un caso de
responsabilidad civil contractual, es de aplicación el plazo previsto en el numeral 2001,
inciso 1, del mencionado Código, según el cual prescriben a los diez años, la acción
personal, la acción real, la que nace de una ejecutoria y la de nulidad del acto jurídico.
En el caso en concreto, teniendo en cuenta que el término inicial del plazo de
prescripción comenzó a correr recién a partir del once de julio de mil novecientos
noventa y siete; siendo que la demandada, Corpac, fue notificada con la presente
demanda el ocho de setiembre de dos mil cinco; por consiguiente, se llega a la
conclusión de que todavía no ha transcurrido el plazo de diez años que estipula la ley
para que prescriba la presente acción.
Décimo cuarto.- En suma, esta Sala Suprema llega a la conclusión de que los
juzgadores han infringido las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
al concluir que la presente acción habría prescrito, sin tener en cuenta el término inicial
del plazo de prescripción, regulado en el artículo 1993 del Código Civil, careciendo de
objeto pronunciarse respecto a lo alegado por el recurrente en cuanto a las causales
de suspensión e interrupción del plazo prescriptorio por ser impertinentes al caso en
concreto; por consiguiente, el recurso merece ser amparado al evidenciarse la
infracción de lo dispuesto en el artículo 139 inciso 3 de la Constitución Política del
Estado, referido a la observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional y el
artículo I del Título Preliminar del Código Procesal Civil, referido al derecho a la tutela
jurisdiccional efectiva. Por estas razones nuestro voto es porque se declare
FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Lucio Teodoro Arcondo Surco; a
fojas ciento tres NULA la resolución de vista obrante a fojas noventa y cinco del
primero de octubre de dos mil siete, expedida por la Segunda Sala Civil de la Corte
Superior de Justicia del Callao e INSUBSISTENTE la resolución obrante a fojas
setenta y uno, de fecha veinticinco de enero de dos mil seis, ORDENARON al juzgado
de origen proseguir con el trámite de la presente causa. Lima, tres de setiembre del
dos mil nueve: SS. SALAS VILLALOBOS, IDROGO DELGADO.
___________________________
1ARIANO DEHO, Eugenia. Código Civil Comentado por los 100 Mejores Juristas.
Tomo X, 2005, p. 284.
p. 48.
6Código Civil
Artículo 1996
Se interrumpe la prescripción por: inciso 3: Citación con la demanda o por otro acto
con el que se notifique al deudor, aun cuando se haya acudido a un juez o autoridad
incompetente.
Artículo 3
8“Responsabilidad Civil Contemporánea”. En: Ius Et Veritas. Ara Editores, Lima, 2009,
p. 249.
9Nuevo Tratado de la Responsabilidad Civil. Alpa, Guido Jurista Editores, Lima, 2006,
p. 160.