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LA SOCIEDAD COMO CÓMPLICE DE LAS RELACIONES TÓXICAS

El ser humano entendido claramente como un ser social, tiene la necesidad plena de

establecer vínculos saludables en su entorno; las cuales se dan a partir de las emociones,

especialmente a través del amor.

Muchos de nosotros hemos pasado por alguna relación sentimental que de una forma u

otra nos ha marcado; ya sea por ser una experiencia buena o mala. El punto está en

ponernos a pensar: ¿Acaso esa relación fue tóxica?; Y si lo fue, ¿Cómo llegué hasta ese

punto?; al ponernos a investigar sobre la alta tasa de feminicidios, homicidios y suicidios

que han ocurrido a raíz de esto; podemos llegar a concluir con que nosotros pudimos

formar parte de esas cifras. ¿Cómo evitar esto?, informándonos y reflexionando; para así

dejar de repetir este patrón mortal. Puesto que; así como el cuerpo se enferma por la

presencia de toxinas que deterioran su funcionamiento, las relaciones de pareja de igual

forma se deterioran paulatinamente con la presencia de factores o elementos que alteran

la dinámica de la relación.

Este ensayo engloba desde datos referentes reales, hasta recomendaciones y puntos

meditables; los cuales son brindados hacia nuestros lectores para su consecuente difusión,

dando a conocer a los demás lo importante que es que tomen en serio lo alarmante de una

relación tóxica.

Por ello, formulamos la siguiente tesis:” En la sociedad peruana las relaciones tóxicas han

sido normalizadas”

Más de 200 000 denuncias que hubo a lo largo del 2018 en nuestro país por violencia

familiar son una gran comprobación a lo alarmante de la situación.

Vemos noticias día a día de feminicidios, homicidios los cuales son causados por las

propias parejas; las cuales incluso llegan al punto de suicidarse. Lo más resaltante; es que
la audiencia en lugar de tomar las riendas a dicho problema crucial, lo dejan pasar como

volante ante su mirada insípida. Las relaciones son más que un problema personal e

intrínseco, son un problema social el cual afecta desde los niños hasta los propios

protagonistas de dicha novela trágica.

Una mujer que apareció muerta en un barril, una pareja que decidió matar a su bebé, un

chico en la cárcel por calumnia de pensión de alimentos, hombres y mujeres suicidándose

por no ser correspondidos; es el pan pungeado que comen los peruanos. Aquí

cuestionamos a lo que mencionó alguna vez Catón el joven: ¿Es ser cuerdo saber

disimular la locura?; pues que mal que disimulamos los peruanos. Nos estamos atacando

como pirañas; pero pirañas amorosas, claro está.

Si un hombre denuncia que es violentado por su pareja es señalado de “maricón”, si una

mujer denuncia que es violentada por su pareja es señalada de “dramática”, si un

homosexual denuncia que es violentado por su pareja la gente le responde que eso le pasa

por puto e ir contra las asignaciones de Dios. Pobre Dios, sus hijos peruanos no son

capaces de verse en un espejo; y menos de pensar antes de hablar o señalar.

Para contrarrestar esta situación es necesario que se difunda la relevancia de este hecho,

es hora de lavarnos la cara con agua fría y lavar la de nuestros compatriotas.

Empecemos por decir que hay muchos estudios que demuestran, que tener una relación

tienen muchos beneficios para la salud integral; sin embargo, con la inadecuada

canalización de las emociones estos beneficios se ven vulnerados cuando se tiene una

relación tóxica.

Para esto es relevante el saber detectar cuando algo no marcha bien, para conseguir una

solución a tiempo. Ya que muchos creen que tener una pareja es sinónimo de darlo todo

para una relación sana, pero hacer esto al extremo crea una terrible codependencia.
Ante esto, el Ministerio de Salud (Minsa), preocupado por la población peruana, advierte

las manifestaciones en una relación tóxica:

La primera característica es la dependencia emocional que siente una persona hacia su

pareja, no puede realizar una actividad sin aprobación de la pareja, es así que se pierde la

decisión propia y el crecimiento independientemente de una persona.

La segunda característica la falta de privacidad, se invada la privacidad del otro, no

respetando la libertad que la otra persona debería tener en una relación, pidiendo la clave

del teléfono celular y de las redes sociales, incluso controlando las amistades, las visitas

a la familia y si es posible todo.

La tercera característica es el surgimiento de chantajes, él o ella amenaza a su pareja con

irse, con terminar la relación así logra que el otro se someta.

La cuarta característica es aislarse del mundo, se pierde el contacto con la familia, con los

amigos, cree que necesita ayuda de él o ella y no hay nadie más que la pareja.

Las consecuencias que esta circunstancia puede traer a nuestras vidas son muy severas.

Muchos jóvenes sufren de depresión porque en este tipo de relaciones están vigentes

muchas emociones negativas como la culpa y la tristeza. Si estas emociones están

presentes durante un largo periodo de tiempo y la persona comienza a realizar conductas

negativas para sí misma es probable que se desarrolle un problema depresivo.

También pueden atravesar por un problema de ansiedad porque en este tipo de situaciones

donde hay más momentos negativos que positivos es muy factible que algunas personas

puedan desarrollar un problema de congoja. Esto sucede debido a que el individuo

aprende a vivir expectante de un momento negativo, lo que lo hace estar siempre alerta y

en ocasiones, a reaccionar con angustia.


Además, se caracterizan por padecer dependencia emocional cuando vivimos una

relación negativa con grandes altibajos, los momentos buenos se vuelven más poderosos

y buena parte del bienestar de la persona acaba por depender de ello.

Dentro de los diferentes tipos de violencia que existen, el 67.4% se trata de una violencia

psicológica y/o verbal siendo la más común en nuestro país, esta violencia se ve reflejada

a través de palabras hirientes, humillaciones, calumnias, gritos, insultos, palabras

hirientes que buscan minimizar la autoestima de una de las partes de la pareja. (ENDES

2015)

A manera de conclusión podemos decir que, ciertamente, nuestra sociedad nacional ha

normalizado el tener en sus día a día relaciones de pareja tóxicas y el ver en sus noticias

matutinas muertes entre los susodichos. Pero esto no significa que esto debe de seguir así;

el abrir los ojos es el primer paso, el segundo es levantarnos para poder empezar a caminar

hacia el cambio y con ello hacia la mejoría. Y esto lo podemos hacer desde la divulgación

de información expuesta en cualquier medio de comunicación sobre el tema de las

relaciones tóxicas, hasta la agilización de la introducción de denuncias y los procesos de

investigación de estas.

Así te tomen de dramático, ¡analiza tu relación!, que serás tú el que estarás conviviendo

con un psicópata; así te tomen de precipitado, termina con él o ella si sientes que algo no

va bien; así te tomen de loco, ¡denuncia!, que el que terminará muerto serás tú no el resto.

Aunque todo el mundo te señale, piensa en todas esas personas que quisieron haber tenido

al menos una consciencia de lo alarmante que es el estar en una relación tóxica. Toma las

riendas de tu vida, de tu relación y ponle control z a los comentarios de la gente.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

 Carlos Slim. (2018). Efectos a la salud de las relaciones tóxicas entre parejas. 25/06/19,
de Fundación Carlos Slim Sitio web: https://www.clikisalud.net/efectos-la-salud-las-
relaciones-toxicas-parejas/
 Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei). (2018). Violencia contra las
mujeres, niñas y niños. Perú: Encuesta demográfica y de salud universal.
 Luna, M. d. (2019). Ministerio de Salud: ¿Cómo detectar si estás en una relación
tóxica? Lima: EL COMERCIO.
 Instituto nacional de estadística (INEI). (2017). Perú: Indicadores de violencia sexual y
familiar . Lima
 V. M. Horacio. (2017). Violencia contra la mujer infligida por su pareja y su relación con
la salud mental de los hijos adolescentes. Rev. Med Hered, 38, 48-58.

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