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LA NACION Empleos

Domingo 7 de Septiembre de 2003

Delegar en manos expertas

La tercerización de algunos servicios les permite a las empresas ahorrar entre el 25 y


el 30%

Tercerizar o no tercerizar ya no parece ser la cuestión. Hoy no es raro ver en los pasillos de
la compañía a alguien con otra camiseta puesta, pero jugando para la empresa. Por eso, la
cuestión pasa ahora por saber cómo transformar ese traspaso en una decisión estratégica.
Conceptualmente, la tercerización es una asociación a mediano o largo plazo con un
especialista que se encarga de conducir ciertos procesos. Pero en la práctica puede ser la
llave para emprender importantes cambios, porque permite desatender algunos asuntos
operativos, como la liquidación de haberes, y concentrarse en los que suman valor a la
organización."Cuando se confían ciertas funciones a un externo se libera tiempo del
management para aplicarlo en tareas estratégicas -define Hugo Besendorff, gerente de
Recursos Humanos de Gestión Compartida, empresa que brinda servicios de tercerización-.
Además, reduce costos, lo que permite optimizar procesos y recursos". Este último punto
no es menor teniendo en cuenta los tiempos de sequía por los que atravesaron -y todavía
atraviesan- varias compañías en la Argentina. Según un informe elaborado por Gestión
Compartida, el 93% de las firmas que eligen tercerizar busca reducir costos -se calcula que
se ahorra entre el 25 y 30 por ciento-, y el 77% pretende hacer más eficiente la tarea. Sin
embargo, el ahorro, aseguran, no se tradujo en más desocupación, sino en una reasignación
de funciones. "La gente que liquidaba sueldos, por ejemplo, pasó a áreas estratégicas.
Durante la crisis era necesario enfocarse a cuestiones más críticas, por lo tanto no hubo
grandes despidos, sino rotación", afirma Luis María Cravino, director de AO Consulting.
.Los números parecen avalar sus dichos: sólo el 32% de las empresas que delegaron
algunas funciones buscó reducir la dotación de personal, según el informe. Otro dato
interesante es que el 92% asegura que no absorbería nuevamente la función que tercerizó.
Evitar los excesos .Más allá de las ventajas señaladas, es preciso advertir que no todo es
tercerizable. Por lo tanto, hay que evitar caer en excesos. Para saber cuándo es preferible o
no delegar ciertas tareas a un especialista externo, basta con una simple ecuación. "Cuando
el grado de complejidad de la función es alto e involucra a pocas personas de la
organización, entonces existe un bajo potencial para delegar. En cambio, cuando la función
no es estratégica y es común a todo el personal, el potencial aumenta", explica Besendorff.
Así, la liquidación de haberes, la selección de personal, las compras no estratégicas y los
pagos a proveedores se encuentran entre los de mayor propensión a ser delegados, mientras
que las ventas, el marketing y las compras estratégicas están en el otro extremo. La
logística, la contabilidad y los asuntos legales se ubicarían, según el especialista, en una
situación intermedia. .Pero si bien hay ciertas tareas que convienen o no tercerizar, no
existen límites en cuanto al tamaño de la compañía. "Tanto las pyme como las grandes
compañías pueden delegar a un especialista externo -sostiene Cravino-. Las primeras,
porque carecen de estructura, y las segundas, porque necesitan abocarse a tareas
estratégicas." .Sin embargo, la idea de un área totalmente externa es una ilusión. "No hay
ninguna empresa seria que delegue absolutamente todo", sentencia Cravino. Es que
tercerizar no es sinónimo de olvido. Hay que controlar a quien tiene la responsabilidad de
llevar, por ejemplo, los números de la empresa. Y no se debe perder de vista que la última
palabra es del ejecutivo. Laura Reina .Temores .Estos son algunos temores que señalan
los gerentes a la hora de tercerizar:
• Pérdida de poder. Impacto negativo en el clima laboral.
• Pérdida de control sobre la operación.
• Inconvenientes con la calidad del prestador.
• Violación de la confidencialidad.

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