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Cuba inmuniza su futuro

Por: Tamara Rendón Portelles/28.04.2017

El Programa Nacional de Inmunización en Cuba es líder en la región. Sobre la experiencia


cubana en este campo y el acompañamiento de OPS/OMS, la Lic. Lena López Ambrón,
responsable nacional del Programa Ampliado de
Inmunizaciones del MINSAP, comparte algunas
valoraciones.

¿Qué caracteriza el Programa Nacional de


Inmunización en Cuba?

Es un programa accesible a toda la población, gratuito,


con cobertura universal, que se garantiza en los
vacunatorios de 451 policlínicos del país, donde se
involucran los 10 782 equipos básicos de salud y más
de 50 hospitales. También se realiza vacunación
escolar, donde es fundamental la implicación del
Ministerio de Educación. La amplia cobertura dada al
95% de la población, se sustenta en la acción intersectorial, la participación familiar y
comunitaria. Las organizaciones de masas como la Federación de Mujeres Cubanas y los
Comités de Defensa de la Revolución, así como los medios de comunicación apoyan
nuestras campañas de vacunación.

El sistema de salud cubano garantiza la aplicación total de nuestro esquema de


inmunización, cuyo número de vacunas se ha duplicado desde su fundación en 1962.
Actualmente contamos con 10 vacunas contra 13 enfermedades. Se incluyen
inmunógenos contra la leptospirosis, la influenza y la fiebre amarilla para colaboradores,
con el objetivo de proteger a las poblaciones en riesgo durante todas las etapas de la
vida, mantener elevado el estado inmunitario de las personas y evitar la reintroducción
de alguna enfermedad prevenible o eliminada.

¿Qué impacto ha tenido en la situación de salud de la población cubana?

Las Enfermedades Transmisibles dejaron de ser la principal causa de muerte en el país.


Cuba ha eliminado 6 enfermedades: la poliomelitis, la difteria, el sarampión, la
parotiditis, la rubéola y la tosferina. Otras enfermedades se han controlado con tasas por
debajo de 0,1 por millón de habitantes, como el tétanos, la H. influenza de tipo b, y la
fiebre tifoidea. También se redujeron la morbilidad (número de casos) y la mortalidad en
más del 95% de la enfermedad meningocócica, la Hepatitis B y la Parotiditis.
Cuba fue el primer país latinoamericano en erradicar la poliomelitis. ¿Qué estrategia se
implementa en pos de la sostenibilidad de este logro?

Cuba es el único país de la región


que aplica la vacuna de la polio por
campaña. Es una estrategia que se
empleó en 1962 cuando esta
enfermedad sí tenía una alta
incidencia en el país con la
consecuente discapacidad y
secuelas. En 4 meses se erradicó la
enfermedad. Por eso se ha seguido
ininterrumpidamente con la misma
estrategia de vacunación,
campañas anuales, que se realizan
en dos etapas: una para niños entre
los 30 días de nacidos y los dos
años, 11 meses y 29 días y la
segunda para inmunizar este mismo universo de niños y los de 9 años de edad. Esta
estrategia nos ha permitido mantener la eliminación de la enfermedad y evitar su
reintroducción en el país.

La inmunización universal aún es una meta para muchos países. ¿Qué puede aportar la
experiencia cubana a otras naciones de la región?

El compromiso político es fundamental. Desde el triunfo de la Revolución Cubana, el


Ministerio de Salud Pública ha tenido entre sus objetivos de trabajo elevar el estado
inmunitario de la población. Es una voluntad del gobierno cubano y de nuestro sistema
de salud el aseguramiento del proceso de inmunización, desde la adquisición de vacunas,
almacenamiento y distribución hasta las áreas de salud, así como la ejecución de las
actividades que tienen que ver con el Programa Materno Infantil donde se enmarca la
vacunación, que ha repercutido en el logro de indicadores de mortalidad infantil por
debajo de 5 fallecidos por cada 1000 nacidos vivos en los últimos 9 años. La tasa de
mortalidad del menor de cinco años es de 5.5 por 1 000 nacidos vivos y el porcentaje de
supervivencia a esa edad es de 99.4 %.

Además, estos resultados se sustentan en las características propias y organización de


nuestro sistema sanitario, basado en la Atención Primaria de Salud, centrado en las
personas, con una comprometida implicación social.
¿Cómo se garantiza la formación de recursos humanos?

Transita por la formación básica de médicos y enfermeras, cursos de postgrado y de


capacitación específicos en temas de vacunas que se imparten en las áreas de salud, a
nivel municipal, provincial, nacional y regional, donde se actualizan conocimientos y
técnicas que son propias del personal que ejecuta actividades de vacunación.

De la decena de vacunas con las que cuenta el país, 8 son de producción nacional. ¿Qué
repercusión tiene para el Programa Nacional de Inmunización?

Que Cuba cuente con industrias capaces de producir un gran número de vacunas es
sumamente importante, es un logro de la industria biotecnológica cubana que nos ha
permitido la incorporación de otras vacunas a nuestro esquema de inmunización. Nos
permite ahorrar recursos y sustituir importaciones en la adquisición y gestión efectiva de
vacunas, además de generar ingresos mediante su comercialización y exportación, como
son los casos de la vacuna del hemófilo, contra la hepatitis B y la pentavalente, entre
otras.

¿Se proyecta la inclusión mediata de otras vacunas al esquema nacional de


inmunización?

En estos momentos la industria biotecnológica, de conjunto con la autoridad regulatoria


nacional, está inmersa en los ensayos clínicos de la vacuna del neumococo, que debe
terminar todas sus fases para su introducción a finales del 2018. Esta vacuna se
encuentra disponible en el mercado, pero es altamente costosa.

¿Cómo Cuba sostiene el financiamiento?

El estado cubano destina un presupuesto, pero nos apoyan organismos internacionales


como la UNICEF y la Alianza Global de Vacunas (GAVI), que se introdujo el año pasado en
el país, como parte de estrategia mundial de erradicación de la polio.

¿Qué papel han jugado los cooperantes cubanos en la vacunación de las poblaciones
más desfavorecidas en otros países?

La vacunación no está exenta de las encomiendas asistenciales de nuestros


colaboradores cubanos en el exterior. Ha sido fundamental su aporte en la prevención y
control de enfermedades y cuadros epidemiológicos, al incluirse la vacunación dentro de
las acciones comunitarias que realizan en más de 60 países. Esta labor internacional
desplegada por la cooperación médica cubana ha contribuido a acercar la inmunización a
los más pobres y desposeídos del planeta, en zonas de difícil acceso, además de ayudar a
eliminar enfermedades prevenibles en la región.
¿Cómo valora el acompañamiento de OPS/OMS?

OPS ha estado participando y apoyando el programa de inmunización con la adquisición


de recursos e insumos para el fortalecimiento de la cadena de frío, además nos ayuda a
mantener capacitado y actualizado al personal que labora en las actividades de
vacunación, aporta en la respuesta a nuestras necesidades de vacunación, colabora con
reactivos para la vigilancia epidemiológica, en la implementación y actualización de
nuestros sistemas de información. Ha sido crucial el acompañamiento de este organismo
internacional para responder a las prioridades del Ministerio de Salud Pública y elevar el
estado de salud de la población.

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