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Julio Verne

(Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905) Escritor francés considerado el fundador de la
moderna literatura de ciencia ficción. Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la
aparición de algunos inventos generados por los avances tecnológicos del siglo XX, como la
televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.

Julio Verne

Biografía

La vida de Julio Verne es aparentemente una sucesión de decisiones sensatas: estudió


derecho siguiendo la tradición familiar, contrajo matrimonio con una viuda rica, logró una
posición acomodada y sólo cuando su arrollador éxito se lo permitió se dedicó en exclusiva a
la literatura.

Esta acomodación burguesa, sin embargo, no fue fruto espontáneo de un carácter dócil. A los
once años, enamorado de una prima suya, se embarcó en un barco que partía a las Indias con
la romántica idea de traerle un collar de coral. La aventura fue abortada en el último segundo
por su padre, que le propinó una paliza; ello y el posterior desdén de la prima alimentó al
parecer la misoginia de Verne y una secreta rebeldía que, incapaz de manifestarse en la
sociedad bienpensante, hallaría un cauce de expresión en la desbordada fantasía de su
literatura.

Pero si bien puede considerarse a Verne un náufrago en la monotonía de una sociedad


prevenida frente a los productos de la imaginación y desconfiada hacia el genio, no menos
cierto es que, quizás para burlar tales suspicacias, su aislamiento y sus ensueños literarios
fueron siempre razonables. Tras su primera aventura infantil, descubierta y sofocada, Julio
Verne aprendió la lección y no volvió a rebelarse salvo en sus libros, pero de un modo críptico
y elusivo. Como si temiera decir demasiado y le aterrorizara lo explícitamente inverosímil,
heterodoxo o provocador, el autor se apresuraba a exorcizarlo por medio de demostraciones
destinadas a confinar la rareza en los límites de la razón humana. Así, lo visionario quedaba
arrinconado en beneficio de lo razonablemente posible considerando el ritmo de los avances
técnicos de la época. Y la fe en el progreso se hermana en sus héroes con el valor, la
inteligencia y la bondad, siempre triunfantes sobre la ignorancia y la estrechez de miras.
Tal polaridad definió la etapa de su vida previa a su consagración literaria, en la que alternó la
literatura con el obligado cumplimiento de sus deberes. A los ocho años ingresó con su
hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo
de Nantes y viajó a París para seguir la carrera de leyes, cumpliendo con ello los deseos de
su padre, el abogado Pierre Verne. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de
teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.

Julio Verne (1892)

Sus inicios literarios fueron difíciles; sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación
importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como
secretario de E. Seveste en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des
familles, como Martín Paz (1852). En 1857 se convirtió en agente de bolsa y empezó a viajar;
visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos. En 1859 contrajo
un matrimonio que no cabe juzgar sino como de conveniencia; Verne mantuvo su misoginia
más allá del mismo, igual que la relación con su padre (opuesto a su veleidades literarias) fue
y seguiría siendo siempre conflictiva: alcanzada la independencia económica, jamás volvió a
poner los pies en el hogar paterno.
El éxito
Posteriormente conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco
semanas en globo (1863), obra que lo lanzó al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática
de la novela de aventuras y fantasía. El mismo editor le encargó una colaboración regular para
la revista Magazine d'éducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran
celebridad. Aprovechando sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos
viajes por Europa, África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e
industrial, Verne se convirtió en un especialista de los relatos de viajes y aventuras de corte
científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones
y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.
Inmediatamente se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra (1864), para lo cual
se aplicó a la geología, la mineralogía y la paleontología. Las detalladas descripciones de
animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su extraordinaria
intuición científica. Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna (1865), cuya publicación
despertó tal entusiasmo por los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas
solicitando reservas para el próximo viaje lunar. La novela se ocupaba tan sólo de los
preparativos del viaje, y su extraordinaria acogida indujo al autor a completar la historia con su
segunda parte, Alrededor de la Luna (1870), que relata el viaje propiamente dicho.
A estas obras iniciales siguieron pronto muchos libros memorables. Las aventuras del capitán
Hatteras (1866) narra la desventurada expedición de este tenaz y singular personaje al Polo
Norte, en cuyo transcurso encuentra al capitán Altmont, superviviente de una expedición
americana con el mismo objetivo. Los hijos del capitán Grant (1868) emprenden un dilatado
viaje que los lleva hasta Australia en busca de su padre, cuyo paradero sólo conocen
parcialmente por un mensaje suyo hallado en una botella.
Veinte mil leguas de viaje submarino (1870) es, entre su extensísima producción, uno de los
libros que conserva más íntegro su encanto. La peripecia se inicia cuando una fragata
americana parte en busca de un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se
atribuyen múltiples naufragios. El monstruo aparece, se precipita sobre el barco expedicionario
y lo echa a pique, llevándose en su espinazo al naturalista Aronnax, a su fiel criado Conseil y
al arponero Ned Land. El monstruo resulta ser un enorme submarino, el Nautilus, en el cual
los tres hombres pasarán cerca de diez meses hospedados por el enigmático capitán Nemo,
artífice del invento. Visitarán los tesoros sumergidos de la Atlántida, lucharán contra caníbales
y pulpos gigantes y asistirán a un entierro en un maravilloso cementerio de coral.

Ilustración de Veinte mil leguas de viaje submarino (1870)

Nemo, hostil e iracundo, no tardará en revelarse como un proscrito, un sublevado solitario cuyo
manto de misterio esconde una identidad principesca y una pesadumbre tenebrosa. Se ha
señalado que Nemo es un trasunto del propio Verne. Ambos viven encerrados, solos e
incomprendidos, el primero en su coraza de acero, el segundo en la burbuja de su gabinete,
ambos refugiados tras el disimulo y el secreto. Del mismo modo que Verne dejó estupefactos
a propios y extraños presentándose a unas elecciones municipales en Amiens por una lista de
extrema izquierda, el capitán Nemo, que lucha por la liberación de los pueblos oprimidos,
detesta a la convencional y adocenada colectividad que lo persigue y enarbola dos veces el
estandarte negro del nihilismo.

La isla misteriosa (1874), otra de sus más destacadas novelas, representa el cierre de la
trilogía que forma junto con Los hijos del capitán Grant y Veinte mil leguas de viaje
submarino al retomar y relatar el destino de dos de sus personajes: Ayrton y el capitán Nemo.
Deudora del Robinson Crusoe de Daniel Defoe, tiene como protagonista al ingeniero Cyrus
Smith, cuyos saberes técnicos y prácticos permiten la supervivencia del grupo de personajes
que llega accidentalmente a la isla.
Más allá de la ciencia ficción
Con el mismo interés fueron recibidas novelas de aventuras con una menor carga de ciencia
y de fantasía, como La vuelta al mundo en ochenta días (1873). El protagonista de la historia
es Phileas Fogg, un imperturbable aristócrata británico que apuesta con sus compañeros de
club que es capaz de dar la vuelta al mundo en ochenta días; el monto de la apuesta asciende
a veinte mil libras, la mitad de su fortuna. En compañía de su criado Passepartout, recién
incorporado al trabajo, el fabuloso viaje le depara toda clase de aventuras a lo largo del mundo
y multitud de obstáculos a los que enfrentarse. Entre ellos se incluye el Sr. Fix, un celoso
inspector de policía que quiere encarcelarlo por creerle culpable de un monumental robo a un
banco.

Lo heroico y lo cómico se alternan en el libro: son cómicas las aventuras con el policía que le
sigue y la figura de su criado Passepartout; heroicas las aventuras y las hazañas para superar
los dificultades que se interponen en su propósito final. Paradójicamente, esta carrera
prodigiosa alrededor de la tierra, victoriosa conquista del espacio y del tiempo, es efectuada
por el caballero inglés más flemático y acompasado que pueda imaginarse. Publicada por
entregas, el éxito de la novela fue tal que se llegaron a cruzar apuestas sobre si Phileas Fogg,
"el hombre menos apresurado del mundo", lograría llegar a la meta en tan breve tiempo.

Fotograma de La vuelta al mundo en ochenta días (1956), filme basado en la obra de Verne
También se alejan de la anticipación científica otras obras de gran éxito como Miguel
Strogoff (1876) o Un capitán de quince años (1878). El título de Miguel Strogoff es el nombre
de su protagonista, un capitán de los correos del Zar: Strogoff recibe el encargo de llevar un
importante mensaje a la lejana ciudad de Irkutsk, cuya guarnición está amenazada por una
revuelta de hordas tártaras soliviantadas por un tal Iván Ogareff, ex oficial del Zar, que quiere
de ese modo vengarse de la degradación que ha sufrido. Domina toda la aventura la figura del
correo imperial, personificación del valor más temerario y de la devoción más absoluta. La
historia es narrada con gran habilidad y un singular efectismo que, hasta la feliz conclusión,
conserva todo el interés, avivado por la sugestión del ambiente casi bárbaro.
Un capitán de quince años (1878) arranca en un puerto de Nueva Zelanda: la señora Weldon
se embarca con su hijo Jack en un velero que habrá de llevarla a San Francisco, donde le
espera su marido, armador. Durante la travesía, el capitán y toda la tripulación perece en el
intento de dar caza a una ballena, y el joven Dick Sand, de quince años de edad, se hace cargo
del barco con la ayuda de unos negros a los que habían salvado de un naufragio. Pese a las
infernales maquinaciones del cocinero de a bordo, Negoro, que hace anclar adrede el velero
en un país salvaje con la intención de vender como esclavos a la tripulación y a los pasajeros,
el capitán de quince años consigue conducir a su patria a la señora Weldon y a su hijo.
Autor sumamente prolífico desde que se instaló profesionalmente en la escritura, es inevitable
dejar de reseñar destacados libros suyos, como Las tribulaciones de un chino en
China (1879), El faro del fin del mundo (1881), Dos años de vacaciones (1888) y Los viajes del
capitán Cook (1896), entre muchos otros; su producción novelística supera el medio centenar
de títulos. Julio Verne se radicó en Amiens en 1872, y a partir de 1886 se comprometió con las
actividades municipales de dicha ciudad. Junto con una serie de entusiásticas aprobaciones,
la extraordinaria fama le procuró detractores encarnizados; en 1886 un joven irresponsable
disparó contra él frente a la puerta de su casa un pistoletazo que le dejó cojo. Tres años
después fue nombrado representante del consejo municipal, y en 1892 fue condecorado con
la Legión de Honor.
Muchos textos de Verne, popularizados ya con rapidez en vida del autor, quedarían entre los
grandes clásicos de la literatura infantil y juvenil del siglo XX. De su obra póstuma destacan El
eterno Adán (1910) o La extraordinaria aventura de la misión Barsac (1920), en las que un
crítico tan poco convencional como Michel Butor ha querido ver un Verne más profundo y
escéptico de lo habitual, que tendía a desconfiar de las consecuencias que podía acarrear para
los seres humanos el progreso incesante de la tecnología y de la ciencia.

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