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La terapia hipnótica a través del lenguaje utilizada por Milton Erickson, o la PNL, serían algunas de las
vías para hacernos conscientes de cómo cambiar estos patrones lingüísticos con el objetivo de mejorar
considerablemente la percepción y las actitudes hacia muchos aspectos de la vida. Hacernos conscientes
de cómo estos patrones lingüísticos afectan las emociones, tanto positivas como negativas, según el
paradigma iniciado por Milton Erickson, sería el primer paso para cambiar la mente.
-Novalis-
La palabra pero es una conjunción adversativa. Esto quiere decir que sirve para oponer dos ideas, bien
sea para matizar alguna aseveración, o bien para ampliarla o confrontarla. Si se habla desde el punto de
vista psicológico, esta palabra es frecuentemente empleada para justificar, posponer o impedir la
acción.
chico retirando de su lenguaje la palabra pero para demostrar cómo tu vida podría cambiar
Especialmente cuando se utiliza en frases como “Sí, pero”, revela una intención de autosabotaje.
Equivale a lo que comúnmente llamamos “ponerle peros a las cosas”. Es decir, crear obstáculos
innecesarios o ficticios para pasar a la acción.
Lo que el profesor Roth propone es eliminar la palabra pero del vocabulario habitual. Sugiere que tu
vida podría cambiar si prescindes de ella, ya que te obliga a cambiar de perspectiva al usarla. La apuesta
es sustituir esos peros por la conjunción y. De este modo, en lugar de decir, por ejemplo, “Quiero
cambiar de pareja, pero me da miedo quedarme solo”, se diría: “Quiero cambiar de pareja y me da
miedo quedarme solo”.
Ahora bien, ¿cómo cambia tu vida al modificar la forma de decir las cosas? Roth afirma que al utilizar
pero te pones ante dos caminos que son excluyentes: o tomas un rumbo o tomas el otro. En cambio, si
empleas la conjunción y, ves ambas realidades de manera simultánea. No te obligas a elegir. Contemplas
el panorama de una forma que no te obliga a escoger, sino que te invita a ver las cosas de manera más
objetiva y a no sentirte en una encrucijada.
La segunda gran recomendación del profesor Roth es cambiar la expresión “tengo que hacer” por la
expresión “quiero hacer”. Cuando dices “tengo que hacer”, inmediatamente te ubicas en el registro de
la obligación. Esto de por sí es muy desmotivante. Implica que desearías una cosa, pero debes hacer otra
cosa, aún en contra de tu voluntad. Emplear el tengo ya te introduce en un choque emocional.
Bernard Roth señala que si haces algo, nunca es realmente porque estés obligado a hacerlo. De un modo
u otro has elegido hacerlo. Así que al eliminar la expresión “tengo que hacer” y sustituirla por “quiero
hacer”, simplemente estás admitiendo tu responsabilidad frente a la vida que llevas. Veámoslo en
algunos ejemplos:
Cambiar “Tengo que terminar este trabajo para mañana porque de lo contrario perdería mi trabajo” por
“Quiero hacer este trabajo para mañana porque es una manera de conservar mi empleo”
Cambiar “Tengo que ser tolerante con mi pareja, porque si no podría aburrirse de mí y dejarme” por
“Quiero ser tolerante con mi pareja porque es una manera de enriquecer la relación y estar mejor”
Cambiar “Tengo que hacer ejercicio porque estoy engordando de una manera terrible” por “Quiero
hacer ejercicio para sentirme más cómodo con mi cuerpo”
Cada vez que se cambia el tengo por el quiero, inmediatamente se vuelve necesario cambiar la
perspectiva negativa, por una más positiva. Al mismo tiempo, se elimina una fuerte carga emocional. Es
por eso que tu vida podría cambiar muy positivamente al eliminar esas palabras de tu vocabulario
habitual. ¿Por qué no lo practicas durante un mes y evalúas los resultados?
El poder de nuestras palabras es tan grande que con ellas podemos crear, pero también podemos
destruir. ¿Qué es lo que vamos a elegir?
Edith Sánchez
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