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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE AMBATO

FACULTAD DE INGENIERÍA CIVIL Y MECÁNICA

CARRERA DE INGENIERÍA CIVIL

HORMIGÓN III

“MUROS DE SÓTANO”.

CURSO:

NOVENO SEMESTRE “B”

DOCENTE:

ING. MILTON ALDAS

INTEGRANTES:

PERIODO ACADÉMICO
MARZO – AGOSTO 2019
Muros

Son elementos constructivos cuya principal misión es servir de contención, bien de un


terreno natural, bien de un relleno artificial o de un elemento a almacenar. [1]

Muros de sótano

Los muros de sótano generalmente tienen forma de cajones cerrados y están sometidos
al empuje del terreno y, en su situación definitiva, a las cargas procedentes de forjados,
y en ocasiones a las de soportes o muros de carga que nacen de su cúspide. Los forjados
actúan como elementos de arriostramiento transversal. [2]

La figura siguiente represente un muro de sótano que recibe cargas verticales


transmitidas por pilares de la estructura, por el forjado del techo del sótano y por la
solera del mismo, y cargas horizontales originadas por el empuje de tierras, a las que
podría añadirse alguna otra carga horizontal transmitida por el forjado, por la solera o
por los pilares de la estructura.

Por tanto, los muros de sótano han de ser diseñados conociendo sus misiones más
importantes, que son:
a) Resistir los empujes laterales debidos al terreno y a las sobrecargas existentes sobre
éste.
b) Soportar las cargas verticales de los pilares, solera y los forjados del edificio que
incidan sobre el muro (los pilares deben arrancar desde el cimiento).
c) Ser impermeables a las aguas de infiltraciones, de modo que en el interior puedan
existir espacios permanentemente aprovechables. [3]

Función estructural

El muro debe ser capaz de soportar los esfuerzos generados por las acciones que actúan
sobre él. Peso propio, cargas que le transmite el resto de la estructura tanto verticales
como horizontales. Cargas del terreno debidas al peso y a sus empujes; en su caso
empuje del agua. Cargas debidas al proceso constructivo. Acciones sísmicas. Acciones
debidas a retracción y fluencia. Acciones originadas por deformaciones térmicas. [4]

Tipos de muros de sótano


Por nivel
Existen dos tipos elementales de muros de sótano, de un nivel y de varios niveles. Para
estructuras de pequeña magnitud se construye generalmente sólo un nivel de sótano,
donde aparte del peso propio, recibe como única carga vertical la reacción del apoyo
muro-losa.

Caso más frecuente es que sobre el muro se apoyen pilares que le transmiten cargas de
las plantas superiores, pudiendo existir varios sótanos.

[5]
Por modelo matemático

Muro en voladizo

Cuando un muro se diseña como muro en voladizo, este trabaja en forma individual a la
superestructura. Dadas sus características se puede considerar como un muro de
contención, ya que el único apoyo será su propio cimiento. Sus dimensiones serán de
acuerdo al análisis contra volteo, deslizamiento, capacidad de carga, etc., o bien,
dependiendo de su diseño en particular.

Muro simplemente apoyado

Este tipo de muro va apoyado en extremo superior sobre las vigas, por medio de juntas
especiales entre el muro y la viga. Y en el cimiento en su extremo inferior.
Muro doblemente empotrado (muro en dos apoyos)
Un muro doblemente empotrado se diseña como parte de la superestructura, es decir,
empotrado en las vigas y en su propio cimiento. Además, puede estar apoyado en las
columnas del edifico, en este caso funciona como una losa en dos direcciones de cuatro
apoyos. Sin embargo, cabe recordar que la carga a soportar será uniformemente variada
y no uniformemente distribuida como en una losa común.

[6]

Empuje de tierra
El empuje horizontal que ejercen las tierras en contacto con un muro depende
fundamentalmente del peso específico de dichas tierras y del movimiento relativo entre
ellas y el muro.

[7]
Tipos de empuje de tierra:
a) Empuje activo: cuando el elemento de contención gira o se desplaza hacia el
exterior bajo las presiones del relleno o la deformación de su cimentación hasta
alcanzar unas condiciones de empuje mínimo.
b) Empuje pasivo: cuando el elemento de contención es comprimido contra el
terreno por las cargas transmitidas por una estructura u otro efecto similar hasta
alcanzar unas condiciones de máximo empuje.
c) Empuje en reposo: cuando se produce un estado intermedio que es el
correspondiente al estado tensional inicial en el terreno, es decir, si el muro o el
terreno sobre el que se cimenta son tales que las deformaciones son nulas. [8]
d) Empuje dinámico: En zonas de alto riesgo sísmico los empujes dinámicos
pueden alcanzar magnitudes que causan daños significativos a las estructuras de
retención, llegando en algunos casos a la falla. [9]

Empuje activo
Presión activa de Rankine para un terraplén inclinado
A cualquier profundidad h, donde el relleno detrás de un muro sea suelo granular
(c = 0), y esté elevado a un ángulo α con respecto a la horizontal (fig.14). La
presión activa de Rankine será:

Donde:
Ka = Coeficiente de presión activa del suelo

Y la fuerza total por unidad de longitud del muro será:

La resultante actúa a H/3 respecto al fondo del muro. Cuando exista más
de un estrato se tomarán momentos con respecto al fondo de este a fin
de hallar el brazo a la resultante.
En el caso de un relleno inclinado con partículas de material cohesivo y granular. La
presión activa es:

Donde:
K´a = Coeficiente de presión activa

Para el caso frecuente de una superficial horizontal, es decir el ángulo α=0, el


coeficiente de empuje activo es:

[10]
Empuje pasivo
Terraplén inclinado y suelo granular

La fuerza total por unidad de longitud de muro es:

Terreno inclinado y material cohesivo y granular


El coeficiente de empuje activo es:
Donde:
α=Ángulo de inclinación del terreno
= Ángulo de fricción interna
=Peso específico del suelo
h= Profundidad a partir de la corona del talud
c= Cohesión del suelo

Los valores de ϕ para los suelos 3 a 5 pueden ser muy poco conservadores; bajo
condiciones saturadas, las arcillas y los limos pueden convertirse en líquidos (es decir,
ϕ=0). Siempre que sea posible. En los muros de contención deben utilizarse los suelos
tipo 1 o 2 como relleno.

[11]

Empuje en reposo
Como ya hemos dicho este valor del empuje puede producirse cuando la
deformabilidad del muro es extremadamente pequeña.
El valor de λ, en la fórmula es difícil de evaluar, pero en arenas suele variar entre 0,4 y
0,6. Frecuentemente en terrenos granulares se estima por la formula En terrenos
cohesivos alcanza valores de 0,5 a 0,75.

Un método aproximado de uso frecuente es el indicado en la figura 3- 15. Para el caso en


que no hay carga sobre el relleno el diagrama triangular de presiones (fig. 3-15a) se
sustituye por uno rectangular de valor dos tercios de la presión máxima de empuje activo
pero calculado con
.
Para el caso en que existe carga sobre el relleno (fig. 3- 15b), se opera análogamente.
En la práctica, incluso en muchos casos de muros de gran rigidez, no se produce la
situación de empuje al reposo, sino simplemente la de empuje activo, o una muy
próxima a ella. Ello es debido a que en la mayoría de los casos el relleno del trasdós se
compacta sólo moderadamente.

Una molécula de suelo con peso unitario γ sedimentada debido a procesos geológicos y
situada a una profundidad h, tenderá a deformarse verticalmente por efecto de las cargas
provenientes de los estaros superiores y posiblemente otras cargas externas.
Empuje dinámico
El método propuesto por Mononobe y Okabe (1929-1926) obedece a una extensión de
la teoría de la cuña deslizante de Coulomb, para condiciones seudo-estáticas.
Este método permite obtener presiones dinámicas sobre una estructura de retención con
relleno de material granular, considerando propiedades de resistencia del suelo de
relleno y de fricción muro-suelo, geometría del muro, aceleración de la gravedad y
aceleraciones seudo-estáticas, tal como lo indican las siguientes expresiones: [9]
❖ Ángulo de inercia sísmico
Donde
Kh= aceleración vertical de la masa de suelo en unidades de gravedad.
Kv= aceleración horizontal de la masa de suelo en unidades de gravedad de acuerdo con
el tipo de sismo que se esté analizando y con el mapa de microzonificación sísmica de
la zona en estudio.
❖ Coeficiente de presión seudo-estática

Donde:
kh y kv =Aceleraciones horizontal y vertical entre la aceleración de la gravedad.
γ =Peso volumétrico del suelo.
φ =Ángulo de fricción interna del suelo.
δ =Ángulo de fricción en el contacto suelo-muro.
β y α =Ángulos de inclinación correspondientes de la superficie del relleno y del
respaldo del muro (horizontal y vertical, respectivamente)

Presión total


Incremento dinámico

La línea de acción de Pae estará a una altura hae con respecto al fondo del muro, y
la de ΔPae a 2/3H ó 0.6H

Línea de acción del incremento dinámico


Línea de acción del empuje dinámico total
Localización de la línea de acción de Pae

[10]

ESPECIFICACIONES Y NORMAS DE DISEÑO


ESPESOR MINIMO DE MURO
El recubrimiento mínimo en concreto construido in situ colocado contra el suelo y
expuesto permanentemente a él será de 7.5 cm, o bien el que rija el reglamento de
construcción local. En ambientes corrosivos el recubrimiento mínimo será mayor. (ACI-
318S-05: 7.7.1 y 7.7.5)

Cuando la función del muro es también de carga (y contención), puede considerarse como
una losa apoyada entre columna y columna, o bien, como una losa con refuerzo vertical de
tensión en la cual las losas del sótano y de la planta baja sirven como apoyos
contra la presión de tierras; como la altura del sótanos es, generalmente, menor que
el espaciamiento entre columnas, la última condición se presenta con mayor
frecuencia. [12]
Tipos de exposición con el suelo
El concreto con exposición severa a suelos que contengan sulfatos debe cumplir con
los requisitos de resistencia f´c mínima y, de relación máxima aguacemento dadas en la
tabla (4 - 3.1) ACI-318S-05. [13]

[14]
Resistencia del hormigón según la exposición

El cloruro de calcio no debe emplearse como aditivo cuando el concreto


tenga exposición severa a sulfatos (ACI-318S-05: 4.3.2). [13]

[14]
Recubrimientos mínimos
El recubrimiento mínimo en concreto construido in situ colocado contra el suelo y
expuesto permanentemente a él será de 7.5 cm, o bien el que rija el reglamento de
construcción local. En ambientes corrosivos el recubrimiento mínimo será mayor. (ACI-
318S-05: 7.7.1 y 7.7.5) [13]

[14]
[14]

Refuerzo mínimo

Espaciamiento del refuerzo


Espaciamiento del refuerzo longitudinal
• El espaciamiento máximo, s, de las barras longitudinales en muros construidos en obra debe ser el menor
entre 3h y 450 mm. Cuando se requiere refuerzo para cortante para resistencia en el plano del muro, el
espaciamiento del refuerzo longitudinal no debe exceder a 3 .
• El espaciamiento máximo, s , de las barras longitudinales en muros
prefabricados debe ser el menor de (a) y (b):
(a) 5h
(b) 450 mm para muros exteriores ó 750 mm para muros interiores.

Cuando se requiere refuerzo para resistencia a cortante en el plano del muro, el espaciamiento del refuerzo longitudinal no
debe ser mayor que el menor de 3h , 450 mm y 3

• El refuerzo en tracción por flexión debe distribuirse adecuadamente y colocarse


tan cerca como sea posible de la cara en tracción. [14]
Espaciamiento del refuerzo transversal
• El espaciamiento máximo, s , del refuerzo transversal en los muros construidos en sitio no debe exceder el
menor de 3h y 450 mm. Cuando se requiere refuerzo a cortante para resistencia en el plano del muro, el
espaciamiento del refuerzo transversal no debe ser mayor que 5
• El espaciamiento s de las barras transversales en muros prefabricados no debe
exceder el menor de (a) y (b):
(a) 5h
(b) 450 mm para muros exteriores ó 750 mm para muros interiores.

Cuando se requiere refuerzo a cortante para resistencia en el plano del muro, s no debe exceder el menor de 3h , 450 mm y 5

Apoyo lateral del refuerzo longitudinal


Cuando se requiere refuerzo longitudinal como refuerzo para resistencia axial o cuando
Ast es mayor que 0.01Ag , el refuerzo longitudinal debe estar apoyado lateralmente por
estribos transversales. [14]

Cimentación del muro de sótano


En cuanto a la cimentación del muro de sótano, hay que decir que si se dimensiona la
zapata corrida del muro en función de la estabilidad al vuelco, la zapata resultante
dispondría de una planta excesivamente holgada para transmitir las tensiones al terreno
debidas a las cargas verticales de los pilares. Esto no suele suceder. Siempre se
dimensiona la zapata del muro teniendo en cuenta las cargas verticales y la tensión
admisible del terreno. Y así, porque a corto plazo, y sin meteorización de las tierras
descubiertas, el terreno a contener se sostiene por su propia cohesión interna, por lo que
una zapata mayor, calculada a vuelco, resulta antieconómica. Piénsese que el muro de
sótano trabaja como muro ménsula durante algunos días, a lo sumo semanas.
Se ve aquí la importancia de la rapidez de ejecución de los muros de sótano, una vez
descubierto el terreno a contener por un batache. Tras la ejecución del batache, éste se
apuntala inmediatamente para colaborar en la contención de las tierras hasta que se
coloque el forjado.
La zapata del muro se conectará mediante vigas centradoras con zapatas internas, ya
que los pilares perimetrales aportan su carga excéntrica a la zapata del muro. Estas
cargas descentradas, junto con acciones horizontales de forjado de planta baja, podrían
inducir al muro de sótano a empujes pasivos que no sería capaz de resistir.
Esta tendencia al empuje pasivo es la que se alivia a través de las vigas centradoras.
En las figuras siguientes se muestra un esquema de armado del conjunto muro-viga
centradora- zapata interna, así como la unión entre el muro y el forjado.
Cuando el pilar tiene el mismo espesor que el muro, la armadura puede anclarse a éste
(no llegando hasta la zapata) o bien llegar hasta el cimiento, siendo esta última la mejor
solución.

[15]

JUNTAS.
Existen diversos tipos: de trabajo u hormigonado, de retracción o contracción, de
dilatación, etc.
Las juntas de trabajo, de hormigonado o de construcción, son las que por razones de
trabajo (volumen de hormigón y horario laboral) hemos de dejar abiertas unas horas o
de un día para otro. Existen de 2 tipos: horizontales y verticales.

Juntas horizontales:
La primera junta horizontal es la existente entre el hormigón de limpieza y el hormigón
de la zapata.
La segunda junta horizontal es la que existe entre la zapata y el alzado del muro, que
debe prepararse para absorber fuertes momentos flectores y esfuerzos cortantes.

Juntas verticales en el alzado del muro:


Para evitar la aparición de fisuras en los muros, por retracción, etc. es necesario realizar
unas juntas llamadas de dilatación, retracción y hormigonado o simplemente juntas de
retracción. Estas juntas conviene situarlas a intervalos máximos de 29 m, bajando hasta
distancias entre 14 y 8 metros cuando la densidad de armadura horizontal es poca.
Deberán situarse, también, donde el muro sufra quiebros en planta, cambios de altura, y,
en general, en todas aquellas zonas en que exista variación importante de forma o de
condiciones de funcionamiento.

[15]

Juntas verticales de retracción o contracción.


El cuerpo o alzado del muro requiere juntas más próximas. El Ameritan Concrete
Institute (ACI) (13.4) recomienda lo indicado en la tabla T-l 3.3. Naturalmente estas
juntas no afectan ni coinciden con las del cimiento.
TABLA T-13.3
DISTANCIA ENTRE JUNTAS VERTICALES DE CONTRACCION EN EL
ALZADO (13.4)
( Si el cimiento va a estar mucho tiempo sin enterrar, las distancias deberían ser de no
más de 7.50 m. en ningún caso.
(**) Sugerimos no pasar de 7,50 m. si H superase ese valor [16]

JUNTAS DE DILATACIÓN

Para evitar la aparición de fisuras en los muros, por retracción, es necesario realizar en
los muros unas juntas llamadas de dilatación, retracción y hormigonado o simple ente
juntas de retracción.
Estas juntas deben de disponerse:

-Cada 20m. como máximo en zonas de temperaturas extremas (la junta solo afecta al
alzado).
-Cada 30m. como máximo en zonas de temperaturas moderadas (la junta solo afecta al
alzado).
-Donde cambie la altura del muro (la junta solo afecta al alzado).
-Donde cambie la profundidad del plano de cimentación (la junta solo afecta al alzado y
también al cimiento)
-En todo cambio de dirección en planta, salvo que se estudie estructuralmente la
continuidad (la junta so
lo afecta al alzado y también al cimiento).
-Entre 14 y 8m. cuando la densidad de armadura horizontal es poca.

Impermeabilización y drenaje
El agua puede penetrar por succión o por presión. La de succión o capilaridad es
eliminada, con el paso del tiempo, por carbonatación, y nunca aparece en grandes
cantidades. El agua por presión penetra a través de los orificios que dejan las burbujas
de aire en el hormigón, por culpa de un mal vibrado. [17]
Si no queremos manchas de humedad y filtraciones en el alzado del muro debemos
proceder a efectuar una buena puesta en obra del hormigón y a ejecutar la
impermeabilización del trasdós del muro.
Una buena impermeabilización de la cara del muro en contacto con el terreno es necesaria
si se desea que no aparezcan manchas de humedad y filtraciones en su cara vista, lo cual,
aparece muy conveniente si pretendemos cuidar el aspecto estático de las obras.
Cuando el muro no es accesible por el trasdós (en contacto con la tierra) la
impermeabilización más sencilla consiste en colocar una lámina impermeabilizante
junto a la tierra, colgada de la parte superior de la tierra, procurando que no se pinche.
Si durante la ejecución del relleno, en muros con puntera y talón, se prevé que se dañe
la impermeabilización, o si el relleno es de piedras, conviene proteger la tela con un
tabicado de rasilla.

El drenaje del trasdós de un muro es fundamental en el diseño de éste. Si aquél no se


cuida, puede que nuestro muro acabe convirtiéndose en una "presa" sin estar previsto
para ello. En esta situación, el empuje total sobre la pared es suma del que proporciona
el terreno sumergido más el hidrostático, y puede ser algo más del doble que con el
terreno seco.
Drenaje
El drenaje es bueno efectuarlo, y se debe hacer siempre que se pueda, y el nivel freático
esté por debajo de la superficie de cimentación. Reduce el riesgo de humedades en
muros mal construidos, y en cualquier caso facilita los trabajos de reparación e
impermeabilización si aparecen manchas de humedad o incluso agua en el intradós del
muro
El drenaje está formado por un dren longitudinal que puede ser:

• Tubo de PVC de junta abierta, o bien ranurado o perforada.


• Tubo de hormigón poroso. Sobre el dren se dispone una pantalla porosa formada
por material filtrante o grava gruesa de tamaño 50 a 76 mm. con un espesor
mínimo de 25 cm. Sobre este relleno se coloca un relleno de material formado
con grava y arena, coronándose con una capa de arcilla compacta de 20 cm. de
espesor máximo.

[18]
Tuberías o pantallas drenantes.
Para evitar los inconvenientes vistos puede acudirse a la utilización de tuberías o
pantallas drenantes que se colocan en el trasdós del muro.
En muros normales, y con relleno permeable, es suficiente una tubería única con
pendiente del 1 al 2% y que se extiende por toda la longitud del muro para desaguar en
puntos bajos adecuados a unas arquetas conectadas a la red de evacuación.

En muros muy altos o con relleno poco permeables, puede ser aconsejable disponer
drenes verticales separados 5-6 metros y conectados a tope a la tubería longitudinal.

Para los casos de muro en los que la afluencia de agua es normalmente grande, o en los
que el relleno es muy poco permeable, puede interesar la solución de revestir
completamente el trasdós con placas de hormigón sin finos, creando así una pantalla
drenante continua.

Problemáticas habituales:
Nidos de grava
El vertido se ha segregado por presentar una granulometría con excesiva cantidad de
árido grueso, por la falta de estanqueidad de los encofrados o por vibrados excesivos
con la perdida de lechada.
• Retracciones hidráulicas o térmicas:
Las retracciones, ya sean hidráulicas o térmicas, producen una fisuración abierta desde
la coronación cerrándose a medida que desciende por el muro. Generalmente, las de
carácter hidráulico surgen durante el endurecimiento del hormigón. Cuanto mayor sea la
relación agua/cemento mayor será la retracción hidráulica, ya que mayor será la
cantidad de agua a evaporarse. Este efecto se ha incrementado ostensiblemente en los
últimos años porque cada vez se utilizan hormigones más resistentes que liberan más
calor durante su endurecimiento.
Las retracciones térmicas, por su parte, se producen con la obra en servicio. Las causas
pueden estar motivadas, entre otras, por la omisión o insuficientes juntas de
hormigonado, defi ciente cuantía de armadura de retracción (horizontal), exceso de finos
en la arena, acción del viento o el sol sobre la superfi cie del hormigón durante el inicio
del fraguado (producen una desecación prematura), separación excesiva de juntas de
dilatación o curados inadecuados.

• Fisuración por la corrosión de la armadura

Si el acero no está adecuadamente protegido por el hormigón, al perder este su


capacidad pasivante por la carbonatación (pH menor de 9), se corroe y aumenta de
volumen, fisurando e incluso desprendiendo el hormigón de recubrimiento de dichas
armaduras. Este efecto se produce a lo largo de las armaduras y normalmente dichas
fisuras aparecerán manchadas de óxido siendo, por tanto, fácil de detectar. Esta
patología puede evitarse con la utilización de:
• Hormigones compactos.
• La correcta ejecución de los recubrimientos de las armaduras.
• El adecuado contenido de cemento y relación agua-cemento.
[19]

Bibliografía

[1] J. López, L. López y A. Moreno, «Introducción,» de Muros de contención y de


sótano, Albacete, Caja Castilla La Mancha, 1999, p. 3.

[2] Construcción y metal CM, «Obras de AlbañilerÍa,» de Manual de Albañilería,


Madrid, CEP S.L., 2010, p. 37.

[3] P. Brotóns, «Muros de sótano,» de Construcción de estructuras Hormigón


armado: adaptado a las instrucciones ehe, efhe y ncse-02 (5a. ed.)., Alicante,
Club universitario, 2005, p. 258.

[4] R. d. edificación, «Funciones,» Cerramientos verticales tierra-aire. Muros de


sótano, vol. 1, nº 4, p. 1, 1988.

[5] D. Hernández, «Antecedentes,» de Consideraciones para el análisis, diseño


y evaluación de muros de sótano de concreto reforzado, Ciudad de
Guatemala, 2009, pp. 1-2.

[6] D. Hernández, «Tipos de muros de concreto reforzado utilizados en sótano,»


de Consideraciones para el análisis, diseño y evaluación de muros de sótano
de concreto reforzado, Ciudad de Guatemala, 2009, pp. 47-49.

[7] V. Borja, J. López y L. Bañón, «Muros de Contención y de sótano,» de Apuntes de


Hormigón Armado Adaptados a la construcción a la Instrucción EHE-08, San
Vicente de Raspeig, 2012, p. 239.

[8] Escuela politécnica de Cuenca, «Acciones en los muros de sótano,»


de Arquitectura Técnica, Cuenca, p. 4.

[9] C. Gonzáles y M. Romo, «Empuje dinámico en estructuras de retención con


inclusión compresible,» Ingeniería Investigación y Tecnología, vol. XV, nº 4, p.
519, 2014.
[10] D. Hernández, «Presión lateral de tierra,» de Consideraciones para el
análisis, diseño y evaluación de muros de sótano de concreto reforzado,
Ciudad de Guatemala, 2009, pp. 32-33.

[11] A. Nilson, «Muros de contención,» de Diseño de Estructuras de concreto, Bogotá,


MC Graw Hill, 2001, pp. 529-530.

[12] D. Hérnandez, «Análisis y diseño de muros de sótanos,» de Consideración para


el análisis, diseño y evaluación de muros de sótanos de concreto reforzado,
Ciudad de Guatemala , 2009, pp. 53-56.

[13] D. Hernández, «CONSIDERACIONES PARA EL ANÁLISIS, DISEÑO Y


EVALUACIÓN DE MUROS DE SÓTANO DE CONCRETO REFORZADO,»
de ANÁLISIS Y DISEÑO DE MUROS DE SÓTANO , Ciudad de Guatemala, 2009,
pp. 53-56.

[14] 3.-1. ACI, «Requisitos de Reglamento para Concreto Estructural (ACI 318S-14) Y
Comentario a Requisitos de Reglamento para Concreto Estructural (ACI 318RS-
14),» de Límites de diseño, Copyright American Concrete Institute, 2014, pp. 174-
181.

[15] Brotóns Pascual, «Muros de sótano,» de Construcción de estructuras: hormigón


armado: adaptado a las instrucciones , ProQuest Ebook Central, 2005, pp. 260-
263.

[16] J. Calavera , «Muros de contención y muros de sótano,» de Juntas de contracción,


Madrid, Intemac, 1989, p. 221.

[17] P. Brotóns, «Impermeabilización y drenaje,» de Construcción de estructuras:


hormigón armado: adaptado a las instrucciones, ProQuest Ebook Central, 2005 ,
pp. 265-267.

[18] Gonzales, «Cerramientos verticales tierra-aire. Muros de sótano,» Revista


de edificaciones, nº 4, pp. 89-90, 1988.

[19] D. J. Calavera, Muros de contencion y Muros de sotano, Madrid: Itempe, 1989, p.


42.

[20] N. Norma Ecuatoriana de la construcción, «Cuantía de acero,» de Estructuras


de hormigón Armado, CAMICON, p. 69.

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