Las brechas invisibles: desafíos para una equidad de género en la educación
Patricia Ames (editora)
AMES RAMELLO, Patricia (Ed.)
Lima: IEP, 2006— (Educación y Sociedad, 1)
POLÍTICA EDUCATIVA; EQUIDAD DE GÉNERO; EDUCACIÓN RURAL;
IGUALDAD DE OPORTUNIDADES; PERÚ
PRIMERA PARTE: EQUIDAD, GÉNERO Y POLÍTICAS: EL ESCENARIO
NACIONAL Y GLOBAL
Capítulo
La dimensión de género en las políticas educativas (Nelly P. Stromquist)
Introducción
El uso de políticas educativas como instrumentos del Estado para corregir o
fomentar. Se fundamentan en la legitimidad y la autoridad del Estado y en su capacidad para ponerlas en marcha Normalmente las políticas educativas promueven la equidad de oportunidades, sin embargo no se presenta de esa forma, el hecho que haya un acceso igual no significa que habrá igual demanda… en la escuela formal tiende a reproducirse el estatus quo, en la escuela no solo se aprende desde el punto de vista cognitivo sino también hay lecciones de carácter psicosocial que dan forma a la identidad y personalidad En América Latina, las políticas educativas que reciben la influencia de los organismos internacionales y los gobiernos en sí Los organismos internacionales Juegan un papel crucial en la promoción de políticas públicas a favor de la mujer en la educación. Nombrando a Krawczyk (2002) quien realzó un examen detallado de los documentos e informes indicando las posiciones y prioridades en cuestiones educativas elaboradas por seis organizaciones internacionales que tienen gran influencia en A.L como el BancoM, el BID, CEPAL, OREALC, PREAL entre 1998-2001 la autora encontró que éstas organizaciones promueven el sector privado, son fragmentadas y mínimas, añadiendo que los asuntos de género ni siquiera aparecen en el radar de esas instituciones Los acuerdos globales Desde los 90´s mediante acuerdos la educación de la mujer se ha identificado como un elemento crucial para el desarrollo económico nacional y para una sociedad más democrática-apoyada por la Convención sobre la Eliminación de Todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) adoptada por las Naciones Unidas en 1970 donde en el 2005 contaba con la ratificación de 180 naciones 80% El CEDAW es uno de los ejemplos legales- donde se incluye la educación formal y no-formal Objetivos de Desarrollo del Milenio ODM de la ONU. Ésta responde a unas necesidades de las mujeres y se proponen 4 indicadores para medirlo: - El ratio de niñas a niños en la escuela primaria - El ratio de mujeres a hombres alfabetizados en edades de 15-24 - La proporción de puestos ocupados por las mujeres en los parlamentos nacionales - La proporción de mujeres en posiciones no-agrícolas
La ODM realiza una conexión entre empoderamiento y educación, sin embargo
citando a Stromquist (2002) se dice que al central la alfabetización de los grupos en edades de 15-24 años se “ignora el efecto reproductivo que las generaciones mayores tienen sobre las más tiernas. El concepto de empoderamiento debe ser pensado como un fenómeno multidimensional: no solamente para la comprensión de las relaciones de género y de cómo pueden cambiarse, sino también requiere un conjunto de mecanismo y oportunidades que deben ponerse en marcha a fin de desarrollar un sentimiento de autovalor de las mujeres.
Principio de la transversalidad del género, pero éste requiere dentro de la política
funcionarios con entendimiento y capacitación donde si no se tienen esas condiciones los sectores estatales pueden argumentar que el ppio sí ha sido tomando en cuenta Las políticas educativas de género en los países industrializados -Casi todos los países europeos tienen políticas educativas desde una perspectiva de género. Políticas educativas en el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y EEUU las mujeres han ganado acceso a disciplinas reconocidas como masculinas. Sin embargo estas limitaciones, han tenido una cobertura muy limitada. Algunas críticas van en torno a que la cuestión de justicia y desigualdad se han trasladado a una opción individual “si tan solo las chicas quisieran ser ingenieras…”
“En el contexto latinoamericano existe un interés de la sociedad civil en defender la
escuela pública de calidad. Los diferentes documentos de las redes latinoamericanas que buscan tal objetivo reflejan una gran preocupación por la exclusión basada en la clase social, la brecha entre lo urbano y lo rural y, en menor grado, la discriminación hacia los pueblos indígenas y afro descendientes. En estas iniciativas, no obstante, la cuestión de género no se menciona, y así, segmentos importantes de la sociedad civil no se comportan como agentes a favor de las transformaciones de género.” P 39 LA CALIDAD COMO UN ELEMENTO CENTRAL EN LA EDUACIÓN Los gobiernos como los grupos de sociedad civil discuten sobre la calidad en la educación como una consideración fundamental: los gobiernos están encasillados en una definición que se basa en el rendimiento académico de lxs estudiantes y la sumatoria de los rendimientos individuales, sin embargo se observa que los logros académicos de las escuelas públicas son inferiores a los de las escuelas privadas y más aún cuando el sistema escolar se compara con los países en desarrollo-países industrializados La UNESCO, por su parte, asegura que la calidad podría medirse sobre la base de varios indicadores: la proporción alumnos/docente; la tasa de repitencia; el porcentaje de docentes con formación pedagógica; los gastos en el sector educación; y el desempeño académico del estudiante. A final de cuentas, termina seleccionando un indicador cuantificable con relativa facilidad: la llegada del estudiante al quinto año de primaria, lo que la UNESCO llama la “tasa de sobrevivencia” Igualdad = calidad ¿seguro? Los elementos para la reconfiguración del género no aparecen ni en el esquema ni en su discusión La crítica va a que la calidad es un concepto más amplio, va más allá de los logros cognitivos, abarcando los valores y prácticas que transforman las nociones de género en la sociedad, para la autora la calidad abarca 4 componentes: 1. Un trato igual por sexo 2. Contenidos curriculares que trasciendan las disciplinas tradicionales, que cambien la perspectiva de género como dicotómica 3. Provisión de conocimientos como la educación sexual, violencia doméstica… 4. Desarrollo de personalidades con asertividad
LA EJECUCIÓN DE LAS POLÍTICAS
Lo que dice en el papel se convierte en realidad.
LAS CARACTERÍSTICAS PREDOMINANTES DE
LAS POLÍTICAS EDUCATIVAS CON UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO Analizando las políticas públicas, observamos los siguientes patrones:
· Se reconoce que el acceso universal a la educación es un derecho
humano que también concierne a la mujer. Las políticas públicas a favor priorizan la educación básica sobre los otros niveles de educación, pese a que en ciertos países se necesita educación secundaria para obtener un trabajo bien renumerado. Asimismo, enfatizan el aspecto del acceso por sobre el contenido y la experiencia que los y las estudiantes viven en la escuela. Por consiguiente, las políticas públicas son en su mayoría minimalistas. · La política promedio desde una perspectiva de género se basa en el principio de la igualdad de oportunidades, definida mayormente como un igual acceso y mucho menos como un trato igualitario y un cuestionamiento a los patrones de dominación. Esto reduce la atención que se debe dar al contexto ideológico de la educación, que tiende a reproducir las relaciones sociales de género (Blackmore 1999).
· La capacitación en género a los docentes no figura explícitamente
en los documentos de política y a menudo los reglamentos que siguen tampoco la consideran. La ausencia tanto de capacitación inicial, como en servicio, es una de las más grandes debilidades de las políticas públicas desde una perspectiva de género.
· Los nuevos contenidos curriculares que buscan transformar
las relaciones sociales de género y discutir asuntos sobre la sexualidad de modo integral son muy cuestionados. En varios países han sido elaborados sólo como estudios piloto y su uso es restringido: se los considera un material opcional, no obligatorio.
· Las políticas globales raramente incluyen a los grupos de mujeres
o a las feministas académicas en la discusión y elaboración de metas y procesos. Sólo existe una excepción: FAWE, en el continente africano.
· En los países en desarrollo, con muy pocas excepciones, los esfuerzos
por considerar aspectos ligados al género en la educación se han dado con el insumo de las agencias de desarrollo internacional, sea mediante lineamientos de política o mediante recursos financieros para desarrollar nuevos programas y proyectos. Cabe concluir que el compromiso de los países en desarrollo es bastante débil.
· Las políticas masivas de carácter compensatorio, que buscan
otorgar recursos adicionales a las niñas o mujeres para corregir antiguas desigualdades, sólo se desarrollan en unos cuantos países. En otras palabras, muy pocos estados han pasado a practicar políticas de equidad.
· En muchas instancias, la ejecución de las políticas desde una
perspectiva de género queda muy atrás de la promulgación de las políticas, y la evaluación del impacto de estas políticas, particularmente en los países en desarrollo, prácticamente no existe.
BUSCANDO UNA EXPLICACIÓN A
LA POBRE EJECUCIÓN DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS La distancia que existe entre los objetivos y las prácticas reales no es exclusiva de las políticas de género, aunque en este caso parece ser mayor. Wernersson comenta que “Por necesidad, la política escolar está a un paso atrás; los principios ideológicos deben ser formulados antes de su incorporación en la socialización ‘oficial’ de los jóvenes” (1989: 100). Las políticas públicas pueden por lo tanto no contribuir significativamente a alterar las estructuras de poder
Cuatro hipótesis diferentes surgen:
· Las características de las nuevas políticas públicas de género
son poco claras, y como los funcionarios estatales no están capacitados en asuntos de género, no tienen la capacidad de traducir las nuevas leyes en lineamientos y reglamentos específicos.
· Los estados no reciben mucha presión de los elementos claves
en la sociedad. Los grupos organizados de mujeres y las organizaciones feministas gastan mucha energía atendiendo problemas más concretos e inmediatos, como la salud y la generación de ingresos, y dejan de lado la educación formal. Las voces discrepantes que se necesitan para promover la promulgación y la ejecución de políticas educativas desde una perspectiva de género son casi inaudibles.
· Los cambios culturales profundos, como las modificaciones en
las relaciones sociales de género, toman mucho tiempo. Debemos ser pacientes y contentarnos con cambios paulatinos, aun si vienen en pequeñas dosis.
· Los estados en su mayoría continúan siendo masculinos y patriarcales.
Ellos se involucran en rituales que aparentemente prestan atención a los problemas sociales (Edelman 1972), incluidos los de género. La educación otorga a los estados una legitimación compensatoria, porque juega con los poderosos símbolos de legalidad, racionalidad y democracia (Weiler 1983). Los símbolos son cruciales para construir significados y son inevitables en la interacción social. Aquí no estoy negando la importancia de los símbolos sino subrayando el hecho desafortunado de que muchas políticas de género puedan ser usadas simplemente para crear ilusiones. Por ello, las políticas “desde abajo” realizadas por grupos organizados de mujeres son imprescindibles. Sería triste que la democracia educativa jugara con principios y no con acciones. El desafío de todos —autoridades y padres, docentes e investigadores— es sacar la educación de su lugar sagrado y comenzar a verla como el soterrado terreno político que en realidad es.