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ELEMENTOS PARA LA INTERCULTURALIDAD

El trabajo de valores en el aula

Rucena Patricia Rodríguez Quiñones

Si los valores, desde el punto de vista sociocultural, son las pautas o abstracciones
simbólicas que orientan la actuación del ser humano, como individuo y como colectivo
(Carrera y otros: 1995), entonces esas pautas variarán de cultura a cultura, ya que al ser
abstracciones simbólicas dependerán de sus concepciones filosóficas y su concepción del
mundo así como su constructo social y espiritual. Denis sostiene que desde el punto de
vista moral son las cualidades según las cuales los actos humanos pueden ser buenos y
aceptables para el individuo y la sociedad (Denis, 1995:2).

Si aceptamos que los valores son pautas o cualidades y aquellas cualidades pueden
variar de cultura en cultura, es decir lo que es aceptable o visto como una cualidad en
una cultura puede no serlo para otra. Querrá decir que cada cultura tendría su propia
interpretación de lo que un valor o un principio expresa como una significación social
positiva y aceptable, en contraposición a algo negativo o inaceptable, asumiendo que
estas categorías también fueran parte de todas las culturas, respecto de un acto de
conducta humana, un principio, norma o representación del bien, de lo justo, o del deber
ser de las personas.

Estas preocupaciones se acentúan entre los docentes de aula que a la luz de un estado
plurinacional, a partir de la ley 070, deberán insertar en sus procesos de enseñanza-
aprendizaje la cosmovisión, los saberes y conocimientos de treinta y seis pueblos
originarios. Como parte de eliminar la subalternidad de estos pueblos y de otros sectores
de la sociedad utilizando como instrumento, entre otros, los llamados en esta ley “ejes
articuladores”1. Aún antes de que la ASEP propusiera estos ejes, muchos docentes tenían
dudas acerca de cómo trabajar el tema de valores en el aula. Pero ahora la cuestión se
dificulta más, ya que debemos trabajar algunos valores como reciprocidad,
complementariedad, equilibrio con la madre tierra, respeto a la vida y otros más,
abordándolos de acuerdo a las cosmovisiones de las naciones del Estado Plurinacional.

Guiados por nuestros esquemas mentales.

En una ocasión me tocó compartir algunas reflexiones con un grupo de maestros acerca
de cómo se debería llevar adelante este trabajo. Uno de los maestros comentó haber
hecho un hallazgo en una de las aulas de una escuela en el Beni. Este hombre, muy
comprometido con su profesión, el que trabaja de manera sostenida en la recuperación de

Los cuatro ejes articuladores propuestos por la ley educativa Avelino Siñani y Elizardo
Pérez (ASEP) son Educación intracultural intercultural y plurilingüe, educación en convivencia con
la naturaleza y salud comunitaria, educación para la producción, comunidad y sociedad.
valores en su aula, nos comentó que él cree que se han perdido tanto las normas como
los valores y los principios sociales y con ellos han desaparecido las buenas costumbres,
buenos hábitos, las pautas de comportamiento y principios religiosos que nos podrían
librar de nuestros males actuales. Ese día, el profesor Andrés nos contó entre
impresionado y molesto que en pleno siglo XXI existe en el Beni hombres que tienen dos
esposas entre los indígenas y que por lo tanto esos pobres hijos tienen dos madres.

Al preguntarle qué le hacía pensar que el hecho de tener dos madres era una de las
causas de la pérdida de valores, nos explicó que esa es una vida en pecado y trae
consigo todos los males de este siglo. Decía: “es por eso que existen homosexuales y
que por esa misma razón las jóvenes se desvían de su camino y visten de una manera
que está gritando que las violen, se han perdido todos los preceptos morales y esos hijos
con tales ejemplos es seguro que se volverán pandilleros”.

La solución para este maestro es volver a retomar urgentemente el trabajo de valores en


las escuelas, enfatizar en las normas, las leyes que rijan un buen comportamiento. Pero
cree que es difícil, ya que las nuevas leyes de protección de niños, niñas, jóvenes en vez
de protegerlos más bien los socapan. Él dice “ya no se puede castigar a los niños, ya no
se les puede tocar ni un pelo, por eso hay tanto delincuente y no se les puede decir nada.
Argumentaba también que “en las zonas pobres la cosa es peor, esos niños crecen como
animalitos, sus padres los abandonan los explotan y los hacen trabajar o finalmente se
desentienden de ellos por que se dedican a la bebida y finalmente se vuelven totalmente
flojos. La juventud está descarriada y la sociedad tiene la culpa”.

¿De dónde proviene el hecho de que este maestro haya asociado los males de los
jóvenes como la homosexualidad, la delincuencia o las violaciones como consecuencia de
tener dos esposas? ¿Cómo relacionó también a la sociedad con los matrimonios
polígamos de una cultura y éstos con los “males sociales”?

Parece un poco ociosa la pregunta ya que puede ser obvia la respuesta: podría partir del
hecho de que el docente también está comprometido con cierto tipo de valores
compartidos con la cultura occidental y la iglesia judeo-cristiana. Ese hecho puede ser el
indicador de que las creencias culturales y religiosas de este docente guiarán su actuar
hacia la enseñanza de valores que imparte en su aula y lo que él descalifique o
desapruebe como correcto o incorrecto en el proceso de enseñanza se verá guiado por
aquellos preceptos. De tal manera, que por practicarse en su cultura y en su religión la
unión monogámica, la unión poligámica estaría fuera de lugar, ya que en la religión
cristiana la poligamia es un pecado castigable y el hecho de transgredir esta ley divina
provoca que Dios esté disgustado con ellos. Por lo que castiga con males como
consecuencia de sus actos o desde otro punto de vista, Dios ha quitado la protección que
tenía para con éstos, ahora pecadores, por donde el demonio puede ingresar y
aprovechar ese espacio para sembrar el mal y las consecuencias de éste.

Ampliemos la mirada y retomemos el hecho de que los valores son pautas o


abstracciones simbólicas que pueden variar de cultura a cultura. Las uniones poligámicas,
en varios pueblos amazónicos de Bolivia, Ecuador y Perú, fueron matrimonios de ésta
naturaleza. Nos cuenta Guevara, que desde el punto de vista de su convivencia entre
estos pueblos, supo que, por tratarse de pueblos guerreros, morían más hombres
jóvenes que mujeres, por tanto las mujeres quedaban desamparadas. Estas mujeres eran
invitadas a un matrimonio para ser la segunda esposa y que en esta relación lo ideal era
que sea la hermana la que se una a la familia o por lo menos prima de la esposa, de esa
manera la primera esposa podía invitar a su hermana menor a unirse con el mismo
hombre. Un chamán, además señalaba: “teníamos varias mujeres no para dominar sino
para proteger”. Decía también que las relaciones antiguas eran duraderas, en las cuales
“la unión entre hombre y mujeres adultos, es preocuparse por el bienestar de la mujer, por
la alimentación, por la salud, preocuparse por la vestimenta. De una mujer hacia el varón
es preocuparse por ofrecerle platos especiales en la comida, se preocupa cuando atiende
a las familias del varón y el varón a la familia de la mujer. El afecto el cariño y el amor
trascienden, no sólo entre dos personas, trasciende a la familia”. (Guevara 2007, Pag:
11)

Ante esta armónica organización y protección de unos con otros dentro de la familia,
¿dónde puede caber la idea de la poligamia como pecado? El maestro de nuestra historia,
ante tales argumentos, nos recuerda que la tesis del pecado proviene de la biblia la cual
refiere que se unirán hombre con mujer como lo hicieron desde el tiempo de Adán y Eva,
modelo instaurado por Dios. Cualquier otra variante provocará que el reino de los cielos
nos sea negado, por consiguiente se considera pecado. Veámoslo en los siguientes
versículos de I de Corintios, en el capítulo 6, versículos 9 y 10:

“¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios?, no erréis ni los fornicarios ni
los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los
ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores heredarán
el reino de Dios”.

Para un individuo que practica la religión cristiana, este argumento es irrebatible. ¿Pero
qué pasaría si es otra la religión que se profesa?

Estos argumentos nos muestran claramente una dificultad en Bolivia, es el hecho de ser
un país que aglutina a diversidad de abstracciones simbólicas, de formas de interpretar
los posibles mundos de cada cultura, donde los valores responden a esas construcciones
simbólicas redefiniéndolos en cada una de ellas. Pensemos en este caso por ejemplo la
fidelidad como valor del matrimonio monogámico ¿Qué significa fidelidad para los pueblos
amazónicos poligámicos? ¿Cuándo uno deja de ser fiel? Es decir que el valor de la
fidelidad de pareja tendrá distintas definiciones y formas de practicarse en diferentes
culturas, así mismo una infinidad de otras categorías.

Por esta razón, hablar de la transmisión de valores y la enseñanza de los mismos en la


escuela es un tema que no es fácil de abordar ya que si bien cualquiera de nosotros
podría enumerar algunos valores como respeto, reciprocidad, responsabilidad,
convivencia armónica, protección y respeto a la vida y muchos otros más, no nos
ponemos a pensar lo que implica entender, enseñar y vivir cada uno de ellos en un país
donde conviven distintas formas de vida, distintas cosmovisiones, distintas naciones. Que
además con el transcurrir de sus historias se han sincretizado unos con otros,
desdibujando sus fronteras y por tanto creando una escala en ciertos valores o matices
diferentes que en algunas circunstancias serán aceptables y en otras no. Piénsese por
ejemplo el viaje que se hace a Copacabana para hacer bendecir los autos recién
comprados, se los ch’alla y posteriormente el cura los bendice con una especie de misa y
agua bendita, o cuando se va a inaugurar una obra arquitectónica, el alcalde podría
romper una botella de champagne en los cimientos de la obra y posteriormente ofrecer un
incienso. Estamos frente a un sincretismo de varias culturas que han realizado sus
aportes a un nuevo estado de cosas desde el cual se deberían redefinir estas acciones.
Es justamente esta redefinición del trabajo de valores y de los propios valores en acción
que se convierten en un nuevo reto para el docente. Por ejemplo pensemos en el valor de
la solidaridad, veamos a un hombre regalando unas monedas a un mendigo, o un niño
donando un par de zapatos o juguetes viejos a otro niño que lo necesita para que en
ambos casos estas dos personas beneficiadas con tal acto puedan vivir con más dignidad;
es un acto de solidaridad. En el caso de la honestidad contrastemos a la acción de robar,
como un antivalor de deshonestidad. ¿Cómo deberemos catalogar a alguien que roba por
hambre? O en el ejemplo anterior, ¿Cómo el valor de la solidaridad, de regalar monedas
que nos sobran o zapatos que ya no usamos o no gustamos puede devolver la dignidad a
un mendigo o a un niño? En la cultura Guaraya la solidaridad se manifiesta repartiendo lo
que tenemos en partes iguales, no importa cuál sea la situación. Si por ejemplo en un
almuerzo existe sólo un plato de comida y hay cinco personas, éste plato de comida se
repartirá en cinco partes iguales, sin importar a quién pertenezca esa comida. ¿Qué
acciones diferencian la solidaridad occidental de la solidaridad guaraya? En el concepto
occidental de solidaridad ya podemos considerarnos solidarios al dar de nosotros lo que
nos sobra o no nos sirve, sin embargo en el actuar guarayo, todo lo existente debe ser
distribuido de manera equitativa.

Hagamos ahora el ejercicio con el concepto de trabajo y asociémoslo con el antivalor de


explotación y pongamos como actores a los niños, inmediatamente la cultura occidental
hará una asociación de trabajo infantil como explotación y de hecho, existen miles de
instituciones intentando remediar esta realidad en varios países llamados
subdesarrollados. Sin embargo, los niños en las culturas Tsimane’, Moseten y Tacana son
iniciados en el trabajo a temprana edad sin que esto se considere explotación. ¿Cómo es
esto posible? La respuesta se podría dar al momento de tratar de comprender la forma de
vivir, interpretar y construir la realidad de estos pueblos. Sus constructos culturales y
aprendizajes sociales hacen que la inserción del niño al trabajo sea motivo de felicidad
para todos en la comunidad, ya que es el orgullo del trabajo de uno mismo y para uno
mismo. Fue por esta razón que en la escuela Warisata, sus detractores habían
argumentado, entre otras cosas, que en ese lugar se explota no sólo a los hombres si no
a los niños por que se los hace trabajar de manera gratuita, sin comprender que este
trabajo no está asociado al patronazgo.

Esta definición de los valores occidentales tiene ciertas explicaciones filosóficas y


axiológicas desde el punto de vista antropocentrista2 descubriremos que los valores para
filósofos y pensadores tales como Sócrates, Platón y otros, se priorizaba como todo
aquello que apuntaba al bienestar del ser humano ¿Pero ello es malo de por sí? El hecho
de que la ética y la moral defiendan los intereses del ser humano por encima de los
demás seres, querría decir que sólo es importante su condición y bienestar y que
requieren especial atención moral por encima de los demás seres vivos y que cualquier
otra preocupación se debe subordinar a la de los humanos. Es decir que toda
preocupación por el mundo debería tomarse en cuenta, en tanto responda a los intereses
de los seres humanos.

Esta ética y moral marca una diferenciación entre lo bueno y lo malo para el hombre, pero

Desde los años 70 el biocentrismo se opone al antropocentrismo y señala que son todos
los seres vivos que merecen ese respeto moral, reivindicando el valor primordial de la vida misma.
no sólo está sustentado en el antropocentrismo. En el caso de la cultura occidental
también se sientan los preceptos morales desde una de las religiones más grandes en el
mundo que es la religión judeocristiana3, que tiene de igual manera una posición dialéctica
de lo bueno o lo malo, donde existe la diestra y la siniestra4 así, todo lo que está a la
diestra del padre es bueno y lo que está a la siniestra es del demonio y por lo tanto es
malo, es “siniestro”. Es decir son excluyentes si está lo bueno será en ausencia de lo
malo, y lo malo se dará por eliminación de lo bueno, todo lo que apunta a lo bello, arriba,
adelante, positivo, se volvió entonces bueno, mientras que lo feo, lo negativo, abajo y
atrás fue representante de lo malo. Un último aditamento a ello fue que el patrón de lo
positivo, bueno, y bello fue dado por la cultura europea así como lo negativo, malo, feo.

Esta fórmula dará como resultado unos valores que apunten al bienestar del ser humano
como la única especie valorable en la tierra, que además se rija por las pautas de una
religión que norma los patrones de conducta de los mismos, redefinida por la visión
eurocentrista de unos patrones que se consideran universales. Eso quiere decir que todos
los valores en tanto sean definidos por la cultura occidental, serán aceptados como
universales.

Pero aquí hay un elemento que adereza de manera solapada estas categorías y se trata
del modelo económico globalizador. La globalización ha modificado nuestra percepción de
la visión antropocentrista que teníamos de nosotros mismos. La globalización
evidentemente, enfatiza que el ser humano es el centro de todo bienestar, por tanto a éste
se debe todo el esfuerzo que hacen las corporaciones para darle una mejor calidad de
vida día a día, pero para ello este hombre con mejor calidad de vida deberá adquirir
aquello que le permite lograr un mejor vivir. Y para lograr estas comodidades existen un
grupo de hombre, mujeres y niños fabricando estos bienes para una vida mejor a los que
nunca accederán y que de preferencia deben ser personas de bajos recursos y países
tercermundistas que no tengan otra opción que casi regalar su mano de obra para recibir
una paga muy inferior al salario mínimo nacional, trabajando además de doce a catorce
horas al día. El último detalle que celebra esta mejor vida es que usted tenga los recursos
necesarios para adquirir este estilo de vida que le asegura la felicidad y le deja disfrutar el
valor de la libertad y le aseguran una autoestima saludable. La diferencia entre un grupo
de hombres que adquiere y otro que produce bienes y servicios para terceros es el poder
adquisitivo. Es posible que esto nos haga relativizar lo moral o lo ético.

En el libro “Directrices de la UNESCO sobre la educación Intercultural” (2006, pág. 14)


París. Se señala que las diversas religiones, confesiones y actitudes hacia lo espiritual son
creaciones colectivas e históricas que «reflejan la diversidad de la experiencia y los diferentes
modos en que la gente puede hacerse cargo de la promesa, el desafío y la tragedia de la vida
humana, Son transculturales e internamente diversas, al interactuar con otras prácticas y valores
culturales.

La palabra “siniestro” proviene del latín sinister que significa izquierda, así mismo como
la diestra significa derecha. Se toma la diestra como lo correcto y la siniestra como lo incorrecto,
todo lo negativo, por tanto se lo asocia como lo malo y lo malo asociado con el pecado.
Al hablar de valores y antivalores en nuestro contexto, estamos por tanto hablando de
esquemas mentales edificados por esta compleja construcción del antropocentrismo, la
religión cristiana, el eurocentrismo y el modelo económico globalizador y estos valores
son considerados como universales.

¿Debemos entonces hablar de una cultura universal? Pero ¿En qué se basa la
comprensión del mundo de un grupo cultural? Se basan en la visión, sentidos y mundos
que son producto de su propia interpretación filosófica, histórico, territorial y cultural
construyen sus categorías es así que, como vimos en ejemplos anteriores, si bien el valor
de la generosidad existe en todas las culturas, su práctica será diferente en cada caso,
por tanto no podemos hablar de valores universales aunque la generosidad sea universal.

Redefiniendo los valores para un buen vivir

Las sociedades siempre buscarán todos los mecanismos posibles para lograr un buen
vivir es por ello que transmiten y enseñan los valores de acuerdo a su propia
interpretación del mundo.

Ya vimos los elementos que determinan los valores occidentales. En el mundo indígena,
lo que determina sus valores son sus mitos. Por ejemplo, a partir de los mitos se entiende
que los pueblos amazónicos no conciben un solo mundo, sino que coexisten varios
mundos conformados de otros mundos en interacción recíproca e interdependencia entre
éstos y sus habitantes de los relatos y mitos; se puede mencionar los siguientes mundos:

 El mundo de arriba,
 El mundo sin tierra, sin vegetación donde están el aire, las nubes y la lluvia,
 El mundo de la vida o el de los muertos,
 El mundo de la muerte o nuestro mundo o el mundo de la tierra,
 El mundo donde están las estrellas o espacios maravillosos donde está el
sol.(Guevara, 2007, Pag. 10)

Las categorías de lo que es un valor para este grupo dependerá primero de su


cosmovisión, por ejemplo los Ashaninka que habitan en la amazonía peruana le llaman al
mundo que nosotros conocemos como mundo de los vivos, “El mundo de la muerte” y al
de la muerte como “el de la vida” ya que en él no se muere nunca más, no existe la
muerte. Lo cual le da una dinámica armónica de lo que será la pérdida de un miembro de
la familia o un ser querido, entonces si una persona que deja esta vida ha pasado al
mundo de los vivos ¿Qué sentido tendría guardarle luto?, todas las prácticas con respecto
de la muerte tendrán su propia lógica de acuerdo a ello.

Por el contrario, en esta época el concepto de la preservación de la vida en la cultura


occidental está ligado al deleite de esta única vida y está muy relacionado con el hecho de
disfrutar todos los bienes y servicios materiales que la cultura globalizadora y consumista
nos da. Hay que disfrutarlo todo en esta vida porque no nos llevaremos nada a la otra
vida. Habrá que decir también que los avances tecnológicos le han dado la oportunidad al
individuo de vivir además esa vida plena de salud y juventud siempre y cuando se tenga
la posibilidad de contar con los servicios de salud básicos, así mismo con la capacidad
económica de una persona para poder afrontar enfermedades, accidentes, etc., lo cual
resultará en la prolongación de su vida y la de sus seres queridos.
Además de ello muchas empresas han ligado la preservación de la vida y el amor a ella
con el descubrimiento de “la fuente de la juventud”. No sólo queremos no morir, sino
queremos ser viejos con hermosas apariencias juveniles; así, de esa manera, las
industrias hacen todo tipo de experimentos que van desde las maravillosas cremas con
tecnologías sin bisturí, pasando por la ingesta de una infinidad de medicamentos que
aseguran la longevidad con cara juvenil, siguiendo con la reposición de órganos mediante
la clonación y otras maravillas de la medicina moderna que se abren paso redefiniendo
los conceptos de ética y moral. Así, el sentido de la vida toma otras connotaciones y la
selección natural, por tanto, ha sido superada de tal modo que puede considerarse más
piadoso mantener por largos años a un anciano vivo gracias a una máquina artificial
aunque ya le haya llegado la hora de morir. Nuevamente las discusiones de lo ético, lo
moral, las normas de conducta, la bondad o la maldad de los actos humanos se desdibuja
entre las promesas de nuestra propia felicidad, la vida eterna y un prometedor avance de
las tecnologías.

El avance tecnológico, en la cultura occidental, está asociado con progreso, el progreso


con el poder adquisitivo y a mayor poder adquisitivo mas felicidad por lo tanto una vida
más buena o mejor. El problema de vivir mejor, es que con este modelo alguien vivirá
mejor a expensas de otro que vivirá peor. Huanacuni Mamani (2010) expresa que “según
la ideología dominante, todo el mundo quiere vivir mejor y disfrutar de una mejor calidad
de vida. De modo general asocia esta calidad de vida al Producto Interior Bruto (PIB) de
cada país5. Pero los pueblos indígenas no miden la vida únicamente en función de la
economía sino desde la esencia de la vida misma. El vivir bien desde los diferentes
pueblos originarios se va complementando con las experiencias de cada pueblo. Son una
armonía del bienestar físico y espiritual que compromete al bienestar de toda la
comunidad.

Trabajando valores en el aula

Debemos hacer una revisión de lo que una sociedad valora como importante y de acuerdo
a ello, lo que promueven e inculcan los padres a los hijos. Hay una tendencia a repetir
todo lo que consideramos que fue bueno para nuestra crianza y lo consideramos exitoso,
por ello lo repetiremos sin discusión o análisis previo, eso mismo pasa en las escuelas.
Los padres esperan que el docente inculque buenos valores y normas de comportamiento
a sus hijos.

Cuando se pregunta a docentes sobre aquellos valores que trabaja normalmente en su


aula, lo primero que suelen referir es que trabajan en los niños la puntualidad, la
responsabilidad, algunos valores como el saludo, la disciplina, normas de conducta, los
valores personales y sociales como el aseo y otros. De esta manera el docente piensa
que si impone algunas de estas reglas en el aula como, no comer en el aula, ir bien
peinados y aseados al colegio, portar pañuelo, lavarse las manos antes de entrar del

El PIB representa todas las riquezas materiales que produce un país. Entonces, de
acuerdo con este criterio, el país mejor situado es Estados Unidos, seguido de Japón, Alemania,
Suecia y otros. El PIB es una medida inventada por el capitalismo para estimular la producción
creciente de bienes materiales de consumo.
recreo, no hablar en clases, etc., estarán contribuyendo a ese encargo de los padres y
poco a poco irán moldeando a sus estudiantes.

El docente tiene en la mente el modelo de lo que es un buen alumno y premiará a los


estudiantes que suelen sacar notas altas en pruebas que normalmente son memorísticas,
así mismo premiará a aquellos que suelen hacer exactamente lo que él indica y a los que
por su silencio hacen del aula un lugar agradable aunque eso signifique tener a un
número de personas juntas por cuatro horas sin dirigirse la palabra los unos a los otros.
Se premia la capacidad de memorización, la sumisión, el silencio, la inmovilidad y la falta
de motivación e iniciativa que podría considerarse como desorden. Es decir, en muchos
casos los maestros suelen recordar a los estudiantes aquellos comportamientos que
logran cierto perfil dentro del aula mediante la repetición, normalmente acompañados de
la sanción para lograr los comportamientos considerados correctos. Si el docente está
trabajando de esta manera, hay una sensación de estar trabajando sistemáticamente los
valores en el aula. Finalmente, hay quienes suelen destinar quince minutos para
reflexionar sobre algún valor específico por ejemplo el portarse bien, este tipo de docente
comenzará con algunas preguntas cuyas respuestas suelen ser normalmente sí o no, a
continuación el docente exhortará a los estudiantes a portarse bien en un monólogo en el
cual podrá recordar a sus alumnos lo mal que se portan e incluso podrá poner de ejemplo
a algunos compañeros que se espera que al haber sido acusados en público se sientan
motivados a cambiar su actitud.

Al parecer la escuela podría ser un lugar ideal para promover y conservar la subalternidad
y la invisivilización de los individuos que desarrollen una actitud pasiva que necesita estar
bajo la vigilancia y supervisión de una autoridad, es decir que estarán listos para la mano
de obra efectiva en la industria.

Existe otra práctica muy frecuente que se refiere a relativizar la belleza interior con los
rasgos exteriores sobre todo en la selección de lecturas y cuentos que usan los maestros
en inicial y primaria. Es el caso del famoso “patito feo” que fue rechazado desde su
desafortunado nacimiento en el lugar equivocado y con los rasgos equivocados, pero al
final fue aceptado gracias a que modificó su ser, de ninguna manera interno, sino exterior,
al volverse bello pudo ser aceptado en la familia nuevamente, pero esta vez este patito
era superiormente bello a los otros patos, así que era su turno de excluir a los menos
bellos. Como este cuento, podemos mencionar muchos más donde los protagonistas son
hermosos y por ello siempre saldrán victoriosos en contraposición de los feos que siempre
perderán. Un hecho curioso es que se suele realizar una pregunta al terminar estas
lecturas, la cual es: ¿qué nos enseña este cuento? Y todos responderán cosas como
debemos ser buenos, no debemos mentir y otras cosas más. Pero en realidad lo no dicho
es que debemos tener rasgos occidentales y hermosos para gozar de la justicia, debemos
evitar tener rasgos sospechosos ya que seremos consignatarios de los castigos que se
merecen los reconocidos como feos y por tanto malos. Josef Estermann (Estermann,
2009) dice que “El proceso de “colonización” conlleva siempre un aspecto de asimetría y
hegemonía” tanto en lo físico y económico, como en lo cultural y civilizatorio” y esto se
muestra claramente en la mayoría de los cuentos que los docentes escogemos para
enseñar valores a los niños: cuentos civilizatorios, donde los personajes buenos tengan
rasgos físicos occidentales y patrones culturales especialmente “cultos”.

Es por ello que aunque los docentes se den cuenta que ellos pueden ser portadores de
intolerancia, racismo, etc., sus esquemas mentales no les permiten reconocer esas
actitudes en sus propias acciones, y resaltan más bien aquellos universales a los que
hicimos referencia anteriormente. Por ello, la mayoría de los maestros tendrán claro que
se debe civilizar a los incivilizados, cristianizar a los irreligiosos, y mostrar
comportamientos correctos, a las mujeres y a los indios dar un lugar de acuerdo al
“modelo correcto” aunque esto signifique reconocer la subalternidad de estos últimos.

Para verificar si la teoría puede acompañar a la práctica, se discutió con un grupo de


docentes los conceptos de cultura, interculturalidad, subalternización y otros similares.
Luego se les pidió que planificaran una clase para un grupo de mosetenes de Pilón
Lajas6. Se les pidió que planificaran ciertos contenidos que fueran pertinentes de acuerdo
a su contexto y que se trabajaran también algunos valores. Una docente decidió planificar
una clase sobre las herramientas de caza, su uso y aprovechar el contenido para
concientizar el que dejen de fabricar esas armas bélicas con las que asesinan a todo tipo
de animales, educarlos para la paz. Le cuestioné: - Pero, ¿por qué cree que sus
herramientas de caza son sus armas bélicas? Y en todo caso, si son grupos cazadores,
¿cómo harían para comer si no cazan? O ¿cómo cazarían sin esas armas? Ella dijo que
podrían aprender cuestiones agrícolas para abandonar sus costumbres primitivas y
bélicas, entonces le pregunté quién mata al animal que ella compra en el supermercado
como carne y quién la asesina por ella. Ella se quedó pensativa por un momento y dijo –
eso nunca me lo había cuestionado-

Pero estos conceptos no se dan solamente con referencia de los grupos indígenas sino
con referencia a todo lo diferente y potencialmente peligroso, así pasa con las modas
urbanas (emos, rastas, flooger, punk y otros) que desafían la normalidad con sus
vestimentas, sus peinados y otras características propias de cada grupo y en estos
grupos es la mujer la más cuestionada. Por ejemplo, en otra ocasión una maestra resaltó
la necesidad de trabajar la moral de las adolescentes estudiantes para que dejen de vestir
con la moda vigente, ya que están provocando a los pobres hombres con sus ropas
ligeras que dicen claramente “viólenme”, debían entender las niñas que son culpables de
lo que les pasa y que los hombres son sólo eso: hombres, ¿es que acaso los hombres no
deben pasar por la categoría de seres suficientemente civilizados? Es una sociedad que
acepta que el hombre responda a su animalidad y si ello efectivamente ocurre es culpa de
la mujer.

Son muchos los obstáculos que deben sortear estos ciudadanos de segunda (mujeres,
indígenas, los diferentes e incluso niños y viejos). Reflexionemos entonces sobre la
prueba de universalidad. Como lo indica Estermann la universalidad pasa por ser blancos,
ser cristianos, el padre manda en el hogar, el conocimiento y la razón occidental priman, el
comportamiento y la apariencia moderada bajo la luz de lo europeo nos hace sentir a
todos a salvo, “el espíritu europeo es el espíritu absoluto”. (Sterman, 2009: 62) De
acuerdo a ello un individuo podrá gozar de un lugar en la sociedad logrando la meta de un
hombre desarrollado, civilizado, que por lo tanto vive con bienestar, es moderno, goza de
la tecnología y es capaz de satisfacer sus necesidades y comodidades materiales además
de un perfil varón-mujer bien identificados y que reconoce diferencias raciales que les
permiten ubicar su posición con respecto de los otros en una escala de calidades.

Los mosetenes son una de las 36 naciones originarias que se encuentran


asentados en el Beni y Norte de La Paz.
Si hacemos un recorrido por el norte amazónico, encontraremos docentes
castellanohablantes, aymarahablantes y algunos (los menos) que poseen una lengua
originaria de la zona7 en estas comunidades asisten niños Tacana, Tsimanes’, Quechuas,
Aymaras y castellanohablantes. Muchas veces existen tensiones entre los padres que
mandan a la escuela a los hijos y los maestros de estos niños. Los padres manifiestan su
inconformidad con los docentes aymaras ya que consideran que sus culturas son muy
diferentes y suelen no estar de acuerdo con las enseñanzas que éste docente aymara les
transmite, indicando que no es la forma de hacer o pensar de la comunidad. ¿Qué actitud
puede tomar un maestro ante estas tensiones que se crean en ambientes interculturales?
¿Cómo puede combinar el universalismo con el pluralismo cultural? ¿Cómo hará un
docente para enseñar esas normas y comportamientos a sus estudiantes de culturas
diferentes? El combinar el carácter universal de los derechos humanos manteniendo la
diferencia cultural es lo complejo en el aula. Decía un docente aymara “preparé un baile
para el día de la madre, bailaron la cueca, los padres no quisieron disfrazar a sus hijos de
abarcas y pollera. Yo les enseñe ese baile porque es lo que conozco ¿Qué quieren que
haga?.” Las nociones de diferencia y diversidad también dan origen a dificultades y
tensiones si los programas de estudio no lograrán ingresar más allá de las planificaciones
de los docentes permitiendo reflejar distintas identidades culturales y lingüísticas en el
actuar mismo del aula. Estos conflictos deberían poder ser resueltos por la educación
intercultural respondiendo al desafío de establecer y mantener el equilibrio entre la
conformidad con los principios rectores generales como país y las exigencias de
contextos culturales específicos. De esta manera no debería primar un solo modelo de
comprender la realidad, el mundo y los universos y de hecho, muchos docentes
comprender aquello teóricamente y tratarán de aplicarlo en el aula, sin embargo ellos
mismos se sorprenden teniendo actos discriminadores con los niños que no responden a
un modelo de comportamiento occidental o familiarmente cultural, desconociendo el
comportamiento como un valor relativo o tratando de impartir normas que corresponden a
sus culturas ignorando las diferencias.

En general hay un predominio de hablar del desarrollo de la interculturalidad en las


escuelas desde una visión asimétrica donde cualquier variante intercultural se superará
reconociendo lo occidental como parámetro final. Son los portadores de la occidentalidad
los que tienen posibilidad de llevar la voz de los desposeídos que además los
representarán, los que pondrán los parámetros que ayuden a superar las tensiones, en
defensa de las desigualdades para la incorporación de los diferentes y hasta ahora ese es
el papel que se le delega al docente, entre otras tareas.

Replanteando el trabajo de los valores.

Puede haber algunas formas para deconstruir lo que hemos construido como verdades
absolutas sobre los que son los valores y antivalores frente a otras culturas. El primer
paso es entender que hay varios sistemas o culturas coexistiendo que al estar cerca
geográficamente unas de otras perciben sus diferencias lo cual muchas veces provoca los

Tsimane’, Tacana y Moseten especialmente.


conflictos. No existe la diferencia mientras no exista el que la percibe. Mi cultura no será
extraña ni diferente mientras no exista un alter que lo note y me lo haga notar. Pero si
consideramos que el modelo cultural que poseemos es el correcto o es superior por ser el
más civilizado estaremos promoviendo la subalternización. Es lo que ocurre con los
pueblos originarios de Bolivia, se trata de mejorar sus condiciones de vida trabajando la
moral, lo ético, los valores, principios, costumbres, normas de convivencia, pautas de
comportamiento, hábitos, principios religiosos, justicia social, la recuperación de sus
derechos mientras que el modelo válido sea el occidental.

El trabajo de las dimensiones del ser y los ejes articuladores que plantea la ley ASEP 8
deben estar orientados a deconstruir los aspectos que alimentan estas asimetrías.
Deberemos poner en tela de juicio términos como clase social, machismo, cultura/etnia,
patriarcado, sexismo, androcentrismo, género, misoginia, homofobia, subordinación,
dominación, violencia estructural que procuran la desigualdad y la exclusión. Estos
términos pueden discutirse en contraste con la justica social, equidad de género e
interculturalidad.

El primer paso para esta deconstrucción es aceptar esas diferencias y el segundo pasó es
no solo tolerarlas sino acercarnos a ellas para comprenderlas como algo normalmente
diferente. No se trata de asimilarlas ni copiarlas, solo queremos entender la lógica que las
mueve para que dejen de ser incómodamente extrañas.

Intentemos pues, este ejercicio con este ejemplo de los pueblos amazónicos que hemos
venido mencionando recordando que evidentemente son diferentes y que esa diferencia
no es superior ni inferior a la cultura occidental, sino simplemente es diferente.

En un estudio de Mirjam Guevara (Guevara, 2007. Pág. 12-13) que realizó para el
proyecto EIBAMAZ9 pudo constatar que los pueblos amazónicos conciben más de un
mundo donde todo se relaciona en reciprocidad, correspondencia ya que estos mundos
son indivisibles, querrá decir que las relaciones no son dialécticas más bien son
complementarias y no son excluyentes. Lo bueno y lo malo conviven en un solo mundo:
lo positivo y lo negativo, lo vivo y lo muerto, lo femenino y lo masculino, lo que protege y lo
que castiga. Todo conforma un todo eliminando por tanto las jerarquías, uno no es posible
sin el otro, por ello una relación solo es posible “en términos de complementariedad,
reciprocidad, correspondencia, equilibrio, armonía, bienestar compartido, donde no existe
lo bueno ni lo malo, o más bien lo bueno y lo malo se complementan.”

Desde esta categorización los pueblos originarios nos han invitado a pensar en principios

Las dimensiones del ser, el decidir, hacer y saber y los cuatro ejes articuladores
mencionados anteriormente.

EIBAMAZ busca mejorar los niveles educativos de las poblaciones asentadas en la


región amazónica, propiciando el desarrollo y la participación como un principio básico para el
crecimiento de los pueblos.
más que en valores, tales como:

 El principio de la complementariedad
 El principio de la reciprocidad,
 El principio de la correspondencia
 El principio de la dualidad
 El principio del equilibrio
 El principio de la armonía
 El principio del bienestar compartido

En la dualidad eurocentrista hablaremos entonces de un valor y un antivalor, Guevara


trata de comparar estos principios y valores para una comprensión, en el cual tendríamos
parafraseando que el antivalor correspondería al resultado del no ejercicio de sus
prácticas y valores, hacia la vida buena.

Posteriormente Guevara plantea una comparación entre los principios indígenas y los
valores sociales políticos y económicos que son descritos de esta manera:

 Los valores de complementariedad, reciprocidad, equilibrio y armonía en las


relaciones de convivencia.
 Los valores de la complementariedad, reciprocidad, equilibrio y armonía en la
organización hacia la armonía y
 Los valores de la complementariedad, reciprocidad, equilibrio y armonía en la vida
buena.

Valores de la complementariedad, reciprocidad, equilibrio y armonía en las


relaciones de convivencia:

Las relaciones de convivencia en los pueblos indígenas se establecen como una


convivencia entre todos los seres habitantes de la tierra y los cuerpos celestiales además
de los fenómenos naturales (lluvia, viento) que se complementan y protegen entre ellos y
podrían ser diferenciados según Guevara en:

 Relaciones en la naturaleza (entre seres humanos, plantas, astros,


fenómenos naturales)
 Relaciones entre los seres humanos (entre ancianos, adultos y niños, entre
hombres y mujeres, dualidad hombre mujer)
 Relaciones entre los mundos de la vida y la muerte.

Valores en la organización.

Es lo que se podría decir, la organización sociopolítica, en las que resaltan los valores de
reciprocidad, complementariedad y correspondencia en:

- Las formas de organizarse en la comunidad


- Las formas de administrar justicia

Una cuestionante que suelen hacer algunos maestros, es que pareciera que los pueblos
originarios practican sólo sus valores y no tienen problemas, lo cual no es verdad, ya que
en la convivencia intercultural somos testigos de que por ejemplo en estas culturas como
en la nuestra existe la violencia familiar, el problema del alcoholismo y otros. Pero
enfatizamos en que debemos partir de la visión y sentido de las diferentes culturas y
abordar estos problemas desde la concepción y visión de cada cultura.

¿A qué apunta entonces el trabajo de valores en la escuela?

Debemos recordar siempre que los valores no se enseñan mediante una planificación, se
practican, se reflexionan, se reiteran, se adquieren, se internalizan, se viven entonces
deberían estar presentes en todas las actividades educativas como una forma de ser y
proceder de toda la escuela así como en los contenidos de área. Hay una manera en que
las ciencias se han dividido y especializado, poniendo el conocimiento y la ciencia a un
lado, separando el espíritu del hombre y dejando esta tarea a las religiones, por lo tanto
en manos de los profesores de tutoría y religión en las escuelas y a las iglesias en la
comunidad, al final nadie está cuidando de la verdadera integridad del hombre y es en ese
abismo que estamos perdiendo a nuestros niños y jóvenes.

Como Caterine Walsh refiere debemos potenciar la equidad, el protagonismo, la


democracia, la protección de los recursos naturales, y el respeto a la diversidad étnico
cultural. Aquí el bienestar es entendido en dos categorías la ontológica, ser, tener hacer,
estar y la axiológica, subsistencia, protección, afecto, entendimiento, ocio, participación, y
creación, llegar a este bienestar depende de los individuos y no de la sociedad en sí. La
idea central, es que cada individuo, contribuya al desarrollo de la sociedad.

Si seguimos repitiendo que la sociedad tiene la culpa como si fuera un ente que ha
cobrado vida propia del cual parece que no fuéramos parte, seguiremos pensamos que
nuestros jóvenes son absorbidos por ese monstruo sobre el cual no podemos tener
incidencia y que se devora a la niñez y juventud sin remedio. Es decir que cada uno de
nosotros negamos nuestro actuar como fortalecedores de las prácticas de antivalores y
atribuimos a un ser anónimo los actuares y pensares de nuestros hijos. Si no piense en
silencio cuántas veces usted ha practicado acciones que después le son deplorables a
usted mismo o cuántas otras veces somos testigos de acciones de otros adultos que han
perdido o sacrificado la noción de la ética y la moral y la han canjeado por la riqueza
material: alcoholismo, mentiras, estafas, violencia familiar, abandono de hijos,
comercialización de material pornográfico, venta de alcohol a menores, venta de drogas,
prostitución, racismo, clasismo y muchos otros ejemplos más que se dinamizan en manos
de los adultos.

La doble moral es una práctica normal de nuestra sociedad, pero aún practicando la moral
correcta, habrá que preguntarse si todos los valores que profesamos son posibles de
cumplir en una sociedad desigual, excluyente y que no reconoce las diferencias. Sin
embargo, el vivir esos preceptos que llevarán a la igualdad para un buen vivir en nuestra
comunidad puede ser un importante aporte si pensamos que en nuestro resguardo
tenemos entre 15 y hasta 50 estudiantes o más cada año. NO cambiaremos el mundo
pero si iniciaremos el cambio.

Walsh (2010, 92) indica que el estudio de interculturalidad, será fundamental para
entender el trabajo de valores en la escuela, es decir no podemos repensar los conceptos
y las concepciones de moral, valores, normas, principios, reglas y otros, si no entendemos
a la interculturalidad como “una herramienta pedagógica. La que pone en cuestionamiento
continuo la racialización, subalternización e interiorización y sus patrones de poder, ya
que éstas visibilizan maneras distintas de ser, vivir, saber y busca el desarrollo y creación
de comprensiones y condiciones que no sólo articulan. Hacen dialogar las diferencias en
un marco de legitimidad, dignidad, igualdad, equidad y respeto, sino que también – y a la
vez – alienta la creación de modos “otros” de pensar, ser, estar, aprender, enseñar, soñar,
y vivir que cruzan fronteras.

Finalmente pensemos que la educación intercultural es una esperanza para devolver a la


educación escuelas de calidad para todos y forma parte de la declaración de los Derechos
Humanos (1948):

La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el


fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales;
favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los
grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones
Unidas para el mantenimiento de la paz.

Les ofrezco un listado de acciones, principios y valores que pude enlistar de la ley 070
recopilados indistintamente para que pueda comenzar a redefinirlos reflexivamente y
pueda introducirlos en su vida cotidiana, en su actuar docente y por lo tanto reflejarlo
como una práctica genuina con sus estudiantes:

Respeto Unidad
Reciprocidad Igualdad
Responsabilidad Distribución y redistribución
Convivencia armónica Libertad
Protección y respeto a la vida Solidaridad
Valores sociocomunitarios y de familia Transparencia
Convivencia y reciprocidad en el entorno Igualdad de oportunidades
comunitario Equidad
Equilibrio con la madre tierra. Inclusión
Derechos y deberes de los niños Cuidado a la Madre Tierra
Interrelación recíproca con la Madre Tierra Respeto a la vida
Principios éticos morales Valores de acuerdo a cosmovisión de las naciones
Justicia social Convivencia comunitaria (eliminando el sufrimiento
Honestidad ajeno)
Puntualidad Valor de la democracia
Responsabilidad Participación social
Sinceridad Actitudes de cuidado a nuestro organismo
Cuidado socio-medioambiental Valores cívicos – retóricos
Formas de convivencia armónica del AbyaYala Voluntad
Actitud crítica Respeto a las ceremonias y ritos sagrados
Pertenencia cultural Fortalecemos la conciencia de la identidad
Conciencia crítica intercultural
Autoestima Fortalecemos la conciencia de la identidad
Autogestión del conocimiento intercultural
Responsabilidad Conciencia de la salud integral
Complementariedad
Valores de la autonomía
BIBLIOGRAFÍA

Carreras, LL.y otros (2006) “Cómo educar en valores” Madrid.

Estermann, J. (2009) “Colonialidad, descolonización e interculturalidad: apuntes desde la


filosofía intercultural” En: VV.AA. Interculturalidad crítica y descolonización. Fundamentos
para el debate. La Paz: III-CAB.

Guevara Ávila, M. (2007) Estudios sobre valores y antivalores de los pueblos y


nacionalidades indígenas de Bolivia Ecuador y Perú. Perú: UNICEF, EIBAMAZ.

Huanacuni Mamani, F. (2010)Buen Vivir/Vivir Bien. Filosofía, políticas, estrategias y


experiencias regionales andinas. Lima: Coordinadora Andina de Organizaciones
Indígenas (CAOI).

Santana, L. (1995) Explorando valores en el aula. Búsqueda en época de transición e


incertidumbre. Tesis doctoral no publicada. Caracas: Universidad Nacional Experimental
Simón Rodríguez.

Walsh, C. (2010) “Interculturalidad crítica y educación”. En: VV.AA. Construyendo


Intercultural Crítica. La Paz. III-CAB.

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