Sunteți pe pagina 1din 8

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE MINAS LABORATORIO DE TOPOGRAFIA


GRUPO 8 PROFESOR OSCAR ZAPATA FECHA 11/06/2019
TAREA 4 JOSE LUIS MARTINEZ ID 1193510406

Tomado de: https://www.clubensayos.com/Ciencia/La-Brujula-Y-Sus-


Aplicaciones/2224431.html
(“...La brújula es un instrumento que permite determinar la orientación con respecto a la
superficie terrestre, por medio de una aguja imantada que señala el Norte magnético, el cual
es ligeramente diferente para cada una de las zonas del planeta, y a su vez distinto del
Norte geográfico. Se utiliza como un medio de funcionamiento el magnetismo terrestre. La
aguja, la cual está imantada, indica la dirección del campo magnético terrestre, apuntando
hacia los polos norte y sur de la tierra. A su vez la brújula también funciona en la medición
de ángulos en el terreno con respecto al norte magnético (rumbos), los cuales se utilizan
como direcciones. De igual forma la brújula se utiliza para obtener datos estructurales:
rumbo y buzamientos de estratos, esquistosidad de las rocas metamórficas u otros planos
tales como los axiales de pliegues, direcciones de ejes de pliegues, foliaciones, entre otros.
La brújula funciona en cualquier zona del mundo, menos en las zonas polares norte y sur,
esto es debido a la convergencia de las líneas de fuerza que posee el campo magnético
terrestre, que se puede definir como, un gigantesco imán con dos polos opuestos con
cargas magnéticas antagónicas.
PARTES DE LA BRÚJULA
Pínula norte, pínula sur, línea de vista o visual SUR – NORTE, aguja magnetizada
contrapeso en cobre, (mantiene horizontal la aguja y evita la zambullida), nivel “ojo de pollo”
(algunas no poseen nivel).
El conjunto formado por la caja, las pínulas N y S y la línea de visual se denominan
ALIDADA (para todo modelo), también conocido como el conjunto de partes que sirve para
enfocar y determinar direcciones.
La brújula como los demás aparatos de medición debe reunir determinadas condiciones
para que de unos resultados correctos.
La línea de los ceros Norte-Sur debe coincidir con el plano vertical de la visual definida por
la Pínulas. Si esto no se cumple, las líneas cuyos rumbos se miden quedarán
desorientadas, aunque a veces se desorientan a propósito para eliminar la declinación.
La recta que une las dos puntas de la aguja debe pasar por el eje de rotación, es decir, la
aguja en sí debe ser una línea recta.
El eje de rotación debe coincidir con el centro geométrico de la graduación.
BRÚJULA TOPOGRÁFICA
Esta brújula conserva las partes anteriormente mencionadas más un instrumento de
puntería para fijar la dirección exacta de una línea, por ejemplo uno de los lados de un
poligonal. Las brújulas más antiguas de este tipo, contaban con dos láminas de bronce cada
una ubicada en el Norte y en el Sur respectivamente. La lámina del Norte tenía una
hendidura más amplia en cuyo centro se colocaba un alambre delgado que servía como
guía…”)
Tomado de: https://www.curiosfera.com/quien-invento-la-brujula-historia/
(“La brújula fue inventada en China en el siglo IX. Pero lamentablemente, al igual que otros
grandes inventos o descubrimientos de la humanidad, no se conoce con exactitud quién es
el inventor de la brújula magnética.
Para conocer el origen de este instrumento esencial en el descubrimiento del mundo, y
sobre el que se fundan todos los mapas geográficos, pa-rece retrotraemos a la geomancia y
a un aparato de adivinación descrito en un libro chino, el Louen Heng, en el año 83.
Se trata de una cuchara tallada en un mineral de hierro imantado, la magnetita, que se posa
sobre una placa de bronce pulido para ver en qué sentido se fijará el mango, tal y como lo
indica un bajorrelieve del museo de Zurich que data del año 114.
Este instrumento se basaba, muy probablemente, en el descu-brimiento de la magnetita. No
sabemos exactamente cuándo dicho descubrimiento suscitó la invención, pero sabemos
que también se realizó en China, ya que se encuentran brújulas de aguja flotante o
pivotante, desde el siglo IX, mientras que el instrumento no existía en Europa.
En el año 940, cuen-ta el Houa Chou (Hua Zhou), que el in-geniero Chen Koua (Chen Gua)
sabía incluso fabricar imanes arti-ficiales enfriando una barrita de acero orientada norte-sur.
La primera brújula magnética cono-cida en navegación marítima está señalada en Europa
en 1187 por el inglés Alexander Neckham, quien describe una aguja transportada a bordo
que permi-te seguir un rumbo incluso cuan-do la estrella polar está cubierta por las nubes.
Hasta 1700, los compases se fijaban y montaban sobre los mapas, en los cuales el Norte
estaba indicado por una flor de lis. A continuación se rea-lizaron compases líquidos, en los
cuales se situaba la aguja dentro de una caja metálica relle-na de agua destilada.
Como las agujas se desmagnetizaban rápi-damente, el ingeniero inglés Gowan Knight
inventó en 1745 una técnica para magnetizar du-rante largo tiempo los aceros duros.
En 1876, sir William Thomson, más tarde lord Kelvin, introdujo un compás seco, cuyo
habitáculo estaba montado sobre un pivote y tenía un sistema de corrección de errores
causados por el magnetismo propio del barco.
Este tipo de brújulas desa-pareció cuando las altas veloci-dades comenzaron a hacer vibrar
excesivamente la aguja, y fue re-emplazado por nuevos compases líquidos, como puedes
comprobar más abajo.
Todo ello es un ejemplo genial de como un instrumento muy pequeño puede aprovechar un
efecto natural inmenso. La brújula lo que hace es orientarse según el campo magnético de
la Tierra. Y es que la tierra actúa como un imán de tamaño planetario, seguramente el más
grande que se encuentra en movimiento de rotación.
Para conocer los orígenes de la brújula debes saber que la primera documentación
conocida sobre el magnetismo se encuentra en un texto chino del siglo IV a.C., el Libro del
señor del valle del diablo.
En el siglo I, otro texto hace mención de la atracción magnética de una aguja, pero hasta el
año 1040 no se menciona una aguja colocada sobre un vaso de agua para encontrar una
dirección.
En 1086, un texto de Shen Kua menciona una aguja cuya punta ha sido frotada con
magnetita (e imantada) y suspendida de un hilo al que se ha unido con un poco de cera.
Por fin, en el año 1117, en un libro de Zhu Yu se menciona por primera vez el uso de la
brújula para la navegación: “El navegante mira las estrellas por la noche y la posición de sol
durante el día, y si está oscuro y nublado, se deja guiar por la brújula”.
Sin embargo, los chinos siguen usando la aguja imantada sobre un vaso de agua, y si el
mar está movido, no sirve para nada. Fueron los europeos quienes idearon la verdadera
brújula en el siglo XIII, colocando la aguja sobre un eje pivotante en una caja sin agua.
Probablemente, el uso de la aguja imantada llegó a Europa a través de la ruta de la seda,
pues, a finales del siglo XII, el inglés Alexander Neckam hace una descripción de sus
propiedades.
Por el contrario, no hay mención del uso de la brújula en el mundo musulmán hasta el siglo
XIII, en el Libro del tesoro de los mercaderes, de 1282.
Recientes descubrimientos, hechos por John B. Carlson, de la Universidad de Maryland
muestran que los olmecas de Mesoamérica conocían el magnetismo y que usaban la
magnetita, como los chinos durante el primer milenio antes de Cristo, en prácticas de
geomancia.
La palabra magnetismo viene de la región de Magnesia, de Grecia, donde en el siglo VI a.C.
se descubrió un mineral formado por óxido de magnesio y una parte de óxido de hierro que
le daba propiedades magnéticas.
Los griegos le dieron el nombre de piedra de Magnesia y fue estudiado por Tales de Mileto.
Esta región dio nombre al magnetismo, a la magnetita, al magnesio y al manganeso.
El descubrimiento del magnetismo terrestre es, según el sinólogo Joseph Needham, la
mayor contribución de China a la física.
En el siglo XI, este descubrimiento, junto con el de inducción y de la polaridad magnética,
conduce a la invención de la brújula, llamada a desempeñar un papel fundamental en la
navegación de alta mar en la Edad Media y para los grandes descubrimientos.
El magnetismo propiamente dicho ya es cono-cido por los físicos de la Grecia antigua,
quie-nes describen el poder de atracción de la «pie-dra de Magnesia», este imán natural
que proviene de Grecia continental.
El filósofo Tales de Mileto (siglo VI a.C.), mea- paz de explicar los fenómenos de atracción
magnética por causas físicas, prefiere dar un alma a esta piedra capaz de «mover el
hierro». El mismo tipo de animismo prevalece en China, donde el vocablo tzu shih («la
piedra cariñosa» o «la piedra que copula») designa a los imanes desde los primeros textos
que los mencionan (siglo III a,C,).
En este contexto, no tiene nada de particular-mente sorprendente que este descubrimiento
de geomagnetismo esté ligado a la geomancia, práctica adivinatoria que, en la China
antigua, consistía en orientar las residencias de los vivos y las tumbas de los muertos “con
el fin de que éstas cooperen y se armonicen con las corrientes locales del soplo cósmico”.
Con este fin, se utilizan mesas de adivinación (shih), sobre las cuales pivotean trozos de
ima-nes tallados en forma de cuchara, simbolizan-do a la Osa Mayor (que, en la
Antigüedad, estaba localizada en la proximidad del polo norte celeste).
Estos imanes se orientan en el campo magné-tico terrestre, bajo el efecto de la atracción
geomagnética.
De la magia a la aplicación técnica
El rol mágico del instrumento explica que su principio se haya demorado tanto tiempo en
salir del ámbito secreto de la geomancia. Needham piensa que la brújula, bajo la forma de
shih, es inventada bastante antes del siglo XI.
Quizás en los inicios de nuestra era, y que toma su aspecto moderno, con la incorporación
de la aguja imantada, entre los siglos IV y VI; sin embargo, los autos de fe de los jesuítas en
el siglo XVII, en los que quemaron los manuscritos de geomancia, ya no permiten pro-barlo.
No obstante, un texto de Wang Chung (83 d.C.) así como numero-sas referencias
posteriores a las “agujas del Sur” (centro ritual del mundo en la cosmogonía china) pare­cen
indicar que la brújula se conoce desde la época Han. Su uso en la nave-gación parece, en
cambio, más tardío (siglo X).
El método del “pez flotante”
En todo caso, un fecha es segura: 1044. El geo-magnetismo, su poder de atracción sobre la
aguja imantada, así como la polaridad magné-tica son explícitamente descritos en un
tratado de tecnología militar, el Wu Chíng Tsun que entrega el método del «pez flotante»: la
aguja de la brújula es una delgada hoja de hierro magnetizada, cóncava y en forma de pez,
que flota en un recipiente con agua indicando el sur.
Más tarde, en 1088, la declinación magnética es, por primera vez, claramente mencionada
en una obra redactada por el letrado Chen Kua, quien observa que «los magos frotan la
punta de una aguja con la piedra magnética, la que entonces apunta hacia el sur Sin
embargo, ésta se indina ligeramente hacia el este, y no apunta exactamente al sur».
No obstante, según Needham, el conocimien-to de la declinación podría también
remontar-se más atrás.
En Occidente, la primera mención a la brújula data de 1186: aparece en el De na tu as
reriim de Alexandre de Neckham. A partir de esta fecha, las referencias al instrumento y al
magnetismo se multiplican, hasta la célebre carta de Pierre Pélerin de Maricourt sobre las
propiedades del imán y la fabricación de las brújulas.
Este texto es de una importancia capital, redactado en 1269 y publicado tres siglos más
tarde, sigue siendo una de las mayores contri-buciones de la ciencia medieval a la física.
Sin embargo, no es sino hasta 1600 cuando el inglés William Gilbert emite la hipótesis del
geomagnetismo para explicar las propiedades de la aguja imantada, en su De maguete.
En cuanto a la declinación magnética, la mayoría de los fabricantes de brújulas tienen
conciencia de este fenómeno, aunque no se preocupan por buscar la causa, y
«chapuce-an» más o menos sus instrumentos fijando oblicuamente un cuadrante para
obtener una lectura directa.
Los errores debidos a la brújula no son toma-dos en cuenta seriamente hasta la primera
mitad del siglo XV, probablemente por inicia-tiva de los fabricantes alemanes Estos errores
son explicados en 1646, cuando Thomas Broyne postula la existencia de polos magné-ticos
y geográficos distintos.
La fabricación de una brújula según Pierre de Maricourt
En la larga carta dividida en tres partes que Pierre de Maricourt dirige, en 1269, a Suggerins
de Foncaucourt (Epistolae de magnete), la segunda de ellas está se puede leer:
“Fabricación de un instrumento para medir el azimut del Sol, de la Luna o de cualquier
estrella con respecto al hori-zonte».
Se trata de la primera descripción, en Occidente, de la fabricación de una brújula. Como su
título lo sugiere, Pierre de Maricourt supone (erróneamente) que los polos del imán son
atraídos por los polos celestes:
“En este capítulo, describiré la construcción de un instrumento mejor y más eficaz. Escoged
un reci-piente de madera, de latón o de cualquier otro material sólido, de tamaño reducido,
hondo pero de ancho suficiente, con una tapa de sustancia trans-parente, tal como el vidrio
o el cristal; sería incluso preferible utilizar un recipiente y una tapa trans-parentes.
En el centro de este recipiente, colocad un eje delgado de latón o de plata, cuyas
extremidades hayan sido fijadas a la vez a la tapa y al recipiente. En el medio de este eje,
practicad dos aberturas formando un ángulo recto una con pee o a la otra; pasad un estilete
de hierro o una aguja a través de una, y una aguja de plata o de latón que cruce el estilete
de hierro en ángulo recto.
Dividid la tapa en cuatro partes y subdividid éstas en 90 partes, tal y como se explica
anteriormente. Nombrad las partes Norte, Sur, Este y Oeste… Luego, acercad el polo norte
o sur de un imán a la tapa, de manera que la aguja sea atraída y reciba las propiedades
magnéticas del imán. Luego, girad el recipiente hasta que la aguja sea orientada sobre la
línea norte-sur indicada sobre el instrumento…
Por medio de este instrumento, podréis encontrar vuestra ruta hacia las ciudades y las islas
de todos los lugares a los que deseárais ir, tanto por tierra como por mar, a condición de
que conozcáis su Iongitud y su latitud…”
Evolución de la brújula
El sistema de dejar una aguja imantada flotando sobre agua es fácil, pero poco práctico.
Sobre todo porque la función principal de las brújulas era la orientación mientras estaba
navegando, y un bote con agua no paraba quieto a medida que el barco se movía con las
olas.
La cosa mejoró mucho cuando se inventó la brújula seca. En lugar de flotando en el agua, la
aguja estaba “colgando” de un eje que le permitía girar libremente. Si esto se ponía en una
caja con la rosa de los vientos pintada debajo, se podía mirar en cada momento hacia
dónde se dirigía el barco.
Y aún mejor si la rosa de los vientos estaba dibujada en una superficie unida a la aguja.
Entonces bastaba situar la caja con la brújula en medio del barco y la parte que apuntaba a
proa indicaba la dirección que llevaba el barco. Fácil y extremadamente útil.
Después se fueron añadiendo detalles que la hacían aún más práctica. Una aguja
suspendida en el aire estará oscilando mucho rato. Cualquier movimiento la hará vibrar y, si
queremos mucha precisión, puede ser difícil establecer hacia donde señala. Este problema
se resolvió poniendo todo el sistema dentro de un compartimento con un líquido algo
espeso, como aceite.

También es curioso el nombre mismo de la brújula. Se llama así porque antiguamente se


pensaba que la orientación, aparentemente mágica, de la aguja era un hecho de brujería.
Después, cuando se empezó a entender mejor cómo funcionaba el magnetismo, se llegó a
pensar que el polo norte había una gigantesca montaña hecha de hierro que atraía las
brújulas. Tampoco es una explicación correcta, pero al menos ya era una hipótesis un poco
“científica”...”)
Tomado de: http://electromagnetismogenaroleon.blogspot.com/2015/10/la-brujula-y-sus-
aplicaciones.html
(“La brújula primordialmente se compone de una caja con un círculo, graduado de 0º a 90º
en ambas direcciones desde los puntos N y S, y teniendo por lo general intercambiados los
puntos E y W con el fin de leer directamente los rumbos; o graduado de 0º a 360º desde el
punto N para leer los azimuts, además cuentan con una aguja magnética.
Existen distintos tipos de brújulas, con grados de complejidad muy variados para distintas
funciones, debido que a veces no es tan necesario su uso o por el contrario se necesita una
muy compleja para mediciones exactas.
Para poder determinar el azimut o el rumbo de una recta, situamos la brújula sobre la línea,
se nivela, se suelta la aguja para que pueda girar libremente, se da vista a otro punto de la
recta, y cuando la aguja se quede quieta, se lee el ángulo que ésta indica.
Si la recta de referencia, respecto a la cual se toman las direcciones, es la recta que pasa
por los polos (N y S) geográficos de la tierra, se denomina meridiano verdadero. Si es la
recta que pasa por los polos magnéticos se denomina meridiano magnético.
Estos últimos se determinan por medio de la brújula y no es paralelo al verdadero, pues
estos están a alguna distancia de los geográficos; además, como los polos magnéticos
están cambiando de posición constantemente, entonces este meridiano no tendrá dirección
estable.
El ángulo que forma el meridiano magnético con el verdadero se denomina declinación
magnética. Para cada punto sobre la tierra tiene un valor diferente y variable. Uniendo
puntos de igual declinación magnética resulta una línea llamada isogónica.
La aguja de la brújula trata de inclinar su extremo norte en el hemisferio norte y su extremo
sur en el hemisferio sur. El ángulo que hace la aguja con la horizontal se llama inclinación
magnética. Las líneas que unen puntos de igual inclinación se llaman isoclínicas.
La dirección de las líneas de fuerza magnética se altera por la llamada atracción local,
originada por la presencia de objetos de hierro o acero, de algunos otros metales y por
corrientes eléctricas que producen atracción magnética sobre la aguja de la brújula hasta el
punto de que algunos lugares se hace imposible el uso de esta herramienta por que existe
una atracción local demasiado grande.”)

Reseñas adicionales
Tomado de: https://es.scribd.com/document/355373217/La-Brujula-y-Sus-Aplicaciones
(“...Se emplea para levantamientos secundarios, reconocimientos preliminares, para tomar
radiaciones en trabajos de configuraciones, para polígonos apoyados en otros
levantamientos más precisos.
Levantamientos de Polígonos con Brújula y Cinta.
El mejor procedimiento consiste en medir, en todos y cada uno de los vértices, rumbos
directos e inversos de los lados que concurran, pues así, por diferencia de rumbos se
calcula en cada punto el valor de ángulo interior, aunque haya alguna atracción local. Con
esto se logra obtener los ángulos interiores de polígono, verdaderos a pesar de que haya
atracciones locales, en caso de existir, sólo producen desorientación de las líneas…”)
Tomado de: https://grupo24scoutsdf.jimdo.com/2013/11/16/clasificaci%C3%B3n-de-
br%C3%BAjulas/
(“...Brújula Planimétrica:
Inventado por los hermanos Kjellstrom, esta brújula tiene una placa de base rectangular con
una brújula giratoria marcada en grados. El piso de la caja de la brújula está marcado con
líneas paralelas a una flecha. Estas brújulas también pueden tener barras de escala para la
medición de distancias de mapa en un borde de la placa base, una lupa para descifrar en
detalle el mapa y plantillas para marcar los cursos de orientación.
Brújula Lensática:
Esta es una brújula lensática muy usada por el ejército americano por su alta precisión,
dada por el lente de aumento que permite leer la escala más fácilmente. Sin embargo no se
presta mucho al uso con mapas ya que no tiene la base transparente ni la escala giratoria
para funcionar como transportador.
Brújula Cartográfica:
Este es uno de los modelos más completos. Cuenta con todas las características de las
anteriores y agrega un inclinómetro que permite medir pendientes. La aguja negra hace esta
función. El espejo es usado para poder ver el punto de referencia y la escala giratoria
simultáneamente, permitiendo una precisión muy alta.
Brújula Digital:
Las brújulas GPS utilizan los satélites en órbita sobre la tierra para determinar la ubicación.
Los conductores y excursionistas utilizan estos compases a menudo, pero los barcos y los
militares siguen utilizando la brújula giroscópica o el compás magnético cuando las brújulas
GPS son incapaces de recuperar suficiente información a través del satélite…”)

S-ar putea să vă placă și