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ADAPTACION MATERNA

Durante la gestación se producen numerosos cambios en el organismo de la mujer,


debidos esencialmente a acciones hormonales, bioquímicas y también mecánicas. Estos
cambios representan adaptaciones anatómicas y fisiológicas que se inician en la
fecundación y culminan en el parto; después, estas modificaciones revierten conforme lo
hacen las circunstancias que las han producido, de modo que se vuelve a una situación
semejante a la de antes del embarazo.

Modificaciones genitales
Modificaciones de los genitales externos
Durante la gestación se produce un aumento de la vascularización a nivel de la vulva y la
zona perineal, lo que produce que estos tejidos presenten u n aspecto edematoso y una
coloración algo cianótica. Su consistencia es más blanda y elástica.
Modificaciones de la vagina
Son semejantes a las de los genitales externos, ocasionados igualmente por el aumento
de la vascularización. La vagina se torna más elástica y la acción de las hormonas
esteroideas sobre el epitelio vaginal aumenta de forma notable la secreción vaginal y
cervical. Esta secreción de color blanco y ligeramente espesa contiene abundantes
bacüos de Doderléin, que estimulan una mayor producción de ácido láctico y disminuyen
el valor del pH a niveles de acidez de 3,5 a 6 u pH, de modo que se consigue una mayor
protección frente a las infecciones.
Modificaciones del útero
Es sin duda el órgano del aparato genital que sufre mayores transformaciones durante
este período. Para su estudio se deben diferenciar dos partes anatómica y
funcionalmente distintas, que van a tener modificaciones también diferentes.
El cuello uterino tiene como misión mantener la cavidad uterina, con su contenido,
aislada del tracto genital inferior durante todo el embarazo. En el momento del parto se
dilatará para permitir la salida del feto y los anexos ovulares. Durante el puerperio debe
volver a una situación de normalidad. Como ya se ha comentado, el cuello uterino
también participa de la hipervascularización e hipertrofia de las glándulas endocervicales;
por consiguiente, ya inicialmente sufre cambios en su consistencia y color, y además
aumenta su secreción. Estos cambios, que suelen ser muy precoces, dan al cuello uterino
una coloración rosada y muy brillante que se conoce como signo de Chadwick.

A partir del primer trimestre, el cuello uterino se hipertrofia a expensas de la proliferación


del tejido glandular, que produce u n a secreción cada vez más espesa y que ocluye todo
el canal cervical; es lo que se denomina tapón mucoso, que se expulsa con anterioridad
al parto, en forma de una ligera pérdida muco hemática autolimitada.
Con esta hipertrofia cervical tiene lugar también y de forma conjunta, la eversión de la
mucosa endocervical. Esta eversión ha sido muy bien estudiada por Singer, que considera
que no sólo sería debida a la acción hormonal, sino que también intervendrían factores
como la disminución del tejido conjuntivo, que permitiría que las fibras musculares
empujaran al tejido endocervical hacia el exterior y a modificaciones enzimáticas y
bioquímicas a este nivel que prepararían al cuello p ara el momento del parto. Sea cual
sea la causa, esta eversión endocervical da al cuello de la mujer gestante un aspecto
clínico y colposcópico muy típico y en muchas ocasiones difícil de interpretar, en especial
cuando esta mujer presenta algún sangrado de origen cervical, frecuente hacia el final de
la gestación.
El cuerpo uterino tendrá como misión durante la gestación contener el producto de esta
hasta el momento del parto, en que tomará una actitud activa y mediante las
contracciones uterinas colaborará en la expulsión del feto y la placenta de su interior. Por
consiguiente, en primer lugar, el cuerpo uterino debe aumentar su capacidad, y para ello,
las fibras musculares que componen su estructura básica sufrirán unos determinados
cambios. En el primer trimestre, y ya de una forma precoz se observa una hiperplasia de
las células musculares, con una acumulación de tejido fibroso y un incremento del tejido
elástico; asimismo aumenta la vascularización y el drenaje linfático.
Estos cambios son debidos al estímulo hormonal de los estrógenos y la progesterona y
no al efecto mecánico de distensión del contenido uterino, ya que en ausencia del mismo
también tienen lugar los mismos hechos, que se manifiestan clínicamente no sólo por el
aumento de volumen del útero, sino también por adquirir una consistencia más blanda.
Modificaciones de los ovarios
En las primeras semanas de la gestación, la modificación más importante es la aparición
del cuerpo lúteo gravídico, cuya función desempeña un papel importante en el
mantenimiento de la gestación y es imprescindible para el desarrollo de esta función
hasta la octava semana de la misma. El cuerpo lúteo gravídico es morfológicamente muy
semejante al cuerpo lúteo de la segunda mitad del ciclo, y en muchas ocasiones ocupa
una parte importante del ovario, lo que le otorga unas características en ocasiones
tumorales que suelen corresponder a una reacción decidual tanto en la superficie como
en el estroma ovárico y que pueden mantenerse durante todo el embarazo, y que en el
curso de una cesárea se pueden apreciar como unas placas de color blanco y de superficie
irregular que cubren total o parcialmente el ovario y que sangran con facilidad si se
procede a extirparlas.

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