Efectos del narcotráfico en la economía colombiana
El narcotráfico en un flagelo de dimensiones perversas, genera distorsiones sociales que
impactan en el desarrollo social, económico, político e incluso reconfiguran los comportamientos culturales de las regiones. Los incentivos económicos de la producción, venta y distribución de la droga permiten que éste fenómeno alcance magnitudes incontrolables para la institucionalidad del Estado del siglo XXI. De esta manera, las grandes cantidades de dinero provenientes del narcotráfico ingresan a las economías y cambian la dinámica de éstas, en especial la de países en desarrollo. En el caso colombiano, el narcotráfico influyó de diversas maneras en la economía y sobre todo, generó efectos nocivos en la sociedad. En primer efecto sobre la economía surge con la aparición del cultivo de coca a gran escala por parte de las comunidades campesinas. El campo colombiano, históricamente ha sido olvidado por el Estado, el apoyo institucional al sector agropecuario ha sido en algunas regiones inexistente y sumado a condiciones económicas frágiles crearon las condiciones propicias para que los campesinos abandonaran la producción de cultivos lícitos por acoger una mejor alternativa, una más rentable, la coca. El mayor ingreso de estas comunidades aumentaba con la producción de ilícitos, así que la demanda de productos y servicios crecía de igual manera, la economía de estos sectores mejoraba considerablemente. Pero el efecto más importante resultaría siendo negativo; estas comunidades se desprendían de su legado histórico y cultural, el cultivo de cosechas. Este proceso cambió la dinámica en el campo colombiano, las tierras pasan a ser atractivas pero para el cultivo de coca y demás plantas ilícitas y la disminución de la producción de alimento en el campo permitiría a la postre que Colombia se convirtiera en un importador de alimentos que anterior al narcotráfico se producían en el campo. Un caso muy concreto lo representa el maíz, que en la actualidad se importa más de lo que se alcanza a producir. En segundo lugar la economía colombiana presentó un crecimiento acelerado y sostenido a partir de los años setenta como producto del auge del narcotráfico. Los grandes excedentes de dinero de los carteles del narcotráfico se invertían en la economía de cierta manera sin control alguno por parte del Estado. Las inversiones principalmente se realizaban mediante la importación de equipo, tecnología, y diversas mercancías provenientes del extranjero para lavar los dólares producto de la venta de la droga en el exterior. De igual forma, la construcción de nuevas viviendas y la compra de tierras fue otro mecanismo de reinvertir las divisas en la economía nacional. De esta manera, desde la producción, comercialización e incluso el consumo de droga, se produjo un efecto de boom económico en el país. los diferentes eslabones de la cadena del narcotráfico aumentaban sus ganancias y de la misma manera el consumo de bienes y servicios. Por otro lado, los efectos no podrían ser siempre positivos; sin dudas, el narcotráfico de igual manera sumergió al país en un periodo de violencia generalizado que alcanzó puntos altísimos, provocando la inestabilidad todos los sectores de la economía. Con la guerra contra y entre los carteles de la droga se perjudicó de manera sustancial al país. Las grandes cantidades de dinero del narcotráfico permeó todas las esferas sociales del país, la política, la justicia e incluso las fuerza pública fueron objeto de control por parte de los carteles a tal punto que se entró en una inestabilidad institucional tan alta, que Colombia fue considerado el país más peligroso del mundo. Este escenario, eventualmente no permitió que la inversión extranjera, en los años 70´s y 80’s se desarrollara en el país, por lo tanto, sectores como la industria no crecieron de una manera fuerte y sostenible. La inestabilidad política ponía en desventaja a los empresarios colombianos a la hora de buscar financiamiento externo y también las condiciones sociales y sobre todo de inseguridad alejaban a los inversionistas extranjeros del país. Así que la economía de Colombia experimentaba un boom por el aumento de la demanda en productos y servicios como consecuencia de un mayor ingreso por las actividades ilícitas, pero por otro lado, se privaba al país de desarrollar procesos de industrialización avanzados y que estuvieran la par de la dinámica económica internacional. De igual manera, la cultura del narcotráfico engendró la cultura de la corrupción. La política del país pasó a ser el mecanismo más eficiente de los narcotraficantes para evadir la justicia. El poder se concentró en pequeños grupos y las elites políticas se afianzaron en el poder pero en busca de objetivos muy particulares. El Estado fue sometido bajo la corrupción, y de esa manera no se generaron las condiciones necesarias para un desarrollo económico positivo. Las inversiones en sectores clave como la educación, la salud y la vivienda no fueron prioridad y la agenda estatal se concentró en la reducción de la violencia generalizada, dicha violencia producto de las nocivas consecuencias sociales del narcotráfico. Por otra parte, el narcotráfico permitió la consolidación de diversos grupos armados que entraron a competir por el control territorial y el manejo de los recursos. De esta manera, la violencia y la inseguridad en muchas regiones del país impidió el desarrollo de procesos como la extracción de petróleo, la minería y la pesca, entre otras actividades importantes para la economía de un país. Estos grupos armados generaron tanta violencia que obligaron a las comunidades campesinas a desplazarse de sus territorios para asentarse en las ciudades aumentando los cordones de pobreza, desempleo y desigualdad que ya sufrían estos centros urbanos. El narcotráfico, al generar violencia y esto a su vez desplazamiento del campo a la ciudad, también reconfiguró las economías urbanas del país. Ciudades como Bogotá, Medellin y Calí aumentaron en pocos años su población pero sus estructuras económicas no fueron lo suficientemente fuertes para integrar estas nuevas personas de manera sostenible en la economía urbana. Es así como incrementa el número de desempleados, de trabajo informal, de asentamientos ilegales, la pobreza, la desnutrición en niños y muchos factores sociales que hicieron de la ciudad un escenario de subsistencia más no de desarrollo. Hoy en día, estas ciudades siguen luchando por disminuir estos fenómenos sin lograr avances significativos, pero al rastrear un poco el inicio de éstos podemos observar que el auge del narcotráfico tiene mucho que ver en las actuales condiciones económicas de muchas ciudades del país. En definitiva el narcotráfico ha significado enormes desafíos para la economía del país, si bien en primer lugar permitió un crecimiento producto de los excedentes del comercio de droga, a la postre generó diversos fenómenos nocivos para la sociedad que culminarían perjudicando en gran medida el desarrollo económico de la nación. La violencia generalizada, la inseguridad, la transformación del campo, de las ciudades, la inestabilidad política, la insuficiencia institucional y la disputa del poder han sido procesos acuñados y derivados del negocio del narcotráfico; estos problemas han hecho de la economía colombiana algo frágil y con enormes desafíos por superar. El narcotráfico ha privado a los colombianos de gozar de mejores condiciones sociales, ha impedido la inversión del Estado en sectores claves como la educación, la salud, la vivienda, entre otros, ya que la lucha en su contra, el gobierno ha destinado cientos de miles recursos. Las cifras resultan ser escandalosas, según el gobierno, entre 1995 y 2009 se destinaron US 8.140.074.0001 de miles de millones de dólares, dinero que pudo haberse invertido en programas de crecimiento y desarrollo social. Es por esto que sin duda alguna, el narcotráfico ha sido un elemento nocivo y perverso para la economía de Colombia, las difíciles condiciones de miles de familias hoy en día son el ejemplo más claro de sus consecuencias.
1 Revista Semana. Tomado de: http://www.semana.com/nacion/articulo/mas-us8000-millones-ha-costado- colombia-guerra-contra-drogas/249417-3 1