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Universidad de los Andes

Facultad de Ciencias

Departamento de Física

Asignatura: Sociología

Física y filosofía

W. Heisenberg

Ensayo critico

Karol A. García M.

C.I. 27.364.021

Mérida, 2018
El modo en como percibimos el mundo nos ha llevado por distintos
caminos, con el pasar del tiempo hemos ampliado nuestros horizontes
perspectivos hacía la pluralidad del pensamiento tanto religioso, como social o
intelectual. Esta diversidad cultural se manifiesta de distintas maneras, y ha
estado siempre presente en la historia del progreso humano, como umbrales
que nos aproximan a verdades o realidades comunes. Como sabemos la
mente humana es compleja, y en ella coexiste el cuestionamiento, es decir la
necesidad inherente de plantearnos distintas interrogantes, así como lo hicieron
grandes filósofos, científicos y artistas, cuyas ideas, incluso hoy día,
representan parte indispensable del conocimiento universal.

Incógnitas que van desde ¿por qué existen ciertos fenómenos naturales?
hasta enigmas sobre la propia existencia, todas estas cuestiones dan lugar a la
filosofía que representa el pilar de las distintas ciencias y disciplinas , por lo
tanto son los individuos que se apoyan en ella los que hacen posible una
mediana comprensión de nuestro entorno, podemos nombrar por ejemplo al
físico alemán Werner Heisenberg, quien al hacer una comparación entre las
ideas del pasado y los descubrimientos de nuestro presente, así como el
impacto que esto causa en la sociedad, intenta demostrar que la ciencia y la
filosofía funcionan juntas, adentrándonos con ello en el mundo de la física
moderna.

Para introducir lo que representa la física en nuestros días, Heisenberg en


su obra titulada física y filosofía nos explica cómo ha sido necesario un cambio
en los conceptos fundamentales de la ciencia por medio de la filosofía. Para
acceder a investigaciones en el ámbito de la física nuclear, basó su interés en
el desarrollo de nuevos principios sobre la teoría cuántica, resaltando la
importancia de la física en el ámbito político y particularmente en la creación de
armas con fines bélicos, además de destaca el papel que cumple el científico
en la creación de las mismas.

Al comienzo de su libro Heisenberg enfatiza el desarrollo de las


sociedades a través de los nuevos descubrimientos de la ciencia, para ilustrar
esto, se basa en propuestas como el principio de incertidumbre en la mecánica
cuántica, que además forma parte de un grupo de ideas bastante complejas
que la sociedad en su totalidad no logra adaptar a sus antiguas tradiciones, y
por lo tanto, instaurarlas como un pensamiento colectivo no es considerado
como un trabajo equitativo, puesto que, la existencia de una sociedad
fragmentada y dividida en países cuyo desarrollo se ha mantenido en un nivel
cultural bastante desequilibrado, permite a algunas colectividades aceptar de
manera gradual los cambios en su entorno, no obstante, en aquellas
sociedades donde no se ha llevado a cabo un cambio notable en sus
tradiciones, estas ideas vanguardistas habrán de confrontarse con
fundamentos religiosos y filosóficos propios de su cultura, trayendo como
resultado que sea más difícil instaurar estas nuevas corrientes científicas.

Por ejemplo encontramos al postulado del tiempo absoluto de Newton,


algunos físicos no estaban del todo convencidos, pues era evidente que las
ecuaciones propuestas que describen la evolución dinámica de un sistema
físico, no cambian su forma si se invierte en ellas el sentido del tiempo,
igualmente esto no fue tomado en cuenta sino hasta entrado el siglo XIX, con la
aparición de la termodinámica, que en un principio se enfocó en la descripción
de las máquinas de vapor, y que más adelante dio lugar a la aparición de las
leyes que rigen el comportamiento de la energía en los objetos, pero el
problema esencial radicaba en que ni las ecuaciones de la mecánica, ni
ninguna ley fundamental de la física implicaba la existencia de una dirección
del tiempo; fue entonces cuando pasado y futuro pasaron a ser sólo conceptos
relativos.

En el trascurso el siglo XIX, muchos físicos trataron de demostrar la


segunda ley de la termodinámica a partir de principios fundamentales, pero fue
Ludwig Boltzmann quien más se aproximó a una explicación aceptable, él creía
firmemente en la existencia de las moléculas y desarrolló lo que se conoce
actualmente como la teoría cinética: rama de la física que estudia el
comportamiento estadístico de sistemas compuestos de un número muy
grande de partículas en interacción. Las moléculas se mueven y chocan unas
con otras constantemente, intercambiando energía entre ellas.

En esta esfera, la mecánica cuántica nos dicta además que “la posición y
la velocidad de una partícula (como un electrón que gira en un átomo) solo
pueden medirse al mismo tiempo con una precisión limitada” (Doménech, 2015.
S/P), este postulado representó para la época un cambio en nuestra forma de
ver la realidad y sobre todo de acercarnos al mundo subatómico, ya que nos
estimuló a replantearnos aquello que creíamos infalible con respecto a la física
de los objetos. Conceptos tales como el tiempo, el espacio y la realidad fueron
quebrantados con la aparición de ésta y otras teorías, se descubrió entonces
que las partículas y su comportamiento a nivel subatómico era diferente e
indeterminado, y por lo tanto no podían ser estudiadas de la misma manera en
que se abordaban otros fenómenos.

Esto fue aprobado por la comunidad científica hasta que, en 1905, Albert
Einstein presentó la teoría de la relatividad, en la cual no existe un tiempo
absoluto, sino lapsos que dependen de cada observador. Einstein demostró
que existe una conexión básica entre espacio y tiempo, y que un intervalo de
tiempo o una sección de espacio pueden variar según el observador, de modo
tal que la duración de los procesos depende del sistema de referencia desde el
cual se observan, esto permitió a los físicos entender mejor el comportamiento
de los objetos en el espacio, por ejemplo: el tiempo transcurrido en una nave
espacial que se mueve (con respecto a la Tierra) a una velocidad muy cercana
a la de la luz es sustancialmente menor al tiempo medido por los que se
quedan en la Tierra: los viajeros pueden regresar y encontrarse a sus hijos o
nietos más viejos que ellos mismos. Más adelante este efecto fue comprobado
en las partículas subatómicas generadas con velocidades muy grandes.

A pesar de lo sorprendente que es la relatividad del tiempo predicha por


Einstein, esta teoría no explica el fluir del tiempo, como tampoco lo hace la
física newtoniana. Por eso, quizás, en ese aspecto, es fundamental la teoría de
Boltzmann, con su énfasis en la manifestación estadística de los procesos
microscópicos.

El punto esencial en todo esto es que para una partícula subatómica no


existe distinción entre pasado o futuro. Este hecho se manifiesta de una forma
muy espectacular si tomamos en cuenta a las antipartículas. En el mundo de
las partículas subatómicas existe una simetría tal que a cada partícula le
corresponde una antipartícula, con las mismas características, excepto la carga
eléctrica, que es de signo contrario; por ejemplo, al electrón le corresponde,
como antipartícula, el positrón, que es idéntico al electrón excepto por su carga
positiva. Pero la simetría es completa sólo si se incluye el espacio y el tiempo.
Más precisamente, se puede demostrar rigurosamente, en el marco de la teoría
cuántica de las partículas elementales, que las leyes de la física permanecen
inalteradas si se invierten el espacio y el sentido del tiempo, y se intercambian
simultáneamente partículas por antipartículas. Dicho de otro modo, una
antipartícula se comporta exactamente como una partícula, vista en un espejo,
que viaja hacia atrás en el tiempo.

Aunque lográsemos entender el tiempo al menos desde el punto de vista


de la física, solo habremos dado un paso hacia el entendimiento de la
mecánica cuántica, que nace en 1900, cuando el físico y matemático alemán
Max Planck, conocido hoy día como el fundador de la teoría cuántica, demostró
que la radiación de los llamados cuerpos negros (esencialmente un horno
cerrado en equilibrio térmico) podía explicarse con la suposición de que la luz
se propaga en paquetes de energías. Cinco años después de la publicación de
su trabajo, Albert Einstein demostró que el efecto fotoeléctrico podía explicarse
muy bien suponiendo que la luz está hecha de partículas de energía pura. Por
si fuera poco, en 1913, Niels Bohr se basó en el mismo concepto de Planck
para formular su teoría del átomo y explicar el espectro de la luz emitida por el
hidrógeno; en el modelo de Bohr, los electrones se encuentran sólo en ciertas
órbitas alrededor del núcleo atómico, y la emisión de luz ocurre en paquetes de
energía cuando un electrón brinca de una órbita a otra.

Aunque en un principio, se creía que la luz era una onda, luego de este
descubrimiento resultó ser más bien una partícula. La solución del problema
llegó en 1924, cuando Louis de Broglie propuso la hipótesis de que todos los
objetos del mundo atómico tienen propiedades tanto de onda como de
partícula, y la luz no es una excepción a esta regla.

Esta dualidad propia de los objetos atómicos condujo a Bohr a plantear su


Principio de Complementariedad que se manifiesta a su vez en el Principio de
Incertidumbre de Heisenberg. Se trata de la incertidumbre asociada a la
medición simultánea de dos propiedades complementarias de un sistema,
como pueden ser la posición y la velocidad, la energía y el tiempo o las
propiedades de onda y partícula. Lo que implica que la precisión de una
medición es a costa de la precisión de otra medición. precisamente Heisenberg
cuando habla de la realidad y de aquello que no podemos ver, afirma que aun
“describimos nuestras experiencias en términos de física clásica, aunque no se
ajusten con precisión a la naturaleza” (Heisenberg, 1958. p 30), aclarando que
la física clásica sigue siendo útil e irremplazable para los científicos si nos
referimos a ciertos fenómenos, pero su utilidad en la física cuántica queda
reducida por estos los principios que en ella se aplican, pues esta se basa en
probabilidades, fortaleciendo así las paradojas han propuestas desde los inicios
de la física atómica.

En síntesis, el tiempo surge sólo cuando percibimos sistemas de billones


de átomos, es por esto que hablar de éste como una verdad universal parece
imposible, justamente a esto se refiere Heisenberg cuando menciona las
dificultades que representan estos avances para el ser humano, pues discutir
acerca del tiempo nunca fue sencillo y a medida que surgen nuevas visiones,
resulta aún más complejo entender su funcionamiento.

En su texto, también nos hace referencia a la interpretación de


Copenhague, la cual dicta que “un átomo (o una partícula como el electrón)
puede estar en varios estados simultáneamente” (Hacyan, 2001. S/P)
explicando que al observar los fenómenos cuánticos, estos se ven obligados a
manifestarse en diferentes estados. Esta interpretación pone especial énfasis
en la inseparabilidad del sujeto y del objeto, de modo tal que el concepto de
realidad objetiva también se ve quebrantado. Entonces, ¿Cómo diferenciar lo
real de lo falso?, es aquí donde la filosofía nos muestra diversos caminos
posibles, pensemos en René Descartes, conocido por su famosa frase “cogito
ergo sum”, Heisenberg nos explica como el filósofo puede ayudar a la física
moderna a entender fenómenos, pero ¿a qué se refiere exactamente? La frase
completa de Descartes nos dice:

“Pero en seguida advertí que mientras de este modo quería pensar que
todo era falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo. Y notando
que esta verdad: yo pienso, por lo tanto soy era tan firme y cierta, que no
podían quebrantarla ni las más extravagantes suposiciones de los escépticos,
juzgué que podía admitirla, sin escrúpulo, como el primer principio de la
filosofía que estaba buscando.” (Descartes, 1637. Discurso del Método)

Vemos como la relación física-filosofía se entrelaza en este pensamiento,


pues Descartes nos invita a dudar de aquello que considerábamos verdadero,
derrumbando la estabilidad de los conceptos en los que se apoyan las ciencias,
en este caso, la física cuántica es el mejor ejemplo de como lo que vemos
puede ser o no real, estimulando por lo tanto la necesidad imperiosa de asumir
este principio si se quiere lograr un progreso en las ramas de las ciencias, la
filosofía y el pensamiento en general.

Finalmente, Heisenberg apuesta por medio de estos conceptos a una


unificación cultural y del pensamiento, esperando que en un futuro las
sociedades se adapten a esta nueva forma de ver y comprender la realidad,
pues como sabemos la física, con ayuda de otras ciencias, ha ocupado un
papel preponderante en el desarrollo humano tanto a nivel industrial, como
tecnológico y cultural, por su parte la filosofía ha orientado al hombre en sus
pensamientos, dándole acceso al mundo de las ideas, de la imaginación, del
cuestionamiento y la creatividad.
Referencias

 Doménech, Francisco. (2015, Diciembre 05). Heisenberg, el filósofo de


la cuántica. Tomado en Julio 05, 2018. Disponible en:
https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/grandes-personajes/heisenberg-
el-filosofo-de-la-cuantica/

 S/A. (2014, Noviembre 04). Historia De La Física Moderna Los


Descubrimientos Y Evolución. Tomado en Julio 05, 2018. Disponible en:
https://historiaybiografias.com/diminuto/

 Hacyan, Shahen. (2001) Espacio, tiempo y realidad. De la física cuántica


a la metafísica kantiana. Tomado en Julio 05, 2018. Disponible en:
http://www.revistaciencias.unam.mx/pt/91-revistas/revista-ciencias-
63/794-espacio-tiempo-y-realidad.html

 Baig, María. (2015, Mayo 03). Werner Karl Heisenberg. Tomado en Julio
05, 2018. Disponible en: http://www.antroposmoderno.com/antro-
articulo.php?id_articulo=280

 Toboso, Mario. (2006, Mayo 12). La Teoría Cuántica, una aproximación


al universo probable. Tomado en Julio 05, 2018. Disponible en:
https://www.tendencias21.net/La-Teoria-Cuantica-una-aproximacion-al-
universo-probable_a992.html

 Macías Moreno, Juana. (2013, Mayo 21). Cogito ergo sum: René
Descartes y Jean Paul Sartre. Tomado en Julio 05, 2018. Disponible en:
http://latertuliadelmartes.blogspot.com/2013/05/cogito-ergo-sum-rene-
descartes-y-jean.html

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