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III.

OBLIGACIONES DEL PORTEADOR

El porteador.- El transporte de cosas se celebra entre el porteador y el cargador. Mas


como el contrato puede establecer la entrega de las cosas transportadas a persona
distinta del cargador, es frecuente que al lado de los contratantes aparezca una tercera
persona, investida de la condición de destinatario o consignatario.

Porteador es el empresario que asume directamente la obligación de realizar el


transporte. Del porteador hablan numerosos preceptos del Código, y no debe ser
confundido en ningún caso con las personas a que se refiere el art. 379, que sin hacer el
transporte por sí mismas se obligan a hacer transportar determinados efectos por medio
de otras, “ya sea como asentistas de una operación particular y determinada, o ya como
comisionistas de transportes y conducciones”.

El comisionista de transporte no es porteador, porque no se obliga a realizar por sí el


transporte, sino a que lo realice un verdadero porteador, con el cual concertará al efecto
el correspondiente contrato de transporte por cuenta de su comitente. El hecho de que el
art. 379 declare aplicables a esos comisionistas lo dispuesto para el porteador en los arts.
349 y siguientes y disponga, además que “quedarán subrogados en el lugar de los
mismos porteadores, así en cuanto a las obligaciones y responsabilidad de éstos como
respecto a su derecho”, no permite confundir dos figuras que el propio precepto diferencia.
El sistema legal es claro; el comisionista al asumir la obligación de hacer transportar por
medio del porteador, queda obligado a responder frente al comitente de la ejecución del
transporte como si fuera verdadero porteador. Pero esto no le convierte en porteador.

Pluralidad de porteadores.- El Código prevé la posibilidad del llamado transporte de


servicio combinado o transporte cumulativo, en el que varios porteadores se obligan en
un mismo contrato a transportar sucesivamente la carga hasta el punto de destino. El
primer porteador asume íntegramente frente al cargador la obligación de transportar, pero
al irse uniendo sucesivamente al contrato los demás porteadores, todos ellos quedan en
idéntica situación dentro del mismo. Sobre la responsabilidad de los porteadores en este
transporte hablaremos más adelante.

La obligación fundamental es la de poner las cosas transportadas, en el estado en que


las recibe, a disposición del consignatario, en el plazo, lugar y condiciones previstas en
el contrato.
Si hay plazo para la entrega, deberá hacerse dentro de él . Si no lo hubiera, tendrá la
obligación de conducir los efectos “en las primeras expediciones de mercaderías iguales
o análogas, que hiciere al punto en donde deba entregarlos; y, de no hacerlo así, serán
de su cargo los perjuicios que se ocasionen por la demora “; y llegada la mercancía al
punto de destino, “el porteador deberá entregar sin demora ni entorpecimiento alguno al
consignatario los efectos que hubiere recibido, por el solo hecho de estar designado en
la carta de porte para recibirlos; y, de no hacerlo así, será responsable de los perjuicios
que por ello se ocasionen”.

Si el consignatario no fue hallado en el domicilio expresado en la carta de porte, o se


negase al pago de portes y gastos, o rehusase al recibo de los géneros, deberá hacer el
porteador el depósito judicial de los mismos.

Obligaciones accesorias son; a) la de custodia de mercancías, b) la de cumplir en el


transporte las leyes y reglamentos de la Administración pública, y c) la de no variar la ruta
si se hubiese convenido una determinada, a no ser por causa de fuerza mayor,
respondiendo de los daños en caso contrario.

El porteador tiene derecho; a) a registrar los bultos que se le entreguen para el reparto;
b) a proceder a la venta judicial de los efectos transportados que corrieran riesgo de
perderse por su naturaleza o por accidente inevitable; y c) pero, sobre todo, tiene el
derecho fundamental de cobrar el precio y gastos del transporte.

RECIBIR CARGAS Y MERCADERÍAS

El porteador está obligado a recibir las mercaderías en el tiempo y lugar convenidos, a


cargarlas según el uso de personas inteligentes, y a emprender y concluir el viaje en el
plazo y por el camino que señale el contrato.

La acción redhibitoria prescribe en seis meses, contados desde el día de la entrega real.
Para las mercaderías despachadas al extranjero, prescribe en un año.
La existencia de los vicios ocultos se prueba por los medios admitidos en el lugar a que
han sido destinadas las mercaderías vendidas.

El incumplimiento de esta obligación responsabiliza al porteador por daños y perjuicios


que se causen al cargador.

No habiendo plazo prefijado para cargar las mercaderías, el porteador deberá recibirlas y
conducirlas en el primer viaje que emprenda al lugar a que fueren destinadas.
Tiene mucha importancia la recepción de las mercaderías porque la responsabilidad del
porteador principia desde el momento en que las mercaderías quedan a sus disposición
o a la de sus dependientes, y concluye con la entrega hecha a satisfacción del
consignatario.

EFECTUAR LA CONDUCCIÓN

Si la ruta no estuviere designada, el porteador podrá elegir, habiendo dos o más, la que
mejor le acomode, con tal que la elegida se dirija vía recta al punto en que debe entregar
las mercaderías.

Si después de comenzado el viaje sobreviniere un obstáculo de fuerza mayor, el


porteador podrá rescindir el contrato o continuar el viaje, tan pronto como se haya
removido el obstáculo, por otra ruta o por la designada.

Elegida la rescisión, podrá depositar la carga en el lugar más próximo al de su destino o


retornarla al de su procedencia, cobrándose el porte a prorrata del camino que se hubiere
andado, tanto de ida como de vuelta, no pudiendo pasar en ningún caso del porte íntegro.

Si la ruta que tomare fuere más larga y dispendiosa que la designada, el porteador tendrá
derecho a un aumento de porte; pero si después de allanado el obstáculo continuare el
viaje por la ruta convenida, no podrá exigir indemnización alguna por el retardo sufrido.

La obligación de conducir no solo se refiere al plazo para hacer la conducción y a la ruta


en que esta se haga, sino también a una serie de modalidades que pueden convenirse
según la clase o tipo de mercaderías de que se traten. Por lo tanto, la forma de realizar
el transporte cobra importancia respecto de ciertos tipos de cargas que se requieren
reglas de estibas y de conducciones especiales.

La violación de cualquiera de estas obligaciones impone al porteador la responsabilidad


por los daños y perjuicios causados al cargador.

OBSERVAR DURANTE EL VIAJE LAS LEYES, ORDENANZAS Y REGLAMENTOS


RELATIVOS AL TRANSPORTE.

El porteador es responsable de todas las infracciones de las leyes, ordenanzas y


reglamentos que cometiere, tanto en el curso del viaje como en su entrada al lugar del
destino de las mercaderías.
Si la infracción hubiere sido formalmente ordenada por el cargador o consignatario, el
porteador tendrá recurso contra éstos por la responsabilidad civil a que hubiere sido
condenado.

CONSERVAR Y CUSTODIAR LAS MERCADERÍAS

El porteador es obligado a la custodia y conservación de las mercaderías en la misma


forma que el depositario asalariado.

ENTREGAR LAS MERCADERÍAS AL CONSIGNATARIO

Llegando al lugar de destino, el porteador debe entregar las mercaderías al consignatario


designado.

Si no lo hace, el porteador se hace responsable de los daños y perjuicios que cause su


incumplimiento.

El transporte obliga directamente al porteador a favor del consignatario designado,


debiendo en consecuencia el primero entregar al segundo las mercaderías, so pena de
daños y perjuicios, tan luego como hubiere llegado con ellas a su destino.

El porteador carece de personería para examinar la validez del título que tenga el
consignatario para recibir los efectos consignados.

Si la carta de porte hubiere sido cedida o negociada la entrega de las mercaderías se


hará al cesionario, endosatario o al portador en su caso.

En el caso de mercaderías encajonadas, enfardadas, emborricadas o embaladas, el


porteador cumple con entregar los cajones, fardos, barricas o balas sin lesión alguna
exterior.

En estos casos el porteador podrá exigir al consignatario la apertura y reconocimiento de


los bultos en el acto de la recepción; y si éste rehusare u omitiere la diligencia requerida,
el porteador quedará exento, por este solo hecho, de toda responsabilidad que no
provenga de fraude o infidelidad.

No está obligado el porteador a entregar las mercaderías al peso, por cuenta o medida,
salvo que en la carta de porte se exprese que las ha recibido en alguna de estas formas.

Cesa aun en este caso la obligación del porteador, si el remitente hubiere puesto un
sobrecargo o guarda de vista que vigile la conservación de las mercaderías.
Si las indicaciones de la carta de porte fueren insuficientes para descubrir al
consignatario, o si éste se encontrare ausente del lugar, o estando presente rehusare
recibir las mercaderías, el porteador las depositará en el lugar que determine el juzgado
de comercio por cuenta de a quien corresponda recibirlas.

Este depósito no se hará sin que el estado de las mercaderías sea previamente
reconocido y certificado por uno o tres peritos que elegirá el mismo juzgado.

Ocurriendo diferencias entre el porteador y el consignatario acerca del estado de las


mercaderías, nombrarán judicial o extrajudicialmente uno o más peritos que las
reconozcan y certifiquen el resultado de su operación.

Si el parecer del perito o peritos no pusiere término a la diferencia, las mercaderías serán
depositadas en el lugar que designe el juzgado de comercio, y los interesados usarán de
su derecho como mejor les convenga.

IV. DERECHOS DEL PORTEADOR

Así como el porteador tiene numerosos e importantes obligaciones, este también se


preocupa de precisar sus principales derechos, que son:

a) Exigir el pago del porte, y b) privilegio sobre los efectos conducidos, para ser
pagados del porte y gastos con preferencias a los demás acreedores.

DERECHO AL PRECIO O PORTE O AL PAGO DE LOS GASTOS DE


CONSERVACIÓN.

Pasadas veinticuatro horas desde la entrega de las mercaderías, el porteador puede


cobrar el porte convenido y las expensas que hubiere hecho para la conservación de
ellas.

No obteniendo el pago, podrá solicitar el depósito y venta en martillo de las que considere
suficientes para cubrirse de su crédito.

Las acciones señaladas en los incisos anteriores se substanciarán de acuerdo con el


procedimiento sumario, sin que sea aplicable el artículo 681 del Código de Procedimiento
Civil.

Con todo, constituirá título ejecutivo en contra del consignatario el recibo de la mercadería
que ordena el número 1- del artículo 216, otorgado en la guía de despacho a que se
refiere el artículo 180, cuando puesto en su conocimiento por notificación judicial, no
alegue en ese mismo acto, o dentro de tercero día, que el documento ha sido falsificado
materialmente, o cuando opuesta la tacha, ésta fuere rechazada por resolución judicial.
Esta impugnación se tramitará como incidente y en contra de la resolución que la
deniegue no procederá recurso algún número

El que maliciosamente impugnare de falsedad el documento y tal impugnación fuere


rechazada en el incidente respectivo, incurrirá en la pena de presidio menor en su grado
mínimo.

PRIVILEGIOS
Sobre los efectos que el porteador conduzca, goza de privilegio para ser pagado, con
preferencia a todos los demás acreedores que el propietario tenga, del porte y gastos que
hubiere hecho.

Para seguridad del pago de los créditos que el porteador pueda derivar del contrato, le
concede el Código determinados derechos sobre las cosas transportadas.

El sistema legal se compone de tres piezas distintas; a) por un lado, tiene el porteador la
facultad de depositar judicialmente las cosas transportadas, surtiendo el depósito efectos
de entrega cuando no se halle al consignatario, niegue el pago de los portes o reúse
recibir los efectos (art.369), b) por otra parte, transcurridas 24 horas desde la entrega (o
depósito judicial en su caso), podrá el porteador exigir la venta judicial de los géneros, en
cantidad suficiente para cubrir el precio del transporte y los gastos que hubiese suplido
(art.374); c) y por último, y esto es el verdadero privilegio, siempre cuenta el porteador
con la garantía de que “los efectos porteados estarán especialmente obligados a la
responsabilidad del precio del transporte y de los gastos y derechos causados por ellos
durante su conducción o hasta el momento de su entrega”; derecho especial que
prescribe a los ” ocho días de haberse hecho la entrega”, sin perjuicio de conservar el
porteador después de ese plazo las acciones que le correspondan como acreedor
ordinario.

Pero aún en el ejercicio de su acción ordinaria para el cobro de los portes, goza el
porteador, en el mes siguiente a la entrega, del beneficio por la vía de apremio (juicio
ejecutivo simplificado) contra el consignatario o el tercero que hubiese recibido las
mercancías, en la forma que prescriben los arts. 1544 y siguientes de la LE Civil.

Esta serie de derechos confieren al portador una especial situación de preferencia frente
a otros acreedores para cobrar sus créditos con cargo a las cosas porteadas.
Las dificultades suelen plantearse en lo relativo a los gastos y derechos causados por los
objetos porteados durante su conducción y que hayan sido suplidos por el porteador. En
este punto, los términos de la ley son ambiguos; mas la misma amplitud con que se
expresa autoriza a comprender en ellos todos los gastos necesarios.

Llevando el privilegio a sus últimas consecuencias, declara el art. 376 que la preferencia
del porteador al pago de lo que se le deba por el transporte no se interrumpirá por la
quiebra del consignatario.

Este privilegio se transmite de un porteador a otro hasta el último que verifique la entrega.

Cesa el privilegio del porteador (Art. 213):

1- Si las mercaderías hubieren pasado a tercer poseedor por título legal después de
transcurridos tres días desde la entrega;

2- Si dentro de un mes, contado desde la fecha de la entrega, el porteador no hubiere


usado de su derecho.

V. RESPONSABILIDAD DEL PORTEADOR


Uno de los aspectos más importantes del transporte es el que se relaciona con la
responsabilidad del transportado, los hechos que la originan, las causales eximentes de
responsabilidad y aquellas que extinguen esa responsabilidad

El porteador responde de la culpa leve en el cumplimiento de las obligaciones que le


impone el transporte.

Se presume que la pérdida, avería o retardo ocurre por culpa del porteador.

El sistema legal de riesgo condiciona a su vez la responsabilidad legal del porteador por
pérdidas y averías de las cosas. Si el 361 sólo deja de cuenta del cargador los daños y
menoscabos producidos por caso fortuito, fuerza mayor y naturaleza o vicio propio de la
cosa, lógico es que el 363 declare que, fuera de estos supuestos, “el porteador estará
obligado a entregar los efectos cargados, en el mismo estado en que, según la carta de
porte, se hallaban al tiempo de recibirlos, sin detrimento ni menoscabo alguno, y no
haciéndolo, a pagar el valor que tuvieren los no entregados, en el punto donde debieran
serlo y en la época en que debiera hacer su entrega”.

Este principio se completa con los siguientes;


Si el accidente ocasiona la pérdida o destrucción total de los objetos porteados, no
pudiendo el porteador cumplir el contrato ni siquiera parcialmente, le obliga la ley a pagar
el valor de tales objetos. A la pérdida o destrucción material se equiparan el extravío o
robo.

Afectando la pérdida a unos objetos y a otros no, el porteador pagará el valor de los
perdidos, pero el consignatario podrá rehusar el recibo de los demás “cuando justifique
que no puede utilizarlos con independencia de los otros”.

Cuando el daño o accidente no ocasiona la pérdida de los efectos transportados, sino una
avería, hay que diferenciar a su vez otros tres supuestos; 1º) si el efecto de la avería
“fuera sólo una disminución en el valor del género, se reducirá la obligación del porteador
a abonar lo que importe esa diferencia a juicio de peritos” (art.364). 2º) si quedasen
inútiles los géneros para su venta y consumo en los objetos propios de su uso, no estará
el consignatario obligado a recibirlos, y podrá dejarlos por cuenta del porteador,
exigiéndole su valor al precio corriente en aquel día (art. 365.1), y 3º) por último, si entre
los géneros averiados se hallasen algunas piezas en buen estado y sin defecto alguno,
el consignatario puede dejar de cuenta los averiados y recibirá los que estén ilesos, a
menos que pruebe la imposibilidad de utilizarlos en esa forma.

En cualquier caso, la reclamación por daños o averías contra el porteador deberá hacerse
en el acto de recibo de los géneros o dentro de las 24 horas siguientes cuando vengan
embalados y no se conozcan por la parte exterior de los bultos las señales del daño o la
avería; transcurridos esos términos o pagados los portes, no se admitirá reclamación
alguna contra el porteador sobre el estado en que se entregó los géneros (art.366). Si
surgen diferencias entre consignatario y porteador sobre el estado de los géneros, deben
ser reconocidos por peritos, y de no conformarse los interesados con el dictamen pericial,
se procederá a su depósito judicial.

Este sistema ofrece frente al sistema general de la responsabilidad civil por


incumplimiento contractual basado en la indemnización por daños y perjuicios, las dos
características siguientes; la primera es la limitación estricta de la responsabilidad del
porteador al valor de las cosas porteadas. Esta limitación juega siempre que la
responsabilidad provenga de culpa o negligencia del porteador, pero ¿regirá igualmente
en caso de dolo? Entendemos que NO. En tal caso responderá el porteador de todos los
daños y perjuicios que se deriven de la falta de cumplimiento de la obligación.

Por otro lado, es de señalar, que la responsabilidad del porteador, limitada por el Código
al valor de las cosas porteadas, se encuentra más restringida aún en la legislación
especial de los transportes por carretera y en las condiciones generales de los ferroviarios
que establecen un límite máximo de 500 pesetas por kilo de peso bruto, salvo que la
mercancía, equipajes y encargos hayan sido facturados en régimen de declaración de
valor.

La segunda característica consiste en dejar especialmente afectos al pago de los créditos


derivados de la responsabilidad del porteador los medios de transporte principales y
accesorios (vehículos, caballerías...) si bien con una serie de reservas en lo que afecta a
los transportes por ferrocarril.

RESPONSABILIDAD POR RETRASO

La demora o retraso sólo genera responsabilidad en el porteador cuando le sea imputable


por dolo o culpa.

La demora dolosa obliga a indemnizar, a tenor del 1107 Civil todos los daños del
incumplimiento.

En la culposa, el importe de la indemnización dependerá de que se haya convenido o no


en la carta de porte; si se pactó una indemnización para caso de demora “ni el porteador
ni el consignatario tendrán derecho a otra cosa”. Si no existiera pacto “quedará
responsable el porteador de los perjuicios que haya podido causar la dilación “ (art. 370).
Pero al responsabilidad también aquí es limitada. La indemnización de los daños y
perjuicios no “podrá exceder del precio corriente que los efectos transportados tendrían
en el día y lugar en que debían entregarse”.

Este sistema se completa con la facultad del consignatario de abandonar o dejar de


cuenta los efectos porteados en la forma que hemos expuesto. Cuando tenga lugar el
abandono, “el porteador satisfará el total importe de los efectos como si se hubieren
perdido o extraviado”.

LA RESPONSABILIDAD DE LOS PORTEADORES EN EL TRANSPORTE


COMBINADO

La característica de este transporte radica en la SOLIDARIDAD de los distintos


porteadores. El art. 373 declara, por un lado que “el porteador que hiciere entrega de las
mercancías al consignatario en virtud de pactos o servicios combinados con otros
porteadores, asumirá las obligaciones de los que le hayan precedido en la conducción,
salvo su derecho para repetir contra estos, si no fuera él el responsable directo de la falta
que ocasione la reclamación del cargador o consignatario”, y por otra afirma que “el
remitente y consignatario tendrán expedito su derecho contra el porteador que hubiere
otorgado el contrato de transporte, o contra los demás porteadores que hubieren recibido
sin reserva los efectos transportados” . Está claro, en consecuencia, que todos los
porteadores responden solidariamente frente al consignatario de la ejecución total del
contrato, cualquiera que sea el trayecto en que hayan intervenido, sin perjuicio de que en
sus relaciones internas rija el derecho de repetición contra el responsable directo de la
falta.

Consideremos la responsabilidad del porteador en los siguientes aspectos:

FUENTES DE LA RESPONSABILIDAD DEL PORTEADOR


Los hechos o causas que originan la responsabilidad del porteador son
fundamentalmente tres:

 La falta de entrega de las mercaderías (pérdidas o faltas);


 Las averías o daños a la carga, y
 El retardo o mora en la entrega.
Como puede apreciarse, las causales que hacen nacer la responsabilidad para el
porteador surgen del incumplimiento de sus obligaciones detalladas anteriormente, en
especial las de recibir las mercaderías, cargarlas, conducirlas, conservarlas y custodiarlas
durante el viaje y entregarlas sanas y salvas al consignatario designado, en el lugar de
destino. Además, debe entregar las mercaderías en los plazos convenidos, o en aquellos
que fijen las leyes y reglamentos, o los usos y costumbres mercantiles.

Los Artículos 191, 194, 196 y 199 del Código de Comercio responsabilizan al porteador
en caso de incumplimiento de sus obligaciones. Aún más el Art. 207, junto con establecer
la norma general, presume legalmente que la pérdida, avería o retardo ocurre por culpa
del porteador.

HECHOS O CAUSAS QUE EXIMEN DE RESPONSABILIDAD AL PORTEADOR


Las causales eximentes de responsabilidad son las siguientes:

 Caso fortuito o fuerza mayor;


 Vicio propio de la carga;
 Hecho de la contraparte, en este caso, del cargador.
 Cláusulas eximentes o limitativas de responsabilidad.
La primera causa de exención de responsabilidad es el caso fortuito o de fuerza mayor.
Aun cuando estas eximentes correspondan a conceptos diferentes en derecho.
El Art. 184 del Código de Comercio aplica el principio de que las cosas parecen para su
dueño al expresar que las mercaderías se transportan a riesgo y ventura del cargador,
del consignatario o de la persona que invistiere el carácter de propietario de ellas; y por
consiguiente serán de su cuenta las pérdidas y averías que sufran durante la conducción
por caso fortuito o vicio propio de las mismas mercaderías, salvo en estos casos:

1- Si un hecho o culpa del porteador hubiere contribuido al advenimiento del caso fortuito;

2- Si el porteador no hubiere empleado toda la diligencia y pericia necesarias para cortar


o atenuar los efectos del accidente que hubiere causado la pérdida o avería;

3- Si en la carga, conducción y conservación de las mercaderías no hubiere puesto la


diligencia y cuidado que acostumbran los porteadores inteligentes y precavidos.

Por lo tanto, si bien el caos fortuito o fuerza mayor eximen de responsabilidad al porteador
por pérdidas, averías o retardo, este responderá si por un hecho o culpa suya se produce
el daño, tal que lo señalan los tres casos enumerados anteriormente.

El vicio propio de la mercadería, al que se refiere el Art. 184, aparece definido en la


reglamentación de contrato de seguro al tratar de la responsabilidad de la aseguradora,
ya que en dicho contrato también es eximente de responsabilidad.

Si el porteador quiere eximirse de responsabilidad por la perdida, avería o retardo, tendrá


que destruir la presunción del Art. 207 probando que los daños provienen de casos
fortuitos, fuerza mayor o vicio propio de las mercaderías.

También podrá probar que los daños tuvieron origen en un hecho del cargador, su
contraparte en el contrato de transporte. La culpa o dolo de la contraparte constituyen un
principio general de exoneración de responsabilidad para la parte diligente en el
cumplimiento del contrato.

El Art. 185 del Código de Comercio hace una aplicación específica de este término al
expresar “Aun cuando el cargador no sea propietario de las mercaderías, sufrirá las
pérdidas y averías de ellas siempre que en la redacción de la carta de porte les hubiere
atribuido una distinta calidad genérica de la que realmente tuvieren”.

“En ningún caso podrá el cargador hacer responsable al porteador de las pérdidas o
averías que sufrieren los efectos que no se han expresado en la carta de porte, ni
pretender que los efectos expresados en la carta tenían una calidad superior a la
enunciada en ella”.
Un caso muy diferente es el Art. 186. Que dice: “Sin embargo de lo dispuesto en el
precedente artículo, las pérdidas, faltas o averías serán de la responsabilidad del
porteador si hubieren ocurrido por infidelidad o dolo de su parte, sin perjuicio de la
aplicación de las penas correspondientes al delito”.

“Cumpliendo la orden sin este requisito, el porteador será responsable de los daños y
perjuicios que acredite la persona damnificada por el cambio de destino o consignación”.

CLÁUSULAS EXIMENTES O LIMITATIVAS DE RESPONSABILIDAD


Problema muy discutido ha sido en tanto en chile como en el extranjero el que se deriva
de pactos que se celebran en el contrato de transporte entre el cargador y porteador, y
que tiene por objetivo eximir, atenuar o limitar a cierta cantidad la responsabilidad de este
en los casos de pérdidas o averías de la carga o retardo en su entrega. Tales pactos
pueden referirse a hechos del propio porteador o a hechos de sus dependientes
asalariados por los cuales es civilmente responsable.

Para analizar estas cláusulas, debemos distinguir, entonces entre aquellas que se
prefieren:

HECHOS DEL PORTEADOR


En general, dichas cláusulas se estiman validas, teniendo su fundamento en el principio
de la autonomía de la voluntad o libertad contractual que expira nuestro hecho privado.

Las principales limitaciones y restricciones provienen de las normas que a continuación


se señalan

1.- Las cláusulas no podrán efectuar un elemento de la esencia del contrato. Por ejemplo,
Las obligaciones de conducir y pagar el porte, que son básicas o esenciales en el
transporte, no permitirían a las partes dejarlas sin efecto por que el contrato dejaría de
ser tal o degeneraría en un acto o contrato diferente.

2.- Tampoco se podría exonerar al porteador y su dolo o culpa grave, porque está
prohibida la condonación del dolo futuro, y la culpa grave en materia civil se equipara al
dolo.

3.- Las cláusulas tampoco tienen valor contratándose de empresarios públicos de


transporte (Art. 229 Código Comercio) dice: “Los billetes impresos que entregan los
empresarios con cláusulas limitativas de su responsabilidad a una determinada cantidad,
no los eximen de indemnizar a los pasajeros y cargadores, con arreglo a los artículos
precedentes, las pérdidas que justificaren haber sufrido”.
4.- Se sostiene también que las cláusulas no son eficaces tratándose de daños o
perjuicios causados a las personas en el transporte de pasajeros. Responsabiliza
acarreador tanto respecto de los daños o perjuicios a las personas como a las
mercaderías.

b) Hechos de los Dependientes.

En general, las cláusulas de irresponsabilidad por los hechos de los dependientes por las
cuales el transporte es civilmente responsable tienen amplia admisibilidad y eficacia, tanto
en el derecho interno como en las convenciones internacionales relativas a los diversos
tipos o medios de transporte.

PRUEBA DE LA RESPONSABILIDAD.-
En el artículo 207 del Código de Comercio señala que el porteador responde de la culpa
leve en el cumplimiento de las obligaciones que le impone el transporte.

En consecuencia, el cargador o el consignatario solo deberán probar que existe un


contrato de transporte. Esto, unido al hecho de que la mercadería porteada no ha llegado
a destino, o habiendo sido entregada, existen faltas, mermas o averías, colocando al
porteador en la obligación de pagar a las indemnizaciones que corresponden, salvo que
prueben alguna causal eximente de responsabilidad.

CUANDO COMIENZA Y TERMINA LA RESPONSABILIDAD DEL PORTEADOR.


Según el Art. 200 del Código de Comercio, “La responsabilidad del porteador principia
desde el momento en que las mercaderías quedan a su disposición o a la de sus
dependientes, y concluye con la entrega hecha a satisfacción del consignatario”.

REGULACIÓN DE LA INDEMNIZACIÓN POR PÉRDIDA Y AVERÍAS. CASO DEL


RETARDO.
El código de Comercio regula esta materia en sus artículos 209 y 210. Hay que distinguir
entre los casos de pérdida de mercadería ( falta de entrega ) y los de avería en la carga;

“En caso de pérdida el porteador pagará las mercaderías al precio que tengan a juicio de
peritos en el día y lugar en que él debió verificar la entrega”.

La estimación se hará con sujeción estricta a las indicaciones de la carta de porte.

Averiadas las mercaderías hasta el punto de quedar inútiles para su venta y consumo, el
consignatario podrá abandonarlas por cuenta del porteador y exigir su valor en los
términos del precedente artículo”.
En el caso de mora, el porteador debe indemnizar los perjuicios causales por efecto
directo o indirecto del retardo “Art. 206. Estipulada una multa por indemnización del
retardo el consignatario podrá hacerla efectiva por el mero hecho de la demora y sin
necesidad de acreditar perjuicio, deduciendo su importe del precio convenido”.

EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL PORTEADOR.

En general, la responsabilidad del porteador se extingue:

 Por la recepción de la carga sin protesto y pago del porte y gastos.


 Por prescripción, el art. 214 del Cód. Comercio expresa,

Art. 214. La responsabilidad del porteador por pérdidas, desfalcos y averías, se extingue:

1- Por la recepción de las mercaderías y el pago del porte y gastos, salvo que cualquiera
de estos actos fuere ejecutado bajo la competente reserva.

El canje del original de las cartas de porte prueba la recepción de las mercaderías y el
pago del porte y gastos;

2- Si el consignatario recibiere los bultos que presenten señales exteriores de faltas o


averías, y no protestare en el acto usar de su derecho;

3- Si notándose sustracción o daño al tiempo de abrir los bultos, el consignatario no


hiciere reclamación alguna dentro de las veinticuatro horas siguientes a la recepción;

4- Por la prescripción de seis meses en las expediciones realizadas dentro de la


República, y de un año en las dirigidas a territorio extranjero.

En caso de pérdida, la prescripción principiará a correr desde el día en que debió ser
cumplida la conducción, y en el de avería desde la fecha de la entrega de las mercaderías.

VI. OBLIGACIONES Y DERECHOS DEL CONSIGNATARIO.


Consignatario o destinatario.- Es la persona a quien se han de entregar las mercancías o
efectos transportados. Puede ser el mismo cargador o una persona distinta.

La designación del consignatario puede hacerse nominativamente en la carta de porte;


pero también puede ocurrir que no haya designación nominativa porque ese documento
se expida a la orden o al portador (art.350.3) en cuyo caso no se conocerá el consignatario
hasta el momento en que, llegados los efectos al punto de destino, proceda la entrega de
los mismos.
La posición jurídica del consignatario, como tercero que irrumpe con derechos y
obligaciones en un contrato no convenido por él, es discutida. Se habla, al efecto, de
contrato a favor de tercero, de gestión de negocios,etc... Pero quizás no sea necesario
acudir a ninguna figura para encontrar explicación a la entrada del consignatario en el
contrato al tiempo de llegar las cosas porteadas al destino.

La verdadera causa o razón está en la naturaleza del título de tradición que tiene la carta
de porte.

Como el tenedor legítimo de la carta adquiere la disponibilidad de las mercancías


porteadas y el derecho a obtener la entrega de las mismas, al transmitir el cargador ese
título al consignatario le transmite también ese derecho, que es un derecho condicionado
al pago del precio del transporte.

Esto explica, a) que el Código quiera que la carta se canjee por el objeto porteado
((art.353), b) que no obligue al porteador a admitir la variación de consignatario si no es
previa la devolución de la carta de porte (art. 360), y c) que la obligación de entrega del
porteador se entienda exclusivamente con el consignatario, único con derechos sobre la
carga.

La figura del consignatario no es exclusiva de este transporte. Aparece también en el


marítimo y aéreo.

Este, aunque no sea parte en el contrato, “por el solo hecho de estar designado en la
carta de porte”, tiene derecho a que el porteador le entregue los objetos porteados sin
detrimento ni menoscabo en el plazo previsto en el contrato o, a falta de plazo, “sin
demora ni entorpecimiento alguno”, después que las cosas hayan llegado al punto de
destino.

Este derecho viene protegido por la ley en términos sumamente enérgicos, no sólo
haciendo responsable al porteador que en cualquier modo culposo incumpla la obligación
de entrega, sino concediendo al consignatario el importante derecho de abandonar o
dejar por cuenta del porteador las cosas transportadas cuando, por causa de avería,
queden inútiles los géneros para su venta o consumo, o cuando se retrase la entrega por
culpa del porteador. La consecuencia del abandono es que el portador deberá satisfacer
el importe total de los géneros inutilizados o no entregados en su debido tiempo. Implica,
en definitiva, una especie de compra forzosa.

A nuestro juicio, en el supuesto de retraso, sólo procede el abandono cuando el contrato


haya establecido plazo para la entrega, o cuando, sin él, se trate de un retraso culposo
notoriamente incompatible con los usos mercantiles; y que, en todo caso, el derecho deba
ser ejercido antes de la llegada de los efectos transportados al punto de destino y no
después, porque en el retraso que sufra la entrega después de llegadas las mercancías
al punto de destino se da normalmente una cierta colaboración del consignatario que,
siendo diligente, podrá evitar sin dificultad que la mercancía ya conducida se demore y
estanque en los almacenes de la empresa porteadora.

Y en el supuesto de avería, tendrá que haberse producido una verdadera inutilidad de los
géneros para su venta o consumo.

Si llegadas las mercancías al destino rehusa el consignatario (que no sea el propio


cargador) al recibo de aquellas, quedará fuera del contrato y no vendrá obligado a nada
frente al porteador, sin perjuicio de que éste pueda cobrar sus créditos sobre los objetos
porteados haciendo uso de su privilegio. Recibiendo, por el contrario, las mercancías o
efectos, entra el consignatario en el contrato y queda obligado a satisfacer el porte y los
gastos necesarios de la conducción.

El retraso de 24 horas en el pago confiere el derecho al porteador a exigir la venta judicial


de los objetos porteados.

Básicamente los deberes del consignatario son:

1- La de otorgar al porteador recibo de las mercaderías que éste le entregare, con


indicación del recinto y fecha de la entrega, y del nombre y apellidos del consignatario o
de quien reciba en su nombre, aunque esas menciones sean distintas a las expresadas
en la guía de despacho.

Se presume que representa al consignatario la persona adulta que recibe a su nombre la


mercadería en el recinto indicado para ello en la guía de despacho.

El recibo de la mercadería, otorgado en la guía de despacho, será transferible por endoso,


constituyéndose el endosante en codeudor solidario del pago del valor que se establece
en el documento.

2- La de pagar el porte y gastos inmediatamente después de vencido el término que


señala el artículo 211”.

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