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1 https://www.biografiasyvidas.com/biografia/s/sila.htm
2 Definición rescatada de http://universojus.com/definicion/lex-cornelia-de-falsis
3 Rescatado de http://paseandohistoria.blogspot.com/2012/03/como-escribian-los-romanos.html
CODIGO PENAL DE 1936
Inicialmente, el código penal de 1936 era un código copiado del código penal
español de 1848 que, para la época, resultaba muy anticuado dado, no solo por la
antigüedad que mostraba; a propósito, fue el código más duradero de la historia
española, pues este existió hasta el año de 1995. Así mismo, este código español
castigaba delitos, no solo contra el Estado, sino contra la religión, mostrando así
una gran influencia de la religión católica en todos los ámbitos del Estado. Aun
así, nuestro código de 1936 solo duro 44 años y aun, el código español, seguía
vigente, a pesar de los años en que fue creado.
Hay que tener en cuenta que la constitución que regía para época era la
constitución nacional de 1886, de carácter conservadora y tradicionalista y, por
ende, la falsificación de documentos se daba también en documentos
eclesiásticos, lo que asumía que este delito se consideraba de carácter público y,
por ende, estos documentos hacían parte del trafico documental jurídico que
reinaba para la época.; esto a raíz de que Colombia había suscrito un acuerdo con
la santa sede en el año de 1887, casualmente, un año después de promulgada la
nueva constitución. Este acuerdo, llamado “concordato con la santa sede” imponía
una serie de normas religiosas de obligatorio cumplimiento para aquellas personas
que promulgaban la fe católica. Cabe señalar que la constitución de 1863 no
permitía celebrar acuerdos o concordatos con la santa sede, pero, a raíz de una
seria de problemas económicos y la postura política de carácter conservador y
tradicional del presidente Rafael Núñez, se firmó el concordato con la santa sede
en el año de 1887. Este concordato vinculaba judicialmente toda norma que tenía
que ver con la ley canónica al ordenamiento jurídico colombiano; por ende, los
documentos probadamente alterados, modificados o falsos, se constituían en el
delito de falsedad documental de carácter público. Valga la aclaración,
nuevamente, que obedecían a ciertos hechos específicos y no a un delito en
general. Estos hechos tenían que ver, entre otras cosas, con el matrimonio
católico, educación religiosa, procesos penales contra miembros de la iglesia y
nombramiento de obispos, entre otros.
En este código, el delito de falsificación en documentos se daba, como se dijo
anteriormente, de manera casuística no existiendo una tipificación que generalice
el injusto penal en sí, sino que tenía en cuenta varios hechos que constituían la
falsificación de cualquier tipo de documentos. Esto quiere decir, que la norma
enumeraba “actos específicos” que constituían, no solo la alteración de los
mismos, en los casos particulares, sino también, el injusto procedía de la omisión
a la verdad y ataque a la fe pública en los casos especificados.
Esto origino que la misma jurisprudencia estudiara una doctrina especifica con el
fin de crear unos conceptos teóricos relacionados con la unificación y así ir
creando la norma rectora acerca del delito de falsedad en documentos, bien sea
públicos, como privados.
Es importante señalar los casos enumerados que se mencionan en la ley 95 de
1936 (código penal de 1936), con el fin de conocerlos y saber de qué se trata:
El artículo 231 de la ley 95 de 1936 decía: “incurrirá en presidio de tres a diez
años el funcionario que abusando de sus funciones y en relación con escrituras o
documentos públicos:
1. Contrahaga o finja letra, firma o rubrica.
2. Haga aparecer que intervino en un acto una persona que no ha concurrido
a él.
3. Atribuya a las personas que han intervenido en un acto, declaraciones o
manifestaciones diferentes de las que hubieren hecho.
4. Falte a la verdad en la narración de los hechos.
5. Altere las fechas verdaderas.
6. Haga en un documento verdadero cualquier intercalación o alteración que
varíe su sentido.
7. De copia o certificado en forma fehaciente de un documento que no existe,
o manifieste en ellos cosa diversa de la que contenga el verdadero original.
8. Intercale cualquier escritura en un protocolo, registro o libro oficial.
9. Destruya, suprima u oculte un documento público”.
Como podemos observar, la falsedad en documentos deriva de situaciones
particulares que hacen, no solo un poco tediosa la judicialización de estos hechos,
sino también, son situaciones que se pueden simplificar en una sola acción típica
en la cual, estas mismas conllevan al desvalor de la acción típica. Es así como, la
falsificación de una firma (punto 1), falsas manifestaciones (punto 3), alteración de
fechas (punto 5), intercalación o alteración en el documento (punto 6), son,
básicamente, falsedades que pudieron haber sido plasmadas en un solo sentido,
queriendo mostrar la tipicidad de estas acciones en una sola acción.
En lo referente al punto 4 (faltar a la verdad en la narración de los hechos), hace
referencia a las declaraciones que hacían todos los involucrados en el proceso
penal, dado que el proceso, para la época, era eminentemente escrito.
A MANERA DE CONCLUSION
Este estudio comparativo nos permite analizar en detalle el viejo modelo
tradicionalista que traía el código penal de 1936, en donde venía de una época de
hegemonía conservadora conocida como “la regeneración”. Si bien es cierto que
esta época había culminado en el año de 1930 con la entrada al poder del liberal
Enrique Olaya Herrera, se respetó el concordato con la santa sede en el año de
1887 y es por ello que los documentos eclesiásticos se le daban el valor común o
igual a cualquier documento público que transitaba en el trafico jurídico de la
sociedad colombiana.
La jurisprudencia, para aquella época, se basaba en cuestiones casuísticas que
suscitaban hechos concretos tipificados en la mencionada ley 95 de 1936.
Podríamos decir que, para aquella época, los avances en la doctrina eran, a modo
de ver, un poco toscos, dado el método arcaico que tenían los congresistas de la
época para legislar y crear o modificar las leyes de la época. Vemos que no se
tenía una facilidad para la interpretación del artículo 231 de dicha ley 95 de 1936,
porque se prestaba para varias interpretaciones de parte del órgano judicial en el
sentido de saber si se le debía dar un igual valor a todos los 9 puntos o hechos
concretos que data del mencionado artículo y que tiene que ver con la alteración,
supresión, falsificación de rubricas o cualquier otro hecho que menciona dicha
norma.
Con el pasar del tiempo, y a través de la evolución de la tecnología y del medio
ambiente social en que vivimos, el legislador se dio cuenta de la importancia que
tenía reunir o simplificar esos hechos que data el artículo 231 del código penal de
1936, dado que todo conlleva a la alteración, falsificación, ocultamiento, faltar a la
verdad, y toda una serie de circunstancias que llevan a un solo hecho en concreto
cuyo nombre general es “falsificación documental”. Es así que el legislador
aprovecho el proyecto del decreto-ley 100 de 1980 para incluir en él la norma
específica que habla sobre todo lo que tiene que ver; es decir, con todos esos
cuasi sinónimos que significan “falsificación documental”. Este anteproyecto se
inició en el año 1972 bajo el gobierno de Misael Pastrana Borrero y tuvo una gran
influencia de corrientes alemanas, que criticaban el positivismo italiano y que
conllevo a la dogmática Germana que consistía en una simplificación de hechos
concretos y, en este caso, los hechos que daba cuenta el código penal de 1936.
BIBLIOGRAFIA
- Ley. Colombia, congreso nacional de la republica (1936, 24 abril), “ley 95
del 24 de abril de 1936, por medio del cual se expide el código penal”
- Ley. Colombia, congreso nacional de la republica (1980, 23 enero),
“decreto-ley 100 del 23 de enero de 1980, por el cual se expide el nuevo
código penal”.
- Corredor, M (2014). Falsedad documental. Bogotá: universidad Externado
de Colombia.
- Kassiopea, (16 marzo de 2012). Como escribían los romanos. Recuperado
de http://paseandohistoria.blogspot.com/2012/03/como-escribian-los-
romanos.html
- Moncayo, s. el delito de falsedad en el Derecho Romano. Recuperado de
http://letrasjuridicas.com.mx/Volumenes/2/moncayo2.pdf
- Salazar-Caceres G, (2016). Breve historia del derecho penal colombiano.
Recuperado de
http://revistas.ustatunja.edu.co/index.php/piuris/article/viewFile/1135/1100
- Ortega, M. (1992). Con tres reformas se firmo concordato. El Tiempo,
internet.